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Transcript
Biodiversidad del ecosistema
del Pedregal de San Ángel
Antonio Lot
Zenón Cano-Santana
Editores
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
Introducción
Cacomixtle
Oreja de burro
Introducción
El Pedregal de San Ángel de la ciudad
de México: reserva ecológica urbana
de la Universidad Nacional
Antonio Lot y Pedro Camarena
Secretaria Ejecutiva de la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel de Ciudad Universitaria.
Coordinación de la Investigación Científica, Universidad Nacional Autónoma de México.
[email protected]
Introducción
ecosistema fragmentado que ocupa 237 ha y representa
el 33% del campus universitario con la presión del crecimiento urbano de la segunda ciudad más poblada del
mundo.
La Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (REPSA),
se encuentra desde hace 25 años bajo protección por la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y,
representa el último relicto del ecosistema del pedregal
de la cuenca de México, conocido como Senecionetum
praecosis por ser el matorral xerófilo de Senecio praecox
la comunidad vegetal más característica y extendida
(Rzedowski, 1954); Es una reserva natural de carácter
urbano particular por su biodiversidad, geomorfología,
de gran valor paisajístico y protegida por una universidad, lo cual garantiza un conocimiento ejemplar a
través de las numerosas instituciones dedicadas a la
investigación y divulgación científica. Una muestra de
ello, son las más de 240 contribuciones del ecosistema
del pedregal en terrenos de Ciudad Universitaria, de
las cuales, aproximadamente la mitad corresponden a
temas de tesis y, el otro tanto a, artículos publicados en
revistas científicas y en libros de divulgación (C. GarcíaJiménez, com. pers., Castillo-Argüero et al., 2007). Entre
las compilaciones y obras sintéticas sobre la historia natural y contribuciones sobre la naturaleza del Pedregal de
San Ángel, son notables como referentes del paisaje, los
libros de Rojo (1994), Carrillo (1995), Rojo y Rodríguez
(2002) y las excelentes ediciones de la UNAM sobre el
registro histórico-fotográfico de Salas Portugal (2000
y 2006) y, de Montemayor et al. (2005). Sin embargo, a
pesar de la información que tenemos de la REPSA, basado en una producción importante de publicaciones,
su conocimiento es insuficiente y, el reto de conservar
tan valioso patrimonio, es complejo, por tratarse de un
El paisaje de “malpaís”, inspiró a grandes artistas del
siglo XX, como Diego Rivera, Gerardo Murillo “Dr. Atl”,
Carlos Pellicer y Armando Salas Portugal, entre otros,
quienes lograron captar no sólo la compleja belleza
escénica del sitio, sino la importancia natural de este ecosistema inmerso y a las orillas de una creciente ciudad. Es
muy probable que quienes expresaran de múltiples maneras este enigmático paisaje, lograran percibir la gran cantidad de interacciones y evolución natural que dio lugar
un episodio geológico tan reciente como la erupción
del volcán Xitle.
El presente trabajo, es un ensayo que busca explorar
algunas ideas y reflexiones acerca del significado que
tiene el ecosistema del pedregal a la discusión del concepto de reserva urbana, como un modelo a partir de
la conservación de fragmentos de un “archipiélago” de
basalto de la ciudad de México.
El conocimiento adquirido
En la actualidad, el conocimiento, uso y conservación de
nuestra riqueza natural cobra mayor relevancia debido
al deterioro tan acelerado que experimenta la expansión y contacto de las urbes sobre las áreas rurales y/o
naturales. La ciudad de México es un ejemplo contundente de múltiples errores en la concepción urbana,
19
El Pedregal de San Ángel de la ciudad de México:
reserva ecológica urbana de la Universidad Nacional
Lot y Camarena
Exposición de motivos
sin embargo, es también la cuna de grandes aciertos
urbano-arquitectónicos y paisajísticos, y la Ciudad Universitaria da cuenta de ello. En este modelo de “ciudad
del conocimiento” de 721.7 ha y de cerca de 200 mil
habitantes, existe una reserva natural y espacios abiertos que ofrecen a quien la habita un promedio de 11.85
metros cuadrados de área verde silvestre. En esta reserva no sólo se protege el ecosistema sino que se acerca a
la comunidad universitaria brindándole la oportunidad
de observarla, estudiarla y recorrerla. La REPSA de Ciudad Universitaria es una oportunidad para comprender
un extraordinario paisaje cultural de nuestro tiempo
(Lot, 2007a).
La velocidad de crecimiento urbano y de expansión horizontal en una megaciudad como la capital de México,
condena irremediablemente a la extinción los posibles
relictos de ecosistemas y aún ciertas áreas naturales
protegidas (ANP) en las zonas colindantes. México es
considerado como uno de los cinco países con mayor
biodiversidad del planeta y cuenta con 161 ANP con
una superficie de 22.7 millones de hectáreas bajo algún
tipo de protección. Sin embargo, resulta crítico el bajo
número (17) y el grado de deterioro de las ANP para la
ciudad de México. El ecosistema del Pedregal de San Ángel al sur de la ciudad de México, es considerado como
una de las áreas protegidas de mayor riqueza florística
de toda la cuenca de México. La UNAM tiene a su cargo
tres reservas ecológicas: Los Tuxtlas, Veracruz (selva alta
húmeda), Chamela, Jalisco (selva baja seca) y Pedregal
de San Ángel (matorral xerófilo) estando las dos primeras
dentro de las Reservas de la Biosfera del MAB.
Una manera de entender y cuidar la naturaleza es apro‑
vechándola razonablemente. El adecuado uso de las especies vegetales de un ecosistema no sólo forma parte
de un buen manejo del área natural, sino que ayuda
per se a conservarla, y de alguna manera a extender
sus límites, ampliando las interfases o zonas de amortiguamiento, es decir, haciendo un uso racional del ecosistema sin destruirlo. La selección y utilización de las
especies de plantas propias de un ecosistema relicto
para el diseño de paisaje, puede ser una alternativa
eficaz para el manejo de las áreas verdes urbanas y de
esta forma asegurar la permanencia del ecosistema
reduciendo los impactos que genera la “urbanidad”.
En este ensayo, se presenta (Tabla 1) un primer análisis
comparativo del índice de biodiversidad local y regional,
que nos refiere con la mayor riqueza específica de elementos de la flora vascular, al Pedregal con un valor de
1.44 especies/ha (Castillo-Argüero et al., 2007; CanoSantana et al., 2008), con relación a Los Tuxtlas, que pre-
Reserva
Núm. especies de plantas
vasculares
Superficie
(ha)
Núm. especies/ha
Chamela
1149
3300
0.35
Los Tuxtlas
943
750
1.26
Pedregal
340
237
1.44
Tabla 1. Riqueza específica y densidad de especies de plantas vasculares de las tres áreas protegidas por la UNAM.
senta 1.26 especies/ha (Ibarra-Manriquez y Sinaca, 1997)
y a Chamela con 0.35 especies/ha (Lott, 2002). Es preciso
advertir que dicha comparación y, su entendimiento cabal en el conjunto de floras, requiere mayor documentación antes de pretender arribar a conclusiones, pero
sin duda, nos señala la riqueza vegetal del matorral
xerófilo. Su significado en el porcentaje de elementos
nativos con relación al aumento creciente de especies
por efecto antropogénico, no está suficientemente explicado (J. Rzedowski, com. pers.) (ver Castillo-Argüero,
en este volumen).
Las cualidades y el estado de conservación de este relicto de tan solo 237.3 ha nos hace pensar que es posible
la protección y manejo de ecosistemas aún en las condiciones extremas que se dan en una ciudad densamente
poblada y en constante expansión.
20
Introducción
Existen pocas zonas en el mundo, como el ecosistema
del Pedregal, incrustadas en una megaurbe y, que
además representen un laboratorio natural excepcional
para el estudio de los procesos sucesionales y evolutivos
de las comunidades presentes sobre una isla de lava. Por
otro lado, los servicios ambientales que aporta la reserva natural hacia la ciudad no han sido documentados ni
evaluados cuantitativamente (Soberón et al., 1991).
tual de reserva ecológica urbana y considerar a la REPSA como estudio de caso y modelo de conservación de
un ecosistema relicto dentro de una megaciudad;
d) valorar la magnitud de los servicios ambientales
que la REPSA y el resto de los fragmentos del pedregal, ofrecen a la calidad de vida de los habitantes de
la ciudad, y
e) formular elementos alternativos de manejo de reserva
urbana en la conservación de áreas verdes y relictos
de reservas naturales.
Preguntas y propuestas
Justificación
El reto y pregunta central gira alrededor de si ¿es posible
la conservación de la biodiversidad de un ecosistema
fragmentado en una zona densamente poblada?
Se fundamenta en las acciones y experiencias realizadas
en cuanto al plan de manejo (Rojo, 1994) y en el análisis
de la literatura sobre el conocimiento y conservación
del pedregal de San Ángel, como ecosistema protegido
por la Universidad Nacional de México. Recientemente
se han publicado una serie de obras que sintetizan, actualizan y complementan la información que se tenía
sobre la riqueza biológica de la REPSA: el manual sobre
la flora de Castillo-Argüero, et al. (2007); el trabajo de
Téllez et al. (2007) sobre las orquídeas terrestres y la guía
ilustrada de La Cantera Oriente (Zona de Amortiguamiento) de Lot (2007b). Al momento de escribir este
ensayo, apareció publicado un artículo acerca del valor
de conservación de las áreas incorporadas a partir del
año 2005, que resulta una lectura fundamental y que
enriquece con nuevos datos el presente trabajo (CanoSantana et al., 2008).
Independientemente de que se continúen estimulando
y apoyando estudios sobre la biodiversidad, estructura
y funcionamiento del ecosistema, es urgente establecer
un programa sistemático de investigación que valore y
documente los servicios ecosistémicos o ambientales
que ofrecen los fragmentos de pedregal sobrevivientes
en la ciudad de México. Este programa debe involucrar
no sólo a instituciones de investigación y educación ambiental, sino a entidades del gobierno dedicadas al ordenamiento ecológico y urbano de la ciudad de México.
Aunado a este programa será indispensable definir el tipo
de Área Natural Protegida que pueda establecerse para
la REPSA y que garantice su conservación a largo plazo
en el marco de la Ley General del Equilibrio Ecológico y
la Protección al Ambiente. En este sentido y basado en
las características y atributos de la Reserva Ecológica del
Pedregal en cuanto a su biodiversidad, geomorfología
y paisaje natural, se encuentra en proceso de análisis, la
propuesta para que sea considerada dentro de la categoría de Monumento Natural del Sistema Nacional de
Áreas Naturales Protegidas de México (SINAP).
El grado de conocimiento y de conservación por parte de
la UNAM, del ecosistema del Pedregal, lo constituye como
un laboratorio natural y, marco de referencia, a partir del
cual se pueden ensayar numerosas acciones de divulgación y educación ambiental que podrían instrumentarse en un programa coordinado con el Gobierno del
Distrito Federal (GDF), a través de las delegaciones donde
existen fragmentos del Pedregal de San Ángel y áreas
verdes altamente modificadas, factibles de ser recuperadas y rehabilitadas ecológicamente.
Otras propuestas encaminadas a consolidar la protección de la Reserva del Pedregal a 25 años de su creación
son las siguientes:
a) elaborar un plan de manejo que considere el efecto
del crecimiento urbano en armonía con el rescate integral de fragmentos de pedregal que existen alrededor
de la REPSA en un área de 80 km2;
b) proteger los numerosos fragmentos de pedregal sobrevivientes en un sistema de corredores biológicos;
c) enriquecer con nuevos elementos la discusión concep21
El Pedregal de San Ángel de la ciudad de México:
reserva ecológica urbana de la Universidad Nacional
Lot y Camarena
FIG. 1. Imagen aérea del derrame de lava del volcán Xitle, donde se señalan los relictos del ecosistema natural
del Pedregal de San Ángel en el sur de la ciudad de México.
22
Introducción
1.96 ha área
verde urbana,
en Coyoacán
1.73 ha área
verde urbana
en Álvaro
Obregón
C.U.
719 ha
3.47 ha
Anahuacalli
Reserva Ecológica
del Pedregal de
San Ángel UNAM
7.23 ha área
verde urbana
en Tlalpan
23.32 ha
Cuicuilco
73.26 ha predio
"Los Encinos"
N.
17.16 ha
Huayamilpas
Límite del Suelo de
Conservación
(SMA-GDF)
Ecoguardas
Parque ecológico de la
Ciudad de México
2,105.06 ha
Mapa elaborado en la Secretaría Ejecutiva de la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel,
con SIG Arc view 3.2 sobre una imagen del área metropolitana del año 2000.
FIG. 2. Mapa mostrando las superficies aproximadas de los fragmentos de pedregal en la ciudad de México.
Conservación de relictos de pedregal
marcación de Tlalpan es la que más área de pedregales
conserva, debido a que se encuentra en buena parte
del suelo de conservación en donde se ubican no sólo
el derrame de lava del Xitle, sino otros conos volcánicos
importantes y, a que es la delegación más grande en extensión territorial. Cuenta con el área natural protegida
(ANP) Parque Ecológico de la Ciudad de México, que se
ubica por debajo de la cota 2600 msnm., con 726 ha, en
dos polígonos separados entre sí, y se encuentra bajo
protección del GDF desde 1989. Otro predio importante
es el conocido como Predio Los Encinos sobre el periférico a un lado de Televisión Azteca, también dentro de
la demarcación de Tlalpan y mide 73 ha (Cano-Santana
et al., 2006). El Parque Ecoarqueológico de Cuicuilco con
un área de 23.3 ha, es otro predio que conserva y da un
manejo especial al pedregal donde se asienta. En suma,
todos estos predios conforman un “archipiélago” de las
áreas que conservan parte de lo que fuera el paisaje del
pedregal del antiguo derrame de 80km2 (8000 ha) y que
aportaban un volumen de agua importante para la recarga del acuífero (Fig. 1). En el mapa (Fig. 2) se delimitan los principales polígonos que contienen fragmentos
visibles del Pedregal, los cuales (considerando el área
que se ubica dentro de los límites del Suelo de Conser-
Al menos dos de los estudios publicados, constituyen
el antecedente más significativo que da sustento al
presente apartado: el capítulo Ecología, conservación,
restauración y manejo de las áreas naturales y protegidas
del pedregal del Xitle (Cano-Santana et al., 2006) y el artículo sobre la sucesión primaria en derrames volcánicos
(Cano-Santana y Meave, 1996).
La disminución del área de pedregales en el sur de la
ciudad ha generado una pérdida de las zonas de recarga que seguramente afectan las reservas de los mantos
freáticos. En la delegación de Álvaro Obregón esta pérdida se ha dado casi por completo y quedan algunos
relictos muy perturbados en las áreas de camellones,
parques y lotes baldíos del fraccionamiento Jardines del
Pedregal. En la demarcación Coyoacán, permanece en
buen estado lo que se conserva en las instalaciones
de Ciudad Universitaria (237ha) y, se pueden observar algunos fragmentos dispersos de menor tamaño
ó poco representativos, así como algunos remanentes
interesantes en el parque Huayamilpas, de 17.1ha. y en
el Museo Anahuacalli de Diego Rivera, de 3.47 ha. La de23
El Pedregal de San Ángel de la ciudad de México:
reserva ecológica urbana de la Universidad Nacional
Lot y Camarena
vación) suman 2,949.18 ha, lo que representa aproximadamente el 36% de la superficie total con afloramientos
conservados del Pedregal de San Ángel.
Resulta de vital importancia saber cuantas y cuales
especies vegetales usar en el diseño de los espacios
exteriores. En un entorno natural de poco suelo y con
baja capacidad de retención de agua, así como una alta
exposición al sol y a vientos, las plantas que se adaptaron al Pedregal de San Ángel, resultan idóneas para
ser utilizadas en la reforestación urbana y en el diseño
de paisaje de escenarios como los pedregales del sur del
D.F., ya que han logrado sobrevivir en esas condiciones
durante muchos años y esto, además de garantizar su
permanencia, ahorra importantes cantidades de recursos y agua para su establecimiento y manejo. Por otra
parte la conformación de masas de vegetación silvestre
actúan como interfases o áreas de amortiguamiento
que protegen las zonas núcleo o mejor conservadas y
que brindan hábitat para los organismos que de ellas
dependen.
Ciudad sustentable y el recurso agua:
otras reflexiones
Hoy en día la demanda por espacios verdes de calidad
aumenta en todas las ciudades medias, consideradas de
menos de 500,000 habitantes (Baigorri, 2001). La ONU
y otras normas internacionales proponen de 9 a 16m2
de área verde mínima por habitante. En su dimensión
correcta, este señalamiento se ubicaría como estrategia
altamente urgente en el caso de las megaciudades.
El agua, que es el elemento vital para el mantenimiento
de áreas verdes, se hace más escasa con el correr de los
años. El aumento de población mundial y el incremento
de habitantes urbanos exigen mayores caudales para el
consumo de los habitantes de las ciudades e imponen,
bajo situaciones de sequía prolongada, restricciones de
las aguas para el riego de la agricultura y las áreas verdes
(De la Hoz, 2007). Con la poca disponibilidad de agua
para el riego de estos espacios es necesario reconsiderar
una adecuada selección de vegetación que permita el
establecimiento en condiciones de sequía y que requieran
bajo mantenimiento.
Algunos ejemplos de utilización de estas especies han
demostrado ser muy exitosos ya que se han utilizado especies de poco mantenimiento y bajo consumo de agua,
además aportan diversidad y calidad estética en la jardinería urbana. La naturaleza de este paisaje agreste, pero
de peculiar belleza, nos estimula a desarrollar con imaginación un nuevo rediseño de paisaje o “xerojardinería”
para la Ciudad Universitaria y sus alrededores, basado en
el conocimiento de la flora del Pedregal de San Ángel.
Literatura citada
CANO-SANTANA, Z., S. CASTILLO-ARGÜERO, Y. MARTÍNEZ-OREA Y S. JUÁREZ-OROZCO. 2008. Análisis
de la riqueza vegetal y el valor de conservación de
tres áreas incorporadas a la Reserva Ecológica del
Pedregal de San Ángel, Distrito Federal (México).
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CARRILLO, C. 1995. El Pedregal de San Ángel. Universidad Nacional Autónoma de México, México, 177 p.
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Introducción
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25
Introducción
Los límites y la cartografía
Armando Peralta Higuera y Jorge Prado Molina
Instituto de Geografía,
Universidad Nacional Autónoma de México
[email protected]
La primera invasión: un evento
extraordinario
variable, cuya superficie muestra las formas caprichosas
creadas por el avance del fluido y cubre los laberintos
formados por innumerables tubos de lava, dando
lugar a un territorio accidentado, con características
radicalmente distintas a las del entorno. Aún cuando no
ocurrió un aislamiento geográfico en sentido estricto,
la desaparición total de la flora y la fauna, junto con
el establecimiento de condiciones muy diferentes a
las del entorno, confirieron a la zona algunos de los
rasgos característicos de una isla, en la que se originó
un proceso de sucesión primaria. El paisaje rocoso
fue gradualmente modificado por los efectos del
intemperismo, los derrumbes, la acumulación de
sedimentos, la formación de suelos y su colonización
por poblaciones de plantas y animales provenientes de
los alrededores. Los derrames descienden desde una
altura de 3,000 metros SNMM en la parte media del
volcán Ajusco, donde se encuentra el Xitle, hasta los
2,240 metros en la parte lacustre del Valle, por lo que
es posible encontrar un intervalo relativamente amplio
de condiciones de temperatura, humedad y pendiente,
que dieron lugar a distintas comunidades vegetales
(Rzedowski, 1954, Cano-Santana y Meave, 1996, CastilloArgüero et al., 2004).
En 1983 se creó la Reserva Ecológica del Pedregal de
San Ángel en Ciudad Universitaria (REPSA) a iniciativa
de un grupo de investigadores (Álvarez et al., 1982), con
el fin de proteger los últimos vestigios de un ecosistema
único en el mundo, de gran riqueza biológica y que se
encuentra al borde de la extinción. Éste se caracteriza
por una comunidad de matorral xerófilo a la que
Rzedowski (1954) llamó Senecionetum praecosis, debido
a la abundancia del “palo loco” (Senecio praecox),
que da al paisaje de la zona un aspecto muy peculiar.
El Senecionetum se desarrolló sobre el conjunto de
formaciones basálticas que hoy conocemos como
el Pedregal de San Ángel, y que se originaron por
la solidificación de los flujos de lava que derramó la
erupción del volcán Xitle hace aproximadamente 1,670
años (Siebe, 2000). La lava cubrió el poblado de Copilco y
el centro urbano y ceremonial de Cuicuilco, que a la sazón
era asiento de una de las culturas más desarrolladas del
período formativo tardío mesoamericano, obligando
a sus habitantes a desplazarse hacia otros rumbos del
Altiplano. Los derrames cubrieron una superficie de unos
70 km2 al suroeste del Valle de México, sobre parte de las
delegaciones Magdalena-Contreras, Álvaro Obregón,
Tlalpan y Coyoacán, en el Distrito Federal. El evento
provocó la desaparición de las comunidades vegetales
y los terrenos agrícolas, la evacuación o aniquilación de
las poblaciones animales, una modificación permanente
de los suelos y alteró el ambiente lacustre. La lava
solidificada conformó una capa de basalto de espesor
Entre ellas se encuentra el matorral xerófilo, que se desarrolló en la parte baja de los derrames, entre los 2,240
y 2,500 metros de altura y que ocupaba originalmente
una superficie aproximada de 40 km2. La asociación más
conspicua en este matorral era la dominada por Senecio
praecox, que fue descrita por Rzedowski en 1954 cuando
caracterizó la flora del Pedregal. A mayores altitudes, el
27
Los límites y la cartografía
matorral cambiaba gradualmente su composición y
se entremezclaba con otras comunidades, como lo
ejemplifica la presencia actual de algunas de ellas
dominadas por Agave salmiana, encino y tepozán,
en la Reserva Ecológica Lomas del Seminario. Desafortunadamente ya no es posible conocer toda
la diversidad biológica, ni el tipo y distribución
espacial de las asociaciones vegetales que se desarrollaron en el matorral xerófilo, puesto que la
mayor parte ha desaparecido irremediablemente
(figura 1).
Peralta Higuera y Prado Molina
475000
480000
485000
2135000
2135000
2130000
2130000
2125000
2125000
La segunda invasión: un
ecosistema único
El Senecionetum debe su carácter único a la gran
heterogeneidad geomorfológica del terreno, que
se expresa en forma de masas rocosas, cortes
abruptos, grietas, cavernas, planicies y depresiones rellenas de sedimentos. El microrrelieve que
resulta de esta configuración, ha dado lugar a una
gran variedad de ambientes locales, con diversas
condiciones de suelo, humedad, temperatura,
exposición al viento y al sol. En ellos, se ha desarrollado un mosaico de hábitats y asociaciones de
especies que pueden variar significativamente a lo
largo de unos cuantos metros, formando unidades relativamente pequeñas. Es decir, que detrás de una descripción genérica, en realidad el matorral de palo loco está
formado por numerosos parches, con grandes variaciones en composición florística y estructura (Cano-Santana,
1994 citado en Castillo-Argüero et al., 2004).
475000
Volcán Xitle
Extensión de los derrames
Ciudad Universitaria
Predio “Los Encinos”
Lomas del Seminario
480000
1
0
485000
1
2
3
4 kilómetros
Proyección UTM
Datum horizontal WGS84, zona 14Q
N
Figura 1. Extensión aproximada de los derrames del volcán Xitle
y ubicación de los remanentes del Pedregal que conservan sus
ecosistemas característicos.
torral xerófilo, pero en el que la mayoría de las especies
son características de condiciones de temperatura, humedad y altitud sorprendentemente diversas.
La tercera invasión: el desarrollo
Otra característica relevante del Pedregal, es la coexistencia de especies que ordinariamente se encuentran
en condiciones climáticas o altitudinales distintas, dando
lugar a asociaciones inusuales y a una diversidad significativamente mayor que la de la otros matorrales xerófilos de México (Castillo-Argüero et al. 2004). Aún cuando
el clima de la zona es templado, el régimen de precipitación y la altitud favorecen la presencia de otros tipos de
vegetación; varias especies de matorral xerófilo se establecieron de modo dominante, debido a la limitada capacidad de retención de humedad de los suelos someros
y del sustrato rocoso, que en la temporada seca produce
condiciones análogas a las de zonas áridas o semiáridas.
Esto, junto con la ya mencionada heterogeneidad del
terreno, da lugar a este ecosistema definido como ma-
Hasta mediados del siglo XX el Pedregal de San Ángel
era considerado un territorio inaccesible, inhóspito e
inadecuado para cualquier uso humano, que numerosas
referencias y mapas describen de modo despectivo
como malpaís, por lo que se mantuvo despoblado y
relativamente inalterado. Sin embargo, los criterios de
desarrollo dominantes a partir de la década de 1950,
acompañados de un desconocimiento abrumador sobre
su importancia ecológica y ambiental, impulsaron una
“conquista” de este territorio como alternativa para la
expansión de la Ciudad de México, que fue encabezada
por la construcción del fraccionamiento Jardines
del Pedregal, el anillo periférico y la misma Ciudad
Universitaria (CU). Esta incomprensión se manifestó
también en otras decisiones, como la de realizar una
28
Introducción
extracción ilimitada de piedra para la construcción en
la Ciudad de México y la elección del sitio para ubicar la
Planta de Asfalto que abastece al Distrito Federal, que
es una instalación altamente contaminante. El proceso
fue impulsado principalmente a través de iniciativas
institucionales, que mas adelante tendrían como efecto
colateral, la proliferación de invasiones y asentamientos
irregulares, resultado de la feroz competencia por los
recursos territoriales. Durante el último tercio del siglo
XX, no obstante las dificultades técnicas que plantea
la construcción sobre un terreno rocoso, irregular y
con abundantes cavidades subterráneas, prácticamente
toda la parte baja de los derrames fue ocupada por
nuevas colonias y vialidades. Esto eliminó casi totalmente
y de manera irreversible al ecosistema del Senecionetum,
y provocó también la pérdida de importantes bienes
culturales arqueológicos, algunos de los cuales fueron
utilizados como material de construcción, a pesar de
su buen estado de conservación y evidente valor.
Paradójicamente, el paisaje creado por un evento
natural catastrófico, fue a su vez destruido en un tiempo
muy corto por otro proceso -éste de origen social- que
también se perfila como catastrófico y de mayores
consecuencias. Los últimos remanentes del matorral
que aún tienen una extensión relevante para su
conservación, se encuentran en tres sitios principales:
en parte de la Reserva Ecológica Lomas del Seminario,
ubicada en las faldas del volcán Ajusco, donde comparte
7.28 km2 con otras asociaciones vegetales; en el predio
particular “Los Encinos” colindante con el Periférico (0.71
km2) y en la parte sur de la Ciudad Universitaria, que no
ha sido ocupada por instalaciones y que se encuentra
protegida desde 1983 (1.71 km2). Fuera de estas zonas,
sólo existen fragmentos aislados en la zona arqueológica
de Cuicuilco, en partes del Bosque de Tlalpan, así como
en predios aislados en las colonias que se ubican en las
faldas del Ajusco y en el fraccionamiento Jardines del
Pedregal, en los que pueden encontrarse ejemplares de
la vegetación original.
científica como los argumentos necesarios para sustentar
la creación de una reserva ecológica (Álvarez et al., 1982).
Como resultado de esta iniciativa, en 1983 la Universidad
Nacional Autónoma de México declaró “zona ecológica
inafectable” a una superficie de 124.5 ha, que protegía dos
grandes fragmentos que se encontraban en su ámbito
de decisión y cuya extensión refleja la importancia que
se concedió a la conservación del ecosistema (RiveroSerrano, 1983). La cláusula Segunda del acuerdo dice a
la letra: “En dicha zona por su importancia natural se desarrollará la preservación y la reintroducción de la flora y
la fauna, que por sus características le son exclusivas, para
que únicamente sea utilizada en actividades académicas
y de investigación, funciones esenciales de la Universidad,
además de contribuir al mejoramiento del medio ambiente del sur de la Ciudad de México: no pudiendo destinarse
a fines distintos.” Asimismo, determinó la creación de
un Comité Asesor, formado por científicos universitarios reconocidos, y colocó en la Coordinación de la Investigación Científica la responsabilidad de aplicar los
programas de conservación y reintroducción de especies, con la participación del Instituto de Biología, el entonces Centro de Ecología, la Facultad de Ciencias y la
Facultad de Arquitectura.
En la figura 2 se muestran los dos polígonos que se encuentran separados por la Avenida de los Insurgentes,
evidenciando la fragmentación del matorral dentro de
los terrenos universitarios, pero ambos son relativamente extensos y se mantiene cierta continuidad espacial dentro de ellos, aspectos que son importantes
para sostener el funcionamiento del ecosistema. Esta
acción dio lugar a un incremento en los estudios sobre
la ecología, flora y fauna del Pedregal y al desarrollo
de reuniones académicas frecuentes. Sin embargo, la
definición de los límites de la nueva reserva tenía algunas deficiencias. En el texto de este primer acuerdo
(Rivero-Serrano, 1983), las zonas fueron descritas a partir
de la longitud de las colindancias y la superficie de cada
una, siguiendo el uso de los documentos legales, en los
que se hace referencia a calles y predios adyacentes. En
general, el texto de este tipo de descripción no siempre
aporta información detallada sobre la forma del predio y debe apoyarse en un plano ó croquis anexo para
definirlo con precisión. Sin embargo, es común que
no se de importancia a la calidad de esta cartografía
auxiliar, ya que se considera que su forma es inequívocamente determinada por los terrenos y vialidades
Creación de la Reserva Ecológica
del Pedregal de San Ángel en
Ciudad Universitaria
En 1982 un grupo de investigadores universitarios
planteó la necesidad urgente de conservar los remanentes del matorral y aportó tanto la información
29
Los límites y la cartografía
Peralta Higuera y Prado Molina
Figura 2. Delimitación de la Reserva del Pedregal de San Ángel, a través del acuerdo de 1983, con una superficie de 124.5 hectáreas.
Los dos polígonos se designaron como “zona ecológica inafectable.” (Plano: Dirección General de Obras y Conservación, UNAM).
a su alrededor. Entre las referencias utilizadas en este
caso, se encontraban algunos rasgos físicos localizables,
como el límite de la Ciudad Universitaria (CU) ó algunos
de sus circuitos, lo que no daba lugar a la ambigüedad.
Pero también se mencionaban varias colindancias con
rasgos aún no existentes, identificados como “vialidades futuras” y “áreas libres de futuro desarrollo”. Para
determinar la posición de estos rasgos, era preciso consultar los planes de desarrollo de la CU, que establecen
los criterios para el crecimiento de la infraestructura y especifican la construcción de algunas obras, proporcionando descripciones y planos más o menos precisos. Así,
en el caso de las “vialidades futuras”, los límites podían
ser determinados con cierta claridad, pero una parte
importante del perímetro de la nueva REPSA colindaba
con “áreas libres de futuro desarrollo”, que presentaban
un problema peculiar. La mayoría de estas áreas se ubicaban en zonas de matorral bien conservado, y originalmente estaban consideradas en los planes como territorio disponible para el crecimiento de las instalaciones,
aunque sin un uso específico. Con el acuerdo, una parte
de ellas fue incorporada a la Reserva, pero el resto se
mantuvo como reserva territorial, de modo que la nueva
línea divisoria se ubicaba ahora en algún lugar dentro
30
Introducción
Segundo acuerdo
del “Área libre de futuro desarrollo” original. En consecuencia, la condición expresada verbalmente de que la
Reserva colindara con el “área libre” se cumpliría para
cualesquiera que fueran la posición y la forma de la línea
divisoria, constituyendo una referencia circular, a menos
que se especificara la ubicación exacta de la línea, indicando las coordenadas de los vértices, o bien especificando distancias y ángulos medidos a partir de puntos
bien ubicados, cosa que no se menciona en el texto. La
única noción clara sobre la ubicación espacial de estas
colindancias, se encontraba en un plano de localización
que acompañaba al acuerdo, en el que se mostraba el
contorno de los dos terrenos, pero no se especificó la
fuente de la que se obtuvo ni la escala real del original,
que no pudo ser localizado. Al ser ésta la única referencia para ubicar y medir la posición física de los límites,
la escala del plano adquiere enorme relevancia, porque
determina la precisión con la que esto puede lograrse;
en este caso particular, encontramos que la medición
de distancias en los ejemplares disponibles del plano,
que eran copias de escala muy pequeña, puede tener
un error cercano a los diez metros. Aparentemente no
se realizaron levantamientos topográficos específicos
para ubicar los linderos en el terreno y crear el plano,
y tampoco se produjo una memoria técnica. Como resultado, algunos límites de la Reserva parecían estar supeditados a aquellos que resultaran de la construcción
de infraestructura y a la manera en que se interpretaran
el acuerdo o el plano de localización. Paradójicamente,
el acuerdo daba valor legal a estos límites ambiguos y
hacía obligatoria su observancia. En ese momento, esto
no representaba un problema relevante debido a que no
había conflictos de propiedad con terceros; la Universidad podía crear una zonificación dentro de sus terrenos,
utilizar las partes resultantes para la construcción de alguna de sus dependencias o atribuirles usos específicos,
con base en criterios bien razonados y acordados por sus
integrantes. Es decir que la Reserva, más que un predio
perfectamente definido, era una decisión de manejo que
expresaba la voluntad de proteger al ecosistema. Pero los
efectos de la imprecisión en su delimitación, que fueron
acarreados en modificaciones sucesivas, se manifestarían
más adelante. Desde su creación, la Reserva se ha incrementado y reestructurado en cuatro ocasiones mediante
sendos acuerdos, que buscaron conciliar el objetivo de
conservación ecológica con las necesidades de crecimiento de la Universidad, a través de la incorporación de
nuevas áreas, la creación de zonas de amortiguamiento y
la redistribución del área núcleo.
En 1990 se incrementó la extensión total de la Reserva
Ecológica a 146.8 hectáreas (Sarukhán, 1990). Se definieron
por primera vez dos zonas núcleo que ocupaban 115
hectáreas y zonas de amortiguamiento que sumaban 31.8
hectáreas y que se consideraban como parte de la Reserva.
La zona poniente fue reestructurada para incorporar una
parte en su extremo norte, así como una extensa zona de
matorral razonablemente bien conservado en su porción
central, que había sido excluida en 1983. Al mismo
tiempo, se convirtieron en Zona de Amortiguamiento
dos polígonos: el primero era una franja estrecha en su
extremo oriental, y el segundo comprendía la superficie
ocupada por el Jardín Botánico y el Vivero Alto, las
instalaciones del Centro de Ecología, de los Instituto de
Biología e Ingeniería y de la Dirección General de Obras
y Conservación (figura 3). Estos dos polígonos quedaron,
por consiguiente excluidos de la Zona Núcleo Poniente. La
zona oriente definida en 1983 no cambió sus límites, pero
el Espacio Escultórico, ubicado en su interior, también se
convirtió en zona de amortiguamiento.
En este acuerdo se menciona por primera vez un Comité
Ejecutivo de la Reserva, dependiente de la Coordinación
de la Investigación Científica y se le atribuye “la regulación de los usos y las actividades por desarrollar en las
zonas núcleo”. Sin embargo, no se declara su creación
de modo explícito, y no se especifica su estructura, ni los
criterios para elegir a sus integrantes. Es de suponerse
que la intención fue que se formara con base en el Comité Asesor creado en 1983. Por otra parte, el acuerdo
menciona un levantamiento topográfico anexo, pero no
ha sido posible determinar si fue elaborado específicamente para definir los límites de la REPSA, dónde se encuentra o que entidad es la encargada de custodiarlo.
Acuerdos de 1996-97
En marzo de 1996 se elaboró otro acuerdo (Sarukhán,
1996), con el fin de desincorporar una superficie de 2.9
hectáreas de la Zona Núcleo Oriente para la construcción
de edificios, y reponerla mediante un aumento equivalente en otro de sus linderos, así como la incorporación
de una parte nueva al área núcleo poniente. También
se creó una nueva zona de recuperación ecológica, conocida como la “porción sur-oriente”, “La Cantera” ó “Can-
31
Los límites y la cartografía
Peralta Higuera y Prado Molina
Figura 3. En el acuerdo de 1990 se expandió la Reserva de 124.5 a 146.9 hectáreas y por primera vez se empleó la designación de Zona Nucleo
(Zonas Núcleo Poniente y Oriente en amarillo y azul, respectivamente), y de Zona de Amortiguamiento (formada por tres polígonos rojo,
naranja y violeta). Se incorporó una superficie de matorral bien conservado al centro de la Zona Núcleo Poniente. (Plano: Dirección General de
Obras y Conservación, UNAM).
a 172 hectáreas y se mantuvo la designación de zonas
núcleo y zonas de amortiguamiento (figura 4). En este
acuerdo, se menciona nuevamente a la Coordinación
de la Investigación Científica como la responsable de
regularizar los usos y las actividades en la Zona Núcleo,
y se hace mención de una reglamentación que debía ser
expedida por el Comité Ejecutivo y por la Comisión para
la Conservación y el Mantenimiento del Patrimonio Inmobiliario de la Ciudad Universitaria.
tera Oriente”, separada del terreno principal de CU por la
Avenida Delfín Madrigal. Esta zona se ubica en un gran
hueco en el terreno, formado por la extracción de la roca
basáltica que se empleó como material de construcción
y se le asignó una zonificación de manejo bastante compleja. Sus partes fueron: la zona núcleo “3”; las Zonas
de Amortiguamiento “D” (para evitar invasiones desde
el Pedregal de Santo Domingo); “E” (colindante con Av.
Delfín Madrigal, para introducción de especies nativas
y ornamentales); “F” (instalaciones del Club de Fútbol
Pumas) y “G” (tanques de agua potable de la DGCOHDDF). Como resultado neto, la Reserva se incrementó
El 13 de enero del año siguiente se publicó un nuevo
acuerdo (Sarukhán, 1997), que simplificó la estructura,
32
Introducción
Figura 4. Re-zonificación efectuada a través del acuerdo de marzo de 1996 donde se incluye una tercera zona núcleo a la Reserva
(“Sur-Oriente” mostrada como Zona 3, en verde) Se restó superficie al norte de la Zona Núcleo Oriente ó “Zona 1” (color morado), y se
compensó mediante incrementos en su extremo oriental (violeta claro) y al norte de la Zona Núcleo Poniente ó “Zona 1” (polígono
mostaza). Colindando con la Zona Núcleo 3, en “La Cantera” se definieron las Zonas de Amortiguamiento “D” (azul turquesa), “E” (rojo
oscuro), “F” (verde claro) y “G” (gris). La superficie total de la Reserva se incrementó a 172 hectáreas. (Plano: Dirección General de Obras y
Conservación, UNAM).
al integrar la mayoría de las zonas de amortiguamiento
y casi la totalidad de las zonas núcleo, bajo una sola
categoría denominada “Reserva Ecológica”, con un
régimen de protección estricta equivalente al de las
zonas núcleo previas (figura 5). También creó la Zona
Núcleo Sur, ubicada al sur del Circuito Mario de la
Cueva y colindante con el museo Universum, con lo
que la Reserva quedó formada por cuatro porciones.
Cabe destacar que se excluyeron las instalaciones del
Instituto de Biología y también el terreno anexado en
marzo de 1996 al norte de la Zona Núcleo Poniente,
en el cual se construyó posteriormente el Instituto de
Investigaciones Biomédicas. También se añadieron a la
Zona Núcleo Oriente dos fragmentos: uno al norte, con
el que se reintegró el terreno que fue desincorporado
en marzo de 1996 y otro al sur, junto a la Facultad de
Ciencias Políticas y Sociales. En este acuerdo se introdujo
la figura de las Áreas Verdes de Manejo Especial (AVME),
que no eran parte de la Reserva, pero que fungían como
zonas de amortiguamiento. Éstas se establecieron en
zonas de matorral, en varios camellones y en algunos
de los bordes del área protegida, designados como
33
Los límites y la cartografía
Peralta Higuera y Prado Molina
Figura 5. Plano de la Reserva que acompaña al acuerdo publicado el 13 de enero de 1997, tomado de la Gaceta UNAM. En este acuerdo,
se consolidó toda la Reserva anterior en las Zonas Núcleo (naranja), se incorporaron partes a las Zonas Núcleo Oriente y Poniente (verde)
y se creó la Zona Núcleo Sur (violeta). Se excluyeron las zonas de amortiguamiento de “La Cantera” y se crearon las Áreas Verdes de
Manejo Especial (azul). La superficie total se incrementó a 212 hectáreas. (Sarukhán, 1997). Los números en recuadros y las máscaras de
color fueron sobrepuestos por los autores, para facilitar la interpretación.
“futuras vialidades” en los planes de desarrollo. Con este
acuerdo, además se creó el Comité Técnico de la Reserva
Ecológica del Pedregal de San Ángel (CT-REPSA), que se
responsabilizó de su protección y manejo. La extensión
del área de protección estricta aumentó a 177 hectáreas,
que junto con la superficie ocupada por las AVME (35.6
ha), sumaba 212 ha. Este acuerdo también lleva como
anexo un plano de localización en el que se indican
los nuevos límites, pero que también adolece de varias
deficiencias.
Todos estos acuerdos manejan diferentes denominaciones para la Reserva y sus zonas, pero los propósitos que
se les asignan se han mantenido consistentemente. En
todos ellos, la descripción de los límites se hace con los
mismos criterios que en el de 1983 y se acompañan de
planos de localización ó croquis similares.
34
Introducción
La delimitación de 2005
Comité Técnico de la REPSA mediante la creación de la
Secretaría Ejecutiva y la asignación de un presupuesto
operativo básico.
En 2005, la construcción de vialidades e instalaciones en
sitios colindantes con la REPSA despertó en miembros
del Comité Técnico y en buena parte de la comunidad
universitaria, la inquietud de que las obras estuviesen
invadiendo el área protegida, que su desarrollo tuviera
efectos colaterales en ella y que afectara a la fauna que
transita por el campus. Si bien es cierto que las dependencias encargadas del desarrollo de infraestructura,
habían considerado en sus proyectos los límites de la
Reserva desde que ésta fue creada, la falta de una definición precisa, tanto en los planos como en el terreno,
hacía posible la existencia de errores y dio lugar a discusiones de difícil solución. En este caso, los dos sitios
que generaban mayor preocupación se encontraban
justamente en la colindancia con “futuras vialidades”
y el conflicto se materializó cuando una de éstas fue
construida. Para evaluar la existencia de afectaciones,
fue necesario en primer término realizar una interpretación detallada de los límites de la REPSA, que puso de
manifiesto las deficiencias mencionadas anteriormente.
Por otra parte, no existían marcas o indicaciones de los
límites sobre el terreno, lo que propiciaba las invasiones, el tránsito incontrolado de personas, vehículos y
fauna feral, la disposición de residuos, el saqueo de especies y la comisión de ilícitos. Esta investigación sobre
los linderos, desencadenó la identificación de residuos
peligrosos provenientes de laboratorios, llantas, partes de vehículos, papel, troncos de árboles, mobiliario,
computadoras de deshecho y contenedores de líquidos
industriales. En otras zonas, se encontró que se lavaban
revolvedoras, se descargaban grandes cantidades del
cemento sobrante o se tiraba cascajo. En otras más,
personas ingresaban sin control para transitar, ingerir
bebidas o cometer ilícitos, como el abandono de autos robados. Estos problemas, que ya habían sido planteados por miembros de la comunidad, fueron evidentes durante la realización de los trabajos de campo y el
análisis de imágenes aéreas.
Identificación de afectaciones
Antes de pasar a la descripción de los métodos
empleados en la reestructuración de la REPSA, conviene
revisar el proceso que puso de manifiesto los conflictos
y las deficiencias técnicas, porque ejemplifica algunos
de los problemas que ocurren durante la creación
y mantenimiento de las áreas naturales protegidas.
También conviene contar con una memoria de ellos,
para no cometer errores similares en el futuro. En primer
término, para determinar la existencia de afectaciones,
se requería de una evaluación que, en principio, era
trivial. Bastaba con utilizar un sistema de información
geográfica para sobreponer los límites de la REPSA,
expresados como polígonos, a una imagen reciente
que mostrara las obras en desarrollo, para determinar si
existían invasiones y en su caso, medirlas.
Como la descripción en el texto del acuerdo más cercano
en el tiempo a estos acontecimientos (Sarukhán, 1997),
no era suficiente para determinar la posición de algunos
de los límites de interés, se tomarían como referencia
los mostrados en el plano de localización anexo a
dicho acuerdo. Sin embargo, se presentaron varios
obstáculos. El primero fue que el archivo digital del
plano ya no existía, y tampoco fue posible conseguir
alguna de las impresiones en formato grande hechas
a partir de ese archivo, susceptible de ser digitalizada
y georreferenciada. Por otra parte, se encontró que la
indicación de los límites sobre el plano de localización
se hizo de buena fe, pero utilizando un procedimiento
inadecuado. Éstos se trazaron directamente sobre
la ampliación de una aerofotografía que no había
sido ortocorregida ni georreferenciada con métodos
fotogramétricos, es decir, que aún no se habían
eliminado las deformaciones (principalmente radiales)
introducidas por el lente y la desviación del eje óptico
de la cámara. Tampoco se tomaron en cuenta los
desplazamientos ni las diferencias de escala producidas
por el relieve. Todas estas variables deben cuantificarse
y hacer las correcciones correspondientes para poder
hacer mediciones con una precisión determinada,
sobre una imagen. Estos fenómenos alteran la posición
y las dimensiones de los objetos representados en la
El proceso dio como resultado la decisión de reestructurar una vez más la REPSA para aumentar su cobertura y
eficacia, así como la de incorporar en el nuevo acuerdo
una delimitación precisa tanto en los mapas como en el
terreno, empleando las herramientas tecnológicas más
avanzadas a nuestro alcance (De la Fuente, 2005). Con
este acuerdo se dotó de mayor capacidad operativa al
35
Los límites y la cartografía
Peralta Higuera y Prado Molina
fotografía, y los errores resultantes estarán presentes
en un mapa trazado directamente sobre ella. Por otra
parte, las fotografías aéreas pueden ser amplificadas
para incrementar su escala hasta cinco veces, pero
para que conserven sus características métricas, esto
debe hacerse a partir del negativo original y con
instrumentos ópticos especializados ó con barredores
fotogramétricos; cualquier otro procedimiento de
amplificación introducirá deformaciones adicionales e
incrementará el error. La magnitud del error depende
de la escala; a escalas menores, el error medido en
metros es mayor y lo mismo ocurre con los mapas. Pero
la precisión de un mapa no puede ser mayor que la de
las fotografías que se utilizaron para producirlo, aunque
éste se imprima a una escala mayor.
sido de mayor importancia, sin la reacción oportuna de
la comunidad y de las autoridades universitarias. El proceso hizo evidente que la imprecisión en la delimitación
de la Reserva constituía una fuente potencialmente seria de conflictos y de daños al ecosistema. Por otra parte,
la instalación de bardas y controles era imposible si no
se conocía el sitio preciso en el que debían colocarse.
Generación de ortomosaicos
Se construyeron dos mosaicos ortocorregidos a partir
de fotografías aéreas digitales visibles e infrarrojas,
con varios propósitos. Primero se utilizaron para
identificar las obras y su extensión, y después para
identificar alternativas de reestructuración a través
del diagnóstico de la REPSA, para la identificación de
áreas bien conservadas susceptibles de incorporación
y para proporcionar una referencia espacial y temática
confiable para la delimitación. Para elaborar el primer
mosaico, se utilizaron imágenes aéreas obtenidas con
cámaras digitales de formato pequeño, que de manera
circunstancial fueron tomadas para otros proyectos en
esa misma época. Estas imágenes tienen una resolución
aproximada de 80 cm/píxel sobre el terreno, que permite
utilizar con comodidad una escala de trabajo de 1:20,000.
Las imágenes se obtuvieron por medio de dos cámaras
digitales, una en color visible y otra en el infrarrojo
cercano. Para las imágenes visibles se utilizó una cámara
Kodak DCS 14n Pro equipada con un lente Nikkor 35mm
AF-D f/2.8, con un conteo nominal de 14 millones de
píxeles y que produce archivos de 4,536 x 3,024 píxeles.
Las imágenes infrarrojas fueron tomadas con una
cámara Sony F-707 modificada para registrar el infrarrojo
cercano, que produce archivos de 2,560 x 1,920 píxeles.
Tras la modificación se instaló un filtro infrarrojo B+W
093 (Schott RG-830) , cuya curva espectral, combinada
con la del sensor CCD de la cámara, permite registrar
las longitudes de onda entre 850 y 1,100nm con una
transmisión superior al 50%. El filtro bloquea el intervalo
visible (τ < 1% @800nm). Las imágenes infrarrojas
fueron remuestreadas y registradas con precisión
sobre las visibles para producir archivos TIF con cuatro
bandas espectrales. Éstas fueron georreferenciadas,
ortocorregidas y unidas en un mosaico. Con estas
imágenes fue posible realizar una estimación preliminar
de afectaciones, pero presentaron algunas limitaciones.
En primer término, el levantamiento del que formaban
parte aún no estaba terminado y aunque mostraban las
En nuestro caso, los únicos ejemplares del plano que
fue posible obtener, eran fotocopias en tamaño carta
del acuerdo que presentaban deformaciones evidentes,
o copias de escala aún más pequeña mostradas en algunos trabajos científicos. Es decir, que a la incertidumbre sobre la escala original, se sumaron una reducción
en la escala del plano y los artificios del fotocopiado,
aumentando de modo incontrolado el error. Por estas
razones, el documento gráfico del acuerdo no puede
considerarse como un plano ó un mapa, sino como un
croquis cuya utilidad es ilustrativa, pero no de referencia precisa. En las copias disponibles, el espesor de los
trazos equivalía a 8 metros en el terreno, mientras la
discusión giraba en torno de afectaciones estimadas de
modo preliminar entre 2 y 30 metros. Para dilucidar la
ubicación de los límites se consultaron planos topográficos empleados en la construcción de obras, algunos de
los cuales parecen haber sido utilizados en 1996 como
auxiliares para la elaboración del acuerdo. También se
encontraron inconsistencias en estos planos, tanto en la
ubicación de rasgos e instalaciones, como en el cierre de
los polígonos, siguiendo los ángulos y distancias mostrados en ellos. Fue necesario hacer una aproximación de
los límites a partir del análisis del texto, sobreponer el
croquis y los planos disponibles a ortofotografías escala
1:4,500, así como realizar consultas constantes con el Comité Técnico de la REPSA. A partir de esta interpretación
se definieron dos escenarios que correspondían a las afectaciones máxima y mínima respectivamente. Si bien las
afectaciones detectadas en el peor caso eran de escasa
magnitud (0.8 hectáreas) en relación con el tamaño de la
Reserva, se concluyó que existían y que podrían haber
36
Introducción
Figura 6. La utilización del mosaico compuesto de imágenes visibles e infrarrojas fue de gran utilidad
para detectar aquellas áreas susceptibles de ser incorporadas a la Reserva (señaladas en este caso por
polígonos en color rosa).
zonas con los conflictos más importantes, no alcanzaban
a cubrir toda el área de CU. Por otra parte, la resolución
de 80 cm/píxel no era suficiente para identificar los
rasgos más finos y para realizar mediciones menores a
2 metros. Para eliminar estos obstáculos, se realizó de
inmediato otro levantamiento aéreo con las mismas
cámaras, pero a una altura significativamente menor
y cubriendo la totalidad de la superficie de la CU. Las
imágenes resultantes tienen las mismas características
que las ya mencionadas, pero con una resolución en
el terreno de 25 cm/píxel y se procesaron de la misma
manera. Éstas permiten la obtención de productos con
una escala de 1:2,500 (ASPRS, 2005). Las obras y otras
fuentes potenciales de afectación, como los depósitos
de materiales y basura, se identificaron mediante la
interpretación visual y para ello fue suficiente el uso de
las tres bandas que conforman el color visible, en tanto
que la banda infrarroja se reservó para una etapa
posterior, en la que se determinó la presencia del
matorral en toda la superficie de CU. Los polígonos
correspondientes se trazaron sobre el mosaico y se
realizaron verificaciones de campo en todos los sitios
detectados, para validar la interpretación y también
para caracterizar con detalle los materiales presentes
y las actividades que se desarrollaban en cada uno. En
todo el proceso se utilizó el programa ArcView como
plataforma básica para el manejo de información
geocodificada y se creó un pequeño SIG, al que se
incorporaron las imágenes, los planos y los mapas
existentes. En él se generaron también capas con
polígonos, rasgos lineales y puntos, así como tablas
de atributos y áreas durante las etapas de evaluación
y delimitación (figura 6).
37
Los límites y la cartografía
Peralta Higuera y Prado Molina
Figura 7. Aquellos puntos de la rejilla que resultaron inaccesibles, fueron desplazados hacia lugares claramente identificables desde la
fotografía aérea.
Campaña de obtención de puntos
de control con GPS
(Centro Histórico). También se emplearon receptores
TOPCON™ HiperL1 de una sola banda (L1) y una estación
de referencia BIGG (Instituto de Geografía, UNAM), que
sirvieron principalmente para verificar sobre el terreno
la posición de algunos de los puntos en conflicto y la
posición de los postes que señalan algunos de los vértices
de la Reserva. Las coordenadas de esta estación fueron
obtenidas mediante triangulación de puntos conocidos y
la desviación estándar obtenida con estos equipos fue de
0.5 cm, utilizando el modo estático rápido (Prado-Molina
y Peralta-Higuera, 2005a).
El Sistema de Posicionamiento Global (GPS) es una
herramienta muy útil para determinar las coordenadas de
un punto sobre el terreno. El uso de receptores para trabajo
geodésico permite obtener precisiones del orden de unos
cuantos milímetros cuando se utiliza en modo diferencial
(Prado-Molina y Peralta-Higuera, 2007). Un total de 165
puntos de alta precisión fueron obtenidos usando esta
técnica, con una desviación estándar de 15 mm, teniendo
como base una rejilla uniformemente distribuida
cubriendo el campus universitario y sus alrededores
(figura 7). Estos puntos permitieron obtener un modelo
digital del terreno y sirvieron también como puntos de
control terrestre, para aplicar los procesos fotogramétricos
de aerotriangulación y ortorrectificación, que eliminan
las distorsiones inherentes a la cámara y el lente, así
como aquellas producidas por el relieve del terreno o
las introducidas durante la obtención de las imágenes
(movimientos incontrolados de la aeronave). Con ello,
los ortomosaicos resultantes adquieren características
geométricas equivalentes a las de un mapa.
Además del mapa definitivo de la Reserva (figura 8) se
generó un anexo técnico donde se hace una descripción detallada, de las áreas, los límites y colindancias
de todas las zonas pertenecientes a la Reserva (PradoMolina y Peralta-Higuera, 2005b). Los vértices de la
Reserva fueron verificados exhaustivamente para evitar
inconsistencias en las dimensiones y en su localización
geográfica.
También se emprendieron otras acciones importantes
para la protección de la zona, como la colocación de
postes en todos aquellos vértices de los polígonos en
los que no existían otras referencias físicas (figura 9),
con la finalidad de evitar confusiones en el futuro y
hacer evidentes las invasiones, para poder detenerlas
inmediatamente. Las coordenadas de cada poste fueron
verificadas con GPS después de su colocación.
Los equipos utilizados para este proyecto fueron los
siguientes: Receptores Trimble™ 4000Ssi de dos bandas
(L1, L2) con antenna microcentrada, utilizando el método
estático rápido con órbitas precisas y dos estaciones de
referencia: UIGF (Instituto de Geofísica, UNAM) y UPEC
38
Figura 8. Ortofotomapa con los polígonos de la delimitación de la REPSA sobrepuestos, publicado en Gaceta UNAM el 2 de Junio de 2005. Mediante este acuerdo la
Reserva tuvo un incremento de 24 ha, por lo que ahora la zona núcleo es de 171 ha y la de amortiguamiento de 66 ha, contando con una superficie total de 237 ha
(Peralta et al., 2005).
Introducción
39
Los límites y la cartografía
Peralta Higuera y Prado Molina
Figura 9. La colocación de
postes donde no hay una
buena referencia física, permite
determinar de manera inequívoca
la posición de los vértices de la
REPSA.
El papel de la geomática en el proceso
sustentable y para lograrlo es preciso recurrir a métodos
complejos diseñados para minimizar los conflictos,
identificar las concordancias, posibilitar la participación
ciudadana y maximizar la protección de los ecosistemas
en el balance final. Durante este proceso, lo ideal es que
se identifiquen nuevos escenarios y objetivos que en
muchas ocasiones no son evidentes a primera vista. La
visualización de relaciones espaciales, la determinación
de superficies, la evaluación rápida de alternativas sobre
la marcha y la estimación de impactos, son elementos
que facilitan la discusión y aportan información objetiva,
por lo que la disponibilidad de datos geoespaciales y el
aprovechamiento de las herramientas de la geomática
deben ocurrir desde el inicio.
Para la reestructuración de la Reserva descrita en
este trabajo, la discusión sobre qué áreas debían ser
protegidas y cuáles podrían ser usadas para cubrir las
necesidades de espacio de la Universidad, se dio en
el seno del Comité Técnico de la REPSA, que incluye a
especialistas, autoridades y representantes de sectores
académicos comprometidos con la conservación.
Además del análisis de las imágenes, se realizaron
verificaciones de campo y se tomaron en consideración
los resultados de muestreos de flora y fauna, que
mostraron la importancia de zonas que no se habían
considerado previamente, en las que se encontraron
ejemplares de especies endémicas o en peligro. Si bien
este ejercicio refleja lo que ocurre durante la creación de
áreas protegidas a nivel estatal o federal, la divergencia
entre los distintos puntos de vista es mucho menos
marcada dentro de la Universidad, donde las discusiones
son facilitadas por un ambiente de argumentación
científica y de búsqueda de soluciones. En la mayoría de
los casos a nivel nacional las negociaciones son difíciles,
ya que en ellas participan sectores que frecuentemente
tienen intereses contrapuestos, como organizaciones
ambientalistas, investigadores, productores forestales y
agropecuarios, inversionistas turísticos o industriales. El
resultado esperado es un equilibrio inteligente entre los
objetivos de estos grupos, que es la base del desarrollo
Los aspectos metodológicos y las tecnologías que se
utilizaron en este trabajo, como los sistemas de información geográfica, los sistemas de posicionamiento
global, el análisis geoespacial y la percepción remota,
son ya indispensables para la definición y manejo de
áreas protegidas y la creación de planes de ordenamiento ecológico. Puesto que una parte de la discusión tiene
una base científica, que debe integrar el conocimiento
acumulado del territorio, de la sociedad, de la economía
y de los ecosistemas, resulta indispensable manejar
grandes cantidades de información y es ahí donde estos
instrumentos tienen una utilidad excepcional. Sin embargo, es muy importante no perder de vista que estas
40
Introducción
herramientas no constituyen la parte esencial del proceso y que su aplicación no sustituye a la discusión que
se da entre los puntos de vista divergentes de la conservación, el aprovechamiento de los recursos naturales y
las necesidades de sectores específicos.
su transporte a capas inferiores del subsuelo a través
de las grietas, reduciendo también la evaporación.
Aunque la mayor parte de la superficie ha sido sellada
por el desarrollo urbano, es necesario enfatizar el papel
que juegan en este proceso los remanentes de mayor
extensión, como la REPSA, pero también los jardines
y afloramientos rocosos que persisten en la zona,
que suman una superficie considerable. El Pedregal
proporciona otros servicios ambientales a la sociedad,
como sus efectos positivos sobre la calidad del aire, la
reducción de la contaminación sónica, las cualidades
visuales del paisaje, así como la posibilidad de realizar
actividades deportivas, recreativas y culturales, que
inciden en la calidad de vida de la población circundante.
Su conservación es relevante desde el punto de vista
científico y aún quedan muchas preguntas por responder
en relación con su estructura y funcionamiento; el
conocimiento de la evolución de un ecosistema que se
desarrolló en condiciones tan peculiares, puede aportar
datos importantes para comprender mejor la adaptación
de poblaciones, el reclutamiento de especies, su
diferenciación y los fenómenos de sucesión. Es claro
que el paisaje único del Pedregal debe ser protegido de
la desaparición, por su riqueza biológica e importancia
científica, por su valor estético, por la maravilla natural
que han creado los derrames de lava y por los servicios
ambientales que presta a la sociedad.
¿Cuáles son los límites del Pedregal?
A pesar de la pérdida de territorio y la degradación de
las áreas remanentes, el ecosistema del Senecionetum
aún alberga una gran diversidad biológica y es muy
probable que existan especies de plantas, animales
y de otros grupos que aún no han sido reportados,
especialmente en las grietas y en los ambientes
subterráneos. Pero también es probable que nunca
conozcamos muchas especies que habitaron el
Pedregal ó que desaparecerán en los próximos años sin
que las hayamos identificado. Además del papel que
juega como reservorio de especies desplazadas por
el desarrollo urbano en el Valle de México, el Pedregal
constituye un paisaje claramente identificable formado
por elementos naturales y urbanos, que pueden y
deben ser manejados de modo integral dando especial
importancia a la CU y a las colonias colindantes (ver
también Lot y Camarena, en este volumen). En éstas,
se ha desencadenado recientemente un proceso de
sustitución de las residencias individuales originales -en
las que las masas rocosas y la flora fueron incorporadas en
los proyectos arquitectónicos y persisten en los jardinespor condominios horizontales cuya lógica es maximizar
la superficie construida en el terreno disponible. Esta
tendencia amenaza con provocar la desaparición de los
últimos relictos que se encuentran en la colonia Jardines
del Pedregal y el papel ambiental que aún conservan.
Además de su significado biológico, el Pedregal es de
gran importancia para la recarga de los acuíferos. El
relieve limita los escurrimientos superficiales y favorece
Dada la imposibilidad práctica de establecer políticas de
manejo en áreas cuya propiedad es en parte pública y
en parte privada, y sobre las cuales no existe un acuerdo
social, la creación de una conciencia sobre la importancia del Pedregal y de sus límites reales es primordial, más
aún que las barreras físicas para proteger lo que queda
de él. Los límites legales y físicos, por otra parte, carecen
completamente de significado si las autoridades y la comunidad no los conocen y respetan escrupulosamente.
41
Los límites y la cartografía
Peralta Higuera y Prado Molina
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42
Introducción
La erupción del volcán Xitle y las lavas
del Pedregal hace 1670 +/-35 años AP
y sus implicaciones
Claus Siebe
Departamento de Vulcanología, Instituto de Geofísica
Universidad Nacional Autónoma de México
[email protected]
Edad del Xitle
Las lavas del Pedregal emitidas por el volcán Xitle, un
cono de escorias (tezontle) y cenizas arenosas localizado
en las laderas del extinto volcán Ajusco (Fig. 1), cubren
un área de aproximadamente 70 km2. La erupción inició
de manera “estromboliana” cuando magma basáltico
rico en gases llegó desde profundidades mayores a 50
km (manto superior) a la superficie (Cervantes y Wallace,
2003a; b). La despresurización del magma y consecuente
expansión rápida de los gases produjo un estilo eruptivo
moderadamente explosivo que fragmentó al magma y
dio lugar al emplazamiento de capas de cenizas volcáni‑
cas a partir de una columna eruptiva cuya altura fluc‑
tuaba intermitentemente. Los fragmentos de lava más
grandes (escoria) caían cercanos al conducto, mientras
que las partículas más finas (ceniza) eran arrastradas por
el viento a grandes distancias. De esta manera, se formó
primero el cono del Xitle hasta que, conforme transcurría
la erupción, el contenido de gases disminuyó y el estilo
eruptivo se tornó menos explosivo y más efusivo dando
lugar al emplazamiento consecutivo de flujos de lava
que se interdigitaban y sobreponían paulatinamente.
Las lavas descendieron por una distancia de 12 km por
las laderas del Ajusco (Fig. 2) hasta llegar a las planicies
del Valle de México donde cubrieron vastas áreas, hoy
ocupadas por colonias urbanas pertenecientes a las
delegaciones de Tlalpan, Coyoacán y Alvaro Obregón.
Debido a la baja viscosidad y alta temperatura de las
lavas (>1000 oC), éstas se emplazaron en túneles que
aun se preservan (de ahí el antiguo nombre de Tlalpan,
poblado que en el siglo XIX aun se conocía como San
Agustín de las Cuevas).
Fig. 1: Fotografía aérea del volcán Xitle (3,150 m snm) ubicado en la
ladera del extinto volcán Ajusco (3,950 m snm) tomada desde un
helicóptero el 29 de Diciembre de 1994.
43
La erupción del volcán Xitle y las lavas del Pedregal
hace 1670+/-35 años AP y sus implicaciones
Siebe
La alta temperatura de las lavas debió producir nu‑
merosos incendios forestales que destruyeron la
vegetación en un área mayor que el ocupado por los
productos volcánicos propiamente. La velocidad y
dirección del avance de la lava que fluía por grave‑
dad estuvieron controladas por la topografía (dre‑
naje fluvial e inclinación de la pendiente). Por ello las
lavas fueron emplazadas hacia el N y el NE, bajando
por los valles que drenaban el Ajusco hasta llegar a
las planicies de la cuenca lacustre donde invadieron
zonas pantanosas cuyas riberas eran habitadas por
humanos (Fig. 2). La velocidad de avance de la lava
no era muy alta por lo que la mayoría de las personas
y fauna mayor pudieron escapar de la calcinación.
No así la vegetación e insectos, razón por la cual al fi‑
nal de la erupción, un amplia área quedó recubierta
por una roca dura y estéril (llamada comúnmente
malpaís por los campesinos). Durante décadas, este
malpaís estuvo desprovisto de vegetación debido a
la dureza de las rocas, la inexistencia de compuestos
de nitrógeno en el substrato y la ausencia de suelo
(arcillas y limo) que fuese capaz de retener la precipi‑
tación pluvial en niveles cercanos a la superficie. Con
el tiempo, el viento depositó materiales finos (arcilla y
limo) que se fueron acumulando en las hondonadas de
la superficie del Pedregal. Con ello las primeras especies
de plantas pioneras comenzaron a repoblar la zona fi‑
jando compuestos de nitrógeno en el suelo y así permi‑
tiendo también el ingreso y crecimiento de otras espe‑
cies. Aun así, el área cubierta por las lavas jamás logró
ser de utilidad para la agricultura, cuando esta actividad
humana se extendió por toda la cuenca de México. In‑
clusive, el crecimiento de los asentamientos humanos
obvió ocupar esta área hasta que, con el advenimiento
de la ingeniería moderna y la presión ejercida por el des‑
mesurado crecimiento poblacional, fue finalmente facti‑
ble económicamente urbanizar también esta zona que
representaba uno de los últimos reductos naturales de
gran extensión en la cuenca de México. La cimentación
de las edificaciones, el tendido de vialidades y redes de
abastecimiento de agua y drenaje en un substrato ro‑
coso requirió de grandes inversiones (Ciudad Univer‑
sitaria, Estadio Azteca, fraccionamientos lujosos), cuyo
financiamiento sólo pudo ser sufragado por entidades
gubernamentales o compañías privadas que tuviesen
suficiente capital. Alternativamente, otras partes del Pe‑
dregal fueron pobladas de manera irregular a pesar de
las precariedades que implicaba el caso (vivir sin servi‑
Fig. 2: Mapa esquemático que muestra la extensión de los flujos de
lava que emanaron del Volcán Xitle y conforman El Pedregal.
cios básicos). Paradójicamente, el día de hoy, el Pedregal
de San Ángel es probablemente el flujo de lava joven
más poblado del orbe. La Reserva Ecológica de Ciudad
Universitaria representa en este contexto un laborato‑
rio para estudiar la colonización vegetal y animal de
un paisaje casi lunático. Este proceso de colonización
natural fue interrumpido abruptamente en la mayor
parte del Pedregal por la urbanización explosiva que
cubrió con asfalto y cemento vastas áreas, pero también
introdujo nuevas especies vegetales y animales en jar‑
dines y parques.
El volcán Xitle (xictli = ombliguito en Náhuatl) produjo
las obscuras lavas basálticas del Pedregal, que tienen
una apariencia fresca, sin mayor cobertura de suelo y
poca vegetación. Estas características apuntan hacia
una corta edad, en términos geológicos. Lo anterior se
ve confirmado por los numerosos vestigios arqueológi‑
cos que a lo largo del tiempo se han encontrado debajo
de las lavas y entre los que destaca la pirámide de Cui‑
cuilco (Fig. 3). Desde las primeras excavaciones auspicia‑
das por la National Geographic Society y dirijidas por el
44
Introducción
Fig. 3: Fotografía tomada desde un helicóptero el 4 de Abril de 1997 que muestra la pirámide de Cuicuilco
rodeada de flujos de lava del Xitle. La estructura circular tiene un diámetro de ca. 130 m y fue explorada por
primera vez por B. Cummings entre 1922 y 1925.
arqueólogo norteamericano Byron Cummings (1923a,
b, c, 1926, 1933) durante la década de 1920, se ha desea‑
do conocer la edad de esta singular zona arqueológica
destruida por la erupción del Xitle y preservada para
la posteridad bajo espesos flujos de lava que forman
tan peculiar paisaje. La dureza de la lava requirió del
uso de explosivos y los bloques de roca resquebrajada
fueron transportados sobre rieles férreos en pequeños
vagones mineros, que Cummings mandó instalar para
tal propósito. Aún así no se pudo determinar la edad
de la erupción del Xitle que fue causa del abandono
forzado de Cuicuilco. La ausencia de documentos escri‑
tos que hicieran referencia a este cataclismo natural, no
impidieron a Cummings especular sobre la fecha de tal
evento. Sin mayor empacho, Cummings concluyó que
Cuicuilco probablemente habría sido abandonado hace
unos 8000 años y que seguramente se trataba de la
zona arqueológica más antigua de las Américas. De esta
manera Cuicuilco cobró notoriedad entre los arqueólo‑
gos que se disputaban el descubrimiento de las ruinas
más antiguas del orbe e investigaban el poblamiento
temprano del Continente Americano.
No fue hasta l950, cuando W.F. Libby (1955) desarrolla‑
ba el método de fechamiento por radiocarbono, que
las primeras muestras de material orgánico extraídas
del paleosuelo que subyace a las lavas del Xitle fueron
recolectadas por Helmuth de Terra (1951) y analizadas
en Chicago en el laboratorio de Libby (en 1960 Libby re‑
cibiría el premio Nobel en química por el desarrollo de
este importante método de fechamiento). El primer fe‑
chamiento (Arnold y Libby, 1951) arrojó una edad de 2,422
± 250 años antes del presente (AP) y con ello terminaron
de manera súbita las especulaciones sin base científica.
Desde entonces, se han obtenido más de 30 fechamien‑
tos por radiocarbono de muestras recolectadas en su
mayoría del paleosuelo que subyace directamente a las
cenizas y las lavas. Estas muestras han arrojado edades
que en su mayoría fluctúan alrededor de los 2000 años
(AP) (Siebe, 2000). Como esta edad coincide con el sur‑
gimiento de Teotihuacan, se postuló la hipótesis que
los fundadores de esta gran urbe podrían haber sido
los antiguos pobladores de Cuicuilco que tuvieron que
abandonar el sur del Valle de México para instalarse en
45
La erupción del volcán Xitle y las lavas del Pedregal
hace 1670+/-35 años AP y sus implicaciones
Siebe
un lugar más seguro hacia el norte (Blanton et al., 1981;
Muller, 1990). Sin embargo, muestras de carbón obteni‑
das directamente de las cenizas del Xitle (es decir carbón
producido por los incendios forestales provocados por
la erupción misma) han arrojado edades más jóvenes de
1670 +/- 35 años AP (equivalente al año 280 +/- 35 de
nuestra era). En consecuencia, los damnificados del Xitle
no pudieron ser los fundadores de Teotihuacan, sino a lo
sumo haber encontrado refugio en una ciudad que para
aquel entonces ya existía (para una discusión más am‑
plia ver Siebe, 2000). El ejemplo de Cuicuilco representa
un caso documentable de un desastre volcánico en el
Valle de México, cuyos efectos tuvieron consecuencias
fatídicas. Aparentemente, pobladores posteriores del
Valle de México tuvieron algún conocimiento de estos
hechos que guardaron en su memoria por generacio‑
nes, pues en épocas toltecas y aztecas se llevaban a
cabo peregrinaciones a la pirámide de Cuicuilco, único
vestigio que no fue totalmente cubierto por las lavas
(Piña-Chan, 1967). Desafortunadamente, la mayoría de
los actuales pobladores del sur de la ciudad de México,
desconoce estos acontecimientos que se suscitaron en
la antigüedad, lo cual los hará más vulnerables en caso
de una nueva erupción en esta región en el futuro.
El Xitle y la Sierra Chichinautzin
El Xitle no es un volcán aislado, sino forma parte de un
conjunto de más de 200 pequeños volcanes que con‑
forman el Campo Volcánico de la Sierra Chichinautzin
(Fig. 4). Esta sierra separa al Valle de México de los valles
de Cuernavaca y Cuautla y las rocas volcánicas que la
conforman son casi en su totalidad de edad cuaternaria,
es decir geológicamente muy jóvenes. Tal abundancia
de pequeños conos jóvenes indica que esta región, que
forma parte del Cinturón Volcánico Mexicano, debe con‑
Fig. 4: Mapa esquemático que muestra la ubicación del volcán Xitle en la Sierra Chichinautzin al Sur de la Ciudad de México,
así como otros conos monogenéticos jóvenes y los volcanes poligenéticos Popocatépetl, Iztaccíhuatl y Nevado de Toluca. En
el pequeño recuadro se indican el Cinturón Volcánico Mexicano así como otros rasgos tectónicos de México.
46
Introducción
Fig. 5: Imagen de satélite LANDSAT con perspectiva hacia el SW que muestra el volcán Xitle (X) y la extensión de El Pedregal así como
parte de la Sierra Chichinautzin. M=Ciudad de México, Ch=Volcán Chichinautzin, P=Volcán Pelado. Las flechas indican la traza de una
gran falla normal con dirección E-W.
El Xitle, un volcán monogenético
como otros volcanes mexicanos
siderarse potencialmente activa y por ende se puede
afirmar con toda certeza que algún día volverá a ocurrir
una erupción que formará un nuevo pequeño cono en
esta zona. El nombre de esta sierra, “Chichinautzin” de‑
riva del pequeño volcán del mismo nombre y significa
en náhuatl “Señor que quema”. El volcán Chichinautzin,
fechado en 1835 +/- 55 años AP (Siebe et al., 2004a) es
después del Xitle el segundo más joven de este campo
volcánico y está situado en su parte central (Fig. 5). Sus
lavas desprovistas de suelos maduros y cubiertas con
escasa vegetación se pueden observar con facilidad en
la curva “La Pera” de la autopista México-Cuernavaca.
Durante los últimos años se ha logrado fechar por ra‑
diocarbono a varios de los volcanes más jóvenes que
conforman a la Sierra Chichinautzin, como lo son el
Guespalapa, Pelado, Tláloc, Tlacotenco, etc. (Siebe et al.,
2004a, b; 2005; Siebe y Macías, 2006). En conclusión, se
puede decir con base en los fechamientos realizados,
que en promedio surge un nuevo cono volcánico cada
1000 años en la Sierra Chichinautzin. Sin embargo, esto
no ocurre con precisión astronómica, sino al contrario,
parece que ha habido épocas donde varias erupciones
ocurren de manera seguida en pequeños intervalos, in‑
terrumpidos por periodos largos de 2000 a 3000 años
de aparente quietud.
El Xitle es un volcán monogenético, es decir, se produjo
durante una sola erupción, a diferencia de los volcanes
poligenéticos que se forman a lo largo de miles de años
como producto de múltiples erupciones interrumpidas
por periodos de reposo de duración variable. El Popo‑
catépetl y el Volcán de Colima son ejemplos típicos de
volcanes poligenéticos activos, mientras que el Pico de
Orizaba, El Ceboruco y La Malinche también son poli‑
genéticos, pero actualmente en estado de reposo. Existen
en México alrededor de 20 volcanes poligenéticos, en su
mayoría concentrados a lo largo del Cinturón Volcánico
Mexicano que atraviesa la parte central del país de este
a oeste a lo largo del paralelo 19o de latitud norte. Adi‑
cionalmente, existen más de 3000 conos monogenéticos.
Estos pequeños conos no se encuentran distribuidos de
manera homogénea sino que se concentran en cam‑
pos volcánicos como el de la Sierra Chichinautzin o en
el Estado de Michoacán, donde se ubica la mayor can‑
tidad de ellos. En Michoacán también ocurrieron las dos
erupciones monogenéticas más recientes sobre terri‑
torio mexicano, ambas documentadas históricamente:
la erupción del Jorullo inició en 1759 y terminó en 1774
47
La erupción del volcán Xitle y las lavas del Pedregal
hace 1670+/-35 años AP y sus implicaciones
Siebe
(Gadow, 1930), mientras que la del Paricutin inició en
1943 y terminó en 1952 (Luhr y Simkin, 1993). El Paricutin
nació durante la 2ª Guerra Mundial y en aquel entonces se
había instalado una oficina del United States Geological
Survey en la Ciudad de México, cuyos geólogos tenían la
encomienda de explorar el territorio nacional en búsque‑
da de minerales estratégicos para la industria bélica.
Varios de ellos (e.g. R. E. Wilcox, C. Fries, K. Segerstrom,
etc.) recibieron la asignación de estudiar la erupción del
Paricutin y se sumaron a los esfuerzos de geólogos mexi‑
canos y norteamericanos (e.g. G. González-Reyna, E. Or‑
dóñez, W. F. Foshag, etc.) afiliados a otras instituciones.
Artistas como Gerardo Murillo el “Dr. Atl” (1950) y fotógra‑
fos como Hugo Brehme también visitaron el Paricutin
y plasmaron sus impresiones en obras de gran calidad.
Gracias a estas circunstancias, la erupción del Paricutin
es una de las erupciones monogenéticas mejor docu‑
mentadas en el mundo (Ordóñez, 1947; Luhr y Simkin,
1993). Varios poblados fueron destruidos por las lavas
o seriamente afectados por las cenizas (Rees, 1979). Los
desplazados tuvieron que rehacer sus vidas y muchos
campesinos purépechas de esta región fueron reclu‑
tados por el “Bracero Program”, que buscaba suplir de
manera ordenada la enorme demanda de trabajadores
agrícolas en los EEUU (Nolan, 1979).
Aunque los volcanes Jorullo y Paricutin no volverán a
entrar en erupción, es muy probable que en esta región,
así como en la Sierra Chichinautzin, surjan nuevos vol‑
canes monogenéticos en el futuro. Mientras tanto es‑
tos volcanes, al igual que el Xitle, pueden servir como
laboratorios naturales para investigar los procesos mag‑
máticos que les dieron origen, así como el impacto de
sus erupciones en la sociedad y flora y fauna silvestres.
El repoblamiento y la recuperación de estos territorios
devastados es de igual interés y debiera seguirse estu‑
diando. La mayor divulgación de los resultados de es‑
tos estudios en museos de sitio y otros medios sería sin
duda de gran ayuda para informar a la población sobre
el riesgo que implica vivir en un territorio eminente‑
mente volcánico. Una población y funcionarios públicos
informados sin duda podrán enfrentar de mejor manera
los retos que de esta situación se derivan.
Agradecimientos
Las investigaciones realizadas por el autor y sus colaboradores, entre los que destacan varios estudiantes del Pos‑
grado en Ciencias de la Tierra de la UNAM, han sido financiadas en gran medida por el CONACYT y la DGAPA-UNAM,
instituciones que merecen nuestro más amplio reconocimiento.
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49
Introducción
Servicios ecosistémicos
Mariana Nava-López, Julieta Jujnovsky, Rubén Salinas-Galicia, Javier Álvarez-Sánchez y Lucia Almeida-Leñero
Departamento de Ecología y Recursos Naturales, Facultad de Ciencias,
Universidad Nacional Autónoma de México
[email protected]
Introducción
miento de las sociedades humanas que garantizan el
bienestar social (GEF-UNEP, 1999). En ausencia de servicios ecosistémicos, la vida como la conocemos dejaría
de existir y por ello, el valor que tienen es incuestionable
(Daily et al., 1997).
Los seres humanos han transformado al planeta a tasas
muy aceleradas, sobre todo durante la segunda mitad
del siglo pasado (Balvanera y Cotler, 2007), introduciendo cambios sin precedentes en los ecosistemas con el
fin de satisfacer la creciente demanda de servicios indispensables para el mejoramiento de la vida de millones
de personas. Lamentablente, esta demanda cada vez
mayor, acompañada de procesos como la deforestación,
el cambio climático, la desertificación y el crecimiento
de la población, han puesto en riesgo a los ecosistemas
(Rozzi et al., 2001) reduciendo su capacidad de sustentar
condiciones adecuadas de vida a generaciones futuras
(MEA, 2005).
Los servicios ecosistémicos se clasifican en (1) servicios
de provisión, (2) de regulación, (3) culturales y (4) de soporte (MEA, 2003).
Los servicios ecosistémicos que proporciona la REPSA
a la ciudad no han sido completamente reconocidos ni
evaluados. Sin embargo, desde el siglo xix la Reserva ha
sido objeto de diversos estudios que permiten visualizar que se trata de un ecosistema de gran importancia,
sobre todo como refugio para la biodiversidad, con elevadas perspectivas para la educación ambiental y la
investigación científica, que ofrece un paisaje estético y
un área de recreación (Cano-Santana et al., 2006).
Este fenómeno se puede apreciar con mayor frecuencia en aquellas ciudades que han experimentado un
crecimiento acelerado de la mancha urbana, como la
Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM), la
cual presenta una alta dependencia para el abasto de
servicios. A pesar de ello, la ZMCM todavía cuenta con
importantes áreas naturales como la Reserva Ecológica
del Pedregal de San Ángel (REPSA), la cual proporciona
servicios ecosistémicos a la población capitalina.
El objetivo de este capítulo es hacer un análisis general de
los servicios ecosistémicos que la REPSA proporciona.
Hasta el momento y con base en la información generada en el último siglo, en este trabajo se reconoce que
esta Reserva ofrece cinco servicios de provisión, tres de
regulación, cuatro culturales y tres de soporte (Fig. 1).
Los servicios ecosistémicos son todos aquellos beneficios, tanto tangibles como intangibles, que las poblaciones humanas obtienen de los ecosistemas naturales
o transformados (MEA, 2003). Estos constituyen uno de
los factores determinantes en la formación y estableci-
51
Servicios ecosistémicos
Especies
Ornamentales
Nava-López y colaboradores
Especies
medicinales
Cantidad de
agua
Recursos
Genéticos
Cantidad de
agua
Alimento
Polinización
Regulación
Madera
Combustible
Provisión
Servicios ecosistémicos del
Pedregal de San Ángel
Productos no
Maderables
Investigación
Académica
Producción
Primaria
Soporte
Ciclaje de
Nutrientes
Culturales
Flujos de Energía
y cadenas tróficas
Herencia
Cultural
Recreación
Belleza
Escénica
FIG. 1. Servicios ecosistémicos de la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel.
Servicios de provisión
cies de orquídeas, entre las que destacan Bletia urbana
Dressler y Galeotiella sarcoglossa Lindl., por ser especies
amenazadas y sujetas a protección especial de acuerdo a la NOM-059-ECOL-2001, respectivamente (Flores
Villanueva, 2006). Asimismo, se han reconocido 25
especies, seis géneros y tres familias de hongos micorrizógenos arbusculares (Hernández-Cuevas et al.,
2003), así como 45 especies de hongos macromicetos
(Herrera et al., 2006).
Recursos genéticos
La REPSA alberga una gran cantidad de recursos genéticos representados en su alta biodiversidad (Fig. 2).
La zona es una de las últimas muestras de vegetación
natural dentro de la cuenca de México (Rojo, 1994),
representando uno de los últimos refugios de especies
dentro de la ZMCM. Se han registrado 337 especies de
plantas vasculares, pertenecientes a 74 familias y 193
géneros (Castillo-Argüero et al., 2004). La familia con
mayor número de especies (74) es Asteraceae (CastilloArgüero et al., 2007); también se han registrado 22 espe-
Por otra parte, se han encontrado 37 especies de
mamíferos, entre ellas 12 de murciélagos y 16 de
roedores; se han descrito 106 especies de aves que
representan el 41% de la avifauna del Distrito Federal;
además se han hallado tres especies de anfibios, tres
52
Introducción
FIG. 2. Recursos genéticos en la Reserva del Pedregal. a) Mammillaria magnimamma Haw. b) Phlebodium
areolatum (Humb. et Bonpl. ex Willd.) J. Sm.c) Agave salmiana Otto ex Salm-Dyck. d) Opuntia tomentosa SalmDyck. e) Astrolepis sinuata D.M. Benham & Windham y flor de Zephyrantes sessilis.
Especies medicinales
de lagartijas, seis de culebras y la serpiente de cascabel (Rojo y Rodríguez, 2002). Asimismo, este sitio se ha
reconocido por ser un refugio muy importante para
cientos de especies de artrópodos (Rueda-Salazar y
Cano-Santana, en este volumen).
Se ha encontrado una gran cantidad de especies a las
cuales se les atribuyen propiedades medicinales, como
por ejemplo (ver Mera et al., 2002; Rojo y Rodríguez,
2002): Selaginella pallescens (Presl.) Spring., Begonia gracilis H.B.K., Tecoma stans H.B.K. (como tratamiento para
la diabetes), Montanoa tomentosa Cervant. (que facilita
el parto, estimula la menstruación y es abortiva), Senecio
praecox DC. (usado para reumatismo y heridas), Tigridia
pavonia (L.F) D.C. (para curar la fiebre y es abortiva) y
Datura stramonium L. (narcótico). Bouvardia ternifolia
(Cav.) Schlecht, por su parte, es una planta que ha sido
utilizada para la disentería, la rabia, tos y cólicos.
Especies ornamentales
En la Reserva habitan muchas especies que son apreciadas por su valor ornamental, como Mammillaria
discolor Haw., M. sanangelensis Sánchez-Mejorada (especie que además es endémica), Dahlia coccinea Cav.,
Echeveria gibbiflora DC., Verbesina virgata Cav., Zephyrantes sessilis Herb., Muhlenbergia virletii E. Fourn. y
Bletia urbana Dressler, entre otras (Panti-Madero, 1984;
Carrillo, 1995; Rojo y Rodríguez, 2002;).
53
Servicios ecosistémicos
Nava-López y colaboradores
Madera
Otros productos
Rzedowski (1954) mencionaba que “a pesar del pastoreo,
de la quema de pastos y de la tala, aún se conservaban
grandes extensiones del Pedregal casi sin modificar”. De
lo que se deduce que el Pedregal proveía de pastos, así
como de productos maderables. Es importante considerar que para entonces el Pedregal era un continuo en
un gradiente altitudinal, desde el pueblo de San Ángel
hasta las faldas del Ajusco, en cuyas zonas de mayor
altitud se encontraban (y encuentran aún) bosques de
encino y de pino. Algunas personas, todavía recurren
a las zonas del Pedregal para obtener leña, forraje, alimento y plantas de ornato (Cano-Santana et al., 1996;
ver Damián-Domínguez et al., en este volumen).
En los depósitos de lava que presenta la REPSA (Fig.
3), existen canteras que a principios del siglo pasado
suministraron piedra para la construcción de casi todos los edificios de la capital de la República (Gamio,
1929). A su vez, la extracción de este recurso fue muy
importante para la construcción de Ciudad Universitaria (Carrillo, 1995).
Alimento
En la década de 1950, todavía se observaban, en las
zonas planas y con mejor formación de suelo, distintos
cultivos como: maíz (Zea mays L.), frijol (Phaseolus
vulgaris L.), chícharo (Pissum sativum L.), haba (Vicia faba
L.), avena (Avena sativa L.), maguey (Agave sp.) y clavel
(Dianthus sp.) (Rzedowski, 1954).
FIG. 3. Basalto en la Reserva del Pedregal.
54
Introducción
Servicios de regulación
asimismo, la humedad relativa mínima registrada fue de
14.2% en secas y 24.5% en la estación de lluvias.
Regulación de la cantidad
y calidad de agua
Servicios culturales
Herencia cultural
Se conocen cuatro manantiales y varios cuerpos de agua
en la Cantera Oriente, sin embargo no hay estudios del
flujo hidrológico que permitan obtener la trayectoria
del agua, es decir, de dónde proviene y a dónde se dirige. Sin embargo, se ha podido observar que la calidad
del agua no es buena para el consumo humano puesto
que se han encontrado bacterias y algas indicadoras de
contaminación sugiriendo la presencia de desechos urbanos (H. Novelo, com. pers.).
Las evidencias históricas dejadas por el hombre,
en donde se distinguen los petrograbados y otros
objetos arqueológicos, muestran que el Pedregal ha
sido un lugar importante de culto (Robles, 1994). A
principios del siglo xx, Gamio (1929) menciona que
se habían encontrado una gran cantidad de vestigios
arqueológicos en las canteras de Copilco, los cuales, de
manera general, este autor podía clasificar en sepulcros,
pavimentos e hileras de piedra, y objetos de barro. En
aquel entonces, se pensaba que la cultura Arcaica del
Pedregal, como se denominó a la civilización que habitó
en este lugar, era la más antigua del Valle de México, y
quizá de toda la República. Dentro de la REPSA existen
todavía montículos de roca basáltica que merecen ser
valorados desde el punto de vista arqueológico (Z.
Cano-Santana, com. pers.).
Por otro lado, el sustrato de roca basáltica del pedregal
tiene un grado de permeabilidad de medio a alto, lo que
permite inferir que esta área puede ser una zona de recarga para los mantos freáticos.
Polinización
En la Reserva existen muchas especies polinizadoras,
como artrópodos, aves y murciélagos. El 96% de las especies de abejas son colectoras de polen; ellas visitan 62 especies de plantas con flores, principalmente de la familia
Asteraceae, siendo Dahlia coccinea Cav., Reseda luteola L.
y Verbesina virgata Cav. las más visitadas (Hinojosa, 1996).
Se ha observado que las flores del amole Manfreda brachystachya (Cav.) Rose, también es polinizada por el murciélago Leptonycteris curasoae (Carrillo, 1995). Echeveria
gibbiflora DC., una crasulácea abundante en el pedregal,
es polinizada casi exclusivamente por el colibrí Cynanthus
latirostris (Parra, 1988).
Belleza escénica
La Reserva también ha servido como fuente de inspiración por la imagen paisajística que se puede encontrar
en ella (Fig. 4), tal como lo demuestran las fotografías
de Armando Salas Portugal (UNAM-IEE, 2000), así como
algunas pinturas de Gerardo Murillo, el Dr. Atl. Otros pintores, arquitectos y poetas contemporáneos que compartieron su asombro en el paisaje que inspiró parte de
sus ideas y obras fueron Diego Rivera, Juan O’Gorman,
Carlos Pellicer y Luis Barragán (Lot, 2007).
Regulación del clima
Investigación científica
El ecosistema de Pedregal puede funcionar como un
importante regulador microclimático, ya que es un disipador de calor y fuente de humedad en la estación de
lluvias cuando el clima es cálido, y viceversa en la estación seca cuando el clima es frío. Barradas et al. (1999)
realizaron un estudio acerca del balance energético en
relación a la regulación climática y su importancia para
la ciudad de México como área verde urbana. La temperatura máxima que registraron en el Pedregal fue de
26°C en la estación lluviosa y 29.5°C en la estación seca;
El Pedregal de San Ángel ha sido objeto de estudio al
menos desde 1787 con botánicos de la Real Expedición
de Historia Natural de la Nueva España, así como otros
expedicionarios botánicos como Paul Moury y Joseph
N. Rose a lo largo de los siglos xviii, xix y principios del xx
(Rzedowski, 2001). Sin embargo, el trabajo más importante de la vegetación del Pedregal ha sido el realizado
por Rzedowski (1954) sobre la flora. Por otra parte, en
el sistema de tesis de la UNAM, TESIUNAM, se encuen55
Servicios ecosistémicos
Nava-López y colaboradores
tran registrados 86 títulos de tesis referentes al Pedregal de San Ángel, la mayoría de los cuales tienen que
ver con aspectos florísticos y ecológicos, sin embargo,
también se pueden encontrar otros temas, tales como
arquitectura del paisaje, ingeniería y geología; asimismo en la base de datos del Índice de Revistas Latinoamericanas en Ciencias Periodica se pueden encontrar
20 artículos científicos.
pacios se encuentran abiertos a la comunidad universitaria y a toda la población en general, por lo que son de
gran importancia para el esparcimiento y la cultura de
la población de toda la ciudad. Es importante destacar
que recientemente Ciudad Universitaria, asentada en la
zona del Pedregal, fue decretada por la UNESCO como
Patrimonio Cultural de la Humanidad (Fig. 5).
Recreación
Servicios de soporte
Dentro y en los alrededores de la Reserva se encuentran espacios culturales muy importantes como lo es el
espacio escultórico de la UNAM y toda la zona cultural
de Ciudad Universitaria, donde se llevan a cabo diversas actividades tales como el teatro, el cine, la danza y la
música, así como la divulgación de la ciencia. Estos es-
Producción primaria
La producción primaria neta aérea (PPNA) en la zona
de estudio se ha calculado en 636 g m-2 año -1, siendo
sólo cuatro especies las que contribuyen con el 52.2%
de la PPNA: Verbesina virgata Cav., Muhlenbergia robusta
FIG. 4. Espacio Escultórico de la Zona Cultural de Ciudad Universitaria. Fotografía de Carlos Dobler Morales
56
Introducción
Hitchc., Buddleia cordata H.B.K. y Dahlia coccinea Cav.
(Cano-Santana, 1994a). Suponiendo que las tendencias
sean similares en la parte aérea y subterránea de las
plantas, se estima que la PPN total del Pedregal de San
Ángel sería de 1074 g m-2 año -1 (Cano-Santana, 1994b).
Descomposición
Estudios realizados sobre la descomposición de las
cuatro especies más importantes de la Reserva, de
acuerdo a la PPNA, demostraron que el material mixto
compuesto por estas especies se reduce un 51.1% al
cabo de un año, lo cual sugiere que se acumula mucho
material vegetal en el mantillo, siendo V. virgata Cav.
la que presenta tasas de descomposición más altas
(Arango Galván, 2006). Cabe señalar que hasta el
momento, no se han realizado estudios de almacenes y
ciclo de nutrientes en la Reserva.
Flujos de energía y cadenas tróficas
Se ha observado que el Pedregal sostiene cuatro niveles
tróficos como máximo, sin contar a los desintegradores,
y que muchas de sus especies importantes son
omnívoras; probablemente el herbívoro más importante
es el chapulín Sphenarium purpurascens (Cano-Santana,
1994b). Asimismo, Senecio praecox DC., que da el
nombre a la asociación vegetal del lugar (Senecionetum
praecocis), sostiene once especies de insectos herbívoros
(Cano-Santana, 1994b).
FIG. 5. Ciudad Universitaria (construida en gran parte con el basalto
del Pedregal) declarada como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Conclusiones
La Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel es
un refugio de biodiversidad dentro de la segunda
megalópolis más grande del mundo. A pesar de que
su extensión se ha reducido considerablemente en
los últimos 50 años, el Pedregal aún es una zona que
brinda muchos servicios ecosistémicos a los habitantes sobre todo del sur de la ZMCM.
de manejar a la naturaleza no se reduce a la utilización
de unas cuantas especies, sino al ecosistema en su conjunto, considerando todos sus componentes bióticos y
abióticos e incluyendo a los servicios ecosistémicos que
se derivan de las interacciones entre dichos componentes (MA, 2003; Castillo et al., 2005).
Es por ello que día con día se ha vuelto más importante
la conceptualización e identificación de los servicios
ecosistémicos que proporcionan las áreas verdes, sobre todo aquellas inmersas en grandes ciudades. A esta
primera aproximación sobre los servicios ecosistémicos
que la REPSA ha brindado a lo largo del tiempo, hay que
añadir como uno de los más destacados al servicio de
Los estudios de vegetación y ecología son los temas más
frecuentes, sin embargo, hasta la década pasada, estos
estudios no habían considerado el enfoque holístico de
manejo de ecosistemas (Soberón et al., 1991). Este enfoque sistémico que parte del axioma de que “el todo es
más que la suma de sus partes” plantea que el problema
57
Servicios ecosistémicos
Nava-López y colaboradores
investigación científica, ya que ha dado la oportunidad
de que muchos estudiantes e investigadores realicen
sus prácticas, tesis e investigaciones en la zona.
REPSA en el almacenamiento de CO2 atmosférico, así
como en la producción de oxígeno para los habitantes
del sur de la ZMCM.
Lamentablemente aún faltan por evaluar muchos
servicios como los acervos de nutrientes, los cuales
son indispensables para el mantenimiento de los ciclos
biogeoquímicos y la fertilidad del suelo; así como la
descripción de los servicios hidrológicos que indique
cuál es la captación de agua y en qué medida contribuye
con la recarga del acuífero. A su vez, falta por evaluar
el servicio de purificación del aire, el cual arrojaría
información básica para saber qué tanto contribuye la
Por lo anterior, es necesario profundizar en el estudio
de los servicios ecosistémicos, teniendo en cuenta que
existe una estrecha relación entre éstos y el bienestar
humano (MA, 2003). Por lo tanto, para mejorar y mantener la calidad de vida de los habitantes del sur de la
ciudad, es fundamental que se generen propuestas de
manejo que garanticen el mantenimiento de los servicios así como la difusión de su importancia.
Agradecimientos
Los autores agradecen a Kurt Unger por la edición del texto y las figuras. Asimismo, al Dr. Eberto Novelo, por la información acerca de los cuerpos de agua. Las fotos fueron tomadas por Rubén Salinas-Galicia.
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[email protected]
Introducción
Muchas de las especies de protozoos que se encuentran
en el medio acuático también se pueden encontrar en
el suelo, especialmente si existe cierta humedad. Hay
especies que carecen de una superficie protectora y
dependen de una humedad relativa en el medio para
poder alimentarse y crecer. Sin embargo, un buen
número de protozoos son capaces de formar un quiste
durante la época de secas o bajo condiciones desfavorables. En general, se ha estimado que el grosor mínimo
de la película de agua que se requiere para que pueda
darse la actividad de los protozoos es de 3 µm, ya que
por debajo de este límite, éstos mueren o se enquistan
(Alabouvette et al., 1981).
Los ciliados son protozoos caracterizados por presentar
cilios por lo menos en una etapa de su ciclo de vida,
por exhibir dualismo nuclear y llevar a cabo el proceso
sexual conocido como conjugación. Son considerados
como el grupo de protozoos más homogéneo, por lo
que su monofilia es ampliamente reconocida.
De las aproximadamente 8000 especies de ciliados
conocidas hasta la fecha, las dos terceras partes son
de vida libre, con una amplia distribución mundial en
cualquier hábitat donde el agua se encuentre acumulada y sus recursos alimentarios estén presentes, siendo estos dos factores determinantes en su supervivencia, así como el número de especies en una localidad.
Los ciliados son muy comunes en el plancton y en el
bentos marino, de aguas dulces y salobres, así como
en el suelo y en ambientes extremos, tales como las
aguas termales y las aguas frías del Antártico y Ártico
(Lynn, 2001). El papel que desempeñan los ciliados en
el funcionamiento de los ecosistemas es clave, pues
están vinculados al flujo de energía y los ciclos de los
nutrientes (Anderson, 1987).
El presente trabajo tiene como objetivo dar a conocer la
diversidad de los protozoos ciliados, tanto libres nadadores como sésiles, identificados en varios sitios de los
estanques de la Cantera Oriente, que constituye la Zona
de Amortiguamiento A 3 de la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel. Este estudio también puede servir como referencia para futuras investigaciones que se
lleven a cabo en otros sitios de la Reserva Ecológica, con
las condiciones de humedad anteriormente señaladas.
Materiales y métodos
Los cuerpos de agua de la Cantera Oriente de Ciudad
Universitaria, constituyen sitios ideales para observar la
gran diversidad de protozoos que habitan en la columna
de agua y en los sedimentos, así como la asociación que
presentan con las diferentes especies de algas, plantas
acuáticas (Aladro- Lubel et al., 2007) y animales presentes en el lugar.
El presente estudio se llevó a cabo durante varios meses
de 2006 y 2007.
Se recolectaron muestras de agua y sedimento de diferentes sitios de La Cantera, entre los que se cuentan
los canales (Fig. 1), los bordes de las comunidades de
61
Diversidad de los protozoos ciliados
Aladro y colaboradores
FIG. 1. Vista de un canal de la Cantera Oriente.
Typha latifolia, los sitios en los que estaba presente la
fanerógama Stuckenia pectinata (Potamogetonaceae) y
en los que se presentaba el alga Oedogonium sp.
de interferencia (DIC). Se realizaron algunas técnicas
micrográficas (nigrosina-cloruro de mercurio-formol,
hematoxilina, tricrómica y la argéntica en seco) (Lee
et al., 1985), para resaltar varias estructuras que nos
permiten identificar a las diferentes especies de ciliados.
El registro microfotográfico se realizó con la cámara
Nikon Digital Sight DS-2MV® adaptada al microscopio
Nikon Labophot-2®
Se siguieron las técnicas de recolección de las muestras
en el campo, de mantenimiento y de cultivo en el laboratorio descritas en Aladro-Lubel et al. (2007).
De manera complementaria se inició un estudio sobre la
comunidad de ciliados sésiles, para lo cual se colocaron
bajo el agua tiras de plástico (Aladro-Lubel y MartínezMurillo, 1999) y portaobjetos como sustratos artificiales.
A las tiras de plástico se les adhirió un cordel delgado
el cual se sujetó a dos estructuras fijas en el estanque,
mientras los portaobjetos se colocaron verticalmente,
clavándolos por uno de sus extremos sobre una tabla
de poliuretano. Una vez que estas estructuras estuvieron sumergidas, cada tres días durante un mes, se extrajo
una porción de la tira y un portaobjetos. Estos sustratos
artificiales se colocaron en una caja de Petri con agua
del medio para su transporte.
Resultados
Se registró un total de 75 especies de ciliados en los diferentes cuerpos de agua de la Cantera Oriente, las cuales
pertenecen a 53 géneros, 39 familias, 22 órdenes, 11 subclases, ocho clases y dos subphyla. Del número total de
especies de ciliados encontradas, nueve de ellas fueron
determinadas sólo a nivel de género.
De acuerdo con su forma de vida, los ciliados observados,
corresponden a dos grupos: los libres nadadores (Fig. 2) y
los sésiles (por lo menos en una parte de su ciclo de vida)
(Fig. 3). El 60% de las especies observadas pertenece al
primer grupo, y el 40% restante a los sésiles.
En el laboratorio se analizaron bajo el microscopio
óptico con contraste de fases y contraste diferencial
62
Diversidad biológica e inventarios
C
B
A
E
D
G
F
H
I
J
K
FIG. 2. Ciliados libres nadadores (40×). Se señala con un asterisco las micrografías electrónicas de barrido.
A) Coleps hirtus B) Euplotes eurystomus* C) Euplotes-Paramecium* D) Holosticha monilata E) Lembadion lucens F) Litonotus cygnus
G) Loxophyllum helus H) Paramecium caudatum I) Spirostomum teres J) Tachysoma pellionellum K) Trithigmostoma cucullulus
63
Diversidad de los protozoos ciliados
L
Aladro y colaboradores
M
N
Q
O
R
P
S
T
W
U
X
Y
V
Z
FIG. 3. Ciliados sésiles epibiontes (40×). Se señala con asterisco las micrografías electrónicas de barrido.
L) Calyptotricha pleuronemoides M) Cothurnia annulata N) Epistylis entzii* O) Epistylis entzii P) Epistylis plicatilis Q) Heliophrya minima*
R) Opercularia sp. S) Platycola decumbens T) Pseudovorticella chlamydophora U) Pseudovorticella monilata V) Pyxicola annulata W) Stentor igneus
X) Thuricola folliculata Y) Vorticella campanula Z) Vorticella chlorellata
64
Diversidad biológica e inventarios
Tachysoma pellionellum (Müller, 1773) ¤
Subclase Oligotrichia Bütschli, 1887
Orden Halteriida Petz & Foissner, 1992
Familia Halteriidae Claparède & Lachmann, 1858
Halteria grandinella (Müller, 1773) ¤
*Pelagohalteria cirrifera (Kahl, 1932) ¤
Sedis mutabilis en el Subphylum Intramacronucleata
Orden Armophorida Jankowski, 1964
Familia Metopidae Kahl, 1927
*Brachonella spiralis (Smith, 1897) ¤
Metopus es (Müller, 1786) ¤
Clase Litostomatea Small & Lynn, 1981
Subclase Haptoria Corliss, 1974
Orden Haptorida Corliss, 1974
Familia Lacrymariidae de Fromentel, 1876
Lacrymaria olor (Müller, 1786) ¤
*Phialina sp. ¤
Orden Pleurostomatida Schewiakoff, 1896
Familia Amphileptidae Bütschli, 1889
*Amphileptus pleurosigma (Stokes, 1884) ¤
Familia Litonotidae Kent, 1882
Litonotus cygnus (Müller, 1773) ¤
Litonotus lamella (Müller, 1773) ¤
Loxophyllum helus (Stokes, 1884) ¤
Clase Phyllopharyngea de Puytorac et al., 1974
Subclase Phyllopharyngia de Puytorac et al., 1974
Orden Chlamydodontida Deroux, 1976
Familia Chilodonellidae Deroux, 1970
Chilodonella uncinata (Ehrenberg, 1838) ¤
Trithigmostoma cucullulus (Müller, 1786) ¤
Trithigmostoma sp. ¤
Familia Lynchellidae Jankowski, 1968
*Chlamydonellopsis plurivacuolata Blatterer & Foissner, 1990 ¤
Orden Dysteriida Deroux, 1976
Familia Dysteriidae Claparède & Lachmann, 1858
Trochilia minuta (Roux, 1899) ¤
Subclase Suctoria Claparède & Lachmann, 1858
Orden Exogenida Collin, 1912
Familia Metacinetidae Bütschli, 1889
Metacineta micraster (Penard, 1914) ∆
Familia Podophryidae Haeckel, 1866
Podophrya fixa (Müller, 1786) ∆
Orden Endogenida Collin, 1912
Familia Trichophryidae Fraipont, 1878
Heliophrya minima (Rieder, 1936) ∆
Familia Tokophryidae Jankowski en Small & Lynn, 1985
Tokophrya fasciculata (López –Ochoterena, 1964) ∆
Tokophrya lemnarum (Stein, 1859) ∆
Orden Evaginogenida Jankowski en Corliss, 1979
Familia Discophryidae Collin, 1912
Discophrya elongata (Claparède & Lachmann, 1859) ∆
Clase Nassophorea Small & Lynn, 1981
Se determinaron 15 nuevos registros para México (AladroLubel et al., 2007), los cuales aparecen con un asterisco
en la lista taxonómica que se presenta a continuación. En
dicha lista se señala con ¤ a los ciliados libres nadadores
y con ∆ a los sésiles. La lista sigue la clasificación de Lynn
y Small (2000).
Phylum CILIOPHORA Doflein, 1901
Subphylum POSTCILIODESMATOPHORA Gerassimova &
Seravin, 1976
Clase Karyorelictea Corliss, 1974
Orden Loxodida Jankowski en Small & Lynn, 1985
Familia Loxodidae Bütschli, 1889
Loxodes sp. ¤
Clase Heterotrichea Stein, 1859
Orden Heterotrichida Stein, 1859
Familia Blepharismidae Jankowski en Small & Lynn, 1985
Blepharisma americanum (Suzuki, 1954) ¤
Familia Spirostostomidae Stein, 1867
Spirostomum minus (Roux, 1901) ¤
Spirostomum teres Claparède & Lachmann, 1858 ¤
Familia Stentoridae Carus, 1863
Stentor coeruleus (Pallas, 1766) ∆
Stentor igneus Ehrenberg, 1838 ∆
Stentor polymorphus (Müller, 1773) ∆
Subphylum INTRAMACRONUCLEATA Lynn, 1996
Clase Spirotrichea Bütschli, 1889
Subclase Hypotrichia Stein, 1859
Orden Euplotida Small & Lynn, 1985
Suborden Euplotina Small & Lynn, 1985
Familia Aspidiscidae Ehrenberg, 1838
Aspidisca cicada (Müller, 1786) ¤
Aspidisca turrita (Ehrenberg, 1831) ¤
Familia Euplotidae Ehrenberg, 1838
Euplotes aediculatus Pierson, 1943 ¤
Euplotes eurystomus Wrześniowski, 1870 ¤
Euplotes trisulcatus Kahl, 1932 ¤
Euplotes woodruffi Gaw, 1939 ¤
Subclase Choreotrichia Small & Lynn, 1985
Orden Choreotrichida Small & Lynn, 1985
Suborden Strobilidiina Small & Lynn, 1985
Familia Strobilidiidae Kahl en Doflein & Reichenow, 1929
Strobilidium sp. ¤
Subclase Stichotrichia Small & Lynn, 1985
Orden Urostylida Jankowski, 1979
Familia Urostylidae Bütschli, 1889
*Holosticha monilata Kahl, 1928 ¤
Orden Sporadotrichida Fauré-Fremiet, 1961
Familia Oxytrichidae Ehrenberg, 1838
Oxytricha fallax Stein, 1859 ¤
Stylonychia mytilus complejo ¤
65
Diversidad de los protozoos ciliados
Aladro y colaboradores
*Haplocaulus sp. ∆
Pseudovorticella chlamydophora (Penard, 1922) ∆
Pseudovorticella monilata (Tatem, 1870) ∆
Vorticella aquadulcis complejo ∆
Vorticella campanula Ehrenberg, 1831 ∆
*Vorticella chlorellata Stiller, 1940 ∆
*Vorticella chlorostigma (Ehrenberg, 1831) ∆
Vorticella convallaria complejo ∆
V. microstoma complejo ∆
Familia Operculariidae Fauré-Fremiet en Corliss, 1979
Opercularia spp. ∆
Familia Epistylididae Kahl, 1933
*Epistylis entzii Stiller, 1935 ∆
Epistylis plicatilis Ehrenberg, 1831 ∆
Epistylis sp. ∆
Rhabdostyla sp. ∆
Orden Microthoracida Jankowski, 1967
Familia Microthoracidae Wrześniowski, 1870
*Microthorax pusillus Engelmann, 1862 ¤
Clase Prostomatea Schewiakoff, 1896
Orden Prostomatida Schewiakoff, 1896
Familia Colepidae Ehrenberg, 1838
Coleps hirtus (Müller, 1786) ¤
Clase Oligohymenophorea de Puytorac et al., 1974
Subclase Peniculia Fauré-Fremiet en Corliss, 1956
Orden Peniculida Fauré-Fremiet en Corliss, 1956
Suborden Frontoniina Small & Lynn, 1985
Familia Lembadionidae Jankowski en Corliss, 1979
*Lembadion lucens (Maskell, 1887) ¤
Familia Frontoniidae Kahl, 1926
Frontonia acuminata (Ehrenberg, 1833) ¤
Frontonia leucas (Ehrenberg, 1833) ¤
Suborden Parameciina Jankowski en Small & Lynn, 1985
Familia Urocentridae Claparède & Lachmann, 1858
Urocentrum turbo (Müller, 1786) ¤
Familia Parameciidae Dujardin, 1840
Paramecium aurelia complejo ¤
Paramecium bursaria (Ehrenberg, 1831) ¤
Paramecium caudatum complejo ¤
Subclase Scuticociliatia Small, 1967
Orden Philasterida Small, 1967
Familia Cinetochilidae Perty, 1852
Cinetochilum margaritaceum (Ehrenberg, 1831) ¤
Familia Loxocephalidae Jankowski, 1964
*Dexiotricha granulosa (Kent, 1881) ¤
Orden Pleuronematida Fauré-Fremiet en Corliss, 1956
Familia Calyptotrichidae Small & Lynn, 1985
*Calyptotricha pleuronemoides Phillips, 1882 ∆
Familia Cyclidiidae Ehrenberg, 1838
Cyclidium glaucoma Müller, 1773 ¤
Subclase Hymenostomatia Delage & Hérouard, 1896
Orden Hymenostomatida Delage & Hérouard, 1896
Suborden Tetrahymenina Fauré-Fremiet en Corliss, 1956
Familia Tetrahymenidae Corliss, 1952
Tetrahymena pyriformis complejo ¤
Familia Turaniellidae Didier, 1971
Colpidium colpoda (Losana, 1829) ¤
Familia Glaucomidae Corliss, 1971
Glaucoma scintillans Ehrenberg, 1830 ¤
Subclase Peritrichia Stein, 1859
Orden Sessilida Kahl, 1933
Familia Vaginicolidae de Fromentel, 1874
Cothurnia annulata Stokes, 1885 ∆
Platycola decumbens (Ehrenberg, 1830) ∆
* Pyxicola annulata Leidy, 1882 ∆
Thuricola folliculata Kent, 1881 ∆
Familia Vorticellidae Ehrenberg, 1838
Carchesium polypinum (Linnaeus, 1758) ∆
Discusión
Los ciliados libres nadadores presentan una amplia distribución en los cuerpos de agua, que abarca, en general,
la totalidad de la columna de agua, así como el fondo, en
donde se encuentran los sedimentos ricos en materia
orgánica y bacterias que son una fuente alimentaria fundamental para muchos ciliados. Además, la comunidad
de ciliados se caracteriza por presentar una diversidad
morfológica expresada en los diversos patrones ciliares,
tanto somáticos como bucales (Fig. 2).
Entre las especies sésiles (Fig. 3), observadas en los sustratos naturales y artificiales, 20 corresponden a la Subclase Peritrichia y al Orden Sessilida caracterizado por
presentar un pedúnculo o una loriga, estructuras con las
cuales se adhieren a los diversos sustratos tanto naturales (tales como hojas y raíces de fanerógamas, algas y
animales acuáticos entre otros) como artificiales (tales
como las tiras de plástico y los portaobjetos utilizados).
A la vez, el pedúnculo y la loriga pueden servir de sustrato para que otros organismos se establezcan sobre
estas estructuras, como es el caso de los coanoflagelados que se adhieren a la región que se localiza entre
el cuerpo y el pedúnculo de Pseudovorticella monilata
(Fig. 3U). Los géneros de peritricos sesilinos pertenecen
a las familias Vaginicolidae (ciliados lorigados, con o sin
pedúnculo: Cothurnia, Platycola, Pyxicola y Thuricola);
familia Vorticellidae (solitarios, gregarios o coloniales,
la mayoría sin loriga, cada zooide presenta su pedúnculo contráctil independiente: Carchesium, Haplocaulus,
66
Diversidad biológica e inventarios
Pseudovorticella y Vorticella, género con el mayor número de especies observadas en el presente trabajo); familia
Operculariidae (coloniales y solitarios, pedunculados
con su disco peristomal elevado y delgado: Opercularia) y la familia Epistylididae (coloniales o solitarios,
pedunculados con o sin loriga, el disco peristomal no
elevado ni delgado: Epistylis y Rhabdostyla).
Como se mencionó anteriormente, muchas de las especies de protozoos (amebas, flagelados y ciliados) se
encuentran en los diferentes cuerpos de agua dulce,
aunque también se pueden encontrar en lugares más
secos, como el suelo. En este caso, las mayores densidades de protozoos se encuentran cerca de las raíces
de las plantas terrestres, en donde los componentes
orgánicos liberados por éstas permiten un aumento
de la densidad de bacterias, las cuales constituyen la
base alimentaria de muchos protozoos. También existen
evidencias que indican que los protozoos promueven la
mineralización de los nutrientes esenciales, mejorando de
esta manera el crecimiento de las plantas. Por otro lado,
los protozoos también tienen un papel fundamental en
las tramas alimentarias de los invertebrados del suelo, al
ser las presas de los nemátodos los cuales a su vez son
consumidos por los microartrópodos (Griffiths, 1994).
Los suctores son otro grupo importante de organismos
sésiles cuyos trofontes presentan varios tentáculos por
medio de los cuales atrapan a su presa, utilizando a
unos orgánulos denominados haptocistos (extrusomas)
que se encuentran en las puntas de los tentáculos,
posteriormente la presa es succionada al interior de
su cuerpo. Se registraron seis especies de suctores
pertenecientes a los géneros Metacineta, Podophrya,
Heliophrya, Tokophrya y Discophrya. Los suctores pueden
o no presentar pedúnculo, el cual se caracteriza por no
ser contráctil, y también pueden o no tener una loriga.
De los géneros determinados, sólo Heliophrya carece de
pedúnculo, por lo que logra la adherencia al sustrato a
través de su cuerpo discoidal.
La Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel es un
área natural que tiene un gran potencial para el estudio de varios grupos de protozoos como los ciliados,
los flagelados, las amebas desnudas y las testadas. La
topografía particular del lugar proporciona una amplia gama de microhábitats adecuados para la vida de
varios grupos de estos microorganismos. El suelo, los
pequeños reservorios de agua que se forman principalmente en la época de lluvias, así como el agua que se
acumula en algunas epífitas del lugar, entre otros, son
biotopos ideales para el desarrollo de estos organismos. Rzedowski (1954) señala, además, la formación de
pequeños charcos en lugares donde el espesor de la
roca volcánica es bajo y el agua freática llega a alcanzar la superficie, lo que sugiere que es posible que se
presenten de manera natural algunos microambientes
propicios para el desarrollo de los protozoos en el Pedregal de San Ángel.
Se registraron tres especies del género Stentor. Éstas se
caracterizan por su forma cónica o de trompeta, su contractibilidad y coloración. Un ejemplo es Stentor coeruleus, que presenta un color azul-verde debido a un pigmento denominado estentorina; S. igneus (Fig. 3W) por
su parte puede o no presentar una coloración rosada.
En el caso de S. polymorphus, su coloración verdosa se
debe a los endosimbiontes que alberga. Los organismos
de este género se fijan al sustrato por la parte posterior
de su cuerpo, la cual se encuentra adelgazada y algunas
especies pueden formar un tubo gelatinoso.
Por último, entre las especies sésiles observamos a Calyptotricha pleuronemoides (Fig. 3L), que se adhiere al
sustrato por medio de una loriga.
67
Diversidad de los protozoos ciliados
Aladro y colaboradores
Agradecimientos
Al Biól. Armando Zepeda Rodríguez por su valioso apoyo en la obtención de las micrografías electrónicas de barrido.
Literatura citada
LEE J. J., E. SMALL, D. LYNN Y E. BOVEE 1985. Some techniques for collecting, cultivating and observing
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RZEDOWSKI J. 1954. Vegetación del Pedregal de San
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Darbyshire, J.F. (ed.). Soil protozoa. CAB International, Wallingford.
