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El traumatismo craneal
Su manejo en el hogar en las primeras 48 horas es
importantísimo para salvar la vida de quien
padece este tipo de accidente.
Los traumatismos craneales (TC) son lesiones
traumáticas de la cabeza como resultado de una
caída o un golpe violento, muy frecuentes en la
vida moderna.
Tanto es así, que en los países occidentales
constituyen la causa de muerte más frecuente en
la población de 25 a 45 años.
Pero más alarmante es el dato que revela que un 40% de estos pacientes que fallecen por un TC, podrían haber salvado
su vida con una asistencia correcta.
Los accidentes domésticos y los derivados delos juegos y deportes son los responsables mayoritarios de los TC en niños.
Igualmente, los accidentes relacionados con la conducción de motocicletas y automóviles son los máximos responsables
de dichas lesiones craneales en adultos.
Es importantísimo en ellos una asistencia correcta, para su buena resolución posterior. Por ello, la población en general
debe conocer qué es un TC, sus posibles lesiones y consecuencias, así como su manejo en situaciones de emergencia o
de observación domiciliaria, cuando esté indicada.
Clases de TC
El TC puede ser abierto o cerrado, pero ambos tienen en común que son potencialmente peligrosos.
En los TC abiertos, hay una fractura craneal y una comunicación directa entre el cuero cabelludo lacerado y la sustancia
nerviosa alojada en el interior del cráneo.
En los TC cerrados, haya o no fractura craneal, no existe comunicación directa entre el cuero cabelludo y el interior
craneal.
Clasificaciones posibles tras un TC
Los TC pueden ocasionar principalmente los siguientes cuadros clínicos: conmoción cerebral simple, contusión cerebral,
hemorragia cerebral, hematomas subdurales y epidurales y edema cerebral postraumático.
La Conmoción cerebral: es la manifestación más corriente y benigna del trauma craneal. Cursa con pérdida de conciencia
de duración variable, desde algunos minutos hasta no mayor de 24 horas, seguida casi siempre de un cuadro confusional
y de cafeleas y mareos que mejoran gradualmente. En la conmoción cerebral simple no hay lesiones macroscópicas del
sistema nervioso central.
Los afectados por una conmoción simple se suelen recuperar espontáneamente, en varios minutos, aunque en algunos
casos el periodo de coma puede durar hasta 24 horas y el periodo confusional las cafeleas y vértigos, varias semanas.
Con frecuencia hay una pérdida de memoria, tanto para los hechos anteriores al accidente como para los hechos
posteriores al accidente.
El pronóstico de una conmoción simple es muy bueno, pues según la literatura científica, la mortalidad es nula.
Las personas afectadas por un trauma craneal con conmoción cerebral simple, o bien sin ninguna consecuencia, es decir,
cuando las pruebas y la exploración realizadas en hospital han sido normales deberán mantenerse en reposo y bajo
vigilancia en el domicilio al menos durante 24 horas, pudiéndose reintegrar al colegio o trabajo a las 48 o 72 horas.
La Contusión cerebral: en otros casos de TC, la intensidad del golpe hace que la sustancia cerebral se lesiona y exista o
no fractura craneal, nos encontramos ante una contusión cerebral.
Esta lesión cerebral puede darse directamente debajo del lugar del golpe o bien en la región opuesta del mismo
hemisferio cerebral, en las lesiones de contragolpe.
En las contusiones cerebrales, las lesiones de la sustancia cerebral pueden ser hemorrágicas o necróticas. Pueden
aparecer trastornos de la conducta, como excitación mental, delirio, etc., y cursar con síntomas focales como hemiplejia
afasia y crisis convulsiva.
En los casos de contusión cerebral la mortalidad es de un 5% y el tratamiento es quirúrgico, cuando existen lesiones del
cuero cabelludo o fracturas craneales deprimidas o abiertas.
Las contusiones cerebrales, casi siempre van a requerir hospitalización hasta su correcta resolución.
Hemorragias y hematomas cerebrales postraumáticos
Si el golpe ocasiona la rotura de algún vaso sanguíneo del interior craneal, existe una pérdida de sangre desde los vasos
sanguíneos dañados hacia el encéfalo o a su alrededor, ocasionando un hematoma craneal, bien subdural o extradural, o
una hemorragia intraparenquimatosa.
La hematoma subdural: una de las complicaciones más comunes del TC es el resultado de la rotura de las venas
sanguíneos que se encuentran entre la aracnoides y la duramdre.
Puede aparecer inmediatamente después del trauma o en los primeros 10 días tras el traumatismo, o bien a las dos
semanas después del accidente o más tarde.
Aparece en el 2% de los TC, siendo más frecuente en personas entre 50 y 70 años y su incidencia es mayor en alcohólicos
y en pacientes con propensión al TC repetido (demencia senil, epilepsia etc.). El tratamiento es quirúrgico, para evacuar
la colección hemática.
