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Transcript
Un Estudio Psicopolítico
de las imágenes del
enemigo entre Los Estados
Unidos y la URSS durante
La Guerra Fria
La aproximación psicosocial al estudio
de la relación conflictiva entre ambos
países se hace desde las perspectivas de
las teorías de la identidad social y de las
imágenes del enemigo. Esta aproximación
sociocognitiva nos permite conocer cuál
es la imagen que las partes en conflicto
tienen del otro, cuáles son los
contenidos de las imágenes difundidas
por los medios de comunicación y los
políticos, y en qué sentido deben
reorganizarse dichas imágenes para
asegurar aceptación del otro en un
proceso de distensión y búsqueda de
cooperación.
Marco Antonio González Pérez
El presente trabajo es una aproximación desde la
psicología social al estudio de la relación
internacional conflictiva entre la URSS y los EUA,
protagonistas de la guerra fría. Se trata de una
investigación documental en la que se revisaron
diversos artículos publicados sobre el tema, los
cuales representan aproximaciones psicosociales
en las que se aplican las teorías de la identidad
social (de tradición europea) y las imágenes del
enemigo (de tradición norteamericana). El
resultado es la generación de un marco de
análisis que puede dar cuenta de cómo se
generan, se alimentan y resuelven conflictos
utilizando estrategias en las que se estereotipa
la identidad del oponente. Este marco teórico se
puede traspolar a otras situaciones menos
complejas que la aquí analizada, para reconocer
cómo se gesta el conflicto sociocognitivo e idear
estrategias que distensen la relación y abran
paso a la negociación con posibilidades de éxito.
Finalmente, este trabajo pretende ser un
ejemplo de cómo la psicología social puede
aportar análisis relevantes en el estudio de las
relaciones internacionales.
En la revisión bibliográfica sobre este
tema se han consultado documentos que
reflejan el devenir de las relaciones
entre las dos superpotencias, y que nos
muestran el cambio de la percepción del
contrario, desde los tiempos de la
guerra fría hasta las postrimerías del
derrumbamiento de la URSS.
La generación de confianza intergrupal
es el factor clave para lograr una
negociación exitosa y para crear un
clima de distensión. Los procesos
sociocognitivos en términos de la
modificación de las imágenes del
enemigo son, como posteriormente
veremos, de gran relevancia.
Palabras clave: Relaciones Intergrupales,
Conflicto Intergrupal, Imágenes del
Enemigo, Relaciones Internacionales.
Un objetivo académico de este trabajo
es mostrar que la psicología social puede
aportar elementos de análisis para
entender situaciones conflictivas en el
campo de la relaciones internacionales,
que pueden utilizarse en la negociación
de similares situaciones de conflicto.
1.- Introducción
En este trabajo se presentan distintas
aproximaciones psicosociales utilizadas
para explicar las relaciones políticas
entre la ex-Unión Soviética y los Estados
Unidos. El tema es de gran relevancia en
la medida en que se aborda el análisis
de
una
relación
internacional
fuertemente polarizada que alcanzó
grados insospechados de conflicto,
altamente peligrosos para la seguridad
mundial.
2.- Metodología
Se realizó una investigación documental
que cubrió las dos áreas teóricas que
componen el marco de referencia: Las
teorías psicosociales de la identidad
social y las imágenes del enemigo y las
83
relaciones conflictivas Estados UnidosURSS.
menos negativas que las que les imputan
a las acciones soviéticas. Los autores
comentan que "los sesgos endogrupales
pueden dificultarle a los políticos el
concebir que un líder soviético desee
honestamente desarrollar una fuerte
economía y la paz. En suma, cada acción
tomada por la Unión Soviética puede ser
interpretada de una forma consistente
con nuestro punto de vista negativo
sobre ellos" (1).
La teoría de la identidad social
Los profesores Shawn M. Burn y Stuart
Oskamp de la Universidad Politécnica
del Estado de California se acercaron al
estudio de las relaciones conflictivas
entre los Estados Unidos y la URSS,
utilizando la teoría de la identidad
social del psicólogo inglés Henri Tajfel.
