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DEPARTAMENTO DE FILOSOFÍA – I.E.S. “PIRÁMIDE” – HUESCA - © Jesús Viñuales
RENE DESCARTES
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DEPARTAMENTO DE FILOSOFÍA – I.E.S. “PIRÁMIDE” – HUESCA - © Jesús Viñuales
1.- RENÉ DESCARTES (1.596- 1.650)
1.1.- Datos biográficos.
Nace el 31 de marzo de 1596 en La Haya, una aldea de la
Turena en la Bretaña francesa.
En 1604 ingresa en La Flèche colegio Real de los jesuitas donde
estudia Humanidades y Filosofía. La enseñanza, de carácter
escolástico, se centra en Aristóteles y Tomás de Aquino, a quienes
combatirá sin desprenderse enteramente de su influencia.
En 1613 ingresa en la Facultad de Poitiers para estudiar Derecho
y Medicina, acaba en 1616. Sin problemas económicos, pertenecía a una familia acomodada, decide
emplear el resto de su juventud en "viajar, ver cortes y ejércitos".
En 1618 conoce a Isaac Beeckman sabio holandés que le inicia en física-matemática y geometría.
Viaja por Italia y Francia para ampliar sus estudios comenzando a escribir sus obras de entre las que
destacan: "Reglas para la dirección del Espíritu", "El discurso del método", "Meditaciones
Metafísicas" (que muchos profesores de las universidades holandesas introducen en sus cátedras
provocando la reacción contraria de la Iglesia) y "Principios de Filosofía".
Es el creador de la geometría analítica y descubridor de la óptica geométrica.
Es considerado el padre de la filosofía moderna porque influyó tanto en el racionalismo como en el
empirismo.
Muere en 1650 en Estocolmo de pulmonía. En 1663 la Iglesia católica condena y prohíbe sus
"Meditaciones Metafísicas".
1.2.- Obras de Descartes.
AÑÓ
1628
1633
1637
1641 en latín
1647 edición francesa
1644 en latín
OBRAS DE DESCARTES
TÍTULO
Reglas para la dirección del espíritu (publicado póstumamente en
1671)
Tratado del mundo ( publicado tras su muerte en 1667)
Discurso del método
Meditaciones de filosofía primera la edición del 47 incorpora las
Objeciones y Respuestas
Principios de filosofía
1647 edición en francés
1649
1637
1664 primera edición en
francés
Las pasiones del alma
Geometría
Tratado del hombre (publicado póstumamente)
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1.2.- Las fundamentos del pensamiento cartesiano
Se suele considerar el año 1637, en el que Descartes publica el Discurso del Método, como fecha
simbólica de inicio de la filosofía moderna.
En los dos siglos anteriores se habían creado las bases de una actitud crítica a la filosofía
tradicional, sobre todo a la escolástica. Descartes recoge estas inquietudes e intenta ofrecer una
alternativa completa y definitiva a esa filosofía. Por ello su actividad intelectual se centra en tres
temas fundamentales:
- La crítica a la escolástica a la que considera un falso saber basado en un método verbalista,
estéril e ineficaz. Descartes piensa que la escolástica se apoya en un criterio de verdad basado en la
autoridad (de Aristóteles) y en la fe (Sagradas Escrituras) que ya no es viable.
- Por otra parte trata de superar el escepticismo radical puesto de moda por el humanismo
renacentista (Michel de Montaigne). Aunque Descartes es comprensivo con el escepticismo, pues
piensa que la duda universal puede servir de ayuda para erradicar la educación acrítica de la época,
por otro lado, piensa que la duda no puede ser un objetivo a alcanzar sino un obstáculo a superar. Se
trata de utilizar el escepticismo para eliminar los errores y alcanzar, precisamente, verdades
indudables.
- En tercer lugar, Descartes trata de revalorizar el pensamiento matemático e independizarlo del
método empírico, en unos momentos en los que la filosofía comienza a separarse de las ciencias
empíricas, empeñadas éstas en matematizar la naturaleza (Copérnico, Galileo, Newton). Descartes
piensa que la experiencia o inducción no debe ser la fuente y el único recurso de la nueva ciencia,
sino que ésta se debe apoyar en las demostraciones matemáticas y en argumentaciones lógicas y
deductivas.
No obstante, la filosofía cartesiana hace un uso constante de los conceptos y los términos de la
Escolástica cuando quiere explicitar o hacer comprensible su pensamiento.
