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10 Junio 2015 Con retrocesos sostenidos Productividad acumularía un descenso de 4% en el periodo 2008 y 2015 La evidencia muestra que la productividad le ha jugado en contra a la economía chilena en los últimos años. En lugar de contribuir a fortalecer el crecimiento del país, está debilitándolo en forma más o menos sistemática y por un tiempo mayor al previsto. En el lapso 2008-14, la productividad total de factores (PTF) experimentó un sostenido descenso, con la sola excepción de los años 2010 y 2012. En 2014 en particular, experimentó una caída de -1,3%, esto es, de una intensidad similar a la observada en los años de la crisis global. El efecto acumulativo en el tiempo de esta caída de la PTF representa un sacrificio de crecimiento de aproximadamente 4 puntos porcentuales en el PIB. En otras palabras, el PIB de 2015 habría sido un 4% superior de no haberse producido esta declinación de la PTF en años anteriores. Para 2015, la CCS ha estimado un nuevo retroceso en la PTF, de alrededor de -0,3% y preliminarmente, consideramos que para 2016 se produciría una nueva caída en el margen. Las estimaciones para 2015 y 2016 asumen un crecimiento del PIB de 2,7 y 3,5%, respectivamente, y de 1% y 1,7% en el empleo. En términos simples, los orígenes del crecimiento del PIB corresponden al crecimiento de los factores productivos (capital y trabajo) y de la eficiencia en que estos factores son utilizados para generar PIB (la productividad total de factores). A esta eficiencia le cabe un rol clave, que es el de impulsar el desarrollo más allá de los recursos directamente involucrados, ya sea por una mejor utilización de ellos o por una mejoría en la calidad. Es, simplemente, haber producido más, con menos. Pese a lo anterior, evaluar solamente el impacto de la caída de la PTF es un ejercicio incompleto. La economía chilena al bajar su productividad, ha eludido seguir el camino inverso, que es subirla, tal como lo ha sido su trayectoria en el largo plazo. Por ello, el efecto es por partida doble: si en lugar de caer en -0,5% promedio por año como efectivamente lo ha hecho, la PTF hubiese subido al mismo ritmo de las últimas décadas (+0,5% por año), el PIB de 2015 sería un 8,4% superior al que efectivamente generará nuestra economía. Esta brecha da cuenta de la importancia que tiene la productividad a través del tiempo. Hay una pérdida de crecimiento que se acumula año a año, cuando la PTF retrocede en forma sistemática. El cálculo en términos de PIB per cápita da cuenta de la relevancia de esta pérdida de la productividad como fenómeno acumulativo. Si la PTF hubiese crecido en 0,5% promedio anual en el lapso 2008-15, el PIB per cápita sería aproximadamente US$ 1.200 superior en 2015, esto es, de US$ 15.929 per cápita, en lugar de los US$ 14.729 que están efectivamente proyectados. Calculada en términos de generación de PIB esta brecha totaliza más de 22 mil millones de dólares de menor producto interno al año 2014 y más de US$ 24 mil millones en 2015, lo que equivale aproximadamente a tres veces la recaudación anual estimada por la reforma tributaria. Comparando con los países de la OCDE para los cuales existen datos actualizados, la productividad en Chile aparece también como un frente debilitado. Es uno de los tres países de menor rendimiento en la PTF en el período 2008-2013, conjuntamente con Bélgica y Nueva Zelanda. Por otro lado, naciones como Estados Unidos y Japón, pese a haber estado sometidos a importantes ajustes en sus economías tras la crisis subprime, ostentan productividades por encima de un 0,5% promedio anual en el período. Naciones ricas en recursos naturales y commodities, como Australia y Canadá, presentan también productividades positivas en el período. Por otra parte, los antecedentes históricos para Chile revelan que los ciclos de caídas en productividad han estado estrechamente correlacionados con períodos de crisis económicas o recesiones. La evidencia internacional muestra lo mismo, en el sentido de que la PTF tiende a mejorar en los períodos de mayor crecimiento económico y viceversa. Hay diversas razones que explican este patrón, entre ellos, el que el ajuste en el mercado laboral puede tender a producirse con algún rezago, aun cuando ello signifique un deterioro competitivo para las empresas, con el propósito de retener el capital humano acuñado. También, el ajuste de costos que se desencadena en la fase de baja del ciclo puede dificultar una recuperación rápida de la capacidad instalada de las firmas. La aceleración de la PTF en la fase ascendente del ciclo puede estar correlacionada con imperfecciones competitivas en los mercados y el potencial para incrementar la capitalización de las firmas cuando los retornos son crecientes en escala. Sin duda estos elementos pueden ayudar a explicar la importante caída de la PTF en el período de la crisis global en 2008-09. Sin embargo, esta tendencia se ha prolongado más allá, sugiriendo que la economía chilena está siendo afectada por un descenso en la tasa de crecimiento potencial de largo plazo. Es decir, ese menor crecimiento potencial obedece en parte a la menor productividad, pero una vez instalado, puede de hecho llegar a afectar a la misma productividad hacia el futuro. Aporte de los Factores Productivos al Crecimiento del PIB El crecimiento de cualquier economía está compuesto por la suma de recursos de capital y trabajo involucrados en el proceso productivo agregado y por la mayor o menor eficiencia que se logre generar en él. Al observa las series de largo plazo en Chile se desprende que con algunos altibajos, los factores productivos comprometidos en la generación de valor han tenido un ritmo de expansión aproximadamente entre 4% y 4,5% (con excepciones como los efectos de la crisis internacional en 2009 y del terremoto de 2010). Durante 2014 y 2015 sin embargo, se aprecia un importante debilitamiento en el aporte factorial, a valores más cercanos al 3%, de los cuales dos puntos porcentuales pueden ser atribuidos al crecimiento del stock de capital y 1 punto porcentual al trabajo. Estos antecedentes dejan ver que el ajuste ha recaído en ambos factores, aunque en mayor medida en el trabajo, cuya contribución ha sido históricamente del orden de 1,7 puntos porcentuales en lugar de 1 en 2014 y 2015. El stock de capital, que es de por sí más estable en el tiempo, puesto que lleva la inercia del stock acumulado y del nivel de inversión alcanzado en los períodos expansivos, también ha recortado su contribución, de 2,2 puntos porcentuales como promedio de largo plazo a 1,9 puntos en 2015-14. El debilitamiento que ostenta el ciclo de inversión en estos últimos dos años, en el cual las empresas revelan sólo intensiones de reposición de capital, se reflejará gradualmente en el mediano plazo, con un menor crecimiento del stock de capital. Todos estos elementos ponen a la luz que el debilitamiento del ciclo económico en Chile, el que va de la mano no sólo con un pobre desempeño en materia de productividad, sino también con una expansión más débil en la asignación factorial. Priorizar la productividad debe trascender el desarrollo de una agenda pro eficiencia, con proyectos específicos que tiendan a mejorar calidad factorial, la innovación y su asignación. También debe darse alta prioridad a la evaluación de los impactos que tienen las reformas y nuevas legislaciones en el ámbito de la productividad. El deterioro de la PTF y del potencial de crecimiento de largo plazo involucra un enorme costo que resulta difícil de recuperar en el tiempo. Es por ello que es necesario dar importancia a la evaluación amplia de los marcos regulatorios y leyes que se tramitan y discuten, incorporando estimaciones sobre los efectos que tienen no sólo sobre la inversión y el empleo, sino también sobre la productividad y el potencial de crecimiento de lago plazo de la economía.