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LA RECOLECCIÓN Y CULTIVO DE ESPECIES MEDICINALES Y AROMÁTICAS
SILVESTRES, UNA PROPUESTA DE MANEJO SOSTENIBLE.
Andrés Fierro Álvarez1
María Magdalena González López1
David Montiel Salero1
Daniel Ruiz Juárez1
L. Javier Olivares Orozco1
José Carlos Romualdo1
RESUMEN
En relación con el uso de las plantas medicinales silvestres en México, podemos decir que de
los países latinoamericanos México encabeza la lista con mayor diversidad vegetal. En relación
con el uso de especies medicinal el número de plantas medicinales que han sido estudiadas
fitoquímicamente no rebasa el 10 % y evaluadas farmacológicamente son menos del 5 % y las
estudiadas agronómicamente no llegan al 1 %, en cuanto que la mayoría de las especies
medicinales usadas son obtenidas por recolecta (99%) por lo que, en relación con el proceso de
recolecta se derivan los siguientes cuestionamientos: 1. La extracción constante de plantas
medicinales silvestres de este ecosistema, será infinita; 2. La actividad de extracción constante
(recolecta) puede retribuir económicamente a los campesinos en estos estados; 3. Si esta
retribución permite que éstos puedan mantener sus recursos naturales; 4. A los campesinos y
recolectores no les interesa el cultivo de plantas medicinales, porque estas crecen de manera
natural y siempre las encuentran, porque no tiene caso sembrar lo que crece de manera natural,
es mejor cultivar hortalizas, frutales, y/o granos. Por lo que se plantea la necesidad de propagar
y cultivar plantas medicinales silvestres amenazadas, por el manejo no sustentable en el
proceso de recolecta comercial. Realizar el cultivo de manera intensiva de plantas medicinales,
es recomendable su propagación en viveros y su siembra en áreas protegidas de la vegetación
natural. Establecer el manejo integral sostenible de las plantas medicinales silvestres
recolectadas que permita preservar el recurso existente, a través de transformar la actividad de
recolecta de plantas medicinales silvestres en una actividad productiva intensiva, mediante la
domesticación y propagación de estas especies silvestres amenazadas y por último la recolecta
no está peleada con el cultivo, más bien se complementan siempre que ambas estén incluidas
en un programa de manejo sustentable.
PALABRAS CLAVE: Recolecta, Cultivo, especies medicinales.
INTRODUCCIÓN
En México se tiene estimado que existen cerca 30,000 especies de plantas de las cuales en
1997 el Instituto Nacional Indigenista documentó 3,000 con usos medicinales, esto es el 10%
del total de la riqueza florística del país (Bye y col, 1995).
Actualmente se han registrado en México alrededor de 4 000 especies con atributos
medicinales (15% de la flora total). Este número coincide con lo informado en varias regiones
del mundo por especialistas en la materia, quienes consideran que una de cada siete especies
posee alguna propiedad curativa.
Sin embargo, se calcula que en México, y en todo el mundo, el número de plantas medicinales
que han sido estudiadas fitoquímicamente no rebasa el 10 % y evaluadas farmacológicamente
son menos del 5 % y las estudiadas agronómicamente no llegan al 1 %; pues prácticamente las
únicas que se cultivan son aquellas introducidas por lo españoles desde el siglo XVI como la
1 Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco. [email protected] o [email protected].
manzanilla, romero, albahacar, tomillo, mejorana, ajenjo, mercadela, hinojo, cederrón, menta,
hierbabuena, entre otras (Estrada y col, 1995).
El uso de las plantas medicinales, aromáticas y mágico religiosas por las culturas indígenas y
mestizas, ha dependido de sus habilidades, conocimientos y tecnologías; y de todas ellas
hemos heredado los conocimientos sobre los usos de las plantas silvestres, las cuales
constituyen en la actualidad más del 90 % de las plantas que usamos para diferentes usos
medicinales, mientras que menos de 10 % de las plantas medicinales fueron traídas
principalmente por lo españoles a partir de la conquista e invasión que fueron objeto nuestros
pueblos hace 500 años (Estrada, 1995).
