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REPTILES. 08 » » » » » » » » » » ingiere en la clavícula y es por consiguiente de una considerable longitud : por medio de sus contracciones todo el aparato huesoso está tirado hacia atrás y un poco abajo,de modo que disminuyendo la distancia entre los dos cabos de este largo cartílago elástico, queda este órgano corvo, y la piel de la garganta y del vientre se extiende por encima, de la misma manera que el tafetán de una sombrilla sobre sus ballenas, cuando está abierta. Estas partes vuelven á su estado natural, por la acción de los músculos siguientes. Del borde de la rama lateral anterior se levanta un músculo, que está inserto casi en toda la longitud de la base de la quijada inferior; otro toma su origen en la parte anterior del medio del hueso hioides y se inserta en la siniisis de la quijada (ó barba). Se vé claramente que la contracción de estos músculos lleva hacia delante toda la parte huesosa del (pequeño) aparato (huesoso) á su estado de quietud ordinaria. » » » » » » » En estas acciones cooperan otros músculos de una importancia secundaria, que no se pudieran describir y demostrar sino con mucha dificultad, como son, por ejemplo, las fibras musculares que pasan de un apéndice lateral al otro, casi en toda su longitud, para guardarles en su posición relativa y ayudarles en las acciones, que acabo de describir. He disecado con el mayor esmero ocho ó diez individuos de especies diferentes y jamás he encontrado nada que pudiese hacerme sospechar que estos animales puedan hinchar esta bolsa, ni tampoco la mas pequeña abertura, por donde pueda pasar el aire. » Efectivamente, en los Anolis no existe vestigio alguno de la bolsa, en que pueda entrar el aire para producir el papo, como lo ha observado M. Bell, cuyas investigaciones están perfectamente acordes con las nuestras, por lo que toca á la construcción del aparato hioideo. La apófisis media posterior no nos ha parecido menos huesosa, por su naturaleza, que las ramas laterales, ni creemos que sea de una sola pieza, sino formada por dos troncos, estrechamente reunidos por el tejido celular circundante. Como parecen indicarlo también las figuras 1 d y 15 de M. Bell, esta apófisis no se extiende precisamente hasta cerca la mitad del vientre, sino que se pierde insensiblemente en el tejido celular subcutáneo de la parte media del esternón. En cuanto al mecanismo de la dilatación del papo, nos parece que la contracción de las fibras del músculo esternohioideo no puede hacerse de un modo bastante fuerte para producir por sí sola una corvadura tan grande de la apófisis media posterior, y una salida tan considerable de la piel. No se puede explicar fácilmente una acción tan aislada en un músculo, casi sustraído al imperio de la voluntad, y por otra parte, la extensión de esta acción parece que debe ser limitada por el antagonismo del músculo geniohioideo. Mas si se atiende al gran número de pliegues longitudinales de la porción cervical de la faringe y á su salida, se buscará quizás, como le hemos hecho nosotros, el sitio principal del fenómeno que presenta en ciertas circunstancias la garganta del Anolis. En efecto, puede ser que en las emociones vivas de estos animales, los músculos de la lengua, de las quijadas y casi todos los del cuerpo se contraigan de una manera repentina y espasmódica, independiente de la voluntad. En tal caso, la lengua se adhiere á la abertura del paladar, é impide la salida del aire expelido de los pulmones por la contracción de los músculos del abdomen, y como el aire no puede salir por las ventanas de la nariz, se evade por la sola salida que encuentra libre, que es la faringe, cuya cavidad le recibe un momento. En seguida dilátalos pliegues de este órgano y levanta el hioides, la piel y el tejido celular déla región yugular, tanto como lo permite laílexibilidad de las apoíises medias posteriores del hueso hioides, hasta que, pasada la emoción, los músculos se remiten, la apófisis media posterior, volviendo á su corvadura natural, comprime la faringe y arroja el aire contenido en las fauces, como sucede en igual caso á los Batracianos, en los que se observa también, hasta cierto punto, algo de análogo al papo de los Anolis. Muchos de estos últimos igualan á lo menos al camaleón en hacer variar los colores de su piel. Sus dientes son cortantes y divididos, como los de los Iguanas y de los polleros. Wagler, hablando del número de dientes de los Dactiloas *, dice : Los dientes de abajo son siempre mas de cincuenta. Mas si Wagler ha querido indicar el número de dientes que hai en cada lado de las quijadas superior é inferior, es sin duda excesivo el que señala; y si al contrario ha querido dar el 1 Obra cilada.