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With Great Appreciation The Washington County Museum would like to thank the many people who helped in making this Bracero exhibition a success. The Washington County Extension Service office, Oregon State University Special Collections & Archives Research Center, Mr. Jose Jaime, Ms. Anna TevaraWeller, the Oregon Military Museum, Mr. Melvin Van Domelen, Mr. Walter McKinney, Mrs. Vlasta Barber, Sister Ina, Mr. Roberto de Anda, and Oregon Public Broadcasting. Americanos Todos El Acuerdo sobre los Braceros entre Estados Unidos y México fue un programa de trabajadores huéspedes temporales, durante la Segunda Guerra Mundial. Oficialmente era conocido como Programa de Emergencia Laboral en la Agricultura. El programa establecía un proceso de trabajo para que algunos mexicanos fueran contratados y transportados para labor agrícola en Estados Unidos, reemplazando a miles de trabajadores agrícolas americanos que estaban saliendo a la guerra. La palabra española “braceros” significa “personas de brazos fuertes” y estos braceros fueron aprovechados ampliamente en los campos de las costas suroeste y oeste de los Estados Unidos, pero relativamente poco se sabe sobre cómo el programa tuvo impacto en el Noroeste. Esta exhibición concentrará su atención en los años 1924-1947, el lapso de tiempo inicial del Programa Bracero en el Condado de Washington. En diciembre de 1941 los Estados Unidos entraron en la segunda guerra mundial como país miembro de la fuerza Aliada. Casi de la noche a la mañana, se dio una inmediata necesidad de que los hombres se unieran a las fuerzas armadas y fueran enviados a pelear. Cerca de casa, aquellos que no podían luchar, por una razón o por otra, incluidas las mujeres, se unieron a las industrias de producción que estaban surgiendo por toda la nación y que necesarias en tiempos de guerra. Esta movilización durante el tiempo de guerra tuvo efectos dramáticos en Oregon, y en todo el país. Por ejemplo, las empresas navieras como Kaiser Shipyards, ubicada en Vancouver, WA, y en Portland, en Swan Island que contrataron cerca de 160,000 personas en operaciones directas y relacionadas en su tiempo pico. Estas oportunidades ofrecían mejor salario que el del trabajo agrícola, y por eso los equipos que contrataban eran conocidos por visitar las escuelas de los condados con la esperanza de reclutar trabajadores, y así frustrando a los rancheros locales. La fuerza de trabajo rural encargada de plantar y cosechar fue disminuyendo a tal grado que se llegó a temer que se diera un recorte de trabajo, con la posibilidad de una amenaza a la producción agrícola del país. “El problema más serio que enfrentaron los rancheros del área fue la escasez de trabajo agrícola competente”. 1942-1943 Reporte anual del Servicio de Extensión para el Condado de Washington. Los Estados Unidos no sólo necesitaban alimentar a la gente en este país, sino que ahora necesitaban alimentar también, en todo lo posible, al ejército de Aliados. Con sus campos de labranza convertidos en campos de batalla, los Aliados en Europa no podían producir suficiente comida para mantener a los ejércitos ya en lucha, y menos a las fuerzas americanas que pronto estarían en camino. La amenaza de escasez de fuerza de trabajo en los campos fue tan suficientemente seria que el gobierno de los Estados unidos se movilizó para evitar cualquier interrupción en la producción. Se iniciaron pláticas con el gobierno mexicano, incluyendo una reunión entre el Presidente Franklin Roosevelt y el Presidente mexicano Manuel Ávila Camacho, sobre la posibilidad de crear un acuerdo de traer trabajadores temporales mexicanos a los Estados Unidos para compensar la gran falta de trabajadores. En las primeras etapas de la guerra, los poderes de Axis habían buscado la forma de crear una alianza con el gobierno de México y enfrentarlo contra los Estados Unidos. Si esto hubiera sucedido, los Estados Unidos hubieran tenido que enfrentar la guerra tanto en Europa como en su propia tierra. En esa época México no tenía un ejército significativo, pero sí tenía aceite y otros recursos naturales. A pesar de los esfuerzos de Axis, en el mes de junio de 1942, México declaró la guerra contra Alemania, después de que dos buques tanques de aceite mexicanos habían sido hundidos por submarinos alemanes cerca de la costa de Florida que se encontraban en camino para entregar el aceite en los puertos de Estados Unidos. Como uno de los únicos países en América Latina en ponerse al lado de los Aliados y en proporcionar soldados, México era vitalmente importante para los Estados Unidos. En agosto de 1942, el Programa Bracero fue firmado por los