Otro aspecto analizado en el estudio de
estos
investigadores,
y
que
es
importante considerar, es la correlación
positiva entre las atribuciones a las
acciones soviéticas y el apoyo a un
incremento en el gasto militar, en
especial al proyecto de defensa
estratégico o "Guerra de las Galaxias", lo
que da pie para reflexionar sobre las
ventajas políticas que un gobierno
puede obtener, al ser aceptada
socialmente las imágenes del enemigo
que ellos mismos difunden, ya que de
esta manera se puede lograr un fuerte
respaldo social a políticas socialmente
discutibles como la militarización del
espacio.
En su investigación pusieron a prueba
varias hipótesis concordantes con el
marco teórico de referencia que, en
suma, dice que los miembros de un
grupo en una relación intergrupal dada,
tienden a hacer comparaciones que les
sean favorables al endogrupo al mismo
tiempo que discriminan al exogrupo.
Este proceso psicosocial tiene como
objetivo el asegurar una identidad social
positiva a los miembros del grupo de
pertenencia.
Burn y Oskamp encontraron que las
atribuciones que los norteamericanos
hacían de las razones que motivaron a
los soviéticos y a los norteamericanos a
implicarse
en
distintas
acciones
internacionales, eran positivas en el
caso norteamericano y negativas en los
casos donde intervino la URSS. Como
ejemplo se presenta la siguiente tabla
donde se observan los porcentajes de
entrevistados que eligieron las dos
acciones más negativas para cada
gobierno (ver figura 1).
Oskamp y Burn concluyen que la
estereotipación
que
hicieron
los
norteamericanos de las conductas y
acciones de los soviéticos fundadas en
una supuesta ―maldad intrínseca‖,
afectó por mucho tiempo el logro de
negociaciones de paz.
El mismo Gorbachev narra en su libro
"Perestroika" la siguiente reacción
norteamericana: "durante el verano de
1985 la Unión Soviética presentó una
moratoria unilateral para todas las
explosiones nucleares y expresó su
disposición inmediata para reanudar las
negociaciones de un tratado extenso de
prohibición de pruebas...¿cómo se ha
comportado la administración americana
después de Ginebra?. Se desató, por
Los autores resaltan que el apoyo de los
Estados Unidos a Ferdinand Marcos en
Filipinas fue
la
única acción
norteamericana juzgada de manera
desfavorable.
Los
atributos
de
causalidad demuestran la presencia de
un sesgo endogrupal evidente, ya que
las razones que se atribuyen a las
acciones de los Estados Unidos son
84
enésima vez, una estridente campaña
destinada a instigar pasiones
antisoviéticas. Nuevos intentos para
presentar a la Unión Soviética como una
especie de pesadilla, para hacer crecer
el miedo con vistas a hacer aprobar en
el congreso el último presupuesto
militar. El 'imperio del mal' salió a
relucir de nuevo. El presidente ha vuelto
a confirmar que no piensa descartar el
epíteto" (2).
que tener en cuenta la dura realidad de
las variables políticas" (4).
Es importante iniciar, pues, el análisis
de cómo fueron construidos los
estereotipos del grupo opositor a través
de las imágenes del enemigo, generando
sesgos endogrupales que deteminaron el
procesamiento de la información, en
cuanto a la percepción del otro. Al
responder
a
estrategias
políticas
determinadas que generaron un estado
de polarización grupal, se hacía
imposible encontrar un terreno fértil en
el que se asentara el establecimiento de
relaciones de paz duraderas.
En referencia a la moratoria de pruebas
nucleares propuesta por Gorbachev, los
psicólogos Brett Silverstein y Robert R.
