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Darśan [Muestra de traducción] La visión de la imagen divina en la India Capítulo 1 Diana L. Eck Traducción de Óscar Figueroa Castro La visión de lo sagrado El darśan En la India es muy común observar muchedumbres que aguardan reunidas en el patio de un templo o a la entrada de un santuario al lado del camino con el propósito de recibir el darśan de la deidad. Darśan significa “ver”. En la tradición ritual del hinduismo, la palabra se refiere sobre todo a la mirada religiosa, a la percepción visual de lo sagrado. Cuando el practicante hinduista acude a un templo por lo general no dice “voy a rendir culto”; dice, en cambio, “voy al darśan”. Acude a “ver” la imagen de la deidad —trátese de Kṛṣṇa, Durgā, Śiva o Viṣṇu— presente en el sanctum del templo. Además, casi siempre lo hará a las horas del día cuando la imagen, cubierta de fragantes flores, luce más hermosa; cuando la cortina que normalmente la cubre ha sido retirada de modo que puede vérsele en todo su esplendor. El acto central abarrotan autobuses y trenes no son simples “mirones” de la liturgia hinduista, desde la perspectiva del individuo deseosos de ver esto y aquello; son en cambio “mirones común y corriente, consiste en estar en presencia de la deidad sagrados” cuyo interés no está en el paraje pintoresco sino en y observar su imagen con los propios ojos: ver a la deidad y ese sitio poderoso donde puede recibirse el darśan. ser visto por ella. Darśan suele traducirse como “visión Tales sitios cargados de poder divino se conocen como tīrthas propicia” de lo divino. Su importancia dentro del sistema ritual (“vados” o “cruces” sagrados), dhāms (“moradas” divinas) o del hinduismo es una indicación de que la “liturgia” no es para pīṭhas (“bases” o “asientos” de lo divino). Existen miles de el creyente un mero asunto de oraciones, ofrendas y la lugares así en la India. Algunos de ellos, por ejemplo Benarés disposición devota del corazón. En virtud de que para el (Vārāṇasī), también conocido como Kāśī, son visitados por hinduista la deidad está presente en la imagen, aprehenderle peregrinos de toda la India, mientras que otros por peregrinos con la mirada se convierte en un acto cargado de significado de las comarcas vecinas. En ocasiones su fama se debe más a religioso. Observar la imagen es un acto litúrgico y es a través las imágenes divinas que ahí residen y es, por lo tanto, para de la vista que uno obtiene las bendiciones de la deidad. recibir el darśan de tal o cual imagen que el peregrino visita Del mismo modo, cuando el creyente emprende un ese sitio en especial. En el contexto de Occidente, Víctor y peregrinaje, como lo hacen millones de personas todos los Edith Turner estudiaron la estrecha relación que existe entre la meses del año, la finalidad es recibir el darśan del lugar o sus importancia simbólica de la imagen y el acto simbólico del famosas deidades. El hinduista viaja a Benarés, la ciudad peregrinaje.1 Desde luego, en Occidente la práctica del sagrada de Śiva, para recibir el darśan del Señor Viśvanāth; peregrinaje ha sido cuestionada más de una vez por quienes no asciende al Himālaya para recibir el darśan de Viṣṇu en “perciben” el valor simbólico de las imágenes, y, como Badrīnāth, o alcanza la cumbre de una montaña en su propia Erasmo, critican tales actos como una verdadera pérdida de región para recibir el darśan de alguna diosa local de renombre. Los peregrinos que se ponen en marcha a pie o que 1 Víctor y Edith Turner, Image and Pilgrimage in Christian Culture, Nueva York: Columbia University Press, 1978. Véase en especial el cap. 4, “Iconophily and Iconoclasm in Marian Pilgrimage”. tiempo. Sin embargo, la tradición hinduista no confunde la su compartimento. De modo similar, cuando el famoso “imagen” con un “ídolo”; en la India, el peregrinaje es la sannyāsin, escritor y activista político, Swami Karpātrī, pasa extensión natural del deseo de recibir el darśan de la imagen en Benarés su “retiro” de verano, la gente abarrota sus divina, evento que constituye la esencia misma del servicio en conferencias diarias no sólo para escucharlo sino para verlo. los templos. Empero, en la cultura tradicional del hinduismo, incluso los Ahora bien, no es únicamente para obtener el darśan de sannyāsins y sādhus ordinarios son tenidos en muy alta estima. imágenes famosas que el hinduista realiza peregrinajes. Ellos simbolizan de manera tangible el valor que en la India También lo hace buscando el darśan de los sitios mismos, pues tiene la renunciación; son el peregrino perpetuo que ha dejado se cree que éstos son epifanías naturales de lo divino: las atrás casa y familia para entregarse a una vida errante. Cuando cumbres del Himālaya, considerado la morada de los dioses; el alguien así llega a una aldea, la gente, deseosa de recibir su río Ganges (Gaṅgā), que según la creencia desciende desde el darśan, le tratará con reverencia y le ofrecerá techo y comida. cielo; el sinfín de parajes que guardan un vínculo con las En The Ochre Robe, Agehananda Bharati señala: “Entre los hazañas míticas de dioses y diosas, héroes y santos. actos religiosos de Occidente no hay nada que se le parezca, ni Además del darśan de las imágenes en los templos y del remotamente, a la concepción de darśan…”.2 darśan de lugares sagrados, el creyente le atribuye un valor En el habla popular, el hinduista dirá que la deidad o el sādhu especial al darśan de figuras religiosas como los sants “dan darśan” (darśan denā es la expresión en hindi), mientras (“santos”), sannyāsins que el individuo “recibe darśan” (darśan lenā). ¿Qué significa (“renunciantes”). Cuando Mahatma Gandhi recorría la India esto? ¿Qué es dado y qué recibido? La expresión misma llama decenas de miles de personas se congregaban a donde sea que la atención, pues “ver” en este sentido religioso no es un acto arribara con el fin de “recibir su darśan”. Incluso si el tren que tenga su origen en el devoto.3 Por el contrario es la deidad sādhus (“hombres piadosos”) y donde viajaba no se detenía, la gente se arremolinaba en las estaciones en busca de un fugaz vistazo del Mahatma dentro de 2 Agehananda Bharati, The Ochre Robe, Nueva York: Doubleday and Co., Inc., 1970, p. 161. 3 Charlotte Vaudeville, conversación personal, abril de1980. la que se presta a ser contemplada en su imagen; es el sādhu el que se presta a ser visto entre los lugareños. A cambio la gente “recibe” su darśan. Puede decirse entonces que esta “percepción sagrada” o la habilidad para ver en realidad la imagen divina es algo que le es concedido al devoto, tal como a Arjuna le fue dada la mirada que le permitió ver a Kṛṣṇa en la teofanía que describe la Bhagavad Gītā.4 Por otra parte, la preeminencia de los ojos en las imágenes divinas del hinduismo nos recuerda que no es sólo el devoto quien ve a la deidad. En realidad ésta también ve a aquél. El contacto entre devoto y deidad se produce mediante este intercambio de miradas. En la India suele decirse que una de las formas como puede reconocerse si una divinidad deambula entre la gente, en esta tierra, son unos ojos que jamás parpadean. Su mirada y su estado de alerta son ininterrumpidos. En su detallada monografía Eye and Gaze in the Veda, Jan Gonda enumera las muchas maneras como se imaginó y representó la poderosa mirada de los dioses aun en una época anterior a la producción real de imágenes.5 4 Bhagavad Gītā 11.8. Jan Gonda, Eye and Gaze in the Veda, Amsterdam: North-Holland Publishing Company, 1969. 5