Hace uso del escepticismo cuando pretende rechazar como falsas todas aquellas doctrinas
opuestas a la razón y la verdad.
Utiliza las matemáticas cuando quiera dotar a la ciencia moderna de un método firme y seguro.
Se deja influenciar por el espíritu innovador de la nueva ciencia cuando nos habla del carácter
práctico y progresista de la tarea del científico.
Todo ello lleva a Descartes a intentar solucionar los problemas abiertos por la Escolástica a través
de dos procesos:
a) La búsqueda de un nuevo criterio de verdad.
b) La búsqueda de un nuevo método.
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2.- TEORÍA DEL CONOCIMIENTO
2.1.- La búsqueda del criterio de verdad. La duda metódica
El objetivo de Descartes es la búsqueda de unos primeros principios evidentes e indudables sobre
los que construir el edificio de la filosofía y de la ciencia.
El medio para poder hallarlos es la duda metódica. Con ella pretende eliminar todas las opiniones
y falsas creencias para poder comenzar de nuevo y "establecer algo firme y constante en las ciencias.
No es necesario probar que todas las creencias son falsas, basta con rechazarlas al mínimo
motivo de duda.
El procedimiento:
Se expone un criterio de duda que hace que dudemos de un determinado tipo de verdades que
poseemos.
Pero encontramos algo que se le resiste, un nuevo tipo de verdades que ese criterio no puede
poner en duda. Entonces se expone un nuevo criterio más potente que nos permita también dudar de
ellas.
Así sucesivamente hasta encontrar una verdad que sea absolutamente indudable.
El proceso:
- La primera y más obvia razón para dudar de nuestros conocimientos se halla en el hecho de
que los sentidos a veces me engañan. Por lo tanto, cabe dudar que las cosas sean como las
percibimos por los sentidos.
Pero ello no nos permite dudar que existan las cosas que percibimos (hemos de buscar un nuevo
criterio más fuerte)
- La segunda razón para dudar que nos plantea Descartes es la dificultad de distinguir entre la
vigilia y el sueño. A veces los sueños nos muestran mundos de objetos con extremada viveza, y al
despertar descubrimos que tales universos no tienen existencia real. Por lo tanto, podemos dudar de
la existencia de las cosas y del mundo material (incluido nuestro cuerpo).
Pero ello no nos permite dudar de un cierto tipo de verdades, como las matemáticas. Dormidos o
despiertos los ángulos de un triángulo suman 180 º en la geometría de Euclides (hemos de buscar un
nuevo criterio más fuerte)
- La tercera razón para dudar es la más radical de todas la hipótesis del genio maligno. Si Dios
permite que me engañe a veces, ¿no es posible que, al razonar, me engañe siempre hasta incluso
cuando estoy más absolutamente seguro como en el caso de las verdades matemáticas?. Podría
ocurrir que en vez de Dios exista un ser infinitamente poderoso e inteligente cuyo único empeño no
sea otro que el de hacer que me confunda y me engañe incluso cuando más seguro estoy de mis
razonamientos. Es posible que no exista pero ¿y si existiera?. Ninguna seguridad tengo de que no
exista por eso puedo dudar absolutamente de todo aquello de lo que estaba completamente seguro.
Por lo tanto, puedo dudar de las verdades matemáticas, de la existencia de Dios y de su
veracidad.
En resumen el esquema de los pasos es el siguiente:
Se duda de (Criterio)
Nos permite dudar de...
Pero no de...
Los sentidos nos engañan
Las cosas sean tal y como las
Las cosas existen
percibimos
Dificultad para distinguir
- Las cosas sean la causa de
Las
verdades
entre la vigilia y el sueño
nuestras ideas, es decir, que
matemáticas
existan. Por lo tanto:
- Que exista en mundo
material o nuestro propio
cuerpo.
Tesis del Genio Maligno
- Existencia de Dios y de su
“Pienso luego existo”
veracidad.
- Verdades matemáticas.
Límite del proceso:
Llegados a este punto no hay nada seguro en el conocimiento humano (nada de lo que no
podamos dudar): nos hallamos ante un escepticismo radical. Pero la duda metódica abarca sólo al
ámbito del pensamiento, del conocer del meditar, nunca al terreno del obrar. En la moral rigen las
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normas de la "moral provisional". La duda metódica no puede servir para justificar actitudes
inmorales.
En este punto Descartes considera que nos hemos liberado de los prejuicios y alejado lo suficiente
de la principal fuente de error: los sentidos.
