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Globalization in Flux: Economic Trends and Regional Consequences Permítanme primeramente agradecer a Diálogos del Atlántico por invitarme a participar en este importante evento y de manera especial en esta Plenaria II que aborda el tema Globalization in Flux: Economic Trends and Regional Consequences Se ha señalado que la globalización es un proceso alimentado por, y que resulta en, el aumento de los flujos transfronterizos de bienes, servicios, dinero, personas, información y cultura. Resulta evidente que ese proceso se ha intensificado a lo largo de los últimos 35 años produciendo importantes cambios en el escenario internacional. El mundo de hoy es mas abierto. El Internet y la gran reducción de los costos de transporte y comunicaciones cambiaron el juego. El incremento de la apertura impulsó la importancia relativa del comercio internacional en la economía mundial, pasando de un 31% del PIB mundial en 1990 a un 51.9% en el 2008, pero cayendo a 45% en 2015. En 1990, la economía de Estados Unidos era 15 veces mayor que la economía de China a precios corrientes y 5.34 veces mayor en Paridad de Poder de Compra. Sin embargo, en 2015, el tamaños de la economía norteamericana solo superaba a la China 1.61 a precios corrientes pero en Paridad de Poder de Compra, la economía China superaba a la norteamericana en 1.09 veces. A lo largo del periodo que viene de 1990 para acá la India, China, y muchos otros países en desarrollo, han mejorado sus estándares de lo que se ha reflejado no solo en ingreso per cápita mas alto, sino también en otros indicadores de bienestar. Por ejemplo, solo en China, la mortalidad infantil disminuyó de 42 muertes por 1,000 en 1990, a 9 en el 2015. En la región de América Latina y el Caribe, la pobreza que representaba el 48.4% de la población en 1990 (equivalente a 204 millones de personas) se redujo a 29.2% en 2015 (equivalente a 175 millones de personas). En el mismo periodo, la indigencia se redujo de 22.6% en 1990 (equivalente a 95 millones de personas) a 12.4% en 2015 (equivalente a 75 millones de personas). Países como la Republica Dominicana, expandieron su producción de manera apreciable. En el caso dominicano, el PIB se expandió casi 8 veces entre 1990 y 2015, con importante mejoras en las condiciones sociales, de forma tal que paso de ser un país de desarrollo humano medio a un país de desarrollo humano alto en los últimos 20 años. De manera, que para los países en desarrollo la globalización ha implicado importantes avances. Sin embargo, en su libro Desigualdad Global: Un nuevo enfoque para la Edad de la Globalización, Branko Milanovic, le da crédito a la creencia generalizada de que la globalización ha traído desigualdad en las democracias de occidente. Analizando la data económica global del pasado cuarto de siglo, este autor demuestra que mientras el mundo se ha vuelto más igualitario – los países pobres están alcanzando a los ricos – las democracias occidentales se han vuelto más desiguales. Milanovic concluye que los grandes ganadores de la globalización son las nuevas clases alta y media de Asia, y el 1% de Occidente; ya que ambos grupos 2 han casi Por otro media y reales se duplicado el ingreso real desde finales de los ’80. lado, los grandes perdedores han sido las clases trabajadora de EEUU y Europa – cuyos ingresos han tambaleado hasta muy recientemente. Está también la relación entre progreso tecnológico y desigualdad: la tecnología moderna ha sustituido muchos de los trabajos y tareas que eran tradicionalmente desempeñados por mano de obra no calificada. Estas tecnologías también le suman una prima por las habilidades que son difíciles y costosas de adquirir. Mientras la tecnología impulsa la productividad y hace las sociedades más ricas, el progreso tecnológico ha eliminado la necesidad de muchos tipos de trabajos, podría terminar dejando en peor estado a la mayoría de los trabajadores tradicionales. En términos culturales, la globalización está usualmente vinculada con “cosmopolitismo”, lo cual refuerza “el valor de la apertura de las fronteras nacionales, compartir valores multiculturales, diversidad de las personas y sus estilos de vida en sociedades mirando al futuro e inclusivas”. Esto contrasta con los valores del “nativismo” el cual se refiere a la preferencia de valores tradicionales y gente originaria de su propia tierra. Una característica de este pensamiento es miedo a los extranjeros u “otros considerados como intrusos basado en raza, etnicidad, origen o religión. La realidad es que hoy en día, las fuerzas anti-globalización están en alza mundialmente. Esto se refleja en los resultados del plebiscito de Gran