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APUNTES EL FEUDALISMO Un gran número de campesinos vive dentro de un señorío. Puede ser éste de carácter laico, con un noble al frente. O religioso (el señor puede ser el abad de un monasterio o un obispo). Estos señoríos religiosos tendrán la peculiaridad de su más fácil engrandecimiento, ya que los propios campesinos les cedían tierras parar obtener favores divinos, tales como la salvación. De cualquier tipo que sea, el señor, propietario eminente de la tierra, ha de recibir de sus campesinos el pago por el usufructo de la misma. A cambio los protege. Por esto, en la primera época de su existencia, el señorío no fue visto por los campesinos como abuso, sino como algo que defendía su seguridad. Por esta seguridad los campesinos pagan rentas sobre la tierra, en un principio en especie, que luego evolucionaron hacia dinero, ya avanzada la Edad Media. También realizan trabajos (corveas). En época carolingia se cultivaba la reserva señorial con el trabajo forzoso de los campesinos, aunque más tarde se tendió a sustituirlo por mano de obra asalariada. Los señores pusieron todo su empeño, más que en las rentas de la tierra, en afianzar los ingresos que les llegaban como banalidades (esto es su condición de señor jurisdiccional). Cuando las rentas de la tierra se quedaron anticuadas y los campesinos podían sentirse liberados, los derechos jurisdiccionales se reforzaron para agravar la situación; el campesinado debía prestar ciertos servicios defensivos (no hay que olvidar que en ciertas ocasiones era un soldado), hacer la vigilancia militar y reparar el castillo. Debía alimentar y alojar al señor en sus desplazamientos. Tenía que pagar portazgos y pontazgos: derechos sobre el tránsito de mercancías por determinados lugares. Si quería comercializar sus excedentes había de esperar a que el señor vendiera primero su cosecha antes de llevar sus productos al mercado. El campesino pagaba por usar los bosques y montes del señor. Éste tenía el monopolio de los hornos, los molinos, los lagares o la sal, y obtenía importantes ingresos por su uso. Por último el señor administraba justicia, por tanto, imponía las multas y los castigos, dando lugar a abusos de poder como los llamados “malos usos”, que atenazaban a los payeses catalanes. Si añadimos a todo esto que el campesinado debe pagar el diezmo a la Iglesia (la décima parte de la cosecha), nos encontramos con que los excedentes que le quedan de su ya exigua producción son muy pequeños; prácticamente lo que la familia debe consumir, y, dado que más del 70 por 100 se va en pagos, es muy difícil mejorar el utillaje de labor. Nada más lógico ante esto que la rebelión. El régimen dominical clásico conoció algunas insurrecciones campesinas. Ya durante el proceso de señorialización hubo resistencia a algunas imposiciones, como la de los campesinos normandos en el siglo X. En la Plena Edad Media, lo más interesantes son los movimientos que buscaban cartas de franquicia; eran documentos en los que constaban por escrito las obligaciones concretas de los campesinos de una comunidad, para evitar los excesos por parte del señor; en especial, en las cargas militares, judiciales o testamentarias, que pesaban sobre ellos. Este proceso de emancipación, que afecta a un número considerable de aldeas durante la Plena Edad Media, no es un movimiento organizado ni pretende destruir el régimen señorial, simplemente busca su regulación. A. Arranz y C Granda; “La Edad Media”. Ed. Alambra, Madrid, 1987 LAS CRUZADAS Causas : * Belicismo de la sociedad feudal. *Crecimiento demográfico y económico de Occidente. *Expansionismo de la Iglesia e intensificación del sentimiento religioso. A esto se unen dos motivaciones espirituales : *La idea de peregrinación a Tierra Santa. Los peregrinos se encuentran ahora con la hostilidad de los turcos. *La idea de “guerra santa” contra los infieles, no buscan sólo la conquista de Jerusalén sino también la lucha contra el Islam. Y otra no tan espiritual : *Se prometía a los participantes (nobleza , no al pueblo) "tierras y botines, aventuras y gloria” Desarrollo : . El detonante inmediato de la primera cruzada será la toma de Jerusalén por los turcos selyúcidas en el 1071 y la aniquilación del ejército bizantino. En 1095 Alejo I, emperador bizantino, pide auxilio