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Escuela Industrial Superior
Curso: 3º A
Profesora: Mariela Coudannes
Materia: Historia
Material del Eje 2
(Segunda parte)
La expansión de la segunda posguerra (1945- 1973).
La expansión del capitalismo en esos años fue acompañada por una creciente presencia del Estado. Los gobiernos se encargaron de
asegurar a los trabajadores una serie de beneficios, entre los que se incluía el otorgamiento de ingresos cuando el mercado laboral
dejara de contar, temporaria o definitivamente, con ellos. Además, en los países occidentales el Estado asumió un papel activo en la
tarea de influir en el rumbo económico, en los niveles de demanda, inversión y empleo, a los efectos de asegurar las condiciones de
reproducción del sistema.
Uno de los rasgos de la economía fue la expansión de la oferta de una amplia y diversificada gama de bienes de consumo, a favor del
desarrollo de nuevas tecnologías y de la introducción de métodos de producción cada vez más eficientes. Este proceso, ya había
dado comienzo en EEUU durante la década del 20, produciéndose en estos años su generalización entre los países desarrollados. El
“triunfo de la tecnología” fue acompañado por la necesidad de dar salida a los excedentes de producción, para lo cual el desarrollo de
las técnicas publicitarias condujo a la consolidación de la “sociedad de consumo”.
El mundo periférico participó también de la expansión; algunos países iniciaron y otros profundizaron la vía de la industrialización,
pero el crecimiento demográfico y la continuidad en muchos terrenos de una situación de dependencia respecto de la exportación de
materias primas y alimentos mantuvo y en muchos casos amplió la brecha que los separaba del mundo desarrollado.
El progreso técnico y las modificaciones en la organización del trabajo y de la empresa: La “revolución tecnológica” significó:
la multiplicación de las materias primas, el desarrollo de nuevas maquinarias y técnicas de producción, avances en la extracción de
recursos naturales, en los sistemas de transporte de productos, en el tratamiento y la trasmisión de la información.
Fue el componente central de los tres elementos fundamentales del nuevo aparato productivo: la producción en masa (ligada al
sistema de organización fordista), la automatización y la industrialización de la ciencia.
Así se expandieron los siguientes sectores: automóviles, electrodomésticos, la industria química, como bienes de calidad a costos
cada vez menores. La división del trabajo se amplía y se diversifica. Cambia la organización de las empresas con el objetivo de
obtener mayor productividad.
El papel de la demanda: La sociedad de consumo de masas tuvo como pilares el incremento del salario (que era resultado de la
introducción de innovaciones técnicas y de la organización del trabajo) y el gasto social que llevó a cabo el Estado. Eso facilitó la
existencia de una demanda significativa por parte de sectores que, en caso contrario, habrían participado muy limitadamente del
mercado de consumo.
JUAN DOMINGO PERÓN SE OCUPA DE UN ACTOR SOCIAL HASTA ENTONCES POCO TENIDO EN
CUENTA: EL MOVIMIENTO OBRERO.
Juan Domingo Perón adquiere importancia política durante el gobierno militar de los años 1943- 1945, a cargo
de la Secretaría de Trabajo y luego como Vicepresidente. En la Secretaría de Trabajo convoca a los dirigentes
sindicales, los impulsa a organizarse y a presentar sus demandas. En muchos casos se trataba simplemente de aplicar
disposiciones legales ignoradas. Desde la Secretaría de Trabajo, Perón expandió los mecanismos del Estado árbitro y a
la vez, estimuló la organización de los trabajadores, incentivó sus reclamos y presionó para que éstos fueran satisfechos.
A sus colegas militares les señalaba los peligros del desorden social y la necesidad de un Estado fuerte que interviniera
en la sociedad y en la economía, ante la eventual crisis que pudieran sufrir las industrias crecidas con la guerra. A los
empresarios les hacía ver la amenaza que entrañaban las masas obreras desorganizadas y el peligro del comunismo. Los
aspectos tratados por la Secretaría fueron:
- contratos colectivos de trabajo;
- extensión del régimen de jubilaciones, de vacaciones pagas, de accidentes de trabajo;
- regulación del trabajo en el campo (sanción del Estatuto del Peón);
- en términos generales, se busca equilibrar las relaciones entre obreros y patrones...
Dijo Perón en el año 1944: “No apoyamos al trabajador contra el capital sano, ni a los monopolios contra la
clase trabajadora, sino que propiciamos soluciones que beneficien por igual a los trabajadores, al comercio y a la
industria, porque nos interesa únicamente el bien de la Patria.”. En 1947 proclamaría los Derechos del Trabajador: a
trabajar, a una retribución justa, a la capacitación, a condiciones dignas de trabajo, a la preservación de la salud, al
bienestar, a la seguridad social, a la protección de su familia, al mejoramiento económico, a la defensa de los intereses
profesionales.
