Download Finanzas para el cooperativismo. La experiencia de la Fundación
Document related concepts
Transcript
Finanzas para el cooperativismo. La experiencia de la Fundación La Base La Economía Social Del Siglo XXI. Buenos Aires: Ediciones Corregidor, 2014. Leila Litman Prof. en Cs. Antropológicas Becaria doctoral CONICET – ICA, FFyL, UBA DNI 32636073 María Eva Raffoul Sinchicay Tesorera de Fundación La Base Lic. en Economía UBA, cursando Maestría en Economía Social UNGS DNI 27217854 Introducción En el contexto de la crisis del 2001 en nuestro país se multiplicaron variados procesos de organización social entre los que se destacaron las “empresas recuperadas”. Estas experiencias constituyeron una forma de demandar por “la fuente de trabajo” ante la crisis o cierre de una fábrica exigiendo la intervención del estado (Fernández Álvarez 2007). Uno de los principales problemas a los que se enfrentaron estos procesos de gestión colectiva del trabajo consistía en la obtención de recursos financieros para capital de trabajo (Ruggeri 2009, Vieta 2009) debido a las limitaciones para acceder a los sistemas de crédito bancarios. Estas dificultades abrieron una serie de interrogantes relacionados a la sustentabilidad de estos emprendimientos (Coraggio 2008, Deux Marzi y Vázquez 2009, Hopp 2010, Vázquez 2010, Hintze y Vázquez 2011). En este contexto, en el año 2004 luego de una de las proyecciones del documental canadiense sobre las recuperaciones de fábricas en Argentina titulado “La Toma”1, Brendan Martin -economista estadounidense que realizó su tesis sobre cooperativismo- presentó al director del documental su proyecto de creación de una red de financiamiento para la promoción del “trabajo democrático”, consultándole sobre la posibilidad de llevarlo adelante en la Argentina. Así se conformó la “Fundación La Base Fondo de Microcréditos Solidarios” con parte del equipo de filmación del documental y, en paralelo en 1 La Toma (The Take) es un documental del 2004 realizado por Naomi Klein y Avi Lewis. 1 Estados Unidos, se creó The Working World, ONG que administraría los fondos de “La Base” recibiendo las donaciones que serían la primera fuente de financiamiento de la organización. Actualmente, La Base gestiona préstamos para emprendimientos productivos autogestionados del Área Metropolitana de Buenos Aires, muchos de los cuales son fábricas recuperadas. Los préstamos, destinados a la compra de maquinaria o materia prima, tienen el objetivo de “fortalecer los procesos de autogestión productiva” y aumentar el poder de decisión de los trabajadores sobre sus propias condiciones laborales. Así se define el proyecto político de La Base de apoyar el trabajo cooperativo. Desde el año 2005 hasta la fecha esta ONG ha entregado 695 préstamos por casi 13 millones de pesos. Luego de 4 años de crecimiento en contacto con cooperativas y entregando préstamos, en el año 2009 nace La Base Nicaragua y en 2011 La Base Nueva York. Las tres organizaciones forman parte de The Working World, utilizan la misma metodología de trabajo, comparte el mismo sistema de gestión, pero manejan su presupuesto y fondos de manera independiente. La Base Nicaragua trabaja predominantemente con cooperativas rurales, en tanto que La Base Nueva York inició con un gran proyecto de una fábrica recuperada de ventanas. La metodología de trabajo de esta ONG implica construir una relación de confianza con la cooperativa que garantice la devolución del dinero prestado, en tanto no se exige una garantía monetaria. La garantía la constituye el vínculo personal con los trabajadores, la palabra de la asamblea de socios y el acompañamiento durante la realización del proyecto productivo al que se va a destinar el préstamo. La metodología de trabajo implica también un proceso de evaluación de los préstamos que permite analizar la sustentabilidad de la cooperativa y del proyecto productivo a desarrollar y su potencial impacto. La Base busca generar un impacto económico y social en los emprendimientos productivos autogestionados y en consecuencia en las familias de los trabajadores y la comunidad. Desde las ciencias sociales diversos estudios han analizado estas experiencias de autogestión del trabajo subrayando su carácter innovador ya sea como propuesta de nuevas formas de trabajo (Deux Marzi y Vázquez 2009) o acción colectiva (Fajn 2003, Favaro y Aizicson 2003, Deledicque et al 2005). Algunos análisis destacaron la participación de los trabajadores en la toma de decisiones a 2 través de la asamblea, la tendencia a la igualdad salarial, la organización horizontal y la solidaridad de las relaciones (Rofman et al 2004, Vázquez 2010, Aguirrezábal y Deux Marzi, 2011), poniendo énfasis en el desarrollo de formas más democráticas de organización en cuanto a la propiedad, el poder y la distribución del ingreso (Dal Ri y Vieitez 2009). Otros señalaron la rigidez de la organización del proceso de trabajo como un obstáculo para el desarrollo de la gestión colectiva (Fajn y Rebón 2005). En este sentido, se han analizado los problemas para sostener los procesos de autogestión en el caso de las empresas recuperadas por sus trabajadores (Rofman et al 2004) identificando como principales dificultades la falta de capital de trabajo (Ruggeri 2009) y la ausencia de modificaciones en el uso de la tecnología (Novaes 2007). Uno de los principales ejes de discusión en el marco de estos estudios se centró en la posibilidad de construcción de los procesos productivos autogestionarios como alternativas frente al capitalismo. Es decir, estas experiencias eran entendidas en algunos casos como una forma alternativa de gestión del trabajo (Dal Ri y Vieitez 2009), mientras que en otros se cuestionaba la posibilidad de desarrollar una práctica autogestiva alternativa al capitalismo en el marco de experiencias que deben insertarse en el mercado (Deledicque et al 2005). Un segundo eje de discusión se centró en el problema de la sustentabilidad/sostenibilidad de estos emprendimientos (Hopp 2010, Vázquez 2010). Algunos trabajos han discutido con la visión restringida a la eficacia económica de tales experiencias (Hopp 2010) diferenciando lo que denominan “sostenibilidad económica mercantil estricta” de la “sostenibilidad socioeconómica” (Coraggio 2008) o “sostenibilidad social” como capacidad de reproducir la vida (Deux Marzi y Vázquez 2009). Como forma de enfrentar el problema de la sustentabilidad, estos estudios han planteado la necesidad de generar un sistema de protección por parte del Estado que permita desarrollar un sistema público de reproducción del trabajo autogestionado (Hintze y Vázquez 2011) promoviendo la co-construcción de políticas públicas (Hintze 2007). Por otro lado, desde un enfoque político y relacional otros trabajos buscaron comprender el modo en que los procesos de gestión colectiva del trabajo resultan configurados por modalidades específicas de intervención estatal y definen un “lenguaje de la protesta” que configura modos de hacer política (Fernández Álvarez 2007, 2010). Buscando contribuir a estos análisis en el presente artículo reconstruiremos las modalidades de vinculación entre La Base y los emprendimientos productivos 3 autogestionados, indagando en las categorías y prácticas que definen estas relaciones. Específicamente, nos proponemos problematizar aquellas caracterizaciones que a priori definen a los emprendimientos autogestionados como esencialmente autónomos, solidarios y alternativos a la lógica del capital buscando poner de relieve, en cambio, su construcción cotidiana como experiencias de gestión colectiva del trabajo, desplegando las dificultades que enfrentan y el trabajo diario que llevan adelante. La metodología de trabajo de La Base La Fundación La Base Fondo de Microcréditos Solidarios es una organización que provee apoyo financiero a cooperativas de trabajo y emprendimientos colectivos con el fin de promover los valores democráticos en el ámbito de trabajo y la horizontalidad para la toma de decisiones. Ha desarrollado dos modalidades de préstamos para llevar adelante dicho apoyo financiero: 1) Préstamos de inversión: Son préstamos para la adquisición de bienes necesarios para la actividad productiva de la cooperativa. Pueden ser para la compra de materia prima, de maquinaria, para la mejora de la infraestructura de la cooperativa, etc. El más frecuente es la compra de materia prima, permite comprar los insumos para la producción. Se suele atar la devolución al cobro de los trabajos realizados con esos insumos, excepto en los casos en los que se confía lo suficiente en la capacidad de gestión y solvencia de la cooperativa como para permitirle reinvertir las ganancias del pedido y extender el plazo de la devolución. 