al papa Urbano II quien convoca el Concilio de Clermont (26-11-1095) en el que gana para su causa a la nobleza occidental (no a los reyes), con su discurso a favor de las cruzadas. La primera cruzada comienza en 1096 y termina en julio de 1099 con la entrada de loa cruzados en Jerusalén. Además se conquistan otros territorios que se organizan como territorios feudales : el reino de Jerusalén, el principado de Antioquía y los condados de Trípoli y Edesa. A las causas que motivaron la primera cruzada se une en las siguientes la defensa de estos territorios conquistados. La segunda cruzada (1147-49) vendrá propiciada por la pérdida de Edesa y la tercera cruzada (1189-92) por la pérdida y la imposible reconquista de Jerusalén (Federico Barbarroja, Ricardo Corazón de León y Felipe Augusto). Ya a partir de la segunda cruzada reyes y emperadores se vinculan a la lucha. A partir de la cuarta cruzada (1202-04) no sólo se lucha contra el Islam, sino que se añade a todas estas motivaciones otra de tipo económico, Occidente busca controlar de nuevo el comercio por el Mediterráneo ; así mientras la toma de Jerusalén queda olvidada, se irá contra Constantinopla, capital de la cristiandad oriental (Bizancio). En las siguientes (quinta :1217-21), sexta :1128-29, séptima : 1248-54, octava :1270) se produce lo que Pierre Bonnassie ha llamado “desviaciones del ideal de cruzada”. El papado utiliza las cruzadas como símbolo del totalitarismo religioso : liquidación, por el fuego y la espada, de toda desviación religiosa y como pretexto de una guerra de conquista. Incluso no dudarían en predicar las cruzadas contra sus enemigos temporales por motivos estrictamente políticos. Sin embargo las cruzadas no fueron un asunto exclusivo del alto clero y de la aristocracia guerrera. La idea de penitencia y regeneración por la lucha contra el infiel caló entre las gentes más pobres, la conquista del Jerusalén terrenal era entendida como la manera de conquista del Jerusalén celestial. No es coincidencia que este ideal de cruzada se desarrolle en los siglos X y XI en los que las ideas milenaristas se propagan entre el pueblo (en el año mil llegada del Juicio Final), lo que suscita una ardiente y angustiosa necesidad de redención. Protagonistas de estas “cruzadas populares” serán los pobres, los pastores o los niños (1212). En realidad el ideal de “Cruzada” no acaba en 1270 (octava cruzada), incluso en el S.XVI el emperador Carlos V intentará reavivar el ideal de cruzada y ser el adalid de la cristiandad. Consecuencias : Las contradicciones entre los intereses particulares de sus principales dirigentes llevaron al fracaso de las cruzadas en cuanto a su fin último : conquista de los Santos Lugares frente al Islam. Sin embargo tendrían consecuencias como : *Expansión económica de las ciudades del norte de Italia y sur de Francia gracias al comercio con Oriente. *Florece la economía monetaria y surge una monarquía rica. *Aumenta el nivel de vida. *El contacto con el mundo árabe y bizantino enriquece culturalmente a Occidente (caballeros cruzados que durante sus estancias en territorio musulmán asimilan parte de estas culturas y las transmiten). Durante las cruzadas se fundan las órdenes de caballería que unen el ideal ascético con el caballeresco : Caballeros de San Juan, más tarde Caballeros de Malta (1113) Caballeros del temple (templarios) (1119-1312) Orden teutónica (1189) Orden de Alcántara (1156), confirmada por Lucio III en 1183, bajo la regla de San Benito. Suprimida en 1873 (I República) y restablecida por Alfonso XII en 1874. Abolida, de nuevo, en 1931 (II República) y restaurada en 1939. Orden de Calatrava (1158), confirmada por Alejandro III, bajo la regla de San Benito. Orden de Santiago (1171), confirmada por Alejandro III en 1175, bajo la regla de San Agustín. Fue disuelta en 1931 y restaurada en 1939. Orden de Montesa (1317), confirmada por Juan XXII, llamada Real y Militar por haberla fundado Don Jayme II rey de Aragón, tras abolir la Orden de los Templarios, para echar a los musulmanes que invadían las costas valencianas. Disuelta en 1931 y restaurada en 1939. EDAD MEDIA EN LA PENÍNSULA IBÉRICA ALANOS, VÁNDALOS Y SUEVOS La ruptura de la frontera del Rin (frontera del Imperio romano) en la primera década del S. V supuso la desintegración definitiva del imperio romano de Occidente