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Andrea Sierra Análisis del cuento La compuerta número 12 por medio de la teoría de la recepción El cuento La compuerta número 12 será analizado por medio del método de la teoría de la recepción, específicamente siguiendo los lineamientos de Jauss (Selden, 2010). Su propuesta se basa en la relación entre lector y el texto y como esta nueva perspectiva beneficia a la historia literaria “…propone hacer esto mediante la alteración de la perspectiva desde la que tradicionalmente hemos interpretado los textos literarios” (Selden, 2010, pág. 357). Para esto propone el horizonte de expectativas que tiene como fin señalar el sistema de ideas que el lector desenvuelve al leer un texto. El analista debe objetivar el horizonte para que se pueda evaluar el carácter artístico de la obra. Para ello postula tres métodos por los cuales se puede lograr: empleo de criterios normativos como el género; estudiar la obra en relación a trabajos familiares en tradición literaria o en su contexto; y por último, distinguiendo entre ficción-realidad y/o poética-función práctica del lenguaje. En este ensayo se utilizará el segundo método, estudiando la obra literaria de los contemporáneos de Baldomero Lillo, específicamente los mayores exponentes del realismo en Chile a finales del siglo XIX y principios del siglo XX: Alberto Blest Gana y Luis Orrego Luco; así como una breve mención de la obra de Augusto Thomson, para señalar las características realistas de esta época. El criterio que se tomará como punto de partida será los estudios realizados sobre estos autores y el realismo latinoamericano en general. Baldomero Lillo es considerado uno de los principales exponentes del realismo chileno. Después de Blest y Orrego, su narrativa corta tuvo buen recibimiento en su época, al punto de ganar un premio de la Revista Católica por su obra Juan Fariña. Un año después, 1904, publica Sub Terra, una antología de ocho cuentos los cuales en su mayoría comprenden relatos ambientados en las minas. En 1907 publica Sub Sole, una recopilación de trece cuentos de la vida campesina y del mar. Para 1923, jubilado por achaques de salud que sufrió desde niño, se traslada fuera de la ciudad donde fallece a causa de tuberculosis pulmonar. En la época que él vivió, y unos cuantos años antes, Chile sufre un gran cambio. Se desliga totalmente de España, y empieza a industrializarse. La agricultura y la minería llegan a ser unas de las principales fuentes económicas del país. Esto lo que trae es el enriquecimiento y crecimiento de la burocracia, pero al mismo tiempo el empobrecimiento del resto de la población. Es bajo estas condiciones en que estos tres autores: Lillo, Blest y Orrego desarrollan sus habilidades literarias. Para este entonces, y desde 1930 aproximadamente, en Latinoamérica el realismo había tomado auge en el arte, en específico en las letras. El realismo surge por el cambio de ideología referente al Romanticismo, se deseaba ver el mudo desde un punto objetivo y no subjetivo. El realismo busca reflejar la vida y las costumbres, por lo que el autor, por medio de un lenguaje bastante claro y directo escribe detalladamente todo de lo que es testigo. Observa la realidad desde un punto científico y lo usa como medio para criticar, y muchas veces moralizar, respecto a los eventos sociales, políticos, económicos, entre otros. Se toman temas históricos donde la historia es vista como un hecho que influye en el presente (Maqueo, 2005). En Latinoamérica específicamente, existía inestabilidad social, muchos países se encontraban en guerras, en el caso de Chile la guerra contra Perú donde tuvo de aliado a Bolivia, y guerras civiles; existía diferencias raciales bastante marcadas, al igual que de las clases sociales, donde era un pequeño grupo quien recibía todos los beneficios del estado; también problemas económicos, territoriales, de inmigración, por lo que el arte fue utilizado para expresar el descontento ante las situaciones que se estaban viviendo. A ello se debe el auge de este género. Muchos críticos mencionan dos ramas del Realismo: el Costumbrismo, considerado como el último momento del Romanticismo, y el Naturalismo, las últimas consecuencias del realismo. Con esta inestabilidad y el fervor de criticar las malas decisiones e injusticias que se vivían, muchos escritores optaron por escribir novelas y cuentos. En este contexto se encuentra Alberto Blest Gana, considerado el fundador del Realismo en Chile con su obra Martín Rivas (1862) narrada en tercera persona retrata fielmente a la población chilena de esa época. Él es considerado como un realista costumbrista debido a que su mayor preocupación al momento de escribir era describir detalladamente las costumbres de su pueblo. Se encuentra una denuncia política y crítica social de tono menor. Por el contrario el retrató las estructuras sociales por medio de sus personajes que simbolizan las clases sociales, por lo que a través de sus acciones se estudia el uso correspondiente de cada una; por lo que el que un personaje sea hipócrita se puede analizar como que “se trata de la misma falta de convicción que detecta Blest Gana en los burgueses de la época, de la misma “farsa” política” (Concha, 2012). La crítica así mismo ha señalado la falta de penetración psicológica en sus personajes. Con esta breve crítica se puede concluir que la obra de Blest se basa específicamente en lo exterior de la realidad social en la que estaba viviendo. Pero que cumple con muchas de las características del Realismo. Luego se tiene a Luis Orrego Luco, que tomando un camino totalmente opuesto a Blest, se puede percibir cierta amargura acerca de la realidad que estaba viviendo. En Casa grande por ejemplo, según el ensayo de Grínor Rojo (2011), el autor se propuso realizar una crítica social, pero sobre la oligarquía, y el lector puede darse cuenta que para él no es de importancia el proletariado. Sus personajes y la trama buscan criticar severamente aquellas personas que tiene el derecho de liderazgo y que han permitido que los nuevos ricos se incorporen a esa clase social, a la que él pertenecía “La reprobación de Orrego en Casa grande no se dirige, en resumidas cuentas, hacia la clase dominante chilena como un todo, sino hacia la franja oligárquica de esa clase” (Rojo, 2011, pág. 19). En su caso, se puede observar como busca someter bajo juicio científico a esta clase social. Además se puede encontrar la importancia a los hechos históricos que él utiliza como ambiente en sus obras (Concha, 2012) por ejemplo en su otra novela titulada Memorias de un voluntario de la Patria vieja (1810) narra la fase inicial de la Independencia, donde predominan las discusiones legales y el personaje principal es un abogado. Augusto Thomson en su obra Juana Lucero, específicamente, ya que el resto de su obra, e inclusive un poco esta, tiene aspectos biográficos, se le ha señalado de Naturalismo, pero contiene muchas características de la novela realista y las descripciones sociales son muy apegadas a las costumbristas. Un rasgo importante es que en la novela se describe un momento histórico relacionado con José Manuel Balmaceda. Quien siendo presidente el Congreso no aprobó la Ley de Presupuesto, lo cual concluyó en una guerra civil en 1891. Los aliados ganaron la guerra y Balmaceda se suicidó el día siguiente de terminar su mandato. El ejemplo de Thomson es solo para observar las características que se repiten. Se puede resumir, que aunque cada autor escribió desde su punto de vista, rasgos como los hechos históricos que forman parte del relato, el detalle con que se narra, las costumbres, los ambientes y la búsqueda de crítica social encierran a groso modo la literatura de la época de Lillo. Con estas características ya mencionadas, una parte del horizonte que se necesita para analizar la obra, se buscarán las singularidades que presente el cuento La compuerta número 12 para determinar la distancia entre la obra y el horizonte. En primer lugar se debe mencionar la temática que se expone en este cuento, la dualidad que maneja. Por un lado está la inocencia del niño, que cree ir de paseo, y la conciencia del padre por forzar a su niño a trabajar; el futuro ante el pasado; la ayuda económica que representará tener un nuevo ingreso. Otros temas pueden ser la inocencia perdida, la vejez, la explotación infantil, entre otros muchos “con los codos en las rodillas y el pálido rostro entre las manos enflaquecidas, mudo e inmóvil pareció no percibir a los obreros […] y lo dejaron de nuevo sumido en la obscuridad. Sus ojos abiertos, sin expresión, estaban fijos obstinadamente hacia arriba […] en la contemplación de un panorama imaginario […]” (Lillo, 1904, pág. 26). Está ambientado en las minas, que para la clase burocrática significa ingresos, mientras que para el proletariado significa esclavitud. El detalle con que se describe los túneles, el cuarto donde debe trabajar el niño, la situación de otros menores que ya trabajan: “A cuarenta metros del pique se detuvieron ante una especie de gruta excavada en la roca. Del techo agrietado, de color de hollín, colgaba un candil de hoja de lata cuyo macilento resplandor daba a la estancia la apariencia de una cripta enlutada y llena de sombras” (Lillo, 1904, pág. 20). El autor indudablemente busca transmitir la indignación hacia lo que sucedía en esa época. El maltrato no solo para los hombres, sino para las familias, debido al poco salario que recibían y lo que esto conllevaba. La pobreza que Lillo describe es una pobreza extrema, no solo económica, sino también espiritual. El modo directo de describirlo, sin ningún miramiento, tal y como lo puede observar. En este cuento en particular se observa poco diálogo, y el poco que existe es clave para el cuento. Por ejemplo: “-Señor, aquí traigo al chico” (Lillo, 1904, pág. 21) encierra la trama del cuento, el inicio de la vida de peón del niño. Se puede mencionar “Juan-[…]- lleva este chico a la compuerta número doce, reemplazará al hijo de José, el cartillero, aplastado ayer por la corrida (Lillo, 1904, pág. 23)” donde se puede entender el riesgo que conlleva trabajar allí abajo, también la insensibilidad por la muerte de un menor y la explotación que significa. La mención de que ese trabajo es hecho por menores generaliza a la población de menores que tienen que trabajar “…pero que no tuviese miedo, pues había en la mina muchísimos otros de su edad, desempeñando el