Holt del City College de Nueva York
comentan
que
"La
prensa
norteamericana puso muy poca atención
al ofrecimiento de Gorbachev. La
mayoría de los periódicos y revistas le
dieron poca cobertura y se consagraron
hacia las declaraciones hechas por la
administración Reagan, proporcionándole
mayor credibilidad a la respuesta
negativa que al ofrecimiento....Esta
asimilación de la nueva información
hacia la imagen de la Unión Soviética
como enemigo condujo a los Estados
Unidos a perder la oportunidad de
finalizar las pruebas de armas nucleares
y así parar la carrera armamentista" (3).
Las imágenes del enemigo
El profesor C.R. Mitchell en su libro "La
estructura del conflicto internacional"
compila una serie de fenómenos
psicosociales que ocurren a nivel
perceptual durante los conflictos
internacionales. Las imágenes territoriales,
las autoimágenes del intruso, las
imágenes del adversario, las blacktop
images, la imagen unificada del enemigo
y
las
imágenes
de
espejo
e
interdependientes son algunos ejemplos
de
los
procesos
psicosociales
presentados.
Los estudios de Burn y Oskamp y
Silverstein y Holt analizan las relaciones
internacionales recurriendo al marco
teórico proporcionado por la teoría de la
identidad social desde la psicología
social. Aún cuando es imprescindible el
conocer cómo en un conflicto social
emergen las imágenes y estereotipos
compartidos
que
determinan
las
evaluaciones que las personas hacen del
endogrupo y el exogrupo, es necesario
ampliar este análisis ya que, como los
mismos autores reconocen, ―la conducta
de los políticos está determinada por
más elementos que por las variables
propiamente psicológicas, por lo que hay
La imagen territorial es un fenómeno
psicosocial muy común en los conflictos
internacionales en la actualidad y tiene
como origen el valor simbólico que
ostenta el territorio en la conformación
de la identidad social. La disputa que
mantienen los israelíes con los
palestinos por la pertenencia de la zona
de Gaza y Cisjordania, surge del valor
simbólico que los territorios tienen para
ambos grupos y que genera este
conflicto de interés. Otros ejemplos de
este fenómeno son los que ocurren entre
ingleses e irlandeses; vascos y españoles
y chinos y tibetanos, entre otros. El
objetivo final de los grupos poseedores
de la imagen territorial es el de expulsar
85
a los intrusos de las zonas ocupadas
―ilegítimamente‖.
disidencia
intragrupal
que
tiene
consecuencias observables totalmente
diferentes. Se llama la "imagen del
traidor en nuestro medio" y consiste en
"limpiar" la identidad del endogrupo de
elementos contaminados y prescindibles
que representan al enemigo infiltrado.
Las purgas estalinistas en la Unión
Soviética durante los años treinta, la
persecución y el holocausto judío
perpetrado por los nazis y "la cacería de
brujas" del senador McCarthy en los
Estados Unidos en los cincuenta, son
dramáticos ejemplos de dicho
fenómeno.
Las autoimágenes del adversario se
presentan en situaciones en las que
dentro del mismo grupo existe un
conflicto o una disputa entre sus
miembros y en la que la intolerancia de
la fracción mayoritaria del endogrupo ha
hecho evidente. El descontento o la
posición desviada de la minoría es
atribuida por la mayoría a distintos
actos de agitación o de deseo de
ruptura. Algunos ejemplos mencionados
por Mitchell son:
" 1) Los habitantes blancos sureños de
los Estados Unidos estaban convencidos
de que la comunidad negra local había
sido movilizada para luchar por sus
derechos civiles por agitadores del norte
del país, que nada sabían de los
problemas reales del sur.
Las black top images surgen como una
forma de salvaguardar la identidad
social positiva, evitando las molestias
que podría representar el hecho de que
el endogrupo sea odiado y temido por
una gran cantidad de personas. El
enemigo es entonces dividido en dos
categorías plenamente diferenciadas.
Por un lado están los líderes políticos
que nos temen y nos odian y que se
dedican a engañar a su pueblo
difundiendo falsas informaciones sobre
nuestros objetivos y ambiciones y, por
otro lado, están las masas de seguidores
que son básicamente buenos pero que
nos son hostiles por culpa de sus líderes
políticos. En este sentido es de
esperarse que los estadounidenses y los
soviéticos diferencien a los ricos
explotadores de Wall Street y a los
miembros tiránicos del Kremlin de la
ciudadanía sometida de ambos países.