Bretaña, el Brexit, los recientes resultados de las elecciones de EEUU y el surgimiento de líderes como Marine Le Pen, Norbert Hoffer, Nigel Farach, Geert Wilders en Europa, quienes están cambiando los patrones establecidos de la competencia de partidos en las 3 sociedades contemporáneas occidentales. La nueva división que está surgiendo en los partidos políticos de las democracias occidentales son “cosmopolitismo-nativismo”, con su derivada apreciación (o desdeño) para el orden económico y valores liberales. Los partidos que defienden los valores del nativismo han ganado votos y asientos en muchos países, y han introducido coaliciones gubernamentales en 11 democracias occidentales en los últimos años. Además, su participación promedio del voto en elecciones nacionales y parlamentarias europea se ha duplicado desde 1960, de un 5.1% al 13.2%, a costa de los partidos de centro; y su participación de los asientos parlamentarios se ha triplicado de 3.8% a 12.8%. Hoy, el debate a nivel internacional parece centrarse en si regirse por una gobernanza global o por políticas nacionalistas, o si adoptar proteccionismo o mantener el libre comercio, o libre movimiento de la mano de obra versus algún control migratorio. Prioridades Regionales: Latinoamérica En el contexto antes señalado, independientemente del énfasis o tendencia política que prime en el momento, las prioridades socio económicas de los pueblos y las regiones siempre estarán presentes, trascienden a las tendencias políticas de moda, y de seguro habrá que abordarlas de la manera más eficiente y efectiva posible para satisfacer a sus residentes. De acuerdo al Foro Económico Mundial, Latinoamérica tiene retos importantes en cuanto a mejorar la competitividad y lograr un crecimiento más inclusivo en toda la región. Las 4 claves para alcanzar esos objetivos recaen sobre varios pilares básicos: la formación de instituciones públicas sólidas, el desarrollo de un sistema educativo más equitativo y de mayor calidad, reducir el déficit de infraestructura nacional, mas preparación tecnológica, mas inversión en investigación, desarrollo e innovación, mayor eficiencia en el mercado de trabajo, entres otros pilares. En los pilares señalados, si bien la región ha mejorado, todavía tiene mucho por hacer para converger con el resto del mundo. Sobre las instituciones: Las prácticas y conductas de las instituciones públicas y privadas de un país tienen la capacidad de influir sobre las decisiones de inversión y a la vez juegan un papel crucial en como las sociedades distribuyen los beneficios, costos y riesgos de las estrategias y políticas de desarrollo. Ellas son responsables de la implementación y administración de las reformas económicas y sociales; por lo tanto es difícil crecer de manera inclusiva sin instituciones sólidas, eficientes y transparentes. El Índice de Competitividad Global mide 4 dimensiones en las instituciones: seguridad, eficiencia del sector público, corrupción y derechos de propiedad. La mayor brecha de la región con los países de mejores prácticas se colocó en la dimensión de corrupción. 5 Otro factor que posiciona la competitividad de Latinoamérica y el Caribe en desventaja con los países industrializados es la capacidad de su infraestructura. La región acumula un déficit de inversión de casi un 2% del PIB por año. La mayoría de los estudios sugieren que para la región cerrar la brecha en infraestructura debe invertir un 5% del PIB por un largo período1 de tiempo; el promedio actual apenas alcanza el nivel del 3% del PIB. Por lo que si la región desea satisfacer el acceso y la mayor cobertura posible a agua, electricidad y saneamiento, entre otros, o lograr un crecimiento superior y prepararse para el aumento de la demanda, deberá invertir entre 120 y 150 mil millones de dólares por año (basado en PIB regional 2013). Sin infraestructura adecuada, es difícil competir globalmente y lograr una región más inclusiva. Las disparidades de calidad y magnitud de infraestructuras tienden a producir desigualdades en el crecimiento y la 1 BID: Financiando infraestructura en Latinoamérica y El Caribe: Cómo, Cuánto y por Quién? (Nov. 2015). 