2) Línea de efectivo: ante la creciente modalidad de pago con cheques diferidos, muchas cooperativas no pueden esperar a que el cheque se acredite, ya sea porque necesitan liquidez para gastos corrientes, porque necesitan capital de trabajo o porque no tienen cuenta bancaria para depositar los valores, por lo que suelen acudir a “cuevas” que les cobran tasas muy altas por el tiempo del cheque. Por eso, el Fondo de La Base creó este producto para absorber la espera de depósito del cheque y que la cooperativa pueda convertir el cobro de un trabajo ya realizado en efectivo. La Base trabaja con cooperativas de trabajo, muchas de ellas empresas recuperadas, y con emprendimientos colectivos en general. Más allá de la forma jurídica que asuma el grupo, el objetivo es trabajar con aquellos donde los 4 trabajadores tengan capacidad de decisión sobre su trabajo y los préstamos que se otorgan buscan fortalecer dicha característica. La Base ya tiene contacto con muchas cooperativas que recurren en forma periódica a la organización para solicitar préstamos, asimismo suelen contactarse nuevos grupos a partir de un “boca a boca”. En cualquier caso, un proyecto a financiar comienza con una reunión entre el grupo y La Base, puede ser en las oficinas de la ONG o una visita de un agente de préstamos en el espacio productivo de la cooperativa. La figura 1 grafica la modalidad de trabajo de La Base en la gestión de los préstamos, que comienzan con la elaboración conjunta del proyecto, para ello se hacen encuentros entre el agente de préstamos y el grupo que solicita el préstamo en los cuales se va completando el formulario de criterios. En los criterios se vuelca información general de la cooperativa, la información específica del proyecto a financiar y el análisis de riesgo e impacto previsto. Este documento será presentado en la asamblea de La Base por el agente de préstamos para discutir con el resto del equipo la aprobación del préstamo en cuestión. Una vez que el préstamo es aprobado por la asamblea de La Base, con ajustes en la planificación de ser necesario, el agente le comunica al grupo la aprobación y acuerda una visita para realizar la asamblea con el grupo. Esta segunda asamblea tiene por objetivo aprobar el préstamo por el grupo, detallar las características del proyecto para que todos los trabajadores estén en conocimiento y firmar el contrato del mismo; es una instancia muy importante ya que involucra a todo el colectivo de trabajadores (muchas veces el proyecto es gestionado inicialmente por un equipo reducido) y fortalece la discusión y responsabilidad interna de todos los compañeros respecto del proyecto. El paso siguiente consiste en el desembolso y aquí radica una de las características particulares de esta organización de finanzas, ya que no entrega el dinero al grupo sino que realiza las compras directamente al proveedor. La razón para esta modalidad radica en la experiencia previa de la organización y en la ausencia de garantía monetaria, de esta forma La Base se asegura que la totalidad del préstamo se destina para el proyecto aprobado. La frecuencia y monto de las cuotas se define al momento de realizar los criterios, no hay una modalidad estándar, se establece de acuerdo a las características del proyecto y al momento en que se espera que el mismo genere los ingresos para enfrentar las cuotas. 5 Durante todo el proyecto el agente de préstamos realiza un monitoreo constante, con visitas (que a veces coinciden con el cobro de cuotas), llamados telefónicos e intercambio de emails; este es otro momento en que se fortalece el vínculo entre La Base y la cooperativa, que permite no sólo conocer el avance del proyecto y realizar modificaciones en caso de ser necesario, sino también estar en conocimiento de la situación general en la que ésta se encuentra. Una vez saldado el préstamo, se hace un postanálisis, al igual que los criterios, es un documento que se elabora en forma conjunta y compara las proyecciones en términos de impacto social e impacto económico previstos en los criterios y suma una evaluación interna de La Base respecto al desarrollo del préstamo. El impacto social contempla elementos cualitativos: si los trabajadores adquirieron nuevos conocimientos a partir del proyecto, si se fortaleció el