68
Diversidad bio/6giea e invencarios
Las microalgas de la Cantera Oriente
Eberto Novelo, Ma. Edith Po nce y Rodo Ramirez
Depa rtamento de Biologia Com parada, Facultad de Ciencias,
Universidad Nacional Aut6noma de Mexico
[email protected]
Introducci6n
y que evid entemente son parte de una situacion
fluctuante y de la que no sabemos que ta n estresante
es para las algas. Y f inalmente, otro elemento, es el
La Cantera Oriente es pa rte de la zona de amortigu amiento de la Reserva Ecologica del Pedregal de San
Angel. La influencia que recibe de las zonas aledanas
tiene componentes va ri ados y dificiles de eva luar por la
diversidad de microambientes presentes en ella. En particular, los cuerpos de ag ua de la Cantera Oriente tienen
numero de algas que no presentan las caracteristicas de
las especies conocidas ha sta ahora. Visto en conjunto,
la situacion en la composicion de algas refleja mucho
de los problemas presentes en la conservacion de las
comunidades terrestres de plantas y anima les con
el anadido de su cond icion microscopica y nuestro
influencias externas re lacionadas con el origen del agua,
la mezcla con el va so regulador de la zona deportiva y
las filtraciones. Ademas, los org anismos esporad icos y
visitantes (tanto an imales como vegeta les) modifican y
contribuyen en el cambio constante de las comunidades
algales de esos cuerpos de agua. Los cam bios en los
desconocimiento sobre los procesos biologicos en
los que se in sertan (reproduccion, cadenas troficas,
antagonismos, etc.)
En la Cantera Oriente existen organismos cuya frecuencia es extremadamen te baja y cuya evaluacion de su
niveles de nutrimentos del agua y su distribucion tem -
poral y espacial hacen que la Cantera Oriente posea una
estado de conservacion vale la pena fundamentarla
composicion alga l siempre dinamica.
a partir de un estudio sostenido. EI conocimiento que
Ala importancia eco log ica de la Cantera Oriente como
parte de la Reserva del Pedregal habra que anadirle un
no nos permite asignar un va lor al estado de conserva -
se tien e de las algas dulceacuicolas en Mexico todavfa
cion, grado de amenaza 0 inclu so registro de extincion
valor de importancia por los organismos acuaticos, en
de las especies. Las listas rojas de algas continentales
especial las algas ah i presentes. La composicion especifica de las algas de la Cantera Oriente corresponde
en su mayo ria a organismos ampliamente distri bu idos
ya disponibles en otros pafses muestran especies que
geogrMica y ambientalmente, perc existe un numero
una especie muy rarame nte registrada en las flora s de
de especies cuya distribucion conocida es muy restrin-
casi todo el mundo y en el vaso reg ulador de la Cantera
gida 0 muy poco documentada y su presencia pod ria
ayuda mos a explicarnos mucho de la biologia de los or-
Ori ente, hemos encontrado poblaciones muy abun-
aquf son abund antes y frecuentes en algunas regiones
de nuestro pais (por ejemp lo, Pteromonas acu/eata, es
dantes durante el inicio de la primavera).
ganismos acuaticos dellugar.
EI presente trabajo se desarrollo desde agosto de 2006
Un elemento mas es la propo rci on de algas cuya pre-
en diversos am bientes acuaticos de la Cantera Oriente
sencia es esporadica 0 con poblaciones muy red ucidas
(Mapa) y esta documentado en el estudio sobre algas
71
Lm microalgas de la Ca ntero Oriente
Novelo y colaboradores
Mapa. Zona de Amortiguamiento A3 Cantera Oriente. La linea azul marca el perfmetro de la Reserva en protecci6n.
publicado en la Guia Hustrada de la Cantera Oriente:
cada especie y solo en los casas que se ha avanzado
caracterizacion ambiental e inventario biologico, por
10 que, este ultimo debe ser considerado no solo como
en la identificacion de algunas algas previa mente
mencionadas; con un asterisco (*) se resaltan las especies
un antecedente directo, sino como el documento que
que no han side descritas previa mente (quiza se trate de
explica la metodologia empleada en la recoleccion y
preparacion del material algal, el registro de lactores
ambientales y las diversas tecnicas utilizadas en la ob-
especies nuevas pa, d la ciencia) y con una cruz simple (t)
marcamos los nuevos registros para la Cantera Oriente.
Tambien marcamos con u na cruzdoble (:f:) los taxonesque
servacion e identificacion de las microalgas (Novelo, et
por su distribucion 0 falta de informacion es necesario
01., 2007 ).
estud iar con fines de conservacion. La descripcion de
las especies y su distribucion en las muestras, materiales
Resultados
griificos, preparaciones permanentes y algunas cepas,
est,;n disponibles a quien 10 so licite al primer autor de
este trabajo.
En un recuento inicial (Novelo et 01., 2007) anotamos y
documentamos lotogriificamente 114 taxones de algas.
Varias de elias sin posibi lidad de asignar un nombre
Cyanoprokaryota
especifico por la condicion esteril 0 porque no han sido
t
Anabaena clr. planctonica Brunthaler
Una especie de distribucion amplia. La alinidad debe
descritas previa mente. A esa lista inicial, anadimos ahora
24 nombres nuevos, producto de la revision del material
confirmarse con las caracterfsticas de los acinetos, no
recolectado durante las visitas a la Cantera Oriente con
encontrados en el material recolectado.
los alumnos de los cursos de Biologia de Protistas y
Algas y Ficologia de los semestres 2008-1 y 2008-2. En
el recuento actual anotamos datos de distribucion y
*
*
Aphanocapsa sp.
Asterocapsa sp.
*
Chamaesiphon sp.
Chamaesiphon in crus tans Grunow
ecologia para lundamentar la importancia relativa de
72
Diversidad bio/6gica e invenrario5
•
*
*
t
Chlorogloeo sp.
Chroococcus minutus (KUlling) Nageli
litorales y en suelos humedos po r la Iluvia 0 los sistemas
de riego. (Figura 2).
Chroococcus obliteratus Richter
Cylindrospermum majus Kutling
Gloeocapsa sp.
Gloeocapsopsis efr. cyan eo (Krieger) Komarek
et Anagnostidis
Jaaginema geminatum (Meneghini ex Gomont)
Anagnostidis et Komarek
Una especie tropical con registros en las zonas templadas (como su sin6nimo Oscil/aroria geminata Meneg hi ni
ex Gamont) principal mente en ag uas corri entes y en
general con temperaturas relativamente al tas (Figura 1).
2
FIG. 2. Nosto( micro5copicum.
t
*
Oscillato ria tenuis Agardh ex Gomont
Phormidium aerugineo-coeruleum (Gomont)
Anagnostidis et Komarek
Phormidium kuetzingianum (Kirchner)
Anagnostidis et Komarek
Una especie subaerea y litoral de las zonas templadas.
En la Cantera Oriente crece como metafftica de los crecimientos litorales de los lagos. Este es el primer registro
para Mexico.
FIG.1.Joaginemogeminatum.
•
•
t
Phormidium taylorii (Drouet et Strickland)
Anagnostid is
Schizothrix sp .
Scytonema schmidtii Gomont
Una especie subaerea de distribuci6n amplia.
•
Jaaginema subtilissimum (Kutling ex De Toni)
Anagnostidis et Komarek
Lyngbya martensiana Meneghini ex Gomont
Microcystis novacekii (Lemmermann) Ralfs
Myxosarcina sp. 1
Myxosarcina sp 2
Nostoc microscopicum Carmichael
Xenococcus cfr. willei Gardner
Chlorophyta
t
Una especie de distribuci6n amplia y siempre en ambientessubaereos, aunque registrado en una gran variedad de
biomas. En la Cantera Oriente se encuentra en las zonas
Actinastrum hantschii Lagerheim
Una especie cosmopolita que florece en lagos, presas,
rles y charcos; en aguas eutr6ficas y mesosapr6bicas;
73
Las m icroalgas de la Cantera Oriente
Novelo y colaboradores
generalmentecomoplanct6nicaymetafiti ca.Previamente
de este genero requiere de cond iciones y t ratamientos
registrada en Mexico en la Meseta Central (Margain, 1981;
Tavera et al., 2000). Los registros previos de esta especie
de cu ltivo especia les. La gran mayoria de las especies
descritas han side obtenidas de cultivos de suelo.
en las zonas tropicales americanas corresponden a la
Nuestro material no tiene ninguna de las caracteristicas
variedad subtile Woloszynska (Komarek, 1983, Comas,
1996). En todos los casos, con poblaciones no abundantes
de las especies acuaticas.
ni frecuentes.
Chaetospheridium globosum (Nord stedt)
Klebahn
*t
Characium ensiforme Hermann
Chlamydocapsa planctonica (w. et G.5. West)
Fott
Cladophora glomerata (Linnaeu s) Kutzing
Closterium pseudolunula Borge
Coccomonas cfr. orbicularis Stein
Coe/astrum microporum Nageli in A. Braun
Una especie cosmopolita con un espectro ecol6gico
muy amplio. En Mexico ha sido encontrada en aguas
dulces a sa lobres, neutras a alcalinas (Figura 4).
Una especie con reg istros muy diversos y discutibles,
en especia l como su sin6nimo Gloeocystis gigas (Kutzing) Lagerheim. Para Ettl y Gartner (1988) es una especie
valida con distribuci6n templada y en lagos eutrOficos.
En la Cantera Oriente se presenta como metafiton litoral
dellago regulador (Figura 3).
4
FI G. 4. Coe/astrum pseudo microporum.
Coelastrum pseudomicroporum Korshikov
'Oum
Una especie d istribuci6n templada en aguas eutr6ficas
can algunos registros en zonas tropicales. En Mexico
FIG. 3. Chlamydocapsa p/ancronico.
5610 se ha encontrado en charcos de la planicie ve racru -
zana (Comas et 01.,2007)
Chlamydomonas spp. (al menos cuatro formas
distintas).
*t
Cosmarium pseudopyramidotum Lundell in
Nordstedt
Chlorococcum sp.
Una especie presente en el metafiton litoral de los
lagos de la Cantera. La ident if icaci6n de las especies
Una especie de distribuci6n principal mente templada en
aguas acidas de pantanos de turberas y como metafiton
74
Diversidod bi%gico e inventorios
en lagos oligotr6ficos, pero can varios registros en zonas tropicales. En Mexico, 5610 existe un registro (Tavera
y Gonzalez, 1990) en condiciones subaereas.
t
Entoe/adia cfr. endophytica (Mobius) D.M. John
Eudorina elegans Ehrenberg
Eudorina unicocca G.M. Smith
Desmodesmus abundans (Kirchner) Hegewald
Segun Ettl (1983) es una especie conocida principalmente de Norte a Centroamerica, can algunos registros
en Europa. Sin embargo es el primer registro de esta especie en Mexico. Se distingue de E. elegans por poseer
solo un pirenoide por celula. Es de notar que esta ultima
especie tiene una distribucion cosmopol ita.
Una especie cosmopolita, presente en aguas eutroficas,
limn6fila. Los registros previos pa ra Mexico son baj o su
sin6nimo (Scenedesmus abundans Kirch ner).
t
Desmodesmus communis (Hegewald) Hegewald
*
Una especie con una distribucion controvertida. Originalmente Scenedesmus communis Hegewald, incluy6
muchos de los organismos identificados bajo el nombre
dudoso Scenedesmus quadricauda (Turpin) Brebisson y
otros con morfologia muy simi lar. Posteriormente, todo
el complejo fue trasladado a Desmodesmus junto con
taxones que para otros autores son especies va lidas. En
esta situacion, la distribuci6n potencial de D. communis
es tan amplia que puede estar practicamente en todos
lados y en todas las cond iciones ambientales. D. communis (stricto sensu) ha sido registrada principa lmente
en zonas templadas y muy raramente en el tropico.
Eutetramorus fortii (H indak) Komarek
Golenkinia radiata Chodat
Lagerhemia ciliata (Lagerheim) Chodat
Micractinium crossisetum Hortobagyi
Micractinium pusillum Fresenius
Oedogonium sp.
Oocystis marsssonii Lemmermann
Oocystis dr. tainoensis Komarek
Pandorina morum (O.F. Muller) Bory
Pediastrum boryanum (Turpin) Meneghini var.
boryanum
Pediostrum boryanum var.!ongicorne Raciborski
Pediastrum simplex Meyen
Planktosphaeria gelatinosa G.M. Smith
Desmodesmus maximus (W. et G.S. West)
Hegewald
Desmodesmus opoliensis (R ichter) Hegewald
t
Desmodesmus westii (G.M. Sm ith) Chodat
Una de las especies incluidas por Hegewald (2000) bajo
el epfteto D. maximus. Sin embargo, en las condiciones
en las que se desarrolla (meta fiton en aguas eutroficas)
las caracteristicas morfol6gicas son constantes y a la vez
muy diferentes de las de D. maxim us. Su distribucion incluye registros en Mex ico, Cuba y cuerpos de ag ua en
Europa central durante la epoca de verano.
t
Dictyosphaerium pulchellum H.C. Wood
Una especie cosmopol ita de espectro ecolog ico muy
amplio pero mas abu ndante en aguas eutrofi cas. En
la Can tera Oriente no es abundan te ni frecuente, presente solo en el metafiton de los cuerpos de agua mas
grandes (Figura 5).
10t1m
Didimocystis planctonica Korshikov
FIG. 5. Dicryosphaerjum pu/Chellum.
75
5
Las microafgas de fa Camera Oriente
Novelo y colaboradores
Una especie de distribucion templada con algunos regisIros tropicales. La presencia de mUltiples cloroplastos piramidales y una vaina amplia en la autosporulaci6n son
las caracteristicas distintivas de esta especie. Sin embar-
go tambien la comparten con las especies de Follicularia
Miller. P. gelarinosa es tipicamente planctonica, mientras
que las especies de Follicularia ha sido obtenidas de
cultivos de suelo. En la Cantera Oriente lue encontrada
como plancton de los lagos.
*
*
*
*
Pteromonas aculeata Lemmermann
Preromonas go/enkiniana Pascher
Rhizoc/onium hierogliphycum (Agardh)
Kutzing ampl. Stockmayer
Scenedesmus acuminarus (Lagerheim) Chodat
Scenedesmus clr. similagineus Hortob<igyi
Sphaerellopsis g/oeosphaera (pascher et Jahoda)
H. et O. Eltl
Spirogyra sp.
Srichococcus cfr. subrilis (Kutzing) Klecker
Srigeoc/onium renue (Agardh) Kutzing
Ulorhrix renerrima Kutzing
10um
6
Euglenophyta
Eug/ena gracilis Klebs
Phacus longicauda (Ehrenberg) Dujardin
Phacus pseudoswirenkoi Prescott
Phacus sp.
*
Trache/omonas allia Drezepolski emend.
Dellandre
*
Heterokontophyta, Xanthophyceae
*
t
Borrydiopsis cfr. arh iza Borzi
Una especie de d ist ribucion ampl ia, seg un Ettl (1978),
sin emba rg o muy poco relerid a en las I lo ras de algas
7
co ntinentales. En Mexico existe un regi st ro para el Lago
de Chapa la (Mo ra, 2004), pero sin descripcion ni ilusFIGS. 6-7. Botrydiopsis arhiza.
tra ci6 n. Las ca racte rfsti cas especificas son observab les
5610 en material vivo por 10 que es necesario rev isar la
identidad del materi al previamente registrado. En la
Ca ntera Oriente ti ene peri odos de desarrollo explos ivo
y en todas las cond iciones ambientales (aguas corri entes y es tanca das, como p lancto n, met aliton 0 epilito n)
(Figuras 6-7).
Una especi e templada, de ambientes <icidos. Es te es el
prim er reg istro para M exico. En la Cantera Ori ente crece
como metaliton de algas de aguas corri entes (Figura 8).
Ch/oride lla cysrifo rmis Pascher
*
76
Tribonema sp.
Diver5idad bio/6gica e inventario5
*
t
Amphora perpusila (Gru now) Grunow
Amphora veneta Kutzing
Aulacoseira granulata (Eh renberg) Simonsen
Caloneis cfr. amph isbaena fo. subsalina (Don kin)
Van der Werff et Huls
Caloneis bacillum (Grunow) Cleve
Cocconeis placentula va r.lineata (Ehrenberg)
Van Heurck
Craticula cuspidata (Kutzing) D.G. Mann
Cyclotella meneghiniana Kutzing
Cymbella mexicana (Ehrenberg) Cleve
Denticula kuetzingii Grunow
Diotoma moniliformis Kutzing
Eunotia aff. sudetica O.F. Muller
Eunotia sp.
Fragilaria copucina Desmazieres
Una especiededistribuci6n amplia, perocon un espectro
ecol6gico rel ativamente restrin gido a condicione s con
FIG. 8. Chloridella cY5tiformi5.
baja concentraci6n de nutrimentos, aunque se presenta
en muchas co munidades, tanto planct6nica s como
todo tipo de bent6nicas. En la Cantera Ori ente es poco
frecuente y escasa.
Heterokontophyta, Chrysophyceae
H
Synura petersenii Korshikov
t
Una especie de distribuci6n mundial, habitante del
plancton de lagos 0ligotr6ficos a mesotr6fi cos, pero
Fragilaria crotonensis (Grunow) Kitton
Una especie principalmente templada, con muy po cos
reg istros en el tr6pico. Habitante predominantemente
en el fitoplancton de lagos 0l igotr6ficos a mesotr6ficos.
esta es la primera vez que se registra en Mexico.
Generalmente forma crecimien tos masivos que Ie
En la Cantera Oriente 5610 se ha visto en una ocasi6n en
confieren un alar a pescado a los cuerpos de agua. En
la Cantera Oriente abunda al inicio de la primavera en el
lago regulador.
una muestra de fitoplancton de un lag o.
Heterokontophyta, Bacillariophyceae
t
Una especie de distribuci6n ampl ia que prefiere condiciones circumneutras y poco sa lobres. Es habitante
constante en el plancton.
Achnanthes hungarica Grunow
Achnantes inflata (Kutzing) Grunow
Achnanthidium chlidanos (Hohn et Hellerman)
t
Frustulia vulgaris (Thwa ites) De Toni
Gomphonema acuminatum Ehrenberg
Novelo, Tavera et Ibarra
Achnantidium exiguum (Grunow) Czarnecki
Achnantidium minutissimum (Kutzing) Czarnecki
Gomphonema affine Kutzing
Gomphonema clavatum Ehrenberg
Gomphonema gracile Ehrenberg
Gomphonema parvulum Kutzing
Una especie cosmopolita, alcalifila y presente en condiciones alcalinas, as; como oligohalobias.
*
Gomphonema truncatum Ehrenberg
Gomphonema sp.
Hantzschia amphioxys (Ehrenberg) Grunow
Melosira varians Agardh
Navicula cryptocephala Kutzing
Amphora coffeaeformis (Agard h) Kutzing
Amphora copulara (Kutzing) Schoemann et
Arch ibald
77
Las microalgas de la Cantera Oriente
Novelo y colaboradores
Navicula cryptotenella Lange-Bertalot
Navicula radiosD Kutzing
Navicula trivialis Lange-Bertalot
Nitzschia amphibia Grunow
Nitzschia clausii Hantlsch
Nitzschia communis Rab enhorst
Nitzschia dissipatta (Kutling) Rabenhorst
Nitzschia frustulum (Kutling) Grunow
Nitzschia linearis W. Smith
Nitzschia palea (Kutling) W. Smith
Pinnularia acrosphaeria W. Smith
Pinnu/aria tropica Hustedt
acapio de este tipa de infarmacion y en cambia abunda
Planothidium lanceolatum (B reb isson) Round et
Bukhtiyarova
ta contradictoria en sitios de la internet.
Comentarios finales
De las 137 registros de microalgas presentes en la Cantera Orien te, el 17.5 % san adicianes a la flara previamente reg istrada, un poco mas del8% aun no tienen un
nambre definida y un 17 % tienen informacion distribucional deficientemente documentada. La informaci6n
sabre la distribucion de las especies es dificil de camprobar pues no existe ninguna estabilidad taxon6mica
en ninguno de los grupos, tampoco existe un centro de
informaci6n con documentaci6n incompleta que resul-
Rhoicosphenia abbreviata (Agardh)
Lange-Bertalot
De una base de datas parCial hemas reconstruida la
siguiente aproximacion sabre la amplitud distribucianal
de las especies de la Cantera: 73 san cosmapalitas, 20
Rhopalodia gibberula (Ehrenberg) O.F. Muller
5ellaphora laevissima (Kutling) D.G. Mann
son exclusivamente de la zona temp lada, 4 son excl usiva-
5ellaphora pupula (Kutling) Mereschowsky
5taurosira construens var. venter (Ehrenberg)
P.B. Hamilton
t
mente tropicales, 20 son principalmente templada s con
registras aislados en el tropico y 2 san principalmente
tropicales con registras aisladas en las lanas templadas.
5urirella brebissonii Krammer et Lange-Bertalot
5ynedra acus var. acutissima (G runow) van
Heurk
Las especies cosmopolitas pertenecen principalmente a
Chlarophy ta y a las Bacillariaphyceae y las caracteristicas
ambientales donde praliferan en atras partes estan bien
representadas en las cuerpas de agua de la Cantera
EI status de esta variedad como taxon independiente
de Ulnaria DCUS no ha side resuelto. Si se tratara de una
entidad valida tiene una distribucion templada con
registros en la lona tropical. En la Cantera Oriente se
desarrolla como planctonica en los lagos.
Oriente (aguas meso- a eutr6ficas, estancadas 0 con
corriente deb ii, etc.) De las especies consideradas como
templadas es complicada explicar su presencia, pues una
pasibilidad es que la fa lta de conocimiento flaristico de
Terpsinoe musica Ehrenberg
Tryblionella debilis Arnott
nuestras reg iones resu lta en registros de especies hasta
Una especie cosma pal ita de espectro ecologico muy
ahara conocidas de lacalidades de latitudes mayores
(en rea lidad se trataria de especies casmapalitas
pabremente documentadas); otra posibilidad es que se
trate de marfologias simi lares, impasibles de distinguir
ampJio, principal mente planct6nica pero con presencia
con la s descripciones actuales, que basan su evaluaci6n
en el metafitan y perifiton.
en la marfologia general, pera en realidad san entidades
t
Tryblionella hungarica (Grunow) Frenguelli
Ulnaria acus (Kutling) Aboal
taxon6micas
distinta s.
Las
especies
tropicales no
parecen presentar dificu ltad es en su distribuci6n, sin
Ulnaria ulna (Nitlsch) Compere
embargo, en todos los casos son especies muy pocas
veces registrada s, sabre toda par la falta de listados
floristicos de estas regianes. En las especies templadas
con regi stros tropicales nuevamente nos encontramos
ante el dilema de decidir si san marfalogias sim ilares
a una extension en la amplitud de la distribucion par
ausencia de estudios floristicos. Una condi ci6 n diferente
es en el caso de las especies tropica les con registros
78
Diversidad biof6gica e in ventarios
aislados en las zonas templadas, en las dos especies
presentesen la Cantera Oriente, se trata de descripciones
hechas porespecialistas que ahora las han registrado en
condiciones calidas en Europa a Norteamerica.
Laimportancia de la discusi6n anterior resalta cuanda se
estudian las poblaciones de algunas de las especies que
hem as marcado can la cruz doble (t). Por ejemplo, en
un cultivo de Pteromonas aculeata se han obten ido morfologias similares a las de P. angulosa (no encontrada en
la Cantera, pero presente en los canales de Xochimi lco).
Las especies han sido descritas para los lagos de Europa
La descripcion detallada y documentacion, al menos
gratica, de las especies es una candidon basica en
la evaluacian de las comunidades algales. A falta de
ejemplares de herbario de muchas de las especies
(par la uti lizacion generalizada de iconotipos) la
certificaci6n de las mismas se basa en caracteres
morfologicos comparat ivos en muchas poblaciones y
al grado de precision de dibujos y fotografias. Mientras
no se cuente con una base de informaci6n genetica
confiable (muchas especies de algas registradas en
el GenBank tienen una identidad erranea a no han
sido identificadas), tendremos que seguir utilizando
la informacion morfologica disponible y tambien
tendremos que ofrecer la mayor cantidad de datos
sabre cada uno de nuestros ejemplares.
y tienen un registro floristico consistente en todo ese
continente, las Islas Britanicas y los Estados Unidos. Si en
nuestros cultivos clonales aparecen ambas morfologias,
isignifica que ambas especies son una sola entidad? 0
que ila poblacian mexican a, similar morfolagicamente
a las europeas, tiene un pol imorfismo mas acentuado?
Situaciones similares hemos encontrado en los cultivos
de atras especies (Desmodesmus communis, D. westii,
Phormidium kuetzingianum, Botrydiopsis arhiza, etc.)
Contar con la posibilidad de estudiar un sistema com plejo como el de la Cantera Oriente, combinando la
prcktica docente con la investigaci6n basica, permite
avanzar en todos los temas aquf planteados, las cuestio nes taxon6m icas, biogeog rM icas, de conservaci6n, de
bio logia de las especies y finalme nte de su importancia
como pa rte de un ecosist ema en el que las algas son el
primer fac tor en la produ cti vidad del conjunto.
Agradecimientos
AI Dr. Antonio Lot, par sus invitaciones a part icipar en los proyec tos de la Cantera Oriente y para colaborar en esta
pu blicacion conmemora tiva. AI BioI. Francisco Ma rt fnez por su apoyo y consideraciones d urante las prckticas escolares. A los estudi antes de los cursos de Biolog ia de Proti stas y Algas de los semestres 2008-1 y 2008-2, por su
entusiasmo en part icipar en est e proyect o. A la M. en C. Guada lupe Vidal, par su apoyo tecn ico en el aislamiento y
mantenimiento de los cultivos de algas.
79
Las microalgas de la Cantera Oriente
Novelo y colaboradores
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Nacional Autonoma d e Mexico. 422 pp.
80
Diversidad biológica e inventarios
Líquenes
María de los Ángeles Herrera-Campos1 y Roberto Lücking2
1
Departamento de Botánica, Instituto de Biología,
Universidad Nacional Autónoma de México
2
Department of Botany,
The Field Museum. Chicago, IL. USA.
[email protected]
Introducción
terias de vida libre epibiontes y algunas probablemente
asociadas al micobionte (Barreno et al. 2008) así como
invertebrados que los usan como refugio o alimento.
Son diversas las definiciones que existen de la simbiosis
liquénica. El consenso general es que los líquenes representan una asociación mutualista relativamente obligada entre un micobionte y uno o más fotobiontes, autosuficiente y fisiológicamente integrada, que representa
una unidad morfológica diferente a los hongos, algas y
cianobacterias de vida libre que la forman (Scott 1973;
Hale 1983). También es considerada como parasitismo
controlado porque parece que el hongo resulta más
beneficiado de la asociación, mientras que el fotobionte
crece mucho más lentamente que cuando es de vida
libre (Ahmadjian 1993). Posiblemente la más adecuada
definición es la de Goward y Arsenault (2000), quienes
dicen que los líquenes son “hongos que descubrieron
la agricultura”. Ecológicamente, la simbiosis liquénica
es mantenida por un flujo de agua, carbono, nitrógeno
y otros elementos vitales entre sus dos o tres componentes y entre el liquen como un todo con el ambiente
(Lawrey 1984), sin embargo, pueden ser aún más complejos, tomando en cuenta que además existen hongos
liquenícolas frecuentemente asociados con el talo, los
cuales pueden ser parásitos, comensales, mutualistas
o saprobios (Nash 2008 a). Así, los líquenes han sido
considerados como ecosistemas en miniatura con
componentes autótrofos y heterótrofos, incluyendo
descomponedores; donde el fotobionte (alga verde
y/o cianobacteria) representa al productor primario
y el hongo (micobionte) juega el papel de consumidor (Tehler 1996). Algunos hongos liquenícolas actúan
como descomponedores (Nash 2008 a), además de bac-
La amplia distribución mundial de los líquenes y la
gran diversidad de especies (entre 13500 y 17000, Nash
2008 a) sugiere que la simbiosis liquénica es una de las
formas de vida más antiguas y exitosas sobre la Tierra
(Ahmadjian 1987; Ahmadjian y Paracer 1986; Tehler
1983). Habitan prácticamente en todas las condiciones
ambientales entre los polos y los trópicos y desde las
zonas costeras hasta las áreas alpinas, adaptándose a
una enorme variedad de nichos microecológicos; son
edafícolas, saxícolas, cortícolas, lignícolas, muscícolas,
hepatícolas o folíicolas, también crecen sobre animales y sustratos antropogénicos como vidrio, plástico y distintos materiales de construcción. Los líquenes
colonizan hábitats cuyos simbiontes de manera separada no podrían (Nash 2008 a).
Ecología de los líquenes
Los líquenes son componentes indispensables de los
ecosistemas templados y tropicales (Longton 1992;
Nadkarni 2000), se estima que del 8 al 10% de los ecosistemas terrestres están dominados por líquenes (Larson 1987 en Seaward 2008), contribuyendo de manera
importante a la biomasa, a la biodiversidad, a los ciclos
de nutrimentos y de minerales y al flujo energético (Seaward 2008; Nash 2008 b, c). Promueven la formación
de suelo, incrementan la disponibilidad de nitrógeno
en el sustrato y acumulan varios elementos esenciales,
81
Líquenes
Herrera-Campos y Lücking
Fungi (Lücking et al. 2005; Lutzoni et al. 2004; Eriksson et
al. 2002, Hofstetter et al. 2007; Hibbett et al. 2007; James et
al. 2006; Miadlikowska et al. 2006; Spataphora et al. 2006).
La gran diversidad liquénica y el hecho de que algunos
grupos fúngicos, como los Ostropales, contengan tanto
hongos liquenizados como de vida libre, ha sugerido
que la liquenización ocurrió en diferentes grupos y
tiempos y que por lo tanto los líquenes son polifiléticos
(Poelt 1994; Gargas et al. 1995; Lutzoni y Vilgalys 1995 a,
b; Tehler 1996). Sin embargo, estudios recientes indican
que la mayoría de éstos forma un grupo monofilético del
cual evolucionaron secundariamente líneas importantes
de hongos no liquenizados como los Eurotiomycetes
(que incluye los géneros Aspergillus y Penicillium) y los
Chaetothyriomycetes (Lutzoni et al. 2001, 2004; James et
al. 2006; Miadlikowska et al. 2006).
como K, P y S, (Jones 1988; Seaward 2008). Son capaces
de almacenar agua hasta 3000% de su peso seco, fijan
nitrógeno atmosférico aportando hasta el 25% en el ciclo local de este elemento; alteran las características de
la corteza de los árboles e interfieren en las interacciones entre parásitos y plantas hospederas (Forman 1975;
Pócs 1980; Fritz-Sheridan 1988; Bermúdez de Castro et
al. 1990; Nadkarni y Matelson 1992; Longton 1992; Coley
y Kursar 1996; Knops y Nash 1996; Nash 2008 a, b).
Los simbiontes liquénicos pueden asociarse en diversas formas de crecimiento determinadas por el grado
de asociación entre los simbiontes, desde sólo hifas
entrelazadas laxamente entre las cuales se encuentran
embebidos los fotobiontes a talos estratificados con
distintos tejidos, distinguiéndose líquenes costrosos,
foliosos y fruticosos, además de los talos compuestos
(Cladonia), los gelatinosos (Leptogium) y los de apariencia
pulverulenta (Lepraria). Son muy variados en tamaño
y coloración, desde talos costrosos de escasos milímetros de superficie hasta los fruticosos de varios metros de longitud, con colores en tonalidades de verdes,
amarillos, grises y anaranjados a rojos brillantes, cafés
obscuros y negros. La forma de crecimiento de los
líquenes no representa un carácter taxonómico o evolutivo, ya que existen taxones en los que se pueden
agrupar formas costrosas, foliosas y fruticosas, como
es el caso de la familia Teloschistaceae.
Liquenología en México
El estudio de la diversidad liquénica de México es relativamente reciente, por un lado sólo fue un producto colateral
de otras investigaciones y por otro, con la prevalencia de
los trabajos sobre macrolíquenes (Herrera-Campos y Nash
2000). A partir de los esfuerzos del equipo de trabajo de
Arizona State University, dirigido por el Dr. Thomas Nash
III, se produjeron un primer catálogo actualizado de los
líquenes de México con aproximadamente 1800 especies
(Ryan et al. 1996) y la flora liquénica del Desierto Sonorense, en tres volúmenes, que incluye tanto microlíquenes
como macrolíquenes de los estados de Baja California,
Baja California Sur, Sonora, Chihuahua y Durango (Nash et
al., 2002, 2004, 2007) y a los cuales han de sumarse otras
listas preliminares de Chiapas (Sipman y Wolf 1998), Oaxaca (Pérez-Pérez y Herrera-Campos 2004) y una de líquenes
folíicolas de Puebla, Oaxaca y Veracruz resultado de un reciente inventario que produjo varias publicaciones (Bárcenas-Peña 2004; Herrera-Campos y Lücking 2002, 2003;
Herrera-Campos et al. 2004 a, b, c, 2005).
Los hongos liquenizados sintetizan diferentes sustancias, productos orgánicos del metabolismo primario y
secundario. Los metabolitos secundarios representan el
mayor número de compuestos orgánicos de los líquenes
y han sido de gran utilidad en su taxonomía permitiendo, en conjunción con la morfología, la anatomía y el
análisis de la distribución geográfica, la delimitación e
interpretación de relaciones a nivel de género, suborden y familia (Culberson 1969, 1970, 1986; Culberson y
Culberson 1994; Elix 1996).
Además de los pocos estudios florístico-taxonómicos,
se han realizado algunos trabajos ecológicos con diferentes enfoques. Mojica-Guzmán y Johansen (1990) investigaron la sucesión de insectos en comunidades de
líquenes y briofitas. La ecoquímica de líquenes sobre
rocas mineras fue estudiada por Rodríguez y Rosales
(1995). Czezuga et al. (1997) publicaron un trabajo sobre
carotenoides en líquenes de México.
La nomenclatura de los líquenes se refiere al micobionte,
mientras los fotobiontes reciben sus propios nombres y
clasificación. Los hongos liquenizados pertenecen a los
phyla Ascomycota y Basidiomycota del Reino Fungi y el
estudio de su evolución abordado a la luz de las técnicas
cladísticas y de análisis molecular ha dado origen a una
dinámica de cambios continuos en su clasificación y en
la manera de entender las relaciones filogenéticas de
82
Diversidad biológica e inventarios
Debido a su sensibilidad a cambios abruptos en sus
hábitats así como a la contaminación atmosférica
(Nash 2008a; Purvis 1997; Brodo et al. 2001), los líquenes
son usados en el monitoreo de contaminación ambiental (Hawksworth y Rose 1976; Hawksworth y Seaward 1990; Conti y Cecchetti 2001; Nimis et al. 2002).
En países tropicales el uso de estos métodos ha sido
limitado por el escaso conocimiento taxonómico y
ecológico de estos organismos (Ferreira 1981; Bretschneider y Marcano 1995; Marcelli 1998; Monge-Nájera et
al. 2002 a, b), siendo los trabajos de Zambrano et al.
(2000, 2002) los únicos que han utilizado a los líquenes
como monitores de la calidad del aire en la Cuenca de
México y sus alrededores.
La heterogeneidad topográfica y altitudinal dio origen
a distintas comunidades vegetales como bosques de
aile, de pino, de encino y matorrales de encino, así como
a una variedad de microambientes, por lo que algunas
especies se restringieron a la parte más alta y húmeda,
otras a grietas y otras más a la superficie de las rocas
(Rzedowski 1978; Rojo y Rodríguez 2002; http://www.
repsa.unam.mx/).
A pesar de ser una región muy conocida en el país,
hasta la fecha su flora liquénica no había sido estudiada. Este trabajo presenta una lista preliminar (Tabla 1)
de los líquenes más conspicuos del área de amortiguamiento de la REPSA, en particular del Jardín Botánico
del IBUNAM y de los camellones localizados frente a la
Facultad de Ciencias, producto de un proyecto recientemente iniciado cuyo objetivo principal es dar cuenta de
las preferencias microambientales de los líquenes de
la Reserva. Entre las especies hasta ahora documentadas, Flavopunctelia flaventior y Punctelia subrudecta han
sido reportadas como raras o en peligro de extinción en
otros países (Goward, 1996; Lesher et al. 2000), desafortunadamente, en México aún no se cuenta con una lista
roja de especies liquénicas.
Asimismo, también son empleados como indicadores
de bosques con altos valores de conservación y para
la identificación y mapeo de sitios críticos de biodiversidad. En México, el trabajo de Pérez-Pérez (2005)
muestra la diversidad y ecología de macrolíquenes en
bosques con diferente manejo forestal en el estado
de Oaxaca, sugiriendo que las prácticas forestales,
empleadas en la zona estudiada, permiten la dispersión, establecimiento, crecimiento y conservación
de los macrolíquenes cortícolas, en contraste con
los efectos simplificadores de reducción de especies
y pérdida de abundancia producidos por el manejo
forestal industrializado.
A la fecha se ha recopilado una lista de 30 especies
(Tabla 1) de los Órdenes Lecanorales, Candelariales
y Teloschistales, siendo el más abundante el orden
Lecanorales con 77% del total. De las cinco Familias
representadas (Candelariaceae, Lecideaceae, Parmeliaceae, Physciaceae y Teloschistaceae), el 61% de las
especies corresponde a Parmeliaceae, la cual incluye
a 4 de los doce géneros encontrados: Canoparmelia,
Flavopunctelia, Punctelia y Xanthoparmelia. Éste último
con el mayor número de especies (11) que representan
el 36% del total de las especies recolectadas.
Líquenes del Pedregal de San Ángel
El Pedregal de San Ángel es uno de los pedregales o
malpaíses más conocidos de México, resultado de la
erupción volcánica del Xitle aproximadamente en el
año 300 a.C. se extendía en el Distrito Federal desde las
faldas del Ajusco hasta los alrededores de las actuales
Delegaciones Tlalpan, Coyoacán, Magdalena Contreras y Álvaro Obregón con una superficie aproximada
de 80 km2, viéndose extremadamente fragmentado
por el desarrollo de la ciudad y quedando reducido a
un área de 237.3 ha, hoy protegida en Ciudad Universitaria y conocida como Reserva Ecológica del Pedregal
de San Ángel (REPSA).
En cuanto a la proporción de formas de crecimiento, las
formas foliososas dominan el paisaje, tanto en roca como
en corteza, representando el 80% de la recolección, sin
embargo es de esperarse que la proporción de líquenes
costrosos aumente al incluirse muestreos de ambientes
más restringidos como huecos e incluso suelo en las
grietas de las rocas. Por otra parte, es de notar la ausencia
de especies con forma de crecimiento fruticoso.
Su flora pertenece a la Provincia de la Altiplanicie de la
Región Xerofítica Mexicana (Rzedowski 1978) y al parecer las asociaciones establecidas son únicas en el mundo (Rojo y Rodríguez 2002).
83
Líquenes
Herrera-Campos y Lücking
Tabla 1. Lista preliminar de especies liquénicas de la Reserva Ecológica del Pedregal de San Angel
FC = forma de crecimiento: 1 costroso; 2 folioso. S = sustrato: re roca expuesta; c corteza.
Especie
Orden
Familia
FC
S
Caloplaca citrina (Hoffm.) Th. Fr.
Teloschistales
Teloschistaceae
1
re
Caloplaca cf. velana (A. Massal.) Du Rietz
Teloschistales
Teloschistaceae
1
re
Candelaria concolor (Dicks.) B. Stein.
Candelariales
Candelariaceae
2
c
Candelaria sp.
Candelariales
Candelariaceae
2
c
Candelina submexicana de Lesd.
Candelariales
Candelariaceae
1
re
Candelariella sp.
Candelariales
Candelariaceae
1
c
Canoparmelia carneopruinata (Zahlbr.) Elix & Hale
Lecanorales
Parmeliaceae
2
c
Canoparmelia texana (Tuck.) Elix & Hale
Lecanorales
Parmeliaceae
2
c
Flavopunctelia flaventior (Stirt.) Hale
Lecanorales
Parmeliaceae
2
c
Flavopunctelia soredica (Nyl.) Hale
Lecanorales
Parmeliaceae
2
c
Flavopunctelia sp.
Lecanorales
Parmeliaceae
2
c
Heterodermia albicans (Pers.) Swinscow & Krog
Lecanorales
Physciaceae
2
c
Heterodermina pseudospeciosa (Krurok.) W. L. Culb.
Lecanorales
Physciaceae
2
c
Lecidea sp
Lecanorales
Lecideaceae
1
re
Lepraria sp
Insertae sedis
Insertae sedis
1
c
Punctelia perreticulata (Räsänen) G. Wilh. & Ladd.
Lecanorales
Parmeliaceae
2
c
Punctelia subrudecta (Nyl.) Krog
Lecanorales
Parmeliaceae
2
c
Physcia aipolia (Humb.) Fürnrohr
Lecanorales
Physciaceae
2
c
Physcia crispa Nyl.
Lecanorales
Physciaceae
2
c
Xanthoparmelia amableana (Gyeln.) Hale
Lecanorales
Parmeliaceae
2
re
Xanthoparmelia coloradoensis (Gyeln.) Hale
Lecanorales
Parmeliaceae
2
re
Xanthoparmelia conspersa (Ach.) Hale
Lecanorales
Parmeliaceae
2
re
Xanthoparmelia incerta (Kurok. & Filson) Elix & J. Johnst
Lecanorales
Parmeliaceae
2
re
Xanthoparmelia isidiigera (Müll. Arg.) Elix & J. Johnst
Lecanorales
Parmeliaceae
2
re
Xanthoparmelia lineola (E. C. Berry) Hale
Lecanorales
Parmeliaceae
2
re
Xanthoparmelia subcumberlandia Elix & T. H. Nash
Lecanorales
Parmeliaceae
2
re
Xanthoparmelia mexicana (Gyeln.) Hale
Lecanorales
Parmeliaceae
2
re
Xanthoparmelia neoconspersa (Gyeln.) Hale
Lecanorales
Parmeliaceae
2
re
Xanthoparmelia tinctina (Maheu & Gillet) Hale
Lecanorales
Parmeliaceae
2
re
Xanthoparmelia plittii (Gyeln.) Hale
Lecanorales
Parmeliaceae
2
re
84
Diversidad biológica e inventarios
La mitad de las especies reportadas crece en corteza y
la mitad en roca, prevaleciendo en ambos sustratos las
especies de la familia Parmeliaceae. La alta proporción de
parmeliáceos saxícolas se debe a la preponderancia del
género Xanthoparmelia en este sustrato. En corteza los
géneros más comunes son Canoparmelia, Flavopunctelia y Punctelia (Parmeliaceae), Heterdermia y Physcia
(Physiaceae), además de Candelaria (Candelariaceae).
Los líquenes costrosos que destacan corresponden
a las familias Teloschistaceae y Candelariaceae, de la
primera el género Caloplaca es el más abundante en
roca y de la segunda sobresale el género Candelina;
mientras que en corteza Candelariella es la costra encontrada más frecuentemente.
No obstante el carácter preliminar de este tratamiento,
nos lleva a suponer que el Pedregal alberga una diversidad liquénica potencialmente alta (ver figuras 1-5),
debido a la preservación de diversos microhábitats, lo
que nos permite valorarlo como un posible refugio para
algunas especies, considerando su localización en una
zona de la meseta central donde la vegetación natural ha sido severamente alterada y sometida a una alta
contaminación atmosférica; factor que, por otra parte,
afecta particularmente la presencia de especies sensibles como las del género Usnea, aún no encontradas en
la zona, por lo que también podría utilizarse como una
región de referencia en estudios de calidad de aire que
empleen a los líquenes como bioindicadores.
Agradecimientos
Los autores agradecen a la Dra. Ester Gaya, Duke University, por su asistencia en la determinación de las especies
del género Caloplaca, a los fotógrafos Biól. Carmen Loyola Blanco y Arq. Psj. Pedro Camarena y al Jardín Botánico del
Instituto de Biología, UNAM por las facilidades otorgadas para el desarrollo de este proyecto.
85
Líquenes
Herrera-Campos y Lücking
Fig. 1. a) Caloplaca sp. b) Candelaria sp. c) Candelaria concolor. d) Canoparmelia carneopruinata. e) Candelina submexicana.
Fotos: a, b, e: Camarena y Herrera-Campos; d: Loyola y Herrera-Campos, c: Herrera-Campos.
86
Diversidad biológica e inventarios
Fig. 2. f) Canoparmelia texana. g) Flavopunctelia flaventior. h) Flavopunctelia soredica. i) Heterodermia pseudospeciosa.
j) Lecidea sp. k) Lepraria sp.
Fotos: Loyola y Herrera-Campos
87
Líquenes
Herrera-Campos y Lücking
Fig. 3. l) Punctelia perreticulata. m) Punctelia subrudecta. n) Physcia aipolia. o) Xanthoparmelia conspersa. p) Xanthoparmelia lineola.
q) Xanthoparmelia mexicana.
88
Diversidad biológica e inventarios
Fig. 4. r) Xanthoparmelia plittii. Crecimiento de líquenes saxícolas: s) Xanthoparmelia sp., t) Aspecto general de distintas especies
saxícolas, u) Caloplaca sp., v) Comunidad saxícola de Candelina y Xanthoparmelia. w) Xanthoparmelia sp.
Fotos: r,t, v: Loyola y Herrera-Campos; s, u, w: Camarena y Herrera-Campos
89
Líquenes
Herrera-Campos y Lücking
Fig. 5. Aspecto del crecimiento de líquenes cortícolas. x) Candelaria sp. en Opunthia sp. y-z’) Comunidad de Candelaria sp.,
Heterodermia spp. y Physcia spp. en Eysenhardtia polystachya (y) y Fraxinus uhdei (z,z’).
Fotos: x, y: Camarena y Herrera-Campos; z, z’: Loyola y Herrera-Campos.
90
Diversidad biológica e inventarios
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94
Diversidad biológica e inventarios
Macromicetos
Víctor Hugo Valenzuela 1, Teófilo Herrera 2 y Evangelina Pérez-Silva2
Facultad de Ciencias 1 y Laboratorio de Micología 2, Departamento de Botánica, Instituto de Biología,
Universidad Nacional Autónoma de México
[email protected]
Introducción
de hábitat que ofrece la superficie de la lava, se pueden
distinguir numerosos macrohábitat y microhábitat.
En Ciudad Universitaria tenemos una vasta área de un
ecosistema natural, con una comunidad biológica única
en el mundo, que ha dado lugar a comunidades de hongos, plantas y animales; a esta área se le conoce como
Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (REPSA) y,
constituye un patrimonio universitario.
Los macrohábitat dependen de las condiciones macroclimáticas y, en particular, de la altitud y la vegetación.
Los microhábitat dependen de la forma de las superficies, así como del grosor, de la textura y de la cantidad
de suelo acumulado en las oquedades, en las que se desarrollan hongos, líquenes y plantas (Rojo, 1994).
El Pedregal de San Ángel es uno de los nombres con que
se ha designado un área del sur de la Cuenca de México,
cubierta por una gruesa capa de lava, producto de la
erupción del volcán Xitle, que aconteció hace aproximadamente 2000 años. Sus límites altitudinales están comprendidos entre 2250-3100 m. Esta última altitud en la
parte del cono volcánico. La zona de estudio tiene una
altitud de 2250-2300 m.
Cabe mencionar que estos son estudios pioneros en el
país y en el mundo ya que casi nadie había reportado la
presencia de hongos en un pedregal.
La presente contribución representa un avance sobre
los macromicetos encontrados a la fecha y por lo tanto
actualiza la lista de especies. En general los objetivos de
las investigaciones llevadas a cabo en el Laboratorio de
Micología del Instituto de Biología, sobre diversidad y
ecología de hongos del Pedregal han sido los siguientes:
Cuando la cubierta basáltica es delgada, de manera que
cualquier grieta o hendidura permite el paso de las raíces
hacia el suelo situado por debajo, se establece el estrato
arbóreo formado por Quercus rugosa que, en general, es
escaso y de tipo modificado (Rzedowski, 1954). Debido
a que el grosor de la lava no permite establecer contacto
entre la capa superficial y la inferior, las plantas se tienen
que adaptar a las condiciones adversas de la superficie
de las rocas.
1) Determinar taxonómicamente las especies de hongos
que habitan en la Reserva del Pedregal de San Ángel, y
2) Desarrollar estudios con un enfoque ecológico, localizando principalmente a las especies que crecen alrededor de los árboles y arbustos e incluyendo los que
se desarrollan sobre plantas ya sea en troncos, ramas u
hojas para observar si existe algún tipo de asociación.
En esta Reserva la biodiversidad es alta. No obstante lo
reducido del área, se puede apreciar un significativo desarrollo de las especies de hongos. En la gran diversidad
95
Macromicetos
Valenzuela y colaboradores
Materiales y métodos
cuidando con esto que los ejemplares más frágiles y
pequeños no se maltraten.
El área de estudio en la Reserva es de 146 hectáreas
aproximadamente. Está dividida en dos partes: la Zona
Núcleo Poniente con 94 hectáreas aproximadamente,
que es la parte de la Reserva donde se ha recolectado
con mayor frecuencia y, la Zona Núcleo Oriente, que
cuenta con 52 hectáreas aproximadamente.
Una vez realizada la caracterización microscópica y la
toma de datos, se procedió al secado y deshidratación
de los especímenes recolectados; esto se puede lograr
colocando el material en una secadora, sometiéndolo a
una temperatura comprendida entre 40-50 ºC durante
24-48 hrs., o más, según el tamaño de los hongos.
Se utilizó un mapa de la Ciudad Universitaria, una brújula y un geoposicionador para conocer la orientación y la
posición de los sitios de recolección. El estudio se inició
en el mes de julio de 2001, porque a partir de este mes
son más constantes las lluvias y los hongos del Pedregal
sólo aparecen en esta época con mayor precipitación y
humedad.
La clasificación en familias se logró siguiendo los criterios de Singer (1986), Gilbertson y Ryvarden (1987),
Hawskworth et al. (1995). El registro de los colores se
tomó de acuerdo al código de colores de Kornerup y
Wanscher (1978).
Se tomaron fotografías de los hongos frescos en su
hábitat y se hizo el estudio taxonómico del material en
el Laboratorio de Micología del Instituto de Biología
siguiendo los métodos convencionales y la literatura
citada en el trabajo.
Los muestreos se hicieron recolectando hongos aproximadamente cada diez días, considerando que en este
lapso podrían aparecer especies diferentes, aunque algunas pueden ser constantes durante un período prolongado, y en los años sucesivos.
El material se depositó en la Colección de Hongos del
Herbario Nacional (MEXU), del Instituto de Biología de
la UNAM.
El lugar de estudio se dividió por zonas (referencia para
las especies en la Tabla 1), ya que en puntos cercanos se
pueden tener diferencias en cuanto a la exposición al sol,
la temperatura, la humedad, la composición del suelo y
el pH. Debido a lo heterogéneo del terreno, se pueden
encontrar grietas o cavidades de diferente profundidad,
identificadas por las siguientes zonas verticales:
Zona 1: la parte superior, que ocasionalmente puede
ser llana;
Zona 2: la parte que tiene una profundidad no mayor a
30 centímetros;
Zona 3: se considera la parte con una profundidad de
30 a 50 centímetros, y
Zona 4: se considera la parte con una profundidad mayor a medio metro.
Resultados y discusión
En la propagación de las especies de hongos en la
Reserva, intervienen diversos vectores como aire, lluvia
y algunos roedores que abundan en la zona.
Se encontraron varios tipos de substratos sobre los que
se desarrollan los hongos: madera (lignícola), hojarasca
de plantas superiores (humícola) y directamente sobre
la capa de suelo (terrícola).
Además de la información taxonómica de las 43 especies registradas, éstas tienen una importancia
ecológica que ha sido poco estudiada. En esta ocasión
se amplía el conocimiento de la distribución de varios
macromicetos, al registrarse para el Distrito Federal
(NR), algunas especies que sólo se conocían de otras
entidades de la Republica Mexicana. En la figura 1 se
ilustran algunas de las especies de macromicetos, recientemente registradas para el Distrito Federal, que
se distribuyen en la REPSA.
Recolección de los hongos
Al recolectar los ejemplares se cuidó que estos se encuentren completos, ya que algunas estructuras características de ciertas especies se encuentran enterradas.
Se colocaron dentro de bolsas y se acomodaron en una
caja para facilitar su traslado al laboratorio: los ejemplares más grandes y pesados se ubicaran en el fondo,
96
Diversidad biológica e inventarios
FIG. 1) Setchelliogaster rheophyllus, 2) Agaricus silvaticus, 3) Gymnopus confluens, 4) Agrocybe pediades, 5) Geastrum saccatum,
6) Coprinus plicatilis
97
Macromicetos
Valenzuela y colaboradores
En la Tabla 1, se presenta la relación de las especies
registradas de la Reserva Ecológica del Pedregal de
San Ángel, documentada en los estudios anteriores,
(Valenzuela et al, 2004; Herrera et al, 2006) y actualizada
en el presente trabajo. Se anota el tipo de hábitat, los
meses de recolección y la zona ecológica a la que
pertenecen; así como, si es un nuevo registro en el
Distrito Federal (NR).
Tabla 1. Macromicetos del Pedregal de San Ángel (REPSA)
Nuevo
Registro
para el D. F.
Hábitat
Mes de
recolección
Zona
vertical
NR
Humícola
Julio
1
Ramaria stricta (Fr.) var. concolor Corner
Humícola
Septiembre
3
Ramaria gracilis Burl.
Humícola
Septiembre
3
Lignícola
Julio Octubre
1
Polyporus tenuiculus (Beauv.) Fr.
Lignícola
Julio
2
Polyporus squamosus Huds.: Fr.
Lignícola
Junio
2
Terrícola
Agosto
3
Lignícola
Julio
3
Humícola
Julio-Octubre
2
Agaricus placomyces Peck.
Humícola
Agosto
1
Agaricus porphyrizon Orton
Humícola
Septiembre
1
NR
Terrícola
Julio
1
NR
Terrícola
Octubre
1
NR
Terrícola
Julio
1
Terrícola
Julio Septiembre
3
Taxón
Especie
ilustrada
Fig. 1
Basidiomycota
Tremellaceae
Tremella lutescens Fr.
Aphyllophorales
Gomphaceae
Sparassidaceae
Sparassis crispa Wulf.: Fr
Polyporaceae
Agaricales
Hygrophoraceae
Hygrocybe conica (Scop.: Fr.) Kummer
Tricholomataceae
Marasmius oreades (Bolton: Fr.) Fr.
Gymnopus confluens (Bers.) Antonin,
Halling & Noordel
3
Agaricaceae
Agaricus xanthoderma Gen.
Agaricus silvaticus Schaeff.: Fr.
2
Agaricus arvensis Schaeff.: Fr.
Lepiotaceae
Chlorophyllum rhacodes (Vitt.) Vellinga
98
Diversidad biológica e inventarios
Especie
ilustrada
Fig. 1
Nuevo
Registro
para el D. F.
Hábitat
Mes de
recolección
Zona
vertical
Lepiota clypeolaria (Bull.: Fr.) Kummer
Terrícola
Agosto
3
Lepiota cristata (Bolt.: Fr.) P. Kummer
Terrícola
Septiembre
3
Lepiota acutescuamosa (Winm.) Kummer
Terrícola
Octubre
2
NR
Lignícola
Octubre
1
Coprinus xanthothrix Romagn.
NR
Lignícola
Agosto-Septiembre
1
Coprinus truncorum. Schaeff.: Fr.
NR
Humícola
Julio - Agosto
1
Psathyrella pseudocorrugis Romagn.
NR
Humícola
Agosto
3
Psathyrella pseudogracilis Romagn.
NR
Humícola
Julio
3
Terrícola
Agosto
2
Terrícola
Agosto
2
Hypholoma fasciculare (Huds.: Fr.) Karst.
Lignícola
Julio
3
Hypholoma aurantiacum (Cooke) Guzmán: Sing.
Humícola
Julio-Octubre
3
Inocybe fastigiata Schaeff.: Fr.
Terrícola
Septiembre –Agosto
3
Inocybe lucifuga (Fr.) Kummer
Terrícola
Junio
4
Inocybe obscura (Pers.: Fr.) Kühner et Romagn.
Terrícola
Julio
4
Inocybe trivialis (Lange) Moser
Terrícola
Julio
3
Terrícola
Julio-Septiembre
1
Russula foetens Fr.
Terrícola
Septiembre
1
Russula grisea (Pers.: Secr.) Fr.
Terrícola
Agosto
1
Russula vesca Fr.
Terrícola
Septiembre
1
Humícola
Agosto- Septiembre
2
Calvatia cyathiformis (Bosc.) Morg.
Terrícola
Septiembre
1
C. craniiformis (Schw.) Fr.
Terrícola
Junio
2
Taxón
Coprinaceae
Coprinus plicatilis (Fr.: Curtis) Fr
6
Bolbitaceae
Agrocybe praecox (Fr.: Pers.) Fayod
Agrocybe pediades (Fr.) Fayod.
4
NR
Strophariaceae
Cortinariaceae
Setchelliogaster rheophyllus (Bertault & Maleçon)
Moreno & Kreisel.
1
NR
Russulaceae
Gasteromycetes
Lycoperdaceae
Lycoperdon candidum Pers.
NR
99
Macromicetos
Taxón
Valenzuela y colaboradores
Especie
ilustrada
Fig. 1
Nuevo
Registro
para el D. F.
Hábitat
Mes de
recolección
Zona
vertical
5
NR
Humícola
Julio-Septiembre
2
Humícola
Septiembre
3
Humícola
Junio-Septiembre
2
Humícola
Julio-Agosto
1
Humícola
Junio-Octubre
1
Geastraceae
Geastrum saccatum Fr.
Geastrum pectinatum Pers.
Sclerodermataceae
Scleroderma areolatum Ehrenb.
Nidulariaceae
Cyathus olla Pers.
Phallaceae
Phallus hadriani Vent.: Pers.
NR
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100
Diversidad biológica e inventarios
Musgos y otras briofitas
de importancia en la sucesión primaria
Claudio Delgadillo M. y Ángeles Cárdenas S.
Departamento de Botánica, Instituto de Biología,
Universidad Nacional Autónoma de México
[email protected]
Introducción
Las briofitas son frecuentes en la Reserva. Se les observa
desde los sitios expuestos y soleados hasta los sombreados y húmedos de las depresiones. También se encuentran en los sitios con pendiente, con buen drenaje y con
poco suelo, o en donde se ha acumulado una capa de
suelo que permite la ocupación de otras plantas. Sin
embargo, existen dudas sobre si las briofitas son las
primeras plantas que colonizan las rocas. En otros países
usualmente se asume que los líquenes son los primeros colonizadores de rocas desnudas, pero también
se sabe que pueden aparecer después de los musgos;
en el primer caso, es posible que los líquenes costrosos
no tengan mayor efecto en la sucesión porque su crecimiento es lento (Smith, 1982). Nuestras observaciones
de campo indican que existen varias posibilidades en
las que intervienen las briofitas.
Los pedregales o ‘malpais’ ofrecen la oportunidad de estudiar los cambios en la estructura de las comunidades
vegetales durante la sucesión primaria y, con el tiempo,
la respuesta de las plantas a las presiones selectivas. En
el centro de México existen varios de esos pedregales
que han recibido alguna atención. Entre ellos, son especialmente interesantes por su biodiversidad, el del Chichinautzin (como parte del Corredor Biológico Ajusco
– Chichinautzin; Velázquez y Romero, 1999), el Pedregal
de San Ángel (en el extremo sur de la Ciudad de México) y el Pedregal de las Vigas (en el Estado de Veracruz;
Tryon et al., 1973). En todos ellos, las briofitas son parte
importante de las primeras etapas sucesionales, pero
en ninguno se ha hecho un diagnóstico de las especies
que intervienen. En esta contribución se presenta un listado preliminar de las briofitas sensu lato de la Reserva
Ecológica del Pedregal de San Ángel, con algunas observaciones sobre la sucesión primaria.
Observaciones sobre la sucesión primaria
A pesar de que el derrame de lava tiene una edad
aproximada de 2500 años (Rzedowski, 1954), la intemperización del basalto en la zona de la Reserva ha sido
insuficiente para formar una capa uniforme de suelo por
lo que muchos sitios permanecen virtualmente desnudos. Se pueden apreciar depósitos de suelos de origen
eólico y orgánico con proporciones variables de arena,
limo y arcilla (Rzedowski, 1954) que se acumulan en las
zonas más bajas o las que tienen poca inclinación.
Figura 1. Una o más especies de musgos puede compartir la colonización de las rocas con líquenes costrosos.
101
Musgos y otras briofitas
Delgadillo y Cárdenas
En algunos casos una o varias especies de musgos
comparten la ocupación de las rocas desnudas con
los líquenes costrosos (Fig. 1). En los sitios sombreados
donde se acumulan partículas de suelo y donde se mantiene la humedad durante periodos más largos, las rocas
son ocupadas por briofitas antes que los líquenes; estos
últimos se establecen en áreas expuestas y más secas
(Fig. 2). En otros casos, los líquenes que se establecen
primero son invadidos por musgos. Campylopus pilifer
Brid. se observa a menudo en los sitios soleados creciendo sobre los líquenes, aunque puede ocurrir la situación
opuesta. En las grietas, donde se acumula arena o materia orgánica, la micro-sucesión avanza rápidamente
(Fig. 2-4), mientras que en las superficies expuestas la
etapa de musgo-liquen puede favorecer la fijación de
plantas herbáceas pequeñas (Fig. 4). Es difícil establecer
con certeza las siguientes etapas de la sucesión pues la
topografía, exposición e inclinación de las rocas pueden
dar lugar a eventos cíclicos. En la figura 5, las hepáticas
taloides se establecieron sobre una superficie vertical;
por su posición, las hepáticas pueden desprenderse y
dejar la roca al descubierto y reiniciar así la sucesión.
Figura 3. Las angiospermas pueden ocupar sitios donde hay acumulación de suelo.
En las superficies horizontales donde la acumulación de
partículas es más rápida, las plantas herbáceas crecen
rápidamente. Ahí pueden establecerse algunos musgos
como Bryoceuthospora aethiopica (Welw. & Dub.) R. H.
Zander, pero seguramente desaparecen rápidamente
conforme se incrementa la cobertura de las plantas anuales. En la periferia de las zonas de acumulación de suelo
pueden establecerse varias hepáticas y musgos. Entre las
primeras son frecuentes Riccia spp. y Oxymitra incrassata
Figura 4. En las fisuras también pueden establecerse helechos; los
líquenes pueden ser invadidos por musgos.
Figura 2. Los musgos y las primeras plantas de mayor porte ocupan los sitios húmedos donde se acumulan partículas de suelo; los
líquenes crecen en los lugares más expuestos.
Figura 5. En las superficies verticales, las hepáticas taloides pueden
crecer abundantemente.
102
Diversidad biológica e inventarios
(Brot.) Sergio & Sim Sim; estas últimas muestran escamas
blancas visibles en los márgenes de los talos y forman
esporofitos sésiles (Bischler et al., 2005) que entreabren
la línea media y maduran hacia el final de la época de
lluvias. En sitios más protegidos pueden encontrarse
musgos como Brachymenium mexicanum Mont., a veces
acompañado de Bryum sp.
Por tratarse de una zona en cambio constante por la acción del hombre, el número de especies que componen
su brioflora es incierto. Es probable que por la cercanía
de las fuentes potenciales de diásporas, la presencia
de muchas especies sea circunstancial o efímera, como
en el caso de los musgos asociados a los sitios de construcción. No obstante, con el propósito de no ignorar
su presencia, en el apéndice se incluyen todos los taxa
representados en la Colección de Briofitas del Herbario
Nacional (MEXU). Así, por ejemplo, Bryum argenteum
Hedw., Funaria hygrometrica Hedw. y Didymodon spp. se
colectaron en zonas perturbadas dentro o fuera de los
terrenos de la Reserva; Gymnostomum aeruginosum Sm.
y Didymodon hampei R. H. Zander se colectaron cerca de
las construcciones. Además de las especies citadas que
intervienen claramente en la sucesión, se distinguen las
epifitas como Fabronia ciliaris, frecuente sobre los árboles de Schinus del campus universitario o en los Fraxinus
del Jardín Botánico; y Syntrichia pagorum (Milde) Amann
que por su tamaño pequeño a menudo es ignorada. De
manera especial deben mencionarse los registros de
especies tropicales en la Reserva: Isodrepanium lentulum (Wils.) Britt., Leucoloma serrulatum Brid., Pilotrichella
flexilis (Hedw.) Aongstr., Pilotrichum evanescens (Müll.
Hal.) Müll. Hal. y Pireella guatemalensis E. B. Bartram.
Las cinco especies son parte de una muestra mezclada
colectada en los terrenos adyacentes al Jardín Botánico
por lo que se supone fueron introducidas con muestras
de plantas vasculares. Es notable el registro de Sharp de
Pterobryopsis mexicana (Renauld & Cardot) Fleisch. del
Pedregal de Peña Pobre, en 1944; este taxon no se ha
observado en la Reserva, pero se ha incluido en nuestro
listado considerando la cercanía de la localidad original
y porque los datos del hábitat, ‘Wet fissures of lava’, y las
notas de campo del colector parecen inequívocos. Por
último, entre las hepáticas es importante mencionar que
Jovet-Ast (1981, 1991) y Bischler et al. (2005) citaron seis
especies de Riccia colectadas en los terrenos del Jardín
Botánico por Ruprecht Düll y otros. Riccia dorsiverrucosa
Hässel citada en el listado de 1981, fue incluida en la sinonimia de R. mauryana Stephani por Jovet-Ast (1991).
La diversidad del género Riccia en un área comparativamente reducida merece un estudio especial.
De acuerdo con Smith (1982), no hay información sobre
la forma de establecimiento de especies saxícolas, pero
puede ser a través de esporas o fragmentos vegetativos.
En el Pedregal de San Ángel la colonización por ambos
métodos es factible. Todas las especies crecen en sitios cercanos y muchas de ellas producen esporofitos;
los muestreos en la atmósfera de instalaciones universitarias y en el Jardín Botánico mostraron que existen
aerosporas viables de Bryum, Fissidens y Funaria que
se identificaron por cultivo en el laboratorio (Bautista,
1990). Los mecanismos de dispersión y llegada de las
diásporas necesitan una cuidadosa consideración para
determinar el origen, número y clase de organismos que
pueden establecerse en los nichos abiertos del Pedregal e intervenir en la sucesión. Aunque el contingente
de especies que se distribuye por el aire podría ser numeroso, los muestreos de las briofitas son insatisfactorios por el pequeño número de especies recuperadas
de la atmósfera en la Reserva. Tales resultados pueden
ser atribuidos a la hora de recolección, a la metodología
de colecta y a complicaciones en el cultivo de esporas
(Bautista, 1990).
En nuestra región, el rumbo de la sucesión podría dar
lugar a encinares y a bosques de coníferas, pero las
briofitas, particularmente los musgos, siempre estarán
entre los primeros colonizadores de rocas. Los primeros
estados pueden ser muy variables, dependiendo de
la precipitación o de la humedad que se conserva en
pequeñas cuevas o hendiduras. Sobre las rocas con inclinación pronunciada, pueden formar parte de comunidades clímax o dar lugar a una sucesión cíclica en la que
pueden ir acompañados de hepáticas, especialmente
de formas taloides como Asterella o Targionia.
La brioflora de la Reserva
La brioflora de la Reserva y las áreas adyacentes del campus universitario comprende 48 especies y variedades de
musgos, 1 antocerote y 18 de hepáticas (ver Apéndice).
103
Musgos y otras briofitas
Delgadillo y Cárdenas
Literatura Citada
BAUTISTA M., N.A. 1990. Comportamiento estacional
de las aerosporas de musgos en el sur de la Ciudad
de México. Tesis Profesional. Facultad de Ciencias,
UNAM. México, D.F.
BISCHLER, H., S. R. GRADSTEIN, S. JOVET-AST, D. G. LONG
Y N. SALAZAR A. 2005. Marchantiidae. Flora Neotropica Monograph 97: 1-262.
Jovet-Ast, S. 1981. Riccia d’Amerique tropicale. Occasional Papers of the Farlow Herbarium 16: 111-115.
Jovet-Ast, S. 1991. Riccia (Hépatiques, Marchantiales)
d’Amérique Latine. Taxons du sous-genre Riccia.
Cryptogamie, Bryologie et Lichénologie 12: 189-370.
Rzedowski, J. 1954. Vegetación del Pedregal de San
Ángel (Distrito Federal, México). Anales de la Escuela
Nacional de Ciencias Biológicas 8: 59-129.
Smith, A.J.E. (ed.) 1982. Bryophyte Ecology. Chapman
and Hall. London.
Tryon, R. B. Voeller, A. Tryon y R. Riba. 1973. Fern Biology in Mexico (A class field program). BioScience
23: 28-33
Velázquez, A. y F.J. Romero (comp.). 1999. Biodiversidad de la Región de Montaña del sur de la Cuenca
de México: Bases para el ordenamiento ecológico.
Universidad Autónoma Metropolitana – Xochimilco.
México, D.F. 351 pp.
Apéndice
A continuación se enlistan las especies de briofitas que se han colectado en la Reserva Ecológica del Pedregal de
San Ángel y áreas adyacentes del campus de la Universidad Nacional Autónoma de México. Se incluyen datos de su
micro-hábitat.
Musgos
Campylopus pilifer Brid. Rocas soleadas y húmedas.
Chenia leptophylla (Müll. Hal.) R. H. Zander. Suelo húmedo y sombreado.
Didymodon australasiae (Hook. & Grev.) R. H. Zander var. australasiae. Suelo
o roca hú- medos, soleados.
Didymodon australasiae var. umbrosus (Müll. Hal.) R. H. Zander. Suelo sobre
lava, en lugares húmedos y sombreados.
Didymodon hampei R. H. Zander. Lava, cerca de construcciones.
Didymodon revolutus (Cardot) Williams. Suelo, lugares expuestos y húmedos, a veces cerca de las construcciones.
Didymodon rigidulus Hedw. var. gracilis (Schleich. ex Hook. & Grev.) R. H.
Zander. Sobre suelo o rocas.
Didymodon tophaceus (Brid.) Lisa. Sobre suelo húmedo de prado.
Entodon beyrichii (Schwägr.) Müll. Hal. Fisuras de roca, lugares sombreados
y húmedos.
Entodon hampeanus Müll. Hal. Sobre rocas cubiertas por suelo, lugares
sombreados y húmedos.
Fabronia ciliaris (Brid.) Brid. Epifita sobre Schinus y Fraxinus.
Fissidens crispus Mont. Sobre suelo en lugares sombreados y húmedos.
Funaria hygrometrica Hedw. Sobre suelo, cerca de construcciones o sitios
perturbados.
Funaria hygrometrica var. calvescens (Schwägr.) Mont. Roca cubierta por
suelo húmedo, en lugares soleados.
Gymnostomum aeruginosum Sm. Sobre suelo compactado, lugares expuestos y húmedos.
Isodrepanium lentulum (Wils.) Britt. Sobre roca húmeda cubierta de suelo,
lugares sombreados.
Leucoloma serrulatum Brid. Sobre roca húmeda cubierta de suelo, lugares
sombreados.
Aloina hamulus (Müll. Hal.) Broth. Suelo húmedo y compactado, en lugares
expuestos.
Barbula convoluta Hedw. Suelo húmedo, cerca de banqueta o sobre lava.
Brachymenium mexicanum Mont. Sobre lava, en sitios húmedos y soleados.
Brachythecium occidentale (Hampe) A. Jaeg. Rocas, en lugares sombreados
y húmedos.
Brachythecium ruderale (Brid.) W. R. Buck. Sobre rocas, en lugares sombreados y húmedos.
Braunia secunda (Hook.) B.S.G. Sobre rocas, en lugares soleados y húmedos.
Bryoceuthospora aethiopica (Welw. & Dub.) R. H. Zander. Sobre suelo
húmedo, entre plantas herbáceas.
Bryum argenteum Hedw. Sobre suelo, rocas o como epifito, lugares soleados y húmedos.
Bryum billarderi Schwägr. Rocas húmedas cubiertas por suelo, sombreadas.
Bryum caespiticium Hedw. Rocas húmedas cubiertas por suelo, sombreadas.
Bryum capillare Hedw. Sobre suelo o rocas, en lugares sombreados y
húmedos.
Bryum erythroloma ( Kindb.) Syed. Rocas mojadas, cubiertas por suelo,
sombreadas.
Bryum pseudotriquetrum (Hedw.) Gaertn., Meyer & Scherb. Rocas sombreadas y húmedas cubiertas por suelo.
Campylophyllum sommerfeltii (Myr.) Hedenäs. Sobre rocas, lugares sombreados y mojados.
104
Diversidad biológica e inventarios
Antocerote
Pilotrichella flexilis (Hedw.) Aongstr. Sobre roca húmeda cubierta de suelo,
lugares sombreados.
Pilotrichum evanescens (Müll. Hal.) Müll. Hal. Sobre roca húmeda cubierta
de suelo, lugares sombreados.
Pireella guatemalensis E. B. Bartram. Sobre roca húmeda cubierta de suelo,
lugares sombreados.
Pseudocrossidium replicatum (Taylor) R. H. Zander. Suelo o rocas cubiertas
por suelo, en lugares expuestos, soleados, húmedos.
Pterobryopsis mexicana (Renauld & Cardot) Fleisch. Fisuras mojadas.
Racopilum tomentosum (Hedw.) Brid. Rocas cubiertas por suelo, en lugares
sombreados y húmedos.
Rauiella lagoensis (Hampe) W. R. Buck. Fisuras húmedas y sombreadas.
Rhynchostegium serrulatum (Hedw.) A. Jaeg. Sobre rocas mojadas y
sombreadas.
Rhynchostegium subrusciforme (Müll. Hal.) A. Jaeg. Sobre rocas mojadas y
sombreadas, cubiertas por suelo.
Sagenotortula quitoensis (Taylor in Hook.) R. H. Zander. Sobre rocas mojadas y expuestas, cubiertas por suelo.
Syntrichia fragilis (Taylor) Ochyra. Sobre rocas o rocas cubiertas por suelo,
soleadas.
Syntrichia obtusissima (Müll. Hal.) R. H. Zander. Sobre lava, en lugares
soleados.
Syntrichia pagorum (Milde) Amann. Epifita sobre Schinus.
Timmiella anomala (B.S.G.) Limpr. Fisuras sombreadas y húmedas.
Tortella humilis (Hedw.) Jenn. Rocas húmedas y sombreadas, cubiertas por
suelo.
Trichostomum brachydontium Bruch. Suelo o rocas cubiertas por suelo, en
fisuras o en sitios expuestos, húmedos.
Weissia sp. Rocas cubiertas por suelo, soleadas y secas.
Anthoceros sp. Sobre rocas húmedas y sombreadas, cubiertas por suelo.
Hepáticas
Asterella rugosa A. Evans. Sobre rocas húmedas y sombreadas, cubiertas
por suelo.
Cylindrocolea rhizantha (Mont.) R.M. Schust. Sobre rocas húmedas y
soleadas.
Exormotheca pustulosa Mitt. Sobre rocas húmedas y sombreadas.
Fossombronia sp. Sobre suelo húmedo y sombreado.
Marchantia chenopoda L. Suelo sobre rocas.
Oxymitra incrassata (Brot.) Sergio & Sim Sim. Sobre suelo o rocas cubiertas
por suelo, húmedos y soleados.
Plagiochasma cuneatum A. Evans. Sobre rocas.
Plagiochasma intermedium Lindenb. & Gottsche. Huecos sombreados bajo
las rocas.
Plagiochasma rupestre (G. Forst.) Stephani. Sobre suelo o rocas cubiertas
por suelo, en lugares húmedos y sombreados.
Plagiochila sp. Sobre rocas, lugares sombreados y húmedos.
Reboulia hemisphaerica (L.) Raddi. Suelo sobre rocas.
Riccia lamellosa Raddi. Sobre rocas.
Riccia mauryana Stephani. Sobre rocas.
Riccia nigrella DC. Suelo con fragmentos de lava.
Riccia sorocarpa Bisch. Suelo sobre rocas.
Riccia trichocarpa Howe. Sobre rocas.
Riccia wainionis Stephani. Sobre rocas.
Targionia hypophylla L. Rocas húmedas y sombreadas, cubiertas por suelo.
105
Diversidad biológica e inventarios
Flora: susceptibilidad de la comunidad
a la invasión de malezas nativas y exóticas
Silvia Castillo-Argüero, Yuriana Martínez-Orea, Jorge A. Meave, Mariana Hernández-Apolinar,
Oswaldo Nuñez-Castillo, Gabriela Santibañez-Andrade y Patricia Guadarrama-Chávez
Departamento de Ecología y Recursos Naturales, Facultad de Ciencias,
Universidad Nacional Autónoma de México
[email protected]
Introducción
rición de alrededor de 70% del área original del matorral
xerófilo. Aunque llegaron tarde, los esfuerzos de conservación realizados han permitido el mantenimiento de
pequeños remanentes de este ecosistema tan particular, en el Parque Ecológico-Arqueológico de Cuicuilco,
el Parque Ecológico de la Ciudad de México, Ecoguardas
y la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (Bonfil
et al. 1997; Cano Santana et al., 2006).
Desde tiempos precolombinos, la ciudad de México ha
sido uno de los asentamientos urbanos más grandes no
sólo del país, sino de todo el mundo. El desarrollo de esta
urbe a lo largo de su historia ha provocado disturbios
de distinta índole e intensidad, los cuales han resultado
en la eliminación, la fragmentación y la transformación
de los ambientes naturales de la región (Carrillo-Trueba,
1995; Ezcurra et al., 1999). Como consecuencia de los
disturbios antropogénicos, desde hace algún tiempo se
ha venido observando que algunas especies han incrementado sus áreas de distribución, pues se han visto favorecidas por las condiciones creadas por la eliminación
o la alteración de la cubierta vegetal original (Soberón et
al., 1991; Ezcurra et al., 1999; Velásquez y Romero, 1999).
El conjunto de especies beneficiadas por los disturbios
incluye tanto plantas nativas como exóticas, las cuales,
en algunos casos, han llegado a convertirse en malezas
o invasoras (Espinosa-García y Sarukhán, 1997; Villaseñor y Espinosa-García, 1998, 2002, 2004).
La Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (REPSA)
alberga una considerable diversidad florística. Sin embargo, es muy evidente que esta comunidad vegetal
está siendo invadida por especies que no formaban
parte de ella en el pasado. Este proceso es preocupante
porque puede poner en riesgo tanto a algunos elementos de la flora propia del sistema, como afectar su
dinámica. Desafortunadamente, evaluar la entrada de
especies exóticas o de malezas a un sistema natural no
es una tarea fácil, ya que en gran medida esta actividad
depende de la existencia de registros antiguos y más o
menos confiables de su flora. La manera más directa de
hacer esta evaluación es a través de estudios florísticos,
los cuales dan una idea del porcentaje de especies que
representa la flora introducida en la zona (Espinosa-García y Sarukhán, 1997; Rzedowski y Rzedowski, 2001).
El matorral xerófilo que existe sobre el derrame de lava
del volcán Xitle, en las partes bajas del sur del Valle de
México (i.e., 2200 a 2500 m s.n.m.), no está exento de
esta problemática. Si bien durante siglos la vegetación
de esta zona se mantuvo en buen estado de conservación, a mediados del siglo XX la comunidad vegetal
comenzó a sufrir un rápido proceso de fragmentación
y deterioro, debido al crecimiento desmedido de la
ciudad de México (Soberón et al., 1991; Carrillo-Trueba,
1995). Con el tiempo este proceso condujo a la desapa-
En este sentido, el caso de la REPSA es en cierta forma
afortunado, ya que se cuenta con información de inventarios florísticos elaborados de manera recurrente
a lo largo del tiempo. El antecedente más importante
en el que se puede basar este análisis es el estudio de
Rzedowski (1954), ya que fue realizado en una época en
107
Flora: susceptibilidad de la comunidad a
la invasión de malezas nativas y exóticas
Castillo-Argüero y colaboradores
la que este sistema mostraba todavía gran parte de su
extensión y sus características biológicas relativamente
sin afectación. Además, en él se especificó la distribución
de las especies registradas en todo el derrame de lava por
tipo de vegetación, lo cual permite saber que el matorral xerófilo, cuya extensión original era de aproximadamente 40 km2, albergaba unas 350 especies de plantas
vasculares. Más de tres décadas después, cuando la
extensión de esta comunidad ya estaba muy reducida,
Valiente-Banuet y de Luna (1990) elaboraron un nuevo
inventario, registrando 226 de las especies reportadas
por Rzedowski (1954), además de 77 especies no reportadas antes. Estos resultados llevaron a suponer que
el disturbio estaba dando lugar a cambios importantes
en la composición florística, en particular que había una
disminución del número de especies originales y un aumento de las especies ruderales asociadas a áreas perturbadas. Medio siglo después de la publicación seminal
de Rzedowski (1954), Castillo-Argüero et al. (2004) presentaron información florística actualizada del sistema
en la que incluyeron 337 elementos a nivel de especie,
de los cuales sólo 184 habían sido consignadas en el trabajo de Rzedowski.
En este trabajo se hace una diferenciación entre las
especies introducidas y las malezas. Nuestro concepto
de especie introducida descansa fundamentalmente en la
definición utilizada por Villaseñor et al. (2002; Villaseñor
y Magaña, 2006) y corresponde al conjunto de especies
exóticas (i.e., originadas en regiones fuera de México)
y que han llegado al país por distintos mecanismos,
pero casi siempre acompañando alguna actividad
humana. Algunas de éstas, pero no todas, pueden llegar
a tener el comportamiento de una maleza (Lonsdale,
1999; Villaseñor et al., 2002). A su vez, definimos a las
malezas como aquellas especies, tanto nativas como
exóticas, que presentan tasas de crecimiento elevadas,
mecanismos eficientes de dispersión y una tolerancia a
una gran variedad de condiciones ambientales, de modo
que son capaces de producir cambios significativos
en la estructura, la composición y los procesos del
ecosistema; por lo tanto, constituyen elementos nocivos
para la comunidad (Rejmánek, 1995, Westbrooks, 1998;
Mack et al., 2000; Villaseñor et al., 2002). De acuerdo con
estas definiciones, es posible clasificar a un taxón como
especie introducida y como maleza, pues éstos dos no
son grupos mutuamente excluyentes. Sin embargo,
también es claro que no todas las especies introducidas
tienen comportamiento de malezas.
Además de los análisis florísticos que permiten identificar las especies introducidas al medio natural, es necesario caracterizar tanto la importancia biológica de éstas
como su efecto en la dinámica de una comunidad. Esto
se debe a que las especies de recién ingreso en la comunidad continúan dispersándose, manteniéndose y
consolidándose en el medio, incluso si los disturbios han
cesado y las perturbaciones que causaron comienzan a
ser mitigadas; además de los cambios significativos en la
composición de una comunidad, también puede haber
cambios en su estructura y en general en los procesos
ecológicos que la definen (Cronk y Fuller 1995). En este
contexto, y con la finalidad de coadyuvar a la conservación, el manejo y la restauración de este remanente de
matorral xerófilo, en el presente trabajo se ofrece un
listado florístico actualizado de las especies de plantas
presentes en la REPSA, una clasificación de los elementos no reportados por Rzedowski (1954) en introducidas
o malezas (de acuerdo con los reportes de Villaseñor y
Espinosa-García, 1998 y Villaseñor et al., 2002), y se analizan algunos aspectos de su distribución geográfica y
ecológica (importancia estructural y lluvia de semillas).
Definir la importancia ecológica de las especies
introducidas y malezas del matorral xerófilo de la
REPSA resulta de gran importancia debido a que esta
comunidad sigue estando fuertemente afectada
por la actividad humana, debido a que se encuentra
completamente inmersa en la mancha urbana de
una ciudad de grandes dimensiones. Por lo tanto, es
fundamental hacer un seguimiento de su biota para
intentar detectar a tiempo cambios potencialmente
peligrosos para su integridad, particularmente los
relacionados con la biota introducida.
Sitio de estudio
La REPSA está situada en la porción sudoccidental de
la cuenca hidrográfica conocida como Valle de México
(Castillo-Argüero et al., 2004). Forma parte del campus
de Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional
Autónoma de México desde 1983, cuando fue creada
por Acuerdo del rector (Carabias y Meave, 1987).
Después de varias modificaciones en sus límites, en
la actualidad cubre un área de 237.3 ha (De la Fuente,
108
Diversidad biológica e inventarios
2005). El ecosistema que protege la Reserva está asentado
sobre el derrame de lava que produjo la última erupción
del volcán Xitle, ocurrida hace aproximadamente 2000
años (Carrillo-Trueba, 1995). El proceso de sucesión secundaria que ha tenido lugar allí desde entonces ha llevado al desarrollo de un matorral xerófilo, claramente una
formación azonal en una región de características mucho
más mésicas, el cual fue denominado por Rzedowski
(1954) Senecionetum praecoxis en referencia a la especie
dominante Pittocaulon (= Senecio) praecox.
Index (www.ipni.org) y W3TROPICOS (www.mobot.org);
(4) los autores de las especies fueron revisados y sus
abreviaturas, en caso de haberlas, fueron estandarizadas
de acuerdo con Brummitt y Powell (1992); (5) finalmente,
tomando como base el listado de Castillo-Argüero et al.
(2004), se recabó información de las especies incluidas
en la lista actual sobre su forma de vida (fanerofitas,
hemicriptofitas, criptofitas, camefitas y terofitas), forma
de crecimiento (árbol, arbusto, hierba), longitud del ciclo
de vida (anual, perenne) y su distribución en diferentes
tipos de vegetación, además del matorral xerófilo.
En la literatura se ha sugerido repetidamente que la
heterogeneidad topográfica juega un papel importante
en el mantenimiento de la diversidad de la REPSA,
ya que hay una amplia gama de condiciones para el
establecimiento y crecimiento de especies con muy
variados requerimientos (Santibañez-Andrade, 2005;
Castillo-Argüero et al., 2007). En su paisaje se pueden
identificar numerosas unidades microambientales
contrastantes entre sí: grietas, hondonadas, hoyos,
planicies, pendientes y promontorios. Estos rasgos
microtopográficos se originaron por las diferencias
en la inclinación del terreno, los accidentes del relieve
original y el tiempo de enfriamiento de las capas de
lava (Carrillo-Trueba, 1995). Como consecuencia, la
vegetación muestra una estructura muy heterogénea,
asociada a grandes diferencias en la composición
florística (Álvarez et al., 1982; Cano-Santana, 1994), pero
en general caracterizada por un gran número de hierbas
y una pobreza de elementos arbóreos (SantibáñezAndrade, 2005).
Clasificación de especies como
introducidas y malezas
El reconocimiento de las especies como pertenecientes
a las categorías de especie introducida y de maleza se
basó exclusivamente en la información proporcionada
por Espinosa-García y Sarukhán (1997), Rzedowski y
Rzedowski (2001), Villaseñor y Espinosa-García (1998)
y Villaseñor et al. (2002). Una vez que se hicieron estas
asignaciones se calcularon las proporciones de la flora
total correspondiente a cada grupo.
Distribución geográfica
Utilizando como fuente de información fundamental
la base de datos del herbario MO, disponible a través
del sitio de Internet W3TROPICOS (www.mobot.org),
se determinó la distribución geográfica de las especies
incluidas en el listado florístico. Es claro que la información
contenida en esta base no es necesariamente completa
y que puede contener algunos errores. Sin embargo,
permite obtener información bastante satisfactoria
para un gran número de taxones en poco tiempo, y los
errores pueden ser eliminados con cierta confianza al
detectar especímenes aislados completamente fuera de
su área de distribución. Con base en esta información se
reconocieron siete categorías de distribución geográfica
de las especies:
Método
Listado florístico
Se actualizó el listado florístico de Castillo-Argüero et
al. (2004, 2007), de la siguiente manera: (1) se añadieron
a la lista algunas especies que no habían podido ser
determinadas por los especialistas, sobre todo del
Herbario Nacional de México (MEXU) al momento de
la publicación anterior, pero de las que ya se dispone
una determinación; (2) se incorporaron varias especies
de Asteraceae a partir del trabajo realizado por SotoTrejo (2007) en la REPSA; (3) se hizo una estandarización
nomenclatural de las especies tomando como referencia
principal las bases de datos del International Plant Name
• Restringida. Especies que se distribuyen únicamente
en México.
• Mesoamericana. Incluye a las especies cuya distribución abarca fundamentalmente el territorio mexicano y el de Centro América.
109
Flora: susceptibilidad de la comunidad a
la invasión de malezas nativas y exóticas
Castillo-Argüero y colaboradores
Tabla 1. Número total de familias, géneros y especies presentes en la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel, y
riqueza por forma de crecimiento. Se muestra también el número de especies introducidas y de malezas.
Número total de especies
Número de malezas
Número de especies introducidas
Familias
73
45
15
Especies
377
176
30
Géneros
211
128
28
Grupos taxonómicos
Formas de crecimiento
Árboles
10
1
3
Arbustos
56
21
2
Hierbas
311
154
25
Resultados
• Neotropical. Especies cuya distribución se extiende desde México hasta porciones significativas de América
del Sur, llegando en algunos casos hasta Argentina.
• Neártica. Incluye a las especies que están presentes
desde México hasta Estados Unidos y Canadá.
• Americana. Especies distribuidas en todo el continente
americano.
• Pantropical. Especies cuya distribución también abarca
las porciones tropicales de África, Asia y Oceanía.
• Cosmopolita. Especies que tienen representantes en
casi todos los continentes y en una gama amplia de
regiones climáticas.
Inventario florístico
Evaluación ecológica cuantitativa
de las especies
Las correcciones y adiciones realizadas al listado
publicado por Castillo-Argüero et al. (2004) resultaron
en un total de 377 especies, pertenecientes a 73 familias
y 211 géneros (Tabla 1). Con estas modificaciones, la
familia mejor representada en la REPSA fue Asteraceae,
con 105 especies, cifra que equivale a más de cuatro
veces la riqueza de la familia que ocupó el segundo
lugar (Poaceae, 26 especies). Estas dos familias
estuvieron seguidas por Fabaceae (20), Euphorbiaceae
(14), Pteridadaceae y Solanaceae (13 cada una),
Convolvulaceae (12) y Orchidaceae (11) (Apéndice 1).
A partir de muestreos de la vegetación y del análisis de
su estructura, se determinó el valor de importancia de
las especies vegetales presentes de la REPSA. Además,
se evaluó la importancia de las especies en la lluvia de
semillas a partir de datos obtenidos en muestreos con
trampas realizados en esta comunidad a lo largo de un
año (Camacho Altamirano, 2007).
Más de la mitad (55%) de las especies incluidas en esta
lista han sido reportadas en la literatura como introducidas (30; 8%) o malezas (176; 47%) (Tabla 1). De manera
notable, la familia con mayor número de especies introducidas y malezas fue precisamente Asteraceae, para la
que se registraron 58 malezas (55%), aunque sólo seis
especies introducidas (6%).
Con 82% del total de especies, las hierbas fueron la forma de crecimiento mejor representada en este matorral
xerófilo. Esta forma de crecimiento también fue la mejor
representada entre las especies introducidas (25; 83%) y
las malezas (176; 87%) (Tabla 1).
110
Diversidad biológica e inventarios
Proporción de especies
1
0.8
0.6
0.4
0.2
0
REPSA
Camefitas
Malezas
Criptofitas
Fanerofitas
Introducidas
Hemicriptofitas
Terofitas
Fig. 1. Proporción de las plantas introducidas y las malezas en la flora de la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel, de
acuerdo con su forma de vida.
Respecto a las formas de vida, la categoría terofita fue
la mejor representada (31%). A ella le siguieron, es este
orden, las hemicriptofitas (24%), las fanerofitas (15%)
y las camefitas (8%) (Fig. 1). Entre las especies introducidas, las terofitas (i.e. plantas anuales) fueron las más
abundantes, constituyendo cerca de 50% de las especies introducidas y las malezas (Fig.1). Con relación a las
especies perennes, las hemicriptofitas fueron las más
comunes, con cerca de 25% del total de los elementos
de la Reserva, y con proporciones similares para las especies introducidas y las malezas. Cabe destacar que
entre las especies introducidas no están representadas
las criptofitas; asimismo, en este grupo cerca de 10%
fueron fanerofitas (Fig. 1).
Entre las malezas, la distribución pantropical fue la más
común (21%), seguida en importancia por las distribuciones restringida (18%), americana (17%) y mesoamericana (15%) y neotropical (14%) (Fig. 2). A su vez, entre
las reportadas como introducidas destacan en mayor
grado las especies de distribución pantropical (47%) y
las cosmopolitas (30%).
Importancia ecológica de las especies
En el total del área muestreada (1,600 m2) se registró
un total de 5,856 individuos pertenecientes a 101 especies, cifra que corresponde a 40% de las 377 especies
del listado actualizado que aquí se reporta. Durante la
temporada de secas, la cobertura vegetal se redujo casi
a la mitad (45%) de la registrada para la época de lluvias.
Las especies que tuvieron los valores de importancia
relativa promedio más altos fueron Buddleia cordata,
Echeveria gibbiflora, Bromus carinatus, Verbesina virgata
y Muhlenbergia robusta. Ninguna de estas cinco especies
ha sido reportada como introducida ni como maleza.
Sin embargo, debe enfatizarse que de las 20 especies
con valores más altos de importancia (es decir, estas
cinco y quince adicionales), diez se consideran malezas,
cinco de las cuales son introducidas. Estos elementos
florísticos, que tienen una contribución importante a
Distribución geográfica
La mayoría de las especies del listado florístico
actualizado quedaron incluidas en las categorías de
distribución restringida y mesoamericana, lo que significa
que alrededor de la tercera parte de estos taxones se
distribuyen únicamente en México, y que un poco menos
de la quinta parte (18%) extienden su distribución hasta
Centroamérica (Fig. 2), de modo que en conjunto estas
dos categorías abarcan aproximadamente la mitad de la
flora representada actualmente en esta comunidad.
111
Flora: susceptibilidad de la comunidad a
la invasión de malezas nativas y exóticas
Castillo-Argüero y colaboradores
Proporción de especies
1
0.8
0.6
0.4
0.2
0
REPSA
Restringida
Malezas
Mesoamericana
Neotropical
Introducidas
Neártica
Fig. 2. Proporción de las plantas introducidas y las malezas en la flora de la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel, de
acuerdo con su tipo de distribución.
Discusión
la estructura de la vegetación, pero que originalmente
no formaban parte de ella son Pennisetum clandestinum,
Medicago lupulina, Rhynchelytrum repens, Chloris gayana
y Medicago polymorpha.
Sin duda, la cuantificación de la flora de una localidad
es una labor continua y debe involucrar aspectos no
sólo de índole florística sino también ecológica. Los resultados de este estudio constituyen una evidencia de
que en la dinámica de esta comunidad hay entradas de
especies de manera continua, que dependen no sólo
de eventos antropogénicos, sino también de los procesos intrínsecos del sistema (Gordon, 1998). A sólo tres
años de que se publicó una lista actualizada de plantas
vasculares de la REPSA, en este trabajo se hacen algunas correcciones nomenclaturales, pero lo que es más
importante, se integran suficientes elementos a la lista
como para producir un incremento equivalente a 10%
del número de especies reportado por Castillo-Argüero
et al. (2004).
En la lluvia de semillas -evaluada durante un año- se
registraron 114 especies, equivalentes a 47% de la flora. La
densidad de diásporas (frutos y semillas) fue de 334,073
m2. Más de la mitad (58%) fue aportado por Buddleia
cordata; proporciones menores pero significativas
correspondieron a Muhlenbergia robusta (16%), Ageratina
pinchinchensis (7%), Wigandia urens y Gamochaeta
americana (3% cada una). Una fracción adicional (13%) fue
aportada por especies y morfoespecies con abundancias
bajas. Entre estas últimas, llaman la atención las malezas
Rynchelytrum repens y Wigandia urens, la primera de
las cuales es una planta introducida y la segunda un
elemento nativo de la flora mexicana (2,593 y 11,375
diásporas m2, respectivamente).
112
Diversidad biológica e inventarios
Medicago polymorpha *
Salvia mexicana (5)
Eysenhardtia polystachya (1160)
Wigandia urens (11375)
Senecio praecox (346)
Chloris gayana *
Opuntia tomentosa
Especie
Dahlia coccinea (2154)
Cissus sicyoides (27)
Rhynchelytrum repens * (2593)
Cosmos bipinnatus
Medicago lupulina *
Pennisetum clandestinum *
Barkleyanthus salicifolius
Muhlenbergia robusta (54314)
Verbesina virgata (4415)
Bromus carinatus
Echeveria gibbiflora (2114)
Buddleia cordata (193649)
0
5
10
15
20
25
30
35
Fig. 3. Especies de la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel con los valores de importancia más altos y sus correspondientes abundancias
en la lluvia de semillas registrada durante un año. * = especies introducidas, = malezas.
De acuerdo con esta revisión de la lista, Asteraceae se
confirma como la familia con mayor riqueza florística
en la REPSA. Sin embargo, en este momento su prevalencia en esta comunidad es mucho más clara. Gracias a
la información aportada por una reciente investigación
de carácter taxonómico sobre esta familia realizada en
la reserva (Soto-Trejo, 2007), la lista se enriqueció en 31
especies respecto a la de 2004. Es probable que esta
gran riqueza esté relacionada, al menos en parte, con la
prevalencia de la dispersión anemócora de sus propágulos, lo que facilita su dispersión a grandes distancias y la
ampliación de su distribución. Sin embargo, este único
carácter no parece ser suficiente para explicar el alto
número de especies de asteráceas que coexisten en la
REPSA. Otro factor que podría contribuir a su éxito son
sus altas tasas de producción de semillas, pero hasta la
113
Flora: susceptibilidad de la comunidad a
la invasión de malezas nativas y exóticas
Castillo-Argüero y colaboradores
fecha no contamos con evidencia suficiente sobre ello.
En cualquier caso, es obvio que el matorral xerófilo de la
REPSA es una comunidad muy susceptible a la invasión
por especies de esta familia, pues a pesar de que sólo
6% de las 105 especies registradas en esta localidad son
taxones introducidos en México, más de la mitad de ellas
tienen un comportamiento de maleza.
lización del suelo (Johnson, 1995). Las plantas fanerofitas
tienen un gran potencial de funcionar como ingenieros
ecosistémicos en la REPSA, ya que al tener una mayor
área foliar pueden producir niveles mayores de evapotranspiración (Woodall, 1981), además de que la mayor
producción de hojarasca puede modificar variables
como la humedad microambiental y la cantidad de materia orgánica (Gordon, 1998).
Los disturbios modifican, entre otros factores, la
composición de especies de una comunidad; esta
modificación puede ser permanente si se eliminan
especies debido a su incapacidad para regenerarse
después de la perturbación (Gordon, 1998). Las
transformaciones también pueden reflejarse como
cambios en las abundancias relativas de los elementos
de la comunidad, o resultar en el establecimiento
de individuos de especies recién arribadas; entre
estas últimas suelen estar representadas especies
introducidas o malezas (Eugenio y Lloret, 2004). A pesar
de que la REPSA es un área protegida, hay evidencias
de que algunos disturbios, en particular los incendios,
han aumentado su frecuencia (Castillo-Argüero et al.
2004). Aunado a esto, la importante reducción en área
que sufrió esta comunidad en el pasado reciente hace
suponer que ha habido cambios en su estructura y
composición de especies, y que probablemente éstos
sigan ocurriendo en el presente y el futuro cercano.
Aunque es difícil documentar estos cambios de
manera precisa, este estudio constituye una primera
aproximación, al mostrar que un porcentaje muy alto
(casi la mitad) de la flora de la REPSA está forrmada
por especies que han sido reportadas como malezas, y
que un poco menos de 10% de esta flora son especies
introducidas.
En realidad, no sólo las fanerofitas son motivo de
preocupación en el grupo de las malezas y plantas
introducidas. Por ejemplo, en algunas comunidades
originalmente dominadas por especies criptofitas y
hemicriptofitas, los disturbios han provocado aumentos
notables en la abundancia de especies terofitas
(Bellingham y Sparrow, 2000). En situaciones extremas,
las especies introducidas pueden llegar a tener una
dominancia casi completa, formando verdaderos
“tapetes” monoespecíficos. Gordon (1998) reportó casos
de este tipo en las que estaban involucradas especies
del género Panicum. En la REPSA, una situación análoga
parece estarse dando con Pennisetum clandestinum
(Cano-Santana, 2005, 2007), especie originaria de
África que cubre áreas considerables cerca de los
bordes de la reserva. La detección de especies con este
comportamiento debería promover medidas urgentes
para su manejo y control, pues sólo así se puede evitar
que lleguen a modificar de manera profunda la dinámica
del sistema. Sería muy lamentable, por ejemplo, que el
proceso de sucesión primaria que se está llevando a
cabo en esta comunidad protegida en la REPSA se viera
interrumpido o fuertemente modificado.
Los disturbios que han afectado a la REPSA también han
tenido consecuencias en los patrones de distribución
geográfica de las especies de su flora. En realidad, desde
el momento de contacto con las sociedades europeas, la
flora mexicana ha estado recibiendo elementos exóticos
de manera continua. Durante la época colonial la mayor
parte de las especies introducidas tenían un origen mediterráneo, pero este patrón se modificó en el siglo XX
cuando arribó un número considerable de especies provenientes de otras regiones del mundo, en particular de
África y Sudamérica (Rzedowski y Rzedowski, 1990). Entre
las especies notables de este último contingente están
Pennisetum clandestinum (pasto kikuyo), Rynchelytrum
repens y Nicotiana glauca (tabaquillo), las cuales resaltan
como malezas introducidas en la REPSA con valores altos
de importancia.
Quizá la atención debiera centrarse sobre este último
grupo. En él están representadas plantas con diferentes
formas de vida, de las cuales las fanerofitas constituyen
alrededor de 10%. A pesar de que esta proporción es
baja, surge una preocupación derivada del hecho de
que estas especies son las que conforman los estratos
arbustivo y arbóreo de la comunidad. Su presencia y su
capacidad de expansión rápida abren la posibilidad de
que influyan de manera determinante en la dirección de
la sucesión en este ecosistema; el rápido incremento de
su densidad puede llegar a excluir a diversas especies
(Segura-Burciaga y Meave, 2001), algunas de ellas criptofitas y hemicriptofitas, muchas de las cuales tienen
funciones importantes en la comunidad, como la estabi114
Diversidad biológica e inventarios
Con el paso del tiempo se dificulta cada vez más la
distinción entre las especies nativas y las introducidas,
ya que cuanto más antigua sea la introducción de una
especie, mayor oportunidades tendrá de naturalizarse y
confundirse con las especies nativas. Como poblaciones
silvestres en una nueva región, las especies introducidas
pueden desarrollar una compleja gama de interacciones
con la biota nativa (Villaseñor et al., 2002). El pirúl
(Schinus molle), especie originaria de Sudamérica e
introducida en México en el siglo XVI, constituye
un ejemplo interesante de ello. Las semillas de esta
especie son ingeridas por aves nativas, como Bombycilla
cedrorum (chinito) y Turdus migratorius (primaveras),
entre otras, lo que aparentemente ha permitido ampliar
la distribución de esta especie hasta ocupar un territorio
muy grande del centro del país (Corkidi , 1991). Es difícil
evaluar el impacto que esta especie ha tenido en la flora
local, porque su abundancia es más alta en regiones
agrícolas, donde de todas maneras la flora original ha
sido desplazada. Sin embargo, la susceptibilidad de la
vegetación de la REPSA a las especies invasoras hace
necesario llevar a cabo un seguimiento cercano de las
especies introducidas y malezas en esta Reserva, sobre
todo en términos de su contribución a la estructura y a
la dinámica de la vegetación.
Agradecimientos
Agradecemos a Eduardo A. Pérez-García por sus comentarios al presente escrito y a Marco A. Romero Romero por su
apoyo en la elaboración de las figuras.
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Flora: susceptibilidad de la comunidad a
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Castillo-Argüero y colaboradores
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117
118
Polypodim polypodioides (L.) Watt
Cheilanthes myriophylla Desv.
Pellaea ovata (Desv.) Weath.
Pellaea ternifolia (Cav.) Link
Cheilanthes lendigera (Cav.) Swartz
itamo real
Cheilanthes kaulfussii Kunze
Pellaea cordifolia (Sessé et Moc.) A.R. Sm.
Cheilanthes hirsuta Link.
Cheilanthes farinosa (Forssk.) Kaulf.
Malaxis fastigiata (Rchb. f.) Kuntze
cola de zorra
Cheilanthes bonariensis (Willdenow.) Proctor.
Bommeria pedata (Sw.) E. Fourn.
Astrolepis sinuata D.M. Benham & Windham
Adiantum andicola
Polypodim plebeium
cuamaquistli
neotropical
Phlebodium areolatum (Humb. et Bonpl. ex Willd.) J. Sm.
Pteridaceae
restringida
americana
americana
neartica
neotropical
mesoamerica
mesoamerica
mesoamerica
mesoamerica
pantropical
mesoamerica
mesoamerica
mesoamerica
mesoamerica
americana
restringida
neotropical
americana
americana
pantropical
Distribución
Phlebodium araneosum (M. Martens et Galeotti) Mickel et Beitel
Malezas
Peperomia galioides Kunth
Polypodiaceae
Ophioglossum nudicaule L. f.
Especies
introducidas
calaguala
Nombre común
Ophioglossum engelmanni Prantl.
Ophioglossaceae
Asplenium praemorsum Swartz
Aspleaniaceae
PTERIDOPHYTA y afines.
Especie
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
Lluvia de
semillas anual
0.73
0
0
0
4.05
0.19
0.45
0.09
0
0.1
0
0
1.01
0
3.15
0
0
0
0
0
0.08
Valor de
importancia
Cr
Cr
Cr
Cr
Cr
Cr
Cr
Cr
Cr
Cr
Cr
Cr
Cr
Cr
Cr
Cr
Cr
Cr
Cr
Cr
Cr
Forma de
vida
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
Forma de
crecimiento
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
Ciclo de
vida
Apéndice 1. Listado florístico del matorral xeròfilo de la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel. la x indica las especies que son invasoras o
malezas. Cr = criptofita, Te = terofita, He = hemicriptofica, Fa = fanerofita, Ca = cametifa, H-e = hierba erecta, H-a = hierba arrosetada, H-r = hierba
rastrera, H-tr = hierba trepadora, H-su = hierba suculenta, Ar = arbusto, ar-su = arbusto suculento, A = àrbol. P = perenne, A = anual.
Flora: susceptibilidad de la comunidad a
la invasión de malezas nativas y exóticas
Castillo-Argüero y colaboradores
pie de paloma
Iresine cassiniiformis Schauer.
119
Ageratina choricephala (B.L.Rob.) R.M. King & H. Rob.
Ageratina brevipes (DC:) RM. King & H.Rob.
hierba del zopilote
mil hojas, tlalquequetzal
Ageratina adenophora (Spreng.)King & Rob
Acourtia cordata (Cerv.) Turner.
Achillea millefolium Nutt.
Asteraceae
Metastelma angustifolium Torr.
rosa verde
Gonolobus uniflorus Kunth
algodoncillo, romerillo
x
Funastrum elegans (Decne.) Schltr.
Asclepias linaria Cav.
Asclepiadaceae
Arracacia tolucensis (Kunth) Hemsl.
Apiaceae
Schinus molle L.
Anacardiaceae
pirú
bola de hilo, Rosa de Castilla
cimarrona
Guilleminea densa (Willd.) Moq.
Iresine diffusa Humb. et Bonpl. ex Willd.
amor de soltero
Especies
introducidas
Gomphrena serrata L.
quelite, quintonil
flor de piedra,doradilla
flor de piedra
Nombre común
Gomphrena pringlei Coulte et Fisher
Amaranthus hybridus L.
Amaranthaceae
Dicliptera peduncularis Nees
Acanthaceae
MAGNOLIPSIDA
Cystopteris fragilis (L.) Bernh.
Woodsiaceae
Selaginella lepidophylla (Hook. et Greville) Spring
Polypodium thyssanolepis A. Braun ex Klotzsch
Selaginellaceae
Especie
x
x
x
x
x
x
x
x
x
Malezas
mesoamerica
mesoamerica
restringida
pantropical
cosmopolita
restringida
restringida
restringida
neartica
restringida
pantropical
neotropical
restringida
americana
americana
restringida
cosmopolita
restringida
cosmopolita
neartica
neotropical
Distribución
0
0
0
0
0
14
223
0
0
6
16
4746
128
0
0
0
0
0
0
0
0
Lluvia de
semillas anual
0
0
0
0
0
0.65
0.53
0
0
0.66
0.23
1.78
0.56
0
0
0
0.68
0
2.58
1.46
0
Valor de
importancia
Fa
Fa
Fa
Ca
He
Ca
He
He
Fa
Cr
Fa
Te
Fa
He
Te
Te
Te
Te
Cr
Cr
Cr
Forma de
vida
Ar
Ar
Ar
H-e
H-e
H-tr
H-tr
H-tr
Ar
H-e
A
H-e
Ar
H-r
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-a
H-a
Forma de
crecimiento
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
A
P
P
A
A
A
A
P
P
P
Ciclo de
vida
Diversidad biológica e inventarios
120
escobilla
escobilla
Baccharis heterophylla Kunth
Baccharis pteronioides DC.
gobernadora de Puebla
Brickellia veronicifolia (Kunth) A. Gray
Chromolaena pulchella (H.B.K.) King & Rob.
jara blanca
Brickellia secundiflora (Lag.) A. Gray
aceitilla
Bidens serrulata Poir. Desf.
Brickellia scoparia (DC.) A. Gray
amor seco
Bidens pilosa L.
Bidens ostruthioides (DC.) Sch. Bip.
acahual blanco
Bidens odorata Cav.
jara
té de milpa
Bidens lemmonii A. Gray
Bidens bigelovii A. Gray
Bidens aurea (Aiton) Sherff
Barkleyanthus salicifolius (Kunth) H. Rob. & Brettell
Asomiate amarillo
Baccharis sordescens DC.
jara
metezurras
Aster subulatus Michx. Var. Subulatus
Baccharis salicifolia (Ruiz & Pav.) Pers.
ajenjo del pais
Artemisia ludoviciana Nutt.
hierba del carbonero
amargosa
Ambrosia psilostachya DC.
Archibaccharis serratifolia (Kunth) S.B. Blake
Ageratum corymbosum Zuccagni
Ambrosia confertiflora DC.
Ageratina schaffneri (Sch. Bip.) King & Rob.
Ambrosia canescens (Benth.) A. Gray.
Ageratina rubricaulis (H.B.K.) King & Rob
cielitos, mota morada
Ageratina pinchinchensis (H.B.K.) King & Rob.
hierba del ángel, yolochíchitl
Ageratina petiolaris (Moc. ex. DC.) King & Rob.
Especies
introducidas
yolochíchitl
Nombre común
Ageratina mairetiana (DC.) R.M. King & H. Rob
Ageratina deltoidea (Jacq.) Kingb & Rob.
Ageratina cylindrica (McVaugh) R.M. King & H. Rob.
Especie
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
Malezas
restringida
restringida
restringida
restringida
restringida
cosmopolita
mesoamerica
neotropical
restringida
neartica
cosmopolita
mesoamerica
restringida
americana
neartica
mesoamerica
americana
neartica
mesoamerica
americana
neartica
restringida
mesoamerica
restringida
restringida
mesoamerica
restringida
restringida
restringida
restringida
Distribución
0
186
0
0
0
0
0
2
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
414
0
22990
0
915
0
0
Lluvia de
semillas anual
0
0.06
0
0
0.43
0.28
0
0.3
0
0
0
9.46
1.01
0
0
0
0
0
0
2.38
0
0
0
0.01
0
0
0.75
0
0
0
Valor de
importancia
He
Ca
Ca
Ca
Te
Te
Ca
Te
Te
Te
Te
Fa
Ca
Fa
Fa
Fa
Te
Cr
Ca
He
Fa
He
He
Fa
Fa
Fa
Fa
Fa
Fa
Fa
Forma de
vida
Ar
Ar
Ar
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
Ar
Ar
Ar
Ar
Ar
H-e
H-e
Ar
H-e
Ar
H-e
H-e
H-e
Ar
Ar
Ar
Ar
Ar
Ar
Forma de
crecimiento
P
P
P
P
A
A
P
A
A
A
A
P
P
P
P
P
A
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
Ciclo de
vida
Flora: susceptibilidad de la comunidad a
la invasión de malezas nativas y exóticas
Castillo-Argüero y colaboradores
pegajosa
Conyza canadensis (L.) Cronquist
Erigeron pubescens Kunt
121
Lagascea rigida (Cav.) Stuessy
Lagascea rubra Kunth
zoapaxtle
confitillo
Parthenium bipinnatifidum (Ortega) Rollins
x
x
restringida
mesoamerica
mesoamerica
acahual (Oaxaca)
Montanoa grandiflora Alam´na ex DC.
Montanoa tomentosa Cerv.
cosmopolita
x
ojo de perico
Melampodium perfoliatum (Cav.)Kunth
restringida
restringida
restringida
americana
cosmopolita
mesoamerica
americana
restringida
restringida
neotropical
pantropical
mesoamerica
mesoamerica
restringida
restringida
mesoamerica
cosmopolita
americana
mesoamerica
mesoamerica
mesoamerica
neartica
americana
neotropical
cosmopolita
cosmopolita
Distribución
Melampodium longifolium Cerv. Ex Cav
Laennecia sophiifolia (Kunth) G.L. Nesonm
x
x
x
x
Lactuca serriola L.
Heterosperma pinnatum Cav.
x
Gnaphalium chartaceum Greenm.
jarilla
Gamochaeta falcata (Lam.) Cabrera
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
Malezas
Jaegeria hirta (Lag.) Less.
Gamochaeta americana (Mill.) Cabrera
Galinsoga parviflora Cav.
estrellita
Fleishmannia pycnocephala (Less.) R.M. King & H. Rob.
Florestina pedata (Cav.) Cass.
Erigeron delphinifolius Willd.
hierba de santa lucia
chalchuán
hierba del naciente
Erigeron longipes DC.
Erigeron karvinskianus DC
flor de muerto
Dyssodia papposa (Vent.) Hitchc.
mirasol
xicamaxochitl
Dahlia sorensenii H.V. Hansen & Hjert
Dahlia coccinea Cav.
mirasol enano
Cosmos parviflorus (Jacq.) Kunth.
Especies
introducidas
Critonia hebebotrya DC., E. pinetorum L.O. Williams & Ant. Molina
mirasol morado
Cosmos bipinnatus Cav.
cola de caballo
Conyza bonariensis (L.) Cronquist
Conyza coronopifolia Kunth
Nombre común
Especie
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
2
0
0
8546
0
0
0
0
0
0
0
0
350
2154
1
0
0
0
2514
0
Lluvia de
semillas anual
0
3.69
0
0
0
0
0.04
0.03
0
0
0
0
0
0.93
0.08
0
0
0
0
0
0
0
0
7.44
0
0
7.98
0.05
0.11
0
Valor de
importancia
Te
Fa
Fa
Te
Te
Fa
Fa
Te
Te
Te
Te
Te
Te
He
Te
Te
He
Te
He
Cr
Ca
Te
Cr
Cr
Fa
Te
Te
Te
Te
Te
Forma de
vida
H-e
Ar
Ar
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-r
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
Ar
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
Forma de
crecimiento
A
P
P
A
A
P
P
A
A
A
A
A
A
P
A
A
P
A
P
P
P
A
P
P
P
A
A
A
A
A
Ciclo de
vida
Diversidad biológica e inventarios
122
anís de monte
pericón
Tagetes filifolia Lag
Tagetes lucida Cav.
Stevia viscida Kunth
hierba de la pulga
Stevia tomentosa Kunth
Tagetes coronopifolia Willd.
Stevia tephra Rob.
chile burro
Stevia serrata Cav.
Stevia subpubescens Lag.
Stevia salicifolia Cav.
Stevia ovata Willd.
hierba del aire (Hidalgo), zazale
de olor
x
Stevia origanoides Kunth
Sonchus oleraceus L.
acahualillo
lechuguilla
Simsia amplexicaulis (Cav,) Pers.
Stevia micrantha Lag.
rabanillo
Senecio sanguisorbae DC.
Schkuhria schkuhrioidesThell.
anisillo cimarrón
ojo de gallo
Sanvitalia procumbens Lam.
Schkuhria pinnata (Lam.) Kuntze.
ojo de gallo, ojo de pollo
Sanvitalia procumbens Lam.
Roldana sessilifolia (Hook. & Arn.) H. Rob. & Brettell
cachane
Pseudognaphalium viscosumc (H.B.K.) Anderb.
gordolobo
Pseudognaphalium semilanatum (DC:) Anderb.
Roldana lobata La Llave
Pseudognaphalium oxyphylum (DC.) Kirp.
x
tzopotonic, tlacochichic
Pseudognaphalium canescens (DC.) Anderb.
x
Especies
introducidas
Pseudognaphalium luteo-album (L.) Hilliard & Burtt
palo loco, candelero
Pittocaulon praecox (Cav.) Rob. & Brettell.
Picris echioides L.
hierba de San Nicolás
falsa altamisa
lengua de gato
Parthenium hysterophorus L.
Piqueria trinervia Cav.
Nombre común
Especie
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
Malezas
mesoamerica
neotropical
restringida
restringida
mesoamerica
restringida
restringida
neotropical
restringida
mesoamerica
neartica
restringida
cosmopolita
mesoamerica
restringida
restringida
pantropical
mesoamerica
mesoamerica
restringida
restringida
americana
americana
mesoamerica
pantropical
restringida
restringida
mesoamerica
cosmopolita
pantropical
Distribución
0
0
0
0
0
0
0
0
0
110
0
0
28
0
1549
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
346
192
0
0
Lluvia de
semillas anual
0
0
0
0
0
0.14
0
0
0.3
1.47
0
0.07
0
0
0.08
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0.4
6.46
0.23
0.79
0
Valor de
importancia
He
Te
Te
He
Fa
He
Ca
He
Ca
He
He
Te
Te
Te
He
Te
Te
Te
Te
He
He
Te
He
He
Te
He
Fa
He
Te
Te
Forma de
vida
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
Ar
H-e
Ar
Ar
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-r
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
Ar
H-e
H-e
H-e
Forma de
crecimiento
P
A
A
P
P
P
P
P
P
P
P
A
A
A
P
A
A
A
A
P
P
A
P
P
A
P
P
P
A
A
Ciclo de
vida
Flora: susceptibilidad de la comunidad a
la invasión de malezas nativas y exóticas
Castillo-Argüero y colaboradores
123
lentejilla de campo
Lepidium virginicum L.
x
Sisymbrium altissimum L.
mispastle, tepusa
hierba de tepozán
Buddleia parviflora Kunth
Buddleia sessiliflora Kunth
copal
cuajiote
Bursera cuneata Engl.
