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NOTA DE PRENSA DEPARTAMENTO DE COMUNICACIÓN La Fundación BBVA organiza en la UPV un curso sobre los desafíos éticos y jurídicos de la medicina regenerativa Los expertos recomiendan a la Unión Europea la financiación pública de la investigación con células madre y la protección del derecho a la libertad de investigación Estas son algunas de las principales recomendaciones del proyecto Eurostem, que pretende dotar de un marco ético a la investigación con células madre en la Unión Europea 23 de junio de 2005.- La Fundación BBVA organiza dentro de los Cursos de Verano de la Universidad del País Vasco el curso ‘Medicina regenerativa: de la Ciencia a la Bioética y el Derecho’. A lo largo del curso, que se desarrolla en el Palacio Miramar de San Sebastián, se abordan la situación de la investigación con células troncales en España, las claves éticas de la clonación terapéutica, la protección de los datos genéticos y los desafíos éticos y normativos que plantea el desarrollo de la medicina regenerativa (que incluye el tratamiento de enfermedades degenerativas y cuadros postraumáticos, así como la utilización terapéutica de células madre o troncales). Carlos María Romeo Casabona, director del curso y de la Cátedra Interuniversitaria Fundación BBVA-Diputación Foral de Bizkaia de Derecho y Genoma Humano, y John Harris, catedrático de la Universidad de Manchester, han desarrollado estas cuestiones y han presentado hoy en conferencia de prensa las principales conclusiones del proyecto Eurostem, puesto en marcha por la Comisión Europea. El proyecto europeo Eurostem, en el que ambos catedráticos tienen un papel destacado, tiene como objetivo fundamental el desarrollo de un marco ético para la investigación con células madre humanas procedentes de embriones y de adultos. Este proyecto pretende también aclarar y determinar las responsabilidades de los investigadores y de los responsables de establecer las políticas en este ámbito, los derechos de las personas sujetas a investigación y de los donantes de tejidos, y el equilibrio previsto entre los riesgos y beneficios de la investigación y la terapia con células madre. CUESTIONES CONTROVERTIDAS EN LA INVESTIGACIÓN CON CÉLULAS MADRE Las diferencias más persistentes en el debate acerca de la investigación con células madre humanas se refieren a la cuestión que rodea a la condición moral del embrión. Las distintas opiniones van desde la creencia de que el embrión temprano no es más que un conjunto de células hasta la plena consideración que algunos le otorgan de ser humano. Esta cuestión no ha conseguido resolverse mediante análisis filosóficos o definiciones científicas. La condición moral o los grados de protección que deben otorgarse al embrión se basan en criterios lingüísticos, culturales, científicos y políticos, así como en creencias religiosas y seculares. Con el fin de proteger la autonomía de cada nación para decidir su planteamiento específico y concreto de la investigación con células madre humanas, los principios invocados entrañan, por lo general, una cuestión fundamental. La medida en que debe protegerse el embrión y la cuestión de cuándo, por qué y en qué fases del desarrollo embriónico son necesarias protecciones, es parte de esta cuestión fundamental . El necesario marco ético está destinado a aplicarse a todas y cada una de las investigaciones sobre células madre, con independencia de su alcance. La intención es que sea tan aplicable a jurisdicciones que, por ejemplo, puedan permitir la investigación sólo con células madre de adultos o permitan la investigación no destructiva de las células madre embriónicas, como a aquellas que permitan dicha investigación sólo con las líneas de células creadas antes de una fecha determinada o, como sucede en el Reino Unido, con las células procedentes de embriones antes de 14 días de desarrollo. En este sentido, la cuestión de la sustitución nuclear de células (SNC) suscita varias dudas éticas. Algunos analistas consideran que la creación de embriones tempranos, a veces denominados blastocitos, con fines de investigación es algo malo en sí mismo. Sin embargo, cada país debe decidir los límites de la permisibilidad de investigación y, por tanto, el alcance de las protecciones y prohibiciones. Se plantea la cuestión de la disponibilidad de los ovocitos. Puede haber planteamientos pragmáticos en relación con esta cuestión, como la donación de ovocitos por un familiar en forma de donación de órganos. Otra posibilidad dentro de la investigación futura puede ser que pase a ser posible conseguir ovocitos in vitro a partir de células madre embriónicas humanas. Sin embargo, el argumento principal opuesto contra la SNC es que fomentará la clonación reproductiva. Este temor parece exagerado. Procede señalar que se puede, como de hecho se ha llevado a cabo en muchos países, hacer frente a esta versión del argumento de la ‘ladera resbaladiza’ con una legislación clara. PROTEGER EL DERECHO A LA LIBERTAD DE INVESTIGACIÓN Como comunidad de naciones, la Unión Europea tiene un interés conjunto evidente en llevar a cabo investigaciones sobre células madre. Los intereses europeos residen en continuar respaldando la libertad de investigación, beneficiarse de los avances de dicha investigación y evitar imponer condiciones gravosas a los países que aceptan la investigación con embriones o perjudicar a los países que establecen condiciones restrictivas para la investigación con embriones. 