Conclusión, la primera verdad y un criterio:
Llevada la duda hasta tan radical extremo Descartes descubre su primera verdad que es
absolutamente indudable: Puedo dudar de todo cuanto existe pero, en cualquier caso, pienso, y si
pienso es porque existo: "Pienso, luego existo": "cogito ergo sum".
Podría ser este razonamiento falso por estar engañándome el genio maligno, pero eso no sería
posible si yo no existiera, por lo tanto existo. Esta primera verdad supera el criterio de duda más
fuerte que había establecido y, por lo tanto, es una verdad absoluta e indudable. Se esté en lo cierto o
se dude, siempre queda el sujeto, sin él no hay ni siquiera duda.
Esta primera verdad no es sólo la primera certeza sino que es a la vez el modelo y criterio de toda
verdad y de toda certeza:
a) Modelo de evidencia racional: así como se nos impone la primera verdad (cogito) se nos ha de
imponer todo tipo de verdad: con la misma evidencia y fuerza.
b) Criterio de verdad: "todo aquello que concebimos clara y distintamente (como el cogito) será
verdadero".
2.2.- Reconstrucción del saber desde bases firmes.
Establecido el criterio de verdad y, partiendo de la primera verdad descubierta, intenta reconstruir,
siendo fiel a ese criterio, todo el saber. Así, partiendo de la consideración de que existe y de que no
puede dudar de que piensa, llega a una segunda consideración: que "no soy más que una cosa que
piensa, un Entendimiento, una Razón".
Para obtener nuevas certezas y restablecer las verdades sobre las que habíamos dudado,
deberemos superar la tesis del genio maligno. Para ello, deberemos probar, primero, que Dios existe
y, segundo, que no nos engaña.
Demostración de la existencia de Dios:
Partiendo del criterio de verdad: si yo encuentro una idea en mi Entendimiento (innata), todo
cuanto conciba como clara y distintamente en ella efectivamente le pertenecerá. La idea de un ser
sumamente perfecto, Dios, existe como idea innata en mí. Siendo así, a esa idea de ser
sumamente perfecto no le puede faltar a su esencia una de las perfecciones (existir). Así se
demuestra que Dios existe.
Demostración de que Dios no nos engaña:
Puesto que hemos demostrado que Dios existe y el engañar es una imperfección, puesto que
Dios es sumamente perfecto, Dios es veraz.
Se descarta así la tesis del “genio maligno” y queda reestablecida la verdad en el terreno de las
matemáticas.
Este restablecimiento tiene limitaciones: cuando la razón actúa rectamente, es decir siguiendo el
criterio de verdad y el método que más adelante se explicará, sus resultados son verdaderos.
Esto lo resalta Descartes porque también hay que justificar y explicar por qué es posible el error:
cuando la razón no actúa rectamente. Queda así explicada la naturaleza del error y de la verdad.
Demostración de la existencia del mundo extramental.
Se realiza a partir de la existencia de Dios. Puesto que Dios existe y es sumamente perfecto, es
bueno y veraz, no puede permitir que me engañe al creer que el mundo existe, luego el mundo existe
(res extensa). Dios aparece como la garantía de que a mis ideas corresponde un mundo, una realidad
extramental, pero sólo eso, aunque las cosas no sean tal y como las percibimos por medio de los
sentidos. En realidad, la existencia de Dios sólo garantiza que las cualidades primarias pertenecen a
las cosas, no las secundarias.
En este sentido, aunque Descartes abandona el realismo ingenuo aristotélico mantiene un cierto
realismo de las cualidades primarias.
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2.3.- El método.
- Las matemáticas como modelo de saber, como ideal de ciencia deductiva.
Parten de la idea de que es posible deducir el sistema de nuestro conocimiento acerca del
Universo a partir de ciertas ideas y principios evidentes e innatos, tomados como axiomas.
- Menosprecio de la experiencia.
No es necesario recurrir a ella puesto que el pensamiento por si mismo es capaz de descubrir la
estructura de la realidad. La experiencia sensible sólo ofrece conocimiento confuso.
- Innatismo.
El pensamiento posee en sí mismo y por sí mismo, es decir, al margen de toda experiencia
sensible, las ideas y principios primitivos a partir de los cuales puede construirse el edificio entero de
nuestro conocimiento.
Según Descartes, necesitamos un método, ya que piensa que no es suficiente con tener un
buen entendimiento, sino que lo fundamental es aplicarlo bien.
El recto uso de la razón: Modos de conocimiento.
