Download s aureus 1
Document related concepts
Transcript
Algunos aspectos que relacionan enfermedades en humanos y las especies de Staphylococcus Daryl S. Paulson BioScience Laboratories, Inc., Bozeman, Montana I. INTRODUCCIÓN Las especies Staphylococcus son las que predominan entre los microorganismos patogénicos encontrados en infecciones post-quirúrgicas en individuos normales, en pacientes inmunocomprometidos y en pacientes hospitalizados durante períodos prolongados. [1] Las especies Staphylococcus fueron algunas de las primeras bacterias patogénicas caracterizadas y, más allá de las infecciones adquiridas en hospitales, ellas son las causas de la mayoría de las infecciones supurativas localizadas en humanos. Los Staphylococcus son células esféricas gram-positivas, con tamaños comprendidos entre 0,5 y 1,5 µm de diámetro. Generalmente son caracterizados al microscopio por su aspecto morfológico de racimo de uvas. El desarrollo de los Staphylococcus es óptimo en condiciones aeróbicas, pero son anaeróbicos facultativos. El rango de temperaturas ideales para su desarrollo está entre 30 y 37°C. Las especies Staphylococcus son inmóviles y no forman esporas. La tabla 1 muestra características bioquímicas distintivas para las seis especies de importancia médica. Las especies Staphylococcus son relativamente más resistentes al calor, así como también a varios antisépticos y desinfectantes, que otros tipos de bacterias patógenas. [4,5]. Por ejemplo, varias especies de bacterias mueren cuando son expuestas a una temperatura de 60ºC por 30 minutos. Sin embargo para una reducción comparable en Staphylococcus spp. puede requerirse una exposición a 80ºC por 30 minutos. Además, a diferencia de otros microorganismos patógenos, las Staphylococcus spp. crecen a 45ºC, son relativamente resistentes al secado y pueden permanecer viables por largos períodos fe tiempo. La mayoría de las Staphylococcus spp. crecen en presencia de 10% de NaCl, y a veces lo hacen en concentraciones de hasta 15% de NaCl. Esto tiene particular relevancia en la industria alimenticia donde el salado es una forma de preservar alimentos. Las especies Staphylococcus, particularmente el S. aureus, son propensas a desarrollar resistencia a los antibióticos. [1] Los Staphylococcus, por naturaleza, no son exigentes en cuanto a requisitos nutricionales para crecer, crecen rápidamente en los medios generales. Este crecimiento es más notorio en agar sangre, comúnmente utilizado para su aislamiento y diferenciación. Crecen rápidamente en forma aeróbica sobre medios sintéticos que contienen aminoácidos y vitaminas, en cambio el crecimiento anaeróbico requiere la adición de uracilo y una fuente de carbono fermentable tal como piruvato. Una variedad de carbohidratos se utilizan aeróbicamente, con producción de ácido (ver Tabla 1). La glucosa es fermentada anaeróbicamente siendo el ácido láctico el producto final primario. La producción de coagulasa es de importancia diagnóstica para el S. aureus. Puesto que las cepas de S. aureus son coagulasa-positivas, mientras que todas las otras cepas han sido reportadas como coagulasa-negativas. [6] II. STAPHYLOCOCCUS AUREUS E INFECCIÓN INTRAHOSPITALARIA A través de los años, la incidencia de las infecciones por S. aureus adquiridas en hospitales ha aumentado. Esto es el agente causante de un 50% de las bacteriemias relacionadas a catéteres, la mayoría de las infecciones adquiridas en hospitales por inserciones de prótesis y la mayoría de los casos de artritis y osteomielitis séptica. [7] III. COLONIZACIÓN El mayor reservorio de S. aureus en humanos es, aparentemente, la parte anterior de las fosas nasales. Llevarlos allí influye en llevarlos en otros sitios anatómicos como ser membranas mucosas, perineo y axilas. Distintos individuos han mostrado albergar S. aureus continuamente o intermitentemente (alrededor del 90% de una población muestreada exhibirá S. aureus intermitentemente). [3] Algunos factores que promueven la colonización son: infección respiratoria, hospitalización prolongada, diabetes, uso de drogas intravenosas, tratamiento con corticosteroides por alergias, exposición a bajas temperaturas y condiciones dermatológicas como la dermatitis atópica y eczema. Los pacientes de edades avanzadas, aun