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Monición:
Convertirse es creer... Convertirse es creer en mí, en
ti, en las posibilidades. Dame fe, Señor. Fe en las posibilidades de una
creación, que, aun rota, sigue siendo tu mundo. Fe en que los seres humanos
somos capaces de algo verdaderamente grande, pese a todo lo que hoy nos
vuelve escépticos.
Canto:
Vengo ante Ti, mi Señor, reconociendo mi culpa, con la fe puesta en tu
amor, que tú me das como a un hijo. Te abro mi corazón y te ofrezco mi
miseria, despojado de mis cosas, quiero llenarme de ti.
Que tu Espíritu, Señor, abrase todo mi ser. Hazme dócil a tu voz,
transforma mi vida entera. (bis)
Puesto en tus manos, Señor, siento que soy pobre y débil, mas tú me quieres
así, yo te bendigo y te alabo. Padre en mi debilidad, tu me das la fortaleza.
Amas al hombre sencillo, le das tu paz y perdón.
1º Salmo :
Primero Esperar la misericordia de
Dios:
Mi corazón es pobre, Señor, yo me
siento de barro, soy como arcilla abandonada
que espera las manos del alfarero. Pon tus
manos, Señor, tu corazón, en mi miseria, llena
el fondo de mi vida de tu misericordia. Protege
mi vida. Sálvame. Confío en Ti.
Yo sé que Tú eres bueno y me perdonas.
Sé que eres misericordioso con quien abre su
corazón a tu amor y lealtad. Escúchame,
atiéndeme. Te llamo. Yo vengo a estar contigo y a quedarme junto a Ti.
Me callo ante tu presencia porque Tú conoces lo íntimo de mi vida. Aquí
estoy, Señor, con mi corazón como es: que no oculte nada a tus ojos.
Tú eres grande. Tú haces maravillas. Tú, el único Dios. Enséñame,
Señor, tu camino y que mis pasos sigan tus huellas con fidelidad.
Que mi corazón, sin dividirse, sea todo tuyo. Te doy gracias de todo
corazón, señor, Dios mío, te diré siempre que Tú eres amigo fiel. ¡ Yo he
experimentado tu misericordia!. Me has hecho revivir, volver al camino.
Señor, yo me alegro, porque eres un Dios compasivo. Me alegro porque
eres piadoso y paciente. Me alegro porque eres misericordioso y fiel. Señor,
mírame. Ten compasión de mí. Dame fuerza.
Tú Señor, siempre estás pronto a ayudarme y animar mi corazón cuando
decae. Tú, Señor, toma mi corazón de barro y moldéalo según la grandeza de
tu misericordia.
Reflexión
vives...:
Segundo reflexiona sobre cómo
A veces no queda más que pedir perdón por tantas tragedias. Incluso
aunque yo no sea causante. Incluso aunque soy contrario a la violencia, a la
guerra, a los abusos, a tantas cosas... sólo me queda pedir perdón. Tal vez por
sentirme parte de una humanidad fragmentada y confusa. Ante la guerra recién
estallada, este miércoles nuestra reflexión quiere ser una oración sencilla, un
grito contenido...
Pedimos perdón a Dios desde una cierta solidaridad con la humanidad,
también en el fracaso. El sueño roto de la paz, la idea equivocada de desarrollo
que hace que siempre haya países pasando hambre, el valor olvidado de la
justicia, todo ello se confunde entre gritos de guerra, intereses económicos,
medios de comunicación oportunistas... Y por eso pedimos perdón
A Pesar de lo frágiles que somos, sin embargo tu fuerza puede
manifestarse en nosotros. Ayúdame a creer en el ser humano, a pesar de
los escenarios de miseria, destrucción, odio, capacidad para seguir
soñando, y creer que el futuro puede ser bueno...
Reza Is 58, 9-14
Tercero: Reza con la Palabra de Dios
“Si apartas de ti todo yugo, no apuntas con el dedo y no hablas maldad,
repartes al hambriento tu pan, y al alma afligida dejas saciada, resplandecerá
en las tinieblas tu luz, y lo oscuro de ti será como mediodía. Te guiará Yahvé
de continuo, hartará en los sequedales tu alma, dará vigor a tus huesos, y
serás como huerto regado, o como manantial cuyas aguas nunca faltan.
Reedificarán, de ti, tus ruinas antiguas, levantarás los cimientos de pasadas
generaciones, se te llamará Reparador de brechas, y Restaurador de senderos
frecuentados.”
Canto:
Muéstranos, Señor, tus caminos, tus caminos, para no hacer nada más
que lo que sea tu voluntad
Petición
por...
Cuarto: Pide perdón
 Perdón por tantas víctimas inocentes. Por sus muertes anónimas, por sus
llantos ahogados por el ruido.
...Y perdón por mi despreocupación, mis cegueras ante el dolor
ajeno.
 Perdón por el fracaso de la palabra, del diálogo, de la escucha. Por todos
los conflictos que se podrían evitar con la verdad, con palabras claras, con
una actitud honesta.
... Y perdón por mis propios silencios, mis miedos, mis verdades a
medias, mis faltas de valor...
 Perdón por las bombas inteligentes, y por el talento humano encaminado en
direcciones equivocadas, para crear muerte en vez de vida.
... Y perdón por todas las oportunidades que dejo pasar sin hacer
que, por mi causa, el mundo sea un lugar mejor. Por los talentos
desperdiciados.
 Perdón por la falta de ideas. Por la impotencia para encontrar soluciones.
Por las estructuras tan inmensas que resultan incomprensibles. Por las
barreras infranqueables.
... Y perdón por la cobardía con que a veces me refugio en una
burbuja: "no se puede hacer nada", "no hay solución", "la culpa es de
otros...". "¿De qué sirve manifestarse?"
 Perdón por un mundo en el que la tragedia ha de ser muy grande para
llamar la atención, porque ya nos vamos acostumbrando a todo; y por que
los muertos han de contarse por decenas de miles para impresionar.
... Y por las veces en que no quiero pensar en tanta tragedia, y
busco un rostro amable, una risa fácil, el olvido cómodo.
 Perdón por demasiados problemas cotidianos que no nos dejan ver lo que
es grande, justo, bueno, válido, creíble, deseable.
... Y por mis luchas pequeñas que se magnifican hasta tapar la
perspectiva de un mundo mucho más solidario y fraterno.
 Por todo esto, Señor, Dios creador de un mundo que podría ser bueno; de
un ser humano que podría ser hermano; de un espacio que podría ser
común... perdón...