Bursera fagaroides (Kunth) Engl.
Burseraceae
tepozán
Buddleia cordata Kunth
Rorippa mexicana (DC.) Standl. Et Steyerm.
Buddlejaceae
Pennellia patens (O.E. Schulz) Rillins
mostacilla alta
rucola silvestre, nabo
Eruca sativa Mill.
x
x
nabo
Brassica rapa L.
roble amarillo
ala de ángel
mal de ojo
x
Especies
introducidas
Barbarea orthoceras Ledeb.
Brassicaceae
Tecoma stans (L.) Kunth
Bignoniaceae
Begonia gracilis Kunth
Begoniaceae
Zinnia peruviana (L.) L.
raíz del manso
cerote
Viguiera excelsa (Willd.) Benth. & Hook. F. ex Hemsl. Var. Excelsa
teclacote
Viguiera buddleiiformis (DC.) Hemsl.
zacatechichi
Verbesina virgata Cav.
Laennecia sophiifolia (Kunth) G.L. Nesom
palocote
Tagetes tenuifolia Cav.
Tithonia tubiformis (Jacq.) Cass.
anisillo
Tagetes micrantha Cav.
diente de león
flor de muerto
Tagetes lunulata Ortega
Taraxacum officinale F. H. Wigg.
Nombre común
Especie
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
Malezas
restringida
restringida
restringida
restringida
mesoamerica
pantropical
mesoamerica
restringida
pantropical
pantropical
americana
neartica
cosmopolita
neartica
pantropical
mesoamerica
restringida
restringida
americana
neotropical
cosmopolita
mesoamerica
restringida
restringida
Distribución
0
10
0
0
193649
0
0
0
8
494
0
0
0
3886
0
0
0
4415
0
126
0
0
3
516
Lluvia de
semillas anual
0.65
1.02
0.04
2.54
29.95
0
0
0
0
0
0
0
0
1.08
0.09
0
0
13.07
0
0.06
0
0
0.05
1.18
Valor de
importancia
Fa
Fa
Fa
Fa
Fa
Te
He
Te
Te
Te
Te
He
Fa
Cr
Te
Fa
He
Fa
Te
Te
Ca
Te
Te
Te
Forma de
vida
Ar
A
Ar
A
A
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
A
H-e
H-e
Ar
Ar
Ar
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
Forma de
crecimiento
P
P
P
P
P
A
P
A
A
A
A
P
P
P
A
P
P
P
A
A
P
A
A
A
Ciclo de
vida
Diversidad biológica e inventarios
Opuntia tomentosa Salm-Dyck
124
Chenopodium graveolens Willd.
ojo de víbora
Evolvulus alsinoides (L.) L.
flor de verano
x
Ipomoea hederifolia L.
clarín (Chiapas)
x
Ipomoea dumetorum Willd. ex Roem. et Schult.
Ipomoea cristulata Hall.
coquito
oreja de ratón plateado
Dichondra argentea Sw.
Ipomoea capillacea (Kunth) G. Don
correhuela loca
Convolvulus arvensis L.
Convolvulaceae
epazote
epazote de zorrillo
Chenopodium ambrosioides L.
Chenopodiaceae
x
carmelitilla
Silene gallica L.
Drymaria leptophylla (Cham. et Schlecht.) Fenzl.
Drymaria laxiflora Benth.
Minuartia moehringioides (Moc. & Sessé ex Ser.) Mattf.
Arenaria lycopodioides Willd. ex Schlecht.
cadenilla
hierba del coyote
Especies
introducidas
Arenaria lanuginosa (Michx.) Rohrb.
Caryophyllaceae
Polanisia uniglandulosa DC.
Capparaceae
Diastatea micrantha (Kunth) McVaugh.
Campanulaceae
Senna septemtrionalis (Viviani) Irwin& Barneby
retama del país
nopal de pedregal
nopal chamacuero
Opuntia lasiacantha Pfeiff. Enum.
Caesalpiniaceae
nopal camueso
biznaguita de chilito
Nombre común
Opuntia robusta Wendl.
Mammillaria magnimamma Haw.
Mammillaria haageana subsp. Elegans (Sanchez-Mej.) D.R. Hunt.
Cactaceae
Especie
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
Malezas
pantropical
neotropical
neartica
neotropical
pantropical
neotropical
cosmopolita
neotropical
pantropical
cosmopolita
restringida
mesoamerica
mesoamerica
restringida
americana
restringida
neotropical
pantropical
americana
restringida
restringida
restringida
restringida
Distribución
0
0
0
0
0
0
2
0
0
0
0
0
1239
0
0
0
0
0
0
0
10
0
0
Lluvia de
semillas anual
0.25
0
0
0
1.26
0
0.04
0
0
0
0
0
0.2
0
0
0
0
0
7.21
0
0
0.73
0
Valor de
importancia
Te
Te
Te
Cr
He
He
He
Te
He
Te
Cr
Te
Te
He
He
Te
Te
Fa
Fa
Fa
Fa
Ca
Cr
Forma de
vida
H-tr
H-tr
H-tr
H-tr
H-r
H-r
H-tr
H-e
H-e
H-e
H-r
H-e
H-e
H-e
H-r
H-e
H-e
Ar
Ar-su
Ar-su
Ar-su
H-su
H-su
Forma de
crecimiento
A
A
A
P
P
P
P
A
P
A
P
A
A
P
P
A
A
P
P
P
P
P
P
Ciclo de
vida
Flora: susceptibilidad de la comunidad a
la invasión de malezas nativas y exóticas
Castillo-Argüero y colaboradores
manto de la virgen
oreja de burro
chisme
Echeveria coccinea (Cav.) DC.
Echeveria gibbiflora DC.
Sedum moranense Kunth
125
Euphorbia serpyllifolia Pers.
Euphorbia stictospora Engelm.
Euphorbia prostrata Ait.
celidonia, golondrina
Euphorbia potosina Fern.
restringida
americana
neotropical
restringida
neotropical
Euphorbia nutans
restringida
pantropical
mesoamerica
mesoamerica
x
x
x
americana
mesoamerica
restringida
pantropical
restringida
restringida
americana
americana
restringida
restringida
restringida
restringida
restringida
restringida
neotropical
pantropical
pantropical
neotropical
restringida
Distribución
x
x
x
x
x
x
x
x
Malezas
Euphorbia macropus (Klotzsch) Boiss.
golondrina
Euphorbia hirta L.
Euphorbia indivisa (Engelm.) Tidestr.
onob-kax (maya)
hierba de paloma
Euphorbia graminea Jacq.
hierba de la araña (Chiapas)
Euphorbia dentata Michx.
hierba del pastor
Euphorbia anychioides (Boiss.) Millsp.
hierba del cáncer
Acalypha phleoides Cav.
chayotillo, ericillo
Acalypha indica L.
Euphorbiaceae
Sicyos deppei G. Don
Cyclanthera tamnoides Willd.Cogn.
Cyclanthera dissecta (Torr. et A. Gray) Arn.
Villadia misera (Lindl.) R.T. Clausen
ericillo
Sedum quevae Hamet
Cucurbitaceae
Sedum oxypetalum Kunth
raíz de fregar
Altamiranoa mexicana (Schlecht.) Rose
Especies
introducidas
Villadia misera (Lindl.) R.T. Clausen
Crassulaceae
manto de la virgen
Ipomoea purpurea var. diversifolia (Lindl.) O’Donell
trompillo
manto, quiebra plato
Nombre común
Ipomoea purpurea (L.) Roth.
Ipomoea pubescens Law.
Ipomoea orizabensis (Pelletan) Ledeb. ex Steud.
Especie
0
0
0
0
0
0
0
1
22
0
2
0
40
0
0
0
0
0
0
0
2114
0
0
0
0
0
0
0
Lluvia de
semillas anual
0
0
0
0
0
0
0
0
0.04
0.81
0.67
0
0.1
0
0
0
0
0
0
0
28.31
0
0
0
0
0.98
0
0
Valor de
importancia
Te
Te
Te
Te
Te
Cr
Te
Te
Te
Te
Ca
Te
Te
Te
Te
Te
Ca
Fa
Fa
Ca
Ca
Ca
Ca
He
Te
Te
He
He
Forma de
vida
H-r
H-e
H-e
H-e
H-r
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-tr
H-tr
H-tr
H-e
Ar
Ar
Ar
H-a
H-a
H-e
H-tr
H-tr
H-tr
H-tr
H-tr
Forma de
crecimiento
A
A
A
A
A
P
A
A
A
A
P
A
A
A
A
A
P
P
P
P
P
P
P
P
A
A
P
P
Ciclo de
vida
Diversidad biológica e inventarios
126
carretón oleroso
ayocote
Melilotus indica (L.) All.
Phaseolus coccineus L.
Phaseolus pluriflorus Maréchal & al.
Wigandia urens (Ruiz et Pav.) Kunth
Hydrophyllaceae
Geranium seemannii Peyr.
Geraniaceae
Centaurium quitense (Kunth) B.L. Rob.
Gentianaceae
Quercus deserticola Trel.
ortiga de tierra caliente
Phaseolus pedicellatus Benth.
Phaseolus pauciflorus Sessé et Moc.
Fagaceae
x
Phaseolus leptostachyus Benth
pata de león
carretilla
Medicago polymorpha L.
x
x
carretilla
Eysenhardtia polystachya (Ortega) Sarg.
Medicago lupulina L.
Desmodium neo-mexicanum A. Gray
Desmodium grahamii A. Gray
Macroptilium gibbosifolium (Ortega) A. Delgado
Desmodium aparines (Link) DC.
palo dulce
hierba hedionda
Dalea zimapanica S. Schauer
Dalea leporina Bullock. (Ait.)
limoncillo
tronadora, chipil
Dalea humilis G. Don
Dalea foliolosa (Aiton) Barneby
Crotalaria pumila Ortega
Cologania broussonetii (Balb.) DC.
x
Especies
introducidas
chipil
higuerilla, aceite de ricino
Nombre común
Brongniartia intermedia Moric.
Fabaceae
Ricinus communis L.
Especie
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
Malezas
neotropical
neotropical
neotropical
restringida
restringida
mesoamerica
restringida
mesoamerica
pantropical
pantropical
cosmopolita
americana
americana
restringida
neotropical
neartica
neotropical
restringida
americana
mesoamerica
mesoamerica
americana
neotropical
restringida
cosmopolita
Distribución
11375
0
0
0
0
0
0
3
0
0
0
0
0
1160
0
0
0
58
0
0
0
0
0
3
0
Lluvia de
semillas anual
6.04
0.08
0
0
0
0.87
0
0.41
0
3.39
4.91
8.45
0
5.28
0.04
0.1
1.39
0
0.24
0.2
0.12
2.34
0
0
0.49
Valor de
importancia
Fa
He
Te
Fa
He
He
He
He
He
Te
Te
Te
He
Fa
Te
He
He
Fa
Te
Te
Te
Te
He
Ca
Fa
Forma de
vida
Ar
H-e
H-e
A
H-tr
H-tr
H-tr
H-tr
H-e
H-e
H-e
H-e
H-tr
A
H-e
H-tr
H-tr
Ar
H-e
H-e
H-e
H-e
H-tr
Ar
Ar
Forma de
crecimiento
P
P
A
P
P
P
P
P
P
A
A
A
P
P
A
P
P
P
A
A
A
A
P
P
P
Ciclo de
vida
Flora: susceptibilidad de la comunidad a
la invasión de malezas nativas y exóticas
Castillo-Argüero y colaboradores
127
Lopezia trichota Schlecht.
Lopezia racemosa Cav.
Onagraceae
Fraxinus uhdei (Wenz.) Lingelsh.
Oleaceae
Mirabilis jalapa L.
Nyctaginaceae
Eucalyptus resinifera Smith
Eucalyptus globulus Labill.
Myrtaceae
Mimosa aculeaticarpa var. biuncifera ( Benth) Barneby
Calliandra grandiflora (L’Her.) Benth.
Mimosaceae
peroncillo
perilla
fresno
malva cimarrona, alache, maravilla
eucalipto gigante, alcanfor
uña de gato
cabello de ángel
hierba del negro
x
x
Sphaeralcea angustifolia (Cav.) G. Don
Sida rhombifolia L.
huinar
malva cimarrona, alache
hierba del zorro
hierba del cáncer
pegarropa
Periptera punicea (Lag.) DC.
Anoda cristata (L.) Schltdl.
Malvaceae
Gaudichaudia cynanchoides Kunth.
Malpighiaceae
Cuphea wrightii A. Gray
Cuphea aequipetala Cav.
Lythraceae
Mentzelia hispida Willd.
Loasaceae
chía cimarrona
Salvia tiliifolia Vahl
tapachichi
x
Especies
introducidas
Salvia mexicana Sessé et Moc.
bastón de San Francisco
Nombre común
Lepechinia caulescens (Ortega) Epling
Leonotis nepetifolia (L.) R. Brown
Lamiaceae
Especie
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
Malezas
restringida
mesoamerica
neotropical
pantropical
americana
pantropical
neartica
mesoamerica
restringida
cosmopolita
mesoamerica
americana
restringida
neotropical
mesoamerica
restringida
neotropical
restringida
mesoamerica
pantropical
Distribución
0
0
3
0
185
0
0
0
0
0
0
0
0
5
0
0
0
5
0
1
Lluvia de
semillas anual
0
0.53
0
0
0
0
0
0.14
0.53
0
0
0.14
0
0
0.04
0
0.6
4.99
0
0
Valor de
importancia
Ca
Te
Fa
He
Fa
Fa
Fa
Ca
Fa
Fa
Te
Te
He
Te
He
Te
He
He
He
Te
Forma de
vida
H-e
H-e
A
H-e
A
A
Ar
Ar
Ar
Ar
H-e
H-e
Ar
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
Forma de
crecimiento
P
A
P
P
P
P
P
P
P
P
A
A
P
A
P
A
P
P
P
A
Ciclo de
vida
Diversidad biológica e inventarios
128
Talinum paniculatum (Jacq.) Gaertn.
rama de sapo
Talinum napiforme DC.
mañanita (Chiapas)
Portulaca pilosa L.
Portulaca mexicana P. Wilson
cacaloxóchitl
Calandrinia megarhiza (Hemsl.) MacBryde
Portulacaceae
x
Rumex obtusifolius L.
lengua de vaca
espinosilla
cola de iguana
Polygonum capitatum Buch.- Ham. Ex D. Don.
Polygonaceae
Loeselia mexicana (Lam.) Brand.
Polemoniaceae
Plumbago pulchella Boiss.
Plumbaginaceae
Peperomia campylotropa A.W. Hill
ombligo de tierra
jaboncillo
velo de novia
granada cimarrona
Pellaea sagittata (Cav.) Link
Piperaceae
Phytolacca icosandra L.
Agdestis clematidea Moc. et Sessé ex DC.
Phytolaccaceae
Passiflora subpeltata Ortega
Passifloraceae
xoxocoyolín
Oxalis tetraphylla Cav.
Oxalis divergens Benth. ex Lindl.
Oxalis lunulata Zucc.
agritos
xocoyol
Oxalis corniculata L.
Oxalidaceae
agua de azahar
Oenothera rosea L’Her. ex Ait.
Especies
introducidas
linda tarde
Nombre común
Oenothera purpusii Munz.
Oenothera pubescens Willd. ex Spreng.
Especie
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
Malezas
pantropical
restringida
pantropical
restringida
restringida
pantropical
pantropical
restringida
restringida
mesoamerica
neotropical
pantropical
mesoamerica
pantropical
mesoamerica
restringida
mesoamerica
pantropical
pantropical
restringida
americana
Distribución
0
0
0
1
0
16
0
0
0
0
0
60
0
149
0
0
0
0
0
0
0
Lluvia de
semillas anual
0
0.09
0.34
0
0.52
0
0
1.13
0.15
0.28
0
0.03
0
0.36
0.28
0
0
0.22
0.5
0
0
Valor de
importancia
Cr
Cr
He
He
Cr
He
Cr
Ca
Ca
Cr
Cr
Ca
Fa
He
Cr
Cr
Cr
Cr
He
He
He
Forma de
vida
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-r
Ar
H-e
H-e
H-e
H-e
H-tr
H-tr
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
Forma de
crecimiento
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
Ciclo de
vida
Flora: susceptibilidad de la comunidad a
la invasión de malezas nativas y exóticas
Castillo-Argüero y colaboradores
129
(mazahua, edo. méx.)
(mazahua, edo. méx.)
Physalis glutinosa Schltdl.
Physalis orizabae Don
tabachín
costomate
Physalis costomatl Moc.& Sessé ex Dunal
tabaco, tabaco cimarrón
jaltomate
toloache comun
vela candil
Physalis chenopodifolia Lam.
Nicotiana glauca Graham
Jaltomata procumbens (Cav.) J.L. Gentry
Datura stramonium L.
Solanaceae
Verbascum virgatum Stokes
x
x
Penstemon campanulatus (Cav.) Willd.
mocuepanixóchtl
Limosella aquatica L.
Penstemon roseus (Sweet)G.Dom
Lamourouxia rhinanthifolia Kunth
jarritos
Lamourouxia dasyantha (Cham. et Schltdl.) W.R. Ernst
Buchnera pusilla Kunth.
kabalchichibe (maya)
chapulixtle
Dodonaea viscosa Jacq.
Scrophulariaceae
farolitos
Cardiospermum halicacabum L.
Galium uncinulatum DC.
Sapindaceae
Crusea longiflora (Wild. ex Roem. et Schult.) W.R. Anderson
x
x
Especies
introducidas
trompetilla
zarzamora
gasparilla
Nombre común
Crusea diversifolia (Kunth) W.R. Anderson
Bouvardia ternifolia (Cav.) Schltdl.
Rubiaceae
Rubus liebmannii Focke
Rosaceae
Reseda luteola L.
Resedaceae
Centunculus minimus L.
Primulaceae
Especie
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
Malezas
restringida
restringida
restringida
neotropical
pantropical
cosmopolita
pantropical
neotropical
restringida
restringida
americana
restringida
restringida
neotropical
pantropical
cosmopolita
mesoamerica
mesoamerica
mesoamerica
americana
pantropical
cosmopolita
americana
Distribución
0
0
0
0
24
54
0
0
0
22
0
0
0
0
254
2
60
0
0
39
0
0
0
Lluvia de
semillas anual
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0.83
0
0
2.89
0.16
0
0.3
0
0.81
1.07
0.5
0
Valor de
importancia
He
He
He
He
Fa
Te
Ca
Te
Ca
Ca
Te
He
He
Te
Fa
He
He
Te
Te
Fa
Cr
Te
Te
Forma de
vida
H-e
H-e
Ar
H-e
Ar
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-r
H-e
H-e
H-e
Ar
H-tr
H-e
H-e
H-e
H-e
Ar
H-e
H-e
Forma de
crecimiento
p
P
P
P
P
A
P
A
P
P
A
P
P
A
P
P
P
A
A
P
P
A
A
Ciclo de
vida
Diversidad biológica e inventarios
130
flor de San Juan
Milla biflora Cav.
mayito
Zephirantes concolor (Lindl.) Bent et Hook F.
Tigridia pavonia (L.F.) DC.
Echeandia nana (Baker) Cruden
Bromeliaceae
Especies
introducidas
Echeandia mexicana Cruden
Anthericaceae
Zephirantes longifolia (Baker ex Donn. Sm.) Standl.
acamayo
Sprekelia formosissima (L.) Herb.
Amaryllidaceae
cebolla de monte
Allium glandulosum Link & Otto
Alliaceae
maguey
cal-paich (chontal)
Manfreda scabra (Ort.) McVaugh
tripa de vaca, tripa de Judas
liga
verbena común
Agave salmiana Otto ex Salm-Dyck
Agavaceae
LILIOPSIDA
Cissus sicyoides L.
Vitaceae
Phoradendron brachystachyum (DC.) Nutt.
Viscaceae
Verbena carolina L.
Verbenaceae
Valeriana sorbifolia Kunth
hierba del gato
mala mujer
Valerianaceae
chichiquélit
Solanum rostratum Dunal
papa cimarrona
(mazahua, edo. méx.)
Solanum nigrescens M. Martens et Galeotti
Solanum bulbocastanum Dunal
Physalis sordida Fernald
tomatillo pegajoso
Physalis patula Mill..
Physalis philadelphica Lam.
Nombre común
Especie
x
x
x
x
x
x
x
x
x
Malezas
neotropical
restringida
restringida
neartica
restringida
restringida
mesoamerica
restringida
mesoamerica
restringida
pantropical
restringida
mesoamerica
americana
neartica
americana
mesoamerica
restringida
americana
restringida
Distribución
0
0
0
0
0
0
14
0
106
21
27
0
0
0
0
0
0
0
0
272
Lluvia de
semillas anual
0
0
0.37
0
0
0
0.07
0
1.67
2.61
7.51
0
0.45
0
0.04
0.28
0
0
0.04
0
Valor de
importancia
Fa
Cr
Cr
Cr
Cr
Cr
Cr
Cr
He
He
Ca
Fa
Te
Te
Te
Te
Cr
He
Te
He
Forma de
vida
H-ep
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-a
H-a
H-tr
Ar
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
Forma de
crecimiento
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
A
A
A
P
P
A
P
Ciclo de
vida
Flora: susceptibilidad de la comunidad a
la invasión de malezas nativas y exóticas
Castillo-Argüero y colaboradores
131
Bletia urbana Dressler
Spiranthes polyantha Rchb. f.
chautle
flor del tigre
Orchidaceae
Sisyrinchium tenuifolium Humb. et Bonpl. ex Willd.
zacate de la muela
coquito (Sinaloa)
Sisyrinchium angustissimum (B.L.Rob. Et Greenm.)
Iridaceae
Hypoxis mexicana Schult. et Schult. F.
Hipoxidaceae
Dioscorea galeottiana Martens
cabeza de brujo
tule
Cyperus spectabilis Link
Dioscoreaceae
tulillo
Cyperus seslerioides Kunth
Cyperus odoratus L.
cuentas de Santa Elena
Cyperus manimae Kunth.
Cyperus esculentus L.
Bulbostylis juncoides (Vahl) Kük. ex Osten
Cyperus aggregatus (Willd.) Endl.
Bulbostylis funckii (Steud.) C.B. Clarke
coquillo amarillo
Tripogandra purpurascens (Schauer) Handlos
Cyperaceae
Tradescantia crassifolia Cav.
hierba de pollo, felvira
Tinantia erecta (Jacq.) Schelcht.
quesadilla
Commelina tuberosa L.
Especies
introducidas
Gibasis linearis (Benth.) Rohweder
tripa de pollo
cielo azul
Commelina diffusa Burm. f.
Commelina coelestis Willd. var. coelestis Willd.
Commelinaceae
Calochortus barbatus (Kunth) Painter
ayatito
heno pequeño
Tillandsia recurvata (L.) L. (103, 373)
Calochortaceae
Nombre común
Especie
x
x
x
x
x
x
x
x
x
Malezas
restringida
neotropical
mesoamerica
restringida
neotropical
restringida
neotropical
neotropical
pantropical
neotropical
pantropical
americana
americana
americana
americana
mesoamerica
neotropical
restringida
cosmopolita
pantropical
americana
restringida
americana
Distribución
0
0
0
0
81
106
0
0
0
0
1050
0
17
0
0
0
0
0
0
1
0
68
30
Lluvia de
semillas anual
0.03
0
0
0
0.19
3.42
3.71
0.26
0
0
0
3.63
0
0
0
0.08
0.09
0
0
1.82
1.21
0.17
0.22
Valor de
importancia
Cr
Cr
Cr
Cr
Cr
Cr
Cr
Cr
Cr
Cr
Cr
Cr
Cr
Te
Te
Cr
Cr
Cr
He
He
He
Cr
Fa
Forma de
vida
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-tr
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-r
H-r
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-ep
Forma de
crecimiento
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
A
A
P
P
P
P
P
P
P
P
Ciclo de
vida
Diversidad biológica e inventarios
Spiranthes aurantiaca (Lex.) Hemsl.
132
avena loca
zacate chino
zacate gordura
barbas de indio
Bouteloua repens (Kunth) Scribn.
Bromus carinatus Hook. & Arn.
Buchloe dactyloides (Nutt.) Engelm.
Chloris gayana Kunth.
Chloris virgata Sw.
x
pasto kikuyo
Paspalum prostratum Scribn. et Meer.
Pennisetum clandestinum Hochst. Ex Chioy.
Paspalum convexum Humb. et Bonpl. ex Flüggé
Paspalum tenellum Willd.
zacate huilotero
Muhlenbergia robusta (E. Fourn.) Hitchc.
Panicum lepidulum Hitch. et Chase
Muhlenbergia rigida (Kunth) Kunth
Panicum bulbosum Kunth
zacatón
x
Microchloa kunthii Desv.
Eragrostis mexicana (Hornem.) Link.
Eragrostis tenuifolia (A.Rich.)Hochst.ex Steud
x
x
Digitaria ternata (A.Rich.) Stapf
zacate casamiento
Aegopogon tenellus (DC.) Trin
Aegopogon cenchroides Humb. & Bompl. Ex Willd.
Poaceae
Selaginella sellowii Hieron.
Ponthieva schaffneri (Rchb. f.) E.W. Greenw.
Spiranthes llaveana Lindl.
Malaxis myurus (Rchb. f.) Kuntze
Spiranthes cinnabarina (Lex.) Hemsl.
Malaxis carnosa (Kunth) C. Schweinf
cutzis
Lantana velutina M. Martens et Galeotti
Especies
introducidas
cozticzacatzacuxóchitl
Nombre común
Habenaria novemfida Lindl.
Govenia superba (La Llave et Lex.) Lindl. ex Lodd.
Especie
x
x
x
x
x
x
x
x
Malezas
pantropical
neotropical
americana
americana
restringida
americana
mesoamerica
americana
pantropical
pantropical
americana
neotropical
pantropical
pantropical
neartica
americana
americana
americana
americana
mesoamerica
restringida
restringida
neotropical
restringida
restringida
mesoamerica
neotropical
mesoamerica
neotropical
Distribución
0
71
100
0
0
0
54314
21
17
0
0
85
0
0
0
0
0
149
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
Lluvia de
semillas anual
9.24
0
0
0.6
0
0
12.4
0.05
0.11
0
0.74
0.14
0.5
6.76
0
13.21
0
1.37
0.39
0.04
0
0.06
0.22
0
0
0
0
1.18
0.71
Valor de
importancia
He
He
Te
Te
He
He
Ca
He
He
He
He
Te
Te
He
He
Cr
He
Te
He
Cr
Cr
Cr
Cr
Cr
Cr
Cr
Cr
Cr
Cr
Forma de
vida
H-r
H-e
H-a
H-e
H-e
H-e
H-a
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-r
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
Forma de
crecimiento
P
P
A
A
P
P
P
P
P
P
P
A
A
P
P
P
P
A
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
Ciclo de
vida
Flora: susceptibilidad de la comunidad a
la invasión de malezas nativas y exóticas
Castillo-Argüero y colaboradores
pasto alambre
zacate maicero
Sporobolus indicus (L.) R. Br.
Tripsacum dactyloides (L.) L.
Sporobolus atrovirens (Kunth) Kunth
x
zacate sedoso
pasto rosado
Rhynchelytrum repens (Willd.) C.E. Hubb.
x
Setaria parviflora (Poir.) Kerguélen.
zacate plumoso
Pennisetum villosum R. Br. ex Fresen.
Especies
introducidas
Setaria grisebachii E. Fourn.
Nombre común
Especie
x
x
x
x
x
Malezas
americana
cosmopolita
restringida
cosmopolita
americana
pantropical
pantropical
Distribución
13
0
61
373
138
2593
0
Lluvia de
semillas anual
0
1.08
0.04
0.64
0.55
7.59
0
Valor de
importancia
Ca
He
He
Te
Te
He
He
Forma de
vida
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
H-e
Forma de
crecimiento
P
P
P
A
A
P
P
Ciclo de
vida
Diversidad biológica e inventarios
133
Diversidad biológica e inventarios
La familia Cactaceae
Salvador Arias
Jardín Botánico, Instituto de Biología, Universidad Nacional Autónoma de México
[email protected]
Introducción
catecas, Tamaulipas y Sonora) tienen la mayor diversidad de especies (Godínez-Álvarez y Ortega-Baes, 2007).
Otro factor es el histórico, ya que se sugiere que los ambientes áridos existen en ciertas áreas del actual territorio mexicano desde el Mioceno Temprano o posiblemente Eoceno Tardío (Axelrod, 1979; Rzedowski, 1998);
asimismo se sugiere que en ciertas áreas, como las de
la Altiplanicie, han sido refugios para la flora durante el
último periodo glacial (Hernández y Bárcenas, 1995).
Cactaceae es una de las familias más singulares entre
las plantas con flores, la cual se puede reconocer por
una combinación de caracteres morfológicos propios
que incluyen la presencia de tallos suculentos, generalmente verdes, una tendencia a no presentar hojas, y tallos armados con espinas de diversas formas, tamaños y
colores. Sin embargo, hay tres caracteres estructurales
únicos para esta familia: presencia de aréolas, el meristemo apical de la rama está organizado en cuatro zonas distintivas y un ovario sumido en el receptáculo. El
carácter más evidente es la aréola, es decir pequeños
braquiblastos donde los nudos están completamente
reducidos, cubiertos por una capa de tricomas multicelulares. Las aréolas, por lo tanto, son grupos de meristemos que dan origen a flores y nuevos brotes (Anderson,
2001; Nobel, 2002).
Para el Valle de México se han reportado hasta 61 especies de cactáceas (Scheinvar, 1985), la mayoría de las
cuales están relacionadas filogenéticamente con taxa
nativos de la Altiplanicie, con excepciones que permiten conocer la mínima influencia de taxa del sur del
Eje Neovolcánico (Mammillaria haageana) y de regiones
montañosas (Disocactus speciosus). Es necesario añadir
que los asentamientos humanos en el Valle, que abarcan los últimos 25 mil años (Serra, 1990) han modificado
el ambiente y su flora, por lo que algunas cactáceas actualmente presentes en el valle son resultado de esta
influencia.
Si bien las cactáceas se distribuyen por toda América,
continente del cual son nativas, diversos estudios taxonómicos indican que en México se encuentra la mayor
diversidad de especies. Fuentes recientes indican que
en el territorio mexicano hay 63 géneros con aproximadamente 670 especies, de las cuales 518 especies son
endémicas del país (Guzmán et al., 2003). Las zonas con
clima seco, también conocido como estepario, (BS) y
muy seco (BW) (García, 1973) son las más propicias para
la presencia de cactáceas. Por lo tanto, los estados del
norte, noroeste y sur del país, donde existen condiciones de aridez y estacionalidad marcada en la vegetación
(p. ej. San Luis Potosí, Coahuila, Nuevo León, Oaxaca, Za-
En particular, el ecosistema del Pedregal de San Ángel
alberga 11 especies de cactáceas (Tabla 1). Actualmente
en los fragmentos más bajos del pedregal donde predomina el matorral xerófilo, y que corresponden a la
Reserva Ecológica, está documentada la presencia de
siete especies. A continuación de describen tres taxa,
con excepción de Opuntia que será tratado por Scheinvar, en este volumen.
135
136
Cylindropuntia xpallida
Opuntia tunicata
Opuntia sarca
O. rzedowski
O. tomentosa
O. lasiacantha
O. tunicata
O. tomentosa
Opuntia robusta
O. tomentosa
O. robusta
O. rzedowski
sí
sí
sí
sí
-
Opuntia cretochaeta
Opuntia hyptiacantha
-
sí
sí
sí
Presente en la
Reserva
Mammillaria rutila
M. magnimamma
M. elegans
-
Castillo et al. (2007)
-
M. magnimamma
M. san-angelensis
-
Valiente-Banuet
y de Luna (1990)
Mammillaria purpurea
Opuntia tomentosa
Opuntia lasiacantha
M. magnimamma
Mammillaria
magnimamma
M. magnimamma
M. elegans
M. elegans
Mammillaria elegans
Coryphantha connivens
H. speciosus
Scheinvar (1985)
M. discolor
Heliocereus speciosus
Gold (1966)
Mammillaria discolor
Rzedowski (1954)
Tabla 1. Especies de cactáceas del Pedregal de San Ángel citadas por varios autores.
Mammillaria rhodantha
Nombre dudoso
Mammillaria
magnimamma
Mammillaria haageana
subsp. san-angelensis
Mammillaria discolor
Coryphantha
pycnacantha
Disocactus speciosus
Nombre actual
(excepto Opuntia)
La familia Cactaceae
Arias
Diversidad biológica e inventarios
Cactáceas de la Reserva Ecológica
Disocactus speciosus
Disocactus speciosus (Figs. 1 y 2) (Cav.) Barthlott, Bradleya 9: 87. 1991. Cactus speciosus
Cav. A. Cienc. Nat. Madrid 6: 339. 1803. Heliocereus speciosus (Cav.) Britton & Rose, Contr.
U.S. Natl. Herb. 12: 434. 1909.
Plantas trepadoras, rupícolas. Tallos hasta
4 m de largo, 1.5–3.5 cm de ancho, ascendentes, pronto péndulos, verdes o rojizos;
costillas (3–)4–6, el margen crenado; aréola
con 7–16 espinas, 0.5–1 cm de largo, aciculares, divergentes, setosas (en tallos juveniles)
a rígidas (en tallos maduros), amarillo claro
a translúcidas, después grisáceas. Flor 11–
15(–18) cm de largo; pericarpelo 1.2–1.8 cm
de largo, 1–1.3 cm de ancho, verde, podarios
ligeramente conspicuos, escamas ca. 1 mm
de largo, deltoides, verdes, espinas 8–12, 5–8
mm de largo, aciculares, semirrígidas o setosas, amarillo claro; tubo receptacular 2–3.2
cm de largo, pardo rojizo a oscuro, podarios
decurrentes, escamas 2–6 mm, deltoides,
pardo rojizas, espinas 8–12, 5–8 mm de largo, aciculares, algunas rígidas, otras setosas,
amarillentas; tépalos externos 6.5–9 cm de
largo, 1.3–1.5 cm de ancho, angostamente
lanceolados, ápice acuminado, rojo-escarlata
a pardo-rojizo; tépalos internos 6.8–9 cm de
largo, 2.2–2.5 cm ancho, lineal-lanceolados,
ápice angosto hasta acuminado, escarlatas;
estambres 4–6 cm de largo, declinados, filamentos verdosos o blanquecinos en la base,
rojos en el ápice; estilo 11.5–14.3 cm largo,
verde o blanquecino en la base, rojo en el ápice, lóbulos
del estigma 9–10, 1–1.8 cm de largo, blancos a amarillos.
Fruto 5–5.5 cm de largo, ca. 2.8 cm de ancho, oblongo,
podarios ligeramente conspicuos, espinas ca. 10, cortas,
setosas, amarillo claras; semillas ovoides, 2–2.5 mm, negro-cafés, con testa lustrosa.
FIG. 1. Disocactus speciosus bajo cultivo en la colección de cactáceas
del Jardín Botánico. Foto: S. Arias.
FIG. 2. Disocactus speciosus en floración en el Pedregal de San Ángel.
Foto: H. Bravo.
Comentarios sobre la especie. Heliocereus fue reconocido como un grupo de especies (incluyendo la señalada
aquí) en la tribu Hylocereeae, caracterizadas por ser
rupícolas a epífitas, tallos con 2–7 costillas y con espinas, flores por lo general rojas (con una excepción), así
como pericarpelo y tubo grueso con podarios decurrentes y espinas (Bravo-Hollis, 1978; Kimnach, 1993). Más re137
La familia Cactaceae
Arias
cientemente Bauer (2003) propuso ampliar
el género Disocactus para incorporar a Heliocereus y otros (Aporocactus, Nopalxochia),
con base en una revisión taxonómica. En el
caso de Disocactus speciosus, incluyó a D.
aurantiacus, D. cinnabarinus y D. schranckii.
Sin embargo, las propuestas de este autor
requieren ser analizadas mediante estudios
sistemáticos comparativos más detallados
(estructurales y moleculares).
Su presencia en la Reserva está documentada. Fue colectado cerca de Tlalpan por Rose
(8242, en 1905, NY, US), mientras que Britton
y Rose (1920), Reiche (1926) y Gold (1966)
también la refieren del Pedregal. En un tratamiento taxonómico sobre cactáceas del Valle
de México, Scheinvar (1985) la refiere del Pedregal, en particular del área actualmente
comprendida en la Reserva. Si bien en la actualidad está
cultivada en el Jardín Botánico, un par de ejemplares han
sido colectados fuera de su perímetro.
FIG. 4. Mammillaria haageana subsp. san-angelensis. Planta propagada en el Jardín Botánico, Ciudad Universitaria. Foto: S. Arias.
Hábitat. Crece en matorrales, bosque de Quercus,
bosque mixto y bosque mesófilo de montaña. Se encuentra en elevaciones de 1800 a 2800 m.
Distribución. Especie nativa de serranías del noroeste,
centro y sur de México (Chiapas, Durango, Jalisco, México, Michoacán, Morelos, Oaxaca y Sinaloa), así como en
Guatemala, El Salvador y Honduras.
Mammillaria haageana
Mammillaria haageana (Figs. 3 y 4) Pfeiff., Allg. Gartenzeitung 4: 257. 1836.
Ejemplares examinados en el área de la Reserva. Anónimo s.n., 31 ago 1962 (MEXU); M. Kimnach 383, 6 ago 1962
(HNT).
Plantas simples o con ramificación. Tallos 3–12 cm de
alto, 4–17 cm de ancho, globosos a cortamente
cilíndricos, jugo semilechoso, tubérculos 4–8 mm
de largo, cónico-piramidales, verde claro a verde
glauco, axilas con tricomas o desnudas; aréolas
con 14–24(–38) espinas radiales, 3–7 mm de largo,
aciculares, rectas a ligeramente curvas, blancas;
espinas centrales (0–)2–4(–6), (3–)5–10(–15) mm
de largo, generalmente las inferiores más largas,
aciculares, ascendentes, rectas, rígidas, divergentes, blancas, pardo claro a oscuro, ápice pardo o
negro, con la edad grises. Flor 0.8–2 cm de largo,
infundibuliforme; pericarpelo y tubo receptacular
2.6–5.4 mm de largo; tépalos externos 1.8–9.8 mm
de largo, linear-lanceolados, base verde claro, ápice
agudo a obtuso, rosa a rojo-púrpura o pardas, margen finamente aserrado, blanco a rosa púrpura; tépalos internos 0.6–1.1 cm de largo, lanceolados, ápice
FIG. 3. Mammillaria haageana subsp. san-angelensis en el Pedregal de
San Ángel. Foto: S. Arias.
138
Diversidad biológica e inventarios
agudo a obtuso, rosa a rosa-púrpura, franja media más
oscura, margen entero; estambres 3.8–5.3 mm de largo,
filamentos blancos, ápice rosa; estilo 0.6–1.3 cm de largo, base amarillo, ápice rosa, lóbulos del estigma 3–6,
amarillo-verdoso a verde oscuro. Fruto 1–1.9 cm de largo, claviforme, rojo, rosa en la base; semillas 1­­–1.2 mm
de largo, reniforme, testa parda clara.
dudoso y creando continuos errores de interpretación.
Por lo tanto, Hunt (1977) propuso rechazar el nombre
M. elegans, y al mismo tiempo delimitar en nombre M.
haageana. Detalles sobre los nombres M. elegans, M.
haageana y M. san-angelensis pueden revisarse en Sánchez-Mejorada (1981), Hunt (1984), Bravo-Hollis y Sánchez-Mejorada (1991) y Hunt (2006).
De las subespecies reconocidas, la siguiente combinación corresponde al taxón presente en el área de la
Reserva:
Distribución. Especie endémica de México, se encuentra
en el Distrito Federal y en los estados de México, Morelos, Oaxaca, Puebla, Tlaxcala y Veracruz. Por su parte, M.
haageana subsp. san-angelensis es exclusiva del Pedregal,
donde su población es sumamente reducida (observaciones personales). Por lo tanto la subespecie está protegida
en México, según la disposición federal en materia bajo la
categoría en peligro de extinción (SEMARNAT, 2002).
Mammillaria haageana subsp. san-angelensis (SánchezMej.) D.R. Hunt, Mammillaria Postscripts 6: 9. 1997. Mammillaria san-angelensis Sánchez-Mej., Cact. Suc. Mex. 26:
8. 1981.
Comentarios sobre la especie. El conocimiento taxonómico sobre Mammillaria haageana (Serie Supertextae) es
aún parcial, pero hay algunos estudios que indican que
posiblemente se trata de una especie ampliamente distribuida en el sur de México. Por ejemplo, Palomino et al.
(1999) y Del Ángel et al. (2006), reportan que el tamaño
del genoma, número cromosómico (2n= 2x= 22, x= 11)
es común en cuatro especies de la Serie Supertextae, incluyendo M. haageana (M. san-angelensis). Un estudio
florístico sobre cactáceas del valle de Tehuacán-Cuicatlán (Arias et al., 1997) muestra la notable variación
existente en caracteres vegetativos (tamaño y ramificación de individuos, tamaño de podarios,
presencia y densidad de tricomas, número
y tamaño de espinas) en este taxón. No obstante es claro que estas evidencias podrán
confirmarse o no mediante un estudio comparativo y detallado de todas las variantes
conocidas para la especie (M. acultzingensis,
M. collina, M. conspicua, M. san-angelensis, M.
haageana subsp. schmollii).
Ejemplares examinados en el área de la Reserva. L. Scheinvar 1613, 29 oct 1974 (MEXU).
Hábitat. Bosque tropical caducifolio, matorral xerófilo,
bosque de Quercus y vegetación secundaria, se encuentra con frecuencia en lugares abiertos y perturbados. En
elevaciones de 800 a 2550 m.
Mammillaria magnimamma
Mammillaria magnimamma (Fig. 5) Haw., Hill, Phill. Mag.
63: 41. 1824.
Un problema nomenclatural hay que añadir
a este taxón. El nombre Mammillaria elegans
fue descrito por De Candolle en 1828 a partir
de muestras colectadas por T. Coulter, probablemente de Hidalgo. Durante el siglo xix y
parte del xx, el nombre M. elegans fue asignado a diversos taxa de diferentes lugares
(Distrito Federal, Hidalgo, México, Morelos,
Oaxaca y Puebla), constituyendo un nombre
FIG. 5. Mammillaria magnimamma. Acercamiento de un tallo con botones florales. Foto: S. Arias.
139
La familia Cactaceae
Arias
Plantas simples o con ramificación formando grupos.
Tallos 8–20 cm de ancho, globoso-aplanados, con la
base enterrada, jugo lechoso, tubérculos 8–18 mm de
largo, subpiramidales, cuadrangulados, verde grisáceo
a oscuro, axilas con tricomas; aréolas sin espinas radiales (eventualmente 1–3), espinas centrales 3–6, hasta 25
mm de largo, desiguales, rectas a curvas, rígidas, grises a
ligeramente amarillentas. Flor 2–2.5 cm de largo, infundibuliforme; tépalos externos lanceolados, ápice agudo, margen aserrado a denticulado, rosado purpúreos
con la base más clara; tépalos internos oblongos, ápice
agudo, margen entero, desde amarillo claro con franja
media roja, a rosados, a purpúreos con línea media más
intensa; filamentos blancos a rosados; estilo casi blanco,
lóbulos del estigma 5–7, amarillo-rosados. Fruto 2–3.5
cm de largo, claviforme, rojo carmín; semillas ca. 1.6 mm
de largo, reniformes, testa parda clara.
Comentarios sobre la especie. Se trata de una especie
muy variable en caracteres vegetativos (tamaño de los
podarios, número, tamaño, color de las espinas centrales) y algunos florares (margen y color de tépalos, color
de los lóbulos de estigma). La amplia distribución de la
especie, que abarca de Zacatecas al Distrito Federal, así
como su relación con factores ambientales, probablemente expliquen la variación morfológica encontrada.
Distribución. Nativa del la Altiplanicie mexicana, desde
Zacatecas y San Luis Potosí al norte, hasta el Distrito
Federal, México y Tlaxcala al sur
Ejemplares examinados en el área de la Reserva. H. Bravo s.n., abr 1961 (MEXU); N. Diego 10, oct 1965 (MEXU); C.
González s.n., 10 dic 1996 (MEXU).
Hábitat. Crece en terrenos planos o laderas poco pronunciadas, de los matorrales xerófilos, pastizales y áreas
abiertas de bosques de Quercus, en elevaciones de 1700
a 2600 m.
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141
Diversidad biológica e inventarios
Subfamilia Opuntioideae (Cactaceae)
Léia Scheinvar
Jardín Botánico, Instituto de Biología,
Universidad Nacional Autónoma de México
[email protected]
Introducción
Primeros exploradores que refieren
cactáceas del Pedregal
El presente estudio tiene como objetivo describir
los nopales y chollas que se encuentran presentes
en la vegetación de la Reserva del Pedregal de San
Ángel, incluyendo aquellas que documentadas en
ejemplares de herbario del inicio del siglo XX, en
el cercano Pedregal de Tlalpan, cuyas condiciones
ecológicas y de vegetación son similares.
Karl Fr. Reiche (1914; 1929) fue un botánico activo en el Valle
de México duran­te la época de la Revolución Mexicana y
los años subsiguientes. Excursionó en los alrededores de la
Capital. En 1914 publicó “La vegetación en los alrededores
de la Capital de México” donde hay una lista de 16 especies
de cactáceas presentes en el Valle de México.
J. N. Rose en 1915 recorrió los Pedregales de San Ángel y
de Tlalpan, con el objeto de colectar, describir y sacar fotos de las cactáceas ahí existentes como contribución a
la monografía de la familia Cactaceae, obra en 4 tomos,
que juntamente con N. L. Britton fue publicada entre
1919-1924. El género Opuntia fue descrito en el volumen
1 (Britton y Rose,1919).
El Pedregal de San Ángel es parte del Valle de México y
Rzedowski (1975) considera que desde el punto de vista
florístico, esta región tiene una situación privilegiada
por su diversidad de hábitats y su ubicación en la mitad
meridional de la República Mexicana, considerada como
una de las regiones más ricas del mundo en cuanto a su
flora. El desarrollo de una diversidad biológica muy particular y única, que incluye varias familias de suculentas xerófitas permite la existencia de algunos endemismos.
Algunos géneros de cactáceas están ahí representados
(Opuntia, Cylindropuntia, Mammillaria, Ferocactus y Disocactus). (Ver Arias, en este volumen).
Jerzy Rzedowski (1954) publicó un estudio sobre la
vegetación del Pedregal de San Ángel. Leia Scheinvar
(1982), elabora su tesis doctoral sobre las Cactáceas
del Valle de México, incluyendo datos de las especies
encontradas en los Pedregales de San Ángel y de Tlalpan. Posteriormente publica el capítulo relacionado con
la familia Cactaceae para la primera y segunda edición de
la obra de Rzedowski y Rzedowski (1985; 2001) con datos
relacionados con las especies del Pedregal. En este estudio describiremos los nopales y chollas
(Opuntia spp. y Cylindropuntia spp.), miembros de la
subfamilia Opuntioideae (Cactaceae).
143
Subfamilia Opuntioideae (Cactaceae)
Scheinvar
Caracterización de la familia Cactaceae
Los artículos y cladodios encadenados son verdes, con
enorme cantidad de tejido fotosintético, mucho mayor
que en hojas laminares de otras familias; poseen abundante fibra y mucílago (baba) que es un polisacárido
compuesto por arabinosa y xilosa, que evita la deshidratación en largos períodos secos.
La familia Cactaceae pertenece al orden Caryophyllales.
Es nativa del Continente Americano, siendo México el país
que contiene más de 50% de sus especies y un 50% de endemismos, tanto a nivel genérico como específico (Bravo,
1978; Bravo y Sánchez-Mejorada, 1982). Es por lo tanto un
importante centro de diversificación de la familia. Algunas
de las principales características son: suculentas; xerófitas;
perennes; presentan aréolas en el tallo, en el pericarpelo
de la flor y en la superficie de la mayoría de los frutos; con
metabolismo CAM; con pigmentos nitrogenados: betalainas; con hojas laminares en pocos y primitivos géneros;
en la mayoría de las especies con espinas (acúleos); distribuida en el Continente Americano.
El género Opuntia sensu stricto está representado por
más de 200 especies que se distribuyen desde Norte
América hasta Argentina y Chile. Britton y Rose (1919),
en su monumental monografía de la familia Cactaceae,
describen todas las especies de Opuntia del Continente
Americano conocidas en su época. Asimismo, describen
las Cylindropuntia como subgénero norteamericano de
Opuntia, cuyas especies se distribuyen en México, sur
de los Estados Unidos e islas del Caribe, con nueve series que reúnen 29 especies y 29 variedades. En México,
Bravo (1978) reconoce 64 especies y 30 variedades de
Opuntia, agrupadas en 17 de las series propuestas anteriormente por Britton y Rose (1919). También considera Cylindropuntia. como subgénero de Opuntia y describe 38 especies y 31 variedades para México.
La familia Cactaceae comprende tres subfamilias:
Pereskioideae, Opuntioideae y Cactoideae (Barthlott y
Hunt, 1993) y los nopales y chollas pertenecen a la subfamilia Opuntioideae, que se caracteriza por presentar:
artículos verdes, cilíndricos o aplanados, fotosintéticos,
encadenados unos a los otros, con glóquidas y hojas
solo en los artículos o cladodios juveniles y en el pericarpelo de la flor, de 0.5 a 1.5 cm de largo, subuladas,
crasas y deciduas,
En la Reserva del Pedregal de San Ángel se reconoce 5
especies de Opuntia, todas productoras de tunas comestibles y 2 de Cylindropuntia, una de las cuales produce
frutos ácidos: xoconostles, utilizados en la alimentación
humana. Características morfológicas y moleculares (Wallace, 2002) indican que se trata de dos géneros distintos.
Géneros de la subfamilia Opuntioideae
presentes en la Reserva del Pedregal de
San Ángel
Clave distintiva de Cylindropuntia y Opuntia:
En la Reserva del Pedregal de San Ángel se encuentran
dos géneros de la familia Cactaceae, subfamilia Opuntioideae: Cylindropuntia (Engelm.) Knuth in Backebg. y
Opuntia Mill.
1. Artículos cilíndricos, verdes. Espinas recubiertas
por una vaina papirácea. Epidermis e hipodermis
con cristales de oxalato de calcio (drusas). Granos
de polen tectados, no reticulados, periporados.
Frutos muchas veces prolíficos, formando cadenas...............................................
1. Cylindropuntia
1. Artículos aplanados (cladodios), verdes. Espinas
no poseen vaina papirácea. Epidermis sin cristales
de oxalato de calcio (drusas) Granos de polen semitectados, reticulados, periporados. Frutos no prolíficos................................................
2. Opuntia
Las especies de estos dos géneros desempeñan un
importante papel en el ecosistema por presentar raíces
fibrosas muy extendidas y superficiales, pudiendo
durante las noches captar, a través de la región pilífera,
el rocío que recubre el suelo, y de esta forma, introducir
el agua al tallo con un movimiento ascendente. Estudios
de Llovera-Lozano (1985) indican que asociadas a sus
raíces se encuentran bacterias nitrificantes, capaces
de absorber e introducir en la planta y en el suelo, el
nitrógeno del aire. Montiel y Olivares (1997) y Fabián et
al. (2004) refieren micorrizas relacionadas con una mayor
absorción de fósforo, agua y nutrientes, enriqueciendo
así el suelo donde habitan.
144
Diversidad biológica e inventarios
1. Cylindropuntia (Engelm.) Knuth in Backeb. & Knuth, Kakt. ABC p. 117, 410, 1935. Planta ornamental. Los frutos son ácidos (en náhuatl:
xoco=ácido; noxtle=tuna), utilizados como condimento
en muchos guisos, así como en los frijoles y moles de
olla. El tallo seco sirve de antorcha y produciendo una
llama muy larga. En épocas prehispánicas era usada
para prender el Fuego Nuevo al final de cada siglo (52
años). Actualmente en el campo, sus tallos secos son recolectados por los campesinos que los consideran como
excelente leña para cocinar y aquecer sus viviendas. Los
tallos presentan una bonita estructura leñosa de vasos
libero-leñosos oblongos y cuando barnizados, son utilizados para hacer lámparas de noche, mesitas, marcos
de cuadros y otras artesanías.
Opuntia, subg. Cylindropuntia Engelm., Cact. Of the
Boundaries p. 53, 1858.
Especie tipo: Opuntia imbricata DC.
Este género se distribuye desde el W de los Estados Unidos de América en Colorado, Kansas y Oklahoma y en
México, desde Baja California hasta el sur del Valle de
México.
En el Pedregal de San Ángel hay una especie y un híbrido.
Clave dicotómica de las especies de Cylindropuntia
en el Pedregal.
1. Artículo no encubiertos por las espinas. Frutos jugosos, ácidos, con semillas bien formadas................................
Cylindropuntia imbricada
1. Artículo completamente encubiertos por las espinas.
Frutos y semillas atrofiados………...................................
.........................................
Cylindropuntia x pallida
Cylindropuntia imbricata (DC.) Kunth in Backeb.
& Knuth, Kaktus-ABC p. 125. 1935. Lectotipo: Opuntia vexans Griffiths, Ann. Rep. Mo. Bot. Gard. 22: 28
pl. 6 1911 (en parte, las dos hileras a la derecha).
D. Griffiths No. 9174, X.1905. No. Reg. US: 2437234.
Designado por L. D. Benson p. 914, 1982. (Fig. 1).
No referida en la NOM 059-ECOL 2001 (2002). Especie
muy abundante en los matorrales xerófilos de México,
pero en el Pedregal de San Ángel es muy rara. Debe ser
protegida de la destrucción por actividades humanas
y la destrucción de los hábitats en que se encuentra.
Debe ser considerada como una especie vulnerable por
las actividades hunamas, así como todas las cactáceas
de México, aunque sean abundantes.
Bas. Cereus imbricatus Haw., Syn. Pl. Succ. p. 70.
1812.
Sin. Opuntia imbricata (Haw.) DC., Prodr. 3 : 471.
1828.
Nombres comunes: Cardón, abrojo, cholla,
coyonostle; el fruto: xoconostle.
Fig. 1. Cylindropuntia imbricata (Haw.) Knuth. A. Hábito de
la planta. B. Artículos cilíndricos, con podarios imbricados,
espinas y vista exterior de una flor. C. Vista interior de una
flor. D. Planta con frutos amarillos, a veces encadenados
(xoconostles). Fotos: G. Olalde Parra.
145
Subfamilia Opuntioideae (Cactaceae)
Scheinvar
Material examinado del Pedregal: Delegación Coyoacán,
Pedregal de San Ángel, Ciudad Universitaria, 2110 msnm,
M. Mitastein 289 (ENCB). Delegación Coyoacán, Pedregal
de San Ángel, Ciudad Universitaria, L. Scheinvar 1065 y
C. Álvarez (MEXU).
Los artículos son verticilados y se desprenden con facilidad; las agresivas espinas retrobarbadas se fijan en
los animales que las visitan y así, vegetativamente, las
llevan a otras áreas o regiones, habiendo llegado como
plantas invasoras hasta Centro América, Sudamérica, en
Perú, Ecuador, N de Chile y Argentina e islas del Caribe
(Cuba, J. Acuña, Baracoa, Oriente, HABA).
Se distribuye en el Distrito Federal, Estado de México,
Tlaxcala, Hidalgo, Querétaro, Guanajuato, San Luís Potosí, Zacatecas, Jalisco, Aguascalientes, Coahuila, todo
el centro de México y desierto Chihuahuense hasta el
oeste de los Estados Unidos de América (sudeste de Arizona, Kansas, Oklahoma y oeste de Texas).
Cylindropuntia x pallida (Rose) Knuth in Backeb. &
Knuth, Kakt. ABC p. 126. 1935. Holotipo: Hidalgo, neaqr
Tula, 1905, J. N. Rose, J. H. Painter & J. S. Rose 8290 (NY).
(Fig. 2).
En el Pedregal de Tlalpan, de la Delegación de Tlalpan, este híbrido fue colectado y descrito por Rose en
el inicio del siglo XX como Opuntia pallida Rose (1908).
El ejemplar de herbario depositado en el Smithsonian
Institution. Herbario Nacional de los Estados Unidos es
el siguiente: Pedregal de Tlalpan, 1905, J. N. Rose J. H.
Painter & J. S. Rose 8426 (US).
Se encuentra ampliamente distribuida en
los matorrales xerófilos del centro de
México, entre los 2300 y 2600 m snm.
Fuera del Valle de México se encuentra
del otro lado de la Serranía de Pachuca,
en el Valle del Mezquital y en Querétaro.
Con relación a los probables progenitores de este híbrido es posible que sean:
Cylindropuntia tunicata (Lehm.) Knuth de
San Luís Potosí, que difiere por presentar:
plantas casi rastreras; formando clones y
matorrales convexos; sin tronco definido;
flor amarilla; granos de polen, frutos y semillas fértiles. Probablemente el otro progenitor es la C. imbricata. (Haw.) Knuth,
con la que convive.
No la hemos encontrado en el Pedregal
de San Ángel, pero hay un ejemplar de
herbario colectado en el Pedregal de
Tlalpan, en 1905, por J. N. Rose, J. H. Painter & J. S. Rose
No. 8428 (US), depositado en US. Decidimos incluirla en
este estudio basados en que las condiciones ecológicas
y la vegetación del Pedregal de Tlalpan son similares a
las del Pedregal de San Ángel.
2. Opuntia (Tourn.) Mill., Gard. Dict. Abridg., r4a.ed.,
1754.
Fig. 2. Cylindropuntia x pallida (Rose) Knuth in Backeb. & Knuth. A.
Hábito. B. Vista exterior e interior de flores. C. Acercamiento de la
vista interior de una flor. D. Planta con frutos secos atrofiados con
semillas atrofiadas. Fotos: G. Olalde Parra.
Bas. Opuntia pallida Rose, Smiths.Misc. Coll. 50: 507. 1908.
Planta subarbustiva, muy vigorosa, con tronco corto
bien definido, cuyos frutos son 100% atrofiados, solo se
reproduce vegetativamente; invasora de áreas de cultivo abandonadas y con amplia distribución geográfica
en los estados del centro de México.
Bas. Cacus Opuntia Tourn., Inst. Rei Herb. 1: 236. 1700.
Sin. Cactodendron Big., Pac. Ocean 3: 102, 1856.
146
Diversidad biológica e inventarios
Sin. Opuntia robusta Wendl. var. larreyi (F. A. C. Weber)
Bravo, Cact. Suc.Mex. 17(4):119.1972.
Cactus Lem. Non L., Les Cact. P. 86. 1868.
Ficindica St. Leger, Ann. Soc. Bot. Lyon 7: 70. 1880.
Clave dicotómica de las especies de Opuntia en el
Pedregal.
1. Cladodios glaucos (verde azulosos grisáceos). Aréolas
distantes de 4.1 a 6cm entre sí. Espinas ausentes ……......
............................................................................
1. O. larreyi
Nombre común: Nopal camueso.
Especie domesticada, ampliamente distribuida en el
Pedregal de San Ángel y Pedregal de Tlalpan, También
se distribuye en Hidalgo, Querétaro y otros estados del
centro de la República Mexicana, donde convive con la
O. robusta Wendl., probablemente su ancestro, domesticada en épocas prehispánicas.
1. Cladodios verdes. Aréolas distantes 2 a 2.5 cm entre
sí. Espinas presentes.
Es una planta ornamental. Los frutos son dulces, subglobosos, rojos o blancos, comestibles. Los cladodios
juveniles son utilizados como verdura (nopalitos) y son
excelente forraje para el ganado. De sus frutos rojos se
extraen pigmentos naturales utilizados para diferentes
2. Cladodios con la epidermis tomentosa.
3. Cladodios 3 veces más largos que anchos. Flor roja tubulosa. Fruto elipsoide ........................ 2. O. tomentosa
2. Cladodios 1.5 a 2 veces más largos que anchos.
Flor amarilla rotada con tintes rojos. Fruto subgloboso ..........................................................
3 .O. sarca
2. Cladodios con la epidermis glabra.
4. Cladodios elípticos a angostamente obovados,
podarios elevados.
Areolas dispuestas en 8 a 9 series ...........................
............................................................
4.O. rzedowskii
4. Cladodios obovados o circulares, sin podarios elevados. Aréolas dispuestas en 12 series de espirales.
5. Tronco con corteza grisácea, no escamosa. Cladodios obovados.
Espinas dirigidas hacia fuera, divergentes ................
...................... ............................... 5. O. streptacantha
5. Tronco con corteza negra, escamosa. Cladodios,
al menos los últimos, circulares. Espinas adpresas al
cladodio......................................
6. O. hyptiacantha
1. Opuntia larreyi F. A. C. Weber, in Coulter, Contr.
U.S. Nat. Herb. 3: 423. 1879. (Fig. 3).
Fig. 3. Opuntia larreyi F. A. C. Weber. A. Planta dentro del Pedregal
de San Angel. B. Cladodios verde glaucos, sin espinas, con una flor,
vista interior. C. Botones florales y flor, vista exterior. D. Cladodios
encadenados en el Pedregal. E. Cladodio con frutos ligeramente
tuberculados, inmaduros. Fotos: G. Olalde Parra.
O. camuesa F.A.C. Weber, in Bios, Dict. Hort. p. 895.1898.
nom. inval.
147
Subfamilia Opuntioideae (Cactaceae)
Scheinvar
fines. En Sudáfrica sus cladodios son cultivados y son
substrato de la cochinilla de la grana.
con flores tubulosas rojas, perianto no extendido en
la antesis. La var. hernandezii (DC.) Bravo, de Oaxaca,
con flores anaranjadas con manchas rojas, extendidas
en la antesis, hospedera del Dactylopius coccus Berg.
(cochinilla de la grana). La var. herrerae Scheinvar, con
flores totalmente amarillas, presente más al norte del
Valle de México.
Es posible que esta especie se origino a partir de la O.
robusta con espinas. Posee flores hermafroditas, tanto
estructuralmente como fisiológicamente. Especie
tetraploide (2n= 44). Bravo (1978) la describió como
var. larreyi de la O. rubusta. El nombre camueso tendría
prioridad, pero no fue publicado, por lo que es un
nombre inválido.
2. Opuntia tomentosa Salm-Dyck, Obs. Bot. Hort. Dyck Not. p. 8. 1822. (Fig. 4).
La subsp. tomentosa es abundante en el Pedregal de San
Ángel donde se encuentra una especie híbrida entre O.
tomentosa Salm-Dyck X Opuntia rzedowskii Scheinvar,
con epidermis tomentosa.
Ejemplares examinados del Pedregal: Deleg.
Coyoacán, Pedregal de San Ángel, Ciudad Universitaria, Jardín Botánico de la UNAM, Camellón 10, 2329 m, 29.IV.1974, L. Scheinvar 1409, 1410
(MEXU, ENCB). Jardín Botánico de la UNAM, 2320
m, 17.III.19777, L. Scheinvar & G. Prian 2219, 2220,
2221 (MEXU). Deleg. Tlalpan, Pedregal de Tlalpan,
Tlalpan, 13.IV.1973, 2320 m, L. Scheinvar & C. Álvarez 1063A (MEXU).
3.Opuntia sarca Griffiths ex Scheinvar, Phytologia
49:313- 338. 1981. Neotipo: Griffiths 8120 (US), designado por L. Scheinvar (1982 p. 540). (Fig. 5).
Nombre común: nopal chamacuerito.
Plantas con epidermis pubescente, cladódios anchamente obovados, de color verde amarillento,
con flores amarillas o anaranjadas con estrias o
manchas rojas, frutos subglobosos.
En el Valle de México, además de ser abundante
en las delegaciones de Tlalpan y Coyoacán, fue
colectada en otros municipios del Estado de México
y de Hidalgo, inclusive en el Valle del Mezquital y
observada en Querétaro, generalmente en suelo
derivado de rocas basálticas, en matorrales xerófilos,
entre 2320 y 2700 m snm.
David Griffiths colectó y fotografió plantas de esta especie pero no llegó a publicarla. En sus apuntes la nombró
como O. sarca (zarco en español significa azuloso). Esta
especie realmente tiene cladodios verdes con tonos
azulosos y el fruto que es rojo purpúreo, algo azuloso.
La autora dio créditos a Griffiths nombrándola con el
nombre por él escogido (Scheinvar, 1982; 1985).
Fig. 4. Opuntia tomentosa Salm-Dyck subsp. tomentosa. A. Planta del
Pedregal de San Ángel en el Jardín Botánico B. Planta en el Pedregal
con flor roja. C. Vista interior de una flor. D. Fruto rojo casi maduro.
Fotos: G. Olalde Parra.
Nombre común: Nopal chamacuelo, lengua de vaca.
Esta especie presenta tres variedades: la O. tomentosa subesp. tomentosa, abundante en la mesa central de México,
148
Diversidad biológica e inventarios
Fig. 5. Opuntia sarca Griffiths ex Scheinvar.
A. Hábito de una planta en el Pedregal de San
Ángel. B. Cladódios espatulados con botones
y flores anaranjadas con bandas rojas. C. Flor,
vista interior. D. Flor, vista exterior. D. Frutos
inmaduros, cuando maduros, son rojos.
Fotos: G. Olalde Parra. (izquierda)
Fig. 6. Opuntia rzedowskii Scheinvar. A. En el
Pedregal con botones florales, flores y frutos
verdes. B. Dos flores, vista interior. C. Botones
florales y flores, vista exterior.
Fotos G. Olalde Parra. (abajo)
4. Opuntia rzedowskii Scheinvar, Anales Inst. Biol.
Univ. Nac. Aut. México 48 ser. bot. (1).123-175.1976.
(Fig. 6).
Nombre común: Nopal de Pedregal.
Hibridiza con la Opuntia tomentosa, también
abundante en el Pedregal y los híbridos presentan la
forma de los cladodios y la pubescencia como la O.
tomentosa, y espinas y flores como la O. rzedowskii.
Algunos cactólogos la confundieron con Opuntia
lasiacantha Pfeiff., arbórea, con cladodios mayores y
espina inferior refleja, blanca, distribuída en el centro de la república mexicana, cuya descripción original dice: espinas blancas, derechas, las superiores 3
a 4, cortísimas, la inferior larguísima; artículos de 9.8
a 12.3 cm de largo y 5 a 12.5 cm de ancho.
La O. rzedowskii posee espinas ambarinas, a veces
reflejas, torcidas, aplanadas; aréolas inferiores sin
espinas; en las superiores (1) 2 (3) espinas, cuando
son 2 o más, la superior es la más larga, reflejas,
149
Subfamilia Opuntioideae (Cactaceae)
Scheinvar
torcidas, aplanadas; aréolas inferiores sin espinas.
Cladodios de 17.5 a 30 cm de largo y 8 a 12 cm de
ancho.
Se distribuye en el Distrito Federal: Delegaciones
de Coyoacán y de Xochimilco. .Estado de México:
Municipios de San Martín de las Pirámides y de
Atizapán de Zaragoza, entre 2230 y 2500 msnm,
en matorrales xerófilos, sobre rocas basálticas y andesititas. Es abundante en el Pedregal de San Ángel y en los camellones de la Ciudad Universitaria.
Material examinado del Pedregal: Deleg. Coyoacán:
Pedregal de San Ángel, 2320 m, 4.VII.1969, E. Toledo s.n.
(MEXU); Pedregal de San Ángel, 2320 m, 16.VII.1969,
E. Toledo s.n. (MEXU); Ciudad Universitaria, 2320 m,
25.IX.1973, L. Scheinvar 1193, 1194 (MEXU); Pedregal de
San Ángel, Ciudad Universitaria, 2320 m, 6.XII.1973, L.
Scheinvar 1242 (MEXU, ENCB); Pedregal de San Ángel,
Ciudad Universitaria, 2320 m, 6.VIII.1974, L. Scheinvar
1550 (MEXU); Pedregal de San Ángel, Ciudad Universitaria, 2320 m, 21.I.1975, L. Scheinvar & col. 1636, 1637,
1638, 1639, 1640, 1641, 1646 (MEXU, ENCB); Pedregal
de San Ángel, Ciudad Universitaria, 2320 m, 5. II.1977,
L. Scheinvar 2216 (MEXU-HOLOTIPO; ENCB). Deleg.
Tlalpan:Tlalpan, 29.VIII.1906, J. N. & J. S. Rose 11218 (NY); Tlalpan, 11.VIII.1906, J. N. Rose 1020 (US); Tlalpan, 11.VIII.1906, J.
S. Rose 1020 (US); Tlalpan, near Mexico City, 11.VIII.1906, J. S.
Rose s.n. (NY); Pedregal de Tlalpan, Cerro Zacatepetl, 2300
m, 2.II.1973, L. Scheinvar 953, 953A (MEXU); Pedregal de San
Ángel, Cuicuilco, 2320 m, 13.IV.1973.
5. Opuntia streptacantha Lem., Cact. Gen. Nov. Sp. p.
62. 1839. (Fig. 7).
Fig. 7. Opuntia streptacantha Lem. A. Hábito de una planta en el
Pedregal. B. Tronco grisáceo, liso y cladodios obovados, espinas
blancas, divergentes, dirigidas hacia afuera. C. Cladodio con flores
amarillas. D. Cladodios con frutos obovados, rojos.
Fotos G. Olalde Parra.
Se distribuye en Zacatecas, San Luis Potosí, Durango,
Aguascalientes, Hidalgo, Querétaro. Estado de México
y Distrito Federal.
Ejemplar examinado del Pedregal. Deleg. Coyoacán, Pedregal de San Ángel, Ciudad Univesitaria, Jardín Botánico IBUNAM, 2320 m, 2 V 2008, G. Olalde & L. Scheinvar
7327 (MEXU, UACH, MO). Nombres comunes: Tuna mansa, nopal cardón, tuna
cardona, nopal de tuna colorada.
Especie protegida por los campesinos del Valle de México debido a sus dulces y jugosos frutos. Se encuentra
cultivada en muchos huertos familiares. Con sus frutos
se elabora el queso de tuna y sus subproductos: colonche (bebida fermentada) y melcocha (mermelada)
en San Luís Potosí y Zacatecas. Especie cultivada en
Italia, Marruecos y Peru, donde se naturalizó y se transformó en una maleza.
5. Opuntia hyptiacantha F. A. C. Weber ex Bois, Dict.
Hort. p. 896. 1883- 1899. (Fig. 8).
Nombres comunes: Nopal cascarón, tuna mansa, tuna
corriente.
Esta especie fue colectada en el Pedregal de Tlalpan, en
1906, por lo que la autora supone que también existía
en el Pedregal de San Ángel, pero no hay material de
herbario que lo compruebe.
150
Diversidad biológica e inventarios
Los frutos son dulces pero chicos, utilizados también en
la elaboración del queso de tuna y sus subproductos:
melcocha (mermelada) y colonche (bebida fermentada). Sus pigmentos rojos son un buen colorante natural
empleado en la elaboración de jamones, embutidos y
yogurt, entre otros productos.
Material examinado del Pedregal: Distrito Federal: Deleg. Tlalpan, Pedregal, 21.VI.1865, E. Bourgeau 305 (G);
Pedregal de Tlalpan, 29.VIII.1906, J. N. Rose 18 (NY).
Especie distribuida en los estados del centro de la
república mexicana (Nuevo León, Durango, Zacatecas,
San Luis Potosí, Guanajuato, Querétaro, Hidalgo, Estado
de México), hasta el Distrito Federal.
Fig. 8. Opuntia hyptiacantha F. A. C. Weber. A. Hábito de una planta
en el Pedregal. B. Tronco negruzco com corteza escamosa.
C. Cladódios circulares con frutos globosos, rojos.
Fotos G. Olalde Parra.
151
Subfamilia Opuntioideae (Cactaceae)
Scheinvar
Agradecimientos
Agradezco la colaboración del Biól. Gabriel Olalde Parra, quien tomó las fotos en el Pedregal de San Ángel, acompañado
de la Pas. Biól. Miriam Mena Mendieta. A la Pas. Biól. Claudia González Cadena quien colaboró en la organización de
las láminas ilustrativas y Pas. de Biól. Elia Matías Hernández, quien colaboró en la revisión de este trabajo.
Literatura citada
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BRAVO H., H. 1978. Las Cactáceas de México. Universidad
Nacional Autónoma de México. v. 1. México, D.F.
BRAVO H. H. Y H. SÁNCHEZ-MEJORADA 1982. Las Cactáceas de México. Universidad Nacional Autónoma
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BRITTON, N. L. Y J. N. ROSE. 1919. The Cactaceae V. 1.
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FABIÁN V., Y., D. MONTIEL S., J. L. OLIVARES O., P. ZAVALETA B. Y A. FIERRO A. 2004. Efecto simbiótico entre
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Económico. Universidad Autónoma Chapingo. Texcoco, Estado de México. LLOVERA-LOZANO, J. 1985. Aislamiento y caracterización
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México.
MONTIEL S., D. Y J. L. OLIVARES O. 1997. Presencia de la
micorriza vesículo arbuscular en cuatro cultivares
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Internacional sobre el Conocimiento y Aprovechamiento del Nopal. Universidad Autónoma de
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Ecología. Diario Oficial, 2ª Sección. Secretaría del
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de marzo. México, D.F.
REICHE, C. 1914. La vegetación en los alrededores de la
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REICHE, C. 1929. Flora excursoria del Valle de México.
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RZEDOWSKI, J. 1975. Flora y vegetación en la cuenca del
Valle de México. P.p. 79-134. En: Memoria de las Obras
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V. 1. Talleres Gráficos de la Nación, México, D.F.
SCHEINVAR, L., 1982. La familia de las cactáceas en el
Valle de México. Tesis Doctoral. Facultad de Ciencias, UNAM, México, D.F. 726 pp.
SCHEINVAR, L. 1985. Cactaceae. P. p. 93-135. En: Rzedowskii
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Valle de México v. 2. Escuela nacional de Ciencias
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de Ecología A. C. México.
WALLACE, R. S. 2002. Systematic implications of
chloroplast DNA variation in subfamily Opuntioideae
(Cactaceae). 27th IOS Congress, Desert Botanical
Garden, Arizona.
152
Diversidad biológica e inventarios
Orquídeas
Gerardo A. Salazar
Departamento de Botánica, Instituto de Biología, Universidad Nacional Autónoma de México
[email protected]
Introducción
y Fabaceae (Villaseñor, 2003; Hágsater et al., 2005); así
mismo, constituyen la quinta familia de fanerógamas
con mayor número de especies en la Cuenca de México
y las 60 especies registradas hasta el momento representan aproximadamente 3% de la flora de la región
(Rzedowski y Calderón, 1989).
La familia Orchidaceae constituye uno de los grupos de
plantas más diversos, con alrededor de 25 mil especies
conocidas a nivel mundial (Chase et al., 2003; Dressler,
2005). Las orquídeas se distribuyen en todos los continentes (excepto la Antártida) pero su mayor diversidad
se concentra en las regiones tropicales. México, situado
en el límite norte del trópico americano, alberga una notable riqueza de orquídeas y han sido registrados en el
país alrededor de 1260 especies y 170 géneros (Hágsater
et al., 2005; Soto et al., 2007). Este número de taxa continúa incrementándose por el descubrimiento tanto de
especies nuevas para la ciencia como de especies que
eran conocidas de otros países pero no habían sido encontradas aquí. Se estima que alrededor del 40% de las
orquídeas mexicanas son endémicas (Soto, 1996).
Varias publicaciones han incluido listados de orquídeas
registradas en el Pedregal de San Ángel, ya sea en trabajos específicamente enfocados a esta área (Rzedowski,
1954; Valencia, 1977; Valiente-Banuet y de Luna, 1990;
Téllez et al., 2007) o en estudios florísticos sobre la Cuenca de México (Reiche, 1926; Sánchez, 1969; Peña, 2001).
También han sido publicadas algunas contribuciones
que documentan la presencia en el Pedregal de ciertos
taxones en particular (Soto, 1983; García-Peña, 1986) o
aspectos generales de las orquídeas que habitan en él
(Téllez-Velasco, 2002). Rojo y Rodríguez (2002) y Castillo
et al. (2007) incluyeron algunas especies de orquídeas
en sus guías fotográficas de las plantas de la Reserva
y aproximadamente la mitad de las especies conocidas hoy en día fueron ilustradas con dibujos de línea,
ejecutados por Elvia Esparza, en Téllez et al., 2007). Sin
embargo, la discusión más amplia de la historia natural
de las orquídeas del Pedregal de San Ángel hasta ahora
publicada se encuentra en Hágsater et al. (2005). En la
presente contribución se resume la información disponible sobre la composición taxonómica, la distribución geográfica y algunos aspectos ecológicos de las
orquídeas del Pedregal (incluyendo interacciones bióticas como la polinización y la depredación de óvulos por
insectos), así como algunas consideraciones sobre el estado de conservación de las especies.
Aunque los bosques de neblina y las selvas tropicales
húmedas del sur del país son los ecosistemas más favorables para la existencia de orquídeas, éstas se distribuyen
en gran parte del territorio nacional, con excepción de
las zonas de aridez extrema (Soto, 1996; Hágsater et al.,
2005). Las áreas montañosas con una sequía estacional
marcada, como la Cuenca de México, albergan una diversidad moderada de especies y en ellas predominan
los taxones terrestres, en contraste con los ambientes
más cálidos y húmedos, donde son preponderantes las
especies epífitas.
Las orquídeas ocupan el tercer lugar a nivel nacional en
lo referente a las familias de plantas con mayor diversidad taxonómica, siendo superadas sólo por Asteraceae
153
Orquídeas
Salazar
Composición taxonómica de la
orquideoflora del Pedregal de San Ángel
ahí, especialmente si se sabe que esas especies se
encuentran en hábitats que no están presentes en las
partes bajas del sur de la Cuenca de México. Ejemplos
de lo anterior son Govenia liliacea, citada por Reiche
(1926) y Téllez-Velasco (2002), Galeottiella (Spiranthes)
sarcoglossa (Valencia, 1977) y Tamayorkis (Malaxis)
ehrenbergii (Téllez et al., 2007). Todas ellas requieren
más humedad y suelen encontrarse a mayor elevación.
Por otra parte, Bletia coccinea se conoce de regiones
definidamente más cálidas y sería difícil que sus vistosas
flores pasaran desapercibidas para los colectores
botánicos. Algunos taxones citados por Valencia
(1977), tales como Habenaria dipleura, Sarcoglottis
cerina y Spiranthes vernalis muy probablemente
representan identificaciones erróneas, pues su
La orquideoflora del Pedregal de San Ángel está constituida por representantes de las dos subfamilias más
diversas entre las cinco que se reconocen actualmente
en la familia Orchidaceae, a saber, Orchidoideae y Epidendroideae (Tabla 1). Con excepción de Epidendrum
anisatum, que forma parte de un género predominantemente epífito pero que puede vivir también sobre
rocas, las orquídeas del Pedregal pertenecen a grupos
esencialmente terrestres.
Los géneros con mayor número de representantes en
el Pedregal son Bletia (seis especies), Malaxis (cuatro especies) y Habenaria (cuatro especies). Los dos primeros
géneros están particularmente diversificados en México
(Soto, 1996) y el tercero es un género cosmopolita complejo y poco estudiado, como lo demuestra el hecho de
que una de las especies del Pedregal al parecer no ha
sido formalmente descrita (M. A. Soto, com. pers. 2007;
Fig. 1). Deiregyne, Dichromanthus y Schiedeella cuentan
cada uno con dos especies en el área, mientras que el
resto de los géneros, incluyendo Aulosepalum, Cyrtopodium, Epidendrum, Govenia, Liparis, Mesadenus, Microthelys, Ponthieva y Triphora, están representados por
una sola especie (Tabla 1). El grupo taxonómico mejor
representado en el área es la subtribu Spiranthinae, que
incluye siete géneros y 10 especies. Las Spiranthinae
constituyen uno de los linajes de orquídeas terrestres
más diversos del neotrópico y en México se encuentra
uno de sus dos principales centros de diversidad; el otro
está en Brasil y el norte de Argentina (Salazar, 2003a, b).
Aunque en algunas publicaciones prácticamente todas
las especies de esta subtribu han sido incluidas en el género Spiranthes s.l. (e.g. Williams, 1951; McVaugh, 1985;
Peña, 2001; Castillo et al., 2007), los análisis filogenéticos
efectuados recientemente han mostrado que Spiranthes s.s. es un grupo derivado que sólo representa una
fracción de la notable gama de variación estructural,
ecológica y de síndromes de polinización desplegada
por la subtribu (Salazar 2003a, b; Salazar et al., 2003).
En la lista de especies de la Reserva Ecológica del
Pedregal de San Ángel y áreas circundantes (Tabla 1)
han sido omitidos algunos taxones cuya presencia no
ha podido ser verificada con ejemplares de herbario o
ilustraciones preparadas a partir de plantas recolectadas
Fig. 1. Habenaria aff. filifera. Especie aún no descrita formalmente
pero común en el Pedregal. Fotógrafo: Gerardo A. Salazar.
154
Diversidad biológica e inventarios
Tabla 1. Orquídeas registradas en el área de la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel y sus inmediaciones. Los
nombres aceptados de las especies se indican en negrita/itálica. Los sinónimos y nombres incorrectamente aplicados
en la literatura se incluyen a continuación entre paréntesis.
Ejemplar de respaldo (herbario)
o referencia bibliográfica
Taxon
Subfamilia Orchidoideae
Tribu Orchideae
Subtribu Habenariinae
Habenaria clypeata Lindl.
Lyonnet 152 (MEXU)
Habenaria novemfida Lindl.
Flores 69 (FCME)
Habenaria strictissima Rchb.f.
Lyonnet 621 (MEXU)
Habenaria aff. filifera S.Wats.
(Habenaria entomantha [La Llave & Lex.] Lindl. sensu auct.; H.
guadalajarana S.Wats. sensu Peña, 2001 y Téllez-Velasco et al., 2008)
Lyonnet 611bis (MEXU)
Tribu Cranichideae
Subtribu Cranichidinae
Ponthieva schaffneri (Rchb.f.) E.W.Greenw.
(Cranichis schaffneri Rchb.f.)
Mera y Sandoval 340 (MEXU)
Subtribu Spiranthinae
Aulosepalum pyamidale (Lindl.) M.A.Dix & M.W.Dix
(Spiranthes pyramidalis Lindl.; Schiedeella pyramidalis [Lindl.] Schltr.;
Deiregyne pyramidalis [Lindl.] Burns-Bal.)
Castillo 382 (FCME)
Deiregyne albovaginata (C.Schweinf.) Garay
(Schiedella albovaginata [C.Schweinf.] Burns-Bal.)
Salazar y Cabrera 6560 (MEXU)
Deiregyne confusa Garay
(Spiranthes durangensis Ames & C.Schweinf. sensu Peña, 2001;
Galeottiella sarcoglossa [A.Rich.] Schltr. sensu Téllez et al, 2007;
Schiedeella confusa [Garay] Espejo & López-Ferrari)
Reynaud s.n. (ilustración inédita, AMO)
Dichromanthus aurantiacus (La Llave & Lex.) Salazar & Soto Arenas
(Spiranthes aurantiaca [La Llave & Lex.] Hemsl.;
Stenorrhynchos aurantiacum [La Llave & Lex.] Lindl.)
Diego 125 (MEXU)
Dichromanthus cinnabarinus (La Llave & Lex.) Salazar & Soto Arenas
(Spiranthes cinnabarina [La Llave & Lex.] Hemsl.; Stenorrhynchos
cinnabarinum [La Llave & Lex.] Lindl.)
Flores 74 (FCME)
Mesadenus polyanthus (Rchb.f.) Schltr.
(Spiranthes polyantha Rchb.f.; Brachystele polyantha [Rchb.f.] Buns-Bal.)
Matuda 26153 (MEXU)
Microthelys minutiflora (A.Rich. & Galeotti) Garay
(Spiranthes minutiflora A.Rich. & Galeotti)
Jiménez 2340 (AMO)
Sarcoglottis schaffneri (Rchb.f.) Ames
(Spiranthes schaffneri Rchb.f.)
Pringle 8867 (MEXU)
Schiedeella crenulata (L.O.Williams) Espejo & López-Ferrari
(Schiedeella llaveana [Lindl.] Schltr. sensu Téllez et al., 2007).
Lyonnet s.n. [4803000005-A] (MEXU)
Schiedeella llaveana (Lindl.) Schltr.
(Spiranthes llaveana Lindl.; Schiedeella confusa [Garay] Espejo & LópezFerrari sensu Téllez et al., 2007)
Panti 9 (MEXU)
155
Orquídeas
Salazar
Ejemplar de respaldo (herbario)
o referencia bibliográfica
Taxon
Subfamilia Epidendroideae
Tribu Triphoreae
Triphora trianthophora (Sw.) Rydb.
(Triphora mexicana [S.Wats.] Schltr. sensu Valiente-Vanuet y de Luna,
1990)
Téllez y Delgado 4529 (MEXU)
Tribu Calypsoeae
Govenia lagenophora Lindl.
(Govenia superba [La Llave & Lex.] Lindl. sensu Soto, 1983 y autores
subsecuentes)
Villaseñor et al. 933 (MEXU)
Tribu Epidendreae
Subtribu Bletiinae
Bletia campanulata La Llave & Lex.
Zamudio 8193 (MEXU)
Bletia macristhmochila Greenm.
Gómez 3 (FCME)
Bletia neglecta Sosa
(Bletia reflexa Lindl. sensu Valencia [1977] y autores subsecuentes)
Valencia, 1977
Bletia punctata La Llave & Lex.
Soto, 1983
Bletia purpurata A.Rich. & Galeotti
Soto, 1983; Peña, 2001
Bletia urbana Dressler
Gorman s.n. (MEXU)
Subtribu Laeliinae
Epidendrum anisatum La Llave & Lex.
E. Hágsater, citado por Peña, 2001
Tribu Malaxideae
Liparis greenwoodiana Espejo
(Liparis vexillifera [La Llave & Lex.] Cogn. sensu Valencia, [1977]
y autores subsecuentes).
Valencia 715 (AMO)
Malaxis carnosa (Kunth) C.Schweinf.
Miranda 706 (MEXU)
Malaxis muyrus (Lindl.) Kuntze
Lyonnet 612A (MEXU)
Malaxis rodriguezana R.González
(Malaxis xerophila Salazar & L.I.Cabrera; Malaxis brachrrhynchos [Rchb.
f.] Ames y M. fastigiata [Rchb.f.] sensu Peña, 2001 y Castillo et al., 2007).
Mera y Sandoval 338 (MEXU)
Tribu Cymbidieae
Subtribu Catasetinae
Cyrtopodium macrobulbon (La Llave & Lex.) G.A.Romero-González &
Carnevali
(Cyrtopodium punctatum [L.] Lindl. sensu Soto, 1983)
Soto, 1983; Hágsater et al., 2005
Todos los registros del género Govenia del Pedregal
examinados corresponden a G. lagenophora (Fig.
2), mientras que los identificados como Malaxis
brachyrrhynchos y M. fastigiata representan a Malaxis
rodriguezana (González, 1994; Fig. 3). Esta especie se
distribuye ampliamente en áreas montañosas de México
estacionalmente secas pero sólo recientemente ha sido
reconocida como distinta (González, 1994; Salazar y
distribución conocida no incluye la Cuenca de
México. Por otra parte, no ha sido posible examinar
un ejemplar de Bletia reflexa del área de interés,
pero el dibujo de Valencia (1977), basado en una
planta presumiblemente recolectada en el Pedregal,
muestra las características distintivas de Bletia
neglecta, especie que hasta recientemente había sido
confundida con B. reflexa (Sosa, 1994).
156
Diversidad biológica e inventarios
Aspectos ecológicos
Cabrera, 2001, como M. xerophila). Recientemente TéllezVelasco et al. (2008) registraron la presencia de Tamayokis
(Ma­laxis) ehrenbergii, pero el material en que basaron
su registro representa a Malaxis carnosa.
Con la única excepción de Epidendrum anisatum, todas
las orquídeas registradas en la Reserva son terrestres, es
decir, viven arraigadas en el suelo, que puede ser más o
menos profundo en el caso de Govenia lagenophora o
someras acumulaciones de humus en oquedades entre
o sobre las rocas, como en Mesadenus polyanthus (Fig.
4) y Schiedeella llaveana (Fig. 5). Todas las especies terrestres del Pedregal pierden las hojas durante la temporada de sequía y poseen órganos de perennación
subterráneos (excepto Cyrtopodium macrobulbon, que
tiene tallos engrosados aéreos, o seudobulbos). En los
representantes de la subfamilia Orchioideae (Habenaria, Ponthieva, los géneros de Spiranthinae) y en Triphora
trianthophora de la subfamilia Epidendroideae, dichos
órganos de perennación consisten en raíces más o menos engrosadas o tuberosas, mientras que los otros grupos epidendroides (Bletia, Govenia, Malaxis) presentan
tallos engrosados subterráneos (cormos). Govenia lagenophora es única en su género al presentar una suerte
de “jarra”, por lo general llena de agua, formada por las
vainas dilatadas que envuelven los pecíolos de las hojas
y la base de la inflorescencia, mientras que en otras especies de Govenia las vainas son estrechas. Es tentador
pensar que dicha agua podría constituir una reserva del
líquido para esta orquídea, que habita en ambientes
más secos que el resto de las especies del género, pero
no existe evidencia de ello.
Algunas especies incluidas en la Tabla 1 no han sido
observadas en el área de la Reserva en las últimas
décadas. Sin embargo, varias de ellas, como Habenaria
strictissima y Microthelys minutiflora, aún se encuentran
en localidades cercanas como el Bosque de Tlalpan, que
forma parte del mismo derrame de lava (R. Jiménez,
com. pers. 2008). Liparis greenwoodiana fue registrada
en “la parte alta del Pedregal” por Valencia (1977, como
L. vexillifera) pero no ha sido vuelta a ver desde entonces.
Habenaria clypeata fue recolectada en el Pedregal en
1927 por el profesor lasallista Ernest Lyonnet y una
fotografía de la misma especie fue publicada por Rojo
y Rodríguez (2002). Schiedeella crenulata no había sido
incluida en inventarios previos de las orquídeas del
Pedregal pero existe un ejemplar recolectado en 1948,
también por Lyonnet, en Peña Pobre, muy cerca de los
límites actuales de la Reserva y la misma especie fue
ilustrada recientemente de la Reserva en Téllez et al.
(2007: 57) como “Schiedella llaveana”.
Fig. 3. Malaxis rodriguezana. Fotógrafo: Gerardo A. Salazar.
Fig. 2. Govenia lagenophora. Fotógrafo: Gerardo A. Salazar.
157
Orquídeas
Salazar
En algunas especies de Spiranthinae, incluyendo Aulosepalum pyramidale (Fig. 6), Dichromanthus cinnabarinus
(Fig. 7), Mesadenus polyanthus y Schiedeella llaveana
las raíces son muy carnosas y presentan espacios intercelulares en la corteza, referidos como “espacios
supreaendodérmicos” (Figueroa et al., 2008). No se
conoce con certeza la función de dichos espacios. Sin
embargo, al cortar transversalmente las raíces de estas
especies hay una copiosa secreción de mucílago y es
posible que los espacios supraendodérmicos representen canales secretores de mucílago como los que
han sido reportados para algunas compuestas (Guttenberg, 1968, citado en Esau, 1987). El mucílago consiste
en polisacáridos, puede ayudar a almacenar agua y es
especialmente abundante en plantas adaptadas a ambientes áridos (Esau, 1987). La presencia de mucílago
en las raíces de estas orquídeas podría representar una
adaptación para tolerar una sequía estacional marcada
(Figueroa et al., 2008). Es interesante que aunque se trata
de tallos, no raíces, los cormos de las especies de Bletia,
Govenia y Malaxis también tienen abundante mucílago,
por lo que varias de ellas son conocidas en algunas partes de México como “chautles” (de tzauhtli, una palabra
náhuatl para designar engrudo o pegamento; GarcíaPeña y Peña, 1981; Hágsater et al., 2005).
Fig. 5. Schiedeella llaveana. Fotógrafo: Gerardo A. Salazar.
Fig. 6. Aulosepalum pyramidale. Fotógrafo: Gerardo A. Salazar.
Fig. 4. Mesadenus polyanthus. Fotógrafo: Gerardo A. Salazar.
158
Diversidad biológica e inventarios
Triphora trianthophora presenta algunas particularidades en su ciclo de vida. Por ejemplo, las plantas no
producen brotes aéreos en todas las temporadas de
crecimiento, siendo aparente que pueden permanecer
en latencia durante uno o más años (García-Peña, 1986;
Hágsater et al., 2005; Rothacker, 2005). Adicionalmente,
las flores abren una a una sucesivamente, duran poco
tiempo abiertas y las flores de todas las plantas de una
población abren simultáneamente.
Interacciones bióticas
Las orquídeas brindan algunos ejemplos clásicos de
interacciones bióticas complejas, como la íntima relación que establecen con hongos micorrízicos ya
sea para la germinación (Rasmussen, 1995; Zettler et
al., 2003; Hágsater et al., 2005; Ortega-Larrocea et al.,
este volumen) o para su manutención a lo largo de su
vida (i.e. orquídeas micoheterótrofas). Otro tipo de interacción que ha sido objeto de numerosos estudios
en las orquídeas es su polinización, en la que participan
varios grupos de animales (e.g. Darwin, 1877; van der
Pijl y Dodson, 1966; Hágsater et al., 2005). Las relaciones
entre orquídeas y hongos en el Pedregal es discutida
en otro capítulo de este volumen (Ortega-Larrocea
et al.). Aquí sólo se presenta un recuento breve de la
información disponible sobre la polinización natural
de las orquídeas del Pedregal y de la depredación de
óvulos de orquídeas por larvas de himenópteros. Este
último fenómeno ha sido muy poco estudiado (Catling
y Greenwood, 1988; Catling y Salazar, 1990) y no había
sido observado previamente en el Pedregal.
Fig. 7. Dichromanthus cinnabarinus. Fotógrafo: Gerardo A. Salazar.
ellas, puesto que utilizan los mismos polinizadores y
el mecanismo de polinización es muy similar. Hágsater
et al. (2005) señalaron la existencia de hibridación
ocasional, pero hasta donde sabemos en el Pedregal
no han sido encontrados individuos con características
intermedias que sugieran la ocurrencia de hibridación
entre éstas dos especies.
Polinización
La polinización de Dichromanthus aurantiacus (Fig. 8)
y D. cinnabarinus la llevan a cabo los colibríes Amazilia
beryllina e Hylocharis leucotis (Sarmiento y Romero,
2000; Hágsater et al., 2005). En ambas especies una
alta proporción de las flores produce frutos, lo que
parece indicar una gran eficiencia de los colibríes
como polinizadores (Sarmiento y Romero, 2000).
Aunque parece existir una cierta separación temporal
en la floración de estas especies en el Pedregal, pues
D. aurantiacus generalmente florece antes que D.
cinnabarinus (Hágsater et al., 2005), realmente existe un
sobrelapamiento parcial en su floración y no es claro
cómo se mantiene el aislamiento reproductivo entre
Sarmiento y Romero (2000) observaron la polinización
de Aulosepalum pyramidale por abejas “corta-hojas” del
género Megachile. La abeja accede al néctar situado en
la base del tubo floral empujando hacia atrás la “capucha” formada por los pétalos y el sépalo dorsal sobre la
columna y el labelo.
No se ha observado la polinización de las especies de
Deiregyne y Schiedeella, pero todas ellas producen néctar en el fondo del tubo floral y la forma y coloración
159
Orquídeas
Salazar
Fig. 9. Ponthieva schaffneri. Fotógrafo: Gerardo A. Salazar.
Ponthieva schaffneri (Fig. 9) produce un poco de fluido
en la base del labelo pero no se sabe con certeza si dicho fluido es néctar (como en las Spiranthinae) o si se
trata en realidad de aceite, como ha sido reportado para
Ponthieva racemosa por Dressler (1993), quien hipotetizó
que esta última especie podría ser polinizada por abejas
Anthophoridae que recolectan aceites. No existe información sobre la polinización natural de ninguna especie de la subtribu Cranichidinae (Salazar et al., 2009).
Fig. 8. Dichromanthus aurantiacus. Fotógrafo: Gerardo A. Salazar.
de las flores sugieren que podrían ser polinizadas por
abejorros (Bombus spp.), igual que algunas especies
similares en otras áreas, como Schiedeella durangensis (Luer, 1975). Por su parte, las diminutas flores
de Mesadenus lucayanus son tubulares en la base y
emiten un perfume nocturno que recuerda los cítricos. Es probable que esta especie sea polinizada por
pequeños lepidópteros. Salazar (2003a) sugirió que la
polinización en Mesadenus podría ser efectuada por
pequeños himenópteros o dípteros, pero la fragancia
nocturna de esta especie en particular no había sido
notada. Como todas las especies de la subtribu Spiranthinae presentes en el Pedregal, M. polyanthus ofrece
néctar como recompensa a sus polinizadores.
Todas las especies de Habenaria que habitan en el
Pedregal tienen flores blancas, verdosas o amarillentas,
como H. novemfida (Fig.10) y un nectario espolonado
en cuyo fondo hay néctar. Muy probablemente todas
ellas son polinizadas por lepidópteros, como ha sido
señalado para otras especies del género (van der Pijl y
Dodson, 1966).
Dressler (1968) notó que la autopolinización es frecuente en Bletia campanulata (Fig. 11), B. macristmochila
y B. urbana (Fig. 12) y se sabe que muchas poblaciones
160
Diversidad biológica e inventarios
Fig. 10. Habenaria novemfida. Fotógrafo: Gerardo A. Salazar.
Fig. 11. Bletia campanulata. Fotógrafo: Gerardo A. Salazar.
de Bletia purpurata son autopolinizadas, aunque
no se ha corroborado si esto sucede en el Pedregal. En la Reserva han sido observadas plantas de Bletia urbana en las que todas las flores se
autopolinizan floreciendo al lado de otras que
no se autopolinizan (G. A. Salazar, obs. pers.). Las
flores de plantas que no se autopolinizan abren
ampliamente al menos durante las horas de sol
intenso, presentan un rostelo bien desarrollado
(la porción no receptiva del lóbulo medio del estigma que forma una barrera entre el polen y la
parte receptiva del estigma), la superficie inferior
del rostelo porta un viscario (un área que produce
una substancia pegajosa que adhiere el polinario
a los polinizadores) y el polinario puede extraerse
fácilmente (Fig. 13A). En contraste, en las plantas
que se autopolinizan las flores aparentemente
nunca abren completamente y la autopolinización
Fig. 12. Bletia urbana. Fotógrafo: Gerardo A. Salazar.
161
Orquídeas
Salazar
Fig. 13. Ápices de columnas de Bletia urbana en antesis. A. Columna de la forma no autopolinizada
mostrando los polinios contenidos dentro de la antera y separados de la cavidad estigmática por el rostelo.
B. Columna de la forma autopolinizada mostrando los polinios ubicados en la cavidad estigmática por la
ausencia del rostelo, con los polinios posteriores germinando en el fluido estigmático. Fotógrafo: Gerardo
A. Salazar.
ocurre debido a la ausencia de rostelo, por lo que
en la antesis los cuatro polinios más internos (de los
ocho que conforman el polinario de esta especie)
están adheridos a la parte receptiva del estigma,
hinchados y de un color más pálido que lo normal
debido a su hidratación por contacto con el fluido
estigmático y la germinación de los granos de polen
(Fig. 13B).
Las especies de Bletia que no se autopolinizan y
Govenia lagenophora probablemente son polinizadas por engaño por algún tipo de abeja, pues no se
ha detectado néctar u otra recompensa obvia en
las flores (G. A. Salazar, obs. pers.).
Fig. 14. Probable híbrido natural entre Bletia macristhmochila y B.
urbana. Fotógrafo: Mauricio Ávila Serratos
En un sitio del Pedregal en el que Bletia macristhmochila
y B. urbana coexisten, recientemente fueron observadas
algunas plantas con características florales intermedias,
lo que sugiere que al menos ocasionalmente estas dos
especies son capaces de formar híbridos (M. Ávila Serratos, com. pers. 2008; Fig. 14).
Como ya se mencionó, Triphora trianthophora tiene floración sincrónica. Su polinización no ha sido observada
en el Pedregal, pero existen reportes de polinización por
halíctidos (Auglochlora pura) y otras abejas en el noroeste
de los Estados Unidos de América (Rothacker, 2005).
162
Diversidad biológica e inventarios
Depredación de óvulos
por avispas Chalcidoideae
florales engrosados de manera anormal, frecuentemente
algo deformados y en una etapa demasiado temprana
para representar frutos en desarrollo (i.e. antes de que se
observen flores en antesis; Fig. 15A,B). Al disectar dichos
ovarios, en repetidas ocasiones ha sido posible constatar
que el engrosamiento no se debe a la formación de semillas sino que representa un crecimiento anormal causado
por la presencia de pequeñas orugas de avispas (Fig. 15C),
de manera análoga a las “agallas” causadas en los encinos
por avispas de la familia Cynipidae. En otras ocasiones, los
ovarios engrosados estaban vacíos y presentaban una o
más perforaciones que son la vía de salida de los insectos
adultos (Fig. 15D,E).
Varios estudios han evaluado el efecto de la herbivoría en
la adecuación de algunas plantas del Pedregal (e.g. NúñezFarfán et al., 1993). Sin embargo, no existe información sobre éste u otros tipos de interacción trófica entre insectos
y orquídeas. Una interacción de gran interés biológico es
la depredación de óvulos en los ovarios de orquídeas por
pequeñas avispas de la superfamilia Chalcidoideae y otros
insectos (Catling y Greenwood, 1988; Catling y Salazar,
1990). En el curso de nuestros estudios de campo en el
Pedregal, con frecuencia hemos notado en las inflorescencias de varias especies de orquídeas la presencia de ovarios
Fig. 15. Depredación de óvulos por avispas Chalcidoideae en Aulosepalum pyramidale. A. Inflorescencia en
desarrollo con los ovarios de algunos botones inferiores anormalmente engrosados debido a la presencia de
orugas de avispas Eurytomidae. B. Comparación de un botón floral normal (derecha) y otro infestado por avispas
(izquierda); ambos botones estaban adyacentes en la misma inflorescencia y representan aproximadamente el
mismo grado de desarrollo. C. Corte transversal de un ovario infestado, mostrando tres crestas blanquecinas
de tejido placentario y una oruga de avispa Eurytomidae (izquierda, arriba). D. Imago de avispa Eurytomidae
perforando la pared del ovario para emerger. E. Avispa adulta recién emergida. F. Inflorescencia de A. pyramidale
severamente infestada, con todos los ovarios destruidos por las avispas. Fotógrafo: Gerardo A. Salazar.
163
Orquídeas
Salazar
festación en plantas de A. pyramidale, M. polyanthus
y S. schaffneri que han sido rescatadas de partes de la
Reserva que iban a ser afectadas por la construcción
de circuitos u otras obras universitarias y que fueron replantadas en altas densidades en el Jardín Botánico de
la Universidad (G. A. Salazar, obs. pers.).
En el Pedregal hemos observado larvas de avispas de
la subfamilia Eurytominae, aparentemente del género
Tenuipetiolus (Chalcidoideae, Eurytomidae) en ovarios
de Aulosepalum pyramidale, Mesadenus polyanthus y
Sarcoglottis schaffneri (Fig. 16). Aunque no se ha hecho
un estudio cuantitativo formal de la incidencia de la infestación, en marzo de 2004 se observó que todas las
inflorescencias de una colonia de A. pyramidale (ca. 20
plantas) y otra de M. polyanthus (ca. 12 plantas) localizadas en el camellón frente a los institutos de Biología y
Ecología, en Ciudad Universitaria (Zona de Amortiguamiento A8 Biológicas, REPSA), tenían al menos un ovario
parasitado. En algunas inflorescencias el 100% de los
ovarios tenían avispas (Fig. 15F). Debido a que las orugas
al parecer consumen todo el tejido placentario, las plantas cuya inflorescencia estaba completamente infestada no produjeron semillas durante esa temporada (G. A.
Salazar, obs. pers.), pero no ha sido evaluado el efecto
de este tipo de “herbivoría” en el vigor y desempeño reproductivo subsecuente de las plantas afectadas.
Llama la atención el hecho de que no todas las especies de orquídeas presentes en el Pedregal parecen ser
igualmente susceptibles al ataque de estos insectos. Por
ejemplo, las plantas de Deiregyne albovaginata (Fig.17)
que han sido examinadas no presentaron ni un solo
ovario con avispas a pesar de encontrarse a unos cuantos metros de inflorescencias de A. pyramidale y S. schaffneri severamente infestadas. Un factor que podría estar
determinando la diferencia son las brácteas papiráceas
Tanto la frecuencia de inflorescencias infestadas como
la proporción de ovarios parasitados parecen ser mucho
mayores en ambientes marginales o muy perturbados
(camellones y bordes de la vegetación) que en plantas
situadas dentro del matorral conservado en la Reserva. También hemos notado una alta incidencia de in-
Fig. 17. Deiregyne albovaginata. Fotógrafo: Gerardo A. Salazar.
Fig. 16. Sarcoglottis schaffneri. Fotógrafo: Gerardo A. Salazar.
164
Diversidad biológica e inventarios
que cubren el escapo y los ovarios de D. albovaginata.
Dichas brácteas están secas desde que la inflorescencia está desarrollándose y los botones florales se están
diferenciando, siendo probable que representen una
barrera física para la oviposición de las avispas. En contraste, las brácteas florales de Aulosepalum, Mesadenus
y Sarcoglottis no se secan sino hasta la antesis. Catling y
Salazar (1990) especularon que características como los
ovarios equinados (cubiertos de prominencias similares
a espinas) que presentan algunas especies de orquídeas
(no en el Pedregal), así como las brácteas que envuelven
los ovarios y un rápido desarrollo de la inflorescencia,
podrían haber evolucionado en respuesta a la depredación por avispas chalcidoides. De modo similar, la
distribución “hiperdispersa” que es característica de
muchas poblaciones de orquídeas podría ser una estrategia para escapar a los depredadores. Todas esas suposiciones requieren ser evaluadas mediante estudios
detallados de la interacción entre avispas y orquídeas.
Dado su fácil acceso, la Reserva Ecológica del Pedregal
constituye un laboratorio natural ideal para realizar estudios sobre éste y muchos otros aspectos biológicos
de las orquídeas y su biota asociada.
Cyrtopodium macrobulbon es otra especie de amplia distribución geográfica (de Sonora y Nuevo León a Panamá) y
con una considerable tolerancia ecológica, pues aunque
es más común en selvas bajas caducifolias en ambas
vertientes oceánicas del país, se le ha encontrado creciendo también en pedregales cársticos y basálticos dentro de la selva húmeda tropical, así como en
bosque espinoso, matorral xerófilo y bosque de encino
(Hágsater et al., 2005; Salazar et al., 2006). Sólo se le ha
encontrado una vez en el Pedregal (Soto, 1983).
No se conoce ninguna especie de orquídea que sea
endémica del Pedregal de San Ángel, lo cual es de esperarse dada la reciente formación del Pedregal y de
las asociaciones vegetales que lo cubren, así como
el carácter “ubicuo” de la mayoría de las especies de
orquídeas que lo habitan. Bletia urbana, que fue descubierta y descrita como especie nueva para la ciencia
hace cuatro décadas y cuya localidad tipo es el Pedregal
de San Ángel (Dressler, 1968), ha sido considerada por
mucho tiempo como una especie endémica del Pedregal (Valencia, 1977; Soto, 1983; Téllez-Velasco, 2002). Sin
embargo, las exploraciones recientes han mostrado que
esta especie es abundante en varias localidades de la
Mixteca oaxaqueña (cf. Soto y Salazar, 2004, G. A. Salazar, obs. pers.) y es muy probable que a medida que se
hagan más estudios se descubran poblaciones en áreas
intermedias entre las montañas de Oaxaca y la Cuenca
de México.
Consideraciones biogeográficas
Las especies que conforman la orquideoflora del
Pedregal de San Ángel son en su mayor parte taxones
de amplia distribución en las sierras de México y el
norte de Centroamérica, pudiendo considerárseles
como elementos “típicos” de muchas áreas montañosas
estacionalmente secas donde la vegetación natural
consiste predominantemente de bosques de encino y
de pino-encino o matorrales xerófilos moderadamente
áridos (Hágsater et al., 2005; cf. Salazar et al., 2006).
Por ejemplo, Aulosepalum pyamidale, Dichromanthus
aurantiacus, D. cinnabarinus, Ponthieva schaffneri y
Sarcoglottis schaffneri se cuentan entre las orquídeas
más ampliamente distribuidas del país, encontrándose
desde el norte de México (D. cinnabarinus desde el sur
de Texas, EEUU) a través de las principales cordilleras
hasta Guatemala o El Salvador. Malaxis rodriguezana y
Deiregyne confusa también presentan distribuciones
amplias y similares entre sí, encontrándose desde el
Desierto Chihuahuense en el norte (Coahuila y Texas,
respectivamente) hasta los estados de Jalisco, Nayarit,
Puebla y Oaxaca (además del Distrito Federal; González,
1994; Salazar y Cabrera, 2001; Brown, 2003; Hágsater et
al., 2005; Salazar et al., 2006; Peinado y Riojas, 2008).
Estado de conservación
Dada la amplia distribución geográfica de las especies
y la existencia de considerables extensiones de hábitat
apropiado en el país, ninguna de las orquídeas que
están presentes en el Pedregal parece encontrarse en
riesgo de extinguirse en el futuro inmediato. Bletia
urbana está listada en la noma oficial mexicana NOM059-SEMARNAT-2001 (SEMARNAT, 2002) en la categoría
de “Amenazada” y algunos autores la han considerado
incluso como una especie en peligro de extinción (e.g.
Rubluo et al., 1989; Ortega-Larrocea et al., 2005), pero su
abundancia local y su distribución relativamente amplia
apoyan la evaluación más objetiva de Soto (1996), quién
concluyó que no existe fundamento para considerar a
B. urbana como una especie en riesgo. Sin embargo, la
Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel alberga
las únicas poblaciones conocidas en la Cuenca de
México de ésta y otras especies de orquídeas, como
165
Orquídeas
Salazar
Govenia lagenophora, Malaxis rodriguezana y Triphora
trianthophora y por lo tanto es muy importante para
mantener la diversidad de orquídeas de la región.
de los colectores botánicos, estudiantes y aficionados
a las orquídeas que han visitado el Pedregal durante
décadas, siendo más razonable suponer que esta especie,
previamente conocida de Jalisco, Morelos y el Estado de
México, representa un inmigrante reciente en la Cuenca
de México (Hágsater et al., 2005).
Varias especies que fueron registradas del Pedregal hace
décadas no han sido vueltas a encontrar recientemente.
Estas incluyen Cyrtopodium macrobulbon, Epidendrum
anisatum, Habenaria strictissima, Liparis greenwoodiana
y Microthelys minutiflora. En el caso de Cyrtopodium
macrobulbon, una especie que ordinariamente se
encuentra en hábitats más cálidos y a menor altitud,
la única planta que ha sido vista en el Pedregal tenía
una talla reducida para el tamaño adulto normal de esa
especie y no mostraba signos de haber florecido (Soto,
1983; G. A. Salazar, obs. pers.), siendo probable, como
lo sugirieron Hágsater et al. (2005), que representara un
intento de colonización que no prosperó.
Varias especies de orquídeas presentes en la Reserva
toleran altos niveles de disturbio. Por ejemplo,
Sarcoglottis schaffneri y Schiedeella llaveana en ocasiones
se encuentran creciendo en prados o en bordes de
veredas en la Reserva invadidos por especies adventicias
de gramíneas. Esas dos especies, así como Aulosepalum
pyramidale, Dichromanthus cinnabarinus y Mesadenus
polyanthus, son frecuentes en las “islas” de basalto en
los camellones de los circuitos universitarios que no han
sido rellenados y cubiertos de pasto. Dichromanthus
cinnabarinus incluso llega a establecerse en azoteas
de construcciones. Aunque no todas las especies de
orquídeas nativas son tan resilientes, los ejemplos
anteriores dan constancia de la gran capacidad de
adaptación y tolerancia al disturbio antropogénico de
algunas de ellas.
Sorprendentemente, y pese a la drástica reducción del
hábitat por el crecimiento urbano, los cambios mesoclimáticos acompañantes y la extracción de plantas de
orquídeas de la Reserva por algunos visitantes, no existe
evidencia de que otras especies de orquídeas hayan
desaparecido localmente. De hecho, varias especies
que no habían sido vistas en el área durante décadas,
como Habenaria clypeata y Schiedeella crenulata, han
sido registradas en trabajos recientes. También hay
que considerar que, al examinar la lista de las especies
(Tabla 1) y compararla con listados previos, un lector
poco familiarizado con la taxonomía de las orquídeas
podría tener la falsa impresión de que una especie registrada previamente ya no está, siendo que en realidad
está presente pero ahora se le conoce por otro nombre
debido a cambios en la clasificación o a la corrección de
una identificación errónea.
La desaparición de las poblaciones locales de las especies de orquídeas que habitan en la Reserva del Pedregal casi con certeza no representaría la extinción de las
especies. Sin embargo, la conservación de la orquideoflora del Pedregal de San Ángel tiene un gran valor
simbólico, pues la preservación de la diversidad de un
grupo de plantas tan carismático y de gran importancia biológica y cultural (e.g. García-Peña y Peña, 1981;
Hágsater et al., 2005) dentro del campus de la principal institución educativa y de investigación científica
de México debería ser un ejemplo exitoso a ser emulado por los esfuerzos enfocados a la conservación
de la biodiversidad en otras partes del país. La Reserva
Ecológica del Pedregal de San Ángel alberga varias comunidades naturales muy diversas y sólo parcialmente
estudiadas (e.g. Rojo, 1994; Castillo et al., 2007; Lot et al.,
2007) dentro de una de las áreas urbanas más grandes y
densamente pobladas del planeta. Aunque esta última circunstancia implica fuertes presiones y problemas para
su sobrevivencia a largo plazo, también ofrece oportunidades inmejorables para la investigación, la educación
y la divulgación sobre la diversidad biológica en un país
que, entre muchos otros problemas, enfrenta una grave
crisis ambiental.
Existen indicios de la llegada de especies de orquídeas
que antes no se conocían del Pedregal. Este es el caso
de Deiregyne albovaginata (Fig. 17). Las inflorescencias
de esta especie pueden alcanzar 1.5 m de alto y
producen numerosas flores de color verde y amarillo
que contrastan con las brácteas blancas. A partir de
abril de 2004, cuando fue observada por primera vez
en el Pedregal, se han encontrado al menos cuatro
grupos de varios individuos de esta especie, tres de
ellos en camellones de los circuitos universitarios y la
otro en la zona núcleo de la Reserva. Es improbable que
una planta tan conspicua haya escapado a la atención
166
Diversidad biológica e inventarios
Agradecimientos
El autor desea agradecer a Pilar Ortega-Larrocea, Mónica Rangel, Rolando Jiménez, Mauricio Ávila Serratos y Aída
Téllez-Velasco por información sobre algunas especies del Pedregal, Mauricio Ávila Serratos por la autorización para
reproducir aquí su fotografía del híbrido putativo entre Bletia macristhmochila y B. urbana, Beatriz Ramírez Velez por
la identificación de las avispas encontradas en los ovarios de orquídeas del Pedregal, Coyolxauhqui Figueroa por su
ayuda durante algunas de las observaciones de campo y Lidia I. Cabrera, Antonio Lot y Zenón Cano por sus sugerencias al manuscrito.
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169
Diversidad biológica e inventarios
Artropodofauna
Ana María Rueda-Salazar y Zenón Cano-Santana
Departamento de Ecología y Recursos Naturales,Facultad de Ciencias,
Universidad Nacional Autónoma de México
[email protected]
Introducción
Desafortunadamente, no se había hecho el esfuerzo de
conjuntar la información disponible (libros, artículos y
tesis) sobre la riqueza de especies de artrópodos de la
REPSA.
A pesar de la importancia que tiene la Reserva Ecológica
del Pedregal de San Ángel de Ciudad Universitaria (en lo
sucesivo REPSA o Reserva del Pedregal) y de su cercanía
con biólogos de la Universidad Nacional Autónoma de
México, su inventario biótico aún no está completo, sobre todo el que se refiere a su artropodofauna. Esfuerzos para abordar el estudio de su biota se centran en
los inventarios florísticos de Valiente-Banuet y de Luna
(1990) y de Castillo-Argüero et al. (2004, 2007), el de
hongos (Sandoval-González, 2006), el de su herpetofauna (Sánchez- Herrera, 1980), el de aves (Arizmendi et
al., 1994) y el de mamíferos (Negrete y Soberón, 1994).
Sin embargo, un grupo muy difícil de abordar por la
complejidad de su taxonomía y alta riqueza específica
es el de los artrópodos.
El presente trabajo busca dar a conocer una lista de la
artropodofauna de la REPSA, con base en un análisis de
la literatura existente desde 1936 a la fecha.
Materiales y métodos
La revisión se realizó haciendo una búsqueda de tesis
de la UNAM, así como en artículos y libros publicados.
Para ello fue útil el uso de la base de datos elaborada
por Coatlicue García Jiménez y la literatura depositada
en la Secretaría Ejecutiva de la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel recopilada por Ariel Rojo durante
su gestión como encargado de la REPSA. Se revisó la
información contenida en 29 tesis, 22 artículos y siete
libros, todos ellos publicados entre 1936 y 2008.
Un esfuerzo en este sentido ha sido el que abordó
Palacios-Vargas (1981) para analizar sus colémbolos,
estudio que fue adoptado por Álvarez-Sánchez et al.
(1982) para elaborar el importante documento Proyecto
para la Creación de una Reserva en el Pedregal de San Ángel.
Otros estudios de campo muy importantes incluyen la
serie de artículos de Márquez-Mayaudón (1968) sobre
los ortópteros, la tesis profesional de Ibarra-Núñez (1979)
que aborda el análisis de las arañas Labidognatha, la de
Zaragoza (1963) sobre los escarabajos crisomélidos del
Pedregal, el estudio de Beutelspacher (1972) sobre las
palomillas de la familia Sphingidae, la tesis de HinojosaDíaz (1996) sobre las abejas, así como los estudios de
Katthain-Duchateau (1971) y Domínguez y Núñez-Farfán
(1994) sobre las mariposas diurnas.
