Document related concepts
Transcript
VIAJE A LAS ESTRELLAS Simón Pachano [email protected] 17 de febrero de 2003 De las definiciones hechas durante la semana pasada a lo largo de Pennsylvania Avenue sobre Ecuador, se destacan las que tienen que ver con la economía y con el conflicto colombiano. Ambas tendrán gran incidencia en el futuro inmediato y mediato del país. En lo económico se ha avanzado hacia un punto que sobrepasa la simple adopción de medidas de carácter coyuntural y que apunta a la materialización de las reformas siempre iniciadas y nunca terminadas. Si se mantiene esa dirección –cosa difícil, por cierto-, un gobierno con fuerte presencia militar habrá sido el encargado de sepultar el modelo económico que diseñó e instauró otro gobierno de ese signo al finalizar la década de los setenta. En el otro aspecto las cosas son menos claras, y habrá que esperar que pase algún tiempo para conocer, por medio de las acciones prácticas, los verdaderos contenidos de las enigmáticas declaraciones realizadas en Washington por el Presidente. La importancia del acuerdo logrado con el Fondo Monetario Internacional radica fundamentalmente en la obtención de un aval para la renegociación de la deuda externa y para la obtención de nuevos créditos. En esta última dirección se inscriben los ofrecimientos formulados por el Banco Mundial y por el Banco Interamericano de Desarrollo, que si bien constituyen paliativos para la economía nacional, al propio tiempo incrementan la misma deuda que se busca reducir. De concretarse las ofertas realizadas en el viaje, ésta crecería en alrededor de mil seiscientos millones de dólares, lo que equivale aproximadamente al diez por ciento del monto actual. Por ello, si no se aprovecha el acuerdo para renegociarla y sobre todo si no se lo acompaña de otras medidas que vayan eliminando la necesidad de nuevos endeudamientos, se habrán impuesto los efectos negativos sobre los positivos. Es allí donde surgen enormes dudas acerca de la capacidad del gobierno para enfrentar los desafíos que entraña un proceso de esta naturaleza. La disciplina fiscal, la austeridad y la seguridad jurídica, que son condiciones básicas para mantenerlo, están reñidas con el populismo y con el clientelismo, de los cuales se han visto demasiadas muestras en el primer mes de gestión. Están también en el campo opuesto al de la improvisación política, ya sea que ésta se manifieste bajo la forma de propuestas de consultas populares o de elaboración de una nueva Constitución. Una política económica de este tipo no admite aventuras, menos aún si éstas contribuyen a abrir frentes innecesarios en los que existe alta probabilidad de perder o de empantanarse hasta terminar haciendo concesiones, como ha sido la historia de todos los gobiernos anteriores. El problema del presente, a diferencia de aquellos, es que la oposición puede surgir desde su propias filas. La posibilidad de contar con una sólida base política –en la escasa medida en que puede serlo en Ecuador- es muy remota para un régimen que tuvo como principal fuerza electoral a un partido opuesto a este tipo de medidas. Menos mal que la Canciller, integrante de ese partido, fue invitada al viaje.