grupo y la herramienta de la asamblea. Entre los elementos cuantitativos considera: si se crearon nuevos puestos de trabajo, si trabajadores que estaban a prueba pasaron a ser socios. El impacto económico contempla elementos cualitativos: estabilidad en la producción de la cooperativa, la posibilidad de desarrollar un nuevo producto a partir del préstamo, si creció el capital acumulado de la cooperativa a través de la adquisición de nuevas posesiones o de mejoras en sus activos actuales. Entre los elementos cuantitativos considera: variación en la facturación mensual de la cooperativa respecto a la del inicio del préstamo, si aumentaron los retiros de los trabajadores. La evaluación interna busca identificar desvíos respecto del plan original y causas, a modo de aprendizaje para futuros proyectos, analiza si cambió el vínculo entre ambas organizaciones y deja un espacio abierto para que el agente de préstamos agregue comentarios. Es muy frecuente que un préstamo finalice con la posibilidad de un nuevo proyecto, que continúa fortaleciendo el vínculo entre La Base y la cooperativa, y genera un circuito que en muchas cooperativas se repite continuamente, llegando a alcanzar en algunos casos más de 80 préstamos. 6 Figura 1, Metodología de La Base El fondo de préstamos de La Base se conforma de tres fuentes: 1) Fondos propios, proveniente de donaciones; 2) Fondos CONAMI, del programa de Microcrédito del Ministerio de Desarrollo social, que se gestionan de acuerdo a la Ley Nacional de Microcrédito2; 3) Fondo Red Gráfica, es un monto que la red colocó en La Base para que se gestionen y entreguen préstamos a cooperativas gráficas integrantes de la red. Entre las tres fuentes, La Base maneja un fondo de aproximadamente $800.000 y logra prestarlo al menos 3 veces por año. Entre 2005 y 2013 prestó casi 13 millones de pesos, en 695 proyectos entregados a 84 cooperativas. 2 Monto máximo equivalente a 12 Salarios Mínimo Vital y Móvil, tasa subsidiada del 6% anual. 7 Cuadro 1: Monto prestado por año, en pesos Fuente: elaboración propia en base a datos de La Base Cuadro 2: Préstamos realizados por año Fuente: elaboración propia en base a datos de La Base La Base trabaja con cooperativas y grupos asociativos de diversos sectores, se destacan algunos en particular: alimentos, textil, gráfica, metalúrgica, reciclado y calzado. 8 Cuadro 1, cooperativas por rubro Rubros % Alimentos 14% Textil 13% Gráfica 12% Metalúrgica 10% Otros 8% Reciclado 8% Calzado y afines 6% Servicios 5% Plásticos 5% Pinturas 4% Gastronomía 2% Comercio Justo 2% Transporte 1% Comercialización 1% Carpintería 1% Educación 1% Comunicaciones 1% Hotelería 1% Construcción 1% Automotriz 1% Editorial 1% Total 100% Muchas de las cooperativas con las que trabaja La Base son empresas recuperadas. Una empresa recuperada es una empresa de gestión colectiva de los 9 trabajadores con origen en una empresa anterior de gestión privada. 3 Desde mediados de los años 90 y principios del 2000 en un contexto de creciente desempleo, pobreza y desigualdad, estas experiencias se multiplicaron en nuestro país. Recuperar una empresa o una fábrica fue delimitando una modalidad específica de demandar la intervención del estado frente a la quiebra o cierre de una empresa, definiendo así un campo de disputa articulado en torno a las expropiaciones como forma privilegiada de demandar la continuidad de la fuente de trabajo (Fernández Álvarez 2007). Según datos del Informe del Tercer Relevamiento de Empresas Recuperadas se estimaban a marzo de 2010 un total de 205 empresas recuperadas, 4 que ocupan a 9362 trabajadores.5 La mayoría de estas empresas de gestión colectiva se conformaron como cooperativas de trabajo, figura legal que les permitía la continuidad productiva y laboral. Sin embargo, como empresas recuperadas presentan algunas particularidades como son la precariedad de la situación jurídica respecto a la posesión de los bienes muebles e inmuebles (en los casos en que se logró la expropiación, ésta es provisoria), el uso de máquinas obsoletas y la falta de capital de trabajo. A pesar de las dificultades, estas experiencias han puesto en primer plano sus fortalezas: el conocimiento que tienen del propio trabajo y de sus compañeros, la experiencia en el rubro, el vínculo con clientes y proveedores que en muchas oportunidades logran mantener y la mejoras que implementan en las condiciones de trabajo y en cuanto a la toma de decisiones. Para fortalecer estas experiencias, La Base gestiona préstamos que, como mencionamos antes, permiten a las cooperativas adquirir materias primas, insumos o contar con mayor liquidez para el desarrollo del proceso productivo. Estos préstamos son posibles a partir de los vínculos entre La Base y las distintas cooperativas. Nos detendremos a continuación precisamente en el análisis de estas relaciones. 