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ALABANZA Y ADORACIÓN
MENSAJE 20160423
La actitud de un verdadero adorador
Job 1: 13- 21 “Y un día aconteció que sus hijos e hijas comían y bebían vino en casa de su hermano el primogénito, 14 y vino
un mensajero a Job, y le dijo: Estaban arando los bueyes, y las asnas paciendo cerca de ellos, 15 y acometieron los sabeos
y los tomaron, y mataron a los criados a filo de espada; solamente escapé yo para darte la noticia. 16 Aún estaba éste
hablando, cuando vino otro que dijo: Fuego de Dios cayó del cielo, que quemó las ovejas y a los pastores, y los consumió;
solamente escapé yo para darte la noticia. 17 Todavía estaba éste hablando, y vino otro que dijo: Los caldeos hicieron tres
escuadrones, y arremetieron contra los camellos y se los llevaron, y mataron a los criados a filo de espada; y solamente
escapé yo para darte la noticia. 18 Entre tanto que éste hablaba, vino otro que dijo: Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y
bebiendo vino en casa de su hermano el primogénito; 19 y un gran viento vino del lado del desierto y azotó las cuatro esquinas
de la casa, la cual cayó sobre los jóvenes, y murieron; y solamente escapé yo para darte la noticia. 20 Entonces Job se levantó,
y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró, 21 y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo
volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito”.
Aprender Job 1: 20
Un verdadero adorador no se deja mover por las circunstancias. Un verdadero adorador adorara al Padre en todo tiempo. Un
verdadero adorador adorará al Padre en espíritu y verdad. Un verdadero adorador adora incondicionalmente. Es necesario
que seamos verdaderos adoradores.
Job era un hombre temeroso de Dios y apartado del mal, era un varón muy respetado y reconocido por su integridad y por su
temor a Dios.
Job es conocido por las calamidades que le vinieron, después de haber sido un hombre muy próspero; es conocido por todos
los males que padeció, pero mantuvo su integridad en medio de esta situación que le sobrevino.
Job recibe noticias devastadoras.
Robaron sus bueyes y sus asnas y mataron a los criados que los cuidaban. Job 1: 14-15
Se le quemaron las ovejas y los pastores. Job 1: 16
Le robaron sus camellos y mataron los siervos que cuidaban de ellos. Job 1: 17
Murieron sus diez hijos. Job 1: 18-19
Normalmente, estas noticias son causa de gran dolor y tristeza. Cualquiera al recibir noticias de esta clase, puede caer en
estado de depresión, desánimo, o ansiedad.
Job lo había perdido todo. Sus bienes y sus riquezas, la salud, pero lo más valioso que Job había perdido, fue a sus siete hijos
y sus tres hijas. Sólo la pérdida de un hijo es causa de gran dolor y tristeza, pero Job había perdido a todos sus hijos.
Algunos atribuían la pérdida de Job al pecado. Y hasta lo acusaron y le dijeron que por causa de su pecado le había
sobrevenido todo este mal. Encima de toda esta calamidad, vinieron a atormentarlo, a acusarlo, y no lo consolaron, ni se
compadecieron de Job.
¿Cuál fue la reacción de Job, cuál fue la actitud de Job ante las malas noticias, ante la pérdida de sus hijos, y la
pérdida de su salud?
Quizás la gente estaba esperando una reacción negativa de parte de Job; quizás esperaban que Job renegara contra Dios;
su esposa le dijo que maldijera a Dios y que se muriera. Job quedó en la ruina, enfermo y quedó sin ninguno de sus hijos.
Actitud ante la tragedia. Job 1: 20-21 “Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra
y adoró, 21 y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de
Jehová bendito”.
Hubo una reacción ante la tragedia, Job no se lamentó, ni se quejó, ni renegó contra Dios por lo que le habían dicho: que lo
había perdido todo; y que sus diez hijos habían muerto.
Al escuchar estas malas noticias, Job sencillamente se levantó en señal de humillación; y rasgó su manto en señal de que
se rinde ante Dios, que pone su vida y todo su ser en las manos de Dios, de que sólo esperará en Dios, y de rendición delante
de Dios; se rasuró la cabeza.
Job se postró en tierra y adoró. La adoración de Job ante estas calamidades fue una suprema adoración; fue una adoración
en espíritu y en verdad. Job dijo: “Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó;
sea el nombre de Jehová bendito”. Postrarse ante Dios es una demostración de nuestra adoración al único Dios verdadero.
