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1 COMPETENCIA LECTORA 6o. GRADO. “MAHATMA GANDHI” "Las generaciones del porvenir apenas creerán que un hombre como éste caminó por la faz de la tierra en carne y hueso." -Albert Einstein. Aunque no fue el promotor de la independencia de la India (1947), Mahatma Gandhi raramente es recordado por ese logro. En primer lugar, porque lo más inspirador de su figura no reside tanto en la lucha por la independencia de su país sino en la perseverancia de su activismo pacífico fundado en la no violencia y en la fuerza de sus convicciones por la justicia a los pobres. Y en segundo lugar, porque sus metas siempre fueron mucho más amplias, y abarcaron la abolición de las castas, la justicia social, la transformación de las estructuras económicas, la concordia y la paz entre los individuos y entre las religiones, designios que convergían en el ideal de una profunda renovación ética y espiritual del ser humano. Fue un hombre de austeridad inflexible y absoluta modestia, que se quejaba del título de Mahatma ('Gran Alma') que le había dado contra su voluntad el poeta Rabindranath Tagore, Mahatma Gandhi se cuenta entre los grandes personajes que, con su pensamiento y su acción, cuestionaron y llegaron a alterar el orden político e ideológico del mundo en el siglo XX. En un país en que la política era sinónimo de corrupción, Gandhi introdujo la ética en la vida pública a través de la palabra y el ejemplo. Vivió en una pobreza extrema, jamás concedió favoritismos o distinciones a sus familiares y rechazó siempre el poder político, antes y después de la liberación de la India. Tales creencias lo han convertido en “el apóstol de la no violencia” en un caso único entre los revolucionarios de todos los tiempos, y en el más admirado de los líderes espirituales modernos. Mohandas Karamchand Gandhi, nació el 2 de octubre de 1869 en la ciudad costera de Porbandar, situada en el extremo noroeste de la India, en la región de Gujarat. Tal región era entonces un mosaico de minúsculos principados, cuyos gobernantes tenían un poder absoluto sobre la vida de sus súbditos. Tecoyotitla 364, Col. Ex-Hacienda de Guadalupe Chimalistac. Del. Álvaro Obregón CP 01050 México D.F. Tel. 5091 9500 / www.cedros.edu.mx 2 Su padre, Karamchand Gandhi, era el primer ministro de Porbandar y pertenecía a la casta de los banias, mercaderes de proverbial astucia y habilidad en el comercio. Su madre, llamada Putlibai, procedía de la secta de los pranamis, quienes mezclaban el hinduismo con las enseñanzas del Corán. La madre de Gandhi era una mujer profundamente religiosa y austera que dividía su tiempo entre el templo y el cuidado de los suyos, además de practicar frecuentes ayunos. En la formación espiritual de Mohandas, que sentía un ilimitado amor por sus padres, concurrieron, además de la adoración a la diosa Visnú que profesaba la familia, una serie de culturas y credos amalgamados: el hindú, el musulmán y el jain. Este último tuvo especial influencia en su filosofía: los jainistas practicaban la no violencia no sólo con los animales y los seres humanos, sino incluso con las plantas, los microbios, el agua, el fuego y el viento. La familia decidió enviarlo a Londres para seguir los cursos de abogacía del Inner Temple, cuyas exigencias eran menores que las de las universidades indias. Con tanto miedo, el joven Gandhi se embarcó en Bombay en septiembre de 1888. Antes de partir había prometido solemnemente a su madre no seguir la costumbre inglesa de comer carne, dado que el visnuismo lo prohibía. Varias veces en su adolescencia había transgredido tal norma, impulsado por un amigo que le aconsejaba la carne para parecerse en fortaleza a los ingleses. En Londres vivió tres años (1888-1891), período en que se produjo uno de los hechos más determinantes de su vocación: el descubrimiento de Oriente a través de Occidente. En efecto, en la capital inglesa comenzó a frecuentar a los teósofos, quienes lo iniciaron en la lectura del primer clásico indio, “el Bhagavad Gita”, al que llegaría a considerar «el libro por excelencia para alcanzar el conocimiento de la verdad». También allí entró en contacto con las enseñanzas de Cristo, y durante un tiempo se sintió tan atraído por la ética y el credo Católico que llegó a conocer tan profundamente como el hinduismo. De esa época son sus intentos de sintetizar los preceptos del budismo, el cristianismo, el islamismo y su religión natal a través de lo que señaló como el principio unificador de todos ellos: la idea de renunciación. En estos años decisivos para su formación intelectual leyó al famoso noveísta ruso: León Tolstói, en quien más tarde encontraría el guía para el perfeccionamiento de la práctica y la teoría de la no violencia. Y cuando regresó a la India con el título de abogado, lo hizo con sus señas de identidad orientales: había ido en la búsqueda de la sabiduría occidental y retornaba con el secreto que había convertido en sabios a los hindúes. Dentro de su activismo por