En 1945, los partidos opositores reclamaban elecciones y un gobierno civil. Comunistas, socialistas y
demoprogresistas formaron un frente político –la “Unión Democrática”-, que contó con las simpatías de los radicales y
de los conservadores, excluyendo a los sectores obreros. En setiembre de ese año organizaron una multitudinaria
marcha de la Constitución y la Libertad. Mientras tanto un Manifiesto de la Industria y el Comercio, repudió la
legislación social del gobierno. Ante el descontento de esos sectores, el Ejército fuerza la renuncia de Perón en octubre.
Lo que no se preveía es que una multitud pidiera su vuelta el 17 de octubre en la Plaza de Mayo…
1
“Las patas en la fuente”... Movilización del 17/10/45.
Los actos de los “viejos” obreros, generalmente inmigrantes asentados ya hace mucho en el país, habían hecho
vibrar a la ciudad de Buenos Aires y consagrado la soberanía de los partidos y las clases medias sobre sus calles. De
pronto, ese espacio político cedía y por sus grietas asomaba, tumultuoso, el perfil de otra Argentina, las nuevas caras de
un país que cambiaba...
El 17 de octubre de 1945, la sorpresa primero y la condena después dominaron la actitud del mundo político
porteño. Era algo muy distinto a lo que cabía esperar de una manifestación obrera: “La mayoría del público que desfiló
en las más diversas columnas por las calles lo hacía en mangas de camisa. Vióse a hombres vestidos de gauchos y a
mujeres de paisanas (...) muchachos que transformaban las avenidas y plazas en pistas de patinaje, y hombres y
mujeres vestidos estrafalariamente, portando retratos de Perón, con flores y escarapelas prendidas en sus ropas y
afiches y carteles. Hombres a caballo y jóvenes en bicicleta, ostentando vestimentas chillonas, cantaban estribillos y
prorrumpían en gritos.” (La Capital, 18 de octubre de 1945).
Los hombres y mujeres que venían de los suburbios avanzaban sobre la Plaza de Mayo en medio de una
atmósfera festiva y carnavalesca. Para La Vanguardia, el periódico del Partido Socialista, aquellos no podían ser
auténticos obreros. Decía: “¿Qué obrero argentino actúa en una manifestación en demanda de sus derechos como lo
haría en un desfile de carnaval?”
Juan, cierre esa ventana
que hay mucha corriente.
(Autor: Jorge Palacio).
A partir de este episodio, Perón se convirtió así en candidato oficial a la presidencia de la Nación por el Partido
Laborista, un nuevo partido creado por los dirigentes sindicales. La Iglesia apoyó su candidatura; Perón perseguía el
comunismo y había establecido la enseñanza religiosa en las escuelas públicas. Los conservadores fueron excluidos de
la Unión Democrática por su rivalidad con el sector dominante del radicalismo y se pasaron al bando de Perón. El país
había cambiado en la década del ‘30 y el discurso de Perón tuvo mayor impacto. La Unión Democrática proponía la
defensa de la democracia y la lucha contra el totalitarismo. Perón asumió el discurso de la “Justicia Social”, de la
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reforma justa y posible, a la que sólo se oponía el egoísmo de unos pocos privilegiados. Instaló la idea de que la
sociedad estaba dividida entre el “pueblo” y la “oligarquía”.
El respaldo del embajador norteamericano Braden a la Unión Democrática y su acusación a Perón de ser un
agente del nazismo contribuyó a la creación de un bloque de nacionalismo popular. El nuevo gobierno mantuvo la
retórica antinorteamericana, que dio paso luego a la doctrina de la “Tercera Posición” distanciada tanto del comunismo
como del capitalismo. En la práctica, intentó mantener buenas relaciones tanto con la URSS como con los EEUU.
Acto de cierre de campaña de la Unión Democrática, diciembre de 1945.
Frente que compitió con Perón y fue derrotado en las elecciones de 1946.
En el cartel grande dice: Unión Democrática: Unión Cívica RadicalPartido Socialista- Partido Demócrata Progresista- Partido Comunista.
En los carteles de la gente dice: “Por la libertad” – “Contra el nazismo”.
Carteles de la época
Cuando fue proclamado candidato presidencial,
Perón lanzó el célebre “Braden o Perón”.
LA POLÍTICA ECONÓMICA: UN DELICADO EQUILIBRIO ENTRE EXPORTACION AGRÍCOLA
Y PRODUCCIÓN INDUSTRIAL PARA EL MERCADO INTERNO.
