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Congreso de Universidades Católicas, “Identidad y Misión al Servicio de Chile”.
Pontificia Universidad Católica de Chile. Septiembre 2015.
SALUDO DE BIENVENIDA EN LA CEREMONIA INAUGURAL DEL
CONGRESO DE UNIVERSIDADES CATÓLICAS
Identidad y Misión al Servicio de Chile
+Ricardo Card. Ezzati Andrello, sdb1
1. Saludo:
Saludo cordialmente a todos los presentes, de manera especial al dueño de casa,
el Rector Ignacio Sánchez, que nos acoge en esta Pontificia Universidad Católica de
Chile, los Señores Rectores de Universidades hermanas, los Grandes Cancilleres de las
mismas, y a los Académicos, Estudiantes, invitados especiales, amigos y amigas.
Como Presidente de la Conferencia Episcopal y Gran Canciller de la Pontificia
Universidad Católica de Chile, me complace saludar a S.E. Mons. Angelo Vincenzo Zani,
Secretario de la Congregación para la Educación Católica de la Sede Apostólica y
agradecer la deferencia de haber aceptado la invitación a compartir con nosotros la
experiencia madurada en el Dicasterio romano, cuando celebramos los 50 años de la
Declaración Conciliar sobre la Educación Católica “Gravissimum educationis momentum”
(28 de octubre de 1965) y los 25 años de la promulgación de la Constitución Apostólica
“Ex Corde Ecclesiae”, del Papa Juan Pablo II (15 de agosto de 1990), sobre las
Universidades Católicas.
Gracias Señor Obispo por su presencia y por su valioso aporte en los congresos
de Colegios Católicos y en el encuentro de Universidades que celebramos en este día. Su
presencia y su palabra nos estimula a vivir y a servir, como católicos, en un espacio
humano de cultura, donde se busca experimentar, vivir y comunicar el “gaudium de
veritate” (el gozo de la verdad): verdad buscada, encontrada y transmitida, en un austero
trabajo de investigación, en una paciente dedicación a la docencia, en el estudio atento y
responsable y en un diálogo abierto y honesto entre académicos y entre alumnos y
maestros.
“La comunidad Universitaria- recuerda Juan Pablo II-persigue sus propios objetivos
también mediante el esfuerzo por formar una comunidad auténticamente humana,
animada por el espíritu de Cristo. La fuente de su unidad deriva de su común
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Arzobispo de Santiago. Gran Canciller de la Pontificia Universidad Católica de Chile
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Congreso de Universidades Católicas, “Identidad y Misión al Servicio de Chile”.
Pontificia Universidad Católica de Chile. Septiembre 2015.
consagración a la verdad, de la idéntica visión de la dignidad humana y, en último análisis,
de la persona y del mensaje de Cristo que da a la Institución su carácter distintivo” (n.2.1).
Por ello “la Comunidad Universitaria está animada por un espíritu de verdad y de caridad
y está caracterizada por el respeto recíproco, por el diálogo sincero y por la tutela de los
derechos de cada uno” (Ib.). Universidades Católicas, nacidas “Ex corde Ecclesiae”, del
corazón de la Iglesia, a la cual, a su vez, nació del corazón abierto del Hijo de Dios
clavado en la Cruz.
2. Desde el corazón de la Iglesia:
Desde el corazón de la iglesia, sacramento de Cristo, estamos llamados a
preguntarnos por la identidad de nuestros Centros de Educación Superior (cómo
mantenerla y desarrollarla para que sus frutos sean auténticamente cristianos), por su
misión de servicio (Con el Papa Francisco, cómo ser una universidad en salida (que se
abre cada vez más a las periferias sociales y culturales de nuestro país) y por su
espiritualidad (una universidad católica samaritana: que tiene los ojos abiertos, que ve
con los ojos del Buen Samaritano, que se conmueve y se pone al servicio de los
últimos, pagando de persona.
Nuestras Universidades Católicas están presentes a lo largo de Chile. Son
ciertamente un don de Dios para tantos jóvenes de nuestra Patria y una expresión
concreta de la diaconía de la Iglesia, discípula de Jesús que vino no para ser servido, sino
para servir. Creo que ha llegado el tiempo de mirarnos con mayor simpatía y mayor
voluntad de vivir en comunión y colaboración. Y todo ello para servir mejor.
“Con el fin de afrontar mejor los complejos problemas de la sociedad moderna y de
fortalecer la identidad Católica de las Instituciones, se deberá promover la colaboración a
nivel regional, nacional e internacional en la investigación, la enseñanza y en las demás
actividades universitarias entre todas las Universidades católicas…” (Ex corde Ecclesiae,
parte segunda, normas generales (Art. 7).
Concluyo, haciendo mías las palabras de San Juan Pablo II, al final de la Constitución
Apostólica: “La Iglesia y el mundo necesitan de vuestro testimonio y de vuestra
competente, libre y responsable contribución”.
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