Cuaresma, tiempo de
Dios
Canto:
Cristo nos da la libertad. Cristo nos da la Salvación. Cristo nos da la
esperanza. Cristo nos da el amor.
Cuando luche por al paz y la verdad, la encontraré. Cuando cargue con
la cruz de los demás, me salvaré. Dame Señor tu Palabra, oye Señor, mi
oración.
Cuando sepa perdonar de corazón, tendré perdón. Cuando siga los
caminos del amor, veré al Señor. Dame Señor tu Palabra, oye Señor, mi
oración.
Salmo:
Anti: Misericordia, Dios mío por tu bondad
Misericordia, Dios mío por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa,
lava del todo mi delito, limpia mi pecado.
TODOS: LIMPIA MI PECADO
Silencio
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado,
contra Ti, contra Ti sólo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
TODOS: COMETÍ LA MALDAD QUE ABORRECES
Podemos hacer presente entre todos, las situaciones de mal que vivimos en el
mundo, y que traen el dolor y sufrimiento a muchos.
Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio.
Lávame quedaré más blanco que la nieve.
TODOS: QUEDARÉ MÁS BLANCO QUE LA NIEVE
Silencio
Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista.
Borra en mí toda culpa.
TODOS: BORRA EN MÍ TODA CULPA
Podemos comunicar peticiones de perdón.
Oh, Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme.
No me arrojes lejos de tu rostro.
No me quites tu santo Espíritu.
TODOS: NO ME QUITES TU SANTO ESPÍRITU.
Silencio
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso;
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a Ti.
Señor, me abrirás los labios
y mi boca proclamará tu alabanza.
TODOS: MI BOCA PROCLAMARÁ TU ALABANZA.
Canto: Alabaré al mi Señor
Los sacrificios no te satisfacen,
si te ofreciera un holocausto no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado.
Un corazón quebrantado y humillado,
Tú no lo desprecias
TODOS: UN CORAZÓN QUEBRANTADO Y HUMILLADO,
TÚ NO LO DESPRECIAS.
Ant : Misericordia, Dios mío por tu bondad
Recemos con frases
“No temas que yo te he rescatado”
“Él soportó el castigo que nos trae la paz y con sus cardenales
hemos sido curados”
“Por un breve instante te abandoné, pero con gran cariño te
recogeré”
“Yo mismo restableceré mi alianza contigo y sabrás que yo
soy Yahvé...cuando yo te hay perdonado todo lo que has hecho,
oráculo del Señor.”
“... y se quedó con la mujer solo, que seguía en medio.
Incorporándose Jesús le dijo: Mujer, ¿dónde estás? ¿nadie te ha
condenado?. Ella respondió: Nadie Señor. Jesús le dijo: Tampoco
yo te condeno. Vete y en adelante no peques más.”
“Por tanto no se trata de querer o de correr, sino de que Dios
tenga misericordia”
“¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La tribulación?,
¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿los
peligros?, ¿la espada?, como dice la Escritura: Por tu causa somos
muertos todo el día; tratados como ovejas destinadas al matadero.
Pero en todo esto salimos más que vencedores gracias a aquel
que nos amó. Pues estoy seguro de que ni la muerte ni la vida ni los
ángeles ni los principados ni lo presente ni lo futuro ni las
potestades ni la altura ni la profundidad ni otra criatura alguna podrá
separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor
nuestro.”
Oración compartida. Peticiones
Canto final: Confío en Ti, de Ti me fié...
La llevaré al desierto y le hablaré a su
corazón
Canto de entrada:
Hazme volver y volveré, porque tú Yahvé eres
mi Dios. Hazme volver y volveré, porque tú
eres mi Dios. (bis)
1. Hallé gracia en el desierto, allí me hablaste al
corazón, con amor eterno me has amado, por
eso estoy en ti.
2. Tú eres el alfarero, Tú eres el hacedor,
nosotros barro entre tus manos, las manos de
mi Señor.(bis)
CARTA DEL MAESTRO
Querido/a hermano/a:
La gracia y la paz de Dios, mi Padre y
vuestro Padre, estén siempre contigo.
¿Quieres aprovechar estos días para
acoger esa gracia y alimentarte de esa paz? ¡Lo
estás necesitando!
En tu vida ordinaria hay demasiado ruido.
Todo eso que alborota fuera de ti: gritos,
músicas, imágenes, palabras... Y lo que hierve
dentro: los agobios y preocupaciones de cada día
Hay también demasiadas prisas. Corres demasiado. A veces conviertes
la actividad en activismo, en agitación descontrolada que no te deja sosegar.
Con frecuencia me recuerdas a Marta, a quien yo amaba entrañablemente,
pero a quien tuve que reprender porque andaba demasiado afanada en tantas
cosas...
Sólo una cosa es necesaria. ¿Sabes cuál? Búscala con amor. El silencio
te permitirá escuchar con el corazón. Te aseguro que en esa escucha te
encontrarás profundamente a ti mismo/a. Encontrarás a tus hermanos. Y, sobre
todo, me encontrarás a mí. Y en mí encontrarás al Padre.
Para eso, ven conmigo estos días a un lugar solitario. Te llevaré al
desierto y te hablaré al corazón. Luego volveremos juntos al trabajo. Pero dos
personas que se quieren -como tú y yo-, necesitan largos tiempos de compañía
en soledad para conocerse y para amarse, para entregarse mutuamente sin
condiciones.
Porque la última razón de nuestra vida es el amor.
LECTURA ORANTE
OSEAS 2, 16-25
Pero yo la atraeré y la guiaré al desierto, donde hablaré a su corazón.
Luego le restituiré sus viñas; haré del valle de Acor una puerta de esperanza, y
ella me responderá como en los días de su juventud, como en el día en que
salió de Egipto. Sí, aquel día -dice el Señor- ella me llamará: «Marido mío», y
no me llamará más: «Baal mío».
Yo quitaré de su boca los nombres de los baales, y ella no los volverá a
pronunciar. Aquel día haré en su favor un pacto con las bestias salvajes, con
las aves del cielo y con los reptiles de la tierra; romperé en el país arco, espada
y lanza y haré que duerman tranquilos.
Entonces me casaré contigo para siempre, me casaré contigo en la
justicia y el derecho, en la ternura y el amor; me casaré contigo en la fidelidad,
y tú conocerás al Señor. Aquel día -dice el Señor- yo responderé a los cielos, y
ellos responderán a la tierra; la tierra responderá al trigo, al vino y al aceite, y
ellos responderán a Yezrael. Yo la sembraré para mí en el país, me
compadeceré de «No-compadecida» y diré a «No-mi-pueblo»: « Tú eres mi
pueblo», y él dirá: «Dios mío».