Con la información recopilada se creó una base de
datos electrónica, en la que se registraron los nombres de las especies encontradas junto con su respectivo género, familia, orden, clase, año de registro y
autores. Se puso especial atención en depurar la información de los errores en nombres científicos y citas. Se evitó la duplicación de registros, tomando en
cuenta las sinonimias y los nombres se modificaron
de acuerdo con denominaciones actualizadas. Las especies de artrópodos se incluían en la base de datos
171
Artropodofauna
Rueda-Salazar y Cano-Santana
Tabla 1. Número de especies registradas en cada orden
de artrópodos en la Reserva del Pedregal, según análisis
de la literatura.
sólo si estaban identificadas al menos a género. Si una
especie era identificada únicamente a género dentro
del cual se registraban más especies, ésta se tomaba en
cuenta sólo si existía seguridad de que no se tratara de
la misma, para evitar duplicidades en los registros. Se
eliminaron de la lista las especies no identificadas de los
géneros Colletes, Hyleus, Dialictus y Ceratina (Hymenoptera) reconocidas por Hinojosa-Díaz (1996), debido a las
dudas que hay sobre su identificación (ver capítulo de
Domínguez-Álvarez et al., en este volumen).
No. de
especies
Porcentaje
Lepidoptera
309
37.8
Hymenoptera
74
9.1
Homoptera
61
7.5
Diptera
60
7.3
Coleoptera
58
7.1
Thysanoptera
49
6.0
Orden
Una vez establecida la base de datos con estos registros,
se realizaron diferentes estadísticas que nos permiten
conocer los grupos más estudiados, así como tener una
estimación de aquellos que probablemente no han sido
suficientemente investigados.
Resultados
Se registraron 817 especies de artrópodos, entre los
cuales se reconocieron 735 Insecta (90%), 50 Arachnida
(6.1%), 20 Acarida, un Chilopoda, un Diplopoda y 10
Crustacea. Todas ellas pertenecen a 29 órdenes de artrópodos, de los cuales 16 son de insectos, tres de arañas, cinco de ácaros y cinco de crustáceos (Tabla 1). Los
órdenes que registraron más especies fueron Lepidoptera (309, 37.8%), Hymenoptera (74, 9.1%), Homoptera
(61, 7.5%), Diptera (60, 7.3%) y Coleoptera (58, 7.1%).
Entre los lepidópteros, se tienen registradas especies
de 17 familias, de las cuales las que registran el mayor
número de especies conocidas son Noctuidae (con 127
especies), Sphingidae (con 41), Hesperiidae (36), Nymphalidae (28) y Geometridae (25), que aportan 41.0, 13.3,
11.7, 9.1 y 8.1% de las especies conocidas de Lepidoptera
en la REPSA, respectivamente (Tabla 2). Por otro lado, se
encontraron 11 familias de Hymenoptera (Tabla 3), de las
cuales las que registraron más especies fueron Apidae y
Halictidae, con 23 y 19 especies, respectivamente.
Araneae
47
5.7
Collembola
40
4.9
Hemiptera
31
3.8
Orthoptera
28
3.4
Odonata
14
1.7
Astigmata
10
1.2
Siphonaptera
8
1.0
Diplostraca
6
0.7
Prostigmata
6
0.7
Actinedida
2
0.2
Scorpiones
2
0.2
Cryptostigmata
1
0.1
Mesostigmata
1
0.1
Mantodea
1
0.1
Scolopendrida
1
0.1
Julida
1
0.1
Neuroptera
1
0.1
Pseudoscorpionida
1
0.1
Cyclopoida
1
0.1
Isopoda
1
0.1
Decapoda
1
0.1
Amphipoda
1
0.1
Phasmida
1
0.1
817
100.0
Total
Se han registrado cuatro familias de Homoptera: Cicadellidae registró 39 especies, Aphididae 11, Membracidae 7 y Coccidae 4. Los dípteros se registraron
en 13 familias y las que tienen mayor número de especies con Syrphidae (con 37 especies), Bombyliidae
(7) y Tachinidae (5) (Tabla 4).
172
Diversidad biológica e inventarios
Tabla 2. Número de especies registradas en cada familia de lepidópteros en la Reserva del Pedregal, según
análisis de la literatura.
Familia
Noctuidae
Tabla 3. Número de especies registradas en cada familia de himenópteros en la Reserva del Pedregal, según
análisis de la literatura.
No. de
Especies
Porcentaje
Familia
No. de
especies
127
41.0
Apidae
23
31.1
19
25.7
Porcentaje
Sphingidae
41
13.3
Halictidae
Hesperiidae
36
11.7
Andrenidae
9
12.2
Nymphalidae
28
9.1
Megachilidae
8
10.8
4
5.4
Geometridae
25
8.1
Formicidae
Pieridae
18
5.8
Colletidae
3
4.1
Lycaenidae
8
2.6
Sphecidae
2
2.7
2
2.7
Papilionidae
7
2.3
Ampulicidae
Satyridae
7
2.3
Vespidae
2
2.7
Riodinidae
3
1.0
Scoliidae
1
1.4
1
1.4
74
100.0
Saturniidae
3
1.0
Trichogrammatidae
Danaidae
1
0.3
Total
Libytheidae
1
0.3
Hepialidae
1
0.3
Bombycidae
1
0.3
Arctiidae
1
0.3
Agaristidae
1
0.3
309
100.0
Total
Tabla 4. Número de especies registradas en cada familia de dípteros en la Reserva del Pedregal, según análisis
de la literatura.
No. de
especies
Porcentaje
Syrphidae
37
61.7
Bombyliidae
7
11.7
Tachinidae
5
8.3
Sarcophagidae
2
3.3
Calliphoridae
1
1.7
Tipulidae
1
1.7
Bibionidae
1
1.7
Culicidae
1
1.7
Dolichopodidae
1
1.7
Empididae
1
1.7
Sirphydae
1
1.7
Tephritidae
1
1.7
Familia
Agromyzidae
Total
173
1
1.7
60
100.0
Artropodofauna
Rueda-Salazar y Cano-Santana
Se registraron 15 familias de Coleoptera, de las cuales
la que registra el mayor número de especies es Chrysomelidae con 37 especies, lo que constituye el 63.8% del
total de las especies de este orden. El resto de las 14
familias aportan únicamente entre una y tres especies
conocidas (Tabla 5). Por otra parte, las 49 especies de
Thysanoptera (Tabla 6) están repartidas en dos familias,
Thripidae, que aporta 37 especies y Phlaeothripidae,
que aporta 12.
Las 28 especies de ortópteros, por su parte (Tabla 9), están distribuidas en seis familias: Acrididae (16 especies),
Gryllidae (cuatro especies), Tettigonidae (tres especies),
Raphidophoridae y Stenopelmatide (dos especies cada
una), y Pyrgomorphidae (una especie).
De las 50 especies de arácnidos, 47 pertenecen al orden Araneae, las cuales están agrupadas en 15 familias (Tabla 10). Las familias de este orden que tienen
más especies son Araneidae, Salticidae, Thomisidae y
Theridiidae, que tienen ocho, siete, seis y cinco especies, respectivamente.
Las 40 especies de colémbolos están repartidas en 11 familias. Las que aportan más especies conocidas son Entomobrydae con nueve especies, e Isotomidae e Hypogastruridae con ocho especies cada una (Tabla 7). En cuanto
a los hemípteros (Tabla 8), se registraron 31 especies agrupadas en 10 familias, siendo Lygaeidae, Pentatomidae y
Coreidae las que aportan más especies conocidas, con
nueve, seis y seis especies, respectivamente.
Tabla 6. Número de especies registradas en cada familia de Tisanópteros en la Reserva del Pedregal, según
análisis de la literatura.
Familia
Tabla 5. Número de especies registradas en cada familia de coleópteros en la Reserva del Pedregal, según
análisis de la literatura.
Thripidae
Porcentaje
37
75.5
Phlaeothripidae
12
24.5
Total
49
100.0
No. de
especies
Porcentaje
Chrysomelidae
37
63.8
Tenebrionidae
3
5.2
Coccinellidae
3
5.2
Melolonthidae
3
5.2
Lampyridae
2
3.4
Carabidae
1
1.7
Familia
Cerambycidae
1
1.7
Buprestidae
1
1.7
Cantharidae
1
Cryptophagidae
Familia
No. de
especies
Tabla 7. Número de especies registradas en cada familia
de colémbolos en la Reserva del Pedregal, según análisis de la literatura.
No. de
especies
Porcentaje
Entomobryidae
9
22.5
Hypogastruridae
8
20.0
1.7
Isotomidae
7
17.5
1
1.7
Sminthuridae
4
10.0
Curculionidae
1
1.7
Arrhopalididae
3
7.5
Erotylidae
1
1.7
Onychiuridae
3
7.5
Histeridae
1
1.7
Sminthurididae
2
5.0
Scarabaeidae
1
1.7
Neanuridae
1
2.5
Melyridae
1
1.7
Dicyrtomidae
1
2.5
58
100.0
Brachystomellidae
1
2.5
Tomoceridae
1
2.5
40
100.0
Total
Total
174
Diversidad biológica e inventarios
Discusión
Tabla 11. Comparación del número de especies estimadas por Soberón et al. (1991) para la Reserva del Pedregal, contra las registradas en este trabajo.
Las 817 especies registradas en la Reserva Ecológica del
Pedregal de San Ángel constituyen sólo una fracción de
la artropodofauna total de la zona, ya que deben existir
muchas especies aún no estudiadas ni reportadas. Lamentablemente, cabe la posibilidad de que algunas especies ya no existan, tal como lo discute Beutelspacher
(1973) en su estudio de esfíngidos. De hecho, algunas
especies no han vuelto a ser reportadas en estudios
posteriores al primer registro, por lo que hay dudas sobre su existencia local actual.
Estimados
por Soberón
et al. (1991)
Registrados
en este
trabajo
Coleópteros
900
58
Lepidópteros
300
309
Himenópteros
300
74
Dípteros
240
60
Hemípteros
150
31
Ortópteros
45
28
Ácaros
30
20
Arácnidos
60
50
Grupo
Los datos recopilados sugieren que los órdenes con pocas especies registradas no han sido suficientemente estudiados. Por ejemplo, si tomamos como base la riqueza
y proporción de especies conocidas de cada orden en el
mundo, debería haber un número de especies un poco
mayor de Diptera e Hymenoptera que de Lepidoptera.
De igual manera, el número de especies de coleópteros
debería ser mucho mayor. Soberón et al. (1991) hicieron
una estimación del número de especies para cada grupo,
basándose en las especies de lepidópteros descritas y estimadas para México (Tabla 11). A partir de una comparación de esas estimaciones con los registros que tenemos
para la REPSA, se puede afirmar que los grupos mejor
conocidos son Lepidoptera y Araneae. Sin embargo, se
estima que deben existir más especies de este grupo, ya
que no se han estudiado algunas familias de mariposas
nocturnas, como Erebidae, Lymantriidae, Nolidae o Notodontidae. De la familia Arctiidae, por ejemplo, sólo se
ha registrado una especie.
la misma Cantera Oriente, Mayorga y Torres (2007) registran la presencia de dermápteros, pero no los identifican a nivel de especie.
Si se compara la proporción entre insectos y arácnidos
con una estimación mundial, podemos tener una idea
de la cantidad de especies que podrían encontrarse en
la Reserva del Pedregal. Por ejemplo, Chapman (2007)
estima que en el mundo existen cuatro millones de
especies de insectos y 166 mil especies de arácnidos,
lo cual da una proporción de 24.1:1. Si se supone que
los arácnidos de la Reserva del Pedregal han sido
suficientemente estudiados y que las 50 especies
registradas constituyen la totalidad de especies
existentes, esta proporción, más bien conservadora,
indicaría una estimación de 1,205 especies de insectos
en la REPSA. Es decir, que sólo se conocería el 57% de
la entomofauna (las 735 especies registradas en este
trabajo) y que aún faltarían por registrar unas 470
especies, de las cuales, una buena proporción pueden
ser coleópteros, dípteros e himenópteros (sobre todo
avispas y hormigas).
Llama la atención que muchos grupos de Arthropoda
ni siquiera aparecen mencionados, como es el caso de
Ephemeroptera, Psocoptera, Strepsiptera, Diplura y Protura, entre los insectos, así como los Ostracoda (Crustacea), Opiliones (Arachnida), Solifugae (Arachnida),
Pauropoda y Symphyla. De ellos, se han observado ostrácodos, opiliones y solífugos (Z. Cano-Santana, obs.
pers.). Afortunadamente, en este trabajo se han podido
incorporar estudios muy recientes que contribuyen a
ampliar el conocimiento de las especies en la REPSA. Tal
es el caso de los estudios de González-Soriano y Barba
(2007) sobre Odonata, que registra 14 especies, y el de
Villalobos et al. (2007) sobre crustáceos de la Cantera
Oriente, que registra 10 especies. Cabe señalar que para
En cuanto a los ácaros, también sabemos que en el
mundo existen muchos más ácaros que arañas, pues
hay más de 48,000 descritos y se calcula que debe haber
entre 100,000 y 500,000 sin describir (Chapman, 2007;
175
Artropodofauna
Rueda-Salazar y Cano-Santana
O’Connor, 2006), ya que los podemos encontrar en prácticamente todos los tipos de hábitat. No obstante, en la
búsqueda de información encontramos muy pocas referencias a ácaros de la Reserva del Pedregal. La mayor
parte de los mencionados en este trabajo son los que
se estudiaron recientemente asociados a aves y reptiles
(Paredes-León et al., 2007). Es decir, de los 20 registros
de ácaros que aparecen en nuestra lista de especies, 14
pertenecen a este último estudio.
nidos (Chapman, 2007), considerando las estimaciones máximas en cada grupo, se espera que por cada
especie de arácnido haya 2.94 especies de ácaros. Si
tenemos 50 especies de arácnidos registradas en la
Reserva, habría 147 especies de ácaros, contra las 20
que tenemos registradas.
Por lo anterior se calcula que de las 817 especies
conocidas faltan por descubrir unas 600 especies de
artrópodos. Es muy importante continuar con estudios
del análisis de la artropodofauna de la Reserva del
Pedregal.
Si comparamos la estimación de 100,000 a 500,000 especies de ácaros (Chapman, 2007) en el mundo contra
la estimación de 60,000 a 170,000 especies de arác-
Apéndice 1. Listado de las especies de artrópodos del Pedregal de San Ángel. s/a: no se conoce el autor.
Clase Crustacea
Familia
Género
Especie
Orden Amphipoda
Hyalellidae
Hyalella
azteca
Orden Cyclopoida
Eucyclopidae
Macrocyclops
sp.
Orden Decapoda
Cambaridae
Cambarellus
montezumae
(Saussure)
Orden Diplostraca
Chydoridae
Chydorus
sphaericus
(Muller)
Pleuroxus
aduncus
(Jurine)
Pleuroxus
denticulatus
Birge
Scapholeberis
sp.
Simocephalus
sp.
Moinidae
Moina
micrura
Kurtz
Asellidae
Caecidotea
communis
(Say)
Julidae
Julus
sp.
Scolopendra
sp.
Agelenopsis
sp.
Cicurina
sp.
Rualena
sp.
Daphniidae
Orden Isopoda
Subespecie
Autor
(Saussure)
Clase Diplopoda
Orden Julida
Clase Chilopoda
Orden Scolopendrida Scolopendridae
Clase Arachnida
Orden Araneae
Agelenidae
Tegenaria
sp.
Anyphaenidae
Anyphaena
sp.
Araneidae
Acanthepeira
stellata
Walckenaer
Araneus
thaddeus
Hentz
176
Diversidad biológica e inventarios
Familia
Género
Especie
Eustala
rosae
Chamberlin & Ivie
Leucauge
aurostriata
Pickard-cambridge
Mastophora
cornigera
Hentz
Metepeira
spinieps
Pickard-cambridge
Neoscona
oaxacensis
Keyserling
Neoscona
orizabensis
Pickard-cambridge
Clubionidae
Chiracanthium
inclusum
Hentz
Dictynidae
Dictynia
sp.
Gnaphosidae
Drassyllus
sp.
Herpyllus
sp.
Poecilochroa
sp.
Microlinyphia
catalina
Microneta
sp.
Allocosa
sp.
Hesperocosa
sp.
Lycosa
brevitarsis
Pickard & Cambridge
Pardosa
falcifera
Pickard & Cambridge
Oxyopidae
Peucetia
viridans
Hentz
Pholcidae
Psilochorus
conjunctus
Gertsch & Davis
Salticidae
Agassa
cerulea
Walckenaer
Eris
sp.
Habrocestum
sp.
Habronattus
sp.
Metaphidippus
sp.
Pickard & Cambridge
Phidippus
mexicanus
Peckham & Peckham
Phidippus
tuberculatus
Pickard & Cambridge
Tetragnathidae
Tetragnatha
orizaba
Banks
Theraphosidae
Aphonopelma
anitahoffmannae
Pocock
Brachypelma
sp.
Latrodectus
mactans
Fabricius
Misumenops
decorus
Banks
Steatoda
medialis
Banks
Theridion
adjacens
Pickard & Cambridge
Theridion
styligerum
Pickard & Cambridge
Misumenoides
annulipes
Cambridge
Misumenoides
blandus
Pickard & Cambridge
Philodromus
sp.
Synema
parvulum
Thanatus
sp.
Tibellus
sp.
Epichernes
azteca
Linyphiidae
Lycosidae
Theridiidae
Thomisidae
Orden
Pseudoscorpionida
Chernetidae
177
Subespecie
Autor
Gertsch
Hentz
Hentschel
Artropodofauna
Rueda-Salazar y Cano-Santana
Familia
Orden Scorpiones
Género
Especie
Vaejovis
granulatus
Vaejovis
mexicanus
Syringophilopsis
elongatus
Syringophilopsis
sp.
Analgidae
Analges
sp.
Proctophyllodidae
Proctophyllodes
egglestoni
Proctophyllodes
huitzilopotzi
Proctophyllodes
ludovicianus
Atyeo y Braasch
Proctophyllodes
pinnatus
Nitzsch
Proctophyllodes
sp. 1
Proctophyllodes
sp. 2
Vaejovidae
Subespecie
Autor
Pocock
mexicanus
C. L. Koch
Clase Acarida
Orden Actinedida
Orden Astigmata
Syringophilidae
Ewing
Spory
Proctophyllodes
sp. 3
Psoroptoididae
Mesalgoides
sp.
Trouessartiidae
Trouessartia
sp.
Orden
Cryptostigmata
Mochlozetidae
Mochloribatula
sp.
Orden Mesostigmata
Spinturnicidae
Spinturnix
carloshoffmanni
Hoffmann
Orden Prostigmata
Myobiidae
Zacaltepetla
hoffmannae
Basurto
Pterygosomatidae
Geckobiella
texana
Banks
Hirstiella
pelaezi
Cunliffe
Acomatacarus
bakeri
Hoffmann
Ascoschöngastia
anomala
Hoffmann
Ascoschöngastia
pedregalensis
Hoffmann
Buprestidae
Acmaeodera
flavomarginata
(Gray)
Cantharidae
Silis
dilacerata
S/a
Carabidae
Platynus
sp.
Cerambycidae
Trichoxys
sulphurifer
Chrysomelidae
Chalepus
signaticolis
Chlamisus
sp.
Chlamisus
sticta
Lacordaire
Coscinoptera
dominicana
Fabricius
Cryptocephalus
basalis
Suffrian
Cryptocephalus
sp.
Diabrotica
duodecimnotata
Diabrotica
sp. 1
Diabrotica
sp. 2
Diabrotica
vicina
Trombiculidae
Clase Insecta
Orden Coleoptera
178
Chevrolet
latecinctus
Pic
Harold
Jacoby
Diversidad biológica e inventarios
Familia
Género
Especie
Enagria
ovata
Epitrix
parvula
Heikertingerella
variabilis
Jacoby
Hemiphrynus
intermedius
Jacoby
Hemiphrynus
sp.
Hemiphrynus
sulcatipennis
Jacoby
Lema
quinquenotata
Clark
Lema
trilineata
Leptinotarsa
rubiginosa
Rogers
Luperus
rugosus
Jacoby
Nodonota
cretifera
Lefèvre
Nodonota
curtula
Jacoby
Nodonota
tarsata
Jacoby
Oedyonychus
conspurcatus
Jacoby
Omophoita
abdominalis
Chevrolat
Pachybrachis
bajula
Suffrian
Pachybrachis
minuta
Jacoby
Pachybrachis
umbraculata
Suffrian
Pentispa
fairmairei
Chapuis
Pentispa
morio
Fabricius
Phaedon
varicolor
Jacoby
Plectotetra
clarki
Baly
Trirrhabda
vicina
Jacoby
Zygogramma
aneovittata
Stal
Zygogramma
lepidula
Stal
Zygogramma
piceicollis
Stal
Zygospila
signatipennis
Stal
Coccinella
sp.
Coccinella
transversoguttata
Faldermann
Hippodamia
convergens
Guerin
Cryptophagidae
Hemoticus
sp.
Curculionidae
Rhodobaenus
sp.
Erotylidae
Aegithus
sp.
Histeridae
Colastus
simplex?
Lampyridae
Discodon
sp.
Macrolampis
producta
Diplotaxis
sp.
Euphoria
basalis
Phyllophaga
sp.
Melyridae
Trichochrous
sp.
Scarabaeidae
Macrodactylus
mexicanus
Coccinellidae
Melolonthidae
179
Subespecie
Autor
Boheman
Gorh.
Gory and Percheron
Artropodofauna
Orden Collembola
Rueda-Salazar y Cano-Santana
Familia
Género
Especie
Tenebrionidae
Cyrtomius
plicatus
Epitragus
sp.
Steriphanus
mancus
Arrhopalites ca.
benitus
Arrhopalites
sp.
Collophora
quadriculata
(Denia)
Brachystomellidae
Brachystomella
parvula
(Schäffer)
Dicyrtomidae
Ptenothrix
marmorata
(Packard)
Entomobryidae
Entomobrya
sp.
Entomobrya
atrocincta
Schött
Entomobrya cf.
sinelloides
Christiansen
Entomobrya
triangularis
Schött
Americabrya
(janetschekbrya)
sp.
Orchesella
sp.
Pseudosinella ca.
aerea
Pseudosinella
sp.
Seira
sp.
Ceratophysela
denticulada
(Bagnal)
Schoettella
distincta
(Denis)
Xenylla cf.
humicola
(Fabricius)
Xenylla
grisea
Axelson
Xenylla
wilsoni
Da gama
Xenylla ca.
boerneri
Xenylla
boerneri
Axelson
Xenylla
christianseni
Da gama
Folsomides
angularis
(Axelson)
Folsomides
parvulus
(americanus)
Stach
Isotoma
sp.
Isotomiella
minor
Isotomurus ca.
cibus
Isotomurus
sp.
Parisotoma
notabilis
(Schäffer)
Neanuridae
Pseudachorutes
simplex
Maynard
Onychiuridae
Mesaphorura
krausbaueri
Borner
Protaphorora
(onychiurus)
armata
(Tullberg)
Orthonychiurus
(onychiurus).
cf. folsomi
Shaeffer
Neosminthurus
clavatus
(Banks)
Sminthurus
butcheri
Snider
Arrhopalididae
Hypogastruridae
Isotomidae
Sminthuridae
180
Subespecie
Autor
Champion
Champion
(Schäffer)
Diversidad biológica e inventarios
Familia
Género
Especie
Sinthurinus
elegans
Sphyrotheca
sp.
Sphaeridia
pumilis
(Krausbauer)
Sphaeridia
serrata
Folsom & Mills
Tomoceridae
Pogonognathellus
(tomocerus)
flavescens
(Tullberg)
Agromyzidae
Liriomyza
munda
Frick
Bibionidae
Dilophus
sp.
Bombyliidae
Aphoebantus
sp.
Bombylius
sp.
Diochanthrax
sp.
Geron
sp.
Ligyra
sp.
Paravilla
sp.
Phthiria
sp.
Calliphoridae
Calliphora
terraenovae
Macquart
Culicidae
Culiseta
particeps
(Adams)
Dolichopodidae
Achalcus
sp.
Empididae
Rhamphomya
sp.
Sarcophagidae
Helicobia
sp.
Sarcofahrtia
ravinia
Parlier
Allograpta
exotica
(Wiedemann)
Allograpta
obliqua
(Sail)
Baccha
sp.
Cheilosia
sp.
Chrysotoxum
integre
(Williston)
Copestylum
anna
(Williston)
Copestylum
meleum
(Jeannicke)
Copestylum
metalliferum
(Walker)
Copestylum
pallisteri
(Curran)
Copestylum
sp.
Copestylum
tympanitis ?
(Fabricius)
Eristalis
circe
(Williston)
Eristalis
tenax
(Linneaus)
Eupeodes
americanus
Wiedemann
Eupeodes
volucris
Osten Sacken
Helophilus
latifrons
(Leow)
Lejops
arquatus
(Say)
Lejops
mexicanus
(Macquart)
Melangyna
sp.
Metasyrphus
americanus
Sminthurididae
Orden Diptera
Sirphydae
181
Subespecie
Autor
(Fitch)
(Wiedemann)
Artropodofauna
Rueda-Salazar y Cano-Santana
Familia
Genero
Especie
Nausigaster
punctulata
(Williston)
Ocyptamus
coeruleus
(Williston)
Palpada
pusilla
(Macquart)
Palpada
testaceicornis
(Macquart)
Palpada
vinetorum
(Fabricius)
Paragus
haemorrhous
(Meigen)
Platycheirus
chaetopoda
(Davison)
Platycheirus
stegnum
(Say)
Pseudodorus
clavatus
(Fabricius)
Sphaerophoria
contigua
(Macquart)
Syritta
pipiens
(Linnaeus)
Syrphus
opinator
Osten Sacken
Syrphus
shorae
Fluke
Toxomerus
marginatus
(Say)
Toxomerus
mutuus
(Say)
Toxomerus
politus
(Say)
Toxomerus
tibicen
(Wiedemann)
Xanthandrus
sp.
Adejeania
vexatrix
Epalpus
sp.
Mochlosoma
sp.
Peleteria
sp.
Xanthophyto
sp.
Tephritidae
Urellia
sp.
Tipulidae
Nephrotoma
sp.
Coreidae
Anasa
sp.
Archimerus
indecorus
(Walker)
Chelinidea
tabulata
(Uhler)
Margus
incospicuus
(Herrich-Schaeffer)
Narnia
femorata
(Stal)
Walker
Tachinidae
Orden Hemiptera
Subespecie
Autor
(Osten Sacken)
Piezogaster
indecorus
Gerridae
Gerris
sp.
Largidae
Largus
convivus
(Stal)
Stenomacra
marginella
(Stal)
Cryphula
nitens
(Barber)
Lygaeus
reclivatus
(Say)
Melanopleurus
bicolor
(Herrich-Schaeffer)
Neacoryphus
bicrucis
(Say)
Neacoryphus
circumlitus
(Stal)
Neacoryphus
lateralis
(Dallas)
Neacoryphus
pedregalensis
Brailovsky
Lygaeidae
182
Diversidad biológica e inventarios
Familia
Especie
Nysius
sp.
Subespecie
Autor
Prytones
sp.
Miridae
Collaria
sp
Pentatomidae
Chlorocoris
rufopictus
Chlorocoris
sp.
Edessa
conspersa
(Stal)
Euschistus
biformis
(Stal)
Murgantia
histrionica
(Hahn)
(Stal)
(Walker)
Padaeus
trivitattus
Ploiariidae
Metapterus
sp.
Pyrrhocoridae
Dysdercus
obliquus
(Herrich-Schaeffer)
Rhopalidae
Harmostes
nebulosus
(Stal)
Jadera
haematoloma
(Herrich-Schaeffer)
Banasa
sp.
Loxa
jadera
Amphorophora
sp.
Aphidine
sp.
Aphis
gossypii
Cinara
sp.
Epameilaphis
sp.
Eulochnus
sp.
Lachnina
sp.
Myzus
persicae
Rhopalosiphina
sp.
Rhopalosiphum
sp.
Schizolachnus
sp.
Aceratagallia
sanguinolenta
(Provancher)
Aceratagallia
sordida
Oman
Alconeura
cinctella
Delong & Ruppel
Alconeura
languida
Delong & Ruppel
Carneocephala
reticulata
(Signoret)
Coelidia
sp.
Colimona
mediolineata
Fowler
Dikraneura
halberda
Ruppel & Delong
Dikrella
sp.
Dilobopterus
demissus
(Fabricius)
Draeculacephala
antica
(Walker)
Draeculacephala
mollipes
(Say)
Draeculacephala
pagoda
Ball
Empoasca
arator
Davidson & Delong
Empoasca
caldwelli
Davidson & Delong
Tingidae
Orden Homoptera
Género
Aphididae
Cicadellidae
183
haematoloma
(Herrich-Schaeffer)
(Glover)
(Sulzer)
Artropodofauna
Rueda-Salazar y Cano-Santana
Familia
Coccidae
Membracidae
Orden Hymenoptera
Ampulicidae
Andrenidae
Género
Especie
Empoasca
caraba
Davidson & Delong
Empoasca
corella
Delong & Guevara
Empoasca
fabae
(Harris)
Empoasca
metana
Delong & Guevara
Empoasca
viridescens
Walsh
Exitianus
picatus
(Gibson)
Graphocephala
nigrofasciata
(Walker)
Graphocephala
rufimargo
(Walker)
Graphocephala
rufimargo
Gypona
verticalis
Hamana
sp.
Hordnia
dohrnii
(Signoret)
Macrosteles
urticae
Moore & Ross
Macrosteles
variata
Fallen
Marathonia
appropicuans
S/a
Marathonia
nigrifascia
(Walker)
Mesamia
interrupta
Delong &
Hershberger
Metascarta
caeroleuvittata
Metascarta
caeroleuvittata
Neokolla
sp.
Neokrella
sp.
Nesosteles
sp.
Osbornellus
sp.
Scaphitopius
sp.
Spangbergiella
mexicana
Tylozygus
sp.
Ceroplastes
albolineatus
Cockerell
Dactylopius
indicus
(Green)
Kermes
sp.
Pseudococus
sp.
Aconophora
pallescens
Campylenchia
sp.
Ceresa
sp.
Entylia
sinuata
Platycotis
sp.
Polyglypta
sp.
Polyglyptodes
sp.
Centris
mexicana
Smith
Ceratina
mexicana
Cresson
Andrena
sp. 1
184
Subespecie
propior
Autor
(Fowler)
Stal
S/a
deliniata
S/a
Baker
Stal.
Fabricius
Diversidad biológica e inventarios
Familia
Apidae
Colletidae
Formicidae
Halictidae
Género
Especie
Andrena
sp. 2
Andrena
tegularis
Heterosaurus
asperatus
S/a
Heterosaurus
mundus
S/a
Heterosaurus
neomexicanus
(Cockerell)
Perdita
sp.
Protandrena
sp.
Pseudopanurgus
trimaculatus
Timberlake
Apis
mellifera
Linneaus
Bombus
ephippiatus
Say
Bombus
fervidus
sonomae
Howard
Bombus
pennsylvanicus
sonorus
Say
Bombus
pulcher
Cresson
Centris
cockerelli
Fox
Ceratina
capitosa
Smith
Ceratina
neomexicana
Cockerell
Deltoptila
elefas
(Friese)
Diadasia
olivacea
(Cresson)
Diadasia
rinconis
Cockerell
Epeolus aff.
australis
Mitchel
Exomalopsis
mellipes
Cresson
Melissodes
sp. 1
Melissodes
sp. 2
Melissodes
sp. 3
Melissodes
tepaneca
Cresson
Syntrichalonia
exquisita
(Cresson)
Tetraloniella
sp.
Thygater
analis
(Lepeletier)
Xylocopa
guatemalensis
Cockerell
Xylocopa
micheneri
descipiens
Hurd
Xylocopa
tabaniformis
azteca
(Cresson)
Colletes
sp.
Hylaeus
sp.
Ptiloglossa
mexicana
Camponotus
sp.
Iridomyrmex
sp. 1
Iridomyrmex
sp. 2
Pseudomyrmex
sp.
Augochlora
smaragdina
Friese
Augochlorella
pomoniella
(Cockerell)
Caenaugochlora
sp.
185
Subespecie
Autor
(Cresson)
Artropodofauna
Rueda-Salazar y Cano-Santana
Familia
Género
Especie
Dialictus
aquilae
(Cockerell)
Dialictus
cubitalis
(Vachal)
Dialictus
perdifficilis
(Cockerell)
Dialictus
petrellus
(Cockerell)
Dialictus
sp. 1
Dialictus
sp. 2
Evylaeus
sp.
Halictus
ligatus
Say
Lasioglossum
argutum
Mcginley
Lasioglossum
desertum
(Smith)
Lasioglossum
jubatum
(Vachal)
Lasioglossus
sp.
Mexalictus
sp.
Sphecodes
sp. 1
Sphecodes
sp. 2
Sphecodes
sp. 3
Anthidiellum
hondurasicum
(Cockerell)
Anthidium
maculosum
Cresson
Ashmeadiella aff.
bequaerti
Cockerell
Lithurge
littoralis
Cockerell
Megachile
toluca
Cresson
Megachile
zapoteka
Cresson
Osmia
azteca
Cresson
Paranthidium
gabbi
(Cresson)
Scoliidae
Campsomeris
limosa
(Burmeister)
Sphecidae
Steniolia
sp.
Stigmus
sp.
Trichogramma
pretiosum
Riley
Eumenes
consobrinus
Saussure
Myschocyttarus
pallidipectus
(Smith)
Agaristidae
Alypiodes
bimaculata
Herrich-Schaffer
Arctiidae
Halisidota
caryae
Harr.
Bombycidae
Apatelodes
gregaria
S/a
Danaidae
Danaus
berenice
Cramer
Danaus
plexippus
Linnaeus
Acronyctodes
mexicanaria
Walker
Anacamptodes
perfectaria
Anacamptodes
sp.
Caberodes
axona
Cheteoscelis
pectinaria
Grossbeck
Dichorda
iridaria
Guenée
Megachilidae
Trichogrammatidae
Vespidae
Orden Lepidoptera
Geometridae
186
Subespecie
Autor
Diversidad biológica e inventarios
Familia
Género
Especie
Eupithecia
sp.
Evita
hyalinaria
Hemitheinopsis
pteroglauca
Hydriomena
sp.
Hygrochroma
sp.
Melanolophia
flexilinea
Pero
melissa
Pero
sp.
Pityeja
picta
S/a
Plataea
orsima
Druce
Racheospila
nortia
S/a
Sabulodes
matrona
Bruce
Selenia
veda
Dyar
Sericoptera
mahometaria
Herrich-Schäffer
Stenoporpia
regula
Rindge
Synopsia
leonilaria
Hoffmann
Synopsia
mexicanaria
Walker
Tachyphyle
sp.
Tephroclystis
sylvoides
Schs
Hepialidae
Phassus
trojesa
S/a
Hesperiidae
Achlyodes
pallida
(Felder)
Amblyscirtes
fimbrata
Ploetz
Amblyscirtes
folia
Godman y Salvin
Amblyscirtes
tutolia
Dyar
Apyrrothrix
araxes
(Hewitson)
Atalopedes
campestris
(Boisduval)
Atrytonopsis
deva
Edwards
Autochton
cellus
(Boisduval y Leconte
Calpodes
ethlius
(Cramer)
Dalla
cyclosticta
(Dyar)
Doberes
hewitsonius
Reakirt
Erynnis
albomarginatus
(G. Y S.)
Erynnis
funeralis
(Scudder y Burger)
Erynnis
mercurius
Dyar
Heliopetes
arsalte
(Linnaeus)
Hylephila
phyleus
(Druce)
Lychnuchoides
frappenda
Dyar
Nyctelius
nyctelius
Latreille
Oarisma
garita
Reakirt
Ochlodes
librita
(Ploetz)
Panoquina
hecebolus
(Scudder)
187
Subespecie
Autor
blandaria
Dyar
Dyar
flexilinea
Warren
Druce
Artropodofauna
Rueda-Salazar y Cano-Santana
Familia
Género
Especie
Panoquina
nyctelius
(Latr.)
Paratrytone
melane
(Edwards)
Pholisora
tepeca
Bell
Piruna
cyclosticta
Dyar
Piruna
gyrans
Ploetz
Piruna
polingii
Barnes
Poanes
hobomok
(Harris)
Poanes
aff. zabulon
Boisduval & Le Conte
Polites
mystic
Edwards
Pyrgus
communis
(Grote)
Pyrrhopyge
araxes
Hewitson
Urbanus
dorantes
Urbanus
dorantes
Urbanus
proteus
Linnaeus
Urbanus
simplicius
(Stoll.)
Urbanus
teleus
(Hbn.)
Libytheidae
Libytheana
carinenta
Lycaenidae
Callophrys
xami
Reakirt
Celastrina aff.
ladon
Ménétriés
Erora
quaderna
Hewitson
Hemiargus
isola
Reakirt
Leptotes
marina
Reakirt
Lycaenopsis
pseudargiolus
Mitoura
xami
Strymon
sp.
Achaea
tropicalis
(Guénée)
Acontia
areli
Strecker
Agrotis
agis
Dyar
Agrotis
c-nigrum
(Linnaeus)
Agrotis
chabuadana
Dyar
Agrotis
delicatessa
Dyar
Agrotis
hahama
(Dyar)
Agrotis
malefida
(Guénée)
Agrotis
manethusa
(Druce)
Agrotis
ypsilon
(Rottemberg)
Alabama
argillacea
(Hübner)
Antaplaga
dela
Antaplaga
dela
Antaplaga
dulcita
Schaus
Antaplaga
pyralima
Schaus
Ascalapha
odorata
(Linnaeus)
Noctuidae
188
Subespecie
Autor
(Stoll.)
calafia
mexicana
gozora
Williams
Michener
Boisduval
(Reakirt)
(Druce)
hemicrocea
Dyar
Diversidad biológica e inventarios
Familia
Género
Especie
Autographa
biloba
(Stephens)
Autographa
bimaculata
(Stephens)
Autographa
rogationis
Guénée
Autoplusia
egena
(Guénée)
Baratra
configurata
Walker
Bistica
noela
Dyar
Bouda
pallipars
Dyar
Caenurgia
diagonalis
(Dyar)
Catocala
electilis
Walker
Chabuata
rectinubila
Dyar
Charadra
decora
Morrison
Charadra
pata
Druce
Chloridea
virescens
(Fabricius)
Chorizagrotis
inconncina
Harvey
Cirrhobolina
deducta
(Morrison)
Cirrhobolina
mexicana
Behr
Cirrhophanes
dubifer
Dyar
Coenipeta
bibitrix
Hübner
Copitarsia
consueta
Walker
Cucullia
arizona
Smith
Cucullia
dentilinea
Smith
Epipsilia
quadrangula
Zett.
Eriopyga
agrotiformis
Dyar
Eriopyga
angustimargo
Dyar
Eriopyga
cacoeona
Dyar
Eriopyga
condensa
Dyar
Eriopyga
constans
Dyar
Eriopyga
diplogramma
Schaus
Eriopyga
enages
Dyar
Eriopyga
iole
Schaus
Eriopyga
monopis
Dyar
Eriopyga
pansapha
Dyar
Eriopyga
rhodohoria
Dyar
Eriopyga
xera
Dyar
Eucoptocnemis
aphronus
Dyar
Eupsephopaectes
procintus
(Grote)
Euxoa
camalpa
(Dyar)
Euxoa
sp. 1
Euxoa
velleripennis
Grote
Galgula
partita
Guénée
Galgula
partita
189
Subespecie
hepara
Autor
(Guénée)
Artropodofauna
Rueda-Salazar y Cano-Santana
Familia
Género
Especie
Gonitis
editrix
Guénée
Gonocarsia
electrica
(Schaus)
Gonodonta
pyrgo
(Cramer)
Gorgora
morga
Dyar
Hadena
dubitans
(Walker)
Hadena
litaphania
Dyar
Heliophila
albilinea
(Hübner)
Heliothis
zea
Boddie
Hemibrymima
chryselectra
(Grote)
Hemieuxoa
rudens
(Harvey)
Homoanarta
falcata
Neumoegen
Homoanarta
nudur
(Dyar)
Hydroeciodes
alala
(Druce)
Hydroeciodes
exagitans
Dyar
Hydroeciodes
mendicosa
Dyar
Hydroeciodes
pexa
Schaus
Hydroeciodes
peximela
Dyar
Hypena
secularis
Guénée
Hypocala
andremona
(Cramer)
Hyssia
mephrosticta
Dyar
Hyssia
plenipotentis
Dyar
Hyssia
pseudochroma
Dyar
Hyssia
stellipars
Dyar
Ianius
mosca
(Dyar)
Kallitrichia
coronides
(Druce)
Lepidotrama
detrahens
(Walker)
Leucania
phragmatidicola
Guénée
Leucania
sp. 1
Leucochlaena
hipparis
Leucochlaena
hipparis
Lichnoptera
cavilator
Walker
Lophoceramica
pyrrha
(Druce)
Lycophotia
margaritosa
(Haworth)
Magusa
orbifera
(Walker)
Melipotis
acontioides
(Guénée)
Melipotis
contorta
Guénée
Melipotis
fasciolaris
Cramer
Melipotis
inconspicua
Schaus
Melipotis
indomita
(Walker)
Micrathetis
triplex
Walker
Mocis
repanda
(Fabricius)
190
Subespecie
Autor
(Druce)
colossa
Draudt
Diversidad biológica e inventarios
Familia
Nymphalidae
Género
Especie
Neleucania
bicolorata
(Grote)
Oligia
arbora
Barnes y
Mcdunnough
Oligia
fractilinea
(Grote)
Oncocnemis
polyfacies
Dyar
Papaipema
apicata
Dyar
Perigea
selenosa
Guénée
Phyrrhia
sp.
Plagiomimicus
resoluta
(Dyar)
Platysenta
temecula
Barnes
Polia
comis
(Grote)
Polia
erecta
(Walker)
Polia
eresia
Walker
Polia
laudabilis
Guénée
Polia
olivacea
(Morrison)
Polia
psittacus
Herr-Schäffer
Polia
surgens
Dyar
Prodenia
dolichos
(Fabricius)
Prodenia
latifascia
Walker
Properigea
loculosa
(Grote)
Prothortodes
pseudochroma
(Dyar)
Pseudaletia
unipuncta
(Haworth)
Pseudanarta
heterochroa
Dyar
Rhosologia
stigmaphiles
Dyar
Stibadium
curiosum
Neumoegen
Stiria
itycis
Dyar
Thysania
zenobia
Cramer
Trachea
stygia
(Dyar)
Trichestra
bicatenata
Dyar
Xanthopastis
timais
(Cramer)
Xylena
lytaea
Druce
Zatrephes
philobia
Druce
Zazunga
opinor
Dyar
Adelpha
bredowii
bredowii
(Geyer)
Agraulis
vanillae
incarnata
(Riley)
Anemeca
ehrenbergii
(Geyer)
Anthanassa
texana
Edwards
Cynthia
cardui
Linnaeus
Cynthia
virginiensis
Druce
Danaus
gilippus
thersippus
Bates
Danaus
plexippus
plexippus
(Linnaeus)
191
Subespecie
Autor
Artropodofauna
Rueda-Salazar y Cano-Santana
Familia
Papilionidae
Pieridae
Género
Especie
Subespecie
Autor
Dione
juno
huascuma
(Reakirt)
Dione
moneta
poeyii
(Butler)
Dynamine
dyonis
Geyer
Eunica
monima
(Cramer)
Euphydryas
editha
Euptoieta
claudia
daunius
(Herbst)
Euptoieta
hegesia
meridiana
Stichel
Junonia
genoveva
Limenitis
bredowii
eulalia
Doubleday
Marpesia
petreus
ssp.
(Cramer)
Morpheis
ehrenbergii
Geyer
Myscelia
ethusa
Boisduval
Nymphalis
antiopa
Linnaeus
Precis
coenia
Hübner
Siproeta
stelenes
Tritanassa
alexon
Godman y Salvin
Tritanassa
texana
Edwards
Vanessa
atalanta
Linnaeus
Vanessa
cardui
Linnaeus
Vanessa
virginiensis
Druce
Battus
philenor
Heraclides
cresphontes
(Cramer)
Papilio
cresphontes
Cramer
Papilio
garamas
Papilio
multicaudatus
Kirby
Papilio
polyxenes
Fabricius
Papilio
polyxenes
asterius
Cramer
Pyrrhosticta
garamas
garamas
(Geyer)
Anteos
maerula
lacordairei
(Boisduval)
Aphrissa
statira
Catasticta
nimbice
nimbice
(Boisduval)
Catasticta
teutila
teutila
(Doubleday)
Colias
cesonia
Stoll.
Colias
eurytheme
Boisduval
Colias
philodice
Godart
Eurema
daira
(Godart)
Eurema
mexicana
Eurema
nicippe
Eurema
salome
jamapa
(Reakirt)
Leptophobia
aripa
elodia
(Boisduval)
Nathalis
iole
192
Boisduval
Cramer
biplagiata
philenor
garamas
Fruhstorfer
(Linnaeus)
Hübner
Cramer
mexicana
(Boisduval)
(Cramer)
Boisduval
Diversidad biológica e inventarios
Familia
Riodinidae
Saturniidae
Satyridae
Sphingidae
Género
Especie
Phoebis
philea
Phoebis
philea
philea
(Linnaeus)
Phoebis
sennae
eubule
Linnaeus
Phoebis
sennae
marcellina
(Cramer)
Pieris
protodice
Boisduval y Leconte
Pontia
protodice
(Boisduval y Leconte)
Zerene
cesonia
Calephelis
perditalis
Emesis
zela
Lephelisca
nemesis
Edw
Automeris
adelo
Hoffmann
Automeris
leucane
Hbn
Rothschildia
orizaba
Cyllopsis
henshawi
Cyllopsis
pertepida
Dyar
Cyllopsis
pseudopephredo
Chermock
Euptychia
rubricata
Euptychia
sericeella
Bates
Gyrocheilus
patrobas
Hew.
Megisto
rubricata
Edw.
Adhemarius
globifer
(Dyar)
Aellopos
clavipes
(R. y J.)
Agrius
cingulatus
(Fabricius)
Callionima
parce
(Fabricius)
Cocytius
anteus
Cocytius
duponchel
(Poey)
Enyo
lugubris
(Linnaeus)
Erinnyis
alope
(Drury)
Erinnyis
crameri
(Schs.)
Erinnyis
ello
(Linnaeus)
Erinnyis
obscura
(Fabricius)
Erinnyis
oenotrus
(Stoll.)
Eumorpha
anchemolus
(Cramer)
Eumorpha
labruscae
(Linnaeus)
Eumorpha
vitis
(Linnaeus)
Hyles
lineata
(Fabricius)
ochus
(Klug.)
Manduca
Manduca
quinquemaculata
Subespecie
Autor
Joh.
cesonia
(Stoll)
Barnes y
Macdunnough
zela
hoffmanni
anabelae
hydaspus
Btlr.
Miller
Miller
(Gram.)
(Haw.)
Manduca
rustica
(Fabricius)
Manduca
sesquiplex
(Bdv.)
193
Artropodofauna
Rueda-Salazar y Cano-Santana
Familia
Género
Especie
Subespecie
Manduca
sexta
(Linnaeus)
Monarda
oryx
Drc.
Pachylia
ficus
(Linnaeus)
Pachylioides
resumens
(Wlk).
Perigonia
lusca
Fabricius
Proserpinus
vega
(Dyar)
Protambulyx
strigilis
(Linnaeus)
Pseudosphinx
tetrio
(Linnaeus)
Smerinthus
saliceti
Bdv.
Sphinx
geminus
R. y J.
Sphinx
istar
(Rotschild y Jordan)
Sphinx
leucophaeta
Clem.
Sphinx
lugens
Walker
Sphinx
pseudostigmatica
Gehlen
Sphinx
separata
Trogolegnum
pseudambulyx
(Bdv.)
Xylophanes
ceratomioides
(Bdv.)
Xylophanes
chiron
Xylophanes
falco
(Walker)
Xylophanes
pluto
(Fabricius)
melaena
nechus
Autor
(R. y J.)
(Cramer)
Xylophanes
tersa
(Linnaeus)
Orden Mantodea
Mantidae
Mantis
sp.
Linnaeus
Orden Neuroptera
Chrysopidae
Chrysopa
carnea
Orden Odonata
Aeshnidae
Anax
junius
(Drury)
Rhionaeschna
multicolor
(Hagen)
Rhionaeschna
psilus
(Calvert)
Enallagma
praevarum
(Hagen)
Ischnura
denticollis
(Burmeister)
Erythemis
vesiculosa
(Fabricius)
Erythemis
plebeja
(Burmeister)
Miathyria
marcella
(Selys in Sagra)
Micrathyria
sp.
Orthemis
ferruginea
(Fabricicus)
Pantala
flavescens
(Fabricius)
Sympetrum
corruptum
(Hagen)
Sympetrum
illotum
(Hagen)
Tramea
onusta
(Hagen)
Achurum
sumichrasti
Saussure
Aidemona
azteca
(Saussure)
Amblytropidia
mysteca
(Saussure)
Arphia
nietana
Saussure
Coenagrionidae
Libellulidae
Orden Orthoptera
Acrididae
194
Diversidad biológica e inventarios
Familia
Género
Especie
Arphia
pallidipennis
Bruner
Encoptolophus
otomitus
(Saussure)
Ichthyotettix
mexicanus
(Saussure)
Melanoplus
gladsoni
Scudder
Ochetotettix
barreti
(Hancock)
Opeia
mexicana
Bruner
Orphulella
tolteca
(Saussure)
Phoetaliotes
nebrascensis
(Thomas)
Syrbula
montezuma
eslavae
Rehn
Trimerotropis
pallidipennis
pallidipennis
(Burmeister)
Trimerotropis
sp.
Xanthippus
corallipes
zapotecus
(Saussure)
Oecanthus
californicus
Saussure
Oecanthus
niveus
(Degeer)
Gryllus
assimilis
Fabricius
Miogryllus
sp.
Pyrgomorphidae
Sphenarium
purpurascens
Charpentier
Raphidophoridae
Ceuthophilus
aztecus
Saussure y Pictect
Ceuthophilus
sp.
Conocephalus
sp.
Dichopetala
serrifera
Rhen Y Hebrard
Stenopelmatus
minor
Saussure
Stenopelmatus
talpa
Burmeister
Syntechna
tarasca
(Saussure)
Gryllidae
Tettigoniidae
Stenopelmatidae
Subespecie
Autor
Orden Phasmida
Diapheromeridae
Pseudosermyle
tridens
tridens
(Burmeister)
Orden Siphonaptera
Ceratophyllidae
Jellisonia
hayesi
breviloba
Traub
Jellisonia
ironsi
Eads
Pleochaetus
parus
Traub
Anomiopsyllus
sp.
Strepsylla
villai
Traub y Barrera
Myodopsylla
collinsi
Kohls
Myodopsylla
sp.
Pulicidae
Pulex
sp.
Phlaeothripidae
Adraneothrips
fuscicolis
Hood
Diceratothrips
anahuacensis
Johansen
Eurythrips
ampliventralis
Hinds
Gastrothrips
terrestris
Holothrips
anahuacensis
Karnyothrips
minimus
(Johansen)
Leptothrips
costalimai
(Johansen)
Leptothrips
fasciculatus
Crawford
Hystrichopsyllidae
Ischnopsyllidae
Orden Thysanoptera
195
(Priesner)
sp.
Johansen & Mojica
Artropodofauna
Rueda-Salazar y Cano-Santana
Familia
Thripidae
Género
Especie
Leptothrips
larreae
Hood
Leptothrips
mali
(Fitch)
Leptothrips
zongolicaensis
(Johansen)
Oedalothrips
dampfi
(Priesner)
Bregmatothrips
difficilis
Johansen
Chirothrips
falsus
Priesner
Chirothrips
orizaba
Hood
Exophtalmothrips
chiapaensis
Johansen
Frankliniella
aurea
Moulton
Frankliniella
borinquen
Hood
Frankliniella
brunnea
Priesner
Frankliniella
californica
Frankliniella
californica
dubia
Moulton
Frankliniella
californica
trehernei
Morgan
Frankliniella
curiosa
Priesner
Frankliniella
dianthi
Moulton
Frankliniella
exigua
Hood
Frankliniella
fallaciosa
Priesner
Frankliniella
fortissima
Priesner
Frankliniella
gemina
Bagnall
Frankliniella
gossypiana
Hood
Frankliniella
ingentissima
Priesner
Frankliniella
inornata
Moulton
Frankliniella
inutilis
Priesner
Frankliniella
inutilis
adadusta
Moulton
Frankliniella
inutilis
dubiella
Priesner
Frankliniella
minuta
Frankliniella
minuta
Frankliniella
molesta
Priesner
Frankliniella
occidentalis
(Pergande)
Frankliniella
rostrata
Priesner
Frankliniella
simplex
Priesner
Frankliniella
sp.
Frankliniella
tolucensis
Watson
Frankliniella
tridacana
Hood
Frankliniella
varitibia
Moulton
Frankliniella
williamsi
Hood
Isoneurothrips
australis
Bagnall
Sericothrips
cingulatus
Hinds
Sericothrips
signifer
Priesner
Sericothrips
sp. 1
196
Subespecie
Autor
Moulton
(Moulton)
luminosa
Moulton
Diversidad biológica e inventarios
Familia
Género
Especie
Subespecie
Autor
Sericothrips
sp. 2
Sericothrips
sp. 3
Sericothrips
sp. 4
Sericothrips
variabilis
(Beach)
Thrips
tabaci
Lindeman
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201
Diversidad biológica e inventarios
Microartrópodos edáficos
José G. Palacios-Vargas, Blanca E. Mejía-Recamier y Leopoldo Q. Cutz-Pool
Laboratorio de Ecología y Sistemática de Microartrópodos,
Departamento de Ecología y Recursos Naturales, Facultad de Ciencias,
Universidad Nacional Autónoma de México
[email protected]
Introducción
de 2 mm de longitud, entre los que se encuentran principalmente a los ácaros y a los colémbolos (Fountain y
Hopkin, 2004; Palacios-Vargas et al., 2004).
El suelo es la parte del ecosistema en donde se lleva a
cabo el reciclaje de la materia orgánica y los nutrimentos,
y también puede servir de reserva de fuentes de energía.
Todos los organismos vivos, tarde o temprano llegan al
suelo, en donde pueden permanecer desde unas horas,
hasta días, meses o años, dependiendo del clima y el tipo
de suelo. Dentro de los elementos orgánicos del suelo,
se tienen bacterias, hongos, así como elementos de origen vegetal y animal. El material blando, tanto de origen
animal como vegetal, puede ser degradado fácilmente
por la microflora del suelo, pero los tejidos de mayor estabilidad química requieren de la participación tanto de
la microflora como de la fauna edáfica para llevar a cabo
la degradación. La participación de los artrópodos del
suelo en los procesos de descomposición de la materia
orgánica puede ser de varias maneras: (1) desintegran
los tejidos animales y vegetales, incrementando la superficie disponible para el ataque de microorganismos,
como bacterias y hongos; (2) transforman los residuos
vegetales en sustancias húmicas y forman agregados
complejos de materia orgánica con la parte mineral del
suelo; (3) mezclan y airean el suelo, con lo cual se dispersan las fracciones orgánica y mineral; y (4) regulan el
proceso de mineralización y humificación, evitando la
fuga de materia orgánica y nutrientes.
El objetivo de este trabajo es dar a conocer los aspectos
biológicos y taxonómicos generales de los microartrópodos edáficos de la Reserva Ecológica del Pedregal de San
Ángel de Ciudad Universitaria (la cual será referida en lo
sucesivo como Reserva).
Los ácaros
Los ácaros son artrópodos que miden entre 150 y 1500
μm, aunque la mayoría tiene entre 300 y 700 μm, y sólo
algunos pueden exceder los 4 mm. Representan el grupo
de quelicerados más rico en especies y más abundante.
Según los cálculos de Hoffmann y López-Campos (2000),
en México se conocen 2,343 especies pertenecientes a
809 géneros y 264 familias. Sus hábitos alimentarios son
muy variados (Hoffmann y López-Campos 2000) y se les
puede encontrar en diferentes tipos de suelo (PalaciosVargas y Ojeda-Carrasco 1982; Palacios-Vargas e Iglesias,
2004). Constituyen un importante componente numérico de la mesofauna en la gran mayoría de los suelos, y
pueden alcanzar densidades de miles de individuos por
m2 (Schatz y Behan-Pelletier 2008). Se les puede encontrar ampliamente distribuidos en el todo el mundo, en
hábitats acuáticos tanto en agua dulce como salobre
(Schatz y Behan-Pelletier 2008), o bien en medios terrestres como cuevas, galerías, sobre plantas epífitas,
musgos, líquenes, hojarasca, humus y diversos tipos de
Uno de los componentes de la fauna edáfica son los
microartrópodos, que en este trabajo se definen como
todos aquellos artrópodos del suelo que tienen menos
203
Microartrópodos edáficos
Palacios-Vargas y colaboradores
Los microartrópodos de
la Reserva del Pedregal
suelo. Sin embargo, es en el suelo, la hojarasca y el humus donde alcanzan su mayor abundancia y diversidad,
debido a que es en estos medios donde se presenta una
mayor cantidad de materia orgánica en descomposición
y se tienen los factores abióticos de temperatura y humedad idóneos.
Los colémbolos
Existen pocos estudios sobre la fauna colembológica de
la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel de Ciudad Universitaria, entre los que destacan el de PalaciosVargas (1981) y Palacios-Vargas y Vidal-Acosta (1994) que
versan sobre los aspectos taxonómicos, Cutz-Pool et al.
(2006), por su parte, se refieren a la biodiversidad de
artropodos edáficos, en tanto que el de Arango-Galván
et al. (2007) analiza algunos aspectos de la ecología de
los colémbolos.
Los colémbolos
Los colémbolos son pequeños hexápodos que miden
menos de 2 mm de longitud, son comunes y abundantes en diferentes microhábitats, y con frecuencia se
registran densidades hasta de más de 100,000 ind./m2
(Hopkin, 1997, 2002a). Su alta capacidad de dispersión
les ha permitido conquistar diferentes ambientes con
climas extremos tales como los desiertos y las regiones polares (Hopkin, 2002b), así como también las zonas tropicales y templadas. Otros microambientes en
los que los encontramos son: suelo, hojarasca, musgo,
corteza, guano, epífitas y los suelos suspendidos en el
dosel de los bosques (Palacios-Vargas 1997; Hopkin,
1998; Palacios-Vargas et al. 2000). Se conocen alrededor de 8,000 especies que se distribuyen ampliamente
en el mundo (Deharveng et al., 2008; Janssens 2008),
ya que tienen gran capacidad para ocupar diversos
hábitats, algunos en los cuales son extremadamente
abundantes (Hopkin 1998, 2002a). En México se tienen
registros de 714 especies de colémbolos ubicadas en
poco más de 107 géneros y 22 familias (Palacios-Vargas
et al. 2004, 2007; Castaño-Meneses, 2005). Del total de
colémbolos representados, las familias Hypogastruridae, Neanuridae, Onychiuridae, Isotomidae y Entomobryidae son las más diversas en el país y las de menor
riqueza son Actaletidae, Tomoceridae, Oncopoduridae, Isotogastruridae y Neelidae (Palacios-Vargas et al.
2000, 2004). Algunos sitios que registran alta riqueza de
especies en México son: la selva mediana subperennifolia de Noh-Bec, Q. Roo (107 especies; Cutz-Pool et al.,
2003), la selva baja inundable de la reserva de la biosfera de Sian Ka’an, Q. Roo (79; Vázquez y Palacios-Vargas,
2004), la selva baja caducifolia de la Estación Biológica
Chamela, Jalisco (64; Palacios-Vargas y Gómez-Anaya,
1993), y la selva tropical húmeda de Chiapas (43 especies; Palacios-Vargas, 2003).
Se conocen 55 especies de colémbolos en diversos ambientes de la Reserva, algunas de ellas han sido descritas originalmente con material proveniente de la misma
zona (Tabla 1). Ellas representan el 48% del total de lo
que se conocen para el Distrito Federal (115 especies)
(Arango-Galván et al., 2007). De manera comparativa, la
riqueza de los colémbolos de acuerdo al biotopo, la hojarasca es la que presenta un mayor número de especies
(35) (Tabla 1).
Las especies que se citan para el Pedregal viven en
una gran diversidad de hábitats, sin embargo, se
han encontrado principalmente en la hojarasca y
composta en la mayoría de los casos, suelo, corteza,
tronco en descomposición y en macetas. Las familias
Hypogastruridae y Entomobryidae con sus géneros
Xenylla y Entomobrya son las más diversas en la
Reserva. Los colémbolos están muy bien representados
en este sitio, sin embargo, muchos de ellos, como
Ceratophysella denticulata (Hypogastruridae) (Fig. 1) y
Megalothorax minimus (Neelidae) (Fig. 2) se encuentran
registrados de más del 50% de los estados del país
y otros, como Pseudachorutes simplex (Neanuridae)
(Fig. 3) y Entomobrya atrocincta (Entomobryidae) (Fig.
4) están ampliamente distribuidos en la República
Mexicana. Algunas especies son claramente euedáficas
como Protaphorura armata (Onychiuridae) (Fig. 5)
y Sphaeridia pumilis (Fig. 6), mientras que otras son
epiedáficas: Pogonognathellus flavescens (Tomoceridae)
(Fig. 7), Neosminthurus clavatus (Sminthuridae) (Fig. 8),
Sminthurinus elegans (Katiannidae) (Fig. 9) y Ptenothrix
marmorata (Dicyrtomidae) (Fig. 10).
204
Diversidad biológica e inventarios
Tabla 1. Lista de Collembola del Pedregal de San Ángel y los biotopos en los que se registran. H: hojarasca; S: suelo;
Com: composta; Cor: corteza; T.D: tronco en descomposición; M: maceta.
H
S
Hypogastrura assimilis
Cor
TD
*
Schoettella distincta
*
Xenylla boerneri
*
X. ca. boerneri
*
X. christianseni
*
X. grisea
*
X. humicola
*
X. wilsoni
*
*
Brachystomella gabrielae
*
*
B. taxcoana
*
Friesea xitlensis
*
Pseudachorutes simplex
*
Protaphorura armata
*
*
*
Onychiurus folsomi
*
Mesaphorura florae
*
M. krausbaueri
*
F. angularis
*
F. parvulus
*
Ballistura laticauda
*
Cryptopygus thermophylus
*
Folsomia stella
Isotomurus ca. cibus
*
*
I. palustres
*
Isotomurus sp.
*
Isotoma sp.
*
Isotomiella minor
*
Parisotoma notabilis
*
*
P. tariva
*
Desoria uniens
*
Orchesella ca. zebra
*
Entomobrya sp.
E. atrocincta
M
*
Ceratophysella denticulata
B. parvula
Com
*
*
E. ligata
*
E. ca. senilloides
*
E. triangularis
*
Americabrya sp.
*
*
205
Microartrópodos edáficos
Palacios-Vargas y colaboradores
H
Seira sp.
S
Com
Cor
M
*
Pseudosinella ca. aera
*
P. ca. sexoculata
*
Pogonognathellus flavescens
*
Sphaeridia pumilis
*
S. serrata
*
Arrhopalites ca. benitus
*
A. ca. diversus
*
Collophora quadriculata
*
Sminthurinus elegans
*
S. latimaculosus
*
Ptenothrix marmorata
*
Sminthurus bucheri
*
Sphyroteca ca. confusa
*
Neosminthurus clavatus
*
Megalothorax minimus
*
M. tristani
No. de especies
TD
*
36
FIG. 1. Ceratophysella denticulata (Hypogastruridae). 2005 ©
Brocklehurst, K. Foto tomada de Janssens (2008).
3
17
1
2
1
FIG. 2. Megalothorax minimus (Neelidae). 2006 ©Hall, K. Foto tomada
de Janssens (2008).
206
Diversidad biológica e inventarios
FIG. 3. Pseudachorutes simplex (Neanuridae). 2006 ©Bernard, E. C.
Foto tomada de Janssens (2008).
FIG. 4. Entomobrya atrocincta (Entomobryidae). 2007 © Murray, T.
Foto tomada de Janssens 2008
FIG. 5. Protaphorura armata (Onychiuridae). 2005 © Hall, K. Foto
tomada de Janssens (2008).
FIG. 6. Sphaeridia pumilis (Sminthurididae). 2007 ©Salehian, S.,
Beladjal, L. & Mertens, J. Foto tomada de Janssens (2008).
FIG. 7. Pogonognathellus flavescens (Tomoceridae). 2007 © Murray, T.
Foto tomada de Janssens (2008).
FIG. 8. Neosminthurus clavatus (Sminthuridae). 2008 © Gross, J. Foto
tomada de Janssens 2008
207
Microartrópodos edáficos
Palacios-Vargas y colaboradores
FIG. 9. Sminthurus elegans (Katiannidae). 2004 © Baquero, E. Foto
tomada de Janssens (2008).
FIG. 10. Ptenothrix marmorata (Dicyrtomidae). 2007 © McClarin, J.
Foto tomada de Janssens (2008).
Los ácaros
conocen aproximadamente 80, 85 y 45 especies, respectivamente en el D. F. (Hoffmann y López-Campos
2000; Palacios-Vargas e Iglesias 2004). Trabajos como los
de Palacios-Vargas (1981), Arango-Galván et al. (2007) y
Cutz-Pool (2008), que reportan colémbolos del suelo,
de la hojarasca y de la composta, respectivamente, nos
indican que faltaría por muestrear otros biotopos como
los musgos, los troncos en descomposición, las epifitas,
las madrigueras de roedores y las cuevas para tener un
mejor conocimiento sobre sus habitantes microartrópodos (ácaros y colémbolos).
Se han registrado siete especies de ácaros hasta la fecha
(ver Apéndice 1). Una perteneciente a los mesostigmados, tres a los prostigmados y tres de los criptostigmados.
En particular, dentro de los ácaros depredadores, son
comunes en el Pedregal de San Ángel los Mesostigmata de la familia Podocinidae y la especie que ha sido
registrada es Podocinum pacificum (Fig. 11). Los ácaros
oribátidos son muy abundantes, sin embargo sólo se
han registrado dos especies: Rhysotritia ardua (Euphthiracaridae) (Fig. 12), que tiene una amplia distribución en
el país. y Scapheremaeus grahamius (Cymbaeremaeidae)
(Fig. 13). que fue descrita de musgos sobre rocas (Ríos y
Palacios-Vargas, 1998).
Lo señalado con anterioridad nos indica que la Reserva puede tener un gran potencial en cuanto a la riqueza de especies de microartrópodos, pues tan sólo con
tres trabajos se incrementó en 55 especies conocidas
de colémbolos y faltarían por estudiar otros biotopos en donde se pueden encontrar más especies de
colémbolos y de ácaros, por lo que la reserva por si
misma, funcionaria como reservorio de biodiversidad,
principalmente de microartrópodos. De esta forma,
se requiere realizar investigaciones futuras y explotar
más los ambientes con el fin de conocer y ampliar los
inventarios de los micrartrópodos.
Discusión
Las cifras antes mencionadas en los resultados, señalan
a la fauna de colémbolos de la Reserva menor al 50% de
lo que se conoce en el D. F. (115 especies; Arango-Galván
et al. 2007), y respecto al conocimiento de los ácaros
edáficos, es aún mucho más insignificante, si consideramos que es uno de los órdenes de microartrópodos más
abundantes y diversos en el suelo, pues tan solo para los
mesostigmados, prostigmados y cryptostigmados se
208
Diversidad biológica e inventarios
Apéndice 1. Lista de ácaros del Pedregal de San Ángel. Se ofrece la referencia en la que ha sido citada cada especie.
MESOSTIGMATA
CRYPTOSTIGMATA
Podocinidae
Podocinum pacificum ex suelo (Palacios-Vargas & Ojeda, 1982)
Euphthiracaridae
Rhysotritia ardua ex Senecionetum praecox (Ojeda, 1983)
PROSTIGMATA
Cymbaeremaeidae
Scarapheremaeus grahamius musgo sobre roca
(Ríos y Palacios-Vargas, 1998)
Mochlozetidae ex Muhlenbergia robusta
(Rios-Casanova y Cano-Santana, 1994)
Bdellidae
Bdella longicornis ex hojarasca del Pinetum (Mejía-Recamier, 1986)
Cyta latirostris ex hojarasca (Mejía-Recamier, 1986)
Anystidae ex vegetación (Rios-Casanova y Cano-Santana, 1994)
FIG. 11. Podocinum pacificum (Podocinidae).
FIG. 13. Scapheremaeus grahamius (Cymbaeremaeidae).
FIG. 12. Rhysotritia ardua (Euphthiracaridae). Foto tomada de BehanPelletier.
209
Microartrópodos edáficos
Palacios-Vargas y colaboradores
Agradecimientos
La Dra. Gabriela Castaño Meneses y el M. en C. Ricardo Iglesias revisaron el manuscrito y dieron importantes comentarios y sugerencias.
Literatura citada
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211
Diversidad biológica e inventarios
Libélulas
Enrique González-Soriano y Helga C. P. Barba Medina
Departamento de Zoología, Instituto de Biología,
Universidad Nacional Autónoma de México
[email protected]
Introducción
especializados para depositar sus huevos como por
ejemplo, el agua que se acumula en diferentes plantas
que actúan como reservorios (fitotelmata), como los
bambúes, los huecos de los árboles y algunas plantas
epifitas (Fincke, 1994; Corbet, 1999). Las menos viven en
ambientes semiterrestres o terrestres en sitios con una
elevada humedad (Corbet 1999). Como juveniles pasan
por un período variable de tiempo dentro del agua. Una
vez que la larva ha completado su ciclo, emerge del
agua adhiriéndose a una gran variedad de sustratos para
efectuar la última muda. Los adultos recién emergidos o
“tenerales” presentan el cuerpo blando y no tienen la
coloración definitiva del adulto maduro ni sus gónadas
completamente desarrolladas. Después de pasar por
un periodo variable de tiempo lejos del agua, los adultos sexualmente maduros regresan a ésta para reproducirse. Los machos de varias especies muestran una
conducta territorial, en donde cada individuo defiende
áreas exclusivas desde donde tiene acceso a las hembras que acuden con el propósito de ovipositar. Regularmente éstas acuden al agua para copular y ovipositar,
aunque pasan menos tiempo sobre la misma que los
machos, pues luego de copular y ovipositar, regresan
a la vegetación a madurar otro paquete de huevos. La
cópula es única en estos insectos por la forma en la que
el poro genital y el aparato intromitente se encuentran
disociados en el macho. El poro genital se ubica en el
esterno del noveno segmento abdominal, mientras que
el aparato copulador se ubica entre el segundo y tercer
estrernito abdominal. Por este motivo, durante la cópula
la hembra tiene que dirigir su abdomen hacia delante y
hacia arriba y colocar su abertura genital (localizada en
Las libélulas (Odonata) son un grupo de insectos
acuáticos, hemimetábolos, que han colonizado la
mayoría de los cuerpos de agua dulce del mundo y se
les encuentra en prácticamente todas las regiones del
planeta, excepto en los polos.
Generalmente viven en altitudes moderadas que van
desde el nivel del mar hasta los 2500-3000 m, y excepcionalmente se les ha encontrado hasta 5000 m o más
(Corbet, 1999). Son insectos depredadores tanto en su
estado inmaduro como en su estado adulto. Se alimentan de una gran variedad de organismos, tanto en el
agua como en el medio terrestre. Las presas de los adultos, que por lo general son otros insectos, son capturadas durante el vuelo (Sherk, 1978); sin embargo, otras
pueden inclusive tomar a las presas directamente del
sustrato como ocurre en varias especies de zigópteros
(Fincke, 1984). A los estados inmaduros se les conoce
con el nombre de náyades, aunque en países anglosajones se les denominan larvas, con la salvedad de que
durante el desarrollo larval las libélulas, a diferencia de
otros insectos holometábolos, no presentan una fase de
pupa. En este capítulo utilizaremos el término de larva
sólo de manera convencional.
Las libélulas se reproducen en una gran variedad de
cuerpos de agua dulce, principalmente en arroyos,
ríos, estanques temporales y permanentes, lagos y lagunas, algunas inclusive son tolerantes a vivir en aguas
salobres (Pritchard, 1991), otras, utilizan lugares muy
213
Libélulas
González-Soriano y Barba
el noveno segmento abdominal) en yuxtaposición con
el esterno del segundo segmento del macho, formando
una posición característica de corazón. La oviposición
en la mayoría de las especies se presenta casi inmediatamente después de la cópula y puede ser de tres tipos:
exofítica, cuando las hembras liberan masas de huevos
directamente en el agua (pues en estas especies éstas
carecen de ovipositor); endofítica, cuando las hembras
introducen por medio de un ovipositor los huevos dentro del tejido de las plantas; y epifítica, cuando adhieren
masas de huevos a la superficie de las plantas (GonzálezSoriano, 1987).
y observaciones llevadas a cabo en la Cantera Oriente
entre octubre de 2006 y agosto de 2007. Los datos sobre historia natural incluidos en este capítulo provienen
principalmente del estudio realizado en la Cantera y de
observaciones aisladas realizadas en otras épocas del
año. De algunas especies, sólo se tienen registros visuales ya que fue posible reconocerlas sin necesidad
de recolectarlas.
Resultados
Como resultado de las recolectas de 2006-2007, del material depositado en la CNIN y de observaciones generales
se tiene un total de 19 especies, pertenecientes a cuatro
familias y 11 géneros. Algunas especies provenientes de
estudios previos (Mendoza-Trejo, 1988), no fueron vueltas
a recolectar recientemente. Es posible que al menos algunas de éstas sean especies que se encuentran de paso o
que han llegado de manera fortuita y que no mantienen
poblaciones estables dentro de la REPSA.
Las libélulas son uno de los grupos de insectos mejor
estudiados en lo que respecta a su taxonomía. Para
México se ha informado que existen alrededor de 349
especies que representan alrededor de 6.3% del total
mundial estimado (5547 especies) (González-Soriano y
Novelo-Gutiérrez, 2007). Para el caso del Distrito Federal
no existen a la fecha inventarios actualizados del
estatus de estos insectos para dicha entidad federativa,
y aunque históricamente se menciona la presencia
de alrededor de 40 especies para la región (GonzálezSoriano y Novelo-Gutiérrez 2007), algunos de estos
registros provienen de recolectas realizadas hace ya
muchos años (Mendoza-Trejo y González-Soriano 1989,
1999), por lo que ciertas especies podrían ya no existir
en esta entidad debido a la desaparición de sus hábitats
naturales (González-Soriano y Barba-Medina, 2007).
Historia natural
Archilestes grandis. Es un zigóptero grande con un
tamaño de cuerpo de entre 50-60 mm. Los individuos
de esta especie son fáciles de identificar en el campo
por posarse con las alas entreabiertas, a diferencia del
resto de los zigópteros del área que mantienen las alas
juntas mientras se encuentran en reposo. Aunque no
se observó actividad reproductiva de esta especie en
el área, en otras localidades de México se ha observado que las hembras depositan sus huevos en plantas
leñosas no acuáticas que crecen a la orilla de los cuerpos de agua. Este proceso se lleva a cabo en tándem con
el macho unido a la hembra que oviposita. Se informa
de cuatro individuos recolectados el 5/6/1982 (dos machos y dos hembras) (Mendoza-Trejo, 1988). No se ha recolectado recientemente en la REPSA.
La entomofauna de la Reserva Ecológica del Pedregal de
San Ángel (REPSA) ha sido escasamente estudiada, salvo
para algunos grupos (ver, p. ej., Zaragoza, 1966; Márquez,
1968; Girón, 1987; Katthain, 1971; Lechuga, 1971; PalaciosVargas, 1981). Para el caso de Odonata un estudio reciente
en la Cantera Oriente de la REPSA señala la presencia de 14
especies en este sitio (González-Soriano y Barba-Medina,
2007). En este capitulo presentamos un listado (basado en
recolectas actuales y en registros históricos) de las especies que se encuentran en la REPSA o que potencialmente
pueden ocurrir allí, y mencionaremos algunos aspectos
de la historia natural de algunas de ellas, en especial de la
conducta reproductiva de las especies más abundantes.
Lestes alacer. Al igual que la especie anterior, los individuos se posan con las alas entreabiertas, aunque en
este caso en particular, los ejemplares tienen una talla
menor (longitud del cuerpo: 34-45 mm). Los 12 individuos aquí reportados provienen de recolectas realizadas entre los años 1968 (noviembre) y 1974 (febrero). No
se le ha recolectado recientemente dentro de la REPSA.
Los machos de esta especie en otras localidades de
El listado se basa principalmente en la revisión del material depositado en la sección de Odonata de la Colección Nacional de Insectos del Instituto de Biología
(CNIN). Además, se incluye información de recolectas
214
Diversidad biológica e inventarios
México se posan en pastos emergentes que sobresalen
de sitios no muy profundos de lagunas y estanques en
zonas templadas y frías.
dos diferentes fases: una fase de “bombeo” rápido que
consume alrededor de 2/3 partes de la duración de la
misma y una fase de bombeo lento que consume 1/3
restante. La fase de bombeo rápido se asocia generalmente a la “remoción” espermática mientras que la segunda fase se asocia con la transferencia de esperma
(Miller y Miller, 1981). La cópula tuvo una duración de
5.99 ± 2.66 min (N = 9). La oviposición en esta especie
también ocurre en tándem sobre sustratos horizontales.
En esta especie, a diferencia de la anterior, el macho permanece en el plano horizontal al igual que la hembra.
La oviposición tuvo una duración de 5.01 ± 4.09 min
(N = 8).
Enallagma praevarum. Es una especie que vive
predominantemente en aguas lénticas. Dentro de la
REPSA se le encuentra en los estanques artificiales del
Jardín Botánico y en lagos de la Cantera Oriente en
donde coexiste con individuos de Ischnura denticollis.
Los machos son de color azul intenso, mientras que las
hembras son de color pardo claro. Los machos miden
entre 27-34.5 mm y las hembras 26-35 mm (Westfall
y May, 1996). La cópula tiene una duración de 6.94 ±
desviación estándar 4.59 min (N = 3), y se lleva a cabo
generalmente a la orilla del agua, cuando la pareja
se encuentra posada en pastos o vegetación
emergente a pocos centímetros del agua. La
oviposición se lleva a cabo en tándem y el sustrato
utilizado son raíces secundarias de la vegetación
que se encuentra a la orilla de los cuerpos de agua
y secciones emergentes de Stuckenia pectinata.
Durante la oviposición, el macho permanece
erecto en posición Agrion. Se observó emergencia
de varios individuos el 5 de marzo de 2008 al final
del periodo invernal. Es medianamente abundante
en la REPSA.
Ischnura denticollis. Es la especie más pequeña
de la REPSA. Los machos tienen una longitud total
de 22-26 mm y las hembras de 23-26 mm (Westfall
y May, 1996). El dorso del tórax del macho es de
color oscuro con reflejos verde metálico. Existen
dos morfotipos de hembras: una que es muy parecida
en coloración al macho (hembra andromórfica) y otra
que tiene una coloración general más grisácea (hembra
heteromórfica). La forma andromórfica es la que predomina en la REPSA (Fig. 1). Es abundante en la localidad
de estudio, sobre todo en estanques del Jardín Botánico
Exterior, donde es común verla posada sobre substratos
horizontales, como las hojas flotantes de las ninfáceas.
En la Cantera Oriente, los individuos de esta especie son
observados entre los pastos emergentes de la orilla de
los cuerpos de agua. Individuos de diferentes edades y
sexos son observados realizando pequeños vuelos entre los pastos y capturando pequeños insectos que se
encuentran posados en la vegetación. La cópula se lleva
a cabo mientras la pareja se encuentra posada sobre
sustratos horizontales. Durante la cópula se observan
FIG. 1. Hembra andromórfica de Ischnura denticollis
Anax junius. Es la especie de mayor tamaño de la REPSA
(68-80 mm) (Needham et al., 2000). Presenta un dimorfismo sexual poco acentuado, ambos sexos tienen el
tórax color verde y la cara verde amarillento. El abdomen del macho tiene áreas azules más extensas que el
de la hembra. Sólo se recolectó un macho en agosto de
2007 en la Cantera Oriente posado en la vegetación a
la orilla de uno de los caminos y alejado unos metros
del agua. Otro individuo fue observado y fotografiado
cuando se encontraba posado en la vegetación del
Jardín Botánico lejos del agua (Fig. 2). Dado lo anterior,
se puede catalogar como rara en la REPSA, al menos en
la época de observación.
215
Libélulas
González-Soriano y Barba
la cópula se prolonga; además, comienzan a frotar
el abdomen del macho con sus patas para indicarle
quizás la finalización de la misma. La oviposición se
lleva a cabo de manera solitaria por las hembras y
se hace generalmente en las hojas de tule y en sitios resguardados de la orilla de los lagos. El tiempo
de oviposición de las hembras fue de 7.50 ± 6.51
min (N = 11); en una ocasión una hembra que se
encontraba ovipositando rechazó con éxito ocho
intentos que hicieron los machos de retomarla.
En sitios alejados del agua se observan con cierta
frecuencia individuos de esta especie formando
pequeños grupos dedicados a la alimentación. Estos lugares pueden estar cubiertos de vegetación
natural o inclusive en los estacionamientos de
Ciudad Universitaria. En estos lugares los individuos se
congregan en un área particular y siguen una trayectoria elipsoidal comportándose como pequeños halcones
que capturan sus presas en vuelo.
FIG. 2. Macho de Anax junius posado en la vegetación
Rhionaeschna multicolor. Es la especie que le sigue en
tamaño y corpulencia a A. junius (machos y hembras:
68-72 mm) (Needham et al., 2000) y quizás una de las
más llamativas dentro de la REPSA, tanto por su tamaño
como por su abundancia y actividad. Exhibe un marcado dimorfismo sexual: los machos son de color pardo
oscuro con áreas de color azul intenso mientras que las
hembras son de color pardo claro con áreas pálidas de
color verde. En la REPSA es una de las especies más comunes en los lagos de La Cantera Oriente. En este sitio
los machos patrullan la orilla de los cuerpos de agua,
entre la vegetación emergente de los tules (Typha latifolia), buscando hembras solitarias que se encuentren
en proceso de oviposición. Los machos muestran un
comportamiento agresivo hacia otros machos coespecíficos y las interacciones agonísticas son muy comunes
e intensas. La cópula ocurre cuando las hembras son
sorprendidas ovipositando en las hojas caídas del tule,
en cuyo caso son retomadas por los machos que patrullan el área. La cópula se lleva a cabo cuando la pareja se
posa en la vegetación en algún sustrato vertical, como
pueden ser en las hojas de tule o las ramas de los árboles que crecen a la orilla de los lagos. Algunas cópulas
de esta especie fueron muy prolongadas y la duración
de la misma muestra mucha variación, el rango oscila
entre los 22 s y los 8 min 32 s (promedio: 2.75 min ± 2.98
min; N = 14). Hacia el final de la cópula se observó en
diferentes ocasiones que las hembras realizan una vibración de sus alas que se hace más intensa conforme
Rhionaeschna psilus. Especie neotropical con 58-60
mm de longitud (machos y hembras) (Needham et al.,
2000) y de hábitos similares a R. multicolor. Se le observó
en sitios sombreados a la orilla de los lagos en la Cantera
Oriente. Las hembras usan como sitios de oviposición
las hojas de Typha latifolia. Se observó una oviposición
de esta especie que tuvo una duración de 34.5 min. Rara
en la REPSA.
Erythemis plebeja. Especie neotropical de tamaño mediano (machos y hembras: 42-47 mm) (Needham et al.,
2000). Muestra un dimorfismo sexual moderado: los
machos son color pardo obscuro mientras que las hembras son de color pardo claro. Es una especie de aguas
quietas considerada de tipo “perchador”. En un estudio
previo de su ecología de la conducta, De Marco et al.
(2002) encontraron seis diferentes fases en su comportamiento reproductivo. Inicia cuando el macho localiza
a la hembra mientras patrulla y la hembra percha; la
cópula se lleva a cabo en un principio en el aire y pasado un tiempo sigue cuando la pareja se posa, aunque
su duración es de tan sólo 48-49 s. Una vez concluida la
cópula, el macho busca un sitio de oviposición y la hembra puede quedarse perchada o seguir al macho; cuando
éste encuentra un sitio adecuado simula el movimiento
de oviposición, a veces tocando el agua (en ocasiones
puede suceder que el macho sea depredado por ranas
216
Diversidad biológica e inventarios
Micrathyria sp. Es un género de libélulas neotropicales
de tamaño pequeño a mediano (que va desde los 28- 41
mm) (Needham et al., 2000). La cabeza y especialmente
los ojos en alguna de sus especies son de color verde
brillante, el abdomen es de color gris-azulado con una
mancha verde pálido característica en el segmento abdominal 7. Se observó a un individuo de este género en
la Cantera Oriente (H. Barba, obs. pers.), pero su identidad específica se desconoce aunque quizás se trate de
Micrathyria aequalis. Muy probablemente su presencia
en la REPSA fue accidental.
mientras simula la oviposición); después se acerca a la
hembra y la conduce al sitio elegido y la hembra comienza a ovipositar sola de manera exofítica, tocando
repetidamente el agua con la punta de su abdomen,
mientras el macho hace movimientos de vigilancia sin
contacto, volando sobre ella. También encontraron
que las hembras pueden ovipositar solas sin el macho
cerca, pero lo hacen en áreas no definidas. Es escasa y
en la Cantera Oriente, preferentemente se le observa
en una sección de uno de los lagos que se encuentra casi permanentemente cubierta de la lemnácea
Wolffiella lingulata.
Orthemis ferruginea. Especie neotropical de tamaño
mediano (machos y hembras: 52-55 mm) (Needham et
al., 2000). Posee un marcado dimorfismo sexual: los machos tienen un color rosado encendido mientras que las
hembras son de color pardo. Al igual que otros libelúlidos, es una especie típicamente oportunista que acude
a colonizar casi de inmediato cualquier nuevo cuerpo
de agua que se abra por efecto de las lluvias. En la Cantera Oriente se observó su conducta reproductiva en un
charco temporal que se formó por una lluvia torrencial
previa. Es una especie escasa en la localidad de estudio.
Aunque no se observó actividad reproductiva, la cópula
la lleva a cabo en el aire y tiene una duración muy breve
(1 min en promedio). La oviposición es exofítica, y ocurre
generalmente a la orilla de los cuerpos de agua con la
hembra viendo hacia ésta. Cada vez que la hembra toca
el agua con su abdomen, lanza una pequeña gota de
agua hacia la orilla (Novelo-Gutiérrez y González-Soriano, 1984).
Erythemis vesiculosa. Especie tropical de tamaño grande
(machos y hembras 56-59 mm) (Needham et al., 2000)
con un dimorfismo sexual ligero. Ambos sexos presentan el cuerpo de color verde brillante. Es una especie
rara en la localidad de estudio y no se observó actividad
reproductiva dentro de la REPSA. En otras localidades
de México las hembras ovipositan solas, tocando con su
abdomen el agua y dejando caer masas de huevos (E.
González, obs. pers.)
Libellula saturata. Esta es una especie habitante de
cuerpos de agua de tipo lótico como arroyos y ríos. Existe
un registro histórico de ella para Ciudad Universitaria del
3/5/1984 (Mendoza-Trejo, 1988). Por las características
de hábitat anteriormente descritas es muy probable
que no sea una especie residente dentro de la REPSA.
Macrothemis pseudimitans. Es una especie neotropical.
Al igual que la especie anterior es habitante común de
arroyos y ríos en regiones de menor elevación. Existe un
registro histórico de ésta para la Ciudad Universitaria del
12/6/1982 (Mendoza-Trejo, 1988). Es poco probable que
sea residente de la REPSA por las condiciones de hábitat
anteriormente descritas.
Pantala flavescens. Especie de tamaño mediano
(machos y hembras de 47-50 mm) (Needham et al.,
2000). Es cosmopolita, pues se encuentra tanto en
zonas templadas como cálidas y que en ocasiones
efectúa migraciones masivas en Norte América
(Dunkle, 2000). Es fácil de identificar en el campo por
la coloración amarillenta que tienen tanto los machos
como las hembras. En ocasiones se observó a hembras
intentando ovipositar sobre el cofre o el techo de autos
estacionados en Ciudad Universitaria (E. González, obs.
pers.). Es escasa en la localidad.
Miathyria marcella. Especie neotropical de tamaño
pequeño a mediano (machos y hembras: 37-40 mm)
(Needham et al., 2000). Es una especie que no presenta
un dimorfismo sexual marcado. A diferencia de las dos
especies anteriores, es un habitante de aguas lénticas
(estanques, lagos y lagunas), y comúnmente prefiere sitios en donde existe vegetación flotante como los lirios
(Eichhornia). Es una especie rara en la REPSA.
Pseudoleon superbus. Es una especie inconfundible por
el patrón de manchas oscuras que presenta en ambos
pares de alas y por poseer en los ojos compuestos un
patrón de bandas oscuras y claras intercaladas. Es más
217
Libélulas
González-Soriano y Barba
común en sitios de menor altitud en donde se le
observa en lugares someros de arroyos y ríos. En
estos sitios los machos patrullan zonas con remansos e interactúan agresivamente con otros machos.
Muy probablemente no es residente de la REPSA
por las condiciones de hábitat anteriormente señaladas. El único reporte de esta especie proviene
de 12/6/1982 (Mendoza-Trejo, 1988).
Sympetrum corruptum. Libélula de tamaño mediano (machos y hembras: 39-42 mm) distribuida
en zonas templadas (Needham et al., 2000). Los
machos tienen el abdomen de color pardo-rojizo y
los apéndices caudales de color negro. Los machos
se posan con cierta frecuencia sobre el suelo (Fig.
4), aunque también pueden usar sitios de percha
elevados a la orilla de los cuerpos de agua, como la
especie anterior. Al igual que S. illotum es una especie territorial. La cópula tuvo una duración de 2.66
min (N = 2) (Fig. 3). La oviposición es en tándem y
se lleva a cabo en zonas someras en donde la vegetación emergente es escasa o baja (p. ej., áreas con
pasto inundadas recientemente). A diferencia de la
especie anterior, el macho puede soltar a la hembra casi al final de la oviposición y ésta continúa
ovipositando sola por 1.04 min (N = 3). Se han visto
emergencias masivas de esta especie en una fuente
localizada afuera del área de seminarios del Jardín
Botánico (Fig. 5). Se observaron individuos de esta
especie lejos del agua posados en sitios poco convencionales como por ejemplo, en las antenas de
los automóviles. Es medianamente abundante en
la REPSA en donde, al parecer, vuela de finales del
verano hasta finales del otoño.
FIG. 3. Cópula de Sympetrum illotum
FIG. 4. Macho de Sympetrum corruptum posado en el suelo
Sympetrum illotum. Especie de tamaño mediano (machos y hembras: 38-40 mm) (Needham et al., 2000). Los
machos de esta especie se reconocen por el color rojo
encendido de su abdomen. Los machos muestran un
comportamiento territorial y defienden áreas próximas
a sus sitios elevados de percha. El tiempo de cópula es
de 2.59 minutos (N = 2) (Fig.3). La hembra deposita los
huevos exofíticamente asistida por el macho quien la
resguarda en posición de tándem por 1.66 ± 0.94 min,
(N = 13). La pareja lleva a cabo este proceso en vuelo y
al final ambos se separan y se alejan del sitio. Es abundante en la REPSA.
Tramea onusta. Libélula de tamaño grande (machos y
hembras: 41-49 mm) y vuelo potente (Needham et al.,
2000). Se le encuentra generalmente en aguas lénticas
(estanques, lagunas y lagos). Los individuos de esta especie presentan manchas rojas o cafés características en
la base de las alas. En la Cantera Oriente se le observó
cazando insectos en vuelo. En sitios más tropicales ocasionalmente forma grupos poliespecíficos con individuos de los géneros Pantala y Miathyria (González-Soriano,
1997). Se capturó un par de individuos posados sobre
pequeños árboles de Salix. Es escasa en la REPSA.
218
Diversidad biológica e inventarios
donde viven regularmente. Las otras dos (A. grandis y L. alacer) es posible que aún pudieran ubicarse
en alguna época del año dentro de la REPSA.
Es notable observar que sólo cuatro de las especies
de la REPSA pertenecen al suborden Zygoptera. Las
restantes 15 corresponden al suborden Anisoptera
y dentro de éste último, 12 corresponden a
miembros de la familia Libellulidae. Este sesgo no
es sorprendente, ya que los libelúlidos (junto con
los Coenagrionidae) son uno de los grupos más
diversos de los actuales Odonata y, además, muchas
de sus especies actúan como colonizadoras y tienen
una amplia distribución. La escasez de zigópteros en
la REPSA es debida, quizás en parte, a la carencia de
cuerpos de agua de tipo corriente, lo cual incidiría
al menos en el género Argia, uno de los géneros que
tiene un mayor número de especies en este tipo de
hábitats en otras localidades de México.
FIG. 5. Emergencia masiva de S. corruptum en una fuente del
Jardín Botánico
Las libélulas son un grupo de insectos depredadores
que no dependen de las plantas desde un punto de vista
trófico, como ocurre con otros insectos. Sin embargo,
ellas pueden usar las plantas para otros fines, como por
ejemplo como sitios de crianza para las larvas (p. ej. las
que viven en fitotelmata) o para la oviposición, sitios
de descanso o para la selección de hábitat de adultos
(Buchwald, 1992; Corbet, 1999; Paulson, 2006). Para el
caso específico de las libélulas, la vegetación de la REPSA
puede servir para diversos fines como por ejemplo como
sitios de descanso temporal para adultos (Fig. 2), como
sitios de descanso nocturno (ver Fig. 6), o como sitios
de percheo temporal (p. ej., para vigilancia territorial en
el caso de los machos). Además, la vegetación terrestre
puede ser un factor que concentre presas potenciales
(p. ej., plantas en floración que atraen polinizadores)
sobre las que los grupos de libélulas se concentren. Por
otro lado, diversas plantas acuáticas o semiacuáticas
pueden ser el sustrato en donde las hembras depositen
sus huevos (p. ej., el mencionado caso de las hojas de
Typha latifolia en donde ovipositan las hembras de R.
psilus y R. multicolor), o de donde emerjan los adultos del
agua. Asimismo, para el caso de las larvas, la vegetación
sumergida puede ayudar a ocultarlas de la vista de sus
presas o como sitios de percheo desde donde pueden
atrapar a éstas en su paso.
Discusión
La REPSA tiene una gran relevancia desde el punto de
vista biológico por poseer elementos únicos de la flora y fauna mexicanas (Rojo, 1994). Por estar dentro del
área metropolitana de la Ciudad de México, el estudio
de los organismos acuáticos que ahí habitan adquiere
gran importancia, ya que nos podría ayudar a entender
la manera de como estos organismos se han adaptado
a las condiciones ambientales críticas de esta metrópoli,
en donde la mayoría de los hábitats acuáticos naturales se han extinguido o están en avanzado proceso de
degradación. Con dicha información se podrían llevar a
cabo acciones enfocadas a la conservación y al manejo
de dichas especies.
La fauna de Odonata de la REPSA está constituida por 19
especies pertenecientes a 11 géneros y cuatro familias.
Esta riqueza representa alrededor de 47.5% de todas las
especies (40) reportadas para el DF (González-Soriano
y Novelo-Gutiérrez, 2007). Cinco especies provienen
de registros históricos (Mendoza-Trejo, 1988; MendozaTrejo y González-Soriano, 1989) y tres (L. saturata, M.
pseudimitans y P. superbus) son especies cuya captura
dentro de la REPSA con cierto grado de certeza, fue
quizás accidental por las condiciones de hábitat en
219
Libélulas
González-Soriano y Barba
FIG. 6. Hembra de S. corruptum semicongelada en su percha
de descanso nocturno (Foto: M. A. Gurrola)
Agradecimientos
Deseamos expresar nuestro agradecimiento al Dr. Antonio Lot por invitarnos a participar en este proyecto. El Dr. Zenón Cano-Santana hizo importantes comentarios que mejoraron considerablemente la versión final de este capítulo.
Al Biól. Óscar Hernández y al M. en C. Pedro Ramírez por su ayuda invaluable en la identificación de la vegetación
acuática. Al Biól Francisco Martínez Pérez por su amistad y por el apoyo logístico ofrecido. A Marco Antonio Gurrola
por habernos permitido usar alguna de las fotos que aquí se presentan y a Daniela Ruiz Silva por habernos permitido
usar una de sus figuras.
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221
Libélulas
González-Soriano y Barba
Apéndice 1. Lista de especies de Odonata de la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (incluyendo registros
históricos *)
Suborden Zygoptera
Familia Lestidae
Archilestes grandis (Rambur,1842) (*)
Lestes alacer Hagen, 1861 (*)
Familia Coenagrionidae
Enallagma praevarum (Hagen,1861)
Ischnura denticollis (Burmeister,1839)
Suborden Anisoptera
Familia Aeshnidae
Anax junius (Drury, 1770)
Rhionaeschna multicolor (Hagen, 1861)
Rhionaeschna psilus (Calvert, 1947)
Familia Libellulidae
Erythemis plebeja (Burmeister, 1839)
Erythemis vesiculosa (Fabricius, 1775)
Libellula saturata Uhler, 1857 (*)
Macrothemis pseudimitans Calvert, 1908 (*)
Miathyria marcella (Selys in Sagra, 1857)
Micrathyria sp. Kirby, 1889
Orthemis ferruginea (Fabricius, 1775)
Pantala flavescens (Fabricius, 1798)
Pseudoleon superbus (Hagen, 1861) (*)
Sympetrum illotum (Hagen,1861)
Sympetrum corruptum (Hagen, 1861)
Tramea onusta Hagen, 1861
222
Diversidad biológica e inventarios
Apéndice 2. Clave para la separación de familias, géneros y especies de libélulas de la Reserva Ecológica del Pedregal
de San Ángel (Adaptado de González-Soriano y Barba-Medina, 2007, ver Fig. 7)
1. Individuos de cuerpo delicado; alas anteriores y
posteriores similares en tamaño y forma; cuando
están en reposo las alas permanecen plegadas
longitudinalmente al eje del abdomen o parcialmente
abiertas; ojos separados y dispuestos lateralmente;
machos con 4 apéndices abdominales cuadales..............
………………………………………………… Zygoptera
y el abdomen de color azul intenso; R3 en el ala posterior
originándose de la cuarta vena transversal postnodal .....
.................................................
Enallagma prevarum
1’ Tamaño del cuerpo menor (machos 22-26 mm y 2326 hembras). Machos con el dorso del tórax de color
negro sólido y con el abdomen de color negro, con
solo la parte distal de color azul; R3 en el ala posterior
originándose en o cerca de la tercera vena transversal
postnodal………………….......
Ischnura denticollis
1’ Individuos de cuerpo más robusto; cuando están
en reposo las alas permanecen abiertas en forma
perpendicular al eje del cuerpo; alas posteriores mas
anchas en la base que las anteriores; ojos dorsalmente
juntos y situados frontalmente; machos con 3 apéndices
abdominales caudales; en reposo permanecen con las
alas abiertas …………….............................
Anisoptera
Suborden Anisoptera
1 Ojos compuestos unidos solo por una distancia corta
en la parte dorsal; alas posteriores con el asa anal bien
desarrollada y en forma de “pie”…………………………
……………………………………….......
Libellulidae
Suborden Zygoptera
1 R4+5 se origina mas cerca del árculo que del nodo; en
reposo mantienen las alas entreabiertas ………………...
............................................................................
Lestidae
1’ Ojos compuestos unidos por una distancia considerable en su parte dorsal formando una “comisura” ocular; ala posterior con el asa anal poco desarrollada y sin
forma de “pie”…………………………..
Aeshnidae
1’ R4+5 se origina mas cerca del nodo que del árculo; en
reposo mantienen las alas cerradas ......................................
................................................................
Coenagrionidae
Familia Aeshnidae
1 Individuos con el pterotórax verde uniforme en ambos sexos, machos con las alas posteriores sin un ángulo
anal y sin triángulo anal; mancha oscura de la frente semiovalada………………………………
Anax junius
Familia Lestidae
1 Lado interno del cuadrilátero del ala anterior de casi la
mitad de largo que el del lado posterior; R2+3 se bifurca
a mas de dos celdas después del nodo; ala posterior de
35 mm de largo o más………….. Archilestes grandis
1’ Individuos con el pterotórax de color pardo oscuro
con bandas pálidas; machos con las alas posteriores con
un ángulo anal y con triángulo anal; mancha oscura de
la frente en forma de “T”………… Rhionaeschna ...... 2
1’ Lado interno del cuadrilátero del ala anterior de un
tercio o menos de largo que el del lado posterior; R2+3
se bifurca a menos de dos celdas después del nodo; ala
posterior de menos de 30 mm de largo …….......................
....................................................................
Lestes alacer
2(1’) Individuos de talla mayor (68-72 mm); machos con
el esternón de los segmentos abdominales 9-10 de color
pardo claro........................... Rhionaeschna multicolor
2’ Individuos de menor talla (58-60 mm); machos con
una mancha de color azul brillante en el esternón de los
segmentos abdominales 9-10 .................................................
......................................................
Rhionaeschna psilus
Familia Coenagrionidae
1 Individuos con tamaño de cuerpo (mm) de 27-34.5
para machos y 26-35 para hembras. Machos con el tórax
223
Libélulas
González-Soriano y Barba
Familia Libellulidae
6(5’) En ambos sexos, la base de las alas posteriores con
una banda transversal basal ancha, de color pardo oscuro que llega hasta el nivel del triángulo. Alas anteriores
con 4 hileras de celdas en el espacio trigonal .....................
..................................................................
Tramea onusta
1 Alas con manchas oscuras en cada una de las venas
antenodales y con un patrón de manchas característico …….……..………………
Pseudoleon superbus
1’ Alas sin un patrón de manchas como el arriba descrito
…………………………..................................................... 2
6’ En ambos sexos, la base de las alas posteriores con
una banda transversal basal mas angosta, de color pardo oscuro que no llega hasta el nivel del triángulo. Alas
anteriores con 2-3 hileras de celdas en el espacio trigonal …………………………….....
Miathyria marcella
2(1’) Alas con mas de una vena transversal en el puente
…………...………………................................................... 3
2’ Alas con una sola vena transversal en el puente ……
………………...…………................................................... 4
3(2) Alas con dos venas transversales en el puente, ambos sexos con un par de manchas dorsales verdosas
en el dorso del segmento abdominal 7; costa hialina
……………………...…………………… Micrathyria sp
7(4’) Individuos con un pterostigma muy largo abarcando 4 o mas venas transversales debajo de él; machos con
un cuerpo de color “magenta”; hembras con expansiones laterales semicirculares en el segmento abdominal
8 ....................................................... Orthemis ferruginea
7’ Individuos con pterostigma más corto; machos con
una coloración variada; hembras sin expansiones laterales en el segmento abdominal 8 …................................ 8
3’ Alas con varias venas transversales en el puente; ambos sexos sin manchas verdosas en el segmento abdominal 7; costa con una franja amarilla-anaranjada a todo lo
largo de ella ……………………… Libellula saturata
8(7’) Individuos con 6-7 celdas paranales antes del subtriángulo en las alas anteriores ....................................... 9
4(2’) Individuos con las alas posteriores muy expandidas en su base, con al menos 5 hileras de celdas entre la vena A2 y el ángulo anal del ala; pterostigmas
trapezoidales con los lados proximal y distal no paralelos……………………..................................................... 5
8’ Individuos con 5 celdas paranales antes del subtriángulo en las alas anteriores .........................................................
............................................................... Sympetrum ............ 11
9(8) Meso y metafémur cada uno con 3 espinas grandes
en su parte apical; segmentos abdominales 7-9 de forma
normal …………....……………… Erythemis ……… 10
4’ Individuos con las alas posteriores no tan expandidas
en su base como arriba y con no mas de 4 hileras
de celdas entre la vena A2 y el ángulo anal del ala;
pterostigmas usualmente con los lados proximal y distal
paralelos ……………… ……………………………
7
9’ Meso y metafémur cada uno con espinas que incrementan gradualmente su tamaño hacia su parte
distal; segmentos abdominales 7-9 ensanchados
………………………...
Macrothemis pseudimitans
5(4) Coloración de la cara, tórax y abdomen amarillento
o amarillento rojizo; venas R3 e IR3 fuertemente onduladas; alas posteriores con 2 venas transversales cubitoanales ................................................
Pantala flavescens
10(9) Individuos de talla grande (56-59 mm); ambos
sexos de color verde pálido brillante .....................................
.........................................................
Erythemis vesiculosa
5’ Coloración de la cara, tórax y cuerpo no como arriba;
venas R3 e IR3 no tan onduladas, alas posteriores con
una vena transversal cubitoanal …………................. 6
10’ Individuos de talla menor (42-47 mm); hembras de
color pardo claro y de color pardo oscuro o completamente negro en los machos ……... Erythemis plebeja
224
Diversidad biológica e inventarios
11(8’) Alas hialinas en su base; usualmente 7 venas transversales antenodales en las alas anteriores, 5 en las posteriores; patas principalmente oscuras .................................
.....................................................
Sympetrum corruptum
11’ Alas con bandas pardo-rojizas en su base, usualmente 8-9 venas transversales antenodales en las alas
anteriores; con 6-7 en las posteriores; patas de color pálido ……………………………… Sympetrum illotum
(a)
(b)
FIG. 7. Alas de odonatos (a) Zygoptera, (b) Anisoptera; C, costa; Sc, subcosta; R+M, radial+media; R1, primera radial; Rs, sector radial;
R2, segunda radial; IR2a, segunda radial intercalar; R3, tercera radial; Rspl, suplemento radial; R4+5, cuarta y quinta radial, MA, medial anterior;
Mspl, suplemento medial; CuP, cubital posterior; A, anal; A1, primera anal; A1a, primera anal accesoria (ala posterior); Aspl, suplemento anal;
A2, segunda anal; Ax, antenodales; Px, postnodales; N, nodo; sn, vena transversal subnodal; arc, arculus; bcv, vena transversal del puente;
cu-a; vena transversal cubito anal; o, vena transversal oblicua; t, triángulo; st, subtriángulo; ht, supratriángulo; df, campo discoidal; m, celda
media; al, asa anal; heel, talón del asa anal; AF, campo anal (ala posterior); Pt, pterostigma; mb, membránula; an, celda antenodal; q, celda del
cuadrilátero; sq, celda del subcuadrilátero; vs, venas suplementarias.
225
Diversidad biológica e inventarios
Thysanoptera
Roberto M. Johansen-Naime y Aurea Mojica Guzmán
Colección de Thysanoptera, Colección Nacional de Insectos,
Departamento de Zoología, Instituto de Biología
Universidad Nacional Autónoma de México
[email protected]
Introducción
Resultados y discusión
Los antecedentes del conocimiento de los trips o tisanópteros del Pedregal de San Ángel son los múltiples
trabajos de Johansen, (1974a, 1974b, 1976, 1977, 1978a,
1978b, 1980, 1983, 1987, 2000), así como el de Johansen
y Mojica (2003) en los que han descrito numerosas especies típicas de este ecosistema. Otro trabajo es la tesis de
licenciatura Mendieta-Sevilla (1981), el cual ha servido
de base importante de la información entomológica y
de plantas hospederas para el presente trabajo.
Listado de trips
A la fecha se conocen 44 especies de tisanópteros. A
continuación se presenta la lista taxonómica.
Suborden Terebrantia
1. Anaphothrips nanus Hood
2. Bregmatothrips difficilis Johansen
3. Chirothrips falsus Priesner
4. Exophthalmothrips chiapensis Johansen
5. Exophthalmothrips fulvipennis Moulton
6. Frankliniella axochcoglabra Johansen y Mojica
7. Frankliniella borinquen Hood
8. Frankliniella brunnea Priesner
9. Frankliniella brunnescens Priesner
10. Frankliniella bruneri Watson
11. Frankliniella carmenmendietae Johansen (Fig. 1)
12. Frankliniella copilcoensis Johansen
13. Frankliniella dubia Priesner
14. Frankliniella fallaciosa Priesner
15. Frankliniella fortissima Priesner
16. Frankliniella gossypiana Hood
17. Frankliniella insularis (Franklin)
18. Frankliniella minuta (Moulton)
19. Frankliniella rostrata Priesner
20. Frankliniella spinosa Moulton
21. Frankliniella symphoricarpae Johansen & Mojica
22. Frankliniella simplex Priesner
23. Frankliniella occidentalis (Pergande)
24. Kurtomathrips anahuacensis Johansen (Fig. 2)
25. Leucothrips furcatus Hood
26. Plesiothrips tricolor Johansen (Fig. 3)
En este trabajo se busca dar a conocer el censo
actualizado tanto taxonómica como ecológicamente
de los insectos tisanópteros en la zona de la Reserva
Ecológica del Pedregal de San Ángel.
Materiales y método
Todos los ejemplares de tisanópteros utilizados en el presente estudio, proceden de la Colección de Thysanoptera
en la Colección Nacional de Insectos, del Departamento
de Zoología, Instituto de Biología de la, Universidad Nacional Autónoma de México (IBUNAM). Las fotomicrografías
fueron hechas con un equipo especial de microscospía
digitalizada.
227
Thysanoptera
Johansen-Naime y Mojica
27. Neohydatothrips rapoporti Johansen (Figs. 4 y 5)
28. Neohydatothrips signifer (Priesner) (Figs. 6 y 7)
29. Neohydatothrips variabilis (Beach)
30. Thrips australis (Bagnall)
31. Thrips tabaci Lindeman
(R.M. Johansen), en IBUNAM: Idem, 19-VIII-1974, 4 ff
macrópteras, 1 f braquíptera, 2 dd braquípteros, en
follaje de varios pastos, principalmente Muhlenbergia
sp. (R.M. Johansen), en IBUNAM.
Género Exophthalmothrips Moulton, 1933
Sinónimo de Frankliniella Karny, 1910 por Mound &
Marullo, 1996; revalidación genérica
por Retana-Salazar, 1998.
Suborden Tubulifera
32. Adraneothrips fuscicollis Hood
33. Apterygothrips nakaharai Johansen y Montes de Oca
34. Eurythrips ampliventralis Hinds
35. Compsothrips dampfi (Priesner)
36. Karnyothrips minimus (Johansen) (Fig. 8)
37. Leptothrips costalimai (Johansen) (Figs. 9)
38. Leptothrips mcconnelli (D. L. Crawford)
39. Leptothrips papago Hood
40. Gastrothrips anahuacensis Johansen
41. Gastrothrips terrestris (Priesner)
42. Holothrips anahuacensis Johansen & Mojica
43. Gynaikothrips ficorum (Marchal)
44. Torvothrips tremendus (Johansen)
E. chiapensis Johansen, 1981
Material examinado. México; Distrito Federal: Ciudad
de México, Pedregal de San Ángel, 2542 m. 26-VI-1977,
3 ff en Lamourouxia sp. (M.C. Mendieta), en IBUNAM;
Idem, 5-IX-1977, 1 d en Bouvardia ternifolia (M.C.
Mendieta), en IBUNAM; Idem et Ibidem, 3-X-1977, 1 f en
B. ternifolia (M.C. Mendieta), en IBUNAM.
E. fulvipennis Moulton, 1933
Ejemplares revisados y plantas hospederas
Material examinado. México; Distrito Federal: Ciudad
de México, Pedregal de San Ángel, 2542 m. 26-VI-1977,
1 d en Lamourouxia sp, (M.C. Mendieta), en IBUNAM;
Idem et Ibidem, 24-VII-1977, 1 f en Lamourouxia sp. (M.C.
Mendieta), en IBUNAM; Idem et Ibidem, 14-XII-1977, 1 f
en Lamourouxia sp. (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem,
23-VIII-1977, 1 f en Cuphea aequipetala (M.C. Mendieta),
en IBUNAM Idem, 12-VII-1977, 1 d en Bouvardia ternifolia
M.C. Mendieta), en IBUNAM.
A continuación se presenta la relación de los ejemplares
revisados, su ubicación taxonómica detallada y notas
sobre sus plantas hospederas
Orden Thysanoptera Haliday, 1836
Suborden Terebrantia Haliday, 1836
Familia Thripidae Stephens, 1829
Subfamilia Thripinae (Stephen) Karny, 1921
Tribu Thripini Priesner, 1949
Género Anaphothrips Uzel, 1895
Género Frankliniella Karny, 1910
A. nanus Hood, 1941
F. axochcoglabra Johansen y Mojica, 2003.
Material examinado. México; Distrito Federal: Ciudad
de México, Pedregal de San Ángel, 2542 m., 19-VIII1974, 1 d en follaje de varios pastos principalmente
Muhlenbergia sp. (R.M. Johansen), en IBUNAM
Material examinado. México; Distrito Federal: Ciudad
de México, 2542 m. 17-IV-1977, 1 f en Reseda luteola
(M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 20-III-1978 1 f en
Senecio praecox (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 20III-1978, 1 d en Oenothera rosae (M.C. Mendieta), en
IBUNAM.
Género Bregmatothrips Hood
B. difficilis Johansen, 1975
F. borinquen Hood, 1942
Material examinado. Holotipo f macróptera, Alotipo
d braquíptero; paratipos: 7 ff macrópteras, 3 ff
braquípteras y 3 dd braquípteros. México; Distrito
Federal: Ciudad de México, Pedregal de San Ángel,
2242 m. 19-IV-1974, en macollos secos de Bouteloua sp.
Material examinado. México; Distrito Federal: Ciudad
de México, Pedregal de San Ángel, 2542 m.17-IV-1978, 1
f en Senecio praecox (M.C. Mendieta), en IBUNAM.
Frankliniella brunnea Priesner, 1932
228
Diversidad biológica e inventarios
Material examinado. México; Distrito Federal: Ciudad
de México, Pedregal de San Ángel, 2542 m. 6-X-1977, 1
d en Tagetes peduncularis (M.C. Mendieta), en IBUNAM.
en IBUNAM; Idem et Ibidem, 26-IX-1977, 1 d en Senecio
praecox (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 22-I-1978 2 ff
en Wigandia urens (M.C. Mendieta), en IBUNAM, Idem, 12VII-1977, 1 f en Bouvardia ternifolia (M.C. Mendieta), en
IBUNAM; Idem, 6-III-1978, 1 f en Stevia rhombifolia (M.C.
Mendieta), en IBUNAM; Idem, 12-VII-1977, d en Geranium
mexicanum (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 14-XII1977, 4 ff en Lamourouxia ternifolia (M.C. Mendieta),
en IBUNAM; Idem, 22-I-1978, 4 ff en Reseda luteola
(M.C. Mendieta), en IBUNAM: Idem, 7-VII-1977, 1 f en
Cassia laevigata (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem,
5-IX-1977, 1 f en Buddleja cordata ssp. cordata (M.C.
Mendieta), en IBUNAM; Idem, 24-VII-1977, 1 f en Milla
biflora (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 24-VII-1977, 1
d en Cuphea sp. (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem,
23-VIII-1977, 1 f en Penstemon campanulatus (M.C.
Mendieta), en IBUNAM; Idem, en Eupatorium amplifolium
(M.C Mendieta), en IBUNAM.
F. brunnescens Priesner, 1932
Material examinado. México; Distrito Federal: Ciudad
de México, Pedregal de San Ángel, 2542 m. 17-IV-1978,
2 ff en Senecio praecox (M.C. Mendieta), en IBUNAM;
Idem et Ibidem, 2-IV-1978, 1 d en Senecio praecox (M.C.
Mendieta), en IBUNAM; Idem, 22-I-1878, 1 f en Reseda
luteola (M.C. Mendieta), en IBUNAM; 7-VIII-1977, 1 f en
Acacia filicoides (M.C. Mendieta), en IBUNAM; 25-II-1978,
1 f en Stevia rhombifolia (M.C. Mendieta), en IBUNAM;
Idem et Ibidem, 6-III-1978, 2 ff en Stevia rhombifolia
(M.C. Mendieta), en IBUNAM.
F. bruneri Watson, 1921
Material examinado. México; Distrito Federal: Ciudad
de México, Pedregal de San Ángel, 2542 m. 4-V-1973,
5 ff, 1 d, 2 larvas en flores de Senecio praecox (R.M.
Johansen), en IBUNAM; Idem et Ibidem, 17-IV-1978, 5 ff,
1 d en S. praecox (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem et
Ibidem, 19-IV-1978, 1 f en S. praecox (M.C. Mendieta), en
IBUNAM; Idem, 2-IV-1978, 1 f en Montanoa tomentosa
(M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 17-IV-1978, 1 f en
Reseda luteola (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 17IV-1978, 1 d en Oenothera rosae (M.C. Mendieta), en
IBUNAM.
F. fallaciosa Priesner, 1933 a.
Material examinado. México: Distrito Federal: Ciudad
de México, Pedregal de San Ángel, 2542 m., 13-VII1975, 1 f en follaje de Quercus sp. (Alfonso N. García),
en IBUNAM; Idem, 5-IX-1977, 13 ff en Buddleja cordata
ssp. cordata (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem et Ibidem,
18-IX-1977, 4 ff 17 dd en B. cordata ssp. cordata (M.C.
Mendieta), en IBUNAM.
F. fortissima Priesner, 1925
F. carmenmendietae Johansen, 2000 (Fig. 1)
Material examinado. Holotipo f. México; Distrito
Federal, Pedregal de San Ángel, 2542 m. 14-XII.1977
en Senecio praecox (M.C. Mendieta), en IBUNAM.
F. copilcoensis Johansen, 2000
Material examinado. Holotipo f, paratipos: 3 ff
en flores de Tagetes peduncularis (M.C. Mendieta), en
IBUNAM.
F. dubia Priesner, 1932
Material examinado. México; Distrito Federal:
Ciudad de México, Pedregal de San Ángel, 2542 m.
2-IV-1978, 1 f en Senecio praecox (M.C. Mendieta),
Fig. 1. Frankliniella carmenmendietae Johansen. Adulto d
229
Thysanoptera
Johansen-Naime y Mojica
Material examinado. México; Distrito Federal: Ciudad
de México, Pedregal de San Ángel, 2542 m. 6-XI-1973, 1
f en Wigandia urens (R.M. Johansen), en IBUNAM.
Idem, 29-X-1973. 1 d en flores de Tagetes triradiata (R.M.
Johansen), en IBUNAM; Idem, 17-XI-1973, 16 ff, 2 dd
en Tithonia tubaeiformis (R.M. Johansen), en IBUNAM;
Idem, 6-XI-1973, 1 f en flores de Wigandia urens (R.M.
