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CIE–10:
CODIGO AZUL
CODIGO:
FECHA:
2009
El Código Azul es un sistema de alarma que implica el manejo de los pacientes en Paro Cardio-Respiratorio
por un grupo entrenado, con funciones previamente asignadas, con lo cual el procedimiento se efectúa en el
menor tiempo posible y con coordinación entre todos ellos, logrando así la mejor eficiencia y la reducción de
la morbi–mortalidad de los pacientes que se encuentren en Paro Cardio-Respiratorio.
Se aplica este término, no solo para los pacientes que se encuentran en Paro Cardio-Respiratorio
establecido sino también para todos aquellos que por su condición de enfermedad o trauma múltiple tienen
un estado crítico que prevé la inminencia de un Paro Cardio-Respiratorio en los minutos siguientes al
ingreso.
La reanimación cardiopulmonar (RCP) es importante antes y después de las descargas cuando se realiza
inmediatamente después del colapso por Fibrilación Ventricular (FV), duplica o hasta triplica la posibilidad
de sobrevivencia, esta debe proporcionarse hasta que un desfibrilador se encuentre disponible.
La RCP es igual de importante inmediatamente después de las descargas; muchas víctimas presentan
asistolia o actividad eléctrica sin pulso por varios minutos después de la desfibrilación. La RCP puede
convertir estos ritmos a ritmos de perfusión.
No todas las muertes de los adultos se deben a Síndromes Coronarios Agudos y FV, un número desconocido
presenta un mecanismo de hipoxia, como inmersión o sobredosis por drogas. La hipoxia es también un
mecanismo de paro en muchos niños, de los cuales 5-15% tienen FV. Estudios en animales han demostrado
que los mejores resultados para resucitación en paro por hipoxia se han obtenido por la combinación de
compresiones cardíacas y ventilaciones (RCP).
Según las nuevas guías de reanimación de la American Heart Asossiation (AHA), durante la RCP son más
importantes las compresiones torácicas adecuadas (lo suficientemente fuertes como para comprimir un
30% la caja torácica, con adecuado ritmo y con el mínimo de interrupciones posible).
ACTIVACIÓN DEL CODIGO AZUL
La activación permite la reunión de todos los miembros del equipo de reanimación mediante el uso de una
señal sonora o de comunicación, utilizando códigos especiales. La buena respuesta y la efectividad de la
reanimación dependerán en gran parte del método utilizado.
La activación la hará la persona designada por el primero que sospeche un Paro Cardio-Respiratorio o el
primero que lo presencie en cualquier persona del hospital (paciente que no responde al llamado y estímulo
táctil). Se hará mediante altoparlante EXTENSIÓN 201, 101 ó 0 a través del cual se emitirá dos veces el
siguiente mensaje:
“CÓDIGO AZUL EN (SITIO)...
EN (SITIO) CÓDIGO AZUL”
O por llamado en voz alta al personal cercano, en los casos en los cuales esta opción sea la más apropiada,
por ejemplo, la activación de un código azul en urgencias, cuando está disponible todo el personal
asistencial.
Respuesta: La activación del Código Azul por altoparlante generará como respuesta inmediata:
Acudirán a la sala donde está el paciente, los médicos de turno en urgencias y cualquier otro que se
encuentre disponible. Solamente si alguno está realizando una reanimación simultánea seguirá en su sitio
de trabajo.
Las Enfermeras y Auxiliares asignadas al inicio de cada turno para el código azul deberán acudir en forma
inmediata al sitio respectivo, el Jefe de Enfermeria definirá la manera en que estas se desplazarán,
principalmente para apoyar personal de urgencias en las noches o en áreas en las que el personal no sea
suficiente.
En Atención inicial el paciente será llevado a la Unidad de cuidados especiales; en las salas se desplazará el
carro de paro a la habitación donde esté el paciente.
La Auxiliar encargada llevará el desfibrilador al sitio de reanimación.
Los trámites administrativos se aplazan y los implementos requeridos para el manejo de la víctima se
despacharán sin llenar la papelería de rutina exigida. Tales documentos se tramitarán después de finalizada
la reanimación.
