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POLÉMICA
Cuba:
¿revolución política o revolución social?
ALICIA SAGRA (Argentina)
EL RECIENTE ANUNCIO de que el gobierno cubano despedirá 500.000 trabajadores es un
importante tema de discusión entre las organizaciones de izquierda. Una de ellas, el PTS
de Argentina, viene publicando una serie de materiales donde cuestiona las definiciones,
el programa y la política de la LIT-CI para Cuba.
L
as diferencias con el PTS (Partido
de los Trabajadores por el Socialismo) no se dan en todos los niveles. Pareciera ser que su interpretación
de la revolución cubana no difiere mucho del fallecido fundador de la LIT-CI,
Nahuel Moreno, quien sostenía que la
combinación del ascenso de masas y la
presión del imperialismo, en el marco de
una aguda crisis del país, obligaron a un
movimiento pequeño-burgués (el “26 de
Julio”, dirigido por Fidel Castro) a ir más
allá de su propio programa y expropiar a
la burguesía dando origen a un estado
obrero deformado, confirmando la posi-
bilidad teórica planteada por Trotsky en
el Programa de Transición, en 1938.1
También acuerdan con nosotros en la
crítica sobre las definiciones no marxistas del Nuevo MAS argentino, de Cuba
como “estado burocrático, ni obrero ni
burgués” y del carácter “aclasista” del
movimiento “26 de Julio”.2
A pesar de estas coincidencias, que tienen la importancia de permitirnos partir
de criterios comunes, la diferencia que
tenemos con el PTS es central: la discusión está planteada sobre el actual carácter de clase del estado cubano. Es una
discusión teórica de primer orden, con
importantes consecuencias políticas, ya
que de las diferentes respuestas a esa
pregunta, surgen propuestas antagónicas
en relación con el programa y la política
para Cuba.
¿Cómo se define el carácter
de clase de un estado?
A finales de la década de 1930, después que la contrarrevolución estalinista
arrebatara el poder político a los trabajadores, se desarrolló un apasionado debate en relación con el carácter de clase
del estado soviético. ¿Cómo definir un
estado en el que ni la burguesía ni el proletariado tenían el dominio político? La
posición de Trotsky fue que el carácter
de clase del estado, en última instancia,
“Se define por las formas de propiedad y
relaciones de producción que ese estado
protege y defiende”.3
Y afirmaba que la URSS continuaba
20
siendo un “estado obrero degenerado”:
“La nacionalización del suelo, de los medios de producción, de los transportes y
del comercio, así como el monopolio del
comercio exterior, forman las bases de la
sociedad soviética. Para nosotros, esta adquisición de la revolución proletaria define
a la URSS como un estado proletario”.4
Al igual que en el presente, de las posiciones teóricas enfrentadas surgían políticas contrapuestas. Los que sostenían
que la URSS había dejado de ser un estado obrero se negaban a defenderla
frente al imperialismo. Mientras que
Trotsky proponía la defensa de la URSS
porque “el sistema de la economía, sobre
la base de la propiedad estatal de los medios de producción, se conservó y continúa siendo una conquista colosal de la
humanidad. La derrota de la URSS en
una guerra contra el imperialismo significaría no sólo la liquidación de la dictadura burocrática, sino también la de la
economía estatal planificada […]”.5
¿Cómo se aplican estos criterios
de Trotsky al estado cubano?
Desde la LIT-CI, a partir de realizar un
estudio objetivo de la realidad vimos
que, como era previsible, la restauración
capitalista y posterior disolución de la ex
URSS tuvo consecuencias directas sobre
los destinos de Cuba. En 1992, se disolvió la Junta Central de Planificación y se
autorizó a las empresas a comerciar libremente con el exterior; en 1995 se
aprobó la Ley de Inversiones Extranjeras
CORREO INTERNACIONAL
POLÉMICA
por la que se permitía a las empresas extranjeras repatriar hasta el 100% de sus
ganancias.
Evidentemente, ya no existía la planificación de la economía ni el monopolio
del comercio exterior, y se impulsaba la
inversión privada extranjera con una legislación de inversiones e impuestos más
permisiva que la de muchos países latinoamericanos. El estado cubano había
dejado de defender la economía planificada y pasaba a defender la economía de
mercado y la ganancia privada. Por lo
tanto, de acuerdo con los criterios de
Trotsky, había dejado de ser un estado
obrero degenerado para pasar a ser un
estado capitalista, en vías de semicolonización, especialmente de los imperialismos europeos y del canadiense.