6 productividad; lo cual impacta la capacidad del mismo país y región para hacer frente a la desigualdad social. Otro escollo que entorpece el progreso de la competitividad en la región es la educación. Un sistema educativo de mayor calidad y accesible a la mayor población es la base para derrotar la desigualdad en el mediano plazo. Si la región puede ofrecerle la oportunidad a la fuerza de trabajo para que se eduque y adquiera las habilidades tecnológicas de última generación, el crecimiento será más sostenible e inclusivo. Para que el progreso llegue a los quintiles más pobres de la población, el sistema educativo de la región deberá reestructurarse; sino los más pobre estarán condenados a ocupar siempre los trabajos de menor paga con destrezas y habilidades menos calificadas. En las pruebas PISA 2015, los países latinoamericanos registraron un desempeño pobre, quedando todos muy lejos del resultado promedio en matemáticas, lectura y ciencia. Esto representa un serio problema a la vez que un tremendo desafío. De igual manera, el desempeño de las universidades latinoamericanas están muy lejos ser bueno en termino de calidad. Según el Academic Ranking of World Universities 2016, conocido con el Ranking de Shangai no hay una universidad de la región entre las primeras 150 universidades del mundo. Dado lo anterior, la región tiene un reto en hacer la educación de mayor calidad, más inclusiva en términos de género y ubicación, y asegurarla a los hijos de familias de bajos ingresos; de forma tal que la disparidad o desigualdad no empiece desde temprana edad. 7 Como antes mencionamos, cualquiera que sea la tendencia: globalización, nacionalismo, proteccionismo, u otra, Latinoamérica continuará con sus necesidades y prioridades que tendrá que atender. No obstante, si hubiese la necesidad de enfrentar vientos de anti-globalización que pudiesen desestabilizar las economías, nuestra recomendación sería: Qué podemos hacer desde Latinoamérica para proteger nuestros países en contra de estas fuerzas? Implementar políticas económicas y sociales responsables que promuevan el crecimiento y la estabilidad política en los países y la región. Es importante tener la casa en orden, para abordar los desafíos que se presenten. Promover la integración económica, los principios de regionalismo abierto y cooperación sur-sur a todos los niveles dentro y fuera de la región. Convertirse en los defensores del orden económico liberal en la arena internacional, en especial sus principios e instituciones. Ser defensores de los derechos de los inmigrantes en occidente, suministrando el apoyo que requieren estas poblaciones. Proteger las remesas de las inmigrantes, como componente esencial de los principios de libertad económica. Construir alianzas horizontales con las fuerzas progresistas de las democracias occidentales que defienden la apertura económica y los valores liberales, incluyendo –pero no 8 limitado a- la protección de inmigrantes y minorías; tolerancia social, intelectual, y de diversidad política, la contribución de técnicas científicas para el diseño de políticas racionales, y la arquitectura global de gobernanza y cooperación internacional de post-guerra. Jugar un rol proactivo en bloque las organizaciones internacionales en defensa de nuestros intereses. Aspectos que son urgentes Vemos con preocupación los anuncios recientes de acciones que coartan la libre movilidad de los factores globalmente y sus efectos negativos en la actividad económica de la región. En el caso particular de las remesas familiares de divisas, la amenaza de deportaciones masivas de ilegales, así como la imposición de restricciones a la transferencia de remesas a los países de destino, tendría impactos negativos para los flujos de éstas y las economías nacionales. El pasado año 2015, las remesas a Latinoamérica y el Caribe alcanzaron USD68,300 millones, para un crecimiento de 5.8% con respecto al 2014. Las remesas familiares de varios países de la región representan más del 10% del PIB; como es son los casos de Haití (22.7%), Honduras (17.4%), el Salvador (16.8%) y Jamaica (16.3%). Por lo tanto prácticas restrictivas a estos flujos afectarían adversamente los resultados de cuenta corrientesaldos comerciales de la balanza de pagos y la capacidad de consumo de las poblaciones más desposeídas, que es la clase social más beneficiada de esta actividad. Igualmente, las medidas destinadas a castigar con tributos marginales altos a los productos de aquellas empresas que operen fuera del territorio norteamericano, o premiar con 9 reducciones de impuestos a las corporaciones que repatrien sus operaciones, tendrían efectos nocivos en los niveles de empleo de la economía regional, la balanza comercial y la transferencia de tecnología. La inversión extranjera directa en los parques industriales en Latinoamérica, genera más de 900,000 puestos de trabajo; debido a las operaciones de manufactura, fabricación y maquilas, que emplean mano de obra semi-calificada y calificada. Restricciones e incentivos al continuo desarrollo de las zonas francas industriales o incentivos a detener esta actividad, afectarían los niveles de salario real de la región, creando una mayor desigualdad de rentas entre los países, 10