2 Estos intereses incluyen consideraciones económicas derivadas de la aplicación científica de las innovaciones, en la esperanza de que se pueda proteger mejor la salud de las poblaciones europeas a través del tratamiento efectivo de algunas de las enfermedades y afecciones más graves y costosas. Existe un interés conjunto en la continuación responsable de los esfuerzos científicos que se verían facilitados si Europa trabajara unida a través del fomento de la investigación en distintos centros de diferentes naciones. El interés principal de la Unión Europea es el de conseguir una investigación científica competitiva dentro del mercado internacional, lo que se consigue más fácilmente de forma conjunta, dentro de un marco ético, y a través de proyectos abiertos y en colaboración. La investigación con células madre trata de beneficiar el bienestar de aquellos afectados, directa e indirectamente, por dolencias médicas que restringen la vida autónoma. El incremento de los conocimientos y la mejora potencial de la enfermedad contribuirá en gran medida a la autonomía y al bienestar de todos, confirmando de este modo el “principio del respeto a las personas”. Sería también deseable adoptar normas y leyes que fomenten la cooperación. El “principio de solidaridad” ocasionará un compromiso con la financiación pública de la investigación con células madre y, en consecuencia, el acceso generalizado a los resultados de la investigación. Ello incentivará la investigación entre distintos centros, a través de la cual los investigadores con células madre que trabajen dentro de marcos reglamentarios más rígidos podrían seguir participando en algunos aspectos de la investigación, por ejemplo, a través de la importación de líneas de células. Esto favorecería la tendencia de que las investigaciones médicas importantes en el futuro sean de acceso libre, lo que dará lugar a la aceleración y al crecimiento del progreso y el conocimiento, a la posibilidad de compartir mejor los resultados y, en última instancia, redundará en beneficio del tratamiento de los pacientes. La investigación con células madre promete un nuevo conocimiento y una nueva comprensión de la naturaleza y los mecanismos de la enfermedad, así como de los componentes básicos de la propia vida. Esta investigación reviste una importancia tan fundamental que exige la mayor divulgación posible de sus resultados. Por otra parte, en lugar de abordar la larga y difícil tarea de tratar de conseguir una armonización legislativa y reglamentaria, se debería más bien alentar la investigación en las comunidades científicas, respaldada por la financiación de proyectos científicos conjuntos que contribuyan a proteger el derecho a la libertad de investigación y a la autonomía académica, manteniendo al mismo tiempo los antecedentes legislativos y las sensibilidades morales concretas de cada país. PROTECCIÓN DE LA INTIMIDAD DE LOS PACIENTES Los principios de protección de la intimidad, confidencialidad y control de uso indebido de información están ampliamente aceptados en el ámbito de la biomedicina y la genética. La investigación con células madre entraña el acceso a 3 datos médicos y genéticos de las personas afectadas, por ejemplo, a través de la creación de bancos de líneas de células madre, su distribución a otras universidades y grupos de investigación, y su uso para diferentes fines de investigación a lo largo del tiempo. La investigación con células madre debe llevarse a cabo sobre la base de datos anónimos o, cuando esto sea incompatible con la investigación o la seguridad del paciente, tal investigación deberá llevarse a cabo con respeto a la protección de la intimidad de las personas afectadas y la confidencialidad de sus datos personales. La información personal obtenida a través de tal investigación deberá utilizarse sólo para los fines que la persona afectada haya consentido, con posibles excepciones que se ajusten a la respectiva legislación nacional. LA UNIÓN EUROPEA DEBE EVITAR LA DISCRIMINACIÓN CIENTÍFICA Y FINANCIERA Debido a las diferencias en la legislación nacional, el trabajo en colaboración llevado a cabo en la UE debe de contar con unas reglas claras que faciliten la actividad de los científicos. Por ejemplo, el trabajo realizado en un país que está prohibido en otro expone a las personas que realizan este trabajo al riesgo de responsabilidad penal por su participación en él; ello excluye también de una manera potencial a los investigadores de la posibilidad de financiación. En cuanto a la promoción de la investigación y la protección de los investigadores, los autores del informe recomiendan lo siguiente: Cuando la legislación nacional impida dicha cooperación y colaboración, recomendamos que los Estados y la Comisión Europea trabajen activamente con el fin de encontrar soluciones para este problema. Las soluciones no pueden ser responsabilidad de cada investigador. Nadie que trabaje en la Unión Europea debe ser castigado ni podrá ser objeto de diligencias penales, restricciones o discriminaciones si participa en una investigación, siempre que la investigación se lleve a cabo en un país que la permita. La investigación europea debe financiarse de modo que no discrimine entre los distintos Estados e investigadores en la Unión Europea. Esto significa que ningún investigador debe resultar perjudicado ni ser objeto de discriminación en razón de su participación en la investigación. La política de financiación de la Unión Europea debe concertarse y ajustarse a los principios anteriores, y no debe perjudicar a los investigadores de ningún Estado miembro. Si desea más información, puede ponerse en contacto con los departamentos de Comunicación de la Fundación BBVA (91 537 66 15 y 94 4 87 46 27) 4