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Transcript
10792410
8/1/2006
11:19 PM
EDITORIAL
Page 5
|
MIÉRCOLES 2 DE AGOSTO DE 2006
|
EL SIGLO DE DURANGO
| 5A
NORTE Y SUR
SALVADOR BARROS
Las caricaturas satánicas
as caricaturas de Mahoma en diarios europeos,
y la consecuente ola de
furia, puso en debate el respeto
religioso y la libertad de expresión. Para nosotros, la ofensa
partió de Occidente y prendió
los focos de alerta, sobre la intolerancia fundamentalista.).
Considero probable que la
publicación, en Dinamarca, de
algunas viñetas satíricas hacia
el Islam, en un momento tan
delicado como éste, haya sido
fruto de la casualidad. Menos
fortuita me parece la provocadora reproducción de las mismas viñetas por un diario francés. Provocadora e inútil, al
igual que la posterior campaña
en defensa de las libertades
que los medios occidentales
montaron enseguida en respuesta a las violentas protestas
de la gente musulmana en diversas capitales.
Veo, incluso, en todo esto,
una enésima demostración de la
pretensión de los occidentales de
dictar reglas al resto del mundo.
Nosotros tenemos cierta escala
de sensibilidad, otros pueblos
tienen otra. Puede no gustarnos
pero es una realidad de hecho.
En ese caso, la ofensa provino de
nuestra parte. Insistir no es más
que jugar con fuego.
Pero hay cosas peores: visto con ojos árabes, particularmente con ojos palestinos, este
atizar odios asumió el significado de una represalia cultural
por el resultado de las elecciones palestinas. Es inútil esconderse detrás de un dedo. Las
polémicas y los actos de violencia que se produjeron a continuación arrojan nafta al fuego.
Todo esto mientras el resultado de las elecciones palestinas asumía un enorme significado no solamente para el futuro de Oriente Medio, sino para
la paz del mundo entero. Todos
los comentaristas concuerdan
en ese sentido. Pero unos vieron en ese resultado la posibilidad de un desarrollo positivo y
los otros fueron capaces de ver
nada más que la oportunidad
para hacer sonar las alarmas y
para acusar al pueblo palestino, culpable colectivamente de
haber dado la mayoría de los
votos al partido Hamas.
(L
Como muchos otros, yo espero de los gobiernos europeos una mayor prudencia y
coherencia. Ante todo porque
el hecho mismo de haber llevado a cabo esas elecciones sin
incidentes, en calma, sin fraudes, con total respeto de todas
las normas, ha demostrado
una extraordinaria madurez
democrática de los palestinos.
No son muchos los países con
una democracia madura que
pueden jactarse de tener elecciones con el 80 por ciento de
los votantes.
El 25 de enero de 2006 representa un verdadero cambio
en todos los sentidos. Palestina
no es todavía un Estado en el
verdadero sentido de la palabra, pero ya no se puede repetir
que Israel es el único Estado
democrático en Oriente Medio.
La Autonomía Nacional Palestina está ahora en condiciones
de crear un gobierno plenamente legítimo, electo democráticamente. Hay quienes dicen incluso, y comparto esa opinión, que
la experiencia palestina está definiéndose como un auténtico
modelo para todo el mundo árabe, siendo al mismo tiempo la
demostración de que pueden
desarrollarse experiencias positivas de democratización en la
región siempre y cuando sea
con el consenso de las poblaciones. De más está decir cuánto
mejor es este modelo que la experiencia de la “introducción”
de la democracia en Irak.
En lo que se refiere al resultado concreto de las elecciones en la Autonomía Palestina,
éste representa ante todo una
respuesta a la incapacidad del
poder saliente de guiar al país,
de luchar contra la corrupción.
También es ésta una importante lección para el futuro.
En esencia, Europa tiene
muchas razones para estar satisfecha con este resultado. Porque fue justamente Europa la
que quiso las elecciones palestinas en 2005 y 2006. Estas elecciones fueron la demostración,
por otra parte, de que Europa,
si quiere, puede desempeñar un
papel autónomo, positivo y
constructivo en la reafirmación
de la paz en la región. Para los
palestinos sería totalmente in-
comprensible que Europa no
reconociera los resultados de un
proceso que ella misma alentó.