Durante la reanimación el equipo actuará de acuerdo a las funciones descritas a continuación, siempre de
acuerdo a las instrucciones del Líder.
EQUIPO DE REANIMACIÓN CÓDIGO AZUL
Integrantes
Líder – Coordinador: El médico del Hospital que llegue primero a la escena del paro o si hay especialista
en el lugar de reanimación se hará el liderazgo en este orden:
Anestesiólogo.
Internista o Pediatra según el caso.
Médico hospitalario
Médico en SSO
Si el médico hospitalario asumió la reanimación desde el principio, conservará el liderazgo hasta el final o a
su juicio delegará en otro de mayor experiencia o un especialista las funciones.
Asistente de Vía Aérea: El segundo médico que llegue o en su defecto un médico en SSO
Asistente de Circulación: El tercer médico que llegue a la escena o persona capacitada a quien se
delegue esta función (solo compresiones torácicas en personal lego o no asistencial).
Asistente de Medicamentos: La jefe de la sala o la primera jefe que llegue o la auxiliar de la sala
asignada al paciente.
Asistente Circulante: Auxiliar designada en cada turno.
Auxiliar de Historia: Un auxiliar de enfermeria.
FUNCIONES DEL EQUIPO
Líder - Coordinador:
-
Solamente Coordina.
Ordena medicamentos.
Vigila e interpreta los monitores.
Asesora y constata que todas las personas cumplan sus funciones.
Se asegura que la vía aérea esté adecuadamente manejada.
Constata que el masaje se haga de una manera efectiva.
Revisa la permeabilidad del acceso venoso.
Puede cambiar las funciones de cualquier miembro del equipo y en caso necesario reemplazarlo.
Es quien toma la decisión de continuar o terminar la reanimación.
Toma decisiones sobre el traslado del paciente a otras áreas.
Decide sobre las interconsultas a otros especialistas y la pertinencia de exámenes y procedimientos de
acuerdo con los protocolos de atención preestablecidos.
- Decide si se llevan a cabo las sugerencias dadas por las personas que se encuentran en la reanimación.
NOTA: Si el número de personas resulta insuficiente, la coordinación estará a cargo del responsable de la
vía aérea.
ASISTENTE DE VÍA AÉREA
Se encarga de escoger el acceso a la Vía Aérea más adecuado de acuerdo a las necesidades del paciente, a
su destreza y conocimiento e indicaciones del líder – coordinador: (Máscara facial-Tubo orotraquealCricotiroidotomía.)
Solicita apoyo del coordinador si no logra permeabilizar la vía aérea o no tiene entrenamiento para hacer el
procedimiento.
Revisa que la vía elegida esté permeable y haya adecuada oxigenación, observando la expansión torácica
adecuada y los signos clínicos así como la pulso-oximetría.
Da ventilación de una manera coordinada con el masaje cardiaco; una vez garantizada la vía aérea por un
método invasivo se puede hacer simultanea.
Revisará que todas las conexiones estén permeables:
Fuente de Oxígeno – Ambú.
Ambú – TOT, Máscara Facial o Máscara Laríngea.
En caso de no estar obteniendo una buena oxigenación revisar:
Posición adecuada del paciente.
Que todos los circuitos estén bien conectados
En Máscara facial que haya un adecuado sello con la cara del paciente, evitando así escapes de aire.
En Tubo Orotraqueal: Posición del Tubo (Esófago, Monobronquial, Faríngeo); Neumotaponador inflado
adecuadamente; Secreciones que estén obstruyendo.
En todos los casos en los cuales no esté obteniendo una adecuada oxigenación descartará:
Desplazamiento del dispositivo.
Obstrucción.
Neumotórax.
Falla de los Equipos.
Tórax inestable.
Taponamiento Cardiaco.
Revisa pupilas y pulsos periódicamente e informa al líder.
ASISTENTE DE MASAJE – CIRCULACIÓN
Verifica signos de Paro Cardiaco:
Inconsciencia.
Ausencia de respiración y movimientos.
Pulso Carotídeo ausente.
Ruidos Cardiacos.
Color de la Piel
Inicia masaje cardiaco.