representantes de ambos países, creando así un acuerdo bilateral en el que México proporcionaría temporalmente, trabajadores del campo temporales a los Estados Unidos mientras durara la guerra. Entre 1917 y 1921, durante la primera guerra mundial, se aprovechó un programa de trabajadores del campo temporales, semejante pero de carácter menos oficial. Se importó fuerza de trabajo mexicana a los Estados Unidos para el mismo fin de mantener a flote la producción industrial y agrícola. A pesar de que, tal vez, esto se vio como algo exitoso, según la perspectiva de los Estados Unidos, este período también se conoció como un tiempo de una enorme explotación y abuso de los trabajadores mexicanos. Aprovechando esta experiencia como punto inicial del Acuerdo Bracero de 1942, el gobierno mexicano instituyó un marco oficial de procedimientos y contratos que fueron diseñados para proteger los derechos de los trabajadores. Como parte del acuerdo de 1942, se exigió información muy específica antes de la contratación y del transporte de los trabajadores hacia el norte. Esto incluyó cláusulas tales como la asignación al trabajo agrícola únicamente, el transporte de los trabajadores, el establecimiento de los salarios antes de iniciar, las condiciones de vida en los campamentos, el cuidado de la salud, la supervisión gubernamental para proteger los derechos de los trabajadores y asegurarles la satisfacción de todas sus necesidades. Antes de que un bracero pudiera salir del centro de contratación en México, cada uno tenía un contrato individual, escrito en español, para ser firmado y autorizado por ambas partes. A cada trabajador se le hacía un examen físico completo para garantizar que todos estuvieran en condiciones de enfrentar el duro trabajo manual del campo agrícola. Finalmente, una vez que terminara la temporada de cultivo, ordinariamente en septiembre, los trabajadores estarían obligados a regresar a México. Si se faltaba a esta condición se procedería a arrestar, deportar y remover de la lista de participación futura en el programa al que no cumpliera con lo estipulado. A finales de 1943, sin embargo, los rancheros del Condado de Washington empezaron a solicitar prórrogas para que los braceros permanecieran un tiempo mayor después de la cosecha. Por 1944, los braceros ya se empezaban a quedar durante todo el año. En el fondo, el programa bracero constituía una muy buena solución tanto para los trabajadores mexicanos como para los rancheros americanos de ese tiempo. Sin duda, era esencial para el éxito de los Estados Unidos en la guerra. Al otro lado de la frontera, el clima político de México había sido alterado por muchos años y la situación económica para la población era muy difícil. Una oportunidad de trabajar en los Estados Unidos, aunque fuera por algunos meses, acarreaba la posibilidad de hacer suficiente dinero para una vida mejor de una persona o de toda una familia. Para los rancheros de Estados Unidos, el trabajo adicional proporcionado por el Programa Bracero garantizó que sus cosechas serían levantadas y que tendrían un efecto inesperado de ganancias. Según un reporte de parte del Programa de Emergencia del Trabajo Rural (de mayo 1943 a diciembre 1943), “en 1943, los rancheros de Oregon produjeron y cosecharon la mayor cantidad de productos de alimento en toda la historia del Estado.” Abundando aún más, el reporte señala varios factores más decisivos para llegar a este logro, incluyendo, “la utilización de nacionales mexicanos (como se refería entonces a los braceros con documentos oficiales), desde principios de junio hasta todo el resto del año, proporcionó la mayor contribución específica a la producción y levantamiento de cosechas de Oregon en 1934 realizada por un grupo en especial. Estos hombres aportaron casi 300,000 días de trabajo a la agricultura en este Estado, y en las áreas en las cuales ellos trabajaron, pues rescataron de 10 a 30 por ciento de las cosechas en cuestión. El mayor número de personas empleadas en el Estado en algún momento llegaron a ser 3,750.” Dentro del mismo reporte, una carta del Supervisor del Estado (octubre de 1943) discute un considerable número de solicitudes de 14 condados de Oregon para que nacionales mexicanos fueran contratados para permanecer en el Estado para un trabajo adicional durante el tiempo de invierno. Esto indica que, a nivel local, los rancheros confiaban en el trabajo que realizaban los braceros y querían mantener el programa durante todo el año. En los campos Una vez que los braceros llegaron al Condado de Washington, fueron alojados en uno de cuatro locales conocidos. Estaban los dos campamentos adyacentes a los campos de la Feria Del Condado