Negar estas elecciones equivaldría a decirles que se consideran buenos solamente los resultados que le gustan a Occidente,
es decir -si se me permite recordar momentos de una historia
ni siquiera demasiado lejanaequivaldría a afirmar el principio de la “democracia limitada”,
bastante cercano, contiguo incluso, al de la soberanía limitada
de los tiempos checoslovacos.
Es cierto que Hamas fue
puesto por los europeos en la
lista de las organizaciones terroristas pese a que, por ejemplo, Rusia no comparte esa opinión. Yo no justifico de ninguna
manera las declaraciones programáticas de Hamas que niegan el derecho a la existencia
del Estado de Israel. Pero es
verdad que los palestinos no
pueden aceptar que el 22 por
ciento de tierra que les quedó
esté todavía bajo la ocupación.
Es necesario decir, por lo tanto,
sin equívocos, que las exhortaciones a liquidar a un Estado
soberano, miembro de las Naciones Unidas, son inadmisibles. Deben ser, por ende, inequívocamente condenados los
métodos terroristas para realizar el programa que fuere.
Pero Hamas, reducido y
atrapado en un callejón sin salida, minoritario y aislado, no
es lo mismo que un partido de
mayoría que construye un gobierno o que participa en un
gobierno de coalición. En este
segundo caso tendrá, por fuerza, que ocuparse de hacer política y, haciendo política, tendrá
por fuerza que renunciar al terrorismo. Necesitará dar trabajo a quien no lo tiene, necesitará quebrar el círculo vicioso
de la corrupción, poner orden
en los territorios bajo el control de la Autonomía Palestina.
Éstas son obligaciones comunes a Hamas y Fatah, y en eso
no es admisible ninguna división. Por último, es necesario
dar respuesta a la aspiración
de la grandísima mayoría de
los palestinos a la paz, a una vida normal. Hemos leído encuestas de opinión, declaraciones de la gente simple, artícu-
ARCHIVO ADJUNTO
BARRÓN
los e investigaciones que demuestran que, para el pueblo,
ésas son prioridades irrevocables, mucho más que aventuras
militares y terroristas. En eso,
precisamente, tienen que apoyarse quienes quieren que la
región medio-oriental viva en
paz y tranquilidad. Me refiero
ante todo al cuarteto compuesto por Naciones Unidas, Europa, Estados Unidos y Rusia.
También Estados Unidos
tendrá que rever su política en
la región, política que actualmente ve desde el territorio de
Irak en guerra. La primera reacción de Estados Unidos al resultado de las elecciones palestinas fue un error. Si no lo corrige, los efectos podrían ser
muy graves. Declarar, inmediatamente después de la elección, que “con Hamas no habrá
negociaciones” significa cerrar
una posible salida política de
una situación ya difícil, no solamente para Hamas sino para
todos los palestinos.
Análoga reflexión debe
producirse en Israel. Es innegable que esa reflexión ya había comenzado en la etapa final
de la carrera política de Ariel
Sharon, pero sus resultados no
pueden cerrarse en la esperanza ilusoria de decisiones unilaterales, que hacen prisionero a
Israel con un muro de cinco
metros de alto, aislándolo del
mundo árabe que lo rodea. En
todo caso, Israel debe vivir con
él, ponerse de acuerdo, respetarlo para ser respetado. Ésa
es la señal que la comunidad internacional debe enviar a Israel antes de las elecciones que
se realizarán en poco tiempo.
En esencia, lo que sucedió con
la Autonomía Palestina y en
torno de ella confirma la necesidad de que todas las partes
muestren buena voluntad política y renuncien a los estereotipos. Antes y en vez de derivar
conclusiones pesimistas se
puede tratar de derivar las posibilidades positivas que la situación actual contiene. Ciertamente, no beneficia a nadie levantar banderas contra el Islam en nombre de las libertades civiles de Occidente.