3 Recuperamos aquí los datos y definiciones proporcionadas por Informe del Tercer Relevamiento de Empresas Recuperadas por sus trabajadores realizado por el Programa Facultad Abierta, Facultad de Filosofía y Letras, UBA. Octubre, 2010. El relevamiento incluye no sólo cooperativas del AMBA sino también del interior del país. 4 La “Guía de Empresas Recuperadas y Autogestionadas por sus Trabajadores” elaborada por el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación en julio de 2012 da cuenta de un total de 323 empresas recuperadas en todo el país. 5 En 2004 según el relevamiento realizado por este mismo Programa se contabilizaban un total de 161 empresas recuperadas que ocupaban 6900 trabajadores. 10 Los vínculos entre La Base y las cooperativas El modo en que fue construyéndose el vínculo entre La Base y las cooperativas de trabajo se fue modificando a lo largo del proceso de consolidación de la organización. En sus comienzos, La Base tuvo que darse a conocer a las cooperativas, acercarse a ellas para presentarles su proyecto. En algunos casos había cierta desconfianza; en otros el paulatino conocimiento iba generando un vínculo, que permitía posteriormente la entrega de los préstamos. Luego de esos primeros momentos y de la realización de proyectos productivos en distintas cooperativas, La Base empezó a ser contactada por referencia; es decir, a partir del contacto que éstas tenían entre sí, en particular aquellas que habían sido constituidas luego de un proceso de recuperación de la fábrica. La entrega de préstamos supone un proceso de evaluación previa que realizan los “baseros” a partir de una serie de criterios. El primer préstamo entregado a una cooperativa intenta ser un proyecto de bajo riesgo y de un monto no muy alto, que permite, tanto desde los integrantes de La Base como también desde la mirada de algunas cooperativas, ir generando un vínculo de confianza, que posibilitará después otros préstamos. Esa confianza se acumula a partir de la entrega y devolución de sucesivos préstamos y de cumplir con lo acordado. La Base busca construir una relación personal con los trabajadores, en tanto no se exige una garantía monetaria. La garantía la constituye ese vínculo personal y la palabra de la asamblea de socios. Asimismo si el proyecto productivo no tiene éxito, La Base no exige la devolución del dinero al fondo de préstamos de la organización, que es entendido como un fondo de las cooperativas. Por eso, los integrantes de la ONG trabajan para que la devolución se concrete realizando un seguimiento de los proyectos y de la situación de la cooperativa y manteniendo ese vínculo personal con el colectivo de trabajadores. Nos interesa aquí desplegar un caso particular para dar cuenta de esas relaciones, el de una cooperativa con la que La Base viene trabajando hace más de 3 años y que ha recibido 26 préstamos por un monto total cercano a los $400.000. Ferrox: un préstamo para comprar el galpón La Cooperativa de Trabajo Ferrox Seven, se dedica a la fabricación de pigmentos y pinturas látex. Está constituida por compañeros que en el año 2009 decidieron iniciar un nuevo emprendimiento autogestionado, luego de haber 11 formado parte de otra cooperativa durante 8 años "en un momento decidimos irnos por inconvenientes con los asociados. Nos fuimos con una mano atrás y otra adelante. Nos prestaron un lugar, un proveedor amigo nos prestó las máquinas, nos puso un precio para que se las fuéramos pagando como pudiéramos, empezamos así...” Actualmente ocho trabajadores conforman la cooperativa, que se dividen y complementan en las tareas de fabricación de productos, comercialización y distribución de sus productos, así como también cubren los roles administrativos necesarios para llevar adelante la organización. Producen una variedad de pigmentos orgánicos e