Dos son los únicos modos de conocimiento cierto de la razón: la intuición y la deducción.
a) Intuición: por ella captamos inmediatamente conceptos simples emanados de la Razón misma
sin que quede posibilidad de duda o error. El ejemplo paradigmático sería el cogito o la captación de
cualquier idea innata. La intuición no puede confundirse con la percepción sensible, el juicio o la
deducción. Es una captación simple e inmediata del espíritu, tan fácil que no deja dudas, nos da
certeza absoluta.
b) Deducción: es una intuición sucesiva de conceptos simples y de las conexiones entre ellos.
Idea de un ser sumamente perfecto (intuición) / existir es una perfección (intuición)
El ser sumamente perfecto existe (deducción: resultado de conectar entre sí ambas intuiciones)
La deducción implica una sucesión de intuiciones que va de evidencia en evidencia captadas
anteriormente por intuición.
Esquema general del racionalismo cartesiano
Puestas por Dios en mi razón y
captadas por intuición
Ideas innatas
Razonamiento
deductivo
Por combinación de intuición y deducción (Tipos de
conocimiento)
Saber
La deducción no necesita como la intuición de la evidencia presente sino que se la pide prestada a la
memoria. No es tan segura como aquella pero lo es siempre que parta de principios ciertos.
Este doble dinamismo de la razón quedará expresado en las reglas II y III del método articulado a
través de los conceptos de análisis y síntesis.
Las reglas del método.
1- Regla I: Criterio de evidencia.
Es decir, no aceptar nada que no sea claro y distinto.
Es decir que aparezca en la mente de forma directa, como intuición individual y sin mezcla de de
ninguna otra intuición.
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2- Regla II: Análisis.
Es el momento del análisis: reducción por grados de las proposiciones complejas y confusas a las
proposiciones más simples. Las naturalezas simples, captadas por intuición, que son los elementos
indivisibles del conocimiento, y que constituyen el último término más allá del cual no podemos ir.
3- Regla III: Síntesis.
Es el momento de la síntesis: divididas las dificultades y alcanzadas las naturalezas simples
llevamos a cabo un ascenso deductivo. Una recomposición que permitirá llevar la seguridad de las
naturalezas simples a las cuestiones complejas.
4- Regla IV: Enumeración.
Consiste en examinar con todo cuidado la cadena deductiva para estar seguro de que:
No se ha omitido nada, ni se ha cometido ningún error.
2.4.- Consecuencias de la filosofía cartesiana en la teoría del conocimiento: El mundo como
representación.
Hasta Descartes: realismo ingenuo.
En la filosofía anterior el pensamiento recae directamente sobre las cosas, no sobre las ideas.
Las ideas son una especie de lente transparente a través de la cual se ven las cosas sin que ella
sea percibida.
Descartes: idealismo.
El pensamiento no recae directamente sobre las cosas, cuya existencia no nos consta en principio,
sino sobre las ideas.
Las ideas no son una lente transparente, son una representación que contemplamos. Se adquiere
conciencia del sujeto y su labor de mediación en el conocimiento. Se abren toda una serie de
interrogantes que el mismo Descartes planteaba ya en su duda metódica: ¿en qué medida la
representación se corresponde con la realidad?, ¿Está causada por una realidad extramental?
Su respuesta es que las cualidades primarias: magnitud, figura, situación, movimiento, duración y
número, aquellas que son matematizables sí pertenecen efectivamente a las cosas: son objetivas.
Las cualidades secundarias, al contrario, subjetivas, no se puede garantizar que se correspondan con
las cosas, ignoramos si son reales.
Interpretaciones de la filosofía cartesiana.
Los más conservadores, defensores de la metafísica escolástica, ven en él un escéptico que ha
abocado al conocimiento a un callejón sin salida a través de su duda metódica.
Los más progresistas, algunos de los empiristas, le acusan de todo lo contrario de intentar
rehabilitar un edificio, el de la metafísica, que estaba en ruinas. Sería como un intento de actualizar la
vieja metafísica escolástica.
La verdad es que propone una nueva metafísica, la metafísica racionalista, pero las dudas
planteadas en su duda metódica son ya insalvables e inevitables, preguntas abiertas que pugnarán
por encontrar solución.
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3.- LA METAFÍSICA
Consecuencias de la aplicación del método: La estructura de la realidad es tripartita (Dios,
alma y mundo).
Para Descartes sustancia es una realidad que existe de tal manera que no precisa de ninguna otra
realidad para existir.
