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Trabajo Práctico Nº 1: Espacios políticos en reclamos de pertenencia Respecto a los objetivos de la cátedra y de este práctico, es importante retomar la propuesta de reconocernos como pertenecientes a una sociedad, y como tales, herederos de “una cultura, tradiciones, un sentido de la verdad y la justicia; en tanto individuos, nuestro nacimiento inaugura la posibilidad de preservar, transmitir, alterar, (re)crear lo que hemos heredado. (…) todos somos responsables de la forma en que lo hacemos o dejamos de hacerlo”1. Es trascendental relacionar a la definición de política la propuesta de ser concientes y responsables de la posibilidad de acción frente al contexto que nos rodea. Llevar a la reflexión la idea de participación y asumir la visión de la democracia como un proceso, en el cual la ciudadanía se vale de los instrumentos disponibles para reclamar intereses colectivos, que percibe como carentes de representación. Es acertado el diagnóstico de la situación contemporánea que realiza Hanna Pitkin sobre la condición de los hombres en la actualidad. La explicación sostiene que los avances tecnológicos y los desarrollos de la ciencia, han traídos aparejados una “conciencia moderna” mediante la cual somos racionalmente concientes de la capacidad de manipulación de las cosas y de nosotros mismos gracias a la tecnología pero contrariamente a esta evolución, disminuye “la sensación de seguridad, de fundamentos estables”2. Como consecuencia de esta situación, atravesamos una sociedad cuyos individuos carecen de capacidad de acción; “(…) con nuestra proezas tecnológicas, lo que hemos obtenido no es poder, sino una profunda sensación de nuestra propia impotencia; no una capacidad de actuar, sino una abrumadora toma de consciencia de la desesperación de la acción; (…)”3. Lo interesente de Pitkin es que aborda esta problemática considerando que no es una situación estrictamente casual, y se apoya en el modo de aprehender el mundo. Así la autora norteamericana, tomando a Wittgenstein, plantea como alternativa la fenomenología y el existencialismo. “Estos tres movimientos (refiriéndose a la fenomenología, al existencialismo y a Wittgenstein) se esfuerzan por restaurar la importancia de la subjetividad (…). La fenomenología nos aleja de los sistemas abstractos de la metafísica y la ciencia hacia la realidad de nuestra experiencia, de la pura consciencia en que se fundamentan. El existencialismo nos desafía a reconocer nuestra capacidad individual de elección y acción, y la correspondiente responsabilidad (…)”4. Ante estas alternativas teóricas que propone Pitkin, las cooperativas en el marco del sistema económico actual se presentan como espacios donde un colectivo humano reconoce su capacidad de acción y elección y la hace efectiva, poniendo a disposición 1 Catedra B de la Escuela de Ciencias de la Información Apunte de la cátedra de Política y Comunicación, Año 2009. Pág 1. 2 Hanna Fenichel Pitkin, “Wittgenstein: El lenguaje la política y la justicia” (pág. 456. Centro de Estudios Constitucionales, Madrid 1984). 3 Ídem cita anterior pág. 457 4 Ídem cita anterior pág. 458 su fuerza laboral en un conjunto que persigue el bienestar común y no utilizarla como mercancía en la cual se persigue el lucro individual. Mientras que en las empresas las ganancias se distribuyen entre los accionistas de acuerdo al capital de cada uno, en las cooperativas los excedentes se dividen de forma igualitaria de acuerdo al trabajo aportado, y en el caso de la cooperativa de trabajo La Minga, radicada en la localidad de Oncativo agrega a este principio aún más valor ya que la entrega de las remuneración se hace teniendo en cuenta las necesidades de cada uno de los socios, por ejemplo el hecho de tener hijos. De esta forma reemplaza el principio de igualdad por equidad. Esta organización, se constituye, como una alternativa a la necesidad de muchos individuos de percibir un salario pero otorgando al trabajo otro valor, diferente al que recibiría en el mercado, en donde los productos y servicios adquieren un importe según lógicas capitalistas. Este grupo se presenta, como un conjunto que reúne individuos con la capacidad de reconocer, por un lado, la necesidad de integrarse laboralmente al sistema económico, y por otro lado, advierten de la posibilidad de resolver esa necesidad en base a esfuerzos conjuntos evitando producir con el trabajo el enriquecimiento de un particular y procurando la concreción del bien común. Se reconoce en esta institución una manera de responder a la crítica descripción que realiza Pitkin, ya que La Minga, además de resolver un problema económico, otorga otro significado al trabajo, este se organiza de una manera alternativa y los trabajadores no enajenan su fuerza productiva para enriquecer a los dueños del capital, sino que es una actividad, que se realiza con principios cooperativos, de ayuda mutua, planteando otra manera de relacionarse unos a otros, de comprometerse y de actuar. Así los socios de esta cooperativa se legitiman como trabajadores en una actividad laboral vista desde un punto de la lúdica y se comparten espacios de debates y construcción de espacios políticos. Cabe señalar, el plano trascendental que le da Pitkin a la utilización del lenguaje; “vivimos en un tiempo en que las personas se perciben unas a otras y a ellas mismas como objetos, y esto se refleja entre otros sitios en nuestro uso del lenguaje. Utilizamos el lenguaje como un instrumento de manipulación de objetos y no con la finalidad de establecer la verdad.”5 De esta forma el lenguaje sede a su función reveladora de la verdad, como así se refiere Arendt. Y “nos vemos privados de su poder para revelarnos a nosotros mismos y la realidad, (…) y de su poder para crear una esfera pública, un terreno institucional en el que son posibles la libre acción política y la deliberación pública compartidas”. Al margen de la descripción de la condición humana realizada por la autora norteamericana, la Cooperativa de Trabajo La Minga como otros colectivos humanos que expusieron su propuesta durante la clase de la cátedra, constituyen alternativas a la situación actual, las cuales se proponen entre sus objetivos, esa idea de esfera pública, en la cual se lleva a cabo acciones políticas particulares y se comparten discusiones políticas. Y en muchas de las ponencias se expresó la importancia del uso del lenguaje, como instrumento que en parte representa la situación que quieren modificar. Hanna Fenichel Pitkin, “Wittgenstein: El lenguaje la política y la justicia” (pág. 473. Centro de Estudios Constitucionales, Madrid 1984). 