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LOSMARFILES
HISPANO-FILIPINOS
ENELMUSEO
DIOCESANODE
SANTILLANADELMAR
VERÓNICA HERRERO DOMINGO.
LICENCIADA EN HISTORIA DEL ARTE.
CICLO
DE
CONFERENCIAS
HOMENAJE
ANTONIO NICEAS
A
Los Marfiles Hispano-Filipinos en el Museo Diocesano de
Santillana del Mar
ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN: el arte Hispano-Filipino .......................... 2
2. EL MARFIL:
2.1 Tipos ........................................................................ 4
2.2Talla ......................................................................... 5
2.3 El marfil en Filipinas ................................................ 6
3. LOS MARFILES HISPANO FILIPINOS EN CANTABRIA ............ 6
4. OBRA DEL MES: SAN MIGUEL ARCANGEL ........................ 11
5. CONCLUSIONES ................................................................ 13
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Los Marfiles Hispano-Filipinos en el Museo Diocesano de
Santillana del Mar
INTRODUCCIÓN
El Arte Hispano- Filipino surge tras el establecimiento de la colonia española en
Filipinas, a partir del año 1565, cuando el fraile agustino Andrés de Urdaneta
consigue realizar la vuelta – el tornaviaje- desde ésta hasta Nueva España, al
puerto de Acapulco, después de 6 intentos fracasados llevados a cabo por la
Corona española. Hasta este momento se había conseguido llegar a las Islas
pero no se había podido regresar a América a través del Pacífico.
Con esta ruta se había descubierto la ruta más rápida y segura entre Asia y
América, pudiendo establecer una colonia española en Asia, cuya privilegiada
posición convirtió a las islas, y más concretamente a la capital Manila, en el
centro del comercio y de las relaciones con China, Japón y Siam y en el punto
de partida de la evangelización de Asia y colonización de Micronesia.
En adelante, y durante 250 años, esta ruta es la que seguiría el denominado
”Galeón Acapulco”, (también llamado “galeón de Manila”) nave que era la
única comunicación anual de personas y mercaderías entre México y Filipinas.
El tiempo normal de este viaje era de unos seis meses, aunque en ocasiones,
si los vientos eran favorables podían llegar a realizarlo en cuatro.
En el viaje de ida, desde el puerto de Acapulco en este galeón viajaban:
oficiales reales que iban a tomar posesión de sus cargos en el gobierno insular;
mercaderes, algunos con la intención de quedarse en la colonia, y otros para
realizar negocios y volver; soldados y marineros; frailes de diversas órdenes
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Los Marfiles Hispano-Filipinos en el Museo Diocesano de
Santillana del Mar
como los agustinos, los dominicos, los franciscanos, etc, que luego fueron los
encargados tanto de la evangelización de Filipinas como de la educación.
Pero también se transportaban productos procedentes de América, como el
maíz, el cacao, el tabaco, el aguacate, la caña de azúcar, etc; así como
imágenes religiosas, procedentes en su mayoría de Hispanoamérica, que
utilizarían después para la conversión de las razas indígenas que fueron
encontrando, además de plata y otros objetos de ajuar y uso personal. Una
vez allí,
descargaban todas las mercancías y las ponían a la venta o las
intercambiaban.
A la vuelta, el galeón transportaba: algodón, finas muselinas, gasas, lino,
ámbar, marfil, tapices, alfombras, especias (jengibre, pimienta negra, cúrcuma,
canela, nuez moscada…), vino, uvas, almendras, etc así como toda clase de
productos y objetos de arte, que a la llegada al puerto de Acapulco se ponían a
la venta en una feria donde eran adquiridos y muchos de ellos trasladados,
atravesando el país hasta Veracruz, en la costa este de Méjico, donde eran de
nuevo embarcados en la flota hacia España (Sevilla y más tarde también
Cádiz) y de aquí a sus destinatarios particulares o a los mercados españoles.
El Galeón Acapulco descargando en el puerto.
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Santillana del Mar
EL MARFIL
TIPOS
El término Marfil procede del árabe y significa” diente de elefante”.
Únicamente el material que se obtiene de los incisivos de este animal puede
considerarse como tal, si bien hay otros materiales que coinciden en aspecto
general, y que pueden confundirse con el marfil, como son:
* Material dentario de otros animales (rinoceronte, hipopótamo, morsa, narval,
tigre, etc). Son similares en color y apariencia pero no son considerados como
tal.
