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Transcript
BEATIFICACIÓN DE SANTA TERESA DE JESÚS
Guión para un diálogo que nos ayude a preparar el IV Centenario.
Acto organizado por el Excmo Ayuntamiento de Alba de Tormes,
siendo alcaldesa María Concepción Miguélez Simón.
En el Teatro de la Villa, el día 11 de mayo de 2012.
1 – BEATIFICACIÓN Y CANONIZACIÓN
1-1 – Historia 1
Santidad
La Iglesia Católica canoniza o beatifica solo a aquellos cuyas vidas estuvieron
marcadas por el ejercicio de las virtudes heroicas y solamente después de que esto ha
sido probado.
El verdadero origen de la canonización y beatificación se encuentra en la
doctrina católica del culto, invocación e intercesión de los santos. Como fue enseñado
por San Agustín, los católicos, mientras que únicamente a Dios le dan adoración
estrictamente, honran a los santos debido a los dones Divinos sobrenaturales que les han
ganado la vida eterna, y a través de los cuales ellos reinan con Dios en el Cielo como
Sus amigos escogidos y fieles servidores.
Se objeta en ocasiones que la invocación a los santos se opone al hecho de que el
único mediador es Cristo Jesús. Hay, sin ninguna duda “un mediador entre Dios y los
hombres, el hombre Cristo Jesús.” Pero Él es nuestro mediador en su cualidad de
nuestro Redentor común; pero Él no es ni nuestro único intercesor o abogado, ni nuestro
único mediador por la vía de la súplica.
Santidad de los mártires
En la décimo primera sesión del Concilio de Calcedonia (451) encontramos a los
Padres exclamando “¡Flaviano vive después de la muerte! ¡Que el mártir ruegue por
nosotros!”.
En la carta circular de la Iglesia de Esmirna descubrimos la mención de la
celebración religiosa del día en el cual San Policarpio sufrió el martirio (23 de febrero
de 155); y las palabras del pasaje expresan exactamente el propósito principal que tiene
la Iglesia en la celebración de tales aniversarios:
“Finalmente hemos reunido sus huesos, los cuales son más queridos para
nosotros que las piedras preciosas y más puros que el oro, y los hemos colocado
en donde era importante que reposaran. Y si es posible para nosotros reunirnos
de nuevo en asamblea, quiera Dios concedernos celebrar el aniversario de este
martirio con alegría, de manera que recordemos la memoria de aquéllos que
lucharon en glorioso combate y enseñar y fortalecer con su ejemplo, a aquellos
que vengan después de nosotros.”
1
Texto adaptado, resumido y tomado de Camillus Beccari. Transcrito por Janet Grayson. Traducido y
actualizado por Antonio Hernández Baca. Enciclopedia Católica, ACI-PRENSA.
1
Esta celebración de aniversario y veneración de los mártires era un momento de
acción de gracias y congratulación, una ofrenda y una evidencia de la alegría de
aquéllos que estaban comprometidos.
Santidad de los confesores
La veneración a los confesores -aquellos, que murieron pacíficamente después
de una vida de virtud heroica- no es tan antigua como la de los mártires.
Fue en el siglo IV, como es comúnmente sostenido, que a los confesores se les
dio por vez primera honor eclesiástico público, a pesar de que ocasionalmente eran
alabados ardientemente por los Padres más antiguos y, a pesar de que Sn. Cipriano
declara que fueron merecedores de abundantes recompensas.
La razón de esta veneración recae, sin duda alguna, en el parecido de las vidas
de auto-negación y heroicamente virtuosas de los confesores con los sufrimientos de los
mártires; tales vidas podrían ciertamente ser llamadas martirios prolongados.
Iniciativa de los Obispos
Por varios siglos los obispos, en algunos lugares solo los primados y patriarcas,
podían otorgar a los mártires y confesores honor eclesiástico público; tal honor, sin
embargo, era siempre decretado solo para el territorio sobre el cual tenían jurisdicción
los otorgantes. Así, era solo la aceptación de dicho honor por el Obispo de Roma lo que
lo hacía universal, dado que solo él podía autorizar o mandar en la Iglesia Universal.
Iniciativa de los Papas
Hacia el final del siglo XI los Papas vieron que era necesario restringir la
autoridad episcopal en este punto y decretaron que las virtudes y milagros de las
personas propuestas para veneración pública debían ser examinados en concilios,
particularmente en concilios generales. Urbano II, Calixto II y Eugenio III siguieron
esta línea de acción. Alejandro III (1159-81) prohibió su veneración en estas palabras:
“En el futuro ustedes no presumirán de darle reverencia, tal que, aún si se hubiesen
realizado milagros por él, no se les permitirá reverenciarle sin la autoridad de la
Iglesia Romana”.
Urbano VII publicó, en 1634, una Bula que puso fin a toda discusión reservando
a la Santa Sede no solo su inmemorial derecho de la canonización, sino también la
beatificación.
1-2 – Naturaleza de la Beatificación y Canonización
Definición
La canonización, generalmente hablando, es un decreto concerniendo la
veneración eclesiástica pública de un individuo.
Tal veneración puede ser permisiva o preceptiva, puede ser universal o local.
Si el decreto contiene un precepto, y es universal en el sentido de que
corresponde a toda la Iglesia, es un decreto de canonización.
Si solo permite tal veneración, o si obliga bajo precepto pero no concierne a toda
la Iglesia, es un decreto de beatificación.
2
Normas más recientes
La beatificación es un permiso para venerar, otorgado por los Romanos
Pontífices con restricción a ciertos lugares y a ciertos ejercicios litúrgicos. Es, por lo
tanto, ilícito reverenciar a la persona conocida como Beato públicamente, fuera del
lugar para el cual fue otorgado el permiso, o recitar un oficio en su honor, o celebrar
Misa con oraciones referentes a él o ella, a menos que exista indulto especial.
La canonización es un precepto del Romano Pontífice ordenando la veneración
pública a un individuo por la Iglesia Católica.
Resumiendo, pues, la beatificación difiere de la canonización en que: la primera
implica (1) un permiso para venerar localmente restringido, no universal, lo cual es (2)
un mero permiso y no un precepto; mientras que la canonización implica un precepto
universal.
La canonización por lo tanto, crea un culto el cual es, universal y obligatorio.
1-3 – Infalibilidad Papal y Canonización
¿Es infalible el Papa al expedir un decreto de canonización?
La mayor parte de los teólogos concuerdan con una respuesta afirmativa.
En Quodlib. IX, a 16, Sto. Tomás dice: “Dado que el honor que profesamos a
los santos es en cierto sentido, una profesión de fe, i.e., una creencia en la gloria de los
santos, debemos píamente creer que, en este asunto, también el juicio de la Iglesia está
libre de error.”
Estas palabras de Sto. Tomás son interpretadas como infalibilidad Papal en el
asunto de la canonización.
¿Cuál es el objetivo de este juicio infalible del Papa?
¿Define que la persona canonizada está en el cielo o solamente que ha practicado
las virtudes cristianas en grado heroico?
