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30 Arte DENTAL TRIBUNE Hispanic & Latin America El misterio del Penacho de Moctezuma Por Javier Martínez de Pisón E n la primavera de 1519, el último mandatario del imperio azteca, Motecuhzoma Xocoyotzin o Moctezuma II recibió la noticia de que habían llegado a la costa del caribe mexicano, a Potonchan, en lo que es hoy el estado de Tabasco, hombres barbados de piel blanca, que montaban sobre extrañas bestias. Moctezuma II pensó que se trataba de Quetzalcóatl, ya que los aztecas creían que ese dios mitológico iba a regresar en un año 1 caña, que era precisamente el que entonces transcurría, y envió embajadores para recibir a Cortés con grandes obsequios, entre ellos oro y tres conjuntos de ropas para vestirlo, asociados cada uno con tres dioses diferentes. Cortés se mostró complacido cuando lo vistieron con el traje de Quetzalcóatl y respondió entregando cuentas de vidrio verdes y amarillas, una silla y un casco que, a los ojos de los mexicas, evocaba al dios de la guerra Huitzilopochtli, lo cual aterrorizó a Moctezuma Xocoyotzin. Se cree que el llamado Penacho de Moctezuma, por la riqueza de su confección, pudo ser uno de los muchos obsequios que el líder azteca regaló al conquistador. Este tipo de prendas de plumas indicaban el rango de los príncipes, dignatarios, sacerdotes y guerreros aztecas. Un penacho para el rey Cortés por su parte envió estos obsequios al rey Carlos I de España y V de Alemania, que entonces residía en este último país. El inventario enviado a ese rey de la dinastía de los Habsburgo describe el penacho así: «Y ten mas de una pieza grande plumajes de colores que se ponen en la caveza en que ay a la redonda della sesenta y ocho piezas pequeñas de oro que sera cada una como de media cuarta y debxo dellas veynte torrecitas de oro». La historiadora e investigadora mexicana Carmen Cook de Leonard afirma que esta pieza es solo uno de los muchos penachos que poseía Moctezuma. incógnitas que rodean a esta singular pieza, compuesta entre otras cosas, por más de 400 plumas de quetzal. El quetzal era tan preciado, que matar un ave sin permiso estaba penado con la muerte. Las nuevas tecnologías han permitido realizar ahora un análisis detallado de la sofisticada fabricación de la pieza y, gracias a las modernas técnicas de restauración, se ha recuperado el penacho en todo su esplendor. Tanto el Museo de Etnología de Viena, donde se ha realizado la restauración conjunta por expertos mexicanos y austríacos, como el Museo de Antropología de México, lo llaman “El Penacho del México Antiguo”, título también de un libro donde se publican los resultados de las investigaciones. Un tocado mitológico La exposición, inaugurada el pasado 15 de noviembre en el Museo de Etnología de Viena y titulada “Penacho: Esplendor y Pasión. El Penacho del México Antiguo en Viena”, es el resultado de un laborioso trabajo de restauración que ha tomado ocho años. finas. El nombre de amanteca deriva de la palabra nahua Amantla, zona donde residían y forma de unidad social y artesanal propia de los mexicas. Después del documento mencionado, el penacho se menciona por segunda vez en Austria, en el inventario de la Armería del Archiduque de Austria Fernando II, compilado en 1596. Más tarde, el estudioso y explorador Ferdinand von Hochstetter descubre el tocado y reconoce su importancia y, finalmente, es depositado en el Museo de Etnología de Viena, inaugurado en 1928. Sea o no de Moctezuma II, se trata de un penacho único en su clase, que puede verse después de mucho tiempo en el citado museo. Antes de la llegada de los españoles, Moctezuma II observó desde su palacio un cometa que surcó el cielo de Tecnohtitlán. El mandatario dedujo que era