alcanzar la justicia social, en 1930 protagonizó una importante protesta no violenta, conocida como marcha de la sal (salt satiagraha), que serviría de inspiración a movimientos como el del estadounidense Martin Luther King. Gandhi insistió en su camino de la no violencia y advirtió al virrey de la India que su próxima campaña de desobediencia civil sería el ejercicio del derecho natural de los hindúes a producir sal. Así pues dejó su áshram de los alrededores de Ahmedabad, al noroeste del país, acompañado de algunas decenas de discípulos y de un séquito de periodistas. Tecoyotitla 364, Col. Ex-Hacienda de Guadalupe Chimalistac. Del. Álvaro Obregón CP 01050 México D.F. Tel. 5091 9500 / www.cedros.edu.mx 3 Después de un recorrido a pie de 300 kilómetros, llegó el 5 de abril de 1930 a la costa del océano Índico. Avanzó dentro del agua y recogió en sus manos un poco de sal. Por este gesto irrisorio y altamente simbólico, Gandhi alentó a sus compatriotas a violar el monopolio impuesto por el gobierno británico sobre la producción y distribución de sal. Como una forma más de dominio, los ingleses, al ocupar el territorio hindú se apropiaron de la producción de sal que hasta ese momento era un acto libre del pueblo. Cualquier persona que lo necesitara producía sal tomando agua del mar y dejándola evaporar en un cuenco. Los británicos establecieron un impuesto sobre la sal consumida. La sal era un producto de vital importancia y elevadísima demanda para conservar la carne y otros alimentos, debido a la escasez de mecanismos de refrigeración con que contaban los pobladores hindúes. Los británicos impusieron severas penas para quienes produjesen sal de forma autónoma. En la playa, la multitud, nutrida de varios miles de simpatizantes, imitó al Mahatma y recogió agua salada en recipientes. Su ejemplo fue seguido por todo el país. De Karachi a Bombay, los indios evaporaron el agua y recogieron la sal a plena luz del día, desafiando a los británicos. Estos últimos llenaron sus cárceles con 60 000 “ladrones de sal” indios. Los independentistas indios, fieles a las recomendaciones de Gandhi, no se resistieron a los arrestos violentos de la policía colonial. El mismo Mahatma fue detenido y pasó nueve meses en prisión. Finalmente, el virrey reconoció su impotencia para imponer la ley británica, a menos que se utilizara ampliamente una represión violenta, con el riesgo de que esta reacción quitara a los británicos todo crédito ante los indios, incluidas las élites. Cediendo a las peticiones de Gandhi, el virrey liberó a todos los prisioneros y, presionado por las circunstancias, reconoció a los indios el derecho a recolectar ellos mismos la sal. Situado por aquel entonces en la oposición parlamentaria, el político británico Winston Churchill rechazó frontalmente toda propuesta de independizar la India y al conocer la protesta de la sal, Churchill ironizó sobre Gandhi llamándolo el «fakir sedicioso que sube medio desnudo las escaleras del palacio del virrey». El Mahatma fue recibido triunfalmente en Londres por los liberales británicos que aceptaron una próxima independencia de la India, aunque los políticos británicos carecían de planes efectivos a corto plazo y dudaban entre una plena independencia o la autonomía dentro de la Commonwealth de modo análogo a Canadá o Australia. La discusión sobre la independencia india fue aplazada por la Segunda Guerra Mundial y las disensiones entre hindúes y musulmanes. El 15 de agosto de 1947, el Imperio de las Indias se convirtió por fin en independiente, pero al precio de una salvaje guerra religiosa y de la separación de India y Pakistán. Tecoyotitla 364, Col. Ex-Hacienda de Guadalupe Chimalistac. Del. Álvaro Obregón CP 01050 México D.F. Tel. 5091 9500 / www.cedros.edu.mx 4 El 30 de enero de 1948, cuando Gandhi se dirigía a una reunión para rezar, fue asesinado en Birla Bhavan (Birla House) en Nueva Delhi, a los 78 años de edad por Nathuram Godse, un radical hinduista aparentemente relacionado con grupos ultraderechistas de la India, Una prueba de la lucha de Gandhi y su búsqueda de Dios está en sus últimas palabras antes de morir exclamó: «¡Hey,Rama!». Esto se interpreta como un signo de su espiritualidad, así como su idealismo en la búsqueda de la paz en su país. Estas palabras están escritas en el monumento erigido en su honor en Nueva Delhi. Mahatma Gandhi hilando fibras textiles. Estas son algunas de sus frases célebres: "La fuerza no proviene de la capacidad física sino de la voluntad indomable." "No hay caminos para la paz; la paz es el camino." "Ojo por ojo y el mundo se quedará ciego." “En cuanto alguien comprende que obedecer leyes injustas es contrario a su dignidad de hombre, ninguna tiranía puede dominarle.” “Correrán ríos de sangre antes de que conquistemos nuestra libertad, pero esa sangre deberá ser la nuestra.” ¡¡¡ESPERA LA PRÓXIMA AVENTURA!!! Tecoyotitla 364, Col. Ex-Hacienda de Guadalupe Chimalistac. Del. Álvaro Obregón CP 01050 México D.F. Tel. 5091 9500 / www.cedros.edu.mx