Cuando desee ser relevado, informa al líder y coordina en voz alta el cambio con el asistente de la vía
aérea, quien será el que lo reemplace, este a su vez asume las funciones de quien lo reemplaza.
Es el encargado de realizar la desfibrilación cuando esté indicado de acuerdo con las instrucciones del líder.
En caso de que el paciente no haya podido ser monitorizado, mantendrá las paletas sobre el paciente para
determinar el ritmo cardiaco después de la cardioversión o desfibrilación.
Verifica cada dos minutos (o cinco ciclos) la respuesta a la reanimación, de manera coordinada con el
asistente de la vía aérea y de acuerdo con las instrucciones del líder.
Mantiene comunicación con el líder. No toma decisiones sin consultarlo.
ASISTENTE DE MEDICAMENTOS
Canaliza vena periférica con catéter grueso (yelco 16 ó 18) así:
En traumatizados: 2 vías
En enfermedad común: 1 vía.
Utiliza Solución Salina o Hartmann de acuerdo con las instrucciones del líder.
Fija la venoclisis y verifica la permeabilidad.
Si el paciente ya tiene vena canalizada revisa la permeabilidad de esta.
Administra los medicamentos ordenados por el líder así:
Por vía venosa, se aplican directos, en bolo y sin diluir: Adrenalina, Atropina, Lidocaina, etc., después de lo
cual pasa bolo de 20 cc. de solución salina 0.9% y eleva la extremidad por 15 – 20 segundos.
Por vía traqueal: diluye en 10cc. de solución salina 0.9% los medicamentos ordenados. Solo pueden
administrarse por esta vía: Lidocaina, Atropina, Naloxona, Adrenalina, Midazolam, Surfactante (LANAMS).
Para Inotrópicos y Antiarrítmicos sigue la guía de diluciones o indicaciones del líder.
Verifica tiempo transcurrido desde la aplicación de la última dosis y el número de dosis de los diferentes
medicamentos que se han repetido durante la reanimación e informa al auxiliar de historia clínica y al líder.
ASISTENTE CIRCULANTE
Permanece atento(a) a las instrucciones del líder.
Retira las ropas del paciente, utiliza las tijeras para esto.
Conecta electrodos, brazalete de presión arterial y oxímetro de pulso para monitorización.
Consigue el desfibrilador.
Pasa sonda vesical y sonda nasogástrica según instrucciones del líder.
Prepara al paciente para todos los procedimientos: asepsia y suministro de elementos requeridos.
Revisa conexiones: catéteres, oxígeno, succión, sondas.
Consigue los elementos o medicamentos requeridos que no se tengan en el área y hayan sido solicitados
por el líder.
Está atento(a) a los demás requerimientos de acuerdo a las necesidades del paciente.
AUXILIAR DE HISTORIA CLÍNICA
Su función es llevar registro secuencial de la reanimación.
Describe en orden las actividades realizadas, medicamentos y dosis aplicadas, tiempos en los que se
aplican, complicaciones y respuesta a las diferentes conductas tomadas.
Debe llevar el tiempo que duran las maniobras e informar al líder cada tres minutos.
Al finalizar la reanimación realiza un informe detallado y lo entrega al líder quien le podrá sugerir
modificaciones.
Una vez finalizada la reanimación y finalizados los trámites administrativos cada uno de los integrantes
regresará a su respectivo lugar de servicio y la jefe de piso o el enfermero coordinador del área de
urgencias serán los encargados de reponer el Stock del carro de paro, con el fin de que esté todo listo para
la próxima reanimación.
ASPECTOS ETICOS.
Los objetivos de la atención cardiovascular de emergencia son preservar la vida, restaurar la salud, aliviar
el sufrimiento, limitar la discapacidad y revertir la muerte clínica.
Las decisiones de la RCP son hechas con frecuencia en segundos por rescatadores, quienes pueden no
conocer al paciente o conocer si existe alguna indicación especial y la administración de RCP puede, algunas
veces entrar en conflicto con los deseos del paciente o con sus intereses.