Comentario
Este texto del capítulo 2 del libro de Oseas se remonta al siglo VIII antes
de Cristo. Habla de la relación entre Dios y el pueblo de Israel a partir de la
experiencia que su autor, el profeta Oseas, tuvo en la relación con su mujer
Gomer. Es la dramática historia de un amor no correspondido. Oseas amó
siempre a su esposa a pesar de que ésta le fue infiel una y otra vez. La actitud
del profeta es un símbolo del amor que Dios sigue manteniendo al pueblo de
Israel a pesar de sus continuas infidelidades. Después de una primera parte
(2,1-15) en la que se acusa a la mujer prostituta y se denuncian sus múltiples
pecados, viene esta segunda parte (16-25) en la que el esposo inicia una
segunda "seducción" para restaurar la historia de amor. Esta restauración pasa
por la experiencia del desierto (en la que hay que aprender a vivir sólo de Dios)
y por la superación de toda idolatría.
El texto ilumina también la relación que Dios mantiene con nosotros.
Podemos reconocernos en la figura de la esposa infiel. Como ella, muchas
veces hemos preferido vivir de espaldas al Señor que nos ama. Hemos
sustituido a Dios por ídolos a nuestro alcance. Pero esta historia no está
perdida. El amor de Dios es siempre más fuerte que cualquier ídolo. Sigue
seduciéndonos y, en medio de los ruidos de nuestra vida, nos habla al corazón
y nos abre la puerta de la esperanza.
Preguntas que pueden ayudar a la reflexión
¿Cómo es, Señor, nuestra alianza (por tu parte y por la mía)? ¿Qué significa
serte fiel? ¿Qué me está exigiendo en concreto?
Oración compartida
Canto final:
Muéstranos, Señor, tus caminos, tus caminos, para no hacer nada más que lo
que sea tu voluntad
La Cuaresma es un tiempo propicio para estar atentos a lo que les pasa a los
que peor lo pasan en el mundo y así hacer nuestros los dolores y gozos de la
humanidad.
Ahí, bien metidos en el mundo, nos va a salir Dios al encuentro como el gran
derrochador de la ternura y el gran amigo de la vida.
Reunidos en comunidad tendremos tiempo para escuchar lo que Dios tiene
tantas ganas de decirnos. Estaremos con El.
Discerniremos juntos, a la luz del Espíritu, cómo aprender a vivir con lucidez
evangélica, cómo hacer para que el mundo tenga un rostro más justo, más
comprensivo y solidario.
Mientras trabajamos y nos relacionamos con los demás haremos la
experiencia de Jesús, el amigo entrañable, el siervo que da la vida.
El perdón celebrado nos hará más sensibles a una tarea siempre pendiente:
la de ser artesanos de paz en medio de tanta violencia, la de poner amor donde
no lo hay.
La Cuaresma es una invitación a crecer en nuestra calidad de amor y a
hacer todo lo posible para que los hombres y mujeres vivan mejor y sean más
felices. Porque la gloria de Dios es que todos, hombres y mujeres vivan en
plenitud.
Monición:
Es la Cuaresma, derroche de gracia, oportunidad, camino. Tiempo para
dejarnos hacer, para la conversión, espacio para el silencio, para el amor.
Jesús invita a todos en la Cuaresma a crecer en calidad de amor, en
alegría; a hacer posible entre todos que los más pobres sean más felices.
Porque la gloria de Dios es que todos vivan en plenitud.
Salmo:
Ayuna de juzgar a otros
Descubre a Cristo que vive en ellos
Ayuna de palabras hirientes
Llénate de frases sanadoras
Ayuna de descontento
Llénate de gratitud
Ayuna de enojos
Llénate de paciencia
Ayuna de pesimismo
Llénate de esperanza
Ayuna de preocupaciones
Llénate de confianza en Dios
Ayuna de quejarte
Llénate de aprecio por la maravilla que es la vida
Ayuna de las presiones
Llénate de una oración que no cesa.
Ayuna de amargura
Llénate de perdón
Ayuna de darte importancia a ti mismo
Llénate de compasión por los demás
Ayuna de ansiedad sobre tus cosas
Llénate de fe en Dios
Ayuna de desaliento
Llénate de entusiasmo
Ayuna de mentiras
Llénate de verdades
Ayuna de todo lo que te separe de Jesús
Llénate de todo lo que te acerque a El
Oración del pobre o podemos añadir otras frases
Lectura del Evangelio:
“El que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor” (Mt 20,26))
Cuando iba subiendo Jesús a Jerusalén, tomó aparte a los
Doce, y les dijo por el camino: «Mirad que subimos a Jerusalén, y el
Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y escribas;
le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles, para burlarse
de él, azotarle y crucificarle, y al tercer día resucitará.»
Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con
sus hijos, y se postró como para pedirle algo. Él le dijo: «¿Qué
quieres?» Ella le dice: «Manda que estos dos hijos míos se sienten,
uno a tu derecha y otro a tu izquierda, en tu Reino.» Replicó Jesús:
«No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a
beber?» Le dicen: «Sí, podemos.» Y les dice: «Mi copa, sí la
beberéis; pero sentarse a mi derecha o mi izquierda no es cosa mía
el concederlo, sino que es para quienes está preparado por mi
Padre.»
Al oír esto los otros diez, se indignaron contra los dos
hermanos. Mas Jesús los llamó y dijo: «Sabéis que los jefes de las
naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las
oprimen con su poder. No ha de ser así entre vosotros, sino que el
que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor,
y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo;
de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser
servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos.»
REFLEXIÓN DEL EVANGELIO
Nadie quiere ser tenido en menos, pero Jesús se pone en
medio de la humanidad para servir y dar la vida. Los hijos del
Zebedeo ambicionan los primeros puestos, pero el estilo de la
comunidad de Jesús respira un aire distinto.
Sitúate en tu ambiente como quien sirve. Únete a Jesús en su
camino de entrega y servicio. Hazlo con alegría.
¿Cuándo entenderé tu Evangelio?
Tiempo de reflexión
Padrenuestro. Comunión
Oración final:
Queremos ponernos ante Ti, Jesús, enséñanos a amar. Suple
Tú nuestras deficiencias, ilumina nuestra vida. Danos tu Luz y tu
Verdad para que nos ayuden a superar los obstáculos que ponemos
al amor. Danos la capacidad de esperar, de apoyar, de levantar, de
comprender y de amar a todos los hombres. Sólo así seremos
compañeros de camino y Tú lo recorrerás a nuestro lado. Amén
Monición:
Convertirse es creer... Convertirse es creer en mí, en
ti, en las posibilidades. Dame fe, Señor. Fe en las posibilidades de una
creación, que, aun rota, sigue siendo tu mundo. Fe en que los seres humanos
somos capaces de algo verdaderamente grande, pese a todo lo que hoy nos
vuelve escépticos.
