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El proceso de producción y reproducción social: trabajo y sociabilidad Sergio Lessa. Publicado en “Capacitação en Serviço Social, Módulo 2, pp 20-33 CEAD-UNB, 1999” Este y otros textos del autor disponibles en :http://www.sergiolessa.com/ * Traducción al español por parte de Cecilia Etchebehere de la Unidad de Relacionamiento Sector Productivo-SCEAM, con fines pedagógicos (por lo que no es una traducción exhaustiva) para el Curso Superior de Formación Sindical del Instituto Cuesta Duarte- PIT CNT. ¿Cuál es la relación entre los hombres y la naturaleza? ¿Qué es lo que hace al ser social distinto de la naturaleza?, ¿por qué el trabajo es una mediación entre ellos? Y finalmente ¿por qué el trabajo se convierte en trabajo alienado? Estos son los temas que abordaremos en este texto. Para comprender la relación entre la sociedad y la naturaleza debemos, inicialmente caracterizarlos. La naturaleza está compuesta por el ser inorgánico (mundo mineral) y por el ser orgánico (animales y plantas). Así como las plantas se alimentan del reino mineral, y los animales se alimentan de las plantas y de los minerales- los hombres solamente pueden existir en relación con la naturaleza: comenzando por el hecho de que sin la reproducción biológica de los individuos no hay sociedad posible. Esto es de gran importancia: por más desarrollada que sea la sociedad, ella siempre tendrá una base natural. Sin la transformación de la naturaleza por los hombres- y sin la reproducción biológica- no hay historia humana. No obstante, el ser social es distinto del mundo natural porque, en la esfera de la vida la evolución se hace por la desaparición (extinción) y el surgimiento de nuevas especies de plantas y animales, la historia humana es el surgimiento, desarrollo y desaparición de relaciones sociales. Es esto lo que va a distinguir el mundo de los hombres de la naturaleza: la historia humana es el desarrollo de las sociedades más simples a las formaciones sociales cada vez mas complejas y desarrolladas. Desde las bandas y tribus más primitivas, hasta la moderna sociedad capitalista, lo que verdaderamente se alteró son las relaciones sociales y no el animal biológico homosapiens. ¿Por qué el ser social es tan diferente de la naturaleza, aunque no pueda reproducirse sin ella? Para responder a esta cuestión vamos a examinar un hecho común de la vida cotidiana de todos nosotros. Imaginemos que alguien tiene la necesidad de romper un coco. Por lo tanto, hay varias alternativas posibles: puede tirar el coco al piso, puede construir un hacha, puede abrir el coco con los dientes, puede quemar la corteza del coco, etc. Para optar entre las alternativas, se debe imaginar el resultado de cada una- o, en otras palabras, anticipar en la conciencia el resultado probable de las alternativas. Esta anticipación en la conciencia del resultado probable de cada alternativa, posibilita a las personas aquella que valoran como la mejor. Vamos a imaginar que la alternativa elegida para quebrar el coco sea la de construir un hacha. Al construir el hacha, el individuo transformó la naturaleza: el hacha era algo que no existía antes. Veamos lo que de hecho ocurrió: 1) hay una necesidad: quebrar el coco; 2) hay diversas alternativas posibles para atender esta necesidad (tirar el coco al suelo, construir el hacha, etc.); 3) el individuo proyecta, en su conciencia, el resultado de cada una de las alternativas, las valora y escoge aquella que juzga mas conveniente para atender la necesidad; 4) escogida la alternativa, el individuo actúa objetivamente, esto es, transforma la naturaleza y construye algo nuevo. Este movimiento de transformar la naturaleza a partir de una previa ideación es denominado por Lukács, después de Marx, como trabajo. El resultado del proceso de trabajo es, siempre, alguna transformación de la realidad. Toda objetivación, produce una nueva situación, por lo tanto la realidad ya no es la misma (en algún término ella fue transformada), como también el individuo ya no es más el mismo, pues él aprendió algo al hacer aquel hacha. Cuando el vaya a hacer el próximo hacha, el sabrá utilizar la experiencia y la habilidad adquiridas en la construcción del hacha anterior. El podrá también incorporar al nuevo hacha la experiencia del uso del antiguo hacha (por ejemplo, el mango hecho con una madera es peor que el hecho con aquella otra, esta piedra mejor que aquella otra, etc.) Esto significa que al construir el mundo objetivo el individuo también se construye. Al transformar la naturaleza, los hombres también se transforman – pues adquieren siempre nuevos conocimientos y habilidades. Esta nueva situación (objetiva y subjetiva, bien entendido) hace que surjan nuevas necesidades (un hacha diferente, por ejemplo) y nuevas posibilidades para atenderlas (el individuo posee conocimientos y habilidades que no poseía anteriormente y, además de eso, posee un hacha para auxiliarlo en la construcción del próximo hacha). Estas nuevas necesidades y nuevas posibilidades impulsan al individuo a nuevas previas ideaciones, a nuevos proyectos y, en seguida, a nuevas objetivaciones. Estas, a su vez, darán origen a nuevas situaciones que harán surgir nuevas necesidades y posibilidades de objetivación y de ahí en adelante. Tres aspectos de este proceso son decisivos para la comprensión de lo que es el mundo de los hombres: 1) El hacha es un objeto construido por el hombre y apenas podría existir a través del trabajo. La naturaleza puede producir maíz, pero no puede construir hachas. 