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Transcript
ALADI/SEC/Estudio 116
19 de agosto de 1998
ELEMENTOS RELATIVOS A LA ECONOMÍA INTERNACIONAL
CONTENIDO
1.
Conclusiones
2.
Tendencias fundamentales
3.
El impacto de la crisis asiática
4.
¿Hacia una crisis internacional?
5.
Las tendencias del comercio exterior
6.
Las tendencias de la inversión extranjera directa
Bibliografía
__________
__________
Nota de Secretaría: Este estudio fue preparado por el consultor Dr. Raúl Maldonado
Ortega, en el marco de los trabajos para la elaboración del documento “Las
perspectivas de la integración de los países miembros y el papel de la ALADI”
(ALADI/SEC/di 1136/Rev. 1). Las opiniones expresadas en el presente documento son
de exclusiva responsabilidad de su autor y pueden no coincidir con las de la
Organización.
1. Conclusiones
Del breve examen hecho de la situación actual y perspectiva de la economía
mundial, de la de los países de ALADI (PM), de las corrientes comerciales y de la
inversión extranjera directa, de las consecuencias previsibles de la crisis económica
asiática y de otros asuntos que afectan a nuestra región, surgen algunas reflexiones y
temas de debate:
a) Pese a la fortaleza de ciertos procesos de desarrollo, la economía internacional está
en crisis y existe el riesgo de que ella se profundice. Ella afecta, dado el grado de
globalización alcanzado, a las principales relaciones económicas internacionales y
a todos los países y sus agrupaciones. En el caso de los PM esto es especialmente
cierto en lo que respecta al comercio, a los precios de sus exportaciones
fundamentales y a las corrientes de financiamiento. Teniendo presente, de una
parte, la marcha de los acontecimientos en los países de Asia, incluidos por cierto
China y Japón; la posibilidad de que se presenten aún problemas económicos
adicionales en esos países y la inestabilidad política existente en algunos de ellos;
y, por otra, los efectos de estos fenómenos en los países desarrollados (PD), que
afectarían directamente a los PM, cabe considerar con premura y decisión tanto
medidas de política económica para contrarrestar las influencias negativas como la
profundización de los diversos lazos hoy existentes en la región y, principalmente,
entre los PM.
b) El probable aumento de los saldos negativos en las balanzas de pagos de los PD
fortalecerá las actitudes proteccionistas, dificultando la aprobación o aumentando
las limitaciones del “fast track” que requiere EE.UU. para sus negociaciones del
ALCA y el contenido de otras negociaciones que mantiene con los países asiáticos.
Se harán más fuertes las presiones que ejercerá ese país hacia una mayor apertura
de los mercados internacionales, especialmente el de los productos agrícolas1.
c) La intensificación de la transnacionalización, especialmente la actual ola de fusiones
internacionales en diferentes ramas de actividad, trae aparejado graves desafíos
para las empresas de los PM. Incluso la masa de inversión extranjera directa que
llega a los países asiáticos contribuirá a que los requerimientos de competitividad
de nuestras empresas sean mayores. Sería aconsejable para los PM la
intensificación posible de la cooperación entre empresarios y grupos de empresas,
en el campo de la tecnología, en general de la competitividad.
d) La crisis ha dejado algunas lecciones: se debe controlar el capital volátil2. Es
sintomático que el FMI, contrariando sus permanentes “consejos”, ahora promueva
restricciones a la entrada del capital especulativo. En esta materia, también llaman
la atención que las presiones del Banco Mundial sobre Japón para que reduzca el
déficit fiscal se hayan, ante el riesgo de recesión, dirigido a que se generen déficit
presupuestarios. Todo lo anterior aboga por una intensificación de consultas y
cooperación en el ámbito de estas políticas.
1
Favorecerá a los PM las aperturas que en esta materia logren los EE.UU. De la misma manera, el
abaratamiento de las exportaciones asiáticas con alto contenido tecnológico podría acrecentar la
productividad de otros países. Asimismo, las devaluaciones cambiarias y los menores salarios podrían
incrementar la inversión extranjera directa hacia los países asiáticos.
2
El diario O Globo informa que el Institute of International Finance, que reúne a los 285 mayores bancos
del mundo, señaló que de 90 mil millones de dólares invertidos en cinco países asiáticos en vísperas de la
crisis, 83 eran de carácter especulativo.
