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PALABRAS DEL SR. INTENDENTE POR EL ACTO DE ASUNCIÓN DE MONSEÑOR MOLLAGHAN
18 DE MARZO DE 2006.
Señor Gobernador de la Provincia, Ing. Jorge Obeid
Señor Arzobispo de Rosario, Monseñor José Luis Mollaghan
Señor Administrador Apostólico, Monseñor Eduardo Mirás
Autoridades civiles, militares, de las fuerzas de seguridad y policiales, eclesiásticas
Señoras y señores:
En nombre de la ciudad de Rosario y de su gobierno quiero expresar nuestra bienvenida a
Monseñor José Luis Mollaghan, que hoy toma posesión del gobierno pastoral de la
Arquidiócesis de Rosario.
También hoy nos toca despedir a Monseñor Eduardo Mirás, que nos acompaña en esta
Arquidiócesis desde 1994.
En Rosario estamos acostumbrados a una presencia activa de la Iglesia Católica en los
temas de interés público y en la vida cotidiana de la ciudad.
A lo largo de estos últimos doce años hemos aprendido, estimado Monseñor Mirás a
valorar enormemente su reflexión serena, su voz pausada, sus gestos de respeto y
comprensión hacia todos, su visión y su prédica ecuménica y, por sobre todas las cosas, su
trabajo por la paz, por la cohesión social y su permanente preocupación por la superación
de la pobreza y la exclusión social.
Nos constan sus esfuerzos a favor del diálogo y la concertación social como formas de
buscar alternativas posibles, para avanzar sobre la injusticia y la desigualdad.
Monseñor Mirás, esperamos que su merecido descanso no lo aleje de nuestra ciudad. Se
lleva Ud. el afecto, el respeto y el reconocimiento de todos los que hemos sido testigos de
su infatigable tarea.
Los argentinos necesitamos encontrar espacios de diálogo, generar confianza mutua,
necesitamos desinterés y grandeza para encontrar un camino común. Ese es nuestro mayor
desafío.
La construcción de una cultura de la vida, sustentada en la solidaridad y en el amor al
prójimo, en el respeto de los derechos de todos es una enorme tarea que nos compromete y
nos estimula a plasmar nuestros mejores esfuerzos en este presente del que somos
responsables.
“Aunque se extienda a todos los hombres, el amor al prójimo, no se reduce a una actitud
genérica y abstracta, poco exigente en sí misma, sino que requiere mi compromiso práctico
aquí y ahora”. Nos dice el Papa Benedicto XVI en su primera encíclica.
Con esa voluntad, esta ciudad, que tiene alma, que tiene nombre de mujer, que se precia de
haberse hecho a sí misma, con el orgullo de los que saben que su fortaleza no está en lo que
han conseguido hasta el momento sino en lo quieren lograr en el futuro, recibimos al nuevo
Arzobispo de Rosario.
Estamos seguros que con Monseñor Mollaghan seguiremos avanzando en la construcción
de puentes, en la búsqueda de una comunidad más solidaria y más humana. Conocemos su
trayectoria través de su paso por la Conferencia Episcopal Argentina, como delegado ante
el Consejo Episcopal Latinoamericano y por su tarea al frente de la diócesis de San Miguel,
en la provincia de Buenos Aires.
No tengo dudas de que a través de su presencia y su labor, seguiremos contando con la
iglesia para afrontar, en un trabajo común, los problemas de la ciudad y de la región y para
promover la búsqueda de la dignidad para todos los seres humanos que la habitan.
Sea bienvenido, Monseñor José Luis Mollaghan a nuestra ciudad. Esta es su casa.