Download Editorial - Escuela Superior de Guerra

Document related concepts

Guerra del Brasil wikipedia , lookup

Federico de Brandsen wikipedia , lookup

Juan Antonio Lavalleja wikipedia , lookup

Niceto Vega wikipedia , lookup

Fructuoso Rivera wikipedia , lookup

Transcript
Editorial
La República contra el Imperio
Desde principios del siglo XVII, los colonizadores portugueses consideraron como
su límite natural el Río de la Plata. En virtud de la ausencia de población española
en la región, en 1680, Manuel de Lobo funda Colonia de Sacramento determinando el objetivo estratégico de Portugal de extender su frontera hacia el sur.
Si bien Colonia fue varias veces recapturada por fuerzas españolas y otras tantas,
devuelta a Portugal. En 1777, Carlos III envía una expedición al mando de Pedro
de Cevallos, nombrado virrey del recién creado Virreinato del Río de la Plata que
ocupan definitivamente Colonia, conquista que fue refrendada mediante el tratado
de San Ildefonso, firmado ese mismo año.
Durante el periodo de enfrentamiento entre Artigas y las autoridades del Directorio de las Provincias Unidas del Río de la Plata, una coalición integrada por
Portugal, Brasil y Algarve, inició en 1816, la invasión lusobrasileña a la provincia
Oriental, afectando también a las Misiones, Corrientes y Entre Ríos. En 1821 la
Provincia Oriental, antes la Banda Oriental del Río Uruguay y actual Uruguay fue
anexada al Brasil con el nombre de Provincia Cisplatina, luego de la derrota de
Artigas en Tacuarembó.
En 1825, con el apoyo del gobierno argentino, , un grupo de orientales y de otras provincias, llamados los Treinta y Tres Orientales, liderados por Lavalleja, ingresó en la
Provincia Oriental para desalojar a los ocupantes lusitanos quienes, con la posterior
ayuda de Fructuoso Rivera, lograron retirar el ejército brasileño y el 25 de agosto en
el Congreso de Florida, declararon la independencia del Brasil y su unificación con
las Provincias Unidas del Río de la Plata. Brasil declaró la guerra a Argentina.
Buenos Aires, organizó en el mes de mayo un Ejército de Observación, que se
instaló en octubre en Concepción del Uruguay al mando del general Martín Rodríguez, conformado por dos escuadrones de caballería, tres compañías de infantería
y cuatro piezas de artillería, a los cuales se agregaron 200 hombres de Entre Ríos
El 25 de junio tuvo lugar el Combate de Las Vacas, victoria oriental sobre tropas
de desembarco; luego el combate de Arroyo Grande, en que se lució la caballería
Revista de la ESG - 3
de Rivera sobre una avanzada enemiga. El 14 de agosto hubo una acción en Fraile
Muerto, con la victoria de Oribe. El 18 de agosto, las fuerzas orientales sitiaron
Colonia. Otros combates se produjeron entre agosto y septiembre en San Francisco, Mercedes y las Puntas del Águila. Según Lavalleja, en ese entonces el ejército
oriental llegaba a 3.200 hombres y el brasileño a , 4.200 hombres.
El 24 de septiembre, Rivera triunfó en Rincón. Las fuerzas del Imperio enviaron
2.000 hombres, al mando de Benito Ribeiro, a atacar a los independentistas en su
propia capital; Lavalleja logró la victoria en la batalla de Sarandí, el 12 de octubre,
desalojando a los brasileños de Maldonado y más al norte, la fortaleza de Santa
Teresa, el 31 de diciembre de 1825.
Estas victorias encendieron el patriotismo de los porteños lo que influyó sobre el
Congreso Argentino para aceptar la reincorporación de la Provincia Oriental. El
Imperio declaró la guerra a las Provincias Unidas el día 10 de diciembre, e inmediatamente la escuadra brasileña bloqueó el puerto de Buenos Aires y la boca del
Río de la Plata. Esta declaración fue respondida por el Congreso argentino el 1 de
enero de 1826.
El 31 de mayo una ley del Congreso volvió a crear el Ejército Argentino. El ministro Alvear aprovechó su cargo para equipar generosamente al Ejército, poco
después fue nombrado su comandante. El Ejército Republicano – nombre que le
