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Escritura y Pensamiento
Mo XI, No 22, 2008, 61-85
}UDITH GÁLVEZ GÁLVEZ
INTERFERENCIAS SINTÁCfiCAS EN EL SINTAGMA
VERBAL DEL CASTELLANO DE CARAL
VERBAL PHRASE IN THE SPANISH OF CARAL:
SYNTACfiC INTERFERENCES
INTERFÉRENCES SYNTAXIQUES DANS LE
SYNTAGME VERBAL DE VESPAGNOL DE CARAL
Resumen
Este artículo trata sobre ciertas modificaciones en las estructuras sintácticas verbales en
el castellano de Cara!. El quechua como lengua de sustrato en la zona ha generado tales
cambios en hablantes monolingües, en la medida en que existe un influjo considerable
de migran tes que han influido en la reformulación y reestructuración del castellano. Las
interferencias de tipo sintáctico en este dialecto forman parte de la historia de contactos
lingüísticos que se han gestado desde épocas ancestrales.
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Palabras clave
Sintagma verbal; interferencias sintácticas; dialectología; Cara!.
Abstract
This articlc describes some transformations in the verbal syntactic structures in the Spanish
of Cara! , due to syntactic intcrferences coming from linguistic contacts generated long
ago in history. Quechua as a substrate language has triggered such changes in monolingual Spanish, especially because of the large numbers of Andean migrants coming
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Key words
Verbal Phrase; Syntactic lnterference; Dialectology; Cara!.
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Résumé
Cct article s' agit de certaines modifications dans les structures syntaxiques verbales de
l'espagnol de Cara!. Le quechua en tant que langue de substrat dans cette zone a généré
de tels changements dans les hispanophones monolingues, en vertu de l'existence d'un
flux important de migrants qui ont influencé dans la reformulation et restructuration
de 1' espagnol. Les intcrférences syntaxiques dans ce dialecte font partie de l'histoire de
contacts linguistiques qui ont eu lieu au long de l'histoire.
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Mots clés
Syntagme verbal, interfércnccs syntaxiques, dialcctologie, Cara!.
l. Introducción
Cual está conformado por una población promedio de 900 habitantes, muchos de ellos son migrantes de zonas andinas, básicamente de
Áncash y Huánuco. Esta zona es posiblemente una de las zonas más anti·
guas de América, según los trabajos de la arqueóloga Ruth Shady, quien
le da un fechaje de 4 500 años de antigüedad, lo cual supone que se trata
de una de las manifestaciones de estado más antiguas (Torero, 2002: 42).
Estos datos han dado sustento a la hipótesis de Alfredo Torero sobre el
origen costeño del quechua, hipótesis que le da vital relevancia a la zona
central del Perú. La hipótesis de Torero se fundamenta en técnicas que
corresponden a la dialectología, pues la zona de mayor diversidad dialectal debe ser postulada como el punto de origen de toda lengua. Las
clasificaciones anteriores respecto al quechua daban como punto inicial
de difusión para esta lengua el sur del Perú, específicamente el Cusca; de
manera que los actuales dialectos de la zona centro se explicaban como
producto de invasión de los incas en un poco más de un siglo. Sin embargo, este breve lapso de tiempo es insuficiente para explicar la diversidad
tipológica de los dialectos quechuas, los cuales pueden ser tan diferentes
que no permiten la intercomprensión entre usuarios.
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Por lo anterior, se asume que Caral en alguri momento fue un
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el quechua, en tanto protolengua, haya servido de medio de interacción.
Existe una serie de pruebas relacionadas con la onomástica en general: topónimos, antropónimos y demás nombres de claro origen quechua. Esta
muestra de sustrato quechua debe ser tomada como un indicador, y no
como una prueba irrefutable de que el quechua se habló en la zona.
1.1. El castellano rural de Caral
En Caral notamos usos particulares que se alejan del patrón estándar del castellano. Además, se encuentran casos en los que es posible
afirmar que se trata de un español interferido por alguna lengua minoritaria (que en este caso se trata del quechua).
Un ejemplo claro sobre el particular es el uso del doble posesivo,
rasgo que permitiría plantear el influjo de una lengua sobre otra. Por
otro lado, el quechua es una lengua que usa el doble posesivo en construcciones nominales, de manera que este rasgo manifestado en el español de Caral podría ser una validación de lo anterior. A continuación
presentamos algunos datos sobre el particular:
i. Ese ya sería su cría de usted.
ii. Hay que llevar ... su azúcar del abuelo.
iii. [... ] vinieron con su hijo de la doctora, los arqueólogos.
Sin embargo, el fenómeno de interferencia lingüística no necesariamente deviene en la irrupción concreta de una lengua sobre otra.
Esto quiere decir que no necesariamente las propiedades o características lingüísticas de la lengua interferente se patentizan en la lengua
interferida, ya que el español en contacto con el quechua, de manera
específica, y con una serie de lenguas nativas peruanas, en general, se
reorganiza constantemente. Por tal razón, debemos asumir la larga historia de contactos lingüísticos como un proceso complejo, cuyas consecuencias afectan tanto a bilingües como a monolingües castellanos
que adquieren una variante particular y la recrean. En consecuencia, el
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}UDITH ÜÁLVEZ ÜÁLVEZ
aspecto de mayor relevancia en el fenómeno de contacto entre lenguas
es la aparición de características que no corresponden ni a rasgos de variedades diatópicas, diastráticas o históricas del español, ni son réplicas del quechua
(Escobar 2000: 249). Por consiguiente, nuestro estudio pretende explicar los fenómenos que ocurren en el sintagma verbal de esta variedad
local, abordando las características particulares del castellano en la zona
desde la perspectiva sociolingüística. El problema que enfrentamos básicamente es la clara modificación de las estructuras verbales en la oración simple. Tales modificaciones deben ser explicadas a partir de cierto
influjo sociolingüístico. Sabemos que la lengua funcional en Caral es el
castellano; sin embargo, el sintagma verbal se configura de manera distinta al uso estándar. Las pesquisas iniciales sobre el comportamiento
del sintagma verbal nos permiten dar cuenta de una serie de cambios o
modificaciones del sintagma verbal en el castellano de la zona. Al respecto, podemos dar cuenta de tales cambios en los siguientes casos:
i. [... ] está armado esa tierra.
ii. Hay una grama pe ... eso lo pican y lo echan.
iii. Ha ido varios muchachos una sola vez en su vida.