2) Los militantes comunistas en los
países desarrollados vieron en cada
manifestación contraria a sus objetivos
la intromisión de los imperialistas
norteamericanos.
3) Los militantes anticomunistas en
Vietnam y sus aliados norteamericanos
vieron en el Vietcong a disidentes
norvietnamitas
apoyados
por
los
intervencionistas chinos y por el
movimiento militante marxista a escala
mundial " (5).
Este proceso psicosocial se explica desde
el punto de vista de la mayoría del
endogrupo, ya que éste intenta dar una
imagen de justicia y de indulgencia con
la disidencia interna, a la vez que se
presenta severo con el exogrupo
enemigo, que es el que promueve la
ruptura del propio grupo.
Burn y Oskamp en el estudio ya citado,
llegaron a la conclusión de que, en
efecto, los norteamericanos evaluaban
más negativamente al gobierno soviético
que al norteamericano ( 3.95 vs. 5.20,
en una escala de siete puntos que iba de
1 totalmente negativo a 7 totalmente
positivo ) y que los ciudadanos soviéticos
eran, a su vez, mejor considerados que
los dirigentes de su país.
Existe, sin embargo, otra solución
sociocognitiva al problema de la
86
de que la imagen del enemigo se deriva
de la propia identidad grupal.
Silverstein y Holt, matizan estas
conclusiones que en su parecer resultan
anacrónicas, ya que no todos los líderes
políticos soviéticos son evaluados de la
misma forma, y ponen como ejemplo al
mismo Gorbachev que en octubre de
1987 contaba ya con una impresión
favorable que alcanzaba el 72 % de una
muestra estadounidense, superando en
simpatías al mismo presidente Ronald
Reagan.
Edward E. Azar y John W. Burton parten
precisamente del concepto de identidad
grupal para explicar el surgimiento del
conflicto, introduciendo en él las
fortalezas y debilidades de los grupos en
cuestión. En los Estados Unidos, por
ejemplo, se valora en gran medida las
bondades de la democracia y se piensa
que el sistema americano es el más
indicado para preservar, promover y
alcanzar las necesidades humanas. Por
otro lado, en la ex-URSS existía el
consenso de que el socialismo era el
garante de la justicia y el desarrollo en
todos sus aspectos.
Retomando la exposición de Mitchell
sobre las percepciones durante el
conflicto nos encontramos con la
llamada "imagen unificada del enemigo",
que es la expresión más polarizada de la
percepción del otro. Esta consiste en
considerar al exogrupo como una entidad
singular fuertemente cohesionada en la que
sus miembros comparten los mismos
valores, propósitos injustos y metas
destructivas.
La identidad social, según Azar y Burton,
está estrechamente ligada a los valores
promovidos por el Estado, sin embargo,
la generación de las imágenes del
enemigo tiene su origen en la
percepción de las debilidades de cada
uno de los sistemas políticos que ponen
en peligro su misma permanencia: poca
movilidad social, empobrecimiento de la
clase obrera y dificultades en la
repartición justa del ingreso en los
Estados Unidos, y los problemas de
participación política, de desarrollo
individual y de ampliación de espacios
de libertad en la URSS. El miedo que
recíprocamente se tenían los Estados
Unidos y la URSS no era más que el
reflejo del temor interno de que sus
sistemas fallaran.(6)
Este proceso cognitivo cumple con el
objetivo de simplificar el trato con el
exogrupo al reducirlo a un sólo cuerpo
de comportamiento evitándose el hacer
diferenciaciones internas existentes en
él. El problema principal de esta
construcción de imágenes del otro es
que nos ciega en el intento de
comprender de una manera más precisa
la evolución de ese grupo y se termina
anteponiendo nuestra propia visión de la
realidad exogrupal sobre la complejidad
que, efectivamente, le subyace.