hospitalizados, parecieran no tener niveles altos de colonización. Sin embargo, los individuos que utilizan antibióticos por mucho tiempo han mostrado ser más frecuentemente colonizados por S. aureus Una vez que el individuo es colonizado, la cepa puede pasar de una persona a otra vía contacto con las manos o también por descamación de su piel. La colonización por S. aureus agrega un riesgo de posible auto infección posterior a un procedimiento quirúrgico y/o implante de dispositivo. [1] Las infecciones en el sitio quirúrgico son más comunes en pacientes colonizados por S. aureus que en aquellos sin colonizar, particularmente cuando la densidad de colonización es superior a 1 x 6 10 unidades formadoras de colonias en el área anatómica. Cuando el S. aureus ingresa a un nuevo huésped humano debería ser capaz de adherirse a tejido o a la superficie de un órgano, esto determinará si ocurre o no infección. Cuando hay adherencia ocurre una interacción entre las proteínas estructurales situadas en la pared celular de la bacteria y los sitios complementarios de la célula eucariótica humana. (*) La adherencia se da a través de grupos de proteínas situados en la pared celular de la bacteria llamados componentes superficiales microbianos reconocedores de matrices moleculares adhesivos. Se estima que existen tres principales de estos grupos, dependiendo de si se adhieren a fibronectina, fibrinógeno o colágeno. [5] Los anticuerpos antígeno- específicos del huésped pueden bloquear la unión del tejido con el S. aureus, pero la interacción con la proteína Staph-huésped puede prevenir al sistema inmune del reconocimiento del antígeno bacterial. La unión de varios sustratos de tejidos a la pared celular bacteriana también puede establecerse mediante cargas electrostáticas, el S. aureus tiene carga negativa neta debido a su proteína A y al ácido ribotal-teicoico. De aquí que la prevención a infecciones del huésped es aumentada si se bloquean receptores de proteína mediante anticuerpos. La adherencia de Staphylococcus a coágulos de fibrina es favorecida por la presencia de fibronectina, la unión en este caso es a través de proteínas similares a las presentes en la fibronectina, FnBPA y FnBPB, las cuales tienen áreas específicas de unión a ligandos que reconocen el extremo N o C de la fibronectina. Cuando la fibronectina cubre las superficies el N extremo terminal se une a ciertas cepas de S. aureus. Estas cepas son las que más probablemente causan endocarditis inducida por cirugía; por ejemplo, porque la fibronectina se deposita sobre las células del endotelio valvular traumatizadas por la intervención quirúrgica. Interacciones similares entre otras superficies y S. aureus pueden facilitar infecciones. Los catéteres cubiertos por fibrinógeno favorecen la unión y por lo tanto la infección del sitio de inserción intravenosa. El factor de acople del Staphylococcus, una proteína superficial, se une al fibrinógeno. El S. aureus se une a leperina y otros glucoaminoglicanos a través de dos proteínas básicas de la pared celular bacteriana. Los glucoaminoglicanos están entrelazados con proteínas para formar proteoglicanos que se hallan relacionados con tejido conectivo, membranas basales y superficie de células eucariotas. Aunque estos compuestos se unan a catéteres leperinizados, el enlace no parece ser específico. El S. aureus también genera una cubierta limosa, pero más tarde en la fase de crecimiento y por lo tanto queda en duda si esto favorece la adhesión como ocurre en la primera etapa del ciclo de crecimiento. Actualmente se conocen numerosas exoproteínas producidas por S. aureus, de las cuales algunas no son solamente tóxicas sino que además se las considera factor virulento. Estos antígenos causan la activación de sub-poblaciones de células T con la subsecuente producción de citoquinas que pueden comprometer el sistema inmunológico impidiendo la formación concertada y coordinada del complejo antígeno-anticuerpo. Esto puede provocar enterotoxinas (A, B, C1,2,3, D, E) así como también toxina-1 asociada al síndrome de shock tóxico. El efecto neto es el daño del tejido debido a la actividad de citoquina. [8] Ha menudo se encuentran reacciones menos intensas. Las toxinas exfoliativas epidermolíticas A y B