La opinión generalizada de los teólogos es que lo único que queda definido y lo
único que se necesita indicar es que la persona canonizada está en el cielo.
1-4 – Procedimiento actual de las causas de beatificación y canonización.
1-4-1 – Fase prejurídica.
Tiempo previo
Hasta 1917, el derecho canónico exigía que pasaran por lo menos cincuenta años
desde la muerte del candidato antes de que sus virtudes o martirio pudieran discutirse
formalmente en Roma.
Se trataba así de asegurar que la reputación de santidad de que gozaba un
candidato era duradera y no meramente una fase de celebridad pasajera.
Incluso ahora, suprimida la regla de los cincuenta años, se exhorta a los obispos
a distinguir con sumo cuidado entre una auténtica reputación de santidad, manifiesta en
oraciones y otros actos devotos ofrecidos al difunto, y una reputación estimulada por los
medios de comunicación y la "opinión pública".
3
Fase de promoción
Ésa es, en efecto, una fase de promoción, encaminada a alentar la devoción
privada y a convencer al obispo o al juez eclesiástico responsable de la diócesis, en
donde murió el candidato, de la existencia de una genuina y persistente reputación de
santidad.
Por último, los iniciadores se convierten en "el solicitante" del proceso cuando
piden formalmente al obispo la apertura de un proceso oficial.
1-4-2 – Fase informativa.
Comienzo del Proceso Ordinario
Si el obispo local decide que el candidato posee los méritos suficientes, inicia el
Proceso Ordinario.
Objetivo del Proceso Ordinario
El propósito de ese proceso es suministrar a la congregación los materiales
suficientes para que sus funcionarios puedan determinar si el candidato merece un
proceso formal.
El obispo convoca un tribunal o corte de investigación
Los jueces citan a testigos que declaren tanto a favor como en contra del
candidato.
De aquí en adelante el candidato será llamado SIERVO DE DIOS.
Doble fin de ese procedimiento de investigación
Primero, establecer si el candidato goza de una sólida reputación de santidad.
Segundo, reunir los testimonios preliminares aptos para comprobar si tal
reputación se halla corroborada por los hechos.
El testimonio original es transcrito por acta notarial, sellada y conservada en el
archivo de la diócesis. Unas copias selladas se remiten a Roma por un mensajero
especial del Vaticano.
1-4-3 – Juicio de ortodoxia.
Recogida de escritos para enviar a Roma
El obispo nombra unos funcionarios encargados de recoger los escritos
publicados del candidato; al final, se reúnen también cartas y otros escritos inéditos.
Los documentos se envían a Roma, donde en el pasado eran examinados por
censores teológicos, que rastreaban eventuales enseñanzas u opiniones heterodoxas;
hoy, los censores no intervienen ya, pero los exámenes continúan realizándose.
Obviamente, cuanto más haya escrito el candidato, cuanto más osado haya sido
su intelecto en materia de fe, con tanto más rigor serán escudriñadas sus obras.
4
Como regla general, los disidentes de la enseñanza oficial de la Iglesia son
rechazados sin más rodeos.
Aunque la congregación no cuenta con ninguna estadística sobre los motivos de
rechazos de las causas, los que trabajan allí confirman que el hecho de no haber
superado ese examen de pureza doctrinaria es la razón más frecuente por la que ciertas
causas han sido canceladas o suspendidas indefinidamente.
Desde 1940, los candidatos deben superar otro examen adicional. A título de
revisión preventiva, todos los siervos de Dios deben recibir de Roma el nihil obstat, la
declaración de que no hay "nada reprochable" acerca de ellos en las actas del Vaticano.
1-4-4 – La fase romana.
Roma nombra un Postulador
Es aquí donde empieza la verdadera deliberación.
En cuanto los informes del obispo local llegan a la congregación, se asigna la
responsabilidad de la causa a un postulador residente en Roma. Hay unos doscientos
veintiocho postuladores adscritos a la congregación; la mayoría de ellos, sacerdotes
pertenecientes a órdenes religiosas.
La tarea del postulador consiste en representar a los solicitantes de la causa.
Elección de un abogado defensor
El solicitante necesita también los servicios de un abogado defensor, elegido por
el postulador entre una docena aproximada de juristas canónicos, clérigos y legos,
especializados y en posesión de un permiso de la Santa Sede para ocuparse de las causas
de los santos.
A partir de los materiales suministrados por el obispo local, el abogado prepara
un resumen, encaminado a demostrar a los jueces de la congregación que la causa debe
ser iniciada oficialmente.
Comienza de labor del promotor de la fe o “abogado del diablo”
A continuación, se entabla una dialéctica escrita en la que el promotor de la fe, o
"abogado del diablo", propone objeciones al resumen del abogado defensor y éste
replica.
Ese intercambio suele repetirse varias veces y, a menudo, transcurren años o
incluso décadas antes de que todas las diferencias entre el abogado de la causa y el
promotor de la fe hayan quedado satisfactoriamente resueltas.
Redacción de la “positio”
Finalmente, se prepara un volumen impreso, llamado positio, que contiene todo
el material desarrollado hasta el momento, incluidos los argumentos del promotor de la
fe y del abogado.
La positio la estudian los cardenales y los prelados oficiales de la congregación,
que pronuncian su sentencia en una reunión formal celebrada en el Palacio Apostólico.
Como en el veredicto de un jurado de instrucción, un juicio positivo implica que
hay buenas razones para iniciar el proceso.
5
Decreto de introducción del Papa
Una vez aceptado el veredicto por la congregación, se le notifica al Papa, quien
emite un decreto de introducción, salvo que tenga a su vez razones para denegarlo.
La manera en que lo hace es significativa. Se supone que, si la causa ha resistido
al examen hasta ese punto, cuenta con buenas posibilidades de éxito; pero, aún así,
muchas fracasan.
En consecuencia, para subrayar el hecho de que en esa fase la causa ha recibido
únicamente la aprobación administrativa del Papa, éste no firma el decreto con su
nombre pontificio, por ejemplo, Papa Juan Pablo II, sino que emplea solamente su
nombre de pila: Placet Carolos ("Carlos acepta").
Comienza el Proceso Apostólico
Una vez se ha instruido la causa, pasa a la jurisdicción de la Santa Sede; se la
llama entonces un "proceso apostólico".
El promotor de la fe o sus asistentes elaboran otra serie de preguntas, destinadas
a obtener informaciones específicas sobre las virtudes o el martirio del siervo de Dios.
Esas preguntas se remiten a la diócesis local, donde un nuevo tribunal, esta vez
integrado por jueces delegados de la Santa Sede, vuelve a interrogar a los testigos aún
vivos.
Los jueces tienen también la posibilidad de requerir declaraciones de testigos
nuevos y, en caso de necesidad, éstos pueden incluso ser trasladados a Roma para
contestar a las preguntas.
Se otorga el título de VENERABLE
Como siguiente paso, el postulador y su abogado preparan otro documento,
llamado informativo, que resume de manera sistemática los argumentos a favor de la
virtud o del martirio.