Interés por las plantas medicinales
El interés por conocer las propiedades de las plantas, en los grupos humanos se da por la
necesidad de buscar la forma de aliviar enfermedades, heridas, padecimientos y otros usos. En
México, este interés por conocer los recursos genéticos herbolareos o fitoterapeuticos de
plantas medicinales se remonta a la época precortesiana. Como ejemplos podemos señalar los
antiguos jardines botánicos, entre los que se encuentran el del cerro de Tetzcotzingo del reino
de Texcoco, Huaxtepetl en Oaxtepec y Quauhnahuac en Cuernavaca (Argueta, 1994.) Como
depositario de aquellas tradiciones debe considerarse el manuscrito de 1552 sobre la herbolaria
medicinal índigena de México, conocido como Códice De la Cruz-Baldiano. Desde esa época
hasta nuestros días se han realizado muchos trabajos para inventariar y conocer los usos
terapéuticos de las plantas medicinales de México, pues se cuenta con una gran diversidad de
flora medicinal (Bye y col,1995).
En el devenir de los pueblos mexicanos siempre ha estado presente la tradición ancestral,
basada en el uso de miles de plantas medicinales nativas; en la actualidad los pueblos
indígenas han heredado de los pueblos prehispánicos una forma muy particular de relacionarse
con la naturaleza, pues este se considera asimismo como una pieza más del ecosistema;
situación que lo ubica como un elemento del medio ambiente, lo que le da una actitud de
reverencia; de reciprocidad, pues como los seres que pueblan la naturaleza le proveen de todos
sus requerimientos, el siente el natural deseo de corresponder respetando y conservando la
naturaleza, cuando estas plantas son obtenidas por lo curanderos o terapeutas reconocidos,
mientras que cuando las plantas medicinales son recolectadas con fines comerciales, la
mayoría de los recolectores tienen una actitud diferente, en este caso la extracción es con fines
comerciales haciéndola de forma no racional dañando drásticamente las poblaciones naturales,
esta situación se ha estado dando desde la conquista con la llegada de los europeos, que de
manera inmediata se dieron a la tarea de investigar qué riquezas podían aprovechar
comercializar; fue entonces cuando se dio inicio a la historia de explotación, saqueo y rapiña de
las plantas medicinales, que continúa hasta nuestros días, transmutándose siempre a capital
europeo y después norteamericano (Hersch y Fierro, 2001).
Objetivo
Conocer las implicaciones ambientales que tiene la intensificación de la recolecta de especies
medicinales y aromáticas, debido a una creciente demanda de productos herbolarios como
parte de las medicinas alternativas, así como la necesidad del cultivo y recolecta racional de las
poblaciones de especies medicinales y aromáticas de más alta demanda comercial, como
acciones sostenibles para su conservaciones y para las generaciones futuras.
METODOLOGÍA
Para la realización de este trabajo El trabajo se realizo por medio de una revisión de literatura
referidos al proceso de recolecta de las especies medicinales y aromáticas de crecimiento
espontaneo en el mundo y particularmente en México, así como experiencias que se tienen en
relación con el cultivo de plantas medicinales y aromáticas de zonas templadas y del trópico
seco mexicano.