Esta definición, propiamente, sólo es aplicable a Dios: las sustancias finitas para haber sido
creadas y conservadas necesitan de Dios.
Lo que busca es subrayar la independencia del cuerpo y el alma. Le interesa acentuar la
independencia y separación de las dos sustancias finitas para salvar al pensamiento del determinismo
mecanicista. Esto provoca el problema de explicar cómo se relacionan entre sí.
Cada sustancia se define por los atributos que expresan sus rasgos esenciales.
Además, las sustancias finitas tienen una serie de propiedades no esenciales: Los modos (no son
esenciales porque yo puedo pensar la sustancia sin ellos pero no puedo pensar en ellos sin hacerlo
situándolos en una sustancia).
La ontología cartesiana: Las tres sustancias.
Concretamos ahora más: ¿Qué elementos constituyen la realidad?, ¿Qué características tienen?.
OBJETO
METAFÍSICO
Sustancia
"Una realidad que
existe de tal manera
que no precisa de
ninguna otra realidad
para existir"
Atributos
Rasgos esenciales
Modos
Rasgos
no
esenciales
Sólo se dan en las
sustancias finitas.
DIOS
Sustancia infinita
Hablando
propiamente
es
la
única sustancia.
No es creada, es
independiente
y
sumamente perfecta.
Infinitud, eternidad,
inmutabilidad,
independencia
absoluta, omniscencia
y omnipotencia.
No tiene
ALMA
Res Cogitans
Sólo es sustancia por
analogía.
Es creada, dependiente de
Dios e independiente de la res
extensa. Es finita e imperfecta.
Pensamiento
"Es una cosa que piensa"
Libertad
El Entendimiento
La voluntad
MUNDO
Res Extensa
Sólo es sustancia por
analogía.
Es creada, dependiente
de Dios e independiente de
la res cogitans. Es finita e
imperfecta.
Extensión
"Es una cosa extensa"
(en longitud, anchura y
profundidad)
Necesidad: mecanicismo
Cualidades
primarias
(Magnitud, figura, situación,
movimiento,
duración
y
número)
Cualidades secundarias
(Colores, olores, …) Dios no
garantiza que pertenezcan
realmente a las cosas, son
subjetivas)
3.1.- La sustancia infinita
Pruebas de la existencia de Dios:
1) En el proceso que desembocaba en el cogito, Descartes se descubría a sí mismo como un ser
que duda, y entendía que la duda era una de las formas (de los modos, podríamos decir ahora) del
pensamiento. Igualmente, se da cuenta de que “hay más perfección en conocer que en dudar”:
cuando conocemos somos mejores (más perfectos) que cuando dudamos (recordemos la obsesión
cartesiana por la certeza). Con este razonamiento encontramos dentro de nosotros una idea muy
importante: la de perfección. La pregunta ahora sería ¿qué tipo de idea es la de “perfección”? ¿de
dónde procede esta idea? La respuesta de Descartes es clara: la idea de perfección no puede
provenir de la experiencia, pues no percibimos nada perfecto. Tampoco sería posible que dicha idea
haya sido construida por una naturaleza imperfecta, como la del ser humano. Por tanto, la idea de
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perfección tiene que ser una idea innata, y ha tenido que ser puesta en el ser humano por un ser
perfecto, que sería Dios o la sustancia infinita.
2) Este mismo tipo de demostración aparece relacionado también con la idea de infinitud. En el
fondo, se trata de argumentaciones claramente racionalistas, levantadas sobre la convicción de la
existencia de ideas innatas. Al igual que la idea de triángulo nos obliga a pensar que la suma de sus
tres ángulos es igual a dos rectos, la idea de ser perfecto no puede ser concebida sin pensar
inmediatamente en la existencia del mismo, con lo que sería “al menos tan cierto que Dios, que es un
Ser perfecto, es o existe, como lo pueda ser cualquier demostración de geometría.” Es decir, como en
el argumento de San Anselmo, si concibo la esencia de Dios, debo concluir su existencia.
3) Pero junto a estas demostraciones “racionalistas”, aparecen también otras más cercanas a la
experiencia. Se trata de demostraciones que nos remiten al Dios creador al que se llega también a
través del método de Tomás de Aquino. Si el yo existe, sin haber sido capaz de darse la existencia a
sí mismo y sin ser capaz de conservarse en la existencia, entonces tiene que existir necesariamente
otro que da la existencia a ese yo, y además logra conservarle en la existencia. De la intuición
directa del yo como sustancia, puede derivarse, aplicando el principio de casualidad, la existencia de
un Ser superior responsable de todo lo existente. Dios sería el origen y el conservador de todo lo
existente, y también todas las perfecciones derivan directamente de Dios. Desembocamos así en un
Dios creador, un ser perfecto y dueño de la existencia que, tal y como nos lo presenta Descartes en
las Meditaciones metafísicas, “ha creado el cielo y la tierra, y todo cuanto en ellos se contiene, y,
además, puede hacer todo lo que concebimos claramente, a la manera en que lo concebimos.”