Johansen), en IBUNAM; Idem et Ibidem, 1 f en flores de
W. urens (R.M. Johansen), en IBUNAM; Idem, 22-I-1978, 2
dd en Reseda luteola (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem
et Ibidem, 20-III-1978, 1 d en R. luteola (M.C. Mendieta),
en IBUNAM; Idem, 6-X-1977, 1 f en Buddleja cordata ssp.
cordata (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem et Ibidem, 26XI-1977, 1 d en B. cordata ssp. cordata (M.C. Mendieta),
en IBUNAM; Idem et Ibidem, 22-I-1978, 1 f en B. cordata
ssp. cordata (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem et Ibidem,
2-IV-1978, 1 f en B. cordata ssp. cordata (M.C. Mendieta),
en IBUNAM; Idem, 24-XI-1977, 2 ff en Phytolacca
octandra (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 31-X-1977,
7 ff , 2 en Ageratum corymbosum (M.C. Mendieta),
en IBUNAM; Idem et Ibidem, 26-XI-1977, 1 d en A.
corymbosum (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 26-XI1977, 1 f en Lamourouxia tenuifolia (M.C. Mendieta), en
IBUNAM; Idem, 31-X-1977, 1 f en Muhlenbergia robusta
(M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem et Ibidem, 26-XI-1977,
1 f en M. robusta (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 31X-1977, 2 ff en Montanoa tomentosa (M.C. Mendieta),
en IBUNAM; Idem et Ibidem, 26-XI.1977, 4 ff, 8 dd en
M. tomentosa (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 31-X1977, 3 ff en Bouvardia ternifolia (M.C. Mendieta), en
IBUNAM; Idem et Ibidem , 31-XI-1977, 3 ff, 3 dd en B.
ternifolia (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 31-X-1977, 1
f en Rhynchelition roseum (M.C. Mendieta), en IBUNAM:
F. gossypiana Hood, 1936
Material examinado. México; Distrito Federal: Ciudad
de México, Pedregal de San Ángel, 2542 m. en Senecio
praecox (M.C. Mendieta), en IBUNAM.
F. insularis (Franklin, 1908)
Material examinado. México; Distrito Federal: Ciudad
de México, 2542 m. 12-VII-1977, 1 f en Bouvardia ternifolia
(M.C. Mendieta), en IBUNAM.
F. minuta (Moulton, 1907)
Material examinado. México. Distrito Federal: Ciudad
de México, Pedregal de San Ángel, 2542 m. 1-XI-1977, 5
ff, 1 d en Eupatorium amplifolium (M.C. Mendieta), en
IBUNAM; Idem, 22-I-1978, 2 ff, 2 dd en Eupatorium
pygnocephalum (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem et
Ibidem, 25-II-1978, 14 ff, 7 dd en E. pygnocephalum
(M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 6-XI-1973, 2 ff en
flores de Senecio salignus (R.M. Johansen), en IBUNAM;
Idem et Ibidem, 6-XI-1973, 6 ff, 2 dd en flores de S.
salignus (R.M. Johansen), en IBUNAM; Idem et Ibidem,
31-X-1977, 8 ff, 2 dd en S. salignus (M.C. Mendieta),
en IBUNAM; Idem et Ibidem, 12-XI-1977, 26 ff, 2 dd
en S. salignus (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem et
Ibidem, 14-XII-1977, 37 ff, 18 dd en S. salignus (M.C.
Mendieta), en IBUNAM; Idem, 26-XI-1977, 1 f , 1 d en
Senecio praecox (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem et
Ibidem, 20-III-1978, 2 ff en S. praecox (M.C. Mendieta),
en IBUNAM; Idem et Ibidem, 2-IV-1978, 1 f, 2 dd en S.
praecox (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem et Ibidem,
17-IV-1978, 2 ff, 2 dd en S. praecox (M.C. Mendieta),
en IBUNAM; Idem, 4-XII-1973, 4 ff en flores de Stevia
salicifolia (R.M. Johansen), en IBUNAM; Idem et Ibidem,
6-III-1978, 10 ff, 1d en S. rhombifolia (M.C. Mendieta),
en IBUNAM; Idem et Ibidem, 20-III-1978, 5 ff, 1 d en
S. rhombifolia (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 26XI-1977, 4 ff, 1 d en Stevia serrata (M.C. Mendieta),
en IBUNAM; Idem, 31-X-1977, 11 ff, 2 dd en Tagetes
peduncularis (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem et
Ibidem, 12-XI-1977, 3ff, 1 d en T. peduncularis (M.C.
Mendieta), en IBUNAM; Idem et Ibidem, 26-XI-1977, 1
f, 1 d, en T. peduncularis (M.C. Mendieta), en IBUNAM;
F. occidentalis (Pergande, 1895)
Material examinado. México, Distrito Federal: Ciudad
de México, Pedregal de San Ángel, 1542 m. 6-XI-1973,
2 ff en flores de Senecio salignus (R.M. Johansen),
en IBUNAM; Idem, 2-II-1974, 1 f en flores de Senecio
praecox (R.M. Johansen), en IBUNAM. Idem, 20-III-1978,
1 f en flores de S. praecox (M.C. Mendieta), en IBUNAM;
Idem et Ibidem, 2-IV-1978, 4 ff, 4 dd, en S. praecox
(M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 14-XII-1977, 1 f en
flores de Lamourouxia tenuifolia (M.C. Mendieta), en
IBUNAM; Idem, 25-II-1978, 3 ff en Stevia rhombifolia
(M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem et Ibidem, 6-III-1978,
5 ff en S. rhombifolia (M.C. Mendieta), en IBUNAM;
Idem et Ibidem, 20-III-1978, 1 d en S. rhombifolia (M.C.
Mendieta), en IBUNAM; Idem, 25-II.1978, 1 f en Reseda
luteola (M.C. Mendieta), en IBUNAM:
230
Diversidad biológica e inventarios
F. rostrata Priesner, 1932
en IBUNAM; Idem, 11-VII-1979, 1 f en tronco de Schinus
molle (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 23-VIII-1977, 1
f en Bouvardia ternifolia (M.C. Mendieta), en IBUNAM;
Idem, 27-XII-1977, 1 f en Montanoa tomentosa (M.C.
Mendieta), en IBUNAM; Idem, 25-II-1978, 6 ff en Stevia
rhombifolia (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem et Ibidem,
6-III-1978, 12 ff en S. rhombifolia (M.C. Mendieta), en
IBUNAM; Idem, 8-II-1978, 1 f en Reseda luteola (M.C.
Mendieta), en IBUNAM; Idem, 26-XI-1977, 1 f en Lamourouxia ternifolia (M.C. Mendieta), en IBUNAM.
Material examinado. México; Distrito Federal: Ciudad
de México, Pedregal de San Ángel, 2543 m. Idem, 29-XI1973, 1f en Wigandia urens (R.M. Johansen), en IBUNAM,
Idem, 4-XII-1973, 2 ff en inflorescencia de Buddleja
cordata ssp. cordata (R.M. Johansen), en IBUNAM; Idem
et Ibidem, 29-IV-1977, 2 ff, 1 d en Buddleja cordata ssp.
cordata (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem et Ibidem, 5IX-1977, 1 d en B. cordata ssp. cordata (M.C. Mendieta),
en IBUNAM Idem, 23-VIII- 1977, 3 ff, 8 dd en B. cordata
ssp. cordata (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 2-II-1974,
4 ff en flores de Senecio praecox (R.M. Johansen), en
IBUNAM; Idem et Ibidem, 20-III-1978, 2ff, 3 dd en S.
praecox (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem et Ibidem, 29IV-1977, 1 f en S. praecox (M.C. Mendieta), en IBUNAM;.
Idem, 31-X-1977, 1 f en Senecio salignus (M.C. Mendieta),
en IBUNAM; Idem, 20-III- 1978, 3 ff en Stevia rhombifolia
(M.C. Mendieta); en IBUNAM; Idem, 17-IV-1978, 1 d en
Eupatorium cardiophyllum (M.C. Mendieta), en IBUNAM;
Idem, 26-XI-1977, 1 f en Reseda luteola (M.C. Mendieta),
en IBUNAM; Idem, 26-IV-91977, 6 ff,1 d en Montanoa
tomentosa (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem et Ibidem,
2-IV-1978, 7 ff en M. tomentosa (M.C. Mendieta), en
IBUNAM; 18-IX-1977, 2 ff, 1 d en M. tomentosa (M.C.
Mendieta), en IBUNAM; Idem et Ibidem, 6-X-1977, 1 f
en M. tomentosa (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem et
Ibidem, 31-X-1977, 1 f en M. tomentosa (M.C. Mendieta),
en IBUNAM; Idem et Ibidem, 27-XII-1977; 1 f en M.
tomentosa (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 5-IX-1977,
1 d en Cuphea aequifolia (M.C. Mendieta), en IBUNAM;
Idem, 14-XII.1977, 1 f en Lamourouxia ternifolia (M.C.
Mendieta), en IBUNAM.
F. spinosa Moulton, 1936.
Material examinado. México; Distrito Federal: Ciudad
de México, Pedregal de San Ángel, 2542 m. 31-X-1977, 1
f en Muhlenbergia robusta (M.C. Mendieta), en IBUNAM.
F. simplex, Priesner, 1934
Material examinado. México; Distrito Federal: Ciudad
de México, 2542 m. 24-VII-1977, 1 f en Cassia laevigata
(M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 12-XI-1977, 2 ff en
Senecio salignus (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 27XII-1977, 1 f, 1 d en Senecio praecox (M.C. Mendieta),
en IBUNAM; Idem, 4-XII-1977, 1 f en Stevia serrata (M.C.
Mendieta), en IBUNAM; Idem, 8-I-1978, 1 f en Ageratum
corymbosum (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 26-XII1977, 1 d en Phytolacca octandra (M.C. Mendieta), en
IBUNAM; Idem, 25-II-1978, 2 ff en Eupatorium pycnocephalum (M.C. Mendieta), en IBUNAM; 17-IV-1978, 7
ff Idem, en Eupatorium cardiophyllum (M.C. Mendieta),
Fig. 2. Kurtomathrips anahuacensis Johansen. Adulto f
F. symphoricarpae Johansen & Mojica, 2003.
Material examinado. México; Distrito Federal: Ciudad
de México, Pedregal de San Ángel, 2542 m. en Ageratum
corymbosum (M.C. Mendieta), en IBUNAM.
Género Kurtomathrips Moulton, 1927
K. anahuacensis Johansen, 1974 (Fig. 2)
231
Thysanoptera
Johansen-Naime y Mojica
plica por la introducción en varios lugares circundantes
de árboles de Eucalyptus globulus como es el caso de
las áreas urbanizadas de Ciudad Universitaria y de ahí
ocurre la dispersión hacia plantas nativas de la zona de
reserva ecológica del Pedregal de San Ángel.
Material examinado. Distrito Federal: Ciudad de
México, Pedregal de San Ángel, 2542 m. 5-IX-1974, 5ff,
7 dd en inflorescencias de Eucalyptus globulus (R.M.
Johansen), en IBUNAM; Idem et Ibidem, 26-VI-1977, 1
d en E. globulus (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem et
Ibidem, 7-VIII-1977, 3 ff en E. globulus (M.C. Mendieta),
en IBUNAM; Idem et Ibidem, 23-VIII-1977, 3 ff en E.
globulus (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem et Ibidem,
18-IX-1977, 31 ff, 2 dd en E. globulus (M.C. Mendieta),
en IBUNAM;, Idem et Ibidem, 31-X-1977, 40 ff, 3 dd, 1
larva en E. globulus (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem
et Ibidem, 12-XI-1977, 3 ff, 1 larva en E. globulus (M.C.
Mendieta), en IBUNAM; Idem et Ibidem, 26-XI-1977, 1 f,
1 d, 2 larvas en E. globulus (M.C. Mendieta), en IBUNAM;
Idem et Ibidem, 6-III-1978, 14 ff, 4 dd en E. globulus
(M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem et Ibidem, 8-II-1978,
1 f en E. globulus (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem,
22-I-1978, 1 f en Senecio salignus (M.C. Mendieta),
en IBUNAM; Idem, 6-III-1978.8 ff, 2 dd en Senecio
praecox (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem 12-XI-1977, 1
d en Bouvardia ternifolia (M.C. Mendieta), en IBUNAM;
Idem, 22-I-1978, 3 ff en Stevia serrata (M.C. Mendieta),
en IBUNAM; Idem et Ibidem, 14-XII-1977, 1 f en S. serrata
(M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem et Ibidem, 27-XII, 1977,
1f,1 d en S. serrata (M. C. Mendieta), en IBUNAM; Idem et
Ibidem, 22-I-1978, 3 ff, en S. serrata (M.C. Mendieta),en
IBUNAM; Idem, 5-IX-1977, 1 f en Montanoa tomentosa
(M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem et Ibidem ,26-XI-1977,
1 d en M. tomentosa (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem,
7-VIII-1977, 1 f en Buddleja cordata ssp. cordata (M.C.
Mendieta), en IBUNAM; Idem, 5-IX-1977, 1 f, 15 larvas en
Phytolacca octandra (M.C. Mendieta), en IBUNAM).
Fig. 3. Plesiothrips tricolor Johansen. Adulto f
Material examinado. Holotipo f, paratipo f. México;
Distrito Federal: Ciudad de México, Pedregal de San Ángel, 2240 m. 18-IV-1974, en macollos secos de pasto Bouteloua sp. (R.M. Johansen), en IBUNAM.
Género Plesiothrips Hood, 1915
P. tricolor Johansen, 1974 (Fig. 3)
Material examinado. Holotipo f, paratipo f. México;
Distrito Federal: Ciudad de México, Pedregal de San
Ángel, 2240 m. 30-IV-1974, en macollos secos de
Muhlenbergia sp. (R.M. Johansen), en IBUNAM.
Género Thrips Linnaeus, 1758 sensu Nakahara, 1994.
T. tabaci Lindeman 1889.
Isoneurothrips Bagnall, 1915,
sinonimizado por Bhatti, 1980
El “trips de la cebolla”, es una especie muy adaptada al
follaje de Allium cepa y Allium sativus, donde ocurre su
ciclo de vida y en las cuales es una plaga de importancia
agrícola. Al igual que sus plantas hospederas ya mencionadas del género Allium, se originaron en Asia Central. Su introducción humana en México probablemente
ocurrió en el siglo XVI, durante la fundación de la Nueva
T. australis (Bagnall, 1915)
Es una especie de origen australiano e introducida en
México durante el siglo XX, junto con sus plantas hospederas típicas del género Eucalyptus. Su hallazgo en el
Pedregal de San Ángel en otras plantas nativas, se ex232
Diversidad biológica e inventarios
España. Los hallazgos en el Pedregal de San Ángel en
otras plantas es un caso de asilvestramiento.
Material examinado. Distrito Federal: Ciudad de
México, Pedregal de San Ángel, 2542 m. 22-I-1977,2 ff
en Reseda luteola (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem et
Ibidem, 31-X-1977, 1 f en R. luteola (M.C. Mendieta), en
IBUNAM; Idem et Ibidem, 26-XII-1977, 2 ff en R. luteola
(M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem et Ibidem, 8-I-1978,
3 ff en R. luteola (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem
et Ibidem, 22-I-1978, 1 f en R. luteola (M.C. Mendieta),
en IBUNAM; Idem et Ibidem, 25-II-1978, 1 f en R. luteola
(M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem e Ibidem, 20-III-1978,
3 ff en R. luteola (M.C. Mendieta), en IBUNAM;ff, 2IV-1978, 3 ff en R. luteola (M.C. Mendieta), en IBUNAM;
Idem et Ibidem, 17-IV-1978, 3 ff en R. luteola (M.C.
Mendieta), en IBUNAM; Idem et Ibidem, 15-V-1978, 2
ff en R. luteola (M.C. Mendieta), en IBUNAM, Idem,
20-III-1978, 1 f en Senecio salignus (M.C. Mendieta), en
IBUNAM; Idem, 20-III-1978, 3 ff en Senecio praecox
(M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem et Ibidem, 2-IV-1978,
1 f en Senecio praecox (M.C. Mendieta), en IBUNAM;
Idem et Ibidem, 17-IV-1978, 2 ff en S. praecox (M.C.
Mendieta), en IBUNAM; Idem et Ibidem, 15-IV-1977, 1 f
en S. praecox (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 29VIII-1978, 1 f en Phaseolus coccineus (Alfonso Delgado
S.), en IBUNAM; Idem,12-XI-1977, 2 ff en Bouvardia
ternifolia (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 31-X-1977, 1
f en Stevia serrata (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem et
Ibidem, 14-XII- 1977, 1 f en S. serrata (M.C. Mendieta), en
IBUNAM; Idem et Ibidem, 27-XII-1977, 4 ff en S. serrata
(M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem,18-IX-1977, 1 f en
Eupatorium amplifolium (M.C. Mendieta), en IBUNAM;
Idem,23-VIII.1977, 3 ff en Eucalyptus globulus (M.C.
Mendieta), en IBUNAM; Idem, 8-IX-1977, 1 f en Ageratum
corymbosum (M.C. Mendieta), en IBUNAM.
Fig. 4. Neohydatothrips rapoporti Johansen. Adulto f
Tribu Sericothripini Priesner, 1926
Género Neohydatothrips John, 1929 sensu Nakahara, 1988
N. rapoporti Johansen, 1983 (Figs. 4 y 5)
Los numerosos registros obtenidos de esta especie en
follaje de Buddleja cordata ssp. cordata en el Pedregal
de San Ángel, pueden ser indicadores de especialización fitofágica.
Fig. 5. Neohydatothrips rapoporti Johansen. Adulto d
233
Thysanoptera
Johansen-Naime y Mojica
Material examinado. México; Distrito Federal: Ciudad
de México, Pedregal de San Ángel, 2542 m., 4-XII-1973 2
ff en follaje y panícula floral de Buddleja cordata ssp.
cordata (R.M. Johansen), en IBUNAM; Idem et Ibidem,
12-XI-1977 4 ff en Buddleja cordata ssp. cordata
(M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 23-VIII-1977 3 ff
en Buddleja cordata ssp. cordata (M.C. Mendieta), en
IBUNAM; Idem et Ibidem, 5-IX-1977 1 f en B. cordata
ssp. cordata (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem et
Ibidem, 18-IX-1977 1 f, 1 d en B. cordata ssp. cordata
(M.C. Mendieta), en IBUNAM: Idem et Ibidem, 6-X-1977
3 ff en B. cordata ssp. cordata (M.C. Mendieta), en
IBUNAM; Idem et Ibidem, 14-XII-1977 5 ff, 7 dd en B.
cordata ssp. cordata (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem
et Ibidem, 27-XII-1977 24 ff, 9 dd en B. cordata ssp.
cordata (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem et Ibidem, 8I-1978, 57 ff, 15 dd en B. cordata ssp. cordata (M.C.
Mendieta), en IBUNAM; Idem et Ibidem, 22-I-1978. 13
ff, 5 dden B. cordata ssp. cordata (M.C. Mendieta),
en IBUNAM; Idem et Ibidem, 25-II-1978, 9 ff, 1 d, en B.
cordata ssp. cordata (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem
et Ibidem, 17-IV-1978, 2 ff en B. cordata ssp. cordata
(M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem et Ibidem, 21-IV-1978,
5 ff, 1 d en B. cordata ssp. cordata (M.C. Mendieta),
en IBUNAM; Idem, 8-II-1978, 7 ff, 1 d, en Eucalyptus
globulus (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 1 f en
Senecio salignus (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem,
17-IV-1978, 1 f en Senecio praecox (M.C. Mendieta),
en IBUNAM; Idem, 6-III-1976, 4 ff, 1 d en Stevia
rhombifolia (M.C. Mendieta), en IBUNAM. Idem, 31-X1977 1 f en Geranium mexicanum (M.C. Mendieta), en
IBUNAM.
Fig. 6. Neohydatotrhrips signifer (Priesner). Adulto f
N. signifier (Priesner, 1932) (Figs. 6 y 7)
Neohydatothrips aztecus Johansen,
1983 sinonimizado por Mound & Marullo 1996.
Esta especie fue descrita originalmente de ejemplares
recolectados en Senecio salignus, por el Dr. Alfonso
Dampf, de acuerdo con Priesner (1932).
Material examinado. México; Distrito Federal: Ciudad
de México, Pedregal de San Ángel, 2542 m. 2-II-1974 en
follaje de Schinus molle (R.M. Johansen), en IBUNAM;
Idem, 20-III-1978 3 ff, 2 dd en Buddleja cordata ssp.
cordata (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem,10-VI-1977,
1 f,1 d en Eupatorium cardiophyllum (M.C. Mendieta),
en IBUNAM; Idem et Ibidem, 31-X-1977, 1 f en E.
Fig. 7. Neohydatothrips signifer (Priesner). Adulto d
234
Diversidad biológica e inventarios
cardiophyllum (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 26VII-1977, 1 f en Bouvardia ternifolia (M.C. Mendieta), en
IBUNAM; Idem, 18-IX-1977, 1f en Eupatorium amplifolium
(M.C. Mendieta), en IBUNAM: Idem et Ibidem, 26-XI-1977,
1 f en E. amplifolium (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem,
31-X-1977, 4 ff en Senecio salignus (M.C. Mendieta), en
IBUNAM; Idem et Ibidem, 27-XII-1977, 1 f en S. salignus
(M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 6-X-1977, 1 f en
Senecio praecox (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 26XI-1977 1 f en Montanoa tomentosa (M.C. Mendieta), en
IBUNAM; Idem et Ibidem, 27-XII-1977, 1 f en M. tomentosa
(M.C. Mendieta); en IBUNAM; Idem, 5-IX-1977, 1 f en
Geranium mexicanum (M.C. Mendieta), en IBUNAM.
Esta especie fue originalmente descrita de ejemplares
muestreados por el Dr. Alfonso Dampf en Tlalpan, Chapingo, Pedregal, Los Reyes (Estado de México y Desierto
de Los Leones, de acuerdo con Priesner (1925b).
Material examinado. Distrito Federal: Ciudad de
México, Pedregal de San Ángel, 2542 m. en Muhlenbergia
sp. (M.C. Mendieta en IBUNAM; Idem, en Senecio salignus
(M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem en Stevia serrata (M.C.
Mendieta), en IBUNAM.
Suborden Tubulifera Haliday, 1836
Familia Phlaeothripidae, Uzel, 1895
Subfamilia Phlaeothripinae Karny, 1921
Tribu Haplothripini Priesner, 1960
N. variabilis (Beach, 1896)
Género Adraneothrips Hood, 1925
Material examinado. México; Distrito Federal: Ciudad
de México, Pedregal de San Ángel, 2542 m. 4-XII1973, 7 ff, 2 dd, 2 larvas en Eupatorium breviceps
(R.M. Johansen), en IBUNAM; Idem, 31-X-1977, 1 f en
Eupatorium cardiophyllum (M.C. Mendieta), en IBUNAM;
Idem et Ibidem, 22-I-1978, 1f en E. cardiophyllum
(M.C.Mendieta), en IBUNAM; Idem et Ibidem, 8-II-1978,
8 ff, 2 dd en E. cardiophyllum (M.C. Mendieta),
en IBUNAM; Idem et Ibidem, 27-IV-1978, 2 ff en E.
cardiophyllum (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 20III-1978, 1 f en Stevia rhombifolia (M.C. Mendieta),
en IBUNAM; Idem et Ibidem, 2-IV-1978, 2 ff , 1 d en
S. rhombifolia (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 8-II1978, 2 ff en Eucalyptus globulus (M.C. Mendieta), en
IBUNAM; Idem, 26-XI-1977, 1 f en Buddleja cordata ssp.
cordata (M.C. Mendieta), en IBUNAM.
A. fuscicollis Hood, 1925
Material examinado. México; Distrito Federal: Ciudad
de México, Pedregal de San Ángel, 2542 m. 7-VIII-1977, 1
f en Eucalyptus globulus (M.C. Mendieta), en IBUNAM.
Género Apterygothrips Priesner, 1933 sensu
Johansen & Mojica, 1993
A. nakaharai Johansen y Montes de Oca, 1989.
Material examinado. México; Distrito Federal: Ciudad
de México, Pedregal de San Ángel, 2542 m. 18-VII-1979,
1 f en tronco de Schinus molle (H. Rivera), en IBUNAM.
Tribu Dendrothripini Priesner, 1926
Género Karnyothrips Watson, 1924
Género Leucothrips Reuter, O. M. 1904
K. minimus (Johansen, 1974) (Fig. 8)
L. furcatus Hood, 1931
Material examinado. Holotipo d, Alotipo f, paratipos:
2 dd. México; Distrito Federal: Ciudad de México,
Pedregal de San Ángel, 2240 m. 23-IV-1974, en macollos
de pasto Muhlenbergia sp. (R.M. Johansen), en IBUNAM;
Idem, 28-V-1977, 1 f en Buddleja cordata ssp. cordata
(M.C. Mendieta), en IBUNAM.
Material examinado. México; Distrito Federal: Ciudad
de México, Pedregal de San Ángel, 2540 m. 13-II-1980, 1
f en Senecio praecox (H. Rivera), en IBUNAM.
Tribu Chirothripini (Karny) Priesner, 1957
Género Leptothrips Hood, 1909 sensu Johansen 1987.
Género Chirothrips Haliday, 1836 sensu: zur Strassen, 1960.
L. mcconnelli (D. L. Crawford, 1910)
Ch. falsus Priesner, 1925 b.
235
Thysanoptera
Johansen-Naime y Mojica
Material examinado. Distrito Federal: Ciudad de
México, Pedregal de San Ángel, 2240 m. 29-XI-1973, 1 d
en Senecio salignus (R.M. Johansen), en IBUNAM; Idem,
2-II-1974, 1 d en Senecio praecox (R.M. Johansen), en
IBUNAM; Idem et Ibidem, 24-X-1977, 1 f en S. praecox
(M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 24-X-1977, 1 f en S.
praecox (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 2-IV-1978,
1 f en S. praecox (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem,
15-V-1977, 1 d en Buddleja cordata ssp. cordata (M.C.
Mendieta), en IBUNAM; Idem et Ibidem, 18-IX-1977, 1
fen B. cordata ssp. cordata (M.C. Mendieta), en IBUNAM;
Idem, 27-XII-1977, 1 f en B. cordata ssp. cordata M.C.
Mendieta), en IBUNAM; Idem, 8-I-1978, 2 ff en B. cordata
ssp. cordata (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 20-III1978, 2 ff en B. cordata ssp. cordata (M.C. Mendieta),
en IBUNAM; Idem, 2-IV-1978, 1 f, 1 larva II en B. cordata
ssp. cordata (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 15-V-1977,
1f en Muhlenbergia sp. (M.C. Mendieta), en IBUNAM;
Idem et Ibidem, 18-IX-1977, 2 ff en Muhlenbergia
sp. (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 2-IV-1978, 1
f en Muhlenbergia sp. (M.C. Mendieta), en IBUNAM;
Idem, 15-V-1977, en Reseda luteola (M.C. Mendieta), en
IBUNAM; Idem et Ibidem. 2-IV-1978, 2 larva II en R. luteola
(M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 26-VI-1977, 1 d en
Eupatorium cardiophyllum (M.C. Mendieta), en IBUNAM;
Idem et Ibidem, 24-XII-1977, 1 f en E. cardiophyllum
(M.C. Mendieta), en IBUNAM; 27-XII.1977, 1 f en Stevia
serrata (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 27-XII-1977, 1
f en Montanoa tomentosa (M.C. Mendieta), en IBUNAM;
Idem, 2-IV-1978, 1 larva en M. tomentosa (M.C. Mendieta),
en IBUNAM; Idem, 2-IV-1978, 1 f Stevia rhombifolia
(M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 28-V-1978, 1 f en
Eupatorium cardiophyllum (M.C. Mendieta), en IBUNAM;
Fig. 8. Karnyothrips minimus Johansen. Adulto f
L. costalimai (Johansen, 1974) (Fig. 9)
Material examinado. Holotipo f macróptera, Alotipo
d macróptero, México, Distrito Federal: Ciudad de
México, Pedregal de San Ángel, 2542 m. 30-IV-1974, en
follaje verde y seco de Muhlenbergia sp. (R.M. Johansen),
en IBUNAM; Idem, 19-IV-1974, 1 f, 1 d en follaje de
pasto Bouteloua sp. (R.M. Johansen), en IBUNAM; Idem
et Ibidem, 23-IV-1974, 1 d en follaje de pasto Bouteloua
sp. (R.M. Johansen), en IBUNAM; Idem et Ibidem, 30-IV1974, 1 d en follaje de Bouteloua sp. (R.M. Johansen), en
IBUNAM; Idem, 10-VI-1977, 1 f en follaje de Muhlenbergia
sp. (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem, 6-X-1977, 1 d en
follaje de Muhlenbergia sp. (M.C. Mendieta), en IBUNAM;
Fig. 9. Leptothrips costalimai (Johansen). Adulto d
Idem, 30-III-1978, 1 f en follaje de Muhlenbergia sp. (M.C.
Mendieta), en IBUNAM.
L. papago Hood, 1939
Material examinado. México; Distrito Federal: Ciudad
de México, Pedregal de San Ángel, 2542 m. 10-VI-1977,
1f, 1 d en Eupatorium cardiophyllum (M.C. Mendieta),
236
Diversidad biológica e inventarios
en IBUNAM; Idem, 12-VII-1977, 1 f en Senecio salignus
(M.C. Mendieta), en IBUNAM; 6-X-1977, 1 f en Senecio
salignus,1 den Eupatorium amplifolium (M.C. Mendieta),
en IBUNAM; 31-X-1977, 1 f en Senecio salignus (M.C.
Mendieta), en IBUNAM.
1 pupa dentro de agallas de Olliffiella sp. en hojas de Q.
pulchella (R. Mac Gregor y J. Butze), en IBUNAM.
Tribu Glyptothripini Priesner, 1960
Género Eurythrips, Hinds, 1902
E. ampliventralis Hinds, 1902
H. anuahuacensis Johansen & Mojica, 1993
Tribu Docessissophothripini Karny, 1921
Género Holothrips Karny, 1911
Material examinado. Holotipo f macróptero, México;
Distrito Federal: Ciudad de México, Pedregal de San
Ángel, 2542 m. 1-VII-1976, en follaje seco de Eucalyptus
sp. y Schinus molle (R. Medellín), en IBUNAM.
Material examinado. México; Distrito Federal: Ciudad
de México, Pedregal de San Ángel, 2542 m. 7-VIII1977, 1 f en Geranium mexicanum (M.C. Mendieta), en
IBUNAM.
Subfamilia Idolothripinae Bagnall, 1908
Tribu Compsothripini Hood, 1915
Subtribu Compsothripina Karny, 1921
Género Compsothrips Reuter, 1901 sensu Standard, 1976
Oedalothrips Hood, 1916, Sinonimizado por
Mound y Palmer, 1983
Myrmecothrips Watson, 1920. Sinonimizado por
Watson, 1924
Myrmecothrips Priesner, 1925. Sinonimizado por
Hood, 1936.
Formicothris Priesner, 1928. Nombre nuevo para
Myrmecothrips Priesner, ocupado por
Myrmecothrips Watson
Tribu Hoplothripini Priesner, 1927
Género Gynaikothrips Zimmermann, 1900
G. ficorum (Marchal 1908)
El “trips del laurel de Indias” es una plaga natural
(formador de cecidios en las hojas de Ficus retusa donde
ocurre su ciclo de vida completo, desde el huevecillo
hasta los adultos de ambos sexos). Las larvas y adultos
inflingen tantas picaduras en las hojas que provocan
su enrollamiento. El origen del Gynaikothrips y de su
hospedero Ficus retusa está en la India, desde donde fue
llevado paulatinamente hasta el sur de España y de ahí
a Cuba. Su introducción en México debe haber ocurrido
hace 100-200 años.
C. dampfi (Priesner, 1925)
Myrmecothrips dampfi, Priesner, 1925; combinación
genérica nueva, por Hood, 1936
Material examinado. México; Distrito Federal: Ciudad
de México, Pedregal de San Ángel, 2542 m. Campus
de Ciudad Universitaria. 2-VIII-1974, 2 ff, 2 dd, 2
pupas, en follaje de Ficus retusa cv. nitida (William López
Forment), en IBUNAM; Idem, 13-I.1987 11f, 2 dd en
follaje de F. retusa cv. nitida (C. Mendoza), en IBUNAM.
Esta especie fue descrita originalmente de un solo
ejemplar adulto hembra, el Holotipo, recolectado el 25
de febrero de 1924 en Chapingo, Estado de México, por
el Prof. Dr. Alfonso Dampf.
Género Torvothrips Johansen 1977.
Material examinado. México; Distrito Federal: Ciudad
de México, Pedregal de San Ángel, 2240 m. 5-IX-1977, 1
f en Senecio salignus (M.C. Mendieta), en IBUNAM.
T. tremendus (Johansen, 1976)
Rhynchothrips tremendus Johansen, 1976, combinación
en Torvothrips por Johansen, 1980.
Tribu Gastrothripina Priesner, 1961
Género Gastrothrips Hood, 1912
Göetothrips Priesner, 1925 sinonimizado por Johansen,
1978b.
Material examinado. Holotipo f, Alotipo d; paratipos:
2 ff, 4 dd México; Distrito Federal: Ciudad de México,
Pedregal de San Ángel, 2542 m. en el Cerro Zacatetépetl,
15-VII-1971 en ramas y follaje de Quercus pulchella (R.
Mac Gregor), en IBUNAM; Idem, 28-XI.1978 3 ff, 7 dd,
G. terrestris (Priesner, 1925)
Göetothrips terrestris Priesner, 1925, combinación por
Johansen, 1978b
237
Thysanoptera
Johansen-Naime y Mojica
Nesothrips (Gastrothrips) gurdus Johansen, 1974,
sinonimizado por Johansen, 1978b.
hojarasca y Gastrothrips terrestris en macollos secos de
pastos, de acuerdo con Stannard (1968).
Material examinado. Holotipo f áptera, paratipos: 5
ff ápteras de Nesothrips (Gastrothrips) gurdus Johansen,
1974. México; Distrito Federal: Ciudad de México,
Pedregal de San Ángel, 2542 m. 19-IV-1974, en macollos
secos de pasto Bouteloua sp. (R.M. Johansen), en IBUNAM;
Idem, 18-IV-1974, 4 ff ápteras, 2 larvas en pasto seco
Bouteloua sp. (R.M. Johansen), en IBUNAM; Idem, Idem,
30-IV-1974, 1 larva en macollo de pasto Muhlenbergia
sp. (R.M. Johansen), en IBUNAM. Idem, 19-IV-1974, 1 f, 1
larva I, 1 larva II en macollo de pasto Bouteloua sp. (R.M.
Johansen), en IBUNAM; Idem, 30-IV-2004, 1 larva II en
follaje de Muhlenbergia sp. (R.M. Johansen), en IBUNAM;
Idem, 12-VIII-1974, 7 ff, 2 larva I, 4 larvas II en follaje
de Muhlenbergia sp. (R.M. Johansen), en IBUNAM. Idem,
28-V-1977, 2 ff en Buddleja cordata ssp. cordata (M.C.
Mendieta), en IBUNAM; Idem et Ibidem, 26-VI-1977, f en
Muhlenbergia sp. , 1 f en Acacia filicoides (M.C. Mendieta),
en IBUNAM; Idem, 24-VII-1977, 2 ff, 1 larva II en follaje
de Muhlenbergia sp. (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem
et Ibidem, 6-X-1977, 1 larva I en Muhlenbergia sp. (M.C.
Mendieta), en (IBUNAM); Idem, 5-IX-1977, 1 larva II sobre
Calochortus barbatus (M.C. Mendieta), en IBUNAM; Idem,
26-XI-1977, 1 f en Eupatorium pycnocephalum (M.C.
Mendieta). en IBUNAM.
Los trips fitófagos foliares y florales y sus plantas hospederas se presentan en la siguiente lista
I. ANACARDIACEAE.
Schinus molle L.: Frankliniella simplex y Neohydatothrips signifer (Figs.
6 y 7).
II. ASTERACEAE.
Ageratum corymbosum Zucc.: Frankliniella minuta, F. symproricarpae y
Thrips tabaci.
Montanoa tomentosa Cerv.: Frankliniella axochcoglabra, F. bruneri, F.
minuta, F. rostrata, F. simplex, Thrips australis y Neohydatothrips signífer
(Figs. 6 y 7)
Senecio salignus D.C.: Frankliniella dubia, F. minuta, F. occidentalis, F.
rostrata, F. simplex, Thrips australis, T. tabaci, Neohydatothrips rapoporti
(Figs. 4 y 5). , N. signifer (Figs. 6 y 7) y Chirothrips falsus.
Senecio praecox D.C.: F. axochcoglabra, F. borinquen, F. brunnescens,
F. carmenmendietae (Fig. 1), F. dubia, F. gossypiana, F. minuta,
F. occidentalis, F. rostrata, F. simplex, Thrips australis, T. tabaci,
Neohydatothrips rapoporti (Figs. 4 y 5), N. signifer (Figs. 6 y 7) y
Leucothrips furcatus.
Stevia rhombifolia H.B.K.: Frankliniella dubia, F. brunnescens, F. minuta,
F. occidentalis, F. rostrata, Neohydatothrips rapoporti (Figs. 4 y 5) y N.
variabilis.
Stevia salicifolia Cav.: Frankliniella minuta y F. occidentalis.
Stevia serrata Cav.: Frankliniella minuta, F. simplex, Thrips tabaci y
Chirothrips falsus.
Eupatorium amplifolium A. Gr.: Frankliniella dubia, Thrips tabaci y
Neohydatothrips signifer (Figs. 6 y 7).
Eupatorium amplifolium: Frankliniella minuta.
Eupatorium breviceps D. C.: Neohydatothrips variablis.
Eupatorium cardiophyllum: Frankliniella rostrata, F. simplex,
Neohydatothrips signifer (Figs. 6 y 7) y N. variabilis.
Eupatorium pycnocephalum Less.: Frankliniella minuta y F. simplex.
Tagetes triradiata Greenm.: Frankliniella minuta.
Tagetes peduncularis: Frankliniella brunnea, F. copilcoensis y F. minuta.
Tithonia tubaeiformis (Jacq.) Cas.: Frankliniella minuta.
III. CESALPINIACEAE
Cassia laevigata Willd.: Frankliniella dubia y F. simplex.
IV. FABACEAE
Phaseolus coccineus L.: Thrips tabaci.
V. FAGACEAE
Quercus sp.: Frankliniella fallaciosa.
VI. GERANIACEAE
Geranium mexicanum H.B.K.: Frankliniella dubia y Neohydatothrips
signifer (Figs. 6 y 7).
VII. HYDROPHYLLACEAE
Wigandia urens H.B.K.: F. dubia, F. fortissima, F. minuta, F. occidentalis
y F. rostrata.
VIII. LILIACEAE
Milla biflora Cav.: Frankliniella dubia.
IX. LOGANIACEAE
Buddleja cordata ssp. cordata Roem. et Sch.: Frankliniella dubia, F. fallaciosa, F. minuta, F. rostrata, Thrips australis, Neohydatothrips rapoporti
G. anahuacensis (Johansen, 1978a)
Material examinado. Holotipo f macróptera. México;
Distrito Federal: Ciudad de México, Pedregal de San Ángel, 2542 m. 16-VIII-1973, en ramas y hojarasca seca de
Schinus molle y Eucalyptus sp. (A.N. García), en IBUNAM.
Hábitos alimentarios
A continuación se revisarán los hábitos alimentarios de
los trips de la Reserva, con base en los datos obtenidos.
Entre los trips micófagos en hojarasca secas de diversas
plantas se encuentran los siguientes. Los consumidores
de hifas o productos del metabolismo de los hongos, de
acuerdo con Stannard (1968), son Adraneothrips fuscicollis,
Apterygothrips nakaharai, Karnyothrips minimus (Fig. 8),
Holothrips anahuacensis y Eurythrips ampliventralis. Por
otra parte, los consumidores de esporas de hongos
son Compsothrips dampfi, Gastrothrips anahuacensis en
238
Diversidad biológica e inventarios
Conclusiones
(Figs. 4 y 5), N. signifer (Figs. 6 y 7) y N. variabilis.
X. LYTHRACEAE
Cuphea sp.: Frankliniella dubia.
Cuphea aequipetala Cav.: Exophthalmothrips chiapensis, E. fulvipennis y
Frankliniella rostrata.
XI. MIMOSACEAE
Acacia filicoides (Cav.) Trel.: Frankliniella brunnescens.
XII. MORACEAE
Ficus retusa cv. Nitida Thumb.: Gynaikothrips ficorum.
XIII. MYRTACEAE
Eucalyptus globulus Labiell.: Thrips australis, Neohydatothrips rapoporti
(Figs. 4 y 5), Neohydatothrips variabilis.
XIV. ONAGRACEAE
Oenothera rosae Ait.: Frankliniella axochcoglabra, F. bruneri y F. dubia.
XV. PHYTOLACCACEAE
Phytolacca octandra L.: Frankliniella minuta, F. simplex y Thrips
australis.
XVI. POACEAE
Bouteloua sp.: Bregmatothrips difficilis y Kurtomathrips anahuacensis
(Fig. 2).
Callochortus barbatus (H. B. K) Painter: Gastrothrips terrestris.
Muhlenbergia robusta (Fourn.) Hitch.: Frankliniella minuta y F. spinosa.
Muhlenbergia sp.: Anaphothrips nanus, Bregmatothrips difficilis,
Plesiothrips tricolor (Fig. 3) y Chirothrips falsus.
XVII. RESEDACEAE
Reseda luteola L.: Frankliniella bruneri, F. brunnescens, F. dubia, F.
minuta, F. occidentalis, F. rostrata, F. simplex y Thrips tabaci.
XVIII. SCROPHULARIACEAE
Lamouroxia tenuifolia Mart. et Gal.: Frankliniella dubia, F. minuta y F.
simplex.
Lamourouxia sp.: Exophthalmothrips chiapensis, E. fulvipennis, Frankliniella minuta,
F. occidentalis y F. rostrata.
Penstemon campanulatus Willd.: Frankliniella dubia.
XIX. RUBIACEAE
Bouvardia ternifolia (Cav.) Schl.: Exophthalmothrips chiapensis, E.
fulvipennis, Frankliniella dubia, F. copilcoensis, F. insularis, F. minuta, F.
simplex, Thrips australis, T. tabaci y Neohydatothrips signifer
(Figs. 6 y 7).
1. Se hace el estudio de revisión de 44 especies de insectos tisanópteros encontrados en el Pedregal de San Ángel (Reserva Ecológica de Ciudad Universitaria), de ellas
31 pertenecen a 10 géneros en el Suborden Terebrantia,
mientras que 13 pertenecen a 10 géneros en el Suborden Tubulifera.
2. Cinco especies son micófagas consumidoras de hifas
y productos de su metabolismo, tres especies son consumidoras de hongos, 31 especies son fitófagas foliares
y florales, tres especies son depredadoras de otros trips
fitófagos y una es parasitoide.
3. Los tisanópteros fitófagos foliares y florales fueron
muestreados en un total de 19 familias en 27 géneros,
con un total de 37 especies.
4. El género Frankliniella incluye 18 especies y es así el
género con la mayor diversidad de especies, seguido de
los géneros Neohydatothrips y Leptothrips con tres especies cada uno, mientras que Exophthalmothrips y Thrips
sólo incluyen dos especies cada uno.
5. La familia más importante para los trips fitófagos foliares y florales es Asteraceae, con siete géneros y 15
especies como microhabitat de tisanópteros; le siguen:
Poaceae (tres géneros, cuatro especies) y Scrophulariaceae (dos géneros, dos especies).
6. Las especies de plantas con mayor diversidad de especies de trips fitófagos y depredadores son: Senecio
praecox (16 especies), Bouvardia ternifolia (10 especies),
Reseda luteola (nueve) y Buddleja cordata ssp. cordata
(nueve).
Entre los trips depredadores, se encuentran Leptothrips
costalimai (Fig. 9), L. macconnelli y L. papago, de acuerdo
con Johansen (1987) y Johansen y Mojica (1997).
7. Existen tres especies introducidas desde el Viejo
Mundo, dos del género Thrips (T. tabaci es una plaga
del follaje de ajos y cebollas, pero además es vector de
enfermedades virales en las plantas) y una del género
Gynaikothrips.
Finalmente, entre los trips parasitoides se encuentra Torvothrips tremendus en agallas de Olliffiella sp., de acuerdo
con Johansen y Mojica (1997).
8. El presente estudio es revelador de una diversidad de
trips y plantas hospederas típicas del Valle de México,
aunque faltan varias especies que se han hallado en
otras partes del mismo Valle, así como en las montañas
que lo circundan.
239
Thysanoptera
Johansen-Naime y Mojica
Agradecimientos
Nuestro reconocimiento y agradecimiento, por sus aportaciones en trabajo de campo y ejemplares de tisanópteros
donados, a los siguientes colegas: María del Carmen Mendieta Sevilla (†1986), William López-Forment Conrad, Alfonso Delgado Salinas, Rodrigo Medellín, Alfonso N. García y Héctor Rivera. A Carmen Loyola Blanco, por su ayuda en
la elaboración de las fotomicrografías.
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241
Diversidad biológica e inventarios
Herpetofauna
Fausto Roberto Méndez de la Cruz , Aníbal Helios Díaz de la Vega Pérez y Víctor Hugo Jiménez Arcos
Departamento de Zoología, Instituto de Biología,
Universidad Nacional Autónoma de México
[email protected]
Introducción
humano a través de la extensión urbana, las modificaciones de uso de suelo y la introducción de fauna
doméstica feral al Pedregal de San Ángel hacen necesarios estudios detallados de la región. Es probable que
algunas de las especies registradas previamente hayan
desaparecido, que se hayan introducido especies alóctonas como lo registran estudios previos (Méndez de la
Cruz et al. 2006 y Méndez de la Cruz et al. 2007) e incluso
que se haya modificado la distribución de las poblaciones. Por lo tanto, el presente estudio tiene el propósito
de hacer una recopilación de la información disponible
en publicaciones y colecciones herpetológicas, complementada con trabajo de campo, para obtener el listado
herpetofaunístico actualizado del Pedregal de San Ángel y generar el interés de la comunidad científica para
desarrollar estudios específicos que pudieran redundar
en el mejor conocimiento de la zona y su conservación. Además discute el estatus dentro de la NOM de
las especies registradas y plantea una revaloración de
la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel, considerando su importancia como zona de protección de
la herpetofauna.
México ostenta el titulo de país megadiverso, siendo los
anfibios y reptiles pilares importantes para sostener el
cuarto lugar de siete países enlistados, donde cada uno
posee el 10% de la riqueza biológica mundial (FloresVillela y Canseco-Márquez, 2004). Cuenta con el tercer
lugar en anfibios con 393 especies y subespecies y el
segundo lugar en reptiles con 1234 especies y subespecies registradas (Liner, 2007). Cabe señalar que el 60%
de esta riqueza es endémica del país (Vázquez Díaz y
Quintero Díaz, 2005). Esta diversidad es explicada por
la variada topografía, la historia geológica, la diversidad
de climas y la zona de contacto de las áreas biogeográficas de América (neártica y neotropical; Flores-Villela y
Canseco-Márquez, 2004). Sin embargo, una de las preocupaciones recientes es la conservación de la riqueza
faunísica. Diversos anfibios y reptiles habitan la cuenca
de México y son abundantes no solo en riqueza de especies sino también en número. Sin embrago, la herpetofauna de la Reserva Ecológica del Pedregal de San
Ángel (REPSA) ha sido poco estudiada. Solamente hay
cuatro trabajos que han abordado la zona, el primero
registra seis especies de reptiles (Díaz, 1961), el segundo
es un estudio más completo y registra 13 especies de
anfibios y reptiles (Sánchez-Herrera, 1980) y el tercero
y cuarto estudian regiones pequeñas del área (Méndez
de la Cruz et al., 2006 y Méndez de la Cruz et al., 2007).
Métodos
Para determinar la riqueza de especies se realizó una
revisión bibliográfica, se consultó la Colección Nacional
de Anfibios y Reptiles del Instituto de Biología (CNAR)
y la Colección del Museo de Zoología “Alfonso Luís
Herrera” de la Facultad de Ciencias de la UNAM (CMZFC)
y se realizó trabajo de campo en diversas áreas en la
zona de estudio.
Desafortunadamente es evidente el decremento del Pedregal de San Ángel a raíz de la expansión de la Ciudad
de México. La creciente presión que ejerce el desarrollo
243
Herpetofauna
Méndez y colaboradores
Resultados y discusión
de esta zona se concentra en un pequeño territorio que
en extensión representa el 0.48% del total del Valle de
México. La riqueza de anfibios y reptiles presentes en el
Pedregal de San Ángel, fortalece la gran importancia de
esta área para la conservación de la biodiversidad y muy
particularmente de la herpetofauna (Tabla 2), (Méndezde la Cruz y Jiménez-Arcos, en preparación).
La herpetofauna del derrame del Xitle, en donde se
ubica el Pedregal de San Ángel, esta compuesta por 30
especies, 20 géneros, 13 familias, 4 órdenes y 2 clases
(Tabla1). Esto representa el 60% de la herpetofauna
registrada para el Valle de México (Méndez-de la Cruz
y Jiménez-Arcos, en preparación). La herpetofauna total
Tabla 1. Composición de la herpetofauna por órdenes, familias, géneros y especies; el número representa el % de
especies con relación al total registrado del Pedregal de San Ángel y derrame del Xitle.
Familias
Géneros
Especies
Caudata
1
2
3 – 10%
Anura
4
4
4 – 13.3%
Testudines
2
2
2 – 6.6%
Lagartijas
2
3
7 – 23.3%
Anfibios
Reptiles
Serpientes
4
9
14 – 46.6%
Total
13
20
30-100%
Tabla 2. Numero de especies de anfibios y reptiles registradas para el Valle de México, REPSA y extensión territorial
de ambas zonas. * Porcentaje de la herpetofauna de la REPSA en comparación con el Valle de México.
Anfibios
Reptiles
Total
Área (hectáreas)
Referencia
Valle de México
17
33
50
49, 143
Jiménez-Arcos y Méndez-de la Cruz,
(en proceso)
Derrame del Xitle
7
23
30
(*60%)
8,000
Presente estudio
REPSA
6
15
21
(*42%)
237
Presente estudio
244
Diversidad biológica e inventarios
Especies endémicas
Es nativa del Pedregal de San Ángel y se encuentra desde los 2480 hasta los 3000 m de altura. Se distribuye en
el Distrito Federal, Estado de México, Veracruz y Morelos
(Uribe-Peña et al., 1999; Castro-Franco y Bustos-Zagal,
2006). Norma Oficial Mexicana NOM-059-ECOL-2001:
Endémica de México / Sujeta a protección especial.
Del total de especies registradas en el derrame del Xitle
(incluyendo al Pedregal de San Ángel), 23 (76.6%) son
endémicas a México. Por lo tanto, esta herpetofauna
constituye una de las más importantes para el país, considerando que: a) alberga más de la mitad de especies
registradas para el Valle de México y, b) presenta un alto
porcentaje de endemismos, donde destacan Syrrophus
grandis, Sceloporus palaciosi y S. anahuacus, y, tomando
en cuenta que su distribución está restringida y ligada
a las zonas rocosas de las serranías del sur de la ciudad
de México.
Nombre científico: Pseudoeurycea cephalica cephalica
(Cope, 1965) (Fig. 2).
Nombre común: salamandra o tlaconete regordete
Se puede encontrar en áreas naturales de montañas,
debajo de troncos caídos y hojarasca en el bosque de
confieras de temperatura templada y húmedo donde se
alimenta de insectos (Uribe-Peña et al., 1999). Es nativa
del Pedregal de San Ángel, en donde se distribuye a los
2240 msnm (Sánchez-Herrera, 1980; Uribe-Peña et al.,
1999). Norma Oficial Mexicana NOM-059-ECOL-2001: No
endémica / Amenazada.
A continuación se presenta el listado taxonómico de la
herpetofauna del Pedregal de San Ángel, seguido de
una monografía de cada especie:
ANFIBIOS
ORDEN CAUDATA (salamandras)
Nombre científico: Chiropterotriton chiropterus (Cope,
1863) (Fig. 1).
Nombre común: salamandra, tlaconete o salamandra
de pie plano
Fig. 2 . Pseudoeurycea cephalica cephalica (Cope, 1965).
Salamandra o tlaconete regordete. Foto Fausto R. Méndez.
Nombre científico: Pseudoeurycea leprosa (Cope, 1869)
(Fig. 3).
Nombre común: salamandra de montaña
Salamandra endémica de México. Se encuentra en zonas
templadas de bosques de encino, de pino y derrames
basálticos y barrancas. Generalmente se encuentran en
lugares húmedos con musgo, debajo de troncos caídos
o en medio de la hojarasca, grietas de rocas o en túneles
Fig. 1. Chiropterotriton chiropterus (Cope, 1863).
Salamandra, tlaconete o salamandra de pie plano.
Foto Cesar Barrio Amorós.
245
Herpetofauna
Méndez y colaboradores
Nombre común: rana verde
profundos en el suelo húmedo. Se ha observado activa
en el Jardín Botánico durante noches lluviosas de verano. Es nativa del Pedregal de San Ángel y se distribuye
desde los 2240 hasta 3010 msnm. Se localiza en zonas
montañosas de la sierra madre occidental y la cordillera volcánica (Uribe-Peña et al., 1999; Castro-Franco y
Bustos-Zagal, 2006). Norma Oficial Mexicana NOM-059ECOL-2001: Endémica de México / Amenazada.
Se encuentra en ambientes acuáticos en bosques de
encinos, bosques espinosos, matorral xerófilo y en ocasiones puede encontrarse en zonas alteradas. Habita
desde los 2000 hasta los 2240 msnm en el pedregal de
San Ángel. Ocupa las orillas de lagunas o estanques entre
la vegetación o en espacios abiertos. Presenta actividad
nocturna, pero puede encontrársele durante el día en
las primeras horas de la mañana. Se alimenta de insectos, arácnidos, anélidos y crustáceos. La reproducción
de estos organismos es de julio a septiembre; colocan
sus huevos en ramas de la vegetación sumergida (Frías
Álvarez, 2005). Fue introducida al Pedregal de San Ángel
y se localiza en el Jardín Botánico y en la Cantera Oriente.
Norma Oficial Mexicana NOM-059-ECOL-2001: Endémica
de México / Sujeta a protección especial.
Nombre científico: Hyla arenicolor Cope, 1866 (1967)
(Fig. 5).
Nombre común: rana de roca
Fig. 3. Pseudoeurycea leprosa (Cope, 1869).
Salamandra de montaña. Foto Fausto R. Méndez.
ORDEN ANUROS (ranas y sapos)
Nombre científico: Lithobates montezumae (Baird, 1854)
(Fig. 4).
Fig 5. Hyla arenicolor Cope, 1866 (1967).
Rana de roca. Foto Fausto R. Méndez.
Frecuentemente se encuentran en los hábitats semiáridos, bosques de pino-encino o espinosos, en áreas
rocosas, arbustos, cañadas y cerca de una fuente de
agua permanente o en sustratos como la piedra caliza,
granito y sustratos de lava. Desde los 910 hasta los 2900
msnm (Sánchez-Herrera, 1980; Vázquez-Díaz y Quintero-Díaz, 2005). Es nativa del Pedregal de San Ángel a
Fig. 4. Lithobates montezumae (Baird, 1854).
Rana verde. Foto Rafael Lara.
246
Diversidad biológica e inventarios
(Woolrich-Piña et al.,2005; Lemos-Espinal y Smith, 2007).
Norma Oficial Mexicana NOM-059-ECOL-2001: No endémica / Sin protección.
2240 msnm. Desafortunadamente sus poblaciones han
sido diezmadas dramáticamente en los últimos años. De
manera natural esta rana es una especie de muy amplia
distribución, desde las áreas rocosas de la meseta de Estados Unidos, pasando por el altiplano de México hasta
el sur en Oaxaca (Vázquez-Díaz y Quintero-Díaz, 2005;
Lemos-Espinal y Smith, 2007). Norma Oficial Mexicana
NOM-059-ECOL-2001: No endémica / Sin protección.
Nombre científico: Syrrhophus grandis (Davis y Dixon,
1955).
Nombre común: sapo o rana fisgona
Se encuentran en derrames de lava ocupando las grietas de
las rocas y las pozas que se forman en la estación de lluvias
y en zonas de cultivo aledañas a rocas. Se restringe a los
derrames volcánicos cercanos a la ciudad de México en la
zona de malpaís a los 2240 m de altura en las delegaciones
de Tlalpan, Álvaro Obregón y el Estado de México en la
localidad de San Martín, distribuidos a una altura de 2600
m aproximadamente. Los últimos registros en colección
que se tienen de esta especie fueron en la década de 1980
dentro de Ciudad Universitaria y el Pedregal de San Ángel.
Afortunadamente hoy en día es común escuchar sus
“cantos” en noches lluviosas en áreas poco perturbadas.
Norma Oficial Mexicana NOM-059-ECOL-2001: Endémica
del Pedregal / Sujeta a protección especial.
Nombre científico: Spea multiplicatus (Cope, 1863)
(Fig. 6).
Nombre común: sapo con espuelas, sapo cavador o
sapo de desierto
Se encuentra en zonas de desierto, praderas, pastizales,
bosques de coníferas e incluso en zonas de cultivo; durante la hibernación son organismos fosoriales. Tienen
actividad nocturna, pasando la mayoría de su tiempo
enterrados y emergiendo en los períodos de precipitación durante el verano para alimentarse de insectos y
reproducirse. La reproducción y el desarrollo de los huevos ocurre en pozas temporales formadas por la lluvia.
Realizan la metamorfosis rápidamente, antes de que el
agua se evapore y se alimentan de artrópodos (Woolrich-Piña et al., 2005). Es una especie introducida a la
Reserva del Pedregal de San Ángel y fue encontrada en
la zona de la Reserva Territorial Suroriente (2240 msnm).
La zona más cercana en donde ocurría naturalmente
es en la región de Xochimilco. La distribución general
de esta especie es amplia y abarca desde el sur de Estados Unidos, norte de México, el Altiplano Mexicano, Eje
Neovolcánico Transversal hasta el suroeste de México
REPTILES
ORDEN SQUAMATA (lagartijas)
•
Familia Anguidae
Nombre científico: Barisia imbricata (Wiegmann, 1828)
(Fig. 7).
Nombre común: escorpión o alicante
Nativa del Pedregal de San Ángel, se encontraba desde
las inmediaciones del cerro Zacatepetl (2280 msnm)
hasta el Xitle (3000 msnm), sin embargo en la actualidad su distribución parece haber sido restringida a las
regiones altas. Su distribución en general es en la parte
central de México. Norma Oficial Mexicana NOM-059ECOL-2001: Endémica de México / Sujeta a protección
especial.
Fig. 6. Spea multiplicatus (Cope, 1863).
Sapo con espuelas. Foto Eric Centenero.
247
Herpetofauna
Méndez y colaboradores
los 2250 a los 3100 msnm (Benabib et al., 1997). Norma
Oficial Mexicana NOM-059-ECOL-2001: Endémica de
México / Sin protección.
Nombre científico: Sceloporus anahuacus Lara-Góngora,
1983 (Fig. 9).
Nombre común: lagartija de árbol
Es una lagartija de talla pequeña, con una longitud hocico cloaca de 49.33 mm y 109 de longitud total. Presenta
de 65 a 83 escamas dorsales pequeñas, quilladas irregularmente dispuestas en series paralelas. En la parte dorsal presenta un color pardo o grisáceo con cinco pares
de líneas obscuras transversales separadas. El primer par
de líneas forman un anillo en la nuca. Presentan parches
latero-ventrales de color azul claro bordeados por una
región obscura y están separados por una línea media de
color claro (Lara-Góngora, 1983). Se encuentra en áreas
abiertas, en bosques de pino relativamente secos desde
los 2800 m hasta los 3400. Habitan en troncos de árboles
caídos y en rocas. Se alimentan de insectos y son vivíparas. En general su distribución esta limitada a algunas porciones de la altiplanicie mexicana en el Distrito Federal y
partes del Estado de México (Lara-Góngora, 1983). Norma
Oficial Mexicana NOM-059-ECOL-2001: Endémica de
México / Sin protección especial.
Fig. 7. Barisia imbricata (Wiegmann, 1828).
Escorpión o alicante. Foto Fausto R. Méndez.
•
Familia Phrynosomatidae
Nombre científico: Sceloporus aeneus Wiegmann, 1828
(Fig. 8).
Nombre común: lagartija de pastizal
Los ambientes donde se encuentran son pastizales de
bosques de pino y encino (Benabib et al., 1997). Esta especie es de hábitos diurnos, se alimenta principalmente
de insectos. Es ovípara, su actividad reproductora comprende los meses de marzo a agosto (Rodríguez-Romero et al., 2002). Se localizan en la parte alta del derrame
del Xitle a 3000 msnm, restringiéndose al eje neovolcánico transversal, con un intervalo altitudinal que va de
Fig. 9. Sceloporus anahuacus Lara-Góngora, 1983.
Lagartija de árbol. Foto Fausto R. Méndez.
Fig. 8. Sceloporus aeneus Wiegmann, 1828.
Lagartija de pastizal. Hembra Foto Fausto R. Méndez.
248
Diversidad biológica e inventarios
Nombre científico: Sceloporus grammicus microlepidotus
Wiegmann, 1834 (Fig. 10).
Son organismos diurnos que se alimentan de insectos y
se pueden encontrar perchando en troncos de árboles
caídos, tocones y árboles muertos en bosques mixtos
de pinos. Se ha encontrado en el volcán Xitle a 3000
msnm. En general se localiza en el Ajusco desde las
zonas bajas hasta altas elevaciones, además de Ocuilan
y Sierra Nevada en el estado de México y el Distrito
Federal, desde los 2700 m hasta 4400 m (Lara-Góngora,
1983). Norma Oficial Mexicana NOM-059-ECOL-2001:
Endémica de México / Sin protección especial.
Nombre común: lagartija de árbol
Se encuentra en una gran diversidad de hábitats y es
común en sitios perturbados y en asentamientos humanos. Generalmente se le encuentra asociado a rocas, tocones, árboles y nopales (Sánchez-Herrera, 1980;
Uribe-Peña et al., 1999; Lemos-Espinal y Smith, 2007). Se
alimentan de insectos. Organismos vivíparos, la preñez
inicia en noviembre y los nacimientos son entre mayo y
junio del siguiente año, con un periodo de 8 meses de
gestación (Martínez, 1985; Sánchez-Herrera, 1980). En el
Pedregal de San Ángel se han observado crías durante
el invierno y principios de primavera. Se encuentra en la
parte baja del Pedregal de San Ángel desde 2240 hasta
los 2500 mnsm. Es una especie de amplia distribución,
desde el sur de E.U.A., hasta Oaxaca. Habita altitudes
desde el nivel de 80 hasta 4600 msnm (Vázquez-Díaz y
Quintero-Díaz, 2005; Lemos-Espinal y Smith, 2007). Norma Oficial Mexicana NOM-059-ECOL-2001: No endémica
/ Sujeta a protección especial.
Nombre científico: Sceloporus torquatus Wiegmann,
1828 (Fig. 11).
Nombre común: lagartija de collar
Se distribuye en el norte y centro de México (Uribe-Peña
et al., 1999; Sánchez-Herrera, 1980). Habita desde los
2240 hasta los 2580 m de altura en el Pedregal de San
Ángel, es abundante en zonas moderadamente perturbadas y a las orillas de la Reserva. Norma Oficial Mexicana NOM-059-ECOL-2001: Endémica de México / Sin
protección especial.
Fig. 11. Sceloporus torquatus Wiegmann, 1828.
Lagartija de collar. Foto Fausto R. Méndez.
Fig. 10. Sceloporus grammicus microlepidotus Wiegmann, 1834.
Lagartija de árbol. Foto Rafael Lara.
Nombre científico: Phrynosoma orbiculare (Linnaeus,
1758) (Fig. 12).
Nombre científico: Sceloporus palaciosi Lara-Góngora,
1983.
Nombre común: lagartija
Nombre común: camaleón, tapayaxin o sapo cornudo
Se puede encontrar en un gran intervalo de elevaciones,
desde 1350 hasta 3500 msnm aproximadamente, dentro de las planicies y montañas del centro de México y al
Se encuentra en bosques húmedos y densos de Abies
religiosa y bosques mixtos de Pinus, Quercus y Cupressus.
249
Herpetofauna
Méndez y colaboradores
norte en el corredor de la sierra madre occidental, oriental
y el eje neovolcanico (Uribe-Peña et al., 1999; Méndez de
la Cruz et al., 2003; Vázquez-Díaz y Quintero-Díaz, 2005;
Lemos-Espinal y Smith, 2007). Una población se encontraba en la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel,
por lo que su distribución abarcaba desde los 2240 hasta
2850 m de altura. Desafortunadamente en la parte baja
parece haberse extirpado ya que el último ejemplar fue
visto hace 20 años aproximadamente en las inmediaciones de la Zona Cultural. En la parte alta del derrame del
Xitle aun es posible observar algunos ejemplares. La distribución general de la especie abarca desde la meseta
norteña de Coahuila, pasando por la meseta central de
México y llegan hasta Guerrero (Sánchez-Herrera, 1980;
Uribe-Peña et al., 1999; Méndez de la Cruz et al., 2003;
Vázquez-Díaz y Quintero-Díaz, 2005; Lemos-Espinal y
Smith, 2007). Norma Oficial Mexicana NOM-059-ECOL2001: Endémica de México / Amenazada.
en el Pedregal de San Ángel a los 2240 msnm. La especie
se distribuye desde Chihuahua hasta Puebla (SánchezHerrera, Uribe-Peña et al., 1999; Vázquez-Díaz y Quintero-Díaz, 2005; Lemos-Espinal y Smith, 2007). Norma
Oficial Mexicana NOM-059-ECOL-2001: Endémica de
México / Amenazada.
Fig 13. Pituophis deppei deppei (Duméril, Bibron y Duméril, 1854).
Culebra ratonera, cincuate o alicante. Foto Anibal Díaz de la Vega.
Nombre científico: Thamnophis cyrtopsis cyrtopsis (Kennicott, 1860).
Nombre común: culebra de agua
Fig. 12. Phrynosoma orbiculare (Linnaeus, 1758).
Camaleón, tapayaxin o sapo cornudo. Foto Fausto R. Méndez.
Su distribución natural abarca la Reserva del Pedregal
de San Ángel a los 2240 m de altura (Vázquez-Díaz y
Quintero-Díaz, 2005; Woolrich-Piña et al., 2005; LemosEspinal y Smith, 2007). Norma Oficial Mexicana NOM059-ECOL-2001: No endémica / Amenazada.
(Serpientes)
Nombre científico: Thamnophis eques eques (Reuss, 1834).
•
Familia Colubridae
Nombre científico: Pituophis deppei deppei (Duméril, Bibron y Duméril, 1854) (Fig. 13).
Nombre común: culebra de agua
Se pueden encontrar desde los 300 hasta más de 2000
msnm. Aunque no se había registrado previamente, parece
ser originaria del Pedregal de San Ángel a los 2240 m de
altura (Uribe-Peña et al., 1999). Norma Oficial Mexicana
NOM-059-ECOL-2001: No endémica / Amenazada.
Nombre común: culebra ratonera, cincuate o alicante
Se encuentran en tierras altas y valles de montañas en
un límite de 1500-2600 msnm. Es frecuente encontrarlas
Nombre científico: Tamnophis scaliger (Jan, 1863) (Fig. 14).
250
Diversidad biológica e inventarios
Fig. 14. Thamnophis scaliger (Jan, 1863).
Culebra de agua. Foto Fausto R. Méndez.
Fig. 15. Salvadora bairdi Jan, 1860.
Lagartijera o culebra rayada. Foto Anibal Díaz de la Vega.
Nombre común: culebra de agua
Nombre científico: Conopsis biserialis Taylor y Smith,
1942 (Fig. 16).
Se puede localizar en las inmediaciones de Ciudad Universitaria y dentro de la Reserva del Pedregal de San
Ángel. Es una especie endémica de México con una distribución limitada a la región central y eje neovolcanico
transversal (Vázquez Díaz y Quintero Díaz, 2005). Norma
Oficial Mexicana NOM-059-ECOL-2001: Endémica de
México / Amenazada.
Nombre común: culebra borreguera
Serpiente endémica de México, registrada para la zona
de San Jerónimo. Norma Oficial Mexicana NOM-059ECOL-2001: Endémica de México / Amenazada.
Nombre científico: Tamnophis scalaris Cope, 1860 (1861).
Nombre común: culebra de agua
Se encuentra en los pastizales de los claros de bosques
de encino, de pino y pino-encino, comúnmente se encuentran en simpatría con T. scaliger. Esta serpiente es
terrestre y se alimenta de anélidos, anfibios y lagartijas
(Manjarrez et al. 2007). Norma Oficial Mexicana NOM059-ECOL-2001: Endémica de México / Amenazada.
Nombre científico: Salvadora bairdi Jan, 1860 (Fig. 15).
Nombre común: lagartijera o culebra rayada
Fig. 16. Conopsis biserialis Taylor y Smith, 1942.
Culebra borreguera. Foto Anibal Díaz de la Vega.
Es una especie endémica de México. Se encuentra en regiones rocosas, principalmente barrancas con vegetación
alta. Son organismos poco comunes en el Pedregal de San
Ángel (2240 msnm; Sánchez-Herrera, 1980; Uribe-Peña et
al., 1999). Norma Oficial Mexicana NOM-059-ECOL-2001:
Endémica de México / Protección especial.
Nombre científico: Diadophis punctatus dugesi Villarda,
1875 (Fig. 17).
Nombre común: culebra
251
Herpetofauna
Méndez y colaboradores
Se ha localizado en la parte baja del derrame del Xitle,
incluyendo la zona de Reserva del Pedregal de San Ángel. Norma Oficial Mexicana NOM-059-ECOL-2001: Endémica de México / Sin protección.
Federal desde los 2240 hasta los 2300 msnm (UribePeña et al., 1999). Norma Oficial Mexicana NOM-059ECOL-2001: Endémica de México / Sin protección.
Nombre científico: Leptotyphlops dulcis rubellum (Garman, 1883 [1884]).
Nombre común: serpiente ciega
Se desconoce si es una especie introducida a la Reserva
del Pedregal de San Ángel, se ha colectado en el extremo
este del Pedregal a 2240 msnm. Norma Oficial Mexicana
NOM-059-ECOL-2001: No Endémica / Sin protección.
Nombre científico: Ramphotyphlops braminus (Daudin,
1803) (Fig. 19).
Nombre común: serpiente ciega enana
Es una especie introducida en el Pedregal de San Ángel. Originalmente se distribuye en África, Asia, Japón y
Oceanía. Es común encontrarla en tierra que se vende para
la siembra de plantas ornamentales. Norma Oficial Mexicana NOM-059-ECOL-2001: No endémica / No aparece.
Fig. 17. Diadophis punctatus dugesi Villarda, 1875.
Culebra. Foto Fausto R. Méndez.
Nombre científico: Rhadinaea laureata (Günther, 1968)
(Fig. 18).
Nombre común: culebra cobriza
Es una especie endémica de México. Es relativamente
común encontrarla en las inmediaciones de la Ciudad
Universitaria. Esta especie se ha registrado en el Distrito
Fig. 19. Ramphotyphlops braminus (Daudin, 1803).
Serpiente ciega enana. Foto Eric Centenero.
Nombre científico: Crotalus molossus nigrescens Gloyd,
1936 (Fig. 20).
Fig. 18. Rhadinaea laureata (Günther, 1968).
Culebra. Foto Fausto R. Méndez.
Nombre común: serpiente de cascabel
252
Diversidad biológica e inventarios
Se distribuyen desde los 1000 hasta los 2700 msnm
(Uribe-Peña et al., 1999; Lemos-Espinal y Smith, 2007).
Es una especie natural del Pedregal de San Ángel desde
los 2240 hasta los 2700 msnm y son relativamente comunes en las inmediaciones de la Ciudad Universitaria
(Sánchez-Herrera, 1980; Uribe-Peña et al., 1999; Campbell y Lamar, 2003; Lemos-Espinal y Smith, 2007). Norma
Oficial Mexicana NOM-059-ECOL-2001: Endémica de
México / Sujeta a protección especial.
Fig. 21. Crotalus ravus ravus Cope, 1865.
Cascabel de nueve placas o cascabel pigmea. Foto Eric Centenero.
Nombre científico: Crotalus triseriatus triseriatus (Wagler,
1830) (Fig. 22).
Nombre común: víbora de cascabel, chiauhcótl,
chiáutil, colcóatl y hocico de puerco.
Esta serpiente es endémica de México. Se ha encontrado
en el Xitle desde los 2700 hasta los 3000 msnm. Norma
Oficial Mexicana NOM-059-ECOL-2001: Endémica de
México / Sujeta a protección especial.
Fig. 20. Crotalus molossus nigrescens Gloyd, 1936.
Serpiente de cascabel. Foto Víctor H. Jiménez.
Nombre científico: Crotalus ravus ravus Cope, 1865 (Fig. 21).
Nombre común: cascabel de nueve placas o cascabel
pigmea
Se ha encontrado en las inmediaciones de Tepepan,
Cuajimalpa, Tlalpan, Xochimilco y en la parte este del
derrame del Xitle a los 2300 msnm en el Distrito Federal.
Norma Oficial Mexicana NOM-059-ECOL-2001: Endémica de México / Sujeta a protección especial.
Fig. 22. Crotalus triseriatus triseriatus (Wagler, 1830).
víborita de casacabel, chiauhcótl, chiáutil, colcóatl y hocico de
puerco. Foto Eric Centenero.
253
Herpetofauna
Méndez y colaboradores
Nombre científico: Trachemys scripta elegans (Wied-Neuwied, 1838) (Fig. 23).
Nombre común: tortuga japonesa
Esta es una especie introducida en la zona del Pedregal de San Ángel, se puede observar en las charcas del
Jardín Botánico. Los cuerpos de agua del Pedregal de
San Ángel, en donde fue introducida esta especie, son
muy fríos y dificulta su reproducción. En la REPSA se encuentra a los 2430 m de altura en el Jardín Botánico de
la UNAM. Norma Oficial Mexicana NOM-059-ECOL-2001:
No endémica de México / Protección especial.
Fig. 24. Kinosternon integrum LeConte, 1854.
Nombre común: Casquito. Foto Fausto R. Méndez.
Hábitos, modo reproductor
y distribución altitudinal
De las 7 especies de anfibios, 6 (85.71%) son de hábitos
terrestres y solamente la rana Lithobates montezumae es
acuática. Seguramente esto se deba a que no existían
cuerpos de agua permanentes de manera natural en la
REPSA. L. montezumae es introducida y se registró en
las pozas artificiales del Jardín Botánico del IBUNAM y
en las lagunas formadas por extracción de basalto en
la Cantera Oriente, estos dos ambiente permitieron la
introducción de esta rana en el Pedregal, sin embargo
parece que su distribución se limita a estas dos zonas.
En el caso de los reptiles, solamente 3 especies (13.04%)
pueden alternar hábitos arborícolas-terrestres. La estructura de la vegetación no presenta árboles de gran
tamaño en la mayoría del Pedregal. El resto de las especies son de hábitos terrestres, encontrándose en zonas
abiertas, debajo de rocas, troncos y entre grietas (Tabla
3). La gran disponibilidad de microhábitats terrestres
reduce la competencia y favorece el que un alto porcentaje de especies utilicen este recurso.
Fig. 23. Trachemys scripta elegans (Wied-Neuwied, 1838).
Tortuga japonesa. Foto Fausto R. Méndez.
Nombre científico: Kinosternon integrum LeConte, 1854
(Fig. 24).
Nombre común: casquito
Especie endémica de México e introducida en el Pedregal de San Ángel, aunque naturalmente se encontraba
en cuerpos de agua del Valle de México. Norma Oficial
Mexicana NOM-059-ECOL-2001: Endémica de México/
Sujeta a protección especial.
En los anfibios, solamente Syrrophus grandis es de
desarrollo directo (sin larva acuática libre nadadora)
o vivíparo, el resto de las especies ovoposita en cavidades y charcas temporales que se forman durante la
época de lluvias (Méndez-de la Cruz, et al. 2007). Se ha
registrado que las salamandras del género Pseudorycea
depositan huevos terrestres en lugares húmedos, de-
254
Diversidad biológica e inventarios
Tabla 3. Especies registradas en el Pedregal de San Ángel. Tipo de Registro: (1) Oscar Sánchez Herrera 1980, (2) Méndez de la Cruz et al., 2007, (3) Uribe-Peña et al., 1999, (4) Colección Nacional de Anfibios y Reptiles, IBUNAM (5) Colección
del Museo de Zoología Alfonso L. Herrera, Facultad de Ciencias, UNAM, (6) Observación en el presente trabajo. *Especies introducidas. Los hábitos corresponden a: T: terrestre, AR: arborícola y SA: semiacuático. El modo reproductor
corresponde a: O: ovíparo, V: vivíparo y P: partenogenético. a Se desconocen características de su reproducción.
Anfibios
Tipo de Registro
Hábitos
Modo Reproductor
4,5
T
O
Pseudorycea cephalica cephalica
1,4,5
T
O
Pseudoeurycea leprosa
3,4,6
T
O
Lithobates montezumae*
6
SA
O
Hyla arenicolor
1
T
O
Spea multiplicatus*
2,4
T
O
Syrrhophus grandis
1,6
T
Va
Barisia imbricata
4,5,6
T
V
Sceloporus aeneus
2,4,5
T
O
Sceloporus anahuacus
4,5
AR – T
V
Sceloporus grammicus
1,2,3,4,5,6
AR – T
V
Sceloporus palaciosi
4,5
AR – T
V
Sceloporus torquatus
1,2,3,4,5,6
T
V
Phrynosoma orbiculare
1,4,5,6
T
V
Pituophis deppei deppei
1,4,5,6
T
O
4,5
T
V
3,4,5,6
T
V
Thamnophis scaliger
4,5
T
V
Thamnophis scalaris
4,5
T
V
1,3,4,5
T
V
1,4,5
T
V
Diadophis punctatus dugesi
1,4,5,6
T
O
Rhadinaea laureata
1,4,5,6
T
O
Leptotyphlops dulcis
4,5
T
O (P)
4,5,6
T
O (P)
1,2,3,4,5,6
T
V
3,4
T
V
Crotalus triseriatus
3,4,5,6
T
V
Trachemys scripta*
2,6
SA
O
Kinosternon integrum*
2,6
SA
O
Chriropterotriton chriropterus
Reptiles
Thamnophis cyrtopsis
Thamnophis eques
Salvadora bairdi
Conopsis biserialis
Ramphotyphlops braminus*
Crotalus molossus
Crotalus ravus
255
Herpetofauna
Méndez y colaboradores
3400
3200
Altitud (msnm)
3000
2800
2600
2400
2200
Ch
Ps riro
eu pt
do er
ry otr
ce ito
a
n
Ps cep ch
eu ha rir
Lit do lica opt
ho eu ce eru
ba ryc ph s
te ea al
s m le ica
Hy on pro
Sp la tez sa
e a u
Sy a m ren ma
rrh u ico e
o ltip lo
Ba phu lica r
r
S is s g tus
Sc celo ia im ran
d
e
p
Sc lop oru bric is
el or s at
op us ae a
Sc oru ana neu
e s h s
Sc lop gra uac
el or m us
Ph op us m
r
o p ic
Pi yno rus ala us
tu so to ci
op m rq os
Th his a o uat i
am de rbi us
no pp cul
Th ph ei d are
a is e
Th mn cy ppe
am op rto i
Th no his psi
am ph eq s
no is s ue
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Sa ph cali
Di
ad C lva is s ge
op on do ca r
hi op ra lar
sp s
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Ra Le din tus ial
m pto ae du is
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Cr lop s d ta
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Cr Cro ol inu
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s
T u
Ki rac s tri ravu
no he se s
st m ria
er ys tu
no s s
n crip
in
te ta
gr
um
2000
Figura 25. Distribución de las especies de herpetofauna a lo largo del gradiente altitudinal del derrame del Xitle.
bajo de rocas y troncos, lo que permite el desarrollo de
la nidada (Lemos-Espinal y Smith, 2007). Considerando
que naturalmente no existían cuerpos de agua permanentes en la zona de estudio, solamente pudieron
colonizar los anfibios que pudieran tener una reproducción especializada, por lo que es importante plantear estudios que permitan determinar las estrategias
reproductoras de los anfibios nativos.
partenogenéticas (considerando el modo reproductor
de grupos cercanos), sin embargo R. braminus
no es nativa del Pedregal y L. dulcis podría haber
sido introducida (Tabla 3). Por lo que no se puede
determinar la influencia ambiental sobre la presencia
de estas especies, no obstante estar presentes en la
zona, las características ambientales parecen no limitar
su reproducción.
La viviparidad fue el modo reproductor dominante en
las especies de reptiles de la REPSA con 15 especies
(65.2%). La poca disponibilidad de sustrato para la
ovoposición podría estar restringiendo a las especies
ovíparas, así mismo otras variables como la temperatura
y humedad, parecen contribuir a la dominancia
del modo reproductor vivíparo. Sin embargo se
registraron 6 especies ovíparas (26.08%). Únicamente
Rhamphotyphlops braminus y Leptotyphlops dulcis son
El derrame del Xitle abarca un intervalo de altitud desde
los 2200 hasta los 3100 m. Este gradiente presenta
diferentes condiciones ecológicas, fisiográficas y
climáticas que establecen diferentes comunidades de
flora y fauna a lo largo de su distribución (Rojo, 1994).
La herpetofauna que se ha establecido a lo largo de
este intervalo presenta diferencias evidentes (Fig. 25).
La mayor riqueza específica se localiza en la parte
baja del derrame. Considerando exclusivamente las
256
Diversidad biológica e inventarios
especies nativas, los anfibios presentan diferencias
evidentes en la distribución, y los anuros (Hyla arenicolor
y Syrrhophus grandis) solamente se encuentran en
los intervalos de menor altitud, mientras que los
caudados se localizaron a lo largo de todo el intervalo
(Chiropterotriton chiropterus y Pseudoeurycea leprosa)
y sólo P. cephalica parece restringirse también a las
regiones bajas. Por otra parte, los reptiles presentan
un patrón similar en cuanto a que la mayor riqueza se
encuentra en la parte baja del derrame (14 especies) y
solamente 6 especies en la parte alta.
de la roca basáltica. Las especies introducidas (Spea
multiplicatus y Lithobates montezumae) presentan una
distribución muy localizada (Cantera Oriente, Jardín
Botánico Exterior y área de la Reserva Territorial Sur
Oriente (fuera de la REPSA), respectivamente; Méndez
de la Cruz et al. 2007) y no parecen representar un
peligro para la fauna nativa, sin embargo lo indicado
es desarrollar planes de manejo para extirparlas o
mantenerlas controladas.
En el grupo de los reptiles seis especies se encuentran
en la categoría de Protección especial (Barisia imbricada,
Sceloporus grammicus, Salvadora bairdi, Crotalus molossus, C. ravus y C. triseriatus); cinco especies están dentro
de la categoría de Amenazada (Phrynosoma orbiculare,
Pituophis deppei, Thamnophis cyrtopsis, T. eques y Conopsis biserialis). Aparentemente P. orbiculare ha sido extirpada de la Reserva del Pedregal de San Ángel ya que el
último ejemplar fue observado hace aproximadamente
20 años, en la zona cercana al Xitle (en donde hay un incremento de los asentamientos humanos y modificación
de uso del suelo). Por otra parte, la especies introducidas se encuentran bien localizadas (Ramphotyphlops
braminus, Leptopyphlops dulcis y Trachemys scripta) y lo
adecuado es no permitir su expansión o tener un plan
para extirparlas.
Es importante notar que todas las especies de lacertilios
son vivíparas, con excepción de Sceloporus aeneus que
se localizó en la parte más alta del gradiente. Dentro
de las serpientes, todas las especies ovíparas (Pituophis
deppei, Salvadora bairdii Diadophis punctatus, Rhadinaea
laureata y Leptotyphlops dulcis) se encuentran en la parte
baja, junto a las vivíparas Conopsis biserialis, Thamnophis
eques, T. cyrtopsis T. scalaris, T. scaliger y Crotalus molossus.
Mientras que en la parte alta solamente se encontró a
T. scalaris, T. scaliger y C. triseriatus. Aparentemente el
tamaño corporal de C. molossus está restringiendo su
distribución a la parte más cálida de la zona.
Importancia de la zona como área
de protección de especies
Algunas recomendaciones extras en relación con la herpetofauna encontrada son las siguientes. Es importante
señalar que S. palaciosi y S. anahuacus deberían estar
consideradas dentro de alguna categoría de la NOM por
su distribución restringida. Las especies de serpientes
de cascabel requieren un programa de investigación
para determinar su situación actual ya que varias de
las zonas en donde habitaban han sido invadidas por
asentamientos humanos o modificadas con propósitos
diversos (Rojo, 1994). Sin embargo, es aun frecuente encontrarlas en la zona de la reserva ecológica del Pedregal de San Ángel (consultar Balderas-Valdivia et al., en
este volumen).
El Pedregal de San Ángel y sus áreas de influencia cuentan
con un total de 30 especies, de las cuales 25 son nativas y 5
introducidas. Sin embargo, se desconoce si Leptotyphlops
dulcis pudiera ser una especie nativa o introducida. Considerando solamente las especies nativas es importante
mencionar que 16 de ellas (64 %) cuentan con categorías
dentro de la Norma Oficial Mexicana (2001).
Dentro del grupo de los anfibios, dos especies
(Chiropterotriton chiropterus y Syrrhophus grandis)
se encuentran dentro de la categoría de Protección
especial. Es importante resaltar que se conoce poco de
estas especies, especialmente de S. grandis, para la cuál
solo existe la descripción original (Davis y Dixon, 1955)
y pocos ejemplares depositados en colecciones, por lo
que su estatus taxonómico y de conservación demanda
estudios a corto plazo. Dos especies están consideradas
dentro de la categoría de Amenazada, Pseudoeurycea
cephalica y P. leprosa. Estas especies son raras en el área
de estudio, debido a que se refugian entre las grietas
Comparación e importancia entre
las reservas de la biosfera UNAM
La Universidad Nacional Autónoma de México tiene a su
cargo tres áreas naturales protegidas una en la costa del
Pacifico (Reserva de la Biosfera Chamela-Cuixmala), una
en la costa del Golfo de México (Reserva de los Tuxtlas)
257
Herpetofauna
Méndez y colaboradores
Tabla 4. Se presentan el número de especies de anfibios y reptiles de las reservas ecológicas de la UNAM y la extensión territorial de cada una y total en hectáreas. * 20 especies están compartidas en ambas estaciones “Los Tuxtlas”
y “Chamela”.
Reserva
Anfibios
Reptiles
Total
Área (hectáreas)
% herpetofauna
de México
Referencia
Chamela-Cuixmala
18
67
85
13,142
7.3
Ramírez-Bautista y
García Aguayo, 2002
Los Tuxtlas
45
118
163
644
14
Vogt, et al., 1997
REPSA
7
23
30
237
2.5
Presente estudio
Total “Reservas UNAM”
70
208
258*
14,023
(0.007 %)
22.16
Presente estudio
México
361
803
1164
200 x106
100
Flores Villela y
Canseco, 2004
y la tercera en la parte central del país (REPSA). Todas
estas reservas tienen objetivos en común, como son:
preservar los ecosistemas del área, conocer la estructura
y funcionamiento de los ecosistemas protegidos y ofrecer servicios que permitan la realización de investigación
y divulgación.
La Estación de Biología Tropical “Los Tuxtlas” se localiza
a 30 km NE del poblado de Catemaco (Veracruz) sobre
la carretera Catemaco-Montepío, en la porción sur del
estado de Veracruz. Cubre una superficie total de 644
hectáreas, localizadas al oriente del Volcán de San Martín
Tuxtla con un intervalo altitudinal de 150 a los 700 m. La
región de Los Tuxtlas, siguiendo el contorno de la costa
ocupa una extensión aproximadamente de 90 Km de largo por 50 Km de ancho, está casi totalmente cubierta por
depósitos piroclásticos y derrames de lava (Ríos MacBeth,
1952). La Estación (Tuxtlas) descansa sobre un macizo de
origen volcánico, dado su peculiar orografía, los aportes
fluviales dispuestos radialmente en la región fueron constituyendo una gran llanura con abundantes pantanos,
sobre todo hacia la vertiente sur, donde se localiza la Laguna Ostión (Coll de Hurtado, 1970). En la vertiente norte,
los principales ríos y arroyos son los ríos Máquina, Col, Río
de Cañas y Arroyo de Lisa y en la vertiente sureste el Río
Grande de San Andrés originado en el Lago de Catemaco
(Lot-Helgueras, 1976).
La Reserva de la Biosfera Chamela-Cuixmala se encuentra
ubicada en el estado de Jalisco, México. Presenta un
clima tropical, cálido subhúmedo, con una marcada
estacionalidad. La precipitación promedio es de 731 mm y
la temperatura promedio anual es de 24.6 ºC. El promedio
de la temperatura máxima es 27.3 °C y el promedio de la
temperatura mínima es 21.5 °C. La vegetación dominante
de la región es bosque tropical caducifolio o selva baja.
En los arroyos y barrancas se localiza bosque tropical
subperennifolio o selva mediana, la cual presenta árboles
de talla mayor y una composición distinta a la anterior.
Existen otras comunidades de plantas, tales como los
manglares, tulares y la vegetación de las dunas costeras.
La selva de la Estación Chamela y sus alrededores es
una comunidad rica en especies vegetales; se pueden
encontrar 943 especies, 545 géneros representando 137
familias. En áreas aledañas a la Estación se encuentran
comunidades secundarias derivadas de la tala de la
selva original (Noguera et al. 2002).
Las Reservas Ecológicas de la UNAM, comprenden el
0.007% del territorio nacional, sin embargo la riqueza de
especies que alberga dentro de este pequeño porcentaje
es considerable. Se registra un total de 258 especies, que
representan el 22.16% de la herpetofauna registrada
para México (Tabla 4). La REPSA es la de menor tamaño,
258
Diversidad biológica e inventarios
no obstante 70 % de especies que ocurren en esta área
son endémicas de México. El número de especies que
presenta le confiere una extrema importancia y su
conservación debe ser motivo de mayor atención. El
impacto que tiene esta Reserva es mayor considerando
que se localiza directamente en contacto con la ciudad de
México y a que no existe una zona de amortiguamiento
que la circunde. Son varias las causas por las que la Reserva
del Pedregal de San Ángel demanda una mayor atención
multidisciplinaria y en particular de los biólogos. Este
trabajo pone de manifiesto la relevancia que tiene esta
área y su papel en la conservación de la herpetofauna.
Agradecimientos
Al Dr. Antonio Lot Helgueras por el apoyo otorgado para la realización del presente trabajo. Al Dr. Víctor Hugo Reynoso y Dr. Oscar Flores Villela, encargados de la Colección Nacional de Anfibios y Reptiles del IBUNAM y de la Colección
de Anfibios y Reptiles del Museo de la Facultad de Ciencias “Alfonso L. Herrera”, respectivamente. A Oscar Sánchez
Herrera por sus valiosos comentarios para la ubicación de la herpetofauna. A Felipe Correa, Raúl Rivera y Beatriz Rubio
por las facilidades para tener acceso a los ejemplares del Vivario y Colecciones de la FES-Iztacala. A Rafael Lara y Eric
Centenero por proporcionar parte del material fotográfico.
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Herpetofauna
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260
Diversidad biológica e inventarios
Avifauna
Noemí Chávez Castañeda y Marco A. Gurrola Hidalgo
Colección Nacional de Aves, Departamento de Zoología, Instituto de Biología,
Universidad Nacional Autónoma de México
[email protected]
Introducción
México arrojan un registro de 88 especies para la zona
sur (Velázquez y Romero, 1996) y 124 para la zona norte
(Varona, 2001). Asimismo, Ramírez (2004) determina que
la avifauna del Deportivo 18 de Marzo de la Delegación
Gustavo A. Madero está compuesta por 44 especies. De
acuerdo con Cabrera (1995), los antecedentes de estudios sobre aves realizados en el Distrito Federal constituyen una contribución histórica sobre el desarrollo de
las colectas ornitológicas que datan de 1888. Él infiere
que en más de un siglo los trabajos ornitológicos en los
ambientes urbanos han sido ignorados, debido a la ausencia de investigaciones registradas en el tema durante este
periodo.
En la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel de
Ciudad Universitaria (REPSA o Reserva del Pedregal) se
observan variaciones temporales en la comunidad de
aves que alberga, debido al proceso de urbanización.
Los inventarios formales que durante 34 años han realizado diferentes investigadores indican un número diferente
de especies. Esto sugiere que los cambios ambientales experimentados en las últimas tres décadas han intervenido
en la entrada y salida de especies, tanto residentes como
migratorias, así como en los cambios en los tamaños poblacionales de éstas (Ramos, 1974; Arizmendi et al. 1994;
Arenas, 2004).
En cuanto a los estudios directamente en la Reserva del
Pedregal, se ubica como pionero el de Ramos (1974),
quien registra 96 especies. Veinte años más tarde, Arizmendi et al. (1994) reportan un total de 106 especies,
identificando 10 especies adicionales. Durante esta década, se han hecho esfuerzos adicionales por conocer la
avifauna de la Reserva. Arenas (2004) registra 87 especies
y, un año más tarde, Chávez y Gurrola (2005) registran 125
especies, quienes reportan los datos de los primeros cinco años del proyecto de Monitoreo de Supervivencia invernal (MoSi). Chávez y Gurrola (2007) registran también
66 especies exclusivamente en la Zona de Amortiguamiento A3, conocida como “Cantera Oriente”. El último
trabajo es el de Díaz (2008) quien estudia la avifauna
del Jardín Botánico y la Unidad de Seminarios Ignacio
Chávez, encontrando un total de 79 especies.
El papel ecológico que desempeñan las aves como
polinizadoras y dispersoras de semillas promueve la
regeneración natural de la vegetación. Otras aves son
indicadoras de ciertas características del ambiente, y
otras más brindan servicios ambientales al actuar como
control de plagas de insectos y roedores. Las aves de rapiña, en particular, se encargan de limpiar las carreteras
y zonas a cielo abierto de cadáveres y carroña, los cuales
constituyen potenciales focos de infección que afectarían
la salud del hombre y otros animales. Las aves forman
parte de la cadena alimentaria (Beissinger, 1982; Bokotery,
1996; Mirabella et al. 1996).
En México se distribuyen alrededor de 1070 especies de
aves (AOU, 2008); de esta gran biodiversidad, el Distrito
Federal se caracteriza por la presencia de 330 especies
(Wilson y Ceballos, 1986). Otros estudios en el Valle de
261
Avifauna
Chávez y Gurrola
En este capítulo se presentan los datos obtenidos tras
siete años de estudios de la diversidad de aves en la
Reserva del Pedregal, entre los que se incluyen datos de
su estacionalidad, estatus de conservación, abundancia
y dieta, así como de su estatus como endémicas.
acuáticas que se concentran en los cuerpos de agua del
Jardín Botánico y Cantera Oriente y que se suman a la
lista de nuevas especies. En este sentido, se considera
que las especies acuáticas que se albergan en estos sitios, han encontrado un lugar de paso para pernoctar y,
en algunos casos, la posibilidad de establecerse por la
falta de competencia por alimento.
Procedimiento de evaluación
La familia Parulidae agrupa 19 especies (12%), y le siguen
las familias Tyrannidae con 14 (9.4%), Trochilidae con 12
(8.1%), Emberizidae con 11 (7.4 %) y Corvidae e Icteridae
con siete especies (4.7%) cada una (Apéndice 1).
Para elaborar el listado de las aves de la Reserva del
Pedregal se siguió la nomenclatura del AOU (1998)
y los suplementos 42 al 49 (AOU, 2000, 2002, 2003,
2004, 2005, 2006, 2007 y 2008). Los nombres comunes
fueron seleccionados de Birkenstein y Tomlinson (1981),
quienes hacen una recopilación a nivel nacional de los
diferentes nombres comunes, nativos y aztequismos
de las aves, seleccionando los más afines a la especie,
que no fueran repetitivos y dentro de lo posible, los
más simples, descriptivos y con menos palabras en su
contexto.
La riqueza ornitológica de la Reserva del Pedregal es
probablemente un reflejo de sus condiciones ecológicas, que aún no han sido severamente alteradas y también por la estructura de la vegetación de las áreas
verdes estrechamente ligada con la superficie de las
zonas verdes y a la heterogeneidad de la estructura de
la vegetación. Esta riqueza comparada con el total de
especies registradas para el Distrito Federal, representa un 45% de la avifauna metropolitana, un porcentaje
elevado comparativamente con otras áreas verdes de
la ciudad así como, la superficie con la que cuenta.
El estatus de residencia se basó en las observaciones de
campo durante el periodo de muestreo y el señalado
por Howell y Webb (1995). Aunque la abundancia de las
aves varía intra como interanualmente, las aves se agruparon en algunas categorías que han sido utilizadas
por algunos autores que han trabajado en el Valle de
México (Ramírez, 2000; Varona, 2001; Arenas, 2004). Esta
categorización es relativa por las fluctuaciones poblacionales, sin embargo constituyen un indicador general.
La categorización de la dieta de las aves fue la misma
que utilizaron Arizmendi et al. (1994), con variantes en
asociaciones de alimentación y por las nuevas especies
reportadas. Para determinar los endemismos se usó el
trabajo de González-García y Gómez de Silva (2003). Las
categorías de riesgo nacional o internacional fueron señaladas de acuerdo a Ceballos et al. (2000), NOM-059ECOL-2001 (2002), IUCN (2007) y UNEP-WCMC (2008).
Esta alta riqueza se puede adjudicar a que muchos de
los hábitats que ofrece este ecosistema no han sido demasiado alterados, a pesar de la urbanización (Nocedal,
1987).
Dentro de la misma Reserva, las aves se concentran en
sitios específicos como el Jardín Botánico, el cual registra aproximadamente 90 especies (Chávez y Gurrola, en
prep.), lo que representa el 60% de la avifauna de la Reserva, y se presupone que es un área con mayor número
de especies. Esto se puede deber a que allí se recrean
sitios de vegetación de diversas zonas del país, lo cual
incrementa la heterogeneidad del paisaje, como es la
presencia de zonas de demostración de una zona árida,
una templada, otra de plantas útiles y un área de crasuláceas, así como la zona de viveros adyacentes al Jardín,
lo cual ofrece la disponibilidad de una gran variedad de
recursos para alimentación, protección y anidación.
Resultados y discusión
Durante el período de estudio de siete años, se obtuvo
un inventario de 148 especies, 84 residentes (57%) y 64
migratorias (43%), distribuidas en 14 órdenes y 37 familias (Apéndice 1). Veinticuatro especies fueron abundantes (16%), 44 comunes (30 %), 31 raras (21%) y 37 muy
raras (25%) (Fig. 1). La riqueza específica se incrementa al
considerar 10 especies de rapaces diurnas y 12 especies
En cuanto a sus hábitos alimentarios (Fig. 2), se reconocieron siete gremios, sobresaliendo el de aves insectívoras con 52 especies que representa el 35%, seguido de
18 especies granívoras (12.1%), 17 frugívoras (11.4%) y
262
Diversidad biológica e inventarios
ABUNDANCIA
44
45
37
40
35
31
30
24
25
20
12
15
10
5
0
MA
A
C
R
MR
Fig. 1. Número de especies de aves de la Reserva del Pedregal, de acuerdo con su abundancia.
MA: Muy abundante, A: Abundante, C: Común, R: Rara, MR: Muy rara.
DIETA
60
52
50
40
30
20
8
10
13
8
9
5
13
14
10
4
1
2
3
3
3
Val
VaG
0
C
CI
F
FI
FN
I
IF
IG
NI
O
G
GF
GI
Fig. 2. Número de especies de aves de la Reserva del Pedregal, de acuerdo con su gremio de
alimentación.
C: Carnívoro, F: Frugívoro, I: Invertebrados, N: Nectarívoro, G: Granívoro, O: Omnívoro,
Va: Vegetación acuática.
263
Avifauna
Chávez y Gurrola
10 omnívoras (6.7%), y también se registran carnívoras y
carroñeras. De acuerdo a Lancaster y Rees (1979), al disminuir la urbanización, la abundancia de aves insectívoras aumenta porque hay una mayor cobertura vegetal
y a mayor urbanización menor número de insectívoras,
debido a que la diversidad de plantas que utilizan para
alimentarse es menor, además porque la contaminación
atmosférica tiene un fuerte impacto en su desarrollo. Nocedal (1987) sugiere que bajo estas condiciones, las especies granívoras y omnívoras incrementan su abundancia.
de esta urbanización, se distinguen tres hábitats importantes para este grupo de vertebrados: el terrestre, el
acuático y el relacionado con los ambientes artificiales.
En este último caso se encuentran las áreas del Jardín
Botánico y del Vivero Alto, las cuales constituyen las Zonas de Amortiguamiento A10 y A11, respectivamente.
El medio acuático se caracteriza por cuerpos de agua
localizados en la Cantera Oriente y cuatro pequeños estanques localizados dentro del Jardín Botánico, donde
se posicionan algunas aves acuáticas no cuantificadas
en estudios anteriores.
En el estatus de endemismo se detectan 28 especies
(19%), distribuidas en siete especies endémicas, seis
cuasiéndemicas y 15 semiendémicas. Trece especies
(8.7%) tienen algún estatus de conservación: dos están en peligro de extinción, cuatro están amenazadas
y siete en estatus de protección especial, lo cual refleja
la importancia de la avifauna presente en la Reserva del
Pedregal.
De acuerdo a información obtenida hasta el momento
se denota que la comunidad de aves de la REPSA establece y define sus territorios en defensa del uso de recursos y de hábitat para alimentarse y reproducirse, al
igual que lo hacen muchas otras comunidades de aves
en diferentes ambientes, salvo que esta área es muy significativa por la distribución y abundancia de sus zonas
arboladas en una zona altamente urbanizada. A pesar
Si bien estas observaciones forman parte de años de estudio, es evidente que representan una aproximación al
conocimiento de las comunidades de aves urbanas de
esta ciudad en constante desarrollo; por lo que se considera que es necesario continuar con los monitoreos,
dadas las presiones ejercidas por el crecimiento poblacional y de urbanización de la ciudad de México.
Se subraya la necesidad de proteger esta zona tan importante para la ciudad, como una de la áreas mejor
conservadas por su estructura y cobertura vegetal, de
modo que se permita el asentamiento de la fauna silvestre en general. Esto sin considerar que la REPSA ofrece
un área de recreación y educación a los habitantes de la
ciudad, tanto del presente como del futuro.
a) Anas discors, b)Anas clypeata, c)Chondrohierax uncinatus, d)Amazilia beryllina, e)Empidonax fulvifrons.
264
Diversidad biológica e inventarios
f)Pyrocephalus rubinus, g)Aphelocoma californica, h)Polioptila caerulea, i)Toxostoma curvirostre, j)Bombycilla cedrorum.
k)Vermivora celata, l)Diglossa barytula, m)Agelaius phoeniceus, n)Icterus abeillei, o)Icterus parisorum.
265
266
Falconiformes
Ciconiformes
Podicipediformes
Anseriformes
Orden
Falconidae
Accipitridae
Ardeidae
Podicipedidae
Anatidae
Familia
Aguililla cinchada
Aguililla cobriza. Chiscny
Parabuteo unicinctus (Temminck, 1824)
Buteo jamaicensis (Gmelin, 1788)
Gavilancito. Chia Mx
Gavilán palomero
Accipiter cooperii (Bonaparte, 1828)
Falco sparverius Linnaeus, 1758
Gavilán pechirufo
Accipiter striatus Vieillot, 1808
O
M(vi)
Rastrojero. Tlacuauhtli N
Circus cyaneus (Linnaeus, 1766)
R
MR
R
MR
MR
MR
MR
R
C
MR
MR
MR
M(vi)
VaS
VaS
Dieta 5
CI
C
C
C
C
C
C
CI
CI
CI
IVa
MR VaS
R
R
Abundancia 4
R
M(vi)
M(vi)
M(vi)
Pedrete gris. Acacahoactli N
Nycticorax nycticorax (Linnaeus, 1758)
Gavilán piquiganchudo (c)
R
Martinete
Butorides virescens (Linnaeus, 1758)
Chondrohierax uncinatus
(Temminck, 1822)
R
Garza morena
R
M(vi)
Ardea herodias Linnaeus,1758
Zambullidor piquipinto.
Acintle N
M(vi)
Pato cucharón (b).
Tempatlahoac
Anas clypeata Linnaeus, 1758
Podilymbus podiceps Linnaeus, 1758
M(vi)
Cerceta aliazul (a).
Metzcanauhautli N
Anas discors Linnaeus, 1766
R
Pato real. Tlalalacatl N
Nombre común y nativo
(especie ilustrada) 2
Residencia 3
Anas platyrhynchos Linnaeus, 1758
Especie 1
NOM-ECOL-05120017
Pr
Pr
Pr
Pr
A
Ceballos y
Marquez 8
Fr
CITES 9
II
II
II
II
II
II
II
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
IUCN 10
Endemismo 6
Apéndice 1. Avifauna de la Reserva del Pedregal con nombres comunes y nativos, residencia, abundancia, dietas, endemismos y estatus de conservación.
Los nombres nativos se señalan en negritas.
Avifauna
Chávez y Gurrola
267
Cuculiformes
Psittaciformes
Columbiformes
Caradriformes
Gruiformes
Orden
Psittacidae
Columbidae
Scolopacidae
Charadriidae
Rallidae
Familia
R(I)
Loro frentiblanca
Loro tamaulipeco.
Tlalacuezalli N
Loro cariamarillo
Loro cabeciamarilla
Amazona albifrons (Sparrman, 1788)
Amazona viridigenalis (Cassin, 1853)
Amazona autumnalis (Linnaeus, 1758)
Amazona oratrix Ridgway, 1887
R(I)
R(I)
R(I)
Catarina
Aratinga canicularis (Linnaeus, 1758)
MR
MR
MR
MR
MR
A
R
Torcacita. Cocotli
Columbina inca (Lesson, 1847)
R(I)
R
M(vi)
N
Llorona. Uilotl
Zenaida macroura (Linnaeus, 1758)
N
R
R(I)
M(vi)
Pitallera. Cehoilotl N
C
MR
Paloma doméstica
M(vi)
Zenaida asiatica (Linnaeus, 1758)
Alzacolita
R
Columba livia Gmelin, 1789
Actitis macularius (Linnaeus, 1766)
M(vi)
Tildío. Amacozcatl N
Charadrius vociferus Linnaeus, 1758
MR
A
R
M(vi)
A
R
Collarillo
Gallareta. Cuachiltón
Fulica americana Gmelin, 1789
N
Charadrius semipalmatus
Bonaparte, 1825
Gallinita
Gallinula chloropus (Linnaeus, 1758)
MR
Halcón mexicano. Thotli
Falco mexicanus Schleger, 1850
M(t)
Halcón peregrino
Falco peregrinus Tunstall, 1771
MR
MR
Halcón palomero. Cenotzqui N
Falco columbarius Linnaeus, 1758
Abundancia 4
M(vi)
M(vi)
Nombre común y nativo
(especie ilustrada) 2
N
Residencia 3
Especie 1
Dieta 5
F
F
F
F
F
G
GF
GF
GF
I
I
I
VaI
VaI
CI
CI
CI
Endemismo 6
CE
CE
NOM-ECOL-05120017
P
P
Pr
A
Pr
Ceballos y
Marquez 8
Ep
Ep
Ep
Ep
CITES 9
II
II
I
II
II
II
I
II
IUCN 10
EN
LC
EN
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
Diversidad biológica e inventarios
Apodiformes
Caprimulgiformes
Strigiformes
Orden
268
Trochilidae
Apodidae
Caprimulgidae
Strigidae
Tytonidae
Cuculidae
Familia
Tecolotón
Bubo virginianus (Gmelin, 1788)
Chupaflor matraquita
Pico de coral
Chupaflor berilo (d)
Chupaflor coronivioleta
Chupaflor gorgiazul
Chupaflor magnífico
Chupaflor lucifer
Chupaflor rubí
Hylocharis leucotis (Vieillot, 1818)
Amazilia beryllina (Deppe, 1830)
Amazilia violiceps (Gould, 1859)
Lampornis clemenciae (Lesson, 1829)
Eugenes fulgens (Swainson, 1827)
Calothorax lucifer (Swainson, 1827)
Archilochus colubris (Linnaeus, 1758)
Avioncito.
Chaetura vauxi (Townsend, 1839)
Verdemar
Golondrinón
Streptoprocne semicollaris
Saussure, 1859
Cynanthus latirostris Swainson, 1827
Vencejo cuellicastaño
Streptoprocne rutila (Vieillot, 1817)
Colibri thalassinus (Swainson, 1827)
Vencejo negro
Cypceloides niger (Gmelin, 1789)
Cuerporruín. Ehecachichinqui N
Tecolotito occidental
Otus kennicottii (Elliot, 1867)
Caprimulgus vociferus Wilson, 1812
Lechuza de campanario.
Yohoaltecolotl N
Abejarruco
Nombre común y nativo
(especie ilustrada) 2
Tyto alba (Scopoli, 1769)
Coccyzus americanus (Linnaeus, 1758)
Especie 1
Residencia 3
M(t)
R
R
R(v)
R
R
R
R
R(v)
M(vi)
R(v)
R(v)
R
R
R
R
R
M(t)
Abundancia 4
R
R
C
R
C
A
A
A
C
R
C
R
C
R
MR
MR
R
MR
Dieta 5
NI
NI
NI
NI
NI
NI
NI
NI
NI
I
I
I
I
I
C
C
CI
I
Endemismo 6
SE
SE
SE
SE
E
NOM-ECOL-05120017
Pr
CITES 9
II
II
II
II
II
II
II
II
II
II
II
IUCN 10
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
Avifauna
Chávez y Gurrola
Ceballos y
Marquez 8
Passeriiformes
Piciformes
Orden
Laniidae
Tyrannidae
Picidae
Familia
Mosquerito silvador
Elenia verdosa
Tengofrío mayor
Tengofrío occidental
Mosquerito mínimo
Mosquerito pasajero
Mosquerito oscuro
Mosquero barranqueño
Mosquero pechicanelo (e)
Cardenalito (f). Tlapaltototl
Copetona
Truenapico
Chilera
Tijería
Myiopagis viridicata (Vieillot, 1817)
Contopus pertinax
Cabanis and Heine, 1859
Contopus sordidulus Sclater, 1859
Empidonax minimus
(Baird and Baird, 1843)
Empidonax hammondii
(Xántus de Vesey, 1858)M(vi)
Empidonax oberholseri Phillips, 1939
Empidonax occidentalis Nelson, 1897
Empidonax fulvifrons (Giraud, 1841)
Pyrocephalus rubinus (Boddaert, 1783)
Myiarchus tuberculifer
(d´Orbigny and Lafresnaye, 1837)
Myiarchus cinerascens (Lawrence, 1851)
Tyrannus vociferans Swainson, 1826
Tyrannus forficatus (Gmelin, 1789)
Tr
Camptostoma imberbe Sclater, 1857
Carpintero alirrojo. Kreto
Colaptes auratus (Linnaeus, 1758)
Zumbador rufo
Selasphorus rufus (Gmelin, 1788)
Chejé
Zumbador coliancho
Selasphorus platycercus
(Swainson, 1827)
Picoides scalaris (Wagler, 1829)
Chupaflor rafaguitas
Nombre común y nativo
(especie ilustrada) 2
Stellula calliope (Gould, 1847)
Especie 1
N
Residencia 3
269
M(t)
R
M(t)
MR
A
MR
C
C
R
R
R
C
R
R
R
C
C
C
R
R
M(vi)
M(vi)
M(t)
R(v)
R
R(v)
MR
MR
R
R(v)
C
R
R
R
Abundancia 4
R
M(vi)
M(vi)
M(vi)
Dieta 5
I
I
I
I
I
I
I
I
I
I
I
I
I
I
I
I
NI
NI
NI
Endemismo 6
SE
SE
SE
SE
SE
CITES 9
II
II
II
IUCN 10
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
Diversidad biológica e inventarios
Ceballos y
Marquez 8
NOM-ECOL-05120017
Orden
270
Troglodytidae
Aegithalidae
Hirundinidae
Corvidae
Vireonidae
Familia
Capichocho. Katzas Tr
Saltapared tepetatero
Matraquita
Thryomanes bewickii (Audubon, 1827)
Troglodytes aedon Vieillot, 1809
Sastrecito
Catherpes mexicanus (Swainson, 1829)
Psaltriparus minimus (Townsend, 1837)
M(vi)
R
R
R
R(v)
Hirundo rustica Linnaeus, 1758
M(t)
R
R(v)
Cuervo grande
Corvus corax Linnaeus, 1758
R
Golondrina tijerilla.
Cuicuitzcatl N
Grajo azul
Aphelocoma ultramarina
(Bonaparte, 1825)
R
Avioncito
Chara azuleja (g)
Aphelocoma californica (Vigors, 1839)
R(I)
R(I)
Petrochelidon pyrrhonota Vieillot, 1817
Cháchara
Cyanocorax sanblasianus
(Lafresnaye, 1842)
Golondrina aliaserrada
Picachayote
Cyanocorax yncas (Boddaert, 1783)
R(I)
R(o)
M(vi)
R
M(vi)
M(t)
R
Residencia 3
Stelgidopteryx serripennis
(Audubon, 1838)
Urraca hermosa
Vireo gorjeador
Vireo gilvus (Vieillot, 1808)
Calocitta formosa (Swainson, 1827)
Vireo oliváceo
Vireo huttoni Cassin, 1851
Chachara copetona.
Cuauhgallito
Vireo de Cassin
Vireo cassini Xantus de Vesey, 1858
Cyanocitta stelleri (Gmelin, 1788)
Vireo aceitunado
Verduguillo.
Tentzompanmamana N
Nombre común y nativo
(especie ilustrada) 2
Vireo bellii Audubon, 1844
Lanius ludovicianus (Linnaeus, 1766)
Especie 1
Abundancia 4
A
A
A
MA
A
A
A
MR
R
C
MR
MR
MR
C
C
C
R
C
C
Dieta 5
I
I
I
I
I
I
I
O
O
O
O
O
O
O
IF
IF
IF
IF
CI
Endemismo 6
E
SE
IUCN 10
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
NT
LC
Avifauna
Chávez y Gurrola
CITES 9
Ceballos y
Marquez 8
NOM-ECOL-05120017
Orden
271
Parulidae
Ptilogonatidae
Bombycillidae
Sturnidae
Mimidae
Turdidae
Sylviidae
Regulidae
Familia
Gusanero verdillo
Gusanero coronianaranjada (k)
Gusanero coroniocre
Gusanero de Virginia
Jarero
Chipe negrigris
Chipe dorsiverde
Chipe negriamarillo
Vermivora celata (Say, 1823)
Vermivora ruficapilla (Wilson, 1811)
Vermivora virginiae (Baird, 1860)
Dendroica coronata (Linnaeus, 1766)
Dendroica nigrescens (Townsend, 1837)
Dendroica virens (Gmelin, 1789)
Dendroica townsendi (Townsend, 1837)
Jaltomatero
Chinito (j). Cacuantototl N
Vermivora peregrina (Wilson, 1811)
Ptilogonys cinereus Swainson, 1827
Bombycilla cedrorum Vieillot, 1808
Estornino
M(vi)
M(t)
M(vi)
M(vi)
M(vi)
M(vi)
M(vi)
M(t)
R
M(vi)
R(I)
R
Mulato. Tzompan N
Melanotis caerulescens (Swainson, 1827)
Sturnus vulgaris Linnaeus, 1758
R
Huitlacoche (i).
