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Unidad II:
Factores que influyen en el comportamiento
Tema I:
P
S
I
C
O
L
O
G
Í
A
Bases biológicas de la conducta
BASES BIOLOGICAS DE LA CONDUCTA
Las neuronas: construcción de una “biocomputadora".
Los pensamientos, los sentimientos y las acciones tienen su origen en impulsos eléctricos
que recorren enmarañadas células nerviosas dentro del cerebro.
Aunque parecen estar muy lejos de nuestra vida diaria, todo
cuanto hacemos comienza en ellas. Veamos cómo funcionan,
cómo el sistema nervioso está "cableado" y cómo los científicos
estudian el cerebro.
El cerebro se compone de aproximadamente 100 000 millones de
neuronas (células nerviosas individuales). Estas células no sólo
transportan y procesan información, sino que además activan
músculos y glándulas. Una neurona por separado no es muy
inteligente; en realidad, se requiere de muchas para realizar una
acción tan sencilla como parpadear. Sin embargo, cuando forman vastas redes, producen
inteligencia y conciencia. Están conectadas entre sí en grupos compactos tienen largas
"cadenas" cada una recibe mensajes de muchas otras y transmite los propios. Millones de
neuronas deben enviar mensajes al mismo tiempo para generar el pensamiento más fugaz
(Carter, 1998). Cuando Carlos Santana toca un acorde en su guitarra, invierte miles de
millones de neuronas.
FUNCIONAMIENTO NEURONAL
Las partes de una neurona.
¿Cómo es una neurona? ¿Cuáles son sus partes
principales? No existen dos neuronas idénticas, pero la
mayoría tiene cuatro partes básicas. Las dendritas, que
asemejan las raíces de un árbol, reciben mensajes de otras
neuronas y el soma (cuerpo celular) hace lo mismo;
además, envía mensajes (impulsos nerviosos) hacia su
parte inferior a una delgada fibra llamada axón.
La mayoría de los axones acaban en terminales axónicas.
Estas "ramas" se enlazan con las dendritas y los somas de otras neuronas. De este modo, la
información pasa de una neurona a otra. Mientras que algunos axones miden apenas 0.1
milímetros de largo (aproximadamente el ancho de una línea de lápiz), otros se extienden
hasta un metro de longitud a través del sistema nervioso. (Por ejemplo, de la base de la
columna vertebral hasta el dedo gordo del pie). A semejanza de cables en miniatura, los
axones transportan mensajes por el cerebro y el sistema nervioso. En total, el cerebro
humano contiene unos 4.83 millones de kilómetros de axones (Hyman, 1999b).
Resumamos lo anterior con una metáfora. Imaginemos que estamos formados en una larga
fila de personas tomadas de una malla y la persona que se encuentra en el extremo derecho
de la fila quiere enviar en silencio un mensaje a la que está hasta el extremo izquierdo y lo
hace apretando la mano de la que está a su izquierda, quien a su vez se la aprieta a la que
está a su lado izquierdo y así sucesivamente. El mensaje llega finalmente a nuestra mano
derecha (dendritas) y decidimos transmitido (somos el soma). El mensaje pasa por el brazo
izquierdo (el axón). Entonces, con la mano izquierda (terminales axónicas) apretamos la
mano de la persona que está de nuestro lado izquierdo y el mensaje sigue, su camino.
El impulso nervioso.
Los iones, moléculas con carga eléctrica, se
localizan en ambos lados de la neurona, otros
están fuera de ella. Algunos tienen carga positiva y
otras negativas. Cantidades diferentes de estas
cargas existen tanto dentro como fuera de las
células nerviosas. De ahí que el interior de una
neurona del cerebro posea una carga eléctrica
aproximada de menos 70 milivolts (el milivolt es la
milésima parte de un volt). Esta carga permite a
las neuronas del cerebro funcionar como una
diminuta batería biológica.
La carga eléctrica de una neurona inactiva se
llama potencial de reposo. Pero las neuronas rara vez reposan por mucho tiempo: los
mensajes que llegan de otras lo elevan y lo reducen. Si la carga eléctrica alcanza unos 50
milivolts negativos, la neurona llegará a su umbral, o sea, el punto crítico para descargar un
impulso nervioso. Es como si dijera "Muy bien, es hora de enviar un mensaje a mis vecinos".
Cuando alcanza ese nivel, 50 milivolts, un potencial de acción (impulso nervioso) recorre el
axón a una velocidad de hasta 322 kilómetros por hora. Esta velocidad puede parecer
espectacular, sin embargo tarda al menos una fracción de segundo en reaccionar.
¿Qué sucede durante el potencial de acción? Diminutos túneles, llamados canales iónicos
atraviesan la membrana del axón. En condiciones normales, estas pequeñas aberturas
bloquearan a las moléculas que operan como "compuertas" y se abren durante el potencial
de acción para que iones de sodio (Na-t) penetren rápidamente en el axón. Los canales
primero se abren cerca del soma; después, puerta tras puerta, van abriéndose a lo largo del
axón a medida que el potencial de acción se desplaza.
El potencial de acción es un proceso de todo o
nada (un impulso nervioso ocurre por completo
o no ocurre en absoluto). Tal vez le resulte útil
imaginarse al axón como una hilera de fichas de
dominó colocadas una tras otra. Derribarla es un
acto de todo o nada. Una vez que la primera
ficha cae, una ola de se precipitará con rapidez
hasta el extremo de la hilera.
Del mismo modo, cuando se activa un impulso
nervioso cerca del soma, una ola de actividad
(el potencial de acción) viaja por el axón. Esto
es lo que sucede en las largas cadenas de neuronas cuando el cerebro le ordena a sus
manos qué hacer a continuación, nota tras nota.
Después de un impulso nervioso, la célula cae brevemente por debajo de su nivel de reposo
y está menos dispuesta a emitir una descarga. Este pos potencial negativo se debe a que
los iones de potasio (K') salen de la neurona mientras se abren las compuertas de la
membrana. Una vez terminado el impulso nervioso, los iones fluyen hacia adentro y hacia
fuera del axón, recargándolo para la siguiente acción. En nuestro modelo, la hilera de fichas
de dominó se reordena rápidamente. Del mismo modo, el axón está listo para otra ola de
actividad en poco tiempo.
Sinapsis y neurotransmisores.
¿Cómo pasa la información de una neurona a
otra?
El impulso nervioso es fundamentalmente
eléctrico, por eso la estimulación eléctrica del
cerebro afecta la conducta.