En el dato (i), vemos claramente que el sintagma verbal está conformado por el verbo estar en presente de indicativo; el segundo verbo
es armar en participio como forma impersonal. El participio debe concordar en género y número con la frase nominal. En este caso, la frase
nominal es esa tierra, y vemos que no existe la concordancia de género.
La carencia de concordancia es un dato inicial sobre las modificaciones
en el sintagma verbal. En el dato (ii), tenemos el elemento nominal
de género femenino grama, el cual en la construcción siguiente -que
está relacionada con este núcleo nominal- se reduplica mediante un
elemento pronominal que, dadas las características del nombre en lo
que respecta al género, debería ser la; sin embargo, el pronombre que
aparece en el dato es lo; en consecuencia, nuevamente estamos frente a
una discordancia de género entre el elemento nominal y sus correspondientes pronominales que están correferidos o relacionados. Notamos
INTERFERENCIAS SINTÁCTICAS EN EL SINTAGMA VE
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INTERFERENCIAS SINTACTICAS EN EL SINTAGMA VERBAL DEL CASTELLANO DE CARAL
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que los pronominales átonos como elementos representativos de ciertas
funciones sintácticas relacionadas con el sintagma verbal, tales como las
estructuras argumentales que cumplen la función sintáctica de Objeto
directo y Objeto indirecto, no obedecen a los mecanismos sintácticos de
correspondencia de ciertos accidentes gramaticales; esta vez se trata del
género. Esta modificación es una de las tantas evidencias que subyacen
al fenómeno de interferencias en el español de Caral, motivadas por
sustrato quechua proveniente de los migrantes bilingües que residen
en Caral.
En el dato (iii), nuevamente nos enfrentamos a un caso en el que
la concordancia, esta vez de número, no se cumple, ya que la posición
argumental ocupada por el sintagma nominal varios muchachos (sujeto
de la oración) no concuerda con el núcleo verbal en pretérito perfecto
compuesto, en lo que concierne al número plural. Las evidencias sobre
ciertos rasgos atípicos en el español definen el problema potencial al
que nos enfrentamos, ya que debemos determinar qué aspectos están
involucrados en la reconstitución del sintagma verbal en el castellano
de Caral. Nuestra postura respecto al tema de interferencias lingüísticas reconoce que la lengua influyente no necesariamente se manifiesta
en la lengua receptora, ya que ésta no es un receptáculo pasivo de los
cambios. A todo este conjunto de evidencias hay que aunarle el móvil
recreativo y siempre mutable de los sistemas lingüísticos que no son
vehículos pasibles del cambio, sino verdaderos generadores del cambio
lingüístico.
El problema al que nos enfrentamos es, en rigor, la clarificación
de las modificaciones constatadas en las estructuras sintácticas en el
sintagma verbal del español en Caral, en lo que respecta al verbo y a
los complementos del verbo; es decir, las motivaciones que han generado los cambios sintácticos en el castellano de Caral. Debido a que
en esta zona de habla hispana hay una intensa influencia migratoria,
conformada básicamente por quechuahablantes bilingües de Áncash y
Huánuco que, según la clasificación de Torero (2002), corresponden al
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}UDITH GÁLVEZ GÁLVEZ
QI, nuestra propuesta busca determinar el comportamiento gramatical
del castellano de Cara!, específicamente en aquellos rasgos que correspondan a las estructuras sintagmáticas verbales.
El problema potencial es definir con precisión si la influencia quechua ha determinado cambios gramaticales o semánticos al interior del
sintagma verbal en el castellano de la zona o si, por el contrario, sólo
existe una influencia superficial del quechua (lengua interferente) sobre el castellano (lengua interferida). Para ello es necesario resolver si
el castellano de Cara!, en lo que respecta a los individuos que no son
migrantes, se reorganiza en patrones nuevos que no corresponden a la
forma dialectal estándar. Aun cuando el quechua no se habla en Cara!,
es altamente probable que los hablantes monolingües castellanos produzcan de manera distinta la estructura verbal de la lengua materna.
Además, el proceso adquisitivo supone la adquisición y reformulación
de una variedad de castellano que no corresponde a la abstracción del
castellano como vehículo idiomático. Los rasgos de la lengua que adquieren los habitantes de Cara! son propios de una lengua interferida.
A continuación, realizaremos el análisis de las modificaciones que se
evidencian en el castellano de Caral.
