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Análisis político II
Jorge M. Streb
Clase 13
29 de octubre de 2014
Temas
1.
Monografía: ejemplo de Jenofonte y la paz elusiva entre las ciudades griegas
2.
Cooperación bajo anarquía
3.
Shelsle y Bonchek sobre opciones para cooperación
4.
Fearon sobre conflictos racionales
Desarrollo
1. Monografía: ejemplo de Jenofonte y la paz elusiva entre las ciudades griegas
En relación con el trabajo práctico (pueden tomar la monografía básicamente como eso),
les doy ahora un ejemplo del tipo de trabajo que pueden hacer. Tomo un pasaje de
Jenofonte sobre la prosperidad de Atenas reproducido en Monroe (1924), se refiere a un
problema estratégico.
Atenas, por su propia prosperidad económica, derivó un poder militar que la llevó al
expansionismo imperialista. Eso explica la tentación que Jenofonte menciona de los
atenienses de resolver los diferendos con otros estados griegos imponiendo su poderío. Si
Atenas atacaba a una ciudad sola, dada su superioridad, si el otro no estaba preparado para
la guerra, era aplastada por Atenas.
A pesar de la tentación de Atenas de imponer su liderazgo político usando su poderío
militar y económico, si las otras ciudades se unen para resistirlo, pueden frenarla. Por eso,
Jenofonte planea que la paz es superior a la guerra en términos de bienestar, sobre todo para
Atenas que puede aprovecharse de su situación de puerto en el centro del mundo griego
(como lo va a ser Amsterdam luego en Europa). Esto indica que los pagos de (paz, paz) son
superiores a los de (guerra, guerra).
1
También plantea que los enemigos de Atenas no van a encontrar apoyo entre otros
estados griegos si atacan injustamente y sin provocación a Atenas, por lo que van a poder
ser aplastados por Atenas si la atacan sin justificativo.
Si esto es correcto, no es un juego simétrico al estilo del dilema del prisionero secuencial
donde el único equilibrio es (guerra, guerra). Tal como está descrito en el gráfico que
sigue, es claro que en el juego secuencial el resultado va a ser (paz, paz), como se describe.
Acá se supone que si Atenas ataca a otra ciudad sin justificativo, esta puede conseguir el
apoyo de otras ciudades griegas que se aliaban. Este se podría corresponder al mundo
potencial que describe Jenofonte.
Gráfico 1. Atenas entre la paz y la guerra
Atenas
paz
guerra
Otra ciudad
Otra ciudad
paz
10
10
guerra
paz
guerra
15
5
15
5
6
6
Sin embargo, los griegos no pudieron lograrlo y los hermanos divididos fueron comidos
por los de afuera. ¿Por qué? Hay muchas explicaciones posibles. Una es que Atenas era una
democracia pero las otras no, lo que dificultaba llegar a acuerdos. Dado eso, puede que
nunca pudieron llegar a un esquema institucional al estilo de la Unión Europea o del
Mercosur: ambos acuerdos sólo se crearon una vez que hubo democracia en todos los
países fundadores, además de que existe una claúsula democrática para que los países
puedan continuar siendo miembros. Sin un esquema institucional así, es mucho más difícil
resolver los diferendos.
2
Puede haber también un problema de credibilidad si hay una ventaja de prepararse para
la guerra o de atacar primero. Por tanto, si bien no se puede interpretar este problema como
un dilema de prisionero donde siempre se termina en equilibrio ineficiente de guerra por
falta de una tecnología de compromiso, la falta de mecanismo de compromiso tal vez pueda
llevar a un equilibrio en estrategias mixtas.
Es decir, el juego del gráfico 2 supone que Atenas se puede comprometer a no hacer la
guerra. ¿Qué pasa si Atenas no se puede comprometer a no usar su poder? Una manera de
representar eso es en el cuadro que sigue, que es un juego simultáneo. Aunque los pagos
son iguales al gráfico 2, sólo hay un equilibrio en estrategias mixtas donde la guerra se da
con probabilidad positiva y alta.
