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EL NORTE : Domingo 21 de Enero del 2001 P E R FI L ES H I S TO R I A S Editora: Rosa Linda González E-mail: [email protected] La revolución que viene El laboratorio ha sustituido a la tierra a la hora de mejorar alimentos perecederos para darles mayor tamaño y una larga vida comercial, optimizando así los recursos naturales no renovables: es la era de la biotecnología Por MARÍA LUISA MEDELLÍN P artimos un tomate, lo colocamos bajo el microscopio… Ahí se observan las enzimas que le dan una vida comercial más larga, genes para resistir a condiciones ambientales agresivas como heladas, sequías o suelos salinos, a herbicidas, a plagas de insectos, a enfermedades. Tiene más nutrientes y, si lo vemos por fuera, su color y tamaño son dos señales más de que ahora todo se puede fabricar. Ésta es la magia, esa que antes sólo le pertenecía a la tierra y que ahora se intensifica en el laboratorio a la hora de manipular las semillas. Es la forma actual de cultivar y obtener alimentos, es el mundo abierto a las posibilidades de la ingeniería genética, donde ya se habla de carnes irradiadas, de vegetales que puedan contener ingredientes para atacar el cáncer, panes para reducir el colesterol o lácteos vacunos con proteínas de la leche humana que tengan efecto protector, como la lactoferrina. Es una revolución que aún tiene mucho qué dar. Basta un ejemplo: para satisfacer la demanda de alimentos en el año 2025, el rendimiento promedio de todos los cereales deberá ser 80 por ciento mayor que el de 1990, ya que la población mundial superará los 8 mil millones de habitantes, 2 mil millones sobre el nivel actual. Además, las tierras cultivables no crecerán al mismo ritmo e incluso en algunas partes del mundo se reducirán, reflexiona Guadalupe Alanís Guzmán, investigadora y coordinadora de la carrera en Ciencias de los Alimentos en la Facultad de Ciencias Biológicas de la UANL. “Si a eso se suma la necesidad de conservar recursos hidrográficos de por sí sobreexplotados y reducir el uso de compuestos contaminantes, el desafío alcanza proporciones gigantescas, por eso el aumento de la producción alimentaria tendrá que venir de un rendimiento biológico incrementado y no de la ampliación de las superficies cultivables o intensificación del riego, que son sistemas ya sobrecargados”. No es un mal chiste, pero le viene a la mente la catastrófica cinta “Cuando el Destino Nos Alcance”, que trataba de un mundo sobrepoblado, donde los vivos recogían cadáveres para hacer tabletas verdes con las que alimentaban a los sobrevivientes. La biotecnología es el presen- te en el futuro alimenticio. Si en las décadas de los 30 y 40 se pensaba que la solución estaba en aumentar la producción del campo, si la Revolución Verde de los 60 y 70 se enfocó a obtener variedades con alta productividad, la de hoy es mejorar la calidad nutritiva de los productos y alargar su vida, señala Alanís Guzmán. Los científicos suizos, por ejemplo, han creado un arroz genéticamente modificado que tiene un nivel más alto de vitamina A y de hierro, lo que para unas 2 mil 400 millones de personas que lo sirven como alimento principal será una ventaja potencial para evitar la anemia y la ceguera. La Organización Mundial de la Salud calcula que unos 70 alimentos transgénicos (modificados en sus genes) ya están disponibles en los supermercados, se anuncie o no su origen. La gran mayoría distribuidos en Australia, Canadá, Japón y Estados Unidos, además de unos 300 en las últimas fases de experimentación o las primeras de comercialización. Según reportes de Gruma, una de las dos gran- des empresas regias que se han metido de lleno en el campo de la biotecnología, México es el primer país donde se cultivó maíz de alta proteína y elevada productividad. El año pasado se sembraron 2 millones 400 mil hectáreas con semillas de estas cualidades que producirán ocho millones de toneladas. En la actualidad, el maíz provee la mayor parte de calorías que ingiere la población de escasos recursos de países en desarrollo. En los laboratorios de Gruma y Seminis, esta última del grupo Pulsar, también se desarrollan calabacitas inmunes a virus, jitomates, papas, calabazas y trigo resistente a hongos; arroz con más algodón; soya con propiedades insecticidas, y alfalfa con un potente fijador de nitrógeno que sirve como fertilizante, entre otras variedades. “La ingeniería genética se refiere a un proceso mediante el cual los científicos unen los genes de plantas o animales con características peculiares