2. Interferencias en el sintagma verbal
Nuestro propósito en este capítulo es dar cuenta de las diferencias sustanciales que se evidencian en el sintagma verbal en el dialecto
castellano de Caral. Para ello, efectuaremos una comparación entre las
formas que pertenecen a la forma estándar del castellano, es decir, al
patrón regular de esta lengua. Asumiremos los trabajos sobre sintaxis
del español de Fernández Lagunilla y Anula Rebollo (1995) para evaluar
las formas regulares que corresponden al sintagma verbal, y efectuar el
análisis posterior de las modificaciones en la muestra de Caral. El verbo se asume como la categoría lexical capaz de proyectar un sintagma
verbal. Este elemento está relacionado con dos tipos de información:
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INTERFERENCIAS SINTÁCTICAS EN EL SINTAGMA VERBAL DEL CASTELLANO DE CAHAL
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etc., denotan acciones, procesos o estados; e información deíctica, como
el tiempo, el modo, la persona, entre otros (Fernández y Anula, 1995:
255). Dentro de este esquema, entendemos por información deíctica
a aquélla que define a las distintas entidades referenciales o referentes
y sitúan o definen la deíxis del hablante-oyente. La pragmática define
con mayor precisión este tipo de nociones; sin embargo, nuestra tarea
es determinar las características que definen la categoría léxica denominada verbo, y sus consecuencias en la conformación de sintagmas
verbales. Una de las asunciones asumidas en nuestra investigación es la
noción de sintagma. En la perspectiva generativa el sintagma se define
como una construcción sintáctica altamente organizada. Existen una
serie de elementos que permiten la configuración de estructuras sintagmáticas. Dentro de los distintos elementos que posibilitan la proyección"
de sintagmas, tenemos a las piezas léxicas y no léxicas: elementos con
contenido semántico pleno, y elementos con contenido gramatical y
repertorio limitado. De esta manera, el sintagma se concibe como la
proyección nuclear de categorías léxicas, tales como nombres o sustantivos, verbos, adjetivos y preposiciones; y de categorías funcionales como
concordancia, complementación, entre otras (Fernández, Anula y otros,
1995: 88). Por consiguiente, el verbo proyecta un tipo de estructura denominado sintagma verbal, entendido como un complejo relacionado
con una unidad funcional superior denominada flexión (flex), el cual,
a su vez, define o proyecta el sintagma flex (inflex). Este elemento nuclear, a su vez, alcanza en esta teoría el rango de lo que tradicionalmente
se conoce con el nombre de oración; en consecuencia, la frase verbal'
deberá ser entendida en la medida en que definamos las distintas nociones que se plantean sobre el sintagma verbal y la flexión (relacionada
con la concordancia, el modo, el tiempo, entre otros). Los sintagmas,
como señalamos, son las proyecciones de elementos nucleares lexicales
y funcionales. Todo sintagma está organizado jerárquicamente. La disposición del sintagma supone una relación jerarquizada en la que se
reconocen tres niveles: máximo, intermedio y nuclear. Además, existe
una relación de dominio en la proyección máxima o de sintagma dentro
de la cual encontramos al especificador y a la proyección intermedia; por
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}UDITH ÜÁLVEZ ÜÁLVEZ
otro lado, el dominio que corresponde al nudo intermedio o proyección
intermedia se ramifica binariamente en núcleo y complemento. El orden de los elementos que conforman el sintagma varía de acuerdo a las
gramáticas particulares, y éstas, a su vez, dependiendo de la variación,
pueden definir distintos ordenamientos. El español, por ejemplo, define el ordenamiento especificador, núcleo y complemento; el quechua,
complemento y núcleo.
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Presentaremos algunos casos que sirvan como muestra de lo que
ocurre en el castellano de Caral en lo que corresponde a la oración simple. Nuestra lista ofrece básicamente pruebas sobre discordancia entre
sujeto y verbo y sobre diversos elementos que conforman la oración
simple como proyección del núcleo flexivo (FLEX). Los siguientes datos
servirán como ejemplo de lo señalado:
i. Va clasificado diferente la posición de las maderas.
ii. Pero abajo viene unos parantes, los parantes, (... )
iii. La muña (... ) puede tomarlo (... )
iv. Yo le paso, le voy rezándole.
v. Paramonga lo está sembrando [a variedad, la caña H32.
vi. La caña lo cortas con machete.
vii. Caña de azúcar sembramos, ají sembramos.
viii. Eso son los productos que se siembran.
ix. Ha ido varios muchachos una sola vez en su vida.
x. El resto, toíto, ya están fuera.
Dentro de los ejemplos expuestos en la breve presentación de datos podemos distinguir una serie de rasgos propios del castellano andino, entre los que podemos señalar la falta de concordancia entre los
constituyentes de la oración simple, la cual pasaremos a evaluar en los
siguientes apartados.
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INTERFERENCIAS SINTACriCAS EN EL SINTAGMA VERBAL DEL CASTELlANO DE CARAL
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2.1. Falta de concordancia de número entre el sujeto y el verbo
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Estos casos son prototípicos del contacto entre el quechua y el
castellano. Escobar ha señalado que estos casos no devienen en dificultades para la comprensión ya que los elementos que la discordancia es
gramatical y no semántica. A continuación, planteamos algunos casos
para analizarlos posteriormente.
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i. Eso son los productos que se siembran.
ii. Ha ido varios muchachos una sola vez en su vida.
iii. El resto, toíto, ya estdn fuera.
iv. Después ya me dediqué a este otra cosa, porque me gustó estascosas
En (i), se efectúa la concordancia entre el atributo y verbo copulativo. Sin embargo, la concordancia entre el sujeto de la oración eso y el
verbo queda anulada. En (ii), encontramos un caso más evidente de falta
de concordancia entre el sujeto y el verbo de la oración, dado que el verbo
en pretérito perfecto no guarda la correspondencia de número con el sujeto de la oración varios muchachos. Sin embargo, en ambos casos notamos
que la cabal interpretación oracional no sufre ningún problema ya que
se trata de la incongruencia en los rasgos gramaticales. El caso de (i) es
mucho más complicado por cuanto los efectos de concordancia implican
al sujeto y al atributo, de manera que el uso del verbo en plural supone
no sólo la presencia de un sujeto plural sino un atributo en plural. Sin
embargo, la concordancia puede resultar mucho más complicada aún si
planteamos, por ejemplo, la concordancia entre nombres colectivos y su
correspondiente atributo, ya que en estos casos podemos tener una serie
de casos en los que, dependiendo de si se trata de un atributo nominal
o adjetival, podemos tener la concordancia de propiedades nominales en
singular o en plural (Diccionario panhispdnico de dudas, 2005).
