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Con el culo al aire
Una kinestesio-terapeuta francesa se queja
encolerizada de la falta de respeto a la dignidad de
los pacientes que supone la obligación de vestir, es
un decir, una bata, por llamarle algo, que cubre la
parte de delante, y se ata por detrás con dos
cuerditas. Se refiere ella, en su blog, a cómo
recientemente una paciente, de ochenta y cinco años
, le pidió excusas por presentarse de tal manera, casi
desnuda, ante ella. La protesta tiene absoluta
pertinencia y la existencia de otros problemas serios
que se dan el campo de la sanidad no impide que se
haya de prestar atención a esta necia, e inexplicable,
costumbre / obligación que se mantiene en todos los
hospitales privados o públicos, con el fin de poner
los medios para solucionarlo. <<¡Dignidad, mis
nalgas!>> ( Dignité, mes fesses!) se titula su
justificado cabreo. Señala que en el caso del
Hexágono la dirección general de la salud prevé
explícitamente que << el respeto de la intimidad de
la persona debe ser preservado con esmero, en
aseos, consultas y visitas médicas, en tratamientos
pre y postoperatorios, en radiografias , en traslados
en camillas y, más en general, en todo momento de
la estancia hospitalaria>>. Parece ser que en algunos
países, Canadá e Inglaterra entre otros, han tomado
en cuenta este asunto y le han puesto solución
recurriendo a otras prendas que parecen más
respetuosas con el pudor y la dignidad de las
personas.
Sé que se me excusará por hablar de moi-même, pero
creo que las anécdotas son significativas para lo que
me traigo entre manos. Hace mes y pico que estuve
un día en el hospital debido a una operación. Al
llegar tras rellenar el papeleo de rigor fui conducido
a la habitación para esperar el turno del quirófano.
La enfermera me tendió la dichosa capa con lacitos
(no sé cómo llamarla) para que me la pusiese. Le
pregunté a ver si debía quitarme los calzoncillos y
me respondió un “por supuesto” como quien dice:
qué ocurrencia. Aclararé que la operación iba a ser
del oído, y éste lo tengo en la oreja(y no como la de
<<garganta profunda>> que tenía en la garganta lo
que en principio se tiene en las proximidades de la
entrepierna). Me entró la risa al acordarme de cómo
solíamos vacilar entre amigos al referirnos a un
médico conocido que siempre andaba salido y
solíamos comentar: éste en la consulta cuando le va
una mujer y le dice que tiene anginas, lo primero que
le exigirá es que se quite las bragas, en fin…Es
obvio que no pienso que los médicos, ni enfermeras,
ni auxiliares pretendan ver las “vergüenzas” de los
hospitalizados, vamos que no creo que quieran
<<jugar a médicos>, pero la verdad es que la prenda
de marras es como un poco …no sé, deshabillée.
Quizá puestos a manipular libremente al paciente,
dependiendo de qué se le opere o trate, mejor sería
tenerle en cueros, como dios lo trajo al
mundo(expresión no muy certera, por cierto, y no lo
digo por ateísmo sino porque con menos tamañito,
formitas y pelitos creo que nacemos todos); y ya
entrando en materia, y en inexactitudes, tampoco
parece demasiado exacto aquello que tanto gustase
decir al anterior lehendakari: << desnudos todos
somos iguales>>, no sé, no sé...me parece que unos
más iguales que otros. No sé a dónde miraría Juan
José.
Puestos a recordar, y sigo con mi experiencia
personal: un pariente mío que es médico me
comentaba que hace algún tiempo le dio un infarto y
él mismo se dirigió al hospital en el que trabajaba
para tratar el desfase…pues bien, al verse con la
vestimenta de rigor, comentaba que en muchos años
de práctica médica era la primera vez que había
comprendido la humillación que debían sentir los
pacientes…Sin olvidar, que más duro resultará tal
asunto para gente con pudores desmedidos o con
educaciones mojigatas…pero de todos modos la
dignidad de los pacientes es la dignidad de los
pacientes y una estupidez es una estupidez aunque se
vista(?) de azul clarito.
La profesional de la que hablo ha recogido por el
momento 5000 firmas en apoyo de su demanda…yo,
aun siendo amante del nudismo playero, me apunto a
la carrera a la iniciativa, ya que una cosa es una cosa
y la otra , otra.
Gauden Sarasola