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Grupo: Kinder 3 Duración: SeptiembreMayo Niños: Manuel, Pablo, Mikel, Asis, Juan Pablo D., Sofía, Dario, Luisa, Ian, Sebastián, Rodrigo, Ciclo: 2012-2013 Armando, Juan Pablo R., Cloé, Alberto, Santiago, Marshall y Valentina. Maestra: Olga. Talleristas: Suemi y Zelmy. ¿Cómo las diferencias son la oportunidad de lo posible? La puesta en común es un momento que permite al niño escuchar a los demás y a su vez ser escuchado. Es así como surge el interés del grupo de Kinder 3 por las vainas que encontraron en el jardín de la escuela e iban compartiendo con los demás. “Las vainas son cosas largas que se raspan con las ramas y con la lluvia se meten las semillas”. “Son como hojas que tienen semillas para plantar”. Fue a través de la observación y la exploración, que fueron describiendo las características que tenían las vainas que iban encontrando y llevando al salón. “Algunas vainas son verdes y otras cafés, las verdes son suaves y las cafés duras”. “De acuerdo al color es el árbol al que pertenecen”. Después de este primer acercamiento surgió la pregunta: ¿qué hay adentro de una vaina? Sus hipótesis giraron en torno a que había semillas, las cuales debían tener una relación en color y forma con la vaina donde se encontraban y que las vainas a su vez tenían una relación directa con el color y tamaño del árbol al que pertenecen. Con estas descripciones y exploraciones comenzaron a utilizar la comparación como una habilidad de pensamiento para ir clasificando las vainas y las semillas que iban explorando. “Hay vainas circulares con semillas circulares, vainas triangulares con semillas triangulares y vainas planas con semillas planas”. “Adentro hay camitas y semillas en forma de gotas”. “Cada árbol tiene una vaina diferente, cada vaina es de cada color y tamaño del árbol”. “Es la vaina de un árbol gigante de tronco muy grueso con semillas grandes y redondas”. Pensaron que las semillas debían de tener adentro de ellas los elementos necesarios para que se formara un árbol (tronco, ramas, hojas, raíces, etc). En este momento no sólo hablaron de la transformación que tiene una semilla para convertirse en árbol, si no que incluían en sus hipótesis elementos del contexto como el agua, tierra, sol que debían también contener las semillas para que de ahí pudiera crecer un árbol. “Hay agua y otra semilla chiquita que tiene agüita que se abre y así crece el árbol”. “Hay un tanque de tierra, uno de agua y uno de sol, hay una semilla, un árbol dentro y hay un lugar donde se reúne todo lo de los tanques que hace que salga un árbol”. Al observar los árboles de su contexto pudieron reconocer la variedad, ya que las hojas, vainas, raíces, troncos, flores, frutos, de cada uno eran diferentes. Comparando las características de cada árbol construyeron distintas clasificaciones y esta vez hablaron de distintas familias de árboles. Sus hipótesis y teorías los llevaron a concluir: Que cada familia tiene ciertas características en común, como el tipo de flores, vainas, hojas. “Las palmeras tienen hojas puntiagudas, son muy altas, tienen unas rayas en el tronco y cocos que los otros árboles no tienen, no son de la misma familia”. Que los árboles de cada familia a su vez pueden ser diferentes en tamaño, grosor, tonos de color, etc. “Los dos son de la misma familia, tienen sólo frutos y nada de hojas y sus troncos son blanquitos, uno es más grande que el otro”. “Hay troncos gordos y flacos como mi mamá ella es flaca y yo soy normal”. Estas hipótesis las construyeron comparando a las familias de árboles con sus propias familias. Donde hay gordos, flacos, altos, chaparros, pero todos pertenecen a la misma familia. El diálogo y la reflexión en grupo permitió que los niños elaboraran pensamientos más complejos que les permitieron hablar de cómo ellos heredan características físicas y de personalidad de los integrantes de su familia, así como el árbol que crezca de una semilla tendrá las mismas características del árbol donde salió la vaina que tenía la semilla. Concluyendo que tanto los árboles como ellos dejarían de ser especiales, refiriéndose con especial, a lo que te hace ser único. Expresando no sólo lo que los hace especial a ellos si no también a sus compañeros. “Lo que me hace especial es cómo juego fútbol” “Lo que lo hace especial es que es muy bueno en construcción”. Pudieron observar y analizar las características que tenían en común y lo que los diferencia, no sólo con los miembros de su familia si no entre ellos como un grupo de niños. “Eres juguetona, divertido, amigable, bueno, pelón, dibuja muy bonito, chiquito, platicador, inteligente, sonriente, muy serio, escritora, comparte, está molesto, bueno en construcción”. Plantemos las siguientes preguntas: ¿Cómo sería un mundo donde todos los árboles fueran iguales? ¿Cómo sería el mundo si todos fuéramos iguales? “Si todos los árboles fueran iguales todo el mundo sería triste y aburrido”. “Es divertido que sean diferentes”. “Si fueran iguales ya no serían especiales. Ser especial es algo que tienes dentro”. “Si somos diferentes podemos ser mejores”. “Al ser diferente puedes explorar más de los amigos”. Descubriendo así, que estas diferencias forman parte de la realidad y que la enriquecen. Que en la convivencia con otros, estas diferencias nos complementan y que en la diferencia existe la posibilidad de ser.