Cuadro 1. Atenas versus otras ciudades griegas
paz
guerra
paz
10,10
15, 5
guerra
15, 5
6, 6
Con probabilidad 1-p = 5/6, Atenas declara la guerra, y con probabilidad 1- q = 5/14 los
otros estados griegos hacen lo mismo. Esto lleva a que pueda haber momentos de paz,
momentos de guerra de todos contra todos.
En este sentido, es famoso el episodio en la guerra del Peloponeso, narrada por
Tucídides, de la ciudad de Milo (o Melos), una pequeña isla neutral a la que los atenienses
le dan la siguiente opción: someterse como esclavos o ser aniquilados. Alfonso GómezLobo (1994) dice lo siguiente de la posición ateniense:
No dice que los fuertes tengan derecho a dominar a los más débiles, sino que
esto es simplemente lo que ocurre y lo que ocurre siempre e invariablemente.
De allí que sostengan que ellos no han establecido esta costumbre ni que sean
los primeros en proceder de acuerdo con ella. Es algo que ha existido y que
existirá siempre, a tal punto que si las relaciones de poder cambiaran y los
melios llegaran a ser poderosos, éstos harían exactamente lo mismo.
3
Como los melios se resisten, Atenas aniquila a los hombres y entrega las mujeres y niños
como esclavos. Este tipo de conducta disparó la formación de alianzas defensivas-ofensiva
contra Atenas. Al final de la guerra del Peloponeso, cuando Atenas es derrotada por la
confederación liderada por Esparta, a pesar de los pedidos de algunos de sus aliados, los
espartanos deciden no aplicar esta misma suerte a los atenieses. Este pedido de los aliados
de Esparta era algo parecido a los planes iniciales de Estados Unidos respecto a Alemania
después de la Segunda Guerra Mundial: transformarla en una inmensa pradera, arrasando
todas sus ciudades; con la guerra fría hubo un cambio de prioridades y se decidió incentivar
la reconstrucción económica e industrial de Alemania.
2. Cooperación bajo anarquía
A. Oye
Esta nota está basada en parte de la discusión de Kenneth Oye, “Explicando cooperación
bajo anarquía: hipótesis y estrategias”, que busca ver como la “sombra del futuro” puede
incentivar la cooperación. Esto sirve para entender mejor la discusión en Van Evera. Dada
la anarquía entre naciones, las promesas no son creíbles porque falta una autoridad
supranacional. ¿Cómo se logra cooperación en este escenario y cómo se la fomenta? Esto
depende de:
(i) la estructura de pagos,
(ii) la sombra del futuro,
(iii) el número de jugadores.
Estructura de pagos
En caso de dos jugadores, la estructura de pagos está dada por matriz:
Cuadro 2. Juego de cooperación
cooperar
abandonar
cooperar
CC,CC
CD,DC
abandonar
DC,CD
DD,DD
4
Se toman pagos simétricos (aunque esto se puede generalizar).
La manera que se percibe la interacción depende de la ideología: por ejemplo, las ideas
económicas liberales incrementaron las ventajas percibidas de apertura económica sobre
economías cerradas (CC-DD percibido como más grande) y disminuyeron percepción de
ganancias por abandono asimétrico respecto a cooperación asimétrica (DC-CD percibido
como más chico). Ver John Ruggie, “International regimes, transactions and chance:
Embedded liberalism in the postwar economic order”. Puede haber juegos con un impasse
(“deadlock”), cuando se percibe que DD>CC, por ejemplo cuando hay creyente en
autarquía que no va a cooperar con liberal puro. Por tanto, cooperación y conflicto se
pueden deber simplemente a que estamos en un juego puramente cooperativo o uno sin
ganancias (percibidas) de cooperación.
Oye considera juegos donde se cumplen varias condiciones, que llevan a cuatro juegos:
armonía con equilibrio (cooperar, cooperar), dilema del prisionero con equilibrio
(abandonar, abandonar), caza del ciervo donde son posibles los dos equilibrios previos y el
juego de la gallina, o paloma versus halcón, donde hay dos equilibrios asimétricos, a saber
(cooperar, abandonar) y (abandonar, cooperar).