En contraste el impulso nervioso, la
comunicación entre las neuronas es de carácter
químico. El espacio microscópico de ella, por
donde pasan los mensajes, se conoce como
sinapsis. Cuando un potencial de acción llega a
las puntas de las terminales axónicas se liberan
neurotransmisores hacia el espacio sináptico.
Los neurotransmisores son sustancias químicas que alteran la actividad de las neuronas.
Al cruzar las moléculas por una sinapsis estas se adhieren a receptores especiales de la
siguiente neurona. Estos diminutos sitios recetores de la membrana celular son sensibles a
los neurotransmisores y se hallan en grandes cantidades en el cuerpo de las células
nerviosas y de las dendritas. Los músculos y las glándulas también tienen sitios receptores.
¿Los neurotransmisores siempre desencadenan un potencial de acción en la siguiente
neurona? No algunos simplemente la estimulan (hacen más probable que emita una
descarga). En todo momento una neurona puede recibir cientos o miles de mensajes
¿producen eso un impulso? Depende de varios mensajes estimulantes llegan con
proximidad temporal, la neurona emitirá una descarga, pero sólo si no recibe demasiados
mensajes "inhibidores" que la alejen desde punto de descarga. De este modo, los mensajes
se combinan antes que una neurona. "decida" descargar su potencia! de acción de todo o
nada. Multiplique estos procesos por 100 000 millones de neuronas y por 100 billones de
sinapsis y tendrá una extraordinaria computadora que fácilmente cabría en una caja de
zapatos.
En el cerebro hay más de 100 sustancias químicas trasmisoras: algunos ejemplos son la
acetilcolina, la adrenalina, la noradrenalina, la serotonina, la dopamina, la histamina y varios
tipos de aminoácidos. Las alteraciones en
algunas de ellas pueden acarrear serias
consecuencias. Por ejemplo, un nivel demasiado
bajo de dopamina puede causar los temblores
musculares de la enfermedad de Parkinson y un
nivel
demasiado alto
puede
ocasionar
esquizofrenia.
Muchos medicamentos imitan, duplican o
bloquean estos trasmisores. Por ejemplo, en
condiciones normales la acetilcolina activa los
músculos. Sin ella, nuestro amigo Yo-Yo b Ma ni
siquiera podría moverse, mucho menos tocar
una sonata de Bach. Ésa es la razón por la cual
el curare produce parálisis, ya que se adhiere a
los sitios receptores en Ios músculos y compite con la acetilcolina, impidiéndole activar las
células musculares. El resultado: una persona o animal no podrán moverse si les
administran curare, hecho bien conocido por los indios de la cuenca del Amazonas, quienes
lo ponen en sus flechas cuando salen de cacería.
Muchos nervios son blancos debido a que contienen axones recubiertos con una capa de
grasa llamada mielina. Los pequeños orificios de la capa permiten a los impulsos nerviosos
desplazarse más rápidamente. El potencial de acción salta de un orificio a otro sin tener que
recorrer el axón en toda su extensión. Sin el aumento de velocidad que eso permite,
probablemente sería imposible frenar a tiempo para evitar un accidente automovilístico.
Cuando la capa de mielina se daña, la persona puede sufrir entumecimientos, debilidad o
peor de los casos parálisis. Esto es lo que sucede en la esclerosis múltiple, enfermedad que
ocurre cuando el sistema inmunológico ataca y destruye la mielina del organismo. La capa
delgada de las células llamada neurilema recubre la mayor parte de los axones que están
fuera del cerebro y de la médula espinal. De hecho forma un túnel que las fibras dañadas
pueden seguir a medida que se reparan.
SISTEMA NERVIOSO
Redes de nervios
El sistema nervioso central (SNC) se compone del cerebro
y la médula espinal. El cerebro es la "computadora"
central del sistema nervioso. El cerebro se comunica con
el resto del cuerpo a través un enorme "cable"
denominado médula espinal y es desde que los mensajes
fluyen por el sistema nervioso periférico (SNP). Esta
intrincada red de nervios lleva información al sistema
nervioso central y de allí a otras partes del cuerpo. Los
daños provocados por una seria lesión del cerebro o de la
médula espinal suelen ser permanentes. Sin embargo, los
científicos han comenzado a lograr importantes avances en el proceso de reparación de
neuronas dañadas del sistema nervioso central. Por ejemplo, han logrado reparar
parcialmente la médula espinal de ratas de laboratorio. Primero cierran el orificio con fibras
nerviosas del exterior de la médula espinal; después las sustancias químicas, hacen que las
fibras cortadas crezcan por los túneles creadas por las fibras implantadas.
Muchas partes de nuestro cerebro son sorprendentemente muy similares a las de los
animales inferiores, como los lagartos. La inteligencia humana se relaciona con el gran
tamaño de nuestro cerebro. Su superficie rugosa se divide en áreas más pequeñas llamadas
lóbulos; en ciertas partes de estas estructuras se localizan las facultades de ver, oír,
caminar, pensar y hablar. Así, un mapa del cerebro se parece en ciertos aspectos al de la
conducta humana, como veremos a continuación.
Cerebro
El cerebro es el área más alta en el ser humano. Su capa externa se conoce como corteza
cerebral. Aunque mide apenas 3 milímetros de espesor (un décimo de pulgada), contiene
70% de las neuronas del sistema nervioso central. En él reside además gran parte de la
capacidad de usar el lenguaje, de hacer herramientas, de adquirir destrezas complicadas y
de vivir en grupos sociales complejos (Gibson, 2002). Sin ella, el hombre no sería mucho
más inteligente que los sapos.
Corticalización
La corteza cerebral parece una nuez gigantesca y arrugada.
Abarca casi la totalidad del cerebro con una capa de materia gris (tejido esponjoso formado
principalmente por cuerpos celulares). En los animales inferiores es pequeña y suave. En el
hombre está doblada y retorcida, es la estructura más grande del cerebro. El hecho de que
seamos más inteligentes que el resto de los animales se relaciona estrechamente con esta
corticalización, es decir, con el incremento del tamaño y las arrugas de la corteza.
Hemisferios cerebrales.
La corteza se compone de dos mitades, llamadas
también hemisferios cerebrales (mitades de esferas).
Ambos están conectados por el cuerpo calloso, una
banda gruesa de fibras. Éste es el principal "sistema de
cables a través del cual se comunican los hemisferios
derecho e izquierdo. Los resultados de un estudio
reciente concluyeron el cuerpo calloso es más grande en
personas que tocan música clásica que en personas que
no son músicos. Cuando persona toca el violín o el piano,
los hemisferios deben comunicarse rápidamente al
coordinar los movimientos de las manos. Se supone que
el tamaño del cuerpo calloso se altera con la experiencia
temprana; por ejemplo, con la práctica musical.
