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> Enrique Sánchez • Técnico INTA • [email protected]
suelos
las inundaciones y
sus efectos sobre
las plantas
Un tema de debate
En 2001, las crecidas de los ríos
se visualizaban como un evento
de carácter extraordinario. Hoy,
apenas cinco años después,
vuelven a estar presentes en la
región, y hay razones para sospechar que pronto este fenómeno dejará de ser excepcional.
El problema ya está instalado.
Hasta se habla de obras para
contrarrestar el efecto de las
sucesivas crecidas en los cultivos, sobre las cuales se necesitan mayores precisiones, ya que
si carecen de criterios agronómicos esenciales no solo agravarán el problema de las chacras
ya afectadas, sino que trasladarán la preocupación a una gran
superficie cultivada.
El efecto de las inundaciones
en el suelo y los cultivos
El exceso de agua en el suelo
desplaza el aire contenido en los
poros, vital para la funcionalidad
de las raíces y de los microorganismos del suelo. Sin aire no hay
oxígeno, y sin oxígeno no hay
vida para las plantas.
Afortunadamente, los frutales de
hoja caduca sufren un receso
invernal, en el que la actividad
metabólica baja al mínimo necesario. En invierno, los frutales de
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la región se encuentran en reposo vegetativo y en esta etapa son
resistentes a factores que les
serían muy adversos de encontrarse activos metabólicamente,
como sucede a partir de la brotación, cuando la planta despliega
sus flores y hojas y comienza el
crecimiento de los frutos.
Así, por ejemplo, un frutal resiste
en invierno temperaturas de 20
grados bajo cero que de producirse en primavera terminarían
con su vida. Similar análisis uno
podría hacer con la presencia de
agua por periodos prolongados
en la zona de las raíces durante
el invierno, situación que la
mayoría de los frutales de hoja
caduca puede soportar, pero no
así cuando se inicia el proceso
de brotación.
El rango de susceptibilidad a la
falta de oxígeno (anaerobiosis)
sitúa al manzano en una posición
intermedia entre el peral -resistente- y la fruta de carozo -sensible-.
La diferencia entre uno y otro
extremo está dada por los mecanismos internos de la especie
para adaptarse al nuevo medio
ambiente o tolerar el estrés.
Cuando falta oxígeno en el
suelo, la población de microorganismos aeróbicos disminuye
drásticamente y en su lugar predominan otros que disponen de
sistemas alternativos a la respiración para reponer energía. Los
productos finales de descomposición de la materia orgánica no
son el anhídrido carbónico y el
agua, como sucede en las condiciones aeróbicas, sino sustancias como alcoholes, ácidos
grasos, ácidos orgánicos, etileno, sulfuros, etc., es decir, compuestos que no les son familiares a las raíces y por ende les
resultan tóxicos.
Paralelamente, ciertos minerales
del suelo como el manganeso,
cambian de valencia y pasan de
la forma iónica oxidada (insoluble) a la reducida (soluble). Bajo
condiciones de anaerobiosis se
puede elevar a tal punto la concentración de manganeso, que
también se convierte en un elemento nocivo para la planta. La
raíz suma entonces el doble
efecto de no contar con el oxígeno en forma directa para respirar
y trabajar para el resto de la
planta y rodearse de un medio
con sustancias tóxicas.
El árbol, como todo organismo
vivo, busca defenderse frente a
un agente extraño y reacciona
tratando de regular su marcha.
"Sabe" que si continúa trabajando
a igual ritmo se le agotarán las
reservas y morirá; por lo tanto,
lo primero que hace es disminuir
su actividad metabólica y trabajar al mínimo. Este mecanismo
es excelente para su supervivencia, pero sin duda muy negativo
para producir.
La fotosíntesis, que es el proceso generador de la vida en las
plantas, se interrumpe; los estomas disminuyen su capacidad
para conducir oxígeno y se cierran, y la planta muestra síntomas de marchitamiento. Los
estomas, al cerrarse, impiden el
proceso de transpiración, encargado de mantener la temperatura de la hoja dentro de los rangos normales.
Por su parte, la raíz disminuye
su capacidad para conducir el
agua hacia el interior de la planta, y en su interior se paraliza la
síntesis de hormonas al igual
que la absorción de nutrientes.
Ante las adversidades, la planta
reacciona tratando de crear raíces adventicias en las zonas cercanas al tronco (a condición de
que exista oxígeno en el medio)
o puede, como lo hacen algunas
especies, transportar oxígeno
desde las hojas a las raíces.
Culpas compartidas
El río Negro hoy deriva su caudal
por un cauce principal. Décadas
atrás, cuando se producían crecidas, el agua ocupaba antiguos
cauces del río, denominados
"paleocauces". Con los años,
muchos de estos "drenajes naturales" se fueron tapando para
permitir el cultivo, desconociendo el papel vital que jugaban.
Este manejo irracional conllevó a
que el río, frente a crecidas, no
pueda "repartir" el agua en varios
canales naturales sino que lo
haga en una única vía. De más
está agregar que, de haberse
mantenido estos paleocauces, el
río no se hubiera elevado tanto.
Ésta es una prueba del mal
manejo de la cuenca en la zona
de valles, donde existen varios
responsables.
Otro tema no menor, y de acción
colateral, es el ascenso de la
capa freática producto de las
crecidas de los ríos. Al ser estos
el destino final del exceso de
agua de riego, el río debe permanecer lo más bajo posible para
permitir la rápida evacuación de
agua contenida en los desagües.
productores riega, cuando en
realidad, el suelo no lo necesita
por estar en un punto óptimo de
humedad. Este mal manejo del
agua, que también afecta negativamente la sustentabilidad de los
suelos, se fundamenta en la práctica pasiva de la lucha contra las
heladas tardías. Si en años normales, la elevación de la capa freática en los meses de septiembre
y octubre compromete la normal
funcionalidad del frutal, en años
en los que el río permanece alto
durante los meses indicados, el
efecto es aun más grave.
La abundancia del recurso hídrico y el mal manejo de la cuenca
y de la operación de riego por
parte de los productores conforman un cóctel peligroso.
Como reflexión final, cabe acotar que el manejo de la cuenca
en los valles irrigados debe ser
materia de debate entre todos
los sectores involucrados, para
llegar a acuerdos que no afecten el futuro económico y social
de nuestra región en el corto y
largo plazo.
>x<
En el momento en que se habilita
el riego, la gran mayoría de los
Fruticultura&Diversificación
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