Robert Jervis en su “Cooperation under the security dilema” comenta como el dilema
del prisionero se puede transformar en algo menos difícil como la caza del ciervo si se
aumentan las ganancias de cooperación mutua (CC) respecto a ganancias de explotación
(DC). Más aún, una política de defensa que enfatiza armamento defensivo en lugar de
ofensivo puede reducir el valor de DC y aumentar valor de CD, incentivando de esa manera
al otro jugador a cooperar.
La sombra del futuro: juegos repetidos
Es importante que haya un horizonte indefinido (que no haya último período) y que las
estructuras de pago no cambien mucho a lo largo del tiempo. Esta segunda condición es
restrictiva, ya que ataque sorpresa busca alterar pagos futuros de interacción. La tasa de
descuento temporal afecta también posibilidad de iterar el juego. Vemos luego un ejemplo
en detalle con Shepsle y Bonchek.
5
En el dilema del prisionero y la caza del ciervo, la iteración hace posible la cooperación
(caso de caza: armar grupos permanentes). Si no se coopera hoy, lo que uno espera es que
disminuya la probabilidad de cooperación futura. Lo que sí puede funcionar es una
estrategia de reciprocidad o estrategia común de cooperación condicional, donde la
amenaza es jugar equilibrio de Nash en estrategias puras que es malo en términos de Pareto
(el equilibrio que da menores pagos a ambos jugadores).
Las estrategias de reciprocidad basadas en cooperación condicional (“tit for tat”) pueden
ser problemáticas si no son jugadores unitarios (organizaciones que pueden no actuar de
manera consistente), además de problemas de reconocer violaciones y la necesidad de
poder ensayar políticas flexibles para castigar violaciones.
La estrategia de cooperación condicional no solo sirve para los dos primeros juegos, sino
también para el juego de la gallina [observación: aquí se puede en todo caso analizar las
condiciones para que se cumpla la cooperación en este juego]. Pero en el juego de la
gallina, si uno de los jugadores no coopera hoy, puede usarlo para crear reputación de ser
inflexible, forzando a que el otro coopere en el futuro.
Número de jugadores
Con muchos jugadores, se hace más complejo analizar el juego. Además, aumentan los
problemas de controlar a los que hacen trampa (ejemplo es proliferación nuclear). Y se
hace más difícil castigar a los que hacen trampa, ya que implica coordinación de un gran
número de actores. Convenciones e institucionalización pueden ayudar en estos contextos.
B. Van Evera y la 1a guerra mundial
Se analizan tres conjuntos de factores que afectan cooperación:
-
estructura de pagos por cooperar o no;
-
estructura estratégica (sombra del futuro y habilidad de detectar cooperación
pasada);
-
número de jugadores y su influencia en cooperación.
6
El argumento central es que había seis tipos de errores de percepción, particularmente
populares en Alemania pero extendidos por toda Europa, que hacían parecer que
recompensas de no cooperar eran grandes. La sombra futuro era corta ya que se creía que
conflicto se dirimiría rápido. Y la multipolaridad hacía estrategias cooperación condicional
(tit-for-tat) inaplicables
Errores de percepción
Habla de una serie de percepciones imperantes:
-
culto de la ofensiva (de hecho, defensa tenía ventaja, como mostró guerra civil de
EE.UU.);
-
guerra con vecinos inevitable tarde o temprano;
-
creencia en la fuerza de la intimidación (Weber: que nos odien, en tanto nos teman);
-
imperios y conquistas son valiosas;
-
glorificación guerra (aunque aquí había un uso por elites en contra de demócratas y
socialistas);
-
mitos nacionalistas (Kaiser: somos el pueblo elegido).
Considera que los errores están originados en dos causas: primero, una influencia
extraordinaria de militares profesionales en opinión civil, en búsqueda de afirmar su propia
posición.
Segundo [y probablemente más importante], la estratificación social de sociedad
europea hacía que elites usaran políticas belicistas para afirmar posición política interna, en
contra de democracia y revolución, por amenazas externas, además de ofrecer tentación de
conquistas valiosas. [Observación: la segunda explicación de la guerra va a ser mencionada
por Fearon luego como una explicación basada en actor racional no unitario.]