Consecuencias de la existencia de Dios
Tan importante como las demostraciones es el lugar que ocupa la idea de Dios dentro de todo el
sistema cartesiano. Si recordamos los pasos dados hasta ahora, nos encontrábamos con un yo
seguro de su existencia (pienso luego existo), pero que sigue completamente aislado del mundo, y no
es capaz de encontrar más verdades. Sin embargo, un ser Perfecto no puede permitir que el yo viva
en el engaño permanente. Así, Dios neutraliza cualquier tipo de duda o desconfianza respecto a la
realidad, y elimina la posibilidad de que haya un “genio maligno” que me engañe permanentemente.
Gracias a la demostración de la existencia de Dios, Descartes consigue sacar al yo de esa situación
de aislamiento forzoso en que le había dejado su obsesión por la certeza. Dios funciona así como un
puente entre el yo y el mundo: podemos estar seguros de su existencia, e incluso de los datos más
elementales que los sentidos nos proporcionan, porque estamos seguros de la existencia de Dios.
En definitiva, Dios desempeña tres funciones esenciales:
a) Garantía última del conocimiento verdadero. Las evidencias lo son porque Dios es evidente.
Dios, que es bueno y veraz, no ha podido crear al hombre para que éste viva permanentemente en el
engaño y la falsedad, y si podemos llegar a conocer con certeza su existencia, eso debe servirnos
como garantía última del resto de evidencias. En último término, todo conocimiento evidente es
verdadero porque la existencia de un Dios bueno y veraz (no cabría un Dios malo y engañador ya que
es un ser perfecto) se nos presenta con evidencia.
b) Dios es el que conserva en la existencia al mundo y al propio sujeto. Dios está creando
permanentemente y se encarga de mantener en la existencia todo lo creado.
c) Origen del movimiento. Dios impulsa el mundo, y luego conserva constante su cantidad de
movimiento y reposo.
3.2.- Las sustancia pensante (ver antropología)
El pensamiento es el atributo por el que conocemos esta substancia, también constituye su
esencia.
Pensar, para Descartes es todo aquello que forma parte de la consciencia: pensar, querer, afirmar,
negar, sentir, dudar ...
3.3.- La sustancia extensa
Demostración de la existencia del mundo extramental.
Puesto que Dios existe y es sumamente perfecto, es bueno y veraz, no puede permitir que me
engañe al creer que el mundo existe, luego el mundo existe (res extensa)
Pero acaso las cosas no sean tal y como las percibimos por medio de los sentidos.
Dios aparece como la garantía de que a mis ideas corresponde un mundo, una realidad
extramental, pero sólo eso.
Descartes distingue entre:
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a) Las ideas que se corresponden con las cualidades primarias (cuantificables o
matematizables): magnitud, figura, situación, movimiento, duración y número.
b) Las ideas que se corresponden con las cualidades secundarias (cualitativas, no
cuantificables): color, sonido, olor, etc.
Las primeras son objetivas: Al ser matemátizables se nos muestran clara y distintamente y por lo
tanto Dios garantiza que pertenecen a las cosas.
Las segundas son subjetivas: Al ser conocidas a través de los sentidos no poseemos de ellas
certeza alguna y por lo tanto no podemos asegurar que les pertenezcan, sino que las pone el sujeto.
Abandona el realismo ingenuo aristotélico pero mantiene un realismo de las cualidades primarias.
El mecanicismo
- Descartes concibe un universo que se comporta como una maquina incluyendo los seres
que contiene. Se caracteriza por
a) La materia, las cosas materiales no tienen libertad sino que su movimiento forma parte de la
gran maquinaria que es el universo
b) El movimiento en el universo se transmite por contacto entre de las partículas que forman la
materia de las cosas.
c) No existe el vacío ya que esto supondría perder el contacto entre las partículas y, en definitiva el
cese del movimiento en el universo.
d) La cantidad de movimiento permanece constante.
e) Dios no interviene en el movimiento, tan sólo actúo como primer motor. El espíritu (res
cogitans) es independiente de la materia, no puede entrar en contacto con ella.