La mayoría de los pacientes y muchos médicos están mal informados acerca de la naturaleza y el éxito de la
RCP. Solo cerca de un 15 % de los pacientes que se someten a RCP en el hospital sobreviven hasta el alta
hospitalaria. Es más, entre ciertas poblaciones (especialmente aquellos con enfermedades sistémicas graves
no cardiacas, por ejemplo: cáncer metastático, sepsis severa, etc.), la probabilidad de sobrevivir hasta el
alta hospitalaria es casi nula. La cantidad y calidad de sobrevivencia no pueden ser predichas en la fase
temprana después de la resucitación luego de un paro cardiaco.
Las normas éticas y culturales deben ser consideradas en el inicio y en la finalización de un intento de
reanimación. Aunque los médicos deben jugar un rol en la toma de decisión de la resucitación, ellos
deberían ser guiados por datos científicos y las preferencias del paciente.
PRINCIPIO DE AUTONOMÍA DEL PACIENTE
La autonomía del paciente debe ser respetada tanto ética como legalmente, lo cual se asume como que un
paciente puede entender que una intervención involucra su consentimiento o su rechazo. En los pacientes
adultos se presume que tienen capacidad de decisión a menos que estén incapacitados o sean declarados
incompetentes por una corte o por la ley. Las decisiones requieren que el paciente reciba y entienda
claramente la información acerca de su condición y pronóstico, la naturaleza de las intervenciones
propuestas, alternativas, riesgos y beneficios (por ejemplo, la posibilidad de fracturas costales con
adecuada RCP, laceración de órganos internos, continuación de otras terapias agresivas en caso de éxito
con la RCP como UCI).
El paciente debe estar en capacidad de deliberar y escoger entre las alternativas y ser capaz de relatar la
decisión. Cuando la capacidad de toma de decisión está temporalmente alterada por factores como
enfermedad concomitante, medicamentos o depresión, el tratamiento de estas condiciones puede restaurar
dicha capacidad. Cuando las preferencias del paciente son inciertas, la condición de emergencia se debe
tratar hasta que se clarifiquen los deseos del paciente.
Una directiva es una expresión de los pensamientos de la persona, deseos o preferencias acerca de su
forma de morir. Estas se pueden basar en conversaciones, escritos y deseos; la validez de estas depende
de la normatividad vigente al respecto. Las cortes consideran que son más valederos los consentimientos
escritos que los obtenidos en conversaciones.
ACUDIENTES COMO TOMADORES DE DECISIÓN
Cuando un paciente ha perdido la capacidad de tomar decisiones médicas, un familiar cercano o un amigo
serán quienes tomen las decisiones. La ley reconoce el siguiente orden de prioridad para la toma de
decisiones en ausencia de consentimiento previo: 1. Esposo. 2. Hijo adulto. 3. Padres 4. Algún amigo 5.
Persona designada para el cuidado de la incapacidad del paciente. 6. Persona especializada definida por la
ley. El acudiente o responsable debería basarse en las decisiones previamente expresadas del paciente, o
en los intereses del mismo.
Los niños deberían ser involucrados a un nivel apropiado para su estado de madurez y se debería obtener
su consentimiento si son aptos. Aunque los menores de edad no tienen autoridad legal para definir su
propio cuidado excepto en situaciones específicas legalmente definidas (por ejemplo: menores
emancipados), el deseo de un niño “grande” debería ser tomado en cuenta. Si los padres y el niño “grande”
están en conflicto acerca del tratamiento, cada esfuerzo debe ser dirigido a resolver el conflicto.
PRINCIPIO DE INUTILIDAD
Si el propósito de un tratamiento médico no se puede lograr, el tratamiento es considerado inútil. Los
determinantes de inutilidad médica son la duración y la calidad de vida. Una intervención que no pueda
estabilizar e incrementar estos dos aspectos es inútil.
Los pacientes o las familias pueden pedir al médico proporcionar cuidado que sea inapropiado. Los médicos,
sin embargo, no están obligados a proporcionarlo cuando hay consenso social y científico de que dicho
tratamiento es inefectivo. Un ejemplo es dar RCP a pacientes con signos irreversibles de muerte. Los
proveedores no están obligados a dar RCP si no consideran que existen beneficios o expectativas.