2
e) También deben destacarse, en circunstancias de crisis como las que se viven, los
problemas que surgen al anclar las divisas nacionales al dólar y, más adelante,
probablemente al euro, y la necesidad de profundizar la cooperación entre las
agrupaciones de los países en desarrollo (PED), tal como en forma ya muy
avanzada ha ido haciendo Europa, al convertirse, recientemente, en una unión
monetaria.
f) Parece ser evidente la inadecuación institucional y de sugerencia de políticas de las
principales organizaciones económicas internacionales (BM y FMI) ante nuevos
procesos mundiales como la globalización y la crisis actual. Estos organismos no
han podido prevenir la crisis y tampoco ayudado eficientemente a superarla. Los
países miembros deberían privilegiar, en sus políticas para contrarrestar los efectos
de la crisis, los aumentos de la producción y el empleo, evitando que las alzas de
las tasa de interés y la disminución del gasto los afecten, tal como lo han empezado
a sostener altos representantes de los organismos antes mencionados.
g) La crisis actual muestra claras diferencias con la que se presentó en los años 80s,
tanto hacia el interior de los países miembros como en el entorno internacional.
Esto significa que el encadenamiento negativo respecto a la integración que se dio
en ese entonces podría ser sustituido por la conveniencia de fortalecerla con el fin
de aminorar los impactos negativos en el comercio y el empleo.
2. Tendencias fundamentales
La economía mundial, especialmente la de los PD, mostraba tendencias
favorables que se proyectaban, al menos, hasta 1998. La crisis financiera asiática de
mediados del año pasado ha modificado bruscamente esas apreciaciones. Hoy la
característica principal de la economía internacional es su inestabilidad y la
incertidumbre sobre sus tendencias a corto y mediano plazo.
Varios son los hechos que avalaban el optimismo inicial. El nivel del consumo en
los EE.UU. y el Reino Unido; el vigor de las exportaciones y de la inversiones en
Europa; altas tasa de crecimiento del PIB en los PED y en los en transición; en
diferente sentido, Japón trataba de recobrar sus equilibrios macroeconómicos y el
control de la actividad de la banca, afectando así sus ritmos de crecimiento.
En los supuestos que se tenían en cuenta, además de no prever los desajustes de
los países asiáticos, virtualmente se mantenían los precios del petróleo, las tasas de
interés subían moderadamente y se esperaba estabilidad en los tipos de cambio.
En el presente, ante la grave situación de los países asiáticos, han variado las
expectativas: se habla de una desaceleración del crecimiento mundial; de serias
incertidumbres en cuanto a los PD especialmente por el efecto que se derivaría de una
recesión en Japón y, por cierto, de previsiones menos optimistas respecto a los PED,
especialmente los asiáticos y, en el caso de los países latinoamericanos, se agrega la
situación deprimida de los mercados de varios de sus productos fundamentales de
exportación.
3
Aún es difícil pronosticar la profundidad que alcance la crisis asiática y los efectos
que causará la creación de la Unión Monetaria Europea3, por lo que no es posible
alcanzar conclusiones precisas sobre el devenir económico mundial y se resalta la
necesidad de mantener un monitoreo permanente sobre las diferentes tendencias. En
ese sentido se debe considerar el Cuadro 1.
CUADRO 1
PROYECCIONES DEL CRECIMIENTO DEL PRODUCTO INTERNO BRUTO (PIB)
(tasas de crecimiento)
PAÍSES
AÑOS
PROYECCIÓN 1
PROYECCIÓN 2
1996
1997
1998
1997
1998
FONDO MONETARIO INTERNACIONAL
MUNDO
4.1
4.1
3.5
DESARROLLADOS 2.7
3.0
2.9
EN DESARROLLO 6.5
6.2
6.2
- AM. LATINA
3.4
4.1
4.4
- ASIA
8.2
7.7
7.4
EN TRANSICIÓN
0.1
1.8
4.1
4.0
3.0
5.9
5.2
6.8
--
2.7
2.5
4.9
3.5
5.7
--
LINK PROJECT
MUNDO
DESARROLLADOS
EN DESARROLLO
- AM. LATINA
- ASIA
EN TRANSICIÓN
2.9
2.4
6.0
2.5
7.6
-1.9
OCDE
MUNDO (1)
3.7
DESARROLLADOS 2.6
EN DESARROLLO -- AM. LATINA (2) 3.4
- ASIA (2)
6.1
EN TRANSICIÓN
--
3.1
2.4
5.8
4.5
6.0
1.6
3.2
2.5
6.1
4.6
6.0
2.9
3.1
2.5
5.8
4.6
6.0
--
2.9
2.3
5.0
2.9
5.3
--
4.0
3.0
-4.7
6.2
--
4.1
2.7
.-4.3
6.4
--
-3.0
-----
-2.9
-----
PROYECCIÓN 1: Octubre de 1997.
PROYECCIÓN 2: Diciembre de 1997.
(1) Las cifras son elaboradas por la CEE.(2) Las cifras fueron elaboradas en junio de
1997.