1º Salmo :
Primero Perdónate a tí mismo:
Dios es perdón
y hace fiesta en el cielo
cada vez que un hombre se arrepiente.
Tú puedes perdonar a tu hermano
cada vez que te ha ofendido.
y puedes pedir perdón
cuando has pasado de largo ante tu prójimo.
Pero lo que más te cuesta
y lo que más necesitas
es que te perdones a ti mismo.
Que te aceptes como eres,
que te quieras con tus defectos,
con tus problemas.
Ama tu vida, tu historia, tu pasado
con todo lo que has vivido,
con todo lo que has experimentado,
con tus sentimientos y tus ideas.
El Padre siempre perdona:
El Padre en vela que ama,
perdona y siempre espera
Reflexión
Segundo reflexiona sobre cómo vives...:
A veces no queda más que pedir perdón por tantas tragedias. Incluso
aunque yo no sea causante. Incluso aunque soy contrario a la violencia, a la
guerra, a los abusos, a tantas cosas... sólo me queda pedir perdón. Tal vez
por sentirme parte de una humanidad fragmentada y confusa. Ante la guerra
recién estallada, este miércoles nuestra reflexión quiere ser una oración
sencilla, un grito contenido...
Pedimos perdón a Dios desde una cierta solidaridad con la humanidad,
también en el fracaso. El sueño roto de la paz, la idea equivocada de desarrollo
que hace que siempre haya países pasando hambre, el valor olvidado de la
justicia, todo ello se confunde entre gritos de guerra, intereses económicos,
medios de comunicación oportunistas... Y por eso pedimos perdón
A Pesar de lo frágiles que somos, sin embargo tu fuerza puede
manifestarse en nosotros. Ayúdame a creer en el ser humano, a pesar de
los escenarios de miseria, destrucción, odio, capacidad para seguir
soñando, y creer que el futuro puede ser bueno...
Reza
Tercero: Reza con la Palabra de Dios
Is 58, 9-14
“Si apartas de ti todo yugo, no apuntas con el dedo y no hablas maldad,
repartes al hambriento tu pan, y al alma afligida dejas saciada, resplandecerá
en las tinieblas tu luz, y lo oscuro de ti será como mediodía. Te guiará Yahvé
de continuo, hartará en los sequedales tu alma, dará vigor a tus huesos, y
serás como huerto regado, o como manantial cuyas aguas nunca faltan.
Reedificarán, de ti, tus ruinas antiguas, levantarás los cimientos de pasadas
generaciones, se te llamará Reparador de brechas, y Restaurador de senderos
frecuentados.”
Petición
Cuarto: Pide perdón por...
 Perdón por tantas víctimas inocentes. Por sus muertes anónimas, por sus
llantos ahogados por el ruido. Por su inocencia atravesada.
...Y perdón por mi despreocupación, mis cegueras ante el dolor
ajeno.
 Perdón por el fracaso de la palabra, del diálogo, de la escucha. Por todos
los conflictos que se podrían evitar con la verdad, con palabras claras, con
una actitud honesta.
... Y perdón por mis propios silencios, mis miedos, mis verdades a
medias, mis faltas de valor para hablar, preguntar, pedir, decir.
 Perdón por las bombas inteligentes, y por el talento humano encaminado en
direcciones equivocadas, para crear muerte en vez de vida.
... Y perdón por todas las oportunidades que dejo pasar sin hacer
que, por mi causa, el mundo sea un lugar mejor. Por los talentos
desperdiciados.
 Perdón por la falta de ideas. Por la impotencia para encontrar soluciones.
Por las estructuras tan inmensas que resultan incomprensibles. Por las
barreras infranqueables, las trampas de la economía.
... Y perdón por la cobardía con que a veces me refugio en una
burbuja: "no se puede hacer nada", "no hay solución", "la culpa es de
otros...". "¿De qué sirve manifestarse?"
 Perdón por un mundo en el que la tragedia ha de ser muy grande para
llamar la atención, porque ya nos vamos acostumbrando a todo; y por que
los muertos han de contarse por decenas de miles para impresionar.
... Y por las veces en que cambio de canal, hastiado de tanta
tragedia, buscando un rostro amable, una risa fácil, el olvido cómodo.
 Perdón por demasiados problemas cotidianos que no nos dejan ver lo que
es grande, justo, bueno, válido, creíble, deseable.
... Y por mis luchas pequeñas que se magnifican hasta tapar la
perspectiva de un mundo mucho más solidario y fraterno.
 Por todo esto, Señor, Dios creador
de un mundo que podría ser bueno;
de un ser humano que podría ser hermano;
de un espacio que podría ser común...
perdón...
¿Qué necesitas poner ante el Señor
para que lo transforme?
CELEBRACIÓN DE CUARESMA
1.- AMBIENTACIÓN.
Hace unos años, en la celebración de los primero votos de una claretiana, el sacerdote
comenzaba la homilía con estas palabras:
“Desde que el hombre es hombre siempre ha estado buscando con ansia cómo
y con quién ser feliz. Ha querido saber si hay algo por lo que merezca la pena vivir,
sentir, sufrir y luchar.
Y desde que Dios es Dios siempre ha estado empeñado en acercar todo hacia
sí, en dibujar, casi insinuar, caminos de vuelta a casa.
Y esa es la historia de María de Nazaret y esa es tu historia, y la de nuestra
gente... la de ir descubriendo caminos, veredas, voces profundas... la de dejarse
“elevar” para no vivir a ras de tierra, la de encontrar sentido a cada día, a cada
experiencia.
Y tu ya has elegido sentido para tu historia: un camino fresco, un camino lleno
de respuestas siempre nuevas. Has apostado y vas a hacer voto.
Has apostado por saberte pobre, por no poseer nada que te impida descubrir lo
auténticamente valioso, por sentirte necesitada, por intuir que la felicidad te va a venir
de Otro, de los otros.
Has apostado por saberte casta, limpia de corazón, sin demasiados apegos,
sin demasiadas preferencias, creyendo profundamente en la fecundidad del amor.
(Donde está tu tesoro, allí está tu corazón).
Has apostado por hacer voto de obediencia, buscando la voluntad de Dios,
atenta al clamor de los hermanos, atenta para escuchar el auténtico latido de la Iglesia,
dispuesta a vivir con fuerza renovadora el “aire de familia” de tu congregación.