inorgánicos que se utilizan en la elaboración de pinturas y resinas. Sus productos se destinan a una diversidad de usos, proveen a la industria de la construcción, al sector automotriz, plásticos, y también para el uso hogareño. Vender fundamentalmente en Provincia de Buenos Aires, y cuentan con clientes en Entre Ríos, Santa Fe, y han hecho una primera experiencia de exportación a Paraguay. Su vínculo con La Base comenzó en mayo de 2010 con un préstamo de línea de efectivo, al cual siguieron otros 25 préstamos por un monto total cercano a los $400.000. Uno de los principales problemas que tuvo que enfrentar esta cooperativa fue la necesidad de buscar otro espacio de trabajo, ya que se vieron obligados a dejar el lugar que venían alquilando en Bernal. Ante esta situación los trabajadores evaluaron varias opciones: alquilar otro espacio, comprar un galpón o construir su propia fábrica. Apostaron por la construcción y solicitaron un préstamo a Fuerza Solidaria6 para la compra del terreno. En el análisis del pedido de la cooperativa, esta institución solicitó a La Base el historial crediticio para respaldar así la capacidad de devolución del grupo de trabajadores. El préstamo fue otorgado a mediados de 2011, este préstamo le permitió a la cooperativa comprar el terreno en la localidad Ingeniero Juan Allan en el partido de Florencio Varela. Sin embargo, los trabajadores no contaban con capital propio para la construcción de la fábrica. Para 6 Fuerza Solidaria es una iniciativa del Gobierno de la Provincia de Buenos Aire, el Banco Provincia y el Instituto Provincial de Lotería y Casinos, cuyo objetivo principal es brindar asistencia financiera y técnica al sector de la Economía Social en Argentina. 12 conseguirlo recurrieron a La Base. Se contactaron con la oficina de la fundación para concertar una reunión con Yubari, una de las agentes de préstamos. Yubari realizó una primera visita en la cual se reunió con los trabajadores para pensar en conjunto el proyecto. Existía ya un vínculo previo de confianza entre La Base y la cooperativa que se había construido a partir de anteriores préstamos. Esto facilitó la elaboración de los criterios. Luego de esa visita Yubari comenzó a completar el formulario de solicitud de préstamos, realizando consultas telefónicas con la cooperativa para aclarar detalles del proyecto. Una vez finalizada la elaboración de los criterios, Yubari los presentó en la asamblea interna de La Base. Un punto fuerte en la aprobación del préstamo fue el conocimiento previo que se tenía sobre la solicitud a Fuerza Solidaria y la necesidad de financiamiento adicional para la construcción así como también el trabajo con la cooperativa en anteriores préstamos. El proyecto consistía en la compra de materiales de construcción y su devolución se estableció a partir de la facturación mensual de la cooperativa. Es decir, las cuotas se planificaron como un porcentaje de las ventas, dado que en este caso el proyecto no generaría ingresos en forma directa. El préstamo fue aprobado en forma unánime por todos los integrantes de La Base presentes en el momento de la asamblea. El paso siguiente fue acordar una fecha de visita a la cooperativa para realizar allí la asamblea, firma de contrato y modalidad de desembolso. El contrato fue firmado por todos los socios que a partir de ese momento empezaron a gestionar el pago y entrega de cada uno de los materiales (La Base realizó el desembolso directamente a cada proveedor). Los propios trabajadores aportaron la mano de obra con lo cual la construcción comenzó en forma inmediata. A los dos meses, con la primera parte del galpón edificada, Yubari junto a otro de los agentes de préstamos realizaron la primera visita de seguimiento: recorrieron las instalaciones, se reunieron con los trabajadores y revisaron los números de facturación de los últimos meses para ajustar el monto de las cuotas a pagar. El préstamo se terminó de pagar un año y medio después. A partir de lo cual se realizó un postanálisis que permitió evaluar el importante impacto que el préstamo tuvo en la cooperativa en tanto posibilitó que este grupo de trabajadores contara con una fábrica propia para la elaboración de sus productos y consecuente 13 se fuera capitalizando. A este préstamo le siguieron otros 16, entre ellos, uno destinado a pagar una porción