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Criterios para el monitoreo y control de plagas en
cultivo de Soja
Las plagas tardías son uno de los principales factores reductores del rinde en el cultivo de Soja. El monitoreo y
la decisión de control son clave para un manejo eficiente.
El cultivo de soja puede ser afectado por distintos grupos de plagas. Los de mayor frecuencia de aparición son:
 Orugas defoliadoras y desgranadoras
 Chinches
 Arañuelas
 Trips
Estas plagas pueden disminuir el rinde:
Indirectamente: a través de la reducción del área foliar (ej. ataques de defoliadoras, trips y arañuelas) que puede
llevar a caídas de la tasa crecimiento en el período crítico y/o de la disponibilidad de asimilados en el llenado.
Directamente: en estados fenológicos más avanzados, afectando el número y/o peso de los granos (ej. Ataques
de chinches u orugas desgranadoras).
¿Cuánto pueden afectar el rinde las plagas?
La respuesta depende de aspectos relacionados a la plaga (ej. nivel poblacional), el cultivo (ej. condición de
crecimiento) y el ambiente. El manejo de plagas apunta a mantener las mismas en un nivel que no afecte el
rinde dada la condición del cultivo y el ambiente. De esta manera, el manejo de plagas debe basarse en la
evaluación de aspectos relacionados a la plaga, el cultivo y el ambiente.
La decisión de controlar la plaga se disparará cuando la combinación de estos elementos permita anticipar que
el daño potencial es mayor al costo de control.
El primer aspecto crítico para un manejo eficiente y efectivo de plagas es la correcta cuantificación del tipo,
nivel y distribución de plagas presentes. Para ello es necesario realizar un muestreo representativo del lote o
unidad de manejo. Ese muestreo, junto a información sobre el manejo del lote, es clave también para determinar
la condición del cultivo. Estos elementos, más la información que se pudiera disponer sobre el ambiente (ej.
condiciones meteorológicas esperadas) serán la base para una decisión de control.
Metodología para el monitoreo de plagas y conceptos generales para su control
Pautas para un muestreo representativo:
El monitoreo de las plagas más frecuentes debe comenzar una vez que el cultivo está implantado (V2 o V3) y
debe continuar hasta la madurez de cosecha. Para un correcto monitoreo, es clave la frecuencia y distribución
espacial del muestro:
¿Cada cuánto monitorear?
El monitoreo debe realizarse con una frecuncia de, al menos, 7 días (es decir, ir al lote 1 vez cada 7 días). Esta
frecuencia, bajo condiciones normales de la región Pampeana, permite controlar adecuadamente la evolución
poblacional de la plaga. En casos de niveles próximos al umbral, o previsiones de que la condición ambiental
pueda favorecer un alto crecimiento poblacional, se sugiere una mayor frecuencia (ej. volver al lote cada 3-4
días). Cuando se decidiera un control químico, se sugiere volver al lote 2-3 días después para verificar la
efectividad de la aplicación.
¿Cuántas muestras realizar y en dónde?
Para asegurar un muestro representativo, se propone establecer estaciones de muestreo fijas (en lo posible,
georeferenciadas), a las que se volverá cada semana. De manera orientativa, puede sugerirse realizar una
estación de muestreo cada 10-15 has de dentro de la unidad de manejo (con un mínimo de 4-5 para lotes
menores a 40-50 hectáreas). Las estaciones deben estar uniformemente distribuidas en el espacio. Si se
distinguen ambientes dentro del lote, el muestreo, registro y decisión podría estar orientado a los mismos (ej. 23 muestras en un ambiente y 2-3 en otro). En casos de plagas como trips y arañuelas, el muestreo puede estar
orientado a zonas predisponentes para estas plagas de manera de detectar tempranamente su presencia.
Detalles sobre el monitoreo y control de las principales plagas de soja.
Orugas defoliadoras: Se recomienda monitorear con paño vertical tomando 4 muestras de 1 metro lineal 1
alrededor del centro de cada estación fija.