RESULTADOS
Las plantas medicinales que se cultivan y recolectan
Cuando la población mestiza en México se refiere a las plantas medicinales, inmediatamente
hace referencia a las plantas que introdujeron los Europeos después de la conquista: como la
manzanilla, menta, hierbabuena, borraja, hinojo, ruda, romero, albahaca, zacate limón, entre
otras, porque eran las plantas que conocían y cultivaban. De igual forma cuando buscamos
información escrita en librerías o bibliotecas, por regla general la literatura sólo hace referencia
a las plantas de las farmacopeas Europeas, algunas de estas se cultivan, mientras que las
plantas medicinales que se usan por la herbolaria mexicana indígena y que son nativas salvo
algunos casos como el epazote “Chenopodium ambrosioides” (epazotl), el capulín “Prunas
serotina ssp. capuli”, el aguacate ”Persea americana” (auacatl), el tejocote Crataegus mexicana”
(texocotl), el zapote blanco “Casimiroa edulis” (cochitzatpotl), el colorin “Eritrina americana”
(Tzompantli), se cultivan (Estrada, 1995), mientras que más del 90 % de las plantas medicinales
son silvestres. Estas plantas medicinales nativas que se venden en los mercados nacionales y
en el extranjero, son obtenidas por recolecta, pero debido a una creciente demanda de plantas
medicinales silvestre, este proceso está en aumento y ha propiciado que las poblaciones
muchas especies se vean amenazadas y en el peor de los casos la casi extinción regional de
lagunas especies.
Por lo anterior se desprende que un número importante de plantas nativas con uso medicinal se
obtienen por recolección, que se define como acción y efecto de recolectar, que es sinónimo de
cosechar, lo que la naturaleza sembró y cultivo (García-Pelayo, 1978), pero con los actuales
indicadores de demanda por una población cada vez mayor, la extracción por recolecta se hace
sin medida sin considerar la recuperación de las poblaciones de las diferentes especies
extraídas en los ecosistemas, los costos ambientales que paga la naturaleza son muy altos,
esta situación se puede ejemplificar con la extracción de la especie Valeriana edulis spp.
procera, que hace 25 años era relativamente fácil obtener raíz de esta planta en zona boscosa
de Milpa Alta y Xochimilco, pero que en la actualidad es muy difícil o casi imposible encontrar.
Las tendencias actuales indican un mayor consumo de plantas medicinales a nivel Nacional e
Internacional, por lo que las plantas medicinales silvestres tendrán cada vez mayor demanda y
por lo tanto, se vuelve una urgencia desarrollar técnicas y metodologías para la propagación,
domesticación, y la introducción al cultivo de este tipo de plantas, lo que a diferencia de las
plantas alimenticias, en donde lo que importa son los volúmenes de producción por hectárea, en
las medicinales lo que se busca es una mayor concentración de las sustancia curativas
(principios activos) y en su manejo no se pueden utilizar plaguicidas químicos por su toxicidad lo
cual está ampliamente documentado.
La recolecta de plantas medicinales silvestres es un proceso que está afectando de manera
directa y drástica la cantidad de individuos de las especie usadas con fines medicinales, pues
en algunos casos se ha llegado a la extinción o se ven amenazadas, por lo que se ha propuesto
estudiar y proponer el cultivo como alternativa para estas plantas medicinales silvestre locales
de alta demanda comercial y que por el proceso de recolecta se encuentre amenazadas a nivel
regional. Asimismo existe la demanda de otras plantas medicinales que han sido domesticadas
y cultivadas en otros lugares y que por su alta demanda se tengan que importar, pero como
México presenta una gran diversidad de climas su cultivo es factible, con lo cual se puede
satisfacer la demanda del mercado local.
Plantas Medicinales su extracción no sustentable y su comercialización, en México y el Mundo
Estudios realizados por Betancourt y Gutiérrez (1999) reportan que de manera cotidiana se
comercializan frescas y deshidratadas cerca de 250 especies provenientes principalmente de
las zonas centro y sur del país, en formas frescas y secas- enteras, partes de ellas o en
mezclas diversas resulta un producto que se vende en los puestos de herbolaria de los
mercados.
Actualmente, los principales laboratorios y consorcios farmacéuticos cuentan con grupos de
especialistas botánicos, antropólogos, químicos y otros, no incluye a los agrónomos. Las
principales líneas de investigación están dirigidas a la exploración etnobotánica y
quimiotaxonómica, es decir, a la clasificación de las características químicas de las plantas con
propiedades medicinales. Esta combinación fue estudiada y aplicada desde el siglo XVI y sirvió
para clasificar un gran número de plantas en base a su composición química y sus efectos.