Si se dictamina que el siervo de Dios practicó las virtudes cristianas en grado
heroico o que murió como mártir, se le otorga entonces el título de VENERABLE
1-4-5 – La sección histórica.
En 1930, el Papa Pío XI instituyó una sección histórica, especializada en causas
antiguas y en ciertos problemas que el proceso puramente jurídico no era capaz de
resolver.
En primer lugar, las causas para las cuales no quedan ya testigos presenciales
vivos se asignan a esa sección para su examen histórico; las decisiones sobre la virtud o
el martirio se toman en esos casos mayormente a partir de pruebas históricas.
En segundo lugar, muchas otras causas se remiten a la sección histórica cuando
algún punto controvertido requiere un examen de archivos u otra clase de investigación
histórica.
En tercer lugar, los miembros de la sección histórica investigan, en muy raras
ocasiones, las llamadas causas antiguas para verificar la existencia, origen y continuidad
del culto a ciertos personajes considerados santos, la mayoría de los cuales vivieron
mucho antes de que se instituyera la canonización pontificia.
1-4-6 – Examen del cadáver.
6
Finalidad
A veces se exhuma, previamente a la beatificación, el cadáver del candidato para
su identificación por el obispo local.
Si se descubre que el cadáver no es el del siervo de Dios, la causa continúa, pero
deben cesar las oraciones y otras muestras privadas de devoción ante la tumba.
El examen se realiza únicamente para fines de identificación, aunque, si resulta
que el cuerpo no se ha corrompido, tal descubrimiento puede aumentar el interés y el
apoyo que recibe la causa.
Tradiciones
A diferencia de algunas otras Iglesias cristianas, ante todo la Rusa ortodoxa, la
Iglesia católica romana no considera un cuerpo incorrupto como señal inequívoca de
santidad.
Sin embargo, durante siglos se ha venido creyendo que los cadáveres de los
santos despiden un aroma dulce – el llamado "olor de santidad" – y la incorrupción se
toma por indicio de favor divino.
Esa tradición continúa influyendo en los creyentes, aunque no en los
funcionarios de la congregación.
1-4-7 – Procesos de milagros.
Necesidad de señales divinas
Todo el trabajo realizado hasta este punto es, a los ojos de la Iglesia, el producto
de la investigación y del juicio humano, riguroso pero no obstante, falible.
Lo que hace falta para la beatificación y la canonización son señales divinas que
confirmen el juicio de la Iglesia respecto a la virtud o el martirio del siervo de Dios.
La Iglesia toma por tal señal divina un milagro obrado por intercesión del
candidato.
Pero el proceso por el cual se comprueban los milagros es tan rigurosamente
jurídico como las investigaciones sobre el martirio y las virtudes heroicas.
Objetivo de los milagros
El proceso de milagros debe establecer:
1) que Dios ha realizado verdadera un milagro (casi siempre la curación de una
enfermedad)
2) que el milagro se obró por intercesión del siervo de Dios.
Protocolo ante los milagros
De manera semejante al proceso ordinario, el obispo de la diócesis, en donde
ocurrió el milagro alegado, reúne las pruebas y toma acta notarial de los testimonios; si
los datos lo justifican, envía dichos materiales a Roma, donde se imprimen como
positio.
En la congregación se celebran varias reuniones para discutir, refutar y defender
las pruebas; a menudo, se busca información adicional.
7
Esta vez, el caso lo estudia un equipo de médicos especialistas, cuya tarea
consiste en determinar que la curación no ha podido producirse por medios naturales.
Una vez emitido el juicio correspondiente, se traspasa la documentación a un
equipo de asesores teológicos para que decidan si el milagro alegado se realizó
efectivamente mediante oraciones al siervo de Dios y no, por ejemplo, mediante
oraciones simultáneas dirigidas a otro santo ya establecido.
Al final, los dictámenes de los asesores circulan a través de la congregación y,
en caso de decisión favorable de los cardenales, el Papa certifica la aceptación del
milagro mediante un decreto formal.
Número de los milagros
El número de milagros requeridos para la beatificación y la canonización ha
disminuido con el transcurso de los años.
Hasta hace poco, la regla eran dos milagros para la beatificación y otros dos,
obrados después de la beatificación, para la canonización, si la causa se basaba en la
virtud.
En el caso de los mártires, los últimos Papas han eximido generalmente las
causas de la obligación de comprobar milagros para la beatificación, considerando que
el último sacrificio es de por sí suficiente para merecer el título de beato.
A los no mártires se les sigue exigiendo, sin embargo, dos milagros para la
canonización. Evidentemente, el proceso debe repetirse para cada milagro.
1-4-8 – Beatificación.
Actos previos
Previamente a la beatificación, se celebra una reunión general de los cardenales
de la congregación con el Papa, a fin de decidir si es posible iniciar sin riesgo la
beatificación del siervo de Dios.
La reunión guarda una forma altamente ceremoniosa, pero su objetivo es real.
En los casos de personajes controvertidos, tales como ciertos Papas o mártires
que murieron a manos de Gobiernos que aún siguen en el poder, el Papa puede
efectivamente decidir que, pese a los méritos del siervo de Dios, la beatificación es, por
el momento, "inoportuna".
Si el dictamen es positivo, el Papa emite un decreto a tal efecto y se fija un día
para la ceremonia.
Celebración
Durante la ceremonia de beatificación se promulga un auto apostólico, en el cual
el Papa declara que el siervo de Dios debe ser venerado como uno de los beatos de la
Iglesia.
Tal veneración se limita, sin embargo, a una diócesis local, a una región
delimitada, a un país o a los miembros de una determinada orden religiosa.
A ese propósito, la Santa Sede autoriza una oración especial para el beato y una
misa en su honor.
Al llegar a este punto, el candidato ha superado ya la parte más difícil del
camino hacia la canonización.
8
Pero la última meta le queda aún por alcanzar. El Papa simboliza ese hecho al no
oficiar personalmente en la solemne misa pontificia con que concluye la ceremonia de
beatificación, sino que, después de la misa, se dirige a la basílica para venerar al recién
beatificado.
En la celebración se le otorga el título de BEATO.
1-4-9 – Canonización.
Actos previos
Después de la beatificación, la causa queda parada hasta que se presenten – si es
que se presentan – adicionales señales divinas, en cuyo caso todo el proceso de milagros
se repite.
Las fichas activas de la congregación contienen a varios centenares de beatos,
algunos de ellos muertos hace siglos, a quienes les faltan los milagros finales,
posbeatificatorios, que la Iglesia exige como signos necesarios de que Dios sigue
obrando a través de la intercesión del candidato.
Cuando el último milagro exigido ha sido examinado y aceptado, el Papa emite
una bula de canonización en la que declara que el candidato debe ser venerado (ya no se
trata de un mero permiso) como santo por toda la Iglesia universal.
Celebración
Esta vez el Papa preside personalmente la solemne ceremonia, expresando con
ello que la declaración de santidad se halla respaldada por la plena autoridad del
pontificado.
En dicha declaración, el Papa resume la vida del santo y explica brevemente qué
ejemplo y qué mensaje aporta aquél a la Iglesia.