El Hematoma epidural o extradural: una complicación menos común, pero más grave y que constituye una emergencia
quirúrgica extrema es el hematoma epidural o extradural. Se observa en el 0.4% de los TC y en el 20% de los casos es
mortal.
Es una acumulación de sangre en el espacio entre el cráneo y la duramadre. La pérdida de sangre hacia el espacio
epidural es resultado de la rotura de una arteria meníngea grande.
Progresa rápidamente y por lo tanto exige tratamiento quirúrgico inmediato para evacuar la hemorragia e identificar y
coagular el vaso sangrante.
La Hemorragia intraparenquimatosa: ocurre con mucha menos frecuencia que los hematomas extracerebrales y su
mortalidad oscila alrededor del 30%.
En ocasiones puede aparecer varios días después del trauma. Su tratamiento depende del tamaño y localización del
mismo, lo cual en un número no depreciable de casos requiere de su evacuación quirúrgica.
El Edema cerebral postraumático: es una de las complicaciones más temibles del TC. A veces es de aparición tardía,
aunque generalmente se manifiesta en las primeras 24 horas tras el trauma, y en forma súbita.
Su tratamiento es siempre complejo y requiere de personal bien entrenado desde el neurocirujano hasta el
neurointensivista.
Su tratamiento es siempre complejo y requiere de personal bien entrenado desde el neurocirujano hasta el
neurointensivista.
Efectos y secuelas de los TC
Los efectos en el largo plazo del TC incluyen cefalea crónica, trastornos de la función mental y motora y un conjunto de
otros síntomas que pueden estar en relación al área cerebral afectada y no con poca frecuencia hasta dejar secuelas de
origen psicógeno.
Es digno señalar como daño encefálico orgánico por su frecuencia y el compromiso social que traen la epilepsia
postraumática y la hidrocefalia postraumática, dos entidades que requieren de un manejo especializado y en ocasiones
un alto costo para la economía familiar y del estado.
Recomendaciones
Algunas medidas que dan protección a nuestros hijos luego de sufrir un TC y que señalamos a continuación con el
propósito de elevar el conocimiento familiar acerca de esta entidad son:
1. Despierte a su hijo tres veces durante la primera noche. Si despierta y reacciona correctamente (mueve las
cuatro extremidades, habla, etc.) déjelo que descanse tranquilo. Si no despierta tráigalo rápidamente al hospital.
2. Debe quedarse en casa, en reposo, al menos 48 horas después de haber sido dado de alta.
3. Dele al principio dieta blanda (zumo, yogurt, leche, caldo, tortilla a la francesa, etc.) y si lo tolera bien, que
empiece poco a poco a tomar su dieta habitual.
4. Si su hijo se queja de dolor de cabeza, dele el analgésico que toma normalmente (paracetamol, etc). Si el dolor
de cabeza persiste, tráigalo al hospital.
5. Si en su casa presenta algunos vómitos, no se alarme es normal, dele agua con azúcar y cuando no tenga
vómitos empiece con la dieta indicada arriba, si a pesar de todo no desaparecen, tráigalo al hospital
6. Si pasadas 48 horas su hijo no presenta ningún problema, puede empezar a hacer su vida normal.
7. Ante cualquier duda o preocupación, referente a la conducta, habilidad manual, o dificultad para caminar y
visión doble, consulte al médico.
8. Ante pérdidas de conocimiento o convulsiones, llévelo al médico.
Un porcentaje de afectados de TC no llegará a recuperarse en un grado que le permita tener autonomía pero, en
muchos casos, puede llegar a conseguirse una situación suficientemente satisfactoria.
El traumatismo craneal conlleva empeoramiento del pronóstico en cualquier grupo de edad y especialmente en el
anciano. En cuanto a la mortalidad general en los centros hospitalarios de alto nivel se sitúa alrededor del 30%,
también con diferencias con respecto a la edad: el mayor porcentaje de fallecidos se da entre los menores de 10
años y los mayores de 65.
El paciente con daño cerebral requiere de servicios sanitarios que comienzan en el sitio del trauma, servicios de
urgencia hospitalarios y de rehabilitación para finalmente conseguir la reinserción social, familiar y profesional del
mismo.
Las medidas preventivas, lógicamente dependen de las causas. Las campañas de alerta a la población es consciente
del riesgo del alcohol en la conducción, pero no siempre se consigue el objetivo y el grado de siniestralidad es muy
alto todavía.
Se hace necesario prevenir a la sociedad sobre las consecuencias de sobrevivir a una lesión cerebral. Se tiene la
sensación que después del coma el afectado regresa a su vida anterior al accidente con total normalidad.
La realidad es que aunque la persona afectada ponga todo de su parte se hace necesaria la colaboración de
especialistas expertos en el tratamiento de la lesión cerebral para lograrlo y no siempre en toda su cuantía por ello
es imprescindible el cuidado y prevención de los mismos y a la larga estamos mejorando la calidad de vida de
nuestra población.
Dr. Zuren Matutes Fabelo / Neurocirujano