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7.1 MESA REDONDA: CÁNCER DE COLON Y RECTO
Cáncer Colorrectal. Objetivos para una nueva década: una lucha integral
multidisciplinar
Eduardo Díaz-Rubio
Servicio de Oncología Médica
Hospital Clínico San Carlos, Madrid.
El cáncer colorrectal constituye hoy en día una gran problema epidemiológico en
España, con una incidencia anual de más de 25.000 casos (16% de todos los
cánceres) y una mortalidad superior a 12.000 (13% de todos los cánceres). Lo
anterior supone que cuando se analiza conjuntamente en la mujer y en el hombre el
cáncer colorrectal se convierte en el tumor que presenta una mayor magnitud.
La buena noticia es que el cáncer colorrectal se puede evitar, se puede diagnosticar
de manera temprana y se puede curar. Concretamente la supervivencia en España a
los 5 años es del 61.5% según el estudio Eurocare 4 correspondiente al periodo
2000-2002, lo que supone un incremento en 11 puntos respecto a los datos del
periodo de 1990-1994.
Estos resultados han sido debido a la integración de los diferentes tratamientos
(cirugía, quimioterapia y radioterapia) y a la posibilidad de realizar diagnósticos más
tempranos y más fiables. No obstante existe una gran variabilidad entre los
diferentes hospitales e incluso a veces dentro del propio hospital dependiendo de “la
puerta por la que entre el paciente”.
Al objeto de mejorar los resultados anteriores y de dar cabida a la demanda de la
sociedad y del paciente en todos los aspectos que comprende el cáncer colorrectal,
el futuro pasa por garantizar una atención multidisciplinaria en la que participen
todos los profesionales expertos procedentes de distintos sectores y especialidades.
Hasta hace bien poco la estructura de nuestro sistema sanitario ha hecho difícil
articular la concepción multidisciplinar de la atención oncológica tanto para el
proceso diagnóstico como terapéutico. Además de lo anterior es preciso significar
que ha faltado una conexión adecuada entre los niveles asistenciales implicados en
el diagnóstico, seguimiento y tratamiento del cáncer. Toda esta problemática ha
sido bien recogida por la Estrategia en Cáncer del Sistema Nacional de Salud
aprobada de manera definitiva en el año 2006.
Según la Estrategia en lo que se refiere a la atención multidisciplinaria es preciso
que todo paciente diagnosticado de cáncer deba disponer de un plan terapéutico
global y personalizado, planificado en su totalidad. Para ello se insiste en que dicho
plan debe haber sido consensuado con la participación de todos los especialistas
implicados en el marco de un comité de tumores.
La Estrategia o Plan de Cáncer marcó como prioritarios 20 objetivos, 37 acciones y
20 indicadores. De ellos en el apartado de atención al paciente marcó los siguientes
objetivos relacionados con la participación multidisciplinar de los profesionales:
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Objetivo 10: Los pacientes diagnosticados de cáncer serán tratados en el
marco de un equipo multidisciplinario e integrado y con un profesional que
actúe como referente para el paciente a lo largo del proceso de atención
hospitalaria. La decisión terapéutica debe estar basada en las guías de
práctica clínica y protocolos de cada centro hospitalario, para cada tipo de
tumor. El proceso terapéutico debe finalizar con un informe global que será
entregado al paciente.
Objetivo 12: Los centros hospitalarios que ofrezcan tratamiento oncológico
pondrán en marcha comités de tumores que planteen la decisión terapéutica
previa al tratamiento y establezcan un plan terapéutico global, en el que
participen los profesionales implicados en el proceso diagnóstico y
terapéutico del cáncer (según el volumen de casos, los comités de tumores
serán específicos por localización tumoral).
Objetivo 13: Los centros hospitalarios que traten pacientes con cáncer,
establecerán una metodología de evaluación de resultados clínicos de los
pacientes tratados total o parcialmente en dicho centro que permita evaluar:
supervivencia según estadio en el diagnóstico, el porcentaje de recidivas y la
mortalidad quirúrgica a los 30 días o dentro del mismo ingreso hospitalario.
En el año 2008 se llevó a cabo una evaluación de la Estrategia a través del análisis
de los indicadores previamente establecidos. En el apartado de medicina
multidisciplinaria concretamente fueron dos:
1.- Existencia de guías de práctica clínica implantadas o en fase de elaboración
2.- Porcentaje de centros con comités de tumores existentes en cada CC.AA.
Respecto a las guías de práctica clínica se pudo ver que el 72% de las CCAA las
tenían implantadas, si bien evaluadas por metodología GuiaSalud solo ocurría en el
22% de los casos, llegándose a la conclusión de que mientras unas CCAA han
hecho muy bien sus deberes otras iban con mucho retraso e incluso algunas aún no
habían comenzado.
En cuanto al porcentaje de hospitales que tenían un comité de tumores se situaba
en el 60%, lo que desde luego deja un campo de mejora incuestionable.
Es preciso considerar que no basta con crear un comité de tumores que consensúen
guías, protocolos y vías de atención, sino que es preciso un verdadero trabajo de
campo en el día a día donde existan sesiones clínicas de trabajo en las que se
analicen los casos concretos.
A nuestro juicio los profesionales implicados en el manejo del cáncer colorrectal
serían los médicos de familia, los internistas, los digestólogos, los cirujanos, los
oncólogos médicos, oncólogos radioterapéutas, patológos, y los relacionados con
las técnicas de imagen. En cuanto a las áreas comunes de trabajo en el cáncer
colorrectal deberían ser las siguientes: 1) cribado, 2) consejo genético, 3) estrategia
diagnóstica, 4) estrategia terapéutica, 5) proyectos de investigación, 6) ensayos
clínicos, y 7 ) programas de formación del MIR y del postgrado. Obviamente el grado
de implicación en cada institución de los distintos especialistas estará en función del
tema que se trate y teniendo en cuenta siempre el beneficio de la sociedad y del
paciente.
Un último aspecto que debe analizarse en profundidad de cara al futuro es la
creación de unidades funcionales en las que los especialistas estén integrados de
una manera real, si bien para llegar a esta situación será preciso previamente haber
conseguido una verdadera colaboración desde los servicios implicados. Distintas
fórmulas de gestión como las unidades clínicas o los institutos pueden ser una
herramienta válida para potenciar los comités de tumores y en su caso las unidades
funcionales.
Finalmente cabe decir que la administración deberá dotar de recursos y
herramientas necesarias a estos grupos de trabajos monográficos y que todo lo
anterior debe convertirse en un objetivo institucional.