* Marfil Vegetal, como el que se obtiene de la nuez corozo. Es típica de los
valles de los Andes y de la costa Oeste de Suramérica. Es marrón al exterior y
blanco brillante al interior. Se utiliza principalmente para botones, bastones,etc.
Nuez corozo y ejemplo de pieza en marfil vegetal.
* Artificial, como la marfilina. Se realiza a base de polvo de marfil
* Hueso: común al marfil por su apariencia exterior y porque es denso y
duro.Un ejemplo es el hueso de camello, blanco, brillante, duro y sin apenas
oquedades, facil de confundir con el marfil y que requiere de un gran
conocimiento del material para distinguirlo.
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Los Marfiles Hispano-Filipinos en el Museo Diocesano de
Santillana del Mar
TALLA
La
talla de este material supone paciencia y
alto conocimiento del material que se
manipula.
Se trabaja con las mismas herramientas que
para la talla de las maderas duras (boj,
peral), tales como: sierra, lima, punzón,
formón, compás, etc.
Primero el diente es desmembrado con la
ayuda de una sierra de mano. Después se
sumerge en cera molida para fijar los poros
de la superficie y evitar aberturas.
La parte exterior se suele quitar porque suele tener suciedad o incrustaciones.
A continuación se parte en secciones pequeñas con una sierra (tal y como
puede verse en el dibujo anterior) y se suele humedecer para facilitar la talla.
Las labores de cincelado son muy delicadas, puesto que es fácil romperlo o
craquelarlo.
Cuando es imprescindible se recurre al añadido
volumen, o a la incrustación, para
de piezas, para dar más
producir mayor riqueza decorativa y se
policroman el pelo, los ojos o las vestimentas.
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Los Marfiles Hispano-Filipinos en el Museo Diocesano de
Santillana del Mar
EL MARFIL EN FILIPINAS
En las Islas apenas existían elefantes, pero sí se disponía de abundante
material, procedente de Siam, Camboya o Ceilán.
El marfil para los filipinos era un lujo que se usaba en tres artículos: estatuaria
religiosa, joyería y mangos de armas, sin embargo no parece que existiese
una fuerte tradición antes de la llegada de los españoles.
Desconocemos los autores de las tallas de marfil que han llegado a nosotros,
pero según las fuentes existentes debieron ser los artesanos chinos y nipones
residentes en Filipinas, conocidos como “Sangleyes” (mercader, comerciante),
los que ejercían la labor artesanal del trabajo del marfil..
LOS MARFILES HISPANO FILIPINOS EN
CANTABRIA
La procedencia de los marfiles existentes en Cantabria es en su mayoría
filipina, llegados a través de México. Desde finales del siglo XVII algunos
indianos, movidos por su sentimiento religioso, donan dinero o dan alhajas
para nuestras iglesias.
Aunque se conservan numerosas piezas, casi siempre Cristos, de pequeño
tamaño, son las figuras exentas, de grande o mediano tamaño, las que ahora
queremos resaltar por su especial significación, ya que algunos de los
existentes en nuestro Museo se consideran los más grande de España. .
Estas esculturas
suelen estar
sujetas a los cánones occidentales, pero
influenciadas por la educación estética oriental del artista. Es decir, siguen
modelos importados de autores españoles, particularmente andaluces, como
Núñez Delgado
(s. XVI) o Martínez Montañés, (s. XVII) , junto con otros
artistas flamencos, alemanes o italianos.
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Los Marfiles Hispano-Filipinos en el Museo Diocesano de
Santillana del Mar
Responden a una temática religiosa, puesto que fue la iglesia la encargada del
arte en las colonias y de educar de forma cristiana a los indígenas asentados
en Filipinas, por lo que su misión es claramente evangelizadora.
La mitad del total de marfiles hispano filipinos corresponde a imágenes de
Cristo (crucificado, moribundo o expirante) pero también encontramos
representaciones de la Virgen (Inmaculada), el niño Jesús ( dormido o en cuna,
sentado o de pie como”Salvador del Mundo”, Santos o apóstoles (San Juan
Bautista, San José, San Antonio de Padua). Una importante representación de
los existentes en Cantabria se encuentran depositados
en el Museo
Diocesano. Entre ellos destacaremos:
El Cristo de Mijares, parece datar de
finales del siglo XVII. Es un Cristo de tres
clavos, muerto, con la cabeza inclinada
hacia su hombro derecho y el nudo del
peritoneo situado sobre la cadera derecha.
Acusa una fuerte influencia orientalizante
en lo referente a la frente despejada, sus
ojos rasgados y sus mejillas suavizadas.