2) No obstante, el hacha es una transformación de un elemento de la naturaleza. La madera y la piedra del hacha continúan siendo un elemento de la naturaleza. Si desarmamos el hacha, la piedra y la madera continúan siendo piedra y madera. El hacha es la piedra y la madera organizadas según una determinada forma, y esta forma solo puede existir como resultado del trabajo. El trabajo, por la tanto, no implica la sustitución de la naturaleza, pero sí su transformación en el sentido deseado por los hombres. 3) La previa ideación es siempre una respuesta, entre otras posibles, a una necesidad concreta. Por lo tanto, ella posee un fundamento material último que no puede ser ignorado: ninguna previa ideación brota de la nada, ella es siempre una respuesta a determinada necesidad que surge en una situación determinada. Determinada siempre por la historia humana. Como todo trabajo, origina una nueva situación, la historia jamás se repite. Y, por fin, algo de mayor importancia: el hombre, al transformar la naturaleza, también se transforma. Cuando los hombres construyen la realidad objetiva, ellos también se construyen como individuos. Al hacer el hacha, el individuo también se desarrolla, adquirió conocimientos y habilidades que antes no poseía. Conceptos claves: Previa ideación o teleología: la construcción en la conciencia, del resultado probable de una determinada acción. Objetivación: la transformación de lo que fue previamente ideado en un objeto perteneciente a la realidad externa al sujeto. Transformación de la realidad en sentido de la previa ideación. Trabajo: proceso compuesto por la previa ideación y por la objetivación. Resulta, siempre, en la transformación de la realidad y al mismo tiempo, del individuo y la sociedad involucrados. Cuestiones para la reflexión: ¿Qué distingue la historia humana de la historia de la naturaleza? ¿Qué es la previa ideación o la teleología? ¿Qué es el trabajo? ¿Por qué el trabajo produce siempre nuevas posibilidades y necesidades? El hombre al construir un objeto también se construye ¿por qué? La reproducción social Ya vimos que la construcción del hacha crea una nueva situación. Ella modifica la realidad, produciendo un nuevo objeto y, también modifica al individuo, dotándolo de nuevos conocimientos y habilidades. Examinemos más de cerca este complejo proceso. Cuando el individuo allá en la prehistoria, decidió hacer un hacha, el tenía un objetivo muy determinado: abrir el coco. Al descubrir el hacha el dio un paso importantísimo en el desarrollo de las fuerzas productivas y este desarrollo millones de años después, posibilitó a los hombres la construcción de naves espaciales y viajes interplanetarios. Al hacer el hacha, aquel hombre primitivo estaba haciendo algo mucho mayor: estaba dando un paso decisivo en el desarrollo de las capacidades humanas en transformar la naturaleza en los bienes materiales necesarios al desarrollo de la humanidad. De modo semejante, al decidir construir el hacha, el no podía saber anticipadamente los nuevos conocimientos y habilidades que adquiriría en el proceso. No obstente, estos nuevos conocimientos y habilidades, si bien son inmediatamente útiles para la construcción de hachas, terminan teniendo una utilidad mucho mayor. Por ejemplo, el descubrimiento de que las piedras negras son más duras que las piedras rojas, significa un conocimiento mayor del reino mineral y puede servir, en otras circunstancias, para construir una casa de piedra, o para un mayor conocimiento de la naturaleza en cuanto tal. Es así, que a lo largo de los siglos, los conocimientos y habilidades que van siendo adquiridos en el trabajo, terminan dando origen a los conocimientos científicos, artísticos, filosóficos, etc. mucho más sofisticados, complejos y bastante distantes de aquellos conocimientos más primitivos que están en sus orígenes. En pocas palabras: todo acto de trabajo, dirigido a responder a una necesidad concreta, históricamente determinada, termina por responder mucho más allá de ésta. Sus consecuencias objetivas y subjetivas, no se limitan a la producción del objeto inmediato, sino que se extienden por toda la historia de la humanidad. Es de este modo que, en las tribus