con el ADN o constitución genética de otros organismos”, explica el biotecnólogo Guillermo Álvarez. “Precisamente por la manipulación en el laboratorio hay quienes señalan el peligro que podría representar para el medio ambiente si se destruyeran algunos insectos beneficiosos para las cosechas, o si se aumentaran accidentalmente las toxinas naturales o disminuyeran los nutrientes vegetales, o las personas experimentaran reacciones alérgicas a las nuevas proteínas producidas genéticamente”. La revista Consumer’s Report, la biblia de los consumidores norteamericanos, afirma que no existe evidencia de que los productos modificados genéticamente y que ya están a la venta representen un peligro. En cambio, en el libro Ingeniería Genética, Sueño o Pesadilla, de Mae-Wan Hoes, se advierten los riesgos de la manipulación biológica. Antes se deben garantizar las características sanitarias adecuadas de los productos y hacer saber al consumidor cuáles han sido modificados genéticamente, ya que aún es incierto el daño que provocaría comer un tomate al que se le ha injertado un gen de bacteria que sirve de plaguicida o una ensalada de pollo alterada con hormonas, se lee en el texto. La postura de la Academia Pontificia para la Vida del Vaticano es que la biotecnología podría resolver problemas enormes, como la adaptación de la agricultura a terrenos áridos, venciendo de este modo el hambre. La era de los alimentos transgénicos para el consumo humano directo se abrió el 18 de mayo de 1994 cuando la FDA de Estados Unidos autorizó la comercialización del primer alimento con un gen extraño, el tomate Flavr Savr de la empresa Calgene, que alargaba la vida comercial del producto. A partir de ese momento, indica el biotecnólogo Álvarez, se han obtenido cerca del centenar de vegetales con genes ajenos insertados que se encuentran en distintas etapas de su comercialización, desde los que representan ya un porcentaje importante de la producción total en algunos países, hasta los que están pendientes de autorización. En los últimos años se ha experimentado un aumento permanente de las zonas sembradas con cultivos transgénicos. En 1998 el área total de estos cultivos –principalmente de soya, maíz, algodón y papa– era de 20.5 millones de hectáreas. Pero aún hay temores, recalca. Uno de ellos es que se abra paso al monopolio de los conocimientos, al control sobre el proceso de investigación, a la creación del “apartheid” en ciencia y tecnología alimentaria y, por consiguiente, una mayor marginalización de muchas naciones en el mundo. diado (una flor compuesta por un círculo y dos hojas) así como la leyenda ‘tratado con radiación’, que va entre la lista de ingredientes”, indica Álvarez. Esto va en contra de la seguridad de los alimentos, insiste, inclusive, el Departamento de Agricultura ha pensado en cambiar la palabra irradiación por pasteurización fría para disfrazar un poco más el uso de la nueva tecnología que aún causa desconfianza a muchos. Algo similar ocurre en cuanto a los animales como el pollo y las vacas, inyectados con hormonas para obtener más carne. “Se cree que el uso de hormonas pudiera traer consecuencias a los humanos que la consuman, como un leve crecimiento de las glándulas mamarias en los varones o crecimiento anormal de los huesos, aunque hasta ahora no hay resultados contundentes al respecto”, advierte la investigadora Alanís Guzmán. Otra tendencia muy regia de la alimen- tación apunta a la elaboración de conservadores naturales y productos nutritivos duraderos a bajo costo. Una propuesta es la del investigador Baltazar Cuevas, quien ha desarrollado en los laboratorios La industria alimentaria viene utilizando radiade la Facultad de Ciencias Biológicas de la UANL ciones desde hace 40 años para matar bacterias un método para cocinar y conservar los productos nocivas como la E. coli y la salmonella, para redupor periodos de hasta un mes fuera del refrigerador cir la presencia de insectos y parásitos en los alisin que pierdan sus cualidades nutritivas, mentos y demorar su proceso de deteriode sabor y calidad. ro. Por ahora se encuentra consolidando su Sin embargo, fue hasta 1999 cuando la experimento, que de comercializarse seFDA aprobó la irradiación de carnes de res ría un avance, tanto en la vida ordinaria y aves, lo que vino a sumarse a las especomo en casos de desastre. cias, frutas y vegetales frescos tratados con “Lo que hace cara una tecnología es la este sistema desde hace varias décadas. energía que se utiliza en el proceso”, seLa OMS y otras organizaciones le