En la celebración se le otorga el título de SANTO.
2 – BEATIFICACIÓN DE SANTA TERESA DE JESÚS
2-1 – Señales previas
2-1-1 – El olor del cuerpo muerto de la Santa
Testimonio de la Madre María de San Francisco, en las Informaciones de Medina:
“Era tan grande el olor, que echaba de sí el cuerpo de nuestra Santa, después
de muerta, que teniendo la puerta reglar abierta, y estando allí todas las
religiosas con nuestros velos y velas blancas, y después de haber besádole los
pies el señor don Sancho de Ávila y caballeros eclesiásticos con los religiosos y
Órdenes, y la gente del pueblo, y mirándole a los pies se decían unos a otros
(porque los tenía resplandecientes como un nácar): - ¡Señores, esto es cosa del
cielo! ¿No notan este olor tan divino que sale de esta Santa? ¡Lleguen, lleguen y
huelan! – A este punto llegó un simple hombre, criado de nuestra casa, y,
después de haberla besado los pies, delante de todos, alzó la voz, y dando
palmadas con las manos, dijo: - ¡Válgame Dios, señores, y cómo huelen los pies
de esta santa! ¡A zamboas, a limones, a cidras, a naranjas y a jazmines! – con
9
que quedamos todos admirados de ver, que hubiese advertido tanto aquel
simple”.2
2-1-2 – El cuerpo incorrupto
Este es el testimonio del P. Rivera:
“Abrieron el ataúd a 4 de julio de 1583, nueve meses después del entierro, y
hallárosle quebrado por encima, y medio podrido, y lleno de moho, con mucho
olor de mucha humedad que tenía, porque para poner las piedras habían
echado primero cal sobre él, y aquella humedad pasó abajo. Los vestidos
también estaban podridos, y oliendo a humedad. El santo cuerpo estaba lleno de
la tierra que había entrado por el ataúd, y también lleno de moho, pero sano y
entero como si entonces lo acabasen de enterrar, porque como nuestro Señor en
la vida le guardó enteramente de toda deshonestidad con perfectísima
virginidad, así después de la muerte le guardó de toda corrupción, y no quiso
que tocasen los gusanos al que los ardores de la deshonestidad habían
perdonado”. 3
2-2-3 – Se toman reliquias de su cuerpo
“Pero antes de hacerse esto (vestir el cadáver de la Santa con nuevos hábitos
una vez que fue desenterrada), le quitó la mano izquierda el P. Provincial, y él
mismo la llevó después a Lisboa, y la puso en el monasterio de Descalzas, que
poco antes allí se había fundado”. 4
2-2 – El proceso de la Beatificación
Cualquier proceso de beatificación lleva consigo una elevada carga documental,
y en el caso de Teresa de Jesús, no es menos. Por tanto sólo mencionaremos algunos de
los principales pasos que se dieron.
2-2-1 - Publicaciones previas
Teresa era querida por los españoles, no sólo por los que podríamos llamar
“pueblo llano” sino por personajes relevantes de su época, algunos tan destacados como
el propio monarca Felipe II, o María de Austria (1528-1603) hermana del rey, quien
abogó para que los escritos de Santa Teresa se publicaran inmediatamente.
Será Fray Luis de León el encargado de realizar tal tarea bajo la supervisión del
Consejo Real. También a petición de la emperatriz este autor empieza a redactar una
“Historia de la vida, muerte, virtudes y milagros de la Santa Madre Teresa de Jesús.
Libro Primero”. Que aunque no se publica hasta 1583, ya circulaba en forma de
manuscrito.
No tardan en aparecer otras:
En 1590 “Vida de la Madre Teresa de Jesús”, de los jesuitas Pedro de
Ribadenaira y Francisco de Rivera.
2
Citado por José de la Mano y Benaite en su libro Santa Teresa de Jesús en Alba de Tormes, página 301
Idem, página 323
4
Idem, página 324
3
10
En 1606 el jerónimo Diego de Yepes publica “Vida, virtudes y milagros de la
Bienaventurada virgen Teresa de Jesús”.
En 1609 en Roma aparece en latín un “Compendio de la bienaventurada virgen
Teresa de Jesús” de Juan de Jesús María.
En 1611, el padre Jerónimo Gracián, muy cercano a Teresa, publica en
Bruselas una “Declaración en que se trata de la perfecta vida y virtudes heroycas de la
B. Madre Teresa de Jesús y de las fundaciones de sus monasterios”.
En 1613 se publica la primera vida gráfica de Santa Teresa bajo la dirección de
Adrien Collaert y Cornelio Galle. Esta colección condicionó toda la iconografía
teresiana posterior como punto ineludible de referencia para artistas, pintores,
escultores… Pocas obras han influido tanto en el arte teresiano. Se editó en Amberes
bajo la técnica del grabado.
2-2-2 – El Papa de la Beatificación
Pablo V (Camillo Borghese). Nacido en Roma, el 17 de septiembre de 1550;
electo el 16 de mayo de 1605; muerto el 28 de enero de 1621.
Aunque se enorgullecía de llamarse a sí mismo un "romano", como leemos en la
fachada de San Pedro y en su epitafio, Borghese descendía de una noble familia de
Siena y alegaba tener parentesco con Santa Catalina.
Pablo V tuvo el honor de dar los toques finales a la Basílica de San Pedro, que
había estado construyéndose por un siglo.
Canonizó a San Carlos Borromeo y a Santa Frances de Roma.
Beatificó a Ignacio Loyola, Francisco Xavier, Felipe Neri, Teresa de Jesús, Luis
Bertrand, Tomás de Villanova e Isidro de Madrid.
Sus restos fueron depositados en la magnífica capilla Borghese en la Basílica de
Santa María Mayor, donde su monumento es admirado universalmente. 5
2-2-3 – Proceso de Beatificación
Las gestiones para su beatificación empiezan en fecha temprana, 1591, y será el
obispo de Salamanca, Jerónimo Manrique Figueroa, quien las inicie.
Desde Roma fue el Padre Jerónimo Gracián de la Madre de Dios quien
transmite al Papado este deseo.
Pablo V lee el compendio antes mencionado de Juan de Jesús María, corregido
por Jerónimo Gracián, en el que se recogían los testimonios pertinentes (milagros,
testigos…).
En 1595 comienza oficialmente el proceso de la Beatificación.
En 1604 se inicia el procedimiento con la autoridad apostólica. A su término
Roma se decide dar “luz verde” a la causa de Beatificación.
Para la justificación formal del procedimiento jurídico religioso, setenta galeras
parten de Génova, al mando del Gran Almirante de la flora, Don Carlos Doria, para
llevar a España el anuncio de la Beatificación de la Madre Fundadora del Carmelo
Reformado
2-3 – La celebración de la Beatificación
5
Datos tomados de James F. Loughlin. Transcrito por Gerald Rossi
11
Santa Teresa de Jesús fue beatificada en Roma el día 24 de abril de 1614, por el
Papa Pablo V.