ACTITUDES
LUIS F. SALAZAR WOOLFOLK
Legalidad o golpe de Estado
ópez Obrador y el PRD
se contradicen de nuevo
al impugnar el dictamen
del IFE que reconoce a Felipe
Calderón como ganador de las
pasadas elecciones, al pedir la
anulación del proceso por vía
de la llamada “nulidad abstracta”, que se opone al enfoque inicial que pretende que al
candidato inconforme se le declare ganador, mediante un recuento “voto por voto”.
El recuento de los votos
busca confirmar un resultado numérico sea cual fuere,
por lo que parte del reconocimiento esencial de las
elecciones, lo que está en
abierta contradicción con la
diversa solicitud de nulidad
del mismo proceso electoral, que se pretende viciado
de origen según los propios
impugnadores.
Por otra parte, la nulidad
abstracta es una figura que
no existe en la legislación mexicana. Aparece de manera
extraña en resoluciones aisladas del Tribunal Electoral del
Poder Judicial Federal basadas en la apreciación subjetiva de los magistrados en
cuanto a que el resultado de
las elecciones se haya visto
afectado por inequidad, cuya
existencia (de la inequidad)
no está fundada en hechos
concretos demostrados, sino
en una valoración intuitiva de
las condiciones del proceso en
sus distintas etapas.
La nulidad abstracta deriva del ejercicio de facultades
discrecionales ilimitadas que
se han atribuido a sí mismos
los magistrados del Trife, en
L
ocasiones que si bien son excepcionales, en todo caso sientan un precedente inadmisible
y peligroso, en la medida en
que violan la Constitución.
La nulidad abstracta viola
el principio de legalidad consagrado en los artículos 14 y
16 constitucionales, que recogen la esencia de la Carta
Magna inglesa del siglo XIII,
que disponen que la autoridad
sólo tendrá las facultades que
las que la ley en forma expresa le confiera.
La nulidad abstracta viola los artículos 49 a 52 de la
Ley General del Sistema de
Medios de Impugnación en
Materia Electoral, que consideran como causales de nulidad los hechos concretos que
la misma ley determina, que
tienen que ser probados en
juicio tanto por lo que hace a
su existencia, como en cuanto a que vulneren el ejercicio del sufragio individual, libre y secreto de los ciudadanos, influyendo en el resultado de la elección.
La impugnación debe expresar los hechos en forma individual respecto de cada casilla y distrito cuestionados,
lo que implica que para que se
estudie el reclamo de nulidad
que se haga valer, se debe haber protestado el cómputo de
cada casilla impugnada en
cualesquiera de estas dos
oportunidades: El día de la
elección al cierre del acta, o el
miércoles siguiente a la elección durante el recuento en
cada distrito electoral.
En la inconformidad del
PRD y sus aliados, ante la fal-
ta de una impugnación oportuna y específica casilla por
casilla y distrito por distrito,
alegan un novedoso “recurso
madre”, que tampoco tiene
existencia legal. Los perredistas entienden por esta figura,
fruto de su ocurrencia, la protesta singular de la elección
en el Distrito 15 del Distrito
Federal, en la que se alegan
presuntas
irregularidades
que piden se tomen en cuenta
para revisar otras cuarenta y
tantas mil casillas de todo el
país, respecto de las cuales no
se hacen señalamientos específicos que justifiquen la declaratoria de nulidad que los
inconformes solicitan.
La coalición que sostuvo la
candidatura de López Obrador no impugna casilla por casilla por falta de materia. El
proceso transcurrió dentro de
la normalidad y la jornada pasó a la historia como ejemplo
de razonable limpieza y abundante participación.
La inconformidad de López Obrador y el PRD es un
fuego fatuo que está encaminado al fracaso, a menos que
debido a las movilizaciones
que han puesto en marcha en
la capital de la República y en
virtud de la amenaza de violencia que existe, los magistrados del Trife sin base legal ni
constitucional invoquen a ese
fantasma jurídico de la nulidad
abstracta e invaliden las elecciones, lo que equivaldría para
efectos prácticos a un verdadero golpe de Estado.