Y todo esto quieres hacerlo en comunidad; a la sombra de la fraternidad.”
* Y os recuerdo esto no para que así nos sea más fácil reconocer lo que “no hemos hecho” sino
para poder actualizar una vez más, con fuerza, lo que deseamos. Solamente desde una
experiencia personal de cercanía es posible una auténtica “metanoia”.
* Solamente desde la cercanía a Jesús de Nazaret esto es posible... ¿qué necesitas poner
ante el Señor para que lo transforme?
2.- PREGÓN:
Un día Dios puso toda la confianza en el hombre. A Dios le gusta la libertad y
dejó al hombre libre.
El día en que el hombre se sintió libre, miró por todas las rendijas de la tierra a
ver si Dios le estaba espiando... Y el hombre vio que Dios se había ido (al hombre le
cuesta siempre mucho ver a Dios aunque Dios esté presente). Así que cuando se dio
cuenta que Dios se había ido de verdad el hombre se puso a vivir como si Dios no
existiera. Y entonces el hombre se dio cuenta que le gustaban cosas que a Dios no le
gustaban. Se dio cuenta el hombre que no era Dios, pero le entraron ganas de ser
Dios y le declaró la guerra. El hombre se puso de pie y dijo a Dios:
-
¿Qué te has pensado tú? ¡Yo me quiero medir contigo!
Aquel día fue uno de los peores días que pasó Dios desde siempre. No sabía
muy bien qué hacer, si aniquilar al hombre que había creado o no. Se paró a pensar
un poco... y a Dios le entró un cariño enorme por el hombre. No lo borró de la tierra,
no. Le invito a caminar por la tierra y le dio la posibilidad de arrepentirse.
Esta historia del hombre es muy vieja, pero también es muy nueva. Muchos
hombres hacen lo que hizo el primer hombre. Y Dios hace siempre lo que hizo con el
primer hombre: Dios no hace nada más que querer y perdonar y abrir los brazos y
acoger y hacer fiesta cuando alguien, después de ser un desalmado con Él le pide
perdón.
Hoy todos somos invitados a doblar la cabeza y a reconocer que la hemos
levantado demasiado, pronunciando gritos contra Dios.
3.- ESCUCHAMOS la canción “El peregrino” de Cantalapiedra
(Momento de silencio o de petición de perdón... que puede terminar con la lectura del
salmo 50)
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti sólo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio resultarás inocente.
Mira, en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
¡Líbrame de la sangre, oh Dios,
Dios, Salvador mío!,
Y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
(Oración de eco.)
4.- PALABRA DE DIOS.
(Se entrega a cada uno un folio -o todos, según el tiempo de la
celebración- . Cada uno lee el texto bíblico que desee... incluso, si
quieren, pueden expresar por qué ese texto...)
Y ahora -dice el Señor- volved a mí de todo corazón con ayunos, llantos y lamentos;
desgarrad vuestro corazón, no vuestros vestidos; volved al Señor, vuestro Dios,
porque él es clemente y misericordioso, lento a la ira, lleno de lealtad y no le gusta
hacer daño. Joel 2,12-13.
Yo pongo hoy por testigos al cielo y la tierra; pongo delante de ti la vida y la muerte, la
bendición y la maldición. Elige la vida, para que vivas tú y tu descendencia, amando al
Señor, tu Dios, obedeciéndole y estando unido a él. Ahí está tu vida y tu supervivencia
en la tierra que el Señor juró dar a tus padres Abraham, Isaac y Jacob. Dt 30,19-20
Y les decía a todos: «El que quiera venir en pos de mí niéguese a sí mismo, tome su
cruz cada día y sígame. Porque el que quiera salvar su vida la perderá; pero quien
pierda la vida por mí, la salvará. ¿Qué le vale al hombre ganar el mundo entero si se
pierde o se destruye a sí mismo? Lc 9,23-25
¿No sabéis cuál es el ayuno que me agrada? Abrir las prisiones injustas, soltar las
coyundas del yugo, dejar libres a los oprimidos, romper todos los yugos; repartir tu pan
con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, vestir al que veas desnudo y no
eludir al que es tu propia carne. Entonces surgirá tu luz como la aurora y tus heridas
curarán en seguida; tu justicia marchará ante ti y tras de ti la gloria del Señor. Is 58,6-8
El Señor será tu guía siempre, en los desiertos saciará tu hambre, a tus huesos
infundirá vigor, y tú serás como un huerto regado, cual manantial de agua, de caudal
inagotable. Reedificarás las viejas ruinas, construirás sobre cimientos de pasadas
edades; serás llamado tapiador de brechas, restaurador de moradas en ruinas. Is
58,11-12
Alegra el corazón de este siervo tuyo, pues hacia ti, Señor, levanto mi alma. Señor, tú
que eres bueno y que perdonas, lleno de piedad para los que te invocan, escucha mi
plegaria, Señor, atiende a la voz de mi súplica. Sal 86,4-6
Después de esto, salió, vio a un publicano, llamado Leví, sentado en la oficina de los
impuestos, y le dijo: “Sígueme”. Él lo dejó todo, se levantó y lo siguió. Los sanos no
tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos,
sino a los pecadores para que se conviertan” Lc 5,27-28. 31-32
Muéstrame tus caminos, Señor, enséñame tus sendas; guíame en tu verdad,
enséñame; tú eres mi Dios y mi salvador, yo siempre espero en ti. Acuérdate, Señor,
de tu misericordia y tu bondad, que son eternas; olvídate de los pecados de mi
juventud y de mis faltas; acuérdate de mí, Señor, con misericordia y con bondad. Sal
25,4-7
“Se ha cumplido el tiempo y el Reino de Dios está cerca. Convertios y creed en el
evangelio” Mc 1,15
“Sed santos, porque yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo.” “No guardarás odio a tu
hermano, antes bien lo corregirás para no hacerte cómplice de su pecado. No serás
vengativo ni guardarás rencor hacia tus conciudadanos. Amarás a tu prójimo como a ti
mismo” Lev 19,2.17
los preceptos del Señor son justos, reportan alegría al corazón; los mandamientos del
Señor son límpidos, dan luz a los ojos Sal 19,9
Acoge las palabras de mi boca, acepta los deseos de mi corazón, Señor, roca mía,
redentor mío. Sal 19,15
Y el rey les dirá: Os aseguro que cuando lo hicisteis con uno de estos mis hermanos
más pequeños, conmigo lo hicisteis. Mt 25,40
“Como la lluvia y la nieve descienden del cielo y no vuelven allá sin empapar la tierra,
sin fecundarla y hacerla germinar para que dé sementera al sembrador y pan para