De los más de 100 millones de mexicanos que actualmente somos, sólo un 40% de la población
tiene acceso a la medicina alópata, sin que ésta logre satisfacer la demanda de la gente. Esta
es la razón por la que el resto de la población hace uso de las plantas medicinales, ya que en
algunas ocasiones es el único recurso biológicamente disponible, accesible en términos
culturales y económicos para una importante proporción de los mexicanos (Hersch, 2000).
Debido a la posición privilegiada de nuestro país, existen especies silvestres endémicas, que
son muy cotizadas en el mercado internacional, como la raíz de cancerina Hemiangium
excelsum, la corteza del cuachalalate Amphipterygium adstringens, la doradilla Selaginella
lepidophylla, las quinas roja y amarilla Simira mexicana e Hintonia latiflora, entre otras.
En el mercado mundial, el 50% de las plantas son usadas en alimentación humana, 25% en
cosmética, 20% en la industria farmacéutica y un 5% en otros rubros. La producción proviene
principalmente de países en desarrollo (América, África y Asia: India y China), y se dirige a los
países desarrollados: UE, EE.UU. de NA y Japón. Se estima que en el mundo se utilizan unas
10.000 especies vegetales como medicinales, en su mayor parte en sistemas de medicina
tradicional, obtenidas por proceso de recolecta. A título de ejemplo, la medicina tradicional china
utiliza unos 9.900 materiales de origen vegetal, pero sólo unos 500 son empleados en forma
habitual (Kuipers, 1995). De cualquier forma, se estima que en China un 40% del total de los
medicamentos corresponde a preparados de la medicina tradicional (Horeau y Da Silva, 1999).
Un estudio del International Trade Center del año 1982 estimó que se utilizaban unas 400
especies vegetales en Europa (Kuipers, 1995), pero un análisis más reciente del Traffic
International (Lange, 1998) considera que unos 2.000 especies (taxa) de plantas medicinales y
aromáticas son objeto de algún tipo de comercio en Europa. De éstas, 1 200 a 1 300 son
especies nativas europeas, un 90% de las cuales provienen de la recolección del material
silvestre, lo que representa una cantidad estimada de entre 20 000 a 30 000 toneladas anuales.
El mercado mundial de plantas medicinales está estimado en más de 12.000 millones de
dólares/año (2001), lo que representa el 5% del mercado farmacéutico. Se calcula que, a nivel
mundial, el valor de las importaciones de plantas medicinales aumentó un 55% entre 1976 y
1980, pasando de 355 millones de dólares a 551 millones de dólares (Principe, 1989). Según
(Kuipers, 1995), en 1994 este valor habría superado los 824 millones de dólares.
La importación de plantas medicinales y aromáticas en Europa entre 1992 y 1996 alcanzó una
media anual de unas 120.000 toneladas (t), valoradas en unos 335 millones de dólares, con un
crecimiento del 21% desde 109 000 toneladas en 1992 a 132.000 toneladas en 1996. El valor
de las importaciones tuvo variaciones, pero globalmente tuvo un incremento del 15%. Un 60%
de las importaciones provienen de países no europeos y el 40% restante de países europeos.
Aproximadamente el 90% de las importaciones van destinadas a países de la Unión Europea.
El principal país importador es Alemania, siguiéndole Francia, Italia, Reino Unido y España). En
lo que se refiere a las exportaciones de plantas medicinales y aromáticas desde países
europeos, el volumen medio anual en el período 1992-1996 estuvo alrededor de las 70 000
toneladas. El total de las exportaciones europeas aumentó un 21% pasando de 54 000
toneladas en 1992 a 71 000 toneladas en 1996 (Lange, 1998).
Otro dato en el sentido del crecimiento en la utilización de plantas para la producción de
medicamentos, se encuentra en la División de Estadística de la Naciones Unidas, donde se
indica que el volumen de las importaciones de alcaloides y heterósidos de origen vegetal y sus
derivados, se ha multiplicado por 6 y 9 respectivamente, entre 1996 y 1999 (Kuipers, 1995).