Correo electrónico: [email protected]
JOSÉ SANTAGO HEALY
La última carta
ólo en México se dan estos espectáculos. La capital azteca está virtualmente tomada por las
huestes de la coalición Por el
bien de todos con el abierto y
generoso respaldo del Gobierno del Distrito Federal.
Plantones de tal naturaleza no se permiten en otros
países o al menos se canalizan
a parques o zonas en donde no
obstruyen la vialidad.
Sin duda es la última carta de Andrés Manuel López
Obrador antes de recurrir a
acciones de violencia que
pondrán al país al borde del
caos social.
Los mexicanos esperan
ansiosos el dictamen del Tribunal Federal Electoral y nadie sabe qué pasará si se ratifican los resultados del IFE y
el triunfo del candidato panista Felipe Calderón.
Pero las señales son claras, la confrontación se dará
tarde que temprano al menos
que las autoridades electorales concedan las demandas y
caprichos de López Obrador.
A final de cuentas la estrategia de la movilización social le
ha generado al político tabasqueño muy buenos dividendos.
En su reclamo por fraudes
electorales en Tabasco en
1991 y 1995, organizó dos exitosas caravanas al Distrito
Federal llamadas éxodos a la
democracia.
El año pasado bastó una
mega marcha al Zócalo de la
Ciudad de México para que el
gobierno de Vicente Fox desistiera de la persecución legal contra López Obrador,
cuando ya estaba desaforado
S
y fuera de la gubernatura del
Distrito Federal.
Hoy la situación es obviamente más compleja, delicada
e impredecible.
López Obrador se juega el
todo por el todo en este conflicto postelectoral. El tabasqueño sabe que si el Tribunal
ratifica su derrota ya no habrá mañana en sus aspiraciones políticas.
Es cierto, muchos políticos han llegado a la Presidencia de su país después de una
o dos derrotas. Ahí están los
casos de Richard Nixon y
Francois Mitterand.
Pero en México no sucede
igual; al contrario, lo predecible es que López Obrador
pase en muy poco tiempo a
un segundo plano y sea rebasado por nuevas figuras del
PRD como Marcelo Ebrard,
Ricardo Monreal y Lázaro
Cárdenas.
AMLO es además un dirigente populista y movilizador
de masas, carece de una mentalidad de largo plazo que lo
lleve a planear desde hoy su
futuro a tres o seis años más.
Por ello se ha enfrascado
en la lucha inmediata del “voto por voto, casilla por casilla”
con la idea final de reventar la
elección,
Poco le interesa lo que digan las leyes electorales que
le permitieron competir como
candidato presidencial. Hoy
desconoce su marco legal a
pesar de que prometió someterse a sus reglas cuando se
registró ante el IFE como aspirante presidencial.
López Obrador ya consiguió una buena parte de su co-
metido al transformar su lucha electoral en un movimiento político de gran alcance.
Llevar más de 350 mil personas al Zócalo y dejar a varias miles plantadas en campamentos lo fortalece como
dirigente y más en un gobierno que ha sido excesivamente
prudente, por no decir que tolerante y débil.
México y sus actores políticos deben prepararse para
el dictamen del Tribunal. Si
favorece las demandas de López Obrador, el IFE habrá de
desaparecer para dar paso a
un nuevo sistema electoral.
Si legitima el triunfo del
PAN, el futuro presidente
Felipe Calderón tendrá que
negociar de inmediato un
pacto de gobernabilidad con
el PRD.
López Obrador está
acostumbrado a las negociaciones; obviamente , no
dejará su movimiento por
una embajada o una secretaría de Estado, pero seguramente reconocerá a Calderón si su gobierno incorpora acciones y políticas
del perredismo.
Al final del día nada mal le
vendría al país un gobierno
panista impregnado de una
visión más social y con programas efectivos para erradicar la pobreza endémica de
por lo menos cuarenta millones de mexicanos.
Se vale soñar y esperar a
que la sensatez se imponga en
los días cruciales por venir.
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