El caso que apreciamos en (iii) es el de concordancia en plural
entre el sujeto y el verbo. El caso es particular en la medida en que el
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70
}UDlTH ÜÁLVEZ ÜÁLVEZ
elemento nominal que es núcleo del sintagma nominal es un sustantivo
cuantificador que semánticamente es analizado por el hablante como
un colectivo, por consiguiente es asumido probablemente como un sujeto semánticamente en plural. Existen casos en el español en que esta
concordancia es aceptada en lo que respecta al uso de sujetos colectivos
en la variedad estándar o prescriptiva del español, así tenemos el uso
en plural cuando estamos frente a construcciones subordinadas, en las
que el sujeto nulo o tácito es procesado como plural de tercera persona
(DPD, 2005): la gente se marchó del recinto cuando vieron que el cantante
abordó su auto privado. Vemos en esta oración que el núcleo verbal de la
oración subordinada está flexionado en plural. Otro caso que también
es aceptado lo tenemos en el uso de verbo en plural con verbos copulativos cuando el atributo es un nombre y no un adjetivo: Toda la gente son
abogados. Ejemplos como este pertenecen a la tipología del castellano
andino, y han sido descritos en trabajos sobre el particular (Escobar,
Anna, 2000: 59-60).
La oración presentada en (iv) nuevamente presenta un caso de
discordancia Sujeto-Verbo, dado que el verbo gustar define argumentalmente dos posiciones, las cuales cumplen con las funciones de Sujeto y
Objeto Indirecto. De esta manera, el pronombre me que acompaña la
oración simple es el 01, mientras que el la función de Sujeto es cumplida por la construcción nominal estas cosas. Sin embargo, el verbo
no muestra la correspondencia de número que debe ser el requisito
gramatical natural para que esta oración sea un ejemplo prototípico del
español estándar. Los ejemplos planteados en este apartado constituyen
relictos de castellano andino en una zona monolingüe. Estos casos han
sido planteados en contextos bilingües como evidencias del contacto
quechua-castellano, es decir, como la natural consecuencia de interferencias o modificaciones sufridas en el sistema castellano por efectos
del contacto. La hipótesis planteada por nosotros es que se reformula la
gramática adquirida por los hablantes en la zona de Caral, originando
un reanálisis por parte de los hablantes. El reanálisis trae como resultado un sistema cambiado, con las huellas notorias de un sistema interfe-
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INTERFERENCIAS SINTÁCTICAS EN EL SINTAGMA VERRAL DEL CASTELLANO DE CARAL
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zona hacia lo que asumen como habla provinciana es de claro deslinde,
según lo que ellos reconocen como habla propia del lugar y el habla de
los migrantes del ande.
1
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1
1
2.2. Falta de concordancia de género
La carencia de concordancia es un claro rasgo que define el dialecto castellano de Caral. Los datos muestran que la concordancia no
sólo se manifiesta en lo que respecta al número (hemos visto una serie
de casos sobre el particular), sino que la correspondencia en lo que respecta al género también se ve afectada. Los siguientes casos servirán de
prueba para el posterior análisis:
i. Va clasificado diferente la posición de las maderas .
• 1' • ,
ii.
La muña (... ) puede tomarlo (... )
iii. Paramonga lo está sembrando la variedad, la caña H32.
iv. La caña lo cortas con machete.
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En los datos podemos distinguir dos tipos de discordancia de
género:
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En (i), constatamos que el sintagma nominal La posición de las made-ras, el cual se encuentra en posposición verbal (caso atípico en el castellano estándar), no concuerda en género con el elemento verbal, participio
de clasificar. Los verbos en participio tienen un comportamiento particular, ya que pueden asumir el rol de un adjetivo, y, en consecuencia,
podemos encontrarlos modificando a un núcleo nominal. Por tanto,
en la construcción verbal cuyo núcleo es el verbo clasificar en participio,
este debe concordar con el núcleo de la frase nominal, que en este caso
72
}UDITH ÜALVEZ ÜALVEZ
es posición, y cuyo género es femenino. La concordancia de género no se
manifiesta entonces, por lo que podemos plantear la posibilidad de que
este evidente desfase no trae consecuencias a nivel semántico, en la medida en que la interpretación de la oración no se ve afectada. Es evidente
que estos casos de vacilación en lo que corresponde a la concordancia de
género, no sólo lo encontramos en el castellano andino, sino que puede
evidenciarse en el uso estándar, las emisiones concretas de habla suelen
manifestarse a través de una serie de alternancias. Sin embargo, estos casos serán replanteados o reforzados con una serie de pruebas adicionales
sobre el comportamiento del sintagma verbal en el castellano de la zona,
como manifestación concreta de castellano andino.
El ejemplo (ii) es parte de una clase distinta de discordancia, dado
que esta vez la correspondencia de género se lleva a cabo entre el constructo sintagmático nominal, y el pronominal átono de objeto directo.