Otro fenómeno interesante es el de la
interdependencia de las imágenes del
endo y exogrupo. Parece evidente que
ante la imagen del enemigo elaborada
por uno de los contendientes se le
confronta inmediatamente la del otro
grupo. Esto nos sugiere la interdependencia
o complementariedad de ambas
imágenes. Complementaria en el sentido
Las autoimágenes e imágenes del
enemigo que cada uno de los grupos
posee, pueden considerarse circulares y
ser denominadas de "espejo". Mitchell
presenta el siguiente resumen
confrontando ambas imágenes de
espejo.
87
Imágenes de espejo durante la
guerra fría
Imágenes soviéticas de los Estados
Unidos.
Imágenes americanas de la URSS
1) Ellos (los dirigentes) son malos. Los
banqueros de Wall Street, los políticos y
militaristas quieren una guerra porque
están temerosos de perder sus riquezas
y poder en una revolución comunista.
Ellos nos están rodeando de bases
militares. Ellos envían espías para
destruir la patria de los trabajadores.
1) Ellos (los dirigentes) son malos. Los
hombres del Kremlin son agresivos y
ambiciosos. Brutales en su represión a
Hungría. Crueles en su trato con la
gente. Ellos se han infiltrado en
occidente para atacarnos. Ellos están
comprometidos en el espionaje y en el
sabotaje para destruir nuestro país.
2) Ellos son como los nazis, rearmando a
los alemanes contra nosotros. Ellos
intentan dividirnos, separar a Yugoslavia
y a Polonia. Incitan a la rebelión contra
nuestro gobierno.
2) Ellos son como los nazis, una
dictadura expansionista agresiva. Ellos
intentan dividirnos, desmembrar la
OTAN y agitar el odio entre las clases.
3) Ellos son imperialistas. Las naciones
capitalistas dominan áreas coloniales
que mantienen en sumisión. Los
regímenes
latinoamericanos
(a
excepción de Cuba) son marionetas de
los Estados Unidos.
3)
Ellos
son
imperialistas.
Los
comunistas intentan dominar el mundo.
Ellos controlan rígidamente a sus
gobiernos- títere satélites.
4) Ellos explotan a su propia gente. Ellos
controlan los bienes de consumo y
mantienen bajo el estándar de vida,
excepto para los burócratas comunistas.
4) Ellos explotan a su propia gente.
Todos los capitalistas viven en el lujo
por la explotación de los trabajadores
que sufren inseguridad, desempleo, etc.
5) Ellos están contra la democracia. Sus
formas
democráticas
son
mera
pretensión, ya que la gente sólo puede
votar por candidatos comunistas. Los
dirigentes controlan los órganos de
propaganda, educación y comunicación.
Ellos persiguen a cualquiera que
favorezca las democracias occidentales.
5) Ellos están en contra de la
democracia. Las formas democráticas
son mera pretensión para ellos. La gente
sólo puede votar por candidatos
capitalistas. Los dirigentes controlan los
órganos de propaganda, educación y
comunicación.
Ellos
persiguen
a
cualquiera que favorezca las ideas
comunistas.
6) Ellos distorsionan la verdad. Ellos
pasan como amigos de la gente
colonizada con la intención de
esclavizarlos.
6) Ellos distorsionan la verdad. Ellos
acusan falsamente a la URSS de desear
imponer su ideología por la fuerza.
7) Ellos son inmorales, materialistas y
ateos.
7) Ellos son inmorales, materialistas y
egoístamente individualistas.
88
En una investigación llevada a cabo por
el profesor Richard K. Herrmann de la
Universidad del estado de Ohio, en la
que realizó un análisis de contenido de
81 artículos políticos publicados en la
prensa soviética, llegó a la siguiente
conclusión:
totalmente negativa de nuestros asuntos
internos" (8).