han ñala Heredia, la investigadora en Microdado el visto bueno al método. Otras agrubiología, “si logramos conservar producpaciones la rechazan, aunque todavía no tos con un mínimo de refrigeración los hay una presencia importante de este tipo costos también bajarán. Ésta es una buede alimentos en los supermercados. Norma Heredia na alternativa para las naciones en desa“La irradiación de los alimentos es una rrollo”. forma de preservación que consiste en la exposiPor la vida tan agitada que se lleva en la ciución del producto a una fuente de energía ionizadad los alimentos listos para servirse son una mada, de tal forma que una dosis específica es absorravilla, pero, ¿qué tal si se pueden conservar con bida”, dice el biotecnólogo Álvarez. “Se puede comingredientes naturales, en lugar de químicos? parar a un proceso simple de pasteurización por En esto trabajan en su laboratorio, tienen vaaplicación de calor, aunque aquí se utiliza otro tirios tipos de agave, yucas y especias cupo de energía”. yos compuestos podrían servir para conEs una forma efectiva de matar bacterias servar productos, ya que además tienen letales sin alterar el sabor y apariencia de la particularidad de combatir bacterias los alimentos, se reduce la presencia de inque producen problemas gastrointestisectos y parásitos y se demora el proceso de nales. maduración y deterioro de los alimentos. “En Estados Unidos hace dos años se lanLa posición oficial sostiene que medianzó una iniciativa gubernamental llamate esta técnica las radiaciones atraviesan los da De la Granja a la Mesa, para asegualimentos sin dejar residuos, y comparan el rar la inocuidad del alimento en todo el proceso con el del microondas. proceso, y nosotros coincidimos con Hay diferentes posturas, como la de la nuestra línea de investigación”. Asociación de Consumidores de Alimentos Baltazar Cuevas En el futuro habrá que voltear también Orgánicos, que creen que se rompen las mola mirada hacia recursos botánicos subutilizados, léculas y se libera una parte de ellas –radicales liagrega Alanís Guzmán. bres–, destruyendo las enzimas encargadas de pro“Hemos visto que el ébano, conocido como maducir las vitaminas. guacata, es una leguminosa que se puede cocinar Además, dicen que estos radicales se mezclan en sopa, como si fueran habas verdes, y cuando escon químicos naturales para formar otros nuevos tá madura se puede moler y tostar como el café, y y tóxicos como el benceno y el peróxido, y que las que la semilla de la anacahuita –una planradiaciones desactivan las enzimas digesta característica de la región– produce un tivas de los alimentos crudos y exigen al oraceite de excelente calidad”. ganismo un mayor trabajo de digestión. México importa arriba del 90 por ciento Todo está por comprobarse porque la del aceite que consume, dice Alanís Guzirradiación es diseñada para matar las bacmán, quizá ésta podría ser una solución terias e insectos en los alimentos y la FDA para evitarlo. autorizó el tratamiento para carne de res, No se debe desaprovechar este tipo de puerco, aves, huevos, carnes congeladas, fuentes naturales, sobre todo ahora que cereales, harina de trigo, vegetales frescos, su magia se puede reproducir y multifruta fresca, especias y hierbas. plicar en el laboratorio. Es más, la Asociación Nacional de Procesadores de Alimentos, en Estados Unidos, Guadalupe Alanís La revolución de los alimentos apenas comienza, pero sólo será efectiva si lleha solicitado que se agregue a la lista la al- Guzmán ga a los países más pobres, donde en confalfa, alimentos frescos preparados como junto mueren unas 40 mil personas diariamente ensaladas de vegetales o frutas mixtas en paquea causa del hambre, insiste Alanís Guzmán. te, viandas frescas no pasteurizadas, jugos y comi“La biotecnología es una buena herramienta da congelada. para combatirla, pero no es la solución total mienLa presencia de estos productos en el mercado tras ésta pertenezca a las naciones poderosas rees pequeña, en parte porque la tecnología es cosgidas únicamente por factores económicos”. tosa y en parte porque la población no cuenta con Ella cree que es buen tiempo para que en masuficiente información para aceptarla en forma geteria alimentaria se creen muchas otras armas neralizada. que a nivel global propicien una verdadera revo“Actualmente queda a discreción cómo y dónde lución. colocar el logo que identifica el alimento como irra- ¿Y qué hay con los alimentos irradiados? Fotos: EL NORTE/ Karime García-Travesí/ Foto arte: Karla García y Ana Padua/ Diseño: Marisol Pérez 2D