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LA VANGUARDIA 49 C U L T U R A JUEVES, 29 JUNIO 2006 Maria del Mar Bonet, medalla de oro de Barcelona JULIÀ GUILLAMON Jordá La cantante Maria del Mar Bonet recibió ayer la medalla de oro de Barcelona de la mano del alcalde Joan Clos, distinción que dedicó a Els Setze Jutges, la formación en lengua catalana con la que inició su carrera. Al acto de entrega de la medalla acudieron el conseller de Cultura, Ferran Mascarell; el concejal de Cultura, Carles Martí; la teniente de alcalde Imma Mayol y el editor de Edicions 62 y amigo de Bonet, Xavier Folch. Bonet quiso dedicar su distinción a Els Setze Jutges por “el gran paso que dieron por la cultura catalana” y explicó que sin ellos no habría llegado hasta donde lo ha hecho porque nunca “habría llegado a cantar”. Joan Clos enfatizó que Maria del Mar Bonet “ha formado parte de la vida de Barcelona”. E XAVIER CERVERA “Mahoma rechazaría absolutamente los atentados actuales”, dice Vernet n El arabista barcelonés recupera con modificaciones su biografía sobre el profeta del islam, buena parte de cuyas ideas, dice, vienen de su contacto con cristianos y judíos dijo iqra, lee, aunque puede ser predica”. SUS IDEAS. “Había estado en contacto con cristianos y judíos, y buena parte de las ideas del Corán proceden a mi entender del Deuteronomio. Dios es muy libre de repetirse a mil años de distancia”. LA MUJER. No es lo mismo ver la situación de la mujer en el islam hoy que en el siglo VIII. “Entonces eran maltratadas como las que salen en los diarios, y él prohibió que se las matara al nacer e hizo que tuvieran herencia. Luego, están las interpretaciones: en Arabia Saudí se corta la mano a un ladrón, y eso está en el Corán, pero en él también figura ‘o el castigo que la autoridad considere correspondiente’”. Pese a lo cual reconoce la vuelta al rigorismo en el mundo musulmán. JUSTO BARRANCO BARCELONA. – El arabista Juan Vernet (Barcelona, 1923) publicó su biografía sobre Mahoma hace dos décadas, en 1986, y ahora la recupera con algunas innovaciones. “Los árabes están de moda”, ironiza el autor de Lo que Europa debe al islam de España y traductor del Corán. REPRESENTANDO A MAHOMA. Maho- ma (Espasa) tiene una ilustración de cubierta titulada Mahoma durante su viaje nocturno, en la que se muestra al profeta con la cara velada. “Se ha podido representar siempre. Pero es como con las películas en el mundo cristiano: primero no se podía representar a Cristo, luego de cuerpo sin verse la cara... Por supuesto, en el islam hay grupos que niegan que se pueda representar. Yo no he encontrado el precepto”, apunta, y dice que “según los textos, era moreno y tenía una sonrisa medio beatífica, de buena persona”. ISLAM, ¿AGRESIVO? Mahoma es un importante conquistador pero, recuerda Vernet, hubo derrotas, la mayor parte de conquistas del islam se realizaron tras su muerte y sus conquistas tuvieron origen defensivo. “Al crear su religión, Mahoma JORDI BELVER / ARCHIVO El arabista Juan Vernet tuvo un problema con La Meca. A esa ciudad peregrinaban los paganos porque había un panteón con los dioses. Como él predicaba un solo Dios, era un grave desafío para los comerciantes. Le hicieron la vida imposible. Y se defendió”. VOCACIÓN TARDÍA. Mahoma nació en La Meca en el año 570, y hasta el año 610 o 612 fue un fiel politeísta. Había sido jefe de caravanas de una viuda rica, que se casaría con él –tuvo nueve esposas– a sugerencia de ella. “En el año 610 o 612 se retira a meditar cerca de La Meca. Tiene una visión. Los árabes tienen expertos en la interpretación de los sueños antes que Freud. Se le apareció el ángel Gabriel y le EL ISLAM HOY. “El islam se halla en su año 1426. Si pasáramos al 1426 nuestro veríamos luchas entre ortodoxos y católicos”. Y, asegura, no hay Yihad ni choque de civilizaciones. “Yihad significa esfuerzo, y en todo caso la guerra santa está circunscrita al periodo de Mahoma, lo de después son guerras de conquista o religión. Tras el 632, cuando muere Mahoma, lo no dispuesto se debe a los humanos. Eso sí, señala, ha habido una pérdida de prestigio de Occidente y se ha ejercido sobre el mundo islámico presión, petróleo incluido, y en cierto modo se han autodefendido como en la época de Mahoma, haciéndose agresivos. “Pero Mahoma rechazaría absolutamente los atentados actuales”, destaca. “El islam y las otras religiones monoteístas tienen mucho en común. Todos somos hijos de Abraham, pero las familias numerosas tienen los enfrentamientos más duros”.c n diciembre del 2004, con un equipo del CCCB, realizamos una serie de localizaciones para el documental sobre la diáspora republicana que se presentó en la exposición Literatures de l'exili. Fue la primera vez que pude hablar extensamente con Joaquín Jordá. En una época en la que creía en la literatura experimental, su película Dante no es únicamente severo fue un referente para mí: la escena inicial con las modelos maquillándose en La Devesa; la gran cartelera de anuncios, en la Via Augusta, que ardía