FUENTE: CEPAL, Doc. LC/R.1774, con base en datos del FMI, la OECD, el LINK
Project y la CEE.
Nota: Las agrupaciones de países se han hecho considerando las definiciones de
la UNCTAD.
3
Luego de intensas negociaciones la Unión Europea ha acordado la creación de una moneda única, el
euro, que entrará en vigencia a partir del 1 de enero de 1999 en 11 de sus 15 países integrantes. Se espera
que el euro muy rápidamente se convierta en la segunda divisa del mundo, luego del dólar estadounidense
y que paulatinamente, a medida que se consolide, se considerará en la constitución de las reservas
internacionales y en variadas operaciones comerciales y financieras. Más rápidamente el uso de esta
moneda se mostrará en las emisiones de bonos. (Véase el documento “Contenido y ritmo de las
negociaciones del ALCA y su influencia en el proceso de negociaciones económicas en que se encuentran
involucrados los PM”).
4
Una publicación de la OCDE indica que para 1999, el crecimiento de los 7
principales países desarrollados miembros de esa organización llegaría a un 2.1%; el
del resto de los países de la OCDE, 3.6%; y, para todos los países de esa
organización, 2,8%.
3. El impacto de la crisis asiática
Un estudio elaborado por el SELA contiene proyecciones similares4, aunque
advierte que todavía son numerosos los efectos negativos que pueden presentarse,
por ejemplo, la pérdida de confianza en los PED que habían ido mostrando
comportamientos exitosos. Es fácilmente comprensible que esta crisis o su
agravamiento, afecte a los países de la región al desacelerarse las importaciones de
numerosos países - de presentarse, como se prevé, tendencias recesivas en algunas
de esas economías; por el menor ritmo de crecimiento del PIB mundial; por la
intensificada competencia en los mercados derivada, entre otros factores, por las
devaluaciones cambiarias. En efecto, el FMI calcula que las importaciones de los
países de la región disminuirán la aceleración que se esperaba, en tanto que en sus
exportaciones serán menores los aumentos. Eventualmente, al crecer los riesgos en
Asia, los flujos de inversiones podrían dirigirse hacia América Latina.
Las dificultades asiáticas se expresan en fuertes devaluaciones de sus monedas;
en el crecimiento de la inflación; en un menor crecimiento de sus economías; en la
disminución de la inversión; y, en términos de sus propias monedas, en el crecimiento
de su deuda externa; además, se han registrado considerables caídas en las bolsas
de valores. Algunos analistas sostienen que seguirá siendo débil el crecimiento del PIB
hasta al menos el año 2000. En esta previsión incide que la crisis ha afectado
simultáneamente a casi todos los países llamados “tigres”, lo que ha sido grave si se
consideran las estrechas vinculaciones económicas entre ellos; los elevados niveles
de endeudamiento externo y el hecho de que los problemas políticos y sociales han
incidido en la definición de las políticas económicas, restándoles eficiencia.
Esta situación está llevando a que en todos los países se presenten distintos
grados de preocupación y a la adopción de medidas de diferente contenido. La
creciente debilidad e inestabilidad de los países asiáticos y de los mercados
financieros y cambiarios mundiales puede llevar, se dice, a una desaceleración de la
economía de los EE.UU. y eso a posibles disminuciones de las tasas de interés5. El
Instituto de Finanzas Internacionales criticó al FMI y señaló que el crecimiento del PIB
de los EE.UU. podría afectarse en un 0.7%6. Una encuesta hecha por un diario de
Nueva York a 55 principales expertos en pronósticos económicos indica que los
efectos más fuertes de la crisis asiática en los EE.UU. se sentirán en los próximos 6 a
9 meses y que dicha crisis constituye la principal amenaza a esa economía, pues
llevaría a que las principales compañías de ese país reduzcan la producción y el
empleo. Se indica que alrededor de un tercio de las compañías del índice de Standard
& Poor´s enfrentarían caídas en la facturación de exportaciones, aumentos de los
inventarios, y una menor facturación en el propio mercado, en la medida que los
consumidores sustituyan productos locales por importados y, como consecuencia,
reduzcan trabajadores. Señalan que quizá el crecimiento del PIB en la segunda mitad
de este año sólo alcanzará a un 1%7.
4
Se consideran 7 PM.
Reuters, 15 de julio de 1998.
6
Ibid, 9 de julio de 1998.
7
Constance Mitchell Ford, The Wall Street Journal, 8 de julio de 1998.
5
5
A diferencia de lo que sucede en los EE.UU., el mayor crecimiento de las
economías europeas haría más leve el efecto negativo de la crisis asiática al
contrarrestarse, en los empleos y las ganancias, la baja de las exportaciones por
incrementos de la demanda interna8. De otra parte, la banca teme, en especial en
Alemania y Francia, mayores pérdidas en los préstamos pendientes en Asia y en otros
lugares afectados por la crisis de esa región9.