Ese día el Papa Pablo V firmó el BREVE DE BEATIFICACIÓN DE LA
SANTA MADRE. De este Breve recogemos estas palabras:
“Así pues, Nós, examinada con atención esta causa, por medio de
nuestros venerables hermanos los Cardenales de la Santa Iglesia Romana,
deputados para los sacros Ritos, a quienes encomendamos su estudio y oído su
consejo favorable a estas peticiones. Concedemos que en adelante se pueda
celebrar en todos los monasterios e iglesias de dicha Orden de Carmelitas
Descalzos y por todos los religiosos de ambos sexos el oficio y la misa de la
Bienaventurada Teresa como de Virgen, el día de su glorioso tránsito, esto es, el
día 5 del mes de Octubre y que en la villa de Alba, diócesis de Salamanca, en el
monasterio y en la iglesia en que se guarda el cuerpo de la Bienaventurada
Teresa, puedan todos los sacerdotes, tanto seculares como regulares, rezar y
celebrar el oficio y la misa respectivamente en honor de la dicha Beata Teresa,
según las rúbricas del Breviario y del Misal romanos, gracia que, en virtud de
Nuestra autoridad apostólica y por las presentes letras, concedemos a
perpetuidad, sin que obsten las Constituciones y Ordenaciones apostólicas, ni
cosa alguna en contrario”.6
3 – LAS FIESTAS DE LA BEATIFICACIÓN
Para conocer la relación de lo que ocurrió en las fiestas de la Beatificación de
Santa Teresa, hay que acudir al resumen que realizó el Padre Diego de San José,
carmelita, en su “Compendio de las solemnes fiestas que en toda España se hicieron en
la beatificación de N.D.M. Teresa de Jesús… Dirigido al Illmo. Señor Cardenal M.
Illmo Vicario de Nuestro Santísimo Padre y Señor Pablo V y protector de toda la
Orden” Madrid 1615.
Es la época barroca especialmente prolija en cuanto a las manifestaciones
festivas del ámbito religioso.
Son destacables las relacionadas con la beatificación y canonización de los
santos.
En todas ellas podemos encontrar puntos comunes: himnos, procesiones, o
manifestaciones de un carácter más “profano”.
Hemos querido estudiar los ejemplos de Medina del Campo y de Valladolid, ya
que además de ser relevantes por su carácter de fundaciones directas de Santa Teresa,
como veremos, son especialmente interesantes y “novedosos” por la manera en que
ellos se festejó su beatificación. 7
En Medina estudiaremos la decoración que se dio al templo de las carmelitas,
que si bien es algo común en todas estas fiestas, aporta un curioso ejemplo de
iconografía carmelitana.
En el caso vallisoletano sin embargo, destacó más el uso que se hizo de algo
indefectiblemente unido a estas festividades, la arquitectura efímera.
3-1 – Las fiestas en el convento de Medina del Campo
6
Boletín Oficial de la Diócesis de Salamanca, 1914, página 153
Los datos que corresponden a las fiestas de Medina del Campo y Valladolid están tomados de un trabajo
de Ana Cristina Valero Collantes, de la Universidad de Valladolid
7
12
El relato de la fiesta es extenso. Hemos tomado algunos extractos que
consideramos más interesantes y en los que el P. Diego de San José nos muestra el
punto de vista más “profano” de estas celebraciones:
“La misma tarde que fue 25 de mayo ordenaron una gran demostración de
regocijo en las iglesias con general repique de campanas, fuegos y por la villa
con muchos fuegos y luminarias mandaron al corregidor que se pusiesen no
sólo en plazas y calles públicas, sino también en casas particulares…”.
No obstante, atenderemos más a aquellos datos que nos da sobre el aderezo del
templo de San José. Comenta:
“Llegó el tiempo de la fiesta principal, adornamos nuestra iglesia lo mejor que
nos fue posible, colgase de damascos toda la delantera de la casa y iglesia y el
pórtico de ella hubo un muy curioso altar lleno de muchas cosas harto ricas y
curiosas. Toda la iglesia estuvo colgada de telas y por la parte alta de la
cornisa se pusieron por orla o cenefa dos órdenes de muy buenos cuadros tan
iguales y bien dispuestos que hacían una vista muy grande y devota… De más
de dos altares colaterales se levantaron en la capilla mayor otros dos, no sólo
para el adorno de la iglesia y para acomodar en ellos algo de las muchas joyas,
agnus y reliquias que había, sino también para las misas que en toda esta
octava se fueron diciendo sin haber hora desocupada, contentándose siquiera
con decirla en esta iglesia ya que no se las podían decir de la Santa, aunque
esto no se si algunos se dejaron llevar del ímpetu de su devoción…
Exaltar mayor se acrecentó otro tanto en ambos lados y todo estuvo lleno de
una inmensidad de cosas preciosas como son grandes reliquias de santos”.
Quizá lo más interesante desde el punto de vista iconográfico, es qué tema se
elige para adornar el retablo principal:
“… Iban subiendo del altar algunas gradas que hacían forma de un muy rico
tronco, cubríalo un dosel de brocado… Estaba Nuestra Madre Santa Teresa
debajo de este dosel y en lo más alto del trono que causaba particular devoción
y ternura a todos… De los pies de la Santa nacía un arbolito a modo de una
parra que iba enlazando sus bástigas en los balaustres de las andas, y el fruto
que llevaba eran muchos medios cuerpos de religiosos y una letra que iba
haciendo ondas por los vástagos decía De fructu manuum suarum plantavit
vineam. Estaba por extremo vistoso y grave y campeaba todo maravillosamente
con las muchas velas que ardían siempre en sus candelabros de plata…”.
3-2 – Las fiestas en el convento de Valladolid
En este caso veremos como el pequeño tamaño del templo de las carmelitas, fue
ápice para celebrar la beatificación de una manera “especial”. Hemos acudido otra vez a
la obra del Padre Diego de San José para tomar los datos principales de los festejos
vallisoletanos. Nos dice lo siguiente:
“… Para lo cual se ordenó un certamen poético y con ocasión de su publicación
lo hicieron de las fiestas por todas las calles y plazas de la ciudad no personas
13
de cualquier calidad sino que con público y solemne acompañamiento llevaba
un pendón D. Alonso Nuño chantre de la Iglesia Catedral acompañado de los
grandes y titulados que aquí había…”.
Sin duda el punto más interesante es el referido a la celebración en torno al
convento:
“… y la de las religiosas nuestras que estaba mas a mano es muy pequeña y
parece que fuera lograrlas menos bien si allí se hicieran: se fabricase de nuevo
una iglesia de madera tan capaz cuanto era menester para sólo este efecto… en
breves días a poder de dinero y diligencia una iglesia de madera junto a las de
las madres tomando la calle que hace testero a la que llaman Real de pared a
pared, que tiene suficiente anchura, y diéronle de largo 145 pies en proporción
del ancho. Hízose tan firme y salió tan constante de todas sus partes y tan
vistosa como si hubiera de durar para siempre. Y así el azar que tuvo fue sólo
mirarse de prestado y que se había de volver a deshacer pasada la ocasión cosa
que a todos causaba tanta mayor lástima cuanto que la obra era más excelente
en todo género. Estuvo adornada de brocados y en ella se celebraron los divinos
oficios con gran solemnidad…”.