El mercado mundial de plantas medicinales está estimado en más de 12 000 millones de
dólares/año (1995). Si se pasa de la materia prima al producto terminado, se observa que
también la utilización de los preparados de Fitoterapia sigue una línea ascendente en todo el
mundo. Se estima que el valor global del mercado de los preparados a base de plantas
medicinales alcanzó los 19 580 millones de dólares en 1999, con una proyección para el 2002
de 24 180 millones de dólares (BLACPMA. 2005).
Históricamente los productos de origen vegetal, han pasado de tener un papel hegemónico en
el arsenal terapéutico occidental a un discreto segundo plano, para volver a tener en las últimas
décadas, una presencia cada vez mayor. Este retorno progresivo hacia el uso de los productos
de origen natural en terapéutica ha sido estimulado, en parte por el regreso a lo natural que se
ha producido en forma genérica en la sociedad.
Alemania es un centro europeo de comercio de plantas medicinales, de las que anualmente
importa nada menos que 50.000 toneladas, para la elaboración de medicamentos y productos
cosméticos (García, 2000).
En la actualidad, se estima que alrededor del 80% de la población mundial recurre a la medicina
tradicional herbolaria para la atención primaria de la salud. En Asia, millones de personas
mantienen su salud mediante el uso de hojas, raíces y cortezas de árboles. De hecho, el 25%
de las medicinas prescritas por los médicos europeos y estadounidenses se derivan de plantas
existentes en los bosques. Según reconocidos investigadores, prácticamente todas esas
plantas se han “descubierto” gracias a la información derivada de su uso en medicina tradicional
(Heller, 2008).
Se estima que el valor global del mercado de los preparados basados en plantas medicinales
alcanzó los 19.580 millones de dólares en 1999, con una proyección para el 2002 de 24.180
millones de dólares. Europa presenta en los dos períodos las cifras más altas, siguiéndole Asia,
EE.UU. de Norteamérica y Japón. No existe unanimidad en el tratamiento que los diferentes
países europeos dan a este tipo de productos. Mientras que en unos son considerados
principalmente como medicamentos, en otros su comercialización se efectúa preferentemente
como suplementos alimentarios o dietéticos. Este hecho condiciona los canales de
comercialización como farmacias, herbolarios y tiendas de dietética y supermercados, cuya
significación varía de un país a otro. Esta situación se debe fundamentalmente a la falta de
armonización entre las regulaciones, situación que en Europa se canaliza a través de la
Agencia Europea del Medicamento (EMEA) (E.M.E.A. 1999).
El mundo cura sus enfermedades con 10 000 fármacos combinados, de los cuales 99 por ciento
tienen su origen en la herbolaria. Actualmente sólo se usa 1 por ciento de las plantas
medicinales conocidas. De las plantas medicinales registradas en el mundo, China tiene el
inventario mundial más grande con 5 000, el segundo lugar lo ocupa México con 4 500 plantas,
seguido de Colombia con 2 600. Estas naciones cuentan con la materia prima, pero ninguna ha
desarrollado técnicas para obtener un medicamento alópata, lo cual sí han hecho países con
tecnología avanzada (Anónimo. 2002)
En México, mensualmente se comercializan tan sólo en el mercado de Sonora, de la ciudad de
México, 200 toneladas a un costo promedio de 30 000 pesos por tonelada. Esto sin cuantificar
el volumen comercializado en los mercados de Guadalajara, San Luis Potosí y la materia prima
que están procesando laboratorios como Mexil, Tecno Botánica (Anónimo, 2002).
Se estima que en México se procesan 1 000 toneladas mensuales de plantas silvestres
producto de la recolección, las cuales dan empleo a miles de familias, que forman una parte
importante de la economía, principalmente de la informal (Anónimo, 2002).