La situación de Japón, también afectado seriamente por su propia crisis y la de
sus vecinos, preocupa, pues al devaluarse el yen las exportaciones de ese país
podrán competir exitosamente en los mercados internacionales, desatándose una
cadena de reacciones con sus competidores, asiáticos o no, que harían disminuir sus
posibilidades de exportación. Se señala que la caída del yen podría llegar a una tasa
de 150, e incluso 160 yenes por dólar, lo que podría llevar a nuevas devaluaciones en
otras divisas asiáticas10. De ahí la preocupación del gobierno de los EE.UU. sobre el
carácter e intensidad de las políticas de ese país para reanudar su crecimiento11.
Adicional preocupación genera el hecho que un nuevo gobierno tomará las riendas de
la situación dentro de muy poco, pero que sus acciones, al menos en el campo
tributario, no tendrán efectos sino hasta comienzos del primer trimestre de 199912.
Mientras la situación política de Japón se clarifica, el deterioro de la economía
continúa; por ejemplo, en mayo pasado cayeron en un 28%, respecto al mismo mes
del año anterior, los pedidos de maquinaria, de gran incidencia en la marcha de las
inversiones13. Asimismo, en junio pasado quebraron más de 1700 empresas, lo que
significa un aumento de 29% respecto al mismo mes del año anterior. En ese mismo
mes, las deudas impagas alcanzaron a bastante más de 9000 millones de dólares. Un
70% de las quiebras en el semestre pasado fueron causadas por la recesión de la
economía y otras por carencia de crédito y con la desaparición de bancos14.
Aunque con menor fuerza que la crisis de 1994, los países de América Latina
están viendo disminuir su crecimiento económico. Se están produciendo caídas de las
exportaciones por causa de las devaluaciones asiáticas, por la disminución de los
precios de importantes productos de exportación, por los efectos climáticos de El Niño
y está presente el peligro de que se reduzcan las corrientes de inversiones, al igual
que en otros mercados emergentes15. El Instituto Internacional de Finanzas menciona
que sólo por el efecto de la crisis asiática en siete países miembros se producirá una
reducción de exportaciones de algo más de 8000 millones de dólares16. Considerando
las mayores importaciones el efecto en el balance comercial llegaría a alrededor de
11.400 millones.
Hasta el presente China aparece un tanto fuera de este crítico cuadro. El peligro,
de gravísimas dimensiones pero, al parecer, no probable, de una devaluación del yuan
llevaría con seguridad a reacciones similares de los países vecinos. Entre los aspectos
positivos que explican esta situación están los bajos costos de las exportaciones de
China, que parecen soportar las actuales presiones competitivas. Además no es fácil
para los especuladores conspirar contra el yuan, dadas las políticas de la banca
central y a que todavía el yuan no es totalmente convertible, y a la poderosa reserva
8
Nicholas Bray, The Wall Street Journal, 8 de julio de 1998.
Suzanne McGee, The Wall Street Journal, 13 de julio de 1998.
10
Sara Webb y Michael Sesit, The Wall Street Journal, 15 de julio de 1998.
11
Robert Rubin, Secretario del Tesoro, citado por el The Wall Street Journal, 14 de julio de 1998.
12
Varios redactores del The Wall Street Journal, 14 de julio de 1998.
13
Ibid.
14
El Mercurio, Santiago de Chile, 15 de julio de 1998.
15
Michael Phillis, The Wall Street Journal, 17 de julio de 1998.
16
Guillermo Bleichmar, The Wall Street Journal, 8 de julio de 1998.
9
6
monetaria disponible, de alrededor de 140 billones de dólares. Pero, por otra parte, los
problemas del desempleo y de la desaceleración del crecimiento podrían llevar a las
autoridades chinas a adoptar acciones en este campo. Entre otros, serían graves los
efectos que esto tendría en la balanza comercial con EE.UU., acrecentando los
problemas comerciales ya presentes y los de las negociaciones en el marco de la
Organización Mundial de Comercio, al tener que aumentar ese país los incentivos a
sus empresas exportadoras.
La Economic Intelligence Unit (EIU), recientemente en abril, ha reducido sus
proyecciones sobre el crecimiento del PIB indicando que “ la brillante perspectiva
global que esperábamos hacia seis meses, ahora aparece más sombría...”. Partiendo
de esta nueva situación las proyecciones serían las que muestra el Cuadro 2:
CUADRO 2
PROYECCIONES DE LA EIU SOBRE EL CRECIMIENTO DEL PIB MUNDIAL
(tasa de crecimiento)
CONCEPTOS
1. Según la tendencia actual
2. En caso de agravarse la crisis asiática (1)
3. Asumiendo 2 y los efectos de correcciones
en los “equity price”
4. Asumiendo respuestas de política a 3, que
disminuya la caída en una 50%
1997
3.3
3.3
AÑOS
1998
1999
2.4
2.7
2.3
1.9
3.3
1.2
1.5
3.3
1.7
2.1
(1) No se producen reacciones de política o modificaciones en los tipos de cambio.