El lado izquierdo del cerebro controla principalmente las áreas derechas del cuerpo. Y el
lado derecho controla principalmente las áreas izquierdas. Con un ataque de apoplejía, el
hemisferio derecho queda dañado. La apoplejía se produce cuando una arteria que lleva
sangre al cerebro se bloquea y provoca la muerte de ciertas partes del tejido cerebral. Los
daños en el hemisferio derecho también pueden causar un problema poco común como la
conocida negligencia espacial. Los pacientes con este padecimiento no prestan atención al
lado izquierdo del espacio visual (Husain, 2002).
Es común también que no consuman los alimentos situados en el lado izquierdo de su plato.
Hay algunos que hasta se niegan a reconocer como propio su brazo izquierdo. (Springer y
Deutsch, 1998). Si señalamos hacia el brazo "ajeno", probablemente digan: "Oh, ése no es
mi brazo. Debe ser de otra persona".
Especialización hemisférica
En 1981 el biopsicólogo Roger Sperry (1914-1994) ganó el premio Nobel por su trabajo
sobre las habilidades especiales de los hemisferios. En su notable descubrimiento demostró
que los hemisferios derecho e izquierdo tienen distinto desempeño en pruebas de lenguaje,
percepción, música y otras capacidades.
Hemisferio derecho/hemisferio izquierdo.
Antes se dijo que las capacidades de los hemisferios son distintas;
¿En qué aspecto lo son? El cerebro divide su trabajo en formas interesantes.
Aproximadamente 95% de nosotros usamos el hemisferio izquierdo para el lenguaje (hablar,
escribir, entender). Además, este hemisferio es superior en matemáticas, en determinar el
tiempo y el ritmo, en coordinar el orden de movimientos complejos, como los necesarios
para hablar.
Por su parte, el hemisferio derecho puede producir sólo el lenguaje más simple y los
números. Trabajar con él es como para hablarle a un niño que sólo puede decir una docena
de palabras aproximadamente. Para contestar preguntas, este hemisferio debe recurrir a
respuestas no verbales, como señalar los objetos.
El hemisferio derecho posee sus propios talentos a pesar de la pobre producción de
lenguaje. Es especialmente bueno en las destrezas perceptuales: reconocer patrones,
rostros y melodías; armar rompecabezas; hacer un dibujo. Ayuda además a expresar las
emociones y a identificar las que otros sienten (Borod et al., 1998; Christianson et al., 1995).
Aunque el hemisferio derecho es prácticamente "afásico", sobresale en algunos aspectos de
la comprensión del lenguaje. Si se daña, perdemos la capacidad de entender las bromas, la
ironía, el sarcasmo y otras sutilezas. Fundamentalmente nos ayuda a apreciar el contexto
general donde se dice algo (Beeman y Chiarello, 1998).
Un cerebro, dos estilos. En términos generales, el hemisferio izquierdo interviene
principalmente en el análisis (dividir la información en partes). También la procesa
secuencialmente (por orden, un elemento tras otro). El hemisferio derecho procesa la
información en forma simultánea y holística (todo a la vez) (Springer y Deutsch, 1998).
En resumen, podríamos decir que el hemisferio derecho se especializa en integrar los
elementos del mundo en un conjunto coherente; capta todos los patrones y conexiones
generales. El hemisferio izquierdo se centra en los detalles. El hemisferio derecho adopta
una perspectiva amplia, mientras que el izquierdo se concentra en lo específico. El enfoque
del hemisferio izquierdo es local; el del derecho es global (Heinze et al., 1998; Hellige, 1993;
Huebner, 1998).
LOBULOS DE LA CORTEZA CEREBRAL
Además de los dos grandes hemisferios, la corteza cerebral se puede subdividir en lóbulos
más pequeños. Las figuras más grandes de la superficie del cerebro delimitan a mucho de
ellos, otros se consideran áreas independientes por cumplir funciones muy diversas.
Lóbulos occipitales
Se localizan en la parte posterior del cerebro y son el área
visual primaria de la corteza. Pacientes con tumores
(crecimientos celulares que interfieren con la actividad
cerebral) en esta, región presentan puntos ciegos en su visión.
¿Corresponden las áreas visuales de la corteza directamente a
lo que vemos? Efectivamente se traza un mapa de las
imágenes en la corteza, pero está muy distorsionado (Carlson,
2001). No piense que el área visual se parece a una pantalla
de televisión en el cerebro. La información visual crea patrones
complejos de actividad en las células nerviosas; no una imagen
televisiva.
Lóbulos parietales otorgue
Registran las sensaciones corporales y se sitúan justo arriba
de los lóbulos occipitales. Los estímulos táctiles, la temperatura,
la presión y otras sensaciones somáticas entran en el área
somato sensorial de los lóbulos parietales. Una vez más
comprobamos que el mapa de las sensaciones corporales está
distorsionado. La corteza refleja la sensibilidad de las regiones
corporales, no su tamaño. Las manos también son grandes en
el mapa de sensibilidad corporal, lo cual sin duda es muy útil
para los músicos, las mecanógrafas, los fabricantes de relojes,
los terapeutas masajistas, los enamorados y los neurocirujanos.
Lóbulos Temporales
Se ubican en ambos lados del cerebro. La información auditiva
se proyecta directamente hacia estos lóbulos convirtiéndolos en el principal sitio donde se
registra la audición. Los lóbulos temporales del lector se activarían si exploráramos el
cerebro con la tomografía por emisión de positrones (TEP), si Iuego tocáramos un disco
compacto con su música favorita. Y pudiéramos estimular el área auditiva de su lóbulo
temporal. "oiría" una serie de sensaciones sonoras.
En la mayoría de la gente, el lóbulo temporal izquierdo contiene un "centro" de lenguaje. En
aproximadamente 5%, las personas esa área se encuentra en el lóbulo temporal derecho.
Un daño al lóbulo temporal puede limitar seriamente la capacidad de emplear el lenguaje.
Lóbulos frontales.
Se relacionan con capacidades mentales de nivel superior. Son
el área que controla el movimiento: un arco de tejido situado
arriba del cerebro, llamado corteza motora, dirige los músculos
corporales. Si la estimulamos con corriente eléctrica, varias
partes del cuerpo se sacudirán bruscamente o se moverán.
Igual que el área somato sensorial, la corteza motora
corresponde a la importancia de las regiones corporales, no a
su tamaño. Por ejemplo, las manos ocupan un área más
extensa que los pies. Si alguna vez se preguntó por qué sus
manos son más diestras que sus pies, en parte se debe a que
una proporción mayor de la corteza motora está dedicada a
ellas.