comer, así la palabra que sale de mi boca no vuelve a mí sin resultado, sin haber
hecho lo que yo quería y haber llevado a cabo su misión.” Is 55,10-11
Busqué al Señor y él me contestó, y me libró de todos mis temores. Los que miran
hacia él quedan radiantes y su rostro no se sonroja más. Sal 34,5-6
Lo que nace de la carne es carne, y lo que nace del Espíritu es espíritu. Jn 3, 6
“Señor mío, tú eres único. Ayúdame en mi soledad, pues no tengo otro socorro que tú,
Est 14,3
El Señor lo hará todo por mí. Señor, tu amor es eterno, no abandones la obra de tus
manos. Sal 138,7-8
“Por tanto, todo lo que queráis que hagan con vosotros los hombres hacedlo también
vosotros con ellos, porque en eso consiste la ley y los profetas”. Mt 7,12
Yo espero con toda el alma en el Señor, confío en su palabra; estoy pendiente del
Señor más que los centinelas de la aurora. Sal 130,5-6
“Pero yo os digo que el que se irrite con su hermano será llevado a juicio; el que
insulte a su hermano será llevado ante el tribunal supremo, y el que lo injurie
gravemente será llevado al fuego.” Mt 5,22
“Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para
que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir el sol sobre buenos y malos y
hace llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito
tendréis?¿No hacen eso mismo los publicanos?” Mt 5,44-46
El ángel del Señor llamó por segunda vez a Abrahán, y le dijo: “Juro por mí mismo,
palabra del Señor, que, por haber hecho esto y no haberme negado tu hijo único, te
colmaré de bendiciones y multiplicaré tanto tu descendencia, que será como las
estrellas del cielo y como la arena que hay a la otra orilla del mar, y tu descendencia
ocupará la puerta de sus enemigos.” Gén 22,15-17
¿Qué más podremos decir? Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?
El que no perdonó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo
no nos dará gratuitamente con él todas las cosas? ¿Quién podrá acusar a los hijos de
Dios? Dios es el que absuelve. ¿Quién será el que condene? ¿Cristo Jesús, el que
murió, mejor dicho, el que resucitó, el que está a la diestra de Dios y el que intercede
por nosotros? Rom 8,31-34
“Venid, pues, y discutamos -dice el Señor-. Aunque vuestros pecados sean como la
grana, blanquearán como la nieve; si fueren rojos cual la púrpura, se volverán como la
lana.” Is 1,18
“El más grande de vosotros que sea vuestro servidor. Pues el que se ensalza será
humillado y el que se humilla será ensalzado”. Mt 23,11-12
Pero yo confío en ti, Señor; lo confirmo: “Tú eres mi Dios”; mi vida está en tus manos,
líbrame de mis enemigos, de mis perseguidores; Sal 31,15-16
Jesús los llamó y les dijo: “Sabéis que los jefes de las naciones las tiranizan y que los
grandes las oprimen con su poderío. Entre vosotros no debe ser así, sino que si
alguno de vosotros quiere ser grande, que sea vuestro servidor; y el que de vosotros
quiera ser el primero, que sea el servidor de todos; de la misma manera que el hijo del
hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida por la liberación de
todos” Mt 20,25 -28
Bendito el hombre que confía en el Señor, y en el Señor pone su esperanza. Es como
un árbol plantado junto al agua, que alarga hacia la corriente sus raíces; nada teme
cuando llega el calor; su follaje se mantiene verde; en año de sequía no se preocupa,
ni deja de producir sus frutos. Jer 17,7-8
“Alégrate, llena de gracia; el Señor está contigo” “No tengas miedo, María, porque has
encontrado gracia ante Dios” “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del altísimo
te cubrirá con su sombra; por eso el niño que nazca será santo y se le llamará Hijo de
Dios” “Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”. Lc
1,28.30.35.38
Porque los judíos piden milagros, y los griegos buscan la sabiduría; pero nosotros
anunciamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los paganos,
pero poder y sabiduría de Dios para los llamados, judíos o griegos. Pues la locura de
Dios es más sabia que los hombres; y la debilidad de Dios, más fuerte que los
hombres. 1Cor 1,22-25
Como la cierva busca corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío; mi alma
tiene sed de Dios, del Dios viviente: ¿cuándo podré ir a ver el rostro del Señor? Sal
42,2-3
“Os aseguro que ningún profeta es bien recibido en su tierra” Lc 4,24
Pedro se acercó y le dijo: “Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano
las ofensas que me haga? ¿Hasta siete veces?” Jesús le dijo: “No te digo hasta siete
veces, sino hasta setenta veces siete”. Mt 18,21-22
Yo veía en medio de la tierra un árbol de impresionante altura. El árbol creció, se hizo
robusto;
su copa tocaba el cielo; se le veía desde todos los confines de la tierra. Su ramaje era
hermoso, abundante su fruto, había en él comida para todos; a su sombra se
cobijaban las bestias de los campos, en sus ramas hacían nidos los pájaros del cielo y
de él se alimentaba todo ser viviente. Dan 4,7-9
“No penséis que he venido a derogar la ley y los profetas; no he venido a derogarla,
sino a perfeccionarla.” Mt 5,17
El que no está conmigo está contra mí, y el que no recoge conmigo desparrama. Lc
11,23
El escriba le dijo: “Muy bien, maestro; con razón has dicho que él es uno solo y que no
hay otro fuera de él, y amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas
las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo vale mucho más que todos los
holocaustos y sacrificios”. Jesús, al ver que había respondido tan sabiamente, le dijo:
“No estás lejos del reino de Dios”. Mc 12,32-34
Venid, volvamos al Señor: él ha desgarrado, él nos curará; él ha herido, él nos
vendará. En dos días nos dará la vida, al tercero nos levantará y en su presencia
viviremos. Esforcémonos en conocer al Señor. Es cierta como la aurora su venida:
vendrá a nosotros como viene la lluvia, como la lluvia de primavera que fecunda la
tierra. Os 6,1-3
El publicano, por el contrario, se quedó a distancia y no se atrevía ni a levantar sus
ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: Dios mío, ten compasión de mí,
que soy un pecador. Os digo que éste volvió a su casa justificado, y el otro no. Lc