Consideramos que estos datos constituyen parte de la evaluación del
sintagma verbal, por cuanto los argumentos indispensables que exige el
núcleo verbal o predicado, pertenecen al dominio de la proyección intermedia en la estructura verbal. Para dar cuenta de lo mencionado daremos a conocer cómo se proyecta el sintagma verbal jerárquicamente.
Para los fines especificados usaremos el marcador de estructura de frase
planteado por la Teoría de Principios y Parámetros. Así tenemos que
las posiciones a las que corresponde el papel de OD, 01 y OP (Objeto
preposicional), son dominados por el nudo intermedio V':
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Si asumimos que la relación jerárquica entre los argumentos verbales, necesarios, y exigidos por el verbo, es la de ser complemento de
éste, el dominio de acción se ramifica desde la proyección intermedia
del sintagma verbal; por tanto, la evaluación de los distintos efectos en
lo que corresponde a la reevaluación gramatical de correspondencia en
la información de género en el castellano en Caral, debe ser planteado
como casos que involucran la estructura sintagmática verbal. Así tenemos que el pronominal masculino lo (que se encuentra conformando
una unidad con el verbo infinitivo tomar), no guarda la natural correspondencia con el sintagma nominal OD La muña, el cual es femenino.
De igual manera en este ejemplo tenemos una prueba más del posicionamiento atípico en este caso del OD, prueba adicional que será tratada
en otra sección de este capítulo.
En (iii) y en (iv), encontramos la ausencia de concordancia entre el
pronominal de OD lo y sus correspondientes construcciones nominales
femeninas que suponen una reduplicación del Objeto Directo, la variedad
y la caña, respectivamente. Estos rasgos han sido también por otros autores como casos naturales del contacto quechua-castellano, y que nosotros
asumimos como un caso más de los relictos de esta historia de contactos .
en hablantes monolingües naturales de Caral. Estos ejemplos pueden ser
planteados como casos de modificación del castellano a través de la aparición de patrones marcados en la lengua, es decir, manifestaciones que no
son naturales en la lengua. Las motivaciones van desde lo extralingüístico
(la historia de contactos quechua-castellano) y lo puramente lingüístico,
los sistemas constantemente se modifican y reevalúan por parte de los
hablantes de las lenguas naturales. Este constante camino de cambio en
el castellano, sin embargo, en lo que respecta a Caral, no ha traído consigo un castellano ininteligible, ya que los rasgos gramaticales pueden ser
opacados al momento de interpretar las oraciones planteadas en estos
dos apartados. Otro de los rasgos que se manifiestan como propios de la
lengua castellana interferida es el ordenamiento de constituyentes en la
oración 1simple. El subcapítulo sigviente servirá para dar cuenta de otros
rasgos que permitan validar nuestra hipótesis iniciaL
~
74
}UDITH ÜÁLVEZ ÜÁLVEZ
2.3. Ordenamiento de constituyentes
En lo que respecta al ordenamiento de constituyentes, tenemos
una tipología relativamente diversa. Entre los casos más relevantes podemos mencionar la ocurrencia del sujeto en posición posverbal, el OD
antes del verbo, entre otros.
2.3.1. Sujeto en posición posverbal
Uno de los casos que más ha llamado nuestra atención es el posicionamiento del sujeto en posposición verbal, es decir, después del
verbo. Éste se constituye en uno de los casos marcados en lo que respecta a la disposición de constituyentes sintagmáticos en la oración.
A continuación presentaremos una serie de ejemplos que grafican lo
señalado:
i. Va clasificado diferente la posición de las maderas.
Verbo
Sujeto
ii. Ha ido varios muchachos una sola vez en su vida.
Verbo
Sujeto
iii. Son artesanos eUos.
Verbo
Sujeto
iv. Son parceleros toítos.
Verbo
Sujeto
Todos los ejemplos propuestos muestran la ocurrencia del sujeto
en posición posverbal. Datos como estos dan cuenta de una reestructuración particular en la posición del sujeto ya que el orden habitual
predice la aparición del sujeto antes del verbo. Al respecto, Anna Escobar asume que el movimiento de constituyentes oracionales como el
OD en posición preverbal o el sujeto en posposición verbal, atiende a
aspectos pragmáticos, dado que los efectos comunicativos que busca el
enunciador son los de focalizar o enfatizar· a ciertos elementos dentro
INTERFERENCIAS S!NTÁCTIC'.AS EN EL SINTAGMA VERBAL DEL CASTELLANO DE CARAL
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de-la oración. Por otro lado, el movimiento de sintagmas a posiciones
no habituales hace manifiesta la flexibilidad del castellano para reestructurar los constituyentes que conforman los sintagmas oracionales.
Así tenemos que existen una serie de factores que condicionan el movimiento estructural fuera del marco canónico SVO del castellano. Casos
como éste parecen definir el foco lo cual supone que el elemento que
está hacia la izquierda es el tema nuevo que se introduce y se interpreta
como tal. En construcciones focalizadas se requiere que el verbo se encuentre en anteposición (Fernández Lagunilla y Anula Rebollo, 1995:
303-304). Esto quiere decir que las oraciones pragmáticamente son reinterpretadas en términos de información nueva denominada rema, la
cual aparece frontalizada, es decir, encabezando la oración, según los
autores citados. Por tanto, las oraciones planteadas arriba deben ser
entendidas atendiendo a la siguiente estructura:
i. VA CLASIFICADO diferente la posición de las maderas.
Rema
ii. HA IDO varios muchachos una sola vez en su vida.
Rema
iii. SON ARTESANOS ellos.
Rema
iv. SON PARCELEROS toítos.