Aunque no se conserva resto alguno de esta construcción, nos ha perecido muy
interesante aportar este “curioso” dato a la hora de celebrar estas fiestas, que muestra
hasta qué punto llegó el fervor e interés de la ciudad por honrar a la Reformadora del
Carmelo.
3-3 – Las fiestas literarias
La beatificación fue celebrada en toda España con numerosos festejos.
Señalemos algunos perfectamente reseñados:
En 1615, en Córdoba, se celebraron fiestas teresianas como lo atestigua la
“Relación de las fiestas que se hicieron en Córdoba a la Beatificación de Santa
Teresa” impresas por el Licenciado Juan Páez de Valenzuela, en 1615.
También en 1615 se publica en Salamanca la “Relación de las fiestas de la
ciudad de Salamanca en la Beatificación de Santa Teresa”, por don Fernando
Manrique de Luján.
Fueron frecuentes los certámenes literarios, en los que participaron algunos de
loa más destacados nombres del Siglo de Oro español, como Miguel de Cervantes con
su soneto “Los éxtasis de la bienaventurada Madre Teresa de Jesús” o Luis de
Góngora (bajo el seudónimo de “Vicario de Trasierra”) con el romance titulado “De la
semilla caída”, en la ciudad de Córdoba.
Detengámonos, por poner un ejemplo, en Luis de Góngora. 8
J.M. de Cossío, en su “Anecdotario incompleto de don Luis de Góngora” nos
transmite un poema interesante: “A la beatificación de Santa Teresa de Jesús hizo don
Luis este romance en nombre del Vicario de Trasierra, aldea de Córdoba, en Sierra
Madre”. De este poema de 104 versos recordamos algunos que cantan algunos aspectos
de la personalidad de la Beata:
8
Datos y texto adaptado tomado de un trabajo de Ignacio Salvador Ayesterán, profesor agregado de
Lengua y Literatura del I. B. “Salcillo” de Alcantarilla (Murcia)
14
Escritora:
“Tanto y tan bien escribió
que podrá correr parejas
su espíritu con la pluma
del Prelado de su Iglesia,
pues abulenses los dos,
ya que iguales en letras,
en nombre iguales, él fue
Tostado, Aumada ella”.
Ascética y mística:
“¡Oh, con plumas de sayal
penitente, pero bella,
carmelita jerarquía
gloria de la nación nuestra!
¡Oh, cuán muda, que procedes!
¡Oh, cuánto discurres lenta!
¿Qué mucho si es tu instituto
cantar bajo y calzar cuerdas?
……………
perdona si desatado
mi pobre espíritu en lengua,
metal no ha sido sonoro,
muda caña si de aquella
santa, de familias madre”
Reformadora:
“De esta, pues, virgen prudente
……………
a la Beatificación,
laureada hasta las cejas,
ha convocado Córdoba
sus Lucanos y Sénecas”.
4 – LOS FRUTOS DE LA BEATIFICACIÓN
1615
El 7 de octubre, el pueblo albense hizo el Voto de celebrar su fiesta patronal
el día de Santa Teresa. Así lo recogen las crónicas:
“Y así mismo acordó la dicha Villa, y Clerezia, y tierra, de feriar el día
de su fiesta... con voto perpetuo para siempre jamás, y les fue dado poder
y commission en forma para hazer el dicho voto y juramento solemne…
Prometieron y juraron... que desde el presente día en adelante para todo
el tiempo del mundo y siempre jamás auran y tendrán... por día de fiesta
y feriado el que se contara cinco días del mes de Octubre de cada un año
15
en que la Beatitud del mismo nuestro Santísimo Padre Pavlo Papa V, por
su breve especial mando celebrar su fiesta de la misma Santa Madre
Teresa de Jesvs, y lo guardaran como los demás días festivos que la
Santa Iglesia Romana manda guardar, cessando de todos los actos
judiciales y labores ordinarias de días de trabajo”. 9
1617
Las Cortes generales y extraordinarias eligen por Patrona de España,
después del Apóstol Santiago, a Santa Teresa de Jesús.
1622
El 12 de marzo, Santa Teresa es Canonizada por el papa Gregorio XV
1626
Las Cortes vuelven a elegir a Santa Teresa como Patrona de España. El
Secretario de Estado y del Despacho de Gracia y Justicia comunica a la Junta
Superior:
“Que desde luego tenga todo su efecto el Patronato de Santa Teresa de
Jesús a favor de las Españas, decretado en las Cortes de 1617 y 1626, y
que se encargue a los M. RR. Arzobispos y RR. Obispos, y a los Prelados
de cuerpos y territorios exentos, dispongan acerca de la solemnidad del
rito de Santa Teresa lo que corresponda en virtud de este Patronato”.
1726
El papa Benedicto XIII instituye la fiesta de la Transverberación de Santa
Teresa
1876
El 27 de agosto, con la presencia de San Enrique de Ossó y Cervelló se funda
en Alba la Hermandad de Santa Teresa. Así se publicó en el periódico:
“D. Enrique de Osó organizó una peregrinación a Alba de Tormes de
4.000 personas, en aquellos tiempos, que viajar en ferrocarril hasta
Salamanca, se hacía con verdadero sacrificio. Cataluña, Valencia y
Aragón volcaron todo el entusiasmo teresiano conocido hasta entonces.
Los tres días que se celebraban las fiestas de la Transverberación de
Santa Teresa de Jesús, fueron para Alba de Tormes de gloria
inenarrable, aquel año de 1876, y el día 27 de agosto quedó constituida
la Hermandad de Santa Teresa de Jesús en Alba de Tormes”.
1886
El obispo Cámara publica el Decreto del papa León XIII proclamando a Santa
Teresa Patrona de toda la Provincia Eclesiástica de Valladolid.
1898
El 18 de enero, se inicia la construcción de una Hospedería teresiana.
“En Alba de Tormes, al mismo tiempo que con la generosidad de los
católicos del universo mundo, empieza a levantarse una grandiosa
Basílica al Serafín del Carmelo, Teresa de Jesús, constrúyese, junto a la
9
El texto completo se encuentra en la revista “La Basílica Teresiana”, nº 15, del 15 de diciembre de
1898, página 476
16
iglesia de San Pedro, una gran hospedería para albergar los peregrinos
que vayan a visitar el glorioso sepulcro de la Doctora española y el
soberbio monumento que la piedad le está levantando”.10
1898
El 1 de mayo, Mons. Fray Tomás de Cámara y Castro pone la primera
piedra de la Basílica Teresiana.