Panorama general al momento de asumir Juan Domingo Perón
Superávit fiscal:
Gran disponibilidad de divisas en las
arcas del Estado.
En las grandes ciudades:

Industrias livianas en
crecimiento desde 1930

Gran cantidad de personas
venidas del campo, muchas
de ellas desocupadas.

Trabajadores con algunos
derechos laborales
obtenidos en 1945, pero sin
acceso a servicios de salud
y educación de calidad.


En el campo:
Producción de granos en
constante expansión para el
mercado europeo, a precios
muy favorables
Comercialización de las
materias primas a cargo de
grupos económicos de origen
extranjero.
Manejo de los servicios
públicos (electricidad, gas) de
comunicaciones (teléfono), y de
transporte (ferrocarril, buques
marítimos), en manos de
capitales extranjeros.
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Autora: Carolina Brandolini
Los años más favorables a la economía fueron los que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, en el que se
podía vender alimentos a Europa. Gran Bretaña siguió comprando a la Argentina y para saldar sus deudas, propuso un
acuerdo por el que se nacionalizaron los ferrocarriles. El acuerdo benefició sobre todo a ese país, pero la retórica
peronista lo presentó como parte del programa de independencia económica.
1)
El Estado se hizo cargo de las deudas de los Ferrocarriles con
las Cajas de Jubilaciones, de los aguinaldos, de los aumentos
retroactivos adeudados al personal y de todos los juicios iniciados
contra las empresas por la Nación, provincias, municipalidades o
entidades oficiales hasta junio de 1946.
2)
Se concedió a las empresas el derecho a quedarse con todo el
dinero en efectivo, valores y créditos, de que dispusieran hasta junio
de 1946 y se las eximió de pagar todos los gastos hasta esa fecha.
3)
El Estado tomó a su cargo todos los gastos motivados por la
compra (escrituras, contadores, etcétera) y facilitó a las empresas,
gratuitamente, el local, los muebles y útiles que debieron dejar en el
país para finiquitar la operación de venta.
Durante el período en que se delegó en manos de las
empresas la administración por cuenta del Estado hubo que pagar
abultadas sumas, lo que hizo acercar el precio definitivo a tres mil
millones de pesos. Tres veces más de la cotización primitiva. La
edición clandestina de La Vanguardia socialista, que circulaba entre
la oposición, convirtió las cifras en dólares e hizo la siguiente
comparación: “Italia pagó 325 millones de dólares como monto total
de reparaciones de guerra y nosotros hemos pagado 375 millones de
dólares de más solo por razones sentimentales”. Tres años después,
en la Cámara de Diputados, Arturo Frondizi iba a exigir que se
explicara “por qué se pagó a los ingleses en libras esterlinas y no en
pesos moneda nacional, lo que resultó gravoso para la economía del
país”. Sea como fuere, lo cierto es que el país tenía ahora en sus
manos un instrumento de gran poder económico, social y político.
La nacionalización de los ferrocarriles fue el paso más
espectacular que dio el gobierno peronista en materia de servicios
públicos. Y también el más discutido.
La crisis de los mercados y el aislamiento contribuyó a profundizar el proceso de sustitución de importaciones
iniciado en la década anterior. Crecieron las industrias de electrodomésticos. En el “Primer Plan Quinquenal” se plasmó
la aspiración autárquica de los militares. Ese Plan debía servir para planificar la economía pero se limitó a una serie de
vagos enunciados, entre ellos la creación de la empresa siderúrgica estatal SOMISA, que tardó varios años en
concretarse. El sector industrial crecido en los tiempos de la guerra integró su primer equipo económico.
Perón había optado por el mercado interno y por la defensa del pleno empleo. La “cadena de la felicidad” pudo
financiarse principalmente por la existencia de una abundante reserva de divisas, acumulada durante los prósperos años
de la guerra, y que permitió un acelerado, desenfrenado y con frecuencia poco eficiente equipamiento industrial. Con la
esperanza puesta en una nueva guerra mundial, en esos años se gastó en el exterior mucho más de lo que entraba.
Se creó el IAPI – Instituto Argentino de Promoción del Intercambio- para monopolizar el comercio exterior.
La diferencia entre los precios pagados a los productores y los obtenidos por la venta de las cosechas en el exterior, se
transfería al sector industrial y urbano. Ello provocó una nueva crisis del campo. El sector industrial recibió amplios
créditos y protección aduanera para eliminar competidores. Además las políticas de redistribución de ingresos hacia los
sectores trabajadores contribuían a la expansión sostenida del consumo. La alta ocupación y los salarios en alza
provocaron una expansión de la demanda y ganancias importantes para los empresarios.