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Los elementos graficados con mayúsculas deben entenderse como la
información que se interpreta como nueva. Se inserta en el contexto comunicativo y es procesada por el enunciatario como tal. Las consecuencias pragmáticas de este tipo de oraciones, dejan ciertas pistas de las modificaciones
sustanciales que pueden ocurrir en la medida en que la lengua, manifestada a
través de sus variantes, se internaliza con un nuevo análisis. Sostenemos que
estos cambios, si bien son parte del proceso complejo de adquisición lingüística, son posiblemente categorizaciones nuevas que definen patrones marcados en el comportamiento gramatical y pragmático de manera amplia.
~
76
] UOITH ÜÁLVEZ ÜÁLVEZ
2.3.2. Objeto directo posicionado antes del verbo
Existen casos en los que el objeto directo encabeza las oraciones definiendo de esta manera un patrón preverbal, presente en el castellano
de Caral. Sobre el particular, podemos afirmar que se trata nuevamente
de cierta estructuración con consecuencias pragmáticas, las cuales se
diferencian de las anteriores en la medida en que la información que se
introduce no es nueva, sino que es conocida. Este tipo de ordenamiento
oracional se conoce con el nombre de topicalización y consiste en la
reduplicación del elemento topicalizado mediante un pronominal, que
suele ser de objeto directo o de objeto indirecto (Fernández Lagunilla y
Anula Rebollo, 1995: 304-305). Sin embargo, debemos dejar constancia del comportamiento particular de este tipo de construcciones en
el castellano de Caral, ya que podemos encontrar efectivamente el uso
del pronominal que en este caso reduplica la estructura nominal que
funciona como objeto directo. Tal es el caso siguiente:
i. La caña, lo cortas con machete.
Tema
Notamos en principio, el objeto directo encabezando la oración,
característica natural de construcciones dislocadas a la izquierda. Por
otro lado, se evidencia el pronominal átono lo reduplicando al OD, lo
cual es una característica formal común en construcciones con dislocación o tematizadas. Semánticamente, vemos que la información que
se topicaliza es información está relacionada con el discurso, de manera que no ofrece marco alguno de novedad. Este ejemplo muestra
claramente como se establece la copia del sintagma nominal la caña.
Además, notamos que aún cuando la concordancia de género no se
manifiesta en este caso, no se plantea impedimento alguno para que
la información sea interpretada como conocida por el enunciatario.
Nuevamente, estamos frente a un distingo entre información gramatical, la cual padece en el castellano de Caral una serie de desajustes
que no traen consecuencias directas en la decodificación oracional, e
información pragmática, la cual se hace efectiva a través de variables en
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INTERFERENCIAS SINTÁCTICAS EN EL SINTAGMA VERBAL DEL CASTELLANO DE CARAL
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Casos como éste deben ser evaluados con mayor acuciosidad para definir el estatus de la variabilidad del ordenamiento sintáctico prototípico
SVO del español en el discurso. Respecto al posicionamiento preverbal
del objeto directo, Anna María Escobar sostiene con diversos estudiosos que han abordado este comportamiento que se debe al contacto
quechua-castellano, dado que el ordenamiento del quechua es SOY. Es
probable que una hipótesis posible sea la influencia del quechua en este
tipo de construcciones, además, no sólo el objeto directo se organiza
antes del verbo, como veremos más adelante.
En contraposición con los casos paradigmáticos de estructura topicalizada, encontramos muestras en Cara!, en las que el elemento topicalizado no se reduplica; sin embargo se mantiene las consecuencias
pragmáticas. El dato siguiente servirá como ejemplo de lo señalado:
o
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i. Caña se azúcar sembramos, ají sembramos ...
Tema
Tema
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efectiva a través de variables en
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En el ejemplo anterior, las estructuras nominales (graficadas en
cursivas) aparecen encabezando la oración. Por otro lado, los efectos
comunicativos que esta posición trae en la interpretación oracional es el
énfasis en la información que está antes del verbo, la cual vendría a ser
el tema de la construcción. Los elementos que se anteponen no sólo nos
remiten al objeto directo y otros argumentos necesarios y exigidos por el
predicado verbal. Existe una muestra considerable de casos en los que
frases preposicionales o argumentos adjuntos aparecen en anteposición.
Estos datos serán expuestos y discutidos a continuación.
2.3.3. Frases preposicionales en posición preverbal
1
Uno de los rasgos característicos del castellano andino es la anteposición de complementos verbales. Esto trae como consecuencia la
aplicación de distinciones a nivel pragmático. Entre los datos que hemos
78
}UDITH ÜÁLVEZ ÜÁLVEZ
registrado en la zona presentamos los siguientes con la finalidad de iniciar el análisis y la discusión respectiva de los datos:
i. En esa forma está organizada el pueblito de Caral.
ii. En esos trámites está el señor.
iii. En esa área lo mandan a uno.
iv. Para eso siempre nos reunimos.