mismo trabajo” (Lillo, 1904, págs. 30-31) . La certeza y simpleza con la que usa los diálogos ayuda a dar más información que la que el mismo describe. La manera en como describe el cuerpo del padre, su agotamiento; las lágrimas del niño, que no le importa llorar y suplicar, luchar por su vida antes de ser dejado allí olvidado “La criatura medio muerta de terror lanzaba gritos penetrantes de pavorosa angustia […] sus ruegos y clamores llenaban la galería […]” (Lillo, 1904, pág. 34) Critica por medio de un lenguaje sencillo la situación en que vivía la mayoría de la población. Desnuda la verdad ante los demás, donde se manejan las palabras vejez e inutilidad en la misma expresión y con la misma persona. Al igual que en su cuento Los inválidos donde despiden al caballo el cual no tiene ningún sentido de vida, su vida se fue en el trabajo de la minería “El recuerdo de su vida, de esos cuarenta años de trabajos y sufrimientos, se presentó de repente a su imaginación, y con honda congoja comprobó que de aquella labor inmensa sólo le restaba un cuerpo exhausto que tal vez muy pronto arrojarían de la mina como un estorbo […]” (Lillo, 1904, pág. 32). Aparecen sentimientos como cansancio, furia, terror, entre otros. Tiene en común la crítica a la sociedad, el detalle al narrar. Así como Pero, ¿Realmente sobre pasa el horizonte de perspectiva? Tomando como base las características mencionadas con anterioridad se puede atrever a esperar de la obra de Lillo una descripción de las costumbres de las clases sociales en general. Como vivió en la capital parte de su vida adulta se puede pretender que escribiera sobre la burocracia, como lo hizo Blest, o sobre la oligarquía, como lo hizo Orrego. Los cuales empezaron a escribir mucho antes que Lillo. Se esperarían personajes simbólicos y arquetipos, sin entrar en mayores detalles de personalidad, sin dotar de individualidad a los personajes. Su obra tendría que tener referencias a hechos históricos específicos de la época y que marcaron al país. Y dotar de objetivismo puro a su obra. Pero por lo que se puede observar, este cuento carece de estos aspectos. No se encuentra algún hecho histórico relevante, más que la situación que vivían los mineros. No se describen costumbres, ni las diferentes clases sociales. Por el contrario el cuento se centra en dos personajes que dota de individualidad y a la que permite que el lector conozca sus sentimientos, en este caso su miedo, su frustración, terror, impotencia “Entonces echó a correr como un loco, acosado por el doliente vagido, y no se detuvo sino cuando se halló delante de la vena, a la vista de la cual su dolor se convirtió de pronto en furiosa ira […]” (Lillo, 1904, pág. 35) por lo que el lector se involucra con el personaje. Lillo no tenía como objetivo solo una vasta descripción, por medio de un lenguaje simple logra transportar al lector al mundo subterráneo, tal y como se llama el libro. Y transmite su crítica social: “Hilo de sangre mezclábanse al copioso sudor que inundaba su cuerpo, que penetraba como una cuña en la brecha abierta, ensanchándose con el afán del presidario que horada el muro que lo oprime; pero sin la esperanza que alienta y fortalece al prisionero: hallar al fin de la jornada una vida nueva, llena de sol, de aire y de libertad” (Lillo, 1904, pág. 36). Es un realismo llevado a un nivel diferente del que sus contemporáneos estaban escribiendo. Por lo que se puede concluir que esta obra, al analizar la distancia con el horizonte de expectativa según la clasificación de Jauss “Si las expectativas no se confirman, entonces el texto se acercará a lo ordinario; si, por otra parte, atraviesa el horizonte, se tratará de una obra de arte suprema” (Selden, 2010, pág. 359) se puede concluir que este cuento atravesó el horizonte de expectativa, ya que contiene las características generales del realismo social, pero que a diferencia de sus contemporáneos Lillo expuso una realidad aún más cruda que la realidad citadina. Por lo se puede decir que se está ante una obra literaria con carácter artístico. Aun así hay que tomar en cuenta que este análisis se basó en la crítica literaria que se han realizado sobre estos escritores y sus obras. Y una de las partes en que flaquea este método es específicamente en que “Nuestra reconstrucción de un horizonte de expectativa nunca puede ser objetivo […] dado que […] no tenemos un punto de vista trascendental desde el que podamos objetivamente observar el pasado. Además, al reconstruir un horizonte usamos evidencias [estudios preliminares de las obras] derivadas de textos literarios que deben medirse en relación con el horizonte que han contribuido a establecer”. Así mismo, todo método es aceptable, aunque contiene cierto enfoque subjetivo, por lo que se puede decir que la obra de Baldomero Lillo superó las expectativas de su época y mostró al mundo las injusticias de las que fue testigo por medio de un realismo social que trasciende. Bibliografía Concha, J. (2012). Leer a contraluz: estudios sobre narrativa de Blest Gana a Bolaño. Chile: Universidad Alberto Hurtado . Lillo, B. (1904). Sub Terra, cuadros mineros . Chile : Imprenta Moderna . Maqueo, A. M. (2005). 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