Mas allá de estas circunstancias clínicas y de la ausencia de directivas, el intento de resucitación debe ser
ofrecida a todos los pacientes.
Un cuidadoso análisis del pronóstico, de la duración y de la calidad de vida del paciente determinaría si la
RCP es apropiada. Para comenzar, podemos decir que la RCP es inapropiada cuando no hay expectativa de
sobrevida. En condiciones para las cuales el probabilidad de sobrevivir es extremadamente limitada, la tasa
de morbilidad es relativamente alta, y la carga del paciente es alta; aunque de todas maneras los deseos
del paciente o la persona legalmente autorizada para la toma de decisiones debe ser tenida en cuenta.
La no iniciación de resucitación y el cese del sustento de vida durante o después de la resucitación son
éticamente equivalentes, y en situaciones en las cuales el pronóstico es incierto, se debería iniciar
tratamiento mientras se obtiene información que ayude a determinar la expectativa de supervivencia y el
curso clínico del paciente.
NEGAR O DETENER RCP
CRITERIOS PARA NO INICIAR RCP
La evaluación científica muestra que pocos criterios pueden ser predictores con exactitud de la inutilidad de
la RCP. Teniendo en cuenta esta incertidumbre, todos los pacientes en paro cardiaco deben recibir
resucitación a menos que:
- El paciente tenga una orden válida de no hacer intento de resucitación (NIR).
- El paciente tenga signos de muerte irreversibles (por ejemplo: rigor mortis, lesiones incompatibles con la
vida, descomposición o livideces).
- No se puedan esperar beneficios fisiológicos porque las funciones vitales tienen deterioro a pesar de
terapia máxima.
TERMINANDO ESFUERZOS DE RESUCITACIÓN
La decisión de terminar labores de resucitación descansa con el tratamiento médico en el hospital y se basa
en la consideración de factores como el tiempo de RCP, tiempo de desfibrilación, enfermedades
concomitantes, estado previo al paro y ritmo inicial del paro. Ninguno de estos factores solo o en
combinación es claramente predictivo.
El colapso presenciado, inicio rápido de RCP, e intervalo corto de tiempo entre el colapso y la llegada de
profesionales aumenta la probabilidad de una resucitación exitosa.
Hay un numero de características comunes que están asociadas con un pobre resultado luego de un paro
cardiorrespiratorio, la presencia de alguna o varias de ellas influenciara en las determinaciones del líder
coordinador o el equipo de reanimación, acerca de si los esfuerzos posteriores son o no adecuados. Por
ejemplo la persistencia de asistolia por más de 20 minutos o actividad eléctrica sin pulso por una causa no
tratable, paro cardiaco no presenciado, no RCP previa a la llegada al centro de atención, asistolia o actividad
eléctrica sin pulso como ritmos iniciales, paro cardiorrespiratorio sin retorno a la circulación y
comorbilidades importantes.
ÓRDENES DE NO INTENTAR REANIMACIÓN (NIR)
Diferente de otras intervenciones médicas, la RCP es iniciada sin autorización médica, basado en el
consentimiento de tratamiento de emergencia.
El médico tratante debe escribir NIR en la historia clínica y explicar racionalmente los motivos de dicha
orden y alguna otra limitación para el cuidado. Esta última debe contener pautas para intervenciones
específicas de emergencia que puedan surgir (por ejemplo: uso de vasopresores, productos sanguíneos o
antibióticos).
El alcance de una orden de NIR debe especificar las acciones que deben ser negadas. Una orden de NIR no
excluye automáticamente intervenciones como la administración de fluidos parenterales, nutrición, oxígeno,
analgesia, sedación, antiarrítmicos o vasopresores a menos que estos estén incluidos en las órdenes.
La orden verbal de NHIR no es aceptada. Si el médico tratante no está presente, el personal de enfermería
puede aceptar esta orden telefónicamente con el compromiso de que el médico escribirá la orden pronto.
Elaboró:
Dra. Paula Cárdenas B.
Coordinador Medico
Revisó:
Dr. Arcay Rodríguez H.
Coordinador Medico
Aprobó:
Dr. Arcay Rodríguez H.
Coordinador Medico