Los datos sugieren que la relación jerárquica de las distintas estructuras sintagmáticas preposicionales tiene un estatus diferente, dependiendo de si se trata de un argumento exigido por el verbo, o, por
el contrario, se trata de información adjunta. La oración de (i) es un
caso en el que se la locución adverbial está en relación directa con el
núcleo verbal. Esto trae como consecuencia, nuevamente, la aplicación
de efectos enfáticos en el discurso. La relación supone que la estructura
preposicional dependa o se ramifique directamente de la proyección
intermedia, como si se tratara de un objeto directo o indirecto. Un caso
similar lo podemos apreciar en la oración (ii) y (ii), dado que los elementos definen el uso de determinadas preposiciones. En primer lugar, el
verbo estar exige la presencia de la preposición en, por tanto, es natural
que el objeto preposicional que se forme sea En esos trámites. Por otro
lado, la pertinencia semántica de un sintagma preposicional como ese
nos empuja a plantear que si bien no se trata de una construcción natural en el castellano estándar, es perfectamente claro el sentido. Además,
notamos que el espacio deíctica se define; a saber, una situación como
la de efectuar una serie de trámites se define como un espacio o lugar
en el que se encuentra la persona que los ejecuta. Nuestro planteamiento sobre este particular es básicamente que se trata de estructuras que
definen o categorizan aspectos deícticos. Lo mismo ocurre en (iii), ya
que nuevamente nos encontramos frente a una estructura encabezada
por la preposición locativa en. La elección de esta preposición define el
espacio deíctica que será procesado por el enunciatario. Como vemos,
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las consecuencias en el procesamiento de la información determinan
la coparticipación del entorno extralingüístico; por tanto, la interpretación de sentido involucra una serie de aspectos que trascienden el
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2.3.4. Adverbios en posición preverbal
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illlldl!<'tl., 11¡¡¡¡1.':11
<jllr
Finalmente, la oración (iv) muestra una oración que se inicia con
el sintagma preposicional para eso, elemento que se interpreta como
finalidad de la acción ejecutada. El argumento escogido es opcional y
se asume como una estructura accesoria o adjunta. Esta característica
la diferencia de los casos en los que el sintagma preposicional escogido
es categorizado por el verbo con los efectos ya señalados. Una consideración adicional de este tipo de oraciones es la pertinencia en el uso
de ciertos núcleos preposicionales, dado que existen sustituciones en
el uso, y las consecuencias en la interpretación se evidencia de manera
directa. Trataremos este rasgo morfosintáctico posteriormente.
l"•llill[!lra 0qUe
Sintácticamente, los adverbios son elementos de flexibilidad notable en lo que respecta a su disposición en la estructura sintagmática, por
tanto, debemos asumir que podemos encontrarlo en distintos dominios
de la oración, con claros efectos en la interpretación. Nuevamente esta
consideración nos remite al foco de acción que se establece cuando un
elemento se encuentra en posiciones no habituales. Normalmente, los
adverbios se encuentran al final de la oración; sin embargo, hay muchos
datos que permiten sustentar el carácter flexible de estos elementos lexicales en lo que concierne a su posición. El castellano de Caral presenta
el uso de adverbios antes del verbo como podemos apreciar en los ejemplos siguientes:
i. Abajo tenemo un sitio.
ii. Allí abajo ta.
iii. Antes también estado acá en la chacra.
l "ttiiiVemos,
80
JuDITH GALVEZ GALVEz
En las oraciones presentadas apreciamos cómo los adverbios aparecen antes del verbo. Estos datos, entonces, son una clara evidencia de
la predilección en el castellano de Caral por posicionar distintas estructuras antes del verbo, con la clara finalidad de relevar la información
contenida por las estructuras dispuestas en esa posición. Vemos entonces hasta el momento cómo el contacto del quechua con el castellano se
patentiza en el habla de monolingües que distinguen el habla particular
de los migrantes andinos y la diferencian de la suya. Esta actitud, sin
embargo, no es obstáculo para que éstos presenten una serie de rasgos
morfosintácticos naturales de un castellano interferido. Debemos notar
que el habla rural de Caral es producto de un intenso contacto entre el
quechua en tanto lengua andina y el castellano. Producto de esa interacción es el comportamiento particular del sintagma verbal. Existe una
serie de casos más que pasaremos a plantear para caracterizar adecuadamente el castellano rural, motivo de nuestra investigación.
2.4. Sustitución de preposiciones
Un rasgo del castellano en Caral es el uso de preposiciones en
contextos en los que en la variedad estándar o formal no ocurrirían.
Este cambio o elección por ciertos núcleos preposicionales, modifica la
interpretación oracional como vimos en el apartado anterior. Plantearemos un conjunto de datos que ejemplifican lo dicho:
i. No le hacemos caso por ese animal.
ii. En esa forma está organizada la ciudad de Caral.
iii. En esa área lo mandan a uno.
Planteados los datos, pasaremos al análisis particular de cada uno.
La construcción preposicional en (i), muestra que la preposición a ha
sido desplazada por el uso de por. Es un caso bastante atípico en el español ya que este elemento, utilizado con distintas funciones, puede definir el modo de ejecutar la acción verbal. Sin embargo, esta aplicación
INTERFERENCIAS SINTÁCfiCAS EN 1'1
~.
no posibilita una explicación
construcción definiría otro si 1
de (ii) muestra el uso de létpr·
forma paradigmática en la var
de Caral está organizada de esa J
pretación está relacionada con
determina un espacio situa.cio
de la acción. Por último, la_ or
preposición a por en. E~ Pro!
mismos que el caso anteri()r, 1
fine locación, por consiguient'
y la dirección supone e~t<\tisr
con la preposición a.
2.5. Préstamos lingüís1 icos
Se evidencian présl:11(), 08
uso efectivo de estos pri'c•Lt tno.