A la nacionalización de los ferrocarriles se sumó la de los teléfonos, algunas compañías de electricidad y la del
Banco Central, que controlaba el IAPI. Se dio fuerte impulso a Gas del Estado, a la Flota Mercante y a Aerolíneas
Argentinas.
Algunos autores consultados:
Alaniz, Rogelio, “Perón y el genio de la contradicción”, en El Litoral, 1 de julio de 1999.
Imágenes de propaganda peronista: Grupo “Diseño Gráfico Justicialista. Afiches 1946- 1955”, en
http://www.facebook.com/group.php?gid=31739631764
Lobato, Mirta Zaida y Suriano, Juan, Atlas histórico, en Nueva Historia Argentina, Buenos Aires, Sudamericana.
Romero, José Luis (1996), Breve historia de la Argentina, Buenos Aires, Brami Huemul.
Romero, Luis Alberto (2001), Breve historia contemporánea de la Argentina, Buenos Aires, F. C. E.
Torre, Juan Carlos (dir.) (2002), Los años peronistas (1943-1955), en Nueva Historia Argentina, tomo VIII, Buenos Aires, Sudamericana.
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Fragmentos de la Marcha Peronista
Hugo del Carril, 1949
“… Por ese gran argentino
que se supo conquistar
a la gran masa del pueblo
combatiendo al capital.
¡Perón, Perón, qué grande sos!
¡Mi general, cuanto valés!
¡Perón, Perón, gran conductor,
sos el primer trabajador!
Por los principios sociales
que Perón ha establecido,
el pueblo entero esta unido
y grita de corazón:
¡Viva Perón! ¡Viva Perón!
Por ese gran argentino
que trabajó sin cesar,
para que reine en el pueblo
el amor y la igualdad…”
6
El populismo, por Pablo Livszyc. Esta nota fue publicada en el número 51 de la Revista Ciencias Sociales,
Dirección de Publicaciones, Facultad de Ciencias Sociales, UBA, diciembre 2003.
El populismo es un concepto amplio y con diversos usos. En el período posterior a los años ‘30 en América
Latina y hasta los años ’60, el populismo como fenómeno histórico adoptó una política económica más bien
redistributiva, y en términos de ideología, construyó un antagonista que tenía que ver con las oligarquías o el
imperialismo. También se caracterizó por liderazgos más bien paternalistas, a veces carismáticos y un tipo de alianza
social heterogénea. Generalmente se designa con este término a las experiencias contemporáneas del peronismo, el
varguismo (Brasil) o el cardenismo (México). Entre las características más destacadas de los populismos clásicos, en
referencia particular a la esfera económica y social, se pueden mencionar procesos de industrialización por sustitución
de importaciones y de urbanización. El Estado, por su parte, interviene en las actividades económicas a partir de
regulaciones y de empresas propias, controla los servicios públicos, emprende políticas redistributivas y asume tareas
asistencialistas. En general se entretejieron prácticas clientelísticas.
El populismo se caracterizó por aspirar a una alianza de clases, que por su fuerza pudiera desplazar a la
oligarquía de una posición hegemónica. Por ello suele afirmarse que, con diferentes matices según los países, el
populismo en América Latina surge como respuesta a la crisis del Estado oligárquico y establece, en un marco donde se
minimizan las contradicciones de clase, las condiciones para el desarrollo de los intereses de la burguesía industrial y la
consolidación de la incipiente clase obrera. El populismo, desde el punto de vista económico, plantea una suerte de
armonía supuesta entre capital y trabajo, representando así una trasposición parcial de poder de las oligarquías a una
alianza de clases sociales, por lo general urbana, que incluye la burguesía industrial, la clase media y el proletariado
industrial. De todos modos, en sus comienzos, debe considerarse al populismo como semi-urbano, ya que se visualiza
en las grandes ciudades pero participan actores provenientes de espacios rurales.
Desde este punto de vista, el populismo es, como suele afirmarse, un intento de dar respuesta a las demandas
e los sectores populares sin cambiar las reglas de juego. De hecho, el populismo no se propuso una modificación en la
propiedad de los medios de producción y se inscribió en el modo de producción capitalista. El nacimiento del populismo
peronista dependió de la movilización de masas en el famoso 17 de octubre. Pero una vez que se instaló en el poder, lo
que hizo Perón fue tratar de acotar y controlar esa fuerza usándola moderadamente en su beneficio, no permitiendo un
desarrollo autónomo.
Selección de la caricatura y textos: Araceli Boumerá
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