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TOMO 4 - Capítulo 10: La Grecia clásica Atenas y su esplendor El funcionamiento del... El embellecimiento de Atenas La acrópolis de Atenas Vida Cotidiana Actividades profesionales Atenas y su esplendor Atenas dominó el mundo griego en la segunda mitad del siglo V a. C. Así, durante este período la culminación de su larga y fascinante historia llegó bajo el arcontado de Pericles, denominado “Siglo de Pericles”, cuando sus valores y su civilización se extendieron más allá de los límites geográficos de la ciudad y se hicieron universales. Por lo demás, Pericles proclamaba que su patria era la “escuela de Grecia”. A fin de cuentas, tal pujanza se basó en la formación, bastante pragmática, de un verdadero imperio, que comenzó a perfilarse al final de las Guerras Médicas, y que permitió al régimen democrático elaborado por Clístenes expandirse y hallar su expresión en el brillo artístico e intelectual de la Ciudad. Así las cosas, la tímida política de Esparta y el descontento suscitado por los errores de su regente Pausanias, a la vez que el fulgor de la victoria de Salamina y el genio político de los estrategos atenienses Temístocles y Arístides facilitaron la paulatina preeminencia de Atenas. Por ello, en el 478, un cierto número de poleis, reunidas en Delas bajo la presidencia de Arístides, formaron una alianza y concluyeron un pacto con Atenas por el que se le garantizaba el mando: era la Liga de Delos. El santuario de los jonios entonces custodiaba el tesoro de los confederados, que se reunirían allí anualmente en consejo, estando cada Ciudad representada por un voto. Sin embargo, desde un principio, los poderes fueron objeto de separación explícita entre, por un lado, Atenas y, por otro, los aliados. A corto plazo, el objetivo era proteger la libertad de los griegos frente a un regreso ofensivo de los persas y hacer pagar al Gran Rey las devastaciones realizadas en Grecia. Los confederados tenían la obligación de proporcionar hombres, navíos y dinero para las campañas de guerra, en donde Atenas se comprometía a organizar y a dirigir dichas campañas procurando que las demás ciudades no fueran asaltadas ni invadidas por los persas. Así, era una alianza exclusivamente marítima y egea en la que, salvo Atenas, ninguna Ciudad de Grecia propia formaba parte de ella. 581 TOMO 4 - Capítulo 10: La Grecia clásica Atenas y su esplendor Cimón de Atenas fue un estadista y general ateniense. El funcionamiento del... El embellecimiento de... La acrópolis de Atenas Vida cotidiana Actividades profesionales De esta manera, se requería de una flota importante. No obstante, una triera con 200 hombres de tripulación era extremadamente cara, por lo que se pagaba un talento por el casco y los aparejos y otro por el mantenimiento durante la campaña. De hecho, muchas pequeñas poleis carecían de escuadra, de manera que se propuso, para aquellos que así lo prefiriesen, una contribución financiera que permitiese el equipamiento colectivo de una flota, sobre la base de un talento por triera y año. Por ello se encargó a Arístides que hiciese el inventario de los recursos de cada aliado y que determinase la cuota respectiva de participación, debiendo sumar un total de 460 talentos cada una. Desde luego, muchas Ciudades grandes siguieron pagando en especie mediante naves de su propia escuadra, tal como los casos de Quíos, Samos, Lesbos, Tasos y Naxos. Así, en unos pocos años, se formó una importante flota que, inicialmente, constaba de la flota de Atenas y de la de los aliados. Atenas se encargaría de construir y armar por eso en el Pireo las naves para los aliados que contribuyesen con dinero. Desde el 478, entonces, ya había reconstruido a toda prisa las murallas de la Acrópolis destruidas por los persas y comenzado los trabajos en las fortificaciones del Pireo, situándose ya en posición de fuerza. Rio Eurimedonte. El impulso fue dado por Cimón, hijo de Milcíades, aquel que fuera vencedor de Maratón, condenado luego a una fuerte multa tras su fracaso en Paros en el 490. Éste pasó su juventud en el Quersoneso y en Tracia, llegó a Atenas en el 493 y fue elegido estratego por primera vez en el 478. Su ascenso se corresponde con el declive político de Temístocles, entonces ostracizado. 