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INTERFERENCIAS SINTÁCTICAS EN EL SINTAGMA VERBAL DEL CASTELLANO DE CARAL
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~ 9€-'hlttllCes, son una clara evidencia de
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0 t~, 1 ,,1enesa posición. Vemos enton¡t; aq,,¡[elquechua con el castellano se
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el habla particular
r~r 11 ,·ian de la suya. Esta actitud, sin
~ ~ r·;tos presenten una serie de rasgos
L;,l'trllano interferido. Debemos notar
contacto entre el
, - dcastellano. Producto de esa in te.o n 1 1:~rdelsintagma verbal. Existe una
plantear para caracterizar adecuada1
¡)\1¡¡ 11 aeunintenso
81
no posibilita una explicación adecuada, dado que semánticamente la
construcción definiría otro sintagma nominal. Por otro lado, la oración
de (ii) muestra el uso de la preposición en, donde debería usarse de. La
forma paradigmática en la variedad formal del castellano sería La ciudad
de Caral está organizada de esa forma. Sin embargo, como vimos, la interpretación está relacionada con los efectos deícticos que se generan y que
determina un espacio situacional en el que se encuentra el participante
de la acción. Por último, la oración de (iii) muestra la sustitución de la
preposición a por en. Es probable que los efectos semánticos sean los
mismos que el caso anterior, por cuanto la preposición involucrada define locación, por consiguiente, el espacio se define de manera concreta
y la dirección supone estatismo y no desplazamiento, como ocurriría
con la preposición a .
¡, e nuestra investigación.
2.5. Préstamos lingüísticos y reestructuración castellana
t'-e~
Se evidencian préstamos del quechua en el castellano de Cara!. El
uso efectivo de estos préstamos relaciona parte vital de la vida de los caralinos como la toponimia o antroponimia. La influencia del quechua
en el castellano probablemente obedezca a una interacción de muchos
aüos, prueba de ello es la gran cantidad de topónimos de origen quechua. Existe una serie de datos sobre el particular. En lo que concierne
al sistema verbal del castellano la historia de préstamos se hace patente
en casos como el verbo chimbear del quechua 'chimpay', que significa
'cruzar el río'. Vemos que esta raíz quechua ha sido reestructurada a
través de los mecanismos morfológicos del espaüol, por esa razón la terminación infinitiva del castellano se hace patente en este núcleo verbal.
No es casual encontrar casos como éste en los que el influjo quechua es
notorio. Además, debemos hacer mención de ciertas particularidades
relacionadas con la cultura andina, las mismas que se manifiestan en
Caral a través de expresiones en las que el animismo andino se ver baliza
de manera natural en el uso lingüístico de los hablantes lugareüos. Prueba de ello es la consideración del cerro como un pariente antiguo de
respeto que regula la vida del hombre en Cara!. Esto quiere decir que se
~aral es el uso de preposiciones en
~d estandar o formal no ocurrirían.
/núcleos preposicionales, modifica la
t~senelapartado anterior. Planteare-
~plifican lo dicho:
~illlal.
1
la ciudad de Cara!.
te?·
lY os al analisis particular
de cada uno.
(i), muestra que la preposición a ha
¡;s un caso bastante atípico en el espalO con distintas funciones, puede de~ verbal, Sin embargo, esta aplicación
*
~
82
}UDITH GALVEZ GALVEZ
le confiere vida al cerro y se utilizan elementos nominales como abuelo
o viejo para denominarlo. Esto quiere decir que en casos como éste, el
núcleo nominal se recategoriza en la medida en que rasgos como [+humano] se transfieren a entidades no humanas dentro de la concepción
occidental. Esto quiere decir que el influjo quechua está relacionado
también con la manera de interpretar la realidad que rodea al hombre
en Caral. Nuestro propósito en este subcapítulo es dar ciertos alcances
en lo que respecta a la resemantización nominal, la cual, por supuesto,
trae consecuencias en el marco de subcategorización verbal, dado que
los núcleos verbales, como hemos afirmado, definen las propiedades
semánticas de los argumentos que requieren; en consecuencia, debemos evaluar este tipo de consideraciones para dar cuenta de las señales
lingüísticas en su contexto real de uso e interacción. Lo anterior supone
que el castellano rural en Caral verbaliza claramente los rasgos culturales andinos. Estos ejemplos constituyen evidencias lingüísticas de lo
que sucede en Caral de manera específica; sin embargo, el castellano
andino como dialecto del español debe ser asumido como una variedad
compleja en la que se hace manifiesta la historia de contacto lingüístico
en la cual tanto el quechua como otras lenguas andinas han sido fuente
de interacción lingüístico-cultural con el castellano.
INTERFERENCIAS SINTÁCTICAS EN Ft
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hablantes que han internali 7;tdu v,o
marcados en la lengua castd 1¡¡IN¡
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vida del hombn·raralino.
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CAICEDO Max. luti~'' ~<ht a la .wcio!in¡iii111'
l. El español de Caral hablado por monolingües es una prueba de la
influencia quechua en tanto relictos sustráticos que determinan reestructuraciones particulares en el sistema castellano en lo que respecta al sintagma verbal.
1
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Pedagórrico.q¡lll•
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2. Los datos evaluados dan cuenta de la predilección estructural frontalizada de los complementos verbales, ya sean estos obligatorios para
la interpretación oracional, o adjuntos.
ESCOBAR, AlbcJIP
3. El habla rural de monolingües en Caral, en lo concerniente al sintagma verbal, debe entenderse como el comportamiento competente de
------¡~~~i~~~-dr·H~I•:.)\·nlanos, 1978
1975.
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hablantes que han internalizado y reanalizado una serie de patrones
marcados en la lengua castellana; por consiguiente, los datos son propios de un esquema distinto que forman estructuras sistematizadas.
4. Existen casos en los cuales se evidencia una serie de efectos pragmáticos como la determinación de la deixis espacial, tales como el
encabezamiento oracional de complementos verbales.
5. Semánticamente la cultura andina se verbaliza a través de una importante carga léxica (topónimos, antropónimos, núcleos nominales
y verbales de origen quechua, entre otros) que resemantiza y recategoriza a los núcleos verbales y nominales. Tal es el caso de la consideración del cerro como entidad humana que está involucrada en la
vida del hombre caralino.
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