En este punto me gustaría introducir una
reflexión del Dr. Rosendo Romero en la
que se refiere a las imágenes que de los
Estados Unidos poseían los ciudadanos
de la Unión Soviética: ―La imagen del
enemigo
vista
desde
el
pueblo
norteamericano
está
solidamente
documentada y es muy completa, no así
desde el punto de vista del ciudadano
común de la URSS, en el cual varios
autores hemos valorado una notable
ambivalencia, odio y temor ―oficial‖
versus la idealización de su modo de
vida y el situar lo proveniente del otro
como superior‖.(9)
"La imagen de los Estados Unidos que
prevalece tanto en las discusiones
regionales como en las globales, se
ajusta al patrón del enemigo. Esta
enfatiza
la
agresividad
de
los
norteamericanos y la proclividad de usar
su fuerza. No se menosprecia las
capacidad estadounidense o su fuerza de
voluntad. Al mismo tiempo se reitera
constantemente
los
límites
del
crecimiento del control norteamericano
y la inevitabilidad histórica de la caída
del imperialismo. En este retrato los
Estados Unidos permanecen fuertes,
pero las fuerzas en oposición han
crecido y ahora con resolución y unidad
pueden
contener
los
designios
americanos". (7).
Silverstein y Holt señalan que las
imágenes del enemigo no son únicamente
producidas por la existencia de una
relación intergrupal conflictiva, sino que
hay elementos específicos en la
socialización de los niños que favorecen
la emergencia de dichos fenómenos. Los
cuentos, las historietas, los dibujos
animados y los juegos están cargados de
personajes que representan la maldad y
la bondad, la justicia y la injusticia, lo
negro y lo blanco. Así, al aprender estos
contenidos, vamos categorizando el
mundo en buenos y malos. La imagen
del enemigo sería el resultado de esa
diferenciación categorial. Los libros
escolares de adoctrinamiento para los
infantes en la Alemania nazi, en donde
estaban personificados los judíos como
los tenebrosos comerciantes con nariz
de forma de "seis" que abusaban de los
niños, es un ejemplo extremo de este
tipo de socialización.
El mismo Mikahil Gorbachev reflexiona
sobre la imagen enemiga que los
americanos poseen de los soviéticos y
dice "Algunos americanos, según parece,
necesitan a la Unión Soviética como
figura enemiga. De otra forma no
pueden entenderse algunas películas, las
incendiarias
emisiones
radiofónicas
americanas desde Munich, el torrente de
artículos y programas plagados de odio
hacia el pueblo soviético, que nos hace
retroceder a los años cuarenta o incluso
antes......estamos sensibilizados y, con
franqueza, cautelosos por los intentos
de proporcionar a la Unión Soviética la
imagen de un enemigo, en especial
cuando no sólo implican ejercicios
ideológicos de las habituales historias
fantásticas sobre la "amenaza militar
soviética", "la mano de Moscú" , "los
designios del Kremlin" y una descripción
En un interesante estudio sobre cómo los
norteamericanos desarrollaron y
socializaron imágenes del enemigo de
japoneses, alemanes y soviéticos desde
la segunda guerra mundial, Robert Mc
Dougall señala que los políticos
89
americanos promovieron la idea del
―facismo rojo‖, el cual consistío en
―articular similaridades distorsionadas
entre la Alemania Nazi y la Rusia
Soviética, de tal forma que el público
americano transfiriera fácilmente el
odio a la Alemania de Hitler a la Rusia
de Stalin‖ (10)
Evidentemente, un factor clave para la
distensión de las relaciones EU-URSS fue
la llegada de Gorbachev al poder. Su
programa político aperturista reflejado
en la perestroika y la glasnot, generó
una mayor confianza internacional en
sus proyectos; sin embargo, resulta claro
que la posición tradicional soviética
sobre las relaciones internacionales
había cambiado.¿Cómo se dio ese
cambio interno?.
Ahora bien, ¿cómo pudieron mejorar las
relaciones intergrupales polarizadas? y
¿qué tipos de procesos sociales se
presentaron para que ésto ocurriera?.