5 La Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (AMMAR), defiende los derechos humanos de las trabajadoras del sexo. Es un colectivo humano que como anteriormente se menciona busca la solución de un problema particular, común a un sector social, y según lo expresado en su exposición procuran también una reformulación de su identidad social en término de Nancy Fraser. Esta autora habla de cómo se “construyen las identidades sociales de las personas y como se modifican en el transcurso del tiempo”, y como “bajo condiciones de desigualdad, se forman y desintegran los grupos sociales, entendidos como agentes colectivos” 6. El análisis se realiza en base al movimiento feminista, no obstante hay distintos elementos que en la lucha encabezada por AMMAR también se ven representados. El reclamo de este grupo de trabajadoras apunta a modificar las condiciones de las prácticas sociales a las que siempre se ven vinculadas y generar ámbitos para satisfacer sus necesidades, como personas, trabajadoras, madres, ciudadanas mediante la incorporación de su figura a otras prácticas sociales (por ejemplo escuelas). El concepto de identidades sociales es complejo y esta relacionado con las prácticas sociales que lo producen. De ahí surge el supuesto de que el reclamo de AMMAR implica o necesita de la evaluación de la identidad social que tiene este sector de trabajadoras. Fraser sugiere que un análisis del discurso puede ayudar al movimiento feminista, y en relación a la agrupación en la cual estamos focalizados, hay una serie de premisas que también se ven reflejadas. Por un lado, Nancy Fraser propone el estudio de la construcción de las identidades sociales y como se ven transformadas por el paso del tiempo. Sostiene que es “necesario estudiar las prácticas sociales históricamente específicas a través de las cuales se producen y circulan las descripciones culturales del género, (…) las identidades sociales son excesivamente complejas. Han sido tejidas a partir de una pluralidad de descripciones diferentes que surgen de prácticas de significación diferentes. Por lo tanto, las posibilidades interpretativas se establecen en el medio del discurso social. Es en el medio del discurso que cada una de nosotras encuentra una interpretación de lo que es ser una persona”7. Según la información que se expone en los distintos productos comunicacionales de AMMAR, sus integrantes conocen datos de la historia de la profesión, antecedentes de los accidentes sufridos, personalidades que comenzaron los reclamos. Con lo cual, se puede concluir que existe en las constituyentes de AMMAR una clara una intensión de estudiar la construcción de la identidad social correspondiente a este sector. Por otro lado, la escritora alude al hecho de que “bajo condiciones de desigualdad, se forman y desintegran los grupos sociales, entendidos como agentes colectivos”. Este es uno de los hechos que más claramente se expusieron en la presentación que hicieron en clases. Uno de los principales pronunciamientos de AMMAR apunta a que se respeten los derechos humanos de las trabajadoras sexuales. La pretensión del cumplimiento de derechos tan básicos como el derecho a la vida, habla de una situación de extrema desigualdad con cualquier trabajador. La constante coerción que sufren por intentar ejercer el derecho a la libertad de trabajar en la vía pública, habla de una persecución 6 7 Fraser Nancy, www.cholonautas.edu.pe / Biblioteca Virtual de Ciencias Sociales Ídem cita anterior. específicamente a este sector en defensa de intereses proselitistas. De estas condiciones de desigualdad son plenamente concientes las trabajadoras e incluso han teorizado sobre ello. Y otra de las contribuciones más substanciales que hace Nancy Fraser, es el señalamiento de la necesidad de tener en cuenta el aspecto discursivo “una concepción del discurso puede aclarar la manera como se asegura y se convierte la hegemonía cultural de los grupos dominantes dentro de la sociedad”8. Es evidente que la constitución de este conjunto que protagoniza una lucha por la garantía de sus derechos como personas, procura realizar cambios en la identidad social que se el asocia; el aspecto de lo discursivo no es tomado por alto. Y las conquistas están a la vista, tras planteamientos claros como los términos que quieren reemplazar en los discursos públicos y de los medios de comunicación de prostitutas a trabajadoras sexuales o del sexo. Y su relación con la CTA (Central de Trabajadores Argentinos) aportando a su propio discurso un elemento de fuerte identificación con el sector de los trabajadores. En resumen los aportes de Fraser que se refieren al movimiento feminista, son claramente aplicables a la lucha encabezada por la organización AMMAR, y vemos que esta agrupación junto con la cooperativa de trabajo La Minga en la cual nos hemos focalizados anteriormente, ante la condición humana actual que describe Pitkin, constituyen espacios alternativos, en donde un conjunto de individuos toman conciencia de su situación y deciden la participación y ejercer el compromiso, para generar espacios en la esfera pública. Hacen política, entendiendo la posibilidad de acción y modificación de la situación que los rodea. Representan intereses colectivos y utilizan los instrumentos que la democracia habilita para la satisfacción de los mismos. En términos de David Held, elaboran reclamos de pertenencia; y lo que esta en juego es justamente la autonomía de los involucrados con estas organizaciones, entendiendo como autonomía la capacidad de participación. 8 Ídem cita anterior.