Efectos de preconceptos
Las consecuencias de los preconceptos fueron que afectaron la estructura de pagos del
juego percibida por los actores. En particular, los errores de percepción llevaron a exagerar
ganancias por DC y las pérdidas por CD (ventaja de atacar primero), además de disminuir
7
diferencia entre CC y DD y con ello el atractivo de la cooperación. Es el caso del culto a la
ofensiva (modelado en victorias prusianas de 1866 y 1870), llevando a mantener planes
secretos para tener ventaja de sorpresa. Los secretos imperantes (Alemania no había
aclarado que buscaba hegemonía continental) hacían difícil a Gran Bretaña responder con
amenaza de que consideraba eso inaceptable.
Los preconceptos impidieron además cooperación al acortar sombra del futuro y minar
capacidad de reconocer cooperación pasada, ya que se esperaba guerra decisiva. Además se
exageraba belicosidad de vecinos, interpretando una reacción como una agresión.
El gran número de jugadores aumentó también el riesgo de errores: en lugar de alianzas
defensivas, para disuadir de ataques, alianzas se transformaron en arreglos ofensivos por el
culto de la ofensiva prevaleciente (la mejor defensa es el ataque).
¿Se podría haber evitado?
La primera guerra mundial fue una guerra de ilusiones alimentada por los errores de
percepción de las sociedades europeas de la época. Evitar la guerra hubiera implicado
destruir errores de percepción: no había conflictos genuinos de interés, pero cambio de
mitos no era factible con elites que los propugnaban por razones políticas domésticas.
Desde 1945 se redujo en Europa nacionalismo en enseñanza escolar con adopción de libros
de textos comunes, pero recién luego de un cambio político marcado.
3. Shepsle y Bonchek sobre opciones para cooperación
Esto se discute en el capítulo 8 sobre cooperación. Ayuda a entender lo de la sombra del
futuro discutido antes.
A. Tres opciones para asegurar cooperación
Hobbes presenta como opciones para dirigir fuerzas a actividades productivas a:
(i) principios morales o
(ii) mecanismos sociales para proveer restricciones vía el gobierno.
8
Respecto a los mecanismos para cooperar de acuerdo a la primera opción, esto funciona
a través de valores internalizados: conciencia, o juramento de omertà en mafia (pero
ejemplo puede no suponer valores internalizados del individuo sino amenaza de la sanción
de la familia). Autores como North apuntan a la importancia de los principios morales, en
su discusión de la importancia de la ideología para una acción colectiva. Otro es Adam
Smith en su Teoría de Sentimientos Morales, donde dice que si bien la generosidad es el
adorno que embellece a la sociedad, el cemento que sostiene el edificio de la sociedad es la
justicia. Y la justicia está basada en el sentimiento de remordimiento por actual mal y dañar
a otros miembros de la sociedad (desde ya, esto no vale para un psicópata, lo que Smith
llama hombre con espíritu de sistema que subordina todo a sus propios deseos y planes).
Putnam, en su libro de 1994 sobre Making democracy work: Civic traditions in modern
Italy, subraya la importancia de la cultura, en particular de la cultura cívica por la
experiencia de cooperar en asociaciones civiles en el norte de Italia, que contrasta
fuertemente con el sur de Italia.
Para Hobbes la segunda es la solución viable, gracias a la creación de un Leviatán por la
población con un gobierno más poderoso que los individuos que lo componen y que tiene la
superioridad (y eventualmente el monopolio) de la violencia. Sin embargo, el cumplimiento
que es asegurado por un tercer actor, el gobierno, trae a su vez sus propios problemas (esto
ya viene de Platón y su pregunta de quién nos va a guardar de los guardianes): el costo para
el gobierno de hacer cumplir los contratos privados, los errores de control del gobierno y
los problemas de incentivos de los controladores.
¿Hay una tercera alternativa para cooperación? Lo que exploran Shepsle y Bonchek son
mecanismos reputacionales: la gente coopera no porque sea buena (o porque se sienta mal
si hace una acción daniña), sino porque le conviene para evitar castigo de no cooperación
en el futuro.
B. Mecanismos reputacionales
Caso de juego de dos personas sin repetición
Consideren el juego siguiente:
9
Cuadro 3. Juego de cooperación de Hume
cooperar
no
cooperar
1, 1
-1, 2
no
2,-1
0, 0
En el pantano de Hume, dos agricultores enfrentan el dilema de prisionero. Lo mismo
sucede con carrera armamentista y con gasto público excesivo en distritos particulares
(“pork-barrel politics”). La racionalidad individual lleva a solución irracional para
conjunto.