de Washington, lo que ahora es el Parque Shute en Hillsboro. Uno era el edificio estilo dormitorio, prestado por la organizaciones llamadas en inglés “futuros agricultores de América” o Future Farmers of América (FFA) y 4-H. Por mucho tiempo residente del condado, Melvin Van Domelen, que era miembro de la organización FFA y, en esa época tenía de 11 a 12 años de edad, recuerda que los edificios estaban ubicados exactamente cerca de las otras áreas de la feria, de tal manera que él y otros niños se colaban para convivir con los trabajadores mexicanos. Recuerda que los trabajadores eran hombres maduros y eran muy amigables y paternales con los niños. Los mexicanos tocaban guitarra, cantaban canciones, y les daban galletas. Otro joven residente de esa época, Walter McKinney, también recuerda a los mexicanos alojados en el Parque Shute. Antes de irse a la guerra él mismo, Walter trabajó en los campos, en su mayoría en un campo donde cultivaban chícharos. Recuerda haber conocido a muchos trabajadores mexicanos en los campos y haber tenido gusto en haber tenido esa oportunidad. En los días libres, Walter platica que él y otros trabajadores iban a los campos de Hillsboro y paseaban con algunos braceros en el Parque Shute. Walter recuerda haber caminado en el centro de Hillsboro junto con ellos para comprar una Coca Cola con algunos de los hombres. El segundo campo en el Parque Shute estaba en la orilla sureste del parque, donde la Carretera 8 dobla hoy hacia el norte en la entrada de Hillsboro. Este campo estaba formado por numerosas cabinas que alojaban a un grupo mucho más grande que el edificio dormitorio de la organización FFA/AH. Un tercer campo de braceros se localizaba en la Escuela Secundaria de Hillsboro. Muy poco se conoce sobre este campo, excepto que se clasificaba como “privado” en un reporte del Servicio de Extensión. Esta designación se explica tal vez porque era administrada por los rancheros y por los comités patrocinadores con la ayuda del personal de Extensión del Condado. Tal arreglo indicaría que los braceros eran evaluados y necesitados en la medida en que los intereses locales tuvieran que entrar cuando los programas oficiales no estaban proporcionando la fuerza necesaria de trabajo. Es posible también que, una vez que el alojamiento de trabajadores en el Parque Shute ya estuviera lleno, los socios locales buscaran sencillamente otras localidades e hicieran los arreglos ellos mismos. Es significativo recordar que las cláusulas del contrato de braceros exigían muchas garantías que tenían que cumplirse como para contratar trabajadores. En esas situaciones, se necesitaba un gran compromiso por parte de la comunidad local y evidentemente se cumplió. Mucho menos se sabe del cuarto campamento del Condado de Washington. Localizado en North Plains, había sido usado previamente por trabajadores migrantes blancos, antes de la Segunda Guerra Mundial. El campamento, llamado “Campamento Móvil”, estaba construido con casas de campaña armadas sobre pisos de madera que podían ser desarmadas cuando los campamentos dejaran de usarse o necesitaran ser trasladados. Conforme pasó el tiempo, los rancheros empezaron a albergar en esos campamentos a los braceros. Si un rancho podía cumplir con los requisitos del contrato, se le permitía hospedar la fuerza de trabajo allí mismo. Tal arreglo era especialmente útil para los rancheros pues no necesitaban ya transportar a los trabajadores ida y vuelta al campamento del pueblo cada día, invirtiendo en ello tiempo y gasolina. Esta práctica se extendió más cada año del programa conforme los rancheros empezaron a contratar a los braceros para permanecer durante todo el año en sus ranchos. Una vez más, esto indica que el programa y los braceros eran valorados por su trabajo y por su capacidad. Sin embargo, esto iría creando la posibilidad de ir removiendo a los trabajadores de las frecuentes inspecciones que hacían los reguladores federales. Lo que se Cosechaba Había una gran abundancia de cosechas levantadas en el Condado de Washington durante el inicio de la década de los 40. Una vez que los Estados Unidos entraron a la guerra, el Gobierno de los Estados Unidos ejerció una gran influencia en lo que se cultivara en todo el país. Se le daba más consideración a los tipos de alimentos que podían ser congelados, a lo que podía ser puesto en conservas, y a lo que podía ser trasladado a grandes distancias. La producción estrictamente se enfocaba en menos cosechas cultivadas en mayores extensiones de tierra. En el Condado de Washington, los braceros trabajaron en una gran variedad de áreas, tales como los cultivos de cebolla, de linaza, de ciruelas, de frijol, de lúpulo, de