La constitución formal es ingenua y
simplificada, aunque de carácter realista,
Cristo. Marfil hispano-filipino. Mijares.
reflejando una mayor incidencia en la anatomía en tórax y rodillas.
Destaca la labor de taracea de hojas de pámpano en el tronco de ébano de la
cruz.
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Los Marfiles Hispano-Filipinos en el Museo Diocesano de
Santillana del Mar
Otra imagen importante es el Cristo de Santibáñez de Carriedo.
Cristo expirante. Marfil hispano-filipino. Santibáñez de Carriedo
Es un Cristo agonizante realizado a finales del siglo XVII. Posee los ojos
abiertos mirando hacia lo alto y coronado de espinas.
Al igual que el Cristo de Mijares, acusa rasgos orientales en ojos, frente y
mejillas, así como un intento de mostrar la anatomía en tórax y rodillas.
Sin embargo, a diferencia del anterior, esta muestra una gran desproporción
del talle y longitud de los brazos con respecto a sus piernas.
Se encuentra enclavado en una cruz de madera con incrustaciones de marfil,
que en el perímetro forman líneas paralelas que enmarcan el campo decorado
con rombos espaciados rematados en vértices circulares.
Es muy llamativo constatar que la mayor parte de los grandes Cristo de marfil
existentes en Cantabria, con una altura de en torno a un metro se localizan en
Santillana del Mar o en su entorno. Ello parece indicarnos la competitividad
establecida entre diversos personajes que emigraron a Méjico y Filipinas, por
dotar a su lugar de origen de estas espectaculares piezas (que podrían
adquirirse tanto en las propias Islas como en Acapulco). Destacaron familias
como los Sánchez de Tagle, Velarde, Peredo y Barreda.
Al ya citado de Mijares, propiedad de la iglesia parroquial situada a unos 3 kms
de la capital municipal, debemos añadir los dos que se encontraban en los
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Los Marfiles Hispano-Filipinos en el Museo Diocesano de
Santillana del Mar
conventos de dominicos de la villa. El Convento “Regina Coeli”, actual Museo
Diocesano, poseía un gran Cristo, (dim. 95 x 7O cms. Cruz: 177 x 9O cms),
similar al de Mijares, que fue trasladado al convento de Clarisas de Villaverde
de Pontones cuando éstas se
trasladaron a dicho lugar, tras compartir
convento desde finales del siglo XIX con las Clarisas de Santillana.
También poseía un gran Cristo de marfil el Convento de Dominicas de San
Ildefonso (actualmente habitado por MM. Clarisas) (dim.: 100 x 90 cms). Dicho
Cristo, tras haber estado depositado durante algunos años en el Convento de
Dominicos de Las Caldas de Besaya, ha sido trasladado a Burgos.
También en la sacristía de la Colegiata de Santillana se conserva un Cristo de
marfil, algo más pequeño que los anteriores (51x48 cms) pero de gran calidad,
enclavado en su cruz de ébano con remates de plata.
Por otra parte conocemos la existencia de otros Cristos, que también han
salido de este entorno
de Santillana,
como es el caso del
Cristo
de
Ganzo,
Francisco
de
enviado
Carriedo
por
- gobernador
de
Manila
que se conservó hasta
hace
varias
décadas en el retablo
de su capilla
privada
localidad
en
la
citada
municipio
de
En
se
la
actualidad
del
Torrelavega.
encuentra
en
una residencia familiar,
de
los
herederos
Ceruti),
en
(familia
Madrid. Sin embargo,
este Cristo a
diferencia
anteriores
de
los
es
de mayores proporciones, llegando a los 140 cm de altura, (frente a los 90 cm
del de Mijares o de los 54 cm del de Santibañez de Carriedo).
Presenta policromía en el pelo, la barba y el paño de pureza.
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Los Marfiles Hispano-Filipinos en el Museo Diocesano de
Santillana del Mar
En la misma línea encontramos otra
temática muy extendida como son las
imágenes de la Virgen. Así, en el Museo
Diocesano encontramos esta Inmaculada
(en foto adjunta) que data de finales del
siglo XVII, representada según la visión
apocalíptica. Posee unos rasgos faciales
muy
finos
que
denotan
seriedad
y
sencillez. Presenta ojos de cristal y los
lóbulos de las orejas agujereados para
colocar pendientes. Aparece en actitud de
oración y viste una túnica de drapeado en
relieve al cuello y se cubre con un manto.