¿Qué dice el PTS?
Según el artículo Cuba: ¿Revolución política o “revolución democrática”?, de
Diego Dalai (16-9-2010), los argumentos
de la LIT-CI son “ridículos” porque la
burguesía “gusana” de Miami no ha recuperado sus propiedades, no hay inversiones norteamericanas, se mantienen
importantes conquistas sociales, no existen las terribles consecuencias sociales
que la restauración provocó en la ex
URSS.
Por todo eso, para el PTS, Cuba sigue
siendo un estado obrero, y en esto no se
diferencia de la mayoría de las organizaciones de izquierda. Esto no tiene nada
que ver con los criterios utilizados por
Trotsky para definir el carácter de clase
del estado. Pero de cualquier manera, veamos cada una de esas objeciones.
• La burguesía gusana de Miami no recuperó sus propiedades. Ese argumento ignora dos aspectos. El primero
es que el capitalismo imperialista es internacional, y las burguesías europea,
canadiense, israelí y mexicana son hoy
propietarias de gran parte de los medios de producción cubanos. Segundo,
en la ex URSS, la actual burguesía propietaria no proviene de los descendientes de los llamados “rusos blancos”
sino de la antigua burocracia del Partido Comunista y del ex estado soviético. De igual manera, en Cuba viejos
administradores se están convirtiendo
en nuevos propietarios, socios menores
o gerentes de los capitales internacionales. Esa es la razón fundamental de
por qué la dirección castrista se niega
a entregar las propiedades a la burguesía gusana de Miami.
NOVIEMBRE DE 2010
Hospital de Niños,
en La Habana. El gobierno
cubano anunció que
comenzará a cobrar una
parte de los servicios de la
salud pública.
Abajo, Hotel de la cadena
española Meliá,
en Santiago de Cuba.
Los capitales españoles
tienen fuerte presencia en
el sector de turismo
internacional, en Cuba.
• La burguesía norteamericana no invierte en Cuba. Esto es falso. El imperialismo yanqui, por la presión de la
poderosa burguesía cubana de Miami,
que quiere recuperar sus viejas propiedades, mantiene un bloqueo comercial.
Esto provoca gran descontento en importantes sectores de la propia burguesía
norteamericana, que ven cómo sus competidores se apropian de la mayor parte
de los grandes negocios. Pero, pese a ese
impedimento, en EE.UU. crece el comercio con Cuba a partir de las modificaciones realizadas para permitir algún
aspecto de actividad económica.6 Por
otro lado, hay inversionistas yanquis por
dentro de las empresas europeas, canadienses, israelíes y mexicanas.
El PTS se refiere a estas inversiones europeas pero evidentemente nos las considera como “prueba suficiente” de la
restauración capitalista o de un proceso
de semicolonización en curso. Entonces,
nos surge una duda. Una parte de la izquierda europea, especialmente las organizaciones provenientes del llamado
Secretariado Unificado (SU), denuncia
permanentemente al imperialismo estadounidense, pero nunca se refiere ni denuncia a sus propios países y burguesías
como imperialistas. ¿El PTS está cayendo en una posición similar?
• Se mantienen importantes conquistas
sociales. Es cierto que aún se mantienen conquistas y eso tiene que ver con
la profundidad de la revolución. Lo
mismo pasó en Rusia. Pero gran parte
de ellas se han perdido, comenzando
por la más importante, la economía planificada.
• No existen en Cuba las terribles consecuencias sociales que provocó la restauración en la ex URSS. Veamos si
esta afirmación tiene algo que ver con
la realidad. La revolución cubana, al
expropiar a la burguesía y romper con
el imperialismo, acabó con el desempleo, conquistó la atención médica gratuita y de calidad para toda la
población, se hicieron grandes avances
a nivel de la medicina y la farmacopea,
se acabó con el analfabetismo, se acabó
con la prostitución.
¿Que pasa hoy? Volvió la prostitución,
las “jineteras” [prostitutas] son uno de
los atractivos turísticos que hacen proliferar los charter europeos de hombres
solos. Y esto no es “propaganda anticubana” del imperialismo, sino que fue
reconocido por el propio Fidel Castro:
“Este fenómeno delictivo (la prostitución), que afecta fundamentalmente a
los polos turísticos del país, mantiene
una tendencia creciente. Se aprecian
algunos niveles de organización y de
vínculos con otras tipicidades delictivas
graves, tales como la droga, el contrabando, la corrupción de menores y el delito contra extranjeros”.7
Según economistas gubernamentales el
salario perdió, en los últimos 20 años,
más de 75% del poder adquisitivo8.