Kimberly Martin Zisk, investigadora de la
Universidad de Berkeley, indagó cómo
los enfoques académicos soviéticos
sobre los conflictos internacionales y su
negociación
se
habían
estado
modificando. Ella basó sus conclusiones
en algunas entrevistas que tuvo con
destacados investigadores de dos
importantes institutos en la Unión
Soviética, el Instituto de Estados Unidos
y Canadá (ISKAN) y el Instituto de la
Economía Mundial y las Relaciones
Internacionales (IMEMO). La autora trató
de dilucidar hasta que punto Gorbachev
se vio influenciado por el nuevo
pensamiento académico que surgió en su
país, o si fue la postura política del
presidente de la ex-URSS la que
proporcionó nuevas dimensiones a las
reflexiones de estos profesores. Su
conclusión es que es difícil llegar a un
acuerdo al respecto, pero que resulta
indudable la influencia mutua, dados los
nexos
personales
que
tuvieron
numerosos políticos con importantes
investigadores académicos de la Unión
Soviética.
3.- Resultados y discusión.
Una vez que se han expuesto tanto las
teorías de la identidad social como las
diferentes formas de crear imágenes del
enemigo, pasaremos a discutir las
dimensiones que adquirió el conflicto,
las formas en el que fue resuelto a
través de la generación de confianza y
de un genuino proceso de cambio que
dejó sin argumentos a la contraparte.
En este caso específico, (del que todos
conocemos su desenlace) tuvieron que
darse una serie de situaciones que
generaron un proceso de generación de
confianza en el otro, de tal manera que
permitiera negociar el conflicto con
ciertas garantías de éxito.
La negociación principal se centraba en
la reducción conjunta de armas
nucleares. El primer paso lo dio Gorbachev,
como ya lo hemos mencionado, en 1985, al
declarar una moratoria unilateral de pruebas
nucleares con duración de un año. Los
Estados
Unidos
reaccionaron
con
agresividad a tal decisión, quizá llevados
por la corriente anti-soviética que en
aquel entonces era predominante en los
círculos de poder norteamericanos. Sin
embargo, la negociación entre las
potencias del orbe no se cayó por esa
primera negativa.
Fueron cuatro los temas recurrentes en
la última posición de la URSS, en cuanto
a su concepción de las relaciones
internacionales. El primero era la
necesidad
de
asumir
un
nuevo
pensamiento en la era nuclear que
superase los conflictos internacionales y
que promoviera la paz mundial. El
segundo se refería a la necesidad de
90
establecer relaciones de confianza que
favorecieran la cooperación y la
seguridad. El tercer tema era el del
reconocimiento de que la teoría
marxista-leninista era inaplicable a los
conflictos internacionales en la era
nuclear, ya que no consideraba elementos
importantes como la posibilidad de una
guerra nuclear y el desastre ecológico,
temas que necesitaban un marco de
análisis totalmente nuevo. El cuarto y
último tema se refería a la perestroika,
la cual era vista por los analistas
soviéticos como el principal programa
generador de confianza internacional y
que le había otorgado a la URSS un
nuevo estatus en el concierto de las
naciones.
Sobre la generación de confianza en la
distensión de las relaciones EU-URSS, el
teórico soviético Andrei Mel'Vil', del
ISKAN, es concluyente: "El mecanismo
más importante para la construcción de
confianza no es meramente el hecho de
ofrecer concesiones sobre asuntos
conflictivos, sino el propio cambio
interno, con el objetivo de dejar al
oponente sin bases para afirmar que uno
es un enemigo" (12).
4.- Conclusiones.
Resulta evidente el hecho de que la
psicología social cuenta con herramientas
teóricas para adentrarse en el estudio
de los más relevantes asuntos sociales.
Las teorías de las identidad social y las
teorías de la construcción de la
autoimagen y de las imágenes del
enemigo cuentan con un amplio alcance
para entender las más conflictivas
relaciones entre grupos, tal como fueron
las relaciones Estados Unidos-URSS (el
propio Gorbachev, con conocimiento o
con gran intuición psicosocial, estaba
persuadido de la importancia y del
impacto que tenía la construcción de las
imágenes del enemigo).