De similares características es el San Juan Bautista, procedente de la iglesia
de Villapresente, actualmente también en el Museo Diocesano.
Otras imágenes de dimensiones considerables, pero en paradero desconocido
son las procedentes del Palacio de Alvarado en Adal Treto, San José, San
Antonio de Padua y un Cristo.
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Los Marfiles Hispano-Filipinos en el Museo Diocesano de
Santillana del Mar
OBRA DEL MES:
SAN MIGUEL
ARCANGEL
Pero la obra más espectacular del
conjunto de marfiles depositados
en el Museo Diocesano es la que
hemos seleccionado como “obra
del mes”: San Miguel Arcángel,
realizado en marfil a finales del
siglo XVII. y donado a la Ermita
de Puente San Miguel, localidad también próxima a Santillana del Mar.
Esta iconografía cobra especial relevancia en el arte hispano-filipino porque
refleja mejor que ninguna otra escultura la influencia oriental, no sólo en el
aspecto formal o decorativo sino también en su interno significado. Se da una
asimilación de San Miguel con los Lokapalas o guardianes del universo de la
escultura budista china y japonesa y esto debió ser la causa de las numerosas
representaciones de este santo, sobre todo en las zonas en las que convivían
estas dos manifestaciones estéticas.
San Miguel es santo de devoción universal cristiana y su culto se divulga, a
partir del s. VI. Resurge en época renacentista, promovida en parte por los
jesuitas que le hacen símbolo de la Iglesia Triunfando sobre la Herejía.
Aparece vestido de guerrero siguiendo los modelos europeos, con morrión o
casco y con la cota de mangas y faldas; lleva botas con repliegue debajo de la
rodilla recogido por un querube
o un botón, de altas puntas redondas y
gruesas, suelas al estilo de los sangleyes, que los españoles gustaron de
calzar como ellos.
Lleva en una mano la balanza , con la que pesaría las almas, pues según la
tradición él tomaría parte en el Juicio Final; y en la otra llevaría una lanza con
la que amenaza a un dragón o demonio que pisotea, de influencias orientales,
al estilo de los dragones chinos.
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Los Marfiles Hispano-Filipinos en el Museo Diocesano de
Santillana del Mar
Este posee rostro y parte superior antropomórfica, pero la inferior tiene forma
de cola de pescado. Denota influencia de la diosa Mitreya de la cultura lusoindia o de la Eva Medieval representada como sirena y aplastada por los pies
de María.
Representándole como vencedor sobre el mal. (Satán vencido por el guardián
de la iglesia romana).
Presenta policromía en: la cara y vestimenta.
Estilísticamente presenta nariz recta y corta, aplastada, que refleja la fisonomía
de los indígenas filipinos; boca pequeña, bien dibujada, que da la sensación de
sonrisa; manos anchas, lisas y gordezuelas; y torsos lisos, evitando mostrar la
musculatura, aunque señalen los huesos a veces con precisión geométrica.
Las piernas delatan el tipo físico representado: anchos tobillos,
fuertes
pantorrillas y muslos largos que en conjunto dan la sensación de
achaparramiento a la figura. La indumentaria está trabajada ene pliegues
superficiales, sin llegar a buscar el efecto del claroscuro.
Del mismo estilo encontramos otros San Miguel en España, como el de
Lequeitio o el san Miguel de la Catedral de Badajoz o el del convento de San
Esteban en Salamanca.
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Los Marfiles Hispano-Filipinos en el Museo Diocesano de
Santillana del Mar
CONCLUSIONES
•
Los españoles se establecen en Filipinas en 1565.
•
Surge entonces un nuevo tipo de arte que conocemos como hispanofilipino.
•
Se toman los modelos iconográficos de españoles pero se acusan los
rasgos orientales. Mixtificación.
•
Comienza a usarse el marfil con asiduidad en las islas. Hasta entonces
prácticamente no se utilizaba.
•
La práctica totalidad de las imágenes realizadas en este material son
religiosas.
•
Clara misión evangelizadora.
•
Los marfiles que tenemos en Cantabria, como el San Miguel del que
hemos hablado, fueron traídos desde Filipinas en el siglo XVIII,
momento en el que realizan donaciones a nuestras iglesias.
•
Destacan los grandes Cristos que se donaron a diversos templos del
entorno de Santillana del Mar, por lo que pudieron ser donados por el
mismo indiano o por varios unidos por lazos familiares.
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Los Marfiles Hispano-Filipinos en el Museo Diocesano de
Santillana del Mar
BIBLIOGRAFIA
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