Juego repetido en forma finita o infinita
Si es un juego de una sola vuelta, no hay cooperación voluntaria. Si el juego es finito y
tiene n etapas, tampoco hay cooperación porque el juego se “desgrana”: como no se
coopera en la última etapa, nos quedamos con n-1 etapas. Pero ahora tampoco se va a
cooperar en la etapa n-1, porque ahora es la última. Y así sucesivamente. De todos modos,
los resultados experimentales son medio mixtos respecto a qué hacen los jugadores de
carne y hueso.
Si el juego tiene duración indefinida, y la sombra de futuro es suficientemente larga,
puede convenir cooperar. Axelrod plantea cooperación condicional: cooperar, luego
cooperar solo si el otro lo hace. Esto se basa en reciprocidad: puede empezar con pie
derecho o degenerar en un ojo por ojo.
Si es juego repetido indefinidamente y hay un factor de descuento del futuro de δ ,
puede funcionar la estrategia de cooperación condicional a la Axelrod si se cumple lo
siguiente:
δ ≥ 1/ 2 .
(1)
Esto se sigue de que los pagos de empezar cooperando, y seguir haciéndolo durante n
períodos si el otro cooperó hasta entonces, son
10
1 + δ + δ 2 + δ 3 + ... + δ n =
1 − δ n+1
.
1−δ
(2)
En cambio, si no se coopera al principio, y luego se va al equilibrio no cooperativo, los
pagos durante n períodos serían:
2 + δ 0 + δ 2 0 + δ 3 0 + ... + δ n 0 = 2.
(3)
Es decir, gano 1 el primer período por desviarme de la cooperación, pero luego pierdo 1
en todos los períodos futuros.
No hay un incentivo a desviarse de la cooperación en tanto (3) no sea mayor a (2), es
decir, en tanto
1 − δ n+1
≥2
1− δ
(4)
Tomando el límite para n → ∞ (ya que si el juego es finito y se sabe a ciencia cierta
cuando termina, no hay cooperación) nos da que
(5)
1
≥2
1− δ
Despejando en términos de δ nos lleva al resultado de la ecuación (1), que es la
condición para que no se quiera desviar del equilibrio cooperativo.
Otra manera de presentarlo es reescribir (4), luego de pasar al límite, como lo que se
espera de cooperar, hoy y en el futuro, versus lo que se espera de no cooperar, hoy y en el
futuro:
11
1+
δ
1−δ
(6)
≥ 2 +0
Esto se puede reescribir como que las pérdidas futuras por no cooperar,
δ
1−δ
, tienen
que ser mayores que las ganancias presentes, 2-1, es decir:
δ
1−δ
(7)
≥1.
En este sentido, Avner Greif tiene el caso de los mercaderes del Magreb, un subgrupo de
mercaderes judíos en la edad media, dentro del mundo musulmán, que usaba mecanismos
reputacionales dentro de la comunidad para mantener los acuerdos.
De todos modos, estos mecanismos reputacionales tiene potencialmente un problema: el
de compromiso. Ya que si alguien se aparta del acuerdo hoy, el día de mañana los otros
tienen un incentivo a renegar del castigo y volver a hacer un acuerdo. Pero si hacen eso, el
mecanismo no es creíble. Por tanto, hace falta que algo los obligue a cumplir con el castigo.
Esto ya nos lleva más allá de mecanismos reputacionales: es decir, puede ser que se quiera
aplicar el castigo de ostracismo (ya no tratar más con alguien) porque violó la confianza.
Pero entonces no es solo un mecanismo reputacional, sino que se mezcla con los principios
morales que sostienen la buena conducta.
5.
Fearon sobre conflictos racionales
Este texto complementa la discusión en van Evera. Lo extraño de la guerra es que es
costosa y sin embargo ocurre. Fearon sugiere que se puede explicar porque:
(i) la gente es irracional (subestiman los costos);
(ii) los líderes disfrutan los beneficios e imponen los costos a otros (soldados y
ciudadanos);
12
(iii) aún líderes racionales elijan pelear igual, lo que se puede llamar explicación
racionalista (es decir, explicación racional para actor unitario).