Las aproximaciones teóricas utilizadas
por los investigadores soviéticos fueron:
la línea de investigación en las imágenes
del enemigo desarrollada por N.P. Popov
desde 1985. En uno de sus estudios se
reconocía que muchas de las imágenes
del enemigo que los norteamericanos
tenían de los soviéticos, estaban
justificadas debido a distintas acciones
equivocadas por parte de la URSS, tales
como las purgas estalinistas, la política
de colectivización forzada de la
agricultura, el pacto de no agresión
Hitler-Stalin, la invasión de Afganistán y
la estigmatización de Boris Pasternak,
entre otros.
Pensamos que el hecho de que haya
desaparecido la Unión Soviética y todo
el bloque comunista europeo, no debe
desalentar la realización de estudios a
posteriori que puedan ayudar a
comprender mejor las bases de
sustentación de esos regímenes y los
tipos de relaciones intergrupos que
establecían con otros países.
Existe otro punto de vista teórico que
reconoce la complejidad de cualquier
tipo de negociación internacional. "Un
complejo sistema de negociaciones
internacionales se ha desarrollado,
donde todos los procesos de negociación
interactúan con cada uno y pueden
tener impacto uno sobre otro. Los
asuntos militares, económicos y políticos
están entrelazados...el resultado debe
ser
un
sistema
multilateral
de
negociaciones de conflictos" (11).
Creemos que este tipo de aproximación
psicosocial
debería
seguir
siendo
utilizado en el estudio psicosociológico
de
las
relaciones
internacionales
actuales, tal como es el caso de las
acciones
militares
que
están
desarrollando actualmente los Estados
Unidos y sus aliados contra el régimen
91
Talibán, en el que la propaganda basada
en las ―motivaciones malignas‖ del
enemigo, son un fuerte argumento para
seguir prolongando las acciones bélicas.
Referencias
(1)
Burn, M.S. y Oskamp, S. (1989) Ingroup biases
and the U.S.-Soviet conflict, en Journal of
Social Issues., 45, 73 - 89.
(2)
Gorvachev, M. (1990) Perestroika: "Mi
mensaje a Rusia y al mundo entero".
Barcelona: Ediciones B.
(3)
(4)
(12)
Figura 1
Silverstein, B. y Holt, R.R.(1989) Research on
enemy images: present status and future
prospects, en Journal of Social Issues, 45,
159-175.
Burn, M.S. y Oskamp, S. (1989) Ingroup biases
and the U.S.-Soviet conflict, en Journal of
Social Issues., 45, 73 - 89.
(5)
Mitchell, C.R. (1997) The structure
international conflict.London: Mc Millan.
(6)
Azar, E.E. y Burton, J.W. (1998) International
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Sussex: Wheatsheaf.
(7)
Herrmann, R.K. (1985) Analyzing soviet
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theory and empirical study), en Journal of
Conflict Resolution. 29, 665 - 697.
(8)
Gorvachev, M. (1990) Perestroika: "Mi
mensaje a Rusia y al mundo entero".
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Conversación personal con el Dr. Rosendo
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Comportamiento Organizacional del ITESMCEM (2001).
(10)
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Zisk, M.K. (1990) Soviet academic theories on
international conflict and negotiation (a
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Resolution.34, 678 - 693
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international conflict and negotiation (a
research note), en Journal of Conflict
Resolution.34, 678 - 693
of
LA MORATORIA RUSA SOBRE PRUEBAS NUCLEARES
58 %
LA PRESENCIA SOVIETIVA EN POLONIA
60 %
LA INVASIÓN SOVIETICA EN AFGANISTÁN
57 %
EL INCIDENTE CON EL JET 007 COREANO
63 %
LA INVASIÓN DE ESTADOS UNIDOS A GRENADA
27 %
EL ATAQUE NORTEAMERICANO A LIBIA.
12 %
EL APOYO DE LOS ESTADOS UNIDOS A LOS 30 %
CONTRAS.
EL APOYO
MARCOS.
92
NORTEAMERICANO
A
FERDINAND 59 %