Los lóbulos frontales se relacionan con conductas más complejas. Si se dañan, la
personalidad del paciente y su vida emocional pueden cambiar de modo drástico. También
el razonamiento o la planeación pueden verse afectados. Los pacientes con este tipo de
daño cerebral quedan frecuentemente "aferrados" a actividades mentales y repiten una y
otra vez las mismas respuestas equivocadas (Coel y Grafman, 1995). La exploración TEP
indica que gran parte de lo que llamamos inteligencia se relaciona con el incremento en la
actividad de las áreas frontales de la corteza (Duncan, 2000). Por desgracia, el abuso de
drogas es una manera en que pueden dañarse (Liu, 1998).
Áreas de asociación.
Sólo una pequeña parte de la corteza cerebral controla al cuerpo y recibe información de los
sentidos. El resto de las áreas circundantes, llamadas corteza de asociación, la combinan y
la procesan. Si vemos una rosa, nos ayudarán a reconocerla ya nombrarla. La corteza de
asociación interviene en las habilidades mentales superiores. Por ejemplo, la persona con
daño en las áreas del hemisferio izquierdo puede sufrir afasia (deterioro de la capacidad de
usar el lenguaje).
Un tipo de afasia se relaciona con el área de Broca, "centro del habla" situado en el lóbulo
frontal izquierdo (Leonard, 1997). A las personas con daño en el área de Broca se les
dificulta mucho hablar o escribir. Normalmente, su gramática y pronunciación son deficientes
y su habla es lenta y forzada.
Por ejemplo, la persona puede decir "bificleta" en lugar de bicicleta, "seña" por sueño o
"zocaido" por zodiaco. En general, la persona sabe lo que quiere decir, pero al parecer no
puede pronunciar las palabras (Geschwind, 1979).
Cuando se daña el área de Broca, la pérdida de lenguaje puede relacionarse con el sexo del
individuo.
Un segundo sitio del lenguaje, llamado
área de Wernicke , se localiza en el
hemisferio temporal izquierdo. Si se
daña, la persona tendrá problemas para
entender el significado de las palabras,
no su pronunciación. Un paciente (afasia
de Broca podría decir "tssila" cuando se
le muestra la fotografía de una silla. En
cambio, un paciente de Wernicke podría
decir "taburete" (Leonard, 1997).
La agnosia (incapacidad de identificar los
objetos vistos), conocida también como
"ceguera mental", es uno de los
resultados más interesantes del daño
cerebral. He aquí un ejemplo: si mostramos una vela a una paciente llamada Alice, la
describirá como "un objeto largo y estrecho que se afila en la punta". Podría incluso dibujarla
con precisión y aún así no poder mencionar su nombre, pero si se le permite sentirla, podrá
designarla al instante (Warrington y McCarthy, 1995).En una palabra, Alice puede ver el
color, el tamaño y la forma, pero simplemente no puede percibir el significado de los objetos
(De Haan et al., 1995).
¿Las agnosias se limitan a objetos? No. Una forma fascinante de “ceguera mental” es la
agnosia facial, es decir, la incapacidad de percibir caras conocidas. Una paciente con
agnosia facial fue incapaz de reconocer a su esposo y a su madre cuando la visitaron en el
hospital, y no pudo identificar fotografías de sus hijos. Sin embargo, cuando los visitantes
hablaban, los reconocía inmediato por sus voces (Benton, 1980).
Las áreas dedicadas a reconocer los rostros se ubican debajo de los lóbulos occipitales y al
parecer no tienen ninguna otra función. ¿Por qué una parte del cerebro se reserva
exclusivamente a identificar rostros? Desde un punto de vista evolutivo en realidad no es tan
sorprendente. Después de todo, somos animales sociales y el reconocimiento facial es muy
importante. Esta especialización no es más que un ejemplo de un maravilloso órgano de
conciencia que poseemos.
En resumen, el grueso de la experiencia diaria y nuestro conocimiento del mundo tienen su
origen en las áreas sensoriales, motoras y de asociación situadas en la corteza cerebral. El
cerebro humano es el más avanzado y complejo de las especies provistas de este órgano;
sin embargo, no garantiza en absoluto que una "biocomputadora" tan excelente sea
aprovechada al máximo. Con todo, su potencialidad no deja de asombramos.
La subcorteza: en lo más profundo del cerebro
Podemos perder grandes porciones del cerebro y aun así
sobrevivir. No sucede lo mismo con las áreas situadas
debajo de la corteza. Un daño serio de esta región (parte
inferior del cerebro) puede resultar fatal. Algunas áreas de
ella regulan muchas funciones vitales: hambre, sed, sueño,
atención, sexo, respiración. Examinemos brevemente cada
una.
La subcorteza se ubica justo abajo de los hemisferios
cerebrales. Puede dividirse en el tallo cerebral (cerebro
posterior, rombencéfalo), mesencéfalo (cerebro medio) y
prosencéfalo (cerebro anterior). Este último contiene la
corteza cerebral, la cual ya estudiamos debido a su tamaño
e importancia. Para nuestros propósitos, el cerebro medio
puede considerarse como un nexo entre el cerebro anterior
y el mesencéfalo. Por consiguiente, nos enfocaremos en el
resto de la subcorteza.
Cerebro posterior (o rombencéfalo)
¿Por qué las áreas inferiores del cerebro son tan importantes?
Conforme la médula espinal entra en el cráneo para unirse al encéfalo, éste se ensancha
para formar el rombencéfalo, o tallo cerebral, el cual se conforma principalmente del bulbo
raquídeo (médula oblongada) y el cerebelo. El bulbo raquídeo contiene centros importantes
para el control reflejo de las funciones vitales, entre las que se encuentran la frecuencia
cardiaca, la respiración y la deglución. Algunos fármacos, enfermedades y lesiones pueden
deteriorarla y acabar con la vida del individuo, o bien, ponerla en peligro. Por eso un golpe
en el cuello puede resultar extremadamente peligroso.
El puente de Varolio, una pequeña protuberancia situada en el mesencéfalo, funciona como
un puente entre el bulbo raquídeo y otras áreas del cerebro. Además de conectarse con
muchas otras estructuras, el cerebelo entre ellas, influye en el sueño y en la activación.
El cerebelo, que parece una corteza en
miniatura, se halla en la base del cerebro. Regula
fundamentalmente la postura, el tono y la
coordinación muscular. También almacena las
memorias relacionadas con destrezas y hábitos
(Thompson, 1991).