En cada estación registrar:
 El número de orugas de cada especie de más de 1.5 cm de longitud (que no estén parasitadas).
 El número de orugas de menos de 1.5 cm de longitud, si es posible, identificando la especie. Contar con
este dato es de utilidad para la elección del insecticida a utilizar, o bien para preveer crecimientos de la
población.
 En forma subjetiva (Despreciable, Baja, Media y Alta) se anota en observaciones:
o La abundancia de orugas parasitadas.
o La abundancia de enemigos naturales, si son visibles a simple vista (arañas, avispas, etc).
Equivalente medidora (EM)
Es importante reconocer las especies y contar el número de individuos de cada una ya que hay marcadas
diferencias en su voracidad. Sin embargo, luego se sugiere unificar el nivel poblacional utilizando el
equivalente medidora (EM). El EM indica la cantidad de orugas medidoras que provocarían el mismo daño que
una oruga de otra especia. El uso del EM permite utilizar un umbral de acción único (definido en EM): se
identifican especies presentes en el muestreo y cantidad de cada una, se calcula el EM total (sumatoria del nro.
de orugas de cada especie por su correspondiente EM) y se compara con el umbral definido en EM.
Los EM para diferentes especies
Cada oruga > 1.5 cm no parasitada:
 Rachiplusia nu (medidora): 1.0 EM
 Colias lesbia (de la alfalfa) 1.0 EM
 Loxostege bifidalis (Oruguita de la verdolaga) 1.0 EM
 Spodoptera frugiperda (Militar tardía) 1.5 EM
 Anticarsia gemmatalis (O. de las leguminosas) 1.7 EM
 Spilosoma. virginica (Gata Peluda N.A.) 3.0 EM
Umbral
El nivel de plaga que un cultivo puede “tolerar” sin que se produzcan pérdidas significativas de rinde está
determinado en una primera etapa (de V7 a R4) por la capacidad del cultivo de generar área foliar nueva. Esto
dependerá de la estrucutura del cultivo (fecha de siembra y genotipo) y de las condiciones ambientales. En
etapas posteriores (R4 a R6 inclusive), con el área foliar ya definida, los factores que regulan el nivel de plaga
tolerable son la cobertura lograda y la expectativa de rinde. Incluir aspectos relacionados al estado del cultivo
permite adecuar un umbral específico a cada lote en cuestión.
Por ejemplo, un cultivo en R4 que haya generado un nivel de área foliar medio (ej. un grupo intermedio en
fecha temprana con condiciones hidricas normales en el ciclo) y tenga alta expectativa de rinde (ej. 3800 kg/ha),
tolerará menos defoliación que un cultivo con cobertura alta y expectativa de rinde media o baja (ej. 2700
kg/ha). En el primer caso un recuento de 10 EM/m2 podría requerir el control de la plaga, mientras que en el
segundo podría controlarse cuando se alcance 20 EM/m2 .
Chinches: El monitoreo se recomienda realizar en el mismo momento (misma “tirada” de paño) que las orugas
defoliadoras. Si bien es importante detectar su presencia en todo el ciclo, se sugiere comenzar a prestar especial
atención a partir de R+3. Se consideran los adultos y las ninfas de 4to y 5to estadío.
Equivalente Chinch Verde (ECV)
Es importante reconocer las especies y contar el número de individuos de cada una ya que hay marcadas
diferencias en el daño que pueden provocar. Al igual que para orugas defoliadoras, se recomienda el uso de una
unidad que representa el potencial daño de cada especie en relación a la chinche verde (Nezara viridula): el
Equivalente Chinche Verde (ECV).
Los ECV para diferentes especies:
Cada Adulto o Ninfa de 4to y 5to estadio de:
 Nezara viridula (Chinche verde) 1.0 ECV
 Piezodorus guildinii (Chinche de la alfalfa) 2.0 ECV
 Eddesa meditabunda (Alquiche chico) 1.0 ECV
 Dichelops furcatus (Chinche de los cuernos) 0.33 ECV
Umbral
La chinche tiene un impacto directo en el rinde. Dependiendo del momento en que “pique” el grano, el mismo
puede perderse o bien terminar teniendo un menor peso. Los umbrales consideran este efecto directo y varían
con la fenología del cultivo.
