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Expeller de soja, su valoración como materia prima para
alimentación de rumiantes
Ignacio Seijas Noya
Departamento de Producción Animal, Facultad de Agronomía - UBA
DEFINICIÓN
El expeller es un subproducto que se generan a raíz de la extracción de aceite de
distintas oleaginosas tales como la soja, el girasol o el algodón. Al sufrir la extracción de uno
de los principales componentes como es el aceite, presentan altos niveles de proteína,
producto de la concentración de los compuestos remanentes.
Este subproducto se obtiene de la extracción de aceite mediante medios mecánicos
como pueden ser la extrusión y el prensado continuo. Métodos químicos de extracción por
solventes dan lugar a otro tipo de subproductos, llamados harinas, que si bien posee
características similares son alimentos diferentes (Coscia, 1982).
A causa de la enorme producción de este grano en Argentina hoy en día, del
importante contenido proteico de la soja y de su alta valoración nutricional (por ser rica en
aminoácidos esenciales como la lisina), estos subproductos tomaron suma importancia en las
dietas animales como concentrados proteicos (Cinque, 2011). A esto se suma su utilidad como
reemplazo de las harinas de carne, las cuales fueron retiradas del mercado por organismos de
control como SENASA debido a la evidencia del alto riesgo de transmisión de enfermedades
como la de la “vaca loca” (resolución 485/2002, SENASA). Debe tenerse en cuenta también
que debido al buen precio internacional que este grano adquirió y que hoy en día presenta,
sumado al bajo costo y a la alta factibilidad de la realización de este cultivo en diversas
regiones, existe una gran producción nacional de soja. Esto conlleva una alta variabilidad de
calidad del poroto crudo como materia prima, además de la existencia de diversos métodos de
extracción (Secretaría de Política Económica, 2011).
CARACTERÍSTICAS
Una de las principales ventajas de utilizar el expeller de soja como fuente proteica es
el tratamiento mecánico al cual son expuestos los porotos para la extracción del aceite. Este
genera condiciones de calor, presión y temperatura que desactivan todos los factores
antinutricionales típicos de este grano sin deteriorar la proteína bruta (PB) (además de
disminuir su degradabilidad en rumen, aumentando la fracción “by pass” de la misma)
(Gallardo, 2005). Tales factores como inhibidores de la tripsina y quimiotripsina, ureasa,
fitohemaglutininas y factores alergénicos como la glicinia y beta-conglicinina, además de
enzimas como los tocoferoles que aceleran el enranciamiento del aceite, disminuyen la
digestibilidad del alimento (Cinque, 2011). Por esta razón, es de suma importancia un
adecuado tratamiento térmico durante el proceso de extracción, ya que la presencia de estos
compuestos pueden reducir de manera importante la productividad en animales
monogástricos y rumiantes jóvenes (Gallardo, 2005). Un método analítico para medir la calidad
de procesado en un subproducto de la soja es mediante la solubilidad de la proteína en
hidróxido de potasio (KOH). Cuando el poroto está “crudo”, la solubilidad de la proteína es
total, y va disminuyendo a medida que aumenta la temperatura de procesado. Valores de
solubilidad mayores al 85% indican un tratamiento insuficiente, mientras que por debajo del
75% suelen ser explicados por un excesivo daño térmico (dando lugar a reacciones de Maillard
y otros compuestos que disminuyen la digestibilidad y degradan aminoácidos esenciales)
(Gallardo, 2005).
MS (%)
CE (%)
PB (%)
EE (%)
FC (%)
EM (Mcal/kg MS)
MEDIA
90,1
6,5
47
9,5
5,7
3,1
Mediana Desvío estándar
89,4
2,95
6,5
0,18
46
1,89
9,5
1,22
5,7
(extraído de Jaurena et al, 2006)
Los expellers de soja suelen poseer altos niveles de extracto etéreo (EE) en
comparación a otros sub-productos. Debido a su origen, generalmente dichos lípidos se
encuentran altamente disponibles y con baja asociación entre biomoléculas, generando cierta
exposición que aumenta las posibilidades de enranciamiento y liberando compuestos volátiles
que generan olores particulares. Además, al ser un alimento con alta concentración de
nutrientes, suele ser altamente susceptible a la contaminación por microorganismos. Por lo
tanto, siempre es aconsejable prestar especial atención al correcto almacenamiento, efectuar
monitoreos periódicos sobre la presencia de micotoxinas y controlar la palatabilidad, además
de los olores característicos que luego se verán reflejados en el consumo por parte del animal
(Gallardo, 2005).
UTILIZACIÓN
La utilización de estos alimentos en la nutrición animal depende de varios factores.
Principalmente debe entenderse que al ser concentrados proteicos se utilizarán para
corrección de dietas bajas en este tipo de nutriente. Para vacas lecheras con una dieta de base
pastoril será más provechoso suplementar en invierno cuando la principal fuente de alimento
sean silajes o henos. En primavera o en verano, el aporte de PB de pasturas como la alfalfa
suele ser suficiente. También suelen ser excelentes como aporte proteico en dietas a corral,
siempre teniendo en cuenta la categoría y requerimientos del animal. Para animales en pleno
crecimiento muscular (terneros o novillos jóvenes) o vacas lecheras de alta producción
siempre es recomendable utilizar expellers de alta calidad debido a su mayor concentración
proteica y su mejor perfil de aminoácidos.
El aporte energético de estos subproductos depende en gran proporción del nivel de
lípidos remanente, por lo que procesos más eficientes de extracción generan alimentos con
menor energía metabolizable (Coscia, 1982). Por otra parte, expellers con alto nivel graso
pueden ser de utilidad en las llamadas “dietas frías”, debido a que la utilización de lípidos
como fuente energética implica una menor producción de calor por fermentación ruminal
debido a su efecto “by pass”, contribuyendo así a disminuir el estrés térmico del animal
durante el verano.
CONCLUSIONES
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La utilización de subproductos de extracción permite agregarle valor a la cadena
agroindustrial mediante una eficiente transformación de proteína vegetal en proteína
animal
La calidad del alimento depende de manera fundamental de su correcto
procesamiento térmico en la extracción de aceite, siendo recomendable efectuar
controles periódicos
Puede existir cierta variabilidad en la calidad del alimento explicada por el enorme
volumen de soja producida y los distintos métodos de extracción
El almacenamiento y monitoreo del expeller es muy importante para evitar la
proliferación de microorganismos que puedan disminuir el consumo y reducir la
productividad fisiológica del animal
REFERENCIAS
Cinque, F. 2011. Proyecto de inversión de una planta extrusadora de soja: Análisis económico y
comercial. Trabajo Final. Facultad de Ciencias Agrarias, Universidad Católica Argentina.
Coscia, A. 1982. Economía de las Oleaginosas. Ed. Hermisferio Sur.
Gallardo, M. 2005. Soja: harinas de extracción para la alimentación del ganado. Instituto
Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
Jaurena, G; Danelón, J. L. 2006. Tabla de composición de alimentos para rumiantes de la
región pampeana argentina. Hemisferio Sur.
Secretaría de Política Económica, Subsecretaría de Programación Económica. Dirección
Nacional de Programación Económica Regional, Ministerio de Economía y Finanzas Públicas.
2011. (http://www.mecon.gov.ar/peconomica/docs/Complejo_Oleaginoso.pdf)
Sistema Integrado de Información Agropecuaria. Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca.
2015. (http://www.siia.gob.ar/)