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IBR: Una enfermedad a tener en cuenta Dr. Pablo Alonzo Definición: La Rinotraqueitis Infecciosa Bovina (IBR) es una enfermedad infectocontagiosa, causada por un herpesvirus bovino (HVB), que puede ocasionar enfermedad respiratoria, conjuntivitis, infertilidad, aborto, encefalitis, y las formas genitales conocidas como balanopostitis pustular infecciosa (BPI), y vulvovaginitis pustular infecciosa (VPI). Epidemiología: En nuestro país la enfermedad se encuentra ampliamente diseminada, la prevalencia de establecimientos que poseen la enfermedad es de un 92 %, y dentro de un predio 44 a 45 % de los bovinos son serologicamente positivos (presencia de anticuerpos específicos anti-HVB). El porcentaje de animales infectados varia según la categoría, ya que encontramos una alta prevalencia en toros y vacas, y niveles muy bajos en vaquillonas. Dentro de los herpesvirus causantes de la enfermedad, encontramos tres subtipos, el HVB 1.1 que da la forma respiratoria, abortos y encefalitis fundamentalmente en terneros, el HVB 1.2a que ocasiona abortos, y el HVB 1.2b menos virulento y asociado a las formas genitales BPI / VPI. La característica epidemiológica más importante de la enfermedad, es que los animales que se infectan, quedan portadores del virus, y diseminan la enfermedad dentro del rodeo. La bibliografía indica que luego de la infección, el virus se excreta en las secreciones ocular y nasal, así como en semen durante 4 a 17 días, por lo tanto, la transmisión del virus se produce por contacto directo o por vía venérea. Sin embargo, la inoculación experimental de terneros con una cepa autóctona aislada en el laboratorio de inmunología (Uy1999), demostró que el virus puede aislarse en secreciones hasta 35 días post infección. Luego de la primer infección, se genera inmunidad específica anti-HVB, que evita la sintomatología en infecciones posteriores, pero no es capaz de impedir la re-excreción del virus en los animales que permanecen portadores. Esta re-excreción puede darse a intervalos que son difíciles de predecir, pero generalmente esta asociada a periodos de inmunodepresión ocasionados por stress (transporte, parto, envío a feria, etc). La cantidad, y el tiempo de excreción del virus, en los episodios de re-activación, es menor que en la primer infección, debido a que los anticuerpos específicos anti-HVB ya existentes neutralizan el virus. Resultados preliminares obtenidos, en una investigación llevada a cabo por el área de inmunología de la Facultad de Veterinaria, indican, que la utilización de toros seropositivos a HVB en el periodo de entore, no influye en los índices de concepción, ya que el trabajo de monta no provoca el stress suficiente para que el virus se reactive y reexcrete. En la misma experiencia, se comprobó disminución en los índices de concepción, en un rodeo de hembras seronegativas a HVB, al ser servidas con un toro excretando HVB 1.1 en el momento de entrada al rodeo. Manifestaciones Clínicas: Como vimos anteriormente la sintomatología que podemos evidenciar a nivel de campo, varía con el subtipo de HVB en el rodeo. Los síntomas cuando el subtipo HVB 1.1 esta presente son, fiebre (40 a 41 °C), decaimiento, corrimientos ocular y nasal seroso (ver fotos), conjuntivitis, tos, bajos índices de concepción en vaquillonas o animales sin contacto previo con el virus y abortos. La cantidad de animales que enferman puede ser alta, pero la mortalidad es nula o muy baja. La contaminación bacteriana secundaria es la complicación más frecuente, y en estos casos la sintomatología puede estar exacerbada, y la mortalidad puede ser alta. Sin embargo, la enfermedad puede presentarse sin síntomas, y pasar prácticamente desapercibida, dependiendo del desafío viral al que sean expuestos los animales, y la inmunidad previa antiHVB existente en el rodeo. Cuando el subtipo actuante es el HVB1.2a, no vemos enfermedad respiratoria y aparecen abortos. Si los síntomas predominantes son BPI / VPI entonces se asocia a HVB1.2b. Esta forma de la enfermedad pasa generalmente desapercibida, y puede ser uno de los subtipos más diseminados en nuestro país. La posibilidad de que más de un subtipo pueda estar actuando, debe ser considerada en todo momento, y lamentablemente no podemos diferenciar uno de otro mediante las técnicas serológicas utilizadas actualmente. Diagnóstico: El diagnóstico de la enfermedad puede ser realizado en forma directa por aislamiento e identificación del HVB, o indirecta, mediante la demostración del aumento en la concentración de anticuerpos, en muestras de periodo agudo y convaleciente. Para aislamiento o detección del HVB son necesarios hisopados ocular, nasal, prepucial o vaginal y/o fetos abortados (remitir refrigerados). Las muestras de sangre para serología también deben enviarse refrigeradas, lo más rápido posible, y siempre con una segunda muestra a los 15 días post comienzo de síntomas. Una sola muestra de sangre, con resultado de serología positiva, no es indicativa de que HVB fue el responsable del problema, ya que la presencia de anticuerpos específicos anti-HVB puede deberse a una infección anterior. Control y erradicación: El control de la enfermedad en nuestras condiciones, se realiza adoptando medidas que impidan la entrada al establecimiento de animales en periodo agudo excretando HVB, y mediante la vacunación de las categorías susceptibles. Dada la alta prevalencia y amplia distribución de la enfermedad en nuestro país, las medidas que podemos adoptar para evitar la entrada de animales portadores del virus son de difícil aplicación y con un costo elevado. Sin embargo, el aislamiento de bovinos que ingresan, por un periodo de 30 días, impide, que animales excretando virus al momento de llegar al establecimiento transmitan rápidamente la enfermedad al resto del rodeo. El manejo de las categorías jóvenes y adultas por separado, tiene gran importancia debido a que la prevalencia de animales enfermos es mayor en vacas que en vaquillonas. Si bien, los resultados antes comentados hacen pensar que el trabajo de monta no es capaz de reactivar el HVB, la posibilidad de que esto suceda bajo condiciones de stress, siempre existe, y por lo tanto es deseable el uso de animales que estén libres de la enfermedad. En la inseminación artificial, el uso de semen libre de HVB es de rigor, ya que mediante esta vía han sido mencionadas importantes pérdidas por infertilidad. Países como Suecia, Dinamarca, Noruega, Austria y Finlandia han logrado erradicar IBR, gracias a la utilización de vacunas diferenciales a HVB. Esto permite diferenciar animales vacunados de enfermos, y por lo tanto realizar una eliminación selectiva de animales que están infectados con HVB. Sin embargo, estos países debieron previamente disminuir la prevalencia de la enfermedad, para luego aplicar este sistema. En nuestras condiciones la erradicación de la enfermedad, es actualmente impracticable, por lo que debemos controlar las pérdidas que esta ocasiona mediante la vacunación. La legislación vigente en nuestro país permite la utilización exclusivamente de vacunas inactivadas. Están indicadas en las categorías más susceptibles, como terneros de destete, vaquillonas y vacas que no han tenido contacto con la enfermedad antes del servicio. Si bien, es una herramienta importante para el control de la enfermedad, debe consultarse siempre a un profesional veterinario antes de instaurar un plan de vacunación, ya que debe realizarse un correcto diagnóstico del problema, y ponderar las diferentes variables de cada sistema productivo.