De manera muy orientativa, se sugiere prepararse para el control cuando los niveles de chinche alcancen estos
valores:
 1 ECV/m2 desde R+3 a R6
 3 ECV/m2 desde R7
 Con valores próximos al umbral, la decisión de control depende de:
 la presencia de ninfas o colonias (puede acelerar la decisión)
 a partir de R7, el estado de avance (maduración) del cultivo (puede demorar o desistir el control)
Arañuelas y Trips: Estas plagas han aumentado su presencia durante las últimas campañas. A diferencia de
orugas y chinches, para estas plagas se sugiere realizar muestreos dirigidos a áreas con predisposición a
infectarse (rodeos bajos, áreas cercanas a montes, etc).
Una posible escala para determinar el nivel de infección es la siguiente:
 Nivel 0 – Nulo: No se detecta la plaga en las áreas predisponentes
 Nivel 1 – Incipiente: En las áreas predisponentes se encuentran las plagas en plantas aisladas. Las
plantas atacadas presentan pocos individuos por hoja (ej. menos de 4-5).
Arañuelas: sólo el 1er o 2do nudo con hojas afectadas y sin formación de tela.
Trips: sólo algunos en brotes. Sin daño considerable (hojas bien verdes, sin raído).

Nivel 2 – Avanzado: Es común observar manchones con síntomas y presencia de las plagas (incluso
fuera de áreas predisponentes).
Arañuela: Colonias en varias estaciones de muestreo, ubicadas en el tercio medio, con algo de tela en el
tercio inferior (pero no el medio). Se comienzan a ver hojas amarillentas.
Trips: muchos individuos por hoja, principalmente en la parte inferior del canopeo. Hojas inferiores
plateadas pero la superior solo daños leves.
Umbral
Se sugiere controlar cuando el nivel de infección sea Incipiente (Nivel 1). Sólo se demorará la aplicación de un
lote en Nivel 1 cuando sea inminente la ocurrencia de lluvias abundantes.
Este texto sólo abordo algunas de las plagas que generan problemas en soja. Existen otras plagas que pueden
causar daños considerables (ej. oruga bolillera) que no fueron descriptas aquí pero que se recomienda
monitorear con cuidado dado que puede afectar hojas, brotes (revisar brotes con detalle) y granos. Las plagas
son uno de los factores reductores de rinde más importante. El correcto manejo de las mismas permitirá reducir
la brecha entre el rinde alcanzable y el logrado. Este artículo proporcionó algunos criterios para realizar un
manejo correcto de plagas. La clave del mismo comienza con un cuidadoso monitoreo, que permita determinar
con precisión y representatividad el nivel de plagas y el estado del cultivo. Las decisiones de control deben
basarse en la información proveniente de ese monitoreo, integrando y relacionando aspectos de la plaga, el
cultivo y el ambiente.
Fuente: Ing. Agr. Gabriel Guarino y Dr. Ing. Agr. Federico Bert
Cultivar conocimiento agripecuario – Decisiones.
Plagas en las primeras etapas del desarrollo del cultivo
Siete de oro (Astilus atromaculatum Blanch): Es un cascarudo de 1 cm de longitud, amarillo, con manchas
negras. También está presente en las panojas de sorgo y maíz. En estado de larva es de color castaño, marrón
rojizo, y muy pilosa, con dos pequeñas proyecciones o “espinas” en su extremo. En este estado se alimenta de
semillas de soja o girasol, es considerado como una plaga y ocasiona importantes daños, actuando incluso
como cortador en las etapas tempranas del cultivo. No hay umbrales.
Chinche diminuta (Nysius sp.): Esta chinche es de coloración oscura, de 5 mm, con ojos prominen-es. Suele
estar sobre el rastrojo semejando “nubes de bichitos”. Está presente desde la emergencia del cultivo, y con
mayor incidencia en primaveras secas. El daño lo hacen al “picar” los cotiledones causando su deterioro o
deformación. No hay umbrales, se controla al evidenciar daño.
