Download Información sobre la Embolia de Pulmón

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Transcript
INFORMACIÓN A LOS PACIENTES
Ha sido usted diagnosticado de una embolia de
pulmón (TEP). La embolia de pulmón es un
coágulo que obstruye una o varias arterias de los
pulmones. Este coágulo procede, en la mayoría de
las ocasiones, de las venas de las piernas.
Habitualmente suele haber algún factor que
facilita la formación de este coágulo: escayolas,
operaciones quirúrgicas previas, obesidad o
inmovilización.
Los síntomas más habituales son la fatiga, sobre
todo con el esfuerzo, y el dolor de pecho. En
algunas ocasiones tendrá también alteraciones en las
piernas como aumento de su tamaño, hinchazón,
dolor o enrojecimiento.
El diagnóstico de su enfermedad se realiza fundamentalmente mediante pruebas
radiológicas del tórax: gammagrafía
pulmonar o escáner pulmonar. Son
pruebas indoloras y con pocos efectos
secundarios importantes. Casi siempre
su médico responsable solicitará un
estudio de sus piernas mediante
ecografía. Esta prueba carece de efectos
secundarios. En algunas ocasiones se
solicitarán análisis especiales para
determinar si su sangre es “más espesa”
y facilita la formación de trombos.
El tratamiento se realiza con fármacos anticoagulantes que hacen “menos espesa” su
sangre. Son muy útiles para evitar que se produzcan nuevos coágulos pero pueden hacer
más fácil que usted sangre. Por lo tanto, debe estar atento a cualquier signo de sangrado
durante su tratamiento y, en caso de que se produzca, consultar inmediatamente con su
médico. Es probable que requiera controles analíticos periódicos de los niveles de estos
fármacos. La duración del
tratamiento es variable pero,
en general, de varios meses.
El pronóstico de esta
enfermedad es bueno en la
mayoría de los casos con el
tratamiento antes explicado.
Únicamente debe saber que el
haber padecido esta
enfermedad aumenta el
riesgo de volver a padecerla en el futuro.
Hay una serie de situaciones que aumentan el riesgo de padecer una nueva embolia:
inmovilización o encamamiento prolongados, ingreso hospitalario, cirugías,
enfermedades de las piernas (incluyendo fracturas) o viajes de larga duración con escasa
movilización. En caso de que se produzca alguna de estas circunstancias deberá
contactar con su médico responsable para establecer las medidas preventivas más
adecuadas.