21
POLÉMICA
Se acabó con el pleno empleo: según informaciones gubernamentales ya existen alrededor de 400.000 desempleados
o subocupados y acaban de anunciar el
despido de medio millón de trabajadores (10% de la fuerza laboral). Y esto
es parte de un plan que contempla que
la salud y la educación dejarán de ser
universalmente gratuitas y que se pasarán a pagar parte de estos servicios.
Como han podido comprobar los que
han viajado en los últimos años a la
Isla, en función de las ganancias de la
industria del turismo, el pueblo cubano
no sólo tiene restringida la entrada a los
hoteles sino también a las mejores playas del país. Entonces, ¿estamos o no,
frente a terribles consecuencias sociales, similares a las que produjo la restauración en la ex URSS?
Para nosotros no hay dudas, todo esto
se debe a que desapareció la economía
estatal planificada, es decir, al cambio
de carácter de clase del estado. Y eso
no se debió a una invasión imperialista
sino a una política consciente de la burocracia dirigida por Fidel Castro.
¿La burocracia castrista avanzó
hacia la restauración…
y se arrepintió?
El PTS reconoce que la existencia del
monopolio del comercio exterior y de la
economía planificada son aspectos centrales para definir que un estado pasó de
capitalista a obrero (ver nota 1). Pero no
los tiene en cuenta para determinar si se
dio el camino opuesto, el pasaje de estado obrero a burgués.
A pesar de eso, como esos cambios estructurales son tan evidentes, no los
puede ignorar. Pero encontró una forma
para poder seguir defendiendo la existencia del “estado obrero” cubano. Lo que
habría pasado es que “estas reformas
procapitalistas, casi eliminaron el monopolio estatal del comercio exterior, prácticamente liberado para las empresas
mixtas (51% estatal y 49% capitales extranjeros) y la planificación económica
disolviendo la Junta de Planificación y liberando la economía en importantes ramas como turismo y minería”.
Pero lo que la LIT-CI no ve es que “A
partir de 2003 se tomaron varias medidas
que revirtieron parcialmente las reformas
del periodo especial” aunque “se mantuvo lo esencial […]”.9 Y agregan: “En
cuanto a la planificación, hubo un cierto
restablecimiento de un plan económico
para las empresas 100% cubanas, en el
22
La restauración del capitalismo ha llevado
a que hasta la producción del tradicional
ron Havana Club sea controlada
por capitales privados.
que intervienen el Ministerio de Economía
y Planificación y el Banco Central […]”.10
No sabemos en qué criterios teóricos
o antecedentes históricos se apoya el PTS
para explicar que una burocracia que definió avanzar conscientemente hacia la
restauración, y dio pasos decisivos en
ese sentido, vuelve atrás en su proyecto
sin que haya existido la intervención revolucionaria del movimiento de masas.
Por otro lado, los datos que dan no tienen ninguna consistencia. Dicen que a
partir de 2003 hubo “cambios” pero que
se mantuvo “lo esencial”. Y agregan que,
en relación con la planificación económica, hubo un “cierto restablecimiento
de la planificación” que se aplica sólo
para las empresas 100% cubanas.
Eso es lo mismo que decir que una
mujer está “medio embarazada”. Así
como no hay “economía mixta”, sino
economías obrera o burguesa, no hay un
“poco” de planificación.
La planificación estatal de una economía de transición al socialismo puede ser
obrera revolucionaria o puede ser burocrática, pero existe o no existe. Si existe,
estamos en presencia de un estado
obrero (degenerado o deformado, si la
planificación es burocrática). Si no
existe, estamos en presencia de un estado capitalista. Entonces, lo que debe
responder el PST es: ¿la planificación estatal de la economía y el monopolio del
comercio exterior existen o no en Cuba?
Hasta ahora no conocemos una respuesta categórica a esta pregunta.
Un embellecimiento del papel
de Fidel
A todos nos costó entender el proceso
de restauración del capitalismo. Aún
existen diferentes interpretaciones de
cómo se llegó a ella y sobre las consecuencias que tuvo. Pero, en general, se
acepta que este proceso ya se dio en la
URSS y en los países del Este europeo.