primitivas, los actos aislados de recolección de alimentos terminaron por dar origen a las sofisticadas técnicas de caza y pesca colectivas, que involucran una organización y coordinación, mucho más desarrollada que los actos de cada individuo. Con el surgimiento de la agricultura se genera la posibilidad, por primera vez en la historia, de que un individuo produzca más de lo que necesita para su supervivencia (producción de excedente), se vuelve lucrativa la explotación del hombre por el hombre. El trabajo ahora, ya no será realizado por todos los miembros de la sociedad, pero tendrá una clase social (la primera de ellas fue la de señores y esclavos) que explotará el trabajo de la clase trabajadora (la primera de ellas fue la de los esclavos) Sobre esta cuestión volveremos, al tratar la relación entre trabajo y alienación. Ahora lo importante es que, en estas nuevas condiciones históricas, para que el trabajo pueda realizarse, es necesario un ejército que obligue a los esclavos a trabajar, un Estado que forme y mantenga a ese ejército, una ideología que justifique la explotación de los esclavos; en fin, para que el trabajo pueda realizarse es necesario una serie de complejos sociales, que se relacionan con el trabajo de un modo muy indirecto. Es así, que a lo largo de la historia de los hombres, el proceso reproductivo de las sociedades se hace complejiza a medida que ocurre el desarrollo de las fuerzas productivas. Si en el estadio más primitivo, el trabajo que convierte la naturaleza en los bienes necesarios a la reproducción social era realizado por todos de forma bastante directa; en las sociedades más desarrolladas esta situación se transforma radicalmente. Es así que en las sociedades divididas en clases (esto es, en aquellas en que una clase social explota el trabajo de otra) el trabajo apenas puede realizarse si hay un poder que obliga a los individuos a producir y entregar el fruto de su trabajo a otra clase. En otras palabras, sin dejar de ser el complejo material a través del cual la sociedad se reproduce materialmente, el acto de trabajo pasa a ser también (pero no solamente) una relación de poder entre los hombres. Cuando esto ocurre es imprescindible una serie de complejos sociales que serán los portadores prácticos del poder de algunos individuos sobre otros. Es por eso que surgen, se desarrollan y se vuelven cada vez más importantes para la reproducción social, complejos como el Estado, la política, el derecho, etc. Si bien son decisivos para que la explotación del trabajo pueda realizarse, no por eso, estos complejos se confunden con el trabajo en cuanto tal. Ello fundamentalmente, porque en el trabajo tenemos siempre la relación de los hombres con la naturaleza, mientras que en el derecho, en la policía, en el Estado, etc. tenemos siempre la relación de los hombres entre sí. En el trabajo el objetivo es siempre transformar la realidad material; en estos otros complejos sociales el objetivo es promover una determinada organización de las relaciones sociales, una determinada organización de los hombres. Esto hace una enorme diferencia en la práctica concreta de cada uno, así como su relación con la totalidad de la reproducción social. En suma: todo acto de trabajo tiene consecuencias que no se limitan a su finalidad inmediata. El también posibilita el desarrollo de las capacidades humanas, de las fuerzas productivas, de las relaciones sociales, de modo que la sociedad se vuelve cada vez más desarrollada y compleja. Es este contradictorio y complejo proceso que, fundado en el trabajo termina dando origen a relaciones entre los hombres que ya no se limitan al trabajo en cuanto tal, que es denominado de reproducción social. En la esfera de la reproducción social, las nuevas necesidades y posibilidades generadas por el trabajo, van a dar origen a nuevas relaciones sociales que se organizan sobre la forma de complejos sociales. El derecho, el Estado, la ideología (con sus formas específicas, como la filosofía, el arte, la religión, la política, etc.) las costumbres, etc, etc., son complejos sociales que surgen para atender las nuevas necesidades y posibilidades, puestas por el trabajo, para el desarrollo de los hombres. Estos nuevos complejos sociales no se confunden con el trabajo, aunque con el se relacionen constantemente. Mientras el trabajo busca la transformación de la realidad para la producción de los bienes necesarios a la reproducción material de la sociedad, los otros complejos sociales buscan ordenar las relaciones entre los hombres. En esto ellos son radicalmente diferentes. Conceptos claves: Complejo social: conjunto de relaciones sociales que se distingue de otras relaciones por la función social que ejercen en el proceso reproductivo. Así, la función social del lenguaje (expresar lo nuevo producido constantemente por el trabajo, en la conciencia de los individuos como en la