pastizales, de papas, de avellanas y de duraznos. Aunque oficialmente estaba prohibido, está documentado que algunos de ellos manejaban maquinaria pesada, como máquinas cosechadoras, tractores y separadoras de semillas. Durante los años de la guerra, las granjas del Condado de Washington y de Oregon en general, recibieron entradas económicas mayores que en cualquier otro tiempo anterior. Un importante resultado de esto fue que los rancheros del condado se colocaron en una mejor posición económica como para empezar a invertir en nuevas tecnologías y asumir préstamos en beneficio de sus tierras. En una carta dirigida a los braceros que trabajaban en Oregon, con fecha de 1943, el Gobernador Sprague, agradecía a los braceros por sus esfuerzos por salvar las cosechas de ese año. Como prueba de su importancia, los braceros merecen una buena dosis de reconocimiento por la prosperidad del Condado de Washington en aquellos años de guerra. Conclusión El Programa Bracero funcionó en el Condado de Washington de 1942 a 1946. El programa no tuvo un significativo impacto en el Noroeste sino hasta el año 1943, pero entonces aumentó el número de braceros contratados cada año siguiente. En 1944, dos cientos cuarenta y ocho “nacionales mexicanos” trabajaron lo equivalente a 22,500 días-hombre. En 1945, dos cientos treinta y siete hombres trabajaron 21,000 días-hombre en ranchos del condado. En 1945, los braceros eran la más grande fuerza de trabajo, con 3,807 empleos. Como indicador de la popularidad del programa, ciento ochenta y seis diferentes ranchos en la asociación del Servicio de Extensión aprovecharon a los braceros entre 1944 y 1945. Ya para entonces en 1945, la guerra terminó. El Acuerdo de 1942 entre los gobiernos de México y de Estados Unidos limitaba el Programa Bracero a los años de la guerra y no después. Esto parece ser el caso para el Condado de Washington, por lo menos oficialmente. El reporte de finales de año de 1946 de la Oficina de Extensión del Condado afirmaba que “ningún trabajador mexicano permanece en el condado al principio de 1946.” Hay muchos indicadores, sin embargo, de que esto no fue el final del trabajo migrante mexicano en el Condado de Washington de la posguerra. En otras latitudes del país, el Programa Bracero se modificó y prolongó varias veces, terminando finalmente en 1964. Nacionalmente, más de 4 millones de trabajadores agrícolas mexicanos (así como de otros países latinoamericanos) llegaron a Estados Unidos como parte del Programa Bracero. Durante la Segunda Guerra Mundial, el pueblo de México y el de los Estados Unidos hicieron causa común de apoyo, proporcionando cada uno lo que era esencial para el éxito del otro. En una visión amplia, la historia del Programa de Emergencia de Trabajo Agrícola tiene sus aciertos y sus fallas. Existe todavía una controversia viva con respecto a un programa de ahorros que se estipuló en el contrato bracero, habiendo aportado los trabajadores 10% de cada cheque de salario como una especie de fondo de seguridad social. Se hicieron las deducciones, pero el dinero nunca se materializó en beneficio de los braceros al final de la guerra. El legado del programa influenciaría después la política social y agrícola y, en última instancia, cambiaría el futuro de los trabajadores agrícolas en este país para siempre. Perspectiva histórica Antes de la Segunda Guerra Mundial Durante la Primera Guerra Mundial una buena proporción de los proyectos industriales americanos utilizaron fuerza de trabajo proveniente de toda América Latina. De 1917 a 1921, se dio un reclutamiento activo en México de trabajadores para viajar a Estados Unidos como trabajadores de las vías del tren y en la agricultura. La industria ferrocarrilera en particular utilizó esta fuerza laboral con gran beneficio. Inmediatamente después de la Primera Guerra Mundial, el público americano comenzó a exigir un control más estricto de la frontera sur de los Estados Unidos. No mucho tiempo después, durante la Gran Depresión, se dio otro impulso en los Estados Unidos para empezar la deportación de inmigrantes latinoamericanos, conocida como la Repatriación Mexicana (1929-1939). El gobierno de los Estados Unidos comenzó a implementar leyes de inmigración y a deportar grandes cantidades de trabajadores mexicanos, siendo algunos ciudadanos legales de Estados Unidos, llegando finalmente a ser como unas 500,000 personas las expulsadas de Estados Unidos. Esto continuó hasta que los Estados Unidos declararon la guerra y se unieron a los aliados de la Segunda Guerra Mundial. En un viraje irónico de la historia, este flujo de deportaciones no solamente fue detenido, sino, de hecho revertido con el Programa Bracero.