- Existen tres tipos de materia en el universo.
a) Gruesa (cuerpos sólidos).
b) Éter: que configura un espacio aparentemente vacío y transparente.
c) Fina: partículas de luz.
- Leyes de movimiento de los cuerpos:
1ª) Todo cuerpo permanece en su estado de movimiento o reposo en tanto no es modificado su
estado por el contacto con otro cuerpo. (Inercia).
2ª) Todos los cuerpos tienden a moverse en línea recta.
3ª) La cantidad de movimiento permanece constante en el universo.
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4.- ANTROPOLOGÍA
4.1.- Dualismo Antropológico:
Tras la duda metódica Descartes llega a un certeza: sé que soy, pero aún no sé con claridad qué
soy. El dualismo antropológico es una teoría filosófica según la cual el hombre consta de dos
principios radicalmente distintos, el cuerpo y el alma.
Esta teoría no es exclusiva de la filosofía cartesiana pues se encuentra con mayor o menor
claridad en toda la filosofía anterior. Lo peculiar del enfoque cartesiano es que llega a ella a partir del
ejercicio de la duda metódica y que la expresa con absoluta radicalidad: el cuerpo y la mente son
substancias totalmente distintas, con características, procesos y modelos explicativos distintos.
En la “Sexta Meditación”, Descartes nos presenta el argumento utilizado para postular la radical
diferencia entre el cuerpo y el alma:
- …aquello que podemos concebir con claridad y distinción como correspondiendo a una cosa le
pertenece realmente, aquello que no se presenta con claridad y distinción no le pertenece realmente;
tengo claridad y distinción de que nada pertenece a mi esencia excepto que soy una cosa
pensante e inextensa;
tengo una idea clara y distinta del cuerpo como una cosa extensa y no-pensante;
conclusión: mi alma es absolutamente distinta de mi cuerpo y puede existir sin él.
Repasando los atributos del cuerpo, descubre que la tesis del genio maligno le permite dudar de
todos ellos, además los conozco a través de los sentidos y éstos están puestos en duda.
Repasando los atributos del alma, de algunos puede dudar (nutrirse, andar, sentir: se ha de
recordar que éstas eran las funciones que atribuía Aristóteles al alma) pero aparece uno del que no
puedo dudar: el pensar. Eso le lleva a establecer: "No soy más que una cosa que piensa (Res
cogitans), un Entendimiento o una Razón".
Deduce los atributos de la res cogitans: es el sujeto de las siguientes actividades: dudar, entender,
afirmar, negar, querer y no querer, imaginar y sentir.
Todas estas son actividades que se dan en el pensamiento y tienen la misma certeza que el
cogito. Superan la tesis del genio maligno y la distinción entre vigilia y sueño: justifica las facultades
de imaginar y sentir porque aunque todo sean ilusiones engañosas, las facultades existen.
Pasa de una verdad cierta e indudable, que es la existencia del pensamiento como actividad, a algo
que no se sabe de donde se ha extraído: la cosa (res) que piensa.
Esto implica un prejuicio sustancialista: da por supuesto que no puede haber una actividad o
cualidad sin que haya un sujeto sustancial que lo sostenga.
4.2.- Interacción alma-cuerpo
Descartes parece identificar nuestro yo con nuestra mente, y no con el compuesto mentecuerpo. Pero también indica que la relación que mantiene nuestra alma o mente con nuestro propio
cuerpo es una relación peculiar, distinta a la que mantiene con el resto de los cuerpos. Nos dice que
no podemos entender esta relación como la que existe entre un piloto y su nave. La nave es algo
exterior al piloto por lo que el conocimiento de lo que ocurre en el barco lo tiene el piloto como lo tiene
del resto de cosas físicas. Sin embargo nosotros no experimentamos nuestro cuerpo de la misma
manera pues las modificaciones que éste sufre las sentimos “desde dentro”. Descartes habla de dos
tipos de sensaciones, las externas y las internas (sentido común). Mediante las primeras captamos
los otros cuerpos (y el nuestro cuando nos vemos o nos oímos) mediante las internas lo captamos
“desde dentro”. Por eso nos dice que el alma se extiende a lo largo de todo el cuerpo, aunque exista
también un lugar privilegiado en donde parece concentrarse y en donde propiamente conecta el alma
y el cuerpo: el cerebro y particularmente la glándula pineal. El sentido común se encarga de
transmitir las modificaciones y sensaciones a la imaginación, que sigue teniendo carácter corporal y
cuyos contenidos no tienen por qué coincidir con los de la memoria.