y , con ella, el final del dominio romano en la península Ibérica. A principios del año 409 el emperador romano (Constante) encomendó el control de la frontera de los Pirineos a unidades de tropas bárbaras y a finales de este mismo año éstas dejarían paso abierto a una confederación de suevos , vándalos y alanos. Parece admisible sugerir que se instalaron como federados, aliados militares del imperio, sustituyendo a unidades del ejército romano en la península Ibérica. Lo que no esperaban los romanos es que terminarían por ocupar la península. Los alanos se establecieron en la meseta (Lusitania y Cartaginense) pero en el 418 fueron aniquilados por los visigodos que ya estaban en los Pirineos y que, como aliados de Roma, enviaron un ejército. Los supervivientes se unieron a los vándalos y más tarde huirán con ellos a África. En el año 421 los vándalos avanzaron hacia el sur y se instalaron en la Bética, tras varios enfrentamientos con el ejército romano, en el año 429 atravesaron el estrecho de Gibraltar para comenzar la conquista de una nueva patria en el norte de África. Los suevos intentaron aprovechar la ocasión para hacerse con la península y tras una batalla hicieron que los vándalos se retiraran a África, de donde no regresarían jamás. Así el cuarto de siglo siguiente será de ininterrumpido dominio suevo. Quedó bajo dominio suevo toda la península, excepto la Tarraconense, hasta la ocupación visigoda en el año 456, que supuso la sumisión de los suevos al rey visigodo. La expulsión definitiva del pequeño reino suevo que se mantuvo en el centro de la península llegará en el año 585 de la mano del rey visigodo Leovigildo. VISIGODOS Ya desde finales del S. IV los visigodos tenían una importantísima influencia sobre el imperio romano, habían logrado llegar desde la orilla sur del Danubio y los Balcanes hasta los Pirineos en menos de veinticinco años. Suponen algunos historiadores que fue el interés de Roma lo que llevó a dejar en libertad a los visigodos en la península Ibérica para que eliminaran a los bárbaros establecidos en las provincias meridionales. Aunque no fue inmediato, la expulsión de los suevos sucede en el año 456, los romanos no esperaban que el rey visigodo Eurico (466-484) optara por el control de los territorios arrebatados a los suevos. El establecimiento de un reino visigodo fuerte y unificado no llegaría hasta finales del S. VI con Leovigildo y Recaredo, sin embargo ya desde el 466 tuvieron el control administrativo y militar de la península. Será desde finales del S. VI que la península deje de ser administrada como provincia de un imperio y comience a serlo como un “Reino”. Sociedad y cultura visigodas Los visigodos, como los vándalos, eran arrianos. A lo largo del S. VI se produjo entre los visigodos un movimiento de conversión del arrianismo al catolicismo. Hasta ese momento convivieron en la península dos religiones : catolicismo y arrianismo ; hay que recordar que el imperio romano ha asumido el catolicismo como religión oficial del imperio ya en el año 380. Será en el año 587 cuando los visigodos renuncien a su fe arriana, sin embargo mientras tanto la iglesia católica gozó de buena salud en la península. Gobernados por una monarquía electiva de derecho (por la nobleza) , pero hereditaria de hecho. Sus reyes eran , ante todo, los jefes guerreros de su pueblo ; si el rey no cumplía su tarea principal, es decir, la dirección de la guerra, podía ser derrocado o muerto (Gesaleico y Amalarico). Introdujeron su derecho junto al “derecho romano” ; la primera compilación de la legislación de los reyes visigodos será el “Código de Eurico “ al que sucederán y completarán sucesivamente el “Código de Leovigildo” y el “Código de Recesvinto”. Según algunos historiadores no son sino la plasmación por escrito de la ley consuetudinaria oral de los visigodos. Leovigildo (569-586) convertirá a Toledo en el centro cultural, ceremonial y administrativo de su reino (Concilios tanto arrianos como católicos) que perdurará durante los S. VI y VII y desde donde la Iglesia católica irá alimentando su, cada vez más fuerte, control de la vida de los visigodos . Además introducirá una moneda visigoda. En líneas más generales el reino visigodo gozaba de la misma política, sociedad y economía feudal que el resto de la Europa occidental de la Alta Edad Media.