adicional de terreno7. La construcción de la fábrica Estos dos préstamos en particular consolidaron el vínculo personal y de confianza entre La Base y la cooperativa. Entendemos que la gestión de estos préstamos constituyen un ejemplo de la potencialidad del trabajo de La Base en relación a estas experiencias a partir de su proyecto de apoyar el trabajo autogestionado. Como mencionamos, en la mayoría de las empresas recuperadas es precaria la situación jurídica respecto a la propiedad de la fábrica y de los medios de producción. Por eso, la importancia en este caso de que la cooperativa pudiera concretar su proyecto de construir su espacio de trabajo y ser dueño cada uno de los trabajadores de su propia fábrica. En este proceso, La Base actuó como una herramienta que permitió vehiculizar el proyecto de la cooperativa de contar con un espacio propio que posibilitara continuar con la autogestión de la producción. Reflexiones finales El despliegue de los préstamos entregados a Ferrox nos permite ejemplificar el fuerte impacto que el trabajo de La Base puede generar en una cooperativa. Ese impacto es evaluado no sólo en cuanto a los trabajadores sino que la cantidad de beneficiarios es ampliada al grupo familiar de cada uno de ellos. El impacto es medido en términos sociales y económicos, es decir, teniendo en cuenta tanto la mejora en las condiciones de producción, el aumento en la facturación y los retiros, la generación de nuevos puestos de trabajo como también en relación a la incorporación de conocimientos, los vínculos interpersonales y el fortalecimiento de la asamblea como espacio democrático de toma de decisiones. 7 Por un error del agrimensor, la cooperativa comenzó la construcción sobre una porción de terreno equivocada y tuvo que comprar dicha parte a otro dueño. 14 La cantidad de préstamos entregados a Ferrox da cuenta del trabajo continuo que La Base lleva adelante, que permite construir un vínculo con la cooperativa. Las visitas a la fábrica, los llamados telefónicos, los intercambios de correos electrónicos relacionados a la gestión de un nuevo préstamo, el seguimiento de uno en curso o incluso sin un préstamo previsto, permiten consolidar ese vínculo y afianzar las relaciones interpersonales entre los integrantes de La Base y los trabajadores de la cooperativa. Estas relaciones constituyen la garantía de devolución de los préstamos en tanto La Base puede apelar al diálogo con los trabajadores frente a dificultades en el desarrollo los mismos. Como señalamos anteriormente, esta ONG no exige una garantía monetaria, a diferencia de las entidades financieras tradicionales. A pesar de no contar con este tipo de garantías, La Base cuenta con un porcentaje de devolución mayor al 90%. La iniciativa de los trabajadores de Ferrox de construir su propia fábrica constituye una apuesta fuerte y a largo plazo de la cooperativa, donde cada uno toma una decisión que sólo tiene posibilidades de concretarse colectivamente. Es el conjunto de trabajadores quienes deciden tomar el préstamo para consolidar sus fuentes de trabajo. Esto da cuenta de la capacidad de un grupo asociativo para llevar adelante un proyecto político de gestión colectiva del trabajo. A partir del caso de esta cooperativa buscamos desplegar una experiencia concreta de autogestión del trabajo, evitando definirla a priori como solidaria, autónoma o alternativa a la lógica del capital. Algunos estudios han subrayado estas características para definir normativamente a estas experiencias (Rofman et al 2004, Vázquez 2010, Aguirrezábal y Deux Marzi, 2011) o se han preguntado por su sustentabilidad (Coraggio 2008, Hopp 2010, Vázquez 2010). En este trabajo nos propusimos analizar en cambio la construcción cotidiana de una experiencia de gestión colectiva de trabajo, mostrando algunas de las dificultades que enfrentan y el modo en que intentan resolverlas. Específicamente en este caso, ante el problema de conseguir un nuevo espacio de trabajo la cooperativa decidió construir su propia fábrica, para lo cual gestionó diversos préstamos y aportó su propia mano de obra para la construcción. Esto le permitió continuar autogestionando la producción. Como han desarrollado algunos autores, y nos proponemos indagar en próximos análisis, desde la práctica cotidiana estas experiencias autogestivas desarrollan modos renovados de hacer política y trabajo (Fernández Álvarez 2012). 