atacan la epidermis causando necrosis epidérmica, como por ejemplo en el síndrome de piel escaldada por Staphylococcus. [9]. Las toxinas que dañan membranas en el sitio de infección (por ej.: toxinas, hemolisinas) son el mayor factor de daño tisular después que la adherencia ha ocurrido. Otras exoproteínas, tales como proteasas, colagenasas, hialuronidasas y lipasas, actúan como aceleradores de virulencia pero no destruyen activamente los tejidos del huésped. (*): En una herida quirúrgica, los microorganismos pueden implantarse directamente sobre órganos y tejidos, usualmente mediante la adherencia de la célula bacteriana a proteínas de plasma que se encuentran dentro de la herida misma. IV. RESISTENCIA A DROGAS La penicilina, descubierta en 1929 por Fleming, fue usada con fines terapéuticos por primera vez en 1941. Los antibióticos relacionados con la penicilina, conocidos como beta-lactámicos, han sido extensamente usados y mostraron ser efectivos para tratar infecciones bacterianas, incluidas las causadas por Staphylococcus spp. El primer reporte de resistencia bacteriana a beta-lactamas se produjo en la década de 1940, cuando se comprobó que extractos de bacterias neutralizaban las propiedades antibacterianas de la penicilina. Poco después, se reportó que cepas de S. aureus eran resistentes a la penicilina, mediante la producción de una enzima capaz de neutralizar la droga, a esta enzima se la denominó penicilinasa (hoy se conoce como betalactamasa). Actualmente esta forma de resistencia es común en un 93% de todos los cultivos clínicamente aislados de S. aureus. Varios Staphylococcus spp. coagulasa-negativos (CoNS) también producen betalactamasa y por lo tanto son resistentes a la penicilina también. [10] El blanco primario de los antibióticos beta-lactámicos es la proteína que forma unión con la penicilina (PBP, en inglés: penicillin-binding protein); éstas son enzimas bacteriales que se hallan ancladas en la membrana citoplasmática, involucradas en la etapa final de síntesis de peptidoglicanos. Son las responsables de la polimerización de las porciones de polipéptido de las cadenas que entrecruzan el peptidoglicano en las especies de S. aureus. La penicilina reduce la formación de “enrejado” de peptidoglicano, inhibiendo así la formación de nuevas paredes. El verdadero blanco letal de las betalactamas nunca pudo ser identificado. Las especies Staphylococcus pueden volverse resistentes a los antibióticos betalactámicos por distintos mecanismos. Pueden hacerlo por mutaciones o, más eficientemente y en forma más relevante desde el punto de vista clínico, adquiriendo un elemento extraño de ADN que codifica para la resistencia a la meticilina. [5] Este factor determinante, conocido como mec, confiere a los Staphylococcus una resistencia intrínseca a todas las betalactamas, incluidas la mayoría de las cefalosporinas y de los carbapenemes. La primera cepa de S. aureus meticilino-resistente (MRSA) fue aislada en 1960, justo después de la introducción de la meticilina en el ámbito clínico. Las cepas de MRSA residen en medios donde hay fuerte y constante presión de antibióticos (por ej.: hospitales y clínicas). Una propiedad adicional que tienen estas cepas es la tendencia a acumular determinantes de resistencias adicionales no relacionadas e incorporarlas a su genoma. Su adaptabilidad y rapidez de respuesta a la selección de antibióticos a llevado a hacerlas resistentes a casi todos los antibióticos comúnmente usados, excepto la vancomicina. Esto constituye un serio problema, la aparición de S. aureus multi-resistente a drogas representa una respuesta consecuente a la presión selectiva que impone la quimioterapia antimicrobiana. [11]. Los antibióticos de la familia de aminoglucósidos, tales como gentamicina, kanamicina, estreptomicina y neomicina, inhiben la síntesis de proteínas bloqueando la sub-unidad 30S de los ribosomas. Estos antibióticos han sido ampliamente utilizados para tratar infecciones de Staphylococcus, y aún siguen siendo útiles combinados con otros agentes anti-Staphylococcus. Sin embargo, la resistencia por parte de los Staphylococcus a los aminoglucósidos está ampliamente documentada. El cloranfenicol es un agente bacteriostático que se une a la sub-unidad 50S de los