comunicación indispensable entre ellos) es distinta de la función social del Estado (instrumento especial de represión de la clase dominante dirigido a la realización de la explotación de la fuerza de trabajo de las clases dominadas) en este sentido preciso, el Estado es un complejo social distinto del lenguaje. Cuestiones para la reflexión: ¿Qué es la reproducción social? ¿Qué distingue al trabajo de la reproducción social? ¿Qué es lo que articula trabajo y reproducción social? Trabajo y totalidad social Podemos percibir ahora, en que medida los hombres se distinguen de la naturaleza. Al contrario de ésta, la historia de los hombres es la historia del origen y desarrollo de las formas de organización social. Estas formas surgen y se desarrollan porque todo acto de trabajo produce mucho más que el objeto que resulta inmediatamente de él. Produce en el plano objetivo, una nueva situación histórica, y en el plano subjetivo, nuevos conocimientos y habilidades que se vuelven cada vez más socializadas con el paso del tiempo. Con esto se desarrolla la capacidad humana de transformar la realidad (se desarrollan las fuerzas productivas, sus modos de organización social, la división de las nuevas tareas que van surgiendo se hace cada vez más sofisticada y compleja, etc.) la sociedad va dejando de ser aquella formación más simple del inicio de la historia humana para adquirir una forma cada vez más compleja, articulada y contradictoria. Pero no solo eso, también los individuos se van desarrollando. Pues para vivir en situaciones sociales crecientemente más complejas, para vivir en una sociedad cada vez más sofisticada, contradictoria y desarrollada, los individuos tienen que ser cada vez más desarrollados. Ellos deben poseer conocimientos, habilidades, sensibilidades, etc. que no necesitaban antes. Por ejemplo, hace pocos siglos, saber leer y escribir era un lujo de las clases dominantes, hoy es una necesidad para cualquiera de nosotros. Antes saber contar hasta diez era suficiente para vivir bien, hoy quien no sepa contar hasta millones (por lo menos) no sabrá vivir en nuestra sociedad, y así en adelante. Por lo tanto, es en el trabajo que los hombres se construyen como un ser diferente de la naturaleza. Pero a través del trabajo, no solo producen los bienes necesarios para su supervivencia, sino que producen al mismo tiempo, las nuevas necesidades y posibilidades, y las nuevas habilidades y conocimientos de los individuos, que posibilitarán a la historia caminar en dirección a la construcción de sociedades cada vez más complejas. No obstante, la sociedad de ningún modo se reduce al trabajo. Pues las propias nuevas necesidades producidas por el trabajo dan origen a complejos sociales, que ya no hacen parte del trabajo en cuanto tal. Un ejemplo de esto, son las clases sociales. Ellas se desarrollan a partir de las posibilidades de explotación del hombre por el hombre dadas por el desarrollo de las fuerzas productivas (desarrollo que es generado, como vimos, por los nuevos conocimientos, habilidades, necesidades y posibilidades generadas en el propio trabajo) Pero la lucha de clases es algo mucho más amplio que el trabajo, aunque ocurra también en esta esfera. La lucha de clases posee un componente político, ideológico, cultural, posee formas de lucha social (barricadas, huelgas, manifestaciones públicas, revoluciones, etc.) que de ningún modo pueden ser reducidas al trabajo. El conjunto total de las relaciones y complejos sociales que componen las sociedades en cada momento histórico, es denominado como totalidad social. Conceptos claves: Totalidad social: el conjunto de todas las relaciones sociales que sintetizan un determinada formación social. Ella es siempre expresión del desarrollo histórico pasado, de la realización de algunas de las potencialidades y posibilidades del pasado en el presente y también, campo de posibilidades y desafíos para el desarrollo futuro. Cuestiones para la reflexión: ¿Cuál es la relación entre trabajo y totalidad social? ¿Por qué el trabajo funda al ser social pero la sociedad nunca se reduce al trabajo? Trabajo y alienación El desarrollo del mundo de los hombres, fundado por el trabajo -con el inevitable aumento del conocimiento de los hombres de sí mismos y de la naturaleza- posibilitó, a través de un proceso histórico que no podremos profundizar aquí, el descubrimiento de la agricultura y de la ganadería. Con la agricultura y la ganadería, por primera vez en la historia, los hombres (individual y colectivamente) pasaron a producir más de lo que es necesario para su supervivencia. Antes no tenía sentido esclavizar a alguien, su producción era tan pequeña que apenas daba para la alimentación del propio individuo. Más ventajoso era transformarlo en comida y por eso, durante muchos años las sociedades primitivas conocieron la antropofagia. Con la producción de excedente (esto