Cuitlacochtotol N
R
Toxostoma curvirostre (Swainson, 1827)
Primavera real
Turdus migratorius Linnaeus, 1766
R
M(vi)
R
Primavera chivillo
Turdus rufopalliatus (Lafresnaye, 1840)
Cenzontle. Centzontlatolli N
Zorzalito colirrufa
Catharus guttatus (Pallas, 1811)
M(t)
M(vi)
M(vi)
Residencia 3
Mimus polyglottos (Linnaeus, 1758)
Solitario
Pisita (h)
Chispita
Nombre común y nativo
(especie ilustrada) 2
Catharus ustulatus (Nuttall, 1840)
Polioptila caerulea (Linnaeus, 1766)
Regulus calendula (Linnaeus, 1766)
Especie 1
Abundancia 4
C
C
C
MA
R
MA
MA
C
MA
MA
C
C
A
MR
MA
MA
A
C
A
A
Dieta 5
I
I
I
I
I
I
I
I
FI
FI
IG
IF
IF
IF
IF
IF
IF
IF
IF
I
Endemismo 6
SE
SE
CE
E
CE
IUCN 10
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
Diversidad biológica e inventarios
CITES 9
Ceballos y
Marquez 8
NOM-ECOL-05120017
Orden
272
Cardinalidae
Emberizidae
Thraupidae
Familia
Chipe enmascarado
Chipe coroninegra
Pavito gorricastaña
Chipe gorrirrufa
Buscabreña
Geothlypis nelsoni Richmond, 1900
Wilsonia pusilla (Wilson, 1811)
Myioborus miniatus (Swainson,1827)
Basileuterus rufifrons (Swainson,1838)
Icteria virens (Linnaeus, 1758)
Rascador coronirufa
Viejita. Llamatótol
Zacatonero coronirufo
Gorrión cejiblanco
Gorión barbinegro
Gorrión arlequín
Gorrión cantor
Pipi
Ojilumbre. Ixtentlimuyotzi
Melozone kieneri (Bonaparte, 1851)
Pipilo fuscus Swainson, 1827
Aimophila ruficeps (Cassin, 1852)
Spizella passerina Bechstein, 1798
Spizella atrogularis (Cabanis, 1851)
Chondestes grammacus (Say, 1823)
Melospiza melodia (Wilson, 1810)
Melospiza lincolnii (Audubon, 1834)
Junco phaeonotus Wagler, 1831
Cardinalis cardinalis (Linnaeus, 1758)
Saltón hierbero
Atlapetes pileatus Wagler, 1831
N
Copetoncito. Kuin-huriata Tr
N
Picaflor (l)
Diglossa baritula Wagler, 1832
Tángara cabeciroja
Chipe de Tolmie
Oporornis tolmiei (Townsend, 1839)
Piranga ludoviciana (Wilson, 1811)
Laguerito
Seiurus noveboracensis (Gmelin, 1789)
Quitrique
Chipe suelero
Seiurus aurocapilla (Linnaeus, 1766)
Piranga rubra (Linnaeus, 1758)
Guajolotito
Setophaga ruticilla (Linnaeus, 1758)
Candelo
Limpiatronco
Mniotilta varia (Linnaeus, 1766)
Piranga flava (Vieillot, 1822)
Chiltote
Nombre común y nativo
(especie ilustrada) 2
Dendroica occidentalis (Townsend, 1837)
Especie 1
Residencia 3
C
MR
R(v)
R(v)
C
A
C
C
MA
M(vi)
R
R
R
R
A
A
R
R
C
C
A
C
C
C
R
R
C
MA
C
A
R
R
MR
MR
MR
Abundancia 4
R(v)
R
R
M(vi)
M(vi)
M(vi)
M(t)
R
R(v)
M(vi)
R
M(vi)
M(vi)
M(vi)
M(t)
M(vi)
M(vi)
Dieta 5
FI
GI
GI
GI
GI
GI
GI
GI
O
GI
IF
NI
FI
FI
FI
I
I
I
I
I
I
I
I
I
I
I
Endemismo 6
CE
E
E
CE
E
NOM-ECOL-05120017
A
IUCN 10
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
Avifauna
Chávez y Gurrola
CITES 9
Ceballos y
Marquez 8
273
37
Passeridae
Fringillidae
Icteridae
Familia
Bolsero de Bullock
Bolsero oscuro (n)
Bolsero tunero (o)
Icterus bullockii (Swainson, 1827)
Icterus abeillei (Lesson, 1839)
Icterus parisorum Bonaparte, 1838
148
Passer domesticus (Linnaeus, 1758)
Gorrión inglés
Dominiquito dorado
Bolsero castaño
Icterus spurius (Linnaeus, 1766)
Carduelis psaltria (Say, 1823)
Tordo ojirojo
Molothrus aeneus (Wagler, 1829)
Burrero. Nochtótol N
Zanate. Tzánatl N
Quiscalus mexicanus (Gmelin, 1788)
Carpodacus mexicanus (Müller, 1776)
Sargento (m). Acolchichic N
Agelaius phoeniceus (Linnaeus, 1766)
R
R
R
R
R
M(vi)
M(t)
Rv)
R
R(v)
C
C
MA
C
C
C
MR
MA
R
C
R
A
M(t)
GIetecolores. Huautótol
Passerina ciris (Linnaeus, 1758)
N
Azulito
Passerina cyanea (Linnaeus, 1766)
R
R(v)
Azulejo maicero. Elotótol N
Passerina caerulea (Linnaeus, 1758)
A
MR
Abundancia 4
M(vi)
M(vi)
Tigrillo
Pheucticus melanocephalus
(Swainson, 1827)
M(t)
Ahorcado. Yollotótol N
Nombre común y nativo
(especie ilustrada) 2
Residencia 3
Pheucticus ludovicianus (Linnaeus, 1766)
Especie 1
Dieta 5
GI
GI
GI
FN
FN
FN
FN
O
O
IG
GI
GI
GI
FI
FI
Endemismo 6
SE
E
SE
SE
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
LC
NT
LC
LC
LC
LC
IUCN 10
CITES 9
Ceballos y
Marquez 8
NOM-ECOL-05120017
1. Listado en orden filogenético.
2. N: náhuatl, Mx: mixteco, O: otomí, Tr: tarasco.
3. R: residente, R(I): residente introducido o exótica, Ro: residente de otoño, Rv: residente de verano, M(vi): migratorio visitante de invierno, M(t): migratorio transitorio.
4. MA: muy abundante, A: abundante, C: común, R: rara, MR: muy rara.
5. C: carnívoro, F: frugívoro, I: Invertebrados, N: nectarívoro, G: granívoro, S: semillas, O: omnívoro, Va: vegetación acuática.
6. E: endémica, CE: cuasiendémica y SE: semiendémica.
7. P: en peligro, A: amenazada, Pr: protección especial, E: probablemente extinta en el medio silvestre.
8. Según Ceballos y Márquez (2000): E: extinta, Ex: extirpada o probablemente extinta, Ep: en peligro de extinción, A: amenazada, Fr: frágil.
9. I: especies en peligro de extinción, que son o pueden ser afectadas por su comercio, II: especies que no se encuentran en peligro de extinción, pero están amenazadas y pueden llegar
a la primera situación, III: especies que están sometidas a una reglamentación territorial y que requieren de la cooperación de otros países para controlar su comercio.
10. EX: Extinta, EW: extinta en la naturaleza, PE: críticamente amenazada, EN: en peligro de extinción, VU: vulnerable, NT: dependiente de la conservación, LC: bajo riesgo, DD: deficiente
en información, NE: no valorado.
14
Orden
Diversidad biológica e inventarios
Avifauna
Chávez y Gurrola
Agradecimientos
Los autores desean expresar su agradecimiento a los Dres. Antonio Lot Helgueras y Javier Caballero Nieto, así como
al Biól. Francisco M. Martínez Pérez, por su apoyo y facilidades al permitir el acceso a distintas áreas de la REPSA a fin
de llevar a cabo los monitoreos. A Ernesto González Mejía por su incondicional apoyo durante el trabajo de campo
en todos estos años.
Literatura citada
AOU, AMERICAN ORNITHOLOGIST´S UNION. 1998. Checklist of North American birds. Consultado en: http://
www.aou.org/aou/birdlist.htm.
AOU. 2000. Forty-second Supplement to the American
Ornithologists’ Union. Check-list of North American birds. The Auk, 117:847–858.
AOU. 2002. Forty-third Supplement to the American
Ornithologists’ Union. Check-list of North American
birds. The Auk, 119:897–906.
AOU. 2003. Forty-fourth Supplement to the American
Ornithologists’ Union. Check-list of North American birds. The Auk, 120:923–931.
AOU. 2004. Forty-fifth Supplement to the American
Ornithologists’ Union. Check-list of North American
birds. The Auk, 121:985–995.
AOU. 2005. Forty-sixth Supplement to the American
Ornithologists’ Union. Check-list of North American
birds. The Auk, 122:1026–1031.
AOU. 2006. Forty-seventh Supplement to the American
Ornithologists’ Union. Check-list of North American
birds. The Auk, 123:926–936.
AOU. 2007. Forty-eighth Supplement to the American
Ornithologists’ Union. Check-list of North American birds. The Auk, 124:1109–1115.
AOU. 2008. Forty-ninth Supplement to the American
Ornithologists’ Union. Check-list of North American birds. The Auk, 125:758–768.
ARENAS, S. 2004. Distribución y fenología de la avifauna
del Ajusco Medio y del Pedregal de San Ángel. D. F.
México. Tesis profesional. Facultad de Ciencias, Universidad Nacional Autónoma de México, México.
ARIZMENDI, M., A. ESPINOZA Y F. ORNELAS. 1994. Las
aves del Pedregal de San Ángel. Pp. 239-260. En:
Rojo, A. (comp.). La reserva ecológica “El Pedregal
de San Ángel: ecología, historia natural y manejo. Universidad Nacional Autónoma de México,
México.
BEISSINGER, S Y D. OSBORNE. 1982. Effects of urbanization on avian community organization. The Condor,
84: 75-83
BIRDLIFE INTERNATIONAL. 2008. The BirdLife checklist of
the birds of the world, with conservation status and
taxonomic sources. Versión 1. Consultado en: http://
www.birdlife.org/datazone/species/downloads/
BirdLife_Checklist
BIRKENSTEIN, L. 1981. Native name of Mexican birds. Res.
Publ. U.S. Fish Wildlife Service, 139:1-159.
BOKOTERY, A. 1996. Preliminary results of work on the
ornithological atlas of Lvov City. (Ukraine). Acta Ornitológica, 31: 85-88.
CABRERA, L. 1995. Ecología comparativa de dos comunidades de aves en un bosque templado del Ajusco
Medio, D. F. Tesis profesional. Facultad de Ciencias,
Universidad Nacional Autónoma de México, México.
CEBALLOS, G., M. DEL C. ARIZMENDI Y L. MÁRQUEZ.
2000. La diversidad y conservación de las aves de
México. Pp. 23-68. En: Ceballos, G. y V.L. Márquez
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la Biodiversidad y Fondo de Cultura Económica,
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CHÁVEZ, N. Y M. A. GURROLA. 2007. Aves. Pp. 221-253. En:
Lot, A. (coord.). Guía ilustrada de la Cantera Oriente:
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DÍAZ, S. C. 2008. Distribución espacio temporal de la avifauna en la zona árida y zona templada del Jardín
Botánico del Instituto de Biología y los Viveros de
la Unidad de Seminarios Ignacio Chávez, UNAM,
274
Diversidad biológica e inventarios
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275
Diversidad biológica e inventarios
Mamíferos silvestres
Yolanda Hortelano-Moncada, Fernando A. Cervantes y Aída Trejo
Departamento de Zoología, Instituto de Biología,
Universidad Nacional Autónoma de México
[email protected]
Introducción
(Ceballos y Galindo, 1984; Hall, 1981; Hall y Kelson, 1959,
Sánchez et al., 1989; Villa, 1952, 1966). Posteriormente
se realizan estudios particulares para el área, como inventarios sobre los mamíferos silvestres del Pedregal
(Álvarez et al., 1982), estudios que abordan aspectos de
la historia natural de algunas especies (Chávez y Ceballos, 1992,1994; Chávez, 1993a, b) o aspectos sobre la
distribución, abundancia y estado actual de sus poblaciones (Negrete et al., 1994). Desafortunadamente,
no se documentaron los resultados con la preparación de ejemplares de museo, registro en catálogos o
por algún otro mecanismo, lo que hace imposible verificar dichos resultados.
Los mamíferos tienen un gran valor cultural, ecológico
y económico, por lo que su estudio ha traído cada vez
mayores beneficios para el ser humano, sin embargo
sus poblaciones se han reducido drásticamente, siendo
la causa principal la acelerada transformación del hábitat natural, la urbanización y la contaminación.
En la Ciudad de México, una de las mayores urbes a nivel
mundial, todavía es posible encontrar algunas especies
nativas de mamíferos medianas y pequeñas que han logrado sobrevivir en los suburbios, en jardines y parques
citadinos o en algunas construcciones antiguas. En la
actualidad uno de los pocos ecosistemas naturales del
sur del Valle de México es la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel de Ciudad Universitaria (REPSA),
que es custodiada y manejada por la Universidad Nacional Autónoma de México. Recientemente las medidas
para manejar esta reserva condujeron a incrementar
su área (de 146.8 a 237.3 ha.), rezonificarla y definir sus
límites (de la Fuente, 2005; Prado y Peralta, 2005; REPSA,
2007). Al mismo tiempo se aplicaron acciones para su protección y vigilancia con la finalidad de asegurar la conservación de este patrimonio. A fin de ayudar a cumplir con
este propósito, se han efectuado diversos estudios para
conocer la diversidad biológica de la REPSA. Desafortunadamente, el inventario de la fauna está incompleto y la
información disponible es escasa y aislada.
Es necesario entonces, generar información básica y
documentada sobre el componente mastozoológico de
la biodiversidad del área que proporcione herramientas para un programa adecuado de conservación de
la Reserva. Por lo tanto, el propósito de este trabajo es
reportar el inventario actualizado de los mamíferos de
la REPSA que incluya la actualización de la nomenclatura y la corroboración de la identidad taxonómica de
los ejemplares que están depositados en las colecciones
biológicas.
Materiales y métodos
El inventario actualizado de la Reserva fue obtenido
revisando cuidadosamente la literatura y los registros
en colecciones biológicas. Por otro lado, la búsqueda
de registros de mamíferos de la REPSA y alrededores
depositados en colecciones biológicas, se hizo al través
Los primeros registros de mamíferos en el área de la
Reserva surgieron de evaluaciones mastofaunísticas
globales sobre Norteamérica y la Cuenca de México
277
Mamíferos silvestres
Hortelano-Moncada y colaboradores
de Internet, en los bancos de datos de la Unidad de Informática para la Biodiversidad (UNIBIO), Portal de Biodiversidad, Instituto de Biología, UNAM (http://unibio.
ibiologia.unam.mx) y el Portal Mammal Networked
Information System, MANIS (Wieczorek, 2001, http://
manisnet.org), mientras que en otras se solicitó la base
de datos a los responsables de los acervos ó se realizó la
toma de datos directamente de los ejemplares y catálogos asociados a ellos.
en la literatura.
La información obtenida de la georreferenciación se
visualizó utilizando el software Arcview y el mapa
digitalizado de la REPSA preparado por el Instituto de
Geografía, UNAM (Peralta et al., 2005; REPSA, 2007). Por
otro lado, se actualizó la nomenclatura y clasificación de
los nombres de los mamíferos encontrados en la REPSA
de acuerdo al listado taxonómico de Ramírez-Pulido et al.
(2005), con excepción de la Familia Heteromyidae donde
se siguieron las recomendaciones de Hafner et. al. (2007).
Debido a la vecindad de la REPSA con las instalaciones
del Instituto de Biología, UNAM, los autores efectuaron colectas ocasionales en el área de estudio en relación a otros proyectos, en donde se utilizaron redes
de niebla, trampas Sherman y Tomahawk. Asimismo,
los autores recuperaron del área de estudio, mamíferos muertos atropellados o probablemente mordidos
por perros, como musarañas, tlacuaches y ardillas y
en menor número zorrillos y cacomixtles. Todos los
ejemplares se prepararon como ejemplares de museo
y, posteriormente fueron determinados taxonómicamente siguiendo los procedimientos convencionales
(Hall, 1981; Medellín et al., 1997; Villa y Cervantes, 2003).
El material resultante de las colectas se depositó y catalogó en la Colección Nacional de Mamíferos (CNMA)
del IBUNAM.
Resultados
Se identificaron 16 referencias donde se mencionan registros de mamíferos para la REPSA (Álvarez et al., 1982; Castellanos, 2006; Ceballos y Galindo, 1984; Chávez, 1993a,
1993b; Chávez y Ceballos, 1992, 1994; García, 2007; Hall,
1981; Negrete, 1991; Negrete y Soberón, 1994; Sánchez et
al., 1989; Villa, 1952, 1966; Villa y Cervantes, 2003; Villa y
Sánchez, 1991), ocho son exclusivas de mamíferos de la
REPSA y el resto son evaluaciones globales de la Cuenca
de México, del país o de Norteamérica (Tabla 1). El trabajo
más antiguo en donde se hace referencia a mamíferos de
la REPSA es de Villa (1952) y el más reciente corresponde
al de García (2007).
Un total de 20 colecciones nacionales y extranjeras
fueron consultadas, sin embargo solo en las siguientes
ocho se encontraron registros, se anota el nombre
completo de la colección, en negritas el acrónimo
(Hafner, et al. 1997) y entre paréntesis, el número de
registros en cada una de ellas. Colección Nacional de
Mamíferos, Instituto de Biología, UNAM, CNMA (297);
Museum of Zoology, University of Michigan UMMZ (151);
Colección de Cordados, Escuela Nacional de Ciencias
Biológicas, Instituto Politécnico Nacional, ENCB (52);
Field Museum of Natural History, FMNH (43); Natural
History Museum, University of Kansas, KU (36); Museum
of Vertebrate Zoology, University of California, Berkeley,
MVZ (34) Museo de Zoología “Alfonso L. Herrera”,
Facultad de Ciencias, UNAM, MZFC (10) y Universidad
Autónoma Metropolitana, Iztapalapa, UAMI (5). La base
de datos elaborada a partir de estos registros, así como
de los ejemplares colectados recientemente, produjo
un total de 628 registros de mamíferos para la REPSA y
alrededores (Apéndice 1, Base disponible en el Portal
UNIBIO: http//unibio.ibunam.mx).
Para el manejo y análisis de los datos se elaboró una
base de datos con el programa Microsoft Access
2003, donde se incorporó la información biológica
y la geográfica de los ejemplares en 50 campos de
acuerdo con los lineamientos del Darwin Core (Ver. 3.0)
y de MaNIS/HerpNet/ORNIS Georeferencing Guidelines
(Wieczorek, 2001). Los nombres de las localidades
de colecta fueron estandarizados y corregidos en
caso necesario consultando los diarios y catálogos de
campo y para cada una de las localidades se calcularon
las coordenadas geográficas empleando la guía
para georreferenciar de Manis (Wieczorek, 2001). En
colectas recientes los datos se registraron usando un
geoposicionador geográfico Garmin y para el resto se
utilizaron listados de localidades (INEGI, 2000) y cartas
topográficas a escalas de 1:50,000 ó 1:100,000 (INEGI,
1992, 2001; SCT, 1987). Asimismo, para estandarizar los
procedimientos de georreferenciación de localidades
de colecta referidas a instalaciones del campus de los
ejemplares colectados en el pasado con los recientes, las
coordenadas se tomaron con un geoposicionador frente
a la entrada principal de las instalaciones mencionadas
278
Diversidad biológica e inventarios
Tabla 1. Registros bibliográficos de la mastofauna silvestre de la Reserva del Pedregal. El arreglo se realiza de acuerdo a
Ramírez-Pulido et al. (2005), con excepción de la familia Heteromyidae (Hafner, 2007). 1. Villa (1952); 2. Villa (1966); 3. Hall
(1981), 4. Ceballos y Galindo (1984), 5. Sánchez et al. (1989), 6. *Negrete (1991) y *Negrete y Soberón (1994), 7. Chávez y
Ceballos (1992,1994), 8. *Chávez (1993b), 9. *Alvarez et al. (1982), 10. Villa y Cervantes (2003) y PE. Presente estudio. Con un
asterisco se marca la publicación exclusiva de la REPSA y los nuevos Registros. Dos asteriscos indican registros publicados pero no enlistados en los inventarios previos para la Reserva y con tres asteriscos aquellas especies no reconocidas
por los autores del presente estudio por no encontrar evidencia de su presencia en la zona. En la segunda columna los
sinónimos publicados en estos listados y con un superíndice la publicación en la que aparecen.
Especie
Sinónimos
1
2
3
4
5
6
7
8
9 10 PE
Didelphis virginiana californica
X
X
X
X
X
X
Sylvilagus floridanus orizabae
S. orizabae 9, S.floridanus 9,
X
X
X
X
X
*Sciurus aureogaster nigrescens
X
**Spermophilus adocetus adocetus
X
***Spermophilus mexicanus mexicanus
X
X
X
Spermophilus variegatus variegatus
X
X
X
X
X
X
***Microtus mexicanus mexicanus
X
X
Baiomys taylori analogus
X
X
X
X
X
Neotoma mexicana torquata
X
X
X
X
X
X
Peromyscus gratus gratus
P. truei gratus 9, P. gratus 8
X
X
X
X
X
X
X
Peromyscus maniculatus labecula
X
X
X
*Peromyscus melanophrys melanophrys
X
***Peromyscus melanotis
X
X
X
Reithrodontomys fulvescens toltecus
X
X
X
X
X
X
Reithrodontomys megalotis saturatus
X
X
X
X
X
Sigmodon hispidus
S. h. berladieri
obvelatus
X
X
X
X
Cratogeomys merriami merriami
Pappogeomys merriami 9, 7, 6
X
X
X
X
X
Liomys irroratus alleni
X
X
X
Urocyon cinereoargenteus nigrirostris
X
X
X
X
Mephitis macroura macroura
X
X
X
X
Spilogale putorius angustifrons
S. angustifrons 9
X
X
X
X
Bassariscus astutus astutus
X
X
X
Mustela frenata frenata
M. frenata perotae 6
X
X
X
Sorex saussurei saussurei
X
X
X
X
X
X
4, 6, 7, 10
279
, S. h.
Mamíferos silvestres
Hortelano-Moncada y colaboradores
Especie
Sinónimos
1
2
3
4
5
6
7
8
9 10 PE
***Sorex ventralis
S. oreopolus , S. oreopolus
ventralis 7
X
X
X
X
***Pteronotus parnelli mexicanus
P. parnelli mexicana 9
X
Mormoops megalophylla megalophylla
X
X
X
X
X
Leptonycteris curasoae yerbabuenae
L. yerbabuenae 9, L. sanborni 5
X
X
X
X
X
X
X
***Leptonycteris nivalis
X
X
Anoura geoffroyi lasiopyga
X
X
X
X
Choeronycteris mexicana
X
X
X
X
X
Tadarida brasiliensis mexicana
X
X
X
X
X
X
X
Nyctinomops macrotis
Tadarida macrotis 9
X
X
X
X
X
**Lasiurus blossevillii teliotis
L. borealis teliotis 5
X
X
Lasiurus cinereus cinereus
X
X
X
X
X
X
Corynorhinus mexicanus
Plecotus mexicanus 9, 6, 8
X
X
X
X
X
X
X
Idionycteris phyllotis
Plecotus phyllotis2
X
X
X
X
X
X
X
Eptesicus fuscus miradorensis
X
X
X
X
Myotis velifer velifer
X
X
X
X
X
***Myotis occultus
M. lucifugus occultus9
X
***Eumops underwoodi sonoriensis
E. u. underwoodii
X
X
5
Los ejemplares de la REPSA depositados en las colecciones biológicas antes mencionadas están preservados
en piel, cráneo, esqueleto ó alcohol, en donde, el ejemplar más antiguo corresponde a 1943 y el más reciente
a 2008. Aproximadamente 50 colectores contribuyeron
con la colecta de ejemplares y durante el periodo de
1943 -1949 se realizó la colecta más numerosa, con 303
ejemplares.
13 especies (39.5%), le siguen los murciélagos (Orden Chiroptera) con 4 familias 11 géneros y 12 especies (36.5%).
Los cacomixtles, zorras y zorrillos, Orden Carnivora, están
representados por 4 familias 5 géneros y 5 especies (15%).
Además hay en el Pedregal una especie de musaraña, una
de tlacuache y una de conejo, Ordenes Soricomorpha, Didelphimorphia y Lagomorpha, respectivamente (Tabla 2).
Los mamíferos exóticos y ferales que habitan la REPSA,
como la rata de caño (Rattus norvegicus), el ratón
doméstico (Mus musculus), el gato doméstico (Felis
silvestres) y el perro doméstico (Canis familiaris), no
fueron considerados en la lista de resultados.
El número total de especies nativas registradas en este
estudio para la REPSA fue de 33, agrupadas en 28 géneros, 15 familias y seis órdenes, en el cual están incluidos
dos nuevos registros para el área de estudio: la ardilla
gris, Sciurus aureogaster nigrescens (Fig. 2a), y el ratón del
Altiplano, Peromyscus melanophrys (Tabla 2).
La distribución espacial de las especies listadas comprende el área de la REPSA (zona núcleo y de amortiguamiento), el campus de Ciudad Universitaria y zonas
aledañas, San Jerónimo, Pedregal de San Ángel, Tizapán
Las ardillas, tuzas, ratas y ratones (Orden Rodentia) son los
mamíferos mejor representados con 4 familias 9 géneros y
280
Diversidad biológica e inventarios
Tabla 2. Mamíferos de la Reserva del Pedregal. Con un asterisco se marcan aquellos mamíferos registrados por primera
vez para esta área y con dos asteriscos registros publicados pero no enlistados en los inventarios previos. Asimismo, se
anota la categoría de riesgo (CR) de cada taxón (SEMARNAT, 2002) en donde A= especie amenazada y Pr= Especie en
protección especial y si es un taxón endémico (EN) o monotípico (Mo); (Ramírez-Pulido et al., 2005; Hafner et.al., 2007).
Nombre común
CR
EN
Mo
Clase Mammalia
Subclase Theriformes
Infraclase Metatheria
Orden Didelphimorphia
Familia Didelphidae
Subfamilia Didelphinae
1. Didelphis virginiana californica
Tlacuache
Orden Lagomorpha
Familia Leporidae
2. Sylvilagus floridanus orizabae
Conejo castellano
Orden Rodentia
Familia Sciuridae
Subfamilia Sciurinae
3. Sciurus aureogaster nigrescens*
Ardilla gris
4. Spermophilus adocetus adocetus**
Cuinique
5. Spermophilus variegatus variegatus
Ardillón
X
Familia Muridae
Subfamilia Sigmodontinae
6. Baiomys taylori analogus
Ratón pigmeo
7. Neotoma mexicana torquata
Rata de monte
8. Peromyscus gratus gratus
Ratón piñonero
9. Peromyscus maniculatus labecula
Ratón de campo
10. Peromyscus melanophrys melanophrys*
Ratón del Altiplano
11. Reithrodontomys fulvescens toltecus
Ratón silvestre
12. Reithrodontomys megalotis saturatus
Ratón silvestre
13. Sigmodon hispidus
Rata algodonera
X
X
X
Familia Geomyidae
Subfamilia Geomyinae
14. Cratogeomys merriami merriami
Tuza llanera
Familia Heteromyidae
Subfamilia Heteromyiinae
15. Liomys irroratus alleni
Ratón espinoso mexicano
Orden Carnivora
281
X
Mamíferos silvestres
Hortelano-Moncada y colaboradores
Nombre común
CR
EN
Mo
Familia Canidae
Subfamilia Caninae
16. Urocyon cinereoargenteus nigrirostris
Zorra gris
Familia Mephitidae
17. Mephitis macroura macroura
Zorrillo encapuchado
18. Spilogale putorius angustifrons
Zorrillo manchado
Familia Procyonidae
Subfamilia Bassariscinae
19. Bassariscus astutus astutus
Cacomixtle
Familia Mustelidae
Subfamilia Mustelinae
20. Mustela frenata frenata
Comadreja
Orden Soricomorpha
Familia Soricidae
Subfamilia Soricinae
21. Sorex saussurei saussurei
Musaraña
Orden Chiroptera
Familia Mormoopidae
22. Mormoops megalophylla megalophylla
Murciélago bigotudo
Familia Phyllostomidae
Subfamilia Glossophaginae
23. Leptonycteris curasoae yerbabuenae
Murciélago magueyero
24. Anoura geoffroyi lasiopyga
Murciélago lengüilargo
25. Choeronycteris mexicana
Murciélago trompudo
A
A
X
Familia Molossidae
Subfamilia Molossinae
26. Tadarida brasiliensis mexicana
Murciélago de cola libre
27. Nyctinomops macrotis
Murciélago coludo de orejas
grandes
X
Subfamilia Vespertilioninae
28. Lasiurus blossevilli teliotis*
29. Lasiurus cinereus cinereus
Murciélago colorado
30. Corynorhinus mexicanus
Murciélago canoso
31. Idionycteris phyllotis
Murciélago orejas de mula
32. Eptesicus fuscus miradorensis
Murciélago de cuatro orejas
X
Subfamilia Myotinae
33. Myotis velifer velifer
Murcielaguito pardo
282
Pr
X
Diversidad biológica e inventarios
y Coyoacán, entre otras (Fig. 1, Apéndice 2). La representación de ejemplares por especie encontrada en
las colecciones mastozoológicas varía desde 1 hasta
316. Cuatro taxa (12%) están representados por un
número de ejemplares relativamente alto: el tlacuache
Didelphis virginiana (Fig. 2b), el ardillón Spermophilus
variegatus (Fig. 2c), el ratón pigmeo, Baiomys taylori y el
ratón piñonero, Peromyscus gratus (Fig. 2d), con, 41, 24,
69 y 316 ejemplares, respectivamente. En contraste, se
registraron 11 especies (32%) que están representadas
solamente por un ejemplar; tal es el caso de la ardilla
cuinique, S. a. adocetus, el ratón del Altiplano, P. m. melanophrys, la tuza llanera, Cratogeomys merriami merriami),
la comadreja, Mustela frenata frenata y el murciélago colorado Lasiurus blosevilli teliotis, el murciélago de cuatro
orejas, Idionycteris phyllotis, el gran murciélago moreno,
Eptesicus fuscus y el murcielaguito pardo, Myotis velifer (Apéndice 1).
Tres de las especies de mamíferos registradas para la
REPSA se encuentran en alguna categoría de riesgo
definida por la Norma Oficial Mexicana NOM-059ECOL-2001 (SEMARNAT, 2002). En categoría de Amena‑
zada están dos murciélagos filostómidos: Leptonycteris
curasoae y Choeronycteris mexicana (Fig. 2e y 2f respectivamente), mientras que un murciélago vespertiliónido,
Corynorhinus mexicanus, se encuentra en la categoría de
Protección Especial. Asimismo, se documentaron cua‑
tro especies monotípicas, conformadas por un roedor
(Sigmodon hispidus) y tres murciélagos (C. mexicana,
Nyctinomops macrotis y Corynorhinus mexicanus. Los
mamíferos de la REPSA incluyen cinco taxa endémicos
de México, dos ratones (P. g. gratus y P. m. melanophrys),
una tuza (C. m. merriami), una ardilla (S. a. adocetus) y
un murciélago (C. mexicanus). Sin embargo, ninguna especie es endémica de la REPSA, el Distrito Federal o la
Cuenca de México (Tabla 2).
FIG. 1. Posición geográfica de las localidades de colecta (Apéndice 2) de los registros de ejemplares de museo,
de mamíferos en la Reserva del Pedregal. La zona núcleo está representada por los polígonos claros y la zona de
amortiguamiento por los obscuros.
283
Mamíferos silvestres
Hortelano-Moncada y colaboradores
FIG 2. Mamíferos más abundantes de la REPSA: a) Ardilla gris, Sciurus aureogaster (Foto: Raúl Martínez),
al parecer de reciente introducción y nuevo registro para la REPSA, b) Tlacuache, Didelphis virginiana,
(Foto: Cecilia Arana), c) Ardillón, Spermophilus variegatus (Foto: Raúl Martínez) d) Ratón piñonero, Peromyscus
gratus, (Foto: Raúl Martínez y Yolanda Hortelano), esta última especie es endémica de México y su localidad
tipo está cercana a la REPSA. Habitantes de la REPSA considerados como especies amenazadas, según
la NOM - 059, e) Murciélago magueyero, Leptonycteris curasoae (Foto: Matías Martínez) y f) Murciélago
trompudo Choeronycteris mexicana (Foto:Yolanda Hortelano).
silvestre Reithrodontomys fulvescens, el ratón espinoso
Liomys irroratus y murciélago de cola libre Nyctinomops macrotis. Esto es de gran importancia ya que la
localidad tipo en algunos casos ha sido sustituida por
asentamientos humanos y por lo tanto las especies
podrían ya no estar en las zonas donde fueron descritas originalmente, siendo la Reserva el último reducto
de material genético de estas especies.
Asimismo, es importante mencionar que la literatura
científica reporta 13 holotipos de mamíferos, correspondientes a cinco localidades tipo que están en el
Distrito Federal (Álvarez et al., 1997). Nueve de estas
especies son o fueron habitantes de la Reserva, tal es
el caso de la comadreja, Mustela frenata (Fig. 3a), el cacomixtle, Bassariscus astutus (Fig. 3b), zorrillo encapuchado, Mephitis macroura, zorrillo manchado Spilogale
putorius, el ratón piñonero Peromyscus gratus, ratón
284
Diversidad biológica e inventarios
Apéndice 1. Ejemplares de museo que documentan la presencia de mamíferos de la Reserva. Entre paréntesis se
anota el número total de ejemplares por especie, seguido de la colección en donde están depositadas y el número
de catálogo correspondiente.
Tlacuache, Didelphis virginiana californica (41): CNMA 437, 796, 3785-3787,
8736, 11305, 16491, 23070, 30722-30723, 31342, 33417, 34642-34645,
34780, 34858, 37131, 40199, 42908-42910, 43372-43377, 4404944054,44085. ENCB 40020, 40730. MZFC 3465, 3468.
Conejo castellano, Sylvilagus floridanus orizabae (5): CNMA 1059-1061,
18292. KU 28273.
Ardilla gris, Sciurus aureogaster nigrescens (4): CNMA 39693, 42915, 4338143382
Cuinique, Spermophilus adocetus adocetus (1): CNMA 15585.
Ardillón, Spermophilus variegatus variegatus (24): CNMA 8303,
15643,15644, 15588-15589, 16006, 16487, 17040, 27271, 27693, 3464834649, 39694, 42914, 43378-43380, 44070.
MZFC 189, 462, 5640. ENCB 787, 2018, 10250.
Ratón pigmeo, Baiomys taylori analogus (69): CNMA 200, 588, 602. KU
28076, 28096-28099. FMNH 55928-55941, 55969-55970. ENCB 27, 198199, 201-202, 692. MVZ 100329-100330. UMMZ 88909-88944, 89405.
Rata de monte, Neotoma mexicana torquata (11): CNMA 5471-5472, 15223,
34680-34682. ENCB 22-25, 5182.
Ratón piñonero, Peromyscus gratus gratus (316): CNMA 689-696, 698-699,
713-731, 797-798, 3804, 9479,10113-10122,11624-11625, 11646-11676,
14863, 14864, 15208-15209, 15123-15124, 15608, 15650, 33517-33525,
33591, 34650-34676, 42916, 44071-44082. KU 28181-28186, 2819128193, 28212-28228, 28230. UAMI: 2788-2789. UMMZ 89093-89117,
89119-89132, 89135, 89138-89155, 89157, 89159-89165, 89407, 90714,
93442-93443. MVZ: 100510-100541. FMNH 55833-55848, 55861-55865,
55968. MZFC 184-186. ENCB 26, 29, 182-190, 193-196, 204-205, 574-580,
694.
Ratón de campo, Peromyscus maniculatus labecula (8): CNMA 15652. UMMZ
89118, 89133-89134, 89136-89137, 89156. MZFC 2925.
Ratón del Altiplano, Peromyscus melanophrys melanophrys (1): CNMA
32015.
Ratón silvestre, Reithrodontomys fulvescens toltecus (20): CNMA 542, 693,
5941, 34677-34679, 44083-44084. UMMZ 88810-88811, 88813-88814,
95924-95926. FMNH 55917. ENCB 21, 28, 351. KU 28067.
Ratón silvestre, Reithrodontomys megalotis saturatus (9): CNMA 543-545.
KU 28063-28064. UMMZ 88809, 88812. FMNH 61830-61831.
Rata algodonera híspida, Sigmodon hispidus (2): ENCB 5873-5874.
Tuza llanera, Cratogeomys merriami merriami (1): CNMA 15118.
Ratón espinoso mexicano, Heteromys irroratus alleni (31): CNMA
4584,11549. FMNH 55791-55792. UMMZ 88748-88774.
Zorra gris, Urocyon cinereoargenteus nigrirostris (1): CNMA 15636.
Comadreja, Mustela frenata frenata (1): CNMA 9623.
Zorrillo encapuchado, Mephitis macroura macroura (3): CNMA 14592,
15634,16887.
Zorrillo manchado, Spilogale putorius angustifrons (5): CNMA 16885, 44069.
ENCB 520, 5875-5876.
Cacomixtle, Bassariscus astutus astutus (4): CNMA 42913, 43383,
44067,44068.
Musaraña, Sorex saussurei saussurei (17): CNMA 9059, 38637, 42911-42912,
43368-43371, 44055-44062. UMMZ 88639.
Musaraña, Sorex ventralis (1) ENCB 5229.
Murciélago bigotudo de cara plegada, Mormoops megalophylla megalophylla (2): CNMA 3928, 9886.
Murciélago magueyero, Leptonycteris curasoae yerbabuenae (4): CNMA
4729, 34647, 42770-42771
Murciélago lenguilargo, Anoura geoffroyi lasiopyga (6): CNMA 15478,
16965, 22570, 34646, 42768-42769.
Murciélago trompudo, Choeronycteris mexicana (14): CNMA 15485-15486,
42760-42767, 44063-44066.
Murciélago de cola libre, murciélago guanero mexicano, Tadarida brasiliensis mexicana (13): CNMA 1747, 3922, 9874, 11495, 13445, 14878, 15580,
15642, 17035,18531. UAMI: 1622, 4857, 10411.
Murciélago de cola libre, Nyctinomops macrotis (6): CNMA 11497, 39349,
40871-40873. MZFC 6685.
Murciélago colorado, Lasiurus blossevilli teliotis (1) CNMA 18531
Murciélago escarchado o canoso, Lasiurus cinereus cinereus (2) CNMA
10682, UMMZ 91904
Murciélago orejas de mula, Corynorhinus mexicanus (2): CNMA 7358, 9718.
Murciélago de cuatro orejas, Idionycteris phyllotis (1): CNMA 6145.
Gran murciélago moreno, Eptesicus fuscus miradorensis (1): ENCB 3730.
Murcielaguito pardo, Myotis velifer velifer (1): ENCB 7641.
285
Mamíferos silvestres
Hortelano-Moncada y colaboradores
Apéndice 2. Localidades de colecta de los registros de los mamíferos de la Reserva del Pedregal y sus alrededores.
Con un asterisco se señalan las localidades que se encuentran en los alrededores de la REPSA y Ciudad Universitaria.
Los números indican la localidad de colecta representadas en la Fig. 1. Salvo que se indique lo contrario, todas las
localidades están en la Delegación Coyoacán.
No.
Localidad
Coordenadas
1
1 km S Ciudad Universitaria
19
18
41
99
11
02
2
*1 km S Pedregal de San Ángel
19
18
41
99
10
00
3
1.2 km S Ciudad Universitaria
19
18
34
99
11
02
4
1.6 km S Ciudad Universitaria
19
18
21
99
11
02
5
Alberca de Ciudad Universitaria
19
19
45
99
11
06
6
*Avenida Universidad y Copilco
19
20
13
99
11
02
7
*Cerro Zacatépetl
19
18
02
99
11
49
8
Circuito Exterior, Ciudad Universitaria
19
19
14
99
11
02
9
Circuito Zona Cultural de Ciudad Universitaria
19
18
58
99
10
49
10
Circuito Zona Escolar de Ciudad Universitaria
19
19
48
99
11
02
11
Ciudad Universitaria
19
19
14
99
11
02
12
Zona Núcleo Oriente adyacente al Espacio Escultórico
19
19
08
99
10
50
13
Estadio México 68 (Costado Sur)
19
19
54
99
11
45
14
Estadio México 68, (Lateral Insurgentes)
19
19
53
99
11
23
15
Facultad de Ciencias (Edificio Antiguo), Ciudad Universitaria
19
19
58
99
10
57
16
Facultad de Ciencias, Ciudad Universitaria
19
19
28
99
10
53
17
Facultad de Ingeniería, Ciudad Universitaria
19
19
39
99
10
48
18
Facultad de Medicina, Ciudad Universitaria
19
19
55
99
10
43
19
Facultad de Odontología
19
19
20
99
10
52
20
*Falda SW Cerro Zacatépetl, 3.9 km SW Monumento Álvaro Obregón,
Del. Álvaro Obregón.
19
19
14
99
12
49
21
Frontón Cerrado, Ciudad Universitaria
19
19
26
99
11
11
22
Instituto de Biología (Circuito Exterior), Ciudad Universitaria
19
19
12
99
11
33
23
Invernadero Faustino Miranda, Instituto de Biología
19
19
44
99
10
49
24
Jardín Botánico Exterior,Instituto de Biología
19
19
06
99
11
36
25
Límite E Ciudad Universitaria
19
19
13
99
10
19
26
Límite S Ciudad Universitaria
19
18
26
99
11
05
286
Diversidad biológica e inventarios
No.
Localidad
Coordenadas
27
Límite SE Ciudad Universitaria
19
18
29
99
10
24
28
Límite SSE Ciudad Universitaria
19
18
31
99
10
33
29
Límite SSW Ciudad Universitaria
19
18
32
99
11
27
30
Zona Núcleo Poniente adyacente a la Mesa Vibradora
19
18
58
99
11
47
31
Museo UNIVERSUM
19
18
40
99
10
59
32
*Pedregal de San Ángel, Del. Álvaro Obregón
19
19
14
99
10
00
33
*Pedregal de San Ángel, 0.80 km S Tizapán, Del. Álvaro Obregón
19
19
35
99
12
14
34
*Pedregal de San Ángel, 1.61 km S Tizapán
19
19
09
99
12
14
35
*Pedregal de San Ángel, 1.61 km SW Monumento Álvaro Obregón
19
20
07
99
11
47
36
*Pedregal de San Ángel, 1.61 km SW Tizapán
19
19
24
99
12
52
37
Pedregal de San Ángel, 2.09 km S Monumento Álvaro Obregón
19
19
36
99
11
09
38
*Pedregal de San Ángel, 3.06 km SW Monumento Álvaro Obregón
19
19
34
99
12
22
39
Pedregal de San Ángel, 3.22 km S Monumento Álvaro Obregón
19
18
59
99
11
09
40
Pedregal de San Ángel, 3.70 km S Monumento Álvaro Obregón
19
18
43
99
11
09
41
Pedregal de San Ángel, 4.18 km S Monumento Álvaro Obregón
19
18
28
99
11
09
42
*Pedregal de San Ángel, 6.84 km SW Álvaro Obregón
19
21
21
99
14
55
43
Pedregal de San Jerónimo
19
19
24
99
13
00
44
*Pedregal, 1.61 km S Coyoacán (Pedregal de San Francisco)
19
20
07
99
09
42
45
*Presa Anzaldo, Pedregal de San Ángel
19
18
32
99
13
10
46
Rectoría, Ciudad Universitaria
19
19
54
99
11
18
47
Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel de Ciudad Universitaria
19
18
45
99
11
17
48
*San Ángel Jardines del Pedregal
19
19
11
99
12
10
49
*San Jerónimo, 6.44 km SW Álvaro Obregón
19
16
30
99
14
45
50
San Jerónimo, 7.24 km SW Álvaro Obregón
19
21
12
99
15
06
51
Senda Ecológica UNIVERSUM, Zona de amortiguamiento A4,
Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel, Ciudad Universitaria
19
18
46
99
10
50
52
Unidad de seminarios Dr. Ignacio Chávez, Ciudad Universitaria
19
18
48
99
11
44
287
Mamíferos silvestres
Hortelano-Moncada y colaboradores
Discusión
neo de un ejemplar macho, depositado en la CNMA, con
el número de catálogo 32015, colectado el 26 de junio
del 1984 en el “Pedregal de San Ángel” [sic]). El registro
más cercano publicado para esta especie corresponde
a Contreras, Distrito Federal (Baker, 1952), zona relativamente cercana a la REPSA.
Los registros extraídos de publicaciones para la REPSA
para la Cuenca de México o para el país, oscilaron entre
uno y 37 (Villa, 1952, 1966, Ceballos y Galindo, 1984,
Hall, 1981; Sánchez et al., 1989; Villa y Cervantes 2003).
En una recopilación sobre la ecología, historia natural
y manejo de la Reserva Ecológica “El Pedregal de San
Ángel” (Rojo, 1994) se publican tres capítulos sobre los
mamíferos de esta Reserva. Uno de los trabajos (Álvarez et
al., 1982,1994), basado en una recopilación bibliográfica,
enlista 34 especies de mamíferos silvestres, incluyendo
a las especies exóticas: R. rattus y M. musculus. En otro
capítulo (Negrete y Soberón 1994), basado también en
una revisión bibliográfica además de una evaluación de
poblaciones de mamíferos silvestres, enlistan 37 especies
para la Reserva incluyendo tres roedores exóticos (R.
norvegicus, R. rattus y M. musculus). Sin embargo aunque
en su evaluación solo registran la presencia de 16
especies, consideran que seis más viven en ese momento
en la zona y al resto como extirpadas del área. En un tercer
capítulo se realiza un estudio de los mamíferos pequeños
(Chávez y Ceballos, 1994) y se menciona la presencia de 24
especies de las 33 reportadas en la bibliografía citando a
Villa (1953) y Ceballos y Galindo (1984).
Además, se incorporan a este listado, el murciélago colorado, Lasiurus blossevillii teliotis¸ (Sánchez et al., 1989) y
el cuinique, Spermophilus adocetus adocetus (Villa et al.,
1991; Tablas 1 y 2). Estas especies están representadas
por un solo ejemplar en la CNMA. Esta última especie
es endémica de México y estaba solamente descrita en
los estados de Jalisco, Morelos, México y Guerrero, pero
dos registros fueron descritos en la parte sur del Altiplano Mexicano, en el Cerro de la Cima, Tlalpan y Ciudad
Universitaria (cercanías de Instituto de Biología), y tres
registros más en los estados de Hidalgo y Tlaxcala (Hall,
1981). Sin embargo otros autores (Valdéz y Ceballos,
2005), mencionan que podrían ser mascotas liberadas
porque no hay evidencias de poblaciones silvestres.
Además, nuestros resultados no reconocen la presencia
de ocho especies registradas en publicaciones previas
y, por lo tanto, no fueron incluidas en el inventario del
presente estudio. Se eliminaron los registros (sinónimo
y referencia en paréntesis) para los cuales no se encontró
ningún ejemplar de referencia en las colecciones
consultadas que permitiera corroborar su presencia
dentro de la REPSA. Estos registros anecdóticos se
refieren a Sorex ventralis (Sorex oreopolus ventralis,
Ceballos y Galindo,1984; Villa y Cervantes, 2003), Eumops
underwoodi (Álvarez et al., 1982,; Ceballos y Galindo,
1984; Pedregal de San Francisco [sic]), Microtus mexicanus
mexicanus y Spermophilus mexicanus mexicanus (Álvarez
et al., 1982; en Ceballos y Galindo, 1984; Negrete,1991;
Negrete y Soberón 1994) y Peromyscus melanotis
(Ceballos y Galindo, 1984; Negrete,1991; Negrete
y Soberón, 1994). En la publicación original no se
proporciona el número de catálogo solo la colección
donde están depositados, sin embargo, ninguno de
estos ejemplares fue localizado. Por otro lado al revisar
la literatura se vio que los roedores han sido registrados
en otras asociaciones vegetales y en lo que se refiere al
murciélago E. underwoodi, se encontró que el registro
más cercano a la Ciudad de México se encuentra en Palo
Bolero, Morelos (Sánchez, 1989). Esto fundamenta la
importancia que tiene el que los registros se encuentren
Por lo tanto, siguiendo la nomenclatura actualizada de
Ramírez-Pulido et al. (2005) y Hafner et al (2007), el total
acumulado de especies (no incluyendo a los roedores
exóticos ) reportado para la REPSA fue de 39 antes del
presente estudio (Tabla 1).
Por otro lado nuestro análisis concluyó que los mamíferos silvestres de la REPSA son 33 y solamente 24 especies
coinciden con los listados previos (Tabla1). Las diferencias
están en dos taxa que se registran por primera vez para
la REPSA: la ardilla gris, S. aureogaster nigrescens y el ratón
del Altiplano P. m. melanophrys.
El primer registro documentado que se tiene de S. aureogaster nigrescens para la REPSA corresponde a un
ejemplar colectado en 1999 y depositado en la CNMA
con el número de catálogo 39693. Esta ardilla probablemente es una especie de reciente introducción ya que
no se le había nombrado en publicaciones anteriores y
actualmente se le encuentra de manera abundante en
la Reserva y sus alrededores. El otro registro corresponde al ratón del Altiplano P. m. melanophrys, es un crá288
Diversidad biológica e inventarios
FIG 3. La comadreja (Mustela frenata frenata; foto: www.nhptv/natureworks/nw4.htm) es una de las especies
a las cuales se les ha considerado extirpadas de la REPSA. Monitoreos recientes por la recuperación de
ejemplares muertos y registros indirectos (excretas) permiten la verificación de especies presentes en la
REPSA, b) Cacomixtle, Bassariscus astutus, c) Zorra gris (Urocyon cineroargenteus nigrirostris, Foto: Guillermo
Gil) d) excretas del Conejo castellano, Sylvilagus floridanus (foto: 3b y 3d Raúl Martinez).
solo dos registros: Corynorhynus mexicanus y Sigmodon
hispidus de 1962 y 1972, respectivamente. Por otro
lado aunque los roedores Baiomys taylori analogus y
Liomys irroratus alleni están bien documentados (69 y 31
ejemplares), sus últimos registros son de 1963 y 1964,
respectivamente.
apropiadamente documentados y bajo el resguardo de
una colección científica para su consulta y verificación
en cualquier momento.
Por otro lado, tampoco se encontró registro para la
REPSA o alrededores, de los murciélagos, Pteronotus
parnellii mexicanus (Álvarez, et al,1994), Leptonycteris
nivalis (Álvarez, et al.,1994; Negrete 1991; Negrete
y Soberón, 1994) y Myotis occultus (Myotis lucifugus
occultus en Álvarez, et al.,1994), aunque su distribución
contempla el Distrito Federal.
Asimismo, el último registro para la zorra gris, U. cinereoargenteus nigrirostris (Fig. 3c) correspondía a 1981.
Sin embargo, en fechas recientes se documentó su
presencia por medio de registros visuales y excretas, radiotelemetría (García, 2007) y registro fotográfico (Foto
6d, fotos en CNMA) de un ejemplar que fue encontrado
muerto frente a Universum y depositado en el MZFC
(número de proyecto MRPS002).
Otra información de relevancia surgida de este trabajo
fue conocer los registros por especie y la fecha de
colecta. Por lo tanto se documentó a las especies con
registro antiguo y único como, Idionycteris phyllotis de
1962, Eptesicus fuscus miradorensis de 1968, Myotis v.
velifer de 1975, Mustela f. frenata de 1966, Cratogeomys
m. merriami de 1970, Spermophilus a. adocetus de 1974,
Peromyscus m. melanophrys de 1984 o especies con
El último registro para el conejo castellano, S. floridanus orizabae corresponde también a 1981, aunque los
registros visuales y excremento encontrado durante los
recorridos (Fig. 3d) indican la presencia actual de esta
especie.
289
Mamíferos silvestres
Hortelano-Moncada y colaboradores
Aunque la presencia del cacomixtle, Bassariscus astutus
(Foto 3b) estaba registrada en listados previos, no exis‑
tían ejemplares depositados en colecciones científicas
para esta zona, solamente había sido documentado por
observación, huellas y excretas y en fechas recientes por
estudios sobre área de actividad y uso de hábitat (Castellanos y List, 2005 y Castellanos 2006). Sin embargo,
los primeros ejemplares documentados del cacomixtle
(CNMA 42913, 43383, 44067 y 440689), en colecciones
científicas, se obtuvieron durante la realización del presente estudio.
los géneros y el 7% de las especies. Sin duda, estas cifras
muestran la gran riqueza de especies de mamíferos silvestres de la REPSA.
Si consideramos además la extensión de la zona (237
ha), estas cifras muestran la gran riqueza de especies de
mamíferos silvestres de la REPSA. La diversidad que se
presenta en esta zona, es similar a la registrada en otras
regiones del Distrito Federal o cercanas a esta entidad,
como Zempoala (34 especies, Ramírez-Pulido et al,
1969), Zoquiapan (38 especies, Blanco et al, 1981 Ajusco
(35 especies, Aranda et al, 1982).
El último registro para el zorrillo Spilogale putorius
angustifrons era de 1978 y para el ratón, Reithrodontomys
fulvescens toltecus de 1990. Sin embargo ejemplares
de estas especies fueron colectados recientemente.
En un trabajo realizado en 1994 (Negrete y Soberón)
esta última especie y otros tres roedores (S. hispidus
berlandieri, L. irroratus alleni y la tuza C. m. merriami
fueron consideradas como ausentes de la REPSA.
La importancia que tiene esta Reserva además de sus
características físicas y ecológicas particulares, radica
en la presencia en ella de especies de mamíferos endémicos de México y de especies incluidas en alguna
categoría de riesgo de la NOM-059 como, Leptonycteris
curasoae yerbabuenae, Choeronycteris mexicana y Myotis
velifer velifer (Tabla 2). Además destaca esta zona como
uno de los últimos reductos de material genético de especies cuya localidad tipo se encuentra en la Cuenca de
México.
Por lo tanto, el número de especies con registros antiguos, disminuyó por las colectas obtenidas en el presente trabajo, principalmente por la recuperación de
individuos muertos (tlacuaches, cacomixtles, zorrillos,
musarañas, zorras, etc). Estos resultados muestran la
importancia que tiene el realizar monitoreos periódicos
para conocer el estado que guarda la fauna silvestre.
En este trabajo se pone de manifiesto la importancia de
las colecciones biológicas y las revisiones exhaustivas
de la literatura, se aporta información documentada y
actualizada de las diferentes especies de mamíferos que
se encuentran en la REPSA. También se agregan nuevos
registros, se confirma la presencia de diversas especies
y se desconocen registros publicados de los que se carece de evidencias para verificar su existencia pasada
o presente, así como el monitoreo periódico de las poblaciones silvestres de mamíferos para documentar su
presencia en áreas protegidas.
De los 628 registros obtenidos en el presente estudio,
340 (50%) pertenecen a zonas cercanas a la Reserva,
donde las colectas más antiguas corresponden a 1943 y
las más recientes a 1991. Actualmente estas áreas colindantes con la REPSA han sido ocupadas casi en su totalidad por asentamientos humanos, por lo tanto, muchas
de estas especies probablemente sólo se encuentren al
interior de la misma (Fig. 1; Apéndice 1).
El componente mastofaunístico de la REPSA es importante para el mantenimiento de su biodiversidad, por
lo que debe continuar su protección y estudio, particularmente por tratarse de los últimos reductos del
ecosistema natural al interior de la Ciudad de México,
considerando además que en esta área se resguarda el
germoplasma de animales topotípicos.
Del total de los mamíferos terrestres registrados para
el Distrito Federal (Ramírez-Pulido et al., 1986) la REPSA
tiene el 75% de los órdenes, el 88% de las familias, el
61% de los géneros y el 52% de las especies. Respecto a
la Cuenca de México (López-Forment, 1989), el área de
estudio cuenta con el 75% de los órdenes, el 83% de las
familias, el 67% de los géneros y el 39% de las especies.
Con respecto al país (Ramírez-Pulido et al., 2005), tiene
el 50% de los órdenes, el 44% de las familias, el 18% de
290
Diversidad biológica e inventarios
Agradecimientos
Imelda Marín y Helxine Fuentes y J. Raúl. Martínez auxiliaron en el trabajo de campo y gabinete, mientras que Armando Peralta proporcionó la imagen digitalizada de la REPSA y Gibran Hoffmann auxilió en la edición digitalizada del
mismo. Las colectas se realizaron al amparo del permiso de colecta FAUT002 expedido por la SEMARNAT. Javier Caballero y Antonio Lot dieron autorización para realizar trabajo de campo en el Jardín Botánico, Instituto de Biología,
UNAM, y al interior de la REPSA, respectivamente. Los curadores de las colecciones mastozoológicas consultadas
amablemente proporcionaron información sobre los ejemplares de museo bajo su custodia, particularmente José
Ramírez, Juan Carlos López, Livia León, Robert A. Timm y James Patton. La Unidad de Informática para la Biodiversidad, UNIBIO del Instituto de Biología, UNAM, financió este proyecto como parte del megaproyecto universitario
del Sistema de Informática para la Biodiversidad y el Ambiente, SIBA, el Programa Investigación Multidisciplinaria de
Proyectos Universitarios de Liderazgo Académico, IMPULSA.
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Historia natural y
ecología de poblaciones
Tarántula
Historia natural y ecología de poblaciones
La diversidad funcional del ecosistema
Alma Orozco Segovia, Alicia Gamboa de Buen y Víctor L. Barradas Miranda
Departamento de Ecología Funcional, Instituto de Ecología,
Universidad Nacional Autónoma de México
[email protected]
Introducción
La diversidad biológica de un área o comunidad
lleva implícita la diversidad morfológica y funcional
de sus integrantes (Petchey y Gaston 2006), la cual
puede rebasar por varios órdenes de magnitud
a la diversidad de especies. Esto implica que los
procesos de degradación de los ecosistemas tienen
un costo real mayor al considerado a través de los
parámetros que en la actualidad se incluyen en los
índices de diversidad. Cuando hablamos de plantas
o animales con facilidad podemos imaginarnos la
diversidad morfológica. En plantas, el ejemplo más
claro lo representan las diferencias morfológicas y
funcionales entre las hojas de sol y de sombra de
un mismo individuo. En particular, en el Pedregal de
San Ángel, ésta se expresa en la talla y forma biológica
de especies como Buddleia cordata y Wigandia urens
cuya forma biológica puede ser arbórea o arbustiva
dependiendo del sustrato en el que estas plantas se
establecen (Fig. 1); así como en el grado de pubescencia
de las hojas de W. urens, la cual está relacionada con la
edad de la planta y la heterogeneidad ambiental (CanoSantana y Oyama 1994), en especial con la disponibilidad
de agua (Cano-Santana y Oyama 1992a; Pérez-Estrada
1992). Esta variabilidad incide también en la calidad del
alimento disponible para los herbívoros (Cano-Santana
y Oyama 1992b). La diversidad funcional es menos obvia
a pesar de que puede medirse a distintas escalas, lo que
incluye los cambios fenológicos a nivel ecosistémico que
son observables en el Pedregal de San Ángel durante
la época lluviosa del año y la seca (Meave et al., 1994,
Fig. 1. Formas Biológicas de Wigandia urens.
Figueroa-Castro et al., 1998). Dada la estrecha relación
que existe entre forma y función recientemente se ha
propuesto que tanto las características morfológicas,
como las funcionales, deben estar incluidas en el
término “diversidad funcional” (Violle et al., 2007).
Desde el siglo XIX para Darwin la diversidad funcional
fue tema de interés (Darwin 1967). Los ecólogos retoman este tema en los años 70s (Grime 1974) y en especial en las últimas dos décadas del siglo XX y durante
el presente siglo. Es un concepto que ha sido redefinido con base en estudios realizados principalmente en
animales para referirse a cambios funcionales que ocurren a nivel población, individuo, órgano, tejido y célula
incluso en lapsos de tiempo muy pequeños (Spicer y
Galston 1999). La expresión de la diversidad funcional
295
La diversidad funcional del ecosistema
Orozco y colaboradores
a distintas escalas es el resultado de la interacción entre los organismos y su ambiente, el cual está estructurado como una compleja red de interacciones entre sus
distintos componentes, tanto bióticos como abióticos.
Dentro de las comunidades vegetales, las especies que
integran cada grupo funcional interactúan entre sí y
también se ensamblan con los componentes de otros
grupos funcionales por lo que la identidad funcional de
los componentes es relevante, así como la reiteración
de éstos (Petchey y Gaston 2002). En este contexto la
diversidad funcional y otras características propias del
individuo determinan el papel funcional de la especie y
de los individuos dentro del ecosistema.
La precipitación anual en el Pedregal de San Ángel es en
promedio 803 mm anuales (Barradas et al., 1999), la cual
duplica o triplica la precipitación en zonas áridas. Sin
embargo, el sustrato, lo somero de los suelos y la altitud,
con la consecuente amplia fluctuación de temperatura;
favorecen que haya una gran percolación, poca retención
del agua y una alta tasa de evaporación. La consecuente
aridez edáfica ha determinado el desarrollo de un matorral xerófilo en lugar de un bosque de encino como correspondería para el Valle de México (Rzedowski 1994). La
heterogeneidad temporal y espacial del Pedregal de San
Ángel ha favorecido la existencia de una gran diversidad
de microambientes ante la cual debe responder la diversidad morfo-funcional de las plantas, animales y otros organismos que lo habitan.
Hábitat y diversidad funcional
En el presente trabajo trataremos algunos aspectos de
las bases moleculares de la diversidad funcional, la diversidad funcional a nivel organismo y ecosistémico. El
estudio del Pedregal de San Ángel, desde el punto de
vista funcional se ha abordado en forma muy limitada,
básicamente se han tratado aspectos relacionados con
el intercambio planta atmósfera, algunos aspectos reproductivos, la relación planta herbívoros y la germinación de varias especies. Aunque éste no ha sido el
enfoque de otros trabajos realizados en esta zona, se
pueden inferir respuestas funcionales de ellos.
El Pedregal de San Ángel constituye un hábitat singular
en el que es posible observar un fenómeno poco común
en el planeta: la sucesión primaria. El sustrato de origen
volcánico tiene una serie de peculiaridades, entre ellas
la discontinuidad y la heterogeneidad del microrelieve,
con la consecuente distribución heterogénea del suelo,
la humedad y la temperatura. Esto se refleja en la distribución heterogénea de la vegetación (Rzedowski, 1994).
Las características de la roca volcánica (consistencia y
color) y la altitud (≥ 2240 m snm) a la que se encuentra
la Reserva del Pedregal favorecen amplias fluctuaciones diurnas de temperatura (Fig. 2). A pesar de que la
temperatura promedio anual es de 15.5°C (Barradas et
al., 1999), dentro del valle de México el Pedregal de San
Ángel es una isla de calor en la que crece un gran número de especies de filiación tropical (70% de los géneros)
y un menor número de especies de origen templado
(17%) y cosmopolita (12%, Herrera y Almeida 1994). Este
ambiente también se caracteriza por una marcada distribución estacional de la precipitación (Fig. 3) y por presentar aridez edáfica, lo que explica la presencia en la
Reserva del Pedregal de grupos funcionales propios de
zonas áridas. Estos factores juegan un papel importante
en el crecimiento y desarrollo de las diferentes especies
de plantas que ahí habitan. Entre otras cosas la estacionalidad determina el carácter caducifolio de las plantas
(Alvim y Alvim 1978, Medina 1983) y otros mecanismos
fisiológicos que permiten a las plantas desenvolverse en
este ambiente.
Las poblaciones y sus individuos
Si bien la identificación de grupos funcionales dentro
de un ecosistema conduce a la comprensión de su
funcionalidad como una unidad y debe ser la base para
instrumentar su restauración, la cual en el Pedregal de
San Ángel solo ha sido abordada muy recientemente
(Antonio-Garcés 2008), ésta es una aproximación
muy gruesa al conocimiento y la evaluación de la
diversidad funcional contenida en el matorral xerófilo
del Pedregal. Dos procesos a través de los cuales
podemos profundizar en ésta son: la germinación en
la que se pueden identificar variaciones específicas,
individuales; anuales e interanuales y el intercambio
de gases planta atmósfera, en el que incluso se pueden
identificar variaciones diurnas entre los individuos de
una población.
Para entender la diversidad funcional que se expresa a
través de la germinación tenemos que concebir a las se296
Historia natural y ecología de poblaciones
Fig. 2. Fluctuación de temperatura diurna en la Reserva del Pedregal de San Ángel.
297
La diversidad funcional del ecosistema
Orozco y colaboradores
Fig. 3. Valores promedio de la distribución anual de la temperatura y la precipitación de 1995 a 2003. (
promedio, ( ) temperatura máxima, ( ◊ ) temperatura mínima.
millas como individuos que tienen una historia que se
inicia con la fecundación del óvulo, se continúa con la
dispersión y la permanencia en el suelo y concluye con
la germinación (Chambers y MacMahon 1994). Tampoco
podemos dejar al margen el efecto de la comunicación
materna con la semilla a través del desarrollo y por lo
tanto el efecto de las circunstancias en que crece la
planta madre en éste.
) temperatura
imponer una restricción a la germinación del embrión
(el cual puede ser poco vigoroso–latencia fisiológica) o impedir la entrada de agua al interior de la semilla.
Dentro de una población, cohorte o muestra de semillas de Senna multiglandulosa se pueden identificar de
manera muy clara, subpoblaciones funcionalmente
diferentes. Las especies de éste genero presentan una
cubierta dura e impermeable, por lo que solo germinan
después de ser expuestas a escarificación ácida, a tratamientos con altas temperaturas en un horno, inmersión
en agua hirviendo o haciéndoles una incisión en la cubierta seminal (Baskin et al., 1998). En particular S. multiglandulosa también presenta latencia fisiológica, por
lo que a pesar de que su germinación se incrementa en
relación directa con el tiempo de inmersión (1 a 10 minutos, Plata-Álvarez 2002) en ácido sulfúrico concentrado
(al 98%), solo presenta altos porcentajes de germinación
cuando a las semillas escarificadas se le adiciona ácido
Por otra parte, para abordar la diversidad funcional a
través de la germinación es necesario definir que ésta es
una respuesta todo o nada, es decir una semilla germina
o no, como señala Vleeshouwers et al., (1995); sin embargo, es un proceso que se estudia en muestras de las
semillas producidas por una población en las que hay
una distribución normal de la sensibilidad a determinado factor (luz, temperatura, humedad), en la profundidad de su reposo (quiescencia o latencia) o en las características de las cubiertas seminales que pueden o no
298
Historia natural y ecología de poblaciones
Fig. 4. Germinación de semillas de
Senna multiglandulosa. ( ) semillas
control, ( ) semillas escarificadas con
ácido sulfúrico concentrado durante
8 minutos, ( ◊ ) semillas escarificadas
8 minutos y germinadas con 300
ppm de AG3 adicionado al medio de
germinación. Las barras indican 2
veces el error estándar. Datos tomados
de Plata-Álvarez (2002).
El ambiente materno y
la diversidad funcional
giberélico (AG3) en el sustrato de germinación. Las semillas que germinan en cada tratamiento de escarificación
presentan diferentes grados de impermeabilidad y dureza de la cubierta seminal, la escarificación elimina su
latencia física (impuesta por la cubierta impermeable) y
el debilitamiento de la cubierta seminal permite la protrución de las radículas de embriones con inmadurez
fisiológica superficial. Después del tratamiento simultaneo de AG3 y escarificación se puede identificar a la fracción de la población que tiene cubierta impermeable
y latencia fisiológica profunda, por lo que requiere de
ambos tratamientos. El bajo porcentaje de semillas que
germinan en el control representa a la subpoblación
que carece de cubierta impermeable y de latencia fisiológica (Fig. 4). Podemos seguir desglosando las diferencias entre los individuos que componen la muestra,
es decir, las semillas que germinan en el día 2, 3,…40, las
cuales presentan diferencias entre sí en la profundidad
de los dos tipos de latencia. Esta detallada descripción
resultaría ociosa si éstas pequeñas diferencias no fueran
el resultado de la interacción entre la planta madre y su
ambiente (efecto materno) y no tuvieran consecuencias
en el establecimiento de la plántula y en la formación y
dinámica del banco de semillas del suelo.
La variabilidad funcional en las especies es producto de
factores múltiples, en la que los efectos maternos también son diversos: la condición ambiental de la planta
madre durante el desarrollo, la secuencia en que se desarrollan las flores o la inflorescencia, la posición de la
flor dentro de la inflorescencia y la posición de la semilla
dentro del fruto (Wulff 1995). Ya que de todos estos factores depende el aporte que hace la planta madre de
nutrimentos y hormonas a las semillas y las condiciones
en las que, en la última etapa del desarrollo seminal, se
lleva cabo el secado de éstas; y por ende el vigor del embrión, y las características de las cubiertas seminales (P.
e. dureza) y de la latencia.
Para ejemplificar la forma en la que el ambiente afecta a la
planta madre y ésta a su vez a las semillas analizaremos los
casos de Opuntia tomentosa y Dahlia coccinea. La primera
especie tiene una cubierta muy dura, pero permeable
al agua (Orozco-Segovia et al., 2007), la cual restringe la
germinación de un embrión funcionalmente inmaduro.
En O. tomentosa el grosor de la cubierta seminal y su
299
La diversidad funcional del ecosistema
Orozco y colaboradores
dureza tienen una relación con la temperatura. En
años más cálidos y con menor precipitación hay
una mayor inversión en la cubierta seminal (Fig. 5),
y en consecuencia la cubierta es más dura, lo que
se demuestra en el laboratorio. Las semillas de años
más secos (1998) requieren de 1:30 h de inmersión
en ácido sulfúrico y giberelinas para germinar, éstas
ayudan a que el embrión funcionalmente inmaduro
tenga el vigor para romper la cubierta seminal (Fig.
6) ; mientras que las semillas de años relativamente
más frescos y lluviosos (2000) germinan después de
5 minutos de inmersión en éste. Después de 7 meses
de almacenamiento las semillas aún requieren 1:30
h para germinar pero pierden el requerimiento
de giberelinas (Olvera-Carrillo et al., 2003). En D.
coccinea, en años con temperaturas mínimas más
bajas la profundidad de la latencia es mayor (Fig. 7),
por lo que no pierden su viabilidad tan rápido como
las de años con temperaturas mínimas más altas
(Vivar-Evans et al., 2006).
Fig. 5. Efecto de la temperatura acumulada y la precipitación en la
testa de las semillas de Opuntia tomentosa, producidas en los años
indicados. Se muestra la contribución de la cubierta seminal al peso
de la semilla.
Hay casos en los que resulta difícil distinguir la línea
divisoria entre los efectos maternos y cambios más
profundos como los que resultan del proceso de
diferenciación entre poblaciones separadas de la misma
especie. Por ejemplo, en el caso de Wigandia urens, una
especie con una gran variabilidad fenotípica (Rzedowski
y Rzedowski 1985), las poblaciones distribuidas en 5
pisos altitudinales de su distribución tienen distinta
capacidad germinativa (Fig. 8). Proporcionalmente
su respuesta germinativa en diferentes temperaturas
sigue una distribución diferenciada por la altitud, al
igual que el tiempo térmico requerido para que cada
población llegue a las subpoblaciones porcentuales de
germinación (10, 20 30 …%) (Reyes-Ortega 2001).
A
B
Fig. 6. Requerimientos germinativos de las semillas de Opuntia
tomentosa en distintos años. A) Semillas escarificadas 90 minutos
y con adición o no de giberelinas. Después de 7 meses de
almacenamiento las semillas escarificadas pierden el requerimiento
de giberelinas. B) Semillas producidas en el año 2000 con distintos
tratamientos de escarificación. Datos tomados de Olvera-Carrillo
et al. (2003)
300
Historia natural y ecología de poblaciones
Fig. 7. Germinación de semillas de Dahlia coccinea. Semillas recolectadas en 1998 y germinadas ( )
inmediatamente después de la recolecta y después de ( ∆ ) 4 meses de almacenamiento. Semillas
recolectadas en 2000 y germinadas ( ) inmediatamente después de la recolecta y después de ( Δ )
4 meses de almacenamiento. Datos tomados de Vivar-Evans et al. (2006).
Fig. 8. Germinación en 25°C de 6 poblaciones de W. urens que crecen en diferentes altitudes. La
altitud de 2240 m snm corresponde a la población recolectada en la Reserva del Pedregal de San
Ángel. Datos tomados de Reyes-Ortega (2001) y de González-Zertuche (no publicados).
301
La diversidad funcional del ecosistema
Orozco y colaboradores
El papel de la diversidad funcional
en la formación de un banco de semillas
hondonada es distinta de aquella que lo hace en un sitio
expuesto del Pedregal (Fig. 9).
Tanto las variaciones interanuales como las variaciones
poblacionales e individuales permiten que el banco
de semillas también sea heterogéneo funcionalmente,
esto es válido tanto para las especies que tienen un
banco de semillas básicamente transitorio como D.
coccinea (Vivar-Evans et al., 2006), como para aquellas
que pueden formar un banco de semillas permanente
como O. tomentosa. En donde la fracción de semillas
quiescentes forma parte del capital activo del banco de
semillas, es decir aquellas que germinan en la próxima
época favorable, mientras que la fracción de semillas
con latencia más profunda forma parte de los pasivos
del banco, es decir aquella que en alguna otra estación
favorable germinará. De la misma manera las semillas
con un menor contenido de reservas o con menos
defensas morfológicas o químicas constituyen pérdidas
del capital de germoplasma contenido en el banco del
cual una muestra tomada en cualquier sitio y momento
representa una o más generaciones de individuos que
pueden diferir morfo-funcionalmente, por lo que a
partir de su composición no es posible estimar el tiempo
que las semillas llevan en el banco, ni el tipo de banco
(temporal o permanente) que forman. Así mismo a partir
de experimentos de germinación, en muestras de suelo,
no podemos estimar fehacientemente su composición,
ya que la presencia de latencia en las semillas de algunas
especies impide su germinación.
Por otra parte, en ambientes estacionales la germinación
rápida y sincrónica permite que las plántulas puedan
competir por recursos y crecer hasta alcanzar el estado
reproductivo o la madurez funcional que les permita
sobrevivir durante la época favorable del año (Thanos
et al., 1995). En el pedregal esto ha sido demostrado en
Datura stramonium (Cabrales-Vargas, 1991). A partir de
la germinación y la etapa de plántula hay un cambio en
la forma en que las plantas se enfrentan a su ambiente y
pasan de una etapa vulnerable a una etapa en que son
capaces de enfrentar o evadir la sequía siguiendo las estrategias que se señalan posteriormente. En Wigandia
urens (González-Zertuche et al., 2001; Gamboa de Buen
et al., 2006) y B. cordata (González-Zertuche y OrozcoSegovia 2000; González-Zertuche et al., 2002) se ha demostrado que el microambiente del suelo, en especial
las variaciones de humedad que se presentan durante
las lluvias esporádicas, que caracterizan al inicio de la
época lluviosa, son capaces de inducir una germinación
rápida y sincrónica y un mayor vigor (endurecimiento
natural) en los individuos capaces de responder a las
condiciones microambientales dadas por una ventana
de oportunidad definida. Es decir, la futura planta adquiere la información necesaria de su ambiente, la cual
induce cambios a nivel molecular, tales como cambios
Para que la germinación tenga lugar en el campo
tienen que coincidir en una ventana espacio-temporal la pérdida de la latencia y/o los factores ambientales que se requieren para la germinación. En
el Pedregal hay una amplia variación interanual en
la precipitación, cambios en el inicio y término de la
época de lluvias y amplias variaciones en la humedad acumulada y retenida en los distintos micrositios, lo que se suma a las consecuentes variaciones
de temperatura. Ante estas condiciones ambientales
debe existir un banco de semillas que responda a un
ambiente cambiante y heterogéneo. Por lo que la
fracción de semillas capaz de responder ante un
evento de lluvia o solo después de varias precipitaciones, difieren entre sí. Asimismo, en un mismo
año, la fracción porcentual de una misma población
de semillas de S. multiglandulosa que germina en una
Fig. 9. Germinación de semillas de Senna multiglandulosa en 3
micrositios de la Reserva del Pedregal de San Ángel. Datos tomados
de Plata-Álvarez (2002).
302
Historia natural y ecología de poblaciones
hormonales y la movilización de reservas necesarias
para enfrentar como plántula o planta a su ambiente
(Gamboa de Buen et al., 2006) (Fig. 10). Sin embargo, a
pesar de que hay aspectos funcionales de las semillas
que se sincronizan, hay aspectos como los requerimientos para la germinación que no necesariamente lo hacen.
De esta manera puede alcanzarse una alta, sincrónica
y rápida germinación en una condición de humedad y
temperatura idóneas y una baja, sincrónica y rápida germinación de una fracción de la población, cuando los
requerimientos para la germinación no están cubiertos
para el total de los individuos de ésta.
KDa
Control
Enterradas
66
46
30
Vicilina
7s Globulina
22
Bases moleculares en las
respuestas funcionales
En general, los cambios fisiológicos observados durante
la germinación y la latencia están sujetos a un control
por las señales del medio ambiente tanto a nivel de la
transcripción de los genes como de la traducción y este
control es esencial para la aclimatización de las semillas
y plántulas y para la optimización del tiempo de germinación, cuyo resultado es la producción de plántulas
vigorosas. Algunos de los mRNAs corresponden a genes
expresados en respuesta a las señales ambientales que
recibió la planta madre y corresponden a lo que se denomina efecto materno. La proteínas sintetizadas de novo a
partir de estos templados son las responsables de llevar
a cabo la germinación mientras que los genes que se
transcriben a lo largo de este proceso están involucrados
en incrementar su sincronía y velocidad (Finch-Savage y
Leubner-Metzger, 2006). De esta manera, el potencial de
germinación en las diferentes especies de plantas esta
programado durante la maduración de la semilla por medio de mecanismos que integran los diferentes estímulos
del medio ambiente.
Fig. 10. Movilización de las proteínas de reservas de semillas de
Wigandia urens sometidas a endurecimiento natural. Los extractos
proteicos de las semillas control (C) presentan vicilina y 7S globulina,
dos proteínas de reserva. Estas proteínas ya no están presentes en
los extractos proteicos de las semillas expuestas a endurecimiento
natural (E) indicando la movilización de proteínas de reserva.
de las proteínas a partir de los mRNAs almacenados,
involucrados en la reparación y ensamblaje de componentes celulares (mitocondrias, membranas), y moléculas (ADN, ARNs); hasta la movilización de reservas (Fig.
11; Bewley y Black 1994; Bray 1995; Bradford 1995;
González-Zertuche et al., 2001; Gamboa de Buen et al.,
2006). Este progreso en la germinación lo conserva la
semilla aún después de que ésta ha regresado a niveles
de hidratación en los cuales la semilla no presenta actividad. Como consecuencia de éste avance metabólico,
al llegar la época de lluvias la germinación es rápida y
sincrónica y el embrión (aclimatizado gracias a la percepción de las señales de su ambiente), produce una
plántula más vigorosa y más tolerante a los factores de
estrés que las producidas por semillas que no han pasado hidrataciones y deshidrataciones en un laboratorio
(priming, acondicionamiento, endurecimiento) o por la
experiencia de permanecer en el suelo (priming natural,
acondicionamiento natural, endurecimiento natural). A
diferencia de lo que se ha reportado sobre el mayor éxito
reproductivo de especies cuyas semillas han estado sujetas a endurecimiento antes de la siembra (clave del éxito
de diversos cultivos), en Tagetes micrantha se reportan
Durante la permanencia de las semillas en el suelo, éstas
experimentan variaciones en su contenido de humedad
debidas a las lluvias invernales (cabañuelas) y a las lluvias esporádicas que preceden al establecimiento de
la época de lluvias. Durante este tiempo la hidratación
de la semilla puede no ser suficiente para inducir la germinación o bien el tiempo en que el suelo perma-nece
húmedo es insuficiente para que la germinación ocurra.
Sin embargo, en estas condiciones se pueden iniciar los
cambios moleculares que preceden a la germinación,
desde la transducción de señales para iniciar la síntesis
303
La diversidad funcional del ecosistema
Orozco y colaboradores
A
B
Fig. 11. A) Emergencia, en el Parque Ecológico de la Ciudad de México, de plántulas de Wigandia urens. Las
cuales provienen de semillas que estuvieron enterradas 4 meses en el suelo de un sitio abierto ( ), en un
claro ( ), en el bosque ( ∆ ) y el control ( ◊ ). B). Sobrevivencia de las plántulas en el mismo sitio después
de 30
, 60
, y 90 días
. La desviación estándar (barras) muestra la variabilidad entre sitios de
emergencia.
304
Historia natural y ecología de poblaciones
complejas relaciones entre el tiempo de germinación la
sobrevivencia y el éxito reproductivo de la especie, en
las que una germinación temprana no necesariamente
conduce al éxito reproductivo (Andraca-Gómez 2002).
Sería interesante probar si los patrones encontrados se
mantienen o si se modifican los resultados cuando las
semillas, como parte de su historia de vida han pasado
por la experiencia de permanecer en el suelo.
730 nm), como la luz que prevalece debajo de un dosel
vegetal cerrado (R:RL <1) favorece su reversión a la forma
Pr, lo que inhibe la germinación. En términos generales
durante la maduración de la semilla se acumula el
fitocromo B y el estado que presenta depende de las
condiciones lumínicas durante el desarrollo seminal,
si el fruto tiene estructuras clorofílicas o está rodeado
por un dosel vegetal el fitocromo, al momento de la
diseminación, se encuentra en forma inactiva, por lo que
las semillas requieren de luz rica en R para germinar, lo
contrario ocurre en ausencia de éstas. Las condiciones
microambientales que rodean a cada fruto durante
su desarrollo hace que la relación Pr:Prl promedio
entre los individuos o los grupo de individuos difiera,
de acuerdo con su posición en la inflorescencia, en la
planta o al interior de la comunidad vegetal (Smith 1982,
Sineshchekov 2004).
En muchas especies de plantas, la luz juega un papel
muy importante en la germinación. En la planta modelo Arabidopsis se ha descrito que la luz incrementa los
niveles de traducción promoviendo la síntesis de nuevas
proteínas a partir de los mRNAs almacenados y, finalmente, la germinación. Por lo tanto el proceso de la traducción debe ser uno de los mecanismos blanco de los
procesos de transducción de señales de las semillas de
especies que presentan diferentes requerimientos para
la germinación (Rajjou et al., 2004). Por otro lado, se ha
descrito que la síntesis del ácido giberélico (involucrado
en el rompimiento de la latencia fisiológica) está regulada por el fitocromo (Debeaujon y Koornneef, 2000).
Dos términos asociados a la germinación regulada
por la luz son “umbral de respuesta” y “saturación de
la respuesta”. El primero de ellos implica que no todo
el fitocromo contenido en la semilla tiene que estar
en forma activa para que ocurra la germinación y
que cada especie o individuo tiene su propio umbral
de respuesta. El segundo término implica que la
cantidad y duración del estímulo lumínico requeridos
para saturar una respuesta también difiere, esto se ha
relacionado con la disponibilidad de receptores y con
la cantidad de fitocromo presente (Sineshchekov 2004),
De esta manera en el Pedregal de San Ángel tenemos
especies que tienen un requerimiento estricto de luz
rica en rojo para germinar, como Opuntia tomentosa,
especies que requieren luz para germinar, sin
importar que ésta tenga una relación R:RL < 1, como
Chenopodium album y Buddleia cordata, o no requerir
luz para germinar como Wigandia urens (Fig. 12). Otras
especies como Mammillaria magnimamma han sido
reportadas como fotoblásticas positivas, sin embargo,
no se han definido sus requerimientos de calidad de luz
para germinar (Ruedas-Medina 1999). Entre las especies
y las semillas que integran una misma cohorte de cada
especie también hay distintos umbrales de respuesta y
distintos requerimientos para saturar la respuesta o para
inducir la germinación (Fig. 13). Éstos requerimientos
lumínicos para la germinación permiten percibir a las
semillas, a través del fitocromo, su posición con respecto
a la superficie, es decir si están enterradas, en una grieta
profunda o bajo un dosel vegetal (Vázquez-Yanes y
Orozco-Segovia 1990).
Los fitocromos constituyen una familia de receptores
a la que se le atribuye una gran diversidad funcional
(Sineshchekov 2004). Los fitocromos A y B están
involucrados directamente con la germinación ya que
perciben las condiciones de luz en la que se encuentran
las semillas e inhiben o inducen la germinación de
acuerdo con las condiciones de luz prevalecientes y los
requerimientos de luz de cada especie. Estos fitocromos
son capaces de percibir la calidad y cantidad de flujo
fotónico y la duración del estímulo lumínico (Casal y
Sánchez 1998). Cada uno regula respuestas funcionales
distintas, sus receptores no son los mismos y pueden
actuar en concierto con otros receptores de luz (p.
e. criptocromos) y/o con la temperatura (Franklin y
Whitelam 2004; Sineshchekov 2004). El fitocromo B
participa en la mayoría de las respuestas germinativas
reguladas por luz que están reportadas en la literatura y
con base en él se han descrito las características generales
de su funcionamiento (Smith y Whitelam 1990).
El fitocromo es una molécula que tiene dos formas
isoméricas, una de ellas se conoce como forma activa
(Prl) y la otra como inactiva (Pr), la luz rica en longitud
de onda roja (660 nm, R), como la luz del día (R:RL
>1), induce la transformación de Pr en Prl y con ello la
germinación; mientras que la luz rica en rojo lejano (RL,
305
La diversidad funcional del ecosistema
Orozco y colaboradores
Fig. 12. Respuesta germinativa a la luz de
semillas de tres especies de la Reserva
del Pedregal de San Ángel. Las semillas
exhumadas permanecieron enterradas por 7
meses en el suelo. Datos tomados de VázquezYanes y Orozco-Segovia (1990) y OlveraCarrillo et al. (en prensa).
Fig. 13. Tiempo para que la luz induzca la
germinación de dos especies de la Reserva del
Pedregal de San Ángel. Datos de Vázquez-Yanes
y Orozco-Segovia (1990).
306
Historia natural y ecología de poblaciones
El fitocromo A se sintetiza durante la imbibición de las
semillas en el suelo, es decir, mientras están enterradas
en el suelo y el contenido de humedad de éste favorece
la hidratación de las semillas (Casal y Sánchez 1998). Este
fitocromo induce respuestas germinativas con flujos
fotónicos muy bajos, que podrían indicar a las semillas
la proximidad de la superficie del suelo o la posibilidad
de que una plántula etiolada (plántulas ahiladas con
forma de báculo y con los cotiledones aclorofílicos sin
expandirse) pueda pasar a través de los poros del suelo
y alcanzar la superficie. También regula el cambio de la
plántula etiolada a una fotosintética con los cotiledones
extendidos, cuando el flujo fotónico es el correcto
(Smith 1995). El fitocromo B no regula las respuestas
a muy bajos flujos fotónicos. La percepción de estas
condiciones por fitocromo A, en condiciones de estrés
hídrico representa una ventaja, ya que la raíz de las
semillas que germinan en éstas circunstancias queda
más protegida de la deshidratación que si hubiera
germinado en capas más superficiales del suelo. En
O. tomentosa el requerimiento de luz rica en rojo para
germinar se mantiene en gran parte de las semillas
aún después de haber permanecido en el suelo varios
meses; una fracción menor es capaz de germinar en
luz rica en RL y una fracción aún menor es capaz de
germinar en la oscuridad. A esto se suma la sensibilidad
de las semillas a la temperatura promedio durante
la época de germinación (Fig. 14). La segregación de
subpoblaciones con diferentes requerimientos amplía
el número de microambientes en los que esta especie
puede germinar y las posibilidades de éxito en el
establecimiento. En algunas especies la fluctuación de
temperatura puede sustituir el requerimiento de luz
(Franklin y Whitelam 2004). A pesar de esto y de que
una fracción de las semillas de O. tomentosa y todas las
semillas de W. urens adquieran o tengan la capacidad
de germinar en la oscuridad, en capas profundas del
suelo (>3 cm), otros factores del suelo, no identificados
hasta el momento impiden la germinación con lo
que se favorece la formación de un banco de semillas
permanente.
Los requerimientos térmicos también permiten a las
especies germinar en la época y el sitio adecuado, la
respuesta germinativa en gradientes de temperatura
ha sido estudiada en Manfreda brachystachya y W.
urens. El óptimo para la germinación se encuentra en
un intervalo de temperaturas relativamente estrecho
(23-26°C) para la primera especie, mientras que en la
segunda especie el intervalo es amplio (23-35°C). En la
respuesta a la temperatura de estas especies se puede
observar también el fraccionamiento de las poblaciones
en subpoblaciones con distintos requerimientos (Fig.
15), lo que refleja también la diversidad funcional
(González-Zertuche y Orozco-Segovia 1996; OrozcoSegovia et al., 1996; Reyes-Ortega 2001).
Fig. 14. Germinación de Opuntia tomentosa en
el Pedregal de San Ángel. La temperatura es el
promedio de las registradas durante el periodo
de germinación. Datos tomados de OlveraCarrillo (2001).
307
Orozco y colaboradores
B
A
0.012
Germinación (%)
Tasa de germinación (1/h)
La diversidad funcional del ecosistema
0.008
0.004
0
13
17
21
25
29
33
Temperatura (ºC)
80
60
40
20
0
1000
1400
1800
2200
2500
Tiempo térmico (h ºC)
Fig. 15. A) Germinación de subpoblaciones porcentuales de Manfreda brachystachya en un gradiente de temperatura. B) Tiempos térmicos
requeridos para alcanzar la germinación indicada por cada subpoblación porcentual. Datos tomados de González-Zertuche y Orozco Segovia
(1996).
Escape, evasión y tolerancia a la sequía
y la diversidad funcional
menos evidentes y más pobremente estudiados, como
es el caso de las adaptaciones bioquímicas que permiten
el incremento del potencial de absorción de agua,
mayor conductancia hidráulica en la raíz y/o variación
del potencial osmótico radical que permite cambios
en punto de marchitamiento permanente. Algunos de
estos mecanismos son el ajuste osmótico y los cambios
en la elasticidad de la pared celular. Por otra parte en
las plantas CAM y C4 el cierre de los estomas durante el
periodo diurno o por periodos más prolongado que en
C3, reduce la pérdida de agua.
Una aproximación en una escala mayor a la de la
germinación, desde la que se puede abordar el
conocimiento de la diversidad funcional del Pedregal,
resulta de separar a las especies por grupos funcionales
considerando uno o varios de sus atributos. Las especies
que crecen en el Pedregal de San Ángel presentan una
diversidad de mecanismos adaptativos con los que
responden a la aridez edáfica. En general, la falta de
disponibilidad de agua en las plantas ha generado al
menos dos mecanismos de adaptación a la sequía. Uno
consiste en evadir la sequía, como las plantas anuales
o efímeras que han evolucionado de tal manera que
pasan los períodos de sequía en forma de semilla o
como cualquier otro órgano de perennación (p.e.
bulbos, rizomas, etc.). La evasión de la sequía puede
tener otras expresiones drásticas, como es el caso de las
especies perennes caducifolias, freatofitas y suculentas.
El otro mecanismo se refiere a las plantas que resisten a
la sequía y que son aquellas que la enfrentan o la toleran
a través de una serie de mecanismos que les permiten
reducir la pérdida del agua por medio de adaptaciones
morfológicas y anatómicas como: barreras cuticulares,
espinas, pubescencia, presencia de ceras que pueden
implicar cambios en la coloración (superficies de color
claro), movimientos foliares, proporción alta de tejido
conductor/no conductor y de raíz/tallo. Los mecanismos
con los que otras especies perennes toleran la aridez son
Entre las plantas con una estrategia semillera están algunas de las especies más características del Pedregal,
como el pasto Muhlenbergia spp. Mientras que entre
aquellas con una estrategia mixta, semillera y rebrotadora está Dahlia coccinea. Estas estrategias reproductivas permiten definir la forma en que evaden o enfrentan
la sequía y/o el efecto de los ahora recurrentes incendios en el Pedregal. En el caso de D. coccinea, ésta posee
estructuras de perennación (bulbos) enterradas en el
suelo y semillas que pueden tolerar incluso el efecto de
incendios superficiales de bajo impacto (Fig. 16).
Aunque muchas de las especies perennes del Pedregal
de San Ángel pierden un importante porcentaje de hojas
durante la época seca del año, (por lo que contribuyen
a la formación de suelos), como Dodonaea viscosa; en la
literatura hay poca información sobre los periodos de
foliación y defoliación, considerando la identidad de las
308
Historia natural y ecología de poblaciones
Fig. 16. Germinación de semillas de Dahlia coccínea después de haber estado expuestas a incendios realizados en condiciones controladas. Para
cada incendio se reporta la cantidad de hojarasca y suelo en la que se colocó a las semillas durante éste. Datos tomados de Vivar-Evans (2002).
y Dodonaea viscosa. En estas especies un incremento
principalmente pasivo de solutos permite que retengan
más el agua durante la época seca del año (DegolladoZaldivar 2000). Las variaciones anuales en la superficie
foliar hasta el momento no han sido documentadas
para ninguna especie, al igual que la asimilación de
CO2 tipo CAM o C4, a pesar de que podemos asumir con
bastante certidumbre que el primero se presenta entre
las cactáceas y otras suculentas del Pedregal. A partir de
la respuesta estomática de D. viscosa y B. cordata puede
asumirse que son plantas C3 (Pozos-Hernández 1991;
Ramírez-Gerardo 1997). Algunas especies siguen en
forma simultánea mecanismos de tolerancia o evasión
de la sequía como Senecio praecox que es caducifolia
y almacena agua en sus tejidos (suculenta) (Meave et
al., 1994, Rzedowski y Rzedowski 2001). Junto con el
especies y el porcentaje de hojas que pierden. Entre las
especies caducifolias hay algunas que pierden las hojas
durante toda la época seca como Bursera sp y Dioscorea
sp y otras que las pierden por periodos cortos, como
Piqueria sp (Meave et al.,1994). La presencia de freatofitas
se infiere del uso de agua de algunas especies arbóreas
como Buddleia cordata a la cual se le ha considerado
como derrochadora de agua, ya que tiene una pobre
regulación estomática de la transpiración durante las
horas de mayor insolación, lo que solo puede explicarse si
sus raíces alcanzan el manto freático (Corona-Velázquez
1999). Muchas otras estrategias morfológicas de evasión
de la sequía pueden ser inferidas de las formas de vida
reportadas por Castillo et al., (2004). El ajuste osmótico
como mecanismo que permite regular el potencial
hídrico de la planta se ha reportado para Cissus sicyoides
309
La diversidad funcional del ecosistema
Orozco y colaboradores
Relaciones hídricas
desarrollo radicular profundo Buddleia cordata también
ha desarrollado otros mecanismos, como la reducción
de su área foliar, pubescencia, tonos claros en sus hojas y,
mecanismos que reducen su pérdida de agua y reflejan
parte de la radiación solar.
Las relaciones hídricas se han estudiado en muy pocas especies del Pedregal, estos estudios incluyen
especies perennes siempreverdes y caducifolias en
distintos grados (Meave et al., 1994; Barradas VL, observaciones personales). Buddleia cordata, Dodonaea
viscosa (siempreverdes), Senecio praecox y Cisus sicyoides
(caducifolias) han sido ampliamente estudiadas. Estas
especies presentan potenciales hídricos mínimos, consistentemente más bajos durante la estación seca que
durante la estación húmeda (Tabla 1). La diferencia de
Ψ que presentan entre la época seca y húmeda las especies caducifolias es muy pequeña, mientras que en
las plantas siempre verdes es mayor en Dodonaea viscosa pero menor en Buddleia cordata. Por otro lado, al
avanzar la estación seca todas las especies en general
presentan un ΨP más bajo a cualquier potencial hídrico
(Tabla 2).
Las plantas que toleran la sequía presentan un potencial
hídrico (Ψ) bajo que permiten el mantenimiento de
valores positivos en el potencial de turgencia (ΨP) y una
resistencia protoplásmica. Esta capacidad de mantener
los potenciales de turgencia positivos aún a bajos
potenciales hídricos se considera como una ventaja
adaptativa. La magnitud de ΨP depende de los valores
del potencial osmótico (Ψπ) y el grado de elasticidad de
las paredes celulares. Así si Ψ y Ψπ son negativos, Ψπ debe
mantenerse más alto que Ψ, lo que puede ser mediante
un incremento de solutos o por una disminución del
volumen de agua celular. Adicionalmente, un tejido
elástico tiene una turgencia mayor que uno rígido.
Otro mecanismo importante que presentan las plantas
que toleran o evaden la sequía es un control efectivo de
la apertura estomática que regula la transpiración muy
eficientemente. Un mecanismo eficiente de control asegura la sobrevivencia de las plantas cuando la disponibilidad de agua se reduce en el sustrato. En este estado
al incrementarse la transpiración los estomas se cierran
evitando que la planta se deseque.
Por otro lado, las especies caducifolias (S. praecox y C. sicyoides) presentaron los valores más altos de potencial
osmótico a turgencia total (Ψπ100) en la época húmeda
y los menores se registraron a finales de la época seca.
Así, la tendencia del potencial osmótico a turgencia total, va disminuyendo conforme se acerca la época seca
en S. praecox; sin embargo, en C. sicyoides se presenta
un aumento en los solutos en la época seca, esto es un
ajuste osmótico pasivo al disminuir el agua en las células
debido al avance de la época seca.
Tabla 1. Potencial hídrico (ψ) y de turgencia (ψP) promedio experimentados por especies caducifolias y siempre verdes
en el Pedregal de San Ángel (modificado de Pozos-Hernández, 1991; y Degollado-Zaldivar, 2000).
época húmeda
Caducifolias
época seca
ψ
ψP
ψ
ψP
S. praecox
-0.4
0.20
C. sicyoides
-0.5
0.58
-0.74
0.07
B. cordata
-0.68
0.40
-0.98
0.24
D. viscosa
-1.08
0.56
-2.86
0.62
-
Siempreverdes
310
Historia natural y ecología de poblaciones
Conductividad estomática
Mientras que las especies siempreverdes presentaron
valores de Ψπ100 más altos y D. viscosa presenta una
mayor variabilidad entre las épocas del año. Si a esto se
le agrega la variabilidad de Ψ para las distintas épocas,
entonces se puede hablar de un ajuste osmótico verdadero para mantener la turgencia de sus hojas.
El comportamiento estomático es otro mecanismo que
varía de acuerdo a las especies de que se trate y de las
limitaciones que impone el medio ambiente. En general,
las especies caducifolias parecen tener la suficiente
disponibilidad de agua en el suelo destinada a cubrir
la demanda evaporativa de la atmósfera, mientras que
las especies siempreverdes parecen no contar con
esta disponibilidad de agua a menos que cuenten con
un sistema radical que les permita explorar grandes
volúmenes de suelo, ya que deben llevar a cabo todas
sus funciones fisiológicas en el largo periodo de sequía.
Al comparar las especies entre sí, resulta fácil comprender el por qué de las diferencias en las respuestas al
estrés hídrico. De manera tal que si nos enfocamos en
D. viscosa, vemos que es una planta perenne, no muestra ni una reducción conspicua de su área foliar ni un
cambio en la morfología foliar, desarrolla potenciales
hídricos bajos en la época seca, mismos que aumentan
cuando llueve, además de presentar un ajuste osmótico
verdadero, mientras que C. sicyoides es una planta caducifolia, con tallos perennes y no desarrolla potenciales
hídricos bajos, de ahí que no sea necesario aumentar
significativamente la concentración de solutos con el fin
de producir un ajuste osmótico verdadero, puesto que
las hojas de esta especie se encuentran, en condiciones
reales, lejos de la pérdida de la turgencia.
El comportamiento estomático y la interceptación de
radiación solar, dada en gran parte por la orientación de
las hojas, son los factores que más afectan al flujo de
agua que se da a lo largo del día y por ello al comportamiento estomático.
Este comportamiento fue diferente en las especies estudiadas. La conductividad estomática (gS) promedio
fue más alta durante la época húmeda que en la seca,
mientras que el potencial hídrico foliar como se apuntó
anteriormente fue menos bajo en la época húmeda que
en la seca (Fig. 17). Los estomas fueron más sensibles a
los cambios de radiación fotosintéticamente activa, de
la temperatura del aire, y del déficit de presión de vapor
entre la hoja y el aire, durante la época húmeda que en
la seca. Aunque fue difícil distinguir el efecto de Ψ en la
respuesta estomática en cualquiera de las dos épocas
(húmeda o seca), no lo fue al analizar todo el periodo
de mediciones obteniéndose un efecto positivo con los
estomas tendiéndose a abrir al incrementarse Ψ encontrándose una fuerte evidencia de una conducta isohídrica en S. praecox y B. cordata (Fig. 17).
Al comparar C. sicyoides y S. praecox, se obtiene que
los potenciales osmóticos a turgencia total, en el caso
de S. praecox, se encuentra cierta constancia en éstos,
aunque disminuyen en la época seca. Con respecto a
C. sicyoides, éste disminuye en la época de lluvias y aumentan hacia el final de la temporada, además de que
la variación en ambas especies es muy baja como para
considerar la existencia de un ajuste osmótico verdadero como mecanismo de tolerancia a la sequía.
Finalmente, analizando los potenciales osmóticos correspondientes en B. cordata y D. viscosa, observamos
que éstos, en general, varían muy poco en la primera
especie, lo cual hace difícil hablar con certeza de un
ajuste osmótico verdadero, ya que para los potenciales
osmóticos a turgencia total la diferencia es pequeña,
en cambio, para D. viscosa las diferencias acabadas de
señalar resultan ser mucho más claras, por lo que sí es
adecuado hablar de la existencia de un ajuste osmótico como mecanismo de resistencia a la sequía por lo
cual se puede afirmar que D. viscosa tolera la sequía.
El cambio drástico de la conductividad estomática que
hay de la época húmeda a la seca, indica que el control
de pérdida de agua es más eficiente al incrementarse el
estrés hídrico en estas especies. Adicionalmente el cierre
estomático relativo que mostraron B. cordata y D. viscosa
iniciada la tarde es un mecanismo típico de evitar la deshidratación cuando la demanda evapotranspirativa es alta
(Fanjul y Barradas, 1985). No obstante, el comportamiento
diurno de gS en las dos épocas del año de B. cordata y S.
praecox sugieren que gS responde más a la transpiración
que al potencial hídrico (ver Fig. 15) (Meinzer et al., 1997).
311
La diversidad funcional del ecosistema
400
0
a)
300
-1
200
-2
100
-3
0
-4
6
8 10 12 14 16 18
b)
6
8 10 12 14 16 18
0
400
d)
c)
-1
300
Ψ (MPa)
gs (mmol m-2 s -1)
Orozco y colaboradores
200
-2
100
-3
0
-4
6
400
6
8 10 12 14 16 18
0
e)
300
-1
200
-2
100
-3
0
-4
6
f)
6
8 10 12 14 16 18
8 10 12 14 16 18
8 10 12 14 16 18
Tiempo (hora del día)
Figura 17. Patrones diurnos de conductividad estomática (gS) (a, c y d) y potencial hídrico foliar (ψ) (b, d y f) de Buddleia
cordata (a, b), Dodonaea viscosa (c, d) y Senecio praecox (e, f) en la estación seca (línea continua y símbolos abiertos) y
húmeda (línea discontinua y símbolos cerrados).
312
Historia natural y ecología de poblaciones
de distinguir en D. viscosa ya que Ψ es más variable en la
estación húmeda y seca, aunque gS decrezca significativamente cerca del mediodía.
Por lo tanto, el control estomático permite que Ψ permanezca casi constante después de media mañana cerrando progresivamente los estomas para mantener en
equilibrio el incremento de la demanda evaporativa. Este
mecanismo también permite que Ψ en la época seca sea
similar al de la época húmeda a partir de un drástico cierre
estomático que equilibra la disminución de la disponibilidad de agua (Tardieu y Simonneau, 1998; Barradas et al.,
2004). No obstante, este comportamiento es muy difícil
Es pues evidente la diversidad de mecanismos o funciones que presentan las diversas especies de plantas del
Pedregal de San Ángel para supervivir en la heterogeneidad ambiental de esta comunidad.
Agradecimientos
Agradecemos a la M. en C. Ma. Esther Sánchez-Coronado su apoyo Técnico y al apoyo económico brindado por el
CONACyT a través del proyecto 47859-Q.
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316
Historia natural y ecología de poblaciones
Fenología reproductiva de Habranthus
concolor y H. aff. concolor (Amaryllidaceae)
y su relación con la lluvia
María de Jesús Xóchitl Damián-Domínguez, Zenón Cano-Santana e Iván Castellanos-Vargas
Departamento de Ecología y Recursos Naturales, Facultad de Ciencias,
Universidad Nacional Autónoma de México
[email protected]
Introducción
interesante. O’Gorman (1963) señala que las especies
de Zephyranthes nativas del Valle de México poseen
flores que aparecen antes que las hojas y que éstas
florecen masivamente durante el mes de mayo en las
llanuras y entre las rocas del Pedregal de San Ángel.
Castillo-Argüero et al. (2004) registraron tres especies
de amarilidáceas en la REPSA: Sprekelia formosissima
(L.) Herb., Zephyranthes concolor (Lindl.) Benth. y
Hook y Z. longifolia Hemsl. Recientemente, A. GarcíaMendoza (com. pers.) identificó como Habranthus
concolor Lidl. algunos ejemplares de flores blancas, con
tintes verdosos o rosados en el ápice exterior de los
segmentos del perianto (Fig. 1a), a Zephyranthes fosteri
Traub, con flores sésiles o con un pedúnculo corto de
color rosa que se torna aún más rosado con el tiempo
(Fig. 1c), y una morfoespecie cuya identidad taxonómica
se mantiene bajo discusión y que se ha designado en
este trabajo como H. aff. concolor, con flores rosa pálido
y tintes rojizos en los segmentos del perianto (Fig.
1b). El International Plant Names Index considera como
sinónimos a H. concolor y Z. concolor.
La fenología es la descripción de los eventos estacionales de las comunidades bióticas influenciados por el
ambiente (Schwartz, 2003). Su estudio permite reconocer la importancia de factores bióticos y abióticos
sobre la sucesión de eventos estacionales en el ciclo de
vida de un organismo. En las comunidades de plantas
la temperatura, la precipitación y el fotoperiodo son los
factores ambientales que disparan los eventos de floración (Rathcke y Lacey, 1985; Loomis y Connor, 1992)
mediante el rompimiento de la dormancia de las yemas
(Bowers y Dimmitt, 1994). Una vez iniciado este proceso
continúa en función de éstos y otros factores ambientales, en el que destaca la precipitación, la cual permite
que se mantengan niveles adecuados de disponibilidad
de agua en el suelo, necesaria para la floración. Entre los
patrones fenológicos de floración se han identificado
los siguientes (Gentry, 1974): (1) estado estable, en el que
una planta produce pocas flores cada día, sobre un largo
periodo de tiempo; (2) cornucopia, en el que las plantas
producen un gran número de flores con un tiempo de
vida de varias semanas; (3) estrategia “big bang” o floración masiva, que muestra una alta sincronización en
la producción de flores a nivel individual y poblacional,
con periodos de floración muy cortos cada año; y (4) floración múltiple, que hace alusión a numerosos periodos
de floración cortos, distribuidos a lo largo del año.
César-García (2002) registró que Z. concolor (= Habranthus
concolor) era la primera especie en florecer al inicio de la
estación lluviosa, entre marzo y abril, con fructificación
en junio. García-Mendoza (com. pers.) ha sugerido que
H. aff. concolor es el producto de la hibridación entre Z.
fosteri y H. concolor y Damián-Domínguez (en prep.) ha
encontrado evidencias morfológicas de ello.
Dentro de la Reserva Ecológica del Pedregal de San
Ángel de Ciudad Universitaria (en lo sucesivo, REPSA)
la fenología reproductiva de las amarilidáceas es muy
En este trabajo (1) se describen las fenofases florales de
ambas especies y se compara la duración de cada feno319
Fenología reproductiva de Habranthus concolor y H. aff. concolor (Amaryllidaceae)
y su relación con la lluvia
Damián-Domínguez y colaboradores
FIG 1. Aspecto de las flores. a) Habranthus concolor, b) H. aff. concolor y c) Zephyranthes fosteri.
Fenología y descripción
de fenofases reproductivas
fase en ambas, (2) se hace un análisis comparativo de
los patrones de fenología floral entre H. concolor y H. aff.
concolor, y (3) se reporta el periodo de tiempo que tarda
en producir flores H. concolor después de las primeras
lluvias.
Con el fin de determinar la fenología reproductiva
de H. concolor y H. aff. concolor, en marzo de 2006 se
seleccionaron ocho cuadros de estudio permanente
de 10 × 10 m en los que abundaban brotes de estas
especies. Cinco de estos cuadros se ubicaron en la
Zona Núcleo Oriente de la REPSA, dos en las áreas
verdes adyacentes al estacionamiento de alumnos
de la Facultad de Contaduría y Administración dentro
del camellón central del Circuito Exterior, y otro en un
área verde localizada en el costado norte del edificio
de Programas Universitarios. En 2006 los cuadros
seleccionados dentro de la zona núcleo sufrieron un
incendio severo dos meses antes de iniciar el estudio.
Materiales y métodos
Sistema de estudio
Habranthus concolor es una hierba de hasta 40 cm de
alto, con un bulbo ovoide de 1.5 a 4.5 cm de diámetro
y hojas que se desarrollan en la etapa de fructificación,
sus flores son solitarias, de color blanco y de 7 cm de diámetro localizadas en un escapo floral y su fruto es una
cápsula trilobada con semillas negras y planas; la mayoría
de los individuos producen sólo una flor, aunque se han
observado individuos que producen dos flores de forma
simultánea (Damián-Domínguez, en prep.).
Se describieron las fenofases florales con base en observaciones realizadas sobre los primeros individuos de ambas especies que florecieron en los ocho cuadros. En cada
cuadro se marcaron todos los individuos y se hicieron
registros diarios para determinar la fecha de aparición y
término de cada fenofase.
Aunque esta especie puede producir semillas por autocruza (Damián-Domínguez, en prep.), se ha observado
a Dialictus sp. y Apis mellifera portando polen y alimentándose de él. Otros visitantes incluyen trips, chinches,
moscas y mariposas, y a estas últimas se las ha observado bebiendo agua contenida en las flores después
de la lluvia, así como succionando secreciones líquidas
del estigma, por lo que su papel como polinizadores no
está claro.
Relación entre la lluvia y
el inicio de la floración en H. concolor
Para determinar el tiempo transcurrido entre la primera lluvia del año y la producción de flores en 2006,
se simuló una lluvia copiosa de 31.8 mm, aplicando 10 L
de agua en un radio de 10 cm a 50 bulbos de H. concolor
localizados en las áreas verdes adyacentes al estacionamiento de estudiantes de la Facultad de Contaduría y
Administración el 28 de marzo de 2006. Se registró el
número de días en los que se inició la floración en estas
plantas. El 13 de marzo de 2007 se registró la primera
Habranthus aff. concolor por su parte, es una hierba de
hasta 23 cm de altura, con un bulbo de 3 a 6 cm de diámetro, y flores de 4 cm de diámetro, sobre las que se
han observado trips así como actividad de forrajeo de la
abeja Dialictus sp. (Damián-Domínguez, en prep.).
320
Historia natural y ecología de poblaciones
lluvia (de 1.9 mm), y se registró el número de días que
tardaron en producir flores los bulbos de H. concolor
marcados para el ensayo de riego de 2006.
es la etapa en la que la flor se encuentra en antesis, con
polen en las anteras; (f) flor senil, que ocurre cuando la
flor adquiere tintes rosados en la punta de los tépalos;
(g) fruto temprano, es el fruto en el que no se distinguen
los tres lóbulos de la cápsula; (h) fruto joven, se distingue
cuando se diferencian los tres lóbulos y termina cuando
el fruto se torna color paja; y (i) fruto maduro, en el que
la cápsula se abre y dispersa las semillas.
Resultados
Fenofases de las estructuras
reproductivas y su duración
Se encontró que la apertura de las flores en H. concolor
se lleva a cabo desde el medio día (12:00 h), y un gran
porcentaje de los individuos registran su antesis en la
noche. Las flores de H. concolor no se cierran durante la
noche; en contraste, las flores de H. aff. concolor registran su antesis desde las 9:00 h y cierran alrededor de
las 18:00 h o cuando la temperatura y la radiación solar
disminuyen.
Las estructuras reproductivas de las especies de estudio
atraviesan por nueve fenofases (Fig. 2): (a) brote, que se
caracteriza porque sólo son visibles las dos brácteas que
cubren el botón; (b) botón joven, en el que sus tépalos
tienen tintes verdosos; (c) botón maduro, cuando los tépalos son de color blanco; (d) flor joven, en que la flor
está semiabierta sin polen en las anteras; (e) flor madura,
FIG. 2. Fenofases de las estructuras reproductivas de H. concolor.
a) Brote. b) Botón joven. c) Botón maduro. d) Flor joven. e) Flor madura. f) Flor senil. g) Fruto temprano.
h) Fruto joven. i) Fruto maduro.
321
Fenología reproductiva de Habranthus concolor y H. aff. concolor (Amaryllidaceae)
y su relación con la lluvia
En general, se encontraron diferencias en la duración
de cinco de las nueve fenofases reconocidas entre especies. La duración del botón joven, flor madura y fruto
maduro fue significativamente más prolongada en H.
concolor que en H. aff. concolor, en tanto que la duración
del botón maduro y del fruto temprano fue significativamente más corto en H. concolor (Tabla 1). De hecho, la
duración de las flores en antesis fue 2.8 veces más prolongada en H. concolor que en H. aff. concolor.
Damián-Domínguez y colaboradores
tos jóvenes se detectaron del 10 al 24 de abril y después
del 8 de mayo.
En 2007 se notó un retraso fenológico floral de H. concolor respecto a 2006 y un adelanto de H. aff. concolor,
además, se detectaron dos periodos distinguibles de
producción de brotes en H. concolor y al menos tres en H.
aff. concolor (Figs. 3c y d). Los brotes y los botones de H.
concolor fueron más evidentes entre el 4 y el 24 de abril
y las flores maduras se registraron hasta el día 10 de ese
mes, aunque el valor más alto de la temporada se presentó durante la última semana de abril con el 30%. Los
frutos se registraron desde el 17 de abril y la dispersión
de semillas se llevó a cabo desde esa misma semana. Los
brotes de H. aff. concolor, por su parte, se detectaron en
tres periodos: del 13 al 19 de marzo, del 3 al 6 de abril,
26 al 27 de abril y otro, menos intenso, únicamente el 7
de mayo. Esto estuvo asociado a que se detectaran casi
todas las fenofases a lo largo del periodo reproductivo.
En 2007 las flores maduras se registraron entre el 13 de
marzo y el 14 de mayo en porcentajes inferiores al 20%.
Los frutos tempranos, por ejemplo, fueron evidentes en
tres periodos: la semana del 20 y la del 27 de marzo, la
del 10 de abril y la del 1 de mayo. Los frutos maduros,
por su parte, se detectaron desde la semana del 10 de
Fenología reproductiva
En 2006 H. concolor (Fig. 3a) y H. aff. concolor (Fig. 3b) experimentaron dos periodos de producción de brotes, lo
cual afectó la fenología reproductiva. Las flores en antesis de H. concolor constituyeron alrededor del 50% de
las estructuras en dos periodos: uno del 30 de marzo al 9
de abril, y otro del 24 al 30 de abril. Asimismo, sus frutos
jóvenes dominaron en dos periodos, uno entre el 10 y el
17 de abril y otro entre el 8 y el 23 de mayo, en tanto que
los frutos maduros se detectaron del 17 de abril al 7 de
mayo y después del 22 de mayo. Habranthus aff. concolor,
por su parte, produjo brotes del 30 de marzo al 1 de abril
y el 27 de abril y sus flores en antesis se registraron del 27
de marzo al 3 de abril y el 24 de abril, en tanto que sus fru-
Tabla 1. Duración ± e.e. (intervalo) de cada fenofase de las estructuras reproductivas de H. concolor y H.
aff. concolor, N= 20 en ambos casos. Los datos corresponden a la temporada 2007. Letras diferentes denotan
diferencias significativas con P < 0.05 (prueba de t para muestras independientes, g.l. = 38).
Etapa
Duración en días
H. aff. concolor
H. concolor
Brote
1.0 ± 0 (1–1)a
1.05 ± 0.05 (1–2)a
Botón joven
1.0 ± 0 (1–1)b
1.20 ± 0.09 (1–2)a
1.50 ± 0.12 (1–2)a
1.18 ± 0.09 (1–2)b
Flor joven
1.0 ± 0 (1–1)a
1.0 ± 0 (1–1)a
Flor madura
1.0±0 (1–1)b
2.80 ± 0.16 (2–4)a
Flor senil
2.70 ± 0.11 (2–3)a
2.55 ± 0.17 (1–4)a
Fruto temprano
3.00 ± 0.13 (2–5)a
2.06 ± 0.21 (1–4)b
Fruto joven
11.35 ± 0.65 (8–18)a
11.30 ± 0.13 (10–12)a
Fruto maduro
6.33 ± 0.80 (3–10)b
9.10 ± 0.56 (6–14)a
Botón maduro
322
Historia natural y ecología de poblaciones
los brotes de H. aff. concolor se registraron 24 h después
de una lluvia de 1.9 mm. Para esta especie los brotes se
registraron desde el 13 y hasta el 17 de marzo, mientras
que las flores se registraron desde el 16 hasta el 22 de
marzo. H. concolor no presentó desarrollo de brotes con
esta intensidad de lluvia y sus primeros brotes surgieron
el 3 de abril y las flores siete días después, sin ser antecedidas por lluvia (Fig. 4b). En esta especie, después
de la aparición masiva de brotes el 26 de abril, nuevos
brotes y flores en antesis se registraron en proporciones
del 6 y 8%, respectivamente, hasta el 19 de mayo.
abril, en este caso se espera que apareciera un periodo
posterior al 15 de mayo, en el que aparecieron los frutos
maduros del tercer periodo, el cual no fue visto por término de muestreo.
La floración de H. aff. concolor ocurrió antes que la de H.
concolor en ambos años (Fig. 3).
Los patrones fenológicos H. concolor y H. aff. concolor
registrados en 2006 mantuvieron una relación estrecha
con las lluvias. La precipitación acumulada durante los
meses de marzo, abril y mayo fue de 138.7 mm, el 50%
de este valor se alcanzó el 31 de marzo. Tres días después
de una lluvia de 6.2 mm los brotes de ambas especies aparecieron, mientras que las flores se registraron
después de cuatro días, aunque se observaron flores de
H. concolor desde el 30 de marzo (Fig. 4a). En 2007 la precipitación acumulada en marzo, abril y mayo fue de 62.7
mm, con el 50% registrado para el 5 de mayo. En 2007,
El pico de floración de ambas especies fue altamente
sincrónico en ambos años, en 2006 ocurrió el 30 de abril,
H. concolor registró 215 flores maduras y H. aff. concolor
sólo 16 flores en los sitios de estudio (Fig.5a). En 2007
el pico de floración de H. concolor ocurrió el 30 de abril,
con 78 flores, en tanto que el de H. aff. concolor ocurrió
el día 29 de ese mes, con 48 flores (Fig. 5b).
Habranthus concolor
14
40
44
21
221 261 242
Habranthus aff. concolor
182 224
11
2006
2007
Individuos en cada fenofase (%)
100
a
75
75
50
50
25
25
0
13
20
27
3
6
10
17
4
6
24
1
91
8
15
89
67
22 29
26
100
34
30
29
16
24
14
b
0
5
13
81
c
100
12
27
14
3
10
13
15
17
24
18
1
14
8
68
15
22
29
5
74
d
100
75
75
50
50
25
25
0
20
0
13
20
marzo
27
3
10
17
abril
24
1
8
15
22
mayo
29
5
junio
13
20
27
marzo
3
10
17
24
abril
1
8
15
22
mayo
29
5
junio
FIG. 3. Fenogramas semanales de H. concolor y H. aff. concolor en la REPSA. Fenofases: ( ) brotes, ( ) botón joven, ( ) botón maduro, ( ) flor
joven, ( ) flor madura, ( ) flor senil, ( ) fruto temprano, ( ) fruto joven y ( ) fruto maduro. Los tamaños de muestras fueron 14-242 y 4-91
para H. concolor, y 13-34 y 12-74 para H. aff. concolor, en 2006 y 2007, respectivamente.
323
Fenología reproductiva de Habranthus concolor y H. aff. concolor (Amaryllidaceae)
y su relación con la lluvia
Damián-Domínguez y colaboradores
1
120
100
0.8
80
0.6
60
0.4
40
0.2
20
0
0
13
a.
20
marzo
27
3
10
17
abril
24
1
8
mayo
15
120
1
100
0.8
80
0.6
60
0.4
40
0.2
20
0
0
13
b.