Adorar a Dios cuando lo había perdido todo, adorar a Dios cuando sus diez hijos murieron en un mismo día. Adorar a Dios
cuando lo perdió todo y quedó en la ruina; no tenía nada. Adorar a Dios aun estando enfermo.
Esta es la actitud de un verdadero adorador. Su reacción o actitud ante la tragedia, fue llegar ante Dios, para postrarse ante
su presencia, y adorarlo. Su actitud ante su gran pérdida fue adorar a Dios y reconocer que Dios le había dado, y Dios le quitó,
y que el nombre de Dios sea bendito. Adoró a Dios cuando tenía todo, también adoró a Dios, cuando lo perdió todo. Hay que
adorar a Dios, no importa cuál sea la circunstancia.
ALABANZA Y ADORACIÓN
VISIÓN 20160421
Adorar a Dios con todo el corazón
Lectura Salmos 138: 1-6 “Te alabaré con todo mi corazón; delante de los dioses te cantaré salmos.
2 Me postraré hacia tu santo templo, y alabaré tu nombre por tu misericordia y tu fidelidad; porque
has engrandecido tu nombre, y tu palabra sobre todas las cosas. 3 El día que te clamé, me
respondiste; me fortaleciste con vigor en mi alma. 4 Te alabarán, oh Jehová, todos los reyes de la
tierra, porque han oído los dichos de tu boca. 5 Y cantarán de los caminos de Jehová, porque la
gloria de Jehová es grande. 6 porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, mas al altivo mira
de lejos”.
Cuando hay adoración al Señor, hay presencia de Dios; cuando hay adoración al Señor, hay paz;
cuando hay adoración al Señor, hay respuesta a las oraciones; cuando hay adoración al Señor,
hay gozo; cuando hay adoración al Señor, hay manifestaciones del Espíritu Santo, y también la
llenura del Espíritu Santo.
Adoremos al Señor con todo el corazón. Salmos 138: 1-2 “Te alabaré con todo mi corazón;
delante de los dioses te cantaré salmos. 2 Me postraré hacia tu santo templo, y alabaré tu nombre
por tu misericordia y tu fidelidad; porque has engrandecido tu nombre, y tu palabra sobre todas las
cosas”. Nuestra adoración debe tener propósito. Al igual que el salmista, nosotros debemos adorar
al Señor con todo nuestro corazón; debemos adorarlo por su misericordia; debemos postrarnos
ante él y adorarlo por su fidelidad.
Cuando adoramos a Dios, él responde nuestro clamor. Salmos 138: 3 “El día que te clamé,
me respondiste; me fortaleciste con vigor en mi alma”. El Señor siempre responderá el clamor de
los verdaderos adoradores; él responde el clamor de aquellos que se postran delante de él, que se
humillan y reconocen su misericordia y su fidelidad. Y no sólo responderá el clamor, sino que te
fortalecerá en medio de la situación que estés viviendo, y dará vigor a tu alma.
Adoremos al Señor, por los dichos de su boca. Salmos 138: 4 “Te alabarán, oh Jehová, todos
los reyes de la tierra, porque han oído los dichos de tu boca”. Aquí hay una declaración de que
todos los que han oído los dichos de la boca de Dios, lo alabarán; todos los hijos de Dios lo
alabarán; todos los reyes de la tierra, lo alabarán. Dice su palabra que él nos hizo reyes.
Apocalipsis 1: 6 “y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios su Padre; a él sea gloria e imperio por
los siglos de los siglos. Amén”. Adoremos al Señor, porque hemos oído los dichos de su boca;
porque hemos oído su palabra de salvación.
Cantemos de los caminos del Señor. Salmos 138: 5-6 “Y cantarán de los caminos de Jehová,
porque la gloria de Jehová es grande. 6 porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, mas al
altivo mira de lejos”. Cantemos de las maravillas que hace nuestro Dios; cantemos de los caminos
del Señor, que son perfectos. Cantemos a Dios, porque su gloria es grande, porque él atiende al
humilde, y mira de lejos al orgulloso; Dios mira de lejos al que mira por encima de su hombro; Dios
no lo atiende, sino que lo mira de lejos, pues no se agrada del orgullo, no se agrada de la altivez
de espíritu.
Adoremos al Señor con todo el corazón, y el día que clamemos, que roguemos, o que supliquemos,
él nos responderá y hará un milagro, hará una sanidad, responderá nuestra oración, y nos
fortalecerá con vigor en nuestra alma; adoremos a Dios por su misericordia y por su fidelidad;
adoremos a Dios porque hemos tenido el privilegio de oír su palabra; adoremos y postrémonos, y
él nos atenderá. Adoremos a Dios con todo el corazón.