Descartes admite que el alma y el cuerpo se relacionan causalmente (cambios en el cuerpo
producen cambios en el alma, cambios en el alma producen cambios en el cuerpo). Como
consecuencia de la estrecha relación que tienen ambas substancias en cada hombre concreto, en
algunos textos se expresa de un modo un tanto parecido a Santo Tomás: el alma y el cuerpo, nos
dice en las “Respuestas a las Cuartas Objeciones”, pueden considerarse como substancias
incompletas ya que parecen relacionarse y necesitarse mutuamente, y formar, juntas, la unidad que
llamamos hombre concreto.
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DEPARTAMENTO DE FILOSOFÍA – I.E.S. “PIRÁMIDE” – HUESCA - © Jesús Viñuales
Es alma, espiritual, es inmortal, y como no es cuerpo, está exenta del mecanismo general del
mundo corpóreo, con lo que queda a salvo la libertad. Diferencia radical con los animales, la
inmortalidad.
4.3.- El cuerpo.
El cuerpo, sustancia en si mismo, permite por ello su estudio científico, sin referencias a su
dependencia con respecto al espíritu, cuestión que en la concepción aristotélica era imposible. Se
abre por otra parte el horizonte de las investigaciones sobre el organismo humano, algo vedado hasta
el momento.
4.4.- El alma.
En el alma, órgano de la conciencia, se producen acciones y pasiones: las acciones dependen
de la voluntad, mientras las pasiones son involuntarias y están constituidas por las percepciones,
sentimientos o emociones causadas en el alma por las fuerzas mecánicas que actúan en el cuerpo.
Tienen la función natural de incitar el alma a realizar las acciones que sirven para perfeccionar y
conservar el cuerpo.
Modos u operaciones del alma
MODOS
EL ENTENDIMIENTO
LA VOLUNTAD
ACCIÓN / FACULTAD
Concebir / La Razón
Imaginar / La Imaginación
Sentir / Los Sentidos
Dudar, afirmar, negar
Querer o no querer
GÉNEROS DEL PENSAMIENTO
Innatas
IDEAS
Facticias
Adventicias
JUICIOS
VOLICIONES
Tipos de ideas.
Partimos de una evidencia: pensamos ideas, pero ¿todas las ideas son del mismo tipo y poseen la
misma realidad y veracidad?. Observamos las ideas que hay en nuestro pensamiento para ver su
origen y su fiabilidad.
Se establece la siguiente distinción aunque es hipotética hasta que no se reestablezca la
existencia del mundo extramental:
i) Ideas adventicias: Aquellas que parecen provenir de nuestra experiencia externa. Por ejemplo:
árbol, hombre, caballo, ...
ii) Ideas facticias: Aquellas que construye la mente a partir de otras ideas. Por ejemplo: sirena,
pegaso,...
Tanto unas como otras son de origen problemático pues el mundo extramental está puesto en
duda y tampoco son fiables para poder realizar demostraciones (al menos de momento) Pero hay otro
tipo de ideas:
iii) Ideas innatas: No son adventicias ni facticias, las posee en si mismo el pensamiento. Por
ejemplo: existencia, pensamiento,... ni son construidas por mí ni proceden de experiencia externa
alguna (se derivan del cogito) Las conocemos de manera inmediata y evidente como el cogito.
Las ideas a partir de las que se ha de construir nuestro conocimiento son ideas innatas: esta es
una afirmación fundamental del pensamiento racionalista.
Distingue entre dos operaciones del alma:
1. Operación del entendimiento
2. operación de la voluntad
Descartes trata de encontrar en su "psicología" un método basado en la claridad y la distinción.
Por eso cada una de las variedades de los modos psíquicos tiene que ser deducida de la propia
esencia de este modo. Así, Descartes define las pasiones como "reacciones". Las principales
"reacciones" son la admiración, el amor, el odio, el deseo, la alegría y la tristeza. La voluntad es la
facultad de juzgar o abstenerse de juzgar, de asentir o negar el juicio. Esta voluntad es infinita y
completamente libre de dar o no su adhesión, pues el entendimiento muestra simplemente a la
voluntad lo que debe elegir. La infinitud de la voluntad se contrapone a la finitud del entendimiento: el
error radica no sólo en la adhesión a las representaciones confusas y oscuras, sino en el acto volitivo
que sobrepasa el carácter limitado del entendimiento.
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