Nota: Se ha estimado los datos que se expresan según tipos de cambio de
paridad del poder compra de las monedas.
FUENTE: Economic Intelligence Unit, press release, 9/4/98.
Al analizar la crisis asiática debe tenerse presente que esos países, incluyendo a
Japón, contribuyen con alrededor de un 23% al PIB mundial y significan el 32.2% de
las importaciones y exportaciones mundiales. Los efectos de la crisis económica de un
grupo tan importante de naciones son diferenciados, según sus “partners” económicos.
En el caso de EE.UU que les vende proporciones considerables de sus exportaciones,
ellas significan una bajísima proporción de su PIB. Contraria es la situación de los
países de la ALADI, tal como se muestra en el Cuadro 3:
7
CUADRO 3
EXPORTACIONES E IMPORTACIONES ENTRE LOS PAÍSES DE LA ALADI Y DEL
ASIA-PACIFICO
(porcientos)
AÑOS
ALADI
ASIA-PACIFICO (1)
1990
1995
EXPORTACIONES
11.1
1.3
10.1
1.8
1990
1995
IMPORTACIONES
9.8
2.4
12.7
2.0
(1) Considera 11 países: Australia, China y Hong Kong, Corea, Filipinas, Indonesia,
Japón, Malasia, Nueva Zelandia, Singapur, Taiwan y Tailandia.
FUENTE: UNITED NATIONS, COMTRADE.
Es mayor y creciente la importancia de estos vínculos para los PM; aunque, por
supuesto, esto es diferenciado según países. Visto en tendencia, es más dinámicas la
tendencia de las importaciones desde los países asiáticos; ante cambios en la
competitividad de ellas, esta tendencia podría intensificarse. En estas importaciones
las relaciones más significativas, en orden proporcional, son las de Paraguay, Chile,
Perú, Bolivia, Ecuador, Brasil y Colombia, Argentina y México17. En el de las
exportaciones son las siguientes: Chile, Perú, Uruguay, Brasil, Ecuador y Argentina18.
De otra parte, los principales productos exportados por la ALADI son los minerales y
metales, tales como el cobre, el aluminio y el hierro, que cuentan con alrededor del
30%; siguen en importancia los alimentos, petróleo, etc. En el lado de las
importaciones, predominan con mucho los productos manufacturados y, en mucha
menor medida, tejidos sintéticos, zapatos y confecciones. Igualmente es importante el
efecto que se deriva de una mayor competencia entre las exportaciones de América
Latina y Asia en terceros mercados, especialmente el de los EE.UU.
En el terreno de los precios de los productos básicos se han constatado serias
reducciones en los mercados internacionales. Entre junio de 1997 y enero de 1998 se
observan rebajas de 42.3% en el cobre; 13.9% en el petróleo; 40.3% en el café 19 y
sólo 1.2% en los granos20.
4. ¿Hacia una crisis internacional?
La crisis del sistema financiero de los países asiáticos tuvo, como se ha indicado,
efectos más o menos pronunciados en otros países según fuera el carácter y la
intensidad de los vínculos que se mantenían. Estos efectos han sido especialmente
intensos en Japón. Sin embargo -y a diferencia con la mayor parte de los otros casos17
Son las que representan más de 10%.
Son las que representan más de 10%.
19
En este producto inciden también aumentos de la producción.
20
El efecto de las devaluaciones sobre los precios de los productos de exportación debe considerar
además el crecimiento de la inflación interna y/o el crecimiento de los costos de importación de las
materias primas, componentes, etc., siendo el resultado final menor que la devaluación inicial.
18
8
en este país ya estaban actuando diversos elementos de una seria crisis en su
economía, que ha llevado a decir a varios expertos en la economía japonesa, que se
esta presenciando una quiebra del modelo de desarrollo21. El problema reside en que
si la falta de reacción de Japón podría arrastrar, en las actuales condiciones de un
creciente proceso de globalización, a un nuevo efecto de crisis en los países asiáticos
y, ya con considerable fuerza, al resto del mundo, incluyendo a los PD. En esta
situación se estaría ante una crisis de orden mundial.
Los PED han reaccionado reforzando la capacidad competitiva de sus
exportaciones y adoptando medidas que permitan mantener los equilibrios
macroeconómicos logrados, especialmente disminuciones en el gasto y aumentos en
las tasas de interés, aunque ellas afecten sus posibilidades de crecimiento económico.