18,13-14
Junto a los ríos de Babilonia nos sentábamos y llorábamos al acordarnos de Sión. En
los sauces de al lado teníamos colgadas nuestras cítaras. Allí nuestros carceleros nos
pedían cánticos y nuestros verdugos alegría: “Cantadnos algún cántico de Sión”
¿Cómo íbamos a cantar un cántico del Señor en país extranjero? Sal 137,1-4
Porque yo voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva, y no se volverá a recordar el
pasado, ni vendrá siquiera a las mentes. Y habrá alegría y algazara eterna por lo que
yo voy a crear. Is 65,17-18
Pero Dios, rico en misericordia, por el inmenso amor con que nos amó, nos dio vida
juntamente con Cristo (pues habéis sido salvados por pura gracia) cuando estábamos
muertos por el pecado, nos resucitó y nos hizo sentar con él en los cielos con Cristo
Jesús. Habéis sido salvados gratuitamente por la fe; y esto no es cosa vuestra, es un
don de Dios; no se debe a las obras, para que nadie se llene de vanidad. Ef 2,4-6.8-9
“Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su hijo único, para que quien crea en él
no perezca, sino que tenga vida eterna. Pues Dios no envió a su hijo al mundo para
condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. Jn 3,16-17
“¿Quieres curarte?”. El enfermo le respondió: “Señor, no tengo a nadie que, al agitarse
el agua, me meta en la piscina; y, en lo que yo voy, otro baja antes que yo”. Jesús le
dijo: “Levántate, toma tu camilla y anda”. En aquel mismo instante el hombre quedó
curado, tomó la camilla y comenzó a andar. Jn 5,6-8
Esto dice el Señor: En el tiempo de la gracia te he atendido, el día de la salvación te
he ayudado, te he formado y te he puesto como alianza del pueblo para reconstruir el
país, para repartir heredades devastadas y decir a los prisioneros: ¡salid!, a los que
están en las tinieblas: ¡mostraos! A lo largo de todos los caminos se apacentarán; en
todas las alturas peladas tendrán pastos. No padecerán hambre ni sed, no les
alcanzará ni el viento árido ni el sol, porque el que se apiada de ellos los guiará y los
conducirá a manantiales de agua. (...) ¿Puede acaso una mujer olvidarse del niño que
cría, no tener compasión del hijo de sus entrañas? Pues aunque ella lo olvidara, yo no
me olvidaría de ti. Is 49,8-10.15
“Mi padre no deja de trabajar, y yo también trabajo” “Os aseguro que el hijo no puede
hacer nada de por sí que no vea hacerlo al Padre, y lo que éste hace lo hace
igualmente el hijo.” Jn 5,17.19-20
Veamos la verdad de sus palabras y probemos cuál será su fin. Porque si el justo
realmente es hijo de Dios, él lo protegerá y lo librará de las manos de sus adversarios.
Sap 2,17-18
Así pues, acerca de él había entre la gente división de opiniones. (...) “Nadie habló
jamás como habla este hombre” Jn 7,43.46
Ésta es la alianza que haré con la casa de Israel después de aquellos días -dice el
Señor-: pondré mi ley en su interior, la escribiré en su corazón, y seré su Dios y ellos
serán mi pueblo. Jer 31,33
Él, en los días de su vida mortal, presentó con gran clamor y lágrimas oraciones y
súplicas al que podía salvarle de la muerte, y fue escuchado en atención a su
obediencia; aunque era hijo, en el sufrimiento aprendió a obedecer; así alcanzó la
perfección y se convirtió para todos aquellos que le obedecen en principio de salvación
eterna. Heb 5,7-9
“El que de vosotros no tenga pecado que tire la primera piedra” (...) “Tampoco yo te
condeno. Vete, y no peques más” Jn 8,7.11
Jesús les dijo: “Cuando hayáis levantado al hijo del hombre, conoceréis que yo soy el
que soy y que nada hago por mi cuenta, sino que digo lo que me enseñó el Padre. El
que me ha enviado está conmigo y no me deja solo, porque yo hago siempre lo que le
agrada a él” Jn 8,28-29
Jesús dijo a los judíos que habían creído en él: “Si os mantenéis firmes en mi doctrina,
sois de veras discípulos míos, conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” Jn 8,3132
Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis; pero si las hago, aunque no me creáis
a mí, creed en las obras, para que sepáis y reconozcáis que el Padre está en mí y yo
en el Padre” Jn 10,36-37
“Vosotros no sabéis nada; no os dais cuenta de que nos conviene que muera un solo
hombre por el pueblo antes que perezca la nación entera” Jn 11,50
5.- CANCIÓN: “Caminad mientras tenéis luz”.
6.- REFLEXIÓN:
PUESTA EN COMÚN.
7.- ORACIÓN.
Señor, Jesús,
haznos entrar dentro de nosotros mismos.
Nosotros estamos tentados,
solicitados por el exterior.
Todo nos llama,
nos invita a salir de casa
y a vivir a la intemperie
donde no hay calor de hogar
ni palabras de profundidad.
Ven, Tú, Señor
a habitar en nuestra casa
y ayudarnos a vivir reconciliados
en paz
y en cercanía con nosotros y contigo.
Ven, Tú, Señor
y pronuncia palabras de perdón
para que las transmitamos a los demás
y el mundo viva la reconciliación
que nace del amor
que Tú nos tienes.
Ven, Tú, Señor,
y juntos comeremos el pan
que da fuerzas para caminar
hacia el país de la Promesa
donde Tú nos has convocado
y donde el Padre, desde siempre,
ha preparado para nosotros una mesa caliente
y un vino amigo
y unos hermanos de corazón nuevo.
8.- PADRE NUESTRO / AVE MARÍA.
9.- CANCIÓN: “Confío en ti”.
Monición:
¿Qué necesitas poner ante el Señor
para que lo transforme?
Este tiempo de cuaresma, es tiempo de misericordia. El mismo Jesús lo
expresó en su vida. Él decía que al Padre no le agradaban los sacrificios. Que
prefería la misericordia al sacrificio, una reconciliación a una indiferencia. Dios
no condenaba porque amaba entrañablemente a sus hijos, y los perdonaba. A
veces, esperaba y no se cansaba de esperar.
Y Jesús actuaba movido por el Espíritu del Padre. “Yo no he venido a
condenar, sino a salvar”. Por eso se acercaba al que estaba necesitado, al que
se sentía necesitado de salvación.
Dejémonos invadir por su misericordia y por la salvación que nos ofrece
Dios por medio de Jesús.
Canto de entrada:
Cristo nos da la libertad, Cristo nos da la salvación, Cristo nos da la
libertad. Cristo nos da el amor.
Cuando sepa perdonar de corazón, tendré perdón. Cuando siga los
caminos del amor, veré al Señor. Dame Señor tu Palabra. Oye Señor mi
oración.