Los países que consumen en mayor cantidad plantas medicinales y aceites esenciales son
naciones industrializadas, en donde lideréa Alemania, con ventas anuales por 3,000 millones de
dólares (a precios de menudeo). Esto corresponde a la mitad del mercado de la Unión Europea,
con 37 dólares gastados por habitante. El segundo lugar se encuentra ocupado por Francia, con
el 26.5% de las ventas. Para 1993, el 27% de todos los medicamentos no requeridos
obligatoriamente de prescripción médica que se consumieron en Alemania, eran fitofarmárcos
(Hersch, 2000).
Estados Unidos ha venido incrementando en los últimos 10 años sus ventas en tiendas
naturistas y autoservicio, en farmacias, supermercados, por medio de organizaciones multinivel,
terapeutas diversos y correo. Se calculó la magnitud del mercado para el año 2000 en 2 500
millones de dólares, sólo en lo que corresponde al mercado “nutracéutico”, neologismo que se
refiere al producto que se encuentra situado por su perfil en el ámbito nutricional y medicinal
(Hersch, 2000).
La Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) reportó en 1998
que, sin contar a los usuarios de medicamentos obtenidos a partir del procesamiento industrial
de las plantas medicinales, se ha calculado en 1 500 millones la cantidad de seres humanos
que recurren a terapias tradicionales de origen vegetal.
El mercado mundial de productos farmacéuticos es la industria con mayor porcentaje de retorno
de ganancias del mundo: ascienden a unos 197 mil millones de dólares y entre las diez
compañías más grandes acaparan el 43% del volumen total. El mercado mundial de plantas se
calcula en 43 mil millones de dólares anuales, según la organización Rural Advancement
Foundation Intenational (RAFI).
El Cultivo de las especies medicinales, aromáticas y condimentarias, una propuesta
sostenible.
Por salvar vidas y ayudar a recuperar la salud, las plantas medicinales están amenazadas de
muerte. El auge del uso de las plantas medicinales parece ser simultáneamente su condena de
desaparición. Los procedimientos medicinales naturales cobran cada vez más importancia en el
mundo. Pero ese auge es también un creciente peligro. El Ginseng, la antiquísima planta
asiática está desde hace poco en la "lista roja". En las farmacias de todo el mundo se ofrecen
miles de variaciones de píldoras y jugos de ginseng. Pero el ginseng silvestre se ha vuelto raro.
Tan raro, que cuesta veinte veces más que el oro. Algo similar sucede en Europa, por ejemplo
con el árnica, que se usa para curar heridas. En el sur de Alemania, el árnica era común antes.
Hoy, ya casi no se encuentra. No es de extrañar: en Alemania se elaboran 50.000 kilos de flores
de árnica secas por año para producir cremas, tinturas y aceites (García, 2000).
De las 30,000 especies de plantas estimadas para México, en 1997 el Instituto Nacional
Indigenista documentó 3,300 con usos medicinales, es decir, el 10% del total de la riqueza
florística del país; a pesar de esto, las principales plantas cultivadas en nuestro país son de
origen extranjero, como la manzanilla Matricaria recutita) el romero Rosmarinus officinalis, la
ruda Ruta graveolens, la menta Mentha piperita y el cedrón Aloysia triphylla. Estos datos son de
suma importancia, ya que la riqueza de nuestro país no sólo se refiere a la diversidad de
plantas sino al conocimiento milenario que se tiene de ellas.
La demanda de plantas medicinales, tiene un límite, actualmente, cinco mil millones de
personas, es decir el 80% de la población, utilizan ya plantas medicinales, según estima la
OMS. Para la población en los países pobres, éstas son a menudo la única forma de
tratamiento médico. Pero el consumo en aumento tiene límites. La décima parte de las plantas
medicinales se considera ya en peligro de extinción debido a la extracción desmedida que se
hace de estas especies. Si bien a menudo se exige que las plantas sean silvestres, está claro
que ello no puede ser solución a largo plazo. Sin embargo, existe una salida a la situación: el
cultivo de plantas medicinales.
