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EVALUACIÓN DE LA MICORRIZACIÓN MEDIANTE RIEGO ESPORAL
EN PLANTA DE DOS SAVIAS DE Quercus faginea, Q. ilex, Q. pyrenaica, Q.
suber y Castanea sativa CON DIFERENTES HONGOS MICORRÍCICOS
I. ESCUDERO; H. DÍAZ; C. MARTÍNEZ; J. MISIEGO; R. GUERRAS; V. FERNÁNDEZ;
V. PANDO; R. SIERRA; P. MARTÍNEZ-ZURIMENDI
Departamento de Producción Vegetal y Silvopascicultura
E.T.S. de Ingenierías Agrarias. Universidad de Valladolid
Avda. de Madrid, nº 44. 34004 PALENCIA
Telf. 979 10 84 25 FAX: 979 10 84 40
e-mail de contacto: [email protected]
RESUMEN:
Se presentan los resultados de la inoculación micorrícica realizada en varias especies
de frondosas de interés forestal de dos savias mediante riego esporal con diferentes especies
de hongos micorrícicos de las mismas. Las especies inoculadas han sido Quercus faginea,
Quercus ilex, Quercus pyrenaica, Quercus suber y Castanea sativa. La evaluación de la
micorrización en diferentes momentos del desarrollo de la planta ha dado resultados positivos:
el porcentaje de raíces micorrizadas es pequeño en todos los tratamientos pero sensiblemente
superior a los testigos no inoculados. Asimismo, se han apreciado en ocasiones crecimientos
significativamente mayores en las dimensiones de las plantas frente a testigos sin inocular,
fruto de las inoculaciones realizadas.
P.C.: riego esporal, inoculación, micorrización.
SUMMARY:
The results of the artificial inoculation through esporal irrigation at several species of
broadleaves two years age are described. Quercus faginea, Quercus ilex, Quercus pyrenaica,
Quercus suber and Castanea sativa has been inoculated. The control of the mycorrhizal at
several stage in the breeding of the plants has been positive: the percentage of mycorrhizal
apex are low in all the treatments but significantly higher that in non-inoculated plants. Also
has been observed significantly differences between treatments.
K.W.: esporal irrigation, artificial inoculation, mycorrhizal.
INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS:
Ante el requerimiento de los viveristas productores de Fagáceas de desarrollar
métodos sencillos de micorrización, se hace necesario elaborar una técnica que pueda ser
ejecutada fácilmente, con bajo coste económico y garantía de éxito en campo, cómo es el caso
de la inoculación con caldo esporal (CARRILLO & DÍAZ, 1999). Con este fin, se ensayó
dicho riego esporal en algunas de las especies más solicitadas: Quercus faginea Lam.,
Quercus ilex L., Quercus pyrenaica Willd., Quercus suber L. y Castanea sativa Mill.
A su vez, el recientemente aprobado Plan Forestal de Castilla y León plasma la
intención de repoblar 500000 ha de terrenos agrarios con un ritmo anual de 20000 ha. Ésto,
unido al fuerte incremento de peticiones de forestación por parte de propietarios privados, al
amparo del Plan Europeo de Reforestación de Tierras Agrarias de la PAC, obliga al control y
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cumplimiento de los mínimos de calidad exigidos por la Administración regional a instancias
de la Unión Europea (OSORNO, 2002). La supervivencia de la planta a corto y medio plazo
en estos terrenos agrícolas es complicada. Por todo ello, se hace necesario desarrollar esta
técnica de inoculación que pueda ser ejecutada por un viverista con sencillez.
El objetivo principal del ensayo buscó lograr la micorrización en planta de vivero de 2
savias. El éxito de dicha micorrización se valoró mediante un análisis directo de los ápices de
las raíces y comparando los crecimientos de las plantas inoculadas con el crecimiento de las
plantas testigo. Además se trató de identificar el o los tratamientos que fueran
significativamente mejores que el resto.