20
marzo
27
3
10
17
abril
24
1
8
mayo
15
FIG. 4. Número relativo de brotes [esto es, (No. de brotes en el día i)/(No. máximo de brotes en un día dentro de la
temporada de floración)] de H. concolor ( ) y H. aff. concolor ( ) en relación a la precipitación acumulada ( ).
a) 2006. b) 2007.
324
Historia natural y ecología de poblaciones
1
0.8
0.6
0.4
0.2
0
13
a.
20
27
3
10
17
24
1
abril
marzo
8
15
mayo
1
0.8
0.6
0.4
0.2
0
b.
13
20
marzo
27
3
10
17
24
1
abril
FIG. 5. Número relativo de flores (ver explicación en Fig. 4) de H. concolor (
325
8
15
mayo
) y H. aff. concolor (
). a) 2006. b) 2007.
Fenología reproductiva de Habranthus concolor y H. aff. concolor (Amaryllidaceae)
y su relación con la lluvia
Efecto de las primeras
lluvias en H. concolor
Damián-Domínguez y colaboradores
brotes 15 días antes que H. concolor en la temporada
2007 (Fig. 4b), y en mayor proporción en la temporada
2006. Otros estudios han sugerido que la coexistencia
de especies con diferentes estrategias fenológicas se
debe a sus diferencias fisiológicas en la capacidad de
utilizar agua proveniente de pequeños pulsos de lluvia,
como es el caso de Arctoststaphylos viscida Parry (Baker
et al., 1982), Capparis odoratissima Jacq. y Croton heliaster
S. F. Blake (Díaz y Granadillo, 2005). Asimismo, la intensidad y distribución de las lluvias durante el año permiten
alargar la temporada reproductiva (Abd El-Ghani, 1997),
tal como se observó en la temporada 2007 en ambas
especies, pues a partir de mayo mantuvieron baja producción de brotes durante 20 días. Por otra parte, el
acortamiento de la temporada reproductiva de H. concolor durante 2007 pudo ser causado por el efecto combinado de lluvias de baja intensidad y alta evaporación
que no permitieron que el suelo se hidratara (Baker et
al., 1982).
En 2006, 16 de los 50 bulbos regados desarrollaron
su brote. El 31% de ellos registró el brote dos días
después del riego y el 50% se registraron con flores en
antesis seis días después. El 38% de los 16 individuos
que respondieron en el ensayo produjeron brote, pero
éstos se secaron. En 2007 la precipitación acumulada
se mantuvo en 1.9 mm desde el 15 de marzo hasta
el 13 de abril. Las lluvias durante el 14 al 23 de abril
acumularon 30.4 mm. El 48% de los bulbos produjeron
brotes el 26 de abril. El tiempo transcurrido en
presentar brotes y frutos jóvenes bajo el ensayo de
riego fue mayor que el registrado bajo la acumulación
de lluvia en 2007 (Tabla 2).
Discusión y conclusiones
La comparación de los patrones fenológicos registrados en 2006 y 2007 indican que H. concolor requiere de
valores de precipitación alrededor de los 30 mm para
romper la dormancia e iniciar el desarrollo de la flor. En
contraste, H. aff. concolor muestra requerimientos de humedad en el suelo más bajos, por lo que se registraron
En ambas especies la interrupción del desarrollo de las
yemas florales puede ser consecuencia de bajos potenciales hídricos experimentados por las plantas, por lo
que los brotes no se desarrollan y al cabo de un tiempo
se secan.
Tabla 2. Tiempo transcurrido ± e.e. (intervalo) que tarda en presentarse cada fenofase de las estructuras reproductivas
de H. concolor después del riego con 31.8 mm en 2006 (N = 10) y de una acumulación de 30.4 mm en 2007 (N = 24). Letras
diferentes denotan diferencias significativas con P < 0.05 (prueba de t para muestras independientes, g.l.= 32).
Etapa
Tiempo en días
2006
2007
Brote
3.5 ± 0.20 (3–4)a
3.0 ± 0.0 (3–3)b
Botón joven
4.2 ± 0.14 (4–5)a
4.0 ± 0.04 (3–4)a
Botón maduro
4.5 ± 0.22 (4–5)a
5.1 ± 0.04 (5–6)a
Flor joven
5.3 ± 0.21 (5–7)a
5.7 ± 0.12 (5–6)a
Flor madura
6.1 ± 0.10 (6–7)a
6.1 ± 0.08 (5–7)a
Flor senil
7.4 ± 0.22 (7–9)b
8.0 ± 0.04 (8–9)a
Fruto temprano
10.5 ± 0.30 (9–12)a
10.0 ± 0.04 (9–10)a
Fruto joven
13.5 ± 0.17 (13–14)a
12.0 ± 0.04 (12–13)b
326
Historia natural y ecología de poblaciones
La variación en la producción de flores en ambas temporadas puede estar ligada a las características fisiológicas
de su hábito. En este caso particular, son geofitas con un
bulbo como órgano de almacenamiento, cuyas reservas
combinadas con las lluvias resultan en altas velocidades
de crecimiento, y con la alternancia de periodos de dormancia durante la estación de sequía, como evidencian
resultados obtenidos con otras especies de plantas,
como Haemanthus pubescens L. (Ruitters et al., 1993) y
Silene spaldingii S. Wats (Lesica y Crone, 2007). Aunque
no fue objeto de estudio en este trabajo, el papel que
juegan los incendios en la inducción de la floración de
estas especies ha sido poco documentado, aunque se
sabe que las geofitas sufren mínimo daño por incendios
de baja y media intensidad, pero en algunas especies se
ha reportado que la floración es masiva en la primera
primavera después de un disturbio de este tipo, como
ha sido el caso en H. pubescens (Ruitters et al., 1993) y
Acis nicaeensis (Ardoino) Lledó, Davis y Crespo (Diadema
et al., 2007), en cuyo caso siempre disminuye la producción de flores en los años subsiguientes.
Las diferencias morfológicas (Damián-Domínguez, en
prep.) y de la biología reproductiva de las dos especies
de estudio sugiere que se trata de ecotipos diferentes,
lo que apoya la hipótesis planteada por García-Mendoza
de que H. aff. concolor es un híbrido entre H. concolor y Z.
fosteri. Habranthus. aff. concolor puede gozar de la ventaja adaptativa de florecer de manera temprana, aunque
no se sabe cuál es el efecto sobre su éxito reproductivo.
En la REPSA la floración de estas especies inmediatamente después de las primeras lluvias puede conferir
ventajas en la germinación y establecimiento de nuevos
individuos, ya que las semillas son dispersadas durante
los meses de precipitación más alta, evitando de esa
manera estrés hídrico o la muerte del embrión.
Perspectivas
Para conocer con mayor detalle este sistema en la REPSA,
sería de gran utilidad realizar análisis moleculares para
corroborar la hipótesis de hibridación, efectuar estudios
controlados en invernaderos que determinen el valor
umbral de humedad del suelo que dispara el inicio de
la floración así como conocer el mecanismo fisiológico
involucrado en el rompimiento de la dormancia y el
desarrollo del escapo y las flores. Por otra parte, es
necesario identificar los vectores de polen y determinar
el efecto que tienen sobre el éxito reproductivo y la
fenología de estas especies.
En ambas especies puede sugerirse un patrón de floración masiva o big bang (Gentry, 1974), pues hay alta
sincronía en los picos de floración de ambos años de estudio. Este patrón fenológico de floración ha sido explicado en términos adaptativos por la disponibilidad de
recursos bióticos (polinizadores y dispersores de semillas) y con el pico de disponibilidad de recursos abióticos (radiación solar o agua) (Dieringer, 1991; Domínguez
y Dirzo, 1995; Boulter et al., 2006; Elzinga et al., 2007). Sin
embargo, la sincronía en la producción de brotes y flores
puede ser afectada por factores intrínsecos debidos a las
características fisiológicas de cada especie vegetal (Opler
et al., 1976) y a las restricciones filogenéticas (Boulter et
al., 2006).
Agradecimientos
Agradecemos a todos los involucrados en la toma de datos en campo, especialmente a Cynthia Damián, Rebeca Velázquez, Mauricio Villeda y Maritza Mendoza. Al Dr. Abisaí García-Mendoza por la determinación de los ejemplares de
H. concolor, H. aff. concolor y Z. fosteri y sus comentarios sobre la hibridación de estas especies.
327
Fenología reproductiva de Habranthus concolor y H. aff. concolor (Amaryllidaceae)
y su relación con la lluvia
Damián-Domínguez y colaboradores
Literatura citada
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Schwartz, M.D. (ed.). Phenology: An integrative environmental science. Kluwer Academic Publishers,
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328
Historia natural y ecología de poblaciones
Historia natural y biología reproductiva
de la flor del tigre, Tigridia pavonia
(Iridaceae)
Rebeca Velázquez-López, Zenón Cano-Santana y Xóchitl Damián-Domínguez
Departamento de Ecología y Recursos Naturales, Facultad de Ciencias,
Universidad Nacional Autónoma de México
[email protected]
Introducción
Tiene una gran variabilidad morfológica, ya que se han
registrado nueve variedades que se diferencian por el
color principal de la flor, el color de las manchas, el color
del fondo, el número de flores por tallo y el número de
frutos fértiles por tallo, entre otros rasgos (Vázquez et al.,
2001b). Sus semillas germinan mejor entre los 20 y 25 ºC,
y tardan en germinar 16.1 días a 20 ºC y 19.6 días a 25 ºC
(Borys et al., 2006). Vázquez et al. (2001a) encontraron
que el mejor sustrato para cultivo es la materia orgánica
(estiércol de equino) y que es útil utilizar el hongo micorrízico Glomus fasciculatus Thaxter. También encontraron
que las semillas de un año tienen una viabilidad del 70 al
80%, y registran técnicas para su propagación y cuidados.
A pesar de toda esta información, su biología floral y sus
visitantes florales no han sido descritos, así como su mecanismo de polinización.
Tigridia pavonia (L.F.) DC. (Iridaceae) es una planta herbácea de 30 a 150 cm de altura con flores que tienen los
segmentos del perianto fusionados a manera de copa,
con tépalos de un llamativo color amarillo, púrpura o
rojo con marcas claras o pálidas contrastantes (Molseed,
1970). Está ampliamente distribuida en México, pues se
le halla en la Sierra Madre Occidental, la Sierra Madre
Oriental, el Eje Volcánico Transversal, la Sierra Madre del
Sur y la Sierra Madre de Chiapas (Molseed, 1970) entre
los 500 y 3500 m s.n.m. en ambientes arvenses o ruderales (Espejo-Serna y López-Ferrari, 1996). Es utilizada
como flor de ornato, como alimento y como medicina
por sus propiedades antipiréticas (Vázquez et al., 2001a;
Hayden 2002) y se le conoce comúnmente como flor de
tigre, cacomit, hierba de la trinidad u oceloxóchitl (Rojo
y Rodríguez, 2002). Esta planta se encuentra mencionada en los comentarios botánicos del Códice Cruz-Badiano y en el Códice Florentino aparece un dibujo hecho
por tlacuilos, pero no es sino en la Historia Natural de la
Nueva España de Francisco Hernández, donde se hace
por primera vez la descripción de la planta y sus usos
alimentarios y medicinales (Vázquez et al., 2001a). Esta
planta mantiene una de las flores más bellas y llamativas
de la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel de
Ciudad Universitaria, D.F. (México) (en lo sucesivo REPSA
o Reserva del Pedregal). Por sus colores tan atractivos,
sufre una extracción de especímenes más o menos frecuente: hemos registrado que en un periodo de un mes
se extrajeron 30 bulbos en un parche de su distribución
durante el 2007.
Por lo anterior, este estudio pretende conocer el tipo de
fecundación de esta planta, su fenología reproductiva,
la variación morfológica de sus flores, sus visitantes florales y la variación diurna de éstos.
Materiales y métodos
Especie de estudio
Tigridia pavonia ha sido descrita por Molseed (1970),
según se expone a continuación. Tiene flores en cuya
base hay una región nectarial; sus nectarios están dentro de un canal formado por el plegamiento de la parte
media de los tépalos. Sus filamentos son connatos y las
329
Historia natural y biología reproductiva
de la flor del tigre, Tigridia pavonia (Iridaceae)
Velázquez - López y colaboradores
anteras están libres y presentan dehiscencia longitudinal. Su estilo es filiforme y trífido con las ramas opuestas
a los estambres y cada una de las ramas está profundamente dividida en dos brazos, con la parte estigmática
en el ápice, y entre cada par de brazos del estilo se encuentra un mucrón. Sus flores duran sólo un día y su fruto es una cápsula trivalvada, de forma subglobosa que
contiene semillas piriformes.
entre el 13 y el 30 de agosto de 2006 y del 24 de julio
hasta el 8 de septiembre del 2007 se hizo el seguimiento
de la fenología reproductiva de todos los individuos de
T. pavonia localizados en tres parches ubicados en las
inmediaciones del Jardín Botánico Exterior. Además, se
hizo la descripción de las fenofases por las que pasaron
las estructuras reproductivas en 105 individuos en 2006
y 145 individuos en 2007, llevando a cabo visitas diarias.
Sus óvulos son anátropos, bitégmicos y crasinucleares,
y la protección de la semilla madura se ubica en la exotesta, el exotegmen, el endotegmen y el endospermo
(Carrillo y Engleman Clark, 2002).
Durante estas vistas se pudo registrar el número de flores
que produce cada planta durante toda la temporada.
Tipo de fecundación
Para conocer la variación morfológica de las flores de
T. pavonia entre julio y octubre de 2007 se hizo una
selección de 48 plantas que tenían flores en antesis,
a las cuales se les registró las siguientes medidas:
diámetro del tallo, diámetro mayor de la planta (d1) y
diámetro perpendicular a éste (d2) y número de hojas.
Se seleccionó una flor de cada planta, a cada una de las
cuales se le tomaron las siguientes medidas: longitud de
los tres estigmas, longitud del filamento, longitud de las
tres anteras, longitud de los tres tépalos interiores y los
tres exteriores y diámetro de la corola. Con los datos de
diámetro de la planta se calculó su cobertura (Cob) con la
siguiente fórmula: Cob = π ((d1 + d2)/4)2.
Variación morfológica
Para conocer el tipo de fecundación que experimenta T.
pavonia y su efecto sobre el fruit-set y el seed-set, se desarrolló un experimento del 14 al 20 de agosto del 2007,
que constó de seis tratamientos aplicados a 25 flores,
los cuales incluyeron:
(1) autogamia asistida con autopolinización manual y
posterior encapuchamiento;
(2) autogamia natural, sólo con encapuchamiento antes
de la apertura de la flor;
(3) heterogamia activa, llevando a cabo la polinización
con una mezcla de polen de diez plantas y encapuchando las flores después;
(4) agamospermia, con emasculación y encapuchamiento posterior;
(5) xenogamia, con emasculación y sin encapuchamiento posterior de la flor; y
(6) polinización abierta, sin manipulación de algún tipo
(tratamiento control).
Visitantes florales y su variación diurna
Para conocer a los visitantes florales de T. pavonia en la
REPSA, se hicieron colectas con redes aéreas y observaciones de campo de los animales que visitaran sus flores
del 24 de julio al 8 de septiembre de 2007. Los organismos colectados fueron guardados en bolsas de papel
glassine y depositados en una cámara letal con acetato
de etilo. Posteriormente, fueron montados en el laboratorio y se identificaron al nivel más fino posible.
En todos los tratamientos los frutos se encapucharon, las
semillas se colectaron y se contaron. Se seleccionaron
10 semillas al azar y se pesaron en una balanza analítica
Mettler mod. AE 240.
Por otro lado, para determinar los periodos diurnos
de actividad de los visitantes florales se seleccionó un
parche con más de 30 flores. Entre las 08:00 y las 16:00
h del 15 de agosto de 2007, se registró a cada hora el
número de visitantes de cada especie en un periodo de
20 min. El muestreo terminó a las 16:00 h por lluvia.
Se aplicó un análisis de varianza de una vía para determinar el efecto del tratamiento sobre las variables obtenidas
con el paquete estadístico SPSS ver. 15.
Fenología reproductiva
Para conocer el comportamiento fenológico reproductivo y la historia natural de la floración de esta especie,
330
Historia natural y ecología de poblaciones
Resultados
No se encontró un efecto significativo del tratamiento
(considerando sólo control, autogamia asistida, autopolinización manual, autogamia natural y heterogamia
activa) sobre el número de semillas (seed-set) (F = 0.334,
g.l.= 3,54, P = 0.800). Los frutos produjeron en promedio
91.6 ± e.e. 0.5 semillas (intervalo 0-170); sin embargo, el
tratamiento sí afectó significativamente el peso de las
semillas (F = 3.47, g.l.= 3,557, P < 0.01). Las semillas obtenidas de las flores sometidas al tratamiento control
tuvieron significativamente menor peso que las obtenidas en los tratamientos autogamia asistida, autogamia
natural y heterogamia activa (Fig. 1).
Tipo de fecundación
El fruit-set varió entre 52 y 64% en los tratamientos control, autogamia asistida, autopolinización manual, autogamia natural y heterogamia activa; sin embargo, en
los tratamientos de agamospermia y xenogamia no se
produjeron frutos (Tabla 1).
Tabla 1. Fruit-set (%) registrado en cada tratamientos de polinización
sobre Tigridia pavonia. Ver tratamientos en Métodos. N = 25.
Tratamiento
Fenología reproductiva
Fruit set
(%)
Autogamia asistida
60
Autogamia natural
52
Heterogamia activa
64
Agamospermia
0
Xenogamia
0
Control
56
Las fenofases registradas fueron: (a) botón 0, que al
tacto se siente hueco, (b) botón 1, que al tacto se siente
sólido, (c) botón 2, en el que se observa la porción apical de los tépalos, (d) botón 3, en el que los tépalos están parcialmente extendidos, (e) flor en antesis, cuando
los tépalos están completamente extendidos y los estambres producen polen, (f) flor marchita, cuando los
tépalos se contraen, languidece su color y los estambres
ya no producen polen, y (g) fruto, desde que los tépalos
se desprenden hasta que se dispersan completamente
las semillas (Fig. 2).
FIG. 1. Peso de las semillas (mg ± e.e.) de T. pavonia provenientes de flores sometidas a cuatro tratamientos de polinización
(ver Métodos). Letras diferentes denotan diferencias significativas con P<0.05 (prueba de Tukey).
331
Historia natural y biología reproductiva
de la flor del tigre, Tigridia pavonia (Iridaceae)
Velázquez - López y colaboradores
En 2006 los botones se empezaron a registrar desde el
13 hasta el 28 de agosto, las flores se registraron entre el
13 hasta el 29 de agosto y el pico de floración se registró el 20 de agosto (Figs. 3a y 4). En 2007 se registraron
botones desde el 24 de julio hasta el 4 de septiembre,
las flores en antesis se registraron desde el 25 de agosto
hasta el 7 de septiembre, alcanzando su pico el 22 de
agosto, y los frutos se registraron por un periodo de más
de tres meses desde el 24 de julio al 8 de enero (Fig. 3b).
La dispersión de semillas inició a mediados de octubre.
La flor permanece abierta desde las 7:00 a las 18:00 h y
cada planta produjo durante toda la temporada entre
cero y nueve flores.
Variación morfológica
Las variables que tuvieron el menor coeficiente de variación fueron la longitud del tépalo interno, la longitud
del tépalo externo, la longitud de la antera y la longitud
de la columna del filamento, mientras que las registraron
mayor coeficiente de variación fueron los rasgos somáticos, como la cobertura, el diámetro del tallo, la altura y
el número de hojas, así como la longitud del ovario y del
estigma, dentro de los rasgos de las flores (Tabla 2).
FIG. 2. Aspecto de las estructuras reproductivas de T. pavonia en
distintas fenofases: (a) botón 0 y 1, (b) botón 2, (c) botón 3, (d) flor en
antesis, (e) flor marchita, y (f) fruto.
Tabla 2. Variación morfológica de caracteres reproductivos y vegetativos de T. pavonia y sus flores en la Reserva del
Pedregal.
Media ± e.e.
Rango
N
C.V.
(%)
Altura (cm)
69.9 ± 3.7
28-111
48
36.9
No. hojas
4.2 ± 0.2
2-10
48
33.7
Diámetro del tallo (mm)
8.6 ± 0.5
0.7-18.9
48
42.9
Longitud del ovario (mm)
17.6 ± 0.5
1.1-23.2
48
20.3
Longitud tépalo externo (mm)
80.6 ± 0.8
62.2-98.0
144
12.2
Longitud tépalo interno (mm)
40.8 ± 0.2
31.1-50.6
144
9.3
Longitud antera (mm)
19.6 ± 0.2
15.4-23.8
144
9.6
Longitud estigma (mm)
18.2 ± 0.3
9.1-27.6
144
19.6
Longitud de la columna del filamento (mm)
55.6 ± 0.8
46.6-66.9
48
10.1
329.4 ± 22.9
95.0-855.3
48
48.1
19.0 ± 3.6
6.0-141.3
48
14.8
Caracter
Cobertura (cm )
2
Diámetro flor (cm)
332
Historia natural y ecología de poblaciones
FIG. 3. Fenología reproductiva de T. pavonia en la Reserva del Pedregal. (a) 2006 (N = 105 individuos).
(b) 2007 (N = 145 individuos). Las visitas al campo en 2006 iniciaron el 13 de agosto, mientras en 2007 iniciaron el 24 de julio.
a
300
No. de individuos
250
200
150
100
50
0
24
26
28
30
1
3
5
7
9
11
13
15
julio
botón 0
b
17
19 21
23
25
27
29
31
agosto
botón 1
botón 2
2
4
6
8
septiembre
botón 3
antesis
marchita
fruto
500
450
No. de individuos
400
350
300
250
200
150
100
50
0
24
26
28
30
1
3
5
7
9
11
13
julio
15
17
19 21
23
25
27
29
agosto
botón 0
botón 1
botón 2
botón 3
333
31
2
4
6
8
septiembre
antesis
marchita
fruto
Historia natural y biología reproductiva
de la flor del tigre, Tigridia pavonia (Iridaceae)
Velázquez - López y colaboradores
No. flores en antesis / No. flores en el pico
1
2006
2007
0.8
0.6
0.4
0.2
0
24
26
28
30
1
3
5
7
9
julio
11
13
15
17
19 21
23
25
agosto
27
29
31
2
4
6
8
septiembre
FIG. 4. Número relativo de flores en antesis de T. pavonia durante el periodo de estudio. Número de flores en antesis en el
pico de floración: 2006: 28, 2007: 38.
Visitantes florales y su variación diurna
periodo, pero presentando un pico de actividad a las
17:00 h (Fig. 5). El coleóptero de la familia Bruchidae,
por su parte, tuvo 98 registros y mantuvo mayor
actividad en la tarde entre las 14:00 y las 18:00 h, con
un pico a las 17:00 h (Fig. 5). Sphenarium purpurascens
tuvo diez registros entre las 12:00 y las 17:00 h. Dialictus
sp. fue registrado entre las 10:00 y las 14:00 h. También
se registró una visita de cada uno de los siguientes
animales antófilos: una araña (Arachnida: Araneae)
(a las 11:20 h), el colibrí Selasphorus sp. (a las 11:52 h),
una hormiga (Hymenoptera: Formicidae) (a las 12:15 h),
Callophris xami (a las 13:06 h), una chinche (Hemiptera) (a
las 14:09 h), y una mosca (Diptera) (a las 17:04 h).
Los visitantes registrados incluyen insectos de cinco
órdenes: una morfoespecie de coleóptero de la familia
Bruchidae que se alimenta de néctar, Apis mellifera L.
(Hymenoptera: Apidae), que es nectarívora y su probable
polinizador principal, Dialictus sp. (Hymenoptera: Apidae),
el chapulín Sphenarium purpurascens Charpentier
(Orthoptera: Pyrgomorphidae), que se alimenta de los
tejidos florales, una especie de hemíptero no identificada
que probablemente es fitófaga y los lepidópteros diurnos
Pterorus multicaudata Kirby (Papilionidae), Callophrys
xami Reakirt (Lycaenidae), Phoebis sennae eubule Linnaeus
y P. philea Linnaeus (Pieridae), y un colibrí del género
Selasphorus (Apodiformes: Trochilidae). Se observó que
sólo A. mellifera lleva a cabo polinización activa, aunque
también se alimenta del polen. Los coleópteros, las
mariposas, las moscas y el colibrí pueden considerarse
ladrones de néctar, ya que no tocan las anteras durante
las visitas a la flor.
Discusión
El peso de las semillas fue significativamente más bajo en
el tratamiento control (polinización abierta) lo que significa que esta especie está limitada por polen. A pesar de
esta limitación, la especie puede producir semillas por autogamia y su sistema de cruza es mixto. Este tipo de sistema incluye la posibilidad de reproducirse tanto por auto-
El visitante con mayor actividad fue A. mellifera con
162 registros, el cual visitó las flores durante todo el
334
Historia natural y ecología de poblaciones
60
No. de visitas
50
40
30
20
10
0
9:00-9:20
10:0010:20
11:0011:20
12:0012:20
13:0013:20
Apis mellifera
14:0014:20
15:0015:20
16:0016:20
17:0017:20
Bruchidae
FIG. 5. Variación diurna de los visitantes de T. pavonia en la Reserva del Pedregal . Datos del 15 de agosto del 2007.
gamia como por heterogamia. La presencia de este tipo
de sistema incrementa la proporción de óvulos fertilizados cuando se presentan condiciones desfavorables, tales
como una baja frecuencia de polinizadores o una baja
densidad de flores (Lloyd, 1992), este sistema puede ser un
estado intermedio entre autogamia completa o heterogamia completa (Porcher y Lande, 2005). Existen diversos
factores genéticos y ecológicos que ayudan a mantener
esta estrategia, como la presencia de genes recesivos parcialmente deletéreos o la pérdida o reducción de vectores
de polen (Goodwillie et al., 2005). En el primer caso la planta puede producir semillas por autogamia sin que haya
una reducción severa en su adecuación y, en el segundo,
la planta sale beneficiada si se reproduce por autogamia.
Esto está relacionado con el hecho de que la mayoría de
visitantes, exceptuando a A. mellifera, no lleva a cabo un
transporte de polen, sino que acuden a la planta en busca
de néctar (como los coleópteros, las moscas, las mariposas y los colibríes), tejidos florales (como S. purpurascens),
presas (como las arañas) o sitios de reposo (hormigas y
chinches). Es posible que dada la diversidad de visitantes
a las flores de T. pavonia se pueda realizar una polinización
accidental. En este contexto, la producción de semillas por
polinización cruzada confiere variabilidad genética a la
progenie, mientras que las semillas producidas por autogamia mantienen características fenotípicas favorables y
disminuyen el costo de producir polen y óvulos en condiciones de baja disponibilidad de polinizadores.
Según Rodríguez et al. (2003) la variación en color, tamaño y forma del perianto en las especies de Tigridia indican que la adaptación a los polinizadores ha sido un
factor importante en su diversificación ya que la arquitectura de las plantas de este género es muy compleja.
En este trabajo se encontraron flores de mayor tamaño
al reportado en la literatura que es de 10 a 15 cm de diámetro (Rzedowski y Rzedowski, 2005). Es posible que la
edad de la planta y los recursos almacenados puedan
influir en el tamaño de la flor producida.
Tigridia pavonia produce flores muy grandes que sólo
duran un día, por lo que se puede suponer que la inversión de recursos es muy alta, y que la producción de polen y néctar restringe su duración (Bodil y Jens, 2004).
335
Historia natural y biología reproductiva
de la flor del tigre, Tigridia pavonia (Iridaceae)
Velázquez - López y colaboradores
Esta planta en 2007 registró su pico de floración entre
el 9 y el 30 de agosto, pero mantiene la producción de
flores antes y después de este periodo alargando la temporada reproductiva. Este resultado es distinto al registrado por Rojo y Rodríguez (2002), quienes reportan que
esta planta florece de septiembre a noviembre.
Aún falta conocer muchos aspectos de la biología de
T. pavonia y las poblaciones silvestres asentadas en la
Reserva del Pedregal pueden ofrecernos un sistema de
estudio ideal para ello. Sin embargo, es necesario proteger sus poblaciones del significativo saqueo al que son
sujetas.
Agradecimientos
Agradecemos a Daniel Velázquez López, Luisa Alejandra Domínguez Álvarez y María José López Gurrusquieta por su
ayuda en el trabajo de campo. A la Dra. María del Carmen Mandujano Sánchez por la asesoría en el diseño experimental. Al Act. Martín Hernández Quiroz por su gran colaboración en el análisis de datos. Finalmente, le agradecemos a la
Dra. Marcela López Cabrera y al Dr. David Velázquez Martínez por todo su apoyo.
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Berkeley.
POCHER, E. Y R. LANDE. 2005. The evolution of selffertilization and inbreeding depression under
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RZEDOWSKI, G. C. Y J. RZEDOWSKI. 2005. Flora fanerogámica del Valle de México. Instituto Nacional de
Ecología y Comisión Nacional para el Conocimiento
y Uso de la Biodiversidad, Pátzcuaro.
RODRÍGUEZ A., L. ORTIZ-CATEDRAL Y E. HEATON. 2003.
Tres nuevas localidades de tigridias endémicas de
México Tigridia bicolor, T. matudae y T. vanhouttei
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ROJO, A. Y J. RODRÍGUEZ. 2002. La flora del Pedregal de
San Ángel. Instituto Nacional de Ecología, México.
VÁZQUEZ G., L. M., T. H. NORMAN M. Y M. DEL C. CORONA R. 2001a. Oceloxóchitl Tigridia pavonia (L.F.)
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Toluca. 69 pp.
VÁZQUEZ G., L. M., A. A. PRZYBYLA, E. DE LA CRUZ T.,
H. NAVARRO Y G. TORRES R. 2001b. Morphological
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BODIL. E. Y O. JENS. 2004. Flower production in relation
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different patches of Corydalis intermedia. Plant Ecology. 174(1): 71-78.
BORYS, M. W., H. LESZCZYNSKA-BORYS Y J. GALVÁN.
2006. Germinación de semillas en función de temperaturas de especies mexicanas con potencial
ornamental. Pp. 24-32, en: Vázquez García, L.M.
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(Avances). Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas, Universidad Autónoma del
Estado de México, Toluca.
CARRILLO O., A. Y M. ENGLEMAN CLARK E. 2002. Anatomía
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GOODWILLIE, C., S. KALISZ Y C. G. ECKERT. 2005. The
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empirical evidence. Annual Review of Ecology Evolution and Systematics. 36: 47–79
HAYDEN, D. 2002. Jardines botánicos prehispánicos. Arqueología Mexicana, 10(57): 18-23.
LLOYD, D. G. 1992. Self- and cross-fertilization in plants.
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Journal of Plant Science. 153: 358-369.
336
Historia natural y ecología de poblaciones
Historia natural y ecología de Sphenarium
purpurascens (Orthoptera: Pyrgomorphidae)
Iván Castellanos-Vargas y Zenón Cano-Santana
Grupo de Ecología de Artrópodos Terrestres,
Departamento de Ecología y Recursos Naturales, Facultad de Ciencias,
Universidad Nacional Autónoma de México
[email protected]
Introducción
relacionados (Márquez-Mayaudón, 1962), cuya identificación (incluso a nivel de subespecie) es muy compleja,
debido a la intrincada variación morfológica local y regional que ostenta (I. Castellanos, obs. pers.).
Sphenarium purpurascens Charpertier (Orthoptera:
Pyrgomorphidae) es un saltamontes emblemático de la
Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel. En este sitio
es el artrópodo más abundante durante la temporada de
lluvias y por esta razón es un animal importante en este
ecosistema. Gracias a su alta capacidad para mantenerse
en condiciones de laboratorio, ha conformado un
excelente modelo de estudio con los más diversos
enfoques ecológicos. En este capítulo se expone una
revisión sintética y actualizada de su historia natural y
ecología, tomando como base la literatura que se ha
escrito a la fecha en la Reserva.
En México es el ortóptero más abundante y presenta una
distribución geográfica muy amplia que comprende el
centro, sur y occidente en estados como Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Jalisco, Veracruz, Puebla, Tlaxcala,
Hidalgo, Morelos, Distrito Federal, Estado de México,
Chiapas y Tabasco (Márquez-Mayaudón, 1962, 1968;
Navarro-Nava, 1999; CESAVEH, 2004). Comúnmente se
conoce como “saltamontes” o ”chapulín de la milpa” ya
que es abundante en agroecosistemas donde se cultiva
maíz (Serrano-Limón y Ramos-Elorduy, 1989; NavarroNava, 1999; CESAVEH, 2004).
Posición taxonómica
y distribución geográfica
Morfología
Pyrgomorphidae es una de las familias comprendidas
dentro de la superfamilia Pamphagoidea del suborden
Caelifera y sus primeros registros fósiles datan del Cretácico temprano (Kevan, 1977a; 1977b). En el continente
americano, la familia está representada por cuatro tribus de ortópteros exclusivamente tropicales, una de
ellas es Sphenariini que comprende a la subtribu Sphenariina en la cual está asentada la especie Sphenarium
purpurascens descrita en 1842 por Charpentier (NavarroNava, 1999). El género Sphenarium fue estudiado por
Bolívar (1909) en un compendio donde erróneamente
se le consideró como un acrídido. Actualmente, comprende cerca de una docena de especies o morfos muy
Sphenarium purpurascens tiene la cabeza triangular,
presenta un fastigio cefálico simétricamente dividido
por una línea media, su cuerpo es robusto y fusiforme;
el pronoto es convexo y tiene forma de silla de montar,
éste presenta una fina quilla longitudinal y muestra alas
vestigiales que llegan a alcanzar los tímpanos del primer
segmento abdominal (CESAVEH, 2004). Los adultos presentan un marcado dimorfismo sexual, generalmente
las hembras son más grandes, robustas y corpulentas.
En ellas la cabeza es más grande, las antenas más cortas
y los ojos más pequeños; también presentan un meso y
metanoto más anchos y los fémora de las patas son más
delgados (Cueva del Castillo, 1994). Los machos pueden
337
Frecuencia de hembra (%)
Historia natural y ecología de Sphenarium purpurascens
(Orthoptera: Pyrgomorphidae)
Castellanos-Vargas y Cano-Santana
100
80
60
40
20
0
31Ago
15Sep
30Sep
15Oct
30Oct
14Nov
29Nov
14Dic
29Dic
13Ene
Tiempo (quincenas)
Oviductos inmaduros
Huevecillos en vitelogénesis tardía
Oviductos previtelogénicos
Huevecillos terminales
Huevecillos en vitelogénesis temprana
Huevecillos en vitelogénesis temprana
FIG. 1. Fenología del desarrollo de los huevecillos de Sphenarium purpurascens en la Reserva del Pedregal.
N = 30 hembras sacrificadas y revisadas cada quince días. El periodo de oviposición inicia a finales de
octubre y se puede extender hasta la primera quincena de enero. Tomada de Castellanos-Vargas (2001).
mostrar variaciones de la forma del abdomen, algunas
veces éste es más elongado, y se pueden confundir con
hembras (R. Cueva del Castillo, com. pers.). El aparato
ovipositor ocupa el extremo distal del abdomen de las
hembras y está conformado por cuatro valvas diminutas
que tienen forma de tenazas muy esclerosadas cubiertas con abundantes sensilas mecano y quimiorreceptoras (Castellanos-Vargas, 2001; 2003).
aparecen en forma gradual a partir de agosto y todos
mueren entre diciembre y enero (Márquez-Mayaudón,
1968; Cano-Santana y Oyama, 1992). Los estadios ninfales pueden ser reconocidos por el tamaño del cuerpo
y de la cabeza; la longevidad de los adultos es de aproximadamente 86.4 ± 1.3 días (Serrano-Limón y RamosElorduy, 1989; Cano-Santana, 1994; 1997).
La maduración de sus huevecillos comprende seis
etapas: oviductos inmaduros, oviductos previtelogénicos, huevecillos en vitelogénesis temprana, huevecillos
en vitelogénesis tardía, huevecillos terminales y huevecillos ovipositables (Fig. 1); el proceso de maduración les
toma aproximadamente cinco meses (de mediados de
septiembre a mediados de enero) (Castellanos-Vargas,
2001). Se ha registrado que los ovarios y los huevecillos
modifican su coloración y gradualmente incrementan
su tamaño conforme se acerca el momento de la oviposición (Tabla 1). Las hembras pueden poner hasta
dos ootecas (o vainas) con 35 huevecillos en promedio
(intervalo: 10 a 55) a una profundidad de entre 1.5 y 3
cm (Camacho-Castillo, 1999; Castellanos-Vargas, 2001).
Éstas son estructuras formadas por las secreciones
La especie presenta variación en la coloración corporal
aparentemente como una respuesta al tipo de vegetación en donde los individuos se desarrollan y forrajean,
ésta puede ser: verde, negra, gris o café (Cueva del Castillo, 1994; Cueva del Castillo y Cano-Santana, 2001).
Ciclo de vida y oviposición
Sphenarium purpurascens es una especie univoltina. En
la Reserva del Pedregal cumple su ciclo de vida en 252.4
días en promedio (Serrano-Limón y Ramos-Elorduy,
1989). Es un insecto paurometábolo que presenta cinco estadios de desarrollo; las ninfas eclosionan a fines
de mayo y principios de junio, en tanto que los adultos
338
Historia natural y ecología de poblaciones
Tabla 1. Etapas de maduración de los ovarios y huevecillos de las hembras de Sphenarium purpurascens de la Reserva
del Pedregal. N = 300 hembras sacrificadas y revisadas del 31 de agosto de 1999 al 13 de enero de 2000. Datos de
Castellanos-Vargas (2001).
Tamaño (mm)
Duración
(en días)
ovarios
huevecillos
Oviductos inmaduros vacíos
16
< 2.5
Oviductos previtelogénicos
60
Huevecillos en vitelogénesis temprana
Etapa
Coloración
Estado fisiológico
n.d.1
Blanquecina
aperlado
Inmaduros,
sin fecundar
2.5 a 4.0
n.d.
Amarillenta
aperlada
Inmaduros,
sin fecundar
76
5.0 a 7.1
1.5 a 2.3
Amarillo intenso
brillante
¿Inmaduros?,
¿sin fecundar?
Huevecillos en vitelogénesis tardía
76
7.2 a 8.5
2.4 a 2.9
Amarillo intenso
brillante
Maduros,
fecundados
Huevecillos terminales
76
> 8.6
3.0 a 4.5
Anaranjada
a rojizo
Fecundados,
¿sin diapausa?
Huevecillos ovipositables
76
> 8.6
4.6 a 5.0
Café hialina
a obscura
Fecundados,
¿con diapausa?
1n.d. = no detectado.
mucosas de las glándulas accesorias que, al tocar las
partículas del suelo conforman las paredes, así como
un tapón esponjoso apical inconspicuo (CastellanosVargas, 2001; Marín-Jarillo et al., 2006). Los huevecillos se
caracterizan por presentar una morfología semejante a
la de un grano de arroz oblicuo, los extremos son medianamente aguzados, con terminación roma y coloración
café obscura (Castellanos-Vargas, 2001; Marín-Jarillo et
al., 2006). Las ootecas permanecen en el suelo por más
de cinco meses donde soportan cambios de temperatura extremos, así como la deshidratación por sequía
(Castellanos-Vargas, 2001).
Por otro parte, en los sitios perturbados, donde domina
P. clandestinum la densidad de ootecas fue de 4.6/m2
(185.4 huevecillos/m2), en estos sitios las hembras
depositan ootecas de mayor volumen con huevos
significativamente más grandes que las que lo hacen
en los hoyos y en las grietas (Tabla 2). En estos sitios,
el patrón de distribución espacial de las ootecas es
agregado y se localizan entre los rizomas de este pasto.
El peso de las ootecas entre ambos pastizales no varió
significativamente sin embargo, estos valores fueron más
altos en comparación con las de los sitios con topografía
abrupta y fisonomía cerrada (grietas y hoyos) (Tabla 2).
En condiciones de laboratorio Castellanos-Vargas (2001)
demostró que las hembras de S. purpurascens prefirieron
ovipositar en suelos cuyos diámetros de partículas se
encontraban entre 0.07 y 0.2 mm, lo cual corresponde al
intervalo de arena fina, asimismo evadieron suelos con
fracciones de partículas menores a 0.004 mm. Este autor
señala que la característica edáfica que resultó como el
mejor predictor del uso del suelo para la oviposición
fue el porcentaje de arcilla, seguida en orden de
importancia por la compactación y el porcentaje de
arena. Las características edáficas que las hembras de
En la Reserva del Pedregal se ha demostrado que las
hembras ovipositan preferencialmente en sitios con
topografía plana que ostentan un estrato vegetal
herbáceo dominado por pastos como Muhlenbergia
robusta y Pennisetum clandestinum. Castellanos-Vargas
(2001) registró en los sitios dominados por M. robusta
una densidad de ootecas de 5.6/m2 (195.2 huevecillos/
m2), las cuales se distribuyen de manera aleatoria.
Asimismo, este autor determinó que las hembras al
ovipositar evaden la presencia de las plantas perennes.
339
Historia natural y ecología de Sphenarium purpurascens
(Orthoptera: Pyrgomorphidae)
Castellanos-Vargas y Cano-Santana
Tabla 2. Comparación de las de ootecas y los huevecillos de Sphenarium purpurascens en cuatro tipos de sitios contrastantes: M = sitios planos conservados con Muhlenbergia robusta, P = sitios planos perturbados con Pennisetum
clandestinum, H = hoyos y G = grietas; éstos últimos con Eupatorium petiolare y Dodonaea viscosa. Valores promedio ±
error estándar, Los valores entre paréntesis denotan el intervalo. Las letras diferentes en cada columna indican diferencias significativas según la prueba de Tukey con P < 0.05.
Hábitats
Peso ooteca
(mg)
Volumen ooteca
(cm3)
Huevecillos/ooteca
Longitud huevecillos (mm)
M
92.5 ± 6.7 a
(91.5-93.5)
0.35 ± 0.02 b
(0.25-0.45)
34.8 ± 1.7 a
(30-39)
4.3 ± 0.2 b
(3.9-4.5)
P
114.6 ± 8.1 a
(98–115)
0.56 ± 0.04 a
(0.55-0.56)
40.3 ± 1.6 a
(37-41)
5.1 ± 0.6 a
(5.1-5.3)
H
50.1 ± 14.0 b
(45-55)
0.28 ± 0.04 c
(0.23-0.27)
23.2 ± 12.1 b
(18-25)
4.2 ± 0.4 b
(4.0-4.5)
G
48.0 ± 1.9 c
(43-51)
0.26 ± 0.07 c
(0.23-0.29)
13.3 ± 7.3 c
(10-17)
2.6 ± 0.4 c
(2.5-2.7)
S. purpurascens eligen para ovipositar son: alta porosidad
(del 30 al 32%), predominancia de arenas (del 30 al 31%),
baja humedad (de entre 0 al 30%) y baja compactación
(0.44 ± 0.12 kg/cm2). Además, evaden la presencia de altos
porcentajes de arcilla (> 19.6%), así como altos niveles de
humedad (> 25.5%), de materia orgánica (> 15.5%) y de
compactación (> 0.56 ± 0.16 kg/cm2). Los sitios preferidos
por las hembras para ovipositar son los planos y abiertos
con predominancia de pastos y hierbas anuales.
apareamiento y protección son: Opuntia tomentosa,
Manfreda scabra y Muhlenbergia robusta. Mendoza y
Tovar (1996) sugieren que al acercarse el invierno, las
preferencias de asentamiento de los adultos sobre estas
especies es motivada por la disminución en la disponibilidad de plantas anuales.
La capacidad de movimiento de S. purpurascens se incrementa conforme transcurre su desarrollo. Las ninfas
de 2° estadio registran un desplazamiento de 0.4 m/día,
en tanto que los adultos lo hacen a razón de 1.2 m/día
(Camacho-Castillo, 1999). Las ninfas se alimentan preferencialmente en los sitios planos y abiertos; y en el
verano al avanzar la temporada de lluvias, éstas no
se mueven hacia los sitios abruptos y cerrados. Consistentemente, los adultos prefieren alimentarse en sitios con vegetación fresca y, hacia el final de la estación
de lluvias al acercarse el otoño, se mueven a los sitios
abruptos y cerrados donde dominan especies vegetales
perennes de las cuales se alimentan.
Ecología conductual y evolutiva
Sphenarium purpurascens ha sido un excelente modelo
para la realización de estudios de ecología conductual
y evolutiva. Las ninfas y los adultos despliegan movimientos muy aletargados al amanecer, y su actividad se incrementa hacia el medio día y decrece hacia
el atardecer (Serrano-Limón y Ramos-Elorduy, 1989).
En días muy nublados y fríos tiende a descender de la
vegetación y permanece en las base de las plantas y, al
incrementarse la temperatura, asciende por los tallos y
se postra sobre las hojas. En las mañanas, las ninfas de
los primeros cinco estadios suelen agregarse sobre la
vegetación herbácea en zonas soleadas (I. Castellanos,
obs. pers.); mientras que por su parte, la distribución
de los adultos sobre los arbustos es prácticamente uniforme (Serrano-Limón y Ramos-Elorduy, 1989). Las especies vegetales empleadas para su termorregulación,
En los trabajos de Cueva del Castillo (1994; 2000) y
Cueva del Castillo et al. (1999) se describió la conducta
de apareamiento, donde destaca el reporte de una
conducta de rechazo por parte de las hembras jóvenes
hacia los machos, una conducta de resguardo postcópula de los machos y la presencia de conductas
agresivas de desplazamiento entre los machos por el
acceso a las hembras.
340
Historia natural y ecología de poblaciones
Su conducta de forrajeo implica despliegues altamente
selectivos sobre la vegetación de la Reserva del Pedregal. Este insecto se desplaza activamente buscando y
eligiendo su alimento que se compone de por lo menos 43 especies de plantas entre las que se encuentran Eupatorium petiolare, Dahlia coccinea, Montanoa
tomentosa, Gnaphalium brachypterum, Senecio praecox,
Stevia ovata y Verbesina virgata, así como Buddleia cordata y B. parviflora (Cano-Santana, 1994; Cano-Santana
y Oyama, 1992; 1994; Mendoza y Tovar, 1996; AnayaMerchant, 1999).
explicados por plasticidad fenotípica, que se refiere a la
capacidad del genotipo para expresar fenotipos diametralmente opuestos como una respuesta ante la heterogeneidad, las variaciones temporales estacionales y las
restricciones que el ambiente ofrece (Cueva del Castillo,
2000; Moreno-García; 2002).
La selección sexual que las hembras ejercen sobre los
machos puede promover la existencia diferencias significativas sobre el dimorfismo del largo y ancho del tórax,
el largo del fémur III y el ancho del fémur I (Galicia-Mendoza, 2002). Se ha registrado una asociación directa entre
la magnitud de la selección sexual por parte de las hembras y el largo promedio del fémur III y del tórax de los
machos; asimismo, destaca una relación lineal negativa
entre la magnitud de la selección y la varianza fenotípica
de la longitud del fémur II, el largo del tórax y la anchura
del fémur I.
Por su parte, Castellanos-Vargas (2001) describió seis
etapas relacionadas con la conducta de oviposición. Las
hembras entran a una etapa indagatoria seguida de una
etapa exploratoria del suelo con las antenas; posteriormente, llevan a cabo movimientos peristálticos del abdomen y del ovipositor que suceden previamente a una
fase exploratoria del suelo con el ovipositor. La hembra
prosigue con actividades de excavación y, finalmente,
lleva a cabo hasta 17 intentos de oviposición para depositar una ooteca. Castellanos-Vargas (2003) confirmó
que los principales órganos sensoriales involucrados en
la selección del sitio de oviposición son las antenas y el
ovipositor al destacar una importante presencia de sedas mecano y quimiorreceptoras sensibles a la textura,
compactación, humedad y posiblemente, al pH y la salinidad del sustrato.
Por su parte, Garza-López y Cueva del Castillo (2006)
han evidenciado que los machos, al formar parejas y
copular, no fueron capaces de discriminar entre hembras vírgenes y aquellas con experiencia reproductiva
previa. Sin embargo, sus resultados apuntan a una
preferencia de los machos por copular por períodos
más prolongados con las hembras que ya se habían
apareado previamente. Estos autores sugieren que
los machos no son capaces de detectar la presencia
de esperma previamente depositado en el tracto reproductivo de las hembras. Una razón de esto es que el
esperma posee a una alta tasa de absorción en el tracto
y no se descarta que este factor también promueva la
permanencia prolongada de los machos en conducta
de resguardo post-copulatoria (Cueva del Castillo, 2003;
Garza-López y Cueva del Castillo, 2006). Finalmente,
estos autores han sugerido que la elección de pareja
por parte de los machos puede estar relacionada con
la maduración diferencial de los huevecillos en los
ovarios, prefiriendo a aquellas que los posean listos
para la fecundación.
Por otra parte, se ha reportado que los machos de esta
especie son protándricos, y aquéllos con los fémora
más robustos y alargados, así como los que poseen el
tórax más robusto, son los que ostentan un mayor éxito
al momento de conformar parejas (Cueva del Castillo et
al., 1999; Galicia-Mendoza, 2002). En contraste con estos rasgos, la estrategia que las hembras utilizan para
optimizar su adecuación es copular a temprana edad,
con alta frecuencia y con la mayor cantidad de machos
diferentes. Se ha sugerido que mediante estos mecanismos, las hembras aminoran las probabilidades de morir
sin haber consolidado su evento reproductivo, asimismo, garantizan la fecundación total de sus huevecillos
y logran alta variabilidad genética en su descendencia
(Cueva del Castillo y Núñez-Farfán, 2002; Cueva del Castillo, 2003). Para comprender su ecología evolutiva, recientemente se ha sugerido que la expresión de algunas
características importantes tales como la coloración, el
tamaño corporal y el tiempo de desarrollo, pueden ser
Ecología de poblaciones
Estudios realizados sobre la demografía de S. purpurascens
indican que la población es muy poco afectada por la
heterogeneidad espacial que ofrece la Reserva del Pedregal (Camacho-Castillo, 1999). La fecundidad, la densidad de huevecillos, la densidad máxima de ninfas, la
341
Historia natural y ecología de Sphenarium purpurascens
(Orthoptera: Pyrgomorphidae)
Castellanos-Vargas y Cano-Santana
Tabla 3. Parámetros demográficos evaluados en la población de Sphenarium purpurascens en sitios con topografía y
fisonomía contrastante de la Reserva del Pedregal. Los datos de dispersión son errores estándar. Tomado de Camacho-Castillo (1999).
Topografía (Fisonomía)
Parámetro
planos (abiertos)
abruptos (cerrados)
95
95
78.4 ± 22.8
66.9 ± 21.0
80.8 ± 25.3
61.6 ± 22.4
10.7 ± 1.93
10.9 ± 1.72
Tasa de reclutamiento (ninfas m día )
0.35
1.50
R0
1.03
0.92
27 mayo al 14 junio
27 mayo al 14 junio
5 al 19 julio
5 al 19 julio
Fecundidad (número de huevecillos)
-2
Densidad de huevecillos (m ) en 1996
-2
Densidad de huevecillos (m ) en 1997
-2
Densidad máxima de ninfas (m )
-2
-1
Período eclosión cohorte temprana
Período eclosión cohorte tardía
tasa reproductiva neta (R0), los periodos de eclosión y
la tasa de mortalidad no registraron diferencias significativas entre los sitios con topografía y fisonomía
contrastantes (Tabla 3). La especie posee dos períodos
para el reclutamiento de las ninfas, las “tempranas” nacen hacia finales de mayo, en tanto que las “tardías” lo
hacen hasta la segunda quincena de julio y existe una
mayor tasa de reclutamiento en los sitios con topografía
abrupta y fisonomía cerrada en contraste con los sitios
planos y abiertos (Camacho-Castillo, 1999; Tabla 3).
del Pedregal son fuertemente afectados por los cambios estacionales que modifican la disponibilidad de alimento. Por su parte, Juárez-Orozco (2005) encontró que
los incendios afectan a las poblaciones de este insecto,
no solamente por la destrucción del hábitat que implica
quemar la vegetación, sino que el fuego también es capaz
de calcinar los huevecillos aun estando enterrados en el
suelo. Este hecho propicia que la eclosión de saltamontes
en los sitios quemados sea nula y se pierda un importante
peldaño trófico del ecosistema de la Reserva.
Camacho-Castillo (2005) analizó la relación entre la fecha de eclosión (temprana/tardía) sobre la supervivencia, el desarrollo ninfal, el tamaño final de los adultos y
la fecundidad de las hembras. Los resultados mostraron
que las ninfas “temprana” de los estadios 2, 3 y 4 tuvieron un desarrollo más acelerado con respecto a las ninfas
tardías (hasta 19 días menos en promedio). Como consecuencia de esto, las ninfas tempranas obtuvieron una
mayor ganancia de peso y una longitud de fémur III 10%
más grande y robusto que las tardías. Adicionalmente,
la fecundidad también varió significativamente entre
ambas cohortes, las hembras que eclosionaron tempranamente produjeron el doble de huevecillos que las
hembras tardías. Con estas evidencias Camacho-Castillo (2005) concluyó que los atributos demográficos y la
dinámica poblacional de S. purpurascens en la Reserva
Interacciones bióticas
Sphenarium purpurascens es considerado como el
herbívoro más importante en la Reserva del Pedregal,
debido al gran tamaño que alcanzan sus poblaciones.
En julio de 1990 y 1991 se observaron 22.0 y 22.8 ind/m2,
respectivamente (Cano-Santana, 1994). Durante julio de
1991 representó el 52.4% de la biomasa seca total de
artrópodos epífitos y este valor se incrementó al 95%
en octubre del mismo año (Rios-Casanova, 1993; RiosCasanova y Cano-Santana, 1994).
Este insecto es responsable de los altos niveles de daños
florales y foliares que experimentan varias plantas como
resultado de su actividad alimentaria. Por ejemplo, se
determinó que en un periodo de 40 días, los niveles de
342
Historia natural y ecología de poblaciones
remoción floral fueron de un 9.9% en Montanoa tomentosa y hasta un 29.5% en Salvia mexicana (Oyama et al.,
1994). Asimismo, sus altas preferencias hacia cabezuelas
de Cosmos bipinnatus, Dahlia coccinea y Verbesina virgata abaten el potencial reproductivo de estas especies
(Figueroa-Castro, 1997; Anaya-Merchant, 1999).
en la estructura de la comunidad ortopterológica y su
presencia se hace patente incluso en los pastizales adyacentes a las zonas núcleo (Castellanos-Vargas, 2007). La
comunidad ortopterológica registrada en el sureste de la
Ciudad Universitaria representa el 27.3% de las especies
originalmente identificadas por Márquez-Mayaudón
(1968); además, en los pastizales vecinos a la zona núcleo sureste destaca la presencia de Conocephalus sp.,
género del que no se contaba con registro de su presencia y que sustenta el valor ecológico de los terrenos
adyacentes (Castellanos-Vargas, 2007).
Consistentemente, durante la época de lluvias este insecto constituye un abundante recurso alimentario para
mamíferos, entre los que destacan tlacuaches, cacomixtles y roedores (Z. Cano-Santana, obs. pers.); así como
aves, lagartijas y al menos dos especies de arañas, entre
las que se encuentran Neoscona oaxacensis (Araneidae)
(Martínez-Jasso, 2002; Cecaira-Ricoy, 2004) y Peucetia
viridans (Oxyopidae) (I. Castellanos, obs. pers.). Finalmente, y a diferencia de otras localidades donde esta
presente, en la Reserva del Pedregal no se ha documentado la presencia de parásitos ni parasitoides que lo empleen como hospedero.
Actualmente es necesario renovar las observaciones
fenológicas de Márquez-Mayaudón (1968) sobre la comunidad de ortopteroides, lo cual permitirá comprender las
modificaciones que ha experimentado la estructura de
la comunidad de estos insectos. Como primera medida,
es necesario actualizar el inventario de las especies de
ortópteros pues se desconoce cuántas han desaparecido como un producto de la fragmentación y la destrucción del Pedregal original; así como determinar si
nuevos géneros y especies (además de Conocephalus
sp.) han arribado a la localidad. Finalmente, la segunda
medida implica determinar el estado demográfico que
guardan las poblaciones de los otros ortópteros, así
como los efectos que sobre ellas ejerce la presencia y
dominancia de S. purpurascens.
Sphenarium pururascens
en la comunidad de ortópteros
La comunidad biótica de la Reserva del Pedregal recibe
influencia de especies procedentes de los reinos Neártico y Neotropical. Hasta el momento, se desconoce
cuántas especies o subespecies de ortópteros pueden
ser exclusivas de nuestro país y cuántas lo fueron del Pedregal original. Los ortopteroides son uno de los grupos
más diversos; se han descrito 600 especies de Orthoptera, 80 de Phasmatodea y 60 de Mantodea; se espera
que en pocos años se conozcan más de 1000 especies
exclusivamente mexicanas, lo que representa una diversidad única en el mundo (Castellanos-Vargas, 2007;
Fontana et al., 2008).
Su papel en el ecosistema
Sphenarium purpurascens es una especie que tiene un
papel importante como consumidor primario y a la
vez como un alimento, por lo que se considera como
un paso obligado de la materia y la energía que fluye a
través de la Reserva del Pedregal. Cano-Santana (1994)
registra que S. purpurascens consume entre el 0.5 y 1%
de la productividad primaria neta aérea del ecosistema
(calculada en 11,885 kJ m-2 año -1 ó 636 g m-2 año -1). Este
autor encuentra que su productividad secundaria se encuentra entre los valores más altos que se han registrado
para ortópteros (20.1 kJ m-2 año-1), asimismo estimó que
esta especie deposita 65 kg/ha de excretas, 0.6 kg/ha
de exuvias y aproximadamente 11 kg/ha de tejidos animales que quedan a merced de los desintegradores que
habitan en el suelo (datos de acumulación anual). Una
función de esta especie es regular el flujo de materia
y energía entre productores primarios y los consumidores secundarios, incluso aquellos que se encuentran
Para las inmediaciones del Pedregal de San Ángel,
Márquez-Mayaudón (1968) registró que la riqueza específica comprendía 26 especies de ortópteros, en su
mayoría del Suborden Ensifera. Sus observaciones evidenciaron que estos insectos están muy bien representados a lo largo del año, incluso durante la estación seca
que es la época cuando existe una menor disponibilidad de alimento fresco.
Cerca de 40 años después y con datos correspondientes
a los límites de la Reserva Ecológica actual, S. purpurascens se coloca como una especie claramente dominante
343
Historia natural y ecología de Sphenarium purpurascens
(Orthoptera: Pyrgomorphidae)
Castellanos-Vargas y Cano-Santana
dentro de su propia escala corporal, tal como es el caso
de la araña Neoscona oaxacensis (Martínez-Jasso, 2002;
Cecaira-Ricoy, 2004). Cecaira-Ricoy (2004) sugiere la
presencia de un efecto de tipo ascendente (“bottomup”) en la productividad secundaria de N. oaxacensis.
Este autor discute que el tipo de sustrato impacta directamente sobre la diversidad vegetal y actúa como
un determinante de las diferencias nutricionales de las
plantas. Estos factores promueven que S. purpurascens
ataque diferencialmente a la vegetación y éste, al ser comido por la araña, provoca distintos valores de productividad secundaria del depredador. Este autor registró
una productividad secundaria de esta especie de arañas
de 0.84 kJ m-2 año-1 (29.32 mg m-2 año-1) en los sitios con-
servados y de 2.22 kJ m-2 año -1 (79.91 mg m-2 año -1) en los
sitios perturbados.
Epílogo
Solo en casos muy particulares el conocimiento acerca
de la biología de una especie llega a ser tan vasto y completo. El saltamontes Sphenarium purpurascens no ha
sido la excepción y una muestra de ello son las más diversas publicaciones que se han escrito sobre él. Gracias
a esta especie hoy en día podemos comprender el papel
tan intrincado que representa en el funcionamiento del
ecosistema de la Reserva del Pedregal de San Ángel.
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346
Historia natural y ecología de poblaciones
Historia natural de los grillos arborícolas
Oecanthus niveus y O. californicus
Hilda Marcela Pérez-Escobedo y Zenón Cano-Santana
Departamento de Ecología y Recursos Naturales, Facultad de Ciencias,
Universidad Nacional Autónoma de México
[email protected]
Introducción
ton, 1915; Walker, 1962; Knopf, 1984; Willey y Adler, 1989;
Hanks y Denno, 1993; Fedor y Majzlan, 2001). Sus enemigos naturales más importantes son insectos parasitoides
y arañas (Punzo, 2002).
Los grillos (Orthoptera, Ensifera: Gryllidae) son insectos
ovíparos y paurometábolos que tienen órganos auditivos en las tibias anteriores, largas antenas filiformes que
regularmente las llevan extendidas hacia delante, tarsos
triarticulados y alas que reposan sobre el dorso cuando
éstas están bien desarrolladas (Masaki y Walker, 1987). Los
machos presentan órganos de estridulación en las alas,
mientras que las hembras tienen un ovipositor evidente
en forma de espada con el cual depositan los huevos bajo
el suelo o bajo la epidermis de las ramas de las plantas
(Vázquez y Villalobos, 1987).
En este capítulo se dan a conocer los datos de historia
natural de O. niveus y O. californicus en la Reserva del
Pedregal.
Material y métodos
Se visitó frecuentemente la Reserva de diciembre de
2004 a diciembre de 2005, pero se siguieron haciendo
visitas hasta diciembre de 2006. Se registró la actividad
de los grillos (canto, alimentación, reposo, apareo y
oviposición), así como la planta sobre la que se encontraban. Se capturaron 44 grillos de diferentes estadios,
los cuales se criaron individualmente en laboratorio en
botes de plástico de 10 cm de diámetro por 8 cm de alto,
alimentándolos con croquetas Wiskas® molidas y ofreciéndoles agua en una torunda de algodón.
Los grillos de la subfamilia Oecanthinae contiene a los
llamados grillos arborícolas, los cuales están agrupados en los géneros Oecanthus y Neoxabea. En la Reserva
Ecológica del Pedregal de San Ángel de Ciudad Universitaria (en los sucesivo, Reserva del Pedregal, Reserva o
REPSA) se han registrado dos especies de las 63 que se
reconocen en el género Oecanthus: O. niveus De Geer y
O. californicus Saus (Cano-Santana, 1987; Cano-Santana
y Oyama, 1994; Pérez-Escobedo, 2007).
Resultados y discusión
Los grillos del género Oecanthus se distribuyen en los
cinco continentes (Eades et al., 2007) y presentan cinco
estadios de desarrollo (Borror et al., 1981; Arnett, 1993).
Estos insectos viven sobre árboles y arbustos (Borror et
al., 1981) y son depredadores generalistas: se alimentan
de chinches, áfidos, himenópteros, orugas, huevos de
arañas, hongos, materia orgánica, hojas, frutos, partes
florales e incluso pueden presentar canibalismo (Ful-
Historia natural de Oecanthus niveus
Morfología y hábitos. Oecanthus niveus es un grillo de
color verde claro (Fig. 1) que de adulto puede tener en
la Reserva una longitud de entre 11 y 21.3 mm, en tanto
que sus ninfas pueden medir entre 2.8 y 14.9 mm (Tabla
1). Los adultos no presentan dimorfismo sexual en su
347
Historia natural de Oecanthus niveus y O. californicus
Pérez-Escobedo y Cano-Santana
cuando se asientan sobre los árboles de pirul (Schinus
molle L. [Anacardiaceae]) o tepozán (B. cordata).
tamaño corporal y son marginalmente más grandes que
las poblaciones de Estados Unidos (REPSA: 14.2 ± error
estándar 0.14 mm, EUA: 14.0 mm, Fulton, 1915; t205 = 1.78,
P = 0.075), pero son significativamente más pequeños
que los que habitan en Zapotitlán Salinas, Pue. (15.9 ±
0.005 mm, Romero-Mata, 2008; t638 = 14.3, P < 0.001).
Alimentación. Las ninfas de los primeros estadios
y las hembras adultas, en particular, se alimentan
de las flores de Buddleia cordata, B. parviflora Kunth
(Loganiaceae), Eupatorium petiolare, Ipomoea purpurea
(L.) Roth. (Convolvulaceae), Iresine celosia, Passiflora
subpeltata y Plumbago pulchella Boiss. (Plumbaginaceae).
Se ha reportado que también pueden alimentarse
de homópteros, áfidos, lepidópteros e himenópteros
(Fulton, 1915; Romero-Mata, 2008).
Tabla 1. Longitud corporal (mm) de ninfas y adultos de
Oecanthus niveus en la Reserva del Pedregal.
Estadio
Longitud corporal
(mm)
I
2.8–3.8
II
3.9–6.2
III
6.3-10.7
IV
7.8-12.6
V
12.7-14.9
Adulto
11.0-21.3
Reproducción. El apareo de estos insectos ocurre entre
septiembre y noviembre y la oviposición se ha registrado
en febrero, marzo y noviembre (Fig. 3). Pérez-Escobedo
(2007) en 2005 encontró una proporción sexual anual
de 6.1 machos por cada hembra, aunque se discute que
ésta puede ser reflejo de la facilidad de registrar machos
durante los muestreos nocturnos.
Tiene hábitos crepusculares: las ninfas y los adultos tienen
actividad desde las 18:00 hasta las 4:00 h. Los machos
comienzan a cantar cuando el Sol se oculta, y dejan de
cantar cerca de las 3:30 h, aunque se registra una mayor
frecuencia de cantos entre las 19:30 y 20:00 h. Los machos
frecuentemente cantan en coro o uno después del otro;
cantan en pulsaciones que duran no más de 3 s, y se
pueden distinguir variaciones en el canto ya que algunos lo hacen de manera más grave que otros.
Hábitat. Oecanthus niveus es un grillo epífito que vive
sobre árboles, arbustos, hierbas y enredaderas. Se han
registrado 29 especies de plantas hospederas de O. niveus,
en las cuales descansa, se alimenta, canta, se aparea y
oviposita (Tabla 2). Las especies de plantas hospederas
más frecuentes de este grillo son: el árbol Buddleia
cordata Kunth (Loganiaceae), la hierba Iresine celosia L.
(Amaranthaceae), el arbusto Eupatorium petiolare Moc.
et Sessé ex DC. (Asteraceae) y la enredadera Passiflora
subpeltata Ortega (Passifloraceae) (Fig. 2). Estos insectos
se distribuyen desde 0 a 4 m de altura, en este último caso,
FIG. 1. Aspecto de un adulto macho de Oecanthus niveus.
348
Historia natural y ecología de poblaciones
Tabla 2. Lista de plantas hospederas de Oecanthus niveus para diversas actividades en la Reserva Ecológica del
Pedregal de San Ángel. DE= descanso, AL= alimentación, CA= canto, AP= apareo y OV= oviposición. Se ordenan
alfabéticamente por familia.
Especie
Familia
DE
AL
CA
X
X
Iresine celosia L.
Amaranthaceae
X
Schinus molle L.
Anacardiaceae
X
X
Gonolobus uniflorus Kunth
Asclepiadaceae
X
X
Eupatorium petiolare Moc. et Sessé ex DC.
Asteraceae
X
X
Verbesina virgata Cav.
Asteraceae
X
X
Montanoa tomentosa Cerv.
Asteraceae
X
X
Brickellia veronicifolia (Kunth) A.Gray
Asteraceae
Senecio praecox DC.
Asteraceae
X
Tagetes lunulata Ortega
Asteraceae
X
Bursera cuneata Engl.
Burseraceae
X
Opuntia tomentosa Salm-Dyck
Cactaceae
Ipomoea purpurea (L.) Roth.
Convolvulaceae
X
Erythrina americana Mill.
Fabaceae
X
X
Wigandia urens (Ruiz et Pav.) Kunth
Hydrophyllaceae
X
X
Leonotis nepetifolia (L.) R.Br.
Lamiaceae
X
X
Buddleia cordata Kunth
Loganiaceae
X
Buddleia parviflora Kunth
Loganiaceae
X
Gaudichaudia cynanchoides Kunth
Malpighiaceae
X
No identificada 1
Malvaceae
X
Eucalyptus resinifera Smith
Myrtaceae
X
Fraxinus uhdei (Wenzig) Lingelsh.
Oleaceae
X
Ligustrum japonicum Thunb
Oleaceae
X
X
Passiflora subpeltata Ortega
Passifloraceae
X
X
Plumbago pulchella Boiss.
Plumbaginaceae
X
Pennisetum clandestinum Hochst. ex Chiov.
Poaceae
X
X
Loeselia mexicana Brand
Polemoniaceae
X
X
Phlebodium araneosum (M. Martens et Galeotti)
Mickel et Beitel
Polypodiaceae
X
Cissus sicyoides L.
Vitaceae
X
X
No identificada 2
Crassulaceae
X
X
349
AP
OV
X
X
X
X
X
X
X
X
X
X
X
X
X
X
Historia natural de Oecanthus niveus y O. californicus
Pérez-Escobedo y Cano-Santana
Las hembras de O. niveus ovipositan en los tallos suaves
de árboles y arbustos, como Eupatorium petiolare, Buddleia cordata, Montanoa tomentosa Cerv. (Asteraceae) y
Plumbago pulchella. Para ello, la hembra muerde una
parte del tallo de la planta haciendo una pequeña perforación y, posteriormente, inserta el ovipositor dentro
de ésta en repetidas ocasiones durante más de media hora. Finalmente, se puede observar una hilera de
pequeños orificios distribuidos de manera sistemática
con espacios de entre 1.5 y 2 cm entre cada uno.
En ese trabajo se reportó una densidad de grillos de esta
especie en la zona de hasta 663 ind/ha, pero su densidad
promedio anual varía entre 65 y 212 ind/ha.
No se registraron parasitoides en los 44 grillos capturados en diferentes estadios. En campo sólo se observó a la
araña Peucetia viridans (Hentz) (Araneae: Oxyopidae) alimentándose de una ninfa sobre Wigandia urens (Ruiz et
Pav.) Kunth (Hydrophyllaceae). En Zapotitlán Salinas, Pue.,
Romero-Mata (2008) registró como enemigos naturales a
P. viridans, otra especie de araña de la familia Thomisidae,
una especie de Hemiptera, y al ave Pyrocephalus rubinus
Boddaert (Passeriformes: Tyrannidae).
Ecología. Esta especie registra una generación al año en
la Reserva del Pedregal, con un traslape de generaciones
de adultos. Esto se infiere ya que esta especie registra
un periodo discreto de apareo y otro de oviposición,
así como mayor reclutamiento de ninfas entre febrero
y junio (Figs. 3 y 4). Se registró la presencia y actividad
de machos adultos de O. niveus durante todo el año, en
tanto que las hembras no fueron registradas entre mayo
y julio (Fig. 3). En laboratorio, se pudo mantener con
vida un macho que vivió 140 días, el cual fue capturado
desde su segundo estadio. Un estudio de campo de
Pérez-Escobedo (2007) indica que los adultos pueden
vivir más de 48 días y que las ninfas de segundo estadio
pueden permanecer en esta etapa por más de 21 días.
Historia natural de Oecanthus californicus
Descripción y hábitos. Oecanthus californicus se caracteriza porque presenta una mancha roja en la base de
las antenas. Los machos tienen un cuerpo de color verde
limón (Fig. 5), en tanto que las hembras lo tienen en tonalidades que varían entre el verde y el café. La longitud
corporal promedio de los adultos es de 19. 5 ± 1.8 mm, el
cual es significativamente mayor que el que se registra
en EUA (12.0 mm; Fulton, 1926; t17 = 34.4, P = 0.0005).
Otras 23 especies
19%
Buddleia cordata
36%
Passiflora
subpeltata
5%
Eupatorium
petiolare
17%
Iresine celosia
25%
FIG. 2. Frecuencia relativa de O. niveus en distintas plantas hospederas en la Reserva del Pedregal de
noviembre de 2004 a diciembre de 2005 (N= 1085).
350
Historia natural y ecología de poblaciones
Machos
Hembras
Estadio V
Estadio IV
Estadio III
Estadio II
Estadio I
Oviposición
Dic-04
Feb-05
Abr-05
May-05
Jul-05
Sep-05
Oct-05
Dic-05
FIG. 3. Registros de presencia de grillos de distinta etapa de desarrollo de Oecanthus niveus en la Reserva del Pedregal. Oviposición = se refiere
a la observación de eventos de oviposición sobre los tallos de las plantas.
ene feb
mar abr may jun
jul
ago sep
oct nov dic
Adultos
Ninfas
FIG. 4. Abundancia relativa de adultos y ninfas a lo largo del año de Oecanthus niveus en la Reserva del Pedregal.
351
Historia natural de Oecanthus niveus y O. californicus
Pérez-Escobedo y Cano-Santana
El canto de los machos es continuo, pues se sostiene por
más de 20 s cantan de manera individual y comienzan a
hacerlo cuando el Sol se oculta hasta cerca de las 3:00
h, teniendo mayor actividad de canto entre las 19:30 y
20:00 h.
No se pudieron registrar los hábitos alimentarios de esta
especie, debido a su baja densidad (ver adelante).
Hábitat. Oecanthus californicus se ha registrado en 14
especies de plantas hospederas (Tabla 3), en las cuales
descansa, canta y se aparea. Presenta mayor actividad
en los árboles Buddleia parviflora y B. cordata, el pasto
Pennisetum clandestinum Hochst. ex Chiov. (Poaceae) y
el arbusto Pyracantha coccinea M. Roemer (Rosaceae)
(Fig. 6). Los individuos de esta especie se distribuyen
desde los 50 cm hasta los 2.5 m de altura cuando se encuentran en la copa de B. parviflora.
Ecología y reproducción. Oecanthus californicus tiene
una generación por año sin traslape de cohortes, lo cual
no difiere con lo descrito para el género en EUA (Alexander, 1968). Los adultos de esta especie se registraron
entre agosto y enero (Fig. 7). Se observó un evento de
apareo en noviembre de 2005 y probablemente éstos
continúen hasta enero. No se observaron eventos de
oviposición, pero probablemente ésta ocurra entre
noviembre y enero. Sólo se pudo registrar una ninfa del
FIG. 5. Aspecto de un adulto macho de Oecanthus californicus.
Pyracantha
coccinea
10%
Otras 10
especies
34%
Pennisetum
clandestinum
12%
Buddleia
cordata
16%
Buddleia
parviflora
29%
352
FIG. 6. Frecuencia relativa de O. californicus
sobre diferentes plantas hospederas en
la Reserva del Pedregal de noviembre de
2004 a diciembre de 2005 (N= 52).
Historia natural y ecología de poblaciones
Tabla 3. Lista de plantas utilizadas por Oecanthus californicus para diversas actividades en la Reserva del Pedregal.
DE= descanso, CA= canto y AP= apareo. Las plantas se ordenan alfabéticamente por familia.
Especie
Familia
DE
CA
AP
X
Iresine celosia L.
Amaranthaceae
Eupatorium petiolare Moc. et Sessé ex DC.
Asteraceae
X
Verbesina virgata Cav.
Asteraceae
X
Wigandia urens (Ruiz et Pav.) Kunth
Hydrophyllaceae
X
X
Buddleia cordata Kunth
Loganiaceae
X
X
Buddleia parviflora Kunth
Loganiaceae
X
X
Leonotis nepetifolia (L.) R.Br.
Mamiaceae
Eucalyptus resinifera Smith
Myrtaceae
Ligustrum japonicum Thunb.
Oleaceae
X
Muhlenbergia robusta (E. Foum.) Hitchc.
Poaceae
X
Pennisetum clandestinum Hochst. ex Chiov.
Poaceae
X
Loeselia mexicana Brand
Polemoniaceae
X
Pyracantha coccinea M. Roemer
Rosaceae
X
Cissus sicyoides L.
Vitaceae
X
X
X
X
Canto
Machos
Hembras
Estadio IV
dici-04
febr-05
abri-05
mayo-05
juli-05
sept-05
octu-05
dici-05
FIG. 7. Registros de ninfas de distintas etapas de desarrollo de Oecanthus californicus en la Reserva del Pedregal.
353
Historia natural de Oecanthus niveus y O. californicus
ene feb
mar abr may jun
Pérez-Escobedo y Cano-Santana
jul
ago sep
oct nov dic
Adultos
Ninfas
FIG. 8. Abundancia relativa de adultos y ninfas a lo largo del año de O. californicus en la Reserva del Pedregal.
cordata y Wigandia urens. Oecanthus niveus es mucho
más abundante y presenta un hábitat más amplio que
O. californicus. La primera se distribuye en 29 especies
de plantas, mientras que O. californicus sólo en 14. El
número de especies hospederas de ambas especies
es muy bajo comparado con la oferta de especies que
presenta la REPSA (340 especies; Castillo-Argüero et al.,
2004; Cano-Santana et al., 2008), lo cual indica que ambos grillos arborícolas son muy selectivos en cuanto a
su hábitat.
cuarto estadio en septiembre. Es posible que sus ninfas
eclosionen entre junio a julio, al inicio de la temporada
de lluvias, ya que probablemente presentan diapausa,
en estado de huevo, durante los meses de febrero a junio (Figs. 7 y 8).
No se registraron enemigos naturales de esta especie.
Pérez-Escobedo (2007) registra una densidad de grillos
de esta especie en la REPSA de hasta 333 ind/ha, pero en
promedio se registran de 16 a 21 ind/ha.
La coexistencia de estas especies puede ser resultado de
la diferencia en sus densidades y ciclos de vida, así como
a la existencia de plantas hospederas que son exclusivas
de cada una de estas especies: O. niveus se registra
de forma exclusiva en 18 especies, entre las que se
encuentran: Passiflora subpeltata, Montanoa tomentosa
y Plumbago pulchella, mientras que O. californicus habita
de manera exclusiva sobre tres: Muhlenbergia robusta,
Leonotis nepetifolia (L.) R.Br. (Lamiaceae), y Pyracantha
coccinea. Lo anterior sugiere que sus nichos no están
completamente traslapados.
La Reserva del Pedregal constituye la localidad más
sureña de presencia de Oecanthus californicus, ya que
sólo se había reportado para el norte del país (Walker,
1967).
Conclusión
Oecanthus niveus y O. californicus coexisten en la Reserva del Pedregal. Ambas especies son de hábitos crepusculares y ambas prefieren asentarse sobre Buddleia
Agradecimientos
Agradecemos a Isael Victoria Salazar, Esteban Zamorán y a Jonathan Antonio Garcés su asistencia en el trabajo de
campo. A Enrique Mariño por la identificación de los grillos. A Oswaldo Núñez Castillo por la identificación de las plantas. Agradecemos a Marco Romero-Romero su asistencia técnica en los servicios de cómputo y a Ernesto Navarrete
Arauza por el trabajo fotográfico. Este estudio fue realizado con el apoyo del proyecto Proyecto PAPIIT IN216203
“Análisis del canto y la biología reproductiva del grillo de árbol Oecanthus niveus en dos comunidades xerófitas”, el
cual también apoyó con una beca-tesis a HMPE.
354
Historia natural y ecología de poblaciones
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355
Historia natural y ecología de poblaciones
Los peces y sus hábitats
Héctor Espinosa Pérez
Departamento de Zoología, Instituto de Biología,
Universidad Nacional Autónoma de México
[email protected]
Introducción
representados en la actualidad en las Fuentes Brotantes
y Cuicuilco de la hoy delegación Tlalpan, a pocos metros
de lo que hoy es la Reserva Ecológica del Pedregal de
San Ángel de Ciudad Universitaria (REPSA), y nutrían con
sus aguas el gran lago de Tenochtitlan. Este lago se asentaba en el fondo de una cuenca endorreica, que lo fue
hasta la apertura de sus aguas al gran canal que desemboca en la cuenca del río Pánuco, en los primeros años
de la conquista. Por otro lado, son conocidas las inundaciones que sufrían la Gran Tenochtitlan y en especial
el Reino de Coyoacán, las cuales empeoraron durante
la Colonia, cuando los españoles rellenaron los canales
para construir calzadas elevadas, al querer imponer su
estilo de vida y costumbres. La primera inundación documentada ocurrió en 1553, y ésta fue seguida de otras
en 1580, 1604 y 1629, entre otras, a causa de las venidas
de agua provenientes del sur, mal que sufre la ciudad de
México hasta nuestros días (Ezcurra, 1990).
En la Cuenca del Valle de México se pueden encontrar
aun varios cuerpos de agua tanto naturales como artificiales. Algunos de los primeros, como el lago de Xochimilco o los canales de Tláhuac, representan remanentes
de la gran zona lacustre original del altiplano. En realidad,
la mayor parte de esos sistemas hidrológicos se han perdido a causa de la urbanización de la ciudad de México.
Muestra de ello son los lagos de Texcoco y Chapultepec,
que han sido confinados a la zona urbana que los rodea, así como los arroyos y ríos asociados a las presas y
represas que se encuentran en todo el perímetro de la
ciudad. Por eso, en una ciudad como la de México donde
el asfalto y el concreto prevalecen sobre los ambientes
naturales, un área protegida es no sólo un oasis, sino una
forma de proteger lo poco que queda del medio natural.
Si bien se dice que ese resquicio sería como un arca de
Noé y pronto se extinguirá, hay otros que piensan que,
por reducida que sea, cualquier área protegida tendrá
gran importancia, ya que sirve de corredor para muchas
especies (véase Shafer, 1990). Sin embargo, claramente
éste no es el caso de la fauna acuática.
Con el paso del tiempo y dada la desaparición de los
ríos y arroyos, debido al pastoreo, la tala de las laderas
boscosas que rodeaban la cuenca y el inicio de las edificaciones, en la parte sur de Cuicuilco sólo quedaron en
buen estado de conservación el pedregal y los manantiales de Tlalpan antes mencionados. La construcción
de la Ciudad Universitaria (CU) y las colonias circundantes antes de que terminara la primera mitad del siglo xx
(proceso que aun continúa), trajo consigo la desaparición
de los escurrideros y el aumento en el uso del agua, al
punto de la desaparición de los arroyos. Por otro lado, el
aprovechamiento de la roca volcánica de la zona oriental de CU, en lo que conocemos ahora como la Cantera
Es sabido que los cuicuilcas, acaso una de las primeras
culturas de Mesoamérica, edificaron sus pirámides en
la zona que hoy día se encuentra cubierta por la piedra
volcánica que arrojó el volcán Xitle y que su alimentación se basaba en la agricultura, la caza y la pesca
(López y Córdova, 2007). También se sabe que los ríos y
arroyos que venían de Contreras, El Ajusco y del propio
Xitle formaron parte de los acuíferos que se encuentran
357
Los peces y sus hábitats
Espinosa
FIG. 1. Vista de la primera laguna de la Cantera Oriente en febrero de 2007.
Oriente, la cual conforma un área de amortiguamiento
de la REPSA, llegó a niveles de sobreexplotación y agotamiento de la materia prima. Con el tiempo, este lugar
fue abandonado; el afloramiento de un manantial y el
escurrimiento de agua por filtración formó tres pequeñas lagunas en esta zona.
futuro de la localidad y con el apoyo de las autoridades
universitarias encargadas del cuidado del sitio, se ha propuesto intentar recrear un ambiente lacustre que permita
preservar la flora y la fauna nativas. Específicamente, se
ha planteado intentar imitar un lago como aquellos que
existían antes de la llegada de los españoles a América,
lo que le daría a la zona la presencia de un ambiente de
costa parecido al que supuestamente tuvieron los cuicuilcas antes de la erupción del Xitle.
En la actualidad, la Cantera Oriente, aislada casi por
completo de la ciudad, posee una belleza intrínseca que
invita a disfrutar del paisaje (Fig. 1). Uno de los ingenieros
constructores que excavó la cantera, al ver que las aguas
de las lagunas eran de buena calidad, decidió introducir
peces con fines recreativos, seleccionando a la carpa
común como la especie adecuada por su potencial
para la pesca. Posteriormente se introdujo otra
especie de carpa, la carpa herbívora. En años recientes
un investigador universitario del área de ecología
decidió introducir un pequeño pez nativo de la Familia
Goodeidae, con fines de investigación.
Antecedentes
Un primer antecedente de importancia es que las especies de peces que viven hoy en los lagos de la Cantera
viven bien, se reproducen, se alimentan con éxito y crecen de forma adecuada. Esto indica que el agua de esta
zona es de buena calidad, aunque las especies presentes
son tolerantes a la contaminación (Schofield et al., 2005;
Domínguez et al., 2005). Sabemos que la contaminación
de la ciudad de México es significativa, y aunque la Cantera Oriente se encuentra aislada, sólo el depósito de
partículas atmosféricas en esa parte de la ciudad debe
ser considerable.
A partir de una propuesta de los académicos que trabajan
hoy día en la Cantera, estimulados por los resultados que
arrojó un coloquio celebrado en febrero de 2007 sobre el
358
Historia natural y ecología de poblaciones
Sobre la contaminación y sus efectos en la fauna
de los humedales de la zona, debe mencionarse el
estudio realizado por Arenas y De la Lanza (1978),
que se titula “Muerte masiva de los peces del Vivero
Alto de Ciudad Universitaria, México” (zona que es
parte de la REPSA en la actualidad). Dicho estudio
se hizo debido a la alta mortandad que se observó
en dos especies de carpas asiáticas y exóticas que
ahí vivían, ya que se pensó que el pozo de donde
provenía el agua pudiese estar contaminado. Las
especies que habían sido introducidas desde por lo
menos un par de años antes con fines ornamentales
eran Cyprinus carpio (Fig. 2) y Carassius auratus. Hasta
ese entonces, en el Pedregal no existían cuerpos de
agua naturales que pudiesen permitir el establecimiento de especies autóctonas. Después de analizar
diferentes parámetros del agua y realizar bioensayos con carpas (Cyprinus carpio) y gupis (Poecilia
reticulata), los autores concluyeron que la muerte
de los peces, motivo de dicho estudio, no se debió
a la contaminación del agua del pozo principal de
extracción, la cual era potable, sino más bien, fue resultado del aumento de la extracción de agua para su
uso urbano y principalmente por la inyección de aire
para el bombeo, lo que producía que al aumentar la
presión, se inyectaran gases atmosféricos al agua,
aumentando la concentración de éstos en el vital
líquido, provocando su saturación en las branquias
de los peces, lo que finalmente ocasionó su muerte.
FIG. 3. Girardinichthys multiradiatus. Foto: O. Domínguez.
FIG. 2. Cyprinus carpio L. Tomada de Schofield et al. (2005).
Diversidad
viviparus (Goodeidae); Azteculla sallei, Algansea tincella,
Evarra eigenmanni, E. tlahuacensis y E. bustamante
(Cyprinidae); y Menidia humboldtianum, M. jordani, y
M. regani (Atherinopsidae). También se documentó la
presencia de especies introducidas, como las carpas
asiáticas Cyprinus carpio y Carassius auratus (Cyprinidae),
las truchas Oncorhynchus mikyss y Salvelinus fontinalis
(Salmonidae), y la lobina negra Micropterus salmoides
(Centrarchidae). En tiempos recientes también se han
introducido por lo menos dos especies de la tilapia
africana Oreochromis spp. (Cichlidae) y tres poecílidos:
Xiphophorus variatus, Poecilia sphenops y el gupi
sudamericano exótico Poecilia reticulata, además de
otra carpa asiática, Ctenopharyngodon idella (Álvarez y
Navarro, 1957; Espinosa-Pérez et al., 1993).
No existen trabajos históricos de los sistemas hídricos
originales del altiplano, por lo cual no se sabe qué
especies de peces habitaban la zona lacustre. Sólo por
medio de los códices se puede tener una idea de parte
de la fauna íctica que habitaba los lagos del altiplano
mexicano (Álvarez, 1984). Durante el siglo xix y principios
del xx diversos exploradores realizaron estudios que
documentaron, aunque de forma algo sesgada, los
peces que habitaban el altiplano, recolectándolos,
clasificándolos e identificándolos. De este modo, se
tiene registro de que el sistema lacustre y los arroyos
que lo nutrían, poseían aproximadamente 15 especies
de peces pertenecientes a cinco familias, de las cuales
diez especies eran endémicas del altiplano. Entre estas
últimas están Girardinichthys multiradiatus (Fig. 3) y G.
359
Los peces y sus hábitats
Espinosa
FIG. 4. Pesca con red agallera desde la lancha en la Cantera Oriente.
Métodos
peso (Fig. 5). Esto nos revela dos resultados importantes.
El primero es que las carpas se están reproduciendo
exitosamente en la Cantera Oriente. De acuerdo
con estudios preliminares, la carpa común llega a la
madurez sexual a los dos años de edad, con una talla de
aproximadamente 250 mm en hembras. De acuerdo con
Schofield et al. (2005), los machos llegan a la madurez
sexual al primer año de edad en zonas tropicales. Las
hembras de la carpa herbívora llegan a la madurez
sexual a los tres años de edad y una talla aproximada de
280 mm; de acuerdo con esta misma autora, en zonas
tropicales los machos también, se pueden reproducir
desde el primer año de vida.
De febrero de 2007 a febrero de 2008 se recolectaron
peces de las familias Goodeidae y Cyprinidae en los
cuerpos de agua de la Cantera Oriente. El fin de dichas
colectas de ejemplares fue extirpar las dos especies de
carpas de los pequeños lagos. Los peces se capturaron
por medio de redes de arrastre (chinchorros) de 30 m con
una luz de malla de 0.5 cm, y redes agalleras de 100 m
con aberturas de luz de malla entre 5 y 25 cm (Fig. 4). Los
peces nativos y autóctonos de la familia Goodeidae se regresaron vivos a los lagos de la Cantera, mientras que las
carpas fueron extraídas y utilizadas en la enseñanza y la
investigación, principalmente sobre parasitología (véase
Mendoza-Palmero et al., 2007).
El segundo resultado importante es que la carpa común
se reproduce dos veces al año, durante los meses de
marzo y de octubre y noviembre, se desconoce cuándo
es la época de reproducción de la carpa herbívora, ya
que sólo se han encontrado juveniles y adultos. Dado el
esfuerzo pesquero que se ha realizado, que no ha sido
muy intenso (la pesca se lleva a cabo sólo una vez a la
semana y se hace con fines didácticos), se espera avanzar en extirpar las carpas en otro periodo similar al ya
realizado.
Resultados y discusión
Hasta el momento se han capturado 475 carpas,
sumando los ejemplares de las dos especies, lo que
representa más de 275 kg de pescados de tallas que van
de los 50 a los 740 mm de longitud, y de 17 g a 4.4 kg de
360
Historia natural y ecología de poblaciones
FIG. 5. Ejemplar de Cyprinus carpio de 534 mm de longitud, capturado en la Cantera Oriente.
de las especies Menidia humboldtianum y M. regani,
así como carpitas de la especie Algansea tincella y
mexcalpiques de las dos especies nativas, Girardinichthys
multiradiatus y G. viviparus.
También se ha iniciado la búsqueda de poblaciones
de las especies nativas en otras regiones del altiplano,
como Xochimilco y Tlahuac, con el objeto de introducir
ejemplares a los lagos de la Cantera Oriente. Hasta el
momento se tiene la posibilidad de introducir charales
Agradecimientos
Deseo hacer patente mi agradecimiento a Antonio Lot por la invitación a participar en el proyecto de la Cantera Oriente, así como reconocer todas las facilidades y ayuda proporcionada por el Biól. Francisco M. Martínez, encargado
de este sitio.
361
Los peces y sus hábitats
Espinosa
Literatura citada
ÁLVAREZ, J. 1984. Comentarios sobre los animales acuáticos. Pp. 253-256, en: Obras completas de Francisco
Hernández, tomo 7: Comentarios a la obra de Francisco Hernández. Universidad Nacional Autónoma
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México. Secretaría de Marina y Comisión para el Fomento de la Piscicultura Rural, México.
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de los peces del Vivero Alto de Ciudad Universitaria, México. Anales del Instituto de Biología, UNAM,
Serie Zoología, 49(1): 285-290.
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editada por el INAH. http://www.cnca.gob.mx/
cnca/inah/zonarq/cuicuilco.html
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Cultura Económica, México.
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Universidad Nacional Autónoma de México,
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SALGADO-MALDONADO. 2007. Helmintos parásitos de peces dulceacuícolas de la Cantera Oriente,
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Cantera Oriente: caracterización ambiental e inventario biológico. Universidad Nacional Autónoma de
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SHAFER, C. L. 1990. Nature reserves. Island theory and
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SCHOFIELD J. P., J. D. WILLIAMS, L. G. NICO, P. FULLER
Y M. R. THOMAS. 2005. Foreign nonindigenous
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A guide to their identification, distribution, and
biology. U.S. Dept. of the Interior, U.S. Geological
Survey Scientific Investigations Report 2005-5041.
362
Historia natural y ecología de poblaciones
Contribución a la historia natural
de Crotalus molossus
Carlos Jesús Balderas-Valdivia, Daniel Barreto-Oble y Carlos Augusto Madrid-Sotelo
Laboratorio de Biodiversidad, Dirección General de Divulgación de la Ciencia,
Universidad Nacional Autónoma de México
[email protected]
Introducción
Descripción
Crotalus molossus (Baird y Girard, 1853), llamada
comúnmente “víbora de cascabel de cola negra”, es
una serpiente moderadamente venenosa de la familia Viperidae, y es la única de esta familia, que habita
la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (en lo
sucesivo, Reserva del Pedregal). El nombre de la especie hace referencia a los bozales redondeados de
los perros de cacería que son famosos en una región
llamada Molossus en Epirus, Grecia. Esta especie es
una de las que tiene mayor ámbito de distribución
geográfica, que va desde el sur de los Estados Unidos,
hasta la región central del estado de Oaxaca en México. Hasta el momento, se reconoce que la población
de C. molossus se compone al menos de cuatro variedades o subespecies: C. m. molossus que se distribuye
en la zona suroeste de Estados Unidos y noroeste de
México; C. m. estebanensis que habita la isla de San
Esteban en el Golfo de California; C. m. nigrescens distribuida en la altiplanicie central de México y en la
que se incluye la variedad que habita la Reserva del
Pedregal; y finalmente, C. m. oaxacus que se encuentra en la zona central de Oaxaca y Puebla (Campbell
y Lamar, 2004).
Esta especie de serpiente mantiene una variación clinal
moderada, principalmente de norte a sur, donde las
poblaciones norteñas muestran colores más claros que
las del sur. Además, suelen encontrarse poblaciones
melanísticas asociadas a zonas volcánicas de rocas obscuras (Prieto y Jacobson, 1968; Best y James, 1984), lo
cual no ocurre en la Reserva del Pedregal, cuyo sustrato
dominante es un basalto volcánico obscuro. En este sitio Crotalus molossus mantiene una variada coloración
del fondo del cuerpo, que va del negro al verde o café
obscuro, pero que contrasta con lo dibujos romboides
o de diamante de color amarillento en el dorso, y en el
centro de los rombos puede haber manchas claras (Fig.
1). La coloración relativamente más clara de la víbora de
cascabel de cola negra puede deberse a que el Pedregal
sostiene una vegetación muy densa con elementos florísticos muy diversos que mantienen una gran variación
en el paisaje (Castillo et al., 2007), lo cual no es propicio
para que se mantenga una condición melánica en estas
serpientes como sucede en otras poblaciones (ver Best
y James, 1984). Un ejemplo de lo anterior es la serpiente
mostrada en la figura 2, cuyo aspecto y coloración se confunde con el entorno del paisaje del sitio en la temporada
de secas.
Este trabajo presenta los aspectos más relevantes de la
historia natural de esta especie en la Reserva Ecológica
del Pedregal de San Ángel de Ciudad Universitaria.
La cascabel de cola negra que habita la Reserva del
Pedregal tiene una talla relativamente mediana con
respecto a otras serpientes del género, pues su longitud
total promedio es de 904.8 mm (rango: 525-1270
mm; Apéndice 1), el cual es reducido en comparación
363
Contribución a la historia natural de Crotalus molossus
Balderas-Valdivia y colaboradores
FIG. 1. Aspecto y variación de la coloración dorsal de seis ejemplares de la víbora cascabel de cola negra Crotalus molossus de
la Reserva del Pedregal. Foto: D. Barreto-Oble.
364
Historia natural y ecología de poblaciones
Apéndice 1. Medidas y características morfológicas de siete ejemplares de Crotalus molossus de la Reserva del Pedregal. M = macho, H = hembra. LHC = longitud hocico cloaca, LT = longitud total. El número de escamas supra e
infra labiales se presentan en el orden izquierda-derecha (I-D). El número de escamas dorsales es el que se cuenta a
la mitad del cuerpo.
Número de escamas
Sexo
LHC
(mm)
LT
(mm)
Ventrales
Caudales
Dorsales
Supralabiales
I-D
Infralabiales
I-D
M
490
525
169
24
25
15-16
15-16
M
615
663
167
24
25
15-16
16-17
H
640
H
720
696
169
23
25
17-16
17-17
760
181
16
25
16-17
15-16
H
1180
1255
174
21
25
14-15
15-15
H
M
1008
1165
178
16
25
15-16
15-15
1180
1270
174
22
25
15-15
14-15
con C. basiliscus que alcanza más de 2000 mm
(Klauber, 1972); pero es más grande que la talla
de C. triseriatus, que no sobrepasa los 700 mm
(Campbell y Lamar, 2004). Por otra parte, el número
de escamas que tienen es mayor que la que poseen
otras poblaciones de C. molossus en la Cuenca
de México (Uribe-Peña et al., 1999): la población
del Pedregal tienen en promedio 174.6 escamas
ventrales (rango:167-191), 20.8 caudales (rango:1624) y 25 dorsales.
Dieta
La revisión de muestras estomacales de varios
ejemplares de la cascabel de cola negra colectados en el Pedregal indican que su dieta está basada en diferentes animales vertebrados, entre
los que se encuentran roedores como Rattus
sp., Neotoma sp. y Spermophylus sp.; y probablemente también Peromyscus sp. (por mantener
una gran abundancia), lagartijas como Sceloporus torquatus y S. grammicus, así como algunas
aves pequeñas. Las observaciones sugieren que
los roedores constituyen la dieta principal de las
serpientes adultas, mientras que en los juveniles
se detecta con más frecuencia restos de lagartijas, lo cual concuerda con datos obtenidos de
serpientes de esta especie en el suroeste de los
Estados Unidos (Werler y Dixon, 2000). También es
FIG. 2. Ejemplar de Crotalus molossus y aspecto del matorral xerófilo
de la Reserva del Pedregal en la época de secas.
Foto: D. Barreto-Oble.
365
Contribución a la historia natural de Crotalus molossus
Balderas-Valdivia y colaboradores
Apéndice 2. Promedio de rasgos reproductivos de dos hembras de Crotalus molossus de la Reserva del Pedregal.
LHC = longitud hocico-cloaca, TP = tamaño de puesta. Entre paréntesis se presenta el rango.
Folículos
Hembra
LHC
(mm)
TP
Largo
(mm)
Ancho
(mm)
Masa
(g)
1
985
10
43.5 (30-51)
30 (22-36)
15.7 (10-20)
2
1010
11
42.6 (35-50)
29.3 (23-35)
14.81 (12-18)
probable que C. molossus incorpore en su dieta a crías
de tlacuaches (Didelphis virginiana) y conejos (Sylvilagus
floridanus), pues la talla de estos mamíferos corresponden a las dimensiones de las presas anteriormente corroboradas. Es notable que una cantidad considerable
de avistamientos de la víbora de cascabel sea en lugares
donde se detecta actividad antropógena, como por
ejemplo, en edificaciones y cerca de los basureros a los
que acuden varias especies de roedores.
cola negra dan a luz a crías vivas. Sin embargo, son pocos los datos reproductivos que se conocen sobre esta
serpiente en el Pedregal; hasta ahora se ha registrado
en la literatura que una hembra puede tener un tamaño
de puesta de nueve crías (Sánchez-Herrera, 1980).
Tanto Armstrong y Murphy (1979) como Werler y Dixon
(2000) han estudiado los nacimientos y crías de C. m.
molossus y C. m. nigrescens que habitan en el noroeste
y centro de México, donde el apareamiento se observa
en la primavera y el nacimiento de las crías ocurre entre
junio y agosto. En Crotalus m. molossus se registraron
6.7 crías por puesta (rango: 3-16), en tanto que C. m. nigrescens registró en promedio un tamaño de puesta de
10.5 crías (rango: 5-16). Los neonatos de C. m. molossus
tuvieron bandas oscuras en la cola y midieron en promedio 272.5 mm de longitud total (rango: 229-316) y
pesaron entre 26.6 g (rango: 7.9-25.4 g).
Reproducción
Es en el verano cuando se han observado machos
combatiendo por el acceso a las hembras fértiles en la
Reserva del Pedregal, lo cual marca el preámbulo de la
época de reproducción. En agosto de 2005 se observó
a una pareja de cascabeles copulando continuamente
al menos por 3 h en un atardecer caluroso. Durante la
temporada reproductiva, machos y hembras de varias
especies de serpientes, incluidas las víboras de cascabel, se mantienen juntas únicamente el lapso de tiempo
necesario para copular, después de lo cual se separan.
Sin embargo, Greene (1990) al seguir con métodos radiotelemétricos a una pareja de Crotalus molossus, notó
que ésta permaneció junta varias semanas después de
aparearse hasta el momento de entrar en letargo invernal. Él sugiere que el macho puede permanecer con la
hembra durante este tiempo para evitar la cópula con
otro macho. Aunque no ha sido posible verificar el
mismo comportamiento en el Pedregal, se sabe que las
hembras pueden conservar el esperma hasta que los
folículos obtienen la condición fértil, de modo que las
crías nacen hasta el siguiente año durante la próxima
temporada lluviosa.
Como todos los vipéridos, las serpientes de cascabel de
En la Reserva del Pedregal y durante el verano de los
años 2002 y 2007 se observaron a dos hembras abortivas, una de la cuales tuvo un tamaño de puesta de 10
y la otra de 11, esto con base en el número de folículos
vitelogénicos que tenían (Apéndice 2).
La cascabel de cola negra puede vivir poco más de 15
años (Bowler, 1977). En el Pedregal se ha observado un
ejemplar marcado con cuentas de chaquira que lleva
viviendo 9 años en la Zona de Amortiguamiento A4
Senda Ecológica.
366
Historia natural y ecología de poblaciones
Patrones de actividad y comportamiento
(Madrid-Sotelo y Balderas-Valdivia, 2008) indican que
el principal periodo de actividad es durante los meses
de marzo a noviembre, pero es en la temporada seca,
de marzo a mayo, cuando recorren mayores distancias
(A. Parra-Cesari, obs. pers.), de modo que pueden trasladarse de una zona de amortiguamiento a otra; no así
entre las zonas núcleo Oriente y Poniente, esto debido
a la barrera física que constituye la Avenida de los Insurgentes. Lo anterior significa que por temporada, un
individuo no se desplaza más de 5 ha en cada una de las
zonas núcleo de la Reserva.
La serpiente de cascabel que habita en el Pedregal de
San Ángel es una especie principalmente diurna; sin
embargo, en mayo de 1999 y 2006 se observaron dos
ejemplares adultos cerca de las 21:00 h, aspecto que
no ha sido previamente reportado, pues en la literatura
sólo se señalan periodos de actividad crepusculares
para la especie en la Cuenca de México (Uribe-Peña et
al., 1999). En otras latitudes, la actividad en el verano y
el otoño es principalmente diurna, mientras que puede
ser nocturna en los meses más cálidos del verano
(Armstrong y Murphy, 1979).
Crotalus molossus es una especie poco agresiva (UribePeña et al., 1999; Werler y Dixon, 2000). De 14 ejemplares
observados en el Pedregal de 1999 hasta 2007, solamente
el 14.3 % mostró una conducta defensiva ante la
presencia humana a menos de un metro de distancia de
observación en varias horas del día. La mayoría de ellas
enrollan su cuerpo, se mantienen inmóviles o escapan
debajo de las rocas o hacia los arbustos al sentirse
amenazadas. Estos ejemplares tampoco vibraron el
cascabel ni intentaron atacar al observador. En los
ejemplares que mostraron una conducta defensiva,
ésta consistió en agitar el cascabel, enrollar la parte
posterior del cuerpo, levantar la parte anterior en forma
de “S”, dirigir la cabeza con la boca abierta proyectando
los colmillos al observador, sisear y conducir el ataque
cuando el observador se aproximó más o menos a
80 cm. Esto concuerda con los registros de Z. CanoSantana (com. pers.), quien ha tenido diez avistamientos
con víboras de cascabel entre 1990 y 2008, todos en la
Zona Núcleo Poniente, y sólo dos de ellas tuvieron una
conducta defensiva agitando el cascabel, en tanto que
sólo una levantó la parte anterior en forma de “S”, al
estar a 1.5 m de distancia.
Por otro lado, en observaciones quincenales en los
periodos invernales en los años 2006 y 2007 durante
los meses de diciembre a febrero, no se han observado
ejemplares activos en el Pedregal, lo que sugiere que
una cuarta parte del año, la especie se mantiene en un
período de letargo. Cabe señalar que se especula que
ocasionalmente las serpientes llegan a salir de sus refugios en la temporada fría cuando transcurren varios días
soleados, por lo que es evidente que se requieren estudios al respecto.
Se sabe que no toda la actividad de la serpiente de cascabel se restringe al suelo, debido a que ésta suele trepar, incluso se ha registrado que puede subir a alturas
de los 2 a los 3 m, pernoctando sobre arbustos y árboles
(Ernst, 1992).
No se ha observado esta habilidad en las serpientes de
cascabel adultas del Pedregal; sin embargo, ya se ha
visto que ejemplares juveniles pueden subir sobre la
vegetación por casi un metro de altura tanto en reposo,
como cuando se les intenta capturar (Z. Cano-Santana y
C.J. Balderas-Valdivia, obss. perss.).
Los adultos de la cascabel de cola negra presentan
colmillos de 9.6 a 13.5 mm de largo (Klauber, 1972) y el
veneno tiene propiedades fuertemente hemorrágicas.
El rendimiento promedio del veneno es de 0.60 ml (180
mg peso seco) cuando se ordeña a la serpiente, y el rendimiento promedio total de veneno seco por adulto
es de 286 mg (Klauber, 1972). Los estudios electroforéticos del veneno de esta cascabel que se han realizado
muestran que el veneno de Crotalus molossus se relaciona con el de C. scutulatus, C. tigris y C. horridus (Foote
y MacMahon, 1977).
Los patrones de actividad de la serpiente de cascabel
de cola negra han sido estudiados por métodos radiotelemétricos, en los que se observa que las serpientes
tienen en promedio un ámbito hogareño de 3.5 ha, se
desplazan aproximadamente 43 m por día durante la
temporada activa y en promedio pueden viajar hasta 15
km en una sola temporada (Beck, 1995). En la Reserva del
Pedregal, los estudios preliminares usando métodos
de radiotelemetría por implantación intraperitoneal
367
Contribución a la historia natural de Crotalus molossus
Balderas-Valdivia y colaboradores
FIG. 3. Comparación de un colmillo de Crotalus molossus que eyecta veneno ( ) con respecto a otro ejemplar que no
presenta esta posibilidad ( ). lc = longitud del colmillo (mm); lo = longitud del orificio de descarga (mm).
Foto E. Navarrete Arauza.
No obstante que la víbora de cascabel de cola negra no
muestra una conducta agresiva frecuente, se han documentado aspectos atípicos sobre su conducta defensiva
y su efecto tóxico en humanos. Es poco frecuente, pero
muy notable, que algunos individuos de C. molossus
pueden eyectar el veneno hacia el rostro del agresor
potencial (Madrid-Sotelo y Balderas-Valdivia, en prensa), conducta que recuerda el mismo comportamiento
de algunos géneros como Naja y Hemachatus (Elapidae) conocidos comúnmente como “cobras escupidoras”
(Pough et al., 2001).
de envenenamiento por siete días (Madrid-Sotelo y
Balderas-Valdivia, en prensa). Lo anterior llevó a realizar
un estudio comparativo, en el que se revela la existencia
de factores anatómicos que favorecen la conducta de
eyectar el veneno en algunos individuos. El estudio
corroboró que al comparar los colmillos de longitudes
semejantes (Fig. 3) de la serpiente de cascabel escupidora
(12.9 mm) con los de otra serpiente no escupidora (13
mm), hay una reducción en la longitud del orificio de
descarga del veneno (serpiente escupidora = 2.4 mm;
serpiente no escupidora = 2.9 mm). Finalmente, se
verificó el paso diferencial de fluidos a través de ambos
tipos de colmillos, adaptando para ello una jeringa
de plástico a través de la cual se hizo pasar agua a
presión por éstos. En el experimento se observó que
efectivamente los colmillos de la serpiente de cascabel
escupidora proyectaron el líquido en un ángulo casi
perpendicular al orificio de salida y al mismo colmillo
(hacia el frente), mientras en los colmillos normales el
agua fluyó en ángulo oblicuo (hacia abajo, es decir hacia
la punta del colmillo).
La conducta de eyectar o escupir el veneno (en inglés,
“spitting behavior”) ha sido observada en dos ejemplares
de C. molossus de la Reserva del Pedregal y también en
dos ejemplares de C. atrox. De estos dos últimos, uno en
la zona oriental de la altiplanicie mexicana (F. Soberón,
com. pers.) y otro del estado de San Luis Potosí (C.J.
Balderas-Valdivia, obs. pers.). Sobresale el hecho de que
para ninguna especie de vipérido se han documentado
estas observaciones, incluyendo a la especie de
cascabel de cola negra que ha causado la intoxicación
en un humano cuando éste recibió por eyección una
descarga de veneno en sus ojos y que tuvo efectos
368
Historia natural y ecología de poblaciones
Agradecimientos
Se agradece profundamente el apoyo recibido por nuestros amigos, compañeros y colegas: Antonio Lot, Alfredo
Parra, Julia Tagüeña, Pilar López, Concepción Ruiz, Zenón Cano, Gabriela Guzzy y la Sociedad Herpetológica Mexicana, A. C. por sus diversas contribuciones, revisión y comentarios a este trabajo. A la Secretaría de Medio Ambiente
y Recursos Naturales por los permisos de colecta SGPA/DGVS/02596/08 y SGPA/DGVS/03596/08.
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369
Historia natural y ecología de poblaciones
Ecología del cacomixtle (Bassariscus astutus)
y la zorra gris (Urocyon cinereoargenteus)
Gabriela Castellanos Morales, Natalia García Peña y Rurik List
Instituto de Ecología,
Universidad Nacional Autónoma de México
[email protected]
Introducción
urbanas, aprovechando la reducción de los depredadores naturales y la presencia de animales domésticos
y cultivos agrícolas como fuente de alimento. Dentro de
los carnívoros, los cánidos y prociónidos hay especies que
se han reportado como beneficiadas por la construcción
de urbes y la destrucción del hábitat natural por el humano, como es el caso del coyote (Canis latrans), la zorra
roja (Vulpes vulpes), la zorra del desierto (Vulpes macrotis), la
zorra gris (Urocyon cinereoargenteus), el mapache (Procyon
lotor) y el cacomixtle (Bassariscus astutus) (Leopold 1959;
Fritzell y Haroldson, 1982; Crooks, 2002; McKinney, 2002;
Bol’shakov et al. 2004).
Una de las principales causas de la pérdida de la diversidad
biológica la constituye la destrucción y fragmentación de
los ambientes naturales, por lo que la protección mediante el establecimiento de áreas protegidas o reservas
es una de las estrategias más importantes para la conservación (Noss y Csuti, 1997; Riley et al., 2003). Las reservas
urbanas representan paisajes alterados ya que la conectividad con otras áreas de vegetación natural se ha perdido, los efectos de borde son pronunciados y muchos
de los procesos ecológicos y especies han desaparecido
(McKinney, 2002), sin embargo, su importancia es fundamental porque representan relictos de comunidades
que, de lo contrario, hubieran desaparecido. En los sistemas urbanos, ciertos recursos, como el alimento, pueden
ser muy abundantes y concentrados en parches (Prange
et al., 2004), por lo que el impacto de la urbanización sobre la biota nativa es muy fuerte (McKinney, 2002).
Las zonas protegidas dentro de la Reserva Ecológica del
Pedregal de San Ángel de Ciudad Universitaria (REPSA)
se encuentran en constante amenaza debido al crecimiento urbano y a la ampliación de la infraestructura
universitaria, además de la introducción de flora y fauna
exótica como el eucalipto y los perros y gatos ferales. La
reducción en el área que ocupaba el Pedregal ha llevado
a la extinción de diez de las 34 a 37 especies de mamíferos registradas históricamente en el área (Soberón et al.
1991; Negrete y Soberón, 1994; Chávez-Tovar, 1998). La
permanencia de la REPSA es de importancia fundamental para la persistencia del cacomixtle y la zorra gris en la
ciudad de México, y representa un sitio excelente para
el estudio de la ecología de estos carnívoros medianos
en condiciones urbanas. Además, como consecuencia
de la fragmentación del hábitat, se ha observado que la
diversidad biológica se encuentra en paisajes alterados
de manera creciente y su conservación en estos sitios
tiene gran relevancia (Daily et al., 2001; Ceballos y List,
2008).
Los carnívoros, y principalmente los de gran tamaño,
suelen estar dentro de las primeras especies en desaparecer ante los disturbios (Beissinger y Osborne, 1982;
Friesen et al., 1995; Woodroffe y Ginsberg, 1998; Crooks,
2002), por lo que se consideran especies indicadoras de
la salud de los ecosistemas (Dugelby et al., 2001; Tigas
et al., 2002; Randa y Yunger, 2006; Markovchick-Nichols
et al., 2007). Sin embargo, algunas especies de carnívoros medianos y pequeños pueden persistir en áreas
alteradas, éstas suelen ser generalistas y oportunistas,
son tolerantes a la perturbación e incluso pueden ser
parcialmente beneficiadas por la degradación del hábitat, lo que les permite vivir en zonas rurales e incluso
371
Ecología del cacomixtle y la zorra gris
Castellanos y colaboradores
En este trabajo se busca obtener información sobre la
ecología que permita determinar las necesidades para
la permanencia de las zorras grises y los cacomixtles en
la REPSA, en particular (1) el tamaño del área de actividad, (2) el uso de hábitat, y (3) los hábitos alimentarios.
Métodos
La captura de carnívoros se llevó a cabo mediante
trampas de caja (Tomahawk) colocadas en la Zona Núcleo
Poniente de la REPSA (Fig. 1) y en los camellones del
Circuito Exterior de Ciudad Universitaria de esta misma
zona. Los individuos capturados fueron anestesiados
con una combinación de 0.1ml/kg de ketamina y 0.01
ml/kg de xilacina (Ponds y O’Gara, 1996; Evans, 2002).
A cada individuo capturado se le tomaron los datos
merísticos estándar y se les colocó un arete metálico
numerado, para su posterior identificación. A los adultos
también se les colocó un collar equipado con un radiotrasmisor en frecuencia VHF (164 Mhz). Para llevar a cabo
el seguimiento de los individuos con radio-collares, se
utilizaron dos antenas de cuatro elementos con sistema
pico-nulo; una antena fija colocada en el techo del
Instituto de Ecología de la UNAM y otra montada en un
vehículo que se estacionaba sobre el circuito exterior
frente a los campos de prácticas deportivas de Ciudad
Universitaria. La localización de los individuos se llevó
a cabo mediante la toma simultánea del azimut desde
cada estación de telemetría, entre las 21:00 y las 06:00 h.
La radio-interferencia (estática e interferencia causada
por radios de dos vías de la policía, ambulancias,
camiones, aviones, helicópteros y otros) de la ciudad
hizo imposible seguir a los animales marcados durante
las horas del día.
FIG 1. Sitios de captura de zorras grises y cacomixtles en la Zona de
Amortiguamiento (A8) y en la Zona Núcleo Poniente de la REPSA.
dad Universitaria, considerando seis hábitats diferentes
(Castellanos y List, 2005, Castellanos et al., 2008): 1) Urbano: áreas donde el ambiente ha sido completamente
transformado, está dominado por casas y existe actividad humana las 24 h del día. 2) Caminos: áreas donde
el ambiente ha sido completamente transformado, la
vegetación natural ha sido reemplazada por pavimento o terreno compacto y las actividades humanas son
únicamente diurnas. 3) Jardines y campos: áreas ocupadas por los campos de prácticas de actividades deportivas y los campos de cultivo de pastos dentro del
Jardín Botánico. 4) Edificios: son las instalaciones de la
Universidad como institutos, invernaderos y construc-
La triangulación de las lecturas de radio-seguimiento se
realizó en el programa Tracker 1.1 y se analizaron con la
extensión para el análisis de movimiento animal del programa ArcView 3.1 (ESRI). El área de actividad se obtuvo
con los métodos Kernel Fijo y Polígono Mínimo Convexo
(PCM), ambos con el 95% de los datos. La densidad de
cada especie se estimó tomando la suma del PMC de todos los individuos de cada especie como base para calcular el número de individuos por kilómetro cuadrado,
utilizando el Geoprocessing Wizard de ArcView.
Para determinar el uso de hábitat, se elaboró un mapa
de los hábitats de la zona oeste de la REPSA y de Ciu372
Historia natural y ecología de poblaciones
Resultados y discusión
ciones pequeñas como paradas de autobús, que se localizan principalmente fuera de la Reserva y donde la
actividad humana es muy reducida durante la noche. 5)
Perturbado: áreas que mantienen algunas características del Pedregal, pero también se encuentran árboles
introducidos, como el arboretum del Jardín Botánico Exterior y los camellones del Circuito Exterior. 6) Pedregal:
área con vegetación natural. La utilización del hábitat
nos sirve para determinar la importancia que tiene un
hábitat en particular para una población y nos proporciona una idea de la sensibilidad de la población a la
fragmentación (White y Garrott, 1990). Para estimarla
se calculó la superficie de cada hábitat (disponibilidad)
y se determinó el número de radio-localizaciones de
cada individuo en cada hábitat (White y Garrott, 1990),
determinando la proporción de hábitats o ambientes
utilizados en relación a su disponibilidad (uso diferencial). Mediante una prueba de X2 y una prueba de Z de
Bonferroni se determinó si el uso diferencial era significativamente mayor o menor al esperado, de acuerdo a
su disponibilidad.
Captura
Los únicos carnívoros nativos que cayeron en las
trampas fueron los cacomixtles y las zorras grises.