asignaron sus oficiales, para diferenciarlo del Ejército Imperial, formaba con el
Regimiento 1 de caballería, al mando del coronel Brandsen. El batallón Cazadores
de Salta con efectivos de Santiago de Estero, conformaron el Regimiento 2 de
Caballería, al mando del coronel José María Paz. De Buenos Aires fueron enviados los Regimientos 3, 4 y 16 de Caballería, al mando de los coroneles Escalada,
Lavalle y Olavarría. Un Batallón de Cazadores al mando de Manuel Correa y uno
de artillería ligera, al mando de Tomás de Iriarte, cuyo bautismo de fuego, en Ituzaingó, constituye el antecedente histórico de la creación del actual Regimiento 1
de Artillería “Brigadier General Iriarte”.
El Ejército Imperial contaba con 12.420 hombres, diseminados en varios destinos: el grueso del mismo eran los 8.500 hombres comandados por el Marqués de
Barbacena, 3.000 hombres en Montevideo y 1.500 en Colonia. La mayoría de los
portugueses eran de infantería. Su caballería estaba integrada por “gauchos” y la
artillería era también ligera. Participaron muchos mercenarios alemanes y campesinos levados del mismo origen.
El Ejército Republicano llegó hasta el Río Santa María en cercanías de Paso del
Rosario, donde se inicia el Ibicuy. En un arroyo cercano llamando Ituzaingó, el
20 de febrero de 1827, 6.800 republicanos enfrentaron a 7.700 imperiales. Las
acciones principales tuvieron lugar en el centro del dispositivo y el mayor esfuerzo recayó en la artillería, mandada por Iriarte, secundado por José María Pirán y
Martiniano Chilavert.
Revista de la ESG - 4
La caballería republicana atacó a la infantería imperial, sufriendo grandes bajas en los
regimientos de Paz y de Brandsen, muriendo este último en valerosa y célebre carga.
Lavalle rodeó un zanjón que separaba a sus fuerzas de las del cuerpo de caballería
enemiga que tenía a su frente, y lo destrozó, en un ataque envolvente que selló el
éxito republicano.
El Ejército Imperial retrocedió tras grandes pérdidas de hombres, incluyendo más
de 200 muertos y 800 extraviados, contando entre estos últimos, a muertos cuyos
cadáveres no se pudieron recuperar del lodazal. Debiendo sumarse a estas pérdidas una gran cantidad de desertores.
El Coronel Iriarte escribió en sus “Memorias” al referirse al error de Alvear de no
realizar la persecución:
“Pero el General Alvear no quiso: se contentó con quedar dueño del Campo de
Batalla; es decir, de la gloria sin consecuencia, porque todo el resultado quedaba
reducido a las balas cambiadas de parte a parte, y al efecto que ellas produjeron
en muertos y heridos. La República Argentina, empañada en una guerra desigual,
tenía sumo interés, urgentísimo, en que no se prolongase la lucha: había echado el resto apurando todos sus recursos físicos y morales para luchar contra un
Imperio abundante en hombres y medios pecuniarios. La República, venciendo,
quedaba exánime; el Imperio, vencido en una sola batalla, pero sin ser su ejército
anonadado, podía continuar la guerra con ventaja, con menos sacrificios; y es
por esto que necesitamos sacar buen partido, no digo de las batallas campales,
sino de las más ligeras ventajas que obtuviesen nuestras armas. Ardía la guerra
civil en las provincias argentinas, y era Buenos Aires, una ciudad sola, la que
soportaba todo el peso de la guerra; la única que podía alimentarla, darle pábulo, y para que no se extenuase era necesario dar grandes golpes. Tal fue el que
recibieron los enemigos en Ituzaingó, pero sólo en el campo de batalla: fuera de
él no sintieron sus efectos como lo habrían sentido si su ejército aquel día hubiera
sido anonadado, y pudo, debió serlo. La guerra habría entonces concluido, y la
paz, se habría firmado dictando el vencedor las condiciones: la evacuación de
Montevideo y de todo el territorio oriental ocupado por las tropas del Imperio, y
su incorporación a la República Argentina.”
Revista de la ESG - 5