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viéramos a la llama tender hacia lo bajo como lo hacen los
cuerpos pesados, consideraríamos sorprendente tal fenómeno, y nos preguntaríamos como el fuego, siendo fuego,
hace dejación de su naturaleza a cambio del movimiento
que le hace tender hacia lo bajo; de la misma manera, ni la
extensión de los cielos ni el esplendor de los astros, ni el
orden del universo, ni la economía continua de las cosas
creadas revelan tanto el supereminente poder divino como
el hecho de su condescendencia que le ha llevado hasta
abajarse hasta la debilidad de nuestra naturaleza; así vemos cómo lo que es elevado, hallándose al nivel de la bajeza, también se deja percibir en la bajeza, sin decaer de su
elevación, como la divinidad habiéndose unido estrechamente a la naturaleza humana se convierte en esta sin dejar de ser aquella» San Gregorio de Nisa, Or. cat XXIV
• De cara a la Navidad nos dice san Agustín: «Yace en un pesebre, pero contiene el mundo; toma el pecho, pero alimenta a los ángeles; está envuelto en pañales, pero nos reviste de inmortalidad; es amamantado, pero adorado; no
halla lugar en el establo, pero se construye un templo en el
corazón de los creyentes» Sermón 190, 4
6. Oración por las vocaciones
Señor Dios nuestro, haz que el clamor de tu voz llegue a muchos,
que se levanten y vivan unidos en ti. Prepara sus corazones con tu palabra, de modo que se dispongan a evangelizar a los pobres y a cuidar
de tu mies abundante. Concédenos vocaciones a la vida agustino recoleta: sacerdotes, religiosos y laicos comprometidos. Te lo pedimos por
intercesión de la Virgen María, Madre de la Consolación y de nuestro
padre san Agustín. Amén.
7. Canto final
La Virgen sueña caminos, está a la espera. La Virgen sabe
que el Niño está muy cerca. De Nazaret a Belén hay una senda.
Por ella van los que creen en las promesas.
Los que soñáis y esperáis la buena nueva, abrid las puertas
al niño, que está muy cerca. El Señor cerca está: El viene con la
paz. El Señor cerca está: Él trae la verdad
Parroquia Santa Rita, Madrid
ORACIÓN POR LAS VOCACIONES EN LA IGLESIA
«La Palabra se hizo carne » Jn 1,14
1. Canto: Danos un corazón
Danos un corazón grande para amar. Danos un corazón
fuerte para luchar.
Hombres nuevos creadores de la historia, constructores de
la nueva humanidad. Hombres nuevos que viven la existencia
como riesgo de un largo caminar.
Danos un corazón grande para amar. Danos un corazón
fuerte para luchar.
2. Monición de entrada
3. Oración
«Es hora de despertar»,
de velar y de allanar
valles, montes y veredas.
Dicen que Dios va a llegar...
Y esta vez voy a esperar
con una canción de espera,
que ponga en mi voz la voz
de la humanidad entera.
Ven, llave de libertad;
mi casa te espera abierta,
pero todavía hay puertas
y muros por derribar.
Ven para hacerme de nuevo
renuevo de vida nueva;
y en los sarmientos dormidos
pon el retoño escondido
y la savia que recrea.
Ven, Señor, Sabiduría
que al sabio no se confía
y al sencillo se revela;
ven a poner el sabor
de tu Palabra en mi lengua.
Ven, Pastor, a conducir
tantos pasos aún perdidos
que buscan norte y sentido;
y pon la Luz de tu luz
en mis pasos de testigo.
Ven, Sol, que llega del cielo
a prender fuego a la tierra;
ven a quemar injusticias,
a curar nuestras cegueras.
Ven, Señor, Rey de la paz;
y que nos llueva el rocío
sereno de tu bondad
en nuestros pozos vacíos,
para volverla a sembrar.
Ven, Enmanuel, Dios cercano,
Dios–con–nosotros, amigo;
ven y quédate conmigo
para darte a los hermanos.
«Es hora de despertar».
Dicen que vas a llegar...
Y en mi pobre canción
quiero ofrecerte, al esperar,
oración, cuna y sendero.
4. Evangelio
! Lectura del santo evangelio según san Juan 1, 1-18
En el principio ya existía la Palabra,
y la Palabra estaba junto a Dios,
y la Palabra era Dios.
La Palabra en el principio estaba junto a Dios.
Por medio de la Palabra se hizo todo,
y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho.
En la Palabra había vida,
y la vida era la luz de los hombres.
La luz brilla en la tiniebla,
y la tiniebla no la recibió.
Surgió un hombre enviado por Dios,
que se llamaba Juan:
éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz,
para que por él todos vinieran a la fe.
No era él la luz,
sino testigo de la luz.
La Palabra era la luz verdadera,
que alumbra a todo hombre.
Al mundo vino,
y en el mundo estaba;
el mundo se hizo por medio de ella,
y el mundo no la conoció.
Vino a su casa, y los suyos no la recibieron.
Pero a cuantos la recibieron,
les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre.
Éstos no han nacido de sangre,
ni de amor carnal,
ni de amor humano,
sino de Dios.
Y la Palabra se hizo carne, y acampó entre nosotros,
y hemos contemplado su gloria:
gloria propia del Hijo único del Padre,
lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Éste es de quien dije: “El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía
antes que yo”».
Pues de su plenitud todos hemos recibido, grac1a tras gracia.
Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.
A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el
seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.
LECTURA ORANTE DE LA PALABRA DE DIOS
1. Lectura de la Palabra
2. Meditación
3. Oración
4. Contemplación
5. Pistas para la reflexión
• La Palabra, para un semita, es la expresión más íntima de
Dios. La Palabra que estaba vuelta al Padre, que mantenía
con Él un diálogo incesante y familiar, se volvió a nosotros,
se hizo como uno de nosotros, habló nuestro lenguaje y nos
llamó amigos.
• La encarnación es la manera en que Dios dice: “Te amo.
Tanto que aquí me tienes. Tanto que quiero mostrarte un
camino, y vengo a tu encuentro para ello..”
• La encarnación, sobre todo, tiene que ver con que Dios se
hace humano. Qué extraño… Un Dios todopoderoso convertido en un ser humano frágil y débil. Un Dios que todo lo
sabe, ahora balbuceando. Un Dios creador necesitado del
calor de su creación. Para que luego digan que Dios está
despreocupado, lejano o ajeno al mundo. Tan cercano está
que se hace uno de nosotros. Tan atento está que comparte
nuestra vida.
• Dios se mete para siempre en nuestra tierra. La distancia
que había entre Dios y nosotros la ha roto el amor.
• «Así como es propio de la naturaleza del fuego tender hacia
lo alto, y nadie considera extraordinario lo que se produce
en virtud de la naturaleza de la llama, y por el contrario, si