Plantas medicinales del bosque templado
De esta región climática se tienen alrededor de 3,300 especies con uso medicinal, aunque en la
mayoría hace falta validación científica de sus atributos curativos. De estas, el 37.5 al 44.1% de
esas plantas provienen de bosques de pino y encino respectivamente. De las diez especies
más consumidas a nivel nacional, siete se llegan a encontrar en los bosques templados, tres
nativas: Artemisia ludoviciana, Teloxys ambrosioides, Heterotheca inuloides y cuatro
introducidas: Mentha piperita, Ruta chalepensis, Matricaria recutita, Ocimum basilicum y Aloe
barbadensis, ya sea en los huertos familiares de estas zonas o de manera ruderal, arvense o
silvestre (Bye y Linares, 1999).
Las especies medicinales con uso de toda la planta, con origen en bosques templados se
emplean de diversas maneras, siendo la infusión la forma más frecuente, seguido de los
cataplasmas. Las familias más utilizadas son las compuestas y labiadas y en menor medida, las
leguminosas, euforbiaceas y rosáceas. Las plantas medicinales son un recurso potencial que
actualmente está bajo prospección por compañías farmacéuticas, con el fin de encontrar
compuestos activos para curar diversas enfermedades; en este sentido, es importante que el
conocimiento etnobotánico sobre las mismas se valore y retribuya ya que son una base sobre la
cual muchas compañías inician sus investigaciones (Cordero, 1996).
El aprovechamiento, de las especies medicinales de bosques templados se hace generalmente
mediante la recolecta, otras son cultivadas en huertos familiares y tanto unas como otras son
utilizadas en fresco. Su uso es estacional y depende de las condiciones ambientales, de la fase
de crecimiento y de las enfermedades más comunes que se presentan en el área. Las plantas
encontradas en huertos familiares coinciden con las enfermedades más comunes y frecuentes
de las zonas donde se encuentran; generalmente de estas se encargan personas adultas. En
cambio el aprovechamiento por parte de las zonas urbanas se puede hacer tanto en fresco
como en seco, e incluso de compuestos que contienen ingredientes vegetales medicinales
como champúes, pomadas, cápsulas, etc. (Zamora y Torres, 2002)
Cultivo o recolecta y los efectos en la Desertificación
En general en México las plantas con uso medicinal, se venden al consumidor en mercados,
tianguis, puestos ambulantes y tiendas de productos naturales de muchos centros urbanos. En
estas últimas y algunos puestos de mercados, se adquieren de acopiadores y distribuidores
mayoristas que cuentan con bodegas. Las plantas se ofrecen al consumidor de diferentes
formas; en fresco, en seco, en polvo, picadas, en trocitos, e incluso se ofrecen incluidas en
algún producto como champúes, pomadas, cremas, jarabes, etc. Al respecto, el tipo de
procesado, depende del tipo de planta, esto generalmente es conocido por los vendedores y
algunos laboratorios pequeños, quienes generalmente saben cuales pueden procesarse y de
que manera. En mercados como el de Sonora de la Ciudad de México se llegan a encontrar
plantas de todos los estados de la república. En éste mismo se han detectado alrededor de 300
plantas frescas y de estas 38 especies son las más frecuentes a lo largo del año (Linares et al,
1990). Las especies de bosques templados con uso medicinal, que son más demandadas tanto
a nivel nacional como internacional son: Valeriana edulis, Agastache mexicana, Heterotheca
inuloides, Tagetes lucida, Tagetes spp., Ruta chalepensis, Lippia graveolens, Matricaria recutita,
Achillea millefolium, Borago officinalis, Origanum vulgare y Artemisia ludoviciana (Base, 1995).
De estas sólo un pequeño grupo se cultiva, mientras que la gran mayoría de especies con uso
medicinal entre las que se encuentran las de mayor demanda provienen de recolecta de
ecosistemas naturales. En relación con la recolección y venta de plantas medicinales Hersch
(1996) y Hersch y Fierro, (2001), mencionan que México comparte características
socioeconómicas, culturales y ambientales con lo que sucede en otros países latinoamericanos;
algunos aspectos relevantes se muestran en el cuadro 1.