es, mayor de lo que es estrictamente necesario para la reproducción del individuo), pasa a ser más ventajoso transformar al prisionero (por ejemplo) en esclavo, que devorarlo. Claro que esta transformación implicaba un acto de fuerza sobre el prisionero: este solo trabajaría como esclavo sobre la presión directa de la violencia. A partir de este momento histórico, la sociedad estaba dividida entre dos clases: la que trabaja y produce la riqueza, que será apropiada por la otra clase. Con esto, surge el trabajo alienado, o sea, el trabajo cuya razón de ser no es más la necesidad del trabajador, sino el desarrollo de la riqueza de la clase dominante. Con la alienación del trabajo, la reproducción social pasa a conocer una nueva categoría, que no conocía anteriormente (por lo menos, no en esta forma más desarrollada). El hombre pasa a desdoblar relaciones sociales de explotación, la vida social se basa cada vez más en la violencia que posibilita que una clase viva del trabajo (y de la miseria, por lo tanto) de otra; en suma, los hombres pasan a producir su propia deshumanidad. La alienación no es nada más que esto: la deshumanidad socialmente producida por los propios hombres. Hagamos una pausa para sacar algunas importantes conclusiones. Vimos como, por la mediación del trabajo, los hombres al transformar la naturaleza se transforman también a sí mismos, dando origen a un complejo proceso de desarrollo de las capacidades humanas. Los hombres (tanto los individuos como las sociedades) aumentan la capacidad de producir los bienes materiales para su supervivencia, utilizando un tiempo de trabajo cada vez menor para esta finalidad. Es lo que de forma más genérica se denomina desarrollo de las fuerzas productivas. Estas, en su concepto más amplio, son compuestas por todas las potencias humanas empleadas en la producción de los bienes indispensables a la reproducción de una determinada sociedad (desde las técnicas, herramientas, división social del trabajo, hasta los conocimientos, ciencia, ideología, derecho, etc. Que eventualmente sean parte del proceso productivo-material). Este es el aspecto “positivo”, por decir de alguna manera, del desarrollo social. Hay un segundo y “negativo” aspecto. El desarrollo de las fuerzas productivas amplia la capacidad de los hombres de producir deshumanidades. En el límite y para citar un caso extremo (aunque no por eso menos real) el mismo desarrollo de las fuerzas productivas que posibilitó la eliminación de la viruela de la faz de la tierra – o la construcción de naves espaciales – también posibilitó que la humanidad construyese bombas atómicas y con ellas la posibilidad inédita en la historia, de la auto- destrucción deliberada y planeada de la humanidad. En resumen, el desarrollo de las fuerzas productivas posee un aspecto “positivo” y uno “negativo”. El “positivo” es aquel que posibilita el desarrollo humano, tanto de los individuos como de las sociedades, hacia nuevos niveles. Lo negativo es lo que potencializa la capacidad del hombre de producir deshumanidades que pueden ser cada vez mas intensas y englobar de forma cada vez más completa las relaciones sociales. Este aspecto “negativo” compone el complejo social denominado de alienación. Conceptos claves: 1) Fuerzas Productivas: todas las relaciones sociales que entran en el proceso de reproducción material de la sociedad. Incluyen, no solamente la dimensión inmediatamente técnica, los elementos materiales de la producción (herramientas, fábricas, etc.) sino también la división social del trabajo y los elementos de ideología, política, derecho, costumbres, etc. 2) Alienación: proceso social por el cual la humanidad, en su proceso de reproducción, produce su propia deshumanidad, su propia negación, como ser humano. Es la construcción social de deshumanidades por los propios hombres. Este concepto es objeto de alguna confusión, también, porque en Brasil es denominado de varias maneras. Algunos autores, Ricardo Antunes, por ejemplo, prefieren el término extrañamiento para designar lo que aquí denominamos alienación. José Paulo Netto prefiere el término alienación en vez de extrañamiento. Lo importante, es que el lector tenga en mente que ambos se están refiriendo al mismo fenómeno social, ya que están traduciendo de diferente forma Entfremdung utilizado por Marx y Lukács para designar la producción por los hombres de su propia deshumanidad. Cuestiones para la reflexión: 1) ¿Qué son las fuerzas productivas? 2) ¿Cuáles son las dos tendencias que predominan en el desarrollo de las fuerzas productivas en dirección a las formas cada vez más elevadas de las sociedades? 3) ¿Qué es la alienación? 