Durante el estudio no se registraron las otras especies
de carnívoros reportadas para la REPSA: zorrillos
(Mephitis macroura y Spilogale gracilis) y comadrejas
(Mustela franata) (Negrete y Soberón, 1994), aunque
estudios posteriores han comprobado la persistencia
de los zorrillos en la REPSA (H. Bárcenas, com. pers.). La
fauna silvestre de la REPSA ha sido reducida, pues ya ha
perdido cuatro especies de carnívoros históricamente
reportadas: el coyote (Canis latrans), el puma (Puma
concolor), el mapache (Procyon lotor) y el coatí (Nasua
nasua), y aunque estas especies, excepto el puma, han
sido reportadas como parte de la fauna urbana en otros
sitios, el tamaño de la REPSA y la conectividad con otras
reservas es insuficiente para mantenerlas. Aunque,
debido al reducido tamaño de la REPSA, es notable que
soporte a una población de zorra gris, ya que el área de
actividad más pequeña reportada para la especie es
de 384 ha en áreas suburbanas residenciales (Harrison,
1997) y la reserva tiene una extensión de sólo 237 ha
distribuidas en parches discontinuos, que en apariencia
es insuficiente para mantener una población viable de
esta especie.
La alimentación de los carnívoros se determinó mediante el análisis de contenidos de excrementos, los cuales
fueron colectados en caminos y veredas de la Reserva y
en sitios donde se localizaron letrinas de ambas especies. Los excrementos se identificaron de acuerdo al
tamaño, forma y olor (Aranda, 2000). Para identificar
los componentes alimentarios, los excrementos fueron
desmenuzados a mano, separando los componentes en
fragmentos óseos, pelos, semillas, exoesqueletos de artrópodos y materiales no alimenticios como papel, plástico
y aluminio. Los componentes fueron cuantificados en un
análisis de presencia-ausencia y se obtuvo la frecuencia de
ocurrencia (FO = (fi /N)100) y la frecuencia relativa (FR =
(fi /∑fi)100) de cada uno, donde fi es el número de apariciones de cada elemento i que compone al excremento
y N es el número total de excrementos colectados. Los
restos se clasificaron en las siguientes categorías: plantas, mamíferos, aves, artrópodos, material no alimentario y material no identificado. La identificación de los
pelos se realizó en un microscopio, identificando hasta
la categoría de género. Los restos óseos de mamíferos
fueron identificados por el M. en C. Juan Cruzado. Las
semillas fueron analizadas e identificadas en el Herbario
Nacional por la M. en C. Martha Olvera.
Entre el 29 de abril de 2002 y el 15 de julio de 2003 se
capturaron siete individuos de zorra gris (tres machos y
tres hembras adultos, y una hembra joven) y 11 de cacomixtle (ocho machos y una hembra adultos, y un macho
y una hembra jóvenes). El peso promedio de los machos
de zorra gris fue de 4.7 ± 0.6 kg, y las hembras 4.3 ± 0.1
kg, que se encuentra dentro del rango reportado para la
especie (Servín y Chacón, 2005).
Para estimar el peso promedio de los cacomixtles de la
REPSA se incluyó la información de captura de 11 individuos adicionales; cinco machos y seis hembras (SuzanAspiri, 1998). El peso promedio de los cacomixtles machos fue de 1.6 ± 0.1 kg, el peso promedio de las hembras
fue de 1.3 ± 0.2 kg, sin observar diferencias significativas
entre los sexos. Este peso es mayor al reportado para
la especie (Trapp 1978; Toweill y Teer, 1980; GonzálezSaldívar, 1982; Poglayen-Neuwall y Toweill, 1988; Trapp
373
Ecología del cacomixtle y la zorra gris
Castellanos y colaboradores
y Wyatt, 1997; ). Para comprobar si el mayor peso de los
cacomixtles del Pedregal tiene que ver con el sitio, se
compararon con datos de otras poblaciones. No se encontraron diferencias significativas entre los individuos
del Pedregal y el Desierto de los Leones (1.5 kg), uno de
los bosques que rodean la ciudad de México, pero sí con
los de Nuevo León (B. astutus flavus: 0.82 kg) y con los de
una población de California (0.9 ± 0.1 kg hembras y 1.1 ±
0.1 kg machos; G.Trapp com. pers.; Castellanos-Morales,
2006). La diferencia de pesos puede deberse a una mayor
disponibilidad de recursos alimenticios en la REPSA y el
Desierto de los Leones, por los desechos antropogénicos,
o bien, a diferencias entre subespecies (B. a. astutus vs. B.
a. flavus). Sin embargo, no existe suficiente información
publicada sobre cacomixtles urbanos o sobre las dos subespecies para llegar a una conclusión definitiva.
Las áreas de actividad totales de los cuatro cacomixtles,
calculadas con PMC, se encuentran completamente embebidas dentro del área de actividad total de las siete
zorras y representa un 45.6% de ésta.
La densidad máxima de zorras calculada para la REPSA
fue de siete individuos en 66.6 ha, que representa una
densidad de 8 zorras/km2, las siete capturadas más una
observada en el área (García-Peña, 2007); esta densidad
es muy superior a la reportada para la especie que es de
0.4 a 2.1/km2 (Fritzell y Haroldson, 1982). Sin embargo, podríamos pensar que este valor es una sobreestimación, ya
que es posible que la densidad sea menor en el área no
muestreada, ya que se cuentan con pocos registros de la
especie en el área este de Ciudad Universitaria.
Las áreas de actividad tanto para zorra gris como para
el cacomixtle fueron muy reducidas, de hecho para la
zorra gris se trata del área de actividad reportada más
pequeña en un ambiente residencial suburbano al compararla con el área de actividad de 384 ha reportada por
Harrison (1997). El área de actividad promedio calculada
con Kernel para las hembras de zorra gris fue de 25.8
ha, mientras que para los machos fue de 34.4 ha. El área
de actividad promedio calculada con PMC fue de 37 ha
para las hembras y 55.6 ha para los machos (Castellanos
et al., 2008). La suma de las áreas de actividad de todos
los individuos ocupaban 66.6 ha de la REPSA.
Por otra parte, la densidad de cacomixtles calculada
para la REPSA fue de siete machos en 30.5 ha, equivalente a 22.95 cacomixtles/km2, resultado que sugiere
que el cacomixtle es el carnívoro nativo más abundante
de la REPSA. La densidad obtenida para este sitio, es la
primera reportada para un área urbana y la más alta reportada hasta el momento, ya que las densidades van
de 7 a 20 ind/km2 (Poglayen-Neuwall y Toweill, 1988). Es
necesario enfatizar que la estimación se basa en el área
de actividad de los individuos capturados en las áreas
de amortiguamiento de la zona oeste de la Reserva. Las
densidades estimadas pueden representar una subestimación de la densidad real de esta especie, ya que en
la misma área se registró un número indeterminado de
cacomixtles que no fueron capturados.
Para los cacomixtles, éste representó el primer estudio
con telemetría en la especie para un ambiente urbano.
El área de actividad promedio calculada con Kernel fijo
para los machos de cacomixtle adulto fue de 9.2 ± 0.08
ha, y el juvenil tuvo un área de actividad de 3.1 ha (Castellanos et al., en prensa). El PMC para tres cacomixtles
macho adultos fue de 7.8 ± 1.9 ha y para el macho joven
fue de 2.9 ha. Esta reducida área de actividad es la segunda más pequeña reportada, en comparación con la
reportada por Lacy (1983) de 8.8 ha y la reportada por
Wyatt (1993) de 16.2 ha, ambos datos de poblaciones de
California. La suma de las áreas de actividad de todos los
individuos ocupaban 30.5 ha de la REPSA. Por otra parte, se observaron porcentajes de sobreposición importantes entre las áreas de actividad de las zorras (23-92%;
Tabla 1), y entre las de los cacomixtles (28-47%; Tabla 2).
Las reducidas áreas de actividad encontradas en ambas especies, el alto porcentaje de sobreposición en el
área de actividad de los individuos y la alta densidad
poblacional observada pueden deberse a una gran disponibilidad de recursos alimentarios. Además, las zorras
capturadas se comportan como un grupo familiar, tal
como está reportado para la especie (Trapp y Hallberg,
1975; Fritzell y Haroldson, 1982), lo que sugiere que el
área de actividad reducida no afecta su dinámica grupal
y de población. Esto es consistente con otros estudios
que han relacionado áreas de actividad pequeñas con
la abundancia de recursos alimentarios en ambientes
urbanos para otras especies de zorras (Vulpes vulpes,
Macdonald, 1987; V. macrotis, Cypher y Frost, 1999), así
como en coyotes, donde existe una sobreposición importante entre individuos del mismo sexo en tiraderos
Área de actividad y densidad
374
Historia natural y ecología de poblaciones
Tabla 1. Porcentaje (negritas) y tiempo (meses; paréntesis) de sobreposición en áreas de actividad de cinco zorras
grises (Urocyon cinereoargenteus) de la REPSA.
Individuo
UC780MA
UC986MD
UC324MG
UC720HU
UC325HA
UC780MA
-
74 (4)
49 (2)
53 (4)
*
UC986MD
44 (4)
-
38 (8)
66 (4)
58 (6)
UC324MG
50 (2)
65 (8)
-
92 (2)
59 (7)
UC720HU
23 (4)
49 (4)
40 (2)
-
*
UC325HA
*
83 (6)
50 (7)
*
-
* Pares de individuos que no coincidieron temporalmente
Tabla 2. Porcentaje (negritas) y tiempo (meses; paréntesis) de sobreposición en áreas de actividad de cuatro cacomixtles (Bassariscus astutus) macho de la REPSA.
Individuo
BA393M
BA397M
BA398M
BA568M
BA393M
-
*
*
*
BA397M
*
-
28 (0.02)
*
BA398M
*
84 (0.02)
-
47 (4)
BA568M
*
*
46 (4)
-
* Pares de individuos que no coincidieron temporalmente
Uso de recursos
de basura (Hidalgo-Mihart, 2004). Estos datos coinciden
con un estudio de mapaches, zorrillos y coyotes de un
parque urbano y de un área rural, donde también se encontraron diferencias entre pautas conductuales, densidad y tamaño de área de actividad y uso de hábitat
(Gehrt, 2004).
El principal componente de los excrementos de las zorras
fueron los artrópodos, seguido de mamíferos y plantas, y
sólo un pequeño porcentaje de material no alimentario
(FIG. 2). Mientras que en los cacomixtles el componente
principal de los excrementos fueron las plantas, seguido
de los artrópodos y el material no alimentario fue prominente, los mamíferos y las aves representaron los componentes alimenticios menos frecuentes (FIG. 2). El alimento
antropogénico está subrepresentado, ya que no deja
elementos identificables además de empaques y envoltorios. Se observó en repetidas ocasiones a las zorras y
los cacomixtles consumiendo alimento de origen antropogénico en los contenedores de basura del estacionamiento del Jardín Botánico. Sin embargo, el 100% de los
excrementos de ambas especies presentaron elementos
de origen natural (Castellanos et al., 2008).
Otro factor que contribuye a la alta densidad de estas
especies es la desaparición de los grandes carnívoros ya
que provoca un fenómeno conocido como liberación
de los meso-depredadores, a partir de la reducción en la
mortalidad por depredación de las especies de carnívoros medianos, como zorras y cacomixtles (Crooks y
Soulé, 1999).
375
Ecología del cacomixtle y la zorra gris
Castellanos y colaboradores
Las zorras utilizaron los distintos hábitats de acuerdo a
su disponibilidad (Fig. 3), mientras que los cacomixtles
hicieron uso diferencial del hábitat, utilizando los
ambientes perturbados más de lo esperado (Fig. 4;
Castellanos et al., 2008). Esta información representa
únicamente el horario de actividad de las zorras
(crepuscular y nocturno) ya que durante las horas
de descanso (diurno) no fue posible obtener radio
localizaciones.
alimenticios naturales y antropogénicos, así como en la
disponibilidad de oquedades que les sirven de refugio y
una muy baja o nula densidad de sus depredadores naturales. Es importante resaltar, que los patrones de actividad humana en la Universidad Nacional Autónoma
de México es otro factor que permite a estas especies
merodear las áreas circundantes a la REPSA durante la
noche.
De acuerdo a nuestros datos, tanto las zorras como los
cacomixtles hacen uso de la Reserva para refugiarse
durante el día y para reproducirse, por lo que podemos
asegurar que la existencia de esta área es indispensable
para la subsistencia de las poblaciones de ambas especies, pero de manera más dramática en el caso de la
zorra gris. Los cacomixtles son animales más pequeños
que requieren de un área menor para realizar sus actividades diarias, por lo que en la ciudad de México se han
encontrado en sitios más perturbados, como el Bosque
de Chapultepec (J. Cruzado, com. pers.). Por otro lado,
la ausencia de zorras en otras áreas verdes de la ciudad
puede indicar que los requerimientos de hábitat de la
zorra gris son mayores que los de los cacomixtles. En la
REPSA, la irregularidad en el terreno limita el paso de las
personas y vehículos y forma gran número de oquedades
ocupadas por diferentes especies, incluyendo las zorras
grises, característica que favorece la persistencia de estas
especies en el área.
A pesar de que tanto las zorras como los cacomixtles
están utilizando áreas fuera de la Reserva y alimento de
origen antropogénico, la mayor parte de la alimentación
la obtienen de elementos naturales como los que ofrece
la REPSA y pasan la mayor parte del tiempo dentro de la
misma. Otros estudios han reportado el uso de alimentos
asociados a la presencia humana por parte de la zorra gris
y del cacomixtle (Fritzell y Haroldson, 1982; PoglayenNeuwall y Toweill, 1988). A pesar del aprovechamiento
del alimento de origen antropogénico, su consumo
representa un riesgo, ya que el plástico puede causarles
la muerte por oclusión intestinal, tal como ocurre con
aves y mamíferos alrededor del mundo (BBC News,
2004; Cohn, 2005), por lo que es recomendable regular
el tipo de contenedores para la disposición de la basura
en las zonas adyacentes a la REPSA.
El atractivo de las áreas perturbadas para estas especies puede basarse en la presencia de mayores recursos
1.0
0.9
0.8
0.7
material no identificado
material no alimentario
aves
mamíferos
artrópodos
plantas
0.6
0.5
0.4
0.3
0.2
0.1
0.0
Urocyon cinereoargenteus
Bassariscus astutus
FIG 2. Frecuencia relativa de cada categoría de alimento encontrada en los excrementos de zorra gris
(Urocyon cinereoargenteus) y cacomixtle (Bassariscus astutus) colectadas en la zona oeste de la REPSA.
376
Historia natural y ecología de poblaciones
Urocyon cinereoargenteus
0.60
0.50
0.40
utilizado
disponible
0.30
0.20
0.10
0.00
Pedregal
Perturbado
Jardines y
Campos
Edificios
Urbano
Caminos
FIG. 3. Proporción de hábitat disponible y proporción de hábitat utilizado por las zorras grises (Urocyon
cinereoargenteus) de la REPSA.
Bassariscus astutus
0.35
0.30
Proporción
0.25
utilizado
disponible
0.20
0.15
0.10
0.05
0.00
Pedregal Perturbado Jardines y
Campos
Edificios
Urbano
Caminos
FIG 4. Proporción de hábitat disponible y proporción de hábitat utilizado por los cacomixtles (Bassariscus
astutus) de la REPSA.
377
Ecología del cacomixtle y la zorra gris
Castellanos y colaboradores
Conclusiones
adecuados. Estas áreas además ofrecen una oportunidad única para el estudio de la flora y fauna nativa de
la Cuenca del Valle de México en áreas rodeadas completamente por una de las ciudades más grandes del
mundo.
La Reserva del Pedregal representa uno de los últimos
relictos de la vegetación característica del pedregal
originado por la erupción del volcán Xitle y es, también,
uno de los últimos refugios que tienen especies como
la zorra gris en la ciudad de México. Probablemente es
el único sitio totalmente rodeado por la ciudad, en el
que se encuentra esta especie, pues aunque la ciudad
de México cuenta con áreas naturales protegidas en las
que podría estar presente, las áreas de mayor tamaño
están conectadas con parches de hábitat o reservas que
se encuentran fuera de la ciudad, como los parques nacionales Cumbres del Ajusco, Desierto de los Leones,
e Insurgentes Miguel Hidalgo y Costilla (Secretaría del
Medio Ambiente, 2007).
La conservación de las especies del pedregal requiere
de un mayor esfuerzo de difusión sobre su importancia.
El interés de la comunidad universitaria y de las autoridades responsables mejorarían estas condiciones mediante acciones sencillas como reforzar la aplicación del
reglamento de la REPSA y tener un control efectivo de
acceso a la Reserva, evitar el depósito ilegal de basura y
cascajo, así como regular la construcción de infraestructura en zonas adyacentes a la Reserva para evitar, en la
medida de lo posible, la pérdida de sitios de refugio.
La persistencia de carnívoros medianos en la Reserva
Ecológica del Pedregal de San Ángel demuestra la importancia de los parches con vegetación natural para el
mantenimiento de la biodiversidad, incluso en las áreas
urbanas, por lo que es importante invertir recursos para
el mantenimiento y restauración de las áreas protegidas
urbanas, que además, proveen importantes servicios
ambientales a los habitantes de la ciudad.
Se ha registrado la presencia del cacomixtle en otras
áreas de la ciudad, algunas de las cuales son áreas naturales protegidas (Comisión de Recursos Naturales y
Desarrollo Rural, 2000). Sin embargo, se desconoce el
estado de sus poblaciones en otros sitios. Es necesario
evaluar el estado actual de las poblaciones de carnívoros silvestres persistentes en otras áreas protegidas de
la ciudad de México para establecer planes de manejo
Agradecimientos
Agradecemos a M. Olvera y J. Cruzado por la identificación de semillas y restos óseos. A H. Zarza por la asesoría para la
elaboración del mapa de hábitats y con el programa ArcView. A R. Bye y H. Hernández del Jardín Botánico del Instituto
de Biología por los permisos y facilidades para realizar el trabajo de campo. Al Dr. Gerardo Suzan por los datos de
cacomixtles capturados en el Pedregal y el Desierto de los Leones y al Dr. Gene Trapp por proveer los datos de peso de
los cacomixtles de California. El Programa de apoyo a Licenciatura (PROBETEL) otorgó becas para la realización de las
tesis. El equipo fue financiado por Lincoln Park Neotropical Fund e Idea Wild. Al Laboratorio de Ecología y Conservación
de Fauna Silvestre del Instituto de Ecología, UNAM por su apoyo para realizar el estudio. A Vigilancia UNAM por
garantizar la seguridad de las investigadoras durante el desarrollo del proyecto. Las observaciones preliminares se
realizaron en el Zoológico de Chapultepec. Agradecemos la invitación del Dr. Antonio Lot para participar en este libro
y al Dr. Zenón Cano por sus comentarios para mejorar el capítulo.
378
Historia natural y ecología de poblaciones
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381
Diversidad
de hábitats y ecología
de comunidades
Calandria
Palo loco
Diversidad de hábitats y ecología de comunidades
Ácaros asociados a vertebrados
Griselda Montiel-Parra1, Ricardo Paredes-León1, Carmen Guzmán-Cornejo1,
Yolanda Hortelano Moncada2 y Tila Ma. Pérez1
1
Colección Nacional de Ácaros (CNAC), 2Colección Nacional de Mamíferos (CNMA),
Departamento de Zoología, Instituto de Biología, Universidad Nacional Autónoma de México
[email protected]
Introducción
Los objetivos del presente trabajo son (1) recopilar los
registros de ácaros asociados a los vertebrados que viven en la REPSA, (2) dar a conocer nuevos registros de
colectas recientes, y (3) actualizar la nomenclatura taxonómica para cada uno de ellos.
La diversidad de artrópodos de la Reserva Ecológica del
Pedregal de San Ángel (REPSA) ha sido poco estudiada y
en el caso particular de los ácaros es evidente el escaso
conocimiento que se tiene acerca del grupo en esta
zona (Hoffmann, 1951a, b, 1990; Brennan y Dalmat, 1960;
Basurto-R., 1973; Rios-Casanova y Cano-Santana, 1994).
Material y métodos
Para obtener los registros previos de ácaros y huéspedes
distribuidos en la REPSA se realizó una búsqueda bibliográfica en diferentes bases de datos en línea (Biological Sciences, Biological Digest, Zoological Record Plus,
BioOne Abstracts and Indexes) y la hemeroteca de la
Colección Nacional de Ácaros (CNAC). Los nuevos datos
fueron obtenidos a partir de la revisión de ejemplares
depositados en las colecciones nacionales del Instituto
de Biología, tales como: ácaros (CNAC o UNAM), anfibios
y reptiles (CNAR) y mamíferos (CNMA). Tanto para los
registros previos y nuevos se presenta la siguiente información: especie huésped, la localidad, colector, número
de catálogo cronológico y el acrónimo de la colección
en donde se encuentran depositados los ejemplares,
además en el caso de los registros previos se indica la
fuente consultada.
El primer registro de un ácaro asociado a vertebrados en
la REPSA fue publicado por Hoffmann (1951a) quien describió a Acomatacarus bakeri actualmente Odontacarus
(Tarsalacarus) bakeri, como parásito del roedor
Peromyscus gratus (antes Peromyscus truei gratus). Posteriormente, se describieron cuatro especies nuevas para
el Pedregal de San Ángel (Hoffmann, 1951b; Basurto-R.,
1973) y se añadieron 17 nuevos registros de especies
(Brennan y Dalmat, 1960; Bassols, 1981; Hoffmann, 1990;
Montiel-Parra et al., 2007).
En cuanto al conocimiento sobre la fauna de vertebrados del Pedregal de San Ángel, hasta la fecha se han registrado 16 especies de anfibios y reptiles, 87 especies
de aves y 34 especies de mamíferos silvestres (Arenas,
2004; Hortelano-Moncada et al., en prensa; Méndez de
la Cruz et al., en este libro). A pesar de esta diversidad
los registros sobre sus ácaros son muy escasos, debido a
que no se han realizado muestreos sistematizados.
Los nombres de los huéspedes fueron actualizados con
base en los trabajos de Flores-Villela (1993) para reptiles, Ramírez-Pulido et al. (2005) para mamíferos, y AOU
(1998) para aves. En el caso de los ácaros se sigue la propuesta de clasificación de Evans (1992).
383
Ácaros asociados a vertebrados
Montiel-Parra y colaboradores
Resultados
estas dos especies de garrapatas sólo se colectaron larvas, por lo que es necesario examinar otros ejemplares
de S. p. angustifrons y P. g. gratus o de huéspedes más
grandes para obtener los adultos o ninfas, y poder realizar las determinaciones a nivel específico.
La diversidad de ácaros asociados a los vertebrados
terrestres de la REPSA está representada por 14 familias (Ixodidae, Spinturnicidae, Laelapidae, Pterygosomatidae, Myobiidae, Syringophilidae, Trombiculidae,
Leeuwenhoekiidae, Atopomelidae, Proctophyllodidae, Psoroptoididae, Analgidae, Trouessartidae y
Glycyphagidae), 29 especies y 20 géneros están relacionados a 17 especies de huéspedes (un reptil, 10
aves y seis mamíferos), lo que representa el 12 % de la
diversidad de vertebrados en la REPSA.
Orden Mesostigmata
Familia Laelapidae
Androlaelaps (Eubrachylaelaps) circularis (Ewing, 1933)
Registros previos: ex Peromyscus gratus gratus (=P. truei
gratus), DISTRITO FEDERAL: Pedregal de San Ángel,
22-XI-53, A. Barrera y R. Mac Gregor (sic), cols; 1 km SE
Zacatepec (sic), 12-II-64, C. E. A. y A. O. S., cols.; Ciudad
Universitaria, 1972, sin colector (Bassols, 1981).
A continuación se presenta la lista de ácaros parásitos de
vertebrados en la cual se mencionan los huéspedes en
los que se han registrado. Por otro lado, en el Apéndice
1 se presenta la lista de vertebrados registrados como
huéspedes de ácaros.
Nuevos registros: ex Peromyscus gratus gratus d,
DISTRITO FEDERAL: Mesa Vibradora, Zona Núcleo
Poniente, Reserva Ecológica del Pedregal de San
Ángel, Ciudad Universitaria, 20-I-2007, Y. Hortelano-M.,
col. (UNAM-359, CNMA44078). Mismos datos excepto
(UNAM-357b, CNMA44077). Mismos datos excepto ex
P. gratus gratus f, 02-III-2006 (UNAM-362, CNMA44082).
ex P. gratus gratus f, Espacio Escultórico, Zona Núcleo
Oriente, Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel,
Ciudad Universitaria, 01-III-2006, Y. Hortelano-M., col.
(UNAM-356, CNMA44075).
Lista de Ácaros
Subclase Acari
Superorden Anactinotrichida
Orden Ixodida
Familia Ixodidae
Ixodes sp. 1
Nuevo registro: ex Spilogale putorius angustifrons,
DISTRITO FEDERAL: Senda Ecológica UNIVERSUM, Zona
de Amortiguamiento A4, Reserva Ecológica del Pedregal
de San Ángel, Ciudad Universitaria, 19° 18’ 45” N, 99° 11’
17” W, 03-VII-2006, Y. Hortelano-M., col. (UNAM-416,
CNMA44069).
Ixodes sp. 2 (Fig. 1C)
Nuevo registro: ex Peromyscus gratus gratus d DISTRITO
FEDERAL: Mesa Vibradora, Zona Núcleo Poniente,
Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel, Ciudad
Universitaria, 19° 18’ 58.32” N, 99° 11’ 47.4” W, 20-I-2007,
Y. Hortelano-M., col. (UNAM-359, CNMA44078).
Observaciones: Ixodes sp. 1 se encontró en la parte ventral del cuello de Spilogale putorius angustifrons e Ixodes
sp. 2 en la oreja derecha de Peromyscus gratus gratus. De
Fig. 1. C. Larva de Ixodes sp.
384
Diversidad de hábitats y ecología de comunidades
Familia Myobiidae
Amorphacarus sp.
Observaciones: Hoffmann y López-Campos (2000)
registran a A. (E.) circularis sobre Peromyscus truei gratus
(=P. gratus gratus) para el Distrito Federal; probablemente
corresponde a una laminilla depositada por Hoffmann
en la CNAC en 1991, con los siguientes datos de colecta:
ex P. truei gratus, Pedregal de San Ángel, D.F., equipo
No. 5, col. (CNAC006193). En los roedores recientemente
colectados los ácaros se ubicaron en la base del pelo
dorsal de la base de la cola.
Nuevo Registro: ex Sorex saussurei saussurei d, DISTRITO
FEDERAL: Mesa Vibradora, Zona Núcleo Poniente,
Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel, Ciudad
Universitaria, 19° 18’ 58.32” N, 99° 11’ 47.4” W, 21-VIII2006, Y. Hortelano-M., col. (UNAM-365, CNMA44062).
Observaciones: De esta especie sólo se colectaron ninfas
que se hallaron en la base del pelo dorsal, es necesario
examinar otros ejemplares de Sorex saussurei saussurei,
para obtener los adultos y poder realizar la determinación a nivel específico.
Familia Spinturnicidae
Periglischrus leptosternus Morales-Malacara y López-Ortega,
2001
Nuevo registro: ex Choeronycteris mexicana d, DISTRITO
FEDERAL: Jardín Botánico Exterior, Instituto de Biología,
UNAM, 19° 19’ 06” N, 99° 11’ 36” W, 23-V-2007, Y.
Hortelano-M., col. (UNAM-357, CNMA44065).
Archemyobia inexpectatus Jameson, 1955 (Figs. 1A y B)
Nuevo Registro: ex Didelphis virginiana californica f,
DISTRITO FEDERAL: Jardín Botánico Exterior, Instituto
de Biología, UNAM, 19° 19’ 06” N, 99° 11’ 36” W, 11-IV2008, Y. Hortelano-M., col. (UNAM-417, CNMA).
Observaciones: Estos ácaros se encontraron en el área
de la membrana alar.
Observaciones: Esta especie fue muy abundante en la
base del pelo de la parte dorsal del cuerpo.
Superorden Actinotrichida
Orden Prostigmata
Familia Leeuwenhoekiidae
Odontacarus (Tarsalacarus) bakeri (Hoffmann 1951)
Radfordia aff. subuliger Ewing, 1938
Nuevo Registro: ex Peromyscus gratus gratus d, DISTRITO
FEDERAL: Mesa Vibradora, Zona Núcleo Poniente,
Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel, Ciudad
Universitaria, 19° 18’ 58.32” N, 99° 11’ 47.4” W, 20-I-2007,
Y. Hortelano-M. col. (UNAM-359, CNMA44078).
Registro previo: ex Peromyscus gratus DISTRITO
FEDERAL: Pedregal de San Ángel (Hoffmann, 1951a) y a
1 km SE Cerro de Zacayuca, 12-II-1964, C. E. Aviña, col.
(Hoffmann, 1990).
ex Baiomys taylori, Pedregal de San Ángel (Brennan y
Dalmat, 1960).
Observaciones: De esta especie sólo se colectó un macho cuyas características morfológicas se asemejan a la
especie R. subuliger, sin embargo, es necesario examinar
hembras para corroborar que se trate de esta especie.
Nuevos registros: ex Peromyscus gratus gratus, DISTRITO
FEDERAL: Jardín Botánico Exterior, Instituto de Biología,
UNAM, 11-V-2007, Y. Hortelano-M., col. (UNAM-363,
CNMA 44073); Peromyscus gratus gratus d, Mesa
Vibradora, Zona Núcleo Poniente, Reserva Ecológica
del Pedregal de San Ángel, Ciudad Universitaria, 19° 18’
58.32” N, 99° 11’ 47.4” W, 20-I-2007, Y. Hortelano-M., col.
(UNAM-359, CNMA44078).
Zacaltepetla hoffmannae Basurto, 1973
Registro previo: ex Peromyscus truei gratus f
(=Peromyscus gratus gratus), DISTRITO FEDERAL: Cerro
Zacaltepetl (sic), Pedregal de San Ángel, México, 4-VIII1950, G. W. Wharton, col. (Basurto-R., 1973) (Holotipo
CNAC000261).
Observaciones: Estos ácaros se ubicaron en el conducto
auditivo y en las orejas.
385
Ácaros asociados a vertebrados
Montiel-Parra y colaboradores
Fig.1. Archemyobia inexpectatus: A. vista dorsal hembra, B. palpos.
Familia Pterygosomatidae
Geckobiella texana (Banks, 1904)
Nuevo registro: ex Peromyscus gratus gratus f, DISTRITO
FEDERAL: Espacio Escultórico, Zona Núcleo Oriente,
Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel, Ciudad
Universitaria, 19° 19’ 8.04” N, 99° 10’ 49.8” W, 01-III-2007,
Y. Hortelano-M., col. (UNAM-356, CNMA 44075).
Registro previo: ex Sceloporus t. torquatus, DISTRITO
FEDERAL: Área sur oriental de la REPSA, 19° 18.696’ N,
99° 10.434’ W, 24-28-X-2005 (Montiel-Parra et al., 2007)
Observaciones: Estos ácaros se ubicaron en el conducto
auditivo y en las orejas.
*Hirstiella pelaezi Cunliffe, 1949
Pseudoschoengastia anomala (Hoffmann ,1951)
Registro previo: ex Sceloporus t. torquatus, área sur oriental de la REPSA, 19° 18.696’ N, 99° 10.434’ W, 24-28-X-2005
(Montiel-Parra et al., 2007)
Registro previo: ex Peromyscus gratus y Sorex saussurei,
DISTRITO FEDERAL: Cerro de Zacayuca, Pedregal de San
Ángel (Hoffmann, 1951b).
Familia Trombiculidae
*Eutrombicula alfreddugesi (Oudemans, 1910) (Fig. 2 A)
Registro previo: ex Sceloporus t. torquatus, DISTRITO
FEDERAL: Pedregal de San Ángel, 12-VII-1953, J. Rzedowski, col. (Hoffmann, 1990).
*Leptotrombidium potosina (Hoffmann, 1950)
Registro previo: ex Peromyscus gratus, DISTRITO FEDERAL:
Pedregal de San Ángel, 01-III-1951, A. Hoffmann, col. (Hoffmann, 1990).
Fig. 2. A. Vista dorsal Eutrombicula alfreddugesi.
386
Diversidad de hábitats y ecología de comunidades
*Pseudoschoengastia pedregalensis (Hoffmann, 1951)
Registros previos: ex Baiomys taylori analogus, Peromyscus
gratus y Sorex saussurei, DISTRITO FEDERAL: Cerro de
Zacayuca, Pedregal de San Ángel (Hoffmann, 1951b).
Nuevos registros: ex Sorex saussurei saussurei f,
DISTRITO FEDERAL: Senda Ecológica UNIVERSUM, zona
de amortiguamiento A4, Reserva Ecológica del Pedregal
de San Ángel, Ciudad Universitaria, 19° 18’ 45.72” N, 99°
10’ 49.8’’ W, 24-X-2007, Y. Hortelano-M., col. (UNAM-368,
CNMA44059).
Observaciones: Estos ácaros se ubicaron en conducto
auditivo y en las orejas.
Familia Syringophilidae
*Syringophilopsis ca. elongatus
Fig. 1. D. Macho de Didelphoecicus serrifer
Registro previo: ex Vermivora celata, DISTRITO FEDERAL:
Área sur oriental de la REPSA, 19° 18.696’ N, 99° 10.434’
W, 24-28-X-2005 (Montiel-Parra et al., 2007).
Botánico Exterior, Instituto de Biología, UNAM, 19° 19’
06” N, 99° 11’ 36” W, 11-IV-2008, Y. Hortelano-M., col.
(UNAM-417, CNMA).
Syringophilopsis sp.
Observaciones: Los ácaros se encontraron sujetos al
pelo en la parte ventral de las patas traseras.
Registro previo: ex Tyrannus verticalis, DISTRITO FEDERAL:
Área sur oriental de la REPSA, 19° 18.696’ N, 99° 10.434’
W, 24-28-X-2005 (Montiel-Parra et al., 2007).
Familia Proctophyllodidae
Proctophyllodes huitzilopochtlii Atyeo y Braasch, 1966
Orden Astigmata
Familia Analgidae
Analges sp.
Nuevo registro: ex Amazilia beryllina, DISTRITO FEDERAL:
Área sur oriental de la REPSA, 19° 18.696’ N, 99° 10.434’ W,
24-28-X-2005 (Montiel-Parra et al., 2007).
Registro previo: ex Melospiza melodia, DISTRITO
FEDERAL: Área sur oriental de la REPSA, 19° 18.696’ N,
99° 10.434’ W, 24-28-X-2005 (Montiel-Parra et al., 2007).
Proctophyllodes egglestoni Spory, 1965
Registros previos: ex Vermivora ruficapilla y Melospiza
lincolnii, DISTRITO FEDERAL: Área sur oriental de la
REPSA, 19° 18.696’ N, 99° 10.434’ W, 24-28-X-2005
(Montiel-Parra et al., 2007).
Familia Atopomelidae
Didelphoecius serrifer (Fain, 1970) (Fig. 1D)
Proctophyllodes ludovicianus Atyeo y Braasch, 1966 (Fig. 2B)
Nuevos Registros: ex Didelphis virginiana californica d,
DISTRITO FEDERAL: Jardín Botánico Exterior, Instituto de
Biología, UNAM, 19° 19’ 06” N, 99° 11’ 36” W, 7-IX-2007,
Y. Hortelano-M., col. (UNAM-355, CNMA44054); ex D.
v. californica juvenil, REPSA, 18-X-2007, Y. Hortelano-M.
(UNAM-367, CNMA44084). ex D. v. californica f, Jardín
Registro previo: ex Pipilo fuscus, DISTRITO FEDERAL: Área
sur oriental de la REPSA, 19° 18.696’ N, 99° 10.434’ W, 2428-X-2005 (Montiel-Parra et al., 2007).
387
Ácaros asociados a vertebrados
Montiel-Parra y colaboradores
Familia Psoroptoididae
Mesalgoides sp.
Registro previo: ex Melospiza melodia, DISTRITO FEDERAL:
Área sur oriental de la REPSA, 19° 18.696’ N, 99° 10.434’ W,
24-28-X-2005 (Montiel-Parra et al., 2007).
Familia Trouessartidae
Trouessartia sp.
Registro previo: ex Passerina ciris, DISTRITO FEDERAL:
Área sur oriental de la REPSA, 19° 18.696’ N, 99° 10.434’
W, 24-28-X-2005 (Montiel-Parra et al., 2007)
Familia Glycyphagidae
Orycteroxenus mexicanus Lukoschus, Gerrits y Fain, 1977
Registros nuevos: ex Sorex saussurei saussurei d,
DISTRITO FEDERAL: Mesa Vibradora, Zona Núcleo
Poniente, Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel,
Ciudad Universitaria, 19°18’ 58.32” N, 99°11’ 47.4” W, 21VIII-2006, Y. Hortelano-M., col. (UNAM-365, CNMA44062).
ex S. s. saussurei f Senda Ecológica UNIVERSUM,
zona de amortiguamiento A4, Reserva Ecológica del
Pedregal de San Ángel, Ciudad Universitaria, 19° 18’
45.72” N, 99° 10’ 49.8” W, 24-X-2006, Y. Hortelano-M.,
col. (UNAM-368, CNMA44059). ex S. s. saussurei, Senda
Ecológica UNIVERSUM, zona de amortiguamiento A4,
Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel, Ciudad
Universitaria, 19° 18’ 45.72” N, 99° 10’ 49.8” W, 29-X-2006,
Y. Hortelano-M., col. (UNAM-369, CNMA44061).
Fig. 2. B. Vista ventral de macho Proctophyllodes ludovicianus
*Proctophyllodes pinnatus (Nitzsch, 1818)
Registro previo: ex Tyrannus verticalIs, DISTRITO FEDERAL:
Área sur oriental de la REPSA, 19° 18.696’ N, 99° 10.434’ W,
24-28-X-2005 (Montiel-Parra et al., 2007).
*Proctophyllodes sp. 1
Registro previo: ex Melospiza melodia, DISTRITO FEDERAL:
Área sur oriental de la REPSA, 19° 18.696’ N, 99° 10.434’ W,
24-28-X-2005 (Montiel-Parra et al., 2007).
*Proctophyllodes sp. 2
Observaciones: Los ácaros se hallaron en el pelaje de la
parte dorsal de la cabeza.
Registro previo: ex Empidonax difficilis, DISTRITO FEDERAL:
Área sur oriental de la REPSA, 19° 18.696’ N, 99° 10.434’ W,
24-28-X-2005 (Montiel-Parra et al., 2007).
Discusión
En este inventario de los ácaros asociados a los vertebrados de la REPSA, se registran un total de 29 especies;
considerando que hasta el momento sólo 23 especies
de vertebrados han sido analizados de un total de 137
especies (Arenas, 2004; Hortelano-Moncada et al., en
prensa; Méndez de la Cruz et al., en este volumen), lo
que representa el 12% de la diversidad total, podríamos
esperar que al analizar nuevos huéspedes el número de
nuevos registros aumente.
*Proctophyllodes sp. 3
Registro previo: ex Wilsonia pusilla, DISTRITO FEDERAL:
Área sur oriental de la REPSA, 19° 18.696’ N, 99° 10.434’
W, 24-28-X- 2005 (Montiel-Parra et al., 2007).
388
Diversidad de hábitats y ecología de comunidades
Los huéspedes que albergan la mayor riqueza de
ácaros fueron Peromycus gratus gratus y Sorex saussurei
saussurei con ocho y cuatro especies, respectivamente,
a diferencia de las aves Amazilia beryllina, Empidonax
difficilis, Melospiza meloidia, M. lincolnii, Pipilo fuscus,
Vermivora celata, V. ruficapilla, Wilsonia pusilla y Passerina
ciris; y de los mamíferos Spilogale putorius angustifrons y
Choeronycteris mexicana, con una sola especie de ácaro.
Con respecto, a los reptiles, únicamente en la lagartija
Sceloporus torquatus torquatus se hallaron ácaros de tres
especies pertenecientes a las familias Pterygosomatidae
y Trombiculidae (Apéndice 1).
Los datos reunidos en este trabajo nos permiten
concluir que los diversos grupos de ácaros asociados
a vertebrados de la REPSA presentan diferentes tipos
de relaciones simbióticas: (a) comensales obligados,
entre lo que se encuentran las 10 especies de ácaros
plumícolas que se alimentan principalmente del aceite
secretado por la glándula uropigidial, de la cubierta de
micelio y esporas de hongos, granos de polen y algas que
se adhieren a la superficie de las plumas (Blanco et al.,
2001; Proctor, 2003); (b) parásitos temporales, que están
asociados con el huésped sólo por un corto período de
tiempo en el ciclo de vida, como son las cinco especies de
las familias Trombiculidae y Leeuwenhoekiidae en las que
sólo la larva se alimenta de linfa y pueden ser portadores
y transmisores de bacterias u otros microorganismos,
mientras que los adultos y ninfas son de vida libre
(Hoffmann, 1990); (c) parásitos obligados monoxenos o
polixenos de las familias Spinturnicidae, Atopomelidae,
Pterygosomatidae e Ixodidae; las dos especies de
Syrigophilopsis que viven en el cañón de las plumas (Fain
et al., 2000); Androlaelaps (Eubrachylaelpas) circularis
parásito facultativo que tienen una relación de parafagia,
pero que si tiene la oportunidad se alimentará de sangre,
quizá pudiendo perforar la piel (Walter y Proctor, 1999), y
las cuatro especies de ácaros pilícolas o también llamados
ácaros depiladores de la familia Myobiidae, los cuales
presentan adaptaciones morfológicas para sujetarse
al pelo, y que pueden causar alopecia a sus huéspedes,
predisponiéndolos a enfermedades cutáneas (Walter y
Proctor, 1999); y (d) ácaros foréticos, que son aquéllos que
buscan a otro organismo para dispersarse, fenómeno que
ocurre básicamente en la etapa de adultos, sin embargo
los estadios inmaduros y usualmente las hembras son las
que llevan a cabo esta asociación (Evans, 1992; Hunter y
Rosario, 1988), muestra de ello son las deutoninfas de la
especie Orycteroxenus mexicana halladas en la musaraña
Sorex saussurei saussurei.
La REPSA representa una nueva localidad para los ácaros
Didelphoecius serrifer ex Didelphis virginiana californica
y Periglischrus leptosternus ex Choeronycteris mexicana
(Fain, 1979; Morales-Malacara y López-Ortega, 2001), y
la especie Archemyobia inexpectatus ex D. v. californica, la
cual además es un nuevo registro para México (Tibbetts,
1957; Jameson, 1955). Así mismo, se registran por
primera vez las asociaciones de Ixodes sp.1 con Spilogale
putorius angustifrons, Ixodes sp. 2 y Radforia cff. subuliger
con Peromyscus gratus gratus (Whitaker Jr. y MoralesMalacara, 2005).
El conocimiento integral de los ácaros asociados a
vertebrados de la REPSA, se logrará a través de nuevas
colectas sistematizadas, que nos permitan conocer
estadios, ciclos de vida y especificidad, entre otros
aspectos. En el caso de los reptiles sólo se conocen los
ácaros de la lagartija Sceloporus torquatus torquatus,
a pesar de que se examinaron los ejemplares de
las especies Diadophis punctatus dugesi, Rhadinaea
laureata, Salvadora bairdi, Thamnophis eques eques y
Crotalus molossus nigrescens, depositadas en la CNAR;
con respecto a los anfibios no se pudieron examinar
los ejemplares debido a que en dicha colección se
estaba llevando a cabo la reorganización de éstos. De
los mamíferos, se requieren específicamente ejemplares
colectados en diferente épocas del año en particular de
las especies Spilogale putorius angustifrons, Peromyscus
gratus gratus y Sorex saussurei sausurrei, para obtener los
ácaros adultos de los géneros Ixodes y Amorphacarus, y
poder realizar las determinaciones a nivel específico; sin
embargo, para las garrapatas adultas del género Ixodes
no se descarta la posibilidad de que otros mamíferos más
grandes puedan ser utilizados como huéspedes. Por otra
parte, también se recomienda examinar ejemplares
de las aves: Tyrannus verticalis, Empidonax difficilis,
Melospiza melodia, Wilsonia pusilla y Passerina ciris para
obtener los machos de Proctophyllodes spp., y poder
llevar a cabo la identificación hasta nivel específico
(Montiel-Parra et al., 2007).
Aún queda mucho por conocer sobre la diversidad de
los ácaros asociados a vertebrados de la REPSA, así como
sus relaciones, sin embargo, este trabajo representa un
esfuerzo en el conocimiento de este particular grupo de
artrópodos, en un área que sirve como refugio para especies silvestres que aún habitan en el Distrito Federal y
para muchas otras consideradas como migratorias.
389
Ácaros asociados a vertebrados
Montiel-Parra y colaboradores
Agradecimientos
Agradecemos al Dr. Víctor Hugo Reynoso, al Sr. Armando Borgonio y a Adriana González por todas las facilidades para
la revisión de los ejemplares depositados en la Colección Nacional de Anfibios y Reptiles del Instituto de Biología,
UNAM. Al Dr. Juan B. Morales Malacara por la identificación de los ejemplares de la familia Spinturnicidae. A la M. en
C. Berenit Mendoza Garfias, por su ayuda en la elaboración de las fotografías del microscopio electrónico de barrido.
A las estudiantes Anayeli Bautista González, Verónica Ramos Díaz y Xóchitl Isidro Luna por su colaboración en el procesamiento de los ácaros y mamíferos, respectivamente.
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390
Diversidad de hábitats y ecología de comunidades
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391
Ácaros asociados a vertebrados
Montiel-Parra y colaboradores
Apéndice 1. Lista de huépedes y sus ácaros parásitos
REPTILIA
SQUAMATA Oppel, 1811
Phrynosomatidae Fitzinger, 1843
Sceloporus torquatus torquatus
Wiegmann, 1828 MAMMALIA
DIDELPHIMORPHIA Gill, 1872
Didelphidae Gray, 1821
Didelphis virginiana californica
Bennett, 1833
RODENTIA Bowdich, 1821
Muridae Illiger, 1811
Baiomys taylori analogous
(Osgood, 1909)
Geckobiella texana
Hirstiella pelaezi
Eutrombicula alfreddugesi
AVES
APODIFORMES Peters, 1940
Trochilidae Vigors, 1825
Amazilia beryllina (Deppe, 1830)
Procroctophyllodes huitzilopotzi
PASSERIFORMES Linnaeus, 1758
Tyrannidae Vigors, 1825
Tyrannus verticalis Say, 1823
Empidonax difficilis Baird, 1858
Syringophilopsis sp.
Proctophyllodes pinnatus
Proctophyllodes sp. 2
Parulidae Wetmore et al., 1947
Melospiza melodia (Wilson, 1810)
Analges sp.
Proctophyllodes sp. 1
Proctophyllodes sp. 3
Mesalgoides sp.
Melospiza lincolnii (Audubon, 1834) Pipilo fuscus Swainson, 1827
Vermivora celata (Say, 1823)
Vermivora ruficapilla (Wilson, 1811)
Wilsonia pusilla (Wilson, 1811)
Proctophyllodes egglestoni
Proctophyllodes ludovicianus
Syringophilopsis ca. elongatus
Proctophyllodes egglestoni
Proctophyllodes sp. 3
Emberizidae Vigors, 1831
Passerina ciris (Linnaeus, 1758)
Trouessartia sp.
Didelphoecius serrifer
Archemyobia inexpectatus
Pseudoschoengastia pedregalensis
Odontacarus (Tarsalacarus) bakeri
Peromyscus gratus gratus Merriam,
1898 Ixodes sp.2
Androlaelaps circularis
Radfordia cff. subuliger
Leptotrombidium potosina
Pseudoschoengastia anomala
Pseudoschoengastia pedregalensis
Odontacarus (Tarsalacarus) bakeri
Zacaltepetla hoffmannae
CARNIVORA Bowdich, 1821
Mephitidae Dragoo y Honeycutt, 1997
Spilogale putorius angustifrons
Howell, 1902 Ixodes sp. 1
SORICOMORPHA Gregory, 1810
Soricidae Fischer von Waldheim, 1817
Sorex saussurei saussurei Merriam, 1892
Orycteroxenus mexicanus Pseudoschoengastia pedregalensis
Pseudoschoengastia anomala
Amorphacarus sp.
CHIROPTERA Blumenbach, 1779
Phyllostomidae Gray, 1825
Choeronycteris Mexicana Tschudi,
1844 Periglischrus leptosternus
392
Diversidad de hábitats y ecología de comunidades
Estructura de la comunidad
de colémbolos del mantillo
Ángela Arango-Galván, Leopoldo Cutz-Pool y Zenón Cano-Santana
Departamento de Ecología y Recursos Naturales, Facultad de Ciencias,
Universidad Nacional Autónoma de México
[email protected]
Introducción
Los colémbolos son muy importantes por su influencia sobre la estructura de algunos suelos. La mayoría
de ellos contienen millones de heces fecales de colémbolos que pueden retardar la liberación de nutrientes
esenciales para que las tomen las raíces de las plantas,
y que sirven como sustrato para una gran cantidad de
microorganismos (Butcher et al., 1971; Palacios-Vargas et
al., 2000).
Un componente dominante de la fauna edáfica, junto
con los ácaros, son los colémbolos (Takeda et al., 1984),
a los cuales se les puede encontrar en la hojarasca y
en el humus (Cassagnae et al., 2003, 2004), y se consideran como habitantes típicos de suelo (Arbea y
Blasco-Zumeta, 2001). La mayoría de los colémbolos
se alimentan de hifas de hongos o de material vegetal
en descomposición (Palacios-Vargas y Gómez-Anaya,
1994). También existen algunas especies carnívoras
que se alimentan de nemátodos, rotíferos, tardígrados, bacterias, protozoarios y de otros colémbolos (Palacios-Vargas y Vidal-Acosta, 1994; Rusek, 1998), y muy
pocos se alimentan de algas y de tejidos vegetales de
algunas especies de musgos (Gerson, 1969; Rusek, 1998;
Johnston, 2000). Por otra parte, los colémbolos también constituyen el alimento de muchos insectos (como
hormigas y escarabajos), de ácaros prostigmados de la
familia Bdellidae y de esquizómidos, por lo cual tienen
gran relevancia en su papel como intermediarios en las
cadenas tróficas edáficas (Rusek, 1998; de Armas, 2005).
Se conocen cerca de 7,500 especies de colémbolos que
se distribuyen ampliamente por el mundo, ya que tienen
gran capacidad para ocupar diversos hábitats (Hopkin
1998, 2002a). A pesar de su notoria abundancia, su biomasa relativa en el suelo es generalmente baja: en ecosistemas templados representa entre 1 y 5%, en zonas
árticas cerca de 10%, pero suele tener 33% en ecosistemas en estados tempranos de sucesión (Hopkin, 2002b).
En México se tienen registros de 714 especies de colémbolos (Castaño-Meneses, 2005) y en algunos sitios se
registra una alta riqueza de especies como en la selva
mediana subperennifolia de Noh-Bec, Q. Roo (107 especies; Cutz-Pool et al., 2003), en la selva baja inundable de
la reserva de la biosfera de Sian Ka’an, Q. Roo (79; Vázquez
y Palacios-Vargas, 2004), en la selva baja caducifolia de
la Estación Biológica Chamela, Jal. (64; Palacios-Vargas
y Gómez-Anaya, 1993), y en la selva tropical húmeda de
Chiapas (43 especies; Palacios-Vargas, 2003).
Por el tipo de alimentación que tienen, juegan un papel muy importante en la descomposición de la materia orgánica, al fraccionar y triturar los restos vegetales
aumentando la superficie de implantación de la microflora (Arbea y Blasco-Zumeta, 2001), además de controlar las poblaciones de bacterias y hongos patógenos
(Nakamura et al., 1992; Sabatini e Innocenti, 2001).
La supervivencia y la distribución horizontal de los
colémbolos está determinada por la disponibilidad
de alimento y abrigo, por el microclima y por la com395
Estructura de la comunidad de colémbolos del mantillo
Arango-Galván y colaboradores
Colecta y procesamiento de muestras
posición y espesor del mantillo (Guillén et al., 2006).
Por otra parte, los colémbolos en su mayoría tienden a
registrar una baja actividad en la temporada de sequía
reduciendo sus poblaciones de un 30 a un 90% (Palacios-Vargas y Castaño-Meneses 2003). Se infiere por lo
tanto que la precipitación y la humedad de los suelos
constituyen factores clave que afectan a muchas poblaciones de colémbolos (Cutz-Pool et al., 2007).
Se colectó material senescente de las cuatro especies
vegetales más abundantes en la REPSA, se secó a
temperatura ambiente y se colocó en cantidades iniciales
de 10 g dentro de bolsas de malla de 20 × 20 cm con
dos tamaños de apertura (1.5 y 6 mm), las cuales fueron
colocadas en el piso en diez sitios de 10 × 10 m dentro
de la Reserva, cinco localizados en sitios abiertos y cinco
en sitios cerrados. El diseño consistió en 2 tipos de sitio
× 2 tipos de malla × 7 colectas. Se recuperaron cuatro
bolsas de cada sitio cada 45 días, durante doce meses,
de diciembre 1999 a diciembre del 2000, para obtener
un total de 280 bolsas del material procesado (cuatro por
tratamiento). La extracción de los colémbolos se realizó
utilizando la técnica de embudos de Berlesse-Tullgren
con focos de 25 W. Los organismos se preservaron en
alcohol al 70%, se separaron y se contabilizaron con
ayuda de un microscopio estereoscópico.
Existen pocos estudios acerca de la fauna colembológica de la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel de
Ciudad Universitaria, D.F. (México) (en adelante, REPSA o
Reserva del Pedregal), entre los que se cuentan el de Palacios-Vargas (1981) y el de Arango-Galván et al. (2007).
Dentro de la Reserva se reconocen dos tipos de paisaje:
unos sitios abiertos caracterizados por presentar bajas
densidades de árboles y arbustos altos, y sitios cerrados
caracterizados por una alta densidad de árboles y arbustos de más de 2.5 m de altura (Cano-Santana, 1994). Es
posible que estas unidades de paisaje tengan un efecto
sobre la densidad, riqueza y diversidad de colémbolos.
Se hicieron preparaciones permanentes con líquido
de Hoyer para la identificación. Estas determinaciones
fueron hechas con ayuda de un microscopio óptico de
contraste de fases y con el apoyo de diferentes claves
taxonómicas adecuadas para el grupo: Christiansen y
Bellinger (1980-81), Arbea y Arbea (1989), Palacios-Vargas y Gómez-Anaya (1993), Díaz-Azpiazu et al. (2004) y
Janssens (2007).
Por tal motivo, el presente trabajo busca conocer la
estructura de la comunidad de los colémbolos que se
asientan en las primeras etapas de colonización del
mantillo proveniente de las cuatro especies de plantas
más importantes de la REPSA en términos de productividad primaria neta aérea. Este estudio busca también
conocer las diferencias entre sitios en esta estructura de
la comunidad.
Las preparaciones permanentes fueron depositadas en
la Colección del Laboratorio de Microartrópodos de la
Facultad de Ciencias, UNAM.
Métodos
Análisis de datos
Especies seleccionadas
Se determinaron las abundancias relativas, la riqueza de
especies (S), los índices de diversidad de Shannon-Wiener con base logaritmo natural (H’), de equitatividad de
Pielou (J’) y de dominancia de Simpson (λ), utilizando el
programa estadístico de Ludwig y Reynols (1988).
Se seleccionó material vegetal de cuatro especies de
plantas: hojas senescentes de Buddleia cordata Kunth
(Loganiaceae), tallos, hojas y frutos maduros y seniles
de Dahlia coccínea Cav (Asteraceae), hojas e infrutescencias de Muhlenbergia robusta Hitch (Poaceae) y hojas senescentes de Verbesina virgata Cav (Asteraceae),
por ser las cuatro especies de plantas dominantes de
la comunidad vegetal en términos de su productividad
primaria neta aérea, las cuales juntas aportan el 52.2%
(Cano-Santana, 1994).
Se determinó el efecto de la fecha de colecta, el tipo
del sitio y la abertura de malla sobre la densidad de
colémbolos con un análisis de varianza multifactorial
Además, se compararon los índices de diversidad de
Shannon-Wiener con una prueba de t (Zar, 1984; Magurran, 1988).
396
Diversidad de hábitats y ecología de comunidades
Otros
20%
Pseudachorutes
simplex
5%
Xenylla wilsoni
4%
Xenylla grisea
29%
Sphaeridia pumilis
12%
Brachystomella parvula
4%
Schoettella distincta
15%
Entomobrya triangularis
11%
FIG. 1. Abundancia relativa de especies de colémbolos encontrados en la Reserva del Pedregal. Datos de colecta realizados
entre enero y diciembre de 2000.
Resultados
abierto: 0.2 ± 0.1, sitio cerrado: 1 ± 0.02 ind./bolsa), sin
embargo registran dos periodos de alta densidad: junio
(sitio abierto: 36.0 ± 5.3, sitio cerrado: 80.0 ± 4.3 ind./bolsa) y septiembre (sitio abierto: 28.4 ± 3.1, sitio cerrado:
41.8 ± 6.0 ind./bolsa), registrándose bajas densidades en
julio (sitio abierto: 0.7± 0.1, sitio cerrado: 3.2 ± 0.4 ind./
bolsa) y en diciembre de 2000 (sitio abierto: 0.4 ± 0.05,
sitio cerrado: 0.4 ± 0.1 ind./bolsa) (Fig. 4).
Se colectaron un total de 2,268 colémbolos pertenecientes a 24 especies, distribuidas en 17 géneros y nueve familias (Tabla 1). La familia Hypogastruridae fue la que
presentó una mayor riqueza de especies (siete), seguida
de la familia Isotomidae (cinco), Entomobryidae (tres),
Sminthurididae, Sminthuridae y Arrhopalididae (dos),
mientras las otras tres familias registraron una sola especie (Tabla 1). Las especies con mayor abundancia durante el estudio fueron Xenylla grisea Axelson (29%),
Schoetella distincta (Denis) (15%), Sphaeridia pumilis
(Krausbauer) (12%) y Entomobrya triangularis Schött
(11%) (Fig. 1). Se muestran fotografías de las especies
dominantes en las Figs. 2 y 3. En la temporada de lluvias
se colectaron 2,154 ejemplares pertenecientes a 23 especies, mientras que en la de sequía se registraron 114
individuos pertenecientes a sólo dos especies: Entomobrya atrocincta y E. triangularis.
Los primeros colonizadores en el proceso de descomposición de este experimento fueron aquellas especies
pentenecientes a la familia Entomobrydae (Entomobrya
atrocincta y E. tiangularis), las cuales se registraron en
los meses de marzo y mayo (Tabla 1), posteriormente
al inicio de la temporada de lluvias, se presentaron especies representando a la mayoría de las familias exceptuando a Arrhopalitidae y Dicyrtomidae, las cuales
fueron registradas hasta mediados de la temporada de
lluvias (Tabla1).
La mayoría de las especies (23) se registraron exclusivamente en la temporada de lluvias, excepto dos
De manera general los colémbolos registraron bajas
densidades en los primeros meses del ensayo (sitio
397
Estructura de la comunidad de colémbolos del mantillo
Arango-Galván y colaboradores
Tabla 1. Registros de cada especie de colémbolos asociados al mantillo durante los muestreos realizados entre enero
y diciembre de 2000 en la Reserva del Pedregal. Se registra el número de ejemplares colectados en cada temporada.
+ Nuevos registros para el Pedregal de San Ángel. * Nuevos registros para el Distrito Federal. La temporada de sequía
abarca de noviembre a mayo y la de lluvias de junio a octubre. en= 31 de enero, mz= 14 de marzo, my= 4 de mayo,
jn= 26 de junio, sp= 14 de septiembre y dc= 15 de diciembre). El significado de los valores de Abundancia se explica
en el apartado de Análisis de datos.
Familia/especies
Lluvias
Sequía
en
mz
my
jn
sp
dc
Hypogastruridae
+ Ceratophysela denticulada (Bagnall, 1941) Stach, 1949
22
+ Schoettella distincta (Denis, 1931) Bonet, 1931
347
x
x
X
+ Xenylla grisea Axelson, 1900
646
x
x
X
+ *X. wilsoni da Gama, MM, 1974
82
X
x
+ *X. ca. boerneri
52
X
+ *X. boerneri Axelson, WM, 1905
30
x
+ X. christianseni da Gama, MM, 1974
15
x
Brachystomellidae +
+ *Brachystomella parvula (Schäffer, 1896) Stach, 1926
83
x
119
x
Folsomides parvulus Stach, 1922
33
x
+ Parisotoma notabilis (Schäffer, 1896) Bagnall, 1940
34
Neanuridae +
+ *Pseudachorutes simplex Maynard, EA, 1951
x
Isotomidae
x
+ Isotoma sp.
9
+ Isotomiella minor (Schäffer, 1896) Yosii, 1939
10
x
+ *Isotomurus ca. cibus
32
x
x
Entomobrydae
+ Entomobrya atrocincta Schött, 1896
+ E. triangularis Schött, 1896
163
+ *Pseudosinella ca. aera
29
17
x
97
x
x
x
x
Sminthurididae +
+ *Sphaeridia pumilis (Krausbauer, 1898) Agrell, 1934
277
x
+ *S. serrata Folsom & Mills, 1938
12
x
x
x
x
Arrhopalitidae +
+ *Arrhopalites ca. benitus
26
x
+ *Collophora quadriculata (Denis, 1933)
15
x
19
x
Dicyrtomidae +
+ Ptenothrix marmorata (Packard, 1873) Mills, HB, 1934
Sminthuridae
+ *Sminthurus butcheri Snider, RJ, 1969
38
+ *Neosminthurus clavatus (Banks, 1897) Guthrie, 1903
x
61
Abundancia
2,154
x
114
S
23
2
H’
2.58
0.42
J’
0.69
0.65
Λ
0.10
0.74
398
x
Diversidad de hábitats y ecología de comunidades
especies de la familia Entomobryidae (E. triangularis y
E. atrocincta), las cuales fueron registradas tanto en la
temporada de lluvias como en la de secas (Tabla 1).
Se encontró un efecto significativo de la fecha de
colecta (F6, 476=11, P<0.001), pero no de la abertura
de malla (F1,476=0.09, P<0.001) ni del tipo de sitio
(F1,476=0.23, P<0.001) sobre la densidad de colémbolos
presentes en el mantillo. En la temporada de lluvias
se registró mayor abundancia, riqueza, diversidad y
equitatibidad, así como menor índice de dominancia
que en la temporada de secas (Tabla 1). Se presentaron
diferencias significativas entre temporadas en el índice
de diversidad de Shannon-Wiener (t115=2.626, P<0.05)
Schoettella distincta
Brachystomella parvula
Neosminthurus clavatus
Sphaeridia pumilis
Discusión
En este trabajo los colémbolos presentaron una abundancia total de 2, 268 ind., valor similar al que trabajaron
Ardanaz y Jordana (1986) en un prado de matorral en
Navarra, España (2,344 ind.) durante un año de recolecta mensual.
Sminthurus butcheri
FIG. 2. Colémbolos representativos del mantillo de la Reserva del
Pedregal.
De acuerdo a los datos anteriores podemos decir que
en el proceso inicial de la sucesión degradativa del mantillo, intervienen únicamente especies pertenecientes
a la familia Entomobrydae, y conforme el proceso de
descomposición avanza, el arribo de las demás especies
de Collembola se hace notoria (Tabla 1).
Parisotoma notabilis
La alta abundancia y riqueza que se presenta en la temporada de lluvias, puede obedecer al comportamiento
favorable para la mayoría de las especies de colémbolos, ya que una humedad adecuada favorece la descomposición de la hojarasca reflejado en un aumento de la
materia orgánica del cual se podrían estar alimentando
estas especies.
Pseudachorutes simplex
Una de las causas posibles de no haber encontrado
un efecto significativo de la abertura de malla y del
tipo de sitio sobre las densidades poblacionales de
colémbolos, probablemente se explica debido a que
la diferencia entre éstas en cuanto a su abertura no fue
lo suficientemente contrastante como para hacer una
diferencia en las comunidades de colémbolos. Por otro
lado, es probable que la malla haya proporcionado un
efecto microclimático, proporcionando condiciones
similares en ambos sitios.
Xenylla grisea
Entomobrya triangularis
FIG. 3. Colémbolos representativos del mantillo de la Reserva del
Pedregal.
399
Estructura de la comunidad de colémbolos del mantillo
Arango-Galván y colaboradores
250
Abierto
200
Cerrado
150
100
50
0
31 de enero 14 de marzo 4 de mayo
19 de junio 24 de julio
14 de
15 de
septiembre diciembre
FIG. 4. Densidad de organismos (No./bolsa ± e.e.) en el ensayo de descomposición de hojarasca mixta en dos
ambientes contrastantes de la Reserva del Pedregal durante el año 2000.
Por otra parte, la disminución de la abundancia y de la
riqueza en la época de sequía está ligada precisamente
a una falta de humedad idónea para ejercer las funciones de los colémbolos. En esta temporada las dos especies que se presentan son Entomobrya atrocincta y E.
triangularis, especies que podrían soportar las condiciones secas del ambiente. Esta reducción tan drástica en
la abundancia y riqueza es semejante a lo que encontraron Palacios-Vargas y Castaño-Meneses (2003) en un
bosque tropical seco en Jalisco.
el de Palacios-Vargas (1981) deben estar relacionados
con el hecho de que el segundo abordó el estudio de
colémbolos asociados al suelo mineral, que generalmente es más pobre en especies.
Para el Distrito Federal (D.F.) se tienen registradas 102
especies pertenecientes a 48 géneros y 15 familias (Palacios-Vargas et al., 2000; 2004). De las nueve familias
encontradas en este estudio, cinco no se habían registrado antes para esta zona: Arrhopalididae, Brachystomellidae, Dicyrtomidae, Neanuridae y Sminthurididae.
Por otra parte, de las 24 especies que se reportan 23 de
ellas son nuevos registros para la Reserva del Pedregal y
13 son los primeros registros para el D.F.
El número de especies reportadas para la Reserva del
Pedregal es ligeramente bajo (24) con relación a lo que
reporta Ardanaz y Jordana (1986) para un matorral (32)
en las Peñas de Echauri en Navarra, España. Por otra
parte, el total de especies en este estudio es elevado
comparado con lo que Palacios-Vargas (1981) reporta
para el Pedregal de San Ángel en un trabajo previo (17
especies). También es elevado si se compara con las
cuatro especies reportadas por Detsis (2000) en una
zona cercana al río Nestos en el noroeste de Grecia,
con un clima mediterráneo subhúmedo. Las discrepancias en los resultados obtenidos en este estudio y
Dadas las 102 especies registradas por Palacios-Vargas
et al. (2000; 2004) y los 13 registros nuevos para el D.F.,
encontrados en este trabajo, se incrementa a 115 el
número de especies registradas para el D. F. Por esta
razón esta entidad federativa pasa a tomar la segunda
posición después del estado de Veracruz en cuanto
a la riqueza específica conocida de colémbolos en la
República Mexicana.
400
Diversidad de hábitats y ecología de comunidades
Agradecimientos
A Carmina Martínez, Carlos Anaya y Víctor López Gómez por el apoyo incondicional en el trabajo de campo. También
agradecemos al Dr. José G. Palacios Vargas por la revisión del manuscrito y sus valiosos comentarios. Al M. en C. Alejandro Martínez Mena por el material fotográfico.
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402
Diversidad de hábitats y ecología de comunidades
Aspectos fenológicos de Coleoptera
(1961-1962)
Santiago Zaragoza Caballero
Departamento de Zoología, Instituto de Biología,
Universidad Nacional Autónoma de México
[email protected]
Introducción
campo, se obtuvieron muestras de 13 localidades que se
ubican entre los 2260 y los 3000 m s.n.m. usando redes
aéreas. Concurrieron dos personas y por cinco horas por
las mañanas, de tal manera que se emplearon 200 horas/
hombre en el transcurso de de ocho meses divididos en
dos periodos: el de lluvias abarcó los meses de junio, julio, agosto, septiembre y octubre de 1961 y el seco que
incluyó diciembre de 1961, y marzo y abril de 1962.
Soberón et al. (1991) registran la presencia de diversos grupos de insectos, entre los que se encuentran
ortópteros, homópteros, hemípteros, tisanópteros,
coleópteros, lepidópteros y dípteros habitantes del
Pedregal de San Ángel, que han sido estudiados por
diversos autores, bajo diferentes temáticas tales como:
polinización, flujo de energía, desarrollos biológicos,
registros de especies nuevas y relación planta-insecto,
entre otras.
Resultados y discusión
Se recolectaron 1452 individuos representantes de
18 familias (Tablas 1 y 2). Las más abundantes fueron
Chrysomelidae, Coccinellidae, Curculionidae y Melyridae
con 408, 359, 147 y 135 individuos, respectivamente. Por
el contrario las más pobremente representadas fueron:
Cleridae, Dermestidae, Buprestidae y Elateridae con uno,
uno, tres y cinco individuos cada una.
La presente contribución, analiza la variación espacial
y temporal de 18 familias de Coleoptera que fueron recolectadas en el Pedregal de San Ángel, en el transcurso
de los años 1961 y 1962.
Material y métodos
En la temporada lluviosa se recolectaron 1088 individuos
de 17 familias. La más representativa fue Chrysomelidae
seguida de Coccinellidae, Curculionidae y Melyridae
(Tabla 1; Fig. 2). En el periodo seco, 11 fueron las familias
recolectadas. siendo Coccinellidae la que registró
mayor abundancia relativa, seguida de Chrysomelidae
y Tenebrionidae (Tabla 1; Fig. 2).
Para realizar el trabajo de campo, se tomó como punto de
referencia el mapa publicado por Rzedowski (1954) en el
que se ubican y analizan 10 biotopos con distintos tipos de
vegetación dominante que son: (1) Senecionetum praecosis, (2) Quercetum rugosae fructicosum, (3) Quercetum
centralis lavosum, (4) Quercetum rugosae crassipedis, (5)
Pinetum hartwegii, (6) Pinetum teocote, (7) Abietum religiosae, (8) Alnetum firmifoliae, (9) Quercetum centralis
fofosum y (10) claros con vegetación primitiva destruida.
Sobre dicho mapa (Fig. 1), se marcaron 28 sitios, que se
refieren en principio, a las áreas con vegetación dominante
y a zonas de transición entre las mismas. En 20 salidas al
Por otro lado, las zonas que registraron mayor abundancia fueron aquellas pertenecientes a las asociaciones vegetales Senecionetum praecosis, Quercetum
centralis fofosum y el área con claros, en donde se re-
403
Aspectos fenológicos de Coleoptera (1961 - 1962)
Zaragoza
Fig. 1 Mapa del Pedregal de San Ángel tomado de Rzedowski (1954), indicando las localidades
seleccionadas para la recolección de coleópteros.
de lluvias o secas. Se encontraron en seis asociaciones
vegetales, con mayor abundancia en Abietum religiosae y Senecionetum praecosis. El género más representativo fue Colpodes.
colectaron 680, 375 y 188 individuos, respectivamente
(Tabla 2). En contraste, las zonas que registraron menor
abundancia fueron en la que se registraba Pinetum teocote y Alnetum firmifoliae con tres y cinco ejemplares
cada una. En Quercetum rugosae crassipedis no se registraron escarabajos.
A continuación se comentan registros de ejemplares de
cada familia de Coleoptera por fecha y tipo de vegetación
asociada (Tablas 1 y 2).
Staphylinidae. Se capturaron 37 individuos, que representan 2.5% del total de la muestra. Presentes en
tres meses, fueron más abundantes en marzo. Son
omnívoros de la temporada seca. Se encontraron en
tres asociaciones vegetales, con mayor abundancia en
Quercetum centralis lavosum. El género más representativo fue Phylonthus.
Carabidae. Se capturaron 76 individuos que representan 5.2% de la muestra total. Presentes en siete meses,
fueron más abundantes en julio y marzo. Depredan la
micro fauna que se desarrolla durante la temporada
Scarabaeidae. Se capturaron 78 ejemplares que representan 5.4% de la muestra total. Presentes en seis meses,
fueron más abundantes en julio y marzo. Se alimentan
de las hojas de tepozán (Buddelia cordata) y gramíneas
Familias registradas
404
Diversidad de hábitats y ecología de comunidades
Tabla 1. Número de ejemplares de Coleoptera recolectados cada mes en el Pedregal de San Ángel. Las casillas vacías
indican que no se recolectaron ejemplares. Datos de 1961-1962.
Familia
Jul
Ago
Sep
Oct
Dic
Mar
Abr
Total
Carabidae
26
8
4
10
1
25
2
76
Staphylinidae
1
1
38
20
Scarabaeidae
Jun
1
2
1
Buprestidae
Elateridae
3
9
11
26
6
Cantharidae
1
5
2
Dermestidae
3
34
3
39
1
43
1
1
Cleridae
Melyridae
9
Mordellidae
15
65
6
114
18
2
3
Meloidae
1
2
5
3
3
1
124
7
1
6
132
341
272
200
1
8
138
3
5
359
6
1
7
Curculionidae
135
41
20
169
1
58
17
Cerambycidae
1
21
Tenebrionidae
Total
3
2
1
Chrysomelidae
78
5
Lampyridae
Coccinellidae
16
4
1
Lycidae
37
35
1
10
24
87
8
10
1
1
169
96
3
79
1
8
96
408
8
147
292
1452
Lycidae. Se recolectaron 11 ejemplares que representan
0.8% del total de la muestra. Presentes en cinco meses,
fueron más abundantes en julio. Los adultos depredan
pulgones y escamas, se recolectaron en tepozán, principalmente durante la temporada de lluvias. Se encontraron
en tres asociaciones vegetales, con mayor abundancia en
Quercetum centralis fofosum. El género más representativo fue Lycus.
durante la temporada de lluvias, algunos se encuentran
en la época seca. Se recolectaron en cuatro asociaciones
vegetales, con mayor abundancia en Quercetum centralis
fofosum, vegetación modificada y Senecionetum praecosis. El género más representativo fue Macrodactylus.
Buprestidae. En abril Se capturaron únicamente tres individuos que representan 0.02% de la muestra total en
la asociación vegetal de Quercetum centralis fofosum.
Acmaeodera fue el género identificado.
Lampyridae. Se recolectaron 39 individuos que representan 2.7% de la muestra total. Presentes en cinco meses,
fueron más abundantes en julio. Durante la temporada de
lluvias, se recolectaron adultos que aparentemente ya no
se alimentan. Se encontraron en cuatro asociaciones vegetales, con mayor abundancia en Senecionetum praecosis. El género más representativo fue Photinus.
Elateridae. Se recolectaron cinco ejemplares que representan 0.03% de la muestra total. Presentes en sólo dos
meses, más abundantes en agosto. Se recolectaron en el
follaje de encinos en la temporada de lluvias. Se encontraron en dos asociaciones vegetales, con mayor abundancia en Quercetum centralis fofosum.
405
Aspectos fenológicos de Coleoptera (1961 - 1962)
Zaragoza
Tabla 2. Número de ejemplares de Coleoptera colectados en 10 asociaciones vegetales del Pedregal de San Ángel.
Datos (1961-1962: (1) Senecionetum praecosis, (2) Quercetum rugosae fructicosum, (3) Quercetum centralis lavosum,
(4) Quercetum rugosae crassipedis, (5) Pinetum hartwegii, (6) Pinetum teocote, (7) Abietum religiosae, (8) Alnetum
firmifoliae, (9) Quercetum centralis fofosum, y (10) claros con vegetación primitiva destruida.
Familia
1
2
3
Carabidae
29
11
1
Staphylinidae
1
Scarabaeidae
20
4
5
6
7
8
32
35
5
1
Lampyridae
26
Cantharidae
6
Dermestidae
1
Total
2
1
76
30
2
Lycidae
10
37
1
Buprestidae
Elateridae
9
2
1
23
78
3
3
3
5
9
1
11
6
5
39
33
3
43
1
Cleridae
1
1
Melyridae
53
7
Coccinellidae
312
10
5
Mordellidae
Tenebrionidae
54
9
Meloidae
4
Cerambycidae
2
2
Chrysomelidae
160
13
Curculionidae
10
Total
680
11
57
7
135
5
17
10
359
2
2
2
6
15
3
1
6
3
15
59
57
3
2
9
0
5
3
80
5
87
6
2
1
8
1
3
8
94
127
408
108
5
147
375
188
1452
Cleridae. Se recolectó un ejemplar que representa
0.06% de la muestra total en octubre y en Quercetum
centralis fofosum. El único género colectado fue Cleros.
Cantharidae. Se recolectaron 43 individuos que representan 3.0% de la muestra total. Presentes en cinco
meses, fueron más abundantes en octubre. Se alimentan sobre las flores de compuestas que se desarrollan al
término de la temporada de lluvias. Se encontraron en
cuatro asociaciones vegetales, con mayor abundancia
en Quercetum centralis fofosum. El género más representativo fue Chauliognathus.
Melerydae. Se recolectaron 136 individuos que representa 9.29% de la muestra total. Presentes en cuatro meses,
fueron más abundantes en agosto y septiembre. Transportan el polen de flores diversas durante la temporada
de lluvias. Se encontraron en cinco asociaciones vegetales,
con mayor abundancia en Quercetum centralis fofosum
y Senecionetum praecosis. El género más representativo
fue Melyrodes.
Dermestidae. Se recolectó un ejemplar que representa
0.06% de la muestra total. En agosto y en Senecionetum
praecosis. Dermestes fue el único género recolectado.
406
Diversidad de hábitats y ecología de comunidades
350
Individuos
300
250
200
150
100
50
0
Lluvias
Secas
Carabidae
Staphylinidae
Scarabaeidae
Lycidae
Lampyridae
Cantharidae
Melyridae
Coccinellidae
Tenebrionidae
Chrysomelidae
Curculionidae
Otros
FIG. 2. Número de individuos de cada familia de Coleoptera colectados en lluvias y secas. Datos de 1961-1962.
Coccinellidae. Se recolectaron 359 individuos que
representan 24.7% de la muestra total. Presentes en ocho
meses, fueron más abundantes en abril y septiembre.
Son depredadores principalmente de áfidos, abundan
en la temporada de secas. Se encontraron en seis
asociaciones vegetales, con mayor abundancia en
Senecionetum praecosis. El género más representativo
fue Hippodamia.
fueron más abundantes en agosto. Son fitófagos de follaje herbáceo que se desarrolla durante la temporada de
lluvias. Se encontraron en cuatro asociaciones vegetales,
con mayor abundancia en Senecionetum praecosis. El
género más representativo fue Epicauta.
Cerambycidae. Se recolectaron ocho ejemplares
que representan 0.55% de la muestra total. Presentes
en cuatro meses, fueron más abundantes en julio y
agosto. Son fitófagos y aprovechan tallos herbáceos,
madera viva o muerta, en general son más abundantes durante la temporada de lluvias. Se encontraron en
cuatro asociaciones vegetales, con mayor abundancia
en Senecionetum praecosis, Quercetum rugosae fructicosum y claros con vegetación primitiva destruida.
Mordellidae. Se recolectaron seis ejemplares que representan 0.4% de la muestra total. Presentes en tres meses,
con dos ejemplares en cada uno. Se recolectaron sobre
flores en época lluviosa. Se encontraron en tres asociaciones vegetales, dos en cada uno.
Tenebrionidae. Se recolectaron 87 ejemplares que
representan 6.0% de la muestra total. Presentes en
ocho meses, fueron más abundantes en abril, junio y
julio. Se alimentan de restos vegetales principalmente
en la temporada de lluvias o secas. Se encontraron en
cinco asociaciones vegetales, con mayor abundancia
en Senecionetum praecosis y Abietum religiosae. El género más representativo fue Eleodes.
Chrysomelidae. Se recolectaron 408 individuos que
representan 28.1% de la muestra total. Presentes en
seis meses, fueron más abundantes en julio y abril.
Se alimentan del follaje que se desarrolla durante la
temporada de lluvias o secas. Se encontraron en ocho
asociaciones vegetales, con mayor abundancia en Senecionetum praecosis y en claros con vegetación primitiva destruida. Los géneros más representativos fueron
Omophoita y Oedeonychus.
Meloidae. Se recolectaron ocho individuos que representan 0.55% de la muestra total. Presentes en tres meses,
407
Aspectos fenológicos de Coleoptera (1961 - 1962)
Zaragoza
Curculionidae. Se recolectaron 147 individuos que
representan 10.2% de la muestra total. Presentes en
cuatro meses, fueron más abundantes en agosto. Se
alimenta del follaje herbáceo que se desarrolla durante
la temporada de lluvias. Se encontraron en cinco
asociaciones vegetales, con mayor abundancia en
Quercetum centralis fofosum.
Los tipos de vegetación dominante que reconoce Rzedowski (1954) se ubican desde 2260 a 3000 m de altitud,
con diferente tipo de suelo, temperatura media anual,
régimen pluviométrico y humedad relativa, entre otros
factores, los cuales afectan finalmente la distribución
y abundancia de los organismos en el Pedregal de San
Ángel (Meave et al., 1994).
Distribución temporal
En general, en el Pedregal de San Ángel, se observó
una mayor abundancia en Senecionetum praecosis,
Quercetum centralis fofosum y claros con vegetación
primitiva destruida (Tabla 2). No obstante, es notoria la
variación de la familia dominante en cada biotopo. Así,
mientras Coccinellidae fue dominante en Senecionetum
praecosis y Pinetum hartwegii, Chrysomelidae lo fue
en Quercetum rugosae fruticosum, Pinetum teocote
y los claros con vegetación primitiva; Carabidae lo fue
en Abietum religiosae, Staphylinidae en Quercetum
centralis lavosum, Tenebrionidae en Alnetum firmifoliae, y
Curculionidae en Quercetum centralis lavosum (Tabla 2).
En general, los coleópteros recolectados en la zona de estudio, siguen el mismo patrón fenológico registrado en
otras regiones de México (Zaragoza et al., 2003; Zaragoza
2004a, b, c; Noguera et al., 2002, 2008). Los escarabajos
de hábitos fitófagos son más abundantes y más diversos
en la época lluviosa en respuesta a la riqueza de recursos
alimenticios que prevalece en esa época. Por otro lado,
los coleópteros adaptados a la época seca, son aquellos
de hábitos carnívoros, fungívoros, granívoros o detrícolas
que se nutren de restos orgánicos al ajustarse al alimento
disponible.
Conclusiones
En los biotopos del Pedregal trabajados resulta evidente
la fluctuación mensual en la abundancia de las diferentes familias de escarabajos, registrándose familias dominantes a lo largo del año: Chrysomelidae dominó en junio
y julio, Curculionidae en agosto, Coccinelidae en septiembre, octubre y abril, y Staphylinidae en marzo (Tabla 1).
En el Pedregal de San Ángel durante 1961-1962 se registraron 1452 coleópteros pertenecientes a 18 familias.
Se colectaron 1078 individuos principalmente de hábitos fitófagos durante la temporada de lluvias, en tanto
que en la temporada de sequía se recolectaron 374 individuos de hábitos alimentarios diversos. La familia
Chrysomelidae fue más abundante en junio y julio;
Curculionidae en agosto; Coccinellidae en septiembre y
abril; Cantharidae en octubre y Staphylinidae en marzo.
La familia Coccinellidae fue más abundante en Senecionetum praecosis, Chrysomelidae en Quercetum rugosae fructicosum y en claros con vegetación primitiva
destruida, Staphylinidae en Quercetum centralis lavosum. Carabidae en Abietum religiosae y Curculionidae
en Quercetum centralis fofosum.
Distribución espacial
La distribución espacial en insectos ha sido documentada, por varios autores (Stork y Brendell, 1970, 1990;
Frankie et al., 1974; Broadhead y Wolda, 1985; Barrera,
1991; Kicthing y Stork, 2001; Zilona y Nummelin, 2001; Álvarez-Duarte y Barrera–Castaño, 2007, entre otros), siempre relacionada a la cobertura vegetal.
Agradecimientos
Agradezco la invitación del Dr. Antonio Lot a participar en esta obra conmemorativa, que me permitió rescatar y comentar parte del material recolectado hace más de 45 años. También a Jessica Villanueva y a Omar Padrón, jóvenes
interesados en el estudio de la coleopterofauna de la Reserva del Pedregal, cuyos comentarios me hicieron recordar
la existencia del material comentado.
408
Diversidad de hábitats y ecología de comunidades
Literatura citada
ÁLVAREZ-DUARTE, A. Y J. J. BARRERA-CASTAÑO. 2007. Estudio comparativo del ensamblaje de coleópteros
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Revista de la Facultad de Ciencias, Pontificia Universidad Javariana, Bogotá, 12: 47-56.
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con algunos factores bióticos y abióticos durante la
época de floración de Echeverria gibbiflora (Oct. 88Feb. 89) en la Reserva del Pedregal de San Ángel, D.
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BROADHEAD, E. Y H. WOLDA. 1985. The diversity of Psocoptera in two tropical forests in Panama. Journal of
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Tanzania. Biodiversity and Conservation, 10: 769-7
409
Diversidad de hábitats y ecología de comunidades
Fenología de la comunidad de mariposas
diurnas y su relación con la fenología floral
de las plantas y otros factores ambientales
Leticia Moyers-Arévalo y Zenón Cano-Santana
Departamento de Ecología y Recursos Naturales, Facultad de Ciencias, Universidad Nacional Autónoma de México
[email protected]
capullo, en el que las pupas pasarán un periodo de tiempo en el que generalmente hay una baja disponibilidad
de recursos y condiciones ambientales desfavorables
(Shapiro, 1975; Powell, 2003). Posteriormente, se reanuda la actividad en la última etapa del ciclo de vida, cuando emerge del capullo una mariposa adulta, durante
la cual su actividad principal es la búsqueda de pareja, el
apareamiento y la oviposición (Chew y Robbins, 1984).
Para cumplir con todas estas actividades, las mariposas
adultas deben cubrir altos requerimientos energéticos,
la inmensa mayoría de ellas alimentándose exclusivamente del néctar de las flores (Barth, 1991; Proctor et al.,
1996), cumpliendo al mismo tiempo otro rol ecológico
relevante como polinizadores de las plantas (Gilbert y
Singer, 1975).
Vengo de Huexotzico, a la medianía del agua.
Voy en pos de ellos, voy a conocer a mis vecinos.
El ave preciosa de esmeralda, el azulejo,
la dorada mariposa, el ave de collar…
Canto de Xochiquetzal
Introducción
La fenología es la distribución temporal de un fenómeno biológico (Wolda, 1987, 1988) y su estudio muestra la
relación entre las condiciones meteorológicas y los cambios periódicos en dichos fenómenos (Scott y Epstein,
1987), lo cual genera un patrón de cambio estacional de
la estructura y composición de las comunidades (Valverde
et al., 2005). El análisis de la fenología de las comunidades
de insectos puede reflejar la solución que cada una de las
poblaciones que las integran tiene ante las restricciones
meteorológicas estacionales (Shapiro, 1975).
La estructura de una comunidad de mariposas puede
estar determinada por el tamaño y el tipo del hábitat
(Shreeve y Mason, 1980), o bien puede estar relacionada
con la riqueza vegetal del lugar, que guarda una relación
positiva con la heterogeneidad ambiental (Gilbert y
Smiley, 1978). Estas comunidades están afectadas profundamente por la variación estacional del ambiente,
por lo que la presencia de cada población de las distintas especies de mariposas suele estar limitada a una
temporada específica durante el año (Scott y Epstein,
1987). Muchas especies alcanzan su máxima abundancia de adultos durante la estación húmeda en regiones
tropicales (Wolda, 1988, 1989) y durante la estación
cálida en ecosistemas templados (Scott y Epstein, 1987),
probablemente en respuesta a cambios en la fisiología y
crecimiento de las plantas, particularmente por la abun-
Como todos los insectos, las mariposas diurnas (Lepidoptera, Rhopalocera) son ectotermas, además son
holometábolas, por lo que presentan un desarrollo indirecto con cuatro fases en su ciclo de vida: huevo, larva,
pupa y adulto. Una de las fases del ciclo con mayor relevancia ecológica es la de larva, ya que sólo durante este
periodo los individuos incrementan su tamaño corporal
al máximo posible y acumulan las reservas necesarias
para las siguientes fases del ciclo de vida (Singer, 1984).
Por esta razón, las larvas (u orugas) de las mariposas
representan uno de los defoliadores principales de las
comunidades vegetales (Stehr, 2003). La culminación de
la etapa larvaria está marcada por la construcción de un
411
Fenología de la comunidad de mariposas diurnas y su relación
con la fenología floral de las plantas y otros factores ambientales
Moyers-Arévalo y Cano-Santana
Métodos
dancia de follaje nuevo y nutritivo (Shapiro, 1975; Wolda,
1988, 1989; Dirham y Springate, 2003).
Fenología de mariposas
La comunidad de mariposas de la Reserva Ecológica
del Pedregal de San Ángel de Ciudad Universitaria (en
lo sucesivo, REPSA, Reserva del Pedregal o Reserva) ha
sido estudiada por Katthain-Ducheteau (1971), quien reporta 53 especies del suborden Rhopalocera y ofrece un
listado detallado de algunas características taxonómicas por especie y los meses en que cada especie fue
colectada. En el caso de algunas especies de las que se
pudieron colectar huevos y pupas, reporta la fecha en
que se encontraron los organismos en dichos estados
de desarrollo.
Se llevaron a cabo muestreos quincenales de mariposas con redes aéreas en dos zonas de la REPSA (la Zona
Núcleo Oriente y la Zona Núcleo Poniente) de octubre
de 2005 a septiembre de 2006. Los muestreos de mariposas se llevaron a cabo por tres personas de 10:00 a
16:00 h, ya que este intervalo había sido reportado por
Figueroa-Castro (1997) como el de mayor actividad de
este grupo de insectos en la Reserva del Pedregal. En
total se acumuló un esfuerzo de colecta de 18 h colector
por muestreo. El muestreo se hacía por vagabundeo,
recorriendo los senderos y caminos abiertos de cada una
de las zonas de estudio, abarcando una distancia aproximada de 5 km. Durante las caminatas se registraba el
número de avistamientos de cada especie de mariposas,
y en sólo en caso de tratarse de ejemplares de especies
no reconocidas al vuelo o bien, no identificadas, éstas se
colectaban para su identificación posterior.
En esta Reserva, los lepidópteros constituyen un grupo
importante de polinizadores (Domínguez y NúñezFarfán, 1994; Figueroa-Castro, 1997), siendo los principales insectos con dicha actividad durante la noche
(Figueroa-Castro, 1997).
La comunidad vegetal de la Reserva del Pedregal tiene un
comportamiento marcadamente estacional, relacionado
sobre todo con la estacionalidad en las lluvias, ya que registra un periodo lluvioso que va de junio a octubre y un
periodo de sequía que va de noviembre a mayo (CésarGarcía, 2002). En general, el mayor número de especies
en floración coincide con el incremento en temperatura
y precipitación (entre agosto y octubre), ya que ésta está
afectada principalmente por la precipitación y secundariamente por la temperatura (César-García, 2002).
Para la identificación de las especies de mariposas colectadas se visitó la Colección Nacional de Insectos del
Instituto de Biología de la UNAM y se utilizaron claves y
listas de Beutelspacher (1980), Llorente-Bousquets et al.
(1997) y Luis-Martínez et al. (2003)
Fenología floral
Se registró la fenología floral de la comunidad vegetal
tomando en cuenta las plantas en floración presentes
en dos parcelas de 15 × 100 m (una localizada en la zona
núcleo oriente y otra en la zona núcleo poniente), así
como las encontradas en el recorrido por los senderos
de estudio. En caso de que la planta no fuera identificada, ésta se herborizaba para su posterior identificación.
Para este estudio de fenología floral se excluyeron de
este estudio las plantas de la familia Poaceae y Cyperaceae por carecer de flores entomófilas. Las especies
vegetales en floración, se identificaron con base en el
trabajo de Castillo-Argüero et al. (2007).
A pesar de los estudios realizados en la REPSA, no es posible describir aún la fenología de las mariposas diurnas.
Por otro lado, es deseable hacer un estudio que permita
establecer la relación que guarda la fenología floral de
las plantas y la fenología de vuelo de las mariposas diurnas en la Reserva del Pedregal.
Por lo anterior, en este trabajo se describe la fenología
de las mariposas diurnas de la REPSA y su relación con
la fenología floral de la comunidad de plantas con flores
entomófilas, con la precipitación y con la temperatura.
412
Diversidad de hábitats y ecología de comunidades
Análisis de datos
Resultados
Se obtuvieron los datos meteorológicos de temperatura,
humedad relativa y precipitación de todo el periodo de
estudio en la Estación Meteorológica de la Facultad de
Filosofía y Letras de la UNAM. Para estimar si existía un
efecto del número de especies vegetales en floración,
la temperatura media mensual, humedad relativa promedio mensual y la precipitación acumulada mensual
sobre la riqueza y la abundancia de mariposas adultas,
se realizaron dos análisis de regresión múltiple por el
método hacia atrás, utilizando el programa Statistica
7.0. Según Zar (1999), este análisis es el más indicado
para variables correlacionadas entre sí, que es el caso de
las que aquí se manejan.
Se registraron 40 especies de mariposas diurnas en un
total de 2877 avistamientos. Los patrones temporales de
cambio de riqueza específica y abundancia fueron muy
similares (Figs. 1 y 2). Los valores máximos de riqueza y
abundancia se registraron en noviembre y diciembre,
descendieron entre enero y abril, y volvieron a incrementarse entre mayo y septiembre. Se registraron dos picos de
riqueza y abundancia, mismos que corresponden con el
momento del año en que se desarrollan algunas especies
univoltinas muy abundantes, como Dione moneta poeyii
Butler (Fig. 3) y Agraulis vanillae incarnata Riley (Nymphalidae). Durante la temporada seca se presentó un comportamiento más o menos estable en términos de riqueza y
Riqueza específica
30
25
20
15
10
5
0
oct
nov
dic
ene
feb
mar
abr
may
jun
jul
ago
sept
jul
ago
sept
mes (2005-2006)
Abundancia (No. ind/mst)
FIG. 1. Patrón anual de riqueza de la comunidad de mariposas diurnas en la Reserva del Pedregal.
120
100
80
60
40
20
0
oct
nov
dic
ene
feb
mar
abr
may
jun
mes (2005-2006)
FIG 2. Patrón anual de abundancia de la comunidad de mariposas diurnas en la Reserva del Pedregal. N = 2877.
413
Fenología de la comunidad de mariposas diurnas y su relación
con la fenología floral de las plantas y otros factores ambientales
Moyers-Arévalo y Cano-Santana
La fenología floral del periodo de estudio
indica que los meses en los que florece la
mayoría de especies en la localidad son los
que corresponden a la temporada lluviosa,
es decir, de julio a octubre (Fig. 5).
La ecuación de regresión múltiple que mejor
explica la riqueza específica mensual de mariposas en vuelo (Sm) es: Sm = 1.750 (Sf ) – 1.161
(PP) (r2=0.70, F2,8 = 10.76, P = 0.004), donde: Sf
es la riqueza mensual de especies vegetales
en floración y PP es la precipitación acumulada mensual. En general, los meses en
los que se registra mayor número de especies vegetales en floración son aquellos en
los que la riqueza de mariposas adultas es alta (Fig. 6).
También se observa que en los meses de mayor precipitación (agosto y septiembre) el número de especies de
mariposas en vuelo se reduce (Fig. 6).
FIG 3. Aspecto de Dione moneta poeyii Butler (Nymphalidae).
abundancia debido a la presencia de especies que, aunque
poco abundantes, son multivoltinas y se encuentran durante todo el año, como es el caso de Pterourus multicaudata Kirby (Papilionidae), Nathalis iole Boisduval (Pieridae)
y Leptotes marina Reakirt (Lycaenidae), entre otras.
La ecuación de regresión múltiple que mejor explica
abundancia mensual de mariposas en vuelo (Nm) es: /Nm=
0.679 (HR) – 0.666 (T) (r2=0.659, F2.9 = 8.708, p = 0.008),
donde: HR es el porcentaje de humedad relativa promedio mensual y T es la temperatura promedio mensual.
En general, los meses en los que se registran los niveles
De todas las especies presentes en la comunidad, sólo ocho
registran una abundancia relativa mayor al 4% (Fig. 4).
FIG 4. Porcentajes de abundancia de mariposas
diurnas de la REPSA, con detalle en aquellas cuyo
porcentaje en la comunidad representa >4% del
total.
11%
Datos de octubre del 2005 a septiembre de 2006.
N = 2877 avistamientos.
10%
23%
10%
2%
3%
8%
3%
3%
3%
4%
otras
Pterourus multicaudata
Brephidium exilis
Phoebis sennae eubule
8%
5%
Dione moneta poeyii
Dione juno
Colias caesonia
Phoebis philea
414
7%
Leptophobia airpa
Nathalis iole
Callophrys xami
Leptotes marina
Agraulis vanillae incarnata
Pieris protocide
Riqueza específica (No. spp)
Diversidad de hábitats y ecología de comunidades
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
sep
oct
nov
dic
ene
feb mar
abr
mes (2005-2006)
may
jun
jul
ago
sep
300
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
250
200
150
100
50
Precipitación (nm)
Riqueza específica
FIG 5. Patrón estacional de cambio en la riqueza de especies vegetales en floración de la Reserva del Pedregal.
0
oct
nov
dic
ene
feb
mar
abr
may
jun
jul
ago
sep
mes (2005-2006)
precipitación
mariposas
flores
120
20
18
16
14
12
10
8
6
4
2
0
100
80
60
40
20
0
oct
nov
dic
ene
feb
mar
abr
may
jun
jul
ago
T (0C)
Abundancia (No. spp/mst)
H.R. (%)
FIG 6. Patrón estacional de cambio en la riqueza de mariposas diurnas, la precipitación acumulada mensual (PP) de la Reserva
del Pedregal y la riqueza mensual de especies vegetales en floración.
sep
mes (2005-2006)
mariposas
humedad relativa
temperatura
FIG 7. Patrón estacional de cambio en la abundancia de mariposas diurnas (número de individuos por muestreo), la humedad
relativa promedio mensual (H.R.) y la temperatura promedio mensual (T) de la Reserva del Pedregal.
415
Fenología de la comunidad de mariposas diurnas y su relación
con la fenología floral de las plantas y otros factores ambientales
Moyers-Arévalo y Cano-Santana
mayores de humedad relativa son en los que la abundancia de mariposas adultas es alta (Fig. 7). También se
observa que en los meses en que se incrementa la temperatura (de febrero a julio) la abundancia de mariposas
adultas se reduce.
gional de aridez-humedad en la región de la Patagonia,
Argentina y encontraron que el nivel de precipitación
fue el principal factor que explicó el funcionamiento de
los sistemas de polinización. Los patrones observados a
estas escalas podrían explicarse debido a que las regiones y los periodos en que se presentan altos niveles de
precipitación favorecen la productividad primaria de los
sistemas y esto proporciona un beneficio indirecto a las
comunidades de insectos debido a la alta disponibilidad
de recursos alimenticios y de sustratos para oviposición
(Wolda, 1978; Pollard, 1988).
Discusión
La riqueza de mariposas diurnas de la Reserva fue afectada positivamente por la riqueza de especies vegetales
en floración. Hay una gran cantidad de estudios que
documentan un efecto similar (Intachat et al., 2001; Kitahara et al., 2008), e incluso refieren que ésta puede ser
un factor limitante para la densidad de poblaciones de
mariposas (Clench, 1967; Ehrlich y Gilbert, 1973; Scott y
Epstein, 1987). Al respecto, se sabe que la alimentación
adecuada de los lepidópteros adultos es un factor que
beneficia su fecundidad y su desempeño (Boggs y Ross,
1993; Fisher y Fielder, 2001).
En la Reserva del Pedregal, la humedad relativa se
relaciona de manera positiva con la abundancia de las
mariposas. Existen pocos estudios sobre el efecto de
la humedad sobre las comunidades y poblaciones de
mariposas, y muestran resultados contrastantes. Kemp
(2001) estudió las poblaciones de la mariposas Hypolimnas bolina del norte de Australia y encontró que hubo
mayor abundancia y actividad de estos insectos a mayor
humedad; sin embargo, Intachat et al. (2001) reportan, para una comunidad de palomillas de un bosque
tropical de Malasia, que la abundancia de lepidópteros
disminuye conforme los niveles de humedad son más
altos, debido al incremento en la probabilidad de infestación por patógenos (hongos y bacterias). En la
REPSA, es posible que cuando se registra una baja humedad relativa del aire, las mariposas pierdan agua y se
deshidraten afectando sus actividades, tal como se ha
reportado para otros artrópodos (ver, p. ej., Warburg,
1965; Loveridge, 1968). En necesario, sin embargo,
hacer estudios sobre el desempeño de las mariposas a
diferentes niveles de humedad relativa del aire.
Por otra parte, el número de especies de mariposas en
esta comunidad fue afectado negativamente por la precipitación. Es posible que la lluvia sea un factor negativo
asociado al peligro de daño o muerte que conlleva volar durante un evento de lluvias copiosas (Shapiro, 1975;
Pollard, 1988), por otro lado, se ha reportado que cuando
hay periodos intermitentes de nubosidad pueden ocasionar la disminución acelerada de la temperatura corporal y reducir su capacidad de vuelo (Kingsolver, 1983), ya
que los insectos acumulan calor gracias a la exposición
a la radiación solar, lo que les permite aumentar su temperatura corporal y llevar a cabo actividades como el
vuelo (Heinrich, 1986).
En esta comunidad, la temperatura es un factor que
afecta de manera negativa la abundancia de las mariposas
en vuelo, a diferencia de la mayoría de las comunidades
en que se ha estudiado el efecto de la temperatura sobre
los atributos comunitarios de insectos. Hay una extensa
lista de estudios que reportan que la temperatura es un
factor positivo determinante en la fenología de insectos (Sparks y Yates, 1997; Roy et al., 2001; Forister y Shapiro, 2003; Stefanescu et al., 2003; Gordo y Sanz, 2006).
Esta relación corresponde más bien a comunidades de
zonas templadas, ya que en estas latitudes existen variaciones más extremas en la temperatura y durante la
temporada fría suele haber escasez de recursos (Scott y
Epstein, 1987). Es probable que el efecto de la temperatura presente en esta comunidad se deba a que cuando
A pesar de que varios trabajos reportan un efecto similar
de la lluvia sobre las comunidades de mariposas y otros
insectos (Boinski y Scott, 1988; Kato et al., 1995), existen
varios estudios a largo plazo donde han encontrado que
durante los años en que se registran altos niveles de precipitación, la abundancia de mariposas disminuye, sin
embargo, en el año subsiguiente a aquellos, se registran
altos niveles de abundancia (Denlinger, 1980; Pollard,
1988; Roy et al., 2001). De igual forma, algunos estudios
realizados a escala regional muestran que las localidades con mayores niveles de precipitación poseen la
mayor diversidad (Janzen y Schoener, 1968; Hawkins et
al., 2003). Por otro lado, Devoto et al. (2005) estudiaron
los sistemas planta-polinizador, en un gradiente re416
Diversidad de hábitats y ecología de comunidades
(2) altos niveles de humedad relativa,
(3) un ambiente templado, que reduzca el riesgo de
deshidratación, y
(4) una alta variedad de plantas en floración (i.e. de
recursos alimenticios) para que se exploten distintos
nichos por las mariposas (ver Gilbert y Singer, 1975).
hay altas temperaturas suele haber bajos niveles de humedad relativa en el aire (como en la temporada seca),
limitando las actividades de las mariposas por el riesgo
de deshidratación.
Se sugiere que las mariposas requieren de cuatro condiciones para llevar a cabo sus actividades de vuelo:
(1) bajos niveles de precipitación que reduzcan el riesgo de daño mecánico y aseguren ciertos niveles de radiación solar,
Agradecimientos
Agradecemos a Luisa Alejandra Domínguez Álvarez y a Rebeca Velázquez López por su apoyo para la realización de
este trabajo. A la M. en C. Leticia Chávez por facilitar la información meteorológica utilizada en este estudio. Al Sr.
Adolfo Ibarra le agradecemos su valiosa ayuda en el montaje e identificación de las mariposas. A Ernesto Navarrete
Arauza por facilitar sus fotografías aquí utilizadas y a la Biól. Yuriana Martínez Orea por su ayuda en la identificación
de las plantas. A Marco Romero Romero le agradecemos su apoyo técnico.
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Fenología de la comunidad de mariposas diurnas y su relación
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419
Diversidad de hábitats y ecología de comunidades
Estructura y fenología de la comunidad
de abejas nativas (Hymenoptera: Apoidea)
Alejandra Domínguez-Álvarez1, Zenón Cano-Santana1 y Ricardo Ayala-Barajas2
1
Departamento de Ecología y Recursos Naturales, Facultad de Ciencias
2
Estación de Biología Chamela, Instituto de Biología,
Universidad Nacional Autónoma de México
[email protected]
Introducción
son precisamente las que más reflejan los rayos UV (Faegri y van der Pijl, 1971; Silberglired, 1979; Bertin, 1989;
Barth, 1991). Esta capacidad que tienen las abejas de
reconocer los rasgos florales, como el color, el olor y la
forma, les permite optimizar los periodos de forrajeo y
conseguir de manera exitosa su alimento (Chittka et al.,
2004; Guiurfa y Lehrer, 2004).
La relación entre las abejas y las flores constituye una
de las interacciones mutualistas más estudiadas por los
ecólogos y los naturalistas de todos los tiempos (Dirzo et
al., 2004). Los himenópteros polinizan una gran variedad
de taxones de plantas (Heithaus, 1979; Schoonhoven et
al., 2005), y algunas de sus especies tienen una gran importancia económica (Buchmann y Nabhan, 1996; Proctor et al., 1996; Inouye, 2007). Esta relación de las abejas
con las flores es muy estrecha debido a que, a diferencia
de otros insectos holometábolos, éstas requieren en todas las etapas de su ciclo de vida de polen y néctar para
sobrevivir (Winston, 1987; Roubik, 1989; Proctor et al.,
1996). Estos productos florales les proveen de todos los
elementos nutricionales y energéticos indispensables
para su supervivencia: el néctar contiene carbohidratos,
mientras que el polen les provee de proteínas, lípidos y
vitaminas (Roubik, 1989; Roulston, 2000).
Actualmente, se cuentan con pocos estudios de abejas
nativas de la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (en lo sucesivo, REPSA o Reserva del Pedregal). Uno
de ellos, el de Hinojosa-Díaz (1996) presenta un listado
apifaunístico basado en la revisión de los ejemplares presentes en la colección de abejas del Museo de Zoología
“Alfonso L. Herrera”. En él se reportan 97 especies, y se
aportan ciertos datos sobre la variación estacional de la
actividad en la comunidad de abejas y su relación con el
clima y la floración. César-García (2002) ha reportado la
mayor parte de las especies de plantas (61.1%) florecen
en septiembre en la REPSA, poco después del pico de
mayor precipitación, así como que la temporada de sequía en este lugar se presenta de noviembre a mayo y la
de lluvias de junio a octubre.
Los himenópteros polinizadores son constantes a una
o pocas especies de plantas, lo cual minimiza los costos relacionados con el aprendizaje para manipular de
forma adecuada las flores de cada especie vegetal de las
cuales obtendrán alimento (Woodward y Alberti, 1992).
Adicionalmente, los experimentos realizados por Wilson
y Stine (1996) y por Gegear y Laverty (2001) con abejorros y abejas sugieren que esta constancia depende más
del color que de la forma de las flores.
Este trabajo tiene como objetivos: (1) conocer la estructura de la comunidad y la fenología de las abejas de la
Reserva del Pedregal, (2) conocer la fenología de las especies de abejas encontradas, (3) determinar el color de
trampas jabonosas más eficientes para la captura del
mayor número de especies y ejemplares de abejas, y (4)
determinar la relación que tienen la fenología reproductiva de plantas y la variación anual de las condiciones
ambientales con la fenología de abejas.
De acuerdo con lo anterior, se han publicado en numerosos artículos en los que se muestra la afinidad que las
abejas presentan por las flores amarillas y violetas, que
421
Estructura y fenología de la comunidad
de abejas nativas (Hymenoptera: Apoidea)
Domínguez-Álvarez y colaboradores
Métodos
de manzanilla y miel Mennen® en agua, la cual tiene la
propiedad de romper la tensión superficial cuando los
insectos entran en contacto con la solución jabonosa,
muriendo por ahogamiento. Los organismos fueron
extraídos de los recipientes y colocados en frascos de
alcohol al 70%.
Sitios de estudio y tipos de muestreo
Con el fin de registrar la estacionalidad de la actividad
de las abejas se utilizaron dos métodos de muestreo:
la red entomológica aérea capturando las abejas en las
flores a lo largo de los senderos y sitios de estudio permanentes y el uso platos trampa de colores con agua
jabonosa (TC).
Para conocer si existe un efecto del color de las trampas
y el mes de colecta sobre la atracción de las abejas, se
realizó un análisis de varianza de dos vías, corrigiendo
los datos como √(x+0.5), por tratarse de valores discretos (Zar, 1999) utilizando el programa Statistica 7.0.
Se seleccionaron las veredas o senderos en las Zonas
Núcleo Poniente (en las inmediaciones del Jardín Botánico) y Oriente (en las inmediaciones del Espacio
Escultórico) para llevar a cabo parte de la colecta con
red entomológica aérea. Otra parte del estudio fue
realizado en dos sitios de estudio permanente (SEP)
de 120 × 15 m, el primero localizado en las inmediaciones del Jardín Botánico y el segundo en las inmediaciones del Espacio Escultórico. En estos SEP se
muestreó con trampas jabonosas de colores, se obtuvieron los registros de fenología reproductiva de las
plantas con flores entomófilas y se hizo el muestreo
de abejas con redes aéreas.
Con el fin comparar la composición de especies colectadas con trampas de distinto color se calculó el índice de
similitud de Sørensen (Southwood, 1978).
Fenología floral
En ambos SEP se registró la fenología de la floración
de las plantas con flores entomófilas, por lo que se
excluyeron a las especies de las familias Poaceae y Cyperaceae. La fenología floral se registró de septiembre de 2005 a agosto de 2006, llevando a cabo visitas
quincenales. Las especies no identificadas fueron herborizadas para su posterior identificación. La determinación de las especies vegetales en floración se hizo
usando como base en el trabajo de Castillo-Argüero et
al. (2007).
Muestreo con redes
Se llevaron a cabo colectas quincenales de abejas en los
senderos de ambas zonas y en los SEP. Se usó el método
de intercepción de vuelo con las redes entomológicas
aéreas muestreando de 09:00 a 17:00 h. Los ejemplares
colectados fueron sacrificados en cámaras letales con
acetato de etilo y colocados en bolsas de papel glassine,
debidamente etiquetados.
Fenología de las abejas y su relación
con variables ambientales
Se registraron los datos meteorológicos temperatura,
humedad relativa y precipitación del periodo de estudio, en la Estación Meteorológica de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Para estimar si existía un
efecto del número de especies vegetales en floración,
la temperatura media mensual, humedad relativa promedio mensual y la precipitación acumulada mensual
sobre la riqueza de abejas, se realizó un análisis de regresión múltiple por el método hacia atrás, utilizando el
programa Statistica 7.0 que, de acuerdo con Zar (1999),
es el análisis más indicado para variables correlacionadas entre sí, como es el caso que aquí se maneja.
Muestreo con trampas de colores
con agua jabonosa
A lo largo de cada línea, en los SEP, se colocaron trampas
jabonosas de cada uno de los siguientes colores: rojo,
anaranjado, amarillo, y violeta, dispuestas en orden
aleatorio y separadas 15 m entre sí con tres repeticiones
por color, dando un total de 16 trampas. Las trampas
se mantenían en el campo de 09:00 a 17:00 h. Estas
trampas consisten en recipientes de plástico de 20 cm
de diámetro y 7 cm de profundidad, en cuyo interior
se coloca 125 ml de una solución al 5% de shampoo
422
Diversidad de hábitats y ecología de comunidades
Resultados
Plantas en floración
Composición de la comunidad de abejas
En ambas zonas de la REPSA, se registró un total de 151
especies de plantas en floración pertenecientes a 46
familias. Algunas especies muestran una marcada estacionalidad, ya que 89 de ellas presentan flores durante
la época de lluvias y sólo 11 son exclusivas de la época
seca. En el caso de las especies que presentan flores
en ambas épocas del año se registran dos patrones de
actividad, 37 especies tienen floración que inicia en la
época de lluvia, y que se extiende hasta el inicio de la
época seca. (noviembre y diciembre) y nueve especies
que florecen en la última etapa de la época seca (marzo y abril) y continúan su floración en el primer mes
lluvioso (junio). Por último identificamos el patrón de
especies que florecen a lo largo de todo el año representado por sólo cinco especies.
Utilizando ambos métodos de muestreo se colectaron
374 ejemplares de abejas pertenecientes a cinco familias, 19 géneros y 29 especies (Tabla 1). Por el número de
especies la familia mejor representada es Apidae con 13
especies (45%), seguida de Halictidae con nueve (32%)
(Tabla 1). Las especies que registraron mayor abundancia relativa fueron: Apis mellifera (33.2%), Ceratina
mexicana (20.6%), Lasioglossum (Dialictus) sp.1 (10.2%),
Lasioglossum (Dialictus) sp. 2 (5.6%) y Anthidium maculosum (4.5%) (Tabla 2). Dieciocho especies están representadas por menos de cinco individuos y siete de ellas
por un solo ejemplar. La mayor parte de los ejemplares
(197) fueron colectados utilizando trampas jabonosas
de colores, y el resto (175) con redes entomológicas.
Fenología de las abejas y su relación
con otros factores ambientales
El mayor número de especies (25) fue colectado por el
método de intercepción de vuelo y 11 especies exclusivamente con este método; sólo cuatro de las 29 especies fueron colectadas exclusivamente mediante el uso
de trampas: Hyaleus sp.1, Andrena sp. 2, Lasioglossum
(Dialictus) sp. 3. y Ceratina capitosa (Tabla 2). Catorce especies pudieron ser colectadas con ambos métodos.
El número de especies de abejas activas varía a lo largo
del año. Se registra un mayor número de especies en
la temporada lluviosa (de junio a octubre) y el menor
número durante la sequía (de noviembre a mayo) (Fig.
1). El mes en el que se registra la menor riqueza específica es diciembre (con cinco especies); mientras que se
presentaron dos picos de actividad, uno en julio (con
15 especies) y otro en octubre (con 13) (Fig. 1).
Tabla 1. Abundancia y número de géneros y especies de las abejas colectadas en la Reserva del Pedregal separadas
por familia. Se presentan los datos agrupados de las abejas colectadas con redes aéreas y trampas jabonosas de colores entre septiembre de 2005 y agosto de 2006.
Familia
Abundancia
%
Géneros
%
Especies
%
Colletidae
1
0,2
1
5
1
3
Andrenidae
3
0,8
1
5
3
10
Halictidae
80
21
4
21
9
32
Megachilidae
30
8
3
16
3
10
Apidae
260
70
10
53
13
45
Total
374
100
19
100
29
100
423
Estructura y fenología de la comunidad
de abejas nativas (Hymenoptera: Apoidea)
Domínguez-Álvarez y colaboradores
Tabla 2. Especies de abejas y número de individuos, colectados en la Reserva del Pedregal, separadas por familia. Se
presenta también la información del método por el que fueron colectadas.
Familia
Genero
Especie
Colletidae
Hylaeus
Andrenidae
Halictidae
Megachilidae
Apidae
Red
Tjc
Total
sp. 1
0
1
1
Andrena
sp. 1
0
1
1
Andrena
sp. 2
1
0
1
Andrena
sp. 3
1
0
1
Augochlora
smaragdina (Friese)
1
1
2
Augochlorella
pomonoella (Cokerel)
1
1
2
Lasioglossum (Dialictus)
sp. 1
8
30
38
Lasioglossum (Dialictus)
sp. 2
5
16
21
Lasioglossum (Dialictus)
sp. 3
0
1
1
Lasioglossum (Dialictus)
sp. 4
2
1
3
Lasioglossum (Dialictus)
sp. nov. 1
4
0
4
Lasioglossum (Dialictus)
sp. nov. 2
1
3
4
Lasioglossum (Lasioglossum)
sp. 1
4
1
5
Anthidium
maculosum (Cresson)
17
0
17
Megachile
sp. 1
4
1
5
Osmia
azteca (Cresson)
5
0
5
Apis
mellifera (Linneo)
54
68
54
Bombus
ephipphiatus (Say)
1
0
1
Bombus
pennsylvanicus sonorus (Say)
16
0
16
Centris
mexicana (Smith)
3
0
3
Ceratina
capitosa (Smith)
15
62
77
Ceratina
mexicana (Cresson)
1
1
2
Deltoptila
elephas (Friese)
1
0
1
Diadasia
olivacea (Cresson)
10
0
10
Diadasia
rinconis (Cockerell)
1
1
2
Exomalopsis
mellipes (Cresson)
1
1
2
Melissodes
tepaneca (Cresson)
1
1
2
Thygater
analis (Lepeletier)
10
0
10
Xylocopa
tabaniformis azteca (Cresson)
13
4
17
424
Diversidad de hábitats y ecología de comunidades
FIG 1. Variación mensual del número de especies de abejas registrado en la REPSA. Datos de septiembre de
2005 a agosto de 2006.
Efecto del color de las trampas
Se registraron cuatro patrones fenológicos en las especies de abejas en la REPSA (Tabla 3). Uno de ellos, el más
frecuente, es el de actividad restringida a la temporada
de lluvias, con 15 especies, entre las que destacan por
su abundancia: Tygater analis y Diadasia olivacea. Otro
patrón, es el de actividad intermedia, en el cual las abejas registran actividad tanto en meses de lluvias como
en los de secas, en el que se registran siete especies,
por ejemplo, Anthidium maculosum, Ceratina capitosa,
Exomalopsis mellipes y Lasioglossum (Dialictus) sp. 2.
Otro más es el de abejas que presentan actividad durante todo el año, en el cual se registran seis especies,
entre ellas: Apis mellifera, Lasioglossum (Dialictus) sp. 1 y
Bombus pennsylvanicus. Por último, se registró una sola
especie de abejas, Lasioglossum (Dialictus) sp. 4, que
tiene actividad exclusiva durante los meses secos.
La cantidad de abejas colectadas en las trampas de
colores, fue afectada significativamente por el color
(F3, 60 = 106.6, P < 0.0001), el mes de colecta (F3, 60 =
5.175, P < 0.0001) y la interacción mes × fecha (F3, 60 =
1.840, P < 0.0001). Las trampas de color violeta y amarillo registraron significativamente mayor cantidad de
abejas que las de color anaranjado y rojo (F3,44 =53.479,
P<0.0001; Fig. 3). Los meses en los que se colectó el
mayor número de abejas fueron noviembre, abril y febrero, con 33, 28 y 18 abejas, respectivamente; mientras que los que en los que se colectaron muy pocos
individuos fueron: septiembre y agosto con once individuos, enero con nueve y diciembre con ocho. El
color viol