Costó más que se viese este proceso en
los países que continuaban siendo dirigidos por los partidos comunistas, como
China y Cuba. Hoy, se ha hecho tan evidente el papel de China como “fábrica
del mundo” capitalista que ya nadie se
anima a definirla como estado obrero.
Pero sí se lo sigue haciendo con Cuba y
la carismática figura de Fidel tiene mucho que ver con eso.
Sin embargo, hay hechos de la realidad
que no se pueden esconder, como el caso
del plan de ajuste, con su medio millón
de despidos. Por eso, hasta los admiradores más fieles del castrismo comienzan a
hablar del “peligro de restauración capitalista”. Pero que, según ellos, vendría
de la mano de Raúl Castro, un admirador
del “modelo chino”, a diferencia de Fidel
que sigue “defendiendo el socialismo”.
El mismo mecanismo utiliza el PTS:
“Desde que Raúl sucedió a su hermano
Fidel, ha reafirmado el rumbo del régimen cubano de avanzar de manera gradual en la introducción de medidas
capitalistas […] una combinación de distintos factores […] puede precipitar este
proceso. Entre estos podrían contarse: la
desaparición de escena de Fidel Castro;
la emergencia de una política más dialoguista por parte del imperialismo norteamericano y los gusanos de Miami […];
un rol más claro de la Unión Europea, en
particular del Estado Español, para facilitar esta política negociadora; y por último, aunque no menos importante, un
impacto mayor de la crisis económica internacional que lleve a una situación de
caos económico”.11
Como podemos ver, a pesar de que el
propio Fidel se encarga de aparecer públicamente para respaldar a su hermano,
el PTS pone su alejamiento como uno de
los factores centrales del “avance hacia
el capitalismo”.
Nada más alejado de la verdad. Fidel
fue el jefe indiscutido de la burocracia
cubana. Y, como afirmó Trotsky, la burocracia dirigente del estado obrero va destruyendo poco a poco sus bases sociales
y, si no es expulsada por la revolución
política de la clase obrera, acaba por restaurar el capitalismo. Esa revolución no
se dio en Cuba. En el marco de la restauración de la ex URSS y los países del Este
europeo, Fidel siguió el camino marcado
por la burocracia estalinista. Al igual que
ellos, con un discurso que dice defender
el socialismo, Fidel tomó las medidas necesarias para cambiar el carácter de clase
del estado cubano.
CORREO INTERNACIONAL
POLÉMICA
Cuando esa tarea estuvo cumplida,
cuando el estado cubano dejó de sostener la economía planificada y pasó a defender la economía de mercado, recién
entonces Fidel se alejó del ejercicio del
poder y fue a cuidar de su salud. El PTS
“embellece” el papel de Fidel en todo
este proceso y, de hecho, le capitula políticamente.
¿No hay que expropiar a los
capitalistas de la industria hotelera,
del azúcar, del petróleo…?
El PTS nos pregunta si lo que está
planteado en Cuba es la “revolución política” que defienden ellos o la “revolución democrática” que defenderíamos
nosotros.12 Hay que señalar que el PTS
tergiversa las posiciones de la LIT-CI:
nuestro programa para Cuba no es el de
la revolución democrática, sino el de la
revolución permanente.
Que tendrá que combinar las tareas
democráticas (de mucho peso en Cuba
porque existe una dictadura) con las tareas socialistas. Es decir, la tarea planteada en Cuba no se limita al cambio de
régimen, no se trata sólo de acabar con
la dictadura de la burocracia, como propone el PTS. La nueva revolución cubana deberá, además, expropiar a los
nuevos propietarios de los medios de
producción, en su mayoría imperialistas,
para volver a imponer la economía planificada. Y esperemos que esta vez contemos con la dirección revolucionaria
que permita que sean los organismos democráticos de la clase obrera los que se
hagan cargo del poder.
Pero no se podrá construir esa dirección revolucionaria si no se responde a
los problemas reales que tienen planteados la clase obrera y el pueblo cubanos:
la necesidad de enfrentar el plan de
ajuste de la dictadura castrista y la pelea
por las más amplias libertades democráticas para el conjunto de la población.
Pero no es casual la pregunta sobre la
revolución democrática que nos hace el
PTS. Tiene que ver con que desde hace
años viene educando a sus militantes en
el “antimorenismo”, tergiversando el
pensamiento de Nahuel Moreno, acusándolo de etapista por defender la “revolución democrática”.