al final del filme; la crítica al matrimonio burgués entre los pilares de una casa Dominó. Pau Riba me había contado que, en sus años de hippy en La Floresta, Jordá le había estado filmando día y noche, y que fue la luz de unos potentes focos, combinada con el efecto de los ácidos, lo que provocó la sensación de pavor entre el público el día de la presentación de Dioptria en el antiguo Price. En una comida en Darnius le pregunté a Jordá por estas cosas. Hablaba de la Escuela de Barcelona sin demasiado entusiasmo. En el documental de Pau Riba pensaba ponerse a trabajar en breve, pero no para construir una hagiografía, como le hubiera gustado a Pau, sino para contar la historia de la introducción de la heroína en Barcelona. Jordá era un tipo que no se casaba con nadie, que se sacudía los discursos mitificadores, que prefería el presente al pasado y que guiaba sus pasos con un pertinaz espíritu de contradicción. El rodaje de Literatures de l'exili tuvo luces y sombras. Jordá no comprendía la idiosincrasia del exilio catalán dentro del exilio republicano español, lo que representaba un problema. Su método de trabajo basado en el azar y en el encuentro fortuito topaba con mi formación filológica. Lo que en Darnius me parecieron sólidas virtudes, en el transcurso de nuestro trabajo en común fueron motivo de numerosas desavenencias y encontronazos. Aun así, en Chile y en México vivimos momentos memorables. Recuerdo la mañana en que nos contó, fumando a pleno pulmón, el caso de la pareja de obreros politizados metidos a atracadores de bancos, que consTAL COMO LO tituye el meollo de Veinte años no es naveo, Jordá tiene da. Por los mismos días se reencontró más de pícaro que con su amigo Jesús Anaya, director edide concienciado torial de Planeta México, que en su activista juventud había militado en la extrema izquierda revolucionaria, que llegó a secuestrar un avión y que por este motivo tenía prohibida la entrada en Estados Unidos. Con estas historias, que trastocaban las categorías sociales, Jordá se divertía como un chino. De regreso de una filmación en el santuario de Chalma sufrió un amago de infarto cerebral. Mientras le conducíamos al hospital a toda prisa ordenó al cámara Diego Dussuel que le sacara unas imágenes para un filme de prevención del ictus. Fue una escena alucinante, reveladora de un temperamento a prueba de bomba. Estas experiencias me llevan a recordar a Joaquín Jordá con cariño y a reflexionar un poco sobre su radicalidad, de la que tanto se ha hablado estos días. Tal como yo lo veo, Jordá tiene más de pícaro que de concienciado activista. Su capacidad de adaptación le permitió codearse con la izquierda exquisita y el potere operaio, y figurar durante un tiempo en los ambientes cinematográficos de Madrid. En los últimos años vivió una auténtica época dorada, gracias a su permeabilidad y a su generosidad con los jóvenes. Algunos de sus documentales pasarán a la historia de nuestro cine, pero dudo que ninguna película pueda dar cuenta de la extraordinaria dimensión del personaje.c Ignasi Riera desmitifica, por “engañoso y mercantil”, el concepto de felicidad ROSA MARIA PIÑOL BARCELONA. – En la línea irónica y desinhibida que le caracteriza, Ignasi Riera (Barcelona, 1940) propone, en su nuevo libro, un análisis crítico de la felicidad, un concepto que el escritor –y político en la reserva– considera “obsoleto, engañoso, mercantil y utilitario”. Por ello, no duda en afirmar que, frente a muchos de los mitos y promesas que nos venden la televisión y los libros de autoayuda, el auténtico “estado de plenitud” es la infelicidad. Y por eso ha titulado así –La infelicitat– su libro, que publica Edicions 62. El neorruralismo, las milagrosas dietas, la sociedad del bienestar, las supuestas maravillas del viajar, el maniqueísmo de ciertas actitudes pseudodemocráticas y hasta las bondades del nuevo Estatut son algunas de las cuestiones que contienen “fal- sas promesas de felicidad” y que utiliza Riera –desde hace unos años feliz residente de Madrid– para proponer sus reflexiones. “Las librerías están saturadas de manuales de autoayuda que proponen métodos para ser feliz. Y la publicidad nos martillea con mensajes que prometen felicidad. Pero se dicen muchas tonterías. Intento jugar con los tópicos y desmontar algunos de estos mitos”, explicó ayer el autor. DAVID AIROB / ARCHIVO Ignasi Riera Aunque se vale en general del desenfado y la provocación “frívola” (“si quieres ser infeliz, lee el texto incomprensible del Estatut”), se pone “más serio” para denunciar “la creciente tendencia al pensamiento único y dogmático”. Y dice que “el neodogmatismo se está imponiendo vía Conferencia Episcopal o vía Cope”, entre otras instituciones. Para el ex diputado catalán, la publicidad tiene un “efecto simplificador del lenguaje, que hace daño”, porque pretende inculcar que “si no vas de vacaciones, no compras o no tienes un apartamento en Marina d'Or eres infeliz”. Por eso, se opone a la sumisión del pensamiento a cualquier dictado o dogmatismo.c