MATERIAL Y MÉTODOS:
Material vegetal y fúngico:
Las plantas de las distintas especies arbóreas señaladas anteriormente fueron
transplantadas con una savia en diciembre de 2001, desde su bandeja original (de 350 cm3 por
contenedor)a contenedores de 3.5 l desinfectado y con turba esterilizada (HONRUBIA et al.,
1995) para facilitar la infección micorrícica.
Estas plantas fueron inoculadas con distintas especies de hongos que fueron recogidos
en bosques naturales de cada especie arbórea, seleccionando posteriormente, de entre todos
los recolectados, aquellos hongos con interés comercial, o que pudieran suponer un beneficio
demostrable al crecimiento de las plantas. Las especies empleadas para cada especie arbórea
fueron las siguientes:
-Q. Faginea: Hebeloma edurum Metrod, Xerocomus subtomentosus (L.:) Fr. y Boletus
aereus Bull.: Fr.
-Q. Ilex: Amanita ovoidea (Bull.: Fr.) Quélet, Boletus impolitus Fr., Scleroderma
meridionale Demoulin & Malençon y Hebeloma edurum Métrod.
-Q. Pyrenaica: Amanita caesarea Scop., Boletus aereus Bull., Scleroderma
polyrhizum Gmel. y Xerocomus ferrugineus Schaeff.
-Q. Suber: Boletus appendiculatus Schaeff., Boletus erythropus Fr., Lactarius
chrysorrheus Fr., Paxillus involutus (Batsch) Fr. y Xerocomus ferrugineus Schaeff.
-C. Sativa: Boletus erythropus Fr., Xerocomus badius (Fr.: Fr.) Gilb., Paxillus
involutus (Batsch) Fr., Boletus pinicola (Vitt.) Venturi y Boletus aereus Bull.: Fr.
Técnica de inoculación:
La técnica de inoculación elegida fue el riego esporal (HONRUBIA et al., 1992) dada
su sencillez de aplicación y preparación.
Una vez obtenido el caldo esporal, éste se conservó a una temperatura de 0ºC, hasta el
momento de realizar los riegos esporales, que se efectuaron en tres tandas espaciadas entre si
una semana (PEÑUELAS, 1996). La dosificación, se calculó a partir del conteo de esporas
mediante cámara Thoma y microscopio. Esta dosis se mantuvo entre 105 y 108 esporas por
planta (HONRUBIA et al., 1995).
Diseño experimental y mediciones realizadas:
Sobre cada especie arbórea se realizaron los siguientes tratamientos: riegos esporales
individuales con las diferentes especies fúngicas seleccionadas; un testigo sobre turba estéril;
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y un testigo sobre turba sin esterilizar. El diseño para cada especie arbórea se distribuyó en
cinco columnas con dos repeticiones de cada tratamiento por columna, situadas en dos
bloques diferenciados y aleatorizados con la única condición de no poder estar en contacto
dos tratamientos iguales. De esta manera cada tratamiento estaba presente en 10 plantas.
Se realizaron en todas las plantas cuatro mediciones de la altura y el diámetro,
espaciadas un mes una de otra ( de Marzo a Junio de 2002).
El porcentaje de micorrización se obtuvo mediante un recuento de ápices micorrizados
en una muestra de cinco plantas para cada tratamiento, según la técnica empleada en el Centro
de Investigaciones Forestales de Valonsadero (Soria) (FISCHER Y COLINAS 1996). Este
recuento se llevó a cabo el mes de Julio de 2002, asimismo para las plantas de Quercus
faginea Lam. se realizó un segundo análisis en el mes de Diciembre de 2002.
Análisis estadístico:
El tratamiento estadístico de las diferentes variables medidas se realizó con el paquete
informático STATISTICA 99´ EDITION. Únicamente se analizaron las plantas que estaban
vivas y que no tenían rebrotes, para evitar interferencias en el estudio de los resultados.