Orugas cortadoras: Son varias las especies que actúan como cortadoras. Agrotis malefida (Guenée),
Porosagrotis gypaetina (Guenée), Agrotis ipsilon (Hufnagel), Peridroma saucia (Hübner). Miden entre 4 y 6 cm.
Son de color gris, marrón o pardo, sin pelos. Se alimentan de noche, durante el día permanecen enterradas y
enroscadas. Dañan raíces, partes subterráneas del tallo y plántulas. Son muy voraces, provocan el corte y caída.
En ataques intensos se observan manchones con plantas marchitas o cortadas. Umbrales: 10 % plantas cortadas
o 2 orugas grandes /100 pl.
Trips (Caliothrips phaseoli Hood): Los adultos de esta especie, son pequeños insectos de coloración oscura, con
dos bandas blancas, muy saltarines y con gran movilidad. En sus estados juveniles son más pequeños amarillos
y poco móviles. Están en el cultivo desde su emergencia hasta cosecha. Incrementan sus poblaciones en sequías
y altas temperaturas. Succionan la savia que salen de los tejidos que han raspado y succionado con su “pico”,
confiriéndole a las hojas dañadas manchas amarillentas o aspecto plateado, blanquecino, y en ataques severos
provocan la defoliación de la planta. Umbrales: 8 a 10 trips por folíolo.
Arañuela roja (Tetranychus sp.): Esta especie de ácaro posee 4 pares de patas y su coloración varía desde
amarillo, verde a rojo. Es considerada plaga secundaria de la soja (junto a los trips y mosca blanca) pero
constituyen un complejo de especies diminutas que alteran el estado sanitario del cultivo en sus etapas
tempranas afectando su posterior desarrollo. Las condiciones de sequías y altas temperaturas favorecen su
presencia.
Plagas en las etapas intermedias y finales del desarrollo del cultivo
Oruga de las leguminosas (Anticarsia gemmatalis Hübner): Es la plaga principal del cultivo, es de color verde
claro intenso a tonalidades oscuras, alcanza un tamaño de 5 cm. Al ser tocadas o molestadas, saltan
enérgicamente o brincan, con gran energía y rapidez. Producen daño al consumir hojas, perforar chauchas o
vainas en lugares donde se encuentran las semillas, y también pueden cortar pedazos de vainas antes que estas
comiencen a endurecerse. Umbrales: ver cuadro.
Orugas medidoras (Rachiplusia nu Guenée y Pseudoplusia includens Walker): Ambas especies en estado de
larva son muy similares, son orugas de color verde claro o amarillento verdoso, pudiendo ser oscuras en estados
mas juveniles, con líneas más claras en sus costados, reconocidas fácilmente por su modo de desplazarse, que
parece “medir su camino”. Realizan daño únicamente en las hojas, respetando las nervaduras. Umbrales: ver
cuadro.
Oruga militar tardía (Spodoptera frugiperda Smith): Presenta coloración variable, verde grisáceo, castaño claro
con líneas longitudinales en su parte superior. Se alimenta de hojas, brotes tiernos, y partes del tallo. Prefiere
gramíneas (maíz, sorgo, moha), pero también es frecuente en el cultivo de soja. Umbrales: Ver cuadro.
Oruga del yuyo colorado (Spodoptera latifascia Walker): Las larvas presentan una coloración gris oscuro a
negro aterciopelado con manchitas de colores muy marcadas en el dorso, y una delgada línea anaranjada que la
recorre longitudinalmente. Si bien se la conoce como la oruga del yuyo colorado, es frecuente encontrarla en
hortícolas, ornamentales, industriales y en la soja. Lo que consume durante su estado larval es mucho mayor
(tres veces) que lo ingerido por la oruga medidora y oruga de las leguminosas. Umbrales: ver cuadro.