4) ¿Que caracteriza al trabajo alienado? Trabajo asalariado o trabajo alienado por el capital Con el desarrollo de las relaciones de explotación del hombre por el hombre, también el trabajo se transforma. Esta transformación no ocurre solamente porque se altera la división del trabajo, el desarrollo de las técnicas y métodos de organización de la producción, de los conocimientos y adiestramiento de los trabajadores. Claro que todo eso tiene un papel importante en el surgimiento y desarrollo de las formas nuevas de trabajo. No obstante, la transformación mas importante del trabajo como tal es que, en la sociedad cuya reproducción se basa en la explotación del hombre por el hombre, el deja de ser la expresión de las necesidades del trabajador para expresar las necesidades de acumulación de la riqueza de la clase dominante. Este proceso alcanza su apogeo con la sociedad del capital. Esta transformación del trabajo provoca una ruptura en su propio interior. Antes, el trabajo expresaba la previa ideación del trabajador. Ahora, el trabajador ejecuta las ordenes (previas ideaciones) de su patrón. El acto de trabajo deja de ser algo que, del principio al fin, expresaba una determinada necesidad (por ejemplo, quebrar el coco) una determinada opción (por ejemplo, construir el hacha, para quebrar el coco) de un individuo determinado, - para ser la expresión de una opción hecha por un individuo es llevada a la práctica por otro, con la finalidad de dar lucro al patrón que no trabajó. El trabajador que ejecuta la orden del capitalista lo hace como resultado de una coacción: la única forma del trabajador de sobrevivir sobre el capital es vender su fuerza de trabajo, a cambio de un salario al burgués. El trabajo asalariado, por lo tanto, no puede dejar de ser un trabajo alienado, independiente del valor del salario. El implica en la sumisión forzada del trabajador las necesidades de reproducción ampliada del capital. Como las necesidades de ampliación del capital requieren que el trabajo sea cada vez más explotado, no es posible que una sociedad pautada por la relación capital- trabajo asalariado se transforme en una sociedad no alienada- a no ser, claro, que supere al propio capital. En otras palabras, todo acto de trabajo en las sociadades dominadas por el capital es mediado por la contradicción entre las clases burguesa y proletaria. Pues ahora, hay dos momentos distintos del trabajo que son ejercidos por individuos diferentes, y que pertenecen a distintas clases sociales: al trabajar, el trabajador deja de lado sus necesidades como persona humana y se convierte en instrumento para la ejecución de las necesidades de otros. El ingresa en el proceso productivo como cosa, como mera energía mecánica a ser gastada en el proceso productivo: como mera fuerza de trabajo. Sus necesidades humanas son completamente desconsideradas. Es así que el trabajo se convierte en trabajo asalariado/ alienado por el capital. En resúmen, en las socidedades de clase general, en especial en el sistema del capital, el trabajo se convierte en un proceso en el cual el desarrollo de las fuerzas productivas implica también (por lo tanto, no solo) la producción de la riqueza de la clase dominante y de la miseria de los trabajadores. Veamos ahora otro aspecto de esa relación alienada entre el capital y el trabajo. El capital se caracteriza por ser una forma de propiedad privada en la cual la riqueza producida por el trabajo no es apropiada por los trabajadores, sino por los individuos de otra clase social. En esto el capital no es muy diferente de las propiedades esclavista y feudal. No obstante, a diferencia de estas últimas, el capital es una forma de propiedad privada que no puede dejar de expandirse. A diferencia de la propiedad feudal, o de la propiedad de esclavos, que podría permanecer por siglos sin alteraciones significativas, el capital es una forma de riqueza que solo puede existir si sirve para hacer “negocios” cada vez más lucrativos. Es lo que en el sentido común se expresa al decir “dinero atrae dinero”. De hecho el capital solo puede existir expandiéndose a través de nuevos negocios, en caso contrario el pierde rápidamente su valor. Esto hace que la nueva clase que surge como su propietaria, la burguesía, imponga al desarrollo social una gran novedad. La reproducción de la sociedad se dará ahora en sentido opuesto a lo que ocurría en el feudalismo. Su objetivo no será más reproducir lo que ya existía, sino desarrollar nuevos niveles a lo ya existente. Así partiendo de un pequeño comercio en el interior de Europa, la burguesía expande inecesariamente el comercio hasta que, con las Grandes Navegaciones en los siglos XV y XVI (con Pedro Älvares Cabral, Cristobal Colón, Fernando Magallanes y otros), ella hace surgir el mercado mundial. Con la acumulación de capital, que el comercio mundial posibilita, la burguesía termina realizando la revolución industrial (1776-1830) dando origen a la sociedad industrial que conocemos. No podemos detenernos en la historia de ese desarrollo histórico. Lo que es importante para nosotros aquí, es destacar, tal como el trabajo