Se ha realizado un análisis de la covarianza de medidas repetidas de un factor intersujetos (tratamiento) en un diseño de bloques cruzados(2X5) y un factor intra-sujetos de
medidas repetidas (mes en tres niveles) y utilizando una covariable (la altura o el diámetro
inicial según la variable a analizar).
El modelo matemático empleado ha sido el modelo MANCOVA para determinar la
variabilidad del crecimiento en altura y diámetro para cada factor
No se consideró significativa la influencia de los factores estudiados en las variables
respuesta cuando el nivel de significación fue superior a 0,1.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN:
Inoculación en Quercus faginea Lam.:
Tras el análisis estadístico, se observó que el crecimiento en altura no se había visto
influenciado significativamente por los diferentes tratamientos. En cambio, Xerocomus
subtomentosus se mostró significativamente (p=0.007) como el mejor tratamiento para
fomentar el crecimiento en diámetro. A su vez, aquellos tratamientos que mayores
crecimientos habían producido en diámetro, se mostraron como los peores para fomentar el
crecimiento en altura.
El tratamiento que presentó unos mayores porcentajes de micorrización fue Boletus
aereus (32% de ápices micorrizados, ver tabla 1). El resto de los tratamientos no bajó del 20
% de micorrización. Las plantas testigo en ningún caso superaron el 10 % de ápices
micorrizados (DÍAZ, 2002).
Tras la segunda medición del porcentaje de ápices micorrizados (diciembre de 2002),
se observó que en todos los casos la micorrización había aumentado hasta lograr en todos los
tratamientos porcentajes cercanos al 40 %. Asimismo, se detectó una importante infección
micorrícica en las plantas testigo sin inocular, presentando unos niveles de micorrización en
torno al 30 %. Esto se debe a la invasión por parte de otros hongos de los ápices que
permanecían sin micorrizar tras la inoculación, prueba de ello fue la aparición de carpóforos
de Laccaria lacata en algunas de las plantas tratadas con diferentes hongos. Este hecho ha
podido ocultar los resultados de micorrización realmente conseguidos con los hongos
inoculados, de forma que han tendido a igualarse en exceso los porcentajes obtenidos. El
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enmascaramiento de la micorrización debida a la inoculación explica el hecho de que los
valores de micorrización detectados no se hayan visto acompañados por un aumento
significativo en las dimensiones de las plantas, tal y como se esperaba. (FERNÁNDEZ, 2003)
Inoculación en Quercus ilex L.:
El crecimiento en altura no resultó ser significativamente distinto entre los diferentes
tratamientos (p=0.15), lo mismo ocurrió con el crecimiento en diámetro (p=0.77). Únicamente
señalar que el crecimiento tanto en altura como en diámetro de las plantas testigo sobre turba
esterilizada se mostró inferior al resto de las plantas del ensayo.
En cuanto al porcentaje de micorrización detectado, se observó que las plantas
inoculadas con Amanita ovoidea presentaron unos niveles de micorrización muy superiores al
resto de tratamientos (62.40 % de ápices micorrizados). El resto de los tratamientos
presentaron unos porcentajes de micorrización aceptables (ver tabla 1). Únicamente
Scleroderma meridionale se mostró con unos porcentajes de micorrización claramente
inferiores al resto de tratamientos. Lo más destacable fue el nivel de ápices micorrizados
detectado en las plantas testigo con turba sin esterilizar (22.60 % de ápices micorrizados) que
superó en algunos casos al nivel de micorrización de plantas inoculadas. Esto produjo que los
crecimientos detectados en plantas inoculadas y no inoculadas fuese similar. En cambio, las
plantas testigo con turba esterilizada presentaron unos porcentajes de micorrización
prácticamente anecdóticos (2.60 %). (MISIEGO, 2002).
Inoculación en Quercus pyrenaica Willd.:
En el rebollo todos los testigos sin esterilizar murieron por falta de humedad del
sustrato. Estas 10 plantas fueron las únicas que se dispusieron sobre sustrato sin esterilizar
que retiene peor el agua.