un anuncio del regreso de Quetzalcóatl, como se indica en el Códice Durán. Así lo advirtió el propio dios cuando partió para Tula en el año 999. Recursos • Museo de Etnología de Viena: www.ethno-museum.ac.at Tanto así, que el penacho ha sido colocado en una vitrina especialmente diseñada para salvaguardar la integridad de las delicadas plumas, que tienen más de 500 años de antigüedad. Su fragilidad es tal, que los expertos han descartado enviarlo a México por avión para ser expuesto en ese país. La exposición incluye entre otros objetos, un escudo o chimalli azteca, un abanico de plumas, dos mosaicos de plumas sobre madera y una escultura de Quetzalcóatl, todos los cuales aparecen en estas páginas. Es sabido que los tlatoanis o reyes aztecas no usaban penachos, sino una diadema llamada copilli, que era su símbolo de poder. Es probable incluso que no sea un tocado, sino una capa de plumas o quetzalquémitl, prenda utilizada en ceremonias religiosas. Alfonso de María y Campos, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México, explicó que en el México azteca las plumas tenían un valor superior al oro, por su delicadeza y dificultad para conseguirlas. Las plumas eran de hecho una forma de tributo que pagaban las regiones vasallas al gran imperio azteca. Si perteneció o no a Moctezuma Xocoyotzin, si fue un regalo para Cortés o si era usado por sacerdotes en rituales religiosos son algunas de las En la sociedad azteca o mexica, los amantecas eran los artesanos que se dedicaban a la confección de atavíos y ornamentos compuestos de plumas Crédito: © KHM mit MVK und ÖTM / www.ethno-museum.ac.at Escudo que muestra a una figura mitológica del panteón azteca (México, siglo XVI temprano). Esta hecho de plumas de espátula rosada (roseate spoonbill, ave similar al flamenco), cotinga, quetzal, oropéndola mayor, zanate mexicano, oro, caña tejida, cuero, algón y piel de liebre. Arte 31 DENTAL TRIBUNE Hispanic & Latin America El 8 de noviembre de 1519 Motecuhzoma Xocoyotzin recibió a Cortés en Technoctitlan, convencido de que era el dios Quetzalcóatl. El último rey de lo aztecas, nacido en 1466, moriría apenas siete meses después, el 29 de junio de 1520. Crédito: © KHM mit MVK und ÖTM / www.ethno-museum.ac.at Un abanico o estandarte azteca, que es parte de la exposición en Austria, hecho de plumas de guacamayo azul y amarillo y de gucamayo rojo, papel amate y caña. Datado a comienzos del siglo XVI, forma parte de la exposición. Crédito: © KHM mit MVK und ÖTM / www.ethno-museum.ac.at Mitra de obispo (México, 1550) atribuida a la cultura purépecha, pueblo indígena que habita primordialmente en el estado de Michoacán. Está hecha de plumas de colobrí, guacamayo rojo, flamenco, garza, espátula rosa, oropéndola, zanate, papel, madera, y bordado en oro. Crédito: © KHM mit MVK und ÖTM / www.ethno-museum.ac.at Escultura de Quetzalcoatl, la serpienta emplumada, tallada en piedra volcánica, que forma parte de la exposición del Museo de Etnología de Viena. © KHM mit MVK und ÖTM / www.ethno-museum.ac.at El Penacho de Moctezuma reapareció en noviembre en el Museo de Etnología de Viena, donde fue restaurado durante ocho años por expertos autríacos y mexicanos. El tocado tiene una altura de 116 cm y un diámetro de 175 cm y está hecho de plumas de quetzal engarzadas con oro y piedras preciosas. El centro está hecho de plumas azules de cotinga (ave xiuh totol) y piezas de oro en forma de media luna con piedras preciosas. Le sigue una zona de plumas rojizas de espátula rosada y otra de plumas marrones de cuclillo, de donde sale una hilera de plumas verdes de quetzal, algunas de hasta 55 cm de largo. A la anterior le sigue otra franja de plumas de quetzal. En total, tiene más de 400 plumas de quetzal.