es alienado al capital al convertirse en trabajo asalariado, también la reproducción social pasa por un proceso de alienación al identificarse con la reproducción del capital. Por dos motivos. En primer lugar, porque el capital puede expandirse aumentando la explotación de los trabajadores, y por lo tanto, aumentando la miseria. En segundo lugar, como las necesidades de la reproducción ampliada del capital no se identifican con las necesidades humanas, cada vez más la sociedad deja de producir lo que las personas necesitan, para producir lo que da lucro. En vez de eliminar el hambre y la misería, gastamos trillones de dólares fabricando bombas atómicas y realizando guerras! Así la producción ampliada del capital es cada vez más la producción ampliada de las deshumanidades, de alienaciones del propio hombre. Conceptos claves: 1) Sociedad capitalista: aquella cuya reproducción social es dominada por la expansión del capital. Esta expansión se da tanto en sentido del volumen de la riqueza acumulada, como también en el sentido geográfico del término: el capital termina por volverse la forma básica de la relación social en todo el planeta con el surgimiento y desarrollo del mercado mundial. 2) Capital: una relación social que se caracteriza por la expropiación de la riqueza producida por los trabajadores dando origen a una forma de propiedad privada que se distingue de las otras formas anteriores por su necesidad intrínseca de expansión. Al capital le es imposible cualquier reproducción que no sea su reproducción ampliada. Cuestiones para la reflexión: 1) ¿Qué es lo que diferencia la reproducción de la sociedad capitalista de la reproducción de las sociedades feudal y esclavista? 2) ¿Qué es el capital? ¿Qué es el trabajo asalariado? 3) ¿Por qué la reproducción ampliada del capital se identifica hoy, con la producción creciente de deshumanidades por el propio hombre? Conclusión Los hombres, por lo tanto, se relacionan con la naturaleza a través del trabajo. No obstante, de forma diferente de lo que ocurre con los animales y las plantas, con los hombres la relación con la naturaleza a través del trabajo termina produciendo mucho más que la finalidad inmediata del trabajo. Al producir un hacha, el hombre también está produciendo posibilidades y necesidades que son mucho más amplias y ricas que el propio hacha. Para atender a estas nuevas necesidades a partir de las nuevas posibilidades la sociedad va desarrollando sus fuerzas productivas, sus capacidades, como sociedad, para atender las nuevas exigencias para su reproducción social. Al mismo tiempo este desarrollo social posibilita y requiere el desarrollo de los propios individuos como tales. Este desarrollo de los individuos es un momento del proceso mas global de desarrollo de la sociedad como un todo. Es así que, del trabajo, se desarrolla el rico proceso de reproducción social. Para atender las nuevas necesidades según las nuevas posibilidades, el desarrollo social origina complejos sociales nuevos, diferenciados, que no pueden ser más caracterizados como trabajo, aunque estén en su origen y se relacionen de algún modo con él. Es así que por el desarrollo de las fuerzas productivas, no solo tenemos el desarrollo del trabajo como tal. Como vimos, este desarrollo también conduce a las sociedades de clase, aquellas que se fundan en la explotación del hombre por el hombre. Estas sociedades, para reproducirse, exigen la presencia de inumerables complejos sociales, como el Estado, el derecho, la policía, el ejército, la burocracia, etc. Que tienen por función social imponer a los trabajadores el dominio de la clase dominante. Del mismo modo, las luchas de clase, por ejemplo, determinan en gran medida la forma que asume el trabajo alienado en cada época histórica y sin embargo no pueden ser caracterizadas como trabajo. La centralidad, del trabajo, tal como propone Marx, nada tiene que ver con estas concepciones. Para el autor de El Capital, el trabajo es la categoría que funda el desarrollo del mundo de los hombres como una esfera distinta de la naturaleza. Afirmar el trabajo como categoría fundante significa apenas y tan solo esto: el trabajo funda el mundo de los hombres. No obstante, la reproducción de este mundo, su historia, apenas es posible por la génesis y desarrollo de relaciones sociales que van más allá del trabajo en cuanto tal. Pues, como el trabajo no es solo la relación del hombre con la naturaleza, sino también la relación de los hombres entre sí, en el contexto de reproducción social, su desarrollo exige el desarrollo concomitante (aunque contradictorio) de las propias relaciones sociales. Estas a su vez, precisan de la mediación de complejos como la ideología, la filosofía, el arte, la educación, la sexualidad, la alimentación, el Estado, el Derecho, la policía, etc., para citar solo algunos. Es por eso que afirmar la centralidad del