Oruga o isoca bolillera (Heliothis sp.): Es de coloración muy variable: gris clara, verde, rosa, parda hasta
oscura, con una línea blanca en sus laterales y con puntos negros de los que sale un pelo. Realiza daño en hojas,
flores y tallos. Cuando es pequeña teje un capullo, cierra el foliolo y se alimenta de él. En las vainas tiernas hace
perforaciones donde están las semillas, también dañan granos de maíz, pimpollos y cápsulas de algodón.
Umbrales: 20% plantas con brotes cortados en vegetativo y 3 larvas / m en estado reproductivo.
Oruguita de la verdolaga (Loxostege bifidalis F.): Es de color verde claro a verde amarillento (2 cm). Se
alimenta de hojas, de malezas hospedantes (verdolaga y yuyo colorado) y luego se dirige al cultivo. Teje una
tela de seda que envuelve las hojas y se alimenta. Umbrales: ver cuadro.
Chinche de la alfalfa (Piezodorus guildinii Westwood): Predomina en el cultivo de soja por sobre las demás
especies de chinches. La chinche adulta (1cm) es de color verde claro con una línea rojiza donde se insertan las
alas. Se alimentan de vainas provocando su caída o dañando la semilla. Si no consigue vainas puede provocar
daños en brotes y ramitas jóvenes. Depositan sus huevos en hileras, sobre las hojas y vainas también. Umbrales:
ver cuadro.
Chinche verde (Nezara viridula L.): El adulto mide unos 15 mm de longitud, presenta coloración verde o verde
con manchas castañas en la cabeza y en la parte anterior del protorax. La hembra coloca huevos ordenados en
forma de panal, en grupos de 60-80 en el envés de las hojas, éstos son de color cremoso, evolucionando a
rojizos cuando están próximos a eclosionar. Las ninfas recién nacidas tienen hábitos gregarios. Umbrales: ver
cuadro.
Chinche de los cuernitos o chinche marrón (Dichelops furcatus F.): El adulto mide aproximadamente unos 10
mm, de color marrón en el dorso y verde ventralmente. Se caracteriza por tener en la región anterior de su
cabeza dos proyecciones dirigidas hacia delante, y al costado de su cuerpo desde la región cercana a la cabeza
salen dos proyecciones laterales a modo de espinas. Es la menos perjudicial de este complejo. Depositan huevos
de color blanco o amarillento, en grupos más o menos circulares ordenados en las hojas. Umbrales: ver cuadro.
Picudo de la soja (Sternechus pinguis Fabricius): Es un cascarudo negro brillante con líneas amarillas, de 8 mm
de largo con aspecto globoso. Presenta un “pico” notorio con el cual raspa los tallos, produciendo un
deshilachado. Insertan sus huevos en el interior del tallo y desarrolla una agalla en cuyo interior se desarrolla la
larva. También afectan los brotes, quiebran plantas y provocan marchitez. Ata- can las leguminosas y
algunas forrajeras, con mayor incidencia en los estados vegetativos. Umbrales: Entre los estados V3 y V5: 1-2
adultos por metro.
Organismos Benéficos
Además de la presencia de insectos plagas, en el cultivo de soja se encuentran los insectos benéficos y las
arañas. Su presencia es fundamental para el equilibrio del ambiente, dado que se alimentan de insectos plagas
reduciendo sus poblaciones e impidiendo que alcancen niveles altos que llevan a generar daño económico. Entre
ellos se pueden mencionar a las “arañas”, “vaquitas”, “chinches”, “juanitas”, “carábidos”, “crisopas”, “mantis”,
etc.
Fuentes consultadas
Baigorri, H.E.J. 2004. Reconocimiento de enfermedades, plagas, malezas y carencias nutricionales de la soja. Ediciones INTA.
Pág.55 COTECIPA, MAGIC-INTA,FCAE-FCAZ. 2005. Control Integrado de Plagas en Soja. Manual. Curso para nuevos
profesionales. EEA Oliveros.
Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos. 2006. Manual de Consulta para el Agro.