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Estrella, el mágico árbol de navidad Autora: Tiffany Rodríguez Chacón Escuela: Estado de Israel (Vázquez de Coronado, San José) Docente: Eida Ballestero Campos Bibliotecóloga: Esmeralda Zúñiga Vargas Cuarto grado En una ciudad llamada Neftalí, vivía un señor llamado Don Carlos que tenía una tienda de árboles navideños llamada “Arboles los Pinos”. Don Carlos no tenía familia y vivía solo; a pesar de eso él era una persona amable y le gustaba ayudar a los demás y por el trato que daba a los semejantes Don Carlos tenía muchos amigos. Un día una anciana llegó a su tienda y le dio unas semillas y le dijo: -­‐ ¡Estas semillas tienen algo especial; siémbralas!-­‐ Don Carlos las recibió y al voltear para darle las gracias, la anciana ya no estaba. Don Carlos sembró las semillas; al pasar el tiempo el árbol no crecía; cuando se acercaba la navidad el árbol estaba pequeño, las familias llegaban a comprar árboles navideños, todos los árboles se vendían menos el árbol pequeño; así pasaron dos navidades y, muy extrañamente; el árbol estaba fresco, verde y saludable. Don Carlos empezó a creer que ese árbol tenía algo especial y decidió llevárselo a su casa. Don Carlos comenzó a decorar el árbol y escuchó una voz que decía -­‐ ¡Cuidado con mis ojitos! Don Carlos quedó pensativo porque no había nadie en la casa, no le dio importancia y siguió decorando, cuando estaba poniendo las luces, escuchó otra vez la voz que decía -­‐ ¡Estas luces me hacen sentirme bien! Don Carlos se asustó mucho; tiró todo y se escondió detrás del sofá; luego se asomó y observó que el árbol se movía y caminó sigilosamente hasta el árbol y le preguntó -­‐ ¿Eres tú quien me habla? El árbol movió sus ramas y le respondió -­‐ ¡Sí soy yo! Entonces se hicieron amigos; Don Carlos le puso por nombre Estrella porque de sus ramas salían destellos de luz. Esa noche el árbol le dijo a Don Carlos que él no era un árbol como los demás, que tenía algo muy especial, y le confesó que tenía un secreto, Don Carlos le preguntó -­‐ ¿Cuál es tu secreto?, Estrella le dijo -­‐ ¡Soy un árbol que concede deseos, pero no deseos materiales, a no ser que realmente los necesiten! Don Carlos se sorprendió, y Estrella le dijo -­‐ ¿Necesitas algún deseo?, Don Carlos le dijo que no, que lo que deseaba era compañía y el deseo ya había sido cumplido. Pasaron muchos años, Don Carlos y Estrella se hicieron los mejores amigos, pero Don Carlos se hacía viejo y se preocupaba mucho por Estrella porque se iba a quedar solo. Un día en vísperas de navidad llegó una familia humilde a comprar un árbol de navidad pero Don Carlos ya no vendía árboles; pero al día siguiente Don Carlos se enfermó y se preocupó por Estrella, ese día conversó con él y le dijo que para que no se quedara solo lo entregaría a una familia muy especial y necesitada a la cuál ayudaría mucho y podría cumplirle deseos; Estrella estuvo de acuerdo porque su propósito es cumplir deseos de las personas necesitadas; Don Carlos le agradeció por haber sido su mejor amigo y por haberle cumplido su más grande deseo, tener compañía. Don Carlos fue donde la familia que quería comprar un árbol, y les entregó a Estrella, les dijo que lo cuidaran mucho y les contó su más grande secreto. Estrella le concedió muchos deseos a la familia por el amor y el cuidado que también ellos le daban, pero la familia quería que también ayudara a otras familias; Estrella tuvo una gran idea y les dijo -­‐ ¡Pónganme en la cima del monte más alto de la ciudad para cumplir los deseos de todas las familias y personas que lo necesiten! Y así lo hicieron. Todas las vísperas de navidad, a lo lejos en el monte más alto de la ciudad de Neftalí se observa una gran estrella que brilla; se dice que es Estrella el mágico árbol de navidad, cumpliendo los deseos y anhelos de las personas más necesitadas. Fin.