En una cajita de plomo, dentro de la cual se depositaron varias monedas y
ejemplares del Boletín Eclesiástico, del Boletín Oficial de la provincia, de la
Revista La Semana católica y el diario de Salamanca El Lábaro, fue incluida el
acta de la ceremonia. Dice así:
“Año del Señor MDCCCXCVIII, día primero de Mayo, se colocó y
bendijo por el Obispo de Salamanca D. Fr. Tomás Cámara y Castro, del
Orden de San Agustín, esta primera piedra de la nueva Basílica
dedicada a Santa Teresa de Jesús en la villa de Alba de Tormes, siendo
Papa León XIII y Regente del Reino Dª María Cristina, en nombre de su
Augusto hijo D. Alfonso XIII, la cual designó para representarla en este
solemne acto al Excmo. Sr. Duque de Tamales – El Duque de Tamales. –
Fray Tomás, Obispo de Salamanca. – José Tomás, A. A. de Ciudad
Rodrigo. - Por el Cabildo Catedral de Salamanca, D Francisco Jarrín,
Magistral. – S. Santos Ruiz Zorrilla, Alcalde de Alba. – Por el R. P.
Provincial de Carmelitas, Fr. Sebastián de Jesús, María y José, Prior de
Salamanca. – Fr. Emeterio de San José, Prior de Alba. – Juan Antonio
Ruano, Arcipreste-Párroco de Alba. – El Arquitecto, F. Mª Repullés”.11
1914: III Centenario de la Beatificación
El 23 de enero, fiesta de San Ildefonso, el vicario provincial y superior de los
Carmelitas de Madrid, P. Fr. Miguel de la Sagrada Familia, comisionado por el
Definitorio de la Orden para organizar las fiestas del Centenario de la
Beatificación de la Santa, concluía su mensaje a los españoles con estas
palabras:
“¡¡Españoles!! A Ávila y Alba a vitorear a Santa Teresa; a inflamar en
su amor nuestros pechos; a reaccionar la Patria; a orar por la Iglesia y
por la España; a reconstituir nuestra historia; a conmemorar la
Beatificación de Santa Teresa de Jesús; a encabezar el porvenir con un
beso a la Cuna y con una lágrima incrustada en el marmóreo Sepulcro
del Serafín del Carmelo, honor de la Iglesia y gloria de España, santa
Teresa de Jesús
¡A Ávila de los Caballeros! ¡A Alba de Tormes, donde están nuestras
esperanzas y nuestros amores, el centro unitario de nuestros afectos, y el
espíritu nato y puro de la Patria que nos honra, de la bandera que nos
cubre y de la historia que nos afama!
¡A Ávila y Alba! ¡A la Cuna y al Sepulcro de Santa Teresa de Jesús!”.12
1914
10
Se publica esta noticia en la revista “El Iris de paz” el día 18 de enero de 1898
Se publica esta noticia en la revista “La Basílica Teresiana”, nº 8, de 15 de mayo de 1898
12
El texto completo se encuentra publicado en el Boletín del Obispado de Salamanca del año 1914,
página 70
11
17
El 7 de marzo el papa San Pío X concede gracias especiales para celebrar el
III Centenario de la Santa. Estas son sus palabras:
“Ahora a fin de que dichas solemnes fiestas resulten más provechosas
para vosotros y para los demás fieles, concedemos indulgencia plenaria
de todos sus pecados, cuatro veces en el curso del año 1914, a los fieles
que cumplieren lo prescrito por la Iglesia para ganar estas gracias a los
que en particular o junto con otros visitaren una de las siguientes
iglesias:
la iglesia de los Carmelitas Descalzos de Ávila, donde nació Santa
Teresa;
La iglesia de las Carmelitas Descalzas de Ávila, donde dio principio a la
reforma de su Orden;
La iglesia de las Carmelitas calzadas de Ávila, en el lugar donde moró
muchos años la Santa;
La iglesia de las Carmelitas Descalzas de Alba, donde reposa su sagrado
cuerpo.
Concedemos también indulgencia plenaria a los que asistieren a los
Triduos o novenas que se celebran en honor de la Santa en las iglesias u
oratorios públicos y semipúblicos de la primera, segunda y tercera
Orden de los Carmelitas Descalzos”.13
1914:
Avance del programa de las fiestas centenarias en Alba de Tormes
“1 – Entrada solemne de las peregrinaciones en Alba de Tormes,
escoltadas por una cabalgata vestida a la usanza del país, cantando el
himno de la peregrinación.
2 – Misa de comunión general
3 – Misa pontifical con sermón
4 – Después de la comida y un corto descanso, visita a las reliquias y
lugares notables.
5 – Fiesta en la basílica y procesión
6 – Iluminaciones y algún número de diversión honesta y típica del país,
como danzas charras, etc.
7 – A la mañana siguiente, misa de comunión, y después del desayuno,
salida de la peregrinación cantando el himno, precedido de una
despedida ante el cuerpo de la Santa. La salida de cada peregrinación
coincidirá con la entrada de otra”.14
El himno de peregrinación oficial en el III Centenario de su Beatificación y en el
IV Centenario de su Nacimiento, con la letra y la música de Manuel del
Santísimo, fue el siguiente:
“VIVA, VIVA LA GRAN SANTA, / LUZ DIVINA, LUZ DEL CIELO, /
ESPLENDOR DE TODA ESPAÑA, / SOL HERMOSO DEL CARMELO.
ALABARTE ES NUESTRA HONRA, / IMITARTE NUESTRO CIELO, /
ACLAMARTE NUESTRA DICHA, / Y ENSALZARTE NUESTRO
ANHELO.
Tu corazón de serafín, / produjo un río de amor sin fin, / herido el
nuestro para sentir / dulces incendios de amor por tí.
Cantemos pues, / cantemos pues tu lema constante, / cantemos pues: /
“O morir o padecer”.
13
14
Boletín Oficial de la Diócesis de Salamanca. 1914, página 152
Boletín Oficial de la Diócesis de Salamanca. 1914, página 77
18
El himno de los peregrinos valencianos en el III Centenario de la Beatificación,
con la letra de Florián del Carmelo y Música de Gonzalo de Santa Cecilia, dice:
“OH VIRGEN DE CASTILLA, / PUES DESFALLECES DEL MAL DE
AMORES, / AQUÍ TE TRAEN TUS HIJOS / OFRENDAS PURAS DE
SUS FERVORES.
En Ávila mecieron / tu linda cuna los serafines.
En Alba vigilaron / tu postrer sueño los querubines.
De la cuna al sepulcro / fue tu divisa, fue tu delirio: / o padecer de
amores / o por tu Esposo sufrir martirio”.
1914
Del 16 al 23 de agosto, se abre el sepulcro de la Santa para la veneración de
la Orden Carmelitana. Así lo resume el acta oficial:
“Estuvo expuesto en el mismo Camarín alto, donde fue adorado por los
Padres y hermanos de la Comunidad de esta villa, y por otros Padres y
hermanos de la Comunidad de esta villa, y por otros Padres que vinieron
de otros conventos de esta Provincia y de las otras Provincias de la
Orden de España; todos ellos en presencia de Nuestro Reverendísimo
Padre General, el cual cerró todos los días el camarín después del acto
de adoración, y conservó en su poder la llave, a fin de que nadie pudiera
entrar”.
1914
El 28 de agosto, se abre, de nuevo, el sepulcro para la veneración del pueblo.