Respecto al tercer tipo de explicaciones, que complementan las dos primeras, Fearon
plantea que hay tres explicaciones “racionalistas” de la guerra que son defendibles:
(i) problemas de credibilidad por imposibilidad de comprometerse de manera fehaciente;
(ii) incentivos para no revelar información privada sobre capacidad propia;
(iii) una tercera explicación es por temas de indivisibilidad, pero como es menos
convincente empíricamente que las otras dos, el artículo se concentra en dos primeras.
Llegamos a discutir la variante (i), quedó pendiente la variante (ii).
A. El acertijo
A menos que se disfrute de pelear en sí mismo (como bien de consumo), la guerra es
ineficiente ex post. No parece que, por lo menos en la actualidad, a la mayor parte de la
gente le guste pelear por el gusto de hacerlo (sacando tal vez algunos barras bravas y gente
por el estilo). ¿Qué impide entonces llegar a arreglo?
Las explicaciones usuales de guerra racional son insatisfactorias: un ejemplo de cuando
existe arreglo que beneficia a ambos lados está dado en el gráfico 1 en Fearon. Es un
análisis de caso de indiferencia o aversión al riesgo, con probabilidades de ganar del país A
de p , y costos de ir a la guerra de los países A y B de c A , cB , toda información de dominio
público, con un continuo de soluciones factibles. En ese caso, hay un rango de negociación
factible ex ante que está en el intervalo:
x ∈ [ p − c A , p + cB ] .
Si el país A tiene el poder de agenda y el país B tiene el poder de veto, lleva a que todo
el excedente se lo quede A y la solución sea dada por p + cB . En un análisis más general,
el excedente se puede repartir entre ambas partes. Esto es parecido al problema de Akerlof
de los “lemons”, donde hay intercambios mutuamente ventajosos que se realizan si hay
información simétrica: en forma similar, si hay costos de ir a la guerra para ambas partes,
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hay un excedente de un acuerdo, por lo que también es mutuamente beneficioso evitar el
conflicto.
B. Guerra debido a problemas de credibilidad
Puede ser que no haya problemas de información, pero sí de credibilidad. Acá reaparece
el tema de la anarquía por el problema de hacer compromisos vinculantes. Si tomamos dos
pistoleros, el que dispara primero tiene ventaja duradera (no funciona el “tit for tat”). Una
guerra sorpresiva con ventaja para quien ataca y sorprende primero también achica el rango
de negociación, que puede desaparecer del todo llevando a dilema del prisionero, aunque
con acuerdos creíbles quedaría abierta una potencial puerta a la negociación.
Pero la mayor parte de las guerras son para prevenir amenazas, más que para ganar de
mano a otro (es decir, son más por cuestiones de defensa que de conquista). La manera de
entender esto es como problema de compromiso causado por anarquía en caso de juego
repetido, cuando probabilidades de ganar no son constantes sino que cambian con el tiempo
(el caso de potencias emergentes).
Vimos el caso de un modelo de dos períodos donde el país A tiene la probabilidad de
ganar p = 0.8 en el primer período y de p = 0.2 en el segundo, con un premio de 100. Se
suponían costos para A y B de c A = cB = 10 .
Si A fuera a la guerra en el primer período, tendría ganacia esperada de 140=70+70. En
cambio, si negociaría, como máximo podría reciber 130=100+30, ya que no es creíble que
B le ofrezca más en el segundo período. En este caso, la imposibilidad de comprometerse a
futuro nos lleva al conflicto.
Referencias
Alfonso Gómez-Lobo (1991), “El diálogo de Melos y la visión histórica de Tucídides”,
Estudios Públicos 44 <http://www.cepchile.cl/dms/lang_1/doc_1849.html>.
Fearon, James D. (1995), “Rationalist Explanations of War”, International Organization
49: 379-414.
14
Monroe, Arthur (1924), editor, Early economic thought: Selections from economic
literature prior to Adam Smith, Cambridge, MA, Harvard University Press.
Oye, Kenneth. Cooperation under anarchy, Princeton, NJ: Princeton University Press,
1986.
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