trabajo, para Marx, no significa desconsiderar la acción en la historia de otros complejos sociales. Por el contrario, solo siendo, en último análisis, fundados por el trabajo, es que los complejos sociales distintos del trabajo pueden interactuar con él, consustanciando el complejo proceso de desarrollo de los hombres que es la reproducción social. Es también por eso que los pensadores (y ellos no son pocos) que tienden a reducir el mundo de los hombres (o en sentido inverso, tienden a generalizar el trabajo hasta trasnformarlo en la única forma de praxis social) terminan por producir teorías que no reflejen lo que el ser social posee como característico, si es comparado con la naturaleza: ser un complejo en el cual la centralidad del trabajo se afirma por la creación, a lo largo de la historia, de complejos sociales que no se identifian más con el trabajo. Es por eso por ejemplo, que la libertad, es una categoría presente solo en el ser social, estando completamente ausente de la naturaleza. Solo por el desarrollo de las fuerzas productivas, fundado por el trabajo, podemos reducir el tiempo necesario a la reproducción material de la socidedad y, de este modo, abrir un espacio para un tiempo disponible a la libertad, en la cual efectuamos – no las necesidades de la reproducción material- sino nuestras auténticas necesidades como individuos plenamente sociales. Es este conjunto de características que hacen al ser social algo tan radicalmente distinto de la naturaleza. Referencias bibliográficas recomendadas: 1. Sobre la centralidad del trabajo: Marx, K. El Capital. Vol I. Tomo I, Cap V. En este texto tenemos la definición clásica de trabajo de la maduerz de Marx. (Hay varias ediciones dispoibles en Brasil, todas aceptables. Utilizo ocn alguna reserva, el texto publicado por Abril Cultural, S. Pablo, 1983) Marx, K. Manuscritos de 1844. Tenemos aquí las reflexiones también clásicas de las formulaciones del joven Marx al respecto del trabajo y del trabajo alienado. Hay una edición lamentable en portugués, que debe ser evitada, las ediciones del 70 de Portugal. Hay una buena traducción del tercer manuscrito en la colección Los Pensadores, de Abril Cultural. Lessa, S. A Ontologia de Lukács. Edufal, 1996. Una exposición introductoria de la Ontología de Lukács. Posee capítulos dedicados al trabajo y la reproducción social. Macedo, G. Serviço Social e a categoria Trabalho. Disertación de Maestría en Serviço Social, UFPE, 1999. Los dos primeros capítulos hacen una discusión muy rica acerca de la distinción entre los actos de trabajo y las otras relaciones sociales que componen la reproducción social. Texto simple, directo y bastante rico. Alcantara, N. La categoría de extrañamiento en Lukács. Disertación de la Maestría en Serviço Social , UFPB, 1998. Una discusión esclarecedora del fenómeno alienación, con una exploración muy precisa de los momentos de previa ideación y objetivación. Lukács, G. “O trabalho”, “A reprodução” y “A ideología” en Para uma Ontologia do Ser Social. Son los textos, ya traducidos al protugués, dos capítulos del mismo nombre de esta obra de Lukács. Son indicados para aquellos que quieren profundizar en el tema y pueden ser obtenidos, junto con bibliografía complementar, junto al Centro de Documentación Lukács de la Biblioteca Federal de Alagoas. 2. Sobre la relación trabajo y alienación Huberman, L. Historia da Riqueza do homen. Ed. Forense, Río de Janeiro. Obra en 22º edición en el país, es la mejor introducción histórica del pasaje de la sociedad feudal al capitalismo. Sus capítulos sobre la ex Unión soviética son el punto flaco del texto. Marx, K. Salario, precio y lucro. Tenemos varias ediciones en el país (Brasil), todas aceptables. Es el texto de una presentación hecha por Marx para sindicalistas ingleses. Si bien la discusión de los primeros párrafos se refiere directamente a cuestiones sindicales específicas de los oyentes, la evolución del texto nos remite al núcleo decisivo de la concepción marxiana de la relación entre trabajo y capital. Engels, F. El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado. Varias ediciones en portugués. La parte propiamente antropológica está superada por siglo y medio de investigaciones de este a su publicación. No obstante, sus tesis centrales acerca de la relación entre la génesis de la propiedad privada, de la familia patriarcal y del Estado fueron confirmadas in totum por estas mismas investigaciones. Un texto que todavía vale, y mucho, ser leído. Mészáros, I. O conceito de alienação en Marx. Ed. Zahar, 1980. Edición agotada hace varios años, este texto de Mészáros ya se transformó en un clásico en la discusión de la relación entre trabajo, reproducción social y alienación. Puede ser encontrado en las principales bibliotecas del país (Brasil) La traducción, no obstante, es lamentable, dejando fuera parráfos enteros del texto original.