Cuadro 1. Aspectos relevantes de la recolecta de plantas medicinales en México.
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
Patrones de consumo de acuerdo con la farmacoterapia dominante.
Consumo no industrial del recurso principalmente en comunidades rurales e indígenas.
Excesivo intermediarismo en la comercialización de las plantas medicinales y sus productos
derivados.
Los recolectores son principalmente mujeres campesinas de zonas marginadas.
En la época estiaje (época seca, fría y/o cálida) que se incrementa sustantivamente la
recolección por ser una de las pocas actividades económicas que permite ingresos a la familia.
Más del 90% de las plantas medicinales que se consumen provienen de poblaciones silvestres
sin algún tipo de manejo sustentable
Los principales actores sociales que intervienen en la cadena de comercialización son: el
recolector, el acopiador local, el acopiador regional, el mayorista y el detallista.
La recolección excesiva de algunas especies con alta demanda comercial ha provocado una
fuerte disminución de sus poblaciones llegando incluso a considerarse como amenazadas y el
peligro de extinción.
Se carece de un programa nacional de plantas medicinales que integre efectivamente los
distintos aspectos relacionados con estos recursos: etnobotánica, botánica, ecología,
fitoquímica, farmacología, toxicología, cultivo, procesamiento control de calidad, establecimiento
de microempresas, comercialización y promoción.
Incremento en la adulteración o sustitución de plantas completas o de sus partes así como de
sus productos fitofarmacéuticos.
Fuente: Hersch, 1996.
Por lo que, en relación con el proceso de recolecta se derivan los siguientes cuestionamientos:
1. La extracción constante de plantas medicinales silvestres de este ecosistema, será infinita; 2.
La actividad de extracción constante (recolecta) puede retribuir económicamente a los
campesinos en estos estados; 3. Si esta retribución permite que éstos puedan mantener sus
recursos naturales; 4. A los campesinos y recolectores no les interesa el cultivo de plantas
medicinales, porque estas crecen de manera natural y siempre las encuentran, no tiene caso
sembrar lo que crece de manera natural y 5. Es mejor cultivar hortalizas, frutales, y/o granos.
CONCLUSIONES
Se plantea la necesidad de propagar y cultivar plantas medicinales silvestres amenazadas, por
el manejo no sustentable en el proceso de recolecta comercial.
El cultivo de manera intensiva de plantas medicinales sólo se puede dar en las de ciclo corto
(hierbas), mientras que en las especies de ciclo largo (árboles y arbustos), es recomendable su
propagación en viveros y su siembra en áreas protegidas de la vegetación natural.
Establecer el manejo integral sostenible de las plantas medicinales silvestres recolectadas en
los Biomas de Selva Baja Caducifolia y bosque templado, que permita preservar el recurso
existente, a través de transformar la actividad de recolecta de plantas medicinales silvestres en
una actividad productiva intensiva, mediante la domesticación y propagación de estas especies
silvestres amenazadas, con el objetivo de repoblar áreas naturales, para su conservación y
explotación sostenible.
Incidir en el currículo de los agrónomos para abordar cultivos no convencionales, como el de las
plantas medicinales.
En la actualidad estamos iniciando con la domesticación y cultivo de plantas medicinales pero
quedan mucho por hacer apenas estamos explorando, pues falta mucha investigación, en
aspectos relacionados con la selección de semillas, la genética, sus requerimientos nutritivos e
hídricos, el control de las plagas y enfermedades el cual deberá ser muy diferente al que se
aplica a los cultivos convencionales, el de la biotecnología (cultivo de tejidos), entre otros
aspectos de la fitotecnia.
La recolecta no está peleada con el cultivo, más bien se complementan siempre que ambas
estén incluidas en un programa de manejo sustentable.
BIBLIOGRAFÍA
AESPG. 1999. “Herbal medicinal products in the European Union. Study carried out on behalf of
the European Commission”.
Anónimo. 2002. Cultivar plantas medicinales puede ser un buen negocio. Teorema Ambiental.
Revista
Técnico
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