582 TOMO 4 - Capítulo 10: La Grecia clásica Atenas y su esplendor El funcionamiento del... El embellecimiento de... La acrópolis de Atenas Vida cotidiana Actividades profesionales Entre ambos entonces surgió una fuerte oposición que correspondía a lo referido a la política exterior: aunque los dos veían con agrado la grandeza de Atenas, basada principalmente en su poder naval, sin embargo Cimón daba prioridad a la lucha contra Persia, mientras que para Temístocles el enemigo seguía siendo Esparta, cuyo poder no le parecía conciliable con el de Atenas. Fue por ello que una política a la que se considerada más blanda en contra de los persas y la acusación de “modismo” desencadenó en su procesamiento. Acabó exiliado, en la corte del Gran Rey. Los primeros ataques en Tracia, en la ruta helespóntica, fueron éxitos. Sin embargo, Atenas se aseguró el dominio de los mares con la victoria del Eurimedonte, alrededor del 469, en Panfilia, en el curso de la cual venció a la flota persa en una doble batalla. Estas mismas victorias entonces hicieron que el predominio ateniense fuera incluso más pesado para sus aliados. Sus exigencias financieras se acentuaron y, desde le 469, Naxos se revolvió contra el pacto federal que constituía la Liga de Delos. Así, la represión fue dura, aunque no impidió que Tasos se opusiese a Atenas cuatro años más tarde. Particularmente la isla se sintió expoliada por la instalación de colonos en Tracia, en la ruta de las minas de oro, que, tras algunas dificultades, la colonia se convirtió en la floreciente ciudad de Anfílopis. El asePericles fue un importante e infludio de Tasos, no obstante, fue diyente político y orador ateniense en fícil, con una duración de un año, los momentos de la edad de oro de cuyas condiciones de rendición la ciudad. fueron severas, con demolición de murallas, entrega de la flota y un pesado tributo. Así, la política de Cimón llevó a Atenas de una liga de aliados a un imperio mantenido por la coacción. Sin embargo, su figura desaparece provisionalmente de la escena política, ostracizado en el 461, al regreso de una expedición enviada a Esparta para ayudarla a luchar contra los mesenios, que se habían refugiado en la fortaleza natural del monte Itome. Esparta despidió al cuerpo expedicionario ateniense y la afrenta no le fue perdonada a Cimón. Durante este período, las dificultades de Atenas entonces fueron mucho mayores en el continente. La ruptura con Esparta conllevó así choques con sus aliados. Por lo demás, Atenas terminó la construcción de las Murallas Largas que la unían con el Pireo, y Mégara hizo lo mismo, cerrando el istmo de Corinto. Por ello, Atenas se convirtió en un campo atrincherado abierto al mar. Acrópolis de Atenas. 583 TOMO 4 - Capítulo 10: La Grecia clásica Atenas y su esplendor El funcionamiento del... El embellecimiento de... La acrópolis de Atenas Vida cotidiana Actividades profesionales No obstante, el asedio de Egina y la obligación que se le impuso de entrar en la confederación culminaron con la inexpugnabilidad de Atenas. Pudo intentar operaciones en las costas del Peloponeso, aunque sin éxitos duraderos. El fracaso de una gran expedición enviada a Egipto en el 454 señaló claramente sus limitaciones. Primer plano de una escultura de bajo relieve de las carreras de caballos, Agora, Grecia. En esa fecha, el tesoro de la Liga fue transferido a la Acrópolis y se produjo la total confusión entre las finanzas de Atenas y las de su Imperio. Una victoria naval en Chipre permitió entonces una negociación con los persas, conocida con el nombre de Paz de Calias, establecida alrededor del 449 a. C. De esta manera, vedó el Egeo a las fuerzas navales persas, que no debían superar ni la entrada del Bósforo por el norte ni Fáselis por el sur. Además, la zona litoral de Asia Menor quedó desmilitarizada en una franja de 70 km. Así, el éxito acreció el rencor de los aliados, por lo que no le faltaron a Atenas dificultades. Esparta, por su lado, tenía problemas de índole interna. Ambas Ciudades decidieron firmar la paz o tregua llamada de los Treinta Años, que reconocía los dos sistemas de alianzas: Esparta en el Peloponeso y Atenas en el Egeo. El tratado reconoció a las Ciudades neutrales el derecho de adherirse a la alianza de su preferencia, lo que implicaba la prohibición para los miembros de cada alianza de cambiar de campo. Era, pues, el reconocimiento espartano de lo que había ocurrido durante esos años: la constitución del Imperio de Atenas. Parte Este del muro del Parthenón. Organización del imperio Indudablemente se conoce la organización del Imperio ateniense por algunos textos, de los cuales los de Aristóteles y, sobre todo, los de Tucídides, son los más importantes, y por decretos de los que no siempre puede precisarse la fecha exacta. No obstante, la cronología tradicional los sitúa entre el 454 y el 430, de modo que la panorámica del apogeo del Imperio cabría trazarla para esa época. En ese momento los atenienses denominan a su poderío “Arjé”, y a los ciudadanos “hypékooi”, es decir, súbditos. 584