De otra parte, los organismos económicos internacionales, especialmente el FMI, ha
organizado operaciones de rescate en favor de los países asiáticos y de varios países
en transición, principalmente Rusia, aunque en el marco de cierta confusión sobre sus
consideraciones acerca de cómo salir de la crisis. Se menciona la debilidad de esa
organización para promover medidas de regulación y control de los sistemas
financieros; el no haber impulsado la adopción de importantes cambios estructurales
en los países afectados que proporcione gobernabilidad a los sistemas financieros; la
necesidad de mantener controles más estrechos sobre la banca; y, entre otros
planteamientos, que la apertura y liberalización de los movimientos de capital debe
realizarse con más prudencia22. El propio Director Gerente del FMI aboga por la
reducción de impuestos para lograr la reactivación, en especial en el caso de Japón,
aún a costo de incurrir en desajustes presupuestarios y aconseja “generosidad” a los
acreedores de los países que enfrentan problemas para la cancelación de sus
deudas23.
En una notable exposición un Vicepresidente del BM señala que se requiere
“humildad” para reconocer y rectificar políticas equivocadas impuestas desde
Washington. Indica que “las políticas que surgen del Consenso de Washington no son
ni necesarias ni suficientes ya sea para la macro-estabilidad o el desarrollo a largo
plazo”. Esas políticas habrían sido equivocadas, no consideraron aspectos
fundamentales y, a veces, no se dirigieron hacia temas vitales. Indicó que aquellos que
las siguieron tuvieron malos resultados, dando como ejemplo la diferenciada situación
de Rusia y China, país este último que no tomó en cuenta los consejos del BM. Ese
Consenso sólo buscaba incrementos en el PIB en lugar de incrementos en los niveles
de vida, de salud y educación, de desarrollo equitativo. Concluye que una moderada
inflación no es dañina; que los déficit presupuestarios no son siempre perjudiciales;
que la estabilidad macroeconómica no debe dañar la producción y el empleo; que se
ha sobrestimado los beneficios de las privatizaciones; que es necesario insistir en la
libre competencia; que un imperio total del mercado no es la solución y que los
gobiernos todavía tienen muchas funciones y tareas que realizar; y, que el dogma de
la liberalización se ha convertido en un fin en sí mismo y no un medio para disponer de
un mejor sistema financiero24.
21
Murray Sayle, The Atlantic Monthly, June 1998.
Exposición de un representante del Departamento de Políticas de Desarrollo del FMI, 2 de junio de
1998.
23
Reuters, Nueva York, 8 de julio de 1998.
24
Josepth Stiglitz, Senior Vice President and Chief Economist, “ More instruments and broader goals:
Moving toward the post-Washington Consensus”, World Bank, 7 de enero de 1998 (Véase en internet:
http:/www.worlbank.org./html/extrd/extme/js-010798/wider.htm)
22
9
La etapa actual de la economía internacional, con sus nuevas características,
muestra que la comunidad internacional no cuenta con un adecuado y eficiente
sistema institucional y de políticas para enfrentar los presentes desafíos, lo que hace
que la coyuntura económica sea más riesgosa e incierta.
A diferencia de la crisis de los años 81-82, la actual crisis no encuentra a los
EE.UU. y Europa en una situación de recesión o estancamiento económico.
Igualmente diferente y mejor es el control actual de los equilibrios macroeconómicos
por parte de la mayoría de los países latinoamericanos25. Tampoco hoy el peso de la
deuda externa es tan agobiante como en el pasado. En ese entonces todavía no se
había profundizado, tanto como ahora, la constitución de bloques económicos de
naciones. La seria posibilidad de una crisis hoy, más o menos profunda, tiene claras
diferencias con la de los años 80s, en donde sus efectos fueron extremadamente
negativos para los esquemas de integración de América Latina. En la actualidad la
integración podría ser un medio para limitar los efectos de la crisis y para fortalecer la
capacidad de negociación de la región.
5. Las tendencias del comercio exterior
La participación de los países en desarrollo en las corrientes de exportación
mundiales descendieron entre 1980 (29.3.%) y 1990 (23.1), para luego, en 1995,
recuperarse parcialmente y alcanzar un 27.9% del total. En este comportamiento
incide principalmente el gran avance de las exportaciones asiáticas (18.6, 16.5 y
21,7%, para los respectivos años). Contrariamente, las de América Latina no lograron
alcanzar los niveles iniciales (5.4, 3.9 y 4.0%, para cada año).