¿Qué sucede cuando el cerebelo se lesiona? Sin
el cerebelo sería imposible realizar actividades
como caminar, correr y jugar. Los primeros
síntomas de una enfermedad paralizante, llamada
degeneración espinocereberal, son temblores,
mareos y debilidad muscular. Con el tiempo, a las
víctimas les resulta difícil realizar cosas tan sencillas como sostenerse de pie, caminar o
alimentarse.
Formación reticular. La formación reticular (FR)
se localiza en el interior del bulbo raquídeo y del
mesencéfalo y se trata de una red de fibras y de
cuerpos celulares. La FR influye en los mensajes
que entran y salen del cerebro, dando prioridad a
algunos y excluyendo a otros. Como resultado, la
formación reticular influye en la atención. Esta
estructura alcanza su madurez plena en la
adolescencia razón por la cual los niños tienen
periodos tan cortos de atención. También modifica
las, ordenes que se dirigen al cuerpo, afectando
así el tono muscular, la postura y los movimientos
de ojos, rostro, cabeza, cuerpo y miembros. Así mismo, controla los reflejos que intervienen
al respirar, estornudar, toser y vomitar.
Otra función importante de la formación reticular es mantenemos vigilantes, alertas y
despiertos. Los mensajes provenientes de los órganos sensoriales se ramifican en una parte
de la formación reticular llamada sistema reticular (SRA), el cual bombardea la corteza con
estimulación, manteniéndola activa y alerta. Por ejemplo, suponga que un conductor
somnoliento toma una curva y de repente ve un venado frente a él; de inmediato se
despabila y pisa el freno.
Este individuo debe agradecerle a su sistema reticular activador que ha despertado su
cerebro y evitado un accidente. Si a usted le da sueño mientras lee esta unidad, haga la
prueba de pellizcarse ligeramente el oído, un poco de dolor hará que el sistema reticular
activador active al instante su corteza cerebral.
Cerebro Anterior
Como perlas preciosas, dos de las estructuras más importantes del organismo se
encuentran en lo profundo del cerebro. El tálamo y una región debajo de ella llamada
hipotálamo son partes fundamentales del cerebro anterior.
¿Por qué estas dos estructuras son más importantes que otras que ya describimos? El
tálamo opera como un "conmutador" de mensajes sensoriales que se dirigen a la corteza.
La visión, la audición, los estímulos táctiles y gustativos pasan por esta pequeña estructura
en forma de balón de fútbol americano. Por eso, la más mínima lesión puede ocasionar
sordera, ceguera o la pérdida de otros sentidos, a excepción del olfato.
El
hipotálamo
humano
tiene
aproximadamente el tamaño de una uva.
A pesar de sus dimensiones, es un centro
maestro que regula la emoción y muchos
motivos primarios (Cadson, 2001). Influye
en conductas tan heterogéneas como
sexo, ira, control de la temperatura,
segregación de hormonas, alimentación e
ingestión de bebidas, sueño, vigilia y
emoción. Es básicamente un "cruce" que
conecta muchas regiones del cerebro.
También es la trayectoria definitiva de
muchas clases de conducta. En una palabra, es el último lugar donde muchas conductas se
organizan o se escogen antes que los mensajes salgan del cerebro, haciendo que el
organismo reaccione.
El sistema límbico.
Se compone del hipotálamo, algunas partes del
tálamo, la amígdala, el hipocampo y otras
estructuras. (El sistema límbico interviene de
manera importante en la producción de las
emociones y de la conducta motivada).
En varios de sus puntos se origina la ira, el temor,
las respuestas sexuales y la excitación intensa.
Por ejemplo, podemos hacer agresivos a los
gatos estimulando eléctricamente su sistema
límbico. De hecho, se ha comprobado que se
agazapan, silban, se inclinan hacia adelante y
tensan sus músculos, características de defensa o ataque. En el ser humano el daño de este
sistema a menudo origina una conducta agresiva y autodestructiva (Garza- Treviño, 1994).
A lo largo de la evolución, el sistema límbico fue la primera capa del prosencéfalo (cerebro
anterior) en aparecer. En los animales inferiores contribuye a organizar las respuestas
básicas de la supervivencia: alimentación, escape, lucha y reproducción. En el hombre
subsiste un nexo claro con las emociones; en particular con el miedo. Por ejemplo, durante
unas pruebas clínicas una mujer reaccionaba con ataques repentinos de miedo.
Cerebro y conducta
En una palabra, es el último lugar donde
muchas conductas se organizan o se
escogen antes que los mensajes salgan
del cerebro, haciendo que el organismo
reaccione con ataques repentinos de
miedo e ira cuando le estimulaban la
amígdala, diciendo "Siento como si
quisiera levantarme de esta silla. ¡Por
favor, no me dejen hacerlo! ¡No quiero
dañar a nadie! ¡Deseo tomar algo y
romperlo en mil pedazos!" (King, 1961). La
amígdala es un "camino rápido" hacia la
corteza. A semejanza de los animales
inferiores, somos capaces de reaccionar
frente a estímulos peligrosos antes que
sepamos lo que va suceder. Las respuestas rápidas de esta estructura favorecen la
supervivencia en situaciones donde hay un peligro verdadero, como en un combate militar.
Los trastornos del sistema cerebral que regulan el miedo pueden ocasionar problemas
serios. Un ejemplo de ello es el veterano de guerra que involuntariamente se oculta entre los
arbustos al escuchar el escape de un automóvil (LeDoux, 1996, 1999). Algunas partes del
sistema límbico han adoptado otras funciones de más alto nivel.
Una de ellas, el hipocampo, contribuye de modo importante a la creación de memorias
duraderas (Bigler et al., 1996). Se halla dentro de los lóbulos temporales, razón por la cual al
estimularlos se producen experiencias semejantes a la memoria o al sueño. También nos
sirve para desplazarnos en el espacio. Por ejemplo, el hipocampo derecho se volverá más
activo cuando alguien planea mentalmente recorrer una ciudad en su automóvil.
Los psicólogos han descubierto que los animales aprenderán a tirar de una palanca para
obtener una dosis satisfactoria de estimulación eléctrica en su sistema límbico. Su conducta
indica que la estimulación es agradable o placentera. En efecto, varias áreas del sistema
operan como trayectorias de recompensa o "placer". Muchas de ellas se encuentran en el
hipotálamo, donde se superponen a áreas que controlan la " sed, el sexo y el hambre.