Moreno nunca tuvo la política de la
“revolución democrática”, sino que la
utilizó como categoría de análisis. Lo
que decía es que el capitalismo, al producir dictaduras y regímenes bonapartistas reaccionarios, dio origen a un nuevo
tipo de revolución política o democrática
anticapitalista, no contra el feudalismo,
como en el pasado. Esta revolución democrática anticapitalista se combina con
la socialista en la revolución permanente. Y, como parte del análisis de la realidad, agregaba que, por la crisis de
dirección revolucionaria, procesos revolucionarios se congelan en esa fase democrática.13
No hay ningún “etapismo” en Moreno
ni en la LIT-CI. Donde sí lo vemos, es en
el programa del PTS para Cuba. Defender la “revolución política” en un estado
capitalista (y no han podido demostrar
científicamente que Cuba sea otra cosa)
es defender una revolución que sólo
cambie el régimen, es decir, la revolución
por etapas.
Estos compañeros, al no aplicar un
método científico, marxista, para definir
el carácter de clase del estado cubano,
terminan embelleciendo la figura de
Fidel y levantando una política que capitula doblemente al imperialismo: por
dejar en sus manos las banderas democráticas y por no levantar el programa de
la revolución socialista para Cuba. Se
confirma la definición de Lenin: sin teoría revolucionaria no hay política revolucionaria.
1
“Efectivamente, el programa pequeño burgués
nacionalista radical del Movimiento 26 de Julio
se demostró completamente utópico y al poco
tiempo, con la presión imperialista y de un movimiento de masas alentado por el triunfo obtenido, se vio obligado a expropiar al capital
norteamericano, a los terratenientes y a la burguesía local, y a establecer el monopolio del comercio exterior, es decir, a establecer una
economía de transición aunque burocráticamente planificada” (El colectivismo burocrático,
el capitalismo de estado y la teoría del estado
‘ni obrero ni burgués’. Suplemento sobre Cuba
del PTS).
2
Ver polémica de Martín Hernández con Roberto Ramírez, Marxismo Vivo N.° 22, pág. 103.
3
León Trotsky, En defensa del marxismo.
4
León Trotsky, La revolución traicionada.
5
León Trotsky, De un rasguño al peligro de gangrena.
6
Veamos la siguiente noticia: “La Oficina de
Control de Bienes Extranjeros (Office of Foreign
Assets Control u OFAC) del Departamento del
Tesoro dio a conocer hoy (13-4-09) la norma
final que modifica el Reglamento de Control de
Bienes Cubanos (CACR). Las modificaciones al
CACR cambian el reglamento con respecto a tres
aspectos principales: (1) visitas de familiares;
(2) remesas de familiares, (3) telecomunicaciones. Nueva licencia general para transacciones:
esta nueva licencia general autoriza, bajo ciertas
condiciones, las transacciones relacionadas a
viajes que resulten directamente de la comercialización, negociación de ventas, entregas acompañadas o servicios en Cuba de productos
agrícolas, medicamentos o dispositivos médicos[…] (extraído de CubanosUSA.com).
7
Fidel Castro Ruz, Discurso en el acto por el
aniversario 40 de la constitución de la Policía
Nacional Revolucionaria, 5 de enero de 1999.
8
Estudios del economista cubano Omar Everleny Pérez Villanueva.
9
Polémica con el PSTU-LIT: Cuba: ¿Revolución
política o “revolución democrática”?
10
¿Hasta dónde avanzó la burocracia con su programa de restauración gradual? (Suplemento
del PTS de 2-10-10).
11
Ídem.
12
Otra consecuencia de la
restauración capitalista
ha sido la aparición de
numerosos trabajadores
por cuenta propia.
Arriba, uno de los
“nuevos” restaurantes
privados.
NOVIEMBRE DE 2010
Polémica con el PSTU-LIT: Cuba: ¿Revolución
política o “revolución democrática”?
13
Un ejemplo fue la revolución sandinista de
1979. Para Moreno se trató del triunfo de una
revolución democrática o política, parte de la
revolución permanente, que se congeló en la
fase democrática y que inevitablemente retrocedería si no avanzaba hacia el triunfo de la revolución obrera. Para el PTS no hubo triunfo
revolucionario, sino derrota de la revolución
obrera.
23