Entre 1980 y 1995 las exportaciones mundiales crecieron a una tasa promedio
anual de 3.9%. Entre 1990 y 1995 esa tasa fue de 6%. En el primer período las
corrientes más dinámicas fueron las de los países en desarrollo, influenciadas por las
de países asiáticos, en primer lugar y por los PM, en el segundo; en tanto que en el
segundo período son estos últimos los que ostentan el ritmo más acelerado (10.8%),
superando a los asiáticos, que alcanzan una tasa de sólo 9.4%. Esto es más intenso
cuando se examina las tasas de crecimiento de las exportaciones intra-ALADI, que en
el segundo período consiguen una tasa de 11.1%, mientras las exportaciones intraAsia alcanzan una de 10.9%, en ambos casos superiores a las que los dos grupos
tienen con el mundo. En el caso de los países miembros es el crecimiento intenso de
las exportaciones a los países del grupo registrado entre 1990 y 1995, el que explica
esta pronunciada tendencia. En el Cuadro 4 se muestran estas tendencias.
25
Felipe Larraín, entrevista, El Mercurio, Santiago de Chile, 28 de junio de 1998.
10
CUADRO 4
DIRECCION GEOGRAFICA DE LAS EXPORTACIONES SEGÚN GRUPOS DE
PAISES
(Miles de millones de dólares, FOB)
AÑO 1 9 8 0
Mundo
Países Desarrollados
Países en Desa
rrollo
- América Latina
- ALADI
- Asia
Otros Países
2.000,1
1.336,0
504,0
126,1
83,5
270,1
160,1
1.258,9
891,5
316,2
76,2
60,2
164,5
51,2
586,9
107,9
79,6
372,9
154,3
401,3
69,4
51,9
247,9
43,2
155,5
29,6
23,6
111,0
32,3
44,7
23,0
18,4
15,7
5,2
22,4
11,9
11,0
8,9
0,9
92,4
3,7
3,1
84,5
13,2
30,1
8,9
4,1
14,0
78,8
AÑO 1 9 9 0
Mundo
3.416,4
Países Desarrollados
2.445,2
Países en Desa
rrollo
788,6
- América Latina 134,3
- ALADI
113,1
- Asia
563,9
Otros Países
182,6
2.445,6
778,0
136,4
90,2
536,7
192,8
1.894,3
478,7
95,2
70,1
307,2
72,2
482,4
92,2
81,9
316,8
68,9
264,0
30,7
26,5
220,6
35,3
32,6
20,3
16,9
11,0
8,6
19,3
13,1
12,3
5,4
0,8
211,0
8,5
7,9
198,2
18,5
42,2
11,4
4,7
26,5
78,4
AÑO 1 9 9 5
Mundo
Países Desarrollados
Países en Desa
rrollo
- América Latina
- ALADI
- Asia
Otros Países
4.879,0
3.288,4
1.384,6
254,3
195,6
1.010,6 206,0
3.348,5
2.409,6
811,3
181,9
144,0
544,3 127,6
1.362,2
196,1
175,4
1.059,1
168,3
789,2
138,7
125,8
543,6
89,6
539,8
54,9
47,4
475,1
33,5
69,7
38,4
34,1
24,9
2,7
50,3
28,3
27,5
16,7
1,3
440,1
14,4
11,5
433,8
26,2
33,2
2,5
2,2
40,4
45,2
Fuente: UNCTAD, Handbook of International Trade and Development Statistics, 1995,
Nueva York, 1996
6. Las tendencias de las inversiones extranjeras directas
Otra relación central en el análisis de la situación económica internacional es la
inversión extranjera directa que también, junto con la transferencia de tecnología, las
empresas conjuntas, las alianzas estratégicas y las redes de proveedores, son
aspectos destacados del proceso de globalización, en los cuales tienen un papel
fundamental las empresas transnacionales. En el marco de intensificación de la
competencia y de la transnacionalización, adquiere relevancia el aumento del
comercio de manufacturas, apoyado en la liberalización de los intercambios y la
11
apertura comercial, creando especializaciones basadas en mayores eficiencia y
productividad; y, de otra parte, donde las empresas transnacionales consolidan su
influencia al disponer de las tecnologías más avanzadas, de sistemas internacionales
de producción integrados y de la posibilidad de operar simultáneamente en muchos
mercados.