Muchas de las mismas trayectorias del, placer se activan con las drogas de uso común:
cocaína, anfetaminas, heroína, nicotina, marihuana y alcohol. Esto explica, en parte por qué
resultan tan placenteras (Wise y Rompre, 1989). Quizá le interese saber que la música que
calificaría de "impactante" activa los sistemas de placer en el cerebro. A ello se debe el
atractivo de la música que produce escalofríos en la columna vertebral (Blood y Zatorre,
2001). (También por qué pagamos tanto por un boleto de concierto musical). Las áreas de
castigo, o "aversivas" también se localizan en el sistema límbico. Cuando se activan, el
animal muestra malestar y hará lo posible por interrumpir la estimulación. Descubrimientos
como los anteriores siguen fascinando a los psicólogos pues en gran medida la conducta se
basa en buscar placer y evitar el dolor.
El maravilloso cerebro
Conviene hacer un breve repaso después de la abundante información que obtuvimos en
nuestro recorrido por el cerebro. Hemos visto que el cerebro es un conjunto de miles de
millones de células sensoriales y fibras nerviosas. El cerebro controla las funciones vitales,
lleva un registro del mundo externo, envía órdenes a músculos y glándulas, reacciona ante
las necesidades actuales, produce la magia de la conciencia y regula la conducta del
individuo, todo ello al mismo tiempo.
La información que llega se distribuye por todo él y converge otra vez a la medida que pasa
por la médula espinal, los músculos y las glándulas. El sistema en su conjunto es mucho
más complicado de lo que indica nuestra exposición de "segmentos" independientes.
Además, el cerebro revisa constantemente sus circuitos en respuesta a las experiencias
cambiantes de la vida.
Sistema Nervioso Periférico
Se divide en sistema somático y sistema
autónomo. El primero lleva los mensajes desde y
a partir de los órganos sensoriales y los
músculos esqueléticos. En general controla la
conducta involuntaria. Por su parte el sistema
nervioso autónomo (SNA) regula los órganos
internos y las glándulas en este contexto
autónomo significan autorregulador.
Las actividades gobernadas por el son casi
vegetativas o automáticas: frecuencia cardiaca,
digestión y sudoración. Los mensajes que
transmite el sistema somático hace que la mano
se mueva, pero no hace que el ojo se dilate.
Los mensajes que transmite el sistema nervioso autónomo puede estimular la digestión,
pero no ayuda a escribir una carta. El sistema nervioso autónomo se divide en dos ramas la
simpática y parasimpática. Ambas se relacionan con las reacciones emocionales como
llorar, sudar, respirar y otras acciones involuntarias.
El sistema nervioso autónomo, junto con el somático, coordina las reacciones internas del
cuerpo ante estímulos del mundo exterior.
¿En que se distinguen las ramas del sistema nervioso autónomo?
La rama simpática es un sistema de emergencia, ya que prepara al organismo para luchar o
huir en momentos de peligro o de emoción. En esencia lo estimula para la acción.
La rama parasimpática tranquiliza al organismo y lo reintegra a un nivel de menor excitación.
Su actividad es máxima poco después de una emoción, contribuye además a mantener en
niveles moderados funciones vitales como la frecuencia cardiaca, la respiración y la
digestión.
Ambas ramas del sistema nervioso autónomo siempre están activas. En un momento dado,
su actividad combinada determina si el cuerpo está relajado o en actividad.
La Médula Espinal
La médula espinal es una especie de cable que conecta
al cerebro con otras partes del cuerpo. Si lo cortáramos
en forma transversal, veríamos columnas de materia
blanca (manojos de axones recubiertos con mielina). Los
axones forman nervios al salir de la médula espinal. Otro
par (no mostrado) sale del extremo. Los 31 nervios
espinales transportan mensajes sensoriales y motores
desde y hacia la médula espinal. Además, 12 pares de
nervios craneales parten directamente del cerebro.
Juntos, mantienen al organismo en comunicación con el
cerebro.
¿Cómo se relaciona la médula espinal con la conducta?
El patrón conductual más simple es el arco reflejo, que ocurre cuando un estímulo
desencadena una respuesta automática. Tales reflejos ocurren dentro de la médula espinal
sin que intervenga el cerebro. Imagine que uno de nuestros jugadores de frisbee pisa una
espina. El dolor es detectado inmediatamente en sus pies por una neurona sensorial (célula
nerviosa que lleva mensajes de los sentidos al sistema nervioso central). Entonces, y de
manera automática, las neuronas sensoriales emiten un mensaje a la médula espinal.
En el interior de la médula espinal, una de las neuronas sensoriales, forma sinapsis con una
neurona conectora (célula nerviosa que enlaza otras dos). Ésta, a su vez, activa una
neurona motora (célula que lleva órdenes del sistema nervioso central a músculos y
glándulas). Las fibras musculares se componen de células efectoras (células que producen
una reacción), las cuales se contraen y provocan que el pie se retire del lugar en donde está
la espina. Note que no se requiere de una actividad cerebral para que ocurra un acto reflejo.
El cuerpo reaccionará automáticamente para protegerse.
En realidad, un reflejo simple suele desencadenar una actividad más compleja. Por ejemplo,
los músculos de la otra pierna, deben contraerse para sostenerlo mientras desplaza su peso.
Incluso eso puede hacerlo la médula espinal, pero intervienen muchas otras células y varios
nervios espinales. La médula espinal normalmente comunica sus acciones al cerebro. Al
retirar el pie de la espina, sentirá dolor y pensará: "¡Ouch!, ¿qué fue eso?".
Seguramente ya se habrá dado cuenta de la conveniencia de tener una médula espinal
capaz de reaccionar en forma independiente. Estas respuestas automáticas liberan el
cerebro para que se ocupe de información más importante, la ubicación de los árboles, de
los postes de luz y de espectadores.
El sistema endocrino: hormonas y conducta
La conducta humana no es producto
exclusivamente del sistema nervioso. Las
glándulas son el segundo gran sistema
contaminación del organismo. El sistema
endocrino está constituido por glándulas
que vierten directamente sustancias
químicas en la corriente sanguínea o en
el sistema linfático. Esas sustancias,
llamadas hormonas, son transportadas
por todo el cuerpo y afectan las
actividades internas, lo mismo que la
conducta visible. Se relacionan con los
neurotransmisores. A semejanza de
éstos, activan las células.
Éstas no pueden responder si no cuentan con sitios receptores de las hormonas.