15 El trabajo que viene realizando La Base en Buenos Aires hace casi 9 años, su multiplicación en Nicaragua y en Nueva York, demuestra la posibilidad y potencialidad de apoyar el trabajo asociativo y autogestionado. Desde las finanzas alternativas y través de préstamos productivos, cuyo respaldo se basa en el vínculo que se construye entre los miembros de dos organizaciones, aporta al fortalecimiento y crecimiento de otra forma de trabajo, que se viene desarrollando en el marco de la Economía Social y Solidaria. Bibliografía -Aguirrezábal, G. y Deux Marzi, M. V (2011) “Trabajo y propiedad en los procesos de recuperación de empresas de la ciudad de Rosario”. En 10 o Congreso Nacional de Estudios del Trabajo -Coraggio, J. L (2008) “La sostenibilidad de los emprendimientos de la economía social y solidaria”. Otra Economía II (3):41-57. Disponible en www.riless.org/otraeconomia -Dal Ri N. y C. Vieitez (2009) Trabajo Asociado: Gestión democrática y cambio social. En Observatorio Social de Empresas Recuperadas y Autogestión nº1. http://www.iigg.fsoc.uba.ar/empresasrecuperadas/ -Deledicque, L., M. Feliz y J. Moser (2005) Recuperación de empresas por sus trabajadores y autogestión obrera. Un estudio de caso de una empresa en Argentina. Revista de Economía Pública, Social y Cooperativa, Nº 51: 51-76 -Deux Marzi, M. V. y G. Vázquez (2009) “Emprendimientos Asociativos, Empresas Recuperadas y Economía Social en la Argentina”. Revista Íconos 90–102. FLACSO Ecuador. -Fajn G. y J. Rebón (2005) El taller ¿sin cronómetro? Apuntes acerca de las empresas recuperadas. Herramienta 28. -Fajn, G. (2003) Fabricas y empresas recuperadas. Protesta social, autogestión y rupturas en la subjetividad. Buenos Aires, Centro cultural de la cooperación. -Favaro, O. y Aizicson, F. (2003) La resistencia obrera en Zanon, Neuquén. Realidad Económica 197, julio-agosto: 24-39 -Fernández Álvarez (2012) “Luchar” por trabajo, trabajar “luchando”: prácticas cotidianas de organización y demanda en una empresa recuperada de Buenos Aires. Papeles de Trabajo Nº 23, 11-26. 16 -Fernández Álvarez, M. I (2010) “La productividad en cuestión. La formación de cooperativas en el proceso de recuperación de empresas en la Ciudad de Buenos Aires”. En Cross, C. y M. Berger (comp.) La producción del trabajo Asociativo: Condiciones, Experiencias y Prácticas en la Economía Social. Bs. As. Ediciones CICCUS. -Fernández Álvarez, M. I. (2007) De la recuperación como acción a la recuperación como proceso: prácticas de movilización social y acciones estatales en torno a las recuperaciones de fábricas. Cuadernos de Antropología Social 25: 89-110. -Hintze, S. (2007). Políticas sociales argentinas en el cambio de siglo. Conjeturas sobre lo posible. Buenos Aires, Espacio Editorial. -Hintze, S. y Vázquez, G. (2011) “A modo de introducción a la problemática del trabajo asociativo y autogestionado” En: Danani, C. y Hintze, S. (coord.) Protecciones y desprotecciones: la seguridad social en la Argentina 1990-2010. UNGS. Buenos Aires. -Hopp, M. (2010) Potencialidades y limitaciones de las políticas de desarrollo socioproductivo en la Argentina (2003-2009). Buenos Aires, VI Jornadas de Sociología de la Universidad Nacional de La Plata. -Informe del Tercer Relevamiento de Empresas Recuperadas por sus trabajadores realizado por el Programa Facultad Abierta, Facultad de Filosofía y Letras, UBA. Octubre, 2010. -Novaes, H. (2007) O fetiche da tecnología. A experiencia das fábricas recuperadas. San Pablo, Editora Expressão Popular. -Rofman A., I. García y M. di Loreto (2004) Autogestión de los Trabajadores, una Experiencia en Expansión para Enfrentar el Desempleo Urbano: el Caso Argentino. Cadernos PROLAM/USP año 3 vol. 1: 67-95 -Ruggeri, A. (2009). Las empresas recuperadas: autogestión obrera en Argentina y América Latina. Bs. As. Editorial de FFyL. -Vázquez, G. (2010) La sostenibilidad de los emprendimientos asociativos de trabajadores autogestionados. Perspectivas y aportes conceptuales desde América Latina. Tesis de Maestría en Economía Social, UNGS. -Vieta, M. (2009). “Desafíos e innovaciones sociales en las empresas recuperadas por sus trabajadores”. En Ruggeri, A. (2009) Las empresas recuperadas: autogestión obrera en Argentina y América Latina. Editorial de FFyL, Bs. As. 17