En el decenio reciente la inversión extranjera directa ha crecido aceleradamente,
especialmente hacia los países en desarrollo, aunque en sólo 10 de ellos se
concentran alrededor del 75% de los flujos anuales. Esta tendencia favoreció también
a la región. Los datos aparecen en el Cuadro 5:
CUADRO 5
IED SEGÚN AGRUPACIONES DE PAÍSES (1)
(en miles de millones de dólares)
A
Ñ
O
S
PAÍSES
1990
1995
1996
MUNDO
DESARROLLADOS
EN DESARROLLO
- ÁFRICA
- AM. LAT. Y EL C
- EUROPA (2)
- ASIA
EN TRANSICIÓN (3)
207.6
176.3
31.0
2.1
8.4
0.1
20.3
0.3
321.2
205.9
101.0
4.7
30.1
0.4
65.8
14.3
354.2
208.2
133.8
5.0
43.6
0.6
84.7
12.3
(1) Ingresos netos (2) Europa Central y Oriental.(3) Considera Bosnia Herzegovina,
Croacia, Malta, Eslovenia, ex Rep. Yugoslava de Macedonia y Yugoslavia.
FUENTE: CEPAL, La IDE en América Latina y el Caribe. Informe 1997 (con base en
informaciones del FMI, la UNCTAD y otros organismos).
Estos flujos muestran que la participación de los países en desarrollo se elevó de
14.9% del total en 1990 a 37.8% en 1996, en tanto que la de los países desarrollados
diminuyó, correspondientemente, del 84.9 al 58.8%. El mejor comportamiento de los
países en desarrollo se concentró en los países asiáticos, que percibieron algo menos
de los dos tercios del total, principalmente China; en tanto que los países
latinoamericanos lo hicieron en virtualmente un tercio.
Pese a estas tendencias, es presumible que a causa del clima de desconfianza
que afecta en general a los mercados emergentes se produzcan desplazamientos
cuya dirección todavía es difícil prever. Sin descontar la atracción que pueden tener
los propios países desarrollados, podría producirse un redireccionamiento desde Asia
hacia América Latina, dependiendo del comportamiento económico de estas últimas
naciones en el transcurrir de la crisis.
En la búsqueda de equilibrios en las cuentas externas y de alejar los elementos
aleatorios vinculados a los capitales de corto plazo y volátiles, algunos países
latinoamericanos han disminuido fuertemente su dependencia de ellos, factor que
puede afectar el financiamiento de estas economías en caso de que disminuyan los
flujos de inversión extranjera directa. Es más, la situación de crisis ha creado
12
importantes dificultades en la colocación de valores, por ejemplo euro-obligaciones, y
ha aumentado su costo y los “spreads” respecto a los bonos del Tesoro de los EE.UU.,
considerados de riesgo nulo. Esto ha afectado importantemente a Argentina, Brasil y
México, que tienen importantes compromisos de pago de endeudamiento externo en el
corto plazo; si bien en el caso de Brasil está presente una importante reserva
monetaria y todavía es posible lograr importantes ingresos de capital por la
privatización de empresas de gran magnitud, en especial en los sectores de las
telecomunicaciones y energía, pese al menor valor que ellas eventualmente puedan
alcanzar a causa de la crisis asiática.
El mencionado estudio del SELA, concluye que potencialmente los principales
afectados por la crisis asiática son Argentina y Brasil, por los probables efectos
financieros; y Perú por la vinculación de comercio. A menor nivel Colombia, Chile, y
Venezuela se ven perjudicados por las disminuciones de los precios de los productos
básicos y, en el caso de Chile, también por las estrechas relaciones comerciales. En
cambio, los riesgos de México no se centran en un sólo factor. Los distintos países
latinoamericanos han ido adoptando una diversificada serie de medidas y políticas
dirigidas a contrarrestar y superar las dificultades presentes y, probablemente, futuras.
Por fin es conveniente señalar que han venido aumentando, en forma
relativamente acelerada, los flujos de inversión de los países latinoamericanos en el
exterior, especialmente en la región. La participación en los procesos de privatización
y, por otra parte, los efectos de la mayor integración económica y comercial y el
crecimiento de las telecomunicaciones, han llevado a la introducción de cambios en la
organización de los grupos empresariales, para defender sus posiciones y
especialización, acicateados por la creciente competitividad a escala mundial. Así,
empresarios de la región han empezado a tomar control de empresas de su misma
especialización, creándose condiciones para un proceso de transnacionalización
naciente.
Casi en la misma proporción en la compra de empresas privadas y estatales, los
países latinoamericanos invirtieron en 1997 algo más de 6.2 miles de millones de
dólares, ostentando Brasil casi un 50% del total y México cerca de un 25%.
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BIBLIOGRAFÍA
CEPAL, La inversión extranjera en América Latina y el Caribe. Informe 1997.
CEPAL, Países industrializados: Resumen de las proyecciones 1997-1998, diciembre
de 1997.
ECONOMIC INTELLIGENCE UNIT, The EIU makes further downgrade to its world
growth forecast, april 1998.
O GLOBO, FMI alerta que mundo vai crescer ainda menos.
SELA, Impacto de la crisis en América Latina.
THE ECONOMIST, East asian economies, march 1998.
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14