No existieron diferencias estadísticamente reveladoras en las alturas, aunque se
observó, que todos los tratamientos provocaron crecimientos inferiores al testigo estéril que
creció 4.8 cm. Por el contrario, sobre los crecimientos en diámetro, se experimentó la
situación contraria: todos los tratamientos se mostraron significativamente superiores al
testigo estéril, especialmente Xerocomus ferrugineus que llegó a ser de 4.2 mm.
En cuanto a los porcentajes de micorrización se pudo constatar que todos los
tratamientos provocaron una infección significativa de la planta, siempre por encima del
testigo estéril (6.2 %, ver tabla 1).
Destaca el resultado obtenido para Xerocomus ferrugineus, que se mostró
significativamente peor que el resto de tratamientos (a excepción del testigo sobre turba
esterilizada), pero que sin embargo, provocó los mayores crecimientos en diámetro.
El mayor porcentaje se obtuvo para Amanita caesarea, con un 36% de ápices
micorrizados. (ESCUDERO, 2002).
Inoculación en Quercus suber L.:
Las plantas inoculadas con Xerocomus ferrugineus generaron los mayores
crecimientos tanto en altura como en diámetro, aunque en ningún caso estas diferencias
fueron significativas.
Los porcentajes de ápices micorrizados detectados en las plantas inoculadas fueron en
todos los casos superiores a las plantas testigo. El tratamiento que presentó los mayores
porcentajes de micorrización fue Paxillus involutus (39.24 % de ápices micorrizados, ver
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tabla 1). Las plantas inoculadas con Xerocomus ferrugineus presentaron los menores
porcentajes de ápices micorrizados de todos las inoculaciones realizadas (9.76 % de ápices
micorrizados).(GUERRAS, 2002)
TABLA 1: Tabla resumen de los porcentajes de micorrización detectados en cada especie arbórea analizada para
los diferentes tratamientos inoculados. Las letras asociadas a cada porcentaje de micorrización indican, si las
letras son distintas, diferencias significativas entre las medias de cada tratamiento (para un nivel de significación
p=0,1). TSE: plantas testigo con turba sin esterilizar; TE: plantas testigo con turba esterilizada
Quercus faginea
TRATAMIENTO
B. aereus
H. edurum
X. subtomentosus
TSE
TE
% Micorr. Julio 2002 % Micorr. Dic. 2002
32,03 a
28,13 ab
21,21 c
8,26 d
4,01 d
Quercus ilex
TRATAMIENTO
A. ovoidea
B. impolitus
H. edurum
TSE
S. meridionale
TE
41,32 a
40,91 a
41,89 a
30,56 b
33,3 b
Quercus pyrenaica
TRATAMIENTO % Micorrización
35,69 a
A. caesarea
34,55 ab
S. Polyrhizum
31,89 b
B. aereus
23,61 c
X. ferrugineus
+
TSE
6,18 d
TE
% Micorrización
62,4 a
35,4 b
45 c
22,6 e
15,6 d
2,6 f
Quercus suber
Castanea sativa
TRATAMIENTO
TRATAMIENTO % Micorrización
16 a
B. erythropus
14,5 ab
B. aereus
11 bc
X. badius
10,25 bcd
P. involutus
8,75 cdef
B. pinicola
6,25 cdefg
TSE
9,25 cde
TE
% Micorrización
39,24 a
P. involutus
20,06 b
L. chrysorrheus
14,88 c
B. appendiculatus
11,66 cd
B. erythropus
9,76 de
X. ferrugineus
6,18 ef
TE
4,06 f
TSE
Inoculación en Castanea sativa Mill.:
En el castaño el crecimiento en altura experimentó diferencias estadísticamente
significativas entre tratamientos. El crecimiento más destacado se obtuvo para Xerocomus
badius, siendo este significativamente mejor que el testigo sin esterilizar, Boletus aereus y
Boletus pinicola. Algo similar, pero menos destacable ocurrió para los diámetros, siendo de
nuevo Xerocomus badius el más importante. (MARTÍNEZ, 2002).