ribosomas e inhibe la transpeptidación en la síntesis de las proteínas. Aunque este agente no es muy utilizado para tratar infecciones de Staphylococcus, la resistencia al cloranfenicol se debe a la desactivación del antibiótico por la enzima cloranfenicol-acetiltranferasa (CA7). Los macrólidos, tales como eritromicina y oleandomicina; las lincosamidas, tales como lincomicina y clindamicina; y los antibióticos del tipo estreptogramina también tienen efecto bacteriostático sobre Staphylococcus spp. por unión a las sub-unidades 50S de sus ribosomas, frenando la síntesis de proteínas, pero la resistencia a todos estos antibióticos es predominante. La rifampicina también ha sido utilizada para tratar infecciones de Staphylococcus, pero si se utiliza sola rápidamente aparecen cepas resistentes. En conclusión, los Staphylococcus multirresistentes a drogas son universalmente reconocidos como el mayor patógeno nosocomial. Hasta que no se logre una comprensión genético-molecular de los mecanismos de resistencia, se seguirán buscando estrategias y regímenes de tratamiento para reducir el impacto de estos microorganismos. REFERENCIAS 1. JF John, NL Bang. Staphylococcus aureus. In: CG Mayhall, ed. Hospital Epidemiology and Infection Control. 2nd ed. Philadelphia: Lippincott, Williams and Wilkins, pág. 325–345, 1999. 2. RF Boyd. Basic Medical Microbiology. 5th ed. Boston: Little, Brown and Company, pág. 246–262, 1995. 3. HI Maiback, R Aly. Skin Microbiology. New York: Springer-Verlag, 1981. 4. BD Davis, R Dulbecco, HN Eisen, HS Ginsberg. Microbiology. 3rd ed. Philadelphia: Harper & Row, 1980. 5. CA Mims. The Pathogenesis of Infectious Disease. 3rd ed. New York: Academic Press, 1987. 6. WK Joklik, HP Willet, DB Amos, CM Wilfert. Zinsser Microbiology. 20th ed. Norwalk, CT: Appleton and Lange, 1992. 7. DS Paulson. Topical Antimicrobial Testing and Evaluation. New York: Marcel Dekker, Inc., 1999. 8. J Kuba. Immunology. 2nd ed. WH Freeman: San Francisco, 1991. 9. M Schaecter, G Medoff, BI Eisenstein. Mechanisms of Microbial Disease. 2nd ed. Baltimore: Williams and Williams, 1993. 10. D Armstrong, J Cohen, eds. Infectious Diseases, vol. 1. London: Mosby, 1999. 11. AJ Hartstein, ME Mulligan. Methicillin-resistant Staphylococcus aureus. In: CE Marshall, ed. Hospital Epidemiology and Infection Control. 2nd ed. Philadelphia: Lippincott, Williams and Wilkins, pág. 347–364, 1999. 12. BA Freeman. Burrows textbook of microbiology, 22nd ed. Philadelphia: W. B. Saunders Co., 1985. Tabla 1 Las especies de Staphylococcus que interesan desde el punto de vista médico. S. aureus Morfología Tamaño de célula, µm Colonias b Elevación SS. epidermidis S. saprophyticus S. simulans S. hominis a S. haemolyticus 0,8 – 1,0 0,5 – 1,5 0,8 – 1,2 0,8 – 1,5 1,0 – 1,5 0,8 – 1,3 E E LC E C LC T T O T O O 6-8 2-4 5-8 5-7 3-4 4-8 (+) (-) V - V - R G R, G G G G + + + + + + + D + + D + + + V + + + + - - - - - Hemólisis (+) D, - - D, - (D, -) (+) Acetil metilcarbinol + + (+) D, - V +, D Reducción de nitrato + (+) - + + (+) Fosfatasa + + (-) (D) (-) (-) Deoxiribonucleasa + (D) - (D) D, - D, - Ácidos de f carbohidratos Sacarosa + + + + + + Tetrahalosa + - + (+) + + Turanosa (+) V + - (+) D Manitol + - + (+) - V Xilitol - - (+, D) - - - Sensible a antibióticos Novobiocina + + - + + + g V V + V V V Tetraciclina + (+) + V V + Eritromicina + + (+) (+) + + Luz transmitida c Diámetro (mm) Pigmentación d Ác. teicoico en pared e celular Fisiología Crecimiento anaeróbico Crecimiento en ClNa 10% Crecimiento a 45ºC Reacciones bioquímicas Coagulasa Penicilina a Significado de símbolos: sin paréntesis = 90% o más, con paréntesis = 70-89% de frecuencia. + = positivo, D = débilmente positivo, - = negativo, V = variable b E = elevada, LC = levemente convexa, C = convexa T = traslúcido, O = opaco d La pigmentación de colonias varía desde naranja a amarillo-naranja, a amarillo, a gris o blanco con tinte amarillo. e R = tipo ribitol; G = tipo glicerol. f Producción de ácidos en cultivos. g Hay también MRSA (S. aureus resistente a meticilina) con mismo perfil. c Fuente: Datos de W.E. Kloos and K.H. Schleiffer, Internat J. Syst. Bacteriol. 25:62–79, 1975. Traducción: Nicolás Antonio Di Lalla Lic. en Ciencias Químicas UBA Director Técnico de Covidex SRL Agosto de 2014