¿Cómo influyen las hormonas en la conducta? Las hormonas nos afectan en múltiples
formas, aunque rara vez nos demos cuenta. He aquí una breve muestra: las glándulas
suprarrenales segregan más hormonas durante las situaciones de estrés; los andrógenos
(hormonas "masculinas") se relacionan con el impulso sexual en hombres y mujeres; las que
se secretan en momentos de emoción fuerte intensifican la formación de recuerdos; al
menos una parte de la crisis emocional de la adolescencia se debe a niveles elevados de
hormonas; varias de ellas asumen el control cuando estamos enojados y no cuando
tenemos miedo. Los ejemplos anteriores son una simple muestra, por lo cual vamos a
estudiar otros efectos que ejercen sobre el cuerpo y la conducta.
La hipófisis (o glándula pituitaria) es un
globo del tamaño de un chícharo. Una de
sus funciones más importantes es regular
el crecimiento. Durante la niñez segrega
una hormona que acelera el desarrollo
corporal. Si libera muy poca hormona del
crecimiento, el individuo
tendrá una
estatura mucho menor de la promedio.
En
cantidades
excesivas
causa
gigantismo
(crecimiento
corporal
exagerado). En el periodo avanzado de
crecimiento produce acromegalia, estado
en que aumenta demasiado el tamaño de brazos, manos, pies y huesos faciales. La
acromegalia origina rasgos faciales prominentes, de los que algunos se sirven para hacer
una carrera de actor, luchador, etcétera. La hipófisis rige el funcionamiento de otras
glándulas (sobre todo de la tiroides, las glándulas suprarrenales, los ovarios o testículos).
Éstas, a su vez, regulan procesos orgánicos como el metabolismo, la respuesta al estrés y la
reproducción. En la mujer controla la producción de leche durante el embarazo.
A menudo se le conoce como "glándula maestra" porque sus hormonas influyen en otras
glándulas endocrinas. Pero tiene a su vez un amo: la dirige el hipotálamo, que se halla
encima de ella. De ese modo el hipotálamo afecta a las glándulas de todo el cuerpo, y es el
principal nexo entre, el cerebro y el sistema glandular (Carlson 2001).
En algún tiempo la glándula pineal fue considerada un residuo inútil de la evolución.
En algunos peces, ranas y lagartos es un órgano bien desarrollado y fotosensible, conocido
también como el "tercer ojo". Hoy en el hombre su función consiste en llegar a la luz (por así
decirlo). Libera la hormona melatonina ante las variaciones diarias de la luz. Los niveles de
melatonina en la corriente sanguínea, elevan al anochecer y alcanzan su nivel máximo hacia
media noche. Vuelven a descender al acercarse el amanecer. Este ciclo regulado por la luz
sirve para controlar los ritmos del organismo y del sueño.
La glándula tiroides, situada en el cuello,
regula el metabolismo, el metabolismo es la
rapidez con que se produce y se consume
energía en el cuerpo. Altera el metabolismo
y con ello puede influir poderosamente en la
personalidad. El paciente que sufre
hipertiroidismo (una tiroides demasiado
activa) tiende a ser delgada, tensa, excitable
y nerviosa. Una tiroides poco activa
(hipotiroidismo) en el adulto puede
ocasionar inactividad somnolencia, lentitud y
obesidad. En la infancia el hipotiroidismo
limita el desarrollo del sistema nervioso,
produciendo retraso mental severo.
Cuando estamos asustados o enojados, unas reacciones importantes preparan nuestro
cuerpo para la acción: la frecuencia cardiaca y la presión arterial aumentan, el azúcar
almacenado se libera hacia la corriente sanguínea para suministrar energía rápidamente, los
músculos se tensan y reciben más sangre, y ésta se prepara para coagular más pronto en
caso de lesiones. Como señalamos antes, estos cambios están controlados por el sistema
nervioso autónomo. Más exactamente, su rama simpática hace que las glándulas
suprarrenales segreguen las hormonas epinefrina y norepinefrina (conocidas más
comúnmente como adrenalina y noradrenalina). La adrenalina, que se asocia con el miedo,
tiende a activar el organismo, la noradrenalina también hace lo mismo, pero se relaciona con
la ira.
Las glándulas suprarrenales se ubican justo
arriba de la parte posterior de la caja torácica,
específicamente encima de los riñones. La
médula suprarrenal, o núcleo interno, es la
fuente de adrenalina y noradrenalina. La
corteza suprarrenal o capa externa de ellas,
produce un grupo de hormonas llamadas
corticoides. Una de sus funciones consiste en
regular el equilibrio de la sal. Una deficiencia
de ciertos corticoides provoca en el hombre un deseo irresistible de deleitarse con la sal. Los
corticoides ayudan al organismo a adaptarse al estrés y son fuente secundaria de las
hormonas sexuales.
La secreción excesiva de las hormonas sexuales suprarrenales puede ocasionar virilismo
(características masculinas exageradas). Por ejemplo, a la mujer le crece barba o la voz del
hombre es tan baja que difícilmente se entiende lo que dice. En los primeros años de vida
puede causar pubertad prematura (desarrollo sexual pleno en la niñez).
Las hormonas sexuales, hay otra cuestión que vale la
pena mencionar. Uno de los principales andrógenos, u
hormonas "masculinas", es la testosterona que las
glándulas
suprarrenales
segregan
en
pequeñas
cantidades. (Los testículos son la fuente principal de
testosterona en los varones.) Quizá haya oído que los
atletas que quieren una gran masa muscular usan
esteroides anabólicos. La mayoría de ellos son una
versión sintética de la testosterona.
Aunque los atletas crean lo contrario, no se ha
demostrado que los esteroides mejoren el rendimiento y si
que pueden causar efectos secundarios: voz más grave o calvicie en la mujer; disminución
del tamaño de los testículos, impotencia sexual o crecimiento de los senos en el hombre. En
los adolescentes más jóvenes se observa mayor riesgo de ataques cardiacos y apoplejía,
daño al hígado o atrofia del crecimiento (Bahrke, Yesalis y Brower, 1998). Por eso muchas
asociaciones deportivas prohíben el consumo de esteroides anabólicos.
Métodos de investigación: descripción de los dominios internos del cerebro.