El mayor porcentaje de micorrización lo presentó Boletus erythropus, con un 16% de
ápices micorrizados, seguido de Boletus aereus con 14,5%. Ambos tratamientos se mostraron
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estadísticamente mejores que los 2 testigos. Sin embargo, ningún tratamiento consiguió un
porcentaje de micorrización superior al 20 % (ver tabla 1).
Discusión general:
Como notas comunes a todas las especies arbóreas, se han observado una serie de
tendencias en el comportamiento de ciertos géneros de hongos. Así, se observó que las
plantas tratadas con especies del género Xerocomus presentaron los mayores crecimientos a
pesar de detectarse en ocasiones unos porcentajes de micorrización inferiores al resto de
hongos inoculados. De igual manera, las plantas inoculadas con especies del género Amanita
presentaron los mayores porcentajes de ápices micorrizados, aunque esto no se vio
acompañado por un incremento en las dimensiones de las plantas. Finalmente, analizando el
comportamiento de las plantas inoculadas con especies del género Boletus, se observó que su
comportamiento no siguió ningún patrón fijo en cuanto a su influencia en las dimensiones de
la planta.
Asimismo, la esterilización del sustrato de las plantas testigo ha permitido observar
que, en general, la misma retrasó el desarrollo de micorrizas por otros hongos distintos de los
inoculados. En la mayoría de los casos, los porcentajes de micorrización detectados en las
plantas testigo sin esterilizar han sido superiores a los detectados en las plantas testigo con
turba esterilizada. Esto es debido a la permanencia en el sustrato de posibles propágulos
micorrícicos que acaban infectando las raíces de las plantas.
CONCLUSIONES:
El porcentaje de ápices micorrizados en casi todos los tratamientos es más elevado que
en los dos testigos sin inocular. Esto demuestra que la técnica de inoculación ha sido un éxito,
en la mayoría de los casos se han obtenidos porcentajes de micorrización más elevados que el
detectado en las plantas sin inocular. Asimismo, se ha comprobado que la micorrización
incide en el crecimiento en diámetro y altura de las plantas, pero de manera irregular en el
tiempo, y con la especie. Por ello, se considera interesante continuar con el estudio de la
posible evolución de las plantas en campo y estudiar la evolución de los crecimientos para
poder sacar conclusiones más definitivas.
A pesar de todo ello, se observa como tendencia general que las plantas inoculadas
con especies del género Xerocomus presentan los mayores crecimientos en todos los casos en
los que fueron inoculados, a pesar de que en ocasiones el porcentaje de micorrización
detectado no fuese muy elevado. Asimismo, las especies del género Amanita se han mostrado
como especies micorrícicas adecuadas para la inoculación dado el elevado porcentaje de
micorrización detectado en todos los casos en los que aparecieron. En otros géneros de
hongos no se han podido establecer conclusiones tan claras sobre la posible evolución de las
plantas inoculadas con estos hongos. Por ello, se recomienda realizar un seguimiento más a
largo plazo de las mismas para poder analizar más detalladamente esta posible evolución y
poder sacar conclusiones más claras.
Finalmente, se ha comprobado que la contaminación producida por hongos distintos a
los micorrizados ha sido en algunos casos importante, por lo que se recomienda la
esterilización de la turba a emplear en la inoculación cuando se desee reducir esa
micorrización adventicia.
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AGRADECIMIENTOS
La colaboración de Viveros Fuenteamarga que suministró los materiales para el
ensayo y de Juan Andrés Oria de Rueda que comprobó las identificaciones y seleccionó los
hongos más interesantes fueron esenciales para la realización del trabajo.
BIBLIOGRAFÍA:
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