Lectura del salmo
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti sólo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio resultarás inocente.
Mira, en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
¡Líbrame de la sangre, oh Dios,
Dios, Salvador mío!,
Y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
(Oración del pobre.)
Preces de perdón: se leen de forma espontánea
Perdón, Señor, por mis egoísmos, por mi insolidaridad, por la dureza de
mi corazón.
Perdón, Señor, por mi ceguera, por mis prejuicios, por mis intolerancias.
Perdón, Señor, por mi comodidad, por mis apegos, por mis riquezas.
Perdón, Señor, por mis miedos, por mis refugios.
Perdón, Señor, por mis orgullos, por menospreciar a los demás.
Perdón, Señor, por no descubrir a Cristo en el pobre, a Dios en el
hermano.
Hazme, Señor, pobre y humilde, servicial y solidario, generosos y
compasivo, como Jesús.
Continuamos con peticiones de perdón
Lectura de la Palabra de Dios:
¿Qué más podremos decir? Si Dios está con nosotros, ¿quién estará
contra nosotros? El que no perdonó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por
todos nosotros, ¿cómo no nos dará gratuitamente con él todas las cosas?
¿Quién podrá acusar a los hijos de Dios? Dios es el que absuelve. ¿Quién será
el que condene? ¿Cristo Jesús, el que murió, mejor dicho, el que resucitó, el
que está a la diestra de Dios y el que intercede por nosotros? Rom 8,31-34
Silencio Oracional
Padrenuestro
Comunión
Canto Final:
PROTÉGEME DIOS MIO, ME REFUGIO EN TI (BIS)
El Señor es mi heredad, me refugio en Ti Conmigo va el Señor, me refugio en
Ti.
Mi suerte está en su mano, me refugio en Ti Siempre tengo al Señor, me
refugio en Ti
Con El caminaré, me refugio en Ti. Con El no moriré, me refugio en Ti.
¿Qué necesitas poner ante el Señor
para que lo transforme?
Canto de entrada:
Gracias quiero darte por amarme, gracias quiero darte yo a Ti, Señor.
Hoy soy feliz porque te conocí. Gracias por amarme a mi también.
Yo quiero ser, Señor amado, como el barro en manos del alfarero. Toma
mi vida, hazla de nuevo. Yo quiero ser un vaso nuevo (bis)
Te conocí y te amé Te pedí perdón y me escuchaste. Si te ofendí.
Perdóname, Señor. Pues te amo y nunca te olvidaré.
Salmo:
Yo canto tu amor por siempre, Señor del
hombre. Proclamo tu lealtad y fidelidad con el corazón
gozoso. Eres Dios, eres Amor: feliz el corazón que en Ti
cree; Eres Padre, eres Ternura: feliz el que te ama.
Tú has hecho alianza con el hombre, con
nosotros; Tú cumples tu Palabra y realizas tu Promesa; Es
un gozo el saber que nunca fallas en tus proyectos y que
en Ti está la seguridad del hombre frágil.
Todo es tuyo, Señor; la tierra salió de tus
manos. Todo es tuyo; Señor, y conservas la vida de
cuanto existe. Justicia y Derecho, Amor y Verdad son tus
obras; Dichoso el pueblo, Señor, que camina a la luz de tu
rostro.
Tú llenas el corazón del hombre de paz y bien; Te conviertes para
el débil en escudo que protege. Me has ungido con el óleo de tu Espíritu, y tu
mano poderosa está siempre a mi lado.
Gracias, Señor, por tu amor y lealtad; gracias porque tu vida se
manifiesta en mí; gracias porque Tú eres mi Padre, mi Salvación, gracias
porque en Jesús me amas como a un hijo.
Yo quiero, Señor, vivir en tu estilo de vida; quiero Señor, acoger tu
Palabra y hacerla realidad; quiero ser fiel a tus mandamientos, a tu voluntad,
quiero, Señor, ser feliz andando por tus caminos.
Gracias, Señor, porque nunca olvidas la obra de tus manos;
Gracias, Señor, porque somos pertenencia tuya; Gracias, Señor, porque en
Jesús te manifiestas fiel y leal; Gracias, Señor, porque en Jesús te
manifestaste salvación del hombre.
Cuando falle en mi camino, cuando sea débil al dar mis pasos, ten
piedad conmigo, Señor, y fortaléceme con tu Espíritu de Amor. Cuando quiera
romper tu alianza, ilumina mi ceguera y fortalece mi corazón.
Que tu amor sea aliento y estímulo de mi vida; que tu amor sea
quien despierte en mi corazón, amor sincero; aunque flaquee en el amor que te
tengo, sígueme amando, Señor y devuélveme el calor de tu ternura.
Confirma, Señor, con tu Espíritu nuestras vidas. Marca, Señor,
con tu amor nuestro pobre barro. Sé alfarero del hombre, sé forjador del que
busca y deja tus huellas profundas en nuestro corazón humano.
Oración de pobre
Lectura del Evangelio de San Juan:
Decía, pues, Jesús a los judíos que habían creído en él: «Si os
mantenéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis
la verdad y la verdad os hará libres.»
Ellos le respondieron: «Nosotros somos descendencia de Abrahán y
nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Os haréis libres?»
Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os
digo: todo el que comete pecado es un esclavo. Y el
esclavo no se queda en casa para siempre; mientras
el hijo se queda para siempre. Si, pues, el Hijo os da
la libertad, seréis realmente libres. Ya sé que sois
descendencia de Abrahán; pero tratáis de matarme,
porque mi palabra no prende en vosotros. Yo hablo lo
que he visto junto a mi Padre; y vosotros hacéis lo
que habéis oído a vuestro padre.»
Ellos le respondieron: «Nuestro padre es
Abrahán.»
Jesús les dice: «Si sois hijos de Abrahán,
haced las obras de Abrahán. Pero tratáis de matarme,
a mí que os he dicho la verdad que oí de Dios. Eso no
lo hizo Abrahán. Vosotros hacéis las obras de vuestro
padre.»
Ellos le dijeron: «Nosotros no hemos nacido de
la prostitución; no tenemos más padre que a Dios.»
Jesús les respondió: «Si Dios fuera vuestro
Padre, me amaríais a mí, porque yo he salido y vengo
de Dios; no he venido por mi cuenta sino que él me ha enviado.
Padre nuestro
Comunión
Canto final:
Tú eres el Dios que nos salva, la luz que nos ilumina, la mano que nos
sostiene y el techo que nos cobija.(bis)
Te damos gracias, Señor. (bis)