El P. Manuel Diego, carmelita y albense, lo cuenta así:
“A las 9,30 de la mañana, entrada en la clausura del monasterio de
varias autoridades locales, acompañadas del delegado del General de la
Orden, para abrir de nuevo el Sepulcro. El arca de plata fue llevada al
coro bajo del monasterio y allí fue expuesto el cuerpo de Santa Teresa a
la veneración del pueblo. Así hasta las 5 de la tarde en que, previo el
levantamiento de un acta eclesiástica y otra notarial de esta segunda
apertura del sepulcro, el arca de plata con el cuerpo de Santa Teresa,
estando ya presente el Vicario General de la diócesis, fue devuelto al
camarín alto y colocado en la urna sepulcral de mármol”.
1922
El 4 de marzo, la Universidad de Salamanca concede a Santa Teresa el título
de Doctora “Honoris Causa”. Así lo cuenta “La Basílica Teresiana”:
“Se celebraba el III Centenario de la Canonización de Santa Teresa.
Con este motivo vienen a Salamanca los Reyes de España Don Alfonso
XIII y Doña Victoria Eugenia. En un acto literario, en la Universidad de
Salamanca, se leyó la concesión del título de Doctora Honoris Causa a
santa Teresa.
Al día siguiente los reyes visitaron Alba de Tormes. El arzobispo de
Valladolid Remigio Gandásegui ofreció a la Santa el birrete doctoral,
auténtica obra de arte de la orfebrería española, regalado por las
mujeres españolas mediante suscripción nacional. Doña Victoria
Eugenia, con pulso tembloroso, colocó el birrete en la cabeza de la
imagen de Santa Teresa. Don Alfonso XIII colocó en la mano derecha de
19
la imagen una pluma de oro que él mismo regalaba como homenaje a la
santa escritora. El escenario fue la basílica en construcción”.
1963
En agosto, la Corporación Municipal de Alba de Tormes nombra a Santa
Teresa Alcaldesa de la Villa.
1965
El 18 de septiembre, con el Breve Pontificio “Lumen Hispaniae”, Pablo VI
proclamaba a Santa Teresa de Jesús Patrona de los escritores españoles sin
distinción específica alguna por el tema tratado en sus obras o la naturaleza de
sus trabajos. En el Breve encontramos estas palabras:
“Con oportuno acuerdo los escritores españoles han manifestado el
deseo de acogerse a su patrocinio. Y así los señores cardenales,
arzobispos y obispos, ministros y miembros de las reales academias,
rectores de universidades, directores de ateneos, sociedades y entidades
literarias, recordando el IV Centenario de la Reforma Teresiana, nos
han suplicado que nombremos patrona de los escritores españoles a esta
ilustrísima Virgen.
Para que aquellos en quienes recae la mayor responsabilidad de los
libros y revistas tengan a quien volver los ojos en tan importante tarea y
encuentren refugio donde ampararse, Nos accedemos gustosamente a
este ruego. Así pues, oído el parecer de la Sagrada Congregación de
Ritos, tras conocimiento cierto y madura deliberación, con la plenitud de
nuestra Autoridad Apostólica, en vigor de este Breve y de una vez para
siempre, nombramos y declaramos a la virgen SANTA TERESA DE
JESÚS PATRONA PRINCIPAL DE LOS ESCRITORES ESPAÑOLES,
con todos los honores y privilegios litúrgicos que corresponden a los
patronos principales de organizaciones y asociaciones”.15
1970
El 27 de septiembre, en Roma, el papa Pablo VI proclama a Santa Teresa
Doctora de la Iglesia Universal. En su homilía el Papa habló así:
“¿De dónde le venía a Teresa el tesoro de su doctrina? Sin duda alguna,
le venía de su inteligencia y de su formación cultural y espiritual, de sus
lecturas, de su trato con los grandes maestros de la teología y de
espiritualidad, de su singular sensibilidad, de su habitual e intensa
disciplina ascética, de su meditación contemplativa, en una palabra de
su correspondencia a la gracia acogida en su alma, extraordinariamente
rica y preparada para la práctica y para la experiencia de la oración.
Pero¿ era ésta la única fuente de su eminente doctrina? ¿ O acaso no se
encuentran en Santa Teresa hechos, actos y estados en los que ella no es
el agente, sino más bien el paciente, o sea, fenómenos pasivos y sufridos,
místicos en el verdadero sentido de la palabra, de tal forma que deben
ser atribuidos a una acción extraordinaria del Espíritu Santo?”.
1981
15
Publicado en Foro Historia en Libertad, 15 octubre 2010
20
El 17 de septiembre, parte de Medina del Campo la primera Marcha Teresiana
que organiza la Hermandad de Santa Teresa, según una idea original del albense
Eladio Briñón Domínguez.
1982
El 1 de noviembre, el papa Juan Pablo II visita el sepulcro de Teresa de Jesús
en Alba de Tormes para clausurar el IV Centenario de su Muerte. En la Dehesa,
ante la gran multitud, dijo el Papa:
“Yo os animo por ello, cristianos de Alba de Tormes y de la diócesis de
Salamanca, a seguir haciendo vida un mensaje en el que tanta parte ha
tenido el alma de vuestro pueblo… Os llamo a que tengáis “ánimos para
grandes cosas”, como los tuvisteis en el pasado, pero únicamente en la
experiencia teresiana del amor de Dios encontraréis fuerzas y libertad
para ellas, “porque no tendrá ánimo para cosas grandes quien no
entiende que está favorecido por Dios… Yo os pido que ensanchéis el
alma, que “no apoquéis los deseos”. Abríos al futuro. Arriesgaos como
Teresa de Jesús, de quien no me resisto a citar estas palabras: “Importa
mucho y el todo… una grande y muy determinada determinación de no
parar hasta llegar, venga lo que viniere, suceda lo que sucediere, trabaje
lo que trabajare, murmure quien murmurare, siquiera llegue allá,
siquiera muera en el camino o no tenga corazón para los trabajos que
hay en él, siquiera se hunda el mundo”.
CONCLUSIONES
1 – El amor de Dios sigue presente en la vida de los hombres. Santa Teresa
escribió lo que no sabía e hizo lo que no podía.
2 – Los santos son para nosotros modelos de vida e intercesores.
3 – Superando su propio tiempo, los santos siguen marcando el ritmo de la
historia. Santa Teresa ha marcado la vida, fiestas y costumbres de nuestro pueblo.
4 – En el entorno de las celebraciones de los santos la fe se hace cultura y los
hombres, creyentes o no, se congregan para celebrar la fiesta.
5 – En estas ocasiones se mantiene una armonía y colaboración entre las
autoridades religiosas y las civiles.
6 – Los milagros bíblicos continúan aconteciendo en la historia de los
hombres. Cada vez que se celebra una beatificación o una canonización, excepto en el
caso de los mártires, hay detrás un milagro.
Por todo ello los creyentes y los albenses debemos dar infinitas gracias a Dios.
Florentino Gutiérrez Sánchez. Sacerdote
www.semilacristiana.com
Salamanca, 5 de mayo de 2012
21