La psicobiología estudia la forma en que los procesos
biológicos, el cerebro y el sistema nervioso se
relacionan con la conducta. Muchas de las funciones
del cerebro fueron identificadas mediante estudios
clínicos en los que se examinaron cómo las
enfermedades o lesiones del cerebro afectan la
personalidad, la conducta y las capacidades
sensoriales. Una técnica experimental afín se funda en
la ablación (extirpación quirúrgica) de algunas de sus
partes. Cuando la ablación causa cambios en la
conducta o en las sensaciones, conocemos la función
de la parte extirpada. Otro método consiste en utilizar la estimulación eléctrica para "activar"
las estructuras cerebrales" Por ejemplo, podemos activar su superficie tocándola con un
pequeño alambre electrificado llamado electrodo. Cuando esto se hace durante la cirugía del
cerebro, los pacientes describen cómo les afectó la estimulación. El cerebro no tiene
receptores, del dolor, de modo que la cirugía puede hacerse mientras el paciente está
despierto. Se usan sólo analgésicos locales en el cuero cabelludo y en el cráneo, Incluso las
estructuras situadas debajo de la superficie del cerebro pueden ser activadas o removidas.
En una intervención quirúrgica de lesión profunda se introduce en el área target cerebro un
delgado electrodo aislado.
Después, y con la ayuda de una corriente eléctrica, se destruye una pequeña parte del tejido
del cerebro. Una vez más, los cambios de conducta dan pistas sobre la función del área
afectada. Con una corriente más débil pueden activarse las áreas target en lugar extirparlas.
A esto se le llama estimulación eléctrica del cerebro (EEC), la cual puede provocar
conductas futuras con increíble fuerza. Además, puede causar de inmediato agresión
estados de alerta, huídas, cambios en la alimentación, ingestión de bebidas, sueño,
movimientos, euforia, recuerdos, hablas, lágrimas y muchas otras reacciones. Gracias a esta
herramienta, los investigadores han empezado a crear mapas dimensionales del cerebro
que muestran las respuestas sensoriales motoras y emocionales que pueden obtenerse de
varias partes de él. Prometen, además, ser una guía utilísima en el tratamiento médico y en
la exploración del cerebro (Carter, 1998; Yoshida, 1993).
¿Podría usarse la estimulación eléctrica del cerebro para controlar un individuo contra su
voluntad? Al parecer, podríamos servirnos de ella para controlar personas sin embargo la
personalidad y las circunstancias modifican las conductas y las emociones así provocadas.
En lo que vemos en las películas de ciencia ficción, sería imposible que un dictador
despiadado esclavizara a la población por medio de un control remoto.
Para averiguar lo que hacen las neuronas individuales, se necesita un registro con micro
electrodos. El micro electrodo es de vidrio extremadamente delgado que contiene un líquido
salado para que sea capaz de conducir la electricidad. Su extremo es lo suficientemente
pequeño como para detectar eléctrica de una sola neurona. A través de la observación del
potencial de acción de una sola neurona se puede tener una fascinante idea sobre los
verdaderos orígenes de la conducta.
¿Y qué decir del panorama general? ¿Es posible registrar lo que hace el cerebro
globalmente? Sí, por medio de electro encefálica. Esta técnica mide las ondas de la
actividad eléctrica producida en el cerebro.
Los impulsos eléctricos provenientes del cerebro son detectados por los electrodos y
enviados a un electroencefalógrafo (EEG), el cual amplifica las señales débiles (ondas
cerebrales) y las registra en una hoja móvil de papel o en una pantalla de computadora. Con
este aparato, los investigadores registran la actividad del cerebro sin invadir la región del
cráneo. Los patrones de las ondas cerebrales revelan tumores, epilepsia u otras
enfermedades; también indican cómo la actividad cerebral cambia durante el sueño, los
ensueños, la hipnosis, el coma y otros estados mentales.
Nuevas imágenes del cerebro en vivo.
Muchos de los enigmas del cerebro se han resuelto gracias a los métodos que acabamos de
describir y con otras técnicas basadas en medicamentos y en la química cerebral. Con todo,
sólo nos ofrecen una pequeña parte del panorama. ¿Qué tal si pudiéramos "husmear" dentro
de un cerebro intacto, mientras la persona piensa, percibe y reacciona?, ¿y si en vez de ver
las notas musicales aisladas o en pequeñas partes pudiéramos disfrutar la sinfonía completa
del cerebro? Este sueño, antiguamente imposible, ahora es real gracias a las imágenes
computarizadas. Entremos a la biocomputadora humana a través de, algunas de estas
"ventanas" recién abiertas,
Exploración por tomografía computarizada
El equipo de exploración computarizada ha venido a revolucionar el estudio de las lesiones y
las enfermedades cerebrales, ya que los rayos X convencionales producen imágenes
borrosas del cerebro. La exploración por tomografía computarizada (TC) es un tipo especial
de rayos X que permite visualizar mejor el cerebro: una computadora obtiene la información
de los rayos X y la convierte en una imagen. De hecho, puede revelar los efectos de
paraplejías, lesiones graves y otros problemas, los cuales, a su vez, se relacionan con la
conducta del individuo.
Exploración por imágenes de resonancia
magnética
Las imágenes de resonancia magnética (IRM)
usan un fuerte campo magnético, en lugar de
rayos X, para producir una imagen del interior del
cuerpo. Durante la exploración, el cuerpo se coloca
en el interior de un campo magnético y entonces,
por medio de la computadora, se crea un modelo
tridimensional. Cualquier plano bidimensional, o
"rebanada", del cuerpo puede seleccionarse y
mostrarse como una imagen en una pantalla. De
este modo, se puede visualizar un cerebro vivo
como si fuera transparente.
Una imagen funcional de resonancia magnética (IFRM) va un paso más allá de lo posible y
hace visible la actividad del cerebro. Con estas imágenes los investigadores localizan las
áreas donde se producen los pensamientos, los sentimientos y las acciones.
¿Es verdad que la mayoría de las personas usan apenas el 10% de si la capacidad
cerebral? Es uno de los mitos más arraigados en esta área. Las exploraciones muestran que
todas las partes del cerebro están activas en las horas de vigilia.
Claro que algunos aprovechan mejor su potencia innata, pero no hay reservas ocultas o no
explotadas de la capacidad mental en un cerebro que funciona normalmente.
Exploración por tomografía por emisión de positrones (TEP)
Las imágenes del cerebro obtenidas con esta técnica son acaso las más notables de todas.
Una exploración TEP detecta positrones (partículas subatómicas) emitidos por una glucosa
débilmente activa (azúcar) a medida que es consumida por el cerebro. Dado que el cerebro
funciona con, la exploración muestra qué áreas están usando energía. Un consumo elevado
de energía indica mayor actividad.
Por eso colocar detectores de positrones alrededor de la cara al enviar los datos a una
computadora, se produce una imagen cromática móvil de los cambios en la actividad
cerebral. Este tipo de imágenes revelan que áreas muy específicas del cerebro están activas
cuando leemos, escuchamos o decimos una palabra, lo mismo que cuando pensamos en su
significado (Petersen et al., 1988).