Download gracias, teresa de jesús! - Fundación Enrique de Osso
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Dice el Papa Francisco en Evangelii Gaudium 71, que la presencia de Dios acompaña las búsquedas sinceras que personas y grupos realizan para encontrar apoyo y sentido a sus vidas. Él vive entre los ciudadanos promoviendo la solidaridad, la fraternidad, el deseo de bien, de verdad, de justicia. Esa presencia no debe ser fabricada sino descubierta, desvelada. Dios no se oculta a aquellos que lo buscan con un corazón sincero, aunque lo hagan a tientas, de manera imprecisa y difusa. Hoy queremos reconocer esa presencia de Dios entre tantas personas, gestos y proyectos solidarios y fraternos que hacen posible la vida de FundEO y el cumplimiento de sus fines. Queremos agradecer ese enriquecimiento mutuo recibido durante estos 10 años entre personas y culturas con un mismo corazón teresiano, y celebrarlo juntos. Lo hacemos con palabras de Enrique de Ossó y sobre todo con su espíritu animoso y entregado para todo lo que él descubría que era bueno para “los intereses de Jesús”. ¡GRACIAS, JESÚS DE TERESA! ¡GRACIAS, TERESA DE JESÚS! Con el corazón lleno de gratitud y elevando nuestros ojos al cielo con profundo reconocimiento, repetimos una y mil veces al reunirnos en este día: ¡Gracias, Jesús de Teresa! ¡Gracias, Teresa de Jesús! Porque a pesar de nuestra pequeñez, a pesar de mil obstáculos y dificultades, podemos celebrar con felicidad, estos diez años de vida de la Fundación que lleva mi nombre, y saludar con confianza y emprender con nuevos alientos y mayor entusiasmo la nueva etapa que comenzamos. ¡Sí, gracias mil, Jesús de Teresa!, porque con la memoria del corazón y la presencia y nombres de tantas personas que han conocido FundEO y se han comprometido con los más necesitados a través de ella, has bendecido nuestra empresa atrevida, -superior a nuestro talento y a nuestras fuerzas-, consagrada a dar a conocer y a colaborar más y más entre españoles y extranjeros, como única familia y hermandad, en esta obra de tu Corazón. Tuya es la obra comenzada, Jesús bueno; perfecciónala, pues reconocemos en verdad que no el que planta es algo ni el que riega, sino Tú, Dios de bondad y fuente de todo bien, que das el crecimiento; y gracias también a tantas personas que en unos lugares han plantado, en otros han regado, en otros ponen en juego toda clase de esfuerzos y medios, como decía Teresa de Jesús “eso poquito que puedo y es en mí”, para que esta obra crezca, y así crezca el bien que deseamos para quienes acuden a FundEO buscando mejorar las condiciones de vida y, sobre todo, una educación para el desarrollo personal y de sus comunidades y pueblos que, como hijos de Dios y con toda la dignidad humana, merecemos las personas. Continúa, Jesús bueno, dispensándonos tu favor y gracia para, con nueva luz y acierto, proseguir esta obra tuya en la que hemos buscado no nuestros intereses, sino los tuyos y los de quienes han sido tus preferidos en la tierra. No nos queda más que agradecer sin parar, porque no hay música que tan suavemente recree tus oídos, Jesús, como este cántico de acción de gracias, ni que más beneficios derrame sobre nuestras almas y las de todos. ¡Gracias, pues, infinitas, Jesús de Teresa! ¡Dejadnos repetir esta palabra eucarística hasta que se sacie nuestro corazón y se desahogue, pues siente el peso inmenso de las innumerables gracias que cada día derramáis, Jesús y Teresa, sobre nosotros y sobre las obras que llevan el nombre de Teresa de Jesús o mi nombre como servidor tuyo. Gracias, infinitas gracias, porque con el concierto que hizo Teresa de que “mire Él por mis cosas y yo por las suyas”, hemos aprendido a dejar en manos de Dios lo que Él ha puesto en las nuestras, trabajando en la mayor escala posible a la vez, y suplicándoos con san Agustín, que nos deis lo que mandaréis, y nos mandéis lo que quisieréis, que no volveremos las espaldas con vuestro favor y ayuda, y no pararemos hasta extender el reinado de vuestro conocimiento y amor por todo el mundo, por medio de esta obra muy querida de tu corazón que es FundEO. Más fácil sería reducir a cuento todas las estrellas del cielo, que contar uno por uno todos los beneficios que hemos recibido del Señor en estos diez años. Abrumados, confundidos, anonadados por el peso inmenso de tanta gracia recibida, sólo podemos repetir sin cesar, a las puertas de tu corazón: ¡Gracias, infinitas gracias, Jesús de Teresa! ¡Gracias, infinitas gracias, Teresa de Jesús! ¡Ojalá este saludo y este cántico de acción de gracias, que sale de corazones profundamente agradecidos, sea el medio más eficaz para conservar las gracias recibidas y merecer cada instante otras mayores! Así FundEO seguirá siendo en medio del mundo una pequeña señal de que queremos anunciar y defender la vida y asumir opciones y proyectos que promuevan la justicia, la paz y el cambio social como lo haría Jesús hoy: “Pensar como Jesús, sentir como Jesús, amar como Jesús, obrar como Jesús, conversar como Jesús, hablar como Jesús, conformar, en una palabra, toda nuestra vida con la de Cristo, revestirnos de Cristo Jesús, he aquí el único negocio y ocupación esencial, primera de todo cristiano, entrando en los sentimientos, afectos, deseos, intenciones de Cristo Jesús, para hacerlo todo en unión con Él. Quien tal haga, y todos lo debemos hacer, se transformará en Jesús y podrá decir con el Apóstol: Vivo yo, mas no yo, que Cristo vive en mí. Aquí por gracia, que es prenda de la futura gloria que se nos promete si imitamos a Jesús, y en aquella vida de arriba, que es la vida verdadera”. Todo por Jesús. (Adaptación del agradecimiento de Enrique de Ossó por una de sus obras. Revista teresiana Núm. 12, Septiembre